Download Tema 7 - PsiqueUned. Psicología. UNED

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
PE II C_7º
Página 1 de 12
CAPITULO 7º : EL DESARROLLO COGNITIVO EN LA PRIMERA
INFANCIA: LA INTELIGENCIA SENSORIOMOTRIZ, LA IMITACIÓN
Y EL CONCEPTO DE OBJETO.
1. INTRODUCCIÓN.
El interés de la psicología evolutiva por el desarrollo intelectual en la primera
infancia no es reciente. Fue uno de los fundadores de la psicología evolutiva, James
Baldwin, quien destacó la importancia de su estudio.
Los estudios realizados por Piaget, a partir de las detalladas y cuidadosas
observaciones realizadas sobre sus tres hijos, dieron ligar a su teoría sobre el
desarrollo intelectual en el periodo sensoriomotor.
Donde puede encontrarse en tres libros que se centran cada uno en aspectos
distintos, “el nacimiento de la inteligencia en el niño, la construcción de lo real en el
niño y la formación del símbolo en el niño”.
A pesar de la importancia e influencia de los estudios de Piaget, un conjunto de
razones impidieron que la cantidad de investigaciones realizadas fuera muy
numerosa antes de los años 70. Este tipo de estudios plantea dificultades
evidentes, especialmente derivadas de la incapacidad de comunicarse verbalmente
con los bebés.
Es a partir de los años 70, donde el progresivo interés en el estudio de los
aspectos cognitivos en general, la influencia creciente de las concepciones
innatistas en psicología y el redescubrimiento de la existencia de un conjunto de
conductas que preceden a la adquisición del lenguaje, posibilitaron la aparición de
una notable cantidad y calidad de investigación sobre el desarrollo intelectual en la
primera infancia.
Las investigaciones recientes han cambiado en forma sustancial nuestro
conocimiento sobre el desarrollo cognitivo en la primera infancia. La concepción
piagetiana del recién nacido como un ser dotado únicamente de reflejos que
progresiva, gradual y trabajosamente va adquiriendo habilidades y competencias
sensoriomotoras que le conducirán hacia el pensamiento representacional y
simbólico, ha sido sustituida por una concepción en la que el bebé viene al mundo
dotado de notables capacidades representacionales innatas o muy precoces.
Otro rasgo característico de la visión actual es su notable fragmentación en un
conjunto de miniteorías centradas en aspectos concretos y específicos de la
conducta cognitiva infantil, que proporcionan un análisis y explicación precisos de
esas conductas, pero que son de muy difícil integración.
2. EL DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA SENSORIOMOTRIZ.
La inteligencia sensoriomotriz se construye progresivamente a partir de los
reflejos innatos y los primeros hábitos logrando el bebé utilizarlos de forma
intencionada. La intencionalidad es para Piaget, el rasgo característico de la
inteligencia y empieza en cuanto el niño rebasa el nivel de las actividades
[email protected]
PE II C_7º
Página 2 de 12
corporales simples para actuar sobre las cosas y utilizar relaciones de los objetos
entre sí.
En el desarrollo se pueden distinguir seis estadios diferentes caracterizados cada
uno de ellos por la adquisición por parte del bebé de nuevas posibilidades y
capacidades en su interacción con el medio. Las edades que se proponen para cada
estadio son un promedio indicativo y el propio Piaget resalta las diferencias en las
edades de adquisición de determinados comportamientos característico entre sus
tres hijos.
Piaget analizó también otras conductas específicas de este periodo entre las que
podemos destacar la construcción del objeto y el desarrollo de la imitación.
1.1
Estadio 1.
El recién nacido posee en su repertorio innato de conductas, un conjunto de
reflejos de diverso tipo y función. Son totalmente automáticas. La ausencia total
de conducta inteligente es el rasgo que caracteriza a este primer estadio.
[email protected]
PE II C_7º
Página 3 de 12
Algunos de estos reflejos constituyen la base sobre la que el bebé construirá su
interacción adaptativa con el medio; otros como el reflejo de marcha
desaparecerán en el primer mes para reaparecer posteriormente con la conducta
de marcha y otros se perderán paulativamente.
Según Piaget los dos componentes del mecanismo adaptativo básico que dirige el
desarrollo, la asimilación y acomodación, están ya presentes desde el nacimiento.
En este primer estadio acomodación y asimilación no están claramente
diferenciadas y sus límites vienen impuestos por el carácter innato de los reflejos
y por la ausencia de modificaciones sustanciales en los mismos.
1.2
Estadio 2.
Está caracterizado por la aparición de las primeras adquisiciones, los primeros
hábitos que suponen ya una alteración de los reflejos innatos, pero que todavía no
tienen rasgo de intencionalidad propio de las conductas inteligentes.
Podemos ya encontrar las primeras reacciones circulares, concepto que Piaget
toma de Baldwin y Wallon, y que utiliza en el sentido de ejercicio funcional cuyo fin
es mantener o descubrir otra vez un resultado nuevo o interesante.
Las reacciones circulares en este estadio son consideradas como primarias debido
a que las acciones del sujeto están todavía centradas en su propio cuerpo.
En este estadio los bebés son capaces ya de conductas como chuparse los pulgares
en forma sistemática.
La asimilación ahora no es ya una repetición del esquema reflejo, sino más bien la
repetición de las nuevas adaptaciones adquiridas con el resultado de su progresivo
fortalecimiento y consolidación.
La reacción circular primaria consiste en esta repetición de las nuevas
adaptaciones y su función es fundamental en el establecimiento y consolidación de
nuevas conductas en el repertorio del sujeto.
1.3
Estadio 3.
Los progresos del bebé va a estar marcados por la aplicación de sus esquemas
sensomotores y la adquisición de otros nuevos en relación con los objetos del
mundo exterior. Las actividades motoras generales y en especial con las manos son
típicas de este estadio, pero ahora a partir de una reacción circular primaria se
adquiere una reacción circular secundaria centrada en el logro y repetición de un
resultado interesante. La asimilación reproductiva permite que el nuevo esquema se
vaya fortaleciendo y consolidando progresivamente. La característica principal de
las reacciones circulares secundarias están orientadas hacia las consecuencias
ambientales que producen. La importancia reside en que en ellas se basa la
exploración que el bebé realiza del medio ambiente en el que está inmerso, y esta
exploración está en el origen de importantes desarrollos intelectuales, además de
tener un gran valor adaptativo.
[email protected]
PE II C_7º
1.4
Página 4 de 12
Estadio 4.
Los bebés son capaces ahora, no sólo de repetir y mantener resultados
interesantes conseguidos al azar, sino que van a coordinar sus esquemas
secundarios para conseguir un fin determinado, es decir, su conducta será ya
plenamente intencional.
Para Piaget este tipo de comportamientos muestra una clara intencionalidad,
constituyendo los primeros actos de inteligencia propiamente dicha
En este estadio tenemos, por tanto, unos esquemas móviles, es decir, capaces de
coordinarse entre sí, generalizándose en esquemas genéricos de contenido múltiple.
La acomodación se manifiesta en este estadio, en este carácter móvil de los
esquemas, capaces de ser aplicados a las relaciones entre los objetos externos.
Otro tipo de comportamientos que caracterizan los progresos logrados en este
estadio tiene que ver con la asimilación de reconocimiento que hemos estudiado en
estadios anteriores.
Estas conductas anticipatorias suponen una previsión independiente de la acción
que se está realizando, pero para Piaget no implica todavía una representación
propiamente dicha.
1.5
Estadio 5.
La constitución de nuevos esquemas mediante experimentación activa es la
característica principal de este estadio, que permitirá la aparición de un tipo
superior de coordinación entre esquemas: la coordinación dirigida por la búsqueda
de nuevos medios.
La característica fundamental de la reacción circular terciaria.
Esta búsqueda activa de lo nuevo que caracteriza a la reacción circular terciaria
pone también de manifiesto la existencia de un avance en la orientación hacia los
objetos alejándose progresivamente del egocentrismo. El interés por la exploración
de los objetos provocando situaciones nuevas mediante continuas variaciones, lleva
a una clara distinción entre la asimilación y la acomodación.
Cada modificación que el niño introduce en la situación supone una acomodación del
esquema terciario que está aplicando, a cada nueva acomodación le siguen varias
asimilaciones que repiten el mismo resultado. La acomodación, es decir, la
transformación de los esquemas existentes y construcción de nuevos esquemas se
convierte en un fin en este estadio y precede a la asimilación.
La reacción circular terciaria supone un paso importante en el desarrollo
sensomotor del niño ya que esta orientación hacia los objetos y esa capacidad de
experimentación activa, le va a permitir resolver pequeños problemas mediante el
descubrimiento de nuevos medios.
Esta habilidad instrumental pone de manifiesto el nivel intelectual alcanzado por el
niño, al cual le faltará sólo la representación mental que alcanzará en el siguiente
estadio.
[email protected]
PE II C_7º
1.6
Página 5 de 12
Estadio 6.
El niño logra ya una nueva forma de conducta intencional. Ahora es capaz de
realizar combinaciones mentales anteriores a la propia acción, mediante
experimentación interna. Son capaces de construir una representación mental de la
tarea y, a partir de la misma, inventar medios que les permitan alcanzar la solución.
Esta aptitud en este estadio tima la forma, según Piaget, de imágenes simbólicas
que anuncian ya la función simbólica y el pensamiento representacional propio del
estadio o periodo preoperacional.
La representación mental en forma de imagen simbólica precede a la solución del
problema y evita la necesidad de realizar conductas de tanteo o de
experimentación activa.
No debemos olvidar que para Piaget el origen de la inteligencia está en el periodo
sensomotor.
Los hallazgos empíricos y la concepción piagetiana del período sensomotor ha sido
objeto de atención por parte de los investigadores, especialmente a partir de los
años 60, quienes han tratado de comprobarlos realizando estudios de replicación.
La cantidad de trabajos realizados en estas décadas es realmente impresionante.
Una de las primeras necesidades que encontraron los investigadores fue la de
construir test que permitieran medir el nivel de desarrollo sensomotor de los
niños.
Destaca el trabajo realizado por Uzgiris y Hunt, quienes diseñaron y comprobaron
estadísticamente una prueba muy completa sobre el desarrollo sensoriomotor. El
test compuesto de 63 ítems que abarcan los seis estadios e incluyen los diferentes
tipos de conductas analizadas por Piaget. Esta prueba es considerada como la más
completa, mostrando una gran validez y fiabilidad
Los resultados encontrados por Uzgiris y Hunt en sus estudios muestran ya una
confirmación de la secuencia de estadios encontrada por Piaget. La conclusión de
estos estudios es claramente favorable a la teoría piagetiana. Sin embargo, no
debe llevarnos a pensar que todo son acuerdos con la teoría de Piaget. Piaget
subestimó las capacidades del bebé y que éste es capaz de mostrar una
competencia superior a lo que predice la teoría piagetiana.
3. EL DESARROLLO DE LA IMITACIÓN.
Esta habilidad de imaginarse o representarse simbólicamente la realidad es para
Piaget una especie de imitación interiorizada.
El estudio de la imitación en la primera infancia forma parte del estudio del origen
de la representación.
Para Piaget la imitación es una manifestación de la inteligencia sensomotriz y no
producto de la activación de ningún mecanismo innato. La imitación es fruto de las
actividades de acomodación que realiza el sujeto y, por tanto, su adquisición sufre
los mismos estadios de desarrollo que ya hemos analizado.
[email protected]
PE II C_7º
Página 6 de 12
Durante el primer estadio no hay para Piaget ningún tipo de imitación, en la medida
en que la acomodación está completamente limitada y restringida al uso de los
reflejos.
En el segundo estadio, el niño manifiesta algunas conductas preimitativas e
intentos de imitación.
En la medida en que las reacciones circulares secundarias, propias del tercer
estadio, permiten extender el campo de actuación del bebé a las cosas mismas,
éste va a ser ya capaz de realizar imitaciones deliberadas y sistemáticas de los
sonidos y movimientos hechos por un modelo. Sin embargo el bebé todavía está
limitado por las respuestas que forman parte de su repertorio.
En el cuarto estadio se logra ya la imitación temprana.
La imitación de los movimientos invisibles del propio cuerpo, así como la de los
nuevos modelos se realiza ya en el quinto estadio en forma más deliberada y
sistemática. El niño aplica sus habilidades recién adquiridas de experimentación
activa a la conducta imitativa lo que le permite realizarla en forma precisa,
mediante sutiles acomodaciones al modelo que antes no eran posibles.
En el sexto estadio el niño muestra un claro progreso en la imitación que se
manifiesta en su capacidad de realizar las conductas del estadio anterior sin
necesidad de probar o tantear.
Además el niño es capaz de reproducir un modelo cuando éste ha desaparecido.
Esta imitación diferida es, para Piaget, un fenómeno estrechamente relacionado al
juego simbólico y al lenguaje, que constituyen conjuntamente formas de expresión
dependientes de una función más general de representación o simbolización.
En los estudios de replicación realizados sobre la imitación el aspecto clave que
llamó la atención de los investigadores consistió en tratar de establecer
claramente la existencia o no de la imitación en los recién nacidos, es decir, antes
de lo previsto por la teoría piagetiana.
El origen de los estudios recientes fue un trabajo de Meltzoff y Moore, quien
aportó datos bastante sólidos sobre la existencia de imitaciones faciales y
manuales en los bebés de 2-3 semanas.
La importancia del trabajo de estos autores era doble, primero habían realizado un
estudio metodológicamente muy cuidado y segundo sostenían abiertamente que
estas imitaciones precoces muestran la existencia de una capacidad,
probablemente innata, de representación en los recién nacidos que les permitiría
realizar el emparejamiento entre el modelo visual y la propia acción del sujeto.
A pesar de que estos resultados hayan sido contestados por algunos autores
alegando la existencia de sesgos metodológicos, la existencia de estas imitaciones
en los recién nacidos es un hecho demostrado e incontestable.
Otro aspecto de importancia es la relación de estas imitaciones tempranas con las
imitaciones más tardías. LA conducta imitativa se desencadena rápidamente, lo que
ha llevado a algún autor a calificarlas de magnéticas.
[email protected]
PE II C_7º
Página 7 de 12
La existencia de imitación diferida de conductas nuevas ha sido también
encontrada en edades más tempranas de las supuestas por Piaget, antes del fin del
primer año.
Estos datos sobre la habilidad de imitación directa y diferida ponen de manifiesto
la capacidad que poseen los bebés para actuar a partir de una representación
almacenada de estímulos o situaciones perceptivas no presentes y que esta
capacidad no es la culminación del desarrollo sensoriomotriz sino que es un punto
de partida del mismo.
Meltzoff y Moore sostienen que existen diferencias importantes, entre la mente
del niño y del adulto; lo que comparten los bebés y los adultos es su afán de
búsqueda de una interpretación coherente del mundo. Los niños no nacen con los
conceptos adultos, sino más bien con los procedimientos de descubrimiento que
conducen al desarrollo de los conceptos adultos.
4. EL DESARROLLO DEL CONCEPTO DE OBJETO.
4.1
La teoría piagetiana.
Una de las líneas básicas del desarrollo sensomotor, según Piaget es la que va del
sujeto hacia los objetos y conduce del absoluto egocentrismo del recién nacido
hasta el logro de una adaptación intelectual a los objetos del mundo externo en la
que éstos adquieren una existencia independiente.
El estudio del desarrollo del concepto de objeto es el estudio de esta progresiva
construcción mediante la que el sujeto llega a considerar los objetos como
entidades en sí mismas separados e independientes. Esta construcción, según
Piaget, se debe a la propia actividad del sujeto sobre los objetos y permite que el
niño del final del periodo sesomotor se considere a sí mismo como un objeto más,
entre otros.
Primer y segundo estadios.
En estos primeros estadios del desarrollo sensoriomotor, el bebé no tiene todavía
la más mínima noción de los objetos externos como algo separado de su propia
actividad. El sujeto es capaz a partir de las cinco semanas de sonrisas de
reconocimiento ante las personas u objetos familiares, lo que el sujeto reconoce es
su propia reacción antes que el objeto como tal.
Una característica de estos estadios es que la desaparición de algún objeto
interesante del campo visual del bebé no provoca ninguna conducta.
Tercer estadio.
La coordinación de la prensión va a posibilitar un claro progreso en la exploración
de los objetos y en la adquisición de la permanencia de los mismos. Así, durante
este estadio aparecen una serie de conductas que muestran un avance significativo.
[email protected]
PE II C_7º
Página 8 de 12
Todas estas conductas tienen en común el que muestran un progreso en la
construcción del objeto permanente y en el hecho de que ésta todavía no se ha
alcanzado.
Las conductas d transición en la adquisición del concepto de objeto del estadio
tres son:
- Acomodación visual a los movimientos rápidos.
- Presión interrumpida.
- Reacción circular diferida.
- Reconstrucción de un todo invisible a partir de una fracción visible.
- Supresión de los obstáculos que impiden la percepción.
Cuarto estadio.
En este estadio el niño busca ya activamente los objetos detrás de las pantallas y
obstáculos que los ocultan, la búsqueda no está ya limitada al campo perceptivo del
sujeto. Esta conducta de búsqueda de los objetos ocultos aparece hacia los 8-9
meses y los niños tienen ya una noción de los objetos que incluye su existencia
aunque estén fuera del campo visual.
Las limitaciones se revelan en lo que Piaget llama la “reacción típica” de este
estadio. Este error típico o conducta “A, no B” pone de manifiesto la búsqueda
activa del objeto desaparecido no es general, el niño sólo busca y concibe el objeto
en una posición privilegiada.
Quinto estadio.
Ahora el niño ya resuelve el problema anterior y busca el objeto en el segundo
lugar B en el que fue escondido, siendo capaz de tomar en consideración los
desplazamientos sucesivos. Ya no existe ningún lugar o posición privilegiada y que la
información visual recibida por le sujeto es utilizada a la hora de buscar al objeto.
EL niño es todavía incapaz de buscar el objeto cuando ha sido escondido sin que él
lo haya visto, mediante desplazamientos invisibles. Los desplazamientos invisibles
necesitan representación ya que deben inferirse o imaginarse.
Sexto estadio.
A partir del año y medio el niño es capaz de buscar los objetos que han sido
escondidos mediante desplazamientos invisibles. La primitiva capacidad
representacional propia de este estadio va a permitir al niño imaginarse el objeto
aunque no lo haya percibido directamente.
En estos momentos el niño posee, junto con la noción de objeto, los conceptos de
espacio, tiempo y causalidad que le permiten lograr una representación coherente y
completa de la realidad en la que él mismo está incluido, y a partir de la cual puede
actuar en forma inteligente.
[email protected]
PE II C_7º
4.2
Página 9 de 12
Estudios y concepciones teóricas recientes.
Los trabajos llevados a cabo en los 70 y principios de los 80 confirmaron de forma
clara los patrones de conducta encontrados por Piaget.
A continuación analizaremos con detalle las investigaciones que tratan de
demostrar que los bebés poseen un conocimiento de los objetos a edades más
tempranas de las postuladas por Piaget.
Estudios sobre adquisición temprana de la permanencia del objeto.
Estos estudios están basados en la idea de que los bebés pueden tener un
conocimiento subyacente de los objetos que no aparece en las tareas de Piaget
sobre la búsqueda del objeto oculto, pero que puede manifestarse introduciendo
pequeñas modificaciones en las tareas piagetianas, o utilizando otras tareas como
la comprobación del tiempo que le dedican al mirarlo.
Entre los primeros trabajos están los de Bower.
Bower y Wishart cambiaron un poco la experiencia típica piagetiana y en lugar de
ocultar el objeto mediante una pantalla o debajo de otro objeto, simplemente
apagaron la luz. El bebé ya no podía ver el objeto y, sin embargo, era capaz de
alcanzarlo y asirlo. Bower encontró esta conducta en bebés de algo menos de 4
meses, mucho antes de lo previsto por Piaget.
Estos resultados ponían de manifiesto que los problemas del niño en la búsqueda
del objeto oculto son motores y no conceptuales.
Baillargeon y sus colaboradores comprobaron los tempos que dedicaban los bebés
de diferentes edades a mirar acontecimientos que implicaban objetos ocultos en
situaciones posibles e imposibles, mostrando así un conocimiento y sensibilidad
ante las restricciones físicas de los objetos.
Utilizando para ello dos fases: una de habituación y otra de prueba.
Baillargeon comprobó que los bebés de 3,5 meses dedicaban más tiempo a mirar los
acontecimientos imposibles. Los bebés mostraban ya algún conocimiento de la
existencia de los objetos ocultos.
Haith y Benson destacan que los estudios anteriores pueden no suponer un desafío
real a la explicación piagetiana de la adquisición del concepto de objeto, sino más
bien una demostración del carácter gradual que esta adquisición tiene.
El desarrollo perceptivo y sensoriomotor están mutuamente relacionados y existen
desarrollos perceptivos como la adquisición de la constancia del tamaño de los
objetos, independientemente de su distancia al observador, o la existencia de una
constancia perceptiva inicial como muestran los estudios de Bower, que son
anteriores a la adquisición completa de la permanencia del objeto.
Estos hallazgos no contradicen la teoría piagetiana sino que parten de una
interpretación incompleta o incorrecta de la misma.
[email protected]
PE II C_7º
Página 10 de 12
Estudios sobre la explicación del error A, no B.
Diversos autores han comprobado que algunas veces los bebés miran sin embargo al
lugar correcto en la tarea A, no B. Estos estadios muestran que cuando las
conductas de alcanzar y mirar difieren, los bebés miran a un sitio pero buscan con
la mano en el otro, los bebés aciertan más veces con la mirada que con el
movimiento de alcanzar y asir el objeto.
Encontramos una especie de desfase entre la sensibilidad que nos indican tareas
de origen perceptivo como la de mirar la posición del objeto y las tareas
estrictamente sensoriomotoras de búsqueda y alcance motor del objeto.
Las evidencias perceptivas no contradicen necesariamente la teoría piagetiana, sino
que insisten en el carácter gradual de la misma.
Otros estudios han tratado de comprobar la posible influencia de diversas
variables en la realización de la tarea: el número de ensayos de búsqueda, la
distancia entre las dos posiciones A y B,...
Wellman y otros han llevado a cabo un minucioso meta-análisis de 30 de estos
estudios que permite ofrecer una visión sintética de los resultados encontrados.
Las conclusiones confirman el efecto de diversas variables en la búsqueda del
objeto escondido en B. Destaca que el número de ensayos de búsqueda en la
posición inicial no afecte a la correcta búsqueda en B. Este hallazgo parece
descartar la explicación del error A, no B como fruto de algún tipo de
perseverancia o persistencia en la respuesta previa de búsqueda en A.
Haith y Benson concluyen que estos hallazgos aunque no parecen dar la razón a
Piaget tampoco parecen favorecer otras explicaciones alternativas.
Concepciones teóricas recientes sobre el desarrollo del concepto de objeto.
La explicación del desarrollo de la noción de objeto plantea notables dificultades.
Exige dar cuenta a la vez de la precoz sensibilidad ante el objeto oculto, así como
de los persistentes errores mostrados en las tareas piagetianas de búsqueda y
alcance físico del objeto.
Han aparecido algunas concepciones que tratan de explicar ambos extremos, como
las de corte neurofisiológico y al enfoque de los procesos adaptativos.
Con respecto a la primera, Diamond sostiene que los bebés en edades muy
tempranas poseen ya conocimientos relevantes sobre las propiedades de los
objetos, pero que son incapaces de mostrarlos debido a déficits maduracionales
que afectan a diversos factores intermedios implicados en la resolución de las
tareas. Para explicar el retraso en las conductas de búsqueda del objeto oculto,
Diamond propone que éste proviene de la dificultad que tienen los bebés para
organizar las secuencias de acciones medios-fines que implica la tarea.
Con respecto a la explicación del error A, no B, Diamond postula como factores o
requisitos explicativos el desarrollo de las adecuadas habilidades de memoria y la
inhibición de la respuesta dominante.
[email protected]
PE II C_7º
Página 11 de 12
La memoria permitiría incrementar la demora entre el momento en el que se oculta
el objeto y la búsqueda: mientras que antes de los 12 meses, una mínima demora
impide a los bebés buscar el objeto correctamente en B, a los 12 meses las
conductas erróneas aparecen sólo después de una demora de unos 10 segundos.
La explicación en términos de maduración del sistema nervioso no resuelve todos
los problemas y plantea algunas críticas y dudas.
La concepción de los procesos adaptativos de Munakata y otros parte de un análisis
crítico de los trabajos recientes sobre el desarrollo del concepto de objeto a los
que califican como pertenecientes al enfoque de los principios.
El enfoque de los principios parte de que el conocimiento está organizado en forma
de principios que tienen los bebés dentro de su cabeza. Estos principios, estrían ya
presentes desde el nacimiento, o serían de adquisición muy temprana, y su
existencia sería puesta de manifiesto por la sensibilidad mostrada por los bebés en
tareas como las de tiempo de mirada. Por tanto resulta legítimo y adecuado tratar
de diseñar experimentales nuevas e ingeniosas, que permiten mostrar la existencia
de estos principios.
Munakata y otros parten de un enfoque diferente, basado no en la existencia o no
de unos determinados principios, sino basado en un cuidadoso análisis del proceso
evolutivo de adquisición de un conocimiento dado.
De esta manera, el conocimiento que subyace a la conducta de los bebés es
considerado como de naturaleza gradual, que se desarrolla a partir de la
experiencia, y que está empotrado dentro de procesos específicos que subyacen al
comportamiento.
Este enfoque del proceso adaptativo surge del marco teórico general de los
modelos conexionistas y su propuesta es también coherente con otras
explicaciones del desarrollo de corte dinámico, como las defendidas por Thelen y
Smith o Fischer y Bidell. Desde esta perspectiva los hallazgos de los trabajos
sobre la sensibilidad al objeto oculto medidos por los tiempos de mirada no
muestran que los bebes posean el concepto de objeto. Se pone el acento en el
estudio de los procesos y mecanismos que subyacen a la conducta infantil y a sus
sutiles cambios con el aumento de la experiencia. Dentro de este enfoque, las
aportaciones realizadas han sido dos:
- sus trabajos empíricos sobre la explicación de las dificultades en la
búsqueda del objeto escondido en términos de los déficits medios-fines,
- y la simulación del proceso evolutivo utilizando para ello redes
conexionistas.
Según todos los resultados llevan a estos autores a postular que en la comprensión
del concepto de objeto están implicados diversos procesos que subyacen a la
conducta de los bebés.
En las edades más tempranas los bebés son capaces de hacer predicciones acerca
de los acontecimientos cuando un objeto está oculto, aunque todavía no sean
capaces de comprender que un objeto siga existiendo cuando no está a la vista.
[email protected]
PE II C_7º
Página 12 de 12
Más adelante, los bebés serán capaces ya de realizar las conductas de búsqueda y
alcance merced a la aparición de un tipo de representación más potente.
Para comprobar esta concepción Munakata y colaboradores proponen una
simulación mediante dos redes conexionistas. En la primera, estos autores
proponen un modelo que permite dar cuenta del desfase, entre los resultados de
los tiempos de mirada y los de la conducta de alcance.
La red incluye dos capas o estratos interconectados: un estrato perceptivo y otro
de representaciones internas. Esta es una red recurrente que está caracterizada
porque existe una gran interconectividad entre sus unidades: las unidades del
estrato perceptivo están conectadas con las unidades internas del estrato
representacional, en ambas direcciones, además, las unidades del estrato
representacional, están conectadas consigo mismas, actúan en forma recursiva al
volver sobre sí mismas.
Así, lo que la red es capaz de representarse en un momento determinado en su
estrato oculto, depende tanto de lo que está percibiendo en ese momento como de
lo que se representó en el momento inmediatamente anterior.
De esta manera, mantiene una representación del objeto oculto, todavía incompleta
pero capaz ya de generar una anticipación sobre la posición del mismo y dar cuenta
de las expectativas y la consiguiente sorpresa mostrada por el incremento de los
tiempos de mirada.
Por el contrario, la conducta de alcance del objeto oculto requiere de una red más
compleja. En esta nueva red, un único estrato de representación produce dos
salidas diferentes, una de las salidas permite la realización de la predicción que
subyace a las tareas de tiempo de mirada; la otra dirige la conducta física de
alcance del objeto en el estrato de alcance. Es importante decir que esta nueva
red recurrente de tres estratos es capaz primero de dar cuenta de la sensibilidad
al objeto oculto y de la capacidad de alcanzar el objeto visible.
Así, la concepción de estos autores, basada en los procesos adaptativos, recoge de
nuevo una perspectiva genuinamente evolutiva, centrada en el cambio, como lo hacía
la teoría de Piaget, al mismo tiempo que proporciona un modelo explicativo de la
actuación de los sujetos y de su evolución. En nuestra opinión, las teorías
conexionistas de este tipo suponen una contribución valiosa al estudio del
desarrollo.
[email protected]