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XVIII CURSO INTERNACIONAL DE DEFENSA
MEDIOS
DE
COMUNICACIÓN
Y
OPERACIONES MILITARES
ÁREA 3: LA COMUNICACIÓN EN LAS OPERACIONES MILITARES
COMUNICACIÓN: LA PRENSA, UN FACTOR MÁS EN LAS
OPERACIONES MILITARES
PONENTE: FERNANDO BUESA GARCÍA
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1.-INTRODUCCIÓN
España se encuentra entre los países en los que la información es un
derecho fundamental. Los Gobiernos
y por tanto sus Fuerzas Armadas
tienen la obligación de informar sobre su gestión.
La experiencia demuestra que en los conflictos de la era moderna, el apoyo
de la población es esencial para su resolución. El qué, cuándo y cómo se
informe a la población es determinante para la percepción que tendrá esta
sobre el desarrollo de las operaciones. La actitud de la población afectará a
la toma de decisiones que repercuten directamente sobre las operaciones.
El éxito de la operación estará en buena medida ligado a la percepción que
los medios de comunicación transmitan de su evolución.
Vemos que se puede intervenir sobre el conflicto con otro tipo de acciones,
distintas de las acciones militares
convencionales,
influyendo sobre las
percepciones y por tanto sobre las voluntades. De hecho esta última forma
puede llegar a ser incluso más efectiva.
Las noticias hasta hace poco venían casi exclusivamente a través de los
medios de comunicación. Con las nuevas tecnologías el universo mediático
se ha ampliado y la información tiene otros procedimientos para llegar a la
población. El periodista no es el único que puede crear noticias. Cualquier
ciudadano se puede convertir en periodista.
Pero al final el receptor sigue siendo la población, la opinión pública. Si la
noticia no se difunde, pierde su valor. Esa población, que antes estaba
perfectamente segmentada y aislada, local, nacional o internacional hoy se
confunde en un todo. En el nuevo entorno de la aldea global y el mundo de
la información, el control de la información que se difunde es vital para
garantizar el apoyo de la opinión pública. A este nuevo tipo de situaciones
hay que hacer frente, y es aquí donde los medios de comunicación juegan un
papel trascendental.
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2.-
LA
CULTURA
MEDIATICA
EN
LAS
FUERZAS
ARMADAS
ESPAÑOLAS.
Hasta bien entrado el siglo XX la “Razón de Estado”, estaba por encima de
las voluntades y las opiniones. Al igual que la soberanía no residía en el
pueblo, había materias que no eran objeto de discusión y una de ellas era la
Defensa Nacional. El siglo XIX español es una buena muestra. De igual
modo, y en la misma medida que el concepto de democracia se extiende por
el mundo occidental, el convencimiento de que se debe informar sobre el
desarrollo de las operaciones militares ha ido calando en las sociedades
desarrolladas. En el caso de España el punto de inflexión lo marca la
Constitución del año 78 y la llegada de la Democracia.
En los 80 se inician las Misiones Internacionales. No olvidemos que era un
ejército en tiempo de paz, de vida de guarnición, y en el inicio de la
integración en las estructuras de defensa supranacionales y de las
Operaciones auspiciadas por Naciones Unidas.
Afortunadamente las Misiones Internacionales, casi coincidentes con el final
del Servicio Militar, sirvieron para favorecer un cambio de mentalidad.
Además de ver que el Servicio Militar no servía para las misiones que se
encomendaban a los Ejércitos, la Sociedad comprobó que sus Fuerzas
Armadas estaban preparadas para asumir sus nuevas misiones igual que
cualquier otro ejército del mundo. El inicio de estas misiones nos recordó
algo que desde siglos atrás se había llevado a la práctica, que las Fuerzas
Armadas son una importante herramienta de la política exterior de España.
Y ahí fue fundamental el papel de la prensa que supo transmitir lo que
hacían nuestros soldados. El interés mediático aumentó de tal forma que las
unidades desplegadas en el exterior recibían constantes peticiones de la
prensa.
Y como la necesidad crea el órgano, fue entonces cuando se vio
que no bastaba con que alguien se encargara de atender a la prensa dejando
momentáneamente de lado su trabajo.
Hacia falta personal preparado y
dedicado a transmitir a la sociedad española lo que se estaba haciendo,
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relacionarse con los medios de la zona para informar de las acciones que se
estaban desarrollando, en suma había que informar. Se evidenció que cada
contingente tenía que tener personal especializado en las relaciones con los
medios de comunicación, el Oficial de Información Pública. Pero no solo
hubo que crear el puesto, había que formar al personal y dotarle de medios.
Aparecieron las primeras Oficinas de Comunicación y los primeros oficiales
que se dedicaban a ello en las misiones internacionales.
3.-LA INFORMACION PÚBLICA EN OPERACIONES.
Las operaciones militares se llevan a cabo como respuesta a una crisis en la
que hay que tomar medidas excepcionales. Esa excepcionalidad es la que le
hace ser noticia y atraer la atención de la opinión pública y los medios de
comunicación.
Las noticias serán seguidas con atención por la opinión
pública y condicionarán su actitud ante la crisis. Esa actitud de la opinión
pública condicionará la toma decisiones relativas a esa crisis que tendrán
repercusión sobre la operación militar. Se cierra el círculo,
las noticias
condicionan la operación.
3.1.-Estructura del proceso de la información
Un hecho se convierte en noticia cuando un emisor decide trasmitirlo a una
audiencia porque considera que puede interesarle. El hecho objetivo se
moldea al pasar a través de un emisor que tendrá una visión subjetiva,
convirtiéndolo en una noticia. El valor de la noticia estará condicionado por
la audiencia que la recibe. Si le afecta será importante, sino pasará
desapercibida. La actitud de la audiencia tendrá mayor o menor impacto en
la toma de decisiones relacionadas con la operación militar en función de
múltiples variables, a saber, tipo de noticia, alcance de la noticia, reacción de
la audiencia.
Resumiendo la comunicación se basa en cuatro pilares,
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MENSAJE; MENSAJERO; MEDIO y AUDIENCIA. Unos hechos, MENSAJE,
que diferentes interlocutores, MENSAJEROS modelan y
convierten en
noticia y múltiples MEDIOS de transmisión que los hacen llegar a las distintas
AUDIENCIAS. Estos cuatro pilares condicionan decisiones que afectan a la
operación militar.
En una crisis en la que se hace intervenir a fuerzas militares la atención de
los medios, y especialmente al principio, está garantizada. Los hechos
ocurrirán y habrá múltiples interlocutores que aporten información. La
rapidez de respuesta es fundamental y más hoy en día. Los incidentes en los
que se encuentren implicadas las fuerzas militares saltarán rápidamente y la
primera información es la que más huella dejará. La lentitud de respuesta
solo contribuye a la perdida de credibilidad. La famosa sentencia: “lo que no
digamos, alguien habrá que lo diga por nosotros”, siempre se cumple.
La difusión de la información se hará por parte de las fuerzas militares, pero
también habrá otras aportaciones, testimonios, testigos presenciales, actores
implicados en el hecho o
interlocutores interesados en hacer perder
credibilidad a la fuerza militar: enemigo, insurgencia, terroristas o
sencillamente detractores.
Con esto pretendo llegar a la razón de ser de la comunicación militar en
operaciones, proporcionar una información oportuna y veraz con el fin de
ganar la comprensión y apoyo de la población. Sobre este concepto se
desarrolla la información en operaciones.
Debe estructurarse un sistema de gestión de la información que permita
obtenerla y procesarla para ser difundida en tiempo. Simultáneamente, hay
que evaluar qué se ha publicado, qué opinión ha generado y si otros factores
u otras fuentes, han contribuido positiva o negativamente con más
información a formar esa opinión. En suma, debe haber una doble corriente,
difundir información y evaluar el impacto en la población para valorar nuestra
gestión, el estado de opinión y obrar en consecuencia.
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Pasemos pues a describir
como debe estructurarse la Comunicación en
Operaciones y qué función tiene en el planeamiento y desarrollo de las
mismas.
3.2.-El planeamiento previo
Cualquier operación militar
se inicia mucho antes del despliegue. Antes
incluso de que se confirme si habrá una operación militar. Ante los primeros
indicios de una posible actuación: estudios de viabilidad de una operación,
seguimiento de zonas “calientes” o despliegue de equipos de reconocimiento,
el personal militar de comunicación debe iniciar el seguimiento de las noticias
relacionadas con el asunto de forma que una vez que se empieza el
planeamiento de la operación se disponga de información suficiente que
permita predecir los temas sobre los que la prensa incidirá una vez que se
haga público, orientando el plan de comunicación.
En el planeamiento general previo de la operación se tiene en cuenta el
factor Comunicación y personal militar especialista debe estar integrado en
los equipos de planeamiento para confeccionar los apartados relativos a la
comunicación, es decir: trato con la prensa, mensajes a transmitir por parte
de las fuerzas, momentos de mayor interés mediático, temas previsibles,
preparación del personal así como recopilación de datos que solicitará la
prensa tales como fechas, personal implicado, equipo, área de despliegue,
etc. En resumen la confección de un Plan de Comunicación. Para la
preparación de esta documentación será de gran utilidad el trabajo previo
hecho por los analistas de prensa en su seguimiento de las noticias sobre la
crisis.
3.3.-Preparación del personal
La instrucción militar se lleva a cabo de una forma continua y cuando se
decide una operación se inicia una preparación específica. De la misma
forma hay que hacerlo en el aspecto de comunicación. Las relaciones con la
prensa no son un papel exclusivo del jefe y del personal de Comunicación.
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Es más para comunicar es necesario que participe personal de todos los
niveles. Es conveniente dar una preparación mínima a todos los niveles
además de seleccionar algunos que ya sea por su puesto, área de trabajo o
incluso por sus dotes de comunicador se prevé que tendrán que tratar con
los medios. Este grupo requiere un entrenamiento específico y más
detallado. Habitualmente son los denominados puestos clave, jefes de
unidad,
personal experto en temas concretos
tales como operaciones,
logística, cooperación cívico militar o portavoces que como decía
anteriormente puede ser personal con mayores dotes de comunicación. Este
personal debe estar capacitado para contestar a una entrevista o aparecer en
televisión. El adiestramiento de este personal resulta crucial a la hora de
poder conectar adecuadamente con la opinión pública y para poder
informarla adecuadamente de la misión.
Pero es importante remarcar que esta preparación no exime de dar a todo el
personal participante en la operación unos conocimientos generales y
protocolos de actuación con los medios de comunicación, ya que seguro que
en la zona de despliegue será frecuente encontrarse con periodistas. Y la
instrucción no debe limitarse a rehuir el contacto. Todo soldado debe saber
que “ideas fuerza” hay que transmitir, a qué se ha ido, cual es la misión
general, etc. Es práctica habitual entregar a todos los componente de una
operación una tarjeta resumen con los principales mensajes a trasmitir e
instrucciones de actuación.
3.4.- Análisis, el seguimiento de las noticias.
Quede claro que el análisis de las noticias o de los medios no es una labor
exclusiva de inteligencia. Aunque el enfoque es muy diferente. Hay que
dedicar personal a conocer los medios de comunicación, su fiabilidad, sus
posibles fuentes, su tendencia, si apoya a una de las partes del conflicto, su
calado en la opinión pública, a quien pertenece, (no olvidemos que la prensa
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es, además, un negocio en su mayoría privado y como tal tiene sus propios
intereses).
Un buen analista de prensa debe saber donde buscar, conocer los medios,
cuál es su alcance en la opinión pública, quién es al articulista e incluso
saber de dónde se nutre para escribir. Un correcto análisis de una noticia
permitirá medir el impacto que tendrá sobre la operación.
Pero no será solo esta su función. Cuando sucede un hecho, con frecuencia,
los medios de comunicación son los primeros en difundirlo. Los medios de
comunicación trabajan las 24 horas y con los actuales medios de transmisión
informan de hechos en tiempo real. No entraremos en el tipo de noticia, pero
un correcto seguimiento de los medios puede servir de alerta ante hechos o
noticias que aparezcan en noticias de última hora.
3.5.- Operaciones con los medios o como proporcionar noticias.
Las operaciones militares tienen “picos” informativos. El inicio de la operación
suele ser el momento de mayor intensidad y como decía antes debe estar
preparado y planeado. Sin embargo, una vez iniciada hay que continuar
proporcionado información. Hechos como bajas,
actuaciones destacadas o
errores significativos, por su relevancia, deben ser difundidos rápidamente
antes de que otras vías que no dispongan del mismo nivel de información
puedan “intoxicar” la noticia con repercusiones indeseables. Para que exista
una buena coordinación, el personal de Comunicación tiene que estar
permanentemente integrado en los Centros de Operaciones, elemento de los
cuarteles generales desde donde se sigue minuto a minuto la operación y a
donde llega toda la información. Esta figura resulta fundamental para poder
obtener la información de mayor importancia en el momento de producirse.
Pero el trabajo no acaba ahí. La información debe completarse.
El equipo de Comunicación debe estar plenamente integrado dentro de la
unidad. Debe conocer el día a día y saber a quien dirigirse para completar la
información, redactarla en lenguaje “civil” y remitirla a los medios tras
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comprobar que su difusión no tendrá efectos negativos en la operación.
Entramos en un terreno escabroso. Debe comprobarse que la información
que se difunde no afecta a la operación pero tampoco ampararse en ello para
omitir información que resulte “incomoda”.
Este proceso debe ser continuo y constante, de forma que establezca un
flujo de información que permita a los medios seguir el curso de la operación.
Las nuevas tecnologías imprimen
inmediatez de las noticias.
una mayor velocidad al trabajo por la
Obliga a refinar el proceso para poder
proporcionar una información oportuna y contrastada.
Un aspecto que ha incrementado la carga de trabajo es la transmisión de
imágenes. La necesidad de imágenes que complementen la noticia obliga a
disponer de personal específico para proporcionar soporte gráfico a las
noticias.
Otro elemento esencial son los equipos de acompañamiento de prensa.
Durante las operaciones militares, prensa y televisión necesitan cubrir
noticias con las unidades desplegadas sobre el terreno. Las oficinas de
comunicación requieren personal específico que acompañe y facilite el
trabajo a los periodistas. La función de acompañamiento, que algunos
erróneamente entienden como vigilancia, tiene el fin de facilitar el trabajo al
periodista, asesorándole, aclarándole conceptos e incluso haciendo de
mediador entre el periodista y los militares, quienes al ver que el reportero
viene acompañado de alguien de su propia unidad, al que conocen y en
quien confían, se sienten mas cómodos y dispuestos a colaborar.
3.6.- El Centro de Prensa
A pesar de que la transmisión de la información puede hacerse por vía
telemática o telefónica, la existencia de un lugar al que los periodistas
puedan acudir, un punto de encuentro, sigue siendo fundamental. La
comunicación cara a cara sigue siendo necesaria. El centro de prensa es el
lugar donde se produce el verdadero intercambio de
información. La
capacidad para poder convocar y celebrar conferencias de prensa es un
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requisito indispensable. Hay que recordar que al inicio de una operación
militar es frecuente que los medios para transmitir sean muy reducidos e
incluso inexistentes. Por tanto, e insistiendo de nuevo en que los más
interesados en dar información deben ser los propios militares, es
conveniente habilitar instalaciones que faciliten la transmisión de forma
independiente. El estándar occidental, cobertura de telefonía, líneas ADSL,
corriente eléctrica, etc. está muy lejos de lo que un periodista se encontrará
en un teatro o zona de operaciones, dado que este tipo de infraestructura se
convierte en uno de los primeros objetivos en un conflicto.
3.7.-El mensaje.
Ante unos hechos, la versión primera es la que queda. Los equipos de
prensa militares deben ser ágiles en difundir la información. Eso no se
improvisa. Desde el inicio del planeamiento de la operación debe conocerse
el mensaje a transmitir. Los mensajes irán ligados a la misión: restauración
de la paz, legalidad internacional, voluntad de vencer, seguridad de los
soldados, etc Y estos mensajes, de una forma u otra, irán siempre explicita o
implícitamente en toda la información que se difunda, puesto que forman
parte de la misión.
La difusión del mensaje está a todos los niveles. Cada soldado es un
portavoz, cada acción es un hecho que reafirma lo que se quiere transmitir.
La importancia de la coherencia en la transmisión de los mensajes es
fundamental. Y no solo los mensajes verbales o escritos. Facta, non verba,
que decían los romanos. Y aquí, la importancia de la preparación de todos
los miembros que participan en una operación se hace crítica.
Asumiendo que el personal recibe la preparación necesaria, para saber que
mensajes debe trasmitir, también debe saber qué contar y Hasta donde llegar
¿Hay que contarlo todo? La respuesta es no. Obviamente los temas serán
aquellos que entren dentro de la responsabilidad de la persona que es
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entrevistada, pero aun así habrá veces que no se podrá dar la información.
De acuerdo con la doctrina de la OTAN, Y CON LA LÓGICA, hay tres
límites generales que deben respetarse: la SEGURIDAD del personal, el
cumplimiento de la MISIÓN y la PRIVACIDAD del individuo. A partir de
aquí entramos en el terreno de la prudencia.
3.8.-Los portavoces. El soldado periodista ¿Quién difunde el mensaje?.
Los medios de comunicación a la hora de confeccionar una noticia buscan
varias perspectivas, necesitan la aportación de varios interlocutores.
Cualquier noticia tendrá, además de la
versión oficial, la de otras de
personas implicadas en el hecho, testigos oculares, personal afectado directa
o indirectamente, familiares...
Por eso todo soldado puede ser un portavoz y debe saber qué hacer. El
primer militar español que pisó Afganistán se encontró al bajar del avión un
micrófono de Antena 3. No era el portavoz, ni llevaba un mensaje preparado,
ni había sido instruido para enfrentarse a los medios pero allí tenía el
micrófono. Está claro que no era su misión pero que se encontraría con
medios de comunicación y tendría que hacer frente a esa situación si era
previsible. Volvemos a la importancia de la preparación y el planeamiento.
Cada soldado es un portavoz potencial. Se le prepara para enfrentarse al
enemigo, para enfrentarse a situaciones difíciles, ¿y para explicar lo qué
hace? No debemos olvidar que en todo momento puede verse abordado por
lo medios y tener que contarles a qué ha venido, qué tiene que hacer, cual
es su misión. Debe saber transmitirlo Pero además un soldado es el
interlocutor más creíble. Mucho más que el portavoz y más aún que el jefe de
la unidad.
Pero no sólo hay que preparar al soldado para que se enfrente a los medios,
¿Y si el soldado es el medio? La figura del ciudadano periodista ya no nos
sorprende. También está ”el soldado periodista”. La grabación de un móvil, la
foto en Internet o el video pirata están a la orden del día. No podemos
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ponerle puertas al campo. De poco sirve prohibir. Las nuevas tecnologías
nos desbordan, los medios de grabación y trasmisión están al alcance de
cualquiera y son difícilmente detectables por lo que es más lógico instruir
que prohibir. El soldado debe saber qué puede decir y qué no puede decir
para no poner en peligro la vida de sus compañeros, la misión o la seguridad.
Las fuerzas militares tienen que convivir con una realidad. TODO lo que
hagan es susceptible de aparecer en el mundo de Internet, antes o después.
No es necesario citar los casos puesto que a diario los tenemos y los
seguiremos teniendo. Conclusión: Si las operaciones militares están
constantemente frente a las cámaras habrá que aprender a utilizarlas.
3.9.- La audiencia
Como decía anteriormente, cualquier noticia puede dar la vuelta al mundo,
todo lo que digamos llegará a la opinión pública, pero no solo a la nuestra.
Una noticia puede dar la vuelta al mundo en unos minutos y ser recibida por
diferentes audiencias. No existen fronteras para la información. Hay que
obrar en consecuencia y al difundir un mensaje hay que ser conscientes de
que lo recibirán audiencias con intereses diferentes e incluso encontrados.
Hay que redactar un único discurso con mensajes coordinados.
Obviamente, ante un mismo hecho, la interpretación, el impacto o el interés
no será el mismo para la población local envuelta en el conflicto que para la
población del país o países que aportan las tropas o para la internacional que
no está afectada directamente por la operación. Que los soldados españoles
tengan dificultad para llamar a su casa desde Afganistán poco importa a los
afganos, pero afecta a las familias de los soldados. Un soldado de la OTAN
muerto en la operación tiene mucha influencia en la nación afectada, alguna
en el resto de las naciones de la OTAN, pero nula en la opinión afgana. El
pasado 31 de agosto “El Mundo”
publicaba una entrevista de Mónica
Bernabé. En ella, el jefe de policía de Bagdis se quejaba de que nadie se
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preocupaba por dos policías afganos asesinados a los pocos días de la
muerte de los dos oficiales de la Guardia Civil y el traductor en Afganistán.
Obviamente las actitudes serán distintas, pero la información podrá llegar por
igual a todos aunque sus preocupaciones serán muy diferentes. Puede
incluso decirse que a veces son intereses contrapuestos, puesto que si
bien a la población local lo que le preocupa es la restauración de la paz, a la
opinión internacional lo que más le preocupará serán
sus soldados, las
bajas. A unos y a otros, a pesar de todo, hay que transmitirles un mensaje
unificado, el progreso de la operación con las mínimas bajas posibles tanto
de fuerzas propias como de población local, las tristemente conocidas como
víctimas colaterales.
A la hora de trabajar en información hay que diferenciar al menos las
siguientes audiencias: nacional, internacional, local (entendiendo como tal la
de la zona de despliegue) e interna. Se puede diferenciar aun más en función
de las partes implicadas en la crisis, países participantes en la misión y otros
factores. Pero independientemente de que haya varias audiencias con
diferentes intereses, la información llegará casi por igual a todas por lo que
se debe ser cuidadoso para que los mensajes contenidos en la información
no produzcan efectos no deseados en alguna de las audiencias.
3.10.- El tiempo
La inmediatez y la velocidad de la información son dos cualidades a tener
muy en cuenta a la hora de informar. En su contra, la veracidad y la
fiabilidad. Hasta hace bien poco se consideraba que una información debía
ser contrastada, comprobada. Las revistas semanales nos daban información
de primera mano, ¡de una semana!, pero habitualmente contrastada y muy
elaborada. Hoy no se concibe que una noticia tarde unas horas. Una imagen
dará la vuelta al mundo antes de que se escriba una crónica sobre el asunto.
En su contra está la veracidad. No siempre hay tiempo de contrastarla.
Nos encontramos con un difícil equilibrio que hoy es difícil de mantener. La
carrera por ser el primero en dar la noticia hace que no haya tiempo de
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contrastarla. Este problema se agranda con las nuevas tecnologías y el
“ciudadano periodista”. Esto trasladado a las operaciones militares hace que
el problema sea casi constante. Una baja, una operación de cierta
envergadura o un error fatal se trasmite con rapidez. Los procedimientos
deben estar previstos y establecidos. El nivel de aprobación, quien está
autorizado a difundir la información, definido, de forma que el tiempo de
reacción y la respuesta por parte de las fuerzas militares sea lo más rápida
posible para minimizar el impacto de la noticia.
3.11.- El medio de trasmisión.
Si algo ha evolucionado ha sido el canal que transmite la información. De una
crónica escrita a una imagen en directo hay escasamente 150 años de
diferencia. Winston Churchill escribía crónicas sobre nuestra guerra de Cuba
o la guerra de los Boers que tardaron semanas en llegar.
Hoy nos
impacientamos si no tenemos las imágenes de la noticia a los minutos de
producirse. No nos sorprende encontrarnos un video en Internet de un
ataque talibán al poco de ocurrir. Este cambio en los medios de trasmisión ha
sido tan grande que el concepto mismo de la información ha cambiado. Del
texto a la imagen y de la imagen al directo. Si hasta hace muy poco, la radio
nos daba
la inmediatez,
basándose en la narración y como mucho en
sonidos directos hoy empieza a quedar desfasado. Queremos la foto, el
video, la “prueba” de que está ocurriendo. Esta evolución en la velocidad de
transmisión y en el formato ha transformado completamente las noticias y su
veracidad. Antes de contrastar, se envía,
ya que lo que “vende” es la
primicia, el impacto, frente al rigor de los hechos. Esta presunta ausencia de
rigor frente a la inmediatez da pie a que se juegue con la noticia. El impacto
es lo que crea una primera impresión y a partir de ella se empieza a influir
sobre la opinión.
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3.12.-El enemigo asimétrico.
Hay que partir de la base de que no siempre vamos a contar con un
enemigo. Las operaciones de ayuda humanitaria como Pakistán, Timor o
Mozambique son un ejemplo de la ausencia de enemigo. Este tipo de
operaciones suelen tener el mayoritario apoyo de la opinión pública. Son
pocas las voces que se oponen a las misiones de carácter humanitario.
Pero pongámonos en lo peor,
hay alguien, un país, un sector de la
población, un enemigo que se opone a la intervención. Si el enemigo a la
antigua usanza
se ha cambiado por el enemigo asimétrico, la antigua
concepción de la información ha cambiado también. Antes a cada lado de la
trinchera había un bando y cada parte tenía su prensa. La información que
llegaba a cada población procedía de una única fuente. En la Primera guerra
del Golfo vimos los bombardeos de Bagdad transmitidos por la CNN. ¿Quién
podía pensar hasta entonces que una cadena de TV “enemiga” podría
trasmitir desde donde impactaban las bombas de los suyos?
¿Nos
imaginamos una cadena de TV alemana en Londres en 1940?
La información disponible procede de fuentes propias pero también del
adversario. El enemigo contamina, miente, o sencillamente desinforma. En el
ambiente actual la información procede de infinidad de fuentes. Internet nos
da las últimas noticias con introducir la palabra clave. Las fuentes de cada
noticia poca gente las mira, pero si lee la noticia y con ello ya empieza a
formar opinión. Volvemos por tanto al principio, hay un hecho y muchas
fuentes. Muchas de ellas desinforman incluyendo a nuestra población. Las
nuevas tecnologías han eliminado las fronteras a la información. La censura
no es posible. Ni para nosotros, ni para ellos. Tenemos otro factor a tener en
cuenta, la desinformación. Aquí aparece el concepto de las operaciones de
información.
3.13.- Operaciones de Información y Comunicación Estratégica.
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Decía al principio del documento que las fuerzas militares que intervienen en
un conflicto tienen como misión impedir que el adversario alcance su
propósito. Para ello deben lograr que cambie su voluntad y acceda a lo que
se le quiere imponer mediante el empleo de la fuerza, llegando, si fuera
necesario, hasta su destrucción.
Pero otras maneras de hacerle cambiar su voluntad. Hoy en día la
información viene modelada por el medio que la transmite. Sólo basta con
leer una misma información en distintos medios para ver que son noticias
diferentes. La información puede cambiar opiniones e influir en la toma de
decisiones
y aquí viene la pregunta ¿Es un nuevo factor a tener en cuenta
en el campo de batalla?
La información que llega a la opinión pública, la población y su percepción es
un factor determinante en la batalla y no sólo hay que tenerla en cuenta, hay
que considerarla como un
elemento más en el planeamiento de las
operaciones militares.
Pero a la hora de influir sobre la población entramos en un terreno muy
peligroso. ¿Es lícito que los ejércitos traten de influir sobre la población para
cambiar su percepción y por tanto su voluntad? Todo es del color del cristal
con que se mire. Si se quiere cambiar la voluntad para que entreguen las
armas, para que cesen las hostilidades o incluso para hacer cumplir una
resolución de ONU será lícito, pero ¿y si queremos influir sobre la población
española para que accedan a que se prolongue la estancia de nuestras
tropas en una operación? Es evidente que no.
Se ha creado una función dentro de los ejércitos denominada Operaciones
de Información (INFO OPS). Se define como una función de asesoramiento
y coordinación de las acciones de información con el fin de crear los efectos
deseados sobre la percepción y voluntad del adversario.
Deben quedar claros varios puntos al respecto. En primer lugar que es una
función de COORDINACIÓN, no es una función de MANDO. En segundo
lugar y más importante aún,
que es SOLO SOBRE EL ADVERSARIO,
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nunca, insisto nunca, sobre la población propia. Este tipo de actuaciones
están limitadas al ámbito de las operaciones, y únicamente con el fin de que
lograr el cumplimiento de las resoluciones acordadas por la Comunidad
Internacional, las Naciones Unidas.
Lo primero que nos viene a la mente en el tema en el que estamos metidos
es preguntarnos si la Comunicación en Operaciones no está ligada a las
Operaciones de Información. Omitir este tema solo reforzaría la duda y la
explicación se hace necesaria.
En
este mundo globalizado donde la información no tiene fronteras es
evidente que debe haber una coordinación entre esa información que quiere
influir sobre las voluntades y aquella otra información que se genera
únicamente para que la opinión pública sepa qué está ocurriendo y que tiene
como único fin el ganar la comprensión y en su caso el apoyo de la
población. En resumidas cuentas, unos generan percepciones, INFO OPS, y
otros informan, Oficinas de Comunicación, pero coordinados.
Actualmente
en el ámbito de la OTAN se está desarrollando el concepto de Comunicación
Estratégica.
En realidad se puede considerar que la función se venía
desarrollando desde siempre (la coordinación de los elementos que influyen
sobre la población) Se puede definir la Comunicación Estratégica como la
coordinación al mas alto nivel del empleo de la Diplomacia, la Comunicación
y las Operaciones de Información.
Quede claro pues que existe una coordinación, una unidad en el mensaje,
pero que son independientes. De otra forma se perdería toda la credibilidad a
la hora de informar, y todos los que trabajan en el mundo de la información
son conscientes de que se necesita mucho tiempo para conseguir la
credibilidad y un segundo para perderla. Un error así la echaría a perder.
3.14.-El personal de Comunicación.
Si algo hace falta para moverse en los medios de comunicación es
experiencia.
Y eso es lo que falta. No considero que sea necesario un
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periodista pero tampoco que deba ser un militar que desconoce el medio.
Para llevar a cabo una correcta estrategia de la información, es necesario
recurrir a personal cualificado para su gestión. Conocer como funcionan los
medios, la mentalidad del periodista, sus necesidades, entender qué es
necesitar una respuesta para antes del cierre. Los primeros pasos se han
dado, la incorporación a la estructura de los ejércitos de especialistas en
Comunicación ha sido un paso significativo. Desde el primer español
desplegado en Kurdistán, como Oficial de Comunicación nombrado por la
Dirección de Relaciones Institucionales de Defensa, conocida entonces como
DRISDE, han pasado más de 20 años. La experiencia ha demostrado que
hacen falta equipos cohesionados, formados e integrados en las unidades.
No se trata de enviar un elemento ajeno a la unidad para que se integre con
ella. Debe ser alguien de la unidad, conocedor de ella, de sus características
y posibilidades y de la confianza de sus jefes.
Existe aún una carestía importante de personal especializado que se ve
agravada por la rotación en los puestos. Esto fuerza a un continuo proceso
de aprendizaje que si bien sirve para extender la conciencia informativa
dentro del ejército, dificulta la mejora de procedimientos y la especialización
del personal.
4.- CONCLUSIONES
Nuestro siglo, el siglo XXI nos está haciendo enfrentarnos a unos retos que
hace unos años, el siglo pasado no podíamos ni imaginar. Vivimos en un
mundo donde todo es sometido al juicio de la opinión pública a través de los
medios de comunicación. Los ejércitos no son una excepción y
están
aprendiendo a moverse en este entorno.
Durante las operaciones militares la presión mediática se incrementa hasta
tal punto que constituye un factor más en el planeamiento y ejecución de las
operaciones. De su correcta ejecución depende en buena medida la
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valoración que haga la sociedad y a su vez influirá sobre la toma de
decisiones de gran repercusión sobre la operación.
Las nuevas tecnologías han revolucionado el mundo de la información. Su
evolución es más rápida que la capacidad de adaptación de los ejércitos
regulares.
La velocidad a la que se trasmite una información supera la
capacidad de respuesta con los procedimientos convencionales y ello solo se
puede resolver con agilidad de respuesta. Eso pasa por la descentralización.
Y la descentralización puede provocar descoordinación. Salvo que exista una
unidad de criterio. ¿La clave? Instrucción y planeamiento, esenciales para un
correcto y adecuado uso de la información.
Hay mucho que aprender y tal vez lo tengamos muy cerca, enfrente. Hoy el
mundo occidental se enfrenta a un enemigo asimétrico, no convencional. El
empleo que hacen de los medios de comunicación, nuevos y convencionales,
supera con mucho en agilidad y capacidad de impactar al modo de empleo
de los ejércitos occidentales. Para contrarrestar no podemos emplear sus
métodos que van contra la legalidad y nuestra ética, pero si podemos actuar
sobre la información. Proporcionar información rápida y oportunamente,
abriendo la opción a que la prensa conozca el trabajo de nuestros soldados,
convivan con ellos y tengan información de primera mano. Y eso pasa por el
planeamiento de la comunicación y la formación del personal.
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