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EL PERIODISMO CIENTÍFICO, HOY
SCIENTIFIC
JOURNALISM TODAY
Javier Gregori
La comunicación científica es imprescindible para que la
sociedad pueda tomar decisiones sobre temas relacionados
con los avances de la ciencia. Por eso, la creación de grupos
de periodistas especializados con medios técnicos adecuados
para poder ofrecer información científica, es relevante. Sin
embargo, en algunas ocasiones, que no son pocas, el
periodismo científico cae en manos de personas que no
están preparadas profesionalmente para desempeñar esta
función. Cometen errores graves como el alarmismo o un
tratamiento superficial de la información.
a difusión de noticias científicas a través de los medios de comunicación
(prensa, radio, televisión, internet…)
requiere la existencia previa e imprescindible de una serie de elementos. Sin
duda, el más importante de ellos es la creación de un
equipo de periodistas especializados en este tipo de
información. Y hablo de equipo porque, con el extraordinario y continuo avance de la ciencia, es también
necesaria la subespecialización dentro de este campo
periodístico. Por tanto, todo medio de comunicación
debería disponer de un periodista científico especializado en sanidad, otro en ecología y un tercero en
astronomía y astronáutica, como mínimo.
Pero la existencia de un amplio abanico de periodistas científicos dentro de una redacción tampoco es
suficiente. Dada la complejidad del lenguaje científico,
estos profesionales de la información necesitan contar
con la colaboración directa de una no menos extensa
red de científicos especialistas en las diferentes ramas
del saber. Este grupo de expertos se encargaría, a su
vez, de matizar la importancia de las novedades científicas que llegan a la mesa de los periodistas y, además,
podrían aclarar o ampliar esta información con la rapi-
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Scientific communication is crucial for society to
take decisions on themes related to advances in
science. Here for, the creation of groups of
specialized journalists with adequate technical
means for the broadcasting of scientific information
is relevant. In some cases however, and there are not
a few, scientific journalism, falls into the hands of
professionally unprepared people to fulfill this
function. They make great errors such as alarmism
or a superficial treatment of the information.
dez que requiere su difusión a través de los medios de
comunicación.
Por supuesto, los periodistas científicos también
tienen que disponer de medios técnicos adecuados
(infografía, animaciones digitales, escenarios tecnológicos…) con la finalidad de, por un lado, atraer la atención de los receptores y, por otro, hacer más accesible
su mensaje a un público cada vez más numeroso.
Al fin y al cabo, la noticia científica es la narración
de un descubrimiento, un avance o una idea científica
nueva, que interesa al receptor y que se presenta de
forma atractiva.
Y segunda cuestión a tener muy en cuenta. Esta
definición del periodismo científico es sencilla, pero
introduce tres conceptos clave: la novedad, el interés
público y la presentación atractiva. Analicemos, pues,
cada uno de ellos de forma más detenida.
La novedad. Toda información que pretenda
convertirse en una noticia (y, como consecuencia de
ello, aparecer en los medios de comunicación) tiene
que presentar una novedad. Este es uno de los principios básicos del periodismo y, por tanto, también del
periodismo científico, es decir, de la especialización
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periodística encargada de informar sobre el desarrollo
tecnológico.
El interés público. Para convertirse en noticia,
una información acerca de una innovación o un desarrollo tecnológico no sólo tiene que ser nueva, sino
también de interés público. ¿Y qué le interesa a la
gente? Fundamentalmente, todo lo que le afecta de
forma directa. De ahí la importancia que los periodistas científicos otorgan a las informaciones relacionadas
con la salud, la calidad del aire o de los alimentos, la
seguridad de las carreteras, la educación, el tiempo de
ocio, etc.
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Una presentación atractiva. Una buena presentación puede captar la atención del lector de forma
inmediata. Por esa razón, en el caso de los periódicos y
revistas, la información debería suministrase con textos
ágiles y claros, titulares interesantes acompañados
de imágenes y gráficos que ayuden a hacer más comprensible la exposición de los datos expuestos. Mientras tanto, si hablamos de los medios audiovisuales,
las noticias científicas tendrían que ofrecerse, a
ser posible, desde el lugar de los hechos (laboratorios,
centros de investigación, bases espaciales, etc.)
con la ayuda de especialistas en la materia y de las últimas tecnologías en el sector de la edición para radio y
televisión.
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studió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Desde 1989 es el
responsable de la sección de ciencia y medio ambiente en los Servicios Informativos de la Cadena SER. Dirige y presenta La Hora del Siglo XXI, un informativo dedicado en exclusiva a estos temas y, en la actualidad, es también profesor de periodismo
científico en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha recibido tres premios Ondas y
en 2003 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Ambiental.
[email protected]
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Estos son los factores más importantes, pero no
los únicos que contribuyen a que una determinada
noticia científica sea recogida por los medios de comunicación. Por ejemplo, también tiene gran relevancia la
proximidad de los hechos narrados. No es lo mismo
que un desarrollo tecnológico lo realice una empresa
española que otra de Taiwán. Además, los receptores
suelen conceder gran importancia a la búsqueda de
soluciones a los problemas ecológicos que nos afectan
a todos, como el cambio climático, el avance de la
desertificación, la progresiva extinción de las especies
(el lince ibérico, entraría dentro de este penoso apartado) o el «agujero» en la capa de ozono.
Por desgracia, el periodismo científico cae, en
demasiadas ocasiones, en manos de personas no preparadas desde el punto de vista académico o profesional
y, claro, éstas cometen un sinfín de errores, entre los
que cabría destacar –por ser los más comunes– el alar-
mismo, el tratamiento superficial de la información
científica (hay titulares jugosísimos en esta categoría),
la difusión de las falsas ciencias (astrología, ufología,
parapsicología…) o el incumplimiento de un precepto
periodístico tan simple como la obligación de contrastar todos los datos dudosos o que hayan sido ofrecidos
por fuentes no fiables (y los familiares de esta especie
de «informadores» es una de los colectivos más peligrosos).
Este tipo tan peculiar de «periodistas» tampoco
acude nunca a los departamentos de documentación
de los medios para ampliar su información y acuden
menos a los científicos que a su propio dentista.
Por último, también podemos encontrar el extremo opuesto. Los «periodistas» que son tan expertos en
una determinada especialidad científica que sólo escriben para los catedráticos o los ingenieros. Nada más
lejos, pues, del periodismo. ¶
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