Download Diálogos de la Comunicación

Document related concepts

Educación en línea wikipedia , lookup

Democracia digital wikipedia , lookup

Alfabetización informacional wikipedia , lookup

Transcript
diálogos
de la
comunicación
CONSEJO DIRECTIVO DE FELAFACS
Presidente:
Luis Núñez Gornés
Universidad Iberoamericana
Intercambio y Cooperación Académica
Prolongación Paseo de la Reforma 880,
Colonia Lomas de Santa Fe
01210 México D.F., México
Teléfono: (525) 2674122 Fax: (525) 2674265
E-mail: [email protected]
Presidente Honorario:
Joaquín Sánchez, S.J.
Pontificia Universidad Javeriana-Seccional Cali
Carrera 18 Nº 118-250 Avenida Cañasgordas
Apartado Aéreo 26239, Santiago de Cali, Colombia
Teléfono: (572) 5552595 / 5552826 Fax: (572) 5552180
E-mail: [email protected]
Secretario Ejecutivo:
Walter Neira Bronttis
Calle Bernstein 261, San Borja, Lima 41,
Apartado aéreo 180097, Lima 18, Perú
Teléfono: (511) 4754487 / 2252403
Fax: (511) 4754487
E-mail: [email protected].
Directores:
Alicia Entel
Gorriti 3951
172 Buenos Aires, Argentina
Teléfono: (5411) 48617559 / 48655773
Fax: (5411) 48655773
E-mail: [email protected]
Alvaro Rojas Guzmán
Corporación Universitaria Autónoma de Occidente
División de Comunicación Social
Valle del Lili. Carretera Vía a Jamundí
Apartado aéreo 2790, Santiago de Cali, Colombia
Teléfono: (572) 5553746 Fax: (572) 5581233
E-mail: [email protected]
José Carlos Lozano
ITESM - Campus Monterrey
Departamento de Comunicación
Av. Eugenio Garza Sada 2501 Sucursal de Correo “J”
64849 Monterrey, Nueva León, México
Teléfono (528) 3582000 ext. 4552 y 4558
Fax: (528) 3284198
E-mail: [email protected]
Erasmo de Freitas Nuzzi
Facultad de Comunicación Cásper Líbero
Av. Paulista, 900 - 5º andar 01310-940 São Paulo, Brasil
Telf.: (5511) 31705883 Fax: (5511) 31705891
E-mail: [email protected]
Federico Iglesias
G1 Almacigo, Arbolada, Caguas
Puerto Rico 00725
Teléfono: (725) 7240409 / 7442167 Fax: (787) 7457093
E-mail: [email protected]
cincuentinueve - sesenta
59-60
diálogos
de la
comunicación
La revista diálogos se publica gracias al aporte de la Fundación Konrad
Adenauer de Alemania, que coopera igualmente con los programas
regulares que nuestra Federación auspicia en cada una de las Asociaciones
C O N S E J O C O N S U LTO R
Nacionales y Facultades de Comunicación de América Latina.
Alicia Entel
Heriberto Muraro
Daniel Prieto
Héctor Schmucler
Mauricio Antezana
Muñiz Sodré
Jesús Martín Barbero
Valerio Fuenzalida
Josep Rota
Federico Varona
Miquel de Moragas
Manuel Martín Serrano
Armand Mattelart
Robert A. White
Giuseppe Richeri
Raúl Fuentes
Cristina Romo
Beatriz Solis
Desiderio Blanco
Javier Protzel
Teresa Quiroz
Rafael Roncagliolo
Max Tello
Marcelino Bisbal
José Mayobre
Argentina
Argentina
Argentina
Argentina
Bolivia
Brasil
Colombia
Chile
Estados Unidos
Estados Unidos
España
España
Francia
Italia
Italia
México
México
México
Perú
Perú
Perú
Perú
Perú
Venezuela
Venezuela
CONSEJO EDITORIAL DE LA REVISTA diálogos
Dirección:
Walter Neira Bronttis
Edición:
Ana María Cano
Diseño:
Miguel Bernal Q.
Impresión:
Grafic ASPA
Oficina de redacción: Secretaría Ejecutiva de FELAFACS. Apartado aéreo 18-0097, Lima 18, Perú.
Telf.: (511) 2252403 Telefax: (511) 4754487
Correo electrónico: [email protected]
http://www.felafacs.org
Hecho el depósito legal Nº 95-0456
diálogos
de la
comunicación
diálogos
índice
Revista teórica de la Federación Latinoamericana de Facultades
de Comunicación Social. Integrante de la Red Iberoamericana de
Revistas de Comunicación y Cultura. Números 59-60 octubre 2000
6
de la
comunicación
EDITORIAL
11
LA FORMACIÓN UNIVERSITARIA DE PROFESIONALES
DE LA COMUNICACIÓN Y SU RENOVACIÓN
COMO PROYECTO SOCIAL
Raúl Fuentes Navarro
25
ESPACIOS UNIVERSITARIOS: ¿LA REALIDAD DE
UN PÁRAMO O LA ILUSIÓN DE UN ESPEJISMO?
Cristina Baccin
33
LAS PELIGROSAS RELACIONES DE LOS
PERIODISTAS CON EL PODER
José Marques de Melo
43
MEDIACIÓN DEL EMISOR ESPECIALIZADO
EN LA CULTURA DE LA PAZ
Francisco Esteve Ramírez
53
PRÁCTICAS TEÓRICAS Y TEORÍAS PRÁCTICAS DE LA
COMUNICACIÓN SOCIAL EN PUERTO RICO
Héctor Sepúlveda
67
COMUNICACIÓN, UNIVERSIDAD Y CULTURA DE PAZ
Ma. Eugenia García Raya / José Miguel Pereira G.
75
IDENTIDADES CULTURALES Y ESPACIO PÚBLICO.
UN MAPA DE LOS SILENCIOS
Rossana Reguillo
87
ESPACIOS DE CONVIVENCIA Y DE REENCUENTRO
Ma. de la Luz Casas Pérez
97
CONFLICTOS INDÍGENAS, GLOBALIZACIÓN, PRENSA Y
ESTADOS NACIONALES. EL CASO DE CHILE
Gustavo González Rodríguez
103
TELEVISIÓN E IDENTIDAD CULTURAL
Veneza Mayora Ronsini
5
índice
diálogos
de la
comunicación
113
IDENTIFICACIÓN DESDE EL AFUERA. LA RECEPCIÓN DE
INMIGRANTES EN LA CIUDAD DE LA PLATA
Sergio Caggiano
129
DE DIABLOS NEGROS A DIABLOS BLANCOS
Carlos A. Galeano
137
EDUCOMUNICACIÓN: COMUNICACIÓN Y
TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN EN LA
REFORMA DE LA ENSEÑANZA AMERICANA
Ismar de Oliveira Soares
153
LA CIUDADANÍA EN TIEMPOS AUTORITARIOS
Ma.Teresa Quiróz Velasco
167
DE LA PRESENCIA A LA EXCLUSIÓN.
Ma. Cristina Mata
175
COMUNICACIÓN Y DERECHOS
EN LA CONSTITUCIÓN DE LA CIUDADANÍA
Susana Frutos
183
LA COMUNICACIÓN EN LA RECONSTRUCCIÓN
DEL TEJIDO SOCIAL
Lucía Azuaje
193
EL CATÁLOGO DE LOS ERRORES. ESTRATEGIAS Y
NEXOS ENTRE COMUNICACIÓN Y POLÍTICA
Eduardo Gutiérrez
201
EL G-8, OKINAWA Y LA “DIGITAL DIVIDE” O LA UTOPÍA
COMUNICACIONAL COMO SISTEMA DE DOMINIO
Aníbal Ford
209
COMUNIDADES VIRTUALES
¿ESPACIOS DE CONVIVENCIA PACÍFICA?
Claudia Benassini
225
CONVERGENCIA MULTIMEDIA:
MÁS ALLÁ DE LA INTERNET
Eduardo Villanueva Mansilla
233
PENSAR LAS DISCURSIVIDADES
Eliseo Colón
255
PROYECTO PERFORUM: DISEÑANDO FLUJOS DE
INFORMACIÓN Y CONECTANDO CULTURAS
Artur Matuck
265
PARADIGMAS DE LA COMUNICACIÓN: NUEVOS
ENFOQUES TEÓRICO-METODOLÓGICOS
Migdalia Pineda de Alcázar
273
ESCUELA DE FRANKFURT:
REINVENTAR LA CULTURA CRÍTICA
Alicia Entel
281
HACIA UNA HERMENÉUTICA
DE LA COMUNICACIÓN:
Hermann Herlinghaus
293
PERIODISMO INFORMATIVO Y COMUNICACIÓN
DEL CONFLICTO ARMADO Y DEL
PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA
Fabio López de la Roche
307
EL DISCURSO DELA CULTURA DEL MALANDRO
Roseli Fígaro
317
GRITAR EN SUEÑOS.
VIOLENCIAS, COMUNICACIÓN Y PAZ
Germán Rey
333
REPRESENTACIONES DE VIOLENCIA Y JUSTICIA
EN LA CONSTRUCCIÓN MEDIÁTICA
DE ACTUALIDAD
Silvia Tabachnik
339
EL MENSAJE PUBLICITARIO O LAS
FORMAS OCULTAS DE LA VIOLENCIA
Daniel A. Hernández López
349
PROGRAMACIÓN TELEVISIVA ORIENTADA
A LA VIOLENCIA Y ESTUDIOS DE RECEPCIÓN
Marcia Perencin Tondato / Maria Marta Jacob
357
PREGUNTAS SANGRANTES: PERIÓDICOS
SENSACIONALISTAS EN COCHABAMBA
Marcelo Guardia Crespo
7
5
índice
de la
comunicación
COMUNICACIÓN Y CULTURA DE PAZ
editorial
diálogos
Ponemos a disposición de nuestros lectores una
edición doble de nuestra revista Diá-logos de la
Comunicación. La ocasión no puede ser más propicia.
Se trata de presentar un conjunto de ensayos que
serán debatidos en el marco del X Encuentro
Latinoamericano de Facultades de Comunicación
Social, certamen central de nuestra Federación que se
realiza del 23 al 26 de octubre del presente año en
sociedad con la Universidad de São Paulo y ABECOM.
El tema central alrededor del cual giran los ensayos
aquí reunidos es “Comunicación y Cultura de Paz”. Al
elegirlo nuestra Federación tuvo en consideración la
importancia que este eje tiene, o debe tener, no sólo
en la formación sino también en el ejercicio
profesional de los comunicadores de América Latina.
Las diversas formas de la violencia que conmueven
hoy a nuestras sociedades, y en particular a la
comunicación, demandan de una sintonía mucho más
notoria de nuestros profesionales con la esencia
misma de la comunicación. Nuevas miradas, nuevas
actitudes pero, fundamentalmente, nuevos
compromisos resultan ser –cada vez más- una
prioridad y un reto que no podemos postergar.
Los diversos discursos culturales, entre ellos el de la
paz, movilizan reflexiones, dinámicas de aprendizaje
y experiencias pragmáticas que acentúan la
importancia del saber plural para formar diagnósticos
y pronósticos y, al mismo tiempo, destacan el
significado de los diálogos interdisciplinarios.
Tratándose del recurrente esfuerzo humano orientado
a la convivencia pacífica, teniendo por realidad el
conflicto y las asimetrías de los diferentes, el lugar de
la comunicación gana una importancia que
trasciende las disciplinas.
Los ensayos aquí reunidos abarcan distintos aspectos
desde los cuales se realiza una lectura interdisciplinar
de las complejas relaciones que se dan entre
Comunicación y Cultura de Paz. Estos aspectos se
instalan también en las preocupaciones de diversos
investigadores de la región. El énfasis con que cada
uno de ellos distingue su trabajo nos ha conducido a
una articulación –únicamente metodológica- que se
expresa en los segmentos eje que operan como
ordenadores de las ponencias:
2.
3.
4.
5.
6.
La formación del profesional de la comunicación
para una cultura de paz
Comunicación, paz e identidades culturales
Comunicación, ethos y construcción de
ciudadanía
Comunicación y espacio virtual
Reconstrucción disciplinar de la comunicación
Medios y violencia
diálogos
de la
comunicación
Wa l t e r N e i r a B r o n t t i s
1.
D i r e c t o r
9
editorial
S. Frutos
Susana Frutos
Comunicación
y derechos
en la
constitución
de la
ciudadanía
Profesora-investigadora de la Escuela de Comunicación Social
y Directora del Centro de Estudios e Investigaciones en
Comunicación y Cultura de la Universidad Nacional de Rosario.
E-mail: [email protected]
175
diálogos
de la
comunicación
174
175
Frutos
Susana
Comunicación, derechos y ciudadanía
-1Asistimos en la actualidad a
cambios producidos en los
modos de acción colectiva,
en especial a una crisis de los
movimientos sociales (o la
existencia de nuevas expresiones) y también crisis de
representación, enmarcadas
en la consolidación del proyecto liberal en sus expresiones económica y política. En
particular, las sociedades actuales presentan una crisis
manifiesta de las corporaciones más ligadas a la expresión de demandas y canalización de intereses, crisis de legitimidad que atraviesa también a las corporaciones vinculadas a la representación
política (manifiesta en la cambiante composición de las
identidades).
diálogos
de la
67
comunicación
En este marco, se puede constatar una fuerte relevancia
asignada en los estudios sociales a los procesos comunicacionales -en la constitución
de los sujetos- así como la incorporación de la dimensión
cultural a los estudios políticos. Desde esta perspectiva,
es posible afirmar que la importancia de la cultura mediática (acceso a mayor información, globalización, mayor
segmentación de públicos,
video política) potencia la
complejidad y heterogeneidad del material simbólico
que circula en la sociedad.
La formulación de demandas
por parte de los sujetos reviste en la actualidad nuevas expresiones: algunas enmarcadas en límites reivindicativos estrechos, de corto plazo, y con características grupales (clientes, usuarios de
servicios); otras planteadas
en tematizaciones ligadas a
los derechos desde lo individual (derechos del consumidor, intereses difusos, derechos frente al abuso estatal).
Relacionado con este segundo
tipo de demandas, se ha dado
el surgimiento de ámbitos, en
la esfera pública y privada,
especialmente dedicados a
funciones de contralor, fiscalización y regulación. Atendiendo a estos hechos y vinculándolos con los procesos
de consolidación democrática
en Argentina, le atribuyo relevancia a estas instituciones de
control entendiendo que ocupan un lugar importante en la
consolidación señalada anteriormente.
Los resultados obtenidos en
abordajes empíricos que he
realizado sobre este tipo de
procesos ponen de manifiesto que el estudio de la especificidad comunicacional de
estas demandas propicia el
conocimiento de lo que, en
realidad, resulta opaco: las
condiciones en que lo simbólico se articula con lo socioeconómico y lo político.
Hoy, los nuevos modos de
constitución de las identidades, instauran una reorganización en las modalidades de
diferenciación de los sujetos,
de tal manera que la mayor
parte de las prácticas ligadas
a la cotidianeidad, son difíciles de tipificar. Las demandas
presentadas en instituciones
habilitadas específicamente
para la recepción de las mismas (oficinas para la atención
del consumidor, defensorías,
centros de asistencia al ciudadano, etc.) donde los actores
se presentan a «reclamar» por
sus derechos son, con frecuencia, demandas ligadas a
algún tipo de consumo (ya sea
de productos materiales, bienes culturales o servicios). De
tal manera, llevan, casi por
efecto de contigüidad la impronta de la práctica de consumir, de las disposiciones
que se ponen en juego en este
tipo de actos y de la significación que conllevan. Asimismo,
suelen exponerse en estos
ámbitos problemas vinculados a las consecuencias de
procesos de victimización o
de conflictos comunitarios.
Me interesan las distintas formas de interacción social vin-
-2Sobre esta problemática,
existen dos cuestiones que,
en el conjunto de la producción teórica sobre la misma,
pueden considerarse relevantes:
En primer lugar, los aportes
de autores que se plantean el
estudio de los nuevos movimientos y la pluralidad de elementos que confluyen en la
constitución de los mismos.
Melucci (1990) plantea que lo
que está puesto en discusión
es la coexistencia de (a) un
agotamiento de los universos
teóricos; (b) una transición
que va de los viejos modelos
de acción colectiva a un cambio de los mismos y (c) una
creciente posibilidad de control por parte de la acción individual. Es interesante la
apertura de su propuesta por
cuanto lo liga con la cotidianeidad y resalta los procesos
de individualización, en tanto que atribución de un sentido de acción a todo individuo, potencialmente.
Este tipo de enfoque se diferencia de las perspectivas
que vinculan la constitución
de la ciudadanía a las características de las sociedades
que están entrando en la etapa post-industrial: la constatación empírica de la importancia que adquiere la información y la interdependencia
forma parte de la mayoría de
estos estudios. (Benjamin,
1991). En general, son trabajos que atribuyen relevancia
a la opinión pública, sobre
todo en cuanto refleja la desconfianza y apatía de la población frente a las instituciones
políticas tradicionales. Estos
enfoques sistémicos que pretenden dar cuenta de las demandas sobre la calidad de
los servicios, una vez alcanzado un cierto umbral económico por parte de los individuos, enfrentan -desde nuestra perspectiva- el escollo
teórico de presentar los aspectos culturales y comunicacionales como una dimensión inabordable o -simplemente- no planteársela como
interviniente en la formulación de estos problemas.
En segundo término, dos
aportes teóricos que dentro
de la amplia gama de enfoques sobre esta problemática de los intereses y demandas de los sujetos, muestran
el estado de desarrollo teórico en relación con este pro-
blema y le asignan al estudio
de la comunicación y la cultura un lugar preponderante.
La perspectiva de Habermas
acerca de la construcción de
la ciudadanía, de acuerdo a
cuya perspectiva, la ciudadanía tiene (además de la pertenencia a un Estado) un estatuto vinculado a derechos
y deberes. Habermas ubica su
enfoque en la tradición republicana (en oposición a la tradición liberal), según la cual
la ciudadanía es un proceso
activo, especialmente caracterizado por la participación
y la comunicación. En estos
procesos, los diálogos y sus
lógicas pertinentes están en
la base de la constitución ciudadana. Además de la necesidad de una visión histórica
de los diferentes procesos
constitutivos de los derechos
ciudadanos, en esta perspectiva ocupa un importante lugar el conocimiento de los
factores que favorecen la
plasmación en el sistema jurídico de las nuevas relaciones de inclusión. (Habermas,
1992 y 1998). Este enfoque es
relevante ya que, en este modelo de participación al que
alude Habermas, intervienen
redes de discursos entrelazados que configuran un marco
general para la ciudadanía.
Los aportes de Walzer, que
desde la teoría de las esferas
de la justicia, indaga acerca de
las causas que influyen en el
hecho de que los ciudadanos
se preocupen más por lo económico que por lo político. En
el marco del carácter actual de
la vida asociativa de los suje-
S. Frutos
culadas a estas nuevas instituciones establecidas como
ámbitos facilitadores de la
gestión y contralor por parte
de los individuos; el lugar de
encuentro en el marco del
espacio público en que la comunicación, entendida como
interacción, participa en el
desarrollo de nuevas modalidades constitutivas de los
sujetos en tanto que ciudadanos. La necesidad de dar
cuenta de la complejidad de
estos procesos se refiere a las
relaciones entre Estado y sociedad que se instalan hoy en
el marco de las transformaciones políticas, sociales, culturales, económicas y tecnológicas.
177
176
177
Comunicación, derechos y ciudadanía
tos (relaciones con el trabajo,
vínculos frente al mercado,
relaciones generales en la
precarización laboral, etc.),
Walzer señala que, aunque
estemos en presencia de una
fuerte potenciación de las asociaciones civiles, no podemos
prescindir del Estado. (Walzer,
1992 y 1997). Plantea así la
necesidad de que los ciudadanos se responsabilicen de
otras actividades, aprovechando la multiplicidad de
estrategias de organización en
la sociedad civil y las nuevas
formas de acción estatal. En
este aprovechamiento surgiría buena parte de la revalorización de los pequeños detalles de la cotidianeidad y con
ella de la interacción comunicativa.
-3Por otra parte, es importante señalar que, desde hace
tiempo dentro del campo de
los estudios sociales, suele
enunciarse insistentemente
la insuficiencia de los análisis.
Específicamente los temas de
la constitución de la ciudadanía en relación con la discursividad y la democracia participativa reúnen a su alrededor aportes teóricos en el
sentido de la necesidad de revisión de las categorías que
hasta hace pocos años se
consideraban para dar cuenta de estos procesos. Es verdad que los distintos actores
sociales y su recomposición
identitaria no pueden ser concebidos como grupos homogéneos o sectores de población claramente delimitados.
diálogos
de la
69
comunicación
En su lugar, encontramos individuos en situaciones no
tan fácilmente clasificables.
La insuficiencia de las categorías y enfoques estadísticos
frente a los casos y problemas que se presentan hoy,
está planteando la necesidad
de buscar variables explicativas que excedan el marco
de los tradicionales indicadores sociológicos. Se hace
necesaria la comprensión de
los procesos en un nivel más
individualizado y junto a las
características objetivas (socio-demográficas) hace falta
el análisis de aspectos más
directamente biográficos
como las experiencias anteriores de los sujetos, la evolución de la estructura familiar, la historia psicológica
personal, etc. Concomitantemente con estos problemas
teórico-metodológicos, el conocimiento de la comunicación parece cada vez más difuso, y este déficit tiene su explicación en la insuficiencia
de los modelos teóricos. Las
categorías ligadas los estudios cuantitativos están organizadas para dar cuenta de
procesos más compartimentados. De allí la necesidad de
abordar este tipo de estudios,
otorgando un sentido protagónico a la historia individual, sobre todo teniendo en
cuenta el modo en que los
procesos actuales de recomposición social, cultural y
económica transforman la
cotidianeidad de los sujetos
en algo problemático.
Estos procesos de demandas
por derechos, entendidos
como estructura social y es-
tructura de significados favorecen la comprensión teóricometodológica que podemos
denominar “perspectiva del
sujeto de la comunicación
como problematización de la
estructura social”. Esto implicaría la existencia de estructuras sociales y estructuras
de significación producidas
por los mismos sujetos, que
remitirían a determinadas
condiciones de desigualdad,
diferencia y heterogeneidad.
Lo que quiero plantear es que
el sujeto demandante de derechos es un sujeto de comunicación que opera como tal
en ambas estructuras (estructuraciones, en realidad) y
que ambas deberían ser incluidas en el análisis para no
caer en la tendencia repetida
en los estudios sociales de
secundarizar una de las dos,
según el marco conceptual.
Pero, al hablar de sujetos demandantes de derechos, ¿a
qué sujetos nos referimos? En
realidad, lo que no se supone
en esta propuesta que hacemos es la individualidad o la
díada aisladas sino también la
necesidad de la descripción
y el análisis de todos los sujetos que intervienen en la situación comunicativa. Esta
recuperación de la multiplicidad de voces (Bajtin,Todorov) puede poner de relieve
las situaciones conflictivas al
interior del espacio bajo estudio y complejizar el analisis
que, de otro modo, podría
pensarse como el estudio de
un fenómeno homogéneo.
Los procesos políticos en la
esfera de lo público en la Argentina actual muestran una
acción estatal sin aciertos en
la elección de los mecanismos institucionales que garanticen la preservación de
umbrales de integración social, tanto en su dimensión
material como simbólica. Se
corre así el riesgo de permanecer en un tipo de interpelación exclusivamente política de la ciudadanía, relegando la dimensión social de la
misma, situación que ya se
expresa en el crecimiento de
la exclusión social, para citar
sólo un aspecto de los derechos sociales que hoy no están garantizados.
La ciudadanía ya no se limita
a los términos en que fue pensada hasta hace poco tiempo
(derechos cívicos, económicos o sociales). Hoy, puede
proyectarse hacia cualquier
instancia de la vida social en
que surjan relaciones de poder. Tal concepción de la ciudadanía -que aquí proponemos- remite a los derechos
del sujeto frente a un determinado poder (Garretón,
1995). Esta expansión de la
ciudadanía plantea la necesidad de definir: (a) las actividades en torno a ella y (b) las
nuevas instituciones que se
hagan cargo de la misma. El
papel de estas instituciones
gira en torno al facilitamiento
de los modos de acción individual o colectiva por parte
de los sujetos, contribuyendo
a la expresión de gran parte
de las demandas sociales. En
este contexto, la acción individual puede revestir un carácter electivo, como señala
Melucci, en tanto que se posibilita el control y la definición de las condiciones de la
experiencia personal y social
por parte de los sujetos.
Tomando de Quiroga la propuesta de distinguir una «esfera pública política» y una
«esfera pública civil» y, entendiendo por esta última, un
espacio de gestión del ciudadano, es posible pensar un
proceso de repolitización en
el que el sujeto es el ciudadano constituido por una integración política y social.
(Quiroga, 1995). En este modo
de concebir la articulación
entre lo político y lo social, la
libertad y las necesidades no
están tan separadas como
han sido formuladas desde el
pensamiento griego, lo que
contribuye a la instauración
de espacios nuevos de constitución de la ciudadanía.
En consonancia con ese lugar
de cruce entre ambos órdenes que es el espacio público
-espacio eminentemente comunicativo- y, dada la propuesta de pensar la construcción de la ciudadanía desde
la perspectiva del sujeto de
comunicación en la formulación de demandas vinculadas
al acceso a la justicia, esbozaré algunas proposiciones
que pretenden direccionar
una lectura sobre el estado
del debate bibliográfico actual sobre la concepción de
los fenómenos aludidos.
-5El liberalismo se puede señalar como el horizonte más
abarcativo que, a través de
las políticas de ajuste, introduce un nuevo marco referencial para las nuevas identidades sociales, políticas y
culturales. Las políticas de
ajuste, la centralidad del mercado y la inmediatez de la lógica del consumo, conllevan
un quiebre en las significaciones atribuidas por los distintos sectores sociales a los
valores sobre los que se asentaban sus identidades sociales, culturales y políticas.
(Tenzer, 1991; Borón, 1996).
Estas situaciones son concomitantes con la existencia de
nuevos modos de conformación y de organización de
esas identidades. La presencia (individual o colectiva) en
la esfera pública, se encuentra sostenida por nuevas redes institucionales y comunicacionales. Existe una mayor
tendencia a la acción individual. En esta medida, los procesos de individualización
operan como deconstructores de las entidades sociales tradicionales en Argentina,
presentando a los sujetos en
el marco de su particularidad.
La relación de los sujetos con
las instituciones del orden
social y público aparece marcada por una referencia a la
cotidianeidad. La aparición
de lo cotidiano en el espacio
público representa una experiencia nueva en la historia de
la participación en Argentina.
Existen cambios significati-
S. Frutos
- 4-
179
178
179
Comunicación, derechos y ciudadanía
vos en las tradicionales
interpelaciones desde las
corporaciones, lo que participa en otro tipo de instauración subjetiva. De esta
manera, se produce un corrimiento de las relaciones
constitutivas de la identidad
política y social desde sistemas más abarcativos a otros
más particulares, desde formas más abstractas a formas
concretas, más ligadas a la
experiencia (García Delgado,
1994).
Estas modificaciones en el orden del sentido operan atravesados por una producción
mediática que tematiza en
torno al mercado y a los efectos de las políticas de ajuste,
contribuyendo a fortalecer la
disposición a la acción individual antes señalada.
-6Sin embargo, asignarle una
relevancia tal a la comunicación no implica que la articulación entre ciudadanía, poder y cultura sea, en realidad, sólo un problema del
orden de lo simbólico. De lo
que se trata es de dar cuenta, además, de las condiciones de las prácticas y representaciones vinculadas e
inscriptas en la intervención
ciudadana. En el caso del acceso a la justicia, ocupa un
lugar destacado la opacidad
de los procesos simbólicos
que le otorgan un estatuto de
práctica ciudadana. El análisis de la comunicación de las
demandas de justicia deberá
hacerse en un marco de arti-
diálogos
de la
71
comunicación
culación con la dimensión
socioeconómica y la dimensión política. La opacidad del
Derecho, como ha sido enunciada por Cárcova, puede ser
dilucidada teórica y empíricamente sólo a partir de los
condicionamientos en que es
producida. En la interacción
comunicativa, en tanto que
simbolización de específicas
condiciones de existencia,
los sujetos que demandan
por derechos ponen en juego prácticas y significaciones compartidas.
Esta especificidad de las condiciones da lugar a la configuración de una especificidad
de lo que se denomina “justo”. De ese modo, lo justo es
así otro dispositivo coadyuvante de la situación social.
En estas instituciones, los individuos devienen ciudadanos no sólo planteando sus
demandas sobre lo que aspiran en términos de justicia
sino también articulando su
propia historia en tanto que
perteneciente a un determinado colectivo.
La individualización en la demanda por los derechos –naturalizada como la existencia
de personas “iguales ante la
ley”- se corresponde con la
construcción institucional y
mediática de sujetos aislados
que reclaman en un marco de
compartimentación frente al
Estado. Lo que no está presente en esta visión de las
demandas por derechos es la
dimensión participativa que
supone comunicar, enunciar
un reclamo de derechos.
Para finalizar, podemos decir
que los sujetos sociales se
constituyen en un marco variado de procesos entre los
cuales la especificidad de la
comunicación ocupa un lugar
destacado. Y los sujetos mismos interpretan esa comunicación para situarse en un sistema de aseveraciones, explicativo de su propia existencia. Es decir que, más allá de
los significados presentes en
estas formulaciones de demandas por derechos, ellos
conllevan uno o varios significados que, además, refieren
a diferentes zonas de la realidad. Así pensados, como procesos de comunicación, las
demandas se convierten en
realidades aptas para la problematización acerca de las
condiciones macrosociales a
partir de constituirse como
objeto de estudio del campo
de la comunicación independientemente de la temática
específica de la demanda de
derechos de que se trate.
Tenzer, N., 1992, La sociedad
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
despolitizada, Paidós, Buenos Aires.
Bajtin, M., 1974, La cultu-
Walzer, M., La idea de la Sociedad Ci-
ra popular en la Edad
vil, en Debats Nº 39, Marzo 1992, Va-
Media y el Renacimiento,
lencia.
Barral, Barcelona.
Benjamin, R., 1991, Los límites de la política, Alianza, México.
Borón, A, 1996, Democracia y Ciudadanía, en
Gaveglio y Manero (comps) Desarrollos de la teoría política contemporánea, Homo Sapiens, Rosario.
Cárcova, C. M. , 1992, Teorías jurídicas alternativas, CEAL, Buenos Aires.
García Delgado, 1994, Estado y Socie-
Garretón, M.,1995, Expansión de la
ciudadanía y fortalecimiento democrático. Mimeo.
Habermas, J., 1998, Facticidad y validez, Trotta, Madrid. 1988, La lógica
de las ciencias sociales, Tecnos, Madrid. 1992, Ciudadanía e Identidad
Nacional: consideraciones sobre el futuro europeo, Debats Nº 39; Tres modelos de democracia. Sobre el concepto de una política deliberativa, Debats
Nº 39.
Melucci, A., 1990, Los movimientos
sociales y la democratización de la
vida cotidiana (Traducción de
Gabriela Adelstein), Mimeo.
Miller, D., Walzer, M. (comps.) 1997,
Pluralismo, justicia e igualdad. FCE,
Buenos Aires.
Quiroga, H., 1995, La democracia que
tenemos, Homo Sapiens, Rosario.
S. Frutos
dad, FLACSO, Buenos Aires.
181
180
181
comunicación y
tecnologías de la
información en la
reforma de la
enseñanza
americana
I.O. Soares
Ismar de Oliveira Soares
Educomunicación:
Profesor de la Escola de Comunicações e Artes,
Universidade de São Paulo.
Coordinador del Núcleo de Comunicación y
Educación de la ECA/USP.
Dirección: [email protected]
137
diálogos
de la
comunicación
136
137
Ismar de Oliveira Soares
Educomunicación
Por lo que pudimos observar,
en nuestra reciente investigación, la interrelación “Comunicación/Tecnologías/Educación” pasa, en Estados Unidos por dos áreas de intervención socio-político-cultural a saber:
la gestión de las mediaciones
tecnológicas en los espacios
educativos (information literacy);
La simple introducción de los
medios y de las tecnologías en
la escuela puede ser la forma
más engañosa de ocultar sus
problemas de fondo bajo la
égida de la modernización
tecnológica.
Jesús Martín Barbero
El objetivo del presente paper
es el de tratar de entender
cómo, en los Estados Unidos
las políticas públicas, las opciones de inversión y las
prácticas pedagógicas han
llevado la interrelación Comunicación/Tecnologías de la
Información/Educación a la
constitución de una nueva
área interdisciplinar de intervención social profundamente vinculada a los proyectos
diálogos
de la
67
de defensa de la ciudadanía.
Por último, identificamos un
desafío que se presenta como
consecuencia del hecho: a
quién correspondería en los
Estados Unidos o en América
Latina la formación de profesionales para atender las demandas laborales en el área:
¿a las Facultades de Comunicación o a las de Educación?
comunicación
la alfabetización de los estudiantes para el consumo de
los medios de comunicación
(media literacy).
En otras palabras, cuando se
habla de la relación entre Comunicación, Tecnologías de
la información y Educación,
dos órdenes de cosas afloran
de inmediato:
1. Una de naturaleza cultural,
sobre el impacto del sistema
de medios en el imaginario y
en la conducta de niños y jóvenes;
2. Otra, de naturaleza operacional, con profundas implicancias económicas, sobre
los modos como las políticas
públicas, las prácticas empresariales y los diversos mode-
los pedagógicos vienen incorporando las tecnologías en
los espacios educativos.
La primera cuestión es reconocida, internacionalmente,
bajo la denominación de Media Education- educación
para los medios-, y en los Estados Unidos, como Media
Literacy (literatura sobre los
medios o alfabetización mediática).
La segunda se encuentra en
el ámbito conocido en los Estados Unidos como Information Literacy (literatura sobre
cómo se produce y distribuye la información).
Las dos cuestiones han sido
examinadas tradicionalmente
bajo el ángulo de la Educación, cuando lo que se tiene
a la vista es el proceso de
aprendizaje. O también, desde el ángulo de la comunicación, cuando lo que se tiene
en proyección es la difusión
masiva de informaciones, la
persuasión de las masas de
consumidores o la movilización político-ideológica de los
grandes contingentes poblacionales.
Estamos considerando que
las dos cuestiones podrían
ser tratadas en el ámbito de
un campo interdisciplinar e
interdiscursivo de conocimiento, al cual denominamos
“Educomunicación”.
En ese sentido definimos
Educomunicación como el
campo de planeamiento y ejecución de políticas de comunicación educativa, teniendo
1. LA MEDIACIÓN TECNOLÓGICA EN LA EDUCACIÓN O LA LUCHA POR EL
CONTROL DE LAS TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS EN
ESTADOS UNIDOS
La Educomunicación busca
también facilitar la producción y difusión de la información, promueve la interactividad en los procesos de enseñanza-aprendizaje y ofrece
los referentes teóricos y
metodológicos necesarios
para el análisis de la producción cultural para efecto de
una adecuada formación en la
relación con el sistema masivo de medios de información.
La educación escolar corre
un serio riesgo de escapar de
las manos de los padres, de
los educadores y de los propios educandos. El fenómeno
se muestra en su forma más
clara y para algunos, irreversible, en territorio americano,
donde los negocios en torno
de la enseñanza movilizan
una suma que supera los 200
billones de dólares anuales.
La Educomunicación absorve
sus fundamentos de los tradicionales campos de la Educación y de la Comunicación,
superando las barreras epistemológicas impuestas por la
visión funcionalista de relaciones sociales, que las mantenía aisladas e incomunicables. Se trata de un campo en
permanente construcción, teniendo en cuenta el contínuo
proceso de cambios sociales
y de avances tecnológicos.
Para entender mejor cómo el
campo de la Educomunicación se viene construyendo
en una determinada sociedad, tomaremos para el análisis la experiencia americana
en torno de la gestión de la
mediación tecnológica en la
educación (information literacy) y de la alfabetización
para el consumo de los medios (media literacy) tratando
de contextualizarla en el escenario de los embates culturales en que vive el país.
La pérdida de control sobre
la educación por parte de sus
principales agentes –los profesores y los alumnos- quedó
evidenciada en las recientes
investigaciones que constataron que, en este país, la llamada “industria de la educación” (representada por los
productores de materiales
didácticos impresos y electrónicos, por las controladoras de los sistemas de educación a distancia –las llamadas
universidades virtuales- así
como el propio sistema masivo de medios) decidió invertir fuertemente, no sólo
para suplir al área sino para
ejercer absoluto control sobre ella.
Invertir en educación pasó
también a ser prioridad gubernamental. Se trata del único punto de consenso entre
los dos mayores partidos políticos. La administración
Clinton-Al Gore definió como
meta para el año 2000 propor-
cionar un computador para
cada ocho alumnos en todas
las escuelas públicas del país.
La meta fue alcanzada:
aproximadamente ocho millones de aparatos fueron distribuidos, verificándose casos de la existencia de un
equipo para cada cuatro
alumnos. La meta para el año
2001 es conectar todas las
aulas a Internet.
Las tecnologías sirven, en
verdad, como metáfora fundamental del ideario americano, corporizando la racionalidad de su sistema de vida,
cuyo resultado final es la expectativa de dominio sobre la
naturaleza y la efectiva supremacía de su sistema político
y económico. Una supremacía que se ve reflejada en acciones de búsqueda de control absoluto sobre informaciones que circulan en todos
los cuadrantes de la tierra1.
Por su lado, el ciudadano común se siente particularmente afectado: Las tecnologías
influyen en nuestras vidas y
nosotros pasamos a evaluarnos y a valorizarnos por el
número y complejidad de aparatos que usamos, afirma el
investigador norteamericano
Steven Hodas (HODAS:7).
Por otro lado, las investigaciones revelan una total renovación de los conocimientos tecnológicos cada tres
años. En el momento, por
ejemplo, ya se habla de una
nuevageneración de Internet.
En ese sentido la revista
Syllabus informa en su edición de abril del 2000 que
más de 170 universidades
I.O. Soares
como objetivo la planificación,
creación y desarrollo de
ecosistemas comunicativos
mediados por el uso de las tecnologías de la información y de
los procesos de comunicación.
139
138
139
Educomunicación
norteamericanas habían formado alianza con 60 grandes
corporaciones para poner en
funcionamiento Internet 2 –o
NGI, Next Generation Interneten un esfuerzo colaborativo
para desarrollar la infraestructura, las herramientas y
las aplicaciones necesarias
destinadas específicamente
a la industria de la educación
on line. Es importante recordar que las universidades no
serán sólo las compradoras
o las usuarias del nuevo sistema, sino que se están convirtiendo en sus autores,
controlando el proceso de su
creación a través de la UCAID
– University Corporation for
Advanced Internet Development.
1.1. Educación: una industria con baja productividad
El uso de las tecnologías en
la educación viene creciendo,
ciertamente, de forma exponencial, en los Estados Unidos. En 1995 eran cien las instituciones acreditadas para
ofrecer algún tipo de educación a distancia, usando los
tradicionales medios de comunicación, como la radio y
la televisión. En 1999, 850 organizaciones ya estaban
acreditadas, todas usando
Internet como su principal recurso de distribución de información. Según noticia que circuló durante la National Conference on Distance Education,
(Madison, junio de 1999), más
del 50% de las universidades
americanas disponían, en
aquel momento, de algún tipo
de servicio de formación a
distancia.
diálogos
de la
69
comunicación
Los analistas no se muestran
del todo satisfechos con el
desempeño americano en el
sector. De acuerdo con
Arthur Levin, la universidad
es un tipo de industria que
pierde billones de dólares
anualmente por no seguir las
normas de una buena administración: tiene fama de presentar baja productividad,
alto costo, mala gerencia y
casi ningún uso de tecnologías (LEVIN:25).
Levin recuerda, como ya mencionamos, que la enseñanza
universitaria presenta, en su
conjunto, un rendimiento
anual de 225 billones de dólares, siendo reconocido
como uno de los negocios
más ambiciosos por los
inversionistas del país. Pero
no es en la universidad tradicional en la que están pensando los inversionistas, sino en
un nuevo tipo de institución
totalmente restaurada, a partir de la aplicación de las tecnologías de la información.
Tal como en el comercio de
los productos de consumo,
los inversionistas están atrás
de una marca que simbolice
la nueva realidad americana:
la virtualidad de su sistema
de producción simbólica. En
ese sentido, buscan crear
nuevas instituciones, desvinculadas de la pesada burocracia de las escuelas tradicionales, dirigidas más a la difusión
de información (delivery of
information), que a la investigación, utilizando, para tal
fin, la misma mano de obra
que garantiza legitimidad a
grandes instituciones americanas e internacionales como
la Columbia University, la
University of Oxford o la Tokio University. En caso de que
eso ocurra, como sospecha
Levin, las escuelas tradicionales serán de tal forma afectadas en su estructura y en su
prestigio que se verán obligadas a promover profundas reformas institucionales y pedagógicas.
La universidad con que sueñan los inversionistas y tecnólogos se denomina knowledge-producing organizations,
un concepto que no se aplicaría sólo a las escuelas sino
a todo esfuerzo por hacer del
“conocimiento” un producto
económicamente rentable. En
ese particular, Levin comenta que ejecutivos de áreas
orientadas a la producción
cultural están, también ellos,
repensando su papel y su
identidad social. Un librero
comentaba recientemente:
No estoy en la industria del libro, estoy en la industria del
conocimiento. Por eso estamos
en la televisión, usamos
computadoras, y estamos en
millares de aulas. Se trata de
la concepción de la educación multimediática que va
donde el cliente (alumno)
está.
Las expectativas de los alumnos también parecen haber
cambiado. Hoy buena parte
de ellos no ve a la escuela
como un espacio de reflexión,
sino como una asesoría fiscalizada. La relación con una
universidad, para estos alumnos, no sería diferente de la
relación que mantienen con
las empresas de prestación
En este contexto, el recurso
didáctico es entendido como
la variable mágica, que, aplicada a toda enseñanza, a todo
alumno, en cualquier grado,
para cualquier materia y con
cualquier objetivo, dará los
resultados deseados. A partir
de esta concepción se intenta determinar cuál es el “medio” más eficaz. No se espera, pues, otra conducta de las
universidades que la adopción de un cierto conductivismo. Obviamente, en el medio académico no se habla de
“conductivismo”, por ser éste
un concepto demasiado cargado de significado peyorativo, prefiriéndose trabajar con
un concepto más blando, de
una cierta ‘economía pedagógica” a través de las tecnologías, entendidas como “generadoras de aprendizaje”.
Se trata de una perspectiva
descalificada por investigaciones académicas como la
que realizó el ILCE –Instituto
Latinoamericano de Comunicación Educativa- en 1993,
que constató que, al menos
en América Latina, no se realizó una mejoría automática
del sistema educacional por
la inclusión del empleo de las
tecnologías. Es interesante
observar, por otro lado, que
la falta de espacios para la
efectiva construcción del conocimiento original fue el
punto central de la crítica de
Paulo Freire a las propuestas
pedagógicas centradas en las
Tecnologías Educacionales
(GÓMEZ, 1998).
La avalancha tecnológica ha
provocado reacciones contradictorias, que van de la
euforia a la indiferencia, así
como a la resistencia. No más
del 5% de los docentes de la
enseñanza superior hacen
uso de los recursos de la información en sus actividades
didácticas. En cuanto a los
profesores de enseñanza básica y media, lo que se sabe
es que se resisten. En verdad,
la escuela se resiste. Según
Hodas, la escuela ha sido
identificada, en sí misma,
como una tecnología cerrada.
Su estructura administrativa
fue moldeada a lo largo de los
últimos cien años teniendo
como objetivo su propia autopreservación en tanto institución, y no como una mediación entre sus clientes, los
alumnos, y la sociedad. En
ese sentido, ella siempre resistirá a las embestidas de
otras tecnologías que la coloquen en el camino de perder
el control sobre los procesos
de producción y difusión de
conocimientos. (HODAS:1993).
Se trata de una resistencia no
sólo a las tecnologías de la
información, sino a todo y
cualquier procedimiento
organizadamente concebido,
que se aparte de la concepción funcionalista y vertical
de relación de poder y man-
do en la estructura escolar.
En síntesis, cualquier proyecto en el área de la comunicación que busque, por
ejemplo, democratizar los
flujos de la información y
crear ecosistemas más libres, creativos y alejados de
la línea de la comunicación
dialógica de Paulo Freire,
será inmediatamente obstaculizado como inoportuno.
En este último caso, lo que
ocurre con mayor frecuencia
es lo que muchos denominan
la “domesticación de las tecnologías” o su confinamiento en laboratorios mantenidos bajo absoluto control de
los administradores o especialistas.
En el caso americano, no es
propiamente de la concepción freiriana de lo que nos
ocupamos, sino del simple
acto de la incorporación de
las tecnologías para suplir las
demandas tradicionales de
difusión de conocimientos.
Así mismo, la escuela tradicional se mantiene reticente.
Frente a esta resistencia, especialmente de la enseñanza
superior, los inversionistas
amenazan con desestructurarla por la base económica. A título de ejemplo: una
maestría en la llamada universidad virtual cuesta, para un
americano, no más de 6 mil
dólares, en tanto en una universidad tradicional como
Harvard, el mismo servicio le
estaría costando más de 22
mil dólares anuales. Las universidades virtuales iniciaron
también el sistema de desmontaje de la estructura académica tradicional al crear,
I.O. Soares
de servicios, supermercados
o bancos: el énfasis estaría en
la calidad del producto, en la
utilidad y facilidad de su uso
y en su aplicación práctica
inmediata. Y todo camina en
dirección a la educación on
line, dirigida al alumno en su
casa o ambiente de trabajo,
en el país o en el exterior.
141
140
141
Educomunicación
sin cuerpo docente propio,
cursos estructurados a partir
del préstamo de disciplinas
provenientes de los más diversos orígenes, dirigidos a
atender las demandas puntuales específicas.
La lucha por el control del
sistema educativo, que en su
totalidad envuelve a alrededor de cien millones de estudiantes, llevó al Estado a
dar prioridad absoluta al
área, en un intento de negociar la absorción de las nuevas máquinas a partir de
parámetros educacionales –
los academic standards- negociados entre los Distritos
Educacionales y los propios
educadores.
1.2. Las tecnologías de la
información en los Model
Academic Standards
Desde 1996 el Departamento
de Educación de los Estados
Unidos solicitó a todos los
Estados de la confederación
que elaborasen una profunda
revisión de sus parámetros
curriculares, integrando el
uso de las nuevas tecnologías
entre las metas prioritarias
de la educación americana4,
con los siguientes objetivos:
1. Todos los estudiantes y
profesores deben tener acceso a las computadoras.
2. Todas las aulas deben estar conectadas a Internet.
3. Todos los profesores deben
tener acceso a una formación
que los habilite para trabajar
con las tecnologías.
diálogos
de la
71
comunicación
4. Todas las aulas deben disponer de softwares interactivos, adecuados a las necesidades de enseñanza.
El Estado de Wisconsin ha
sido reconocido como uno de
los líderes en la discusión y
en la conducción de la reforma educacional americana.
Ha aprobado, en 1998, los
Model Academic Standards,
para las áreas de conocimiento que componen los currículos de las sucesivas series escolares5. La importancia dada
al tema puede ser medida por
la presencia de la interrelación Comunicación/Información/Tecnología en ocho de
los 17 parámetros curriculares adoptados por el Estado6.
Los standards sirven como
parámetros para el trabajo de
planeamiento de los 420 Distritos Educacionales del Estado. Su aplicación “debe llevar
siempre” a la perspectiva de
la formación de un alumno
seguro de sí mismo y de sus
posibilidades en cuanto ciudadano y en tanto trabajador,
lo que se cumpliría por la
atención del cuadro de metas
pedagógicas claramente definidas:
a) La conquista de la habilidad de pensar (lo que incluye la formación del pensamiento creativo, creativo y
analítico y la capacidad de
resolver problemas y de
transferir el conocimiento
adquirido para nuevas situaciones).
b) El desarrollo de la habilidad de comunicarse (lo que
significa llevar al alumno a
construir y a defender un argumento; a trabajar en grupos, a relacionarse usando
una variedad de herramientas y finalmente, la disposición de recibir instrucciones
y de actuar de acuerdo con
planes y modelos pre-establecidos.
c) La conquista de patrones
de disciplina interior que
pongan al futuro trabajador
en disposición de búsqueda
permanente de la calidad (lo
que significa garantizar las
habilidades relacionadas con
la investigación y el manejo
de informaciones, dando al
alumno el sentido de responsabilidad para crear productos de calidad, desarrollar y
perseguir metas positivas.
d) La disposición de servir a
la comunidad (llevando al
alumno a actuar responsablemente en tanto ciudadano,
preparándolo para trabajar y
aprender a lo largo de la vida,
contribuyendo, por otro lado,
al desarrollo cultural, estético y artístico de la comunidad).
Es interesante observar que:
a) Los standards incorporan,
de forma directa y transparente la misión que la Educación viene atribuyéndose a sí
misma desde la época del Iluminismo, entendiéndose
como institución socializadora del conocimiento, formadora de opinión y proveedora de patrones de comportamiento. Ella debe enseñar
tanto a ser creativo, como a
literacy, es rica en detalles reveladores de los embates culturales en que vivió el país en
los últimos treinta años. Si
recorremos este período,
para no irnos mucho más lejos en la historia, verificaremos tres grandes momentos
o fases del desarrollo de esta
área específica de la interrelación Comunicación/Educación:
b) Los standards reconocen
que, definitivamente, ya no es
posible educar sin tener en
cuenta los procesos comunicativos. En verdad, la comunicación –de forma clara y sin
rodeos- se convierte en el
nuevo eje central del “hacer
pedagógico”.
• la fase defensiva, de carácter psico-moralista (o deficit
model);
• la fase de embotamiento y
desautorización;
• la fase de recuperación, de
carácter socio-constructivista (o acquisition model).
Lo que efectivamente representa un avance con relación
a las concepciones más tradicionales es el hecho de que
la Comunicación/Información pasa a ser entendida en
los standards de Wisconsin,
como un conjunto de recursos tecnológicos que deben
ser conocidos e incorporados, y como postura filosófico-pragmática frente al sistema de medios y frente a las
interrelaciones de los individuos y grupos en sociedad.
2. LA ALFABETIZACIÓN
PARA EL CONSUMO DE
LOS MEDIOS (MEDIA
LITERACY)
El área de los estudios de recepción y uso socio-psicológico de los medios de comunicación por parte de sus audiencias, identificada en los
Estados Unidos como media
2.1 La fase defensiva
(deficit model)
La fase defensiva, de carácter
psico-moralista, dominó en
los años 70. Se caracterizó
por adoptar un modelo de
protección de los receptores
contra los “efectos funestos”
de los medios.
El modelo, aún presente y actuante, se centra en la relación
educación/televisión, justificándose en asertivas como:
“La televisión es responsable
por el bloqueo de las habilidades relativas a la lectura, reduciendo la capacidad de
atención de los estudiantes” o
“El acto de ver TV causa aumento de la agresividad de los
telespectadores”.
Un grupo significativo de proyectos fue implementado por
el gobierno federal, y en las
escuelas públicas se implan-
tó el Critical Viewing Skills
Curricula (CVS) con el uso de
materiales producidos por
centros de investigación,
como los manuales preparados por la Ohio University.
Según Kathleen Tyner, el motivo de desarrollo del sistema
educacional en proyectos de
esta naturaleza fue el resultado de investigaciones que señalaban el aumento de la violencia en la sociedad, supuestamente causado por los medios de comunicación. Pero
las investigaciones junto a los
telespectadores no tenían en
cuenta otros aspectos peculiares a la “cultura de la violencia” en América, tales
como el fácil acceso a las armas, el racismo y el sexismo
institucionalizados, entre
otros. Por otro lado, los textos y otros materiales patrocinados por el U.S. Office of
Education (USOE) centrados
sólo en la TV excluían el contexto histórico, cultural y económico de las representaciones de los media (TYNER:136).
Tales perspectivas ya habían
sido cuestionadas desde finales de los años 60, por especialistas de países como Inglaterra, Australia y Canadá,
habiendo sido sustituidas, en
el caso de Inglaterra, por las
reflexiones en torno de los
“Estudios Culturales”7.
2.2. La desautorización
Robert Kubey apunta justamente esta cuestión como el
más serio de los motivos que
llevó al fracaso el movimiento de la media literacy, a lo
largo de los años 80: la des-
I.O. Soares
obedecer. A romper patrones,
como a actuar con autonomía, y especialmente, a “actuar de acuerdo con planes y
modelos pre-establecidos”.
Se trata de una postura teórica conservadora, pero suficientemente abierta para permitir iniciativas más progresistas y constructivistas por
parte de profesores y alumnos.
143
142
143
Educomunicación
autorización política, provocada especialmente por la
campaña contra el movimiento desarrollada por el Partido Republicano, que dominó
la vida americana en los años
80. Como consecuencia fueron eliminados los voluminosos presupuestos destinados
a las investigaciones y a los
programas educativos en el
área, en todo el país.
Durante la época Reagan la
obsesión por la violencia en
la TV perdió impacto en la sociedad. Otros temas se convirtieron en banderas, como
el del combate a las drogas y
el control de la criminalidad
juvenil. El movimiento de la
educación para los medios
retrocedió, siendo sustituido,
en muchos colegios, por la
introducción de la práctica de
la videoproducción. Durante
este período ocurrió una ligera aproximación entre intelectuales americanos y europeos, sobre los temas de la
comunicación y de la educación para los medios, como
recuerda Mattelart en su libro
Pensar sobre los medios8.
2.3 La reconquista del movimiento
En los años 90, con la popularización del video y el advenimiento de Internet, el análisis de los medios de comunicación como práctica educativa ganó nuevo aliento, ya
bajo el paradigma más abierto de exploración, análisis y
producción de mensajes por
parte de los estudiantes. Otra
causa de la revigorización del
movimiento fue la reforma
diálogos
de la
comunicación
educacional americana que
dio mayor flexibilidad e independencia a los profesores,
permitiendo a los más
creativos desarrollar experiencias en el área. No se puede negar, con todo, que el
aumento de la violencia,
involucrando a niños y adolescentes en el espacio de los
propios establecimientos
educativos acabó por reforzar las sospechas de que los
medios de comunicación, y
ahora la Internet, mantienen
su posición como el más importante factor inductivo de
comportamientos inadecuados.
De acuerdo con David
Considine, de la Appalachian
State University, los años 90
fueron de un verdadero renacer del movimiento en torno
del estudio de los medios.
Renée Hobbs de la Clark
University, Massachusetts,
recuerda a su vez, que fue en
los inicios de los años 90 que
especialistas de todo el país,
reunidos en el Aspen Institute,
Colorado, definieron la media
literacy como la habilidad de
acceder, analizar, evaluar y
comunicar mensajes en una
amplia variedad de formas,
ampliando, por la introducción de la perspectiva del uso
de los recursos de la información, el ámbito de acción de
los programas en el área
(HOBBS, 1997:457).
En noviembre de 1998 el tema
ganaba visibilidad en la prensa, habiendo informado el
periódico The New York Times que más de doce estados
americanos ya desarrollaban
en aquel momento, algún tipo
de programa relacionado con
la educación para la recepción de los mensajes masivos.
Varios especialistas atribuyen el florecimiento del movimiento de la media literacy
en los Estados Unidos al impacto de las investigaciones
en torno al multiculturalismo
y al constructivismo en la
educación. Se pasó, en consecuencia, a refrendar un modelo de “adquisición de habilidades” (acquisition model)
defendiéndose una postura
pedagógica destinada a superar el impasse de la visión
envilecida y restrictiva del
modelo anterior. Su objetivo
fue el de proporcionar una
plataforma de cuestiones que
movilicen a los estudiantes y
faciliten el desarrollo de sus
habilidades en el área de la
comunicación y de la expresión.
Según Kathleen Tyner, el conflicto entre el déficit model y
el acquisition model persistirá también por largos años.
Para ella, los promotores de
la educación para los medios
enseñan a los estudiantes a
ser críticos con relación a los
medios, pero están en desacuerdo entre ellos respecto
de lo que significa exactamente “ser crítico” o incluso, discrepan de los objetivos de
una “educación para la crítica”. La cuestión pues, para
Tyner, está más en la concepción de lo que es la Educación, que propiamente en la
concepción de lo que son los
Medios9.
La materia del periódico The
New York Times a que nos referimos será refutada por la
investigación de la Rutgers
University, de New Jersey,
que constatará que no sólo 12
sino 48 de los 50 Estados existentes, desarrollan a finales
de los años 90, algún tipo de
trabajo pedagógico en el
área.10
En el Estado de North Carolina son los siguientes objetivos los que se trata de lograr:
a) que los alumnos reconozcan el poder de la influencia
de los medios
b) que los alumnos descubran cómo la presentación de
la información por los medios
depende de los factores socio-políticos en que los hechos se dan;
c) que los alumnos sean capaces de usar los recursos de
la comunicación, produciendo sus propios mensajes;
Y en Minnesota, se espera
que los estudiantes:
a) reconozcan la diferencia
entre las coberturas que los
diferentes medios dan a los
acontecimientos;
b) sepan sacar conclusiones
respecto de la relación de
causa-efecto entre la acción
de los medios y la respuesta
de los usuarios;
c) reconozcan, interpreten y
creen imágenes visuales;
d) identifiquen los efectos de
la violencia transmitidos por
los medios y reconozcan las
tentativas de manipulación y
los estereotipos con que los
medios de comunicación trabajan.
La media literacy ha servido
como plataforma para la educación política y cívica de los
alumnos, como ocurre en los
standards para los Estudios
Sociales del 8º al 12º grado, en
el Estado de California, donde la media literacy es entendida como “un conjunto de
actividades destinadas a llevar a los estudiantes a evaluar, tomar y defender posición respecto de la influencia
de los medios en la vida política americana, teniendo
como puntos de análisis:
1) el significado y la importancia de la libertad de prensa en
el país;
2) el papel de los medios electrónicos y de Internet como
vehículos de comunicación
en América;
3) la manera como los hombres públicos usan los medios para comunicarse con
los ciudadanos.
En varios Estados el análisis
de los medios es recomendado para que los alumnos identifiquen cómo los medios de
comunicación contribuyen a
la formación de malos hábitos de consumo en la población (standards para el área
de los “Estudios de la Salud”).
Los focos son, en este caso,
el combate a las drogas, al alcoholismo y la mala alimentación, así como a problemas
de naturaleza psicológica,
como la depresión y la ansiedad.
Según los investigadores el
reconocimiento de la importancia de la media education
en los programas curriculares establecidos o recomendados por los Estados fue una
conquista muy grande en relación al pasado, no representando, con todo, ninguna garantía de que las agendas relacionadas al área sean o no
efectivamente implementadas.
2.3.2. El papel de los centros
de asesoría
A pesar de que se constata
una revigorización de la media literacy, las actividades en
torno de la educación para
los medios en los Estados
Unidos no traslucen el mismo
compromiso institucional
que se da en países como Inglaterra, donde el tema está
perfectamente integrado al
currículo escolar, contando
con el apoyo tanto del mundo académico como del poder político.
Como observa Marieli Rowe,
directora del National Telemedia Council, con sede en
Madison, Wisconsin, en entrevista al autor del artículo, el
movimiento no es más que un
conjunto de acciones aisladas
que tienen la duración del entusiasmo de sus promotores
locales. Sin embargo, nos fue
posible identificar más de 120
instituciones operando vía
Internet en un serio y comprometido servicio de asesoría a
educadores en todo el país.
En una rápida sistematización nos fue posible agrupar
I.O. Soares
2.3.1 Media literacy en los
parámetros curriculares
145
144
145
Educomunicación
las instituciones de acuerdo
con su origen y finalidad en
iniciativas gubernamentales,
asociativas, académicas, o
empresariales. En todas estas
iniciativas la interrelación
comunicación/tecnología/
educación es asumida de una
forma interdisciplinar prevaleciendo un alto coeficiente
de acciones dirigidas a la promoción de la ciudadanía.
El Gobierno viene actuando
en el ámbito del Departamento de Justicia, especialmente
de la National Drug Control
Strategy y del Office for Victims
of Crime. La Federal Communications Commission promulgó
en 1996 la Television Act, por
la cual los canales de televisión son obligados a exhibir
tres horas semanales de programación especialmente dedicada a niños y adolescentes. Son los denominados
programas E/I (to Educate and
Inform).
Entre los centros de asesoría
e investigación destacan el
Center for Media Education,
de Washington, DC. El CME es
una organización sin fines de
lucro, responsable por la firma de la Children’s Online
Privacy Protection Act (COPPA)
para la que desarrolló el web
site www.KidsPrivacy.org.
Otro grupo que merece mención es el Center for Media
Literacy, de Los Angeles, CA
(www.medialit.org/faq.htm).
En Boston funciona el Media
Literacy Project que mantiene cursos para atender a los
sistemas estatales de educación en la implementación de
diálogos
de la
comunicación
sus programas de educación
para los medios. Últimamente celebró un acuerdo con el
Channel One, una emisora de
televisión responsable de un
noticiero de 15 minutos asistido diariamente en el aula
por ocho millones de estudiantes. El noticiero incluye la
inserción de dos minutos de
publicidad, hecho que viene
generando controversias.
Renée Hobbs, su directora,
explica por qué su grupo
aceptó el desafío de producir
una serie de programas sobre
“educación para los medios”:
A todo mi grupo le llevaría
más de cien años atender a
estos ocho millones de alumnos, aun trabajando 24 horas
diarias, desarrollando nuestros tradicionales talleres.
En el sur del país gana importancia nacional el proyecto
The New Mexico Media Literacy Project. En abril de 1999
organizó la Teen Media Conference, destinada exclusivamente a adolescentes. Para
los directores del proyecto
Bob McCannon y Rob
Williams, América vive un proceso de autocensura muy
fuerte, especialmente en lo
que respecta a las informaciones de naturaleza económica,
y este hecho es motivo suficiente para legitimar el campo de la educación para los
medios en todo el país.
El más creativo de los programas, sin embargo, es el Just
Think Foundation, de San
Francisco, CA, coordinado
por Elana Yonah Rosen. Fue
desarrollado a partir de un
viejo ómnibus escolar (año
1978) todo reformado y equipado con los recursos necesarios para la producción
audiovisual (cinco salas de
producción con computadoras, cámaras de TV y cámaras fotográficas digitales),
presentándose como un “móvil classroom of media”. Está
destinado a ofrecer actividades para los niños en toda la
denominada Bay Area en San
Francisco. Mantiene un programa didáctico educativo
denominado Developing
Minds, que enseña a los niños
la construcción de páginas
Web, la producción de anuncios de interés público, CD
ROMs, y documentales en video. Mantiene en su site el
boletín Wired News. El ómnibus escolar circula por toda
la ciudad con un letrero pintado en sus dos laterales:
“¿Su mundo está siendo representado en los medios de
comunicación?”
2.3.3 La presencia de las
empresas de comunicación
Las empresas de comunicación están entrando en el área
de la educación para los medios de forma intensa, a través especialmente de la asociación de los periódicos
(destacando la revista Time y
el periódico The New York Times) y de algunas de las más
fuertes corporaciones de comunicación como la CNN
(Con el proyecto Newsroom y
CNN Student Bureau) o el
Discovery Channel, la Disney
Lear ning Par tnership, la
Viacom International Inc. responsable por el programa
televisivo Nickelodeon desti-
La presencia de empresas en
el campo de la media literacy
generó polémica en el contexto de la evaluación realizada
después del Summit 2000, seminario sobre el tema organizado por un pool de entidades lideradas por la Ontario
Association for Media Education, en Toronto, en mayo de
2000. Participantes provenientes de España, Inglaterra,
Argentina, México, Brasil y de
los propios Estados Unidos,
se preguntaban por la oportunidad de protagonismo
dada a estas asociaciones en
un seminario destinado justamente a discutir y revisar los
nuevos rumbos de la Media
literacy en todo el mundo. Según los canadienses, la nueva educación para los medios
pasa, necesariamente, por las
empresas de comunicación,
en tanto para muchos intelectuales esta intromisión significa precisamente la muerte
del movimiento, siendo impensable que empresas de
comunicación tengan interés
en el desarrollo del pensamiento crítico respecto a sí
mismos, dentro de una población de estudiantes.
2.3.4 Las políticas de
comunicación en la pauta del
movimiento
Uno de los objetivos de la
educación para los medios en
todo el mundo ha sido el de
discutir las políticas de comunicación del gobierno y de las
empresas, así como el dere-
cho a la comunicación inherente a los “derechos fundamentales” de toda persona.
Con intereses dirigidos a esta
cuestión encontramos trece
organizaciones de expresión
nacional. Destacamos tres de
ellas:
Adbusters Media Foundation.- Se trata de una organización no gubernamental que
discute y desarrolla estrategias en torno de un nuevo orden de la información, propugnando el compromiso del
sistema de medios con la ciudadanía y el medio ambiente.
Produce programas en video,
como parodias de anuncios
publicitarios y otros materiales para el análisis crítico de
la cultura y del consumismo11. La CML – Citizens for
Media Literacy – Asheville,
NC, trabaja uniendo el concepto de educación para los
medios con los conceptos y
las prácticas de la ciudadanía. En ese sentido ofrece
asistencia a ciudadanos y periodistas en todo lo que respecta a la libertad de información, publicando periódicamente análisis sobre el comportamiento de los medios,
promoviendo, por otro lado,
el acceso al ambiente mediático, especialmente a las TV
por cable.
Encontramos en verdad, por
el interior del país, una significativa cantidad de periodistas dispuestos a ofrecer su
contribución al debate en torno de las políticas de comunicación, como Don Hazen y
Julie Winokur, coordinadores
de la obra We the Media, a
Citizen’s Guide to Fighting for
Media Democracy (New York,
the New Press, 1997, 222 páginas). El trabajo es fruto de
los debates promovidos por
la organización no gubernamental denominada Media
and Democracy que mantiene
el Institute for Alternative
Journalism. Fue escrito a partir de la contribución de más
de 150 profesionales de la
prensa de todo el país y de
varios países del mundo, para
los cuales la prensa, con los
compromisos que asume y
con los vicios que presenta
hoy, viene constituyéndose
en uno de los mayores enemigos de la democracia.
2.3.5. Iniciativas comunitarias
Comienza a ganar terreno por
el país la formación de grupos
alternativos cuyo objetivo es
la capacitación de jóvenes de
las periferias urbanas para el
entendimiento y uso de los
recursos de la comunicación.
Destacamos el trabajo de los
CTCs –Community Technology Centers. La coordinación nacional de la iniciativa
corresponde a Hilly Levitz, residente en Florida. Además
de entrenamiento, los jóvenes son motivados a identificar las necesidades de sus barrios y comunidades y producir informaciones en defensa
de sus intereses. Entre los
varios grupos afiliados al CTC
destaca el Street Level Youth
Media de Chicago, Illinois,
que desarrolla una acción
educativa con jóvenes negros
y latinos. El trabajo, coordinado por videomakers, se inició en 1993 con 15 adolescen-
I.O. Soares
nado exclusivamente a los
niños y asistido por pedagogos y psicólogos.
147
146
147
Educomunicación
tes en West Town, en el centro de la ciudad. Hoy reúne a
más de mil jóvenes, en tres
núcleos del perímetro urbano, denominados “Afterschools Labs”. La iniciativa,
que hoy cuenta con el apoyo
de doce patrocinadores, administra un presupuesto
anual de 500 mil dólares, lo
que permite remunerar la
producción artística de los
aprendices. Muchos de los
trabajos son encomendados
por empresas y buena parte
del resultado ha sido mostrado en congresos y en museos
de imagen y sonido, en
Chicago y en otras ciudades
del país. El fundador y coordinador general del proyecto
es el artista y productor de
video Paul Teruel. En octubre
de 1998 el proyecto recibió en
la Casa Blanca en Washington, de las manos de la Primera Dama, Hillary Rodhan
Clinton, el premio “Annual
Coming Up Taller Award”. El
premio fue creado por el
“President’s Committee on
the Art and the Humanities”
para valorar la aproximación
entre arte, comunicación y
derechos humanos”.
3. EL FUTURO DE LA
EDUCACIÓN PASA POR LA
COMUNICACIÓN Y POR
LAS TECNOLOGÍAS DE LA
INFORMACIÓN
Al inicio de este artículo definimos Educomunicación
como el campo del planeamiento y ejecución de políticas de comunicación educativa, teniendo como objetivo
general la planificación, creación y desarrollo de ecosis-
diálogos
de la
comunicación
temas comunicativos mediados por el uso de las tecnologías de la información y de los
procesos de comunicación,
con objetivos específicos,
entre otros, facilitar el acceso de los ciudadanos a la producción y difusión de la información, promover la interactividad en los procesos de
enseñanza-aprendizaje y desarrollar prácticas de educación para la recepción activa
y crítica de los mensajes de
los medios.
Analizando los datos sistematizados por nosotros en los
items anteriores, ¿alcanzaríamos a identificar señales que
podrían dar soporte a la hipótesis de la existencia de un
campo interdisciplinar autónomo dirigido a dar respuestas a las cuestiones relacionadas con los problemas inherentes al binomio Comunicación/Educación? En otras palabras, la incorporación del
concepto de la Educomunicación ¿se reviste de utilidad práctica para el entendimiento de las relaciones entre las tradicionales áreas de
Comunicación, Tecnologías
de la Información y Educación? y, especialmente, ¿ayudaría a encaminar soluciones
para las cuestiones pendientes, especialmente las referentes a la gestión de la comunicación/tecnología en los
espacios educativos?
No tenemos dudas. Por lo que
examinamos, el futuro de la
educación tradicional pasa
por la comunicación y por las
tecnologías de la información. Pasa por el juego de los
intereses económicos, comandados por grandes corporaciones, para las cuales
interesa sobremanera el mantenimiento de una perspectiva conductivista para las
prácticas de la enseñanza y
una perspectiva persuasiva
para las prácticas comunicacionales. En ese sentido, o los
profesionales de la comunicación/educación encuentran
sus propias referencias y
metodologías, para incorporar las tecnologías en su
cotidianeidad de acuerdo con
intereses negociados con la
sociedad a la cual prestan
servicios, o se verán sometidos a las embestidas de un
mercado cuyos intereses no
pueden ser considerados propiamente como “educativos”.
El concepto de la Educomunicación permitirá sobre
todo, que los educadores
comprometidos con una
perspectiva constructivista
de trabajo didáctico y sus
aliados comunicadores, defensores de una visión democrático-participativa de los
procesos comunicativos,
puedan aproximarse y complementarse en la práctica
profesional cotidiana.
En ese sentido, recordemos
algunos datos levantados a lo
largo de nuestro artículo:
1. Quedó evidente que en los
Estados Unidos la educación
pasó a ser una de las prioridades del sistema de medios
de comunicación y uno de los
destinos favoritos de inversiones en el área de las tecnologías de la información.
2. Las posturas de las empresas interesadas en invertir en
educación divergen. Encontramos inversionistas que
niegan la educación tradicional, su misión, su autonomía
de investigación y de docencia, propugnando formas más
eficientes, baratas y directas
de distribución de informaciones. Al mismo tiempo,
otras empresas y organizaciones no gubernamentales buscan caminos interactivos y
colaborativos de procedimientos solicitando, para
ello, la asesoría y el compromiso de especialistas en el
manejo de procesos creativos
de comunicación educativa.
3. El Gobierno a través de
academic standards reconoce
que, definitivamente, ya no es
posible educar sin tener en
cuenta los procesos comunicativos. En verdad, la comunicación –de forma clara y sin
rodeos- se convierte en nuevo eje central del “hacer pedagógico”.
4. En ese sentido, la Comunicación /Información pasa a
ser entendida, especialmente
en los standards de Wisconsin,
como un conjunto de recursos
tecnológicos que deben ser
conocidos e incorporados, y
como una postura filosófico-
pragmática frente al sistema
de medios y frente a las
interrelaciones de los individuos y los grupos en sociedad. Se trata de un espacio
donde la Educomunicación
encuentra fértil terreno para
el ejercicio de la creatividad,
envolviendo colaborativamente a productores culturales, docentes y estudiantes en
compromisos de producción
cutlural y de aprendizaje, con
promesas de excelentes resultados.
5. Si las tecnologías educacionales no consiguieron en el
pasado modificar el día-a-día
de las prácticas de los profesores, administradores y estudiantes, las investigaciones
indican que está emergiendo
una nueva generación de
educomunicadores profundamente articulada y familiarizada con los nuevos recursos
de la información, inconforme con las políticas de comunicación vigentes y dispuesta
a discutir las políticas que rigen el sistema de comunicación y de información del país.
6. Constatamos que la educación para los medios ha servido como plataforma para la
educación política de los
alumnos, como dejan transparentar los standards para
los Estudios Sociales del 8º al
12º grados, en el Estado de
California. Tal disposición,
difundida y aplicada en otras
instancias, apunta a la formación de ciudadanos conscientes de su relación con el sistema de medios, en la perspectiva del derecho universal
a la comunicación.
7. La polémica en torno de la
presencia de empresas de
comunicación en el área de la
media literacy generada en
competencia con la fuerte hegemonía conquistada por estas instituciones en el Congreso Internacional sobre Media
Literacy en Toronto, Canadá,
apunta a la necesidad de un
rigor epistemológico en el tratamiento de la cuestión, reforzando la necesidad de disponer de un campo específico
de investigación y sistematización de informaciones sobre el tema, lo que constituye uno de los objetivos de la
Educomunicación.
4. ¿LE INTERESA A LA
UNIVERSIDAD EL NUEVO
CAMPO?
La Universidad sigue, no anticipa a la sociedad. Es reticente en asumir nuevas empresas, especialmente cuando no es expresamente solicitada por el mercado. En ese
sentido, la Universidad se
queda aguardando señales
más evidentes de que la relación Comunicación/Educación merezca su atención. Si
este es el caso, el momento
llegó. Las Universidades están siendo iniciadas en el
tema, no por las Facultades
de Educación o de Comunicación sino a manos de las Facultades de Ingeniería, como
si todo el proceso en discusión se resumiese a cuestiones de naturaleza técnica y
operacional.
En ese sentido, se podría hacer algunas preguntas: ¿Por
I.O. Soares
Por otro lado, verificamos
también que la moderna pedagogía pasa por las tecnologías de la información y por
los sistemas de comunicación. Tales constataciones
nos señalan, por lo menos, la
relevancia de la discusión del
tema de la Educomunicación.
149
148
149
La presente investigación no
recogió ningún dato que pudiese aclarar estas preguntas, toda vez que no fueron
objeto de investigación. Se
trata pues de una cuestión
abierta.
De mi parte he defendido,
para el caso del Brasil y de
América Latina, que dada la
naturaleza interdisciplinar y
amplitud del nuevo campo,
no cabría hegemonías en los
proyectos orientados a la formación de especialistas, sino
sólo acciones de colaboración, que involucren tanto a
ingenieros, como a comunicadores y educadores.
Mi última certeza, basada en
investigaciones anteriores, es
que “con” o “sin” la adhesión
de la Universidad, el campo
de la Educomunicación ya
viene encontrando sus propios medios para munirse de
especialistas altamente calificados para el desarrollo de
proyectos en el área, tanto en
los medios de comunicación,
como en organizaciones no
gubernamentales, en secretarías de gobierno como en centros culturales o en escuelas.
La mayoría se presenta con
gran potencial creativo.
le ministre portugais de l’intérieur, M.
Fernando Gomes, affirme qu’il n’a
“pas de doute sur l’existence d’un
système
d’interception
des
télécommunications”. Difficile en
effect de continuer à se voiler la face
quand l’ex-directeur de la CIA, James
Woolsey,
lui´même,
confirme
l’”honnêteté intellectuelle” du
rapport sur le système Echelon
présenté au parlement européen par
le journaliste britannique Duncan
Campbell. Echelon est le produit du
pacte Ukusa, signé au tout début de
la guerre froide par les Etats-Unis et
le
Royaume-Uni-
qui
furent
rapidement rejoints par le Canada,
l’Australie et la Nouvelle-Zélande.
En ese sentido, el nuevo campo no nace en la Universidad
o por la Universidad, sino en
la sociedad y atendiendo sus
exigencias y necesidades. Interesarse por el campo representaría tan sólo una oportunidad más para la enseñanza
superior de mantenerse sintonizada con los signos de los
tiempos.
L’écoute et l’analyse routinières des
conversations teléphoniques, fax et
courriers électroniques permettent
de rapporter vers la National Security
Agency (NSA) américaine quantité
d’informations, secrétes ou non,
concernant l’ensemble des domaines
d’interêt stratégique: données
économiques, stratégies des décideurs, milieux concernés par tel ou
tel enjeu, etc. Fuente: http://
w w w. m o n d e - d i p l o m a t i q u e . f r /
dossieres/echelon
2. www.internet2.edu/ucaid. Ver tam-
Tengo, con todo, absoluta
certeza que las Facultades de
Comunicación, encontrarán
al menos en el Brasil, un alto
grado de resistencia caso pretendan ingresar en este campo, en nivel de grado, especialmente debido a los rígidos
presupuestos que todavía
con mantenidos como soportes teóricos de los programas
didácticos vigentes en el país,
a pesar de toda la flexibilidad
ofrecida hoy por la legislación referida a currículos escolares.
diálogos
de la
comunicación
bién sobre el mismo tema los siguientes web sites: The Next Generation
Internet Initiative site (www.ngi.gov);
El periódico Le Monde
National Coordination Office for
Diplomatique, de Paris, distri-
Computing,
buyó una nota informativa en
Communications (www.ccic.gov);
su edición electrónica de la
Advanced Technology Demons-
primera quincena de abril de
tration Network (www.atd.net);
2000, sobre las denuncias que se ha-
Defense Research (hpcm.dren.net/
cían en el Parlamento Europeo de que
Htdocs/DREN); www.hpcm.dren.net/
una formidable “máquina de control”
Htdocs/DREN); NASA Research &
de todas las comunicaciones que cir-
Education
culan en el medio oficial europeo ha-
nasa.gov); The very high performance
bía sido montada por los Estados Uni-
Backbone Network Service (www.
dos. Dice la nota: S’exprimant à
vbns.net); Energy Sciences Network
Bruxelles alors que son gouver-
(www.es.net); National Lab for
nement préside l’Union européenne,
Applied
NOTAS
Educomunicación
qué las áreas de la Comunicación y la Pedagogía se
muestran tan inseguras cuando se aproximan al tema?
¿Cuál podría ser la relación
de las Facultades de Comunicación y de Educación con los
desafíos presentados por el
nuevo campo, tanto en el área
de la investigación como en
la intervención social?
Information
Network
Networking
and
(www.nren.
Research
Internet2
6. La Comunicación/Información es
do con las contribuciones ofrecidas
(www.internet2.edu/); The Abilene
refrendada como contenido a ser tra-
por Barthes y Foucault. Sobre el he-
Network (ww.internet2.edu/abilene);
bajado en el aula en los “standards”
cho comentan Armand y Michéle
Corporation for Research and
determinados para las siguientes
Mattelart: “No nos dejemos engañar.
Education Networking (www.cren.org)
áreas interdisciplinares: “English
Aunque sea verdad que ciertos sec-
The
Language
and
tores minoritarios de los Estados
Consumer Education”, “Information
Unidos se nutren hoy de las tradicio-
Coalition
for
Networked
Information (www.cni.org).
Arts”,
“Family
and Technlogy Literacy”, “Marketing
nes filosóficas y de la historia de la
3. Terr y Dugas, Director del
Education”,
Studies”,
ciencia crítica europea, otros –no tan
Multimedia Service de la Florida Gulf
“Technology Education”, “Theatre”, y
minoritarios- acogen los nuevos
Coast University retoma el artículo de
“Visual Arts”.
paradigmas para revigorizar sus an-
“Social
Arthur Levin e intenta trazar el perfil
tiguas teorías.” In Pensar los medios,
de lo que sería el “alma” de la nueva
7. Los Estudios Culturales fueron apli-
Madrid, Fundesco, 1987 (traducción
universidad
http://
cados al campo de la media literacy
de Gilles Multinger), pg. 75.
www.nytimes.com/yr/mo/day/oped/
por autores británicos como Len
(ver:
Masteman (Teaching in Media, 1985)
9. When different assumptions about
y David Buckingham (Watching media
the purpose of education remain
4. La opción del gobierno por la inte-
Learning, 1990). Como resultado se
hidden, they become formidable
gración de las tecnologías en el aula
obtuvo un programa pedagógico cen-
obstacles that stymie understanding
ha sido contestada por muchos pa-
trado en el alumno, teniendo como
about the aims or purposes of media
dres de alumnos, como revela
base los estudios de la recepción y
education (Tyner:139).
Claudia Deutsch, al relatar la reclama-
de las representaciones sociales, di-
ción de Jim Ivya que temía que su
rigido a la investigación y a la produc-
10. Ver Boletin del Center for Media
hijo, que acababa de ingresar en la
ción cultural por parte de los estu-
Literacy, Los Angeles, 6/10/99:
Pennsylvania State University termi-
diantes (modelo constructivista)
www.med.sc.edu:81/medialit.
nase sus estudios universitarios sin
evitándose, por otro lado, las prácti-
jamás haber estudiado ni una sola
cas de imposición de valores, propia
lección de química. La materia, que
del modelo defensivo norteamerica-
www.abdusters.org: We are a loose
tiene como título: The digital Brain
no.
global network artists, activists,
13levi.html)
Drain: so many computers, so little
11. Anuncia la AMF en su site
writers, students, educators and
interest in hard science” advierte del
8. En 1985 la más importante asocia-
entepreneurs who want to launch the
peligro que el país corre de tener, den-
ción de investigadores de la comuni-
new social activist movement of the
tro de poco, una superpblación de es-
cación de los Estados Unidos promo-
information age. Our aim is to topple
pecialistas en lenguaje HTML y nin-
vió un congreso para discutir los re-
existing power structures and forge
gún cientista para cuidar de las cien-
ferentes teóricos que sustentaban las
a major shift in the way we will live in
cias exactas y biológicas (The New
prácticas de la comunicación en
the 21st century. We believe culture
York Times, 02/09/99).
aquel momento, en su país, dándole
jamming will become to our era what
el título de “Para além das polêmicas,
civil rights was to the ‘60s, what
5. Fueron producidos 17 documentos
o diálogo entre os paradigmas”. El
feminism was to the ‘70s, what
titulados: “Agricultural Education”,
empirismo norteamericano se orien-
environmental activism was to the
“Business, Dance”, “Environmental
taba a descubrir a la Escuela de
‘80s. It will alter the way we live and
Education”, “English Language Arts”,
Frankfurt, tomaba ciencia del
think. It will change the way informa-
“Family and Consumer Education”,
estructuralismo lingüístico francés,
tion flows, the way institutions wield
“Foreign Languages”, “Information
invitaba a los marxistas ingleses a
power, the way TV stations are run,
and Technology Literacy”, “Marke-
discutir sus contribuciones a las teo-
the way the food, fashion, auto-
ting Education”, “Mathematics”,
rías semióticas contemporáneas so-
mobile, sports, music and culture
“Music”, “Physical Education”,
bre el tema de la representación,
industries set their agendas. Above
“Science”,
Studies”,
aceptaba confrontar la concepción
all, it will change the way we interact
“Technology Education”, “Theatre” y
“Social
de lenguaje que subyace a las formas
with the mass media and the way
“Visual Arts”.
tradicionales del análisis de conteni-
meaning is produced in our society.
I.O. Soares
(www.nlanr.net);
151
150
151
LEVIN, Arthur “The soul of a new
Dama: We know what we have to do
university” in The New York Time, 13/
to give kids a chance to make good
03/00, p. A-25.
decisions for themselves. Arts
programs like the ones today give
MATTELART, Armand & Michéle. Pen-
children something to say “yes” to.
sar los medios, Madrid, Fundesco,
They help them find their voices and
1987 (traducción de Gilles Multigner),
discover their dreams. (Live Wire, a
1987.
semi-annual Newsletter of StreetLevel Youth Media, Chicago, Nov.
OWEN, Rob. Gen X TV, The Brady
1998, vol. 4 nº 2).
Bunch to Melrose Place, Syracuse
Press, Syracuse, 1996.
SOARES,
Ismar
de
Oliveira.
“Educommunication: an emerging
new field”, in Telemedium, Madison,
Spring 2000, vol.45 nº1, p.5.
BIBLIOGRAFÍA
Educomunicación
12. En la ocasión afirmó la Primera
GÓMEZ, Margarita Victoria,
“Paulo Freire: re-leitura para
TAPSCOTT, Don, Growing up digital,
uma teoria da informática na
the rise of the net generation, New
educação”
York, McGraw-Hill, 1998.
1998,
in
www.eca.usp.br/nucleos/nce.
TYNER, Kathleen. Literacy in a digital
HAZEN, Don & WINOKUR,
world, teaching and learning in the Age
Julie. We the media, a citizen’s
of Information, New Jersey, Lawrence
guide to fighting for media
Erlbaum Associates Publishers, 1998.
democracy, New York, the New Press,
1997.
HOBBS, Renée, “Pedagogical issues in
U.S. media education”, in DEETZ, S.
(ed.) Communication Yearbook 17,
London, Sage, 1997: 453:466.
HODAS, Steven, “Technology refusal
and the organizational culture of
schools”, http://www.review.com/
s t e v e n / t e c h n re f u s a l / re f u s e
23body.html
ILCE, Dirección de Investigación y
Comunicación Educativa: “Tecnología educativa: apuntes sobre su campo de acción”. Revista Tecnología y
Comunicación Educativas, ILCE, nº 21,
1993.
KUBEY, Robert (ed.) Media literacy in
the Information Age, New Brunswick,
NJ, Transaction Books, 1997.
diálogos
de la
comunicación
C.Benassini
Claudia Benassini
Comunidades
virtuales,
¿espacios de
convivencia
pacífica?
Investigadora en la Universidad Iberoamericana de Santa Fé,
Ciudad de México
E-mail: [email protected]
209
diálogos
de la
comunicación
208
209
Claudia Benassini
Comunidades virtuales
PRESENTACIÓN:
CRONOLOGÍA DE UN
CIBERPLEITO1 Miércoles 30 de septiembre
de 1998; Buenos Aires, 11:12
de la mañana. Tras haber encendido su computadora,
Leticia va directamente a Rincón Latino, el sitio sobre
telenovelas que desde 1996
administra Yolete Nicholson.
Selecciona el “Foro principal”, espacio destinado para
los comentarios que sobre el
tema colocan y consultan
cotidianamente los visitantes
y una de las primeras comunidades virtuales sobre el
tema. Deja el mensaje titulado “El final de Mi pequeña traviesa en Buenos Aires”; al
abrirlo, hace referencia a una
nota de El Clarín, que narra
los pormenores de la telenovela que concluirá su ciclo en
diálogos
de la
67
comunicación
un par de semanas más. Noventa minutos después aparece el mensaje de Jewel preguntando a Leticia algunos
detalles, pues en la ciudad en
la que vive la telenovela va
más o menos a la mitad. A las
14:32 Robyn, en su mal español, suplica a Leticia que no
cuente el final de la telenovela
pues ella la está viendo en
Philadelphia y no quiere saber detalles. Durante los siguientes días la tranquilidad
del foro se ve alterada: mientras unos están a favor de
Leticia, otros concuerdan con
Robyn, quien en su momento
ofrece disculpas a Leticia y le
sugiere utilizar la palabra
“Cuidado” para evitar confusiones.
El domingo 2 de octubre a las
9:39 de la mañana, Leticia
vuelve a su ritual cotidiano de
visitar el sitio y encuentra un
mensaje dirigido a ella. Lo
abre y Nena le ordena USE
FUCKING CAUTION BITCH!!!!
El tono de la sugerencia provoca el disgusto de los visitantes y de la propia Yolette,
quien se suma a los que piden
una disculpa pública y vuelve a sugerir el uso de la palabra “Cuidado”. La propuesta
provoca nuevos enojos y el
foro se califica de cerrado, rígido y como un espacio en el
que se ejerce la censura.
Mientras esto sucede, la discusión sobre telenovelas sigue fluyendo proveniente de
diversos puntos de Latinoamérica, Estados Unidos,
Roma, Florencia, Moscú,
Croacia Israel y Chipre. El
martes 4 de octubre a las
14:25 Kathy propone una tre-
gua. A las 20:45, Yolette interviene: no utilizará la palabra
“Cuidado” pues sería una
medida represiva que iría en
contra del foro. Agradece a
los visitantes su presencia y
sus colaboraciones, pues se
siente orgullosa de que gracias a ellos el foro es lo que
es. A las 21:20 Leticia se despide de sus amigos de Rincón
Latino; les recuerda todos los
temas que discutieron juntos,
pero nunca se impuso como
regla el no relatar el final de
una telenovela. Leticia se despide del foro mientras continúan las discusiones sobre la
censura, las diferencias, el
clamor para que todo regrese a la normalidad y la discusión sobre las telenovelas. A
fines de octubre Leticia reanuda su participación en el
foro que seguramente no dejó
de visitar, aunque no colocó
sus mensajes cotidianos,
pues su principal argumento
para volver fue la petición
que recibió de sus amigos, la
mayoría virtuales y desconocidos para ella.
Hasta aquí, una síntesis apretada del primer pleito que se
suscitó en Rincón Latino, entonces uno de los sitios más
populares sobre telenovelas
latinoamericanas, que daría
lugar a otros sitios similares
y que eventualmente ha vuelto a convertirse en el ring de
lucha por diferencias entre
sus visitantes. Pero más allá
de lo que puede ser una narración trivial, este relato pretende introducir a la pregunta que origina este trabajo:
¿son las comunidades virtuales un espacio de convivencia
I.- DE LOS MEDIOS “TRADICIONALES” A LOS “NUEVOS” MEDIOS DE COMUNICACIÓN: TRES MOMENTOS
DE CONFLUENCIA2 .
Desde principios del siglo XX
las audiencias han atestiguado no sólo el auge de los ahora llamados “medios tradicionales de comunicación”, sobre todo la radio y la televisión, sino también el desarrollo de tecnologías tendientes
a perfeccionar la recepción
de sus señales y a consolidar
su expansión planetaria. Asimismo, a partir de las dos últimas décadas del siglo XX
hemos seguido la evolución
de los “nuevos medios de comunicación, como las computadoras, el disco compacto y
los teléfonos celulares, así
como de la importancia creciente que han cobrado en la
vida cotidiana de los usuarios. En materia de su gradual
aceptación y adopción por
parte de la sociedad, ambos
medios han seguido un proceso similar. En sus primeros
momentos, comprar un radio
o una televisión era muy costoso, además del riesgo de
que los aparatos resultaran
obsoletos un año después de
haber sido adquiridos3. La
evolución tecnológica y la
producción en serie propiciaron su gradual adquisición,
hasta el punto de volverse accesibles para las clases populares. La adopción de los
“nuevos” medios ha pasado
por un proceso similar. Hasta principios de la década
pasada, adquirir una computadora implicaba un riesgo
similar al ya descrito para las
radios y los televisores; pero
sus costos podían elevarse
notablemente ya que los programas se vendían por separado, de manera que su adquisición estaba en función
del presupuesto y de las necesidades de los compradores.
Como en el caso de los medios “tradicionales”, las
computadoras rápidamente
se volvían obsoletas4, tanto
por la capacidad de memoria
como por el tipo de programas5. De esta manera, la actualización y evolución del
software y el hardware, así
como la inclusión de los programas en el costo de las
computadoras, acompañada
de diversas modalidades de
compra, han facilitado su acceso a públicos crecientes.
Asimismo, los avances tecno-
lógicos han propiciado la
funcionalidad del equipo, de
tal forma que con mayor frecuencia podemos trasladarnos de un lugar a otro con
todos los requerimientos necesarios instalados en una
computadora portátil o lap
top6 .
1.- Primera confluencia:
la vinculación entre
televisión y nuevas tecnologías de comunicación.La década que acaba de concluir fue particularmente significativa para el desarrollo y
consolidación de la vinculación entre medios de comunicación “tradicionales” y
“nuevos”. En el caso de la televisión, el proceso se inició
a principios de la década de
1980 a través de la irrupción
y difusión de las nuevas tecnologías de comunicación
como los sistemas locales de
televisión por cable, los satélites de difusión directa y las
diversas modalidades de sistemas de televisión de paga,
que constituyeron un primer
paso hacia la globalización
del medio. Un segundo factor
fueron las alianzas estratégicas que han conducido a la
conformación de megagrupos en el campo de la televisión7. Sin embargo, según Manuel Castells, el contenido
real de la mayoría de la programación no se diferencia
mucho de un canal a otro, si
se consideran las fórmulas
semánticas subyacentes en la
mayor parte de los programas más populares. No obstante, añade, “el hecho de que
todo el mundo no vea la mis-
C.Benassini
pacífica? Esta respuesta puede ser parcial, pues parte de
la formación de comunidades
virtuales a propósito de la
telenovela; sin embargo, puede ser ilustrativa del tema
que nos ocupa. Para ello será
necesario establecer tres momentos de confluencia entre
los medios de comunicación
“tradicionales” y los “nuevos,
con especial énfasis en la televisión. En un segundo momento describiré la formación de comunidades virtuales a propósito de la telenovela. Posteriormente narraré
el Epílogo de la historia que
inicié hace un momento, para
posteriormente pasar a las
conclusiones finales y a la respuesta a la pregunta inicial.
211
210
211
Comunidades virtuales
ma cosa en el mismo momento y que cada cultura y grupo
social tenga una relación específica con el sistema de
medios, constituye una diferencia fundamental frente al
antiguo sistema de medios de
comunicación estandarizados. Además, la práctica tan
extendida del ‘zapping’ (ver
de forma simultánea varios
programas) introduce la creación por parte de la audiencia de sus propios mosaicos
visuales” (Castells, 1996:373374, comillas del autor).
2.- Segunda confluencia:
televisión y computadoras.En suma, el aprovechamiento de las nuevas tecnologías
de comunicación, aunado al
establecimiento de alianzas
estratégicas constituyeron
dos factores relevantes en el
proceso de globalización de
la televisión, así como un primer momento de confluencia
entre medios de comunicación “nuevos” y “tradicionales”. Sin embargo, estos procesos no transformaron lógica unidireccional del mensaje ni permitieron la retroalimentación de la audiencia. Es
decir, no propiciaron la interacción. “La televisión necesitaba al ordenador para liberarse de la pantalla. Pero su
emparejamiento, con importantes consecuencias potenciales sobre la sociedad en
general, sólo llegó tras la larga desviación tomada por los
ordenadores para poder hablar con la televisión una vez
que aprendieron a hacerlo
entre sí. Sólo entonces pudo
la audiencia hablar con voz
diálogos
de la
69
comunicación
propia” (Castells, 1996:374).
Este proceso se inició en 1973
con el proyecto ARPANET8
por parte del gobierno norteamericano, más adelante
puesto al servicio de las universidades y, finalmente, utilizado para fines comerciales.
A principios de la década de
1990 se crea la World Wide
Web (WWW), una red flexible
dentro de Internet que permite a instituciones, empresas,
asociaciones e individuos
crear sus propias páginas
mediante diversas modalidades9 y acceder a diversos sitios de su interés. La WWW
también ha permitido el agrupamiento de intereses y de
proyectos en la red, así como
nuevas modalidades de
interactividad entre los individuos que se conectan entre
sí10 (Castells, 1996: 386 y ss;
Malvido, 1999:24 y ss).
3.- Tercera confluencia:
Televisión y World Wide
Web.De lo anterior se desprende
que la interrelación medios
de comunicación “tradicionales” y “nuevos” ha propiciado una oferta programática y
una audiencia global en términos de posibilidades de
acceso11 . Cabe añadir que las
posibilidades abiertas por la
World Wide Web han acarreado una presencia creciente de
materiales provenientes de
los medios “tradicionales”, lo
cual constituye un tercer punto de confluencia. Para el
caso de la televisión, es creciente el número de canales
que están en la red, tanto
para dar a conocer su oferta
programática, como para ponerla a disposición del usuario vía Internet a través de
programas a los que puede
accederse gratuitamente
como Real Player o Quick
Time, entre otros. Por lo tanto, a las modalidades abiertas
por las nuevas tecnologías de
comunicación, que multiplican el número de canales a
disposición del usuario, se
añaden las posibilidades
abiertas por la red de redes
en lo que se refiere al acceso
a la oferta programática de
radiodifusoras y televisoras
ubicadas en diversas partes
del mundo.
II.- LA FORMACIÓN DE
COMUNIDADES VIRTUALES
Del apartado anterior se desprende que la confluencia
entre televisión e Internet ha
propiciado una explosión de
usos por parte de los interesados: la consulta de la programación cotidiana, semanal o mensual: el contacto
con los servicios que proporcionan las televisoras, el acceso a la programación por
medio de la señal digital y un
intercambio de opiniones que
reviste diversas modalidades.
La primera, con la misma
televisora o con los programas de interés por parte del
visitante, vía correo electrónico. La segunda, los salones
de charla o chat rooms, puestos a disposición del visitante en días y horas determinadas, o en los horarios de
transmisión de ciertos programas. La tercera, la participación en foros de discusión
Sin embargo, sea cual sea la
modalidad de participación
en los foros, la manera más
corriente de organizarlos es
a través de los sistemas de
tableros de anuncios o BBS,
siglas de Bulletin Board
Systems. Su principal característica es que no requieren de
redes informáticas complicadas, sólo de computadoras
personales, módems y la línea telefónica (en Castells,
1996:387). Edgar Gómez Cruz
(1998:2) añade que, por estas
características, los BBS se introdujeron rápidamente en el
gusto de los usuarios, además de que puede combinar
elementos de otros sistemas:
tiene foros temáticos –
newsgroups- en los que se
envía un mensaje grupal discutiendo sobre el tema que
da cabida al foro; tiene IRC13,
que permite la plática entre
dos usuarios conectados al
mismo tiempo aunque existen sistemas de BBS que no
incluyen esta modalidad. De
cualquier manera, el sistema
de tableros de anuncios ha
propiciado la formación de
“comunidades virtuales”; una
modalidad de organización
que, a partir de ciertos elementos comunes, encuentra
en el ciberespacio su centro
de reunión, ya sea simultáneo
–vía los salones de charla- o
a través del BBS.
Por otra parte, el término “comunidad virtual” se ha utilizado por diversos autores
(Rheingold, 1994, Queau,
1996, Castells, 1996, Gubern,
2000). Román Gubern proporciona la descripción más acabada:
“Internet constituye un gigantesco árbol de subculturas
muy diversificadas, formadas
por las llamadas ‘comunidades virtuales’, unas comunidades on-line que constituyen
foros de debate o grupos de
discusión, monográficos o
no, que pueden ser abiertos
y cerrados (endógamos), y
que se corresponden en nuestra tradición cultural con la
función de las tertulias o los
clubs de discusión, y hasta de
las peñas y las pandillas (la
denominación inglesa chat
[charla] se corresponde bien
con la acepción española).
Sus panegiristas han querido
relacionarlas con la tradición
utopista de las comunidades
libertarias del siglo XIX, pero
su concepción es más cercana al modelo del ágora y del
ateneo, dos instituciones que
se remontan a la Grecia clásica, aunque hayan sido despojadas de sus formalidades y
ritos” (Gubern, 2000, 138, comillas y cursivas del autor).
Un elemento que contribuye
a relacionar a las comunidades virtuales con las comunidades libertarias del siglo XIX
es su modalidad de organización. Gubern añade que
“Una comunidad (a escala
telemática) es un subgrupo
social que comparte intereses temáticos comunes y que
está cohesionado por la mutua empatía de sus miembros,
creando entre ellos una proximidad virtual. Tales miembros pueden no llegar a conocerse personalmente ni verse nunca, por lo que puede
afirmarse que son, de hecho,
comunidades invisibles, incluso para sus participantes,
unidos solamente por la comunicación escritural. Por
eso el espacio o territorio de
la comunidad virtual es más
conceptual que perceptual. Y
en unos momentos en que las
sociedades occidentales están viviendo una acelerada
segmentación calificada de
‘multicultural’, las comunidades virtuales contribuyen a la
tribalización de la sociedad
postindustrial, parcelándola
en tribus electrónicas diferenciadas por sus gustos y aficiones y basadas en el refuerzo
mutuo de una identidad específica. No pocas veces tales
tribus conocen una jerarquización acentuada, con sus
gurús, hechiceros y caudillos” (Gubern, 2000:138-139,
cursivas del autor).
Otro aspecto que cabe destacar sobre las comunidades
C.Benassini
administrados por empleados de las televisoras que,
más allá del intercambio y la
retroalimentación tradicional, ponen en contacto a las
audiencias interesadas en un
determinado género televisivo o programa en particular12. Sin embargo, las posibilidades de participación en
los foros de discusión se dan
también a través de la modalidad descrita en el apartado
anterior: que el interesado
elabore y administre su propia página –ya sea él mismo
o a través de los servicios de
Webhosting- en la que se incluya la invitación al visitante a
participar en los foros.
213
212
213
Comunidades virtuales
virtuales es que, si bien se
organizan en torno a intereses comunes, la iniciativa y la
promoción14 van por cuenta
de uno o varios líderes que
asumen estas tareas como
parte de su rutina diaria, ya
sea estudiantil, laboral o por
mero entretenimiento y normalmente de forma gratuita.
Asimismo, a pesar de la horizontalidad que caracteriza a
Internet, existen normas que,
según Flores Olea y Gaspar de
Alba, se definen
“por una serie de ‘convenciones’ que han de respetar los
usuarios, reglas no escritas y
‘tradiciones’ o hasta ‘manías’
que se afianzan y representan
el ‘signo distintivo’ de los mismos. Estas características
peculiares comprenden desde ciertas formas de expresión y escritura hasta, por
supuesto, disposición al auxilio de los participantes recién
llegados. Dentro de Internet,
y de las ‘comunidades de interés’ que se constituyen en
su interior, han ido formalizándose ciertas normas o patrones de conducta que proponen y apoyan las asociaciones que existen prácticamente en todos los países para
impulsar el desarrollo de
Internet, y también para
“normar” relativamente el
comportamiento de los
internautas” (Flores Olea y
Gaspar de Alba, 1997:33, comillas de los autores).
Una de estas convenciones es
la escritura, con sus características e implicaciones, pues
no hay posibilidades de entonación o de gesticulación
diálogos
de la
71
comunicación
como sucede en la comunicación cara a cara. También hay
diferencia con las cartas manuscritas, a las que el autor
confiere un sello personal a
través del tipo de papel, el
color de la tinta y el la escritura a utilizar, según el destinatario y los propósitos del
mensaje.
“Para ‘caldear’ el texto escrito con cierta temperatura
emocional se han inventado
las emoticons (de emotions +
icons), que son figuras ideográficas alfanuméricas formadas con signos de puntuación
del teclado, para expresar
estados de ánimo y otras características de los interlocutores como J (sonrisa): L
(infelicidad) 8- (personaje
que lleva gafas), :-& (personaje con los labios sellados) etc.
El repertorio semiótico que
configuran los emoticons ilustra acerca de la expresión
dialectal formalizada en los
chats anglosajones, en los que
al lenguaje airado, insultante
o provocativo se le llama
flaming (llameante), a los novatos se les califica de
newbies (de new y el sufijo de
babies) y que ha creado todo
un sistema completo de
netiquette
(network
+
etiquette), que debe ser respetado por los participantes.
Tal sistema de comunicación
plantea dudas acerca de
cómo deben designarse sus
participantes. A palabra ‘operador’ es demasiado fría e
impersonal, ‘interlocutor’ debiera reservarse para quienes
intercambian comunicaciones orales o locuciones, por
lo que ‘corresponsal’ parece
la más ajustada, aunque apenas se use” (Gubern, 2000:
137-138, comillas y cursivas
del autor15).
Por otra parte, a reserva de
ampliarlo en las conclusiones, cabe adelantar que, a la
manera de las comunidades
tradicionales, entrar a una
comunidad virtual forma parte de un ritual. Los “nuevos”
son recibidos por los administradores, los líderes –por
sus comentarios- y los miembros más antiguos, quienes lo
guiarán y orientarán en caso
necesario. Al respecto, Flores
Olea y Gaspar de Alba (1997:
34) añaden que los miembros
de los “grupos de interés” requieren establecer determinados acuerdos, como precisar los objetivos del grupo y
atenerse a ellos, reconocer
las limitaciones de la comunicación a través del texto
escrito para evitar malentendidos, recordar que del otro
lado de la línea hay siempre
seres humanos, crear en sus
comunicaciones una base de
datos con la mención de ‘preguntas frecuentes’ 16 para
quienes se incorporen al grupo a fin de evitar explicaciones redundantes.
Finalmente, a la caracterización y rasgos más sobresalientes de las comunidades
virtuales cabe añadir el hecho de que, salvo excepciones, sus miembros no llegarán a conocerse físicamente:
Por lo tanto, su modalidad
comunicativa será a través de
la interactividad, muy diferente a la interacción cara a
cara. Como se verá en la últi-
IV.- RINCON LATINO Y SUS
DERIVACIONES
Siguiendo con la lógica de vincular los medios de comunicación “tradicionales” y “nuevos”, este apartado da cuenta de los avances de una investigación sobre la formación de comunidades virtuales a propósito de la telenovela y reflexionar acerca de
los espacios de convivencia
pacífica. La selección de esta
interrelación está orientada
por el hecho de que desde
mediados de la década de
1980 la investigación sobre
telenovelas ha cobrado un
mayor interés, que coincide
con la apertura de las fronteras nacionales y la transmisión de melodramas hacia diversas partes del globo. El
hecho coincide con la caída
del Muro de Berlín y la entrada de la televisión comercial
a Europa oriental. A este hecho se suma otro: en noviembre de 1989 se iniciaron en
Rusia las transmisiones de La
esclava Isaura. A partir de ese
momento, los televidentes de
la entonces Unión Soviética
se convirtieron en seguidores
del género. Lo mismo sucedió
con otros países como
Croacia, Ser via, Ucrania,
Eslovenia, Polonia y la República Checa, además de España, Grecia e Italia en Europa;
Israel y Turquía en Medio
Oriente, además de Estados
Unidos y la mayoría de los
países latinoamericanos, que
décadas antes habían iniciado convenios para intercambio de telenovelas.
1.- Rincón Latino17.- A mediados de 1990, la expansión de
Internet trajo consigo que los
directorios de búsqueda incluyeran información sobre
las telenovelas procedente de
las televisoras y de algunos
aficionados. Una de las primeras fue Yolette Nicholson, nacida en Chicago, con una lejana ascendencia de Curaçao
que alcanza a perci-birse en
las facciones de su cara. Hace
un par de décadas, muy niña
aun, comenzó a ver con su
madre las telenovelas portorriqueñas que llegaban a los
canales de su ciudad. Gracias
a Angelitos negros, Cristina
Bazán y Angela María,
Yolettte se convirtió rápidamente en una telenovelera,
afición que abandonó temporalmente debido a sus estudios de periodismo que le
permitieron encontrar un trabajo en el Chicago Tribune.
En 1995, en pleno crecimiento de Internet en Estados Unidos, recurrió infructuosamente a los directorios de
búsqueda para localizar algunas páginas relacionadas con
su género favorito. Esto la
motivó a pensar en la posibilidad de tener su propia página, originalmente sobre Corazón salvaje, la telenovela que
más la impactó durante su
segunda etapa de contacto
con el género. De ahí se extendió para incluir las teleno-
velas que en ese momento se
transmitían en Estados Unidos a través de Univisión y
Galavisión -filiales de Televisa- y Telemundo.
Cuando Yolette visitó a sus
primos en Puerto Rico
videograbó las telenovelas
que entonces se estaban
transmitiendo e incluyó parte de estos materiales en su
página. Antes de lo previsto
comenzó a recibir propuestas
de apoyo provenientes de diversas partes del mundo.
Esto la motivó a diseñar una
página más grande; pronto el
sitio creció tanto que empezó a tener dificultades para
mantenerlo. En febrero de
1996, Yolette comenzó a rentar espacio en Xcite Net, compañía que proporcionaba servicios de mantenimiento de
Internet a los interesados en
Chicago. Le ofrecieron un
buen contrato que incluía la
adquisición de su cuenta de
correo electrónico y su propia página con cinco MB de
espacio en la red de redes,
todo por $24.95 dólares. La
oferta era tan tentadora que
decidió subir su página de
telenovelas, el único tema de
su interés que hasta entonces
nadie había abordado en
Internet. En agosto de 1997
Yolette entró en contacto con
Alexander Zhukov, responsable de un servidor en un Instituto de Moscú y adicto a las
telenovelas, quien le hizo sugerencias para la organización de la página que propiciarían una mayor interactividad entre los visitantes y se
ofreció a enlazar su servidor
a Xcite para insertar un espa-
C.Benassini
ma parte de este trabajo, esta
peculiaridad tiene sus implicaciones en las maneras en
las que los miembros de estas comunidades llevan a
cabo sus encuentros y desencuentros en el ciberespacio.
215
214
215
Comunidades virtuales
cio para que los cibertelenoveleros votaran por sus favoritas y un tablero de avisos,
cada uno de los cuales podría
recibir tantas respuestas
como los interesados quisieran insertar, a la vez que permitiría subir información procedente de periódicos y revistas principalmente latinoamericanos que publicaran información sobre el género.
Los cambios originaron una
gran cantidad de comentarios, felicitándola por su trabajo. Las únicas quejas eran
por la falta de actualización
de la página, particularmente la información sobre telenovelas en diversas partes
del mundo, con los que ella
estaba enlazada. Lamentablemente, la prioridad era su trabajo en el periódico, que entre otras cosas le permitía
pagar la renta de Xcite. La actualización sería en el tiempo
libre y entre los espacios
abiertos por la recuperación
de una operación y un intempestivo viaje a Nueva York.
Fue cuando se hizo patente el
apoyo de visitantes voluntarios, pues enviaban información a Yolette o a Zhukov o
bien, como Leticia, la colocaban desde su computadora.
A principios de mayo de 1998
comenzaron los problemas
técnicos con el tablero de
avisos enlazado desde Moscú. Un desperfecto en la recepción y envío de las señales satelitales impidió el enlace a Internet entre América
y Europa. Todo indicaba que
el problema se arreglaría en
las dos siguientes semanas,
pero no sucedió así. La pági-
diálogos
de la
comunicación
na comenzó a perder vida. El
30 de mayo los visitantes se
encontraron con los ojos tristes de un niño y un escueto
mensaje en el que Yolette informaba que su página ya no
estaría en Xcite y que pronto
informaría la nueva dirección.
Los cibertelenoveleros esperaron pacientemente hasta el
15 de junio, cuando apareció
un enlace a Rincón Latino.
Ahí, Yolette se disculpaba por
su salida intempestiva de
Chicago. Había recibido una
buena oportunidad para trabajar en las oficinas de
Univisión en Nueva York y
decidió mudarse con todo y
página. Las cosas habían
vuelto a la normalidad. En
agosto de 1998 Rincón Latino
recibía más de mil visitantes
a la semana; con un promedio diario de cien mensajes
colocados en su tablero electrónico18.
Las cosas marchaban bien,
pues los visitantes asiduos
eran cada vez más frecuentes;
se saludaban entre sí, lamentaban la ausencia de alguno
e intercambiaban información en el tablero y vía correo
electrónico. Rincón Latino se
había constituido en una comunidad virtual. El 30 de septiembre de 1998 se inició el
problema que se reseña al
principio de este trabajo.
Leticia, una de las colaboradoras más activas, reconoció
haber cometido un error que
desencadenó una bola de nieve. A la narración del final de
una telenovela se siguieron
discusiones sobre si advertir
o no a los visitantes que abrir
el mensaje colocado en el ta-
blero, sobre las reglas de cortesía que se habían violado al
no advertir el contenido del
mensaje y el lenguaje ofensivo. Se discutió sobre la censura y sobre las implicaciones de que los mensajes se
colocaran en español, pues
quienes no lo hablaban
fluidamente podían provocar
problemas. Los nuevos visitantes no sabían lo que sucedía y algunos no volvieron; lo
mismo sucedió con otros que
también lo frecuentaban,
pues sentían que sus ideas no
eran tomadas en cuenta para
la discusión. Leticia regresó
casi un mes más tarde; sus
amigos le dieron la bienvenida y aparentemente el foro
volvió a la normalidad. El suceso es importante pues puso
en peligro a la comunidad,
que se mantuvo por la vía de
la negociación, el interés en
solucionar el conflicto y la coincidencia de que su punto en
común eran las telenovelas.
2.- Los nuevos sitios.- La iniciativa de Yolette tardó en
encontrar seguidores, pero
los encontró. Las razones
pueden resumirse en dos: la
primera, el interés por tener
una página propia sobre
telenovelas en el ciberespacio con todo y tablero de avisos, imitando el modelo de su
precursora; para ello cada
quien tomó su camino recurriendo a su página personal
o a Webhosters y se ubicó en
los directorios de búsqueda.
La segunda razón, construir
una página especializada en
el género, aunque con un énfasis más local, hubiese o no
una previa con un tema simi-
Conforme fueron apareciendo,
los
visitantes
y
Webhosters saltan de un foro
a otro, se encuentran con gusto en los nuevos lugares, dan
la bienvenida a los recién llegados y agradecen a Yolette
sus esfuerzos por propiciar la
convivencia en otros sitios.
Contrario a lo que podía pensarse, las temáticas se multiplicaron, aunque muy pocos
–únicamente los líderes de
opinión- pueden abordar todos los temas, que surgen por
su iniciativa o por dudas de
los aficionados. El sitio de
Yolette se ha convertido en
una “gran ciudad virtual” en
la que todos encuentran foros
y temas a su gusto, además
de establecer sus propios itinerarios de visita20. Incluso, a
los aficionados y líderes se
han sumado guionistas, productores y expertos en la
materia que eventualmente
dejan sus comentarios para
orgullo de líderes, administradores y visitantes. Cabe añadir que si bien las telenovelas
han sido el punto de reunión,
también se discuten otros temas relacionados con la televisión. Pero también se consuela a los amigos cuando
pasan por un problema y en
algunos casos establecen
contacto personal a través de
la dirección electrónica personal para platicarse intimidades.
Sin embargo, el paso de comunidad virtual a ciudad virtual acarreó también la multiplicación de problemas que
se iniciaron en el foro argentino para continuar en el chileno, el digital y el boricua.
En los tres casos, el origen es
similar: diferencias entre puntos de vista que culminan en
demostración de los egos y
van desde las críticas que
provocan discrepancias, así
como el insulto y la ventilación de las confidencias hechas en privado, ahora colocadas en el tablero de avisos
y a la vista de todo el que
quiera conocerlas. Curiosamente, los líderes suelen ser
los principales protagonistas
de los conflictos y la lucha es
por demostrar al resto de la
comunidad quién tiene más
información y, a la postre,
quién tiene la razón. Las consecuencias han sido diversas,
pero siempre han dañado a la
comunidad: los partidarios
de uno u otro líder son reprimidos por el bando contrario,
mediante el silencio, la descortesía o la franca agresión.
Los líderes imponen veto
abierto a los contrarios en
sus foros, de manera abierta,
borrando los mensajes, principalmente si ellos son además los Webhosters, o bien,
pasándolos a la segunda página para que no sean leídos
por los buscadores de novedades. Cuando los recién llegados o los visitantes esporádicos preguntan qué sucede
las respuestas son parciales
y cortantes. Incluso se ha
optado por el exilio temporal
a otros foros y, en casos drásticos, el definitivo.
V.- EPÍLOGO PROVISIONAL: ¿SON LAS COMUNIDADES VIRTUALES UN
ESPACIO DE CONVIVENCIA
PACÍFICA?
Entrar por primera vez una
comunidad virtual provoca la
sensación de que uno es un
extraño entre docenas de visitantes que se conocen entre sí, se tratan con cierta cordialidad, discuten sobre el
tema de su elección e intentan dirimir sus diferencias.
Una vez iniciada la participación, el recién llegado recibe
la bienvenida por parte de líderes y Webhosters. Se trata
de un ritual que incita al visitante a iniciar un recorrido
cotidiano, sobre todo en los
sitios en los que se siente
como en casa y entre amigos,
no sólo por el trato que recibe, sino por las posibilidades
que tiene de aportar desde
datos solicitados por otros
visitantes hasta elementos
para discusiones más profundas sobre la telenovela, sus
orígenes, sus relaciones con
C.Benassini
lar; en este caso, podían recurrir a los mismos procedimientos que en el primero.
Adicionalmente, Yolette modificó la entrada a su sitio
para convertirlo en enlace de
quienes quisieran acceder a
los nuevos tableros de avisos
a través de Rincón Latino,
pues las iniciativas habían
surgido en su foro. Así, el 19
de marzo de 1999 el foro argentino dio la bienvenida a
sus visitantes, el 12 de mayo
se inició el ruso y quince días
después el chileno; el 7 de
diciembre el Digital desde
España y dos días después el
boricua; el 24 febrero el de
escritores y, finalmente, el
colombiano el 16 de mayo de
este año19.
217
216
217
Comunidades virtuales
otros géneros, sus modalidades etc. Una vez que el nuevo
miembro es aceptado en la
comunidad, el ritual se inicia
al encender la computadora,
conectarse a Netscape o a
Explorer, entrar al sitio de
Yolette y de ahí a los foros.
Revisar si los mensajes colocados han tenido respuesta y
colocar otros, con la confianza de que habrá respuestas a
favor o en contra de la posición asumida por el visitante, ya sea por sus partidarios
o por sus adversarios.
Al respecto, Roger Silverstone (1996:167 y ss) ha propuesto la necesidad de realizar una biografía de los medios, es decir, de cómo se fueron arraigando en la sociedad. La computadora se presta a múltiples biografías que
se entrecruzan por sus múltiples usos y por la función que
van ocupando en la vida cotidiana, por las modalidades en
que el trabajo se entrecruza
con el entretenimiento.
Como ya se indicó, la participación en las comunidades
virtuales sobre telenovelas
en principio es voluntaria y,
como se verá, tiene que ver
con al menos con varios de
estos usos. Aun cuando cada
uno de los foros colocados en
el sitio de Yolette amerita un
estudio aparte y un análisis
más detallado de los problemas, es necesario abordarlos
de manera global, porque de
otra manera no se comprenden estos problemas, que forman parte de la biografía de
Internet. En este sentido, la
observación participante ha
sido una metodología eficaz
diálogos
de la
comunicación
para acercarse al estudio de
estas comunidades y para reunir datos para elaborar una
parte de su biografía, en lo
que se refiere a efectuar un
recorrido virtual por las diversas comunidades, seleccionar aquellas que, bajo diversos criterios, son susceptibles de ser estudiadas y, finalmente, introducirse en
ellas en calidad de observador participante21. Desde esta
experiencia personal puedo
hacer el siguiente análisis:
1. Inicialmente, la telenovela
se dirigía a públicos populares en América Latina. Esta
tendencia se ha modificado,
sobre todo en los últimos
quince años, con los horarios
nocturnos y al menos con la
visualización de un público
diferente que tiende a ser a la
vez incluyente y excluyente
por temáticas, canales y otras
estrategias de lógica industrial. Fuera de la región, la
telenovela se recibe bajo diversas modalidades de televisión de paga como el cable,
la antena parabólica y los
modernos sistemas producto
de alianzas internacionales.
Estos públicos conforman a
su vez las comunidades
virtuales a propósito de la
telenovela y suelen ser compatibles con el nivel socioeconómico del televidente
que tiene acceso a la computadora y a Internet. Sin embargo, hay un número creciente de estudiantes y empleados que participan en los
foros de discusión desde su
trabajo y desde sus instituciones de enseñanza, ya sea preparatoria o universidad. Este
hecho se constata a través de
las direcciones electrónicas
que marcan algunos usuarios,
algunas de las cuales provienen de estos sitios. Asimismo, cabe destacar que la formación de comunidades
virtuales a propósito de la
telenovela latinoamericana
constituye un punto de confluencia entre medios de comunicación “tradicionales” y
“nuevos”, cuyo estudio –que
rebasa los objetivos de este
trabajo-, debe tomar en cuenta las modalidades de apropiación y resignificación del
género que se hace palpable
en las discusiones cotidianas
que se entrelazan en los tableros de avisos colocados por
los visitantes.
2. Las comunidades virtuales
en torno al género funcionan
como tales en ciertos sentidos: el liderazgo reconocido
por sus miembros, el lenguaje compartido, las modalidades de organización, las reglas y los conflictos propiciados por las diferencias entre
sus líderes, que generan censura, envidias y otras reacciones ya descritas en el apartado anterior. Sin embargo, estas reacciones propician también “pequeñas bromas” hacia los demás que generan
verdaderos conflictos, como
el robo de los ISP’S22, con lo
que pueden cambiarse los
nombres de los usuarios. Así
en el mes de marzo, a iniciativa de los Webhosters del foro
boricua, salió la página del
Foro Parodia, una burla del
chileno, sobre todo de su
Webhoster y de algunos de
sus líderes, particularmente
3. Como toda comunidad virtual, las que se organizan en
torno a la telenovela tienen
diversos visitantes. En primer
lugar, están aquellos que navegan por el ciberespacio utilizando su identidad real, sobre la que suelen proporcionar diversos datos según el
caso: género, edad, estudios,
trabajo, intereses, aficiones y
hasta metas en la vida. A su
vez, estos datos proporcionan elementos que conducen
a una parte de las razones por
las que los usuarios o
Webhosters visitan estas páginas: su interés por ingresar al
mundo de la telenovela, particularmente como guionistas; sin embargo, también hay
periodistas e investigadores
que manifiestan abiertamente su profesión y su interés
por obtener información para
escribir un artículo o un reportaje. Un segundo tipo de
visitantes lo hace encubierto
en el anonimato, ya sea no
marcando su nombre y, en
consecuencia su correo electrónico, con lo que la comunicación será posible únicamente a través de los foros.
El anonimato suele ser propiciado por las modalidades
para obtener una cuenta de
correo electrónico a través de
Yahoo, Hotmail y otros portales que proporcionan gratuitamente este servicio. Así, un
solo usuario podrá tener tantas cuentas e identidades
como quiera y/o le sea funcional para efectos personales,
de trabajo o de mero entretenimiento y, en consecuencia,
tendrá la posibilidad de navegar a través del ciberespacio
a través de diversas identidades anónimas23. Según Román
Gubern, en la comunicación
interpersonal en la red, la
invisibilidad física de los comunicantes aporta una ventaja y un inconveniente a la vez:
“1) protege a los corresponsales con un anonimato de
facto y ello les permite o una
mayor franqueza comunicativa o, por el contrario, una
ocultación de defectos propios, o una simulación ventajosa; 2) pero esta invisibilidad
hace también que la comunicación sea menos completa
(y a veces menos gratificadora) que si fuera cara a cara”
(Gubern, 2000:143).
4. Esta primera caracterización de los visitantes de las
comunidades virtuales conduce a otra, más estrechamente vinculada con las
telenovelas y que responde a
la pregunta: ¿Quiénes participan en estas comunidades,
más allá de ser adictos al género? Un primer grupo está
constituido por jóvenes, pues
su edad confesa oscila entre
los 16 y los 30 años. Son estudiantes de preparatoria o de
universidad que se interesan
en el género por diversas razones y que andan de foro en
foro buscando información
sobre sus artistas predilectos
y sobre la telenovela en general. Un segundo grupo lo conforman unos cuantos expertos que, junto con los
Webhosters, se transforman
en líderes: guionistas, productores, críticos y especialistas en el género; otros pocos trabajan en el medio o
son especialistas en el género, y circulan información de
primera mano entre la comunidad, a sabiendas de lo que
hacen. Este segundo grupo
participa por diversos motivos, pues hay desde quienes
tienen su propio espacio hasta quienes hacen gala de sus
conocimientos un poco por
ego y otro poco por ver si logran vincularse al medio, la
mayoría –como ya se indicóen calidad de guionistas.
Otros andan de foro en foro,
recogiendo esta información
de primera mano y colocándola como suya en otros foros. Sin embargo, el recorrido por estos espacios en los
que el visitantes deja sus huellas corrobora las afirmaciones de Manuel Castells al respecto:
“Estas redes son efímeras en
lo que respecta a los participantes. Aunque una conferencia o un tablón de anuncios
determinados pueden mantenerse durante largo tiempo
en torno a un núcleo de usua-
C.Benassini
los que tenían diferencias con
los boricuas. El Foro Parodia
funcionó durante casi dos
meses hasta que se suscitó
un hecho inusitado: la muerte de Ana Mar, asidua visitante de nacionalidad española
que vivía en el sur de Francia.
El hecho fue notificado por
otros miembros de su comunidad real que también participaban en los foros. Los visitantes de los foros asistieron a un verdadero velorio
virtual que culminó en un
pequeño homenaje en el foro
chileno y que convirtió al
Foro Parodia en la tumba virtual de Ana Mar.
219
218
219
Comunidades virtuales
rios informáticos devotos, la
mayoría de las contribuciones y la interacción son esporádicas, ya que la mayor parte de la gente entra y sale de
las redes según cambian sus
intereses o siguen sin cumplirse sus expectativas. Avanzaría la hipótesis de que en
esas comunidades virtuales
‘viven’ dos tipos muy diferentes de poblaciones: una diminuta minoría de aldeanos
electrónicos ‘que se han
asentado en la frontera electrónica’ y una multitud transeúnte para la cual las incursiones ocasionales dentro de
varias redes equivale a explorar existencias bajo el modo
de lo efímero” (Castells,
1996:395, comillas del autor).
En este sentido, los visitantes
que visitan las comunidades
virtuales ubicadas en el sitio
de Yolette coinciden con esta
caracterización de Castells.
No obstante, es necesario indagar las razones por las que
los “aldeanos” y los “transeúntes” se ubican como tales. De acuerdo con los testimonios de los visitantes, al
sitio se accede por lo menos
mediante dos posibilidades:
la recomendación de algún
visitante previo o los directorios de búsqueda. El primer
contacto será en calidad de
“transeúnte”; de ahí se pasará a “aldeano” si los intereses
van de acuerdo con lo que ahí
encuentra, si es bienvenido y
si los comentarios tienen respuesta. Pero la permanencia
está determinada por múltiples factores, ligados a su
desempeño posterior en la
comunidad, a los miembros
diálogos
de la
comunicación
con los que interactúa de
manera preferencial y a su
posición frente a un conflicto
en el que el “aldeano” y su
grupo de referencia salgan
afectados. Esta situación definirá su permanencia en la
comunidad o la búsqueda de
otras en las que iniciará el
mismo ciclo 24. Es frecuente
que quienes se encuentran en
este caso sean “llamados”
nuevamente a través del foro.
También hay “transeúntes”
que deambulan de un sitio a
otro sin permanecer en ninguno y sin que se les extrañe
en la comunidad.
5. Asimismo, conviene ahondar en las razones, más allá
de las ya señaladas, por las
que se visitan los foros. Algunos Webhosters, a los que pueden sumarse otros visitantes,
propician las discusiones con
el interés de obtener más información que les será de utilidad para múltiples fines, argumentando que así se “da
nivel a un foro”. Como ya se
indicó en otros apartados estos foros reciben visitantes
de diversas partes del mundo, que a su vez se convierten en informantes de lo que
sucede en la televisión de su
país. Rastrear esas primeras
pistas para fines de toma de
decisión por parte de las
televisoras, de periodistas o
de investigadores se convierte en oro molido para quien
la posee. El informante suele
actuar de buena fe, aunque
no tiene idea de la finalidad
que tendrán los datos proporcionados y en pocos casos
suele ser descubierto. Un mínimo código de ética obliga-
ría a quienes utilizan esta información a mencionar las
fuentes de donde las obtuvo
(sitio, informante etc.). Pero
también puede suceder que,
en el mejor de los casos, simplemente se diga que la información se bajó de Internet sin
especificar detalles no sólo
foros similares y puede publicarse como propia en la prensa escrita25, o en otros portales especializados en televisión. Si a este hecho le aunamos las ya señaladas restricciones que los Webhosters
pueden aplicar a visitantes
inconvenientes, que van desde pasar sus mensajes a la
siguiente página hasta su
eventual eliminación, podemos estar de acuerdo en que
los foros de discusión a propósito de la telenovela pueden convertirse en cotos de
poder manejados por unos
cuantos para sus propios fines: obtención de información para propósitos no claros, privilegio de un punto de
vista sobre los demás, propiciar el enfrentamiento más
que mediar ante el conflicto
etc. Esta situación de incertidumbre es la que priva actualmente en el foro chileno.
6. Sin embargo, no todos los
Webhosters se conducen de la
misma manera, lo cual conduce a reflexionar sobre su papel al interior de la comunidad. Como ya se adelantó,
son líderes en dos sentidos:
tienen los conocimientos
para administrar un sitio de
Internet y tienen mucha más
información sobre el tema
que el resto de su comunidad,
o saben dónde obtenerla. En
zado de manera diferente y
con fines distintos, tantos
como la gama de variación
social y contextual que existe entre sus usuarios. Lo que
es común es que, según los
escasos estudios sobre el
tema, no sustituye a los otros
medios de comunicación, ni
crea nuevas redes: refuerza
los modelos sociales ya existentes (...) Como el acceso a
la comunicación a través del
ordenador es restrictivo cultural, educacional y económicamente, y lo será durante mucho tiempo, su efecto
cultural más importante podría ser en potencia el
reforzamiento de las redes
sociales culturalmente dominantes, así como el aumento
de su cosmopolitismo y
globalización” (Castells,
1996:396; las negritas son
nuestras).
7. Los comentarios hasta aquí
presentados acercan a responder la pregunta ¿Son las
comunidades virtuales un espacio de convivencia pacífica? Después del análisis de su
formación a propósito de la
telenovela, la respuesta es
negativa. Manuel Castells proporciona una primera razón:
Esta afirmación queda constatada a través de la descripción sobre el comportamiento que durante los últimos 18
meses han mantenido las comunidades virtuales ligadas
al sitio de Yolette mismas
que, lejos de ser una excepción, constituyen una constante28. Un recorrido por sitios similares sobre el mismo
tema muestra que el comportamiento de los participantes
no difiere del ya descrito,
sean de estas características
o administrados por las propias televisoras29. Sin embargo, el propio Castells deja
abierta una puerta al cambio
a largo plazo, una vez que el
acceso a la computadora y a
Internet esté en manos de
grupos sociales cada vez ma-
“En general, al valorar los
efectos sociales y culturales
de la comunicación a través
del ordenador, debemos tener presente la investigación
sociológica acumulada sobre
los usos sociales de la tecnología (...) El modo de comunicación electrónica de muchos con muchos que representa la comunicación a través del ordenador se ha utili-
yores y en la medida en que
se vaya angostando la dualidad entre ricos y pobres, a la
que Román Gubern (2000:
136) añade la de ricos y pobres en conocimiento:
inforricos e infopobres. Un
panorama que todavía se vislumbra lejano. Por el momento, prevalece lo que Jean
Baudrillard, con cierto pesimismo, ha llamado “la precesión de los simulacros”:
“Lo real no tendrá nunca más
ocasión de producirse –tal es
la función vital del modelo en
un sistema de muerte, o, mejor, de resurrección anticipada que no concede posibilidad alguna ni al fenómeno
mismo de la muerte. Hiperreal en adelante al abrigo de
lo imaginario, y de toda distinción entre lo real y lo imaginario, no dando lugar más
que a la recurrencia orbital de
modelos y a la generación simulada de diferencias. Disimular es fingir no tener lo que
se tiene. Simular es fingir tener lo que no se tiene. Lo uno
remite a una presencia, lo
otro a una ausencia. Pero la
cuestión es más complicada,
puesto que simular no es fingir (...) Así pues, fingir o disimular, dejan intacto el principio de realidad: hay una diferencia clara, sólo que enmascarada. Por su parte, la simulación vuelve a cuestionar la
diferencia de los ‘verdadero’
y de lo ‘falso’, de lo ‘real’ y de
lo ‘imaginario’” (Baudrillard,
1998:11-12, comillas del autor).
C.Benassini
este sentido, aun cuando su
trabajo es gratuito, el
Webhoster debe estar cotidianamente presente en su
comunidad y visitarla con la
periodicidad que considere
conveniente, al menos una
vez al día 26. Pero también
debe tener la suficiente capacidad para mediar entre los
conflictos que se suscitan al
interior de su comunidad, de
tal forma que sus integrantes
salgan bien librados y no se
vean obligados a emigrar a
otros sitios en los que sientan que son mejor recibidos
o bien, que la visiten sin participar en las discusiones. En
esa medida, tendrá que tomar
decisiones drásticas por el
bien de la mayoría, ya sea de
manera individual o consultando con algunos miembros
de la comunidad, según sea el
caso27.
221
220
221
NOTAS
Comunidades virtuales
6. Sin embargo, no debemos ser opti-
9. A través de las distintas propues-
mistas. Sobre todo en los países del
tas de webhosting (almacenamiento)
Tercer Mundo, el acceso a los equi-
de los llamados Proveedores de Ser-
1. La información que narra
pos de cómputo sigue enfrentando
vicio de Internet (ISP), los usuarios
a grandes rasgos este episo-
problemas de costo que limitan su
pueden tener acceso a páginas de
dio y la de apartados poste-
adquisición y consecuente expansión
Internet gratuitas o por un costo fijo
riores fue obtenida mediante
hacia esferas más populares.
para los interesados, que en México
oscila entre los $35 y los $85 dólares
un protocolo de observación
etnográfica realizado en el sitio
7. Manuel Castells (1996:373) señala
mensuales, dependiendo de los ser-
(www.rinconlatino.com). Se modifi-
algunos ejemplos. Entre 1980 y 1995
vicios solicitados. Por lo que se re-
can algunos nombres para mantener
las tres principales cadenas de tele-
fiere a las páginas gratuitas, por ejem-
el anonimato de los informantes.
visión estadounidense han cambiado
plo Yahoo, a través de Geocities, ofre-
de propietario al menos una vez.; en
ce espacio en disco duro, para la di-
2. Estos conceptos se desarrollan
1995, la fusión de Disney y ABC fue
fusión de páginas en Internet, siem-
más ampliamente en Benassini,
crucial para la integración de la tele-
pre y cuando permitan a la empresa
Claudia (2000).
visión en el negocio emergente de los
insertar publicidad en las páginas.
multimedia. Durante este periodo la
3. De hecho, la historia de la televi-
televisión europea también registró
10. Interactividad se distingue de
sión mexicana documenta el excesi-
cambios importantes: el principal
Interacción en que mientras en el pri-
vo optimismo por parte de los prime-
canal francés, TF1 fue privatizado. En
mer caso la comunicación está me-
ros concesionarios, quienes pensa-
Italia, Silvio Berlusconi se allegó el
diada por la computadora, en el se-
ron que la adquisición de televisores
control de todos los canales de tele-
gundo la relación se establece cara a
por parte de las clases populares se-
visión y los organizó en tres cadenas
cara.
ría mucho más rápida. Incluso, está
privadas. En España floreció la tele-
documentado que durante sus prime-
visión privada con el desarrollo de
11. Este acceso será posible siempre
ros cinco años de vida, los concesio-
tres cadenas, entre ellas Antena 3.
y cuando el usuario cuente con los
narios operaron con números rojos,
También se realizaron avances signi-
dispositivos que le permitan ver esta
pues la audiencia era muy reducida
ficativos en Alemania y el Reino Uni-
programación.
y local, pues un factor adicional fue
do, siempre bajo el control de pode-
que la instalación de la tecnología
rosos grupos financieros nacionales
12. Uno de los ejemplos más
para su recepción en todo el país tar-
e internacionales. La televisión rusa
ilustrativos es la cadena Univisión
dó mucho más tiempo del que se cal-
se diversificó e incluyó canales pri-
(www.Univision.net/), que administra
culó inicialmente.
vados independientes. Por su parte,
foros con temáticas que van desde la
la televisión latinoamericana experi-
situación de los latinoamericanos
4. En otros medios de comunicación,
mentó un proceso de concentración
que viven en Estados Unidos hasta
a la obsolescencia se suma la susti-
en torno a unos cuantos actores. El
géneros televisivos y programación
tución por otra tecnología. Así, en
Pacífico asiático se convirtió en un
transmitida por la cadena.
videocaseteras hemos transitado del
terreno disputado por los nuevos
formato Beta al VHS y al Super Ocho.
innovadores, como el canal Star de
El DVD es todavía un lujo que
Rupert Murdoch y por los veteranos,
previsiblemente se irá popularizan-
como la nueva y global BBC que com-
14. Por promoción me refiero al tra-
do.
petía con la CNN. En Japón, a la NHK
bajo de colocar la página en los prin-
gubernamental se unieron en la com-
cipales directorios de Internet, de
5. Por ejemplo, en este momento ya
petencia cadenas privadas como Fuji
manera que pueda ser conocida por
nadie se acuerda del “Wordstar”, uno
TV, TV Asahi, TV Tokio y las emisio-
los usuarios.
de los primeros procesadores de pa-
nes por cable y directas por satélite.
labras que logró gran popularidad
13. Siglas de Internet Relay Chat
15. Cabe añadir que cuando todo el
durante la década de 1980 y princi-
8. Para más información sobre la evo-
texto está escrito en mayúsculas sig-
pios de la siguiente.
lución del Proyecto Internet véase
nifica que la persona grita.
por ejemplo Malvido, 1999, 24 y ss.
diálogos
de la
comunicación
16. Es lo que se conoce como FAQ,
he visitado primero como observado-
con hostilidad por el Webhoster y por
siglas de (Frecquently Asked
ra y después como participante. Para
parte de los líderes que quedaron,
Questions).
más información sobre cuestiones
pues afirmaban que ella tenía un ISP
metodológicas véase Benassini, 2000
falsificado. Por más que ella compro-
17. Parte de la información conteni-
(b). No obstante, conviene adelantar
bó su identidad fue rechazada y se
da en este apartado se presentó en
que la observación participante im-
mudó al foro boricua, en el que parti-
un trabajo previo (Benassini, 1998).
plica cierto grado de compromiso
cipa eventualmente. Asimismo, cuan-
con la comunidad, que no concluye
do los “transeúntes” llegan a un sitio
18. Para más información sobre la
una vez que se ha obtenido la infor-
en el que hay problemas suelen reti-
página de Yolette véase Benassini
mación, sin que se prolonga durante
rarse y buscar otros espacios de par-
(2000b).
el tiempo que el investigador consi-
ticipación.
dere conveniente.
19. En el caso de Argentina, el foro
22. Siglas de Proveedor de Servicios
este tipo –cuyo anonimato se respe-
sin embargo, el enlace de Yolette es
de Internet, que asigna los números
ta-,- se ha encontrado en la prensa de
únicamente al foro, en el que se pro-
de la cuenta de correo electrónico,
su país artículos firmados por visitan-
porciona la dirección para ir a la pá-
así como la procedencia geográfica
tes anónimos u observadores que
gina principal. Por otra parte, una
del destinatario desde el servidor al
han tomado sus datos y tiene prue-
visita a otros sitios de telenovelas que
que se conecta. A decisión del
bas de que fueron sustraídos de los
incluyen foros de visitantes muestra
Webhoster, el ISP puede o no hacerse
foros.
que los vinculados al sitio de Yolette
público; en el primer caso, los visi-
son los más visitados y los que, por
tantes sabrán cuándo los usuarios
26. Volviendo al caso del Webhoster
lo tanto, fueron seleccionados como
cambian de nombre, pues aparece in-
del foro chileno, una vez desencade-
parte de este estudio.
dependientemente de que se subra-
nado el pleito a raíz de la obra de
ye el nombre y la correspondiente
Cabrujas y las consecuencias ya des-
dirección electrónica.
critas, se alejó del sitio por dos se-
20. A principios de junio de este año,
Yolette anunció que próximamente
manas provocando el caos. El
Rincón Latino pasaría a formar parte
23. Ciertamente, un visitante de este
liderazgo fue asumido por otro líder
de Univisión. “El nuevo Rincón Lati-
tipo daría muestras de una patología
de opinión y protagonista del pleito,
no cubrirá todas las áreas de entre-
cuyo diagnóstico escapa a los propó-
quien durante ese tiempo se dedicó
tenimiento: música, cine y televisión.
sitos de este trabajo. Sin embargo,
a colocar cadenas interminables de
Tendremos noticias, entrevistas ex-
también hay usuarios que bajo la mis-
mensajes de su autoría, firmados con
clusivas con tus artistas favoritos y
ma identidad tienen varias cuentas
distintos nombres aunque con el mis-
la última información sobre las
de correo electrónico que utilizan
mo IPS y retando a la contraparte y
telenovelas que te interesan. Los fo-
para diversos fines.
sus seguidores a volver al sitio. Esto
ros de discusión seguirán ocupando
provocó la salida de un grupo impor-
un lugar especial en Rincón Latino,
24. Por ejemplo, la discusión origina-
tante de “aldeanos”, algunos de ellos
ya que las opiniones que allí se dan
da en el foro chileno a propósito de
líderes y el caos en el sitio. Cuando
son muy importantes para nosotros”.
la obra de José Ignacio Cabrujas pro-
el Webhoster regresó argumentó ha-
Esto implicará ciertos cambios, ya que
pició un fuerte enfrentamiento entre
ber pasado por una profunda depre-
los visitantes tendrán que registrarse
líderes que sacó a flote cuestiones de
sión a raíz de la muerte de Ana Mar,
en Univisión o bien continuar visitan-
la vida privada de los participantes.
con quien tenía profundas diferen-
do la misma página que cambiará su
A su vez, esto propició la salida de
cias. Algunos miembros de la comu-
dirección
algunos “aldeanos” que discreparon
nidad le dieron la bienvenida, mien-
tanto por el tono de la discusión
tras otros cuestionaron su irrespon-
como porque tomaron partido por
sabilidad y lo culparon de tomar par-
21. En mayo de 1997, la realización
una de las partes, o por considerar
tido por una de las partes en conflic-
de un trabajo sobre Internet e inves-
que ahí ya no eran bien recibidos. En
to, así como de la situación por la que
tigación sobre televisión me llevó al
medio de esta discusión llegó la ar-
atravesaba el foro que, a la fecha (ju-
sitio de Yolette, que desde entonces
gentina “Marina”, quien fue recibida
nio), no ha recuperado su estabilidad.
a
www.Telenovelas-
Internet.com
C.Benassini
25. Según testimonio de un líder de
forma parte de una página completa;
223
222
223
GOMEZ CRUZ, Edgar, “La CMC: Comu-
el Webhoster ha mostrado sus habi-
nicación Mediada por Computadora,
lidades para mediar entre pequeños
Caso BBS”, en Razón y Palabra núm.
conflictos que han amenazado con
llegar a mayores mientras que en el
boricua, una vez advertida la presencia de algún visitante conflictivo, se
le advierte que no convertirá su foro
en un ring de lucha estéril. Incluso se
ha llegado al extremo de declararlo
visitante indeseable y se le amenaza
10, Revista Electrónica del Tecnoló-
BIBLIOGRAFÍA
Comunidades virtuales
27. Por ejemplo, en el foro argentino
AUGE, Marc (1998) Hacia una
gico de Monterrey Campus Estado de
antroplogía de los mundos
México (www.razonypalabra.org.mx).
contemporáneos, Barcelona,
Edit. Gedisa.
GUBERN, Román (2000) El eros electrónico, Madrid, Edit. Taurus.
BENASSINI, Claudia (a) “Cultura digital, una forma de
KERCKHOVE, Derrick de (1999) La
acceso a las nuevas tecnolo-
piel de la cultura, investigando la nue-
tamente, ésta es una muestra de ejer-
gías”, Conferencia Magistral presen-
va realidad electrónica, Barcelona,
cicio del poder, que se ejerce en be-
tada en el 11º. Encuentro de la Aso-
Edit. Gedisa.
neficio de la comunidad, pues la de-
ciación Binacional de Escuelas de
cisión se hace saber en el foro y es
Comunicación (BINACOM), San Diego,
MALVIDO, Adriana (1999) Por la ve-
aprobada por la mayoría. La persona
California, 31 de marzo de 2000.
reda digital, México CONACULTA.
a condición de participar sin menos-
BENASSINI, Claudia “La telenovela
QUEAU, Phillipe (1996) Lo virtual,
cabo del mismo o bien, lo visitará sin
latinoamericana en el ciberespacio”,
Barcelona, Edit. Paidós.
dejar mensajes.
ponencia presentada en el Encuentro
con borrar sus participaciones. Cier-
en esta situación podrá visitar el foro
Latinoamericano de Investigadores
RHEINGOLD, Howard (1994) Las co-
28. No deja de ser sintomático el he-
de la Comunicación, Recife, Brasil,
munidades virtuales, Barcelona, Edit.
cho de que al menos parte de los prin-
septiembre de 1998. La ponencia no
Gedisa.
cipales actores de las disputas anali-
fue presentada pero se incluirá en el
zadas en este trabajo han tenido la
CD de la memoria del Encuentro.
oportunidad de interactuar física-
sión y vida cotidiana, Buenos Aires,
mente y han tenido diferencias sobre
BENASSINI, Claudia(b) “El papel de la
todo de índole profesional, que han
telenovela latinoamericana en la for-
trasladado a los foros de discusión
mación de comunidades virtuales:
con las repercusiones descritas.
propuestas para su abordaje”, a
publicarse en el número 36 de Signo
29. Por ejemplo, Telenovelas 2000 y
y Pensamiento, 2000, Facultad de Co-
los foros que administra Univisión so-
municación y Lenguaje, Pontificia
bre el tema. Incluso, a manera explo-
Universidad Javeriana, Santa Fe de
ratoria se visitaron otros foros edu-
Bogotá.
cativos y gubernamentales, que permitieran constatar normas de con-
BAUDRILLARD, Jean (1998) Cultura y
ducta similares y, lejos de ello, las
simulacro, Barcelona, Edit. Kairós.
afirmaciones de Castells adquieren
mayor relevancia.
CASTELLS, Manuel (1996) La era de
la información; economía sociedad y
cultura, Vol. 1: “La sociedad red” Madrid, Edit Alianza.
FLORES OLEA, Víctor y Rosa Elena
GASPAR DE ALBA (1997) Internet y la
revolución cibernética, México, Edit.
Océano.
diálogos
de la
comunicación
SILVERSTONE, Roger (1996) TeleviEditorial Amorrortu.
E.Villanueva
Eduardo Villanueva
Convergencia
multimedia:
más allá de
la Internet
Profesor del Departamento de Comunicaciones de la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
225
diálogos
de la
comunicación
224
225
Eduardo Villanueva
Convergencia multimedia
A través de este trabajo se
busca proponer una nueva
manera de aproximarse a la
Internet y más específicamente a la World Wide
Web: no por ella misma, sino
como catalizadora de una renovación casi revolucionaria
en la industria de las telecomunicaciones y los medios
masivos. Esta renovación se
puede caracterizar como la
aparición de medios digitales
de banda ancha orientados a
públicos disimiles, mediante
computadoras o dispositivos
programables en general,
pero usando una tecnología
de señales plenamente compatibles con prácticamente
todas las redes físicas existentes, y al mismo tiempo
diálogos
de la
67
comunicación
demandante de un significativo aumento de capacidad
de transporte de datos, así
como de la asimilación de los
medios mencionados por los
públicos varios a los que se
orientan estos nuevos servicios.
Esta renovación o tendencia
puede ser llamada convergencia multimedia. Implica varios
aspectos importantes de destacar:
a) A nivel de las señales: todo
sistema de comunicación requiere de mecanismos de
transmisión de señales habilitados en base a los requerimientos específicos de los
contenidos que se quieren
enviar; la digitalización de las
señales es una de las manifestaciones de la convergencia,
puesto que las señales
digitales son inherentemente
más flexibles y mucho más
potentes para la transmisión
de contenidos que las señales analógicas.
b) A nivel de redes físicas: diseñadas para el tipo de señales a ser enviadas a través
suyo, las redes físicas están
siendo transformadas para
contar con la capacidad de
manejar tanto bandas anchas
como señales digitales, lo que
hace muy posible que se compartan para servicios disímiles. Este cambio se da tanto
en las las conexiones interregionales o internacionales,
en las troncales metropolitanas, y en los enlaces institucionales; la falta de
digitalización del “kilometro
final”, es decir del tramo que
va de las troncales a los domicilios, es el principal desafío que la digitalización de
redes físicas ofrece a las empresas que las habilitan y
mantienen.
c) A nivel de los servicios: la
gran diferenciación entre medios masivos y servicios de
comunicación sigue en pie,
aunque las fronteras industriales (sino técnicas) están
siendo difuminadas por el
avance de la consolidación
empresarial y la multiplicidad
de acuerdos comerciales entre empresas de los distintos
sectores de las telecomunicaciones, más la creciente presencia de las empresas de informática. Internet es el gran
igualador, al ser un mecanismo de entrega de señales que
aprovecha todo tipo de redes
que al mismo tiempo cuenta
con servicios sumamente
flexibles como la World Wide
Web, sobre los cuales se puede sin mayores inconvenientes implementar interfaces a
los servicios tradicionales.
d) A nivel de las aplicaciones
y de los dispositivos terminales: la percepción esencial de
la existencia de servicios o
medios separados, o de su
convergencia final, es resultado de los dispositivos o aplicaciones mediante los cuales
se usan estos; un televisor,
más allá de su tecnología, es
esencialmente el dispositivo
terminal de un medio que no
tiene nada en común con la
telefonía, a pesar que las señales, las redes, los servicios
y las empresas que ofrezcan
televisión y telefonía sean
e) A nivel de la industria: el
área de mayor manifestación
de convergencia es la industria de las telecomunicaciones, donde los conglomerados transnacionales mezclan
en su interior todo tipo de
servicio y medio tradicionalmente separado, hasta por
cuestiones legales y de regulación que también han cambiado. Sin embargo, la convergencia industrial ha llevado a cierta convergencia comercial (paquetes integrados
de servicios y medios) pero
no a una clara convergencia
de uso.
f) A nivel del consumo: la posibilidad real de cambios en
los usos y consumos de medios y servicios, que hagan
uso de los dispositivos y aplicaciones convergentes, de
manera de adquirir en un solo
paquete y de un solo proveedor todas las experiencias
mediáticas posibles. Esto va
más allá de la simple convergencia de dispositivos terminales para acercarse a un
cambio en los usos comunicacionales del público.
Esta subdivisión puede contrastarse con otras, como la
que propone Garnham (1996,
p.106), pero lo que debe quedar claramente establecido
es que la convergencia
multimedia no es el resultado de una tecnología, industria o práctica de comercialización que arrastra a todos
los demás aspectos de las telecomunicaciones tras suyo,
sino que es el resultado de
una combinación favorable
en el contexto de la longue
duree de esta industria y esta
tecnología.
De la lista anterior, podemos
rescatar una serie de tramas
que articulan la totalidad de
los frentes convergentes, que
pueden ser vistos como los
tres aspectos centrales de la
convergencia, cada uno con
dinámicas propias: la convergencia hacia las señales
digitales; la convergencia hacia un mecanismo intermediario de aprovechamiento
de las redes disimiles, que es
Internet, usando una interfaz
universal, como la World
Wide Web; y la convergencia
industrial.
Para comenzar, es importante definir a la renovación
digital, que si bien es de naturaleza global se ha desarrollado fundamentalmente desde los Estados Unidos y una
serie de países europeos, con
una energía singular y con
efectos aún indeterminables.
Esta renovación no es producto de Internet, sino que la
antecede por rutas sumamente dispares (Mansell 1992).
Internet aprovecha la digitalización de las redes para llegar a más usuarios, y se convierte en presión para cambiar las redes físicas, las prácticas de negocios y los planes
de expansión de servicios.
Asimismo, la enorme expansión de Internet ha sido concurrente con el crecimiento
masivo de las industrias de la
telecomunicación, resultado
del proceso desregulatorio
iniciado en EEUU con la ruptura de AT&T y en el Reino
Unido con la privatización de
British Telecom (Baer 1996,
Crandall 1995). La competencia resultado de las desregulación ha producido avances
que son tan importantes
como la misma expansión de
la tecnología.
No debe dejarse de lado las
muy validas atingencias a la
aplicación del concepto de
convergencia a la situación
actual, la que Nicholas
Garnham (op.cit.) califica de
“híbrido”, antes que propiamente convergencia en las
redes o en la industria. Los
acontecimientos recientes
como la fusión AOL / Time
Warner podrían indicar que el
segundo plano (la industria)
esta orientándose a una convergencia que puede ser matizada como menos premeditada o clara de lo que otros
autores quisieran entender
esta pasando. En el caso de
la primera situación (las redes físicas) hay aspectos técnicos irresueltos sobre el
modelo mismo de transmisión y conexión de datos que
justificarían calificar más
bien con cautela el potencial
de convergencia, pero que no
necesariamente lo niegan.
Asumiendo lo anterior, debe
centrarse el tema de Internet,
que ha comenzado a tomar
un lugar central en la discu-
E.Villanueva
esencialmente similares. El
esfuerzo por permitir el acceso telefónico por cable o a la
Internet por el televisor
muestra una intención de
combinar dispositivos terminales y servicios antiguamente disímiles.
227
226
227
Convergencia multimedia
sión de los estudios de comunicaciones o las áreas afines.
Más allá de las manifestaciones estudiadas en las profesiones de la comunicación1 ,
hay que caracterizar dos tensiones y cuatro ejes del estudio de Internet:
LA TENSIÓN TECNOLOGÍA/
COMUNICACIÓN
a) El eje técnico: Internet
como nueva forma de transmisión de señales y de contenidos de telecomunicación,
basada en una aproximación
novedosa a la entrega de información y al manejo de señales. Entre los aspectos
complementarios aparecen la
divergencia clara entre el
modelo de conectividad y señalización de Internet y las
necesidades de seguridad y
estabilidad que ciertos modelos informáticos (pero no los
derivados de los medios) requieren.
b) El eje humano: Internet en
cuanto forma nueva de comunicación humana, sea vista
como medio masivo o simple
alternativa de individualización de experiencias masivas
de comunicación. Debe quedar claramente establecido
que Internet es una tecnología inherentemente flexible, a
diferencia de los medios y
servicios tradicionales que
obligaban a una opción definida de comunicación interpersonal o masiva, de múltiples emisores / receptores en
rutas relativamente individuales vs. pocos emisores
con muchos receptores en
rutas relativamente masivas.
diálogos
de la
69
comunicación
LA TENSIÓN NOVEDAD/
CONTINUIDAD
a) El eje novedad: Internet
como la manifestación de una
transformación radical en la
manera como los humanos
nos comunicamos, abriendo
o cerrando puertas y permitiendo una revolución positiva dentro del capitalismo,
más allá de ciertas preocupaciones totalmente válidas sobre las consecuencias en la
vida cotidiana, social o cultural que estos desarrollos pueden llegar a tener.
motor de cambios sumamente radicales en la forma que se
envían señales de comunicación por el mundo eterno.
b) El eje continuidad: Internet
como una variante más del
componente telecomunicaciones del complejo industrial capitalista, con las limitaciones inherentes a una tecnología que puede como no
ser interesante pero que
esencialmente esta orientada
al avance del capital por encima de las visiones individuales o sociales.
La dicotomía técnica o sociedad, o la dicotomía apocalipsis o integración, apenas arañan un espacio que requiere
dos cuestiones previas, a saber: dominio de los aspectos
técnicos de Internet en cuanto experticia alejada de la
práctica misma de usar y dominar la Red como usuario,
pero imprescindible para entender realmente que pasa
cuando alguien dice que “la
red no funciona”; este tema se
relaciona directamente con lo
que he calificado como la inherente alta complejidad tecnológica de la Internet, que
hace que la Red sea más dificil de aprehender en todo su
potencial que otros medios
completamente integrados
en el panorama de usos y costumbres de la comunicación
social (Villanueva 1999).
Ambas tensiones y sus ejes, si
bien no agotan la plétora de
posibilidades analíticas alrededor de la Red, muestran la
complejidad que ofrece
Internet para el estudio desde
las ciencias de la comunicación. Por un lado, la indiscutible renovación técnica, y por
otro la posibilidad de modificar radicalmente la experiencia humana de comunicación.
Si bien sobre lo segundo es
posible ser más bien escépticos (o al menos optar por una
visión más prudente que
aquella que muchos acogen),
la primera es indiscutible en
cuanto Internet es reflejo y
Otra temática a incorporar en
la discusión habrá de ser la
comprensión de la multilateralidad mediática, es decir de
la existencia concurrente (en
cuanto simultánea y competitiva entre sí) de canales tradicionales de comunicación
con canales Internet, que pueden como no superponerse,
desplazar o complementar –
de acuerdo a la experiencia
individual o de pequeños colectivos— a las formas más
habituales de ser mediado o
de usar intermediaciones de
información. Este tema no
puede ser simplemente dejado de lado porque si bien los
Finalmente, existe el problema de la definición de los
usuarios de la Internet y la
WWW. No es una mera cuestión estadística, de por sí dificil de trabajar. El tema de
fondo es cómo se usa la Red
y de qué manera los contextos de acceso condicionan el
uso. Dicho de otra forma: con
una significativa cantidad de
usuarios accediendo a través
de redes institucionales (en
empresas, universidades, organizaciones varias), pero teniendo la posibilidad de darle uso individualizado (portales, tiendas, etcétera), somos
testigos de una tecnología
que rompe la tradicional separación organización/domicilio que ha condicionado el
uso de las telecomunicaciones. La demografía de la Red,
calculada tradicionalmente
en base a la cantidad de conexiones y usuarios, se hace
menos interesante que la etnografía, en el buen sentido.
Pero la mera descripción de
prácticas no nos permitirá
tener nociones más comprehensivas de la ruta que la
tecnología seguirá, ni de la
penetración real que tendrá
en los ámbitos domiciliarios
a través de las redes
institucionales.
La máxima paradoja potencial de Internet es que, surgi-
da como lo fue en ámbitos
estrictamente institucionales
y con supuestos fines
institucionales, siempre ha
sido explotada para usos y fines individuales; aún hoy, la
evidencia anécdotica nos indica que el grueso del uso de
las amplísimas y rapidísimas
conexiones universitarias a la
Red es esencialmente desinstitucionalizado, es decir
no para fines propios de la
institución que pone la
conectividad en manos de
sus usuarios. Esta paradoja,
reforzada por la expansión de
servicios definidos por y para
el comercio con individuos,
hace claro que la Red, si bien
se transforma cada dia, parece mantener ciertas prácticas
desde sus orígenes y hasta
reforzarlas. De ser esto cierto, la cuestión de usos y de
usuarios requiere una cuidadosa atención para elucidar
las rutas de aprovechamiento de la Red. Otra tensión que
estudiar.
Centrar la discusión sobre
Internet en uno solo de las
tensiones, obviando las tres
atingencias que se acaban de
plantear, será incompleto,
dado que por una parte la
Red es esencialmente una
cuestión técnica que ofrece
un alejamiento radical de los
patrones tradicionales de las
industrias de telecomunicaciones; y por otro el aspecto
humano o social es sin duda
clave para entender la difusión actual de la Red y su potencial real de convertirse en
algo más que un mero
adlatere de los medios y servicios que actualmente pue-
den considerarse tradicionales.
Además, optar por una visión
revolucionaria se prestará
siempre a pecar de ingenuos
y obviar las evidentes preocupaciones que el abismo
informático ofrece para las
naciones y las comunidades
y personas, junto con el pecado del determinismo tecnológico que suele ser inevitable cuando se opta por insistir en esta visión; pero la visión continuista cae con facilidad en cierta paranoia, con
un capitalismo que cada vez
deja menos espacios para el
desarrollo de alternativas de
cambio y renovación, dejando sin piso las alternativas
que efectivamente pueden
hacer uso de la tecnología
para defender el potencial
humano de creación por encima del mero lucro.
Dado que se tiene que ver el
problema como un conjunto
integrado de desarrollos y no
meramente como la maravilla tecnológica que es
Internet, cualquier visión parcial que carezca de cierto
marco conceptual podrá lentamente deslizarse a la elegía
o al anatema. Por ello, es importante no dejar de lado
ciertas pistas: el contexto técnico de Internet nace –como
se ha mencionado- de una
realidad cambiante de las telecomunicaciones que existía
antes de su expansión desde
mediados de los años noventa, y que definitivamente ha
configurado dicha expansión
más allá del potencial inherente que podría haber teni-
E.Villanueva
mensajes son similares en los
distintos medios, la diferente
relación con la tecnología
(por sus distintas complejidades) nos propone la posibilidad de una apropiación e interpretación distinta de los
mensajes.
229
228
229
Convergencia multimedia
do Internet como herramienta de comunicación académica, el ámbito en donde surgió.
Y no olvidar que las transformaciones no son unicamente
técnicas, sino sobre todo
regulatorias y políticas.
Otrosi: Internet no tendría
sentido sin la amplia difusión
de computadoras originada
por la “revolución de los
microprocesadores” y el significativo abaratamiento del
hardware, unido con el espíritu descentralizado y carente de propiedad que hizo posible el desarrollo académico
de la Red hasta 1995. Este
substrato todavía existe e
impulsa buena parte del desarrollo de Internet hasta
el día de hoy, más allá de los
.com del mundo que dan la
impresión de una Internet
mall-izada, hogar de la crasa
comercialización antes que
de la creatividad.
Y también cabe incorporar la
noción de “agente que puede
conocer” (knowledgeable
agent) de Anthony Giddens
(1984, cap. 1) para explicar la
capacidad de las instituciones para apropiarse de situaciones que parecen ser amenazadoras pero que terminan
siendo oportunidades de reproducción institucional; la
capacidad autoreflexiva de
un knowledgeable agent permite incorporar lo que es en
realidad parte de la dinámica
general de la sociedad pero
que se puede ignorar en el
momento y lugar específico a
la dinámica propia de la reproducción institucional, sirviendo como refuerzo a la es-
diálogos
de la
71
comunicación
tabilidad a largo plazo expresada en prácticas institucionales en amplios rangos de
tiempo y espacio. Internet no
es pues foránea sino en un
sentido muy limitado a las
corporaciones en las que no
nació, pero que han logrado
desarrollarla hasta los niveles
actuales.
Sin embargo, y siguiendo a
Giddens, las consecuencias
no deseadas de las acciones
que las instituciones emprenden incluyen a los desarrollos
que la Internet y en general
la convergencia multimedia
pueden ofrecer: amplios casos de esforzadas transformaciones de la Red hacia plataformas
más
sencillas
(WebTV) o más integradas
con los sistemas computacionales de escritorio
(Windows 98 y su Active
Desktop, el fallido Netscape
Constellation) o la “televisación” de la World Wide Web
(los canales prediseñados en
los navegadores Netscape
Communicator o Microsoft
Internet Explorer 4 en adelante, que tienen poco cuando
algún uso), son algunos de los
casos en donde la acogida
por los usuarios de las innovaciones diseñadas para aumentar el control comercial
de Internet ha sido pobrísimo.
El panorama de riqueza confusa de la Red sigue en pie, y
no parece haber limitaciones
de fondo al potencial de error
desde las grandes empresas
que intentan rutas de dominio sobre la Internet sin que
haya garantía alguna que los
usuarios finales, como agentes que pueden conocer, cedan el espacio ganado como
“dueños de su propia navegación” a herramientas creadas
para conquistar el mindshare
a cambio del control de uso
de la experiencia comunicacional. La riqueza de la
Internet es pues contrapeso
a las iniciativas concentradoras, provienientes de agentes económicos que no buscan otra cosa que el control
de mercados y el beneficio
propio aprovechando a la red
como una oportunidad de negocios; sin embargo, en la
misma tecnología reside el
potencial para que otros
agentes opten por rutas que
contradigan las acciones de
los grandes conglomerados, y
que aprovechen los avances
y desarrollos provenientes de
esos conglomerados en su
beneficio, con propósitos
sistémicos (al estilo de Linux)
o anómicos (como el virus
Iloveyou).
En otras palabras, si bien los
knowledgeable agents se apropian de la Internet y la incorporan en su propia dinámica
autoreflexiva de reproducción, no son capaces per se
de captar o discernir las acciones que otros agentes
igualmente capaces emprenden en espacios distintos de
la sociedad. Aunque es impredecible la marcha de la tecnología, lo que si se puede
postular es que la apropiación tecnológica será consecuencia de actos conscientes
con consecuencias imprevisibles, que afectaran el tejido
completo de relaciones socia-
Esta brevísima reflexión inspirada en Giddens sirve para
plantear de nuevo el problema de fondo: resolver las tensiones entre el análisis técnico vs. el análisis comunicacional, entre el cambio y la
continuidad, entre el marketing, la política y la técnica,
requiere establecer con claridad las coordenadas técnicas, económicas y políticas
del desarrollo de Internet, las
pistas posibles de continuidad de este desarrollo, y las
consecuencias de este desarrollo en países como el nuestro; estos son pasos previos
indispensables para proponerse el tema del estudio de
la experiencia humana de comunicación, a menos que
queramos la descripción o la
etnografía como unicas alternativas. Y es indispensable
encontrar un marco conceptual mayor que permita integrar bajo su égida a la reflexión institucional, social y
socio económica de la tecnología de la información en general, y de los tres aspectos
mencionados en este trabajo
en particular2 .
Así, estudiar la Internet requiere entenderla como un
conjunto correlacionado de
tecnologías que explosionan
en el contexto de una gran
desregulación de las telecomunicaciones y de una fuerte tendencia –casi completamente independiente de la
Red– hacia la digitalización
de las telecomunicaciones,
que en conjunto han producido lo que ahora vemos
como una gran expansión de
Internet pero que en realidad
es la cresta de la ola de la convergencia multimediática.
Esto tratando además de proponer cierto contexto teórico
que oriente el análisis, buscando lo que Dominic Wolton
considera la más crítica tarea
teórica de : faire entrer enfin
la communication dans le domaine des grandes questions
politiques, sociales et
culturelles (1999, p.25).
Internet es pues una oportunidad teórica tanto o más que
analítica, descriptiva o
elegiática.
Vista así, la convergencia
multimediática no es la aparición de una serie de servicios que combinan texto, voz,
imagen en movimiento y sonido; es en realidad la desaparición de las fronteras firmes
entre medios masivos y ser-
vicios de comunicación, y la
convergencia de estos en un
único mecanismo de transporte de datos digital, de banda ancha, conmutado
(Internet), mediante una
interfaz o envoltorio totalizador (la World Wide Web); tanto el mecanismo como la
interfaz son accesibles desde
una multitud de dispositivos,
mediante muchos tipos de redes, y usando los servicios
que una gran cantidad de empresas proveedoras de productos y servicios tradicionalmente disímiles ofrecen.
La manifestación puntual de
una serie de mezclas de lenguajes habitualmente separados es apenas una de las muchas razones por las que podemos hablar fronteras en
proceso de difuminación;
proceso no meramente técnico, sino el reflejo de varias
dinámicas en ámbitos financieros, industriales y políticos, y ciertamente tambien
culturales, que están permitiendo que lo que normalmente existía por separado como
servicio en la medida que era
parte de una industria y de un
conjunto de tecnologías claramente diferenciadas a las
demás de dominio de las comunicaciones, comience a
manifestarse como complemento o parte de servicios
que son ofertas de conglomerados montados a caballo
entre dominios industriales
distintos a los tradicionales,
que usan tecnologías esencialmente similares entre sí.
Y el desafío final: ¿es la convergencia multimedia la res-
E.Villanueva
les y que a su vez crearan condiciones para un aprovechamiento distinto de Internet
que el que todos los actuales
stakeholders postulan desde
sus propias esquinas. Porque
los usuarios complejos de
una tecnología altamente
compleja traerán usos y prácticas que alteraran la Red aún
para aquellos que opten por
usar “mediatizadamente”; y la
actividad para simplificar y
descomplejizar la Red producirá respuestas que defiendan zonas “liberadas” de alta
complejidad, o que de frente
escojan el abandono de la vieja Internet por alternativas
que (como la Internet II) son
exclusivas y excluyentes hacia las prácticas dominables
por los agentes comercialmente orientados.
231
230
231
network evolution / Robin Mansell.
BIBLIOGRAFÍA
Londres: Sage, 1992. 260 p.
Baer (1996) Telecommunication infraestructure com-
Mansell (1996) Communication by
petition: the costs of delay /
design: the politics of information and
Walter S. Baer. En: Informa-
communication technologies / edited
tion and communication
by Robin Mansell and Roger
technologies, issues and
Silverstone. Oxford: OUP, 1996. 278 p.
illusions; editado por William
H. Dutton. Oxford: OUP, 1996;
Negroponte (1995) Being digital /
p. 353-370.
Nicholas Negroponte. Nueva York:
Knopf, 1995.
Crandall (1995) Talk is cheap: the
promise of regulatory reform in North
NRC (1996) The unpredictable
American telecommunications /
certainty: information infrastructure
Robert
Leonard
through 2000 / Computer Science and
Waverman. Washington: Brookings,
W.
Crandall,
telecommunication board, National
1995. 294 p.
Research Council. Washington:
National academy press, 1996. 281 p.
Dertouzos (1997) What will be: how
the new world of information will
Schiller
change our lives/Michael Dertouzos.
inequality: the deepening social cri-
S. Francisco: HarperEdge,1997. 336 p.
sis in America / Herbert I. Schiller.
(1995)
Information
Nueva York: Routledge, 1996. 149 p.
Garnham (1996) Constraints on
multimedia convergence / Nicholas
Villanueva (1999) Breve prospectiva
Garnham. En: Information and
para el estudio de las telecomunica-
communication technologies, issues
ciones en la decada del 2000 / Eduar-
and illusions; editado por William H.
do Villanueva Mansilla. En: http://
Dutton. Oxford: OUP, 1996; p. 103-120.
macareo.pucp.edu.pe/~evillan/
prospec.html
NOTAS
Convergencia multimedia
puesta a las necesidades
comunicacionales de grandes
sectores de la población de
países como los nuestros? O
más bien, ¿es tan sólo otra
raya más del tigre dominador
central? Semejantes preguntas no pueden ser ni siquiera
planteadas antes de haber
propuesto con claridad qué y
cómo se manifiesta la citada
convergencia. Sólo el esclarecimiento inicial permitirá discernir si tenemos delante
otro espejismo determinista
(para bien o para mal, según
nuestra apocalipsis o nuestra
integración) o un panorama
realmente nuevo, un brave
new world comunicacional
hacia el que podemos dirigirnos con dudas y temores,
pero con la confianza que el
cambio y sus poli potencias
siempre nos ofrece.
1. Algunos libros dirigidos al
Gates (1995) The road ahead / Bill
público amplio sobre el tema
Gates. New York: Prentice Hall, 1996.
incluyen los de Gates (1996,
Villanueva (2000) El mercado global
de las telecomunicaciones: revision
1999) y los de Negroponte
Gates (1999) Business @ the speed of
de tendencias / Eduardo Villanueva
(1996), habiendo otros como
light … (completar)
Mansilla. En: http://macareo.pucp.
Dertouzos (1997) en una visión opti-
edu.pe/~evillan/telcoma.html
mista desde la actividad académica
Giddens (1984) The constitution of
y los de Wolton (1999), Loader (1996)
society: outline of the theory of
Williams y Edge (1996) The social
y Schiller (1996) en una visión más
structuration / Anthony Giddens.
shaping
crítica, que son clave.
Berkeley, UCP, 1984. 402 p.
Williams, David Edge. En: Information
of
technology/Robin
2. Esta preocupación está impecable-
Loader (1996) The governance of
issues and illusions; editado por
mente planteada en el trabajo de
cyberspace: politics, technology and
William H. Dutton. Oxford: OUP, 1996;
Robin Mansell Communication by
global restructuring / editado por
p. 53-67.
design? (En: Mansell, 1996, pp 15-43)
Brian Loader. Londres: Routledge,
and communication technologies,
1996. 256 p.
Wolton (1999) Internet et apres? Une
theorie critique des nouveaux medias
diálogos
de la
comunicación
Mansell (1992) The new telecommu-
/Dominique Wolton. Paris: Flamma-
nications: a political economy of
rion, 1999. 240 p.
(o acerca del
“distanciamiento”)
A. Entel
Alicia Entel
Escuela de
Frankfurt:
reinventar la
cultura crítica
Profesora-investigadora en la Universidad de Buenos Aires.
E-mail:[email protected]
273
diálogos
de la
comunicación
272
273
Alicia Entel
Reinventar la cultura crítica
1. INTRODUCCIÓN
Nadie puede decir lo que
serán los valores de una
nueva sociedad o crearlos en
su lugar. Pero nosotros
debemos contemplar con
sobriedad de los sentidos lo
que es perseguir las ilusiones, proclamar con firmeza
lo que queremos: salir de los
circuitos de fabricación y
difusión de los tranquilizantes en espera de poder
romperlos.
Herbert Marcuse
diálogos
de la
67
comunicación
La elaboración de conocimientos presupone un proceso dialéctico -o por lo menos
complejo- con un eje central
que parece desdibujarse en
las perspectivas actuales.
Nos referimos al distanciamiento, la posibilidad de discernir entre nuestra tarea de
investigadores y el objeto de
estudio, así como entre las
tradiciones de nuestro propio
razonar y la coyuntura del fenómeno estudiado en un aquí
y un ahora.
Discernir, como parte del trabajo intelectual de distanciamiento, presupone reconocer
también: las dudas sobre las
que se asientan las aseveraciones teóricas, los vacíos y
la incertidumbre cuando no
se halla el cierre edificante,
así como mantener la distancia cuando el objeto nos seduce y atrapa.
Casi como en una operación
similar a la que proponía el
teatro reflexivo de Bertold
Brecht, la investigación necesita que la mirada hacia el
objeto de estudio no sea meramente complaciente ni
tautológica, es decir que la
reflexión no esté ya contenida en el propio objeto de estudio sino que, desde otra
densidad, se pueda aportar a
la elaboración de conocimientos. Brecht hablaba de
vermfrendung (distanciamiento), Walter Benjamin veía «ruinas» adonde la mirada ingenua sólo advertía modernidad, Einstein no permaneció
en la ya naturalizada teoría
newtoniana de la velocidad.
La invención estuvo signada,
en gran medida, por el movimiento desde la desestructuración de una afirmación
naturalizada y tranquilizadora hasta un nuevo descubrimiento no sin pasar por el
estado de negatividad, duda
y hasta angustia.
En el campo de la Comunicación esta tarea es ardua. Trabajamos con materiales estratégicos como los Medios de
Comunicación y las configuraciones simbólicas, materiales que seducen. Nuestra vida
está atravesada por ellos y
por esa seducción.
Sin embargo, la adopción de
una perspectiva crítica es lo
que nos puede diferenciar de
la lógica del sentido común.
Cuando decimos crítica no
nos referimos a la actitud de
denuncia solamente sino a
aquel modo que permite
historizar -o devolverle historia- a lo naturalizado, pensar
el pensamiento y tener capacidad de prospectiva, es decir de imaginar futuro.
Fueron precisamente los integrantes de la Escuela de
Frankfurt quienes acuñaron
con más solidez en el siglo XX
la importancia de una cultura crítica de la sociedad. De
ahí que revisitemos algunas
nociones acuñadas por esta
corriente en el entendido de
su alta capacidad para incorporarse a nuevas perspectivas críticas. El trabajo que
aquí sintetizamos forma parte del proyecto de investigación Comunicación y Cultu-
2. POR QUÉ TEORÍA
CRÍTICA?
En un extenso reportaje a uno
de los últimos sobrevivientes
de la corriente crítica de
Frankfurt, Leo Lowenthal, el
investigador Helmut Dubiel le
preguntó qué entendía por
teoría crítica y el viejo intelectual respondió irónicamente que se lo preguntaran
a Martin Jay -investigador estadounidense que ya por entonces había publicado bastantes estudios sobre dicha
escuela. De lo que sí estaban
seguros estos intelectuales
era que los males que les había tocado vivir -totalitarismo, guerra, exilio- no eran
obra de la casualidad sino de
la marcha y cristalización del
proyecto político del iluminismo, y que tanto la filosofía idealista, como la mirada
celebratoria populista eran
cómplices de haber sometido
la praxis social al olvido
(M.Horkheimer, 1974; H.
Marcuse, 1967).
En América Latina estas ideas
tuvieron una recepción pionera en la figura del investigador Antonio Pasquali y fueron tratadas por valiosos intelectuales -Gabriel Cohn,
Barbara Freitag, por sólo
mencionar algunos-. Específicamente en Argentina se difundieron a través de históricas traducciones de la obra
de Marcuse, Horkheimer y
Adorno hechas por la editorial Sur en la década de los 60.
Sin embargo, durante los últimos 20 años, y tal vez con
el intento de cuestionar cierto elitismo político de las vanguardias intelectuales de los
años 70, el campo académico,
especialmente de Comunicación, parece haber olvidado
el vínculo entre crítica social
y crítica cultural. Ha solido
oscilar entre la descripción
asombrada de los nuevos fenómenos comunicativos y el
diluirse de una posible crítica a través de un exceso de
«identificación» con los objetos de estudio, sus narrativas,
la sensibilidad de los públicos, el elogio de las mixturas,
que, por otra parte, son propias de todas las culturas2. La
mirada intelectual abandonó
el campus universitario tradicional y se puso en tiempo de
salsa, tango, cumbia o melodrama, cuando no casi de ilusión infantil frente a los
softwares recién llegados. Y
en ese movimiento, de excelentes intenciones en principio, fue ganada por la enorme fascinación de los sones
del objeto. La operación difícil, por cierto, -pero necesaria- del campo intelectual
consistiría no en abandonar
el baile popular pero sí ponerlo en tensión con nuevas o
renovadas utopías. El pensar
crítico, lejos de paralizar,
abre la imaginación utópica
ya que , ejerciendo la libertad
de cuestionar lo existente,
habilita a idear futuro.
En estas perspectivas analizaremos a: Walter Benjamin y
las ciudades, Theodor Adorno o la invención del antimétodo. Nuestra investigación también se remite a
Horkheimer o la creación de
subjetividades, Marcuse o la
utopía en la cultura, pero sólo
desarrollaremos algunos aspectos de los dos primeros.
3. WALTER BENJAMIN: MIRAR LAS CIUDADES
Un punto inicial para cualquier desarrollo metodológico que incluya trabajo de
campo consiste en valorar la
magnitud e importancia del
observar. Walter Benjamin no
era etnógrafo ni urbanista,
tampoco tenía el reconocimiento del mundo académico. Sin embargo, como crítico cultural, desarrolló un particular método de observación. Indagaba en las ciudades aquel rasgo que, como
una llave maestra, abriría la
comprensión del conjunto.
En Paris, capital del siglo
XIX, las barricadas, por ejemplo, son una clave, evocan
una historia de rebeldías. Las
transformaciones urbanas
que modernizaron París a fines del siglo XIX, impidieron
precisamente que las barricadas se volvieran a producir.
La ciudad se había reconstruido sin margen para las rebeldías.
¿Y qué decir del flanêur?
Aquel personaje urbano entre
las multitudes que Benjamin
evoca en el capítulo II de El
París del Segundo Imperio
en Baudelaire? El flaneur pasea por la ciudad como per-
A. Entel
ra Crítica: estudio de los
modos de conocer a partir
de la Escuela de Frankfurt1
y su necesaria recreación en
el nuevo milenio.
275
274
275
Reinventar la cultura crítica
dido y distraído entre los objetos. Mira vidrieras, se introduce en los pasajes y recala
finalmente en el bazar como
último reducto de su boyeurismo donde merodea por los
anaqueles, mira todo, pero no
compra nada. Por el camino
del flanêur es fácil, y hasta
didáctico, acceder a la comprensión del «fetichismo de la
mercancía».
A tal punto la experiencia del
obser var le interesa a
Benjamin que, como es sabido, también estudia los dispositivos tecnológicos vinculados con la mirada: la reproductibilidad técnica, la fotografía, el cine. Tal vez como
ninguno de sus amigos de la
corriente de Frankfurt advierte el protagonismo de la imagen en el siglo XX y hasta reconoce la historicidad de la
percepción sensorial. Reflexiona no sólo sobre los
otros ya sean seres humanos
u objetos, también lo hace
sobre la propia experiencia
del mirar. Benjamin ejercita
sin palabras lo que los antropólogos llamarían reflexividad (volverse sobre uno mismo y pensar cómo se ha pensado). Ahora bien, por el camino de reflexionar sobre la
mirada y los dispositivos tecnológicos tomados como indicios, Benjamin llega a presentir la evanescencia de lo
real. En efecto, ve ruinas donde la hegemonía cree celebrar magnificencias. Ve que,
con el tiempo, la representación iba a tener más peso que
la realidad. Y que se buscarían sustitutos del aura perdida a través de protago-
diálogos
de la
69
comunicación
nismos artificiosos: como el
star system, o lo que hoy llamaríamos «la producción de
sí mismos» por parte de los
individuos.
Benjamin también anticipa la
experiencia del mirar anestesiado cuando, en La obra de
arte en la época de su reproductibilidad técnica cuestiona a los poetas que ven en la
guerra sólo un espectáculo
bello 3 y estetizan fríamente
los dolores de la humanidad.
La alegoría es el recurso gracias al cual no sólo Benjamin,
sino también Adorno, vivifican y animizan la reflexión. En
este caso, en vez de la abstracción reflexiva sobre el fascismo, aparece una puesta en
escena contundente: escritores fascistas que poetizan una
suerte de elogio de la muerte. La reflexión fnal de
Benjamin en ese artículo y su
crítica a la estatización de la
política obran ya como corolario de lo presentado.
Pero quizás adonde más
significativamente aparecen
los objetos como camino a la
comprensión social de la época sea en La obra de los pasajes, trabajo momumental
de Benjamin, pero no terminado -del que recientemente
se han traducido al inglés
más de mil páginas. Según el
escritor, «Estos pasajes, una
nueva invención del lujo industrial, son senderos tapizados en mármol y techados de
vidrio, que atraviesan manzanas enteras de edificios cuyos
propietarios se han unido
para llevar adelante tal empresa. Alineadas a ambos la-
dos del sendero, que recibe
su luz desde arriba, se encuentran las tiendas más elegantes, de modo tal que un
Pasaje es una ciudad, un mundo en miniatura» (citado en
S.Buck-Morss, 1995 :19).
Una gran atracción de esos
Pasajes eran los Panoramas,
antecedentes del cine adonde cada paseante podía observar hermosas imágenes
sentado en semicírculo con
otros a través de un dispositivo especialmente construido. Salvando distancias no
muy grandes, los Pasajes han
sido el antecedente más claro de las galerías y, a su vez,
de los actuales shopping
center, donde también podemos obtener comprando desde alimentos hasta cine o acceso a Internet.
Ahora bien, no se trata sólo
de un Benjamin fascinado
por la ciudad, ni su actitud
es la de quien agota su pensamiento en la descripción.
Es más bien alguien que, con
la memoria del coleccionista,
rehila críticamente el camino
del capitalismo, reconoce sus
operaciones, las observa en
la vida cotidiana y también
las astucias de la gente o su
alienación.
Por eso, como homenaje al
décimo aniversario de la
muerte de Benjamin, Theodor Adorno escribe: «No le
preocupaba tanto reconstruir la totalidad de la sociedad burguesa como ponerla
bajo la lupa como algo deslumbrado, natural, difuso...
Lo que le importaba (a
Este juego plural de tensiones, de hecho y aunque no
estuviera en la conciencia del
autor, producen distanciamiento, un proceso similar al
de Brecht en sus obras. Por
algo los unía una profunda
amistad4 y por algo también,
un ideario común de transformación social.
4. THEODOR ADORNO O
EL ANTIMÉTODO
Tanto la negación a generalizar y definir como gesto implacable ante la cosificación
del pensamiento propuesta
por la cultura de masas, han
signado a Adorno como uno
de los intelectuales más
crípticos y de lectura difícil
de la Escuela de Frankfurt.
En la introducción a la Dialéctica Negativa enfatiza esta
postura recuperando la idea
de dialéctica como movimiento que contiene la contradicción. Dice «Dialéctica es la
conciencia consecuente de la
diferencia. La dialéctica no
ocupa de antemano un punto de vista... Mientras la conciencia tenga que tender por
su forma a la unidad, es decir, mientras mida lo que no
le es idéntico con su pretensión de totalidad, lo distinto
tendrá que parecer divergente, disonante, negativo...»
(T.W. Adorno, 1975,:14). En
una cultura donde lo valioso
es lo idéntico, lo igual, la diferencia o es expulsada o encaminada a perspectivas teóricas y sociales que la ubican
como un elemento más y no
como contradictoria de lo
que se supone idéntico. De
este modo, Adorno advierte
los mecanismos para aplanar
las contradicciones. Tales
mecanismos consisten en
ubicar cada elemento no en
tensión sino en una suerte de
sumatoria de partes eliminando aquellas que podrían afectar la armonía del sistema.
Este razonamiento sería válido para las ciencias, para la
política, para el pensamiento.
Adorno junto con Horkheimer, en Dialéctica del Iluminismo, ya habían realizado
una interesante genealogía
de estos modos de pensar
para explicar cómo se había
producido un traslado de los
procesos de abstracción a
los de sustitución por generalización (A. Entel, 2000). Incluso marcan las etapas de
este proceso en la historia de
las representaciones. En las
comunidades tradicionales o
en la Antigüedad griega se invocaba a los fenómenos naturales con el nombre de una
divinidad, o con el desarrollo de rituales. La sustituibilidad encontraba sus límites
en los propios límites corporales o imaginarios del particular aludido. La sustitución
era específica. En cambio, la
Modernidad consideró un
avance el nombrar abarcando con la misma fórmula a
una pluralidad de individuos
o casos particulares aunque
en tal proceso sometiera a
muerte a las peculiaridades,
el cuerpo, las resistencias, lo
inigualable. Cobró cada vez
más éxito la sustitución por
generalización en concomitancia con la industrialización y la producción en serie para consumo masivo
que también apuntaba a la
elaboración de lo mismo
para muchos consumidores.
Estos modos de pensar y de
obrar también vaciaron, al
A. Entel
Benjamin) era interpretar los
fenómenos de forma materialista, no tanto explicarlos a
partir de un todo social
como referirlos directamente, en su singularidad a tendencias materiales y luchas
sociales» (T.W. Adorno,
1995:21). Como señalábamos
en otro trabajo (A.Entel,
2000) Benjamin descubría un
mundo en un detalle. No se
trata entonces de la mera
«descripción densa» como
definió a su trabajo Clifford
Geertz, ni de ponerse «en el
punto de vista del nativo»
como señalara el mismo
antropólogo. Es el Benjamin,
crítico cultural, que con su
peculiar dialéctica micrológica descubre en cada objeto el proceso de producción
y los indicios de una totalidad concreta. En este sentido parece confluir en la mirada de Benjamin un juego de
tensiones: por un lado la del
curioso, ingenuo y coleccionista seducido por los artefactos de las urbes, en tensión con la adhesión al materialismo dialéctico, y por otro
el distanciamiento literario
provocado por una mirada
que utiliza como recurso el
exceso de cercanía que deforma-o ve lo que otros no venen tensión con la necesidad
permanente de validar su tarea intelectual según cánones
establecidos para la descripción y narración académicas.
277
276
277
Reinventar la cultura crítica
parecer, el pensamiento abstracto, sobre todo en su búsqueda -tal vez infructuosa- de
verdad y de nuevos significados valiosos para la condición humana. Asimismo, en
este campo, se produjo una
suerte de sustitución ya que
se trocó el razonar como producto de múltiples determinaciones por lo que Adorno
llamaría «jerga de la autenticidad», una especie de consumación de la fórmula pero en
el campo de la filosofía. En
efecto, en la década de los 60
y pocos años antes de su
muerte, Theodor Adorno escribió un extenso ensayo La
ideología como lenguaje con
el subtítulo «La jerga de la
autenticidad» que iba a integrar el volumen de la Dialéctica Negativa pero se consolidó como un libro en sí mismo. En clara alusión a los textos de Heidegger y Jaspers
Adorno intenta desenmascarar hasta qué punto la filosofía existencialista de estos
autores y su apelación a la
«existencia auténtica», en verdad, abrieron el camino hacia
el pensar doctrinario, cosificado y proveedor de argumentaciones para aislar un
concepto tanto de la masa o
cuerpo social, como de sus
matrices teóricas.
Adorno lo señala sintéticamente: «Las palabras se convierten en palabras de jerga
sólo por la constelación que
niegan, por el porte de unicidad de cada una de ellas».
«...la jerga simula, como un
modo de comunicación ‘a
mano’, que estaría vacunada
contra una deshumanizada
diálogos
de la
71
comunicación
comunicación de masas; esto
es lo que precisamente le
granjea el acuerdo entusiasta de todos» (T. Adorno, 1982:
16). El que habla desde una
jerga cree estar a salvo de lo
superficial aunque su discurso lo sea. La jerga otorga una
sacralidad y una autoridad a
sus palabras que, despojadas
de historicidad, suenan a una
imitación de lo absoluto, o
sea de la verdad, aunque estén vacías de sentido. Por eso
expresa irónicamente Adorno: «Quien domine la jerga no
necesita decir lo que piensa,
ni siquiera pensarlo rectamente: de esto le exonera la
jerga, que al mismo tiempo,
desvaloriza el pensamiento»
(op.cit. :13). No es casual agregaríamos- cierta postura
irónica y de descompromiso
con el acontecer que suele
afectar a muchos intelectuales de las ciencias del lenguaje que, a su vez, son validados socialmente a través de
su jerga.
No es extraño entonces que
Adorno, en un rapto tal vez
exagerado, use como modalidad de distanciamiento la
negación a cristalizar su pensamiento en alguna frase cerrada o edificante.
Si el aporte de Benjamin a una
nueva metodología tiene que
ver con la dialéctica de la mirada, en Adorno el núcleo
metodológico apuntaba a la
deconstrucción de lo que
creía cosificado en el campo
de la reflexión social, un movimiento tal vez donde la angustia como pasión estaba en
juego, pero también la bús-
queda de sentido en un mundo desencantado.
4. PEQUEÑO EPÍLOGO
Cuando la naturalización se
extiende en el campo intelectual, es bueno retomar la búsqueda de preguntas básicas.
Si el Continente Latinoamericano está tan atravesado de
internet como de pobreza,
¿por qué se produce el exceso de tematización de una y
el descuido voluntario hacia
la otra? ¿ por qué los discursos académicos en Comunicación se han superpoblado
de palabras como «imaginarios», «culturas» y aquella denominada «ideologías» pareció caer en el olvido? Si ya ha
pasado suficiente tiempo de
los años 60 adonde se creía
que la «imaginación iría al
poder» y, en verdad se desencadenaron nuevos modos de
barbarie dictatorial -al menos
para el Cono Sur-, lo cual acalló muchas esperanzas, ¿qué
miedo existe aún a pensar si
ha sido válido lo pensado en
los últimos veinte años en Comunicación en América Latina? Parafraseando a lo que
Agnes Heller señalara para la
Modernidad (A.Heller, 1989)
la investigación en Comunicación de los 80 a esta parte ha
contribuido a nuestro autoconocimiento, el autoconocimiento de un Continente con
sus culturas y mezclas, sus
narrativas y resistencias.
Pero, a nuestro entender, a la
tarea intelectual le corresponde un plus de responsabilidad que, como señalábamos
antes, tiene que ver con el dis-
tanciamiento, la reflexión sobre qué se ha pensado y la
capacidad de prospectiva. En
este sentido el pensamiento
de Frankfurt estimula, abre
caminos, habilita utopías, sin
que dejemos por ello de bailar según nuestro son y nuestros ritmos.
fuego los perfumes y olores de la
conversación autobiográfica, ed.
descomposición...»(WB, 1982, :56) La
Alfons el Magnanim, Barcelona.
guerra se ha tornado un espectáculo. Benjamin cuestiona profundamen-
Entel, A. et. alt. (1999) Escuela de
te esa actitud con una respuesta:
Frankfurt. Razón, arte y libertad,
«Rste es el esteticismo de la política
Eudeba, Buenos Aires.
que el fascismo propugna. El comunismo le contesta con la politización
Entel, A. (2000) «El mundo en un deta-
del arte» (op. cit. :57).
lle. Notas para una Antropología Dialéctica» para Constelaciones de la
4. En uno de los curriculum vitae
Comunicación, año 1, nº 1, julio, 2000.
redacato por Benjamin para pedir
sosten al Comité Danés para la ayu-
Heller, A. (1989) Políticas de la postmo-
da a refugiados se reconoce amigo de
dernidad, Península, Buenos Aires.
trámite y dice «por otro lado no ten-
Lenarduzzi, V. (1999) «La recepción de
go fortuna alguna; mi única propie-
la Escuela de Frankfurt en América
1. El trabajo de investigación
dad es una pequeña biblioteca de tra-
Latina» en Escuela de Frankfurt...
se denomina: «Comunicación
bajo que se halla ahora en casa de
Eudeba, Buenos Aires, 1999.
y Cultura Crítica. La produc-
Brecht» (W. Benjamin, 1982:1999).
ción y valoración del cono-
Marcuse, H. (1984) El hombre unidi-
cimiento según la Escuela de
mensional, Ariel, Barcelona.
Frankfurt
(Adorno,
Benjamin,
Marcuse, Horkheimer). Si bien gran
Rüdiger, F.(1999) Comunicação e
parte de estos autores se negaban a
Teoria Crítica da Sociedade, EDIPUCS,
hablar de «método» porque ello sig-
Porto Alegre.
to que tendía, especialmente en
Theodor Adorno, a no cerrarse en
«definiciones», es posible reconocer
lo que literalmente se llama «método»
-esto es, un camino hacia el conocimiento- explicitado en muchas de las
argumentaciones de los intelectuales
de esta Escuela.
2. Resulta interesante el debate que
realiza Renato Ortiz al concepto de
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
nificaba contradecir su razonamienAdorno, T.W. (1975) Dia-
Weigel, S. (1999) Cuerpo, imagen y
léctica Negativa, Taurus,
espacio en Benjamin, Paidós, Buenos
Madrid.
Aires.
Adorno, T.W. (1982) La
ideología como lenguaje,
Taurus, Madrid.
Adorno, T.W. (1995) Sobre
Walter Benjamin, Cátedra, Madrid.
«culturas híbridas» de Néstor García
Canclini.
Benjamin, W. (1982) Discursos Interrumpidos, Taurus, Madrid.
3. Recordemos la cita que Walter
Benjamin hace de un texto de
Benjamin, W. (1988) Poesía y
Marinetti en La obra de arte en la
Capitalismo.Iluminaciones II, Altea-
época de su reproductibidad técni-
Taurus, Madrid.
ca el poeta sostiene que «la guerra es
bella porque inaugura la metalización
Buck-Morss, S. (1995) Dialéctica de la
del cuerpo humano... La guerra es
Mirada, Visor, Madrid.
bella ya que reúne en una sinfonía los
tiroteos, los cañonazos, los altos el
A. Entel
NOTAS
Brecht quien lo ha ayudado en este
279
Dubiel, H. (1993) Leo Löwenthal.Una
278
279
C.A.Galeano
Carlos A. Galeano
De diablos
negros a
diablos
blancos
Fundación Universitaria Luis Amigó
E-mail:[email protected]
129
diálogos
de la
comunicación
128
129
Carlos A. Galeano
De diablos negros a diablos blancos
‘Los Negros creen que el diablo es Blanco’
Spencer
I.
La paz, para felicidad de unos
y para despecho de otros, tiene múltiples matices. Personalmente no creo en una paz
de leche azucarada, en la que
todos se visten de blanco y se
toman de sus manos mientras
sonríen y cantan al unísono.
Creo, sí, en una paz multicolor, en una paz en la que la
diferencia es celebrada como
una afortunada variación.
Mi paz, así como la de blanca
leche azucarada, es utópica.
diálogos
de la
67
comunicación
Y agrego, es aún más utópica
que aquella. La razón para
que piense esto no tiene que
ver con que la paz en la que
creo sea más soñada e idealizada que aquella otra, pues
pienso que la paz en la que
creo es más concreta. Mi paz
es más utópica simplemente
porque aquella otra paz, la
blanca, ha sido la que a fuerza de lucha se nos ha impuesto desde tiempos muy anteriores al de nuestros bisabuelos, muy anteriores al de los
bisabuelos caribeños, y africanos, y europeos.
concluido de identidad cultural latinoamericana. Un proceso que se caracteriza por
una tensión continua, a veces
álgida, otras veces olvidada,
pero siempre caracterizado
por la presencia de fuerzas
que pugnan hacia extremos
diversos.
La presente ponencia pretende mostrar como la paz multicolor, multiétnica, multicultural, ha sido brutalmente
asediada por la monocroma,
uniétnica y unicultural del
hombre blanco. Es una ponencia que describe la forma
en que el Europeo se ha concebido a sí mismo y ha concebido al no Europeo. Expone, de manera bastante general, reflexiones sobre el pensamiento político, simbólico
y racial de la civilización que
ha sido dominante durante
los últimos siglos de la historia de la humanidad.
Hacia un extremo apuntan
quienes tienen una concepción indigenista del ser Latinoamericano. Hacia otro
apuntan quienes consideran
que el paradigma a seguir es
el de la cultura venida en principio de Europa y que ahora
ha adquirido su ‘mejor’ forma
en los Estados Unidos de Norte América. Hacia otro extremo se dirigen las propuestas
de quienes presienten que el
futuro de nuestro Sur está
fundamentado y determinado
por la unión de las razas bronce, negra y blanca que finalmente consolidarán la Raza
Cósmica Latino Americana.
Un cuarto extremo, aunque
no el que agote las alternativas, lo constituye aquel hacia
el cual tienden las propuestas
de quienes ven el futuro en
términos de unión y fusión
global de razas y culturas.
La ponencia nació tiempo
atrás en un doble sentido. De
un lado obedece a las ideas
que han rondado y rondan
por la cabeza del autor, una
búsqueda para encontrar y
celebrar la diferencia. Del
otro lado, y quizás esto sea lo
más importante, obedece al
sistema de ideas que desde
tiempos, que a veces parecen
innominables, buscan dar forma al experimento nunca
La ponencia es bastante general, no tan sólo por las
limitantes obvias de cualquier
tarea escrita sobre un tema de
tal magnitud, sino también
porque su desarrollo estará
centrado en un momento corto y no amplio de esta historia: poco más de dos siglos; y
porque trata de revisar la mirada que del asunto ha tenido
una sola de las partes: la del
hombre blanco.
Algunas imágenes fotográficas
acompañan la ponencia. Las
primeras son testimonio de las
formas con las que el hombre
blanco ha querido ilustrar y
concretar su concepción sobre
el otro. Las segundas muestran
ejemplos de la actual incorporación al interior de la cultura
occidental de las mismas características y costumbres
‘bárbaras’ que en principio
eran rechazadas.
II.
Sabemos que el término ‘Bárbaro’ se remonta en sus orígenes a la ininteligibilidad
que el dialecto de las tribus
invasoras suscitaba al oído
de los pueblos de la Europa
central de los siglos II a V de
nuestra era. De los padecimientos que tales invasiones
produjeron sobre la población quedó marcado de manera indeleble la concepción
de que esos pueblos, además
de su incomprensible lenguaje, se caracterizaban por su
rusticidad, su falta de cultura, su grosería y tosquedad.
Estas últimas características
se constituyeron en referen-
te, no sólo sobre las tribus
invasoras, sino además sobre
cualquier otro pueblo que
poseyera un lenguaje incomprensible para los Europeos.
El número de los pueblos bárbaros se amplió enormemente con el descubrimiento y
conquista de América y con
la consecuente demanda de
esclavos para suplir las necesidades que los países colonizadores tenían en nuestros
y en otros territorios. Esa
amplitud en su número suscitó un fenómeno bastante
peculiar: los pueblos bárbaros eran tantos, y el número
de sus individuos era de tal
magnitud, que resultó bastante práctico al Europeo denominar de tal manera a todo
aquel que no fuera como él.
Uno de los capítulos más documentados e interesantes de
esta historia de racismo puede ser rastreado al dedillo en
el desarrollo de la antropología del siglo XIX, una historia
que ha sido justificada, no
sólo desde el proyecto de civilización más ambicioso que
occidente haya emprendido,
sino también desde otras
manifestaciones culturales,
cómo es el caso de la religión
católica misma. Efectivamente, ciencia y religión se fundieron durante largos años para
dar prueba de la superioridad
de la raza blanca sobre las
otras pobladoras del planeta.
Es así como hacia 1770, desde las teorías antropológicas
de la Monogénesis, el Alemán
Johan Blumenbach y el francés Georges Louis Leclerc,
Conde de Buffon, defendían la
tesis de que Adán y Eva habían sido creados blancos, a
imagen y semejanza de Dios,
y que las otras razas no constituían nada distinto que formas ‘degeneradas’ de la raza
blanca (Harris,1969:84). Esta
tesis parece estar confirmada
en las ilustraciones bíblicas,
así como también en las pinturas de temas religiosos en
las cuales personajes como
Adán y Eva, o como Jesús de
Nazareth, son representados
como pertenecientes a dicha
raza.
Unos años mas adelante, hacia 1799, las teorías de la
Monogénesis fueron debatidas y desplazadas por las de
la Poligénesis. De acuerdo con
estas, la humanidad no se habría originado de una única
raza, sino que más bien se
consideraba la existencia de
cuatro bloques fundamentales
correspondientes a cuatro
grandes razas situadas respectivamente en Europa, Asia,
América y África. Esta nueva
concepción quitó el piso al
discurso racista que se atrincheraba en la Biblia y dejó
abierta la opción de que nuestros padres originales hubieran podido pertenecer a cualquiera de las cuatro razas asociadas a cada continente.
Una de las teorías que se barajó con mayor fuerza durante la época fue la que dio paso
a uno de los más curiosos giros de esta historia. Luego de
que la Poligénesis propusiera la ‘descabellada’ idea de
que probablemente no hubiera sido la raza blanca la que
hubiera dado su sangre a
C.A.Galeano
La ponencia pretende no ser
crítica, al menos en relación
con la forma tradicional en
que se ha entendido la crítica
latinoamericana sobre temas
relacionados. Puede decirse,
más bien, que es descriptiva
y paradójica, pues trata de
enunciar y mostrar las contradicciones del imaginario racista de la cultura europea en el
período reseñado.
131
130
131
De diablos negros a diablos blancos
Adán y Eva, James Cowed
Prichard, ‘el más prominente
antropólogo Británico de la
primera mitad del siglo XIX’
(Harris,1969:94), introdujo la
aún más descabellada idea de
que Adán y Eva habían sido
negros. Descabellada, por supuesto, para los blancos, en
el sentido en que para ellos
resultaba absurdo considerarse a sí mismo como descendiente de un negro.
El germen de equilibrio racial
que pudo haberse desprendido de esta tesis fue hábilmente sustituido por un argumento que de nuevo situó a la
raza blanca en una posición
privilegiada respecto de las
otras. Charles White, un físico Inglés, sostuvo, a partir de
evidencias anatómicas, que
los cuatro continentes arriba
mencionados habían dado
lugar a cuatro especies separadas que se clasificaban en
un orden decreciente de excelencia. Insistía White en
que ‘los negros ocupaban un
lugar en la “gran cadena de
los seres” más cercano a los
simios que a los Caucasianos…’, y que ‘…tenían cerebros más pequeños, órganos
sexuales más grandes, olor a
simios y una inmunidad animal al dolor’ (White,1799. Citado por Harris,1969:89). De
esta manera, la valoración de
cercanía a lo divino otorgada
a la raza blanca por ser el origen de las otras razas, fue
sustituída por una subvaloración de la raza negra por su
cercanía a lo animal.
Esta tesis complementa las
ideas en las que Prichard
diálogos
de la
69
comunicación
apunta a considerar que ‘bajo
la influencia de la civilización
el hombre se convirtió gradualmente en blanco: “…se
debe concluir que el proceso
de la Naturaleza en las especies humanas es el de la
transmutación de los rasgos
negros en aquellos de los Europeos, o la evolución de las
características blancas de las
razas negras del hombre”
(Prichard,1813. Citado por
Harris,1969:95). De esta manera entró a corregir el error
de Blumenbach y Lecrerc,
quienes consideraban a las
razas de segunda línea como
degeneración de la raza original. Entonces quedó claro
que las razas no degeneraban
sino que evolucionaban. En
palabras crudas esto quiere
decir que la teoría anterior de
que las otras razas eran una
degeneración de la raza blanca original fue reemplazada
por la de que la raza blanca
es el producto natural de la
evolución de las razas inferiores.
En una línea similar, pero desde la perspectiva de la Escuela Antropológica Norteamericana, se sitúan las concepciones de profesor de anatomía
Samuel George Morton. Fundamentado en sus trece tipos
de mediciones sobre los cráneos de doscientos setenta y
seis muestras representativas de los tipos Caucasianos,
Malasianos, Americanos y
Etiopes, Morton llegó a la
conclusión de que las razas
no hacían parte de una única, sino de cuatro especies de
humanos diferentes. Nunca
pudo, sin embargo, explicar
cómo es que los híbridos de
estos cruces eran fértiles
(Morton,1849. Citado por
Harris,1969:90).
A pesar de esta incongruencia, el distinguido profesor de
biología y además presidente de la Sociedad Etnográfica
de la Gran Bretaña, Thomas
H. Huxley, se tomó muy a pecho las ideas de Morton y
bajo el encargo de la Oficina
para las Colonias diseñó un
registro fotográfico que permitiera llegar al establecimiento de ‘una serie sistemática de fotografías de las varias razas de hombres comprendidas en los territorios
del imperio Británico’
(Pultz,1995:24). En las fotografías obtenidas los sujetos
fotografiados -que obviamente no incluyeron especímenes
de la raza blanca-, aparecen
despojados de sus vestiduras
y puestos en relación con varas métricas, con lo que no
sólo les es negada la dignidad
moral y humana (para la época la imagen de un blanco
completamente desnudo hubiera sido moralmente inaceptable), sino que además
son convertidos en objetos
para ser medidos y analizados.
III.
Continuar con la lista de los
prominentes científicos, filósofos, políticos, ecónomos y
teólogos Europeos y Norteamericanos que han hecho
manifiesta y han dado continuidad a su ideología racista
y su clara diferenciación y ca-
Esta vez la afirmación proviene del filósofo, historiador y
esteta italiano Guillo Dorfles.
No ha terminado el segundo
párrafo de la introducción de
su libro Nuevos Ritos, Nuevos
Mitos (1965), por cierto bastante apreciado en nuestro
medio, cuando ya hace manifiesta la concepción ampliamente difundida, no solo en
la antropología, sino también
en la estética, en la psicología e incluso en la pedagogía,
de que los actuales pueblos
aborígenes son retrasados:
‘…tenemos los numerosos
estudios en torno a las poblaciones todavía bárbaras1 , aunque por poco tiempo (de Australia, Nueva Guinea, África,
Amazonia)’(Dorfles,1965:13).
Resulta obvio en su concepción que las citadas poblaciones no dejarán de ser bárbaras precisamente por que occidente esté dispuesta a cambiar su punto de referencia
para valorar lo que sea o no
sea ‘civilizado’, sino por que
occidente guarda la esperanza de que pronto estos pueblos se integren al mundo civilizado.
La idea europea de los pueblos bárbaros como atrasados también aparece implícitamente desarrollada en las
ilustraciones y respectivos
comentarios en que Dorfles
compara de igual a igual dibujos de adultos prehistóricos, adultos primitivos y niños preescolares (Dorfles,
1965:il.24). El mensaje que allí
se desarrolla es que la capacidad representativa y el desarrollo motriz e intelectual de un adulto prehistórico o de un adulto primitivo,
plenamente desarrollados, es
equivalente a la de un niño
preescolar -que debe ser concebido como un niño blancoapenas en proceso de formación.
Tal vez la forma más brutal
que ha tomado este intento
de descalificar los pueblos y
culturas no occidentales tuvo
su explosión a mediados del
siglo XX. Efectivamente, durante esos años el hombre
blanco ideó y desarrolló una
nueva estrategia de clasificación en la que se muestra al
hombre blanco como el ideal
a ser seguido. Lo brutal de
esta versión es que, a diferencia de las anteriores, tiene
implícito y hace explícito su
interés de borrar cualquier
manifestación racial o cultural diferente de la blanca. El
nombre de esta versión es
bien conocido por ustedes: el
desarrollo; o si prefieren, usamos la versión más familiar:
el subdesarrollo.
El sentido de erradicación de
las formas culturales y sociales de Asia, Africa y América
Latina puede parecer el producto de una paranoia exaltada, sin embargo, hay razones y pruebas para creer en
su autenticidad. Luego de que
de la noche a la mañana tres
continentes hubieran dejado
de ser salvajes para ser convertidos en subdesarrollados, las Naciones Unidas firmaron un documento en el
que afirman que
‘… hay un sentido en el que el
progreso económico acelerado
es impensable sin ajustes dolorosos. Las filosofías ancestrales deben ser erradicadas;
las viejas instituciones sociales tienen que desintegrarse;
los lazos de raza, casta y credo deben romperse…’ (United
Nations, 1951; citada por Escobar, 1996:20)
Estos dos últimos ejemplos
tienen su estructura original
en la categorización que el
antropólogo Lewis Henry
Morgán hubiera hecho hacia
mediados del siglo XIX, en la
que definió tres estadios fundamentales del desarrollo
humano: Salvaje, Bárbaro y
Civilizado; el primero correspondiente al hombre prehistórico, el segundo a los primitivos aborígenes (negros, indígenas, australianos, etc.), y
el tercero al hombre blanco.
De una manera que bien sabemos nada tiene de inocente, Morgan situó a la raza
blanca en un extremo de la
triada y señaló lo ‘otro’ como
todo lo que estuviera por fuera de lo ‘civilizado’. Una opción que jamás da lugar a
plantear la posibilidad del
‘ser otro’ como una vía posi-
C.A.Galeano
tegoría por sobre los que no
son blancos, tomaría varias
páginas. Un par de ejemplos
permitirá entender cómo esta
concepción continúa vigente
en nuestros días, no propiamente en el mismo tono y vestido que tuviera hace cien o
hace ciento cincuenta años,
pero sí con el mismo espíritu
que busca y encuentra la forma de probar científica u
ontológicamente la verdad de
tal concepción.
133
132
133
De diablos negros a diablos blancos
ble o aceptable, mucho menos bajo el actual esquema
dominante del desarrollo.
El hombre blanco se ha asegurado de que sus concepciones acerca de sí mismo y
acerca de los ‘otros’ sean
efectivamente transmitidas y
preservadas. Ya se ha mencionado cómo a través de diferentes manifestaciones de
su cultura se ha encargado de
ello. Una forma menos oculta
y más abierta es la que tomó
forma durante largos años en
la fotografía etnográfica. Lo
que se puede observar en las
pocas imágenes que su cuidadoso celo ha dejado publicar
no es más que una ilustración
de las ideas que en su momento han circulado por la
cabeza de sus científicos y
pensadores.
Si bien el propósito explícito
de realizar tales imágenes
consistía en formar un catálogo de todos los pueblos que
habitaban el planeta, para así
lograr conocerlos y valorarlos, en lo implícito de las imágenes se escondieron muchas
formas de la política de dominación. Las imágenes muestran los aborígenes, sus vestidos, sus objetos y acciones
cotidianas, su ambiente natural, sus jerarquías sociales,
sus prácticas religiosas.
Pero también muestran la
desnudez de las jóvenes, pornografía que se comerciaba
discretamente. Establecen un
ángulo de toma que usualmente coloca al fotógrafo por
encima del aborigen, relación
que diversos autores han se-
diálogos
de la
71
comunicación
ñalado como una clara muestra de la concepción de superioridad Europea. Evidencian
la construcción forzada de las
poses, con lo que se establecían dos discursos: bien el del
salvaje que adoptaba -por finla compostura europea, o
bien el del salvaje, que a pedido y bajo instrucciones del
fotografo, adopta la pose de
salvaje, con la que se muestra cada vez más alejado de
la civilización. Cuando las estrategias anteriores no eran
suficientes o no se evidenciaba su ideología en la imagen,
se complementaba la imagen
con un texto que hacía énfasis en características de lo
‘grotesco’, lo ‘burdo’, lo ‘extraño’ y todo aquello que pudiera diferenciar al hombre
blanco de tales salvajes.
IV.
Estas ideas han sido ampliamente debatidas, criticadas y
defendidas en los círculos de
la antropología visual y en la
historia, específicamente de la
fotografía. No son ellas todas
las ideas que se puedan abordar en relación con el asunto.
Otra, poco elaborada hasta el
momento, es la de que el Europeo diferencia al no Europeo por que este le produce
un profundo miedo. Probablemente el Europeo no estará
dispuesto a aceptar esta afirmación, pues, entre otras razones, evidenciaría una debilidad que se niega a aceptar
como inherente a su raza.
A ese miedo profundo del europeo le debemos la actual
imagen del demonio con
cuernos, una imagen que
tuvo su origen en la satanización hecha a los ‘Bárbaros’:
aquel que me ataca, que me
agrede y pretende sustraerme mis bienes es enviado del
demonio, él mismo un demonio, y como lo evidencia en su
cuerpo, huele mal y tiene un
par de cuernos -dirían los europeos ante la horripilante
visión de los invasores con
cascos adornados-. Esa imagen del demonio se consolidó y propagó en el Medioevo
gracias a la Divina Comedia
de Dante Aliguieri, tomó un
segundo aire con las bestias
y monstruos descubiertos en
las nuevas tierras de América, y se re-editó con algunas
de las imágenes de los primeros fotógrafos etnográficos.
Demonios, Bárbaros, monstruos y aborígenes han sido
uno en la mente del europeo.
A la par del miedo, no obstante, también ha estado presente la fascinación por el
otro. Miedo y fascinación le
han permitido tener un viaje
en sentido opuesto al que
hasta ahora hemos relatado.
Si el deseo de diferenciarse
y dominar le ha permitido
mirar hacia afuera, hacia el
otro, el miedo y la fascinación le han permitido mirar
hacia adentro, hacia el sí mismo. En esa mirada de retorno el Europeo ha hecho un
hallazgo abominable, que
aún no ha podido aceptar
plenamente: aquel demonio,
aquel monstruo, aquel bárbaro que rechaza, hace parte de su esencia íntima, está
en sí mismo.
Teniendo como referencia y
punto de partida uno de los
peores momentos de la cultura occidental, los surrealistas
quisieron crear un mundo libre de sus propios paradigmas. Con la evidencia de la
Primera Guerra Mundial,
comprendieron que su civilización no era precisamente el
epítome de la alta cultura. En
contra de las actitudes nacionalistas y racistas que tomaban a occidente como modelo por encima y aparte de los
demás, los surrealistas se
declararon detractores de
Europa y la condenaron a la
muerte. ‘La civilización Latina ha pasado su cenit, y por
mi parte demando que evitemos, desanimadamente, cualquier intento de salvarla’, declaraba André Breton (Citado
por Stich, 1990:15).
Los surrealistas reclamaron
las manifestaciones prohibidas de la expresión humana
y acogieron la contradicción,
la diferencia, la ruptura, la
multiplicidad, la violencia, la
disyunción y la incongruencia
como parte de sus principios
filosóficos. Su actitud no fue,
sin embargo, la de un mero
pensamiento reaccionario
que rechazara las virtudes de
la cultura y acogiera sus defectos. Buscaban, en cambio,
defender alternativas del ser
distintas de las promocionadas por la decadente sociedad occidental.
Este pensamiento estético,
caracterizado por su crítica
ácida a la cultura representativa del blanco, acompañó a
su vez a otra corriente de
pensamiento que buscaba
revalorar lo que antes había
sido despreciado. Esta corriente tuvo su desarrollo y
mayor florecimiento en las
décadas de los sesentas y setentas en los Estados Unidos,
pero en realidad sus orígenes
se remontan un siglo atrás,
cuando el poeta Walt
Whitman escribiera en sus
Hojas de Hierba (1855):
‘No dudo que la majestad y la
belleza del mundo esté latente en cada partícula del mundo… No dudo que lo esté, incluso más de lo que había supuesto, en las trivialidades, los
insectos, las personas comunes, los esclavos, los enanos,
las semillas o en la basura rechazada…’ (Whitman,1855.
Citado por Sontag,1977:29).
Estas palabras de Whitman
fueron reimpresas como epígrafe de un libro del fotógrafo Walker Evans. Evans, así
como Dorothea Lange, Lisette
Model, Robert Frank, y Diane
Arbus, son considerados
como los más grandes exponentes de la Fotografía Documental Norteamericana. Sus
propuestas se caracterizan
por combinar tanto la crítica
a los valores de la cultura occidental como la valoración
de formas de ser diferentes a
la de dicha cultura.
Sus propuestas fueron recibidas de dos maneras diametralmente opuestas. De un
lado, el gobierno Norteamericano, en cabeza del senador
Joshep P. McCarthy, inició
una paranoica persecución a
lo que consideraba como una
latente amenaza del comunismo al capitalismo de su país.
El mundo estaba en plena
guerra fría, y no se hizo esperar la persecución a los
virtuales enemigos, entre
ellos estos, así como otros
menos afortunados fotógrafos que tuvieron que afrontar
la destrucción de su trabajo,
la cárcel e incluso el destierro. A los ojos de los norteamericanos, este período,
con justa razón, se constituye en ‘uno de los más vergonzosos de la historia de la humanidad’ (Gee,1980:2).
De otro lado, muchas personas al interior de la cultura
empezaron a revalorar y
adoptar para sí costumbres y
formas de vida que previamente habían sido rechazadas. Los fotógrafos registraron las costumbres de estas
personas en imágenes que
reflejaban desde aspectos tan
sencillos como el portar un
tocado indígena como prueba de la autenticidad de ser
C.A.Galeano
La búsqueda del abominable
yo del Europeo ha tenido varios actores. Quizás los más
reconocidos han sido los literatos malditos. El Marques de
Sade, el Barón Von Masoch, el
Conde Lautreamont, Nietzsche
y los otros miembros de la
constelación de estrellas negras han hecho propuestas
en el sentido que el Europeo
indague y reconozca como
suyos los más oscuros rincones del ser. En las artes también se ha hecho explícita
esta búsqueda, fundamentalmente desde el terreno del
Surrealismo.
135
134
135
Estas últimas personas han
venido a conformar lo que en
su momento se denominó
como Corriente Contracultural Norteamericana, pero
que a partir de la década de
los ochenta también se ha
convertido en parte integral
de la vida de los países europeos. El hipismo, los ocupas,
las comunidades gay, lesbianas y bisexuales, los grupos
de religiones alternativas y
tradicionales, los nudistas y
naturistas, los destechados,
los primitivistas, las nuevas
tribus, así como otros grupos
han consolidado una serie de
formas de vida que riñen con,
y cuestionan duramente, los
estándares de vida y cultura
occidentales.
En ellos ha encontrado terreno propicio y abonado una
propuesta estética, cada vez
con mayor cobertura poblacional, que busca dar valor al
adorno corporal usado por
los pueblos aborígenes, el
mismo adorno corporal que
años atrás era duramente
cuestionado por incivilizado
y ajeno a los patrones del
blanco. De allí vienen las bien
conocidas prácticas del tatuaje y más recientemente las
del piercing (perforaciones
corporales), así como otras
menos conocidas como la cicatrización y el branding
(marcación del cuerpo con
cautiles).
diálogos
de la
comunicación
Si el asunto fuera meramente
estético, el blanco no tendría
problema alguno. Pero la verdad es que en ello se esconde más que mera estética:
cada vez es más frecuente la
reflexión y la ritualización de
estas acciones, lo que demuestra que en realidad es un
asunto que se está permeando en la estructura profunda
de su cultura. Para las generaciones jóvenes el tatuaje, la
perforación corporal, la cicatrización inducida, la vida en
condiciones elementales y
por fuera de la civilización,
son asuntos naturales del ser
y no actitudes salvajes de
pueblos bárbaros. Para ellos,
la paz blanca de sus padres
se está tornando multicolor.
BIBLIOGRAFÍA
Y FUENTES
De diablos negros a diablos blancos
‘Americano’, hasta otros más
complejos que incluyen el
hacer explícitas sus prácticas
de drogradicción o prácticas
sexuales de grupo.
Arbus, D. (1972). Diane
Arbus:
An
Aperture
Monograph. Aperture
Foundation, New York.
Dorfles, G. (1965). Nuevos Ritos, Nuevos Mitos.
Lumen, Barcelona, 1969.
Escobar, A. (1996). La Invención del
Tercer Mundo. Construcción y deconstr ucción del desar rollo. Norma,
Santafé de Bogotá, 1996.
Ewing, W. A. (1994). El Cuerpo.
Siruela, Madrid, 1996.
Gee, H. (1989). «Photography in
Transition: 1950-1960». En: Decade by
Decade. Bulfinch Press, Boston.
El que hace unos años era el
demonio a ser temido, rechazado y desprestigiado, el
otro,ahora hace parte integral del ser del blanco. Ya el
hombre blanco no podrá denigrar del ‘otro’, ni criticar su
cultura, ni calificarlo de bárbaro por que ahora es su
igual. Pero, ¡prestad atención!, ahora hay que estar
atentos a descubrir cual será
la próxima estrategia de la
elite blanca para justificarse
como raza superior, porque el
discurso hasta ahora defendido ha quedado sin piso, pues,
como en su momento bien lo
había anotado Spencer acerca de la creencia de los negros, ahora también nosotros
podemos decir que el diablo
es blanco.
Harris, M.
(1969). The Rise of
Anthropological Theory. Routledge &
Keagan Paul, London.
Pultz, J. (1995). Photography and the
Body. Every Amn Art Library, London.
Sinclair, N. (1996). The Chamaleon
Body. Humphires Publishers, London.
Sontag, S. (1977). On Photography.
Billing & Sons, London.
Stich, S. (1990). Anxious Visions:
Surrealist Art. Abbeville Press, New
York.
The Secret Museum of Man-kind.
Mannhatan House, New York.
La obliteración
del conflicto y el
poder en la
escena mediática
M.C. Mata
María Cristina Mata
De la
presencia a
la exclusión.
Investigadora del Centro de Estudios Avanzados de la
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
E-mail:[email protected]
167
diálogos
de la
comunicación
166
167
María Cristina Mata
De la presencia a la exclusión
En un texto escrito hace muchos años que titulé “Comunicación Popular, de la Exclusión a la Presencia”, trataba
de reflexionar acerca de la
monocorde voz que ahogaba,
desde los medios masivos, la
polifonía que una comunicación y una sociedad democrática requerían. Postulaba entonces que esa polifonía no
era equivalente a la mera
“aparición” o “inclusión mediada” de hablantes y defendí aquel texto de las críticas
que podrían formulársele –y
se le formularon desde perspectivas relativistas- argumentando que la pluralidad
de sentidos que se construyen en las interacciones cotidianas no puede contraponerse a la unicidad del discurso masivo, coincidiendo anticipadamente con lo que Ien
Ang formularía al plantear
que “los públicos pueden ser
diálogos
de la
67
comunicación
muy activos de muy diversas
maneras al utilizar e interpretar los medios, pero sería ingenuamente optimista confundir su actividad con un
poder efectivo”.1 Hoy, cuando
la presencia de lo individual
y lo particular y la sobreexposición de protagonistas satura los impresos, las ondas y
las pantallas, me parece pertinente continuar aquella reflexión asociándola a la consideración de ciertos modos
de representación y acción
política para, como entonces,
contribuir a pensar cauces de
acción en el campo comunicativo.
El advenimiento de la institucionalidad democrática tras
largos años de dictadura militar representó entre otras
cosas, en países como Argentina, la vigencia de normas
consensuadas para dirimir
los conflictos lo que, se suponía, contribuiría a conjurar la
violencia social y política.
Pasados más de 15 años de
aquel advenimiento, debemos reconocer que una de las
cuestiones más perturbadoras de la vida democrática es,
justamente, la fragilidad de
los cauces para el procesamiento de los conflictos sociales. Esa fragilidad, que puede llevar tanto a la reaparición de formas de violencia
destructora como a la resignada aceptación de un orden
hecho de exclusiones se asocia, a nuestro entender, con
la creciente caducidad de formas antes legitimadas de representación de los ciudadanos y con la difuminación de
los lugares y modos de ejer-
cicio del poder reconocido
como autoridad y, consecuentemente, consentido por
el conjunto de la ciudadanía
más allá de las desigualdades
y diferencias existentes.
Es sabido que, ante lo que se
suele nominar como “crisis
de las democracias representativas” la democracia mediática, o de participación mediada técnicamente, aparece
alternativamente como causa
de aquella crisis o instrumento de su superación. Numerosos estudios y ensayos que
versan acerca de la “mediatización de la política” -esto es,
la transformación de los modos de pensar y hacer la política debido a la existencia de
medios- dan cuenta de al menos tres cambios sustanciales: uno, la sustitución de las
instituciones jurídicamente
consagradas como lugares
para la representación ciudadana -parlamentos, juzgados,
partidos- por los medios masivos de comunicación; otro,
la sustitución de los sujetosactores clásicos de la política -políticos, gobernantes,
ciudadanos, militantes- por
nuevos sujetos mediáticos:
periodistas, conductores de
programas, público, entrevistados; el tercero, la sustitución de escenarios de la acción política: del partido al set
televisivo, de la plaza a la platea, como suele afirmarse2 .
Este modo de abordaje de los
cambios que enfrentamos tiene un sustento empírico incuestionable, al menos para
el caso argentino. En un artículo publicado en 1996 en la
medios -o un reconocimiento
de ellos por parte de la población- como alternativas eficientes; y esa alternativa produciría la mentada mediatización de la política, es decir, su
transformación. En realidad,
esa lógica está impregnada
ella misma de un efecto
mediático: es como si la noción de “nicho” publicitario,
noción fundamental en las
estrategias de mercado, se
colara en los planteos. Los
medios brindarían a la sociedad lo que ella necesita y de
lo que carece mediante una
operación de ocupación del
espacio vacío. Pero más allá
de este señalamiento, lo que
me interesa destacar es que
esa lógica sigue siendo deudora de una concepción
determinista que, por ello, no
es capaz de dar cuenta de la
índole de los dispositivos que
obran como sustrato de las
transformaciones que se operan tanto a nivel político
como a nivel de los medios de
comunicación, entendidos
como espacio de producción
de sentidos, y a nivel de las
interacciones entre ambas
prácticas.
Justamente, considerando
que lo que debemos enfrentar
hoy en el terreno cultural no
son lógicas ineludibles ni efectos prediseñados, sino más
bien dispositivos modeladores, tendencias y potencialidades cuya realización
hegemónica sólo puede y podrá revelarse como parte de
configuraciones sociales específicas, voy a compartir con
ustedes un conjunto de apreciaciones acerca del lugar y la
expresividad que adquieren
los sujetos y conflictos sociales y las decisiones políticas
en el marco de nuestras sociedades o culturas mediatizadas. Y lo haré analizando lo
que, en términos genéricos,
podríamos llamar recursos de
individuación y colectivización, refiriéndome a algunas
situaciones específicas para
tratar luego de extraer algunas
consideraciones de naturaleza más general.
En Argentina acabamos de
transitar diversas contiendas
electorales tanto de índole
nacional como local. En ocasión de elegirse las autoridades de la ciudad de Córdoba,
una de las fuerzas políticas
que intervinieron en la elección lanzó su campaña de
manera oblicua: en lugar de
formular proposiciones acerca de la obra de gobierno o
las políticas públicas a desarrollar, anunció a la población
la puesta en marcha de una
“encuesta ciudadana” destinada a recoger de cada elector sus propuestas, basadas
en las necesidades y problemas que experimentaban.
Mientras parejas de jóvenes
encuestadores perfectamente identificables realizaban en
la vía pública su labor y mientras los correspondientes
cuestionarios también llegaban a los vecinos con la edición de uno de los diarios de
la ciudad, otra fuerza política
mayoritaria respondía a dicha estrategia con una anticipación. Tras proclamar a manera de slogan “Los vecinos ya
nos dijeron lo que quieren”,
diversas personas entrevista-
M.C. Mata
revista Contribuciones dedicada a los “medios de comunicación en tiempos de cambio”, se difunden datos de
una investigación realizada
en Capital Federal y Gran Buenos Aires según los cuales,
por ejemplo, ante la necesidad de formular reclamos o
demandas, el 41% de la población acudiría a los medios de
comunicación en busca de
soluciones mientras sólo un
37.5% recurriría a la justicia.
En el mismo artículo, y en
base a datos de esa naturaleza y a otros similares -la cantidad de llamadas telefónicas
a programas de radio y televisión o las cartas de lectores
dirigidas a periódicos con el
fin de canalizar problemas- se
postula la transformación de
los medios en “mesa de entradas” del Poder Judicial y, en
un estadio posterior, su conversión en fiscales públicos.
Del mismo modo, abundan
los estudios y ensayos que
dan cuenta del nuevo papel
asumido por los medios masivos como auxiliares de la
justicia, facilitando la entrega
de delincuentes que confían
en la protección física y jurídica que les proveen las cámaras-testigo; o como árbitros de contiendas electorales organizando y regulando
los debates entre candidatos.
De algún modo, y aunque la
calidad de los estudios de ese
tipo puede variar, todos ellos
se articulan bajo una lógica
que cuestionamos: la de la
causalidad en cadena. Esto
es, a una crisis de representatividad y legitimidad de lo
político -espacios y actoressucedería una acción de los
169
168
169
De la presencia a la exclusión
das formulaban en spots
radiofónicos y televisivos sus
demandas sobre diversos tópicos; inmediatamente, el
candidato a intendente respondía a ellas con iniciativas
concretas que constituían su
plataforma de acción.
Más allá de la eficacia electoral de ambas estrategias publicitarias, lo que resulta digno de consideración son las
representaciones sobre el saber acerca de lo social y sobre el hacer político que ellas
presuponen, cuando colocan
la consulta individual a los
vecinos como fuente central
de las decisiones de gobierno. En ese sentido, podemos
leer en esas campañas partidarias una doble negación.
Por un lado la puesta entre
paréntesis de la existencia de
organizaciones y grupos
como espacios de expresión
de necesidades y problemas
y ámbitos de conformación
de opiniones legitimadas. Por
otro, la autoexclusión de los
políticos como formuladores
de diagnósticos y proyectos
derivados de particulares
comprensiones de lo real y de
diferenciables modelos de
sociedad a construir.
En ambos casos, por el contrario, la figura del individuo
-con necesidades e intereses
subjetivamente vividos- ocupa el centro de la escena
desdibujando la trama constituida por intereses y vivencias socializadas y la existencia de proyectos ideológicos
más o menos afines o antagónicos. En ambos casos, además, las verbalizaciones indi-
diálogos
de la
69
comunicación
viduales transformadas en
información –la que resulta
del procesamiento de una
encuesta o la que se exhibe
en los medios- se erige en incuestionable saber social en
tanto se objetiva gracias a
procedimientos estadísticos
y se distancia de lo inmediato adquiriendo estatuto de
representatividad gracias a
procedimientos mediáticos.
María Emma Wills Obregón
señala que los diagnósticos
que asocian las crisis partidarias con crisis de representación política y ellas con el
surgimiento de nuevos movimientos sociales, se fundamentan implícitamente sobre
una concepción según la cual
“lo social antecede a la política y una vez que se encuentra
constituido se convierte en la
materia prima de la representación. La política refleja,
como si fuese un espejo, un
‘algo’ o ‘alguien’ que emerge
de las relaciones sociales existentes y a través de esa función
se convierte en mediadora
entre la sociedad y el Estado.
Sin ese algo o alguien la política se vacía: sin sociedad civil, la política no tiene a quien
representar; y sin relaciones de
producción no hay conflicto ni
resistencia y por tanto no hay
política”3.
En el mismo sentido, podríamos afirmar que los diagnósticos que hacen un uso
fetichista de la noción de mediatización, asociando el “reemplazo” liso y llano por parte de los medios masivos de
otras instancias de construcción de acuerdos en torno a
las problemáticas centrales
que afectan a la población,
llevan en sí una correlativa
concepción de lo comunicativo respecto de lo social. En
este caso, la comunicación
pública “reflejaría” lo existente, mostraría -simplemente
potenciando- aquellos datos
empíricos que constituirían
lo real.
Wills Obregón refuta tales
concepciones:“…lo social no
viene primero y la política
después…la política –señalano refleja el mundo social sino
que lo constituye. Así no existe
un ‘algo’ o ‘alguien’ anterior a
la política, ya sean intereses
individuales o resistencias populares; tanto los unos como
las otras son construcciones
históricas mediadas por un lenguaje inscrito en instituciones
de tipo formal como informal”4.
Si acordamos con esas afirmaciones, que nos instalan en
el campo del discurso como
instancia no sobrepuesta o
resultante sino constitutiva
de las relaciones sociales y
políticas -y que en el campo
comunicativo remiten al papel configurador de lo real
por parte de los medios y técnicas de simbolización- es necesario reconocer que la estrategia enunciativa que coloca a los individuos particulares y aislados en el centro de
la formulación de lo que se
convertirá en “acción política”, es deudora de una de las
tecnologías que, como señala Loïs Wacquant, modela
hoy con mayor pregnancia la
idea de colectividad y de saber: la encuesta de opinión5.
Al mismo tiempo, esa estrategia enunciativa presupone
el efecto de igualación: cada
individuo sometido a encuesta, interpelado con un instrumento común tiene, imaginariamente, las mismas posibilidades y oportunidades de
respuesta. Al igual que ocurre
con la oferta constante de líneas telefónicas para comunicarse con programas
radiofónicos y televisivos, del
mismo modo en que se
promociona el acceso generalizado a través del satélite o
las redes electrónicas a la información que está disponible, lo que encubre la reivindicación del habla particular
normalizada por un cuestionario es su modelación histórica, sus constricciones de
clase, de género, de raza, de
localización geográfica, de
edad… En suma, lo que se
encubre, es la regulación política de lo social, el lento
pero marcadamente férreo
diseño de un orden hecho de
jerarquías y distinciones, la
naturaleza de los conflictos
que, en razón de los modos
de obtención de la información y de su procesamiento,
se disuelven en un sistema de
diferencias.
Por otra parte, la encuesta es
propuesta y asumida como
un sistema experto que reduce la incertidumbre y que, en
consecuencia, tendría la capacidad de definir per se los
cursos de la intervención estatal que, de tal suerte, quedaría exenta de toda responsabilidad intrínseca, de todo
riesgo, bajo el amparo de la
representatividad estadística. La centralidad de los
hablantes particulares, la
centralidad de su decir como
fuente de la acción política,
remite a la indeferenciación
de los saberes o, si se quiere,
a la igualación de la doxa con
el conocimiento técnico-científico (incluído el conocimiento que supone el quehacer
periodístico y el quehacer
político-partidario). Esa igualación diluye imaginariamente el diferencial de poder que
se concentra en sitios estratégicos y permite encubrir la
racionalidad de decisiones
ideológicamente orientadas
cuya comprensión se ve dificultada crecientemente, se-
gún plantean algunos analistas, en tanto y en cuanto existe una “publicidad de lo político” que “termina siendo de
valor básicamente ritual y políticamente de escasas consecuencias, ya que remite a asuntos que, por su complejidad y
características técnicas son
materia excluyente de iniciados” 6 . Paradojalmente, podríamos decir, cuanto más extremadamente especializados resultan los asuntos acerca de los cuales se habla políticamente, la formulación de
los problemas vividos por la
población se hacen visibles
en su dimensión más personal, más cotidiana e inmediatamente vivida.
Para precisar esas afirmaciones, refiero otro caso paradigmático: la provincia de Buenos Aires, y más especialmente el conourbano bonaerense,
es decir, las poblaciones que
rodean a la Capital Federal,
viven hoy graves situaciones
de violencia y delincuencia.
Legislaciones inapropiadas,
déficits operativos del poder
judicial, el creciente desempleo y marginalidad de la población del sector, las redes
del narcotráfico, la inoperancia y corrupción policial son,
entre otras, las causas que
pueden, conjugadamente, explicar la situación y a partir
de cuya evaluación pueden
tomarse decisiones gubernamentales que, sin duda, comprometerán a sus protagonistas a favor o en desmedro de
sectores damnificados o beneficiados por tales decisiones. En medio de la campaña
electoral que debía definir el
M.C. Mata
La encuesta se propone, en
estos y en muchos otros casos, como un procedimiento
inclusivo y aglutinador: todos
quienes intervienen en él son
enfrentados a problemasinterrogantes comunes; además, en el procesamiento de
los datos, ese amplio conjunto de individuos es agrupado
según categorías que identifican y diferencian. De ese
modo, los resultados finalmente obtenidos y difundidos revelan colectivos abstractos pero distinguibles por
rasgos que reenvían a la materialidad de lo que se es:
mujer u hombre, habitantes
de tal o cual sector, jóvenes
o viejos. La “población encuestada” -que en ciertos casos presenta rostros particulares en sus apariciones gráficas o televisivas- constituye
un nuevo modo de ser colectivo en el que cada sujeto se
reuniría, en ausencia, con sus
pares.
171
170
171
De la presencia a la exclusión
nuevo gobierno provincial, ya
no los candidatos, sino los
medios masivos de comunicación, apelaron a sondeos y
encuestas para sopesar la
aceptación o el rechazo de la
posible implantación de un
“sistema de tolerancia cero”
contra el delito7. Como en el
caso anterior, una palabra
que aparece como pre-política, una palabra que sólo se
fundaría en la inmediatez de
la experiencia individual, se
transformó para algunos candidatos en fundamento suficiente de la razón de Estado.
Poco tiempo después, habilitada por los reclamos políticos de “una bala para cada
delincuente” fundados en las
demandas de rigor construidas estadísticamente, la policía de la provincia de Buenos
Aires producía un hecho represivo que los mismos políticos y la misma población
encuestada calificaban como
“masacre”. En ese caso, aislado en su propia manifestación horrorosa y espectacular, se hacía patente el borramiento de los juicios y decisiones tras la expresividad
inmediata de las subjetividades transformadas, mediante
la objetividad irrefutable del
dato estadístico,en sustento
racional de la acción.
Muchos estudiosos de esta
problemática han advertido,
justamente, el papel que en
este proceso de individuación de los conflictos sociales ha jugado y juega la entronización del “caso” como narrativa predominante de
nuestra época. Despojado de
sus articulaciones, el caso -
diálogos
de la
71
comunicación
aun cuando se refiera a un
grupo humano- queda preso
en la misma particularidad
que el hablante singular. “Por
definición individual y dramático, organizador de un siempre, inevitablemente microrrelato -señala Sergio Caletti- la
lógica del caso es, claro está,
opuesta a la lógica de la regla.
La lógica del caso rehuye a la
abstracción, a la clasificación
de lo común, a cualquier intento primario de organización de
las superficies en que se inscribe. Pero, al mismo tiempo
y por lo mismo, se carga implícitamente de las resonancias de la metáfora, de la capacidad de condensación de
sentidos que se encuentran diseminados en otros microrrelatos, en otros casos”8. Homologados a relatos de diversa
índole, los conflictos sociales
desbordarán su propia serie,
habilitarán lecturas disímiles
en los receptores -es pensable que incluso habiliten lecturas políticas- pero, como
bien fundan en el análisis conceptual y empírico del tema
Aníbal Ford y Fernanda Longo
para la realidad cultural argentina, “el caso no reemplaza a la discusión pública estructural, macro, que obliga a
cierto tipo de respuesta de la
ciudadanía…como el caso se
produce de manera aleatoria
y se amplía a través del
newsmaking, puede generar
cualquier discusión en cualquier momento”9.
Dueños de la escena, centralmente convocados para exponer las marcas que dejan en
los rostros y las voces los conflictos lacerantes que atravie-
san nuestra sociedad, los casos y los individuos dejan en
los márgenes las causas
globales y las estrategias de
poder. Dejan en los márgenes
los modos colectivos de procesar los conflictos; dejan en
los márgenes los lentos y costosos procesos de agregación
de intereses que sólo adquieren la fugaz visibilidad del estallido, del momento de emergencia. Pero también dejan en
los márgenes las figuras del
poder o, más precisamente, la
responsabilidad que toda forma de poder conlleva.
Las estrategias de igualación,
de dilución de conflictos, de
reposición de lo individual
como fuente del saber y el
actuar, no sólo deberían ser
analizadas como fruto de las
intenciones mercantiles de
los medios masivos o como
mero recurso populista en
épocas electorales. Deben
vincularse al movimiento de
masificación de la sociedad –
“las masas […] carecen de esa
clase específica de diferenciación que se expresa en objetivos limitados y ostensibles”,
sostenía Hanna Arednt10- por
el cual las personas son puro
número y los colectivos mera
agregación, y a la preeminencia de nuevos dispositivos de
intelección -y por tanto de
construcción- de lo social: los
que aseguran imaginariamente que por medios técnicos pueden gestionarse complejas realidades satisfaciendo todas las necesidades e
intereses, y los que, también
imaginariamente, otorgan a la
exhibición la potencialidad
de conferir existencia.
• Por otro lado, así como se
diluyen los propósitos hegemónicos, esa colectivización
diluye “el único factor material indispensable para la generación de poder”, según
lo plantea Hanna Arendt: “el
vivir unido del pueblo”, condición necesaria para que
persistan “las potencialidades
de la acción”11.
• Por último, en lo que respecta a los conflictos sociales, la
2. Hemos reflexionado sobre ese modelo de comprensión sustitutorio en
María C. Mata, “Entre la Plaza y la Platea” en Schmucler y Mata (coords.)
Política y comunicación, ¿hay un lugar
para la política en la cultura
mediática?, Catálogos, Buenos Aires,
1992.
3. “Feminismo y democracia: más allá
Tal vez la primera y fundamental misión de la tarea democrática en el campo de la
comunicación consistiría en
rescatarlos de ese lugar marginal rescatando, al mismo
tiempo, a quienes desde el
poder de decir y hacer –políticos, periodistas, gestores de
medios- también se corren
del centro de la escena y a
quienes la individuación confina en el aislamiento masificante y deprivador de poder. En suma, se trataría de
repolitizar la comunicación
de los problemas y conflictos
sociales, convertidos hoy
cada vez más en relatos y exhibiciones que, a fuerza de
ser narrados y mostradas,
pierden visibilidad y ocultan
tras bambalinas el verdadero
rostro de la hegemonía.
de las viejas fronteras”, en Análisis
político, N° 37, mayo-agosto 1999, Universidad Nacional de Colombia,
Santafé de Bogotá, p. 24
4. Idem.
5. En Las cárceles de la miseria (Manantial, Buenos Aires, 2000), desentrañando la vinculación entre el “menos Estado social” y el “más Estado
policial y penal” característico de las
sociedades neoliberales, Wacquant
resalta el lugar ocupado entre los dispositivos que naturalizan esa creciente sustitución por lo que denomina
la configuración científica. Una operación en la que convergen de manera
sistemática intelectuales, representantes del poder político y medios
masivos de comunicación y uno de
cuyos recursos emblemáticos para
justiciar el incremento de la represión
es un particular manejo de los datos
estadísticos.
6. Sergio Caletti, “Repensar el espacio de lo público”, ponencia presentada al Seminario Internacional “Tendencias y retos de la investigación en
Comunicación en América Latina”,
FELAFACS-PUC del Perú, Lima, julio
de 1999, p.17.
1. “Culture e communication.
Por un critique étnogra-
7. Ver, en el Prefacio y el Cap. I del
phique de la consommation
citado libro de Wacquant, las
des médias dans le système
implicancias de la diseminación de
médiatique trasnational” en
dicho sistema en Europa y América
Hermès N° 11-12, Centre National de
Latina.
M.C. Mata
• Por un lado subvierten la
antigua función de representación política, asociada a la
idea de coparticipación en un
ideario común y a la figura de
sujetos capaces de resumir
en sí y defender un conjunto
homogéneo de intereses
opuestos a otros. Si el representante político hacía suyas
voces particulares y las articulaba en un discurso con
pretensión de liderazgo y validez nunca universal -porque
se enunciaba frente a otros
como palabra adversativa- el
político mediático se convierte en un operador que sopesa posibles estrategias de acción en base a la valoración
de datos que se presentan
como previamente no manipulados. No hay proyectos: la
realidad particular, colectivizada mediante su exhibición
mediática, es la que manda.
oclusión de la mirada reconocedora que se produce al
diluir los poderes en pugna,
puede depararnos dos males
igualmente condenables: su
banalización o su estigmatización. En ambos casos los
conflictos son depositados en
los márgenes de la escena.
NOTAS
Ambos dispositivos, que operan crecientemente en la comunicación de los conflictos
sociales y en la construcción
de la política producen, como
he tratado de plantear, un
conjunto de efectos que ahora quisiera precisar:
173
la Recherche Scientifique, París, 1993.
172
173
Aníbal Ford, La marca de la bestia.
Identificación, desigualdades e info-
9. En La marca de la bestia. Identifica-
entretenimiento en la sociedad con-
ción, desigualdades e infoentreteni-
temporánea, Grupo Editorial Norma,
miento en la sociedad contemporánea,
Buenos Aires, 1999.
Grupo Ed. Norma, Buenos Aires, 1999.
Aludiendo a un caso concreto, el ase-
Hanna Arendt, Los orígenes del totali-
sinato de una jovencita en el que es-
tarismo, Taurus, Madrid, 1974.
tuvieron involucrados personas y
sectores políticos de la provincia de
Hanna Arent, La condición humana,
Catamarca, dirán: “destapó tantas
Paidós, Barcelona, 1993.
ollas, puso tantas irregularidades en
evidencia, cruzó tantos debates e his-
María Cristina Mata, “De la cultura
torias que no terminó acotando
masiva a la cultura mediática”, po-
ninguno…El caso se instaló en el ima-
nencia presentada al Seminario Inter-
ginario social y esta continuidad pue-
nacional “Tendencias y retos de la
de o no implicar su procesamiento
investigación en Comunicación en
posterior como acción pública concre-
América Latina”, FELAFACS-PUC del
ta… Lo cierto es que mostró muchas
Perú, Lima, julio de 1999.
cosas pero cambió pocas. Y que muchas de las cosas que tocó todavía no
Héctor Schmucler y María C. Mata
han sido formalizadas en debates o
(coords.), Política y Comunicación
discusiones públicas que permitan rei-
¿hay un lugar para la política en la
vindicaciones puntuales”, pp. 218-282.
cultura mediática?, Catálogos, Buenos
Aires, 1992.
10. Los orígenes del totalitarismo,
Taurus, Madrid, 1974, p. 392.
Loïs Wacquant, Las cárceles de la miseria, Manantial, Buenos Aires, 2000.
11. La condición humana, Paidós, Barcelona 1993, p. 224.
María Emma Wills Obregón, “Feminismo y democracia: más allá de las viejas fronteras” en Análisis Político N°
37, Mayo/agosto 1999, Universidad
Nacional de Colombia, Santafé de
Bogotá.
BIBLIOGRAFÍA
De la presencia a la exclusión
8. Art. Cit, p. 21.
Carolina Barros, “Medios de
comunicación en Argentina:
de espectadores a protagonistas del cambio”, en Contribuciones, N°2/1996, Fundación Konrad AdenauerCIEDLA, Buenos Aires.
Sergio Caletti, “Repensar el espacio
de lo público”, ponencia presentada
al Seminario Internacional “Tendencias y retos de la investigación en
Comunicación en América Latina”,
FELAFACS-PUC del Perú, Lima, julio
de 1999.
diálogos
de la
comunicación
R. Fígaro
Roseli Fígaro
El discurso de
la cultura del
malandro
Profesora en la Faculdade de Comunicação da FAAP-SP y del
Instituto Municipal de Ensino Superior de S. Caetano do SUl/SP.
Editora de la revista Comunicação & Educação de la ECA-USP.
E-mail:[email protected]
307
diálogos
de la
comunicación
306
307
F í g a ro
R o s e l i
El discurso del malandro
Resumen:
Este trabajo analiza la formación del discurso de la cultura
del malandro y del jeitinho
brasileño a partir de textos de
la literatura, a lo largo de la
historia brasileña. Tiene como
objetivo demostrar la formación de estereotipos y prejuicios con relación a la mayoría
de la población, pobre mulata
o negra. Es el primer ensayo
que se inserta en el objetivo
de desarrollo de un proyecto
de estudio sobre la imagen del
brasileño en el discurso de los
medios.
diálogos
de la
67
comunicación
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este artículo es
discutir críticamente el proceso de formación del concepto de cultura del malandro como cultura del brasileño. Ese concepto es retomado frecuentemente por intelectuales, historiadores y
por la gran prensa en diferentes momentos de la vida nacional. El periódico O Estado
de S. Paulo trató el tema de la
conquista del tetra campeonato mundial de fútbol en 1994,
en el editorial A imagem positiva do brasileiro, afirmando
que: “parecen superados los
tiempos del ‘héroe sem
caráter’. El brasileño ahora se
valoriza”; nítida referencia a la
obra Macunaíma, o herói sem
caráter, de Mário de Andrade.
Reiteradamente los titulares
de los periódicos presentan
denuncias de corrupción en
la administración pública
municipal, federal así como
en sectores de la Justicia, propiciando la reflexión acerca
de la ética, la falta de discernimiento entre lo público y lo
privado y la constante naturalización de comportamientos como los denunciados, tal
como si esos actos fuesen
parte del perfil y de la cultura del pueblo brasileño.
También las manifestaciones
populares contrarias al tipo
de festejo que se organizó al
conmemorar los 500 años del
Brasil llaman nuestra atención hacia la necesidad de
discutir sobre algunos aspectos de la formación de la cultura brasileña, principalmen-
te de aquellos que se refieren
a la formación de la llamada
cultura del malandro y del
jeitinho brasileño.
Este trabajo es el primer ensayo de un estudio que proyectamos desarrollar sobre la
imagen del brasileño en el discurso de los medios. En esta
primera etapa nos vamos a
guiar por una lectura particular de la literatura brasileña,
orientándonos principalmente por las obras de Alfredo
Bosi, Antônio Cândido y
Mário de Andrade.
EL DESCUBRIMIENTO
A lo largo de nuestra historia
se han hecho comunes los
cuestionamientos sobre cuál
es la identidad nacional, cuál
es en última instancia la cultura del brasileño. En estas
cuestiones están presentes
concepciones de lo que es
cultura, de cómo se da el proceso cultural, y también un
profundo y camuflado complejo de inferioridad.
Para introducir el problema
retomamos a Alfredo Bosi
que va a buscar en el verbo
latino colo, y su participio
pasado cultus y en el participio futuro culturus la raíz de
los significados de cultura. En
una simplificación: colo significa “yo ocupo la tierra, yo
vivo, y por extensión, yo trabajo, yo cultivo el campo”;
como tal colo es raíz de colonizar; y colonus es el que cultiva una propiedad en lugar
del dueño. En cultus y culturus
están registradas la noción de
tiempo -pasado y futuro.
Cultura también supone plan
para el futuro, control de la
naturaleza –mito de Prometeo, que arrebató el fuego de
los cielos- de donde proviene
el concepto moderno que
nutre las teorías de la evolución social, para las cuales
cultura se opone a naturaleza, y aprehende el sentido de
progreso, control de las técnicas, productividad, dominio del hombre sobre el trabajo y de un hombre sobre
otros hombres. Por extensión
se puede afirmar que: aculturar un pueblo se traduce en
sujetarlo o adaptarlo a un
cierto conjunto de tecnologías que se juzga superior. Al
analizar la colonización del
nuevo mundo se puede afirmar
que ella se dio como un proceso de avance en el desarrollo de las técnicas de navegación, del comercio, de la acumulación de riquezas, de la
industrialización y, al mismo
tiempo, como instauración de
un sistema arcaico de dominación que subyugó, esclavizó y
expropió a los nativos, inaugurando en el nuevo mundo, sistemas despóticos y destructores de culturas.
Es desigual el enfrentamiento entre la culturus de la tierra y la culturus de los que llegan a ella con ojos de descubridores. Para estos es en el
acto de su llegada que nace
la tierra –antes no existía- y
así se da el descubrimiento y
la colonización.
Pero Vaz de Caminha en su
Carta da la partida de nacimiento de la nueva tierra
(Orlandi, 1990:13). Y es a través de su verbo que se hace
la difusión del descubrimiento, traducido como conquista. Cuando se conquista se
toma, se apropia, se impone
una definición y una utilidad.
De esta manera, el nativo de
la tierra nueva se volvió –a los
ojos del descubridor- dócil,
ingenuo, salvaje, sin afición
por el trabajo.
El nativo adquirió el perfil de
un ser cultural despojado del
trascendente significado histórico del cultivo. Eni Orlandi
afirma: “el principio tal vez
más fuerte de constitución
del discurso colonial, que es
el producto más eficaz del
discurso de los descubrido-
res, es reconocer sólo el ser
cultural y desconocer (apagar) el histórico, el político.
Los efectos de sentido que
hasta hoy nos someten al espíritu de la colonia son los
que nos niegan historicidad y
nos señalan como seres culturales (singulares), a-históricos.” (Orlandi, 1990:15).
El nativo será el estereotipo
del dócil y romántico Peri de
José de Alencar o el indomable salvaje que no quiere trabajar. Es esta la historia oficial que descaracteriza al nativo, rotulándolo como ser
cultural sui generis, a ser civilizado, negando la posibilidad de ser histórico.
La lengua es el instrumento
instaurador de la dominación. A través de ella José de
Anchieta y las Misiones Jesuitas van a catequizar al nativo. Anchieta aprende el tupi
para adaptarlo a los conceptos de la Misión. Él hace cantar y rezar al nativo, en su propia lengua, a los santos y
creencias del catolicismo.
Bosi resalta que “Anchieta
inventa un imaginario extraño y sincrético ni católico ni
puramente tupi-guaraní,
cuando forja figuras míticas
llamadas Karaibebé, literalmente profetas que vuelan,
en las cuales el nativo identificaba, tal vez, a los anunciadores de la tierra sin mal, y
los cristianos reconocían a
los ángeles mensajeros de la
Biblia. O a Tupansy, madre de
Tupã, para atribuirle las cualidades de Nuestra Señora. De
la mano caminaban la cultu-
R. Fígaro
Cultus trae la idea base de
colo, pero también incorpora
el sentido de trabajo sucesivo, a través del tiempo, que
deviene en calidad incrementada a la tierra que se trabajó. Trae también la noción de
cultuar pues la misma tierra
labrada de donde se extrae
los medios para la vida abriga el cuerpo del hombre en
su muerte. Es el culto. En
cuanto a culturus – “lo que se
va a trabajar, lo que se quiere
cultivar” –la palabra incorpora el sentido tanto del trabajo que se hace en la tierra –el
cultivar- como la idea del trabajo hecho al ser humano”.
De ahí tenemos el significado
más general de Cultura: “el
conjunto de prácticas, técnicas, símbolos y los valores
que se deben transmitir a las
nuevas generaciones para garantizar la reproducción de
un estado de coexistencia
social” (Bosi, 1994:16).
309
308
309
El discurso del malandro
ra reflejo y la cultura creación”. (Bosi, 1994:31).
Anchieta compone poemas
en tupi para aproximarse al
imaginario nativo. Podemos
citar como ejemplo la siguiente oración:
Jandré rubeté, Iesú,
Jandré rekobó meengára,
Oimoboreausukatú.
Jandré amotareymbáa.
(Jesús nuestro verdadero padre,
señor de nuestra existencia
aniquiló a nuestro enemigo.)
Poesías. Manuscritos del Siglo XVI. In: Bosi, 1994:64.
El proyecto de los jesuitas dio
inicio a la intervención cultural en la comunidad. Intervención pacífica pero que transformó radicalmente el modo
de vida del nativo. En sus autos y poesías están el bien y
el mal. El mal la mayor parte
de las veces fue estereotipado en la figura de los guerreros nativos, que se rebelaban
contra las misiones y la catequesis. Las ceremonias indígenas también eran condenadas como expresión del mal,
porque los cantos, los bailes,
la pintura del cuerpo y el licor representarían la presencia del demonio.
De la misma manera, el aventurero blanco, asimiló las diversidades de la Colonia. El
territorio desconocido, el follaje y los animales fueron desafíos enfrentados cotidianamente, que pasaron al imaginario como figuraciones místicas, confundiendo lo natural
y lo sobrenatural.
diálogos
de la
69
comunicación
A pesar de la didáctica rígida
y autoritaria, del moralismo,
de la catequesis y del terror
de las Misiones, no fue el ideal
de aculturación de los jesuitas el que prevaleció en la
Colonia. Las riñas entre las
Misiones, los colonos y los
bandeirantes llegaron al límite en el siglo XVII en los conflictos de Graõ-Pará, del
Maranhão, en São Paulo y en
las Misiones de los Siete Pueblos de Uruguay. La disputa
fue ganada por los colonos.
En toda América la masacre
de nativos fue bárbara.
La cuestión del nativo es dramática aún hoy. En los últimos años fueron varias las
denuncias de masacre de indígenas, y la lucha por la demarcación de sus tierras aún
genera polémica.
Eni Orlandi dice que hay una
violencia más insidiosa que la
violencia física, o de la sumisión por la creencia o religión:
es la del silencio. El indio sufrió y sufre un proceso de sofocamiento de nuestra historia.
Ese sofocamiento al que se refiere Orlandi se hace sentir en
la lengua. De las innumerables lenguas nativas no quedan más que denominaciones
para el follaje o la flora,
sufijos o algunos términos
folclóricos. En la Historia los
indios se reducen a dispersas
referencias e ilustraciones en
los libros didácticos. El nativo quedó como sinónimo de
salvaje, inferior, tonto e impúdico.
LA COLONIZACIÓN
El tráfico iniciado a mediados
del siglo XVI trajo mano de
obra negra para sustituir al
indio. La idea de la indolencia selvática estuvo muy propagada hasta llegar a justificar la presencia del esclavo
negro. Aunque, como afirma
Fernando Novaes (1986), la
esclavización del nativo permitía la acumulación primitiva de capitales en la Colonia,
lo que no era de gran interés
para los portugueses. El tráfico intensificaba una línea de
comercio ya existente y posibilitaba la acumulación de
capitales en la sede de la Corona. Novoas defiende, también, que el tráfico de negros
rinde más a Portugal que el
propio comercio azucarero.
Celso Furtado (1979) hace
mención al control del transporte del azúcar y de su
refinación por los holandeses, quedando para ellos la
parte lucrativa del negocio.
La acumulación capitalista
europea impuso a las colonias
el trabajo compulsivo
esclavista, servil y semi-servil
(encomienda, mita, intendencia). “En aquel momento de la
Historia de Occidente- afirma
Novaes- se trataba de colonizar hacia el capitalismo, esto
es, según los mecanismos del
sistema colonial, y esto imponía el trabajo compulsivo. La
colonización de la época mercantilista se adecua al sentido
profundo inscrito en los impulsos de la expansión, o sea,
el elemento ‘mercantilista’ –
quiere decir, mercantilesclavista- que demanda todo
Es solamente dentro de este
contexto iniciático de la civilización brasileña que podemos comprender el perfil cultural de la nación. Sin la
contextualización económica
de la colonia sirviendo como
base de acumulación capitalista a Europa, principalmente a Inglaterra, no se puede
comprender lo que pasa hoy
en Brasil y en toda América
Latina.
La religión será, una vez más,
el instrumento de aculturación. El Padre Antônio Vieira,
jesuita compenetrado en la
misión de salvar y proteger
las almas selváticas, también
se dedicó a salvar el alma esclava. Son varios los sermones en que compara la vida
de penuria de los negros de
los ingenios con la vida de Jesucristo en la tierra.
“En un ingenio sois imitadores de Cristo crucificado: porque padecéis en un modo
muy semejante lo que el mismo Señor padeció en la cruz,
y en toda su pasión. Su cruz
estaba compuesta de maderos y la vuestra en un ingenio
es de tres (…) Sermões v. IV.
apud Bosi, 1994:144).
En el sermón XXXVII del Rosario, Vieira es radical y demuestra su incapacidad para
dilucidar el por qué de la violencia social: “¿Estos hombres no son hijos del mismo
Adán y de la misma Eva? ¿Estas almas no fueron rescatadas con la sangre del mismo
Cristo? ¿Estos cuerpos no
nacen y mueren como los
nuestros? ¿No respiran el mismo aire? ¿No los cubre el mismo cielo? ¿No los calienta el
mismo sol? ¿Qué estrella es
aquella que los domina, tan
triste, tan enemiga, tan
cruel?” (apud Bosi, 1994:145).
El Padre Antônio Vieira es el
intelectual creyente en la
igualdad de los hombres; asegura que toda la gracia divina comienza con la acción
concreta de los hombres sobre las cosas y la naturaleza:
“Cada uno es sus acciones y
no otra cosa” (…) “La verdadera hidalguía es la acción”.
(apud, Bosi, 1994: 146).
El discurso radical del creyente inmolado con el sufrimiento de negros o indios da también lugar a la palabra contradictoria del miembro de la
Iglesia Católica que separa
cuerpo y alma al predicar que
los sufrimientos del cuerpo
darán felicidad y vida eterna
al alma, al lado del Señor.
Vieira es progresista en su
prédica igualitaria, pero al
mismo tiempo cede a las presiones mercantilistas al aceptar la esclavitud del negro y
del indio resguardando, por
tanto, el sufrimiento del cuerpo en beneficio de la purificación del alma.
A pesar del conflicto, Vieira
tiene una formación humanista que coloca al esclavo –indio o negro- como sujeto de
sus sermones y por tanto, de
su acción jesuítica e intelectual. Y es su ex-secretario y
futuro oponente de las Misiones en la Colonia, el italiano
Johanes Antonius Andreonius
–o Antonil Andreoni- el más
destacado defensor del trabajo del esclavo en los ingenios
de los colonos y en los de la
Iglesia, inclusive. En la obra
Cultura e opulência do Brasil,
la cual firma con el seudónimo de Joâo Antônio Andreoni,
Antonil desarrolla una detallada descripción del ingenio
y de la transformación de la
caña desde materia prima
hasta convertirse en mercancía. Para él el sujeto no es el
hombre. El sujeto es la cosa –
o sea el sujeto es el azúcar.
El sincretismo religioso pregonado por Anchieta y el discurso reformista y conformista de
Vieira, al destacar el sufrimiento del cuerpo para la salvación del alma, sumados al
pragmatismo de Antonil, que
no titubea en defender el sistema esclavista para mantener los intereses económicos
de la Corona y de la Iglesia, corroboran la formación de una
mentalidad servil en la naciente nación brasileña.
El pecado fue instalado en la
cultura de los nativos con el
sincretismo. El indio inconforme, aquel que no acepta el
dogma cristiano y el trabajo
forzado, es el demonio, insolente y perezoso. El negro,
secuestrado de su tierra, que
no se somete y fuga en busca
de libertad, es cazado como
animal, los quilombos aplastados e incendiados. No queda al negro sino el espacio del
galpón para manifestar sus
tristezas y saludar a sus dio-
R. Fígaro
el movimiento colonizador”
(Novaes, 1986: 102).
311
310
311
El discurso del malandro
ses. Pero hasta ahí entra el
blanco defensor de la palabra
divina para exorcizarlo, quemar los tambores y los timbales y persuadir a los pecadores de que penarán en el fuego del infierno si se rebelan.
Nace, de esta manera, la mentalidad y el sentimiento de
inferioridad, de incapacidad
y de miedo entre el pueblo –
esclavos negros, indios y trabajadores libertos. La idea
del indolente, holgazán e
irresponsable, fue acuñada
por la clase dominante para
estigmatizar a los que se negaban, consciente o inconscientemente, a someterse a la
explotación servil y esclavista de los señores representantes de la Corona.
LA FORMACIÓN DE LA
IDENTIDAD
A través de las obras de
Gregório de Matos, José de
Alencar y Gonçalves Dias podemos analizar en los primeros tiempos, la formación de
la mentalidad que va a contribuir a dar cuerpo a la llamada identidad nacional: ora
dócil y ordenado, ora indolente y sin carácter.
Gregório de Matos –boca de
infierno- hace duras críticas
a la clase que ascendió económicamente en Bahía, debido a la crisis del comercio del
azúcar. Sin embargo, la misma hiel que destiló sobre las
compañías de comercio inglesas la usó para caracterizar al
negro, al mulato, y principalmente, a la mujer negra, vista como objeto de los place-
diálogos
de la
71
comunicación
res sexuales más recónditos,
en tanto la musa blanca era
cantada, como en los sonetos, a la moda caballeresca.
anhelan el retorno del antiguo
régimen. Para él el esclavo es
indolente y no merece más de
lo que se da a un perro.
“Soy un sucio y un necio
perverso, de mala propensión
porque si gasto el tostón
es sólo con negras de Angola,
un sátiro salvaje
a quien la Universidad
no mejoró de calidad
ni de juicio mejoró
y si acaso estudió
fue locura y necedad.”
(apud, Bosi, 1994:112).
En la obra de José de Alencar
también tenemos indicios que
contribuirán a la formación
del estereotipo del nativo robusto, bello, dócil, educado y
servil, pronto a cualquier sacrificio para estar al lado de
su señor o señora. O Guaraní
e iracema construye el mito
del siervo orgulloso de servir.
Así también trata a la naturaleza grandiosa, acogedora y
deslumbrante, puesta al servicio del noble conquistador.
Gregório de Matos embiste
también contra la Relación,
esto es, contra los tribunales
de Justicia, porque estos intentaban procesar, con la debida multa, al señor blanco
que asesinaba a sus esclavos,
a los cuales Gregório llamó
perros en sus versos.
“Los blancos aquí no pueden
más que sufrir y callar
y si un negro van a matar
le llueven gastos.
No le valen las defensas
del atrevimiento de un perro,
porque acude a la Relación
siempre hambriento.”
(apud Bosi, 1994:107).
Gregório en su afán de defender la parte que perderá con
la apertura del comercio del
azúcar a los ingleses y demás
naciones, irrumpe en prejuicios contra la población libre
mulata que ya se formaba en
Bahia. Él padece el saudosismo retrógrado de aquellos
que perderán posiciones y dinero con la crisis del azúcar y
En El Guaraní Peri es el héroe,
prototipo del buen indio,
mientras que los aimorés guerreros, enemigos de los señores del solar de Mariz, ansiosos por vengar a la india asesinada por el hijo del señor
blanco, son caracterizados
como bárbaros, violentos y
odiosos salvajes. La relación
predominante de dominación
entre el señor Mariz y Peri
queda sobreentendida por la
valoración de virtudes y sentimientos como el coraje, altivez, abnegación y lealtad.
Gonçálves Dias va a manifestar en su producción literaria
la voz y el sentimiento de los
explotados que ven que sus
riquezas son apropiadas por
el conquistador. La epopeya
de los Timbiras es un ejemplo:
Llámale progreso
quien del exterminio secular
se ufana
yo modesto cantor de pueblo
extinto
Caio Prado Jr. en el capítulo
As raças de su Formação do
Brasil Contemporâneo destaca el proceso de mestizaje
como una consecuencia económica y política del tipo de
colonización llevada a efecto
por la Corona portuguesa. El
autor destaca la excepcional
capacidad del portugués para
cruzarse con otras razas (Prado Jr., 1979:107). Esta aptitud
la atribuye a la historia del
Portugal, que, incrustado en
el extremo europeo, tuvo desde tiempos remotos, contactos con otras razas tanto de
Europa como de África y más
tarde, con los árabes.
A la par de esta tendencia histórica Prado Jr. destaca la cualidad de la emigración portuguesa a la Colonia. La mayoría preponderante de sexo
masculino venía en busca de
aventuras y riquezas y dejaba
a la familia en Portugal. Los
colonos, buscando satisfacción sexual, se cruzaban con
mujeres de otras razas.
Tales uniones, señala el autor,
“eran al margen del matrimonio –contra las uniones legales con negras e indias, sobre
todo con las primeras, había
fuertes prejuicios- tales uniones irregulares de tan frecuentes que eran pasaron a la categoría de situaciones perfectamente permitidas y aprobadas sin restricciones por la
moral dominante” (Prado Jr.,
1979:109). Lo que, es claro es
que esto no significó igualdad
económica, social y política
entre el blanco y las demás
etnias. Además, el componente de ascenso social está profundamente vinculado al poder económico, lo que lleva a
Prado Jr. a afirmar que: “la clasificación étnica del individuo
se hace en Brasil mucho más
por su posición social” (Prado Jr., 1979:109).
del fin de la esclavitud y de la
supremacía del trabajo asalariado.
En los periodos siguientes a
los primeros de la colonización existe cierta preocupación por la selección sexual
para el blanqueamiento, que
pasa a configurar el ideal de
Nación.
Así mismo, después del tratado de 1826, en el cual el Brasil
se compromete frente a Inglaterra a no comerciar y traficar
con mano de obra negra, la
defensa de la esclavitud por
los liberales fue constante y
proclamada como prédica nacionalista. Más allá de los sermones, dado el poco cumplimiento del acuerdo, el periodo de 1830 a 1850 se constituye en el de mayor ingreso de
negros en el país, haciendo de
la piratería de negros la más
activa de la historia.
Por tanto, el mestizaje aparentemente instituidor de la
democracia racial, como analizó Gilberto Freire, imbuido
de los ideales humanistas y
culturalistas de Franz Boas y
Maison, da lugar a un profundo complejo de inferioridad
que busca el blanqueamiento a cualquier costo. El propio Prado Jr. pone como ejemplo la preocupación de las
familias negras por limpiar la
sangre promoviendo casamientos con aventureros europeos, proporcionándoles
vida nababesca (de nabab).
En el campo político prevaleció durante todo el periodo
de la regencia, del primero y
segundo reinado, el liberalismo conservador. En el periodo pre y pos abolicionista los
mismos ideales liberales permanecerán, pero con la sutil
introducción de la defensa
Volviendo al siglo XIX, tenemos en los ideales liberales
de la Colonia una clara diferenciación del liberalismo inglés pos-revolución industrial. Aquí va a prevalecer el
liberalismo fuertemente conservador, defensor del trabajo esclavo y de las organizaciones mercantilistas.
Por otra parte, el no-respeto
a la ley fue y es, la mayoría
de las veces, atributo del poder dominante. Desde los
ejemplos de violación a la ley
pombalina, de mediados de
siglo XVII, que prohibía la
caza y esclavitud del indio,
hasta todas las violaciones de
las leyes antiesclavistas, la
acción privilegiada de las clases dominantes salta a la vista. De ahí tal vez el origen de
la desconfianza del pueblo en
relación a las leyes. Pues su
experiencia viene demostrando, a lo largo de más de cuatro siglos, que siempre hay un
R. Fígaro
lloraré en los vastísimos sepulcros
que van del mar a los Andes
y del Plata
al largo y dulce mar del Amazonas (apud Bosi, 1994:186).
313
312
313
El discurso del malandro
jeitinho para no cumplir las
reglas de juego, principalmente si esas reglas son leyes
que afectan los intereses de
aquellos que detentan el poder económico y político.
En las últimas décadas del siglo será Quintino Bocayuva el
mayor representante del liberalismo conservador, defendiendo el fin de la esclavitud
y, juntamente con Joaquím
Nabuco, propulsores de la República a través del derrumbe pacífico y progresivo de la
monarquía.
dor. “Vivimos en la dependencia de la hechicería, de esa caterva de negros y negras, de
babaloxós e iauô, somos nosotros quienes les aseguramos la
existencia como el cariño de
un negociante por una amante
actriz. La hechicería es nuestro vicio, nuestro gozo, la degeneración. Exige, le damos,
explota, nos dejamos explotar,
y aunque el maitre-chanteur sea
asesino o ladrón, queda siempre impune y fuerte por la vida
que le presta nuestro dinero.”(João do Rio, 1976:35)
LAS REFORMAS
Más adelante las ideas del
blanqueamiento del Brasil serán retomadas por medio del
incentivo de sustitución de la
mano de obra de ex-esclavos
por la de inmigrantes europeos.
Están en ebullición las ideas
positivistas y social darwinistas. La supremacía de la
raza blanca en detrimento de
las demás. La intelectualidad
local está fuertemente influenciada por tales conceptos
y sus interpretaciones del
Brasil son hechas bajo tales
auspicios.
Después de la abolición el negro se verá relegado no más a
los galpones, sino al completo
abandono: sin trabajo, escolaridad o profesión, marcado por
el brutal prejuicio racial. Este
prejuicio puede ser sentido inclusive en la serie de reportajes del periodista João do Rio
–Paulo Barreto- quien en
Religiões no Rio (1904) trazó el
perfil del negro como holgazán, hechicero y aprovecha-
diálogos
de la
comunicación
Es en el cuadro de reformas
de final del siglo XIX –abolición de la esclavitud y república- que se intensificará un
conjunto de movimientos sociales que no conseguirán la
plenitud de la expresión de su
radicalidad. Tanto la abolición como la república serán
amparadas por una hegemonía liberal conservadora, que
disgustó a líderes republicanos como Silva Jardim, Luis
Gama y Raul Pompéia.
En el escenario de las ideas,
como ya fue dicho, Augusto
Comte, Spencer y Darwin
influenciaron el momento histórico y esta influencia perduró durante un amplio periodo
de inicios del siglo XX. En
cuanto a esto, señala Bosi:
“Aún no fue explotado en
toda su potencialidad el fundamento reformista social del
positivismo (que se vigorizó
entre nosotros). Él fluirá, entre los oficiales jóvenes del
Ejército, de los jacobinos a
los tenientes, en su áspera
lucha antioligárquica de la
que la Coluna Prestes y la Revolución del 30 serán los momentos más complejos. En
otra vertiente, los esquemas
políticos comtianos prestarían moldes organizativos a
inquietudes sociales modernas que irían a codificarse en
la ‘laboriosidad gaúcha’ de un
Lindolfo Collor, a quien el positivista Getúlio Vargas nombró primer ministro de trabajo en 1931(…)”(Bosi,1994:236/
37).
Cuestión relevante a destacar
son las disputas interimperialistas por la redivisión de
las colonias que abren el siglo
XX con la Primera Gran Guerra Mundial. Es un momento
de cambios en el escenario
económico nacional. Las grandes corrientes migratorias de
colonos y obreros italianos se
establecen. La clase obrera
paulista aparece en el escenario histórico y con la experiencia de los migrantes va construyendo su retrato de coraje
y lucha por derechos laborales y sociales.
Una estirpe democrática se
forja en los cuarteles contra
la continuidad de la pos-abolición y de la pos-república.
Las mismas oligarquías se
mantienen en el poder y contra ellas se levanta en São
Paulo, dos veces, el movimiento de los tenientes.
Existen dos Brasil: uno marcado por la voracidad de las
oligarquías incrustadas en el
poder; el otro está formado
por la masa de ex-esclavos,
analfabetos, labradores, pe-
El poder económico e intelectual se mantiene en las manos
del primer Brasil, que trata a
la masa de brasileños desamparados como contingencia
de la mala formación de la
raza brasileña. Brasil es como
es, según la ideología dominante, debido a su formación
no hegemónica de blancos europeos, a la indolencia del indio y a la pereza del negro.
Estas son las bases ideológicas que llevarán al estereotipo del malandro. La figura del
malandro estigmatiza al negro, al mulato, y al mestizo
pobre. Su primera representación literaria tal vez haya
sido el malandro de Manoel
Antônio de Almeida, caracterizado por el mulato que tuvo
suerte y de pobre pasó a recibir una gran herencia.
Como obra sin igual en su periodo histórico, Memórias de
um sargento de milicias fue redescubierta en los años 30 y
nunca más dejó de ser reeditada. Como obra vanguardista,
contribuyó al análisis del perfil de la sociedad de la época y
a distinguir nuestra primera
imagen del malandro.
Tratando de la representación
de la realidad de Rio de
Janeiro en el periodo de D.
João VI, Antônio Cândido comenta que la obra de Manoel
Antônio de Almeida se circunscribe a la pequeña bur-
guesía (comerciantes, funcionarios) y en ella no aparece la
gente de trabajo, o sea los esclavos. La trama se sitúa en el
juego entre el bien y el mal, lo
que está abajo de la moral social y lo que es el orden establecido. El malandro Leonardo Filho y todos los demás
personajes inclusive el padre
y el policía Vidigal, tienen sus
momentos de trasgresión.
En su análisis, Antônio
Cândido afirma que Memórias
manifiesta las oscilaciones e
incongruencias de su tiempo.
“Es burlona y es seria, porque
la sociedad que aparece en
Memórias es sugestiva, no
tanto por las descripciones
de festejos o indicaciones de
usos y lugares, sino porque
manifiesta en un plano más
profundo y eficiente el referido juego dialéctico del orden
y del desorden, funcionando
como correlato de lo que se
manifestaba en la sociedad
de aquel tiempo. Orden difícilmente impuesto y mantenido, cercado por todos lados
por un desorden vivaz (…)
Sociedad en la cual unos pocos libres trabajaban y los
otros holgazaneaban a la buena de Dios, cogiendo las sobras del parasitismo, de los
expedientes, de la generosidad, de la suerte o del robo
menudo.” (Cândido, 1993:44).
En la década del 20 el movimiento modernista nace cimentado en el marco de las
reformas del inicio de siglo,
de la primera guerra mundial,
de la Revolución Bolchevique, del naciente movimiento obrero y del espíritu nacio-
nalista que despierta en las
repúblicas latinoamericanas
y ex-colonias africanas. Es un
periodo de fuerte movimiento literario en Europa que, al
descubrir la cultura de las excolonias, pasa a exaltar lo primitivo, lo exótico, lo mítico y
lo psicológico.
La búsqueda de las raíces
nacionales y la crítica a la
copia simple y pura de lo extranjero a pesar de no negarlo buscando la interacción de
las culturas, se verá expresada en las obras de Mário y
Oswald de Andrade, de Tarsila
de Amaral y Anita Mafaldi.
El movimiento modernista
niega el academicismo parnasiano y la pedantería europea
de la escuela francesa de la
Belle epoque, y pasa a valorizar lo regional, lo popular, lo
folclórico.
En los Manifiestos Pau Brasil
y Antropofágico, el movimiento propone la creación de la
verdadera cultura brasileña a
través de la deglución de la
cultura europea y no la mera
copia o aceptación pasiva.
El modernismo es la expresión
de la industrialización naciente y de la burguesía paulista.
Para el modernista “El Brasil es
una leyenda que siempre se
está haciendo (…)”(Bosi,
1989b:137). Así llegamos a
nuestro polémico héroe
Makunaima, el Grande Mau.
Macunaima es la rapsodia
que Mário de Andrade construyó para hablar de sus aflicciones sobre el Brasil y expre-
R. Fígaro
queños comerciantes y obreros. Ellos buscan tierra para
trabajar, formación escolar,
profesional y empleo en las
fábricas.
315
314
315
Macunaima es humano y mítico, pasa por desafíos y
transmutaciones, su astucia
lo lleva a victorias y a derrotas. Oprimido entre la máquina de la ciudad y la imposibilidad de retorno a la selva,
debido al abandono de sus
protectores, sube al cielo y se
convierte en estrella, para
“brillar con un brillo inútil”.
(Bosi, 1989b:140).
Mário de Andrade tal vez
haya querido representar la
nostalgia del negro, que no se
encuadra en el orden capitalista pero tampoco puede volver a la madre África; o la languidez del indio, que no se
adapta al modo de vida del
colonizador, pero tampoco
consigue vivir como antes.
Estas interpretaciones dieron
del malandro imágenes diferenciadas a lo largo de nuestra historia reciente. Fue el
sambista de terno blanco y
camisa listada –Zé Carioca,
de W. Disney. Leído por
Adoniran Barbosa como el
obrero inmigrante sin techo,
de Saudosa maloca, Ernesto,
etc. por Chico Buarque como
el barón de la gentuza, y tantos otros malandros.
CONCLUSIÓN
Los discursos de la literatura
y de la historia nos permiten
trazar ese cuadro de interpretación de los orígenes de la
cultura del malandro; propuesta que tiene el compromiso de continuar ese análisis teniendo como objeto de
estudio los productos culturales de las radios, de los canales de televisión, de los periódicos y revistas.
al mismo tiempo fuertemente
realistas de Leonardo Filho,
Macunaíma, Ze Carioca,
malandros sambistas y tantos
otros, estén representados
grandes sectores de la población brasileña todavía hoy
mantenidos al margen, excluidos de los derechos básicos de
la ciudadanía.
BIBLIOGRAFÍA
El discurso del malandro
sar su sentimiento positivo y,
al mismo tiempo negativo sobre la formación de la identidad nacional.
ANDRADE, Mário. Macunaíma – o héroi sem nenhum
caráter. 17 ed. São Paulo:
Martins Fontes, 1979.
BOSI, Alfredo. Dialética da
colonização. 2ª ed. São Paulo:
Companhia das Letras, 1994.
——— Moderno e modernista
na cultura brasileira. In: Céu, inferno.
————— Situação de Macuníma. In:
Céu, inferno. São Paulo: Ática, 1989b.
CÁNDIDO, Antônio. Dialética da
malandragem. In: O discurso e a cida-
Macunaíma representa la preocupación del autor con los
destinos del pueblo brasileño
dividido entre el pesimismo y
el optimismo. Macunaíma es
el brasileño desterrado en su
propia tierra.
Tanto el malandrismo (malandragem) de Leonardo Filho en
Memórias como el malandrismo de Macunaíma serán
releídos por la crítica literaria
y retrabajados en interpretaciones ideológicas diferenciadas. Ora representarán la expresión que se quiere exorcizar de la cultura brasileña, ora
serán los irreverentes que responden a las heridas de las
élites, siempre esquivando.
diálogos
de la
comunicación
Es importante destacar finalmente, que en este periodo de
producción y reflexión sobre
los 500 años de descubrimiento, hallazgo o invasión del Brasil (conforme la lectura que se
tenga de la Historia) es necesario dedicar especial atención a la formación de la identidad brasileña –multiculturalista en su esencia- para tratar de entender por qué, aún
hoy, ella se mantiene marcada por lo arcaico y lo moderno, por el sentimiento de inferioridad en relación al extranjero (al otro), buscando la afirmación fuera de sí misma,
siempre humillada. Tal vez en
los personajes folclóricos,
arquetípicos, estereotipados y
de. São Paulo: Duas Cidades, 1993.
FURTADO, Celso. Formação econômica do Brasil. 16 ed., São Paulo: Nacional, 1979.
NOVAES, Fernando A. Portugal e Brasil na crise do antigo sistema colonial. 4 ed. São Paulo: Hucitec, 1986.
ORLANDI, Eni P. Terra à vista. Discurso do confronto: velho e novo mundo. São Paulo: Unicampo/Cortez,
1990.
PRADO Jr., Caio. Formação do Brasil
contemporâneo. 22ª ed. São Paulo:
Brasiliense, 1992.
RIO, João do. As religiões no Rio. Rio
de Janeiro: Nova Aguilar, 1976.
Ma. L. Casas
Ma. de la Luz Casas
Espacios de
convivencia
y de
reencuentro.
Nuevas formas de
entender a las
identidades desde la
cultura tecnológica
Profesora-investigadora del ITESM Campus Cuernavaca, México
E-mail:[email protected]
87
diálogos
de la
comunicación
86
87
María de la Luz Casas
Convivencia y reencuentro
La historia del hombre en sociedad es el relato de la eterna adaptación de la persona
con su entorno y de seres
humanos en su interacción
con otros seres humanos.
También es el recuento de su
devenir en el mundo, buscando imprimir en todo lo que
hace la huella de su sentir, de
su articulación sobre la realidad y de su cultura. Todo lo
que hace distintivas las relaciones que emprendemos, se
encuentra predeterminado
por una constante negociación entre lo que somos, los
valores que poseemos y la
importancia relativa que le
damos a esta presencia social
y cultural frente a la presencia social y cultural de otros.
Buscamos reafirmar nuestra
existencia por comparación
con la identidad de los demás
y, en ocasiones, por franca
oposición a ella. Somos, inde-
diálogos
de la
67
comunicación
pendientemente de nuestras
personalidades individuales,
identidades colectivas vivas
y cambiantes que se definen
en una dinámica cotidiana,
día a día, palmo a palmo por
las interacciones que sostenemos. Las relaciones, privadas o públicas, ya sean de carácter social, políticas, culturales o económicas, dentro
de un contexto social, regional o nacional dan sentido a
lo que somos, y al mismo
tiempo definen nuestro futuro. Sin embargo, pocas veces
reflexionamos sobre las
facetas varias de nuestras
identidades cambiantes. Frecuentemente sólo las vivimos, como la piel o el aire que
respiramos y es que, “la
identidad
[ ] es una realidad histórica
cultural que ofrece múltiples
desafíos para su aprehensión
y comprensión”1.
Pensarnos en términos identitarios, nos obliga a cuestionarnos no solamente quiénes
somos, y qué misión hemos
venido a cumplir a este mundo, sino también reconocernos como parte de la raza
humana, y como contribuyentes sociales al destino que
habrá de tener el hábitat que
ocupamos. Por ello es que,
preguntarse qué es la identidad, y lo que es más, plantearla como un problema de
estudio político y cultural es
un reto, pero además, es una
tarea metodológicamente difícil aunque sumamente reveladora y es que confluyen en
ella nuevos paradigmas, no
sólo los que desentrañan el
proceso de construcción de
la identidad misma, sino también los que lo articulan dentro de otros ambientes mucho más abiertos como puede ser la sociedad, las naciones-Estado y los nacionalismos, o bien la muy preconizada “globalidad”o “globalización”.
La cuestión de la “prescindibilidad-imprescindibilidad de
la nación” o bien términos
como lo nacional o lo internacional, que en un tiempo
dieron paso a la noción de
trasnacional, han sido dejados de lado para abrir el camino a nuevas las realidades
interconectadas de lo global;
de tal suerte que la abstracción de lo nacional como concepto revelador de un territorio, una raza, una costumbre o un pueblo, es ahora confrontada directamente con la
presencia inminente de otras
identidades culturales y nacionales en contextos de
internacionalización, mundialización y globalización.
Hoy en día, el propio concepto de la globalización ha de
ser revalorado, ya que como
diría García Canclini, la
globalización como destino
ineludible de la modernidad
se oculta y se desdobla, ya en
palabras, ya en contradicciones mediáticas, para atender
a una realidad que es tangible en los círculos del empresariado, pero no en la ciudadanía mundial.
Ese es el verdadero sentido
social de los lugares de convivencia y de reencuentro, de
integración y desintegración.
Así como los nacionalismos
de Ernest Gellner, fueron en
algún momento el mejor recurso para explicar la formación de los Estados-nación;
las comunidades imaginadas
de Benedict Anderson se tornaron en la articulación más
atinada para explicar los movimientos migratorios que se
dieron en los intersticios de
la Primera y la Segunda Guerra Mundial y el choque de
civilizaciones de Samuel
Huntington se convirtió en la
justificación más atinada que
explicaba el desplazamiento
de estamentos completos
desde de la Guerra Fría hasta
la Guerra del Golfo, de la misma manera hoy en día necesitamos paradigmas que expliquen el desplazamiento de
las identidades virtuales desde los nacionalismos hasta la
multiculturalidad.
El mundo no es ya solamente
un conjunto de naciones o
territorios que pugnan por
establecer áreas de dominio.
Los brazos de la tecnología se
han ampliado para proyectar
a comunidades extendidas
que representan, auténticamente a una nueva versión de
la comunidad auténticamente
imaginada en los espacios de
la virtualidad.
Las características que dieron origen a las identidades
culturales o nacionales, la
autoconciencia a partir de la
conciencia del otro, los lenguajes particulares, los valores compartidos, los artefactos culturales creados, la conciencia de grupo, los intereses económicos y políticos, y
muchos otros elementos que
fueron los factores de desarrollo de las comunidades
identitarias que dieron paso
a las naciones y los pueblos,
se expresan hoy día de igual
manera, pero en diferentes
espacios de realidad. Espacios que en síntesis trascienden a las condiciones físicas
y temporales de las sociedades ancladas en un territorio
y nos lanzan a la posibilidad
de encontrar nuevos espacios virtuales de convivencia
y de diálogo.
Si el público fantasma de
Walter Lippmann y la auténtica participación democrática de la ciudadanía en la prensa fue la preocupación de los
sociólogos de principios de
este siglo, entonces la creación de comunidades virtuales, reales, que no imaginadas, debe ser la preocupación de los investigadores
sociales de inicios del siguiente milenio. La esfera
pública como espacio para la
construcción de las identidades, para la democratización,
para la conciencia mediática
y para la paz deben ser los
ejes del nuevo paradigma de
evaluación de nuestra calidad
como sociedades humanas.
Por lo pronto, el debate sobre
las identidades, sobre la
globalidad y sobre la tecnología, que nos ha ocupado
durante varios lustros muy
probablemente oscurezca
temporalmente el panorama
que sigue, no obstante, los
resultados de dicha conversación teórica, desde la territorialidad de los nacionalismos
hasta la virtualidad de las
comunidades imaginadas en
el ciberespacio nos guíe para
encontrar un paradigma que
lejos de ser nuevo, es el mismo que debe guiar la reflexión
de la comunicación. La tecnología al servicio del hombre
en el sentido de ofrecer los
nuevos espacios para la convivencia y el reencuentro.
Ese debe el motivo de la reflexión que nos ocupe de aquí
en adelante.
En fin, pemítaseme por lo
pronto, ir guiando parte de la
reflexión en el sentido que
apunto, y para acotar la desmesura de los problemas teóricos que hasta la fecha hemos reconocido, pero que
resultan incompletos para
afrontar lo que sigue, y dentro de ellos, me permito recordar por lo pronto los siguientes:
“1] la cuestión teórica general de la contradictoriedad
múltiple de la forma nacional,
de su continuidad y discontinuidad, su unidad y fragmentariedad y de la lógica
inescindible que articula, desde su propia conformación, la
dinámica nacional a la dinámica intertrasnacional; 2] el
examen de la rearticulación de
los tejidos nacionales y de la
trama mundial, que involucra
el actual proceso de transnacionalización capitalista; 3] la
cuestión de la especificidad de
Ma. L. Casas
Esos son los retos que nos
trae el siglo XXI, donde nuevos espacios mediáticos se
articulan y se despliegan para
poder entender a las identidades desde la nueva cultura
tecnológica.
89
88
89
Convivencia y reencuentro
la forma nacional (trasnacional) hoy, que comporta una
analítica de los nuevos sistemas hegemónicos que la constituyen, de las luchas actuales
por la conformación de lo nacional y del modo como estas
luchas resignifican la consistencia de la nación, y la construcción de las identidades
nacionales”2.
Como se sabe, la noción de
uno o unos, versus la noción
de los otros, estuvo en principio determinado por raza,
lengua y territorio. El Estado
servía, en todo caso, como
esa articulación conceptual
que permitía concatenar las
nociones de lo político con lo
económico, garantizar la supervivencia y generar en todo
caso la convivencia a través
de movimientos alternativos
de guerra-paz que definían a
las identidades más fuertes
por sobre las más débiles.
¿Qué es lo que sucede ahora?
El Estado ha devenido corto,
inservible a las necesidades
de los grupos, incapaz de integrar la pluralidad de identidades que lo componen, impotente frente a las posibilidades de convivencia fuera
de su territorio. El Estado,
arrancado de la historia moderna y enfrentado a la crisis
de la posmodernidad, pervive por ser una de las raíces
esenciales de nuestra historia, pero ya no responde a los
mecanismos de identificación
necesarios para mantener dinámicas y libres a identidades que finalmente han logrado destruir las cadenas de su
espacio físico y de su temporalidad. Lo que sí es un he-
diálogos
de la
69
comunicación
cho, es que el concepto de
Estado-nación, por contraposición a la noción de lo global o de lo cibercultural, ha
quedado absolutamente corto y desbalanceado para explicar una realidad distinta
que nos desborda y que parece apuntar hacia un ajuste
dialéctico, asincrónico, desigual, estratégico pero no homogéneo en el cual se transita desde lo nacional y lo internacional hacia lo global
virtual.
“El Estado-nación, entendido
como construcción social e histórica, había sido hasta hace
pocos años, el referente dominante que le daba sentido a los
procesos de producción y reproducción social. Muchos de
nosotros crecimos en un mundo de estados nacionales configurado a par tir de una
geopolítica bipolar que funcionaba como un marco explicativo de la historia contemporánea. Hoy, en el umbral de un
nuevo milenio de la era cristiana, donde las nuevas realidades se expresan con las palabras global, posmoderno e
informático, no es exagerado
decir que tenemos menos esquemas y seguridades”.
Hay que recordar además,
que para una construcción de
lo identitario nacional, “la
vida y el despliegue de las naciones son siempre procesos
específicos»3. En ese sentido
por ejemplo, aún cuando reconocemos que no podemos
escapar a la política como
única posibilidad de legitimar
nuestra identidad nacional,
pero además, como única
posibilidad de trazarnos un
modo de vida, tenemos que
aceptar que durante un buen
tiempo, y mientras no logremos desprendernos completamente de nuestro cuerpo
para crear “naciones virtuales” el problema de la identidad nacional estará precisamente anclado al modelo político que hayamos decidido
adoptar. Así, en la particularidad de cada una de nuestras
naciones, la historia de nuestros devenires y conflictos
para el establecimiento de
una identidad, ha sido producto precisamente de nuestras fluctuaciones filosóficopolíticas en el proceso de darnos a nosotros mismos un sistema político que nos contenga y que nos permita lograr
espacios de convivencia y de
paz.
La mayoría de las naciones,
han pensado que optando
por el sistema democrático,
pueden garantizar la convivencia pacífica, el reconocimiento a la voluntad y a las
libertades del otro como materia prima básica indiscutibles para la civilidad. Sin embargo, se nos olvida que la
eterna búsqueda por la democracia no es suficiente para
la supervivencia social, y que
la democracia como sistema,
al categorizar los márgenes
de la participación ciudadana, puede traer en sí misma,
el germen de la desintegración comunitaria.
“En suma, bajo el mero principio de igualdad de derechos la
democracia liberal tiende a limitar la identidad nacional a
En oposición al modelo democrático liberal, el republicano
no afirma como principio fundamental la igualdad, sino el
reconocimiento de las identidades culturales diversas. Este
principio pone el énfasis en la
igualdad de valor y de respeto
en las comunidades y, de
modo secundario, en el individuo. Esta prioridad se debe
precisamente a que la tradición republicana concibe al
individuo como miembro de
una comunidad, de una cultura que le precede y dentro de
la cual define su curso de vida,
sus valores fundamentales, sus
derechos básicos como persona. (...) Desde la perspectiva
republicana los derechos, la
legislación y el ámbito de competencia del poder político se
adecuan a las identidades culturales, y no al revés, como sucede en la democracia autoritaria y en la liberal, con diferencia de grados”4.
La historia de cada una de
nuestras naciones ha estado
plagada de intentos por definir un sistema democrático,
bajo modelos autoritarios,
republicanos y liberales que
pugnan por establecer un esquema que aglutine a la colectividad junto con sus diferen-
cias. En este siglo, como en
el pasado, y seguramente en
el que está por venir, habremos de encontrar que los
cuestionamientos filosóficopolíticos esenciales seguirán
siendo los mismos. Quizás el
concepto rector que aglutine
ya no sea la figura del Estado-nación, pero es un hecho
que seguiremos buscando el
reconocimiento de la pluralidad fundamental de la sociedad mexicana dentro de un
nuevo pacto social incluyente y con ello una redefinición
de nuestra identidad o, dicho
de otra manera, de la identidad nacional.
“El Estado soberano se entiende como una formación histórica capaz de tomar sus propias decisiones políticas, con
exclusión de fuerzas externas
–estados, bloques, potestadesy de fuerzas internas –iglesias,
estamentos, corporaciones”5.
Lo anterior implica que el Estado puede darse a sí mismo
el marco legal capaz de permitir la convivencia pacífica,
pero ello implica la voluntad
mayoritaria de la población y
el respeto al marco legal.
Ahora bien, dentro del marco de naciones y pluriétnicas
y pluriculturales las cosas se
complican. La demanda de
reconocimiento a los usos y
costumbres, formas de gobierno y prácticas legales de
las distintas comunidades
culturales que son parte integral de nuestra nación, no es
suficiente para asegurar la
convivencia pacífica, ni constituye una reivindicación en
el ámbito técnico jurídico por
parte del Estado; simplemente es la expresión de una demanda política que, aunada a
otras cuestiones que pueblan
el panorama de nuestra identidad nacional, o de la pluralidad de identidades nacionales que habitan en nuestro
país, simplemente no hemos
podido, sabido o querido resolver.
Ahora bien, qué son los medios de comunicación sino “el
espacio en donde se configuran y actúan las identidades es
el del imaginario colectivo”6
y en ese sentido, confluyen
dentro de ese imaginario todas las formas de percepción
posibles, tanto la autopercepción, como las percepciones del otro. Ahí se encuentran, conjuntamente, las muchas y variadas percepciones
de lo que significa ser indígena, ser ciudadano, habitante
de lo rural o de lo urbano, ser
hombre o ser mujer.
“Las identidades particulares,
personales y colectivas son
también, y no sólo, el resultado de la asignación de lugares
efectuada por el orden simbólico, de modo que la percepción de un sujeto o un colectivo, pertenecientes a cierto género, se produce como el efecto secundario de una labor
ordinal que le precede. Los elementos simbólicos que llevan
a asociar a cierta persona con
un género u otro son culturalmente específicos. (…) Estos
referentes simbólicos de la
identidad de género se construyen y se reproducen en el interior de las diversas instancias
de socialización: la familia,
Ma. L. Casas
una cultura homogeneizante y
excluyente, semejante a la que
produce la democracia autoritaria. Esta homoge-neización
excluyente constituye un factor
que merma las bases mismas
de la democracia: la pluralidad de intereses, tradiciones y
opiniones que debaten en el
espacio público y conforman
el legítimo poder político.
91
90
91
Convivencia y reencuentro
la(s) iglesia(s), las instancias
educativas, las tradiciones orales y literarias…”7 y, por supuesto yo añadiría, los medios de comunicación.
A partir de ahí, elaboramos
otra serie de dicotomías, cada
vez más precisas y más sutiles, que van conformando la
multiplicidad de identidades
que ahora reconocemos y que
cada vez con más frecuencia,
nos impiden encontrarnos en
él elementos comunes.
Los procesos de aculturación
respecto del yo y de los otros,
añaden, como en todo orden
simbólico, patrones, parámetros o referencias, frente a los
cuales interpretar el yo, el
ahora y el después; el referente de las identidades permite
así, determinar los límites de
la cultura, la alteridad y el
afuera, la inclusión y la exclusión, el reconocimiento del
otro para la convivencia pacífica o para la guerra.
Las concepciones modernas
sobre el nacionalismo, que
aglutinaban la consolidación
de los Estados nacionales del
siglo XVIII y XIX, el aprecio
por lo propio y la desconfianza hacia lo extranjero, son en
síntesis, inoperantes en un
mundo en que se fomenta la
globalidad y de culturas diferentes, en donde además, paradójicamente se acepta la
existencia de los nacionalismos junto con la de los movimientos de nacionalidad excluyente. Paralelamente, a los
sujetos se les pide desaprender los patrones de adscripción nacional anteriormente
diálogos
de la
71
comunicación
aprendidos en aras de un reconocimiento a una nacionalidad múltiple.
“En el umbral de otro milenio,
observamos la definición de
nuevos límites de adscripción
identitaria e inéditas formas
de resistencia y disputa por las
representaciones sociales”8.
Cuestiones como la nacionalidad múltiple y el reconocimiento a las identidades indígenas o autóctonas se encuentran sumamente presentes en el debate sobre la identidad nacional de finales del
siglo XX.
“Estos cambios incluyen transformaciones tanto en la definición de los estados nacionales, la relación entre los procesos de globalización y las
culturas nacionales, como en
la relación entre soberanía e
identidades nacionales9”.
El concepto de nación como
comunidad política imaginada, inherentemente limitada,
donde el Estado simboliza y
garantiza la soberanía, debe
ser interpretado nuevamente
a la luz de la posibilidad de
que los ciudadanos que radican fuera de su país mantengan su nacionalidad. Esto
anuncia nuevas condiciones
de definición social y cultural
de la nación que rebasan las
fronteras del territorio, de la
misma manera en que posiciones multiculturalistas reclaman los derechos de adscripción étnica y de reconocimiento de la multiplicidad
de naciones que habitan en
nuestro territorio. Estos dere-
chos incluyen derechos políticos, ciudadanía, derechos
de propiedad y derechos a las
prácticas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia. Así, estamos ante la
gestación de nuevas normatividades que inciden en las
relaciones sociales y que reconocen como relativo a la
identidad nacional, mucho
más que una comunidad de
lengua y de territorio, pero al
mismo tiempo, están comenzando a convivir con procesos que incorporan la existencia de comunidades extranacionales, que están unidas
por afectos, intereses, modas,
religiones y otros valores que
comienzan a interferirse unos
con otros, pero que conviven,
en apariencia pacíficamente
en el ciberespacio.
Por otro lado, pese a que en
términos generales los Estados-nación lograron conformar comunidades nacionales
imaginadas, no han podido
borrar antiguas contradicciones presentes en nuestra diversidad cultural. Desde ese
punto de vista, tenemos que
reconocer que, inherente a la
conformación del nuevo Estado, y si es que dicha figura
quiere sobrevivir y ser política, económica y socialmente
funcional durante el próximo
milenio, tendrá que reconocer que a su interior participen diversos proyectos de
nación que incidan en la definición de los sentidos colectivos diversos. Sólo en esos
términos seguirá siendo el
Estado una figura que pueda
ser acequible para las exigencias de convivencia y reen-
Ahora bien, ¿cómo aceptar
que los antiguos esquemas de
identificación propia se han
desvanecido? ¿cómo reconocer que ya no somos un grupo étnico, lingüístico, religioso o cultural único sino que
existen otros? ¿cómo entender que la integración y la
convivencia dependen del
reconocimiento de los derechos y libertades ineludibles
de los demás? ¿cómo entender que el territorio físico es
uno, pero que las posibilidades de expresión nacional y
cultural han trascendido, finalmente, nuestra corporeidad, nuestras limitaciones
físicas y temporales?
El historiador Luis González
se ha referido al concepto de
matria en contraposición a
patria no para declarar la tierra o el territorio que nos dieron nuestros padres o nuestros ancestros, sino para denominar a nuestros orígenes,
a lo que verdaderamente nos
une. El concepto de patria,
asociado a la herencia de un
pueblo, se refiere a los recursos con los que éste cuenta
para subsistir como identidad única, reconocible y
distinguible a la luz de todos.
Sin embargo, hoy en día no
hay más una unidad étnica y
cultural en una población
homogénea dentro de un territorio concreto y con un
Estado propio. Tenemos una
Patria, entendida como el legado de nuestros antepasados, que se desmorona bajo
nuestros pies; más que nun-
ca situada en la ambigüedad
entre lo comprensible y lo inasequible.
“La patria es el espacio donde
se pueden depositar los sentimientos más profundos; emociones que, si bien son construidas socialmente por la clase de amor que la sociedad nacional ha producido hacia su
imagen íntima”10.
Paradójicamente, en un mundo tendiente cada vez más a
la globalización, donde se
asume que los Estados-nación son obsoletos, siguen
presentándose casos en que
los individuos deliberadamente acentúan sus diferencias, reelaboran y resignifican
continuamente sus identidades, y remarcan su sentimiento de pertenencia a una comunidad. La nación sigue
siendo un referente crucial en
el complicado proceso de
construcción de la identidad,
pero en opinión de la autora,
más lo es la Patria que permite interiorizar las maneras de
sentir, actuar y de pensar, interpretar y reconocer los hechos y acontecimientos, y finalmente dotar de significado
a las acciones humanas. Si no
es la Patria, ¿dónde estará
entonces la matria? ¿Dónde
estará el origen de tantas y
tantas comunidades imaginadas virtuales a las que los
internautas se asocian buscando un resquicio de su
identidad perdida?
No es en balde entonces, que
frente a todas estas complejidades, frente a todas estas
paradojas, nos encontremos,
asomados a una realidad ante
la que nos encontramos con
ausencia de metodologías
explícitas que nos permitan
una discusión razonada de
alternativas analíticas para
abordar la investigación sobre las identidades.
La manera de ver la globalidad o la cibercultura, de la
misma forma que la manera
de ver las identidades, ha ido
variando y variará dependiendo de quiénes queremos
ser, cómo nos asumimos, y
cómo entendemos la presencia del otro, ya sea dentro de
un territorio, de una nación,
de una globalidad o de un espacio virtual. Todo depende
la perspectiva epistemológica de cada uno y del proyecto político-económico en turno. El problema es que cada
cual mira desde su propia
perspectiva, asumiendo que
puede penetrar en las claves
míticas de nuestras identidades, apropiarse del presente
y reconocerse como el verdadero depositario de la historia. Y es que:
“Reflexionar sobre la identidad propia es sin duda la más
filosófica de las preguntas que
nos podemos hacer. Ese quién
soy y para qué soy que inaugura toda inquisición sobre el
hombre en general o sobre
cualquier tipo histórico particular de hombres, no es asunto menor, y debe encararse con
el más alto grado de honestidad intelectual posible, …”11.
Por lo tanto, en un ejercicio
mayor de intelectualidad y
conciencia, tenemos que
Ma. L. Casas
cuentro que todos necesitamos tan desesperadamente.
93
92
93
Convivencia y reencuentro
aprender a mirar desde la
perspectiva del otro y reconocer que:
“En la época de la globalización todas las culturas, especialmente las dominantes,
irrumpen en nuestros hogares
a través de los medios de comunicación. (… )[ que] en todos los puntos del orbe, cada
ser humano se enfrenta a costumbres, tradiciones y concepciones ajenas a la propia [lo
cual] impacta directamente en
la toma de conciencia de nuestras diferencias, o sea de nuestra identidad. (…) En esta época podemos tener varias identidades en función de varios
ámbitos socio-culturales; todo
hombre o mujer es, al mismo
tiempo, miembro de una familia, de una colonia, de una ciudad, de un estado, de un país,
de una región, y ciudadano del
mundo. (…) Se es gracias al
grupo al cual se pertenece;
éste es el sentido de la vida,
tanto en el ser como en el quehacer; por ello la identidad se
determina a partir de grupos
étnicos, idiomas, religión,
ideología y creencias; en una
palabra, de valores compartidos. (…) No decidimos por
nosotros mismos quiénes somos, lo hacemos a través de
la interacción social, de la lucha y del reconocimiento de
nuestra existencia por parte de
los otros”12.
Somos el resultado de colapsos políticos, y al mismo tiempo de reacciones de defensa,
de revancha, de pactos económicos, de ajustes de cuentas históricos, de la toma de
conciencia de los pueblos, de
diálogos
de la
comunicación
quiénes son y de su identidad. Y así llegamos a preguntarnos si realmente somos lo
que sentimos o mejor dicho,
si lo que decimos que sentimos es congruente con la forma como actuamos.
Y como para muestra basta
un botón, y hacer simple lo
complejo implica después de
todo complejizar lo simple,
habría que recordar la sentencia de Daniel Manrique:
“Para ser universales, primero se debe ser locales. El ARTE
es la base esencial de conocimiento para los humanos.
CULTURA es saber todo lo que
es “necesario” para el vivir
humano, pero saberlo hacer
con nuestras propias manos. El
ARTE es lo único que nos da
dignidad de humanos a toda
la humanidad. Tener IDENTIDAD es tener dignidad en las
relaciones humanas”13.
Para terminar estableceríamos lo siguiente, por supuesto que existen nuevas formas
de ver a las identidades desde las culturas tecnológicas,
y desde luego que el objetivo
es lograr los encuentros que
no los desencuentros que nos
permitan un mundo de convivencia y de supervivencia
futura, sin embargo, el problema de las identidades reviste
numerosas facetas: puede
constituirse en un problema
teórico, político y cultural,
del cual forma parte de un
entramado conceptual que
incluye al Estado, la nación,
la diversidad cultural, los nacionalismos, la globalidad; o
bien, puede formar parte de
una vivencia específica,
articulándose en actores sociales concretos que llevan a
sus prácticas cotidianas las
distintas apropiaciones de lo
cultural y los diferentes sentidos de lo que es ser ciudadano de un espacio físico o
virtual hoy a fin de siglo y de
milenio. La identidad cultural
es ambas cosas y muchas
más.
Después de trabajar con estos conceptos, y mirar a la
comunicación y a la globalidad desde la perspectiva de
la identidad personal y de las
identidades colectivas y culturales, uno se queda con la
impresión, de que la identidad es como aquellos caleidoscopios con los que jugábamos cuando éramos niños:
contienen elementos básicos
constitutivos, pero conforme
uno los juega, conforme entran en contacto con uno y
con sus aspiraciones de vida,
cambian de forma desplegando una variedad de facetas
multicolores. Lo mejor de
todo es que, como en el
caleidoscopio, el juego nunca
termina, sino que se transforma en arte y la identidad se
revela única, cambiante, sorprendente y maravillosa cada
vez que la intentamos apreciar.
Esto último es quizás y como
de costumbre, lo más rico de
la reflexión, porque es ahí donde precisamente el investigador teórico, el intelectual, se
compromete con su tarea de
vida. Es el momento en donde se compromete la subjetividad con la construcción de
mexicana como problema político y
9. Ibid., pág. 277.
cultural”. Colección Umbrales de
México. Cultura y Sociedad. Siglo XXI
10. Tomado de Manuel Gutiérrez
Editores, Universidad Nacional Autó-
Estévez. “El amor a la patria y a la tri-
noma de México, Centro de Investi-
bu. Las retóricas de la memoria incó-
gaciones Multidisciplinarias en Cien-
moda”. Ponencia presentada en el
cias y Humanidades, México, 1999,
seminario El Malestar de la Memoria.
págs.212-213.
Trujillo, España, junio 5 a 10, 1995, y
citado por Dení Ramírez Lozada. “La
5. Fernando Pérez Correa. “Marco ju-
patria y la tradición oral. Una histo-
rídico para la convivencia pluricul-
ria entreverada” en: Raúl Béjar y
tural y multiétnica en el Estado mexi-
Héctor Rosales (Coordinadores). “La
cano contemporáneo”. en: Raúl Béjar
identidad nacional mexicana como
y Héctor Rosales (Coordinadores).
problema político y cultural”. Colec-
“La identidad nacional mexicana
ción Umbrales de México. Cultura y
como problema político y cultural”.
Sociedad. Siglo XXI Editores, Univer-
Colección Umbrales de México. Cul-
sidad Nacional Autónoma de México,
tura y Sociedad. Siglo XXI Editores,
Centro de Investigaciones Multidisci-
1. Raúl Béjar y Héctor Rosa-
Universidad Nacional Autónoma de
plinarias en Ciencias y Humanidades,
les (Coordinadores). “La
México, Centro de Investigaciones
México, 1999, pág. 313.
identidad nacional mexicana
Multidisciplinarias en Ciencias y Hu-
como problema político y cul-
manidades, México, 1999, pág. 227.
tural”. Colección Umbrales de
11. José del Val. “El balcón vacío”.
(Notas sobre la identidad nacional a
México. Cultura y Sociedad. Siglo XXI
6. Estela Serret. “Identidad de género
fin de siglo). en: Raúl Béjar y Héctor
Editores, Universidad Nacional Autó-
e identidad nacional en México”. en:
Rosales (Coordinadores). “La identi-
noma de México, Centro de Investi-
Raúl Béjar y Héctor Rosales (Coordi-
dad nacional mexicana como proble-
gaciones Multidisciplinarias en Cien-
nadores). “La identidad nacional
ma político y cultural”. Colección Um-
cias y Humanidades, México, 1999.
mexicana como problema político y
brales de México. Cultura y Sociedad.
Contraportada.
cultural”. Colección Umbrales de
Siglo XXI Editores, Universidad Nacio-
México. Cultura y Sociedad. Siglo XXI
nal Autónoma de México, Centro de
2. Ana María Rivadeo. “La reinvención
Editores, Universidad Nacional Autó-
Investigaciones Multidisciplinarias
democrática de la nación… Ese do-
noma de México, Centro de Investi-
en Ciencias y Humanidades, México,
lor” en: Raúl Béjar y Héctor Rosales
gaciones Multidisciplinarias en Cien-
1999, pág. 329.
(Coordinadores). “La identidad nacio-
cias y Humanidades, México, 1999,
nal mexicana como problema políti-
pág.242.
co y cultural”. Colección Umbrales de
México. Cultura y Sociedad. Siglo XXI
12. Enrique Alduncín. “Perspectivas
de la identidad nacional en la época
7. Ibid. págs. 244-245.
Editores, Universidad Nacional Autó-
de la globalización”. en: Raúl Béjar y
Héctor Rosales (Coordinadores). “La
noma de México, Centro de Investi-
8. José Manuel Valenzuela Arce. “Diás-
identidad nacional mexicana como
gaciones Multidisciplinarias en Cien-
pora social y doble nacionalidad” en:
problema político y cultural”. Colec-
cias y Humanidades, México, 1999,
Raúl Béjar y Héctor Rosales (Coordi-
ción Umbrales de México. Cultura y
pág. 165.
nadores). “La identidad nacional
Sociedad. Siglo XXI Editores, Univer-
mexicana como problema político y
sidad Nacional Autónoma de México,
cultural”. Colección Umbrales de
Centro de Investigaciones Multidisci-
México. Cultura y Sociedad. Siglo XXI
plinarias en Ciencias y Humanidades,
4. Ambrosio Velasco Gómez. “¿Qué
Editores, Universidad Nacional Autó-
México, 1999, págs. 112,113 y 114.
democracia para qué nación? Re-
noma de México, Centro de Investi-
flexiones desde la filosofía política.
gaciones Multidisciplinarias en Cien-
en: Raúl Béjar y Héctor Rosales (Coor-
cias y Humanidades, México, 1999,
dinadores). “La identidad nacional
pág. 276.
3. Ibid, pág. 184.
13. Ibid. pág. 396.
Ma. L. Casas
NOTAS
lo social, con nuestra voluntad
de convivir, de los encuentros
y los desencuen-tros, de
aprender de los demás, porque finalmente lo que está en
juego es nuevamente la capacidad de adaptación, la convivencia pacífica, la conservación de la raza humana y del
medio ambiente, la posibilidad de seguir viviendo para
hacer la historia.
95
94
95
Holeton, Richard. Composing CyberKnowledge in the Electronic Age.
McGraw-Hill, New York, 1998.
REFERENCIAS
Convivencia y reencuentro
space. Identity, Community and
Anderson, Benedict. Comunidades imaginadas. Reflexio-
Huntington, Samuel P. The Clash of
nes sobre el origen y la difu-
Civilizations. Remaking of World
sión del nacionalismo. Méxi-
Order. Simon and Schuster. New York,
co, Fondo de Cultura Econó-
1996.
mica, 1993.
Lippmann, Walter. The Phantom
Béjar Raúl y Héctor Rosales.
Public, MacMillan Press, New York,
(Coordinadores). La identi-
1927.
dad nacional mexicana como problema político y cultural. Colección Um-
Mattelart, Armand. La comunicación-
brales de México. Culura y Sociedad.
mundo. Siglo XXI, México, 1997
México Siglo XXI Editores/Universidad Nacional Autónoma de México,
Robins, Bruce. The Phantom Public
Centro de Investigaciones Multidis-
Sphere. University of Minessota
ciplinarias en Ciencias y Humanida-
Press. Minneapolis, London, 1993.
des, México, 1999.
Sardar, Ziauddin; Jerome R. Ravertz.
Berman, Marshall. Todo lo sólido se
Ciberfutures. Culture and Politics on the
desvanece en el aire. La experiencia
Information Superhighway. New York
de la modernidad. Siglo XXI, México,
University Press, 1996.
1988.
Casullo, Nicolás. (Compilador). El
debate modernidad/posmodernidad.
El Cielo por Asalto. Buenos Aires,
1995
Chomski, Noam. Política y cultura a
finales del siglo XX. Ariel, Barcelona,
1994.
Dewey, John. The Public and its
Problems. Gateway, Chicago, 1927.
Gellner, Ernest. Thought and Change.
Weidenfeld and Nicholson. London,
1964.
González, Luis. Pueblo en vilo. Fondo
de Cultura Económica, México, 1984.
Habermas, Jürgen. Identidades nacionales y posnacionales. Tecnos, Madrid, 1989.
diálogos
de la
comunicación
C. Baccin
Cristina Baccin
Espacios
universitarios:
¿la realidad de
un páramo o
la ilusión de
un espejismo?
Decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Dirección: Av. del Valle 5737 (7400) Olavarría,
Provincia de Buenos Aires, Argentina.
E-mail:[email protected]
25
diálogos
de la
comunicación
24
25
Cristina Baccin
Espacios universitarios
Desde qué rol plantear esta
ponencia? ¿Como docente?
¿Como investigadora? ¿O
como responsable de la gestión de un ámbito universitario? Los espacios institucionales universitarios, ¿se constituyen como un espacio de
convergencia entre los propios procesos educativos y la
industria de las comunicaciones? ¿Incorpora las nuevas
alfabetizaciones tecnológicas
en sus propios procesos educativos? Pretendo compartir
con ustedes la reflexión desde la responsabilidad de gestionar un espacio universitario de las Ciencias Sociales.
En principio, el espacio académico universitario debería
ser el más abierto a la CONVERGENCIA de los nuevos
diálogos
de la
67
comunicación
desafíos que plantea la industria de las comunicaciones en
cuanto a áreas de formación
profesional, de investigación
y de producción de prácticas
profesionales que permitan
desarrollar y abordar las nuevas tendencias, adelantándose a la prospección de los
cambios posibles que ello
implique.
Sin embargo, el espacio universitario es quizá un espacio
de más desarrollo de las DIVERGENCIAS que de las CONVERGENCIAS, pero creo que
cabe reflexionar qué es lo que
esas divergencias dicen y qué
es lo que ocultan. Es preciso
diferenciar en el escenario
educativo universitario la ausencias no de respuestas sino
de propuestas, como ineficacia de las ciencias sociales de
hacer prospectiva (A.
Puiggrós: 28)1.
dez desde instituciones acostumbradas a vivir su propio
ritmo académico, negligentemente, cuando los jóvenes
reclaman un espacio crítico
pero útil? ¿Cómo orientar la
investigación de convergencia entre comunicación y educación de modo que trabaje
con real intencionalidad de
producción de conocimiento
y no de depósito de saberes?
No escindir la enseñanza de
la investigación cuando de
producción de conocimientos se trate: el espacio de la
cátedra como lugar de producción de conocimientos
para que se desdibujen las
fronteras de cátedras, de
incumbencias profesionales.
Pareciera que responden con
más rapidez los institutos terciarios particularmente por la
capacitación de carácter eminentemente instrumental que
ofrecen a las industrias de la
información.
DESAFÍOS AL ÁMBITO
UNIVERSITARIO
¿Es comprensible sintonizar
las demandas de mercado en
cuanto a la capacitación de
profesionales de la comunicación con nuestros propios
objetivos de profundización
de nuestra calidad académica?
¿Cómo trabajar sobre un
curriculum que no cristalice
aún más las minorías alfabetizadas en las nuevas tecnologías y que replantee estrategias de ampliación de la
democratización de la comunicación en épocas de crisis?
¿Cómo responder con rapi-
UTILIDAD Y CALIDAD:
¿CONVERGENCIAS O
DIVERGENCIAS?
¿Pensamos las respuestas
desde tipos de gestión cogobernadas, desafiando la defensa de intereses corporativos cortoplacistas? En respuestas desde la academia a
instituciones que no pagan
impuestos pero exigen que
les capaciten el personal gratis y sin pagarle la capacitación: como por ejemplo, el
caso de los periodistas electrónicos que informara la
Agencia Nacional de Comunicación y UTPBA2:
América On Line (AOL), Universo On Line (UOL), Yahoo,
Ciudad Digital, El Sitio, Terra
y Patagom.com entre muchos
otros como los especializados
en temas deportivos Sports
Ya, Golxgol, Supergol y Latingames incorporaron a lo largo de los últimos meses editores, redactores, cronistas y
diseñadores gráficos, aunque
en la mayoría de los casos no
les reconocen su entidad profesional en abierta violación
de la ley 12.908, Estatuto del
Periodista Profesional.
un promedio salarial inferior
a los mil pesos y una jornada
de entre siete y ocho horas,
los más jóvenes trabajadores
de prensa se fueron hacia las
compañías digitales para percibir un promedio de mil pesos para lo cual mantendrán
una jornada laboral no menor
a las diez horas.
Las empresas de Internet
también suelen buscar en los
diarios y agencias de noticias
a los periodistas que se desempeñan como jefes o subeditores para ponerlos a cargo de las ediciones informativas y también en estos casos se reproduce la búsqueda de los profesionales de
menor edad.
Redactores y editores de muchos de los diarios y de las
agencias de noticias de la Capital Federal dijeron a ANC
que una cantidad de los cronistas más jóvenes emigraron
hacia las empresas de
Internet seducidos por un
salario apenas mayor al que
recibían en aquellos medios,
pero con la premisa de que su
jornada de trabajo carecería
virtualmente de horarios.
«... los argumentos utilizados
por las empresas de Intenet
para contratar personal, basado en que quienes allí se desempeñan son protagonistas
de una revolución cultural, la
vanguardia de una nueva era
en las comunicaciones y que
al ingresar en esos lugares han
abandonado las formas de trabajo de un sistema “sin destino en el futuro». Claro que la
revolución cultural de esta
supuesta vanguardia futurista se asienta sobre una
modalidad de explotación física e intelectual que no sólo
mantiene sino que profundiza los peores mecanismos de
un sistema de trabajo periodístico al que consideran “sin
destino ni futuro” (ANCUtpba).
De acuerdo con un informe de
la Unión de Trabajadores de
Prensa de Bs As. (Utpba) con
¿Desde dónde se plantean las
demandas? El lugar en el que
“arden” las demandas es des-
de los estudiantes, quienes
reclaman ser capacitados en
competencias “válidas” en el
mercado: desde la Universidad es nuestra responsabilidad que dicha “validez” no sea
sinónimo de instrumentalidad industrial. Es nuestra
responsabilidad que esos
comunicadores sociales que
estamos formando puedan situar su práctica dentro de las
posiciones de poder y de emisión privilegiada, dentro de
una práctica profesional ética.
¿A través de los graduados?
No hemos sistematizado el
relevamiento de dicha demanda pero sabemos que explotan
en las aulas de nuestras facultades. ¿Cuándo se produce
conocimiento en nuestras carreras? ¿Abandonamos esa
responsabilidad insoslayable
de las universidades?
REFLEXIONANDO SOBRE
LOS OBJETIVOS DEL
IV IBERCOM:
“Satisfacer las demandas de
la academia y de la industria
de las comunicaciones que
necesitan de nuevas propuestas que respondan al fenómeno de la convergencia”. “El
nuevo orden en las comunicaciones y la información repercute en las actuales y futuras
generaciones”. Me planteo:
¿de qué modo asumimos desde las universidades el rol de
adelantarnos en la proyección? En realidad a veces pareciera que reina la asincronía de las respuestas de
formación de profesionales,
docentes e investigadores del
campo de la comunicación
ante la aceleración de la utili-
C. Baccin
La sistemática aparición de
sitios y portales de Internet en
Argentina significó para los
periodistas y trabajadores de
prensa de la Capital Federal y
el Gran Buenos Aires la apertura de una importante cantidad de puestos de trabajo,
pero en los cuales se observa
la reiteración y profundización de las regresivas condiciones de trabajo y salariales
que se producen en los medios de comunicación tradicionales.
27
26
27
Espacios universitarios
zación de nuevas tecnologías,
modificaciones en las prácticas de la vida cotidiana, nuevas exclusiones sociales, nuevos modos de afectar a derechos humanos que se nos
hacen invisibles si no incorporamos esos escenarios a
nuestros lugares de investigación. Aunque los clásicos discursos críticos circulan en
nuestras universidades luego
se presentan serias dificultades para que se plasmen en
transformaciones profundas
de los procesos educativos
universitarios. ¿Cuáles son
los principales obstáculos, resistencias, límites, debilidades?
TIEMPO: serias dificultades
para generar respuestas rápidas, para poner en ensayos
de alternativas de acción
frente a desafíos que nos superan en los ritmos académicos.
SEDENTARISMO UNIVERSITARIO Y CULTO A LA LENTITUD:
Tendencia a creer que podremos “preservarnos en nuestro ser”. Aparentemente la
Universidad puede subsistir
sin conexión con el medio, sin
mudar. Friedrich Kittler, profesor de la Universidad de
Humboldt de Berlin, sostiene
que las universidades se volvieron sedentarias. Lo único
que les quedó fueron sus bibliotecas y sostiene que “se
cierne sobre nosotros una oscuridad casi medieval que separará la élite monacal de selectos programadores (o
adiestrados en la escritura)
de las masas de laicos o analfabetos informáticos…” 3 .
diálogos
de la
69
comunicación
¿Hasta cuándo la población
académica podrá concentrarse en sus propias luchas internas sin conectarse con los
tiempos y espacios en los que
está inserta? Pareciera que en
nuestros ámbitos universitarios hacemos un culto a la
lentitud que, a largo plazo,
perjudicará la propia subsistencia. Las universidades
son, pues, el mejor reaseguro
para la libre investigación. Si
en cambio, sostiene Kittler,
“los estados logran imponer
a las universidades un concepto que se limite a la mera
transmisión del saber se habrán perdido los siete siglos
que median entre Bologna y
Stanford”.
Vinculado con este punto:
DIFICULTAD PARA INCORPORAR CURRICULARMENTE
MODIFICACIONES QUE REQUIEREN SER VERTIGINOSAS: nuestros ámbitos universitarios tienen dificultades
para trabajar con lo instituyente cuando, por su autonomía, tienen ventajas comparativas sustanciales frente
a otros niveles educativos, en
lo que a se refiere a modificaciones curriculares. La razón
de la lentitud en la incorporación de cambios es intrainstitucional, de nuestras propias burocracias y no necesariamente de organismos externos. Aún así, las carreras
de comunicación son las que
más han modificado sus
currículas, en comparación
con otras currículas del campo de las ciencias sociales
(sociología, ciencias de la
educación, antropología).
¿Cuáles son las potencialidades, fortalezas del desafío de
estas convergencias? Una
GENERACIÓN DE JÓVENES
demandantes: con derecho al
futuro, a la utopía, a imaginar.
El espacio de los jóvenes formado desde el campo de la
comunicación, particularmente en los ámbitos de investigación, es el que deberíamos potenciar. Los jóvenes
profesionales y los jóvenes
estudiantes son el factor de
mayor potencia para trabajar
sobre los nuevos desafíos de
la industria de la información,
el espacio de las nuevas alfabetizaciones tecnológicas:
ellos son sujetos y objetos de
su propia práctica. Hasta ahora es el lugar por donde «se
filtra» el vértigo de los avances tecnológicos, las modificaciones en las prácticas de
la vida cotidiana, los nuevos
usos y rutinas.
Una POBLACIÓN DE ACADÉMICOS capacitados pero en el
espacio de las ciencias sociales que, como sostiene
Adriana Puiggrós, son “ineficaces para hacer prospectiva” pero responsables de diseñar formas pedagógicas
que den respuesta a los nuevos desafíos.
Dar respuesta implica repensar el lugar de la industria de
la comunicación desde la generación de nuevas prácticas,
nuevas exclusiones, las
disrupciones, las rupturas,
las diversas y nuevas construcciones y deconstrucciones de cultura que se
crean y recrean en el marco
de una creciente complejidad
- las currículas de profesiones
modernas liberales que se
caracterizan por un rígido
orden de sus contenidos
- las currículas cuyos contenidos se ordenan o se yuxtaponen dependiendo de las luchas o intereses corporativos
internos.
Las currículas de origen más
reciente (no más de diez
años) se caracterizan por su
desorden, como el caso de las
carreras de comunicación cuyas currículas se modifican
casi en modo permanente, internamente, en sus plazos, en
sus orientaciones. El desorden es una ventaja de nuestras carreras aunque con serias dificultades para trabajar
sus currículas desde un enfoque de los procesos porque
resulta más fácil trabajar con
énfasis en los productos. Aunque se puede decir que no es
una vuelta a las viejas escuelas de periodismo que se multiplicaron en América Latina
porque se intenta incorporar
nuevos campos de convergencia como los que se mencionan en las bases de este
Encuentro.
La posibilidad, desde nuestras universidades públicas y
autónomas, de desarrollar el
espacio teórico como la base
para formar universitarios
con una profunda comprensión de los cambios sociales,
con un solvente conocimien-
to de los procesos de crisis y
con la mayor capacitación en
la incorporación de la diversidad como el punto clave de
la defensa de los derechos
humanos y de nuevos derechos; y, particularmente, con
capacidad para PENSAR EN
FUTURO. Cuando estamos
hablando de una comprensión diferente del tiempo, estamos pensando en cómo se
valora la lentitud y el vértigo
de los nuevos desafíos tecnológicos y su adaptación a
usos y rutinas de la vida cotidiana.
“NOMADISMO” UNIVERSITARIO: la posibilidad de abogar
por cierto “nomadismo” a través de
- la institucionalización de espacios curriculares de recorridos abiertos para la rápida incorporación de nuevos
conocimientos;
- la creación de espacios de
investigación abiertos para
dar lugar a las miradas abiertas y no a la concentración y
monopolio de miradas;
- la capacitación de trabajadores de los medios de comunicación que permitan un contacto directo entre sus necesidades y las perspectivas de
los jóvenes estudiantes.
¿CUÁL ES EL CAMINO?
ENSAYO DE RESPUESTAS
Si bien podemos ser críticos
del páramo en el que estamos
instalados en repetidas oportunidades (del latín: paramus:
terreno desierto, elevado y
sin vegetación) ese lugar del
monopolio del saber en que
se erigen nuestras universidades, si no se sincronizan
nuestros relojes en conexión
con el medio, de ese páramo
sólo subsistirá la ilusión del
espejismo de la altura…
Debemos iniciar el proceso
deconstrucción que nos lleve
a una nueva construcción y
superar el “desierto del deseo
producido electrónicamente”
(McLaren: 17). Por ello hemos
elaborado algunos ensayos
de respuestas institucionales
que deseamos compartir en
este Encuentro:
Una propuesta pedagógica
flexible: “se trata de avanzar
desde el currículo homogeneizador, la enseñanza disciplinadora… a un tipo de
planeamiento curricular que
sea el producto de la articulación de las diferencias” (A.
Puiggrós, op.cit.:37); en otras
palabras, flexibilizar enormemente la relación entre demanda del mercado de trabajo, proyectos de la sociedad
y el Estado, investigación y
planeamiento curricular”.
Una propuesta pedagógica
que articule las demandas del
mercado con una fuerte base
de conocimiento teórico, aun
en las carreras cortas cuyas
competencias aparecen como
instrumentales strictu sensu:
en ningún caso deberá faltar
el desarrollo de4:
• la capacidad crítica y reflexiva de interpretación y
elaboración de la información
de acuerdo a la ética profesional.
C. Baccin
de los sistemas de producción y circulación de sentido.
Un espacio curricular NO
ENCORSETADO por ser un espacio no tradicional frente a:
29
28
29
Espacios universitarios
Tecnicaturas en áreas de convergencia:
- Comunicación massmediática, con competencias vinculadas a:
• la elaboración de criterios
sobre las dimensiones que
adquiere la información de
acuerdo a diferentes soportes
y contextos
• el desempeño en niveles intermedios de los medios periodísticos
• la producción de información diferencial, de acuerdo a
formatos y lenguajes, de material audiovisual, radiofónico y gráfico
- Comunicación e instituciones con competencias relacionadas con:
• la elaboración de criterios
sobre la textualidad que construye la identidad institucional
• la producción de formatos
institucionales según diferentes soportes tecnológicos
• la producción para micromedios o medios de soporte
tecnológico de corto y mediano alcance
• la elaboración e implementación de métodos de validación y testeo de materiales
institucionales.
Creación de áreas de convergencia curricular en niveles
de grado de profesorados, licenciaturas con énfasis en
áreas de especialidad, y de investigación: comunicación y
educación (es la de más reciente creación), comunicación e instituciones, nuevas
tecnologías y comunicación
massmediática, comunica-
diálogos
de la
71
comunicación
ción y ciudadanía, que obliguen a trabajar desde la concepción curricular del trabajo en ÁREA, por ejemplo, desde la obligación de concursar
como profesor de área, con
énfasis en alguna de las áreas
curriculares, pero que nos
obligue a pensar en producir,
enseñar, investigar en colectivos.
Reconocimiento de circuitos
de aprendizaje y capacitación
cuyo requisito sea que deben
contar con la base en formación en ciencias sociales y en
ética profesional, para que no
se conviertan sólo en competencias instrumentales. En estos casos, ofrecer el espacio
universitario para la capacitación profesional del personal
que trabaja en medios locales,
comunitarios, regionales de
modo de crear las condiciones
para la circulación fluida entre idóneos, graduados, profesores y estudiantes.
Generar espacios de investigación que contemplen la
propia práctica como objeto
de estudio. En nuestro caso
estamos ensayando el desarrollo de un espacio de articulación entre la investigación y la extensión para la
producción de conocimiento
(un centro de investigación,
el EEDUCOM, cuyo escenario
de trabajo son escuelas marginales, con metodologías
básicamente orientadas por
la investigación-acción) y un
fuerte componente de extensión universitaria: la Re.D.I.,
un proyecto que trabaja un
espacio universitario como
lugar de constitución de do-
centes de diferentes niveles
en docentes-investigadores
en su propia aula, a través de
una metodología de investigación-acción.
Las Áreas Pedagógicas de
nuestros planes de estudio
(en nuestro caso el Profesorado en Comunicación), con
los primeros egresados de
ese Plan de Estudios, son los
iniciadores e impulsores de
este modo de articulación
entre el campo pedagógico y
el campo de la comunicación.
Sólo se produce conocimiento en la medida que se produzca una dialéctica entre los
actores concretos y las vivencias de sus problemáticas,
constituyendo a los docentes
en investigadores de su propia práctica y posibles protagonistas de proyectos institucionales con lectura del
contexto.
Propiciar que las Universidades sean el espacio de capacitación para los maestros y
profesores que requieren
nuevas orientaciones: desde
el asesoramiento al diseño de
las modalidades que se abren
a la incorporación de la comunicación y las nuevas tecnologías, a la articulación con
los niveles terciario y la capacitación de los circuitos de
profesores.
Instalar en nuestras instituciones universitarias el cuestionamiento de la propia
práctica pedagógica:
Uno de los aspectos más difíciles de instalar: sólo es fac-
Como dice Mario Benedetti:
1. Puiggrós. A. Universidad,
proyecto generacional y el
imaginario pedagógico, Paidós, Bs. As. 1993.
2. Despacho Nº 96 de la Agencia Nacional de Comunicación y UTPBA, 12
de abril de 2000.
3. Kittler, F. Universidad= democracia,
Radar, Supl. De Página 12, 2 de abril
“¿Qué les queda a los jóvenes?
… ser jóvenes sin prisa y con
memoria
situarse en una historia que es
la suya
no convertirse en viejos prematuros…
de 2000, Bs. As.
4. Plan de estudios de la Carrera de
Comunicación Social 1997, Facultad
de Ciencias Sociales, UNCPBA.
5. McLaren, P. Pedagogía crítica, resistencia cultural y producción del
¿Qué les queda por probar?
… sobre todo les queda hacer
futuro
a pesar de los ruines del pasado
y los sabios granujas del presente.”
Seremos sabios granujas si no
movilizamos nuestras instituciones en vinculación a los
nuevos desafíos, a las convergencias y a las disrupciones,
a las rupturas, a las diversas
y nuevas construcciones de
la cultura que se crean y recrean desde la creciente complejidad de los sistemas de
producción y circulación de
sentido.
deseo, Aique, Bs. As. 1993.
C. Baccin
La única forma de poner en
cuestionamiento nuestras
prácticas debe plantearse en
aspectos como: a) si estamos
creando una ciudadanía
alfabetizada en relación con
los medios de comunicación
(como plantea Mclaren5); b)
si estamos teniendo en cuenta al “otro” en nuestras propias aulas universitarias -en
este caso a los jóvenes que
ingresan a nuestras facultades con su propia alfabetización tecnológica que han incorporado, aunque sea mínimamente por la “naturalidad”
de su exposición televisivacuando aún dividimos nuestras clases en teóricas y prácticas, y las teóricas siguen desarrollándose básicamente
sobre la comunicación oral y
son “digestos” de los textos
que, luego de fotocopiados,
esperamos que en los exámenes los estudiantes repitan
también fotocopiadamente,
pocas veces son requisitos de
desarrollar competencias
discursivas, en sentido amplio.
Desde la responsabilidad de
gestionar instituciones académicas universitarias, la
principal es la de no estafar a
los jóvenes que se están formando con nosotros. Sólo trabajando el presente con el
futuro, no malgastaremos el
erario público y su tiempo
convirtiéndolos en viejos prematuros.
NOTAS
tible la operatividad de modificaciones curriculares si se
conciben, no como el acomodamiento de espacios docentes sino como formas de
aprendizaje radicalmente diferentes al enciclopedismo
del que somos tan caros en
el espacio académico. Y también la existencia de su
contracara: la negación del
pragmatismo en nuestras carreras que, cuando incorporan cierto énfasis en la producción son inmediatamente
acusadas de propuestas
“profesionalizantes”.
31
30
31
A. Matuck
Artur Matuck
Proyecto
Perforum:
Diseñando flujos
de información
y conectando
culturas
Profesor de la Escola de Comunicações e Artes de la
Universidade de São Paulo.
E-mail:[email protected]
255
diálogos
de la
comunicación
254
255
M a t u c k
A r t u r
Proyecto perforum
2.ESCRITURAS MEDIÁTICAS
1.INTRODUCCIÓN
El Proyecto Perforum fue concebido y presentado por
Artur Matuck y el equipo de
São Paulo de la Escuela de
Comunicaciones y Artes de la
Universidad de São Paulo en
colaboración con Yara
Guasque y el equipo Perforum
Desterro, del Departamento
de Artes Plásticas del Centro
de Artes de la Universidad
Estatal de Santa Catarina,
Florianópolis, Santa Catarina.
Perforum fue aprobado por la
Pro-Rectoría de Cultura y Extensión Universitaria para
participar oficialmente en las
conmemoraciones en la USP
de los 500 años del Brasil y
por la Secretaría de Estado de
Cultura del Estado de São
Paulo, mereciendo el sello de
la Comisión Paulista de los
500 años.
diálogos
de la
67
El equipo del proyecto en São
Paulo incluye a Artur Matuck,
Cesar Barros, Otávio Donasci,
Edgardo Arenas, Thais
Siqueira de Andrade, Teresa
Labarèrre, Ana Luiza Anker,
Christina Janstein, Suzana de
Moraes, Fabio Prata, Denise
de Moura, Paula Perissinoto,
Ricardo Barreto y Deborah
Diksha. Perforum-Desterro en
Florianópolis era formado
por Yara Guasque, Daniel
Izidoro, Verseles Amancio,
Leonardo Roão, entre otros.
comunicación
La fundamentación teórica
del Proyecto Perforum sigue
un concepto de autoría en
creación mediática desarrollado en obras contemporáneas de arte y tecnología.
Este concepto desdobla el
proceso de creación en estadios distintos y sucesivos: el
primero, llamado meta-texto
(o pre-texto) actúa como generador, determinante del
segundo, el texto propiamente dicho, que enuncia el
metatexto. En el tercer estadio, el pos-texto, el texto
enunciado es editado, re-escrito, comentado y preparado para su divulgación y publicación.
Según este protocolo, los trabajos a ser realizados seguirán directrices predeterminadas de orden procesal, conceptual, tecnológico y computacional, que constituyen
el metatexto. El metatexto tiene por tanto la función de
orientar actos performativos
de expresión estética, proce-
dimientos de organización de
informaciones, procesos
generativos de secuencias
significantes o sistemas de
producción co-autorada.
Esta conceptualización del
proceso creativo busca evidenciar un estadio implícito
del pensamiento, el esquema
estructurador de una obra,
haciéndolo explícito. Al mismo tiempo, el metatexto se
constituye en un texto autónomo con lenguaje, estilo,
grafía y estética propios y de
este modo podrá ser considerado como un elemento del
discurso en su totalidad, pudiendo o no ser incluido en
la versión final editada,
conceptualizada como el postexto.
En este proceso autoral el
creador actúa como meta-autor, concibiendo y escribiendo el metatexto en su forma
definitiva. Posteriormente,
como artista procedimental,
el mismo autor o los co-autores producen el trabajo, esto
es, escriben el texto, según el
proyecto metatextual. Las directrices de este proyecto, no
obstante, no deben imponer
restricciones imperativas:
cada procedimiento sugiere,
propone, diseña las estrategias procesales que orientan
o modifican los flujos
creativos, pero sólo parcialmente pre-determinan contenidos.
Es probable sin embargo, que
durante el proceso de producirse el trabajo, de actualizarse las directrices previstas en
el metatexto, la práctica ac-
Además de eso, se puede
identificar diversos niveles:
metatextos, textos y pos-textos que se desdoblan en niveles jerárquicos. Son escrituras que determinan nuevas
escrituras, planeamientos
que orientan planeamientos
más detallados, procesos que
sugieren procedimientos de
creación individual o colectiva, que son al final editados,
revisados, preparados para
ser divulgados, sea en conferencias, en publicaciones impresas o en sitios computacionales.
Esta ha sido la experiencia de
actualizar el Proyecto
Perforum. Dada la amplitud
del metatexto original, la
textualización del Perforum
ha exigido un trabajo continuo de planeamiento, producción y orientación realizado interactivamente entre los
terminales participantes en
las transmisiones.
Este ha sido un proceso inédito así como imprevisible. El
planeamiento interactivo de
eventos de teletransmisión
no tiene todavía un canon
establecido de reglas y procedimientos. Por tanto la experiencia de Perforum en este
campo abre perspectivas
para el establecimiento de
este lenguaje metatextual
interactivo en el cual dos grupos distantes conducen, pre-
viamente a las teletransmisiones, reuniones presenciales preparatorias, previendo
el planeamiento y dirección
de las conexiones. En este
sentido, la documentación
resultante de la experiencia
del Proyecto Perforum revelará también la emergencia de
este lenguaje metatextual
interactivo, los rasgos de esta
experiencia, de este desafío
de planear interactivamente.
3. PROYECTO PERFORUM:
UN METATEXTO
3.1. Conceptualización
El proyecto Perforum se propone integrar telecomunicación, diseño, educación, artes
plásticas y performance, en la
realización de un evento
telemático intercultural de
larga duración congregando
individuos, artistas, escritores, teóricos y humanistas
brasileños, indios, europeos,
africanos y americanos.
Su concepto fundamental es
el de la interacción dialógica
entre creadores, individuos,
intelectuales, representantes
de países, regiones, etnias y
culturas distantes que participaron del movimiento de
Navegaciones, de la Constitución Étnica y Cultural de las
Américas y especialmente del
Brasil.
Perforum propone que la reflexión constructiva y estética acerca del entrecruzamiento cultural de la Conquista se
manifieste también en el descubrimiento del ciberespacio. La celebración del proceso histórico de las Navega-
ciones se dará, por tanto, a
través de la interacción cultural, marcada por la telecomunicación, por la teleprensa, por el arte interactivo, por
los procesos de autoría colectiva.
De este modo, los individuos
creadores serán invitados no
sólo a reflexionar sobre la historia de la conquista de las
Américas en el siglo XVI sino
también sobre la civilización
emergente del siglo venidero,
sobre las posibilidades del
ser humano frente a la revolución tecnológica.
Estos individuos serán por lo
tanto desafiados a pensar la
interacción entre el hombre
y la máquina, entre la expresión individual y la coproducción humano-digital, entre la
escala individual y planetaria,
a reflexionar acerca de la
emergencia de lo multi o inter
lingüístico en los procesos
telemáticos, a iniciar otra colonización, la invención del
ciberespacio.
3.2 Estructura
Perforum se estructura a partir de acciones virtuales, pedagógicas, telemáticas, combinadas entre sí, buscando
integrar procesos digitales
con eventos localizados en el
contexto físico y geográfico.
Perforum Virtual se instaura a
partir de un sitio computacional que implanta, organiza
y divulga el Proyecto en su
totalidad. El sitio contendrá
una descripción del Proyecto,
documentación de los eventos realizados, un informati-
A. Matuck
túe reflexivamente, provocando una posible reelaboración
del metatexto. En este caso
ocurre un proceso de realimentación que enriquece y
perfecciona el proceso.
257
256
257
Proyecto perforum
vo actualizado, además de un
espacio interactivo, con un
foro de debates, un banco de
proposiciones estéticas sugeridas y un mapa de las conexiones actuantes.
Perfor um Pedagógico se
instaura a partir de un proyecto de enseñanza presencial, virtual y telemática, que
busca ofrecer talleres, instrucción programada, encuentros y eventos para comunidades e individuos interesados en vivenciar el
telearte y motivados a reescribir la historia del Brasil a
partir de una perspectiva
contemporánea. Estos talleres tratan de proporcionar
tanto una formación histórica y teórica en arte contemporáneo, telecomunicación y
ciberespacio, como una práctica artística experimental a
través de teleperformances,
videoconferencias y telecomunicación digital.
Perforum Telemático proyecta una serie de contactos
videotelemáticos posibilitando el intercambio de textos,
imágenes, conferencias,
performances y otras manifestaciones. Para la realización de estos eventos se formará una red internacional
de artistas e instituciones. Estaciones de teletransmisión
especialmente equipadas serán utilizadas en estos proyectos y eventos. Perforum
telemático prevé tres modalidades de utilización creativa
de los sistemas de video-comunicación: video-conferencias, teleperforman-ces y
eventos de teleprensa.
diálogos
de la
69
comunicación
Perforum Documental prevé
también la documentación de
estos eventos y obras, la reflexión y evaluación, y posteriormente, la edición de un
catálogo en un sitio computacional, en CR-Rom y en medio impreso.
3.3 Objetivos
Reflexionar acerca del movimiento de las Navegaciones
en el Siglo XVI de manera crítica e innovadora enfatizando
la creación artística colaborativa, a través del ciberespacio. Valorizar al ser humano como creador y transmisor de ideas, información y
manifestaciones teóricas y
artísticas, integrándolo en la
red internacional de telecomunicación.
Crear enlaces/conexiones entre individuos, artistas, escritores, teóricos y humanistas
de varias partes del mundo,
buscando valorizar la colaboración, la interacción y la cocreación.
Proporcionar el intercambio
de ideas, conceptos y
posicionamientos, buscando
la difusión cultural, el conocimiento mutuo, y la valorización del Otro.
Manifestar lenguajes del arte
que investigan la interacción
dinámica entre agentes humanos, procesos computacionales y tecnologías de telecomunicación.
Desarrollar el metalenguaje
de los procesos cooperativos
del ciberespacio, de los sistemas interactivos, de los pro-
yectos de comunicación y de
la reingeniería social.
Ampliar el campo de expresión de lo político, de lo estético, de lo literario, buscando
confrontaciones y diálogos
entre conceptos poco explorados, en campos inusitados,
en experiencias y en procesos de aprehensión.
Establecer la interacción entre la comunidad virtual y el
territorio geográfico buscando posibilidades de interacción y de acción combinada
entre individuos distantes
buscando el desarrollo planetario.
3.4 Proposición
La llegada del europeo a América, marcada por conflictos
étnicos, políticos y religiosos
dio como resultado la coexistencia y diversidad cultural,
propagándose un proceso
histórico actuante que también fue experimentado e interpretado.
Actualmente la telemática
posibilita la implementación
de sistemas de inter-grafía
video-interacción y co-educación entre agentes distantes,
propiciando la confrontación
de diferencias culturales y la
emergencia de nuevas situaciones socio-político-culturales en escala planetaria.
Las estructuras tecnológicas
de las telecomunicaciones
pueden proporcionar a los
integrantes de cada cultura la
oportunidad de experimentar
procesos de co-creación y de
tele-transmisión artística, in-
Formas inéditas de creación
cultural, podrán de este
modo ser establecidas en el
emergente universo del
ciberespacio con reflejos consecuentes en proyectos culturales de individuos y de poblaciones aun en territorios
distantes entre sí.
De este modo Perforum se
propone como objetivo favorecer este proceso actual de
sincretismo cultural, de interacción telemática, de creación conjunta de textos,
performances, celebraciones
y telebraciones, proponiendo
como concepto esencial el
encuentro creativo y multimediático entre agentes culturales de continentes distantes.
Este complejo proceso de
agenciamiento e interacción
multicultural busca mimetizar, cuestionar, transcrear el
sincretismo cultural resultante de las Navegaciones a partir de la tecnología contemporánea de las telecomunicaciones.
4. PERFORUM
DOCUMENTAL: RELATOS
Y REFLEXIONES
4.1 Perforum Pedagógico
Oficina de Integración Interracial.
Coordinación: Hipahindi
Toptiro, Líder de la Nación
Xavante.
Participación: Oahu Toptiro,
artista plástico xavante
Reserva Xavante del Mato
Grosso do Sul
Producción y participación
del Equipo del Proyecto
Perforum, São Paulo, Igaratá,
São Paulo, Agosto 1999.
Relato:
“Enamorar en xavante”.
Texto de Artur Matuck
nos encontramos en una casa
de campo en igaratá. al atardecer una fogata y danzas
xavantes alrededor. las mujeres se resistían a bailar como
indias, pies y manos juntos,
saltando para adelante y para
atrás. podemos bailar como
hombres dijeron desobedeciendo
el fuego creó un círculo místico recreado por el video de
luces trazos amarillos y rápidos. oímos a hipahandi hablar sobre la cultura xavante
conversar y cantar en
xavante, asumía un poder que
le habíamos concedido y nos
hablaba
de
espacios
inexplorados del cuerpo, del
baile, del movimiento. un cencerro de cuerdas y de plumas
amarrado en la pierna de
suzana denunciaba un mestizaje, una sexualidad lasciva.
ella se dice descendiente de
una india que la familia quiso
esconder.
algunos slides relatan la fundación de la nueva aldea,
creada según la arquitectura
tradicional, al lado del río, las
casas en círculo, muy lejos de
la acción de los misioneros
que insistían en que no se
hablase xavante. para ellos y
ellas de la reserva xavante de
sangradouro la sexualidad
estaba en todo lugar, en el
cercado, en la comunidad.
como se enamora en xavante.
una seducción ordenada, una
danza simétrica, los sexos
opuestos de cada lado se
aproximan y se apartan, por
instantes, las manos en los
cabellos, de los otros, de todas las otras, aventuras adolescentes que nos hacer sonreír llenos de celos y excitación, tocando en el rostro, en
la nuca, en los cabellos de
otras mujeres que también
nos sonríen. fuimos a dormir
contentos como niños llenos
de caricias.
pintura corporal, cuidar del
otro, diseñar, pintar, rojo del
achiote y de la casa del artista, en el rostro, en la pierna,
en el brazo. oahu, joão, un
todavía pequeño xavante,
contador de mitos, artista e
ingenuo tenía mucha paciencia para mirar y pintar a la
paula que quedó descansando casi todo su cuerpo pintado de rojo vivo. todos riendo.
un collar de una sola pluma
estirado hacia atrás del cuello nos dejaba ver extravagantes imágenes en el video
como también a las mujeres
hechas indias pintadas de
rojo y negro imágenes de una
alegría llena de sol.
el masaje xavante. en la aldea
los guerreros y cazadores extenuados son recibidos con
manos mucho más densas
que llegan profundas dentro
del cuerpo y de los músculos.
un guerrero xavante se propone masajearnos. seremos
también guerreros en una escena íntima, hombres o mujeres delante de él, insinuación, poder y conocimiento,
osadía, toques por todo el
A. Matuck
telectual, performativa y
comportamental.
259
258
259
Proyecto perforum
cuerpo, solo una terapia.
relajarse en sus manos, él es
un líder y merece todo, nosotros somos inocentes, sin saber de la naturaleza, de los
ríos, de los árboles y de los
pájaros, sin saber de una virilidad salvaje que apenas vislumbramos. pero son nuestras mujeres, son mujeres
blancas.
mucho tiempo después,
cuando muchos ya habían
tomado el rumbo de la capital, cuando el cansancio invitaba a conversaciones amenas, a palabras inocentes o
sorprendentes, pero que nunca deberían haber sido pronunciadas y ahora son escritas.
hubo un abuso, un asedio, y
un silencio. una situación en
la cual las manos avanzaron
más por territorios corporales prohibidos, por los senos,
las
mujeres
blancas
masajeadas o seducidas. un
cuerpo estremecido. esta voz
de mujer protestaba frente a
nosotros, de una cierta infidelidad del sentimiento y de la
emoción, decía algo así como
que los gestos no deberían
anteceder al habla, el habla es
una marca de la sinceridad y
debe siempre surgir antes en
un proceso de seducción que
sólo así se hace legítimo, de
otro modo, si los gestos vienen antes, no. se tiene que
hablar con una mujer.
todos en círculo, cansados,
después de dibujar la mañana entera y revelar la experiencia de dos días reunidos
con lápices coloridos en un
papel muy blanco, aprendiendo a sentir de aquellos indios
que parecen haber resistido
diálogos
de la
71
comunicación
a una larga historia de violencia que no conocemos, que
permanece oculta, dispersa.
Nosotros les habíamos ofrecido nuestra frontera de humanidad, una señal del otro
lado, del otro margen, diciendo para nosotros mismos que
sería posible, como fue realmente posible este encuentro, pero ahora surge otra
versión, la versión que rechaza, que juzga inconveniente,
que lo devuelve a salvaje.
esta conversación, esta sensación de incomodidad, de
incomprensión, ante la sexualidad, del hombre y de la mujer, del encuentro de estas
energías psíquicas, se prolongaría por mucho más tiempo,
a través de otros circuitos,
transbordando por las palabras en las pantallas de las
computadoras, distribuidas
para muchos de nosotros por
la red. “yo me sentí ofendida
como mujer y como hembra”.
delante de este desconocido,
cómo reconocer el asedio o
la sexualidad. cómo juzgar,
ahora que nuestros valores se
han diluido en una frontera
mestiza.
teresas, paulas, suzanas,
beatrizes, cristinas, yaras, teníamos que defenderlas de
estas manos masculinas que
se disfrazaban de curadoras.
este sería el papel que deberíamos desempeñar. rechazar
la sexualidad, defender la
moral, un espacio construido
para la privacidad, o una cura
por las manos.
una de ellas dice exactamente lo contrario. no hubiera
perdido esta oportunidad
única. este hombre indígena
sería bien recibido por su
cuerpo de mujer blanca. todas estas mujeres hablaron
mucho durante este círculo
abierto llevando sus voces al
centro, respirando sus palabras por la boca, haciendo
surgir sus imágenes, llenando
el aire de sus presencias, dejando a todo momento surgir
la fuerza de una sexualidad
propia brasileña.
la cuestión permanece, aún,
resonando en nuestras memorias, buscando respuestas
que no tenemos. algún tiempo después nos dicen que él
mismo ya había oído todo
que las narrativas habían llegado a los oídos xavantes
pero él dice que no, nada
antiético, nada de asedio, la
seducción había venido en la
dirección contraria. los circuitos masculinos pasando
por los edsones, artures,
ripas, joãos, ramiros, cesares,
edgardos, sylvios, construyeron nuevas narrativas que
aún se seguirán construyendo, una mujer asediada,
intrigada por la seducción de
un xavante, su voz oída, asumida, permitida, interpretada
por la escritura de un otro, de
un hombre.
la cuestión se dirige ahora al
testimonio de la palabra escrita, al derecho que teníamos de sugerir tales narrativas, al papel que todos desempeñamos en esta escena
de encuentro, entre uno y
otro, hombre y mujer, voz y
texto, y por esto nos pareció
razonable eliminar todas o
casi todas las letras mayúsculas de este texto y dejar que
las interrogaciones se coloquen solas.
hasta que otro día en la oca
4.2 Perforum Telemático
Conexión São Paulo/USP –
Barcelona/La Fariñera
São Paulo – Estación Ciencia
– USP
Barcelona – Centre Cultural
La Fariñera del Clot
Mayo de 2000
Proyecto: Perforum Descubrimientos
Perforum Descubrimientos
tiene por objetivo concebir,
realizar y documentar una
serie de eventos de videocomunicación congregando jóvenes y niños de São Paulo y
de Barcelona, España. Los
eventos serán producidos
por el Proyecto Perforum de
São Paulo, por la Estación
Ciencia de la Universidad de
São Paulo y por el centro Cultural “La Fariñera del Clot” de
Barcelona.
Bajo la coordinación de los
profesores Artur Matuck e
Hiliana Reis este proyecto tiene el apoyo y se integra al
Proyecto Perforum dirigido a
la utilización de las tecnologías de comunicación en ámbito nacional e internacional.
El Proyecto Perforum ha realizado desde junio de 1999
eventos de videocomunicación, talleres, coloquios y
conferencias.
La Estación Ciencia es un centro de difusión científica, tecnológica y cultural del ProRectorado de Cultura y Extensión de la Universidad de São
Paulo. Tiene como objetivo
ofrecer a la población, principalmente a través de exposiciones, oportunidades para
conocer y analizar fenómenos, teorías e investigaciones
científicas. Fue inaugurado en
1987 por la Universidad de
São Paulo, ocupando un predio construido a inicios de
siglo, en el barrio de la Lapa.
El Centro Cultural “La Fariñera
del Clot” es una antigua reivindicación del barrio del Clot en
Barcelona, que además de
mantener el patrimonio histórico de una fábrica de harina
construida a inicios de siglo
nace de la voluntad de responder a las futuras necesidades
culturales y educacionales del
barrio. Mantiene un compromiso con la innovación y con
la provocación de cambios en
el panorama sociocultural del
territorio de la ciudad de Barcelona.
Perforum Descubrimientos
pretende realizar un evento
intercultural entre estudiantes brasileños y españoles.
Los participantes serán desafiados a pensar la propia identidad y la del otro, el lugar del
diferente, a construir imágenes y conceptos, a partir de
la expresión individual y colectiva.
Relato:
Experiencia en “La Fariñera
del Clot”
Texto de Artur Matuck
Conocí el Centro Cultural La
Fariñera del Clot el lunes 15
de mayo de 2000. En el
subsuelo conocí al equipo y
las instalaciones de la Radio
TV Clot, un vehículo comunitario que usa radio, video y
televisión en la animación
cultural de comunidades menos privilegiadas, pobres y
marginales del distrito del
Clot.
Cuando llegué fui recibido
por Vanessa Ros Vilar y presentado a los técnicos Fernando y Daniel. Les mostré el
videofono que había traído
de São Paulo especialmente
para los eventos y discutimos
cómo adaptar sistemas de
audio y video a la interacción
entre los grupos de jóvenes.
Pensamos conectar el
videofono a los monitores
mayores y utilizamos el teléfono a viva voz para que la
conexión de audio no quedase reducida sólo a dos
interlocutores.
Fui invitado a visitar un centro comunitario, el Casal infantil El Drac. Pero para nuestra sorpresa un grupo de jó-
A. Matuck
de ibirapuera un video muestre un poco más sobre la
sexualidad de ellos. en la comunidad del cercado, en una
ceremonia frente a todos, una
mujer nueva es llevada por
las manos de su madre debajo de una estera de palma
donde su futuro marido la
espera. todos observan cuando la estera se baja para esconder a la pareja. todos saben que allí se forma un escudo, una sexualidad permitida. ella no pasa de ser una
niña, tiene apenas nueve diez
años y nada podría saber, yo
digo, pienso, y observo un
narrador que continuamente
hace suposiciones como nosotros que llenamos a los
otros con nuestras fantasías,
nosotros que procuramos escribir sobre lo que se releva.
261
260
261
Proyecto perforum
venes de El Drac, liderados
por la monitora Pilar llegaron
a La Fariña y pudimos desarrollar una actividad de integración allí mismo. Alrededor
de una mesa, en el estudio de
TV Clot iniciamos una larga
conversación acerca de
Perforum y los eventos que
estábamos planificando. Discutimos la identidad cultural
e individual, la historia y la
cultura de Brasil, los 500 años
de la colonización en América Latina, la cuestión de los
indios y de los negros brasileños.
En seguida discutimos cómo
haríamos para que los grupos
de jóvenes del Brasil y de España pudiesen conocerse,
intercambiar experiencias y
comunicarse. Colocamos el
videofono en la mesa, hablamos de la distancia entre São
Paulo y Barcelona, de la diferencia entre los husos horarios, de los objetivos de los
eventos de videocomunicación, de las posibilidades
que ofrece la tecnología de
contacto a distancia. Me explicaron que el videofono permite que una imagen de video
sea codificada en sonidos y
teletransmitida hasta otro
terminal que decodifica los
sonidos recibidos y reconstruye la imagen original. De
este modo podríamos enviar
nuestras imágenes al Brasil a
través de una simple llamada
telefónica.
Un cencerro adquirido en el
Museo del Indio de Brasilia y
producido en Alto Xingu sirvió como instrumento para
una discusión de la diferencia
diálogos
de la
comunicación
entre nuestras culturas. El
cencerro del Alto Xingu difería en materia prima y en el
proceso de producción de los
cencerros producidos en España que eran de plástico y
producidos en gran escala. El
primero, producido manualmente a partir de fibras, frutos, plumas, materiales recogidos de la naturaleza, los últimos producidos en masa a
partir de plásticos.
Los jóvenes de Clot se interesaron mucho por la historia
del Brasil, hicieron preguntas,
demostraron curiosidad e interés en conocer a los brasileños. “¿Pero cómo podremos
entenderlos si no hablamos la
misma lengua?” Constatamos
que nuestra propia situación
de entendimiento mutuo sólo
era posible debido al origen
común del castellano y del
portugués. Por esta razón
hablantes de estas lenguas
podían entenderse casi sin
esfuerzo, como estaba ocurriendo ahí mismo.
Los jóvenes, un tanto inquietos, amasaban los ceniceros
de aluminio. Recordamos entonces los lenguajes no-verbales, diversos códigos de
comunicación, de cómo difieren de un país a otro. Pregunté cómo los padres besan a
sus hijos en España y me sorprendí mucho al oír que allá
los padres besan a sus hijos
pequeños en la boca.
Evaluamos las limitaciones
de los medios, de las tecnologías. El videofono sólo envía imágenes estáticas, una
después de la otra, cada diez
segundos. Propusimos entonces un ejercicio de reglamentación. Cada participante desarrollaría una guía con diez
escenas secuenciales. Distribuimos papeles en blanco,
divididos en áreas numeradas y todos se pusieron a diseñar y a escribir, describiendo las escenas que nos gustaría transmitir. Fue planteado el desafío de cómo poder
comunicarnos a través del
lenguaje no-verbal. ¿Cómo
enviar mensajes a través de
gestos, expresiones faciales,
imágenes a jóvenes de otro
país, otra cultura, otra lengua?
Muchos desarrollaron las
guías en ese momento, mientras otros se dispusieron a
realizarlas en casa. La actividad permitió un punto de
focalización concreto y todos
se tranquilizaron y comenzaron a pensar y reflexionar sobre su propia participación.
Al día siguiente las guías estaban a punto pero desgraciadamente sus autores no pudieron interpretarlas. El equipo de la TV Clot hizo un trabajo excepcional, dedicándose a la construcción de un sistema intermedial, conectando el videofono, el teléfono,
las líneas telefónicas, equipos de audio y video en estudio de grabación, improvisando cuando era necesario.
Desgraciadamente, el test
programado, que ya se había
convertido en un evento, falló. Las imágenes enviadas de
São Paulo aparecían quebradas en la pantalla del video-
Mientras tanto, las conversaciones telefónicas también se
restringían a dos interlocutores. Algunas veces la voz de
Hiliana Reis venida de São
Paulo era ampliada a toda la
platea que respondía, creándose un diálogo entre una
persona y un grupo. La expectativa de reconocerse visualmente se vio frustrada pero
casi todos se presentaron por
el teléfono diciendo su nombre, su edad y las cosas que
más les gustaban. Se esforzaban por identificarse y recibir
respuestas. Además de la falla del sistema de videocomunicación hubo también
una cierta descoordinación
sobre las disponibilidades de
horarios. Mientras en la RTV
Clot necesitábamos terminar
la transmisión, cerrar los trabajos, los jóvenes de São
Paulo acababan de llegar a la
Estación Ciencia.
El proyecto debería continuar
al día siguiente, pero como
habíamos enfrentado dificultades con esos instrumentos
(el teléfono y el videofono),
decidimos operar también
por otros medios. Al día siguiente el fax fue utilizado y
permitió un efecto casi
telestésico, un entusiasmo
mutuo por el reconocimiento,
por la identificación de algo
en común entre jóvenes de
culturas, lenguas y países dis-
tantes, que intercambian diseños, textos, nombres, edades, gestos, preferencias,
pero que también insinúan en
estos mensajes la alegría, la
solidaridad, la sensualidad, la
complicidad, sentimientos y
emociones que se obstinaban
por trasponer los mensajes
más simples. Al final resultó
el deseo de continuar, de dar
esta oportunidad a los jóvenes, de convertirse en agentes de la comunicación a distancia.
A. Matuck
fono pero cuando eran retransmitidas a los monitores
de televisión resultaban imágenes reconocibles de los rostros de los participantes del
Perforum São Paulo, aunque
en baja resolución.
263
262
263
H. Herlinghaus
Hermann Herlinghaus
Hacia una
hermenéutica de
la comunicación.
Narraciones
anacrónicas de la
modernidad en
América Latina
Profesor en la Universidad de Pittsburgh.
E-mail: [email protected]
281
diálogos
de la
comunicación
280
281
Hermann Herlinghaus
Modernidad en América Latina
Las siguientes reflexiones intentan profundizar un espacio conceptual intermedio.
Los estudios de la comunicación suelen guiarse en notable medida por el camino de
los procesos, las estructuras,
las redes. Por el otro lado se
han perfilado numerosas
perspectivas en torno a las
figuraciones simbólicas, por
ejemplo en los niveles semiótico, psicoanalítico y tipológico. Ubicada entre las dos
tendencias se encuentra la
dimensión de las mediaciones, articulada por Jesús Martín-Barbero, la que designa
espacios opacos que siguen
concerniéndonos como problemática compleja. Un reto
latente en esta perspectiva
consiste en pensar la hermenéutica de una manera radicalmente distinta: pensar en
tiempos de avanzada globalización, una hermenéutica de
la comunicación que cuestio-
diálogos
de la
67
comunicación
na los lastres universalistas
de la hermenéutica textual,
pero que a la vez se muestre
capaz de actualizar las raíces
híbridas de la misma tradición hermenéutica. Tradición
en la que late un pensamiento retórico palimpsesto cada
vez más vigente. Sostenemos
que la perspectiva de «las
mediaciones» ha abierto una
brecha insólita para una parte de las ciencias sociales
como también para una
reconsideración de la lingüística y los estudios literarios.
Con esto se designa una especial necesidad de seguir
indagando interpretativamente en los espacios y estructuras –siempre difíciles
de delimitar- de las figuraciones simbólicas que se encuentran «en movimiento», incluso cuando parecen cristalizados en textos, mensajes y
formatos mediáticos. A partir
de estas premisas vamos a
discutir las siguiente tensiones conceptuales: narracióndiscurso, comunicación-comprensión, massmediación-melodrama. La perspectiva latinoamericana que nos acompaña en esta reflexión
transdisciplinaria ha generado estímulos que requieren
un debate comparativo más
intenso.
1. NARRACIÓN Y DISCURSO. HACIA UN “OTRO
EPISTEMOLÓGICO” DE LA
MODERNIDAD
Comenzamos por una pista
curiosa. Jorge Luis Borges relató en 1932 un sueño bajo el
título Una vindicación del fal-
so Basílides (1996, I, p.213),
sueño que narra una versión
de la creación del mundo.
Leemos que el principio del
hombre y posiblemente sus
peripecias posteriores se deben a “nuestra temeraria o
culpable improvisación por
una divinidad deficiente, con
material ingrato” (p. 214). “En
el (sistema) de valentino [...]
una diosa caída (Achamoth)
tiene con una sombra dos hijos que son el fundador del
mundo y el diablo. A Simón
el Mago le achacan una exasperación de esa historia: el
haber rescatado a Elena de
Troya, antes hija primera de
Dios y luego condenada por
los ángeles a trasmigraciones
dolorosas, de un lupanar de
marineros en Tiro.” (p.215) Y
se llega a la interpretación de
“esas invenciones oscuras”
de la siguiente manera: “No
nuestro mal, sino nuestra
central insignificancia, es predicada en ellas. Como en los
caudalosos ponientes de la
llanura, el cielo es apasionado y monumental y la tierra
es pobre. Esa es la justificadora intención de la
cosmogonía melodramática
de Valentino, que devana un
infinito argumento de dos
hermanos sobrenaturales
que se reconocen, de una
mujer caída, de una burlada
intriga poderosa de los ángeles malos de un casamiento
final. En ese melodrama o folletín, la creación de este
mundo es un mero aparte.
Admirable idea: el mundo
imaginado como un proceso
esencialmente fútil, como un
reflejo lateral y perdido de
viejos episodios celestes.”
de percibir la modernidad
como experiencia de un ¢estar-en-el-mundo¢, no dispone
de un habla como ‘morada
del ser’, eso es como morada
discursiva de un ‘ser’ que habita, aun en sus actos de
descentramiento, los órdenes
discursivos del centro. Mientras la morada de Heidegger
es el discurso, la morada de
Borges es la narración.
Discurso y narración no son
entidades si no los enfocamos
desde una perspectiva de asimetría epistemológica y cultural. Permiten repensar el tan
discutido problema de la identidad. Escribe Paul Ricoeur “El
problema de la identidad puede desembocar en una antinomia. Se postula o un sujeto
idéntico a si mismo, o se sostiene con Hume y Nietzsche
que ese sujeto autoidéntico es
una ilusión substancialista
cuya despedida nos deja meramente una diversidad de
cogniciones, emociones y voluntades.” Hasta aquí el dualismo. Pero el dilema [del dualismo] desaparece cuando se
reemplaza una identidad
substancial o formal (el idem)
por una identidad narrativa (el
ipse).” (1985, III, p.396) La última no es exenta de
reflexividad. De ella habla un
tipo de reflexi-vidad cuyo vínculo con la vida y la sociedad
es de carácter narrativo y esto
vale tanto para individuos
como para comunidades. Individuos y comunidades, independiente de lo diverso de los
registros, se constituyen en su
identidad (ipse) a través de
las historias que cuentan a ‘sí
mismos’ sobre sí mismos.
Nuestra alusión a Ricoeur, filósofo intensamente discutido por Jesús Martín-Barbero,
permite revisitar a Borges
como uno de los pensadores
que no solamente han cuestionado la división que el saber moderno ha erigido entre
historia y relato –story and
history- sino quien tempranamente se inclinó por hacerse
acceso no especulativo a la
historicidad de la modernización en América Latina. Cabe
aclarar que nos concierne u
concepto de narración que
no lleva a igualar sentido y
mensaje narrado. Se trata de
que ‘narración’ aparezca ni
como seudónimo de discurso
ni como su polo opuesto, sino
como un espacio conceptual
intermedio entre lo discursivo y lo supuestamente no
discursivo. Lo que nos interesa es una relación de asimetría cultural y epistemológica
entre los conceptos ‘discurso’ y ‘narración’. Donde otros
han novelado o, al pisar el terreno de la filosofía omitieron
el suelo de la narración,
Borges se empeñaba en un interminable proyecto de re-narraciones y ‘falsificaciones’
de probadas tradiciones
discursivas. La narración le
permitió internarse en el terreno del discurso filosófico
de otra manera. Su experiencia de los bordes de la modernidad le produjo escepticismo ante unos esquemas
holísticos de lo latinoamericano como también de lo occidental, orientando su búsqueda hacia una práctica que le
permitía indagar, en términos
de sentido e identidad, en los
márgenes de los ‘discursos’.
H. Herlinghaus
(ib) Idea de la constelación
primaria según la cual hay
una melodramático ¢estaren-el-cosmos¢ de “divinidades subalternas”. En medio
de las luchas y aventuras
amorosas entre estas divinidades la creación del mundo resulta un hecho meramente casual. Melodrama y
folletín, desde su radical
marginalidad categorial, le
ayudan a Borges a interferir
en problemas concernientes
a un pensamiento crítico de
la modernidad. En el ejemplo
citado la referencia al melodrama tiene un toque antiteleológico. Una narración primaria convertida en orden de
discurso (aquel ‘discurso’
identitario de los orígenes
que Borges ironiza) se desplaza hacia una narración
episódica. La mirada que a
partir de ahí planteamos es la
siguiente: en vez de preguntar por las ‘soluciones’ filosóficas que el escritor argentino articula como camino literario, habría que preguntar a
la vez por el status epistemológico de su concepto
de narración. O sea, si han
entrado en crisis los discursos de la modernidad en los
que el tiempo es extensión
progresiva o el medio de una
razón mayor ¿cómo se conceptualiza esa otra cara del
tiempo, no la modernidad
como tiempo (universal) sino
el tiempo de la modernidad
en tanto experiencia y diferencia? Pregunta que hace aparecer a Borges como contemporáneo de Heidegger, pero
con una distinción epistemológica hasta ahora subestimada. La perspectiva periférica
283
282
283
Modernidad en América Latina
Abogamos por un concepto
de narración en que los nexos
entre significante y significado no son menos complejos
que en los discursos (literarios o filosóficos) supuestamente antinarrativos. Un
ejemplo nos da Ricoeur
(1985) según cuya perspectiva los seres humanos se constituyen en el tiempo cotidiano a través de la narración.
En un primer nivel la ‘cotidianeidad humana’ pasa por la
recepción de determinadas
narraciones, es decir, por
aquello que Gadamer llamaría “historicidad de la comprensión” (1997, pp. 331-338)
la que se relaciona a la función productiva del prejuicio
o pre-entendimiento. De esta
manera, el narrar permite
trascender un ‘estar-en-eltiempo’ (cotidiano) y acercarse a su figuración. El fenómeno que permite invertir el ‘orden natural del tiempo’ y establecer la acción humana
tanto en el tiempo como en
la memoria, es, según Ricoeur,
el “plot”. Un segundo nivel es
marcado por una dialéctica
entre figuración (plot) y repetición. La comprensión cultural de la narración no se da a
través de la culminación del
plot -el famoso ‘happy end’.
En vez, unos importantes recursos de proyección cultural
y social residen en las habilidades de poder retardar la
vida narrativamente, y de
esta manera extraer de la
repetitividad, a través de la
re-narración, una búsqueda
de sentido. Hermenéuticamente dicho, se trata de un
camino de conocimiento que
pasa en notable medida por
diálogos
de la
69
comunicación
el re-conocimiento. Y aún
cuando los registros son distintos en el caso de Borges y
el de Ricoeur, el escritor argentino fue precursos de muchas críticas de un discurso
monolítico de la modernidad:
Manejaba el secreto de la renarración para dar acceso no
especulativo a lo heterogéneo de la modernidad.
2. COMUNICACIÓNCOMPRENSIÓNMASSMEDIACIÓN
Nuestro trazado de problemas está vinculado a un movimiento teórico que comenzó a articularse en América
Latina a principios de la década de los ochenta como
una conciencia analítica
trasnacional. Entre sus conceptos básicos se encuentran
los de ‘modernidad no contemporánea’ y ‘modernidad
heterogénea’, y también
‘(pos)modernidad periférica’.
Si aquí se trata de figuras conceptuales de alteridad, los estudios de la comunicación han
adquirido un papel estratégico para ese debate. Esto se
hace patente hasta tal grado
que el pensamiento de identidad y otredad ha llegado a
pasar notablemente por el
campo de la comunicación
masiva, campo de negociación de autoridades en que
los conflictos se dan en su
mayor opacidad. La pregunta por el estatus de la comunicación masiva se acentúa
doblemente, ya que los países latinoamericano no figuran entre los primeros productores de conocimientos
especializados y mercancías
de la comunicación electrónica, y sin ser productores de
lógicas fuertes de a comunicación padecen las nuevas
logísticas de la reterritorialización. El desafío hermenéutico-cultural no podría resultar más grande.
Jesús Martín-Barbero se ha
dedicado a reformular la pregunta por la modernidad a
través de un determinado
concepto de comunicación. A
la luz de la avanzada globalización cabe ser recordada
su frase de 1989: “[...] el tema
de ‘comunicación y modernidad’ nos concierne de un
modo bien particular a los
latinoamericanos, pues lo
que en él se nos plantea no
es tanto una cuestión de actualidad sino la del sentido
mismo de la modernidad latinoamericana, o mejor, la trama de modernidad y discontinuidades culturales, de
anacronías y utopías que sostiene y resiste, asimila y enfrenta la comunicación masiva en nuestros pueblos”
(1989/1994 pp. 83, 84). Aquí
es especialmente interesante
el modo cómo comunicación
es conceptualizada, y veremos que la mencionada asimetría discurso-narración va
ganando peso epistemológico. ‘Comunicación’ es designada como generadora de
un “saber mestizo”. Hay en
Marín-Barbero un expreso
rechazo de una mirada funcionalista u operacionalista
por un lado, y de un pesimismo elitista a lo Adorno y
Horkheimer por el otro. La
comunicación le sirve para
Si recordamos la idea del llamado círculo hermenéutico,
en ella está inscrita una ‘rehabilitación’ del prejuicio,
quiere decir del pre-entendimiento como mecanismo de
mediación cultural de la realidad histórica de individuos
y comunidades. ¿Desde dónde se comprende para poder
vincular los ámbitos de imaginación e interpretación?
Esto sucede, según un presupuesto que la hermenéutica
filosófica ha prestado del pensamiento retórico, no desde
un punto cero o desde la abstracción, sino desde un preentendimiento que es parte de
vida, tradición e intercambio.
Gadamer escribió: “Mucho
antes de que nosotros nos
comprendamos a nosotros
mismos en la reflexión, nos
estamos comprendiendo ya
de una manera autoevidente
en la familia, la sociedad, y el
estado en que vivimos. [...]
Por eso los prejuicios de un
individuo son, más que sus
juicios, una realidad histórica de su ser” (1960-1997,
p.344). Cuando hablamos de
la historicidad de la comprensión nos asomamos a esta
premisa sin compartir la
hipostasión gadameriana de
la clásica hermenéutica textual. Los desafíos nos hablan
más bien de una serie de conceptos que van más allá de
ésta, y que fueron marginalizados por el poder epistemológico de la modernidad:
conceptos como los de ‘sentido común’, ‘conciencia cotidiana’, ‘imaginación comunicativa’, ‘memoria narrativa’. Jesús Martín-Barbero elaboró con su libro De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía
(1987) una historia alternativa de conceptos clave de la
modernidad. Y cuando seguimos la pista que le lleva de
pensadores como Giambattista Vico y Hoan Godfried
Herder vía Antonio Gramsci y
Walter Benjamín a E.P.
Thompson, Paulo Freire y
Michel de Certeau, vemos
que se ocupa de una serie de
problemas de análisis e interpretación que los sistemas
deterministas habían expulsado. El estudioso de la comunicación va más allá de
Gadamer al hacer explotar
precisamente aquel universo
de la tradición que se constituye por los grandes textos
clásicos. Radicaliza el desafío
dela comprensión a través de
una pareja conceptual -lo
popular y lo masivo- que le
permite colocar ‘lo melodramático’ (ejemplo clave de una
narración intercultural) en un
nivel de alteridad epistemológica frente a lo letrado
como norma del discurso. Si
pensamos en lo que Gramsci
llamaba una ‘filosofía de la
práctica’, vemos que no se
trata aquí de una alteridad excluyente (generadora de ‘el
mismo’ y ‘el otro’) sino de una
alteridad relativa, vigente con
y ‘dentro’ de la modernidad.
Una ‘filosofía de la práctica’
de linaje gramsciano no deja
de lado la filología, sino que
se basa en un concepto alternativo de filología. Este concepto remite a Giovanni
Battista Vico quien –en su
polémica con Descartes- había declarado como tarea
principal de la filología el análisis del ‘sentido común’ en la
historia de los hombres, las
mujeres, los pueblos: hacer
filología de las acciones e imaginaciones humanas (1725 /
1744), perspectiva a la cual
Gramsci debió uno de los impulsos importantes para desarrollar su concepto de
hegemonía.
Martín-Barbero llega todavía
más allá. Formula lo que se
podría denominar una fenomenología sociocultural de la
comunicación en América Latina, ejemplificada en tanto
narración a través del concepto de ‘lo melodramático’
(1992). Ha actualizado radicalmente raíces de un pensamiento hermenéutico alternativo (de Vico y Herder a
Gramsci y Certeau), y de su
recepción por los primeros
H. Herlinghaus
situar la “cuestión cultural”
en una ambigüedad, un espacio conceptual entre dos lógicas: “la del conocimiento
regulado por leyes de acumulación y compatibilidad y la
del reconocimiento de las diferencias y las verdades culturales” (p.83). El concepto
que hace más accesible ese
espacio intermedio proviene
de la hermenéutica y ha servido una vez en la constitución histórica de las ciencias
del espíritu, para contrastar
la categoría de explicación de los saberes positivistas- y
el concepto de comprensión.
La comprensión asume una
asimetría entre conocimiento
y reconocimiento y permite
preguntar cuánto ‘acontecer’
es operante en la interpretación cultural.
285
284
285
Modernidad en América Latina
pensadores de la escuela de
los British Cultural Studies
(E.P.Thompson, R. Williams).
Reflexiona sobre un concepto de ‘sentido común’ que todavía no había cedido lugar
al priori subjetivo del concepto kantiano del ‘gusto estético’. Y este rescate retórico-social de los conceptos
‘sentido común’ y ‘gusto’ le
ayuda a Martín-Barbero a vincular su visión de lo popular
con los desarrollos de la comunicación masiva. Su crítica de la noción adorneana de
‘industria cultural’, valga
acentuarlo hoy, se dirige en
contra del siguiente déficit:
Como consecuencia de la
fundamentación trascendental de la estética se desconectó (la noción de) la moderna
industria cultural de (los conceptos de) las constituyentes
sociohistóricas de comunidad. Por debajo de ‘sociedad’
se olvidaban las ‘comunidades’. Con esto se marginalizaba lo que las categorías de
lo ‘común’ indicaban en torno a socialidades o consensualidades en sus modos específicos de regular o poner
en conflicto las diferencias
sociales.
A partir de estos y otros estímulos en que repercuen las
experiencias de ‘otra’ modernidad, Martín-Barbero vincula el problema de la comunicación con aquella esfera
opaca pero no exenta de narraciones, subestimada por la
filosofía y filología modernas,
en donde los mecanismos de
reconocimiento actúan sobre
aquellos de conocimiento: la
esfera de la “massmediación”.
diálogos
de la
71
comunicación
Considera necesario reobservar por dónde entraba culturalmente la modernización en
América Latina. Entraba en el
siglo XX, por debajo de unas
‘ciudades letradas’ reducidas
en su envergadura sociocultural y de unos estados-nacionales precarios, a través de
procesos de urbanización y
desarrollo de los medios masivos los que reforzaban una
determinada anacronía. Anacronía de encuentro de unas
memorias narrativas y modos
de reconocimiento tradicionales con unas transformaciones tecno-perceptivas de
las masas urbanas cuya
‘oralidad secundaria’, valga
decir melodramática, van a
incorporar después las gramáticas del audiovisual.
Anacronía que exige ver las
peculiaridades de una modernidad que no se reduce a la
imitación, y de una diferencia
que no se agota en el atraso.
Si a partir de ahí se divisa ‘un
sentido’ altamente contradictorio de l amodernidad, bien
se puede hablar de un sentido subestimado en lo movilizaador de imaginarios y lo
constitutivo de subjetividades. Obviamente, esta perspectiva se distingue de aquella que había formulado Angel Rama escribiendo que La
ciudad letrada aparece cuando declina el esplendor de la
oralidad [...], cuando la memoria viva de las canciones y
narraciones está siendo destruida por las pautas educativas que las ciudades imponen, [...] por la extensión que
los circuitos letrados propugnan.” (1984, p.87) Pero el funcionamiento cultural de la
modernidad ha sido distinto.
Al desplazamiento del concepto del lenguaje hacia unas
“mediaciones” sociales y
unas matrices narrativas (en
De los medios a las mediaciones) agradecemos una base
importante para una hermenéutica distinta, hermenéutica de la comunicación, que
cobra una particular envergadura conceptual no solamente para, sino en creciente
medida desde América Latina,
esto quiere decir hacia la
comprensión de sociedades
heterogéneas en el mundo de
hoy. Y ese desplazamiento
permite redirigir la mirada
para comprender el procesamiento cultural urbano y los
flujos simbólicos con vista a
los márgenes de la ciudad letrada. Cuando Martín-Barbero exige plantear el ‘discursopráctica’ de hecho está hablando de un concepto comunicacional de narración: “lugar en que la lengua se carga
y es cargada de historia y de
pulsión” (1989, pp. 44) y
deviene “trama de palabra y
deseo, de memorias y estructuras de sentimiento, de división social y discontinuidades culturales, de apropiaciones y resistencias que
ellos median y con los cuales
tejen las gentes al vivir cada
día” (1992, p.16).
3. LA ‘CIUDAD MELODRAMÁTICA’- SIGNO DE LA
‘OTRA MODERNIDAD’
Walter Benjamin, al preguntar
por los terribles ‘ desbordes
urbanos del imaginario de un
Charles Baudelaire, ha cues-
Asomándose a la historicidad
cultural de una modernidad
periférica, Martín-Barbero
rastrea dos fases con respecto a la conformación massmediática de imaginarios
anacrónicos en América Latina. Una primera fase fuertemente marcada por la dialéctica nacionalización-massmediación data de los años
veinte a finales de los cincuenta, “en la que tanto la eficacia como el sentido social
de los medios hay que buscarlos más que del lado de su
organización industrial y sus
contenidos ideológicos en el
modo de apropiación y reconocimiento que de ellos y de
sí mismas a través de ellos hicieron las masas populares.
[...] Dicho de otro modo, el
papel decisivo que los medios masivos juegan en ese
período residió en su capacidad de hacerse voceros de la
interpelación que desde el
populismo convertía a las
masas en pueblo y al pueblo
en Nación [...]. El cine en algunos países y la radio en casi
todos proporcionaron a las
gentes de las diferentes regiones y provincias una primera
vivencia cotidiana de la Nación” (1987, pp. 178-179). En
la segunda fase que data de
finales de los cincuenta a los
ochenta, los medios masivos
radio y cine son desplazados
de su función política y sus
circuitos y deferentes son alterados por los de la televisión, es decir “el dispositivo
económico se apodera de
ellos, mientras los Estados
[...] ceden a los intereses privados el encargo de manejar
la educación y la cultura [...].
La lógica de esa transformación sólo se hará visible unos
años más tarde, cuando la
crisis económica de los
ochenta desvele la nueva crisis de hegemonía que el capitalismo sufre, ahora a escala
mundial, y a la que sólo puede hacer frente transnacionalizano [...] la producción
y las culturas” (pp. 179-180).
Hay un paralelo de atención
historizadora que es llamativo pos sus otras preferencias
epistemológicas, ya que en
ambos casos se está indagando en una condición periférica
de modernidad bajo el aspecto cultural de lo que caracterizamos como asimetría entre
discurso y narración. En el libro Nation and Narration
(1990) Homi K. Bhabha reformuló la mirada de Benedict
Anderson para discutir la figura ambivalente de la Na-
ción como problema representacional. Su balance, de
modo parecido al de MartínBarbero, fue agudamente actual: la situación tardocapitalista e ‘internacionalista’
hace resaltar el ‘estar-en-lamodernidad’ ambiguo de sociedades periféricas que lucen una particular desigualdad “between tha laguage of
those who write [the Nation]
and the lives of those who live
in it” (p.1) De ahí se propone
enfocar la Nación como
“disemi-Nación”, una especie
de “double-writing”. Esta ‘doble escritura’ se articula en
“the tension signifying the
people as an a priori historical presence, a pedagogical
object: and the people constructed in the performance of
narrative [...] marked in the
repetition and pulsation of
the national sign” (p. 299). Se
pone un especial acento en la
performatividad de las narrativas de la Nación, y se llega a
revisitar ese concepto en plural como ‘espacios-Nación’
que se encuentran, a la luz de
los desarrollos transnacionales, en un contradictorio proceso de constitución-desconstitución narrativas: meanings
[that are] in medias res, and
history [that is] half made”
(p.4). “The nation turns from
being the symbol of modernity into becoming the symptom of an ethnography of the
‘contemporary’ within culture” (p. 298). Se puede deducir que a través de los imaginarios de Nación los que en
vez de constituir un orden se
disemina, se agencian anhelos colectivos de reterritorialización narrativa en vista de
H. Herlinghaus
tionado la contemplación solitaria como criterio central
de experimentar la modernidad. Los desafíos de teatralización ordinaria, exterritorialización de intimidad, deseo
hacia la masa, y constante
revuelta urbana, han producido una densidad cultural
que, al invadir la ‘ciudad letrada’ la ha empujado hacia
su verdadero drama de identidad. El espíritu que se ‘autoemancipa’, que expulsa y cataloga lo otro cultural, ha sido
irremediablemente subvertido por los márgenes. Desde
esta conspiración resaltan las
tramas y las narrativas de una
modernidad otra’, y de ahí
hablaremos de una ‘ciudad
melodramática’.
287
286
287
NOTAS
Modernidad en América Latina
las fuerzas ominosas desencadenadas por la avanzada
globalización. En su preferencia analítica, Homi K. Bhabha
remite estas relaciones de
una ‘disyuntiva de modernidad’ en última instancia un
concepto lingüístico de la diferencia (ver p. 299) MartínBarbero, en cambio, desplaza el concepto de diferencia
para vincularlo con los ‘sentidos actuantes’ de la comunicación masiva a través de
la figura conceptual de ‘las
mediaciones’, procedimiento
que le permite relacionar al
‘discurso’ de modernidad
formatos discursivos y dispositivos narrativos altamente
anacrónicos. De ahí se hace
posible ver en lo ´melodramático´ no un género menor’,
sino uno de los dispositivos
interculturales claves del siglo
veinte latinoamericano.
Numerosos críticos han limitado el melodrama a una
cuestión de género o un catálogo de rasgos semióticos.
Una sensibilidad alternativa
fue elaborada por perspectivas feministas que lo suelen
ubicar entre el psicoanálisis,
los estudios de cine y los estudios culturales. Pero poco
común luce todavía una perspectiva que lo relaciona ampliamente con el sensorium
sentimental y los escenarios
urbanos de la modernización
periférica. Autores como Martín-Barbero, Carlos Monsiváis, Luis Rafael Sánchez y
Oscar Landi hicieron viables
las preguntas: ¿No se relaciona la vigencia del melodrama
como signo desbordante de
la massmediación con el en-
diálogos
de la
comunicación
cumbramiento afectivo y expresivo de los que violentamente vivieron el acceso a la
modernidad? ¿No fueron las
experiencias heterogéneas
que constituyeron un popular
urbano en la primera mitad
del siglo veinte atravesadas
por un amplio desconocimiento de la promesa civilizatoria del contrato social?
(M.B. 1992, p. 28). Hecho que
llevaba a la teatralización,
dentro de una modernidad
urbana, de esa otra socialidad residual y emergente
que se ligaba al parentesco y
la familia, a las solidaridades
de territorio, vecindad y compadrazgo, a nuevos imaginarios colectivos de amor y
sexualidad, a la conformación
de un ‘otro’ afectivo que subvertía la racionalización de
los mundos de vida. La avanzada globalización dista de
hacer desaparecer esas teatralizaciones de una socialidad reprimda, las que convierten el significado social
desvalorizado en colectiva
ubicación sentimental, tornando voz y cuerpo afectivos
en lugares alternativos de significación.
Las grandes olas de migración no iban sólo de los campos a la ciudad. Señala
Monsiváis: “Una migración
esencial del siglo XX es la que
va de los espectáculos creados en el hogar o en el teatro
a los del cine, y lo que señala
también el paso de lo privado o demasiado elitista a lo
público” (1998, p. 36). Esta
migración va del silencio a la
visibilidad, de la mujer abnegada a la imagen agresiva de
la mujer, de la sensualidad
controlada a su desborde o
enloquecimiento, de un lenguaje supuestamente incontaminado a un lenguaje infectado por agencias ‘públicas’
de grosería y deseo, de la
moral religiosa a su doblegamiento aprendido en compañía en las salas oscuras o
las calles. Estas miradas hacen ver que el ‘mensaje’ de
los medios audiovisuales se
constituye recién a través de
diversos procesos performativos. A eso nos referimos
cuando hablamos de la
“mass-mediación” como experiencia: a las tan numerosas manifestaciones socioculturales de teatralización,
manifestaciones de imaginación y acción. Es a partir del
vínculo conceptual modernidad-mass-mediación-experiencia que formulamos la
metáfora de la ‘ciudad melodramática’ en América Latina.
Ciudad melodramática es entendida menos como fenómeno que sirve a la explicación
y la descripción sistemáticas,
que como concepto que aporta a la comprensión intercultural de la modernidad latinoamericana y, al mismo
tiempo, de unos condicionamientos hermenéutico-culturales de la globalización.
En la ‘ciudad melodramática’
se viven experiencias de
transgresión y sensualización
de órdenes cuya constitución
en sociedad civil no deja de
ser precaria. El tiempo de la
modernidad no es el tiempo
de la historia-Nación, sino un
tiempo de discontinuidad y
heterogeneidad. Con particu-
Los desafíos epistemológicos
y hermenéutico-culturales de
la ‘ciudad melodramática’ incitan a ir más allá de las décadas del auge del melodrama fílmico y desafían a conectar los fenómenos de flujo y
fragmentación de la ciudad
globalizada (Martín-Barbero/
Herlinghaus 2000, p.69-74)
con la pregunta por los dispositivos y matrices narrativas que median hoy entre la
industria audiovisual y las
cotidianidades sociales. Lo
que sí ha cambiado fuertemente después de los decenios de coyuntura del cine
melodramático, es la relación
entre las lógicas hegemónicas
y subalternas dentro de la
massmediación, y con esto
también dentro de lo melodramático (ver sobre los subalterno dentro de lo popular
masivo Sánchez 1998, p.57-
64). Hecho que requiere una
mirada mucho más aguda y
diferencial sobre lo popular
que aquella simplista que
abarca lo popular por simple
distinción o identificación.
Interculturalidad e intermedialidad (Herlinghaus 1994) no
son solamente problemas
que se ubican entre los niveles de lo popular, lo masivo y
lo letrado, sino deben ser analizados al mismo tiempo en el
interior de los tres.
Hoy en día el interés por lo
melodramático debe saber
diferenciar dentro de su propio campo, desafío que ha
necesitado de una seria legitimación analítico-cultural de
lo que se consideraba como
prototipo del mal gusto. Dicho con mayo conciencia
conceptual: la autorreflexividad del ‘mal gusto’ según
Umberto Eco, no es el objetivo principal, sino recién el
comienzo de otro afán
hermenéutico que se aventura en pensar el problema del
‘sentido común’ en tanto narración e imaginación a la luz
del presente. Aquí es donde
se hace articulable un particular interés en lo melodramático, por ejemplo, desde la
atención hacia las diferencias
de cuerpo, sexo, generación
y los respectivos imaginarios.
En criterios clásicos, el personaje central del melodrama
era la mujer –aquel personaje de la modernidad urbana
que vivía los desafíos del
amor y el derecho a la felicidad como problema de justicia y como cuestión de democracia sexual. Hoy en día, la
teatralización (audiovisual-
mente mediada) de los cuerpos e imágenes de trasgresión social, emocional, sexual
lucen un panorama sumamente diferenciado, como lo
muestran entre otros ejemplos las crónicas de una
‘subalternidad melodramática’ de Pedro Lemebel (1998).
Lo melodramático despliega
su mayor fuerza y visibilidad
en la medida que se refuta la
represión por camino del asomo corporal, sensual y, desde luego, histérico. Estos
escenaris en donde se negocia y se trasgrede la represión
son cotidianos, íntimos y
semipúblicos al mismo tiempo (de una privacidad otra
que la del individuo burgués),
escenarios en donde performance y comportamiento
lúdico son herramientas de
sobrevivencia. Por ser terreno ejemplar de un machismo
vivido y reproducido, el melodrama entendido como género de folletín, cine o televisión, no deja de suscitar sus
propios desbordes y generar
búsquedas menos comunes.
El problema central de lo subalterno, el que se refiere a las
condiciones e impedimentos
de hablar, de reclamar representación y formalización, se
ve aquí rearticulado a través
de la búsqueda de otro lenguaje –unas narraciones más
que unos discursos- que es
un lenguaje de cuerpo y efecto. Y no se establece aquí que
lo subalterno sea portador de
justicia emancipativa. Tiene
sus (micro) políticas altamente diversas. Pero la mirada
hermenéutica comienza un
paso antes: lo que en términos de escritura como discur-
H. Herlinghaus
lar vigencia para aquellos
ámbitos opacos en que se articulan los deseos y esperanzas del pueblo trabajador
(Beverley 1999, p. 166), la
‘modernidad produce la sensación de un tiempo ambigüo
de rupturas y recurrencias. El
tiempo de los que melodramáticamente viven modernización es un tiempo público que no tiene ‘discurso’ (entendido con Foucault como
‘orden de discurso’), pero se
experimenta a través de narraciones y re-narraciones.
De ahí volvemos a insinuar un
concepto de narración que
permite ver la envergadura
‘pública’ de las experiencias
individuales y sociales sin
ofrecer una resolución especulativa.
289
288
289
En los diversos enfoques latinoamericanos de una ‘modernidad otra’se ha manifestado
un agudo interés en reconsiderar la historicidad de la
‘mass-mediación’ desde las
condiciones de las décadas
ochenta y noventa. Pero aunque los tiempos han pasado
en que la óptica estética exigiera internarse en un a priori
subjetivo, y “la cultura consumida por sectores medios y
populares urbanos [pareciera] destinada solamente al
análisis sociológico” (Sarlo
1985, p.10), los nuevos aportes a una hermenéutica de las
narraciones interculturales y
mediales han sido hasta ahora poco estudiados. Asomarse hoy a la problemática de
las zonas de contacto y de
conflicto entre ‘socialidad
discursiva’ e ‘identidades narrativas’ no deja de aportar al
debate una mayor sensibilidad hacia la cultura comprendida como comunicación,
sensibilidad, que posibilita
enriquecer los estudios de la
comunicación al permitirles
trazar nexos conceptuales
diálogos
de la
comunicación
entre estudios culturales, estudios retóricos y hermenéutica. He ahí un ‘mapa nocturno’ cuya envergadura está
creciendo a la luz de la heterogeneidad reforzada por la
globalización. A nivel cultural, eso es de imaginarios, memorias y deseos, la heterogeneidad está íntimamente vinculada con el problema de la
asimetría entre ‘narraciones’
y ‘discursos’. Lo que el discurso (como orden) no logra
nombrar y administrar, no
debe ser por eso marginalizado en términos de legitimidad cultural. Diferente de
los dictámenes de un determinado proyecto de la modernidad, defensor de una
razón dualista (Martín-Barbero), lo Otro del ‘discurso’, sea
éste de carácter massmediático o no, no es el mundo
‘no-discursivo’. Y donde termina el poder de ‘explicación’, la ‘comprensión’ se
hace tanto más necesaria. Lo
‘otro del discurso’ puede ser
enfocado en términos conceptuales de ‘narración’, admitiendo que los imaginarios
actuantes, social y políticamente inestables, son igualmente portadores de sentido
e identidad.
BIBLIOGRAFÍA
Modernidad en América Latina
so formado suele ser drama
suspendido, complejidad,
conocimiento reflexivo, en el
melodrama es repetición, reconocimiento, exceso y corporalidad sexualizada. Según
la dialéctica de figuración del
relato y de la repetición constante, lo que culturalmente
importa no es la solución del
plot sino una contínua sobredeterminación semántica que,
junto a un exceso semiótico,
es agenciada por la renarración como mecanismo cultural.
Ber verley, John (1999).
Subalter nity
and
Repre-
sentation. Arguments in Cultural
Theor y,
D u rh a m -
London: Duke U.P.
Bhabha, Homi K., ed. (1990).
Nation
and
Routledge:
Nar ration,
London-New
York.
Borges, Jorge Luis (1996) Obras completas I. Barcelona, Emecé Editores.
Foucault, Michel (1970/1991). Die
Ordnung des Diskurses (El orden del
discurso), Frankfurt: Fischer.
Gadamer, Hans-Georg (1960/1997)
Verdad y método. Salamanca: Ediciones Sígueme.
Herlinghaus,
Hermann
Intermedialität
als
(1994)
Er zählung
(Intermedialidad como experiencia
narrativa), Frankfurt: Lang.
Lemebel, Pedro (1998). De perlas y
cicatrices. Crónicas radiales, Santiago: Lom Ediciones.
Martín Barbero, Jesús (1987) De los
medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía. Barcelona: Gustavo Gili.
Martín Barbero, Jesús. Procesos de
NOTA: Cuando se indican dos
fechas de publicación de una
obra, la primera refiere el año de
su aparición y la segunda el año
correspondiente a la edición
usada.
comunicación y matrices de cultura.
Itinerario para salir de la razón
dualista. (1989), México D.F., Gustavo Gili.
Martín Barbero, Jesús (1989/1994)
“Identidad, comunicación y modernidad en América latina” en
Hermann Herlinghaus y Mónica
Williams,
Walter, eds. (1994) Posmodernidad
Keywords. A Vocabulary of Culture
en la periferia. Enfoques latinoameri-
and Society, London: Fontana Press.
Raymond
(1983)
canos de la nueva teoría cultural,
Martín Barbero, Jesús y Sonia
Muñoz, eds. (1992) Televisión y melodrama, Bogotá: Tercer Mundo Editores.
Martín Barbero, Jesús y Hermann
Herlinghaus (2000). Contemporaneidad latinoamericana y análisis cultural. Conversaciones al encuentro de
Walter Benjamin, Madrid-Frankfurt:
Iberoamericana.
Monsiváis, Carlos (1998) “Las migraciones culturales: del rancho al
internet” en: Carmen Elena Alemán
y María Matilde Suárez (eds.) Venezuela: Tradición en la modernidad.
Caracas.
Rama, angel (1984) La ciudad letrada, Hannover. Ediciones del Norte.
Ricoeur, Paul (1985) Temps et récit,
Paris: Editions du Seuil.
Saánchez, Luis Rafael (1998), “Novela hispanoamericana y cancionero
popular” en: C.E.Alemán y M.M.
Suárez (eds.) Venezuela: Tradición en
la modernidad. Caracas.
Sarlo Beatriz (1985) El imperio de los
sentimientos. Buenos Aires: Catálogos Editora.
Thompson, E.P. (1991) Customs in
Common, London: The Merlin Press.
Vico, Giovanni Battista (1725/1744)
Principi di una scienza nuova
d’intorno alla communa natura delle
nazioni: Edición alemana de 1990,
Hamburg: Félix Meiner Verlag.
H. Herlinghaus
Berlin: Langer Verlag.
291
290
291
R. Reguillo
Rossana Reguillo
Identidades
culturales y
espacio
público: un
mapa de los
silencios
Profesora-investigadora del Departamento de Estudios
Socioculturales ITESO, Guadalajara
E-mail:[email protected]
75
diálogos
de la
comunicación
74
75
Rossana Reguillo
Un mapa de los silencios
...Los relatos constituyen
instrumentos poderosos...hacen
creer y hacen hacer: relatos de
crímenes o de francachelas,
relatos racistas y patrioteros,
leyendas de calles, visiones
fantásticas de los suburbios,
puntadas o perversidades de la
nota roja...Desde hace ya
mucho tiempo, el poder político
saber producir relatos a su
servicio. Los medios de comunicación lo han hecho mejor...
Por las historias los lugares se
tornan habitables. Habitar es
narrativizar.Fomentar esta
narra-tividad también es, por
tanto, rehabilitar. Hay que
despertar las historias que
duermen en las calles...
Michel de Certeau y
Luce Girad (1999)
diálogos
de la
67
comunicación
Cómo trazar un mapa para no
extraviarse en el mundo contemporáneo, con qué certezas colocar lo que está arriba y lo que está abajo, cuál
es el aplomo que se requiere
para establecer fronteras, límites, qué es lo que queda
dentro, qué lo que está afuera. Cómo dibujar un mapa en
el que pueda verse lo que se
desploma, lo que emerge, lo
que brinca, lo que grita, lo
que permanece en silencio.
Sobre todo el silencio. Hacer
un mapa de los silencios.
¿Por qué un mapa de los silencios en medio de tanto ruido?, por qué ocuparse de los
silencios cuando la tónica de
la época es más bien consignar el exceso, de vociferaciones, de decibeles, de confusiones. El siglo XX ha sido
el del estruendo, en él: las
bombas atómicas, los gritos,
los soldados, las madres de
vientres huérfanos, las gargantas que entonan la esperanza, las sirenas y los cuerpos rotos, explotados, el estruendo del muro que cae, el
rock que irrumpe en los sonidos conocidos, el zumbido de
una ciudad que crece
sincopada y caótica, las telarañas de cables que despiertan lo exterior, la frecuencia
radial, un ritmo para cada
sensibilidad, los locutores
que hacen de la voz un instrumento punzante: murieron, protestaron, se fueron,
explotaron, asesinaron, negaron, secuestraron.
El excedente de sonido, como
característica de la época ha
sido, quizás, una forma de
eludir o de invisibilizar, aquello que por obvio, por doloroso o vergonzoso, maravilloso o terrible, no podía acceder a la palabra. Tal vez por
eso, el silencio se volvió incómodo y tramposamente se le
asoció con la nada, con el vacío, con la pérdida, con una
condición marginal.
Al silencio fueron condenados los otros, los diferentes,
los “incapaces”, los no blancos, los no hombres, los no
adultos, los no letrados. Por
negación el silencio se convirtió en un antídoto para mantener las certezas, la seguridad de los blancos, los hombres, los adultos, los letrados.
Afuera, en silencio permanecieron los otros. Enmudecieron las historias paralelas
que narraban de otro modo
los sentidos de la vida. La voz
del conquistador se levantó
sobre los mares y ciudades,
en el campo de batalla quedaron los cadáveres silenciados para siempre y los vencidos aceptaron el silencio
como una forma de sobrevivencia. Entonces nacieron los
susurros, la negación más
poderosa del silencio.
En el intento por preservar la
memoria, muchos callaron,
pero encontraron formas
para dotar de contenido a sus
silencios. Y avanzaron y el
murmullo creció y el poderoso desató sus bestias para la
cacería, desesperado porque
sus instrumentos de registro,
diseñados para el estruendo,
captaban el desasosiego pero
no lograban ubicar la fuente,
que a golpe de susurros, alte-
El silencio no era entonces
suficiente para preservar el
orden, expropiar la palabra
tenía un efecto adverso, los
enmudecidos encontraban
siempre alguna forma para
pronunciar la palabra prohibida: el chasquido de un
beso a deshoras, la pregunta que de tan inocente sacudía los cimientos de las instituciones, la risa que
trastocaba el orden de la
vida, el llanto que abría compuertas a lo negado, la música, la poesía, el pincel que
trazaba irreverente una historia trasgresora. El poderoso entendió que no bastaba
la condena al silencio y decidió ensayar otros métodos:
en adelante, los silenciosos
serían representados por
una voz autorizada y legítima. No más silencio, sino
mediación; los otros, los
periféricos y los marginales
deberían estructurar su discurso ateniéndose a los modelos del grupo dominante.
A la palabra pública se accedía por representación y
siempre a condición de aceptar una reglas y unos modos
de enunciación. Lo público,
es decir, el territorio del encuentro colectivo, se convirtió así en simulacro del espacio para decir las diferencias. La palabra, blanca, masculina, adulta, letrada, lejos
de debilitarse fortaleció su
poder al transformar la condena al silencio en participación regulada.
Lo proscrito, lo estigmatizado, lo invisibilizado, lo otro,
fue acallado mediante la domesticación. El malestar no
despareció, quedó ahí, latente, rasgando de vez en vez, el
velo de la oscuridad.
Por ello, escuchar los silencios, hacer su arqueología,
trazar sus coordenadas es el
intento por hacer salir de la
clandestinidad las historias
que más allá del dato evidente, ayuden a situar el tema de
la paz, de una paz necesariamente multicultural, fundamental para los tiempos nuevos, no como un estado de
no-guerra entre diversos o
como ausencia de conflictos
visibles entre iguales, sino
como la relación primaria que
haga posible la inclusión del
otro, una paz capaz de oponerse a las violencias amorfas
y difusas que nos habitan. La
hipótesis de fondo es que las
violencias acrecientan sus
dominios, alimentándose del
miedo, del silencio y de la incapacidad política para dejar
atrás el proyecto que expulsó de la palabra a tantas y tantos, que fueron pensados
como ciudadanos de segunda.
LO QUE OCULTA EL DECIR:
EL ESPACIO PÚBLICO Y
LA DIFERENCIA COMO
ANOMALÍA
En buena medida el orden
social que conocemos preserva su sentido a través del sometimiento de los lenguajes
irruptivos a una tipificación
normalizada. Se trata de un
proceso histórico cuya fuer-
za radica en el convencimiento de que no hay otro orden
posible y de que sus normas,
sus reglas, sus preceptos son
“naturales”. Las doxas, como
las ha llamado Bourdieu
(1997), son verdades autoevidentes, es decir, que no pasan
por un proceso reflexivo, que
se instalan como sentido común y terminan por convertirse en filtros para entender
la realidad y actuar sobre el
mundo: “los niños y jóvenes
deben escuchar y callar”; “las
mujeres son débiles”; “los indígenas son flojos e incapaces”. Las doxas proveen un
repertorio de “verdades” que
orientan la interacción social.
La doxa representa también
una manera de acallar visiones diferentes, de colocar un
“centro”, una voz legítima, un
valor no cuestionable. Pero lo
que me interesa resaltar de
este viejo mecanismo social
que hoy adquiere una importancia clave en el contexto de
la comunicación intercultural
mediática, es su capacidad
para convertirse en coartada
y discurso (auto) justificatorio tanto para la exclusión como para el enclaustramiento de las identidades.
La doxa, como discurso persistente sobre la norma, el
deber ser, lo único legítimo y
el temor a su transgresión,
dificulta, aleja, complica la
posibilidad de revisar el pacto social, que sigue anclado a
un imaginario al que parece
resultarle imposible, desde el
abismo cultural que separa a
los “nosotros” de los “otros”,
otorgarle un lugar no amenazante a la diferencia.
R. Reguillo
raba el orden de los sonidos
conocidos.
77
76
77
Un mapa de los silencios
La diferencia resulta un tema
clave para el mapa de los silencios y viceversa.
La negación, primero explícita y luego implícita, del acceso al espacio público de numerosos actores sociales, en
tanto éste se conformó con
los valores de un proyecto
dominante, trajo como primera consecuencia, la separación entre el mundo de lo público y el mundo de lo privado, lo exterior y lo interior. Lo
exterior como territorio masculino, lo interior como sinónimo de lo femenino, pero
más allá de esta oposición de
géneros, lo exterior se transformó en el espacio de lo importante y lo interior fue pensado como lo residual, lo no
importante, lo prescindible.
Y al operarse y afianzarse
esta disociación de mundos,
el espacio público como foro
para expresar distintas opiniones, para elaborar programas, para rectificar y ratificar
opiniones, para tomar posición, negó su sentido al excluir de la palabra a los habitantes de lo interior: las mujeres, los niños, los enfermos,
más tarde, los ancianos; todos ellos seres transparentes
y marginales.
“Los residentes que por cualquier motivo, no alcancen los
patrones de normalidad (ciudadanos enfermos, ciudadanos inválidos y seniles y todos los que merezcan estar
aislados temporariamente
del resto) quedarán confinados a zonas por fuera de los
círculos a cierta distancia.
diálogos
de la
69
comunicación
Los residentes que merezcan
la muerte cívica, es decir la
exclusión de por vida de la
sociedad, serán encerrados
en celdas cavernarias, al lado
de los biológicamente muertos, dentro del cementerio
amurallado” (Bauman, 1999)
Este extensa cita consignada
por Zygmut Bauman, recoge
el planteamiento de los planificadores y administradores
urbanos de 1755, en pleno
auge de la administración urbana moderna. Su formulación sigue siendo vigente
pese a la transformación de
los enunciados. Exploremos
la continuidad de este pensamiento.
Dos palabras llaman poderosamente la atención: “normalidad” y “círculos” , que para
efectos prácticos son la misma. Consolidado el pensamiento excluyente del espacio público, se trazó el
parámetro de “normalidad”,
los ciudadanos deberían apegarse y “parecerse” a la norma, si su deseo era el de “incorporarse” al círculo. Las
“zonas de confinamiento a
cierta distancia”, más allá de
su traducción literal a una
coordenadas espaciales, significaba el exilio en una geografía política dictada desde
un centro que definía quiénes
“merecían” la separación
temporal o la “muerte cívica”.
Un paseo por la historia, permite ver que aquellos que
merecían este exilio (poco
metafórico) no eran siempre
ni necesariamente los más
perversos delincuentes, sino
aquellos otros, en los que
desde el “círculo de la normalidad”, se leían los rasgos de
una identidad deteriorada.
enfermos, mujeres, niños, ancianos.
En la institucionalización de
este espacio público, un mecanismo importante fue el
combate contra aquellas
identidades “opacas” en tanto portadoras de otras costumbres y valores. Se codificaron las categorías para pensar al otro, para fijarlo de
acuerdo a los parámetros de
los “legítimos” moradores del
espacio público. El enemigo
interno, el hereje; el enemigo
externo, el extranjero, la representación más pavorosa
de la otredad. Y a la manera
de los modernos medios de
comunicación, circularon en
ese entonces los relatos terroríficos sobre los desviados. En la expansión del mundo desde el periodo colonial
hasta el cientificismo del siglo XIX, los cronistas y científicos de la época consignaron, con un enorme éxito de
verosimilitud, la anomalía.
Los otros, eran feroces, salvajes, caníbales, promiscuos y
sobre todo, inferiores.
La leyenda de la supremacía
racial, no nacía con Hitler y
el Tercer Reich, en 1853, el
conde José Arturo de
Gobineau, fundador del racismo moderno 1 , presentaba
cuatro volúmenes sobre “la
desigualdad de las razas humanas” y decretaba “toda civilización proviene de la raza
blanca y ninguna puede existir sin el concurso de esta
raza”. De los negros decía
Por la misma época en el Diccionario clásico de historia
natural (Dictiónnaire clasique
d’histoire naturelle, 1852),
Bory de Saint-Vincent, registraba quince especies humanas repartidas en la tierra. De
la primera, es decir, la blanca, se decía que era “la más
bonita y la más inteligente”,
y por supuesto la “más púdica, porque los dos sexos se
avergonzaron inmediatamente de su desnudez”. De la última, la más “diferente” de todas, que correspondía a los
negros, en esta “historia natural”, se señalaba que “su
lenguaje se reduce a una especie de cacareo. Sin leyes,
sin religión, habitan en cavernas y son tan brutos, perezosos y estúpidos que se ha renunciado a reducirlos a la esclavitud”.
Para la mentalidad de aspiraciones democráticas, estas
“verdades” científicas, pueden despertar sonrisas y gestos de irónica diversión; sin
embargo, se trata de un pensamiento que caló hondo en
los procesos de conformación y codificación de la diferencia, que terminó por convertirse en sinónimo de “anomalía”.
Hoy, para los migrantes mexicanos, que a costa de arriesgar la propia vida, cruzan to-
dos los días rumbo al
“american dream”, Gobineau
y San Vincent, no han muerto, encarnaron, se mantuvieron vivos en la memoria de
los “power rangers” tejanos,
cuyo deporte favorito en esta
temporada es el de cazar
migrantes bajo la consigna de
combatir
la
anomalía
(Reguillo, 2000).
Rastrear los procesos que
han conformado el sentido de
la esfera pública, hace posible comprender no sólo la
persistencia de cierto tipo de
pensamiento, patrimonio del
sentido común, sino además,
estar en condiciones de atender los quiebres, las rupturas,
las transformaciones.
Hoy como nunca, en la era de
la aceleración tecnológica
que acrecienta la interacción
entre culturas e identidades
diversas y en el contexto de
una globalización como proyecto económico/político,
que engancha lo que le sirve
y deshecha lo que le estorba
(Castells, 1999), resulta fundamental proyectar nuestras
preguntas al pasado para
analizar cómo en la actualidad, desde estos círculos sin
centro del los nuevos poderes globales, se sigue decidiendo quiénes son los
inviables, se trate de países
o personas. Y pese a que el
discurso y los dispositivos
de exclusión y sanción se disfracen de mayor civilidad,
los mecanismos para condenar al otro a la “muerte cívica”, al “cementerio amurallado”, no han cambiado en lo
sustantivo.
Cómo pensar la paz sin hacernos cargo de esta historia de
negaciones, sin confundirla
con un peligroso ajuste de
cuentas, cómo invertir los signos del silencio para trasformar nuestra concepción de lo
público, en una donde lo privado no sea su contrario, sino
su complemento, en una donde la palabra libre fluya sin
tropezar con la estigmatización de sus portadores.
POLÍTICAS DE IDENTIDAD:
ENTRE LA NEGACIÓN Y EL
PATERNALISMO
No se trata aquí de desarrollar un esquema teórico para
el análisis de las identidades
sociales, pero resulta inevitable colocar algunos elementos que permitan ubicar la
discusión.
En primer término hoy sabemos que la identidad no es
una esencia, aunque algunos
permanezcan atrapados en
esta peligrosa idea; se trata
de un concepto relacional,
que supone simultáneamente
un proceso de identificación
y un proceso de diferenciación, lo que implica necesariamente una tarea de construcción, la identidad se construye en interacción (desnivelada) con los otros, los
iguales y los diferentes. La
identidad instaura su propia
alteridad. Sabemos también
que las identidades son históricas, aunque en el pensamiento actual, se abra un debate importante en torno a
las identidades efímeras y
cambiantes, que en estricto
R. Reguillo
“sus sentidos más desarrollados son el gusto y el olfato,
lo que hace pensar en los animales. Su suprema ambición
es comer. Jamás saldrán del
círculo intelectual más limitado”.
79
78
79
Un mapa de los silencios
sentido, serían más que identidades, “identificaciones”. Es
esta constante histórica de
las identidades la que posibilita entender por ejemplo, la
reedición de las luchas
étnicas y religiosas o, la que
permite aquilatar el tamaño
de la incertidumbre y del desamparo que provoca la crisis
de las identidades nacionales, pensadas en el pasado
como esencias y atributos
naturales; es esa dimensión
histórica la que explica la necesidad de muchas comunidades de colocarse ante el
mundo a partir de un esquema de buenos y de malos.
En su trilogía sobre la sociedad contemporánea, el español Manuel Castells (1999),
plantea que las identidades
pueden agruparse bajo dos
lógicas: las identidades defensivas y las identidades proyecto. Las primeras, serían
aquellas que ante los embates del mundo moderno, desarrollan esquemas de
sobrevivencia cuya característica es la “defensa” frente
al entorno, ahí ubica lo mismo a los fundamentalistas del
islam, a los defensores de las
buenas costumbres y de la
moral victoriana, tanto como
a los indígenas zapatistas. En
su análisis, las identidades
proyecto serían aquellas que
pasan de la defensa a una actitud pro-activa, es decir a la
elaboración y defensa de un
proyecto, ahí por ejemplo, el
movimiento feminista, el
ecologista, entre otros. El esquema es impecable pero me
parece un poco falto de matices, en tanto no es lo mismo
diálogos
de la
71
comunicación
cuando hablamos de las
“identidades defensivas indígenas”, que cuando hablamos
de las “identidades defensivas del renovado nacismo
europeo”, quizás es cierto
que ambas “reaccionan” ante
ciertas amenazas, pero hay
una enorme diferencia: mientras que a las primeras se les
ha negado la aspiración siquiera de ser reconocidas en
condiciones equitativas en el
espacio público, las segundas, tienen posibilidades de
hacerse gobierno y proyecto
colectivo. Es esta historia cultural que he tratado de esbozar aquí, lo que explica las
dificultades que experimentan numeras comunidades
para transformar la “identidad defensiva” en una “identidad proyecto”, las condiciones no son equivalentes y hay
un pasado con toda su carga
de símbolos de exclusión, de
sanciones y condenas que no
pueden eludirse si se aspira
a colocar el tema de las identidades culturales y su reconocimiento, como la dinámica primera para una paz
multicultural, el mayor desafío que enfrenta la sociedad
global.
Volvamos a la identidad proyecto. Gracias a los estudios
culturales, especialmente los
latinoamericanos (Martín
Barbero, García Canclini, Carlos Monsiváis, entre otros y
otras) que han desmontado
pacientemente el proceso
que conformó la modernidad
latinoamericana, se ha vuelto visible el impacto que el
pensamiento eurocéntrico
tuvo en el “diseño” y trazado
sociopolítico y cultural de
nuestras sociedades.
Pese al mestizaje, en el que
algunos han querido ver una
especie de cuento de hadas
que hizo posible la fusión sin
conflictos, las identidades
nacionales se tejieron a partir de las narrativas que provenían, principalmente, de la
consolidación hegemónica de
una manera de leer el mundo.
La identidad proyecto del Estado nación, se consolidó
mediante dos operaciones
fundamentales: la negación y
el paternalismo.
Para ilustrar esta idea, no resisto la tentación de reproducir lo que el primer Larousee
(1876), favorito de chicos y
de grandes, colocaba en la
entrada “negro”:
“Si bien los negros se acercan
a ciertas especies animales
por sus formas anatómicas y
sus instintos groseros, difieren de ellas y se acercan al
blanco en otros sentidos, lo
cual debemos tener muy en
cuenta. Están dotados de palabra, y mediante la palabra
podemos anudar con ellos
relaciones intelectuales y
morales, podemos intentar
elevarlos hasta nosotros...Su
inferioridad intelectual, lejos
de conferirnos el derecho de
abusar de su debilidad, nos
impone el deber de ayudarlos
y protegerlos”2
De la demonización primera,
la cultura dominante pasó a
la mirada condescendiente,
aquella que solo le es permitida al que se sabe portador
Visto desde los territorios de
la exclusión el silencio fue
una forma de defensa, una
manera de sobrevivir al estigma, una manera de preservar
la diferencia. Por ello no son
equivalentes todas las identidades defensivas, ni los proyectos iguales.
Si como hoy reconocen los
teóricos, los políticos, los
movimientos sociales, se
abren tiempos inéditos para
trazar nuevas coordenadas
para una democracia global
que realice el derecho de todos y de todas a la (auto)representación en condiciones
de igualdad en el espacio público, las preguntas a plantear pasan por una mirada
sincrónica a los procesos en
los que hoy nos reconocemos
y reconocemos a los otros,
una mirada que requiere rom-
per con inercias y peligrosas
amnesias que olvidan fácilmente cómo hemos llegado a
esta orilla de la historia.
UN PRESENTE
AMORDAZADO
Quiero referirme entonces a
cuatro espacios fundamentales para pensar en sus
arraigos empíricos, el problema de la representación de lo
otro y su relación indisociable con los procesos de
interacción que hoy reclama
una sociedad crecientemente
interconectada: la familia, la
escuela, la ciudad y los medios de comunicación, la televisión especialmente, la
gran proveedora de imágenes
y discursos para leer el mundo.
1) El quiebre de la familia
como institución nuclear de
la sociedad, ha sido objeto de
numerosos estudios, análisis,
discursos políticos. Más allá
de la crisis real por la que
atraviesa y que no es mi intención analizar aquí, es indudable que la familia en las
proteicas formas que hoy adquiere (monoparentales, con
jefaturas femeninas, homosexuales), sigue gozando de
enorme prestigio y credibilidad, en ella se sigue depositando el trabajo de socialización y por ello mismo, a ella
se le culpa del “deterioro” y
de la degradación de los valores “universales”. Es en la
familia donde se tejen los relatos que habrán de convertirse en “verdades” orientadoras para actuar sobre el
mundo. En tanto la familia no
es una célula aislada, impermeable al entorno, no es posible generalizar los esquemas de socialización a los que
recurre, pero es posible afirmar que ella enfrenta y comparte los temores propios de
la sociedad actual. La familia
provee a sus integrantes de
una serie de códigos que siguen, en lo general, apelando al “temor al otro”, a lo diferente, reduciendo con ello
la capacidad de apertura cultural. Resulta entonces fundamental hacer salir de su clandestinidad los procesos mediante los cuales los “actores
de la comunicación” son socializados. Lo privado es político, dijeron las feministas
en 1960 y con esta frase apuntalaron lo que sería una de las
mayores críticas a la fragmentación y mutilación en las
maneras de concebir el mundo. Si en la familia, cualquiera que sea su estilo o especificidad, se desarrollan las formas básicas para dirimir los
conflictos, para enfrentar lo
diferente, para aceptar al
otro, resulta fundamental no
silenciar este “pequeño” espacio en el intento por (re)
construir una cultura de paz.
2) La escuela, una de las instituciones más asediadas por
la crisis de sentido que nos
habita, es un espacio clave
para la configuración de identidades respetuosas de la
alteridad, pero no logra, en lo
general, colocarse a la altura
de los tiempos. Los derechos
humanos, la comunicación
intercultural, los medios de
comunicación, no forman
R. Reguillo
de la verdad, infalible y poderoso. Ayudar y proteger al
otro, al diferente, aún en contra de su voluntad, significó
en este contexto desvalorizar
su cultura y obligarlo mediante dispositivos diversos a
aceptar la “normalidad” impuesta. La negación de la cultura otra y el paternalismo
sobre ciertos grupos sociales, aumentó el abismo de la
comunicación intercultural y
convirtió el aprendizaje de la
lengua del otro o bien en acto
de dominación o en acto de
sumisión, “si aquel cuya lengua estoy estudiando no respeta la mía, hablar su lengua
deja de ser un gesto de apertura y se convierte en un acto
de vasallaje y sumisión”
(Maalouf, 1999;58).
81
80
81
Un mapa de los silencios
parte sustantiva de su
curricula. En su afán por el
desarrollo de destrezas y habilidades, la escuela ha descuidado, en lo general, la socialización del nuevo ciudadano y los saberes sensibles,
que los habitantes de este
mundo globalizado requieren
para coexistir en armonía. En
un interesante estudio realizado por Tomás Calvo, sobre
los libros de texto españoles,
con el elocuente título de
“Los racistas son los otros”
(1989), se llega a la conclusión de que estos libros de
texto han puesto el problema
del racismo como “un mal de
los otros”, que se focaliza en
Estados Unidos, en Sudáfrica,
en Alemania. La incapacidad
para pensar y hacer visible
las abiertas o sutiles formas
de racismo que operan en
nuestras sociedades, ha abonado el terreno para que se
siga justificando la existencia
de ciudadanos de primera y
ciudadanos de tercera. La tarea reflexiva de una escuela
en todos sus niveles, que se
proponga contribuir en la
construcción de esta atmósfera pacífica y respetuosa, es
la de proporcionar los insumos para el análisis de la propia cultura, para leer los signos de la exclusión que hoy
construyen nuevos enemigos. Repartir las culpas a los
otros y eludir los temas más
sensibles en un momento en
el que se aceleran las
inequidades estructurales,
ayuda muy poco a la cultura
de la paz.
3) El exilio en la propia ciudad es una experiencia na-
diálogos
de la
comunicación
rrada y vivida de diferentes
modos por hombres y mujeres que perciben el entorno
urbano como un territorio
poblado por demonios que
amenazan diferentes órdenes de la vida social, desde
la vulnerabilidad física hasta los temores morales, pasando por la desconfianza
generalizada ante las instituciones. La ciudad asume el
rostro de la inevitabilidad de
la violencia. Ciudad y violencia se han convertido en sinónimos, en imaginario
indisociable, en palabras
intercambiables.
La violencia se experimenta
como dato fatal e ineludible,
como tributo necesario y cotidiano a la aventura urbana,
adrenalina que suda por los
cuerpos como evidencia de
una condición ciudadana que
asume “irremediablemente”
su contribución al ritual que
une y fragmenta, el miedo.
Un lamento generalizado que
deviene cofradía de miedos;
unidos en el temor a las violencias, se aporta desde la
experiencia propia, la del vecino, la del relato televisivo,
la de la nota policíaca, para
dar forma a esa escultura viva
en la que cada quien cincela
sus temores. El miedo a la violencia, la sentimiento de indefensión, acuerpan, generan
una comunidad de la que quedan excluidos los que no tienen un relato que aportar,
una aventura terrible por narrar, un miedo confesable y
por lo tanto, honroso. “Tenemos miedo”, es el santo y
seña de los “cofrades”.
El miedo a la violencia, el
miedo a sus operadores, se
alimenta de la construcción
intersubjetiva de sus formas
de presencia en el espacio
urbano, funda un sentimiento de solidaridad de grupo
donde “la víctima sustituye
al ciudadano” (Mongin,
1993). Cuando la victimización es el atributo que define las formas de auto y
heteroreconocimiento en la
ciudad, se genera efectivamente un sentido de “cuerpo” cuyos lazos precarios e
inestables configuran una comunidad emocional que dirige su energía contra lo que
percibe como el enemigo externo o el transgresor interno. Anclados en esta idea de
cuerpo colectivo, aparecen
en el espacio público un conjunto de prácticas y formas
de respuesta que encuentran
su justificación en las
dicotomías orden/ desorden,
amenaza/protección. Bajo el
supuesto de una vaga
corresponsabilidad entre el
Estado y la ciudadanía, se
ampara el crecimiento de
grupos de autodefensa civiles. Los llamados “vecinos vigilantes” o “vecinos alertas”,
que operan en barrios y urbanizaciones de manera legal, en diferentes ciudades
mexicanas, construyen redes
de interacción vecinal cuyo
tejido carece de memoria y
del soporte de instituciones
previas. En la ciudad, “vecino”, no es ya la persona con
la que se comparte una historia de solidaridades previas, sino la persona con la
que se comparte la zozobra,
con la que se comparte un
4) Los medios de comunicación le disputan a las instituciones tradicionales la hegemonía en la construcción de
los sentidos sociales de la
vida. La televisión principalmente ha pasado de ser un
“medio” para convertirse en
representante (de algo tan
difuso como la “opinión pública”), gestora, crítica y juez.
Indudablemente las formas
de comunicación que han
hecho posible estos dispositivos tecnológico/culturales
han contribuido a fortalecer
un ambiente de intercambios
entre visiones diferentes. Lo
que aquí me interesa enfatizar es que la televisión ha
operado un transformación
radical en la noción de “visibilidad” y ha dotado al silencio y a la voz de elementos
que debemos analizar.
La visibilidad, se ha convertido no sólo en uno de los
debates fundamentales para
los movimientos sociales
contemporáneos, sino además en un problema clave
para el sostenimiento de
identidades, proyectos y conflictos en el ámbito de lo que
ha dado en llamarse “opinión
pública”, a la que suele reducirse a la anónima y generalmente inasible percepción
ciudadana de los acontecimientos locales, nacionales o
internacionales. La opinión
pública es ese fantasma que
pretenden atrapar las encuestas, es ese o esa ciudadana
que habita en la imaginación
de los políticos afanados en
la captura de voluntades electorales, es esa fuerza que se
intuye importante para el impulso de ciertos temas en el
espacio público y sobre todo,
es esa optimista valoración
de la memoria y de la capacidad de hacer de las sociedades.
La visibilización de ciertos
temas, actores, territorios,
problemas, que puede ser
entendida como la “presencia” de estos elementos en los
medios de comunicación masiva, se constituye en la disputa que quizás mejor caracteriza el mundo contemporáneo y que, por ejemplo, en un
principio le valió al Ejército
Zapatista de Liberación Nacional, un reconocimiento de
críticos, detractores y simpatizantes a su capacidad para
hacerse visibles en el debate
internacional desde un movimiento localizado (que no local). Nos guste o no, hoy la
sobrevivencia de cualquier
movimiento social pasa por
su capacidad de mantenerse
en el debate, en ese espacio
público que como ya sabemos ha sustituido el encuentro cara a cara, la reunión en
la plaza, por esa compleja red
de portavoces “autorizados”
en que se han convertido los
nuevos medios de comunicación. Llevada al extremo, esta
formulación señalaría que “lo
que no existe en la tele, no
sucede”. La memoria ciudadana o mejor, la memoria de
los espectadores, está directamente articulada al repaso
que los historiadores del presente realizan cotidianamente desde sus trincheras
mediáticas. El olvido y el silencio tienen una relación directamente proporcional con
la falta de reiteración de temas, actores, territorios y
problemas en los medios.
Bajo esta lógica la visibilidad
no es un asunto menor, es y
será una cuestión crucial,
para el tema que nos ocupa.
Muchas críticas pueden
planteársele a esta lógica que
parece estar trastocando la
formas tradicionales de hacer
política; sin embargo, en la
misma medida en que resulta necesario hacer su crítica,
resulta fundamental no ignorarla, en tanto distintas evidencias señalan que a mayor
visibilización menor vulnerabilidad o mejores posibilidades de impulsar en una cierta dirección un acontecimiento. De ahí que los diversos
poderes inviertan tanta energía en oscurecer o invisibilizar una problemática. La
R. Reguillo
código que se agota en señales de alerta y en rutinas
preestablecidas. Se trata de
un ente anónimo que sólo
adquiere corporalidad en la
defensa del territorio común,
pero del que se depende en
la oscuridad. La plataforma
de estas redes está fundada
en el miedo y en el peligroso
supuesto de la capacidad
para descifrar, en común, las
señales de amenaza. Frente
a la cohesión social que hacen posible, resaltada por
sus operadores y simpatizantes, hay que señalar que estas estrategias de sobrevivencia urbana frente a la percepción de la intensificación
de la violencia, comportan
fuertes dosis de intolerancia,
represión discrecional y división social3 .
83
83
82
80
Un mapa de los silencios
cuestión es compleja ya que
la rutina de los medios, en su
inclemente y estratégica búsqueda de la “nota caliente”,
tienden a abandonar aquellos
acontecimientos que se hacen “viejos” y a reinventar el
mundo cada día en una persecución itinerante de lo más
novedoso, lo más original, la
nota única, lo más asombroso, la exclusiva.
Como muchos de los movimientos sociales están organizados en torno a problemas
tan poco novedosos como la
pobreza, la exclusión, la desigualdad, la injusticia, deben,
en lo general, aportar unos
cuantos muertos, una creativa forma de protesta o manifestación, una acusación de
proporciones apocalípticas
contra instituciones o personas para que su historia adquiera el estatuto de
“noticiable” y por lo tanto su
problema se vuelva visible
para la “opinión pública”. Los
movimientos se ven así obligados a incorporar la lógica
o estrategia de la dramatización del conflicto para unos
espectadores exigentes que
demandan originalidad y
emoción en el contexto de
una escena pública turbulenta.
La foto de la policía embistiendo a macanazos sobre
ciudadanos inermes sorprende ya poco; el plantón de
unos maestros en busca de
hacer visible su protesta por
mejores salarios, no resulta
tan conmovedora como las
abuelas de “Eliancito” que
apelan a los sentimientos
diálogos
de la
comunicación
fraternos en un mundo que
ha olvidado los lazos familiares; la situación de sobre-explotación de los jornaleros
indígenas que nomádicamente se ven sometidos a nuevas
formas de esclavismo en pos
de los tomates que los vuelvan momentáneamente “viables”, son acontecimientos
que envejecen de aburrimiento, de falta de originalidad,
del ingrediente de asombro
demandando por esa opinión
pública, curtida a fuerza de
tantos muertos, tanta sangre,
tanto dolor.
General de Huelga) de la
UNAM, su empecinada persecusión de la nota que los volviera más famosos que ayer,
más
noticiables
que
“Eliancito”, más originales,
más permanentes?, ¿por qué
la sorpresa ante las estrategias que de manera consciente o no, muchos movimientos
están utilizando para llamar
la atención sobre el drama
contemporáneo? Por qué la
culpabilización, si a final de
cuentas, ningún movimiento
surge al margen de la sociedad que lo produce.
En la escenificación del drama cotidiano, en la lucha por
la visibilidad, por los “quince
minutos” de presencia en los
medios, se desdibuja el proyecto y muchos de los movimientos sociales terminan
siendo rehenes de su propia
fotografía, de su propia existencia efímera, en una competencia feroz por mantener la
atención de unos ojos anónimos que apenas se intuyen.
La pregunta, en todo caso,
gira en torno a lo que está
produciendo la llamada sociedad de la información y de
qué manera los medios, la televisión contribuyen a generar un clima en el que la paz
sea también noticiable.
Si el costo de la visibilización
será el de la espectacularización creciente, es previsible
que en los próximos años del
siglo por estrenar, los movimientos sociales incorporen
en sus estrategias políticas, la
búsqueda de la presencia en
los medios y con ello, la apropiación de ciertas lógicas que
para los antiguos habitantes
del siglo XX, tal vez sigan resultando extrañas.
Si la tendencia se mantiene y
hay razones de peso para
pensar que así será, desde
una visión pesimista del futuro, asistiremos cada vez más
a la búsqueda de la espectacularización del drama político. Por ejemplo, ¿con qué
autoridad moral recriminar a
los paristas del CGH (Comité
Si para los hombres y mujeres que vivieron en la Europa
de los siglos XV y XVI, el latín
se convirtió en un instrumento indispensable de sobrevivencia y, como nos hacen saber algunos historiadores
“...hasta cocheros, barqueros
y personas de vil condición...se hacen entender por
esa lengua”, el lenguaje de los
medios, que parece ser el único que hoy garantiza cierta
visibilidad y por ello, menos
vulnerabilidad, se constituye
hoy en una herramienta necesaria para la sobrevivencia.
más cuestionable capacidad de respuesta del gobierno y de sus fuerzas
públicas, las agencias privadas de
seguridad aumentaron en casi dos
mil personas su número de efectivos
altamente entrenados; a la misma velocidad, crecen los contratos privados para potenciales víctimas de secuestro. Aunado a la existencia de
estos grupos y de manera complementaria, florece la industria privada de seguridad, a través de la oferta
de “paquetes” completos que incluyen no solamente al “vigilante”, sino
1. Para profundizar estos aspectos, ver L. Boia (1997),
Borja
Gómez
(1998);
Delumeau (1989).
2. Citado en Lucian Boia, Entre el ánBarcelona, 1997.
sitivos tecnológicos para la autoprotección. La desigualdad también se
expresa en el territorio de las violencias, hoy sólo quien puede pagar tiene derecho a una (precaria) tranquilidad.
BAUMAN, ZYGMUT (1999):
La globalización. Consecuencias humanas. FCE, Buenos
Aires.
BOIA, Lucian (1997): Entre el
ángel y la bestia. Editorial
Andrés Bello, Barcelona,
1997.
3. Otro analizador potente de las for-
BORJA GÓMEZ, Jaime Humberto
mas del miedo en la ciudad en sus
(1998): Rostros y rastros del demonio
vínculos con el tejido social y con el
en la Nueva Granada. Indios, negros,
clima creciente de autoritarismo, es
judios, mujeres y otras huestes de Sa-
el del aumento de los grupos
tanás. Ariel Historia, Santa Fé de Bo-
policiacos privados. En el lapso de
gotá.
dos años, en Guadalajara, por ejemplo, ciudad en la que la presencia del
BOURDIEU, Pierre (1997): Razones
narcotráfico a partir de la década de
prácticas. Sobre la teoría de la acción.
los ochenta ha significado un fortale-
Anagrama, Barcelona.
R. Reguillo
Una cultura de la paz será
posible si la sociedad encuen-
lincuencia organizada y una cada vez
además sofisticados equipos y dispo-
Creo que el asunto es muy
sencillo al mismo tiempo que
bastante complejo, escuchar
los silencios, los susurros, el
malestar expandido, puede
contribuir al desafío que implica volver inútil la opción
por la violencia.
gel y la bestia. Editorial Andrés Bello,
Si como creo, toda crisis es
simultáneamente oportunidad, el momento presente
debería ser visto como posibilidad de encuentro, a condición de hacer de la comunicación, vehículo primero de
la socialidad, un puente entre
mundos diversos.
cimiento (y modernización) de la de-
BIBLIOGRAFÍA
Estoy convencida de que esta
es una tarea que exige
historizar nuestra mirada
para entender el presente e
imaginar el futuro, en el afán
de transformar la memoria
del pasado en un potente faro
que nos permita descubrir la
presencia del dominador, del
inquisidor, en nuestro cuerpo, en nuestra casa, en nuestras ciudades, en nuestros
medios, en nuestros corazones, en nuestra palabra. La
paz no puede ser la ausencia
de sonidos sino la suma
articulada, armónica y equitativa, de las voces de todos,
ello exige salir a la intemperie, como quería De Certeau,
a “despertar las historias que
duermen en las calles”.
tra los mecanismos para realizar la vocación multicultural
truncada por el poder, por los
miedos, la sospecha, la costumbre de afirmar lo propio
mediante la negación de lo
otro. Resulta urgente decretar una amnistía que haga
posible revisar los trayectos
de lo que ha sido callado. En
el debate por venir, va en juego la posibilidad de traer un
futuro en el que nadie pueda,
en función de ninguna creencia, ideología, interés, amordazar al otro.
NOTAS
He tratado de colocar algunas
ideas en torno a cuatro espacios estratégicos para pensar,
desde los territorios de la
comunicación Intercultural,
una agenda que ayude a contrarrestar la parálisis frente a
las violencias, la intolerancia,
el endurecimiento de los discursos autoritarios, la creciente atmósfera de limpieza
social y los brotes alarmantes
de justicia por la propia
mano.
85
84
85
Un mapa de los silencios
BURKE, Peter (1996): Hablar y callar.
REGUILLO, Rossana (2000b): “Los la-
Funciones sociales del lenguaje a tra-
berintos del miedo. Un recorrido para
vés de la historia. Gedisa, Barcelona.
fin de siglo”, en Revista de Estudios
Sociales No. 5. Facultad de Ciencias
CALVO BUEZAS, Tomás (1989): Los
Sociales, Universidad de los Andes/
racistas son los otros. Gitanos, mino-
Fundación Social, Bogotá. Pp.63-72.
rías y derechos humanos en los textos
escolares. Editorial Popular, Madrid.
——(2000c): “Violencias expandidas.
Jóvenes y discurso social”, en JOVEN-
CASTELLS, Manuel (1999): La era de
es. Revista de Estudios sobre la Juven-
la información. Economía, Sociedad,
tud No. 7. CIEJ, Instituto Mexicano de
Cultura. Vol. II. El poder de la identi-
la Juventud.
dad. Siglo XXI, México.
——(1999): “Imaginários globais,
CERTEAU de, Michel, Luce GIARD y
medos locais: a construçao social do
Pierre MAYOL (1999): La invención de
medo na cidade”, en Lugar Comum.
lo cotidiano 2. Habitar, cocinar. Uni-
Estudios de mídia, cultura e democra-
versidad Iberoamericana/ITESO,
cia No. 8. NEPCOM, UFRJ, Río de
México.
Janerio. Pp. 129-155.
DELUMEAU, Jean (1989): El miedo en
——(1999b): “Poderes sedentarios,
occidente. (Siglos XIV-XVIII). Una ciu-
narrativas itinerantes. Notas sobre
dad sitiada. Taurus, Madrid.
políticas de identidad”, en Nómadas
No. 10, DIUC/Universidad Central,
HOBSBAWN, Eric (1995): Historia del
Bogotá.
siglo XX. Crítica, Barcelona.
THOMPSON, John B. (1998): Los meMAALOUF, AMIN (1999): Identidades
dia y la modernidad. Una teoría de los
asesinas. Alianza Editorial, Madrid.
medios de comunicación. Paidós comunicación, Barcelona.
MARTIN BARBERO, Jesús (1994):
Mediaciones urbanas y nuevos esce-
UNESCO (1996): Nuestra diversidad
narios de comunicación. FUNDARTE/
creativa. Informe de la Comisión Mun-
Ateneo, Caracas.
dial de cultura y desarrollo. Ediciones
UNESCO, México.
MONGIN, Olivier (1993): El miedo al
vacío. Ensayo sobre las pasiones democráticas. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.
MONSIVAIS, Carlos (1999): “De no ser
por el pavor que tengo, jamás tomaría precauciones. Notas sobre la violencia urbana”. En Letras Libres No.
5, Año I. México. pp. 34-39.
REGUILLO, Rossana (2000): “Power
rangers”, en Periódico Público (19/05/
00), Guadalajara.
diálogos
de la
comunicación
S. Caggiano
Sergio Caggiano
Identificación
desde el afuera.
Apuntes sobre la
recepción de
inmigrantes en
la ciudad de
La Plata
Profesor-investigador de la Facultad de Periodismo y
Comunicación Social de la Universidad de La Plata
E-mail: [email protected]
113
diálogos
de la
comunicación
112
113
Sergio Caggiano
Identificación desde el afuera
I. INTRODUCCIÓN
Los fenómenos de construcción de identidades sociales
son procesos complejos,
cambiantes y nunca plenamente cerrados que involucran a varios tipos de actores
sociales entre los cuales se da
un juego conflictivo en el que
las significaciones propuestas por unos y otros acerca de
sí mismos y de los otros buscan imponerse como las más
adecuadas a la realidad y las
más convenientes. El logro de
la hegemonía en la disposición y reparto de propios y
extraños en el espacio social,
la fijación de cada quien en
el lugar que le corresponde,
las diversas caracterizaciones y valoraciones mutuas, la
definición de las relaciones
diálogos
de la
67
comunicación
posibles y deseables entre los
participantes, en fin, la dinámica de envíos y reenvíos que
pretende delimitar posiciones, obligaciones, garantías y
posibilidades propias de cada
uno es el primer paso para
organizar de una manera específica y no de otra el juego
de lo social. Esta complejidad
ha sido puesta de manifiesto,
durante los últimos años y
según sus particularidades,
desde numerosas perspectivas en ciencias sociales y humanas (Anderson, B., 1993;
Bauman, Z., 1994; Castells, M.,
1998; García Canclini, N., 1992
a y b; Hall, S., 1990 y 1995;
Laclau, E. y Mouffe, Ch., 1987;
Laclau, E., 1993 y 1996; Piqueras Infante, A., 1996; Raus, D.,
1993; Romero, L. A., 1987;
Ruben, G., 1992; Touraine, A.,
1997; Vila, P., 1993; etc.).
Por nuestra parte hemos ensayado durante los dos últimos años un acercamiento al
estudio de lo que llamamos
“la construcción de la identidad de los inmigrantes bolivianos y peruanos en la ciudad de La Plata”. Atentos a lo
apuntado recién, hemos efectuado nuestra investigación
buscando abordar este fenómeno de acuerdo con lo que
se conoce como la interrelación entre la autoidentificación y la identificación desde el afuera (Romero, L. A.,
1987; Piqueras Infante, A.,
1996; Banton, M., 1980). Para
acercarnos al segundo de estos puntos, entonces, trabajamos sobre el material arrojado por un conjunto de entrevistas mantenidas con
miembros de la sociedad re-
ceptora que tuvieran o hubieran tenido algún tipo de contacto con alguno(s) de aquellos inmigrantes. Esto es lo
que constituye en la investigación el discurso social nativo1 .
A continuación, se presentará el trabajo efectuado sobre
los textos del discurso nativo
que refieren a los inmigrantes
cercanos2 y al proceso mismo
de inmigración y sus consecuencias. En primer lugar se
ofrecerá una apretada descripción (con algunas mínimas observaciones analíticas) de algunos de los ejes
conceptuales3 que han podido establecerse tras el
relevamiento del conjunto
discursivo en cuestión (varios, no obstante, por razones
de espacio, apenas podrán
ser mencionados). En un segundo momento se procederá a analizar tales ejes: serán
puestos en relación entre sí y
con sus subejes (intentando
definir vínculos que podrán
ser de correspondencia, dependencia, oposición, etc.); y,
por otra parte, se atenderán
también los resultados de su
contraste con los otros conjuntos discursivos abordados
en nuestra investigación (el
discurso inmigrante y el discurso mediático).
II. DESCRIPCIÓN DE LOS
EJES CONCEPTUALES
Los siguientes ejes conceptuales (con sus respectivos
subejes) nos permiten determinar una estructuración general del material en bruto
1- Inmigrantes como conjunto indiferenciado
1.a. Indiferenciación y entrada
multifocal.Lo que queremos señalar
aquí es que los inmigrantes
aparecen como una conformación más o menos homogénea, una figura sin mayores
distinciones internas que
agrupa una serie de elementos que cuentan únicamente
como parte de aquel compuesto, en tanto son definidos a partir del rasgo categórico que resulta ser el ser un
inmigrante. Esto puede observarse tanto en la alusión a los
“inmigrantes” a secas (operación que reviste, precisamente en y por su presunta
obviedad, quizá uno de los
efectos ideológicos más relevantes del proceso de recepción que pueden realizar los
miembros de la sociedad de
destino -volveremos luego
sobre esto-) como en la explícita minimización de las posibles diferencias existentes
entre ellos (inclusive de unas
tan reconocidas como las nacionales) que se manifiesta,
por ejemplo, en la declarada
ignorancia acerca de si se trata de unos o de otros de aquellos inmigrantes.
Este primer rasgo es reforzado por el hecho de que el ingreso a este país tiene lugar
por una multiplicidad de entradas o pasos, una cantidad
de puertas de acceso que
muchas veces son presentadas, además, como desconocidas para los habitantes locales. El venir de afuera y el
introducirse inesperadamente podría decirse que son los
dos elementos que cifran esta
generalización que se apoya
en la indiferencia a la vez que
la consolida. (ver punto 1.a.
del Anexo).
1.b. Necesidad de regulación y
clasificación.Incluimos como subeje, así, lo
que aparece como un reclamo reiterado que pretende
algún tipo de intervención
que vaya en la dirección de
solucionar lo que de problemático tiene justamente la
característica que destaca el
ítem anterior. Se trata, en consecuencia, de una suerte de
preciso llamado al orden, en
el sentido en que perseguiría
conjurar lo caótico y confuso
de un proceso indiscriminado de inmigración como el ya
descripto. Clasificar, regular,
seleccionar, distribuir son los
remedios exigidos para una
situación en la que el discernimiento parece hacerse difícil. (ver punto 1.b. del
Anexo).
2- Inmigrantes como “fuera
de la ley”.
Este segundo eje reúne una
serie de apreciaciones que
postulan una ligazón íntima
entre la inmigración (y, directamente, los inmigrantes) y
un espacio que estaría más
allá (o más acá) de la ley. Reconocemos en el discurso nativo tres formas principales
de producirse esta ligazón.
2.a. Inmigrantes y delito.La primera de estas formas
viene dada por la vinculación
de éstos con un ámbito genérico de lo delictivo en un movimiento que podríamos llamar delictualización de los
inmigrantes. Pueden distinguirse dos alternativas diferentes. De un lado, quienes
llegan a la Argentina desde
países cercanos son intrínsecamente delincuentes. De
otro, no llegan siendo tales
pero están condenados a que
circunstancias diversas los
conduzcan inevitablemente a
delinquir. (Anexo, 2.a.).
2.b. Inmigrantes y deberes con
el Estado argentino.Lo que podemos ver a la luz
del segundo de los subejes es
que los inmigrantes quedan
“fuera de la ley” puesto que
los hallamos en un estado de
exterioridad con respecto a
las fronteras que la legislación vigente plantea en cuanto a las cargas impositivas estatales. Se encuentran colocados así en una situación permanente de irregularidad e incumplimiento en lo que concierne a este tipo de obligaciones (lo que tendrá conse-
S. Caggiano
constituido por el discurso
segmentado de los nativos, y
así acceder a una primera
configuración de los espacios
de la vida social que en tal
discurso aparecen como propios de los inmigrantes, las
caracterizaciones hechas de
los involucrados, las valoraciones efectuadas, etc.4 . (Es
menester tener en cuenta
que, en la realización de las
entrevistas así como en la formulación de las preguntas, se
tuvo el mayor cuidado en no
determinar los tópicos a los
cuales podían o debían referirse los entrevistados).
115
114
115
Identificación desde el afuera
cuencias en otras áreas, a su
vez; véase el punto 3.a.).
(Anexo, 2.b.).
2.c. Inmigrantes e (In)documentación.Finalmente, entonces, los
inmigrantes están en alguna
zona al margen de la ley también por no contar con la adecuada documentación necesaria para permanecer y circular en este país, cuando no
por carecer lisa y llanamente
de la documentación indispensable para ser considerado ciudadano, en tanto que
parte integrante del Estado
moderno, como es la documentación personal previa al
momento de la migración.
(Anexo, 2.c.).
3- Inmigrantes y trabajo
3.a. Quitan trabajo.En este subeje se agrupan las
expresiones que sostienen
aquel problema que se construye en la actualidad como
uno de los más relevantes vinculados a la inmigración desde países cercanos, y que es
la competencia laboral entablada y ganada (de antemano) por los inmigrantes a los
nativos. Tal como era de esperar, puesto que ha pasado
a formar parte en estos años
del debate público nacional,
este es uno de los subejes
conceptuales que con más
coherencia aparece a lo largo de todo el conjunto
discursivo analizado. Fuera de
esto, se debe destacar asimismo que los inmigrantes aparecen en estas circunstancias
ocupando el papel de agentes
activos de tales acciones, con
diálogos
de la
69
comunicación
lo cual resultan sindicados
como los responsables de dicha competencia y sus efectos. Son ellos quienes plantean y definen el marco de la
competencia y ellos, entonces, quienes quitan el trabajo. (Anexo, 3.a.).
3.b. Performance en el trabajo.En cuanto a este segundo
punto es pertinente poner de
relieve dos cuestiones. La primera de ellas, en contraposición a la coherencia apuntada para el subeje anterior, nos
revela uno de los tópicos sobre los que tiene lugar el disenso más visible al interior
del discurso nativo. Es así que
veremos aparecer, por turnos, apreciaciones marcadamente positivas tanto como
otras igualmente negativas en
lo tocante al desempeño laboral de los inmigrantes (la capacidad de trabajo, su calidad, etc.). La segunda cuestión nos conduce a observar
lo que se muestra como una
declaración de las expectativas locales respecto del tipo
de trabajador que debería ingresar al país (calificado, formado, etc.), y del que lo hace
efectivamente (que no cumple aquellas condiciones), y
hace patente la necesidad de
trabajar sobre estos inmigrantes para intentar moldearlos de acuerdo con aquellas expectativas. Lo que sucede es que, más allá de la
oposición señalada entre
apreciaciones positivas y negativas sobre el trabajo de los
inmigrantes, hay una suerte
de denominador común que
recorre a todas ellas y que es
la afirmación de una escasa
(cuando no nula) capacitación y/o instrucción más o
menos formalizada, cuando
no
claramente
una
desacreditación de sus competencias intelectuales, en
muchos casos empezando
por las estrictamente necesarias para realizar tareas manuales. (Anexo, 3.b.).
3.c. Explotación laboral.
La explotación en el trabajo
sufrida por los inmigrantes
provenientes de otros países
latinoamericanos en Argentina (en La Plata, al menos)
surge claramente en el discurso nativo. (Y se podría decir
inclusive que la explotación
laboral surge en este discurso precisa y únicamente asociada a la presencia inmigrante, y no de otra forma)5. En
estas circunstancias, los
inmigrantes son ante todo
agentes pasivos que sufren la
explotación, sobre los que la
explotación recae. No obstante, también aparecen inmigrantes que emplean a otros
(a otros inmigrantes de su
mismo origen) según regímenes de explotación (en lo que
hace a la cantidad de horas
trabajadas, el sueldo pagado,
etc.), por lo que los inmigrantes son por su parte, en
ocasiones, agentes activos
que infligen (aún con más crudeza que los argentinos) la
explotación a sus pares. Finalmente, es necesario llamar la
atención sobre otro modo
que los inmigrantes tienen de
entrar en los procesos de explotación laboral, según el
discurso nativo. Nos referimos
a lo que se postula como una
4- Inmigrantes y dinero
Describiremos brevemente el
contenido de este punto señalando que, en el discurso
nativo, la relación de los
inmigrantes con el dinero
está signada por tres rasgos
principales y complementarios: a) el inmigrante se caracteriza por poseer un bajo nivel de consumo (de cualquier
tipo de productos, pero
ejemplificados generalmente
con los de alimentación) que
conlleva una alta capacidad
de ahorro. El inmigrante des-
tina algunas estrategias específicas a ese fin de gastar muy
poco; b) muchas veces se
desprende del rasgo anterior
lo que deberíamos considerar, precisamente, una
reificación del mismo. Esto es
que el bajo consumo es el
correlato y la respuesta a
unas necesidades que son
ellas mismas limitadas. Las
necesidades de los inmigrantes son escasas de manera
intrínseca (o, al menos, de
manera muy consolidada históricamente). El “arreglárselas con poco” pertenecería,
de este modo, a la naturaleza
del inmigrante6 ; c) el dinero
conseguido es, en una proporción importante, enviado
a su país de origen con el fin
de mantener a su familia. Cerrando el círculo abierto por
el primero de los rasgos señalados, el inmigrante “gasta
poco y se lleva mucho”. Debido, entre otras, a las características antes presentadas,
tiene a su alcance la posibilidad de terminar cada período (que puede estar medido
en días, años, etc.) con saldo
a favor en el balance de su
economía personal, y así, entonces, acometer la tarea de
llevarse el dinero conseguido,
como se dijo, desde aquí hacia allí. (Anexo, 4).
Los ejes conceptuales restantes que el análisis ha permitido establecer hasta este momento son los siguientes:
5- Inmigrantes y cobertura social del Estado argentino,
6- El cuerpo (y el alma) del inmigrante,
7- Interrelación inmigrantesnativos,
8- Problemas de comunicación,
9- El tiempo de la inmigración.
Como anticipamos, aquí solamente podemos mencionarlos, a riesgo de que resulten
más enigmáticos que esclarecedores (para una exposición
más detallada puede verse
Caggiano, S., 2000).
III. ANÁLISIS Y ARTICULACIÓN DE LOS EJES
CONCEPTUALES
1. Un país hasta la inmigración
El primer punto que queremos desarrollar se desprende, en sus aspectos centrales,
del eje conceptual 3, “Inmigrantes y trabajo”, aún cuando excede sus límites y establece relaciones con algunos
otros de los ítems ya apuntados. Debemos comenzar diciendo que el ámbito laboral
es el que concentra la mayor
atención en el discurso social
nativo, entre los espacios específicos de la actividad social. No nos interesa solamente su mayor presencia en términos cuantitativos sino fundamentalmente la relevancia
cualitativa que adquiere. En
efecto, se trata de la instancia que toma el lugar de referencia casi inevitable a la
hora de ensayar definiciones
y valoraciones de los inmigrantes, su inserción en la
sociedad, las consecuencias
que estos procesos arrastran.
Aún cuando se buscó representar en los entrevistados la
mayor variedad posible de
S. Caggiano
participación activa de los
inmigrantes explotados en la
provocación de su propia explotación, que vendría dada
por su propia predisposición
a trabajar en muy duras condiciones y por sueldos ínfimos. O sea, los inmigrantes
son explotados tras haber no
ya aceptado sino definido y
propuesto ellos mismos las
reglas de la explotación, por
lo que ellos mismos serían, en
cierto sentido, los responsables en último término. Por lo
demás, muchos enunciados
que permiten su inclusión
dentro de este eje conceptual
“explotación” están constantemente desbordándolo y reenviando a otros ejes que serán tratados más adelante
(especialmente 6 y 7, y también 8). Nos referimos a aquellos que postulan la explotación como una característica
que podríamos definir como
propia del “carácter” o el
“modo de ser” de algunos
inmigrantes (en rigor, los provenientes de Bolivia). (Anexo,
3.c.).
117
116
117
Identificación desde el afuera
tipos de vínculos sostenidos
con los inmigrantes, el trabajo apareció una y otra vez
como el terreno dónde éstos
adquieren una efectiva visibilidad social.
Ahora bien, lo que resulta de
enorme peso a los intereses
de nuestra búsqueda es lo
que consideramos una suerte de regularidad que puede
detectarse bajo las apreciaciones (diversas, en principio) que se encuentran agrupadas dentro de este tópico.
Esta regularidad viene dada
por el hecho de que los
inmigrantes sólo aparecen
colocados en aquel espacio
laboral instaurando una relación que tiene lugar en términos de disputa, conflicto o
tensión con los argentinos.
Aquellos son propuestos,
como ha podido verse al momento de describir los ejes
conceptuales, como un elemento disruptivo en el ámbito del trabajo toda vez que
viene a ser una parte (la parte sustancial, puesto que es
la causa) de un vínculo siempre considerado indeseable
en mayor o menos medida.
Para ser más claros, podemos
imaginar una línea o vector
que llamaríamos “del abuso”
o “de la opresión” y sobre ella
podríamos intentar un ordenamiento de los distintos
enunciados concernientes a
este tema. Comprobaríamos
de esta forma que cualquiera
de los tipos de relación que
los inmigrantes están en condiciones de mantener con los
nativos se dejaría incluir a alguna altura de esa línea o
diálogos
de la
71
comunicación
vector. Encontraríamos así,
sobre uno de los extremos,
los enunciados que los postulan originando un daño o
perjuicio al trabajador local al
plantear una competencia
desleal y desigual (en desmedro de este último) que puede darse por dos vías principales: o bien no pagan impuestos de ningún tipo y logran posicionarse mejor que
sus pares argentinos en el
renglón de la economía específico de que se trate; o bien
realizan los trabajos que sean
por presupuestos muy bajos,
llegando incluso a traicionar
por este medio a aquellos que
en un primer momento los
han empleado. Competencia
en la cual, a fin de cuentas, el
trabajador local está condenado a ser derrotado. Moviéndonos hacia el otro de los
polos del vector “del abuso”
o “de la opresión” hallaríamos aquellos enunciados que
colocan a los inmigrantes en
la situación de sufrir la explotación laboral por parte de
los argentinos (si bien no exclusivamente por parte de
ellos); situación que, por lo
demás, y tomando en cuenta
lo expuesto acerca de la “nobleza de carácter” y el “espíritu de sacrificio” inmigrantes, puede verse como formando parte de una posición
ocupada estratégicamente por
estos.
Otro tema que se conecta con
el anterior está constituido
por lo que podría denominarse un “ansia seleccionador”
que pone de manifiesto el discurso nativo respecto a los
inmigrantes que llegan a tra-
bajar. Se trata de un afán por
clasificar para calificar y por
calificar para clasificar, operaciones éstas que se exhiben
como una necesidad y un proyecto para organizar y
optimizar el ingreso de los
extranjeros al país. Resultaría
productivo continuar con un
análisis que buscara establecer con la mayor claridad todas las posibles las conexiones existentes entre este punto y lo que acabamos de analizar en torno al ámbito laboral.
Por nuestra parte, y por el
momento, quisiéramos dejar
planteadas dos sugerencias
tentativas al respecto. La relación entre el “ansia seleccionador” y la fijación de los
inmigrantes en situaciones de
conflicto y tensión laboral
está dada, según nos parece,
en que ambas formas comparten como punto de partida un
tratamiento utilitario del fenómeno. El modo de percepción
y comprensión de estos procesos de inmigración por parte de la sociedad receptora
estaría marcado, si esto fuera
así, por una matriz utilitaria
que le serviría de base y encuadre cognitivo y cultural.
Además, y al margen del contexto actual y de la vigencia y/
o renovada energía de un discurso utilitario en muchas esferas de la vida social, también
se nos ocurre de sumo interés
indagar -y esta es la segunda
sugerencia que anunciamoshasta qué punto esta relación
utilitaria con la inmigración no
hunde sus raíces en lo más
profundo de la historia de
nuestro Estado-Nación mo-
2. Un país entre y bajo la
inmigración
Haremos ahora algunas consideraciones acerca de la problemática general de la
indiferenciación, para lo cual
se recuperará principalmente algo de lo trabajado en los
apartados 1 y 2 de la “descripción de los ejes conceptuales”. Unas páginas más arriba
destacamos como uno de los
componentes primordiales
del discurso nativo la percepción y proyección del mundo
inmigrante como un todo más
o menos homogéneo e indiferenciado. Y vimos también
que los trazos que definían a
la indistinción como construcción discursiva (y a su vez la
sintetizaban) eran una entrada masiva e indiferenciada
que se producía por una multiplicidad de portales de una
frontera permeable, la mayoría de los cuales eran desconocidos para la población local.
Resulta importante aquí contrastar esta categorización
nativa de los inmigrantes con
los restantes subcorpus que
completan el material utilizado en nuestra investigación
(el discurso de los medios y el
discurso inmigrante) ya que
este paso puede arrojar nueva luz sobre aquella. Lo primero que hay que subrayar
es una coincidencia casi absoluta entre los enunciados
que dan forma a esta
categorización en los entrevistados y aquellos que de
igual modo configuraban un
espacio de la indiferenciación
inmigrante en análisis ya realizados de los textos de prensa. En ese momento habíamos podido identificar en
esos textos la operación
homogeneizante del discurso
mediático local, efectuada en
términos muy similares a los
hallados en nuestros entrevistados, y enfatizábamos
entonces la característica incomprensión declarada frente al movimiento de avanzada de esa masa indiferenciada, que nos permitía concluir en una suerte de síntesis de esta consideración periodística del fenómeno como
“una suerte de marea que nos
invade amenazante y con una
fuerza inexplicable” (Caggiano, S., 1999b).
Lo que querríamos poner de
relieve ahora es la relevancia
que la sola operación de
homogeneización puede tener en la definición de un espacio sociocultural de identificación para los inmigrantes,
y algunos de los efectos ideológicos, como se dijo antes,
que conlleva. Para ello empecemos destacando el juego de
distanciamientos que puede
observarse si el contraste se
realiza con el discurso de los
propios inmigrantes provenientes de Bolivia o de Perú.
Puede apreciarse, efectivamente, en estos entrevistados, a la vez una contraposición fuerte y una coincidencia significativa en relación
con la conceptualización nativa, en el punto que venimos
desarrollando.
Dentro de aquella contraposición podemos distinguir dos
modalidades. En primer lugar, del análisis del discurso
inmigrante no surge que el ser
inmigrante a secas, el lugar de
sujeto de la inmigración aparezca para ellos como uno de
los espacios sociales definidos como instancia de identificación, como parámetro
para medir la pertenencia y
la inclusión-exclusión a un
colectivo social. Vemos dibujarse así una cesura clara entre esta autocategorización y
la operación homogeneizante
nativa. En segundo lugar hemos encontrado también en
el discurso inmigrante una
forma de mirada reflexiva respecto de esta operación consistente precisamente en
objetivarla para negarla, reconocerla como parte de un juego con cuyas reglas no se
acuerda. La diferenciación se
constituye, en esta línea, en
uno de los más claros reclamos de los inmigrantes en
relación con el discurso nativo oficial. Diferenciación que
se reclama, por ejemplo, entre bolivianos y peruanos (y
también paraguayos o chilenos, etc.) pero que se reclama también respecto del es-
S. Caggiano
derno y su conformación, en
aquellos primeros momentos
en que se proyectara el “crisol de razas”. Y hasta qué punto, en la relación utilitaria de
hoy, no actúa una suerte de
frustración fundacional de las
expectativas puestas en la inmigración. Nos preguntaríamos entonces si el carácter fallido de aquel primer proyecto no habrá podido generar
esa matriz que, obviamente
transformada en la historia, se
reeditaría hoy entre nosotros.
119
118
119
Identificación desde el afuera
pacio interior al propio grupo
nacional del entrevistado, es
decir, entre diferentes grupos
(y modos de ser, y de relacionarse con la sociedad mayor,
etc., etc.) que le pasarían desapercibidos a los argentinos.
Por su parte, la coincidencia
mencionada entre discurso
nativo y discurso inmigrante
en cuanto a la generalización
homogeneizante se deja ver
en otro conjunto de enunciados que, al interior del segundo, postula ya que no el ser
inmigrante a secas, sí el ser
inmigrante boliviano o inmigrante peruano como vara a
partir de la cual medir la pertenencia a un grupo, como eje
para definir y distinguir un
nosotros y un ellos. Algunas
consecuencias del funcionamiento de este mecanismo
pueden verse, por ejemplo,
en lo que algunos autores han
denominado la construcción
de una neobolivianidad como
revalorización y estructuración original de un sentir boliviano como producto de la
inmigración y la inserción en
esta sociedad (Grimson, A.,
1999).
Esta coincidencia estaría hablando, a nuestro juicio, de
cierta pregnancia del discurso nativo en las formas de
autoidentificación (Piqueras
Infante, A., 1996; Romero, Luis
A., 1987) desarrolladas por
los inmigrantes en nuestra
región. En otras palabras, y si
bien la complejidad de aquel
proceso de imaginación de
una comunidad (Anderson, B.,
1993) alrededor de la
bolivianidad o peruanidad
inmigrada excede en mucho
diálogos
de la
comunicación
a dicha pregnancia, la coincidencia apuntada podría estar
diciéndonos bastante acerca
de la injerencia nada despreciable que la identificación
desde el afuera, representada
para nosotros por el discurso
nativo, estaría teniendo en la
autoconcepción de los inmigrantes como colectivo social. En este sentido, esta línea en el discurso nativo funcionaría, respecto de aquella
autopercepción de los
inmigrantes, como un marco
general, una especie de conjunto de encuadres y límites
propuestos al otro, y dentro
de los cuales éste pudiera llevar a cabo la construcción de
una(s) identidad(es). Este es
uno de los efectos ideológicos 7 de la operación de
homogeneización de los que
habláramos antes. Y, según se
ve, este efecto se (nos) presenta a los hablantes locales
respetando una de las condiciones que debe cumplir para
ser justamente ideológico: el
tener la fuerza natural de la
evidencia.
Sin embargo, no podemos
desatender lo que más arriba
presentamos como una contraposición entre estos enunciados nativos homogeneizantes y las dos vías por las
que el discurso inmigrante se
desmarca de ellos. Llegaremos por este camino al segundo efecto ideológico que
vamos a señalar. La pregunta
surgida de la observación de
esta contraposición se interroga esta vez acerca de la
persistencia de aquella línea
discursiva de generalización
frente a la censura que
instaura el discurso inmigrante y la negación a que la somete. ¿Cuál es la razón de la
insistencia de esta operación
homogeneizante?, ¿no hay
otro motivo que la justifique,
más allá de su pregnancia y
efectividad en aquella zona
del discurso inmigrante?
Daremos rápidamente la respuesta que nos parece adecuada a esta pregunta exponiendo directamente aquel
segundo efecto ideológico.
Creemos que la persistencia
de aquella operación puede
explicarse mirando hacia
adentro de la frontera simbólica construida frente a los
inmigrantes como totalidad.
Proponemos pensar hacia
adentro de esa frontera qué es
lo que la presencia amenazante del inmigrante garantiza. Y
respondemos que, como se
habrá inferido, lo que parece
intentar sancionar esta operación es la unidad interna de
la sociedad local. Es decir, la
homogeneización del Inmigrante corroboraría la homogeneidad del Nativo, y se sostendría, pues, como factor
aglutinante de la sociedad
receptora.
No obstante, este problema
dista se ser sencillo. Porque,
según se vio en el apartado
precedente, el tratamiento
que esta cuestión recibe en el
discurso nativo presenta
como una de sus más destacadas peculiaridades una especie de preocupación permanente por lo que la
indiferenciación implicaría. La
reiterada insistencia en la
necesidad de clasificar y so-
La inquietud manifiesta en
torno a la indiferenciación de
la masa inmigrada y el frecuente pedido de clasificación pueden entenderse ahora como una reacción radical
a una indistinción que estaría
violando las reparticiones
establecidas y los compartimentos instituidos y aceptados8. El interés por seleccionar, organizar, distribuir lo
indiferenciado sería una respuesta ante la perturbación
provocada por aquello que se
percibe como una amenaza al
orden y a la tranquilidad de
las fronteras conocidas.
Muchas de las observaciones
efectuadas en el punto 2 de
la “descripción de ejes” acerca de los inmigrantes como
una entidad fuera de la ley
presentan una significación
específica desde esta perspectiva. Tanto la vinculación
de estos con el delito y el incumplimiento de las obligaciones fiscales, como el señalamiento de su condición de
indocumentados los coloca
en una zona indeterminada a
la que no alcanzan los efectos distributivos y sistematizadores de la Ley. Y esto
también los fija a un espacio
distinto del nuestro, un territorio gris que se define únicamente de manera negativa
frente a esa Ley y que, consecuentemente, amenaza otra
vez las fronteras cuestionando los órdenes establecidos
que todos respetamos9.
3. El país ¿para ? la inmigración
En este punto del análisis recuperaremos muy sucintamente algunos de los rasgos
que la caracterización del inmigrante recibe en el discurso nativo y que han sido reseñados (o, al menos, mencionados) cada uno a su vez en
los puntos 2.b., 3.a., 4 y 5 de
la sección II. La articulación
de estos diversos rasgos que
consideramos complementarios entre sí nos permitirá
hacer patente lo que nos parece una figuración del inmigrante distintiva del discurso
local. Y cuando hablamos
“del discurso local” incluimos
también al discurso de la prensa platense puesto que lo que
propondremos a continuación encuentra su correspondiente correlato en algunos
de los tópicos trabajados sobre aquel material.
En muy pocas palabras podemos recordar los rasgos
inmigrantes que emergían de
aquellos diferentes apartados
de la sección II, diciendo que,
respectivamente, postulaban
la imagen de un inmigrante
que no cumple con sus deberes con el Estado argentino,
que quita trabajo a los ciudadanos locales, que gasta poco
dinero aquí y se lleva o envía
mucho a su país y, finalmente, que se aprovecha plenamente de los servicios brindados por la cobertura social
estatal argentina. Con la puesta en relación, el enlazamiento de estos distintos rasgos
puede verse con claridad que
el discurso nativo compone un
perfil del inmigrante que, lejos de traer, aportar, dar algo
a nuestro país, se dedica a
extraer, llevar, usufructuar los
bienes y posibilidades más
diversas que cuenta la Argentina. Todas las actividades
anteriores, respecto de las
cuales -como ya se dijo- el inmigrante ocupa la posición
de un agente activo, implican
una relación de substracción
y despojo cuando no de depredación y usurpación con
este país y sus pobladores
originales.
En el trabajo que realizamos
sobre la prensa gráfica de la
ciudad de La Plata, y que fue
citado oportunamente, nos
topamos con esta misma imagen del inmigrante proveniente de otros países de
Latinoamérica, y propusimos
denominarla como la del “inmigrante extractivo”. Esta figura se recortaba sobre un
fondo ocupado por la idea
histórica oficial del inmigrante europeo de finales del siglo XIX y principios del XX,
que forma parte de los más
fuertes mitos fundacionales
de la nación, y que aparecía
S. Caggiano
meter a un proceso de selección a aquella masa indiscriminada de inmigrantes que se
cuela por múltiples entradas
a nuestro país nos indica una
inquietud local que pone
otros aditamentos a la sola
postulación de una totalidad
de aquel lado de la frontera
que garantizaría por su presencia la totalidad de lo que
queda encerrado de este
lado. Así las cosas, es posible
recuperar el ansia clasificatoria abordada en el punto anterior desde un ángulo distinto al que trabajáramos sobre
aquel vector utilitario.
121
120
121
Identificación desde el afuera
en los periódicos analizados
como aquel que vino a brindar su trabajo a esta patria
que lo necesitaba para terminar de consolidarse. Frente a
aquellos que habían venido a
dar su trabajo y ofrecer su esfuerzo, el carácter extractivo
de los inmigrantes de hoy se
hacía aún más visible.
Indudablemente puede reconocerse en esta particular
construcción hecha del inmigrante cercano uno de los
campos más consolidados en
el discurso local general y
cuya coherencia evidentemente es reforzada y sostenida por un proceso complejo
de retroalimentación, remisiones y apropiaciones mutuas entre lo que hemos llamado el discurso social y el
discurso de los medios.
IV. CONCLUSIONES
A lo largo de este trabajo se
han hecho varias observaciones críticas relativas a algunos
de los ítems analizados. Para
finalizar, entonces, quisiéramos retomar apenas un par de
direcciones para la reflexión
surgidas de este recorrido.
-Se ha podido ver en numerosos pasajes de este análisis la
emergencia de lo que podemos considerar la forma local
de lo que algunos autores han
propuesto como un racismo
posmoderno. En efecto, esto
pudo verse en esa destacada
tensión entre las caracterizaciones estigmatizantes del
inmigrante y la afirmación
constante de la inexistencia e
diálogos
de la
comunicación
imposibilidad de la discriminación (esto se pone de manifiesto claramente en las
aserciones que integran el
punto 7 de los ejes conceptuales). Esto, sumado a un léxico que se estructura en torno a términos como costumbre, modo de ser y otros similares (de hecho, la evocación
principal no es a la sangre, los
genes, la biología en general,
sino más bien a sus costumbres y sus formas de vivir) va
configurando un estado de
cosas en el que los prejuicios
actúan aproximadamente
como entonces (cuando sí había racismo), y provocan los
efectos de segregación y desigualdad que han sabido generar pero, esta vez, sin expresar sus razones y justificaciones con la crudeza que
han conocido otras épocas.
En palabras de Harrison “el
foco sobre la etnicidad –que
Harrison considera como
punto de inflexión en este
proceso- disimuló si no negó
la raza sin especificar las condiciones bajo las cuales esas
categorías sociales y grupos
históricamente subordinados
como ‘racialmente’ distintos
emergen y persisten”. De manera que, actualmente, “la
raza asume nuevas formas y
es reconstruida y manipulada
en razón de los contextos
contemporáneos” adquiriendo la forma de un “racismo
sin razas” para el cual “el
tema dominante no es la herencia biológica sino las insuperables diferencias culturales” (Harrison, F., 1995: 48-49).
En otras palabras, que tomo
nuevamente prestadas, “el
paradigma (se refiere al racismo ideológico, como este otro
autor lo llama) perdió la coherencia o la visibilidad en
cuanto modelo doctrinario,
pero se agazapó en la base de
la conciencia pequeñoburguesa (...) El desplazamiento
más rápido de las poblaciones mundiales -en el marco de
la internacionalización de las
relaciones sociales-, el crecimiento de las metrópolis, la
guetificación agudizan los
conflictos y la agresividad
grupal. El racismo contemporáneo se ofrece por lo tanto,
al análisis, fuera del contexto
de las teorizaciones clásicas
sobre las pretendidas unidades biológicas denominadas
‘razas’, pero dentro de nuevos modelos explicativos de
las diferencias humanas, los
cuales pueden suscitar estigmas tal vez más profundos”
(Muniz Sodre, 1992).
Está de más insistir en que,
en nuestro medio, un proceso semejante adquiere singularidades propias. De hecho,
algunas de estas han sido presentadas en estas páginas. No
obstante, eso no niega el posible enriquecimiento que la
reflexión crítica local sobre
estos problemas pueda alcanzar a partir de estas preocupaciones generales. Más aún,
podemos intentar pensar (aún
sin guardar grandes esperanzas) de qué modo este período en que se instala la paradoja de un “racismo sin razas”
pueda ayudarnos a encarar
nuestra paradoja peculiar: la
de la “recaída en el racismo de
una sociedad que nunca pudo
haber sido racista”.
En cuanto a las relaciones sociales, como se sugirió oportunamente, esta aversión a lo
indiferenciado que amenaza
nuestras fronteras conocidas
puede entenderse como la
manifestación de una suerte
de exigencia para la consolidación de cualquier agrupamiento social. Eso borroso
que viola nuestras fronteras
pone en cuestión, en ese mismo movimiento, los órdenes
internos y externos que esa
frontera garantiza (Douglas,
M., 1978). Lo que se vuelve
insoportable es el pasaje, el
cruce de la frontera. Unos
pueden estar aquí y otros allí.
De hecho, deben estar unos
aquí y otros allí; es precisamente eso lo que hace falta.
Lo que no está permitido es
que uno esté aquí y allí, o pretenda estar en los dos lados
(y ninguno) a la vez. Porque
si uno no ocupa su lugar pone
en jaque toda la distribución
de lugares y, con eso, enseña
la arbitrariedad de tal distribución y, quizás, de cualquiera de ellas; pone en escena el
carácter construido de toda
configuración, incluida la
nuestra, con sus propios rincones de calma aprendidos y
asumidos. En esta dirección,
probablemente tengamos
que ver muchas de las transformaciones, desplazamientos y aceleraciones de este
momento histórico como un
desafío que nos propone revisar ni más ni menos que el
modo de comprender aquellas configuraciones. Quizás,
si Renato Rosaldo tiene razón, el problema sea que “la
imagen de una auténtica cultura como un universo autónomo, coherente internamente, no parece poder sostenerse en un mundo poscolonial.
Ni ‘nosotros’ ni ‘ellos’ somos
tan autocontenidos y homogéneos como nosotros/ellos
parecimos una vez”. Vivimos
una época “marcada por
préstamos y apropiaciones a
través de fronteras culturales
porosas, y saturada de desigualdad, poder y dominación. La mayor parte de las
tipificaciones metropolitanas
suprimen, excluyen y aún reprimen las zonas border”
(Rosaldo, R.,1987: 87). Y sin
dudas esta observación cuadra no sólo para las
tipificaciones metropolitanas.
Probablemente el desafío
para nosotros (y aquí nosotros pretende abarcar más
que la comunidad académica) también sea no ya sólo
estudiar sino vivir extensamente esas zonas border.
Y para ver lo que la
indiferenciación y la reacción
a ella anudada nos dicen acerca de la estructuración social,
permítasenos recordar en
pocas palabras la visión que
Deleuze y Guattari proponían,
en su AntiEdipo, de la organización social. Ésta consistía,
según los autores, en el establecimiento de equipamientos colectivos, históricos que el socius o máquina
social habría delimitado sobre los flujos 10 . Flujos
moleculares, nómadas y
polívocos que serán ordenados, dispuestos en conjuntos
molares, sedentarios, biunivocizantes. Socius encargado de definir aquellos
equipamientos colectivos sobre la materia de los flujos;
encargado, así, de la tarea de
producir cortes (que no dejan de establecer más flujos)
sobre ellos; cortes como lugares de pasaje. Flujos de deseo
cuya naturaleza está dada
por correr desafiando esos
umbrales; naturaleza móvil,
dinámica inmanente de los
flujos. Naturaleza impersonal
e indiscriminada de los flujos
que sólo adquieren identidades y nombres particulares
según las formas del ordenamiento social que los organice. “El problema del socius
siempre ha sido éste: codificar los flujos del deseo, inscribirlos, registrarlos, lograr
que ningún flujo fluya si no
está canalizado, taponado,
regulado” (Deleuze-Guattari,
1974: 39). Ahora bien, la máquina capitalista se encuentra
S. Caggiano
-La segunda consideración
concierne a lo que fue desarrollado como el problema de
la indiferenciación (y el correlativo reclamo por su ordenamiento y clasificación) en el
discurso nativo. Estimamos
que esta figura de lo indiferenciado y la reacción que
permite y conlleva nos dicen
algo que va más allá de la
cuestión particular de la discriminación de la indiscriminación que trabajamos a
través de la atención puesta
sobre la contraposición entre
esta figura del discurso nativo
y las respuestas bien claras
que despertaba entre los propios inmigrantes. Ese algo
más involucra una mirada general sobre las relaciones sociales e, incluso, sobre la
estructuración social misma.
123
122
123
En estos términos, la conjetura es evidente: el reclamo
ante la indiferenciación es el
reclamo por la re-codificación
de los flujos, por la (¿literal?)
re-territorialización, un pedido de freno y contención ante
el estallido que no reconoce
barreras. Es, sintéticamente,
la parte del discurso capitalista que exige y produce regulación y que, inexorablemente tendrá como su con-
diálogos
de la
comunicación
traparte la demanda de libre
elección, libre circulación, libre competencia, libre concurrencia...
boración de definiciones contextuales) que prevé la propuesta de
análisis del discurso que utilizamos
como metodología analítica en nuestra investigación y permiten agrupar
a partir de ellos aquellas definiciones
contextuales y obtener entonces conjuntos que, “así constituidos, son representativos de los distintos modos
de atribuir significado a los correspondientes términos, por parte de la
NOTAS
Identificación desde el afuera
en una situación completamente nueva respecto de sus
predecesoras: situación nueva signada por la descodificación y la desterritorialización de los flujos. La máquina capitalista es incapaz de
proporcionar un código que
cubra la totalidad del campo
social. Nacido del encuentro
de dos clases de flujos (flujos
descodificados de producción
en la forma del capital-dinero y flujos descodificados del
trabajo en la del trabajador
libre), el capitalismo se caracteriza por su tendencia a la
dester ritorialización del
socius y a la descodificación
de los flujos. Por eso es la
axiomática y no el código la
imagen que mejor muestra su
funcionamiento de regulación. “Ahí radica la potencia
(y el poder) del capitalismo:
su axiomática nunca está saturada, siempre es capaz de
añadir un nuevo axioma a los
axiomas precedentes” (Ibid.:
258). Siempre acercándose a
su límite, el capitalismo regula otra vez y, a la inversa, logrando regulaciones siempre
precarias, una y otra vez el
capitalismo se acerca a su límite.
1. Se trata de un trabajo rea-
comunidad o sector social que pro-
lizado en el marco de una
dujo los discursos en estudio”
Beca de Investigación otorga-
(Magariños de Morentín, J. A., 1998).
da por la Universidad Nacio-
Para una aproximación a los pasos
nal de La Plata. Nuestro cor
técnicos que contempla esta pro-
pus total se estructura de la siguien-
puesta puede consultarse el citado
te manera: el discurso social, por un
trabajo. Para una explicación y una
lado (compuesto por el material re-
fundamentación más acabada de la
sultante de las entrevistas con
misma, ver Magariños de Morentín,
inmigrantes bolivianos, inmigrantes
J. A., 1996.
peruanos y, como se dijo, los miembros de la sociedad receptora), y el
4. Con el objetivo de dar cuenta em-
discurso de los medios, por otro (for-
píricamente (así sea de manera rápi-
mado por textos aparecidos en la
da) de lo sostenido en la presentación
prensa gráfica de la ciudad de La Pla-
de los ejes se ha confeccionado un
ta, consultada a lo largo del año
“Anexo” que se encuentra al final del
1999).
cuerpo central de este trabajo. En los
distintos puntos de este Anexo se
2. El trabajo se centra sobre los
presentará parte del material que
inmigrantes de origen boliviano (por-
puede dar una idea aproximada de lo
que por ahora se ha trabajado sobre
expresado en el apartado correspon-
una selección y no sobre la totalidad
diente. Dicho material se reproduci-
de las entrevistas con nativos) pero
rá conservando la forma de las ya
también contempla al otro grupo ya
mencionadas definiciones contex-
mencionado. De todas formas en un
tuales, construidas según cómo se
momento podrá verse que, haciendo
establece en Magariños de Morentín
caso a las definiciones propias del
(1997). La información que aparece
discurso nativo, esta distinción se
entre corchetes especifica el núme-
vuelve ella misma problemática. No-
ro de segmento (unidad textual) de
sotros utilizaremos, a lo largo de esta
que se trata y la dirección del nodo
presentación las denominaciones de
del que ha sido extraído, según la no-
inmigrantes, inmigrantes cercanos, o
menclatura del programa informático
algunas similares para aludir a estos
QSR NUD*IST 4, utilizado para el pro-
grupos.
cesamiento de nuestros datos. Por
ejemplo, en [U.T. 68, t. ‘M’, de 1 3] es-
3. Los ejes conceptuales ordenadores
tamos ante la unidad textual número
son el producto de la realización del
68 ubicada en el nodo cuya dirección
cuarto paso (tras la normalización de
es 1 3. En este trabajo estas últimas
los textos, su segmentación, y la ela-
direcciones remitirán siempre a “1 3”
segmentos
principio de lo que quizá constituya
laciones del tipo de “los bolivianos,
discursivos del discurso nativo. Por su
agrupa
los
una contradicción al interior del dis-
los peruanos y todos esos” que pudie-
parte, “t,’M’” o “t. ‘R’”, etc. indican
curso analizado. Esto es posible si
ron verse en algunos pasajes de la
que el segmento pertenece a uno u
atendemos a que, para el caso de “a”
sección II.
otro texto (t) cargado en nuestra base
el bajo consumo se postula precisa-
de datos (‘M’, ‘R’, etc. son denomina-
mente como una estrategia, lo que por
9. Es claro que aquí hay que atender
ciones mnemotécnicas de esos tex-
definición lo alejaría de cualquier
nuevamente a un doble movimiento
tos). Por otro lado, el uso de parén-
condición congénita esencial como la
(que es, en realidad, una tensión) re-
tesis y barras indica que el texto re-
que sugiere el punto “b”.
presentado por esta amenaza al or-
cuperado contiene mínimas interven-
den, por un lado, que brinda la posi7. Se hace necesario dar cuenta, aun-
bilidad de imaginarlo como tal, como
renciarán de la siguiente manera:
que sea de manera muy acotada, de
terreno seguro, por otro.
“(+...)” cuando se trata de un sujeto
qué hablamos cuando hablamos de
implícito, “(=...)” cuando se trata de
efecto ideológico. Para ello digamos
10. Que nos permitiremos no definir
la recuperación anafórica o catafórica
que tomamos lo ideológico en el sen-
aquí por razones de espacio.
de un término o expresión, “/.../”
tido en que lo definiera E. Laclau,
cuando frente a una ausencia por la
quien mantiene el concepto de ideo-
incompletud de la sintaxis (y no ha-
logía y la categoría de falsa represen-
biendo una marca que exija o justifi-
tación pero invirtiendo su contenido
que una solución determinada) el
tradicional. “Lo ideológico -dirá- no
analista interviene según su intuición
consistiría en la falsa representación
en cuanto hablante nativo, por cap-
de una esencia positiva, sino exacta-
tación de la isotopía que viene
mente en lo opuesto: consistiría en
generándose en la respuesta. Esta es,
el no reconocimiento del carácter
algo simplificada, la forma de seña-
precario de toda positividad, en la im-
lar la normalización del texto, tal
posibilidad de toda sutura final. Lo
como lo propone Magariños de
ideológico consistiría en aquellas for-
Morentín (1997).
mas discursivas a través de las cuales la sociedad trata de instituirse a
BIBLIOGRAFÍA
ciones del analista, las cuales se dife-
Anderson, Benedict, Comunidades Imaginadas. (1993).
Fondo de Cultura Económica,
México.
Banton, M.. (1980). A ideia de
raça, Edicoes 70, Sao Paulo.
5. Esta afirmación tal vez sea un poco
sí misma sobre la base del cierre, de
temeraria, principalmente dado que
la fijación del sentido, del no recono-
las entrevistas estaban orientadas
cimiento del juego infinito de las di-
justamente hacia el tema “inmi-
ferencias (...) Y en la medida en que
grantes” e “inmigración”. Sin embar-
lo social es imposible sin una cierta
Caggiano, Sergio, Informe Final, Beca
go, no deja de ser significativo que
fijación de sentido, sin el discurso del
de Iniciación en Investigación, La Pla-
en absolutamente ningún caso el pro-
cierre, lo ideológico debe ser visto
ta, mayo del 2000.
blema de la explotación laboral haya
como constitutivo de lo social”. Se ve
disparado las respuestas hacia otros
claramente que esta concepción no
Caggiano, Sergio, “El calor del crisol”,
campos, o que la misma no haya sido
predice nada respecto de un conte-
presentación en el III Coloquio Lati-
vinculada a otros grupos sociales
nido real que tal ideologización vinie-
noamericano de Estudios del Discur-
(por lo pronto y sin ir más lejos, cier-
ra a sustituir ni juzga, consecuente-
so (ALED), Santiago de Chile, abril de
tos miembros de la propia sociedad
mente, acerca de su presunta verdad
1999(a).
receptora). De cualquier modo, no es
o falsedad respecto de un fundamen-
el tema que nos interesa tratar aquí.
to último.
6. Hay que destacar además que, en-
8. Inquietud que no se expresa sola-
sa gráfica platense”, presentación en
tre estos dos rasgos, “a” y “b”, que se
mente en el requerimiento explícito
las IV Jornadas Nacionales de Inves-
presentan en la mayor parte de los
de una clasificación sino también en
tigadores en Comunicación, San Sal-
casos como mutuamente implicados,
la modalidad con que aparecen nom-
vador de Jujuy, agosto de 1999(b),.
deberíamos rastrear, antes bien, el
brados los inmigrantes en formu-
Bauman, Zigmunt. (1994).
Pensando sociológicamente,
Nueva Visión, Bs. As.
Caggiano, Sergio, “Entre el temor y el
rechazo. Los inmigrantes en la pren-
S. Caggiano
que
125
124
125
Identificación desde el afuera
Castells, Manuel. (1998). El Poder de
Annual Reviews, Tennessee, 1995.
Cultural Anthropology, 1987.
Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal.
Ruben, G., “La teoría de la identidad
Deleuze, G.-Gattari, F.. (1974). El
(1987). Hegemonía y estrategia so-
en la Antropología”: Un ejercicio de
Antiedipo. Capitalismo y esquizo-
cialista, Siglo XXI, Madrid.
etnografía del pensamiento moder-
la Identidad, Alianza, Madrid.
frenia, Corregidor, Bs. As.
no”, en PUBLICAR –En Antropología
Laclau, Ernesto. (1993). Nuevas re-
y Ciencias Sociales-, Año 1, Nº 2, oc-
Douglas, Mary. (1978). Pureza y Pe-
flexiones sobre la revolución de
tubre de 1992.
ligro, Siglo XXI, Bs. As.
nuestro tiempo, Nueva Visión, Bs. As.
Foucault, Michel. (1970). La Arqueo-
Laclau, Ernesto. (1996). Emancipa-
vivir juntos?, Fondo de Cultura Eco-
logía del Saber, Siglo XXI, México.
ción y Diferencia, Ariel, Bs. As.
nómica, Bs. As..
García Canclini, Néstor. (1992a). Cul-
Magariños de Morentín, Juan A..
Vila, Pablo, “Las disputas de sentido
turas Híbridas, Ed. Sudamericana,
(1996). Los fundamentos lógicos de
común en la frontera norte. El ‘otro’
Bs. As..
la semiótica y su práctica, Edicial, Bs.
en las narrativas de juarences y
As.
paceños”, mimeo, México, 1993.
ropuertos y ventas de garage (la iden-
Magariños de Morentin, Juan A., “Ma-
ANEXOS
tidad ante el Tratado de Libre Comer-
nual Operativo para la construcción
cio)”, en PUBLICAR –En Antropolo-
de ‘definiciones contextuales’ y ‘re-
Anexo 1.a.
gía y Ciencias Sociales-, Año 1, Nº 2,
des contrastantes’”, en Oficios Te-
YO, aquella que veo que entran tan-
octubre de 1992b.
rrestres, Nº 5: 79-87, Fac. de Per. y
tos (+de) estos peruanos, estos boli-
Touraine, Alain. (1997). ¿Podremos
García Canclini, Néstor, “Museos, ae-
______________________________________________________________________________________________
Com. Soc., UNLP., 1998; y en SIGNA,
vianos y todos estos. [U.T. 1, t. ‘P’, de
Grimson, Alejandro. (1999). Relatos
Nº 7: 233-254, Asociación Española de
1 3]
de la diferencia y la igualdad. Los
Semiótica, Univ. De Educac. a Distan-
NENA, aquella otra que tengo /entre
bolivianos en Buenos Aires, Eudeba,
cia, Madrid, 1998.
los alumnos del curso/ que no me
Bs. As.
acuerdo si es peruana o boliviana.
Muniz Sodre. (1992). Violencia urba-
[U.T. 22, t. ‘A’, de 1 3]
Hall, Stuart, “Cultural Identity and
na, neogrotesco e midia, Cortez Ed.,
CHICOS, aquellos provenientes de
Diaspora”, en Identity: Community,
San Pablo, 1992.
otro país, de Perú o de Bolivia, que
culture, differance, (J. Rutherford
son... [U. T. 18, t. ‘A’, de 1 3]
ed.), Lawrence & Wishart, London,
Piqueras Infante, Andrés, “Lo étnico
INMIGRANTES, aquellos que se me-
1990.
y la nacional en el proyecto del
ten /a Argentina/ por todos lados.
macro-estado. El caso de Europa”, en
[U.T. 20, t. ‘P’, de 1 3]
Sociotam Vol. VI, Nº1, México, 1996.
INMIGRANTES, aquellos que tienen
Hall, Stuart. (1995). A Questâo da
Identidade Cultural, Textos Didácticos, IFCH/UNICAMP, Sao Paulo.
muchísimos lugares para pasar /a
Raus, D., “Acerca de la constitución
Argentina/. [U.T. 21, t. ‘P’, de 1 3]
de identidades sociales. Notas para
Hannerz, Ulf, “Fluxos, Fronteiras,
un proyecto de investigación”, en
Anexo 1.b.
Híbridos: palavras-chave da antropo-
DOXA, Bs. As., 1993.
INMIGRANTES, aquellos obreros que
logia transnacional”, XX Encuentro de
entran al país a cada uno de los cua-
la Asociación Brasilera de Antropo-
Romero, Luis Alberto, “Los sectores
les habría que clasificar /según/ qué
logía en Salvador, Bahía, 14-17 de abril
populares en las ciudades latinoame-
va a hacer, qué no va a hacer. [U.T.
de 1996.
ricanas: la cuestión de la identidad”,
93, t. ‘M’, de 1 3]
en Desarrollo Económico Nº 106, Bs.
INMIGRANTES, aquellos cuya entra-
As., julio-setiembre 1987.
da habría que regularizar. [U.T. 60, t.
Harrison, Faye, “The persistent
power of ‘race’ in the cultural and
‘C’, de 1 3]
political economy of racism”, en
Rosaldo, Renato, “Ideology, Place,
INMIGRANTES, aquella mano de obra
Annu. Rev. Antrhropol., Nº 24: 47-74,
and People without Culture”, en
que habría que clasificar. [U.T. 91, t.
diálogos
de la
comunicación
‘C’, de 1 3]
nada, ni partida de nacimiento. [U.T.
estaban tres días. [U.T. 54, t. ‘C’, de 1
INMIGRACIÓN, aquella que tendría
62, t. ‘C’, de 1 3]
3]
que estar regulada. [U.T. 103, t. ‘M’,
/INMIGRACIÓN/, aquella de la que yo
BOLIVIANOS, aquellos tipos que si
de 1 3]
veo que todo es sin ninguna docu-
había que laburar de siete de la ma-
REGULACIÓN, aquella de la inmigra-
mentación, nada, ni personal... [U.T.
ñana a ocho de la tarde se te tiraban
ción que tendría que darse por escue-
7, t. ‘P’, de 1 3]
abajo de un árbol y dormían cinco o
las (=técnicas). [U.T. 106, t. ‘M’, de 1 3]
/INMIGRANTES/, aquellos entre los
Anexo 3.a.
de 1 3]
que puede haber cualquier clase de
PROBLEMA, aquel que causan acá
INMIGRANTES, aquellos obreros que
gente. [U.T. 18, t. ‘P’, de 1 3]
por el asunto del laburo que es que
entran al país a los que habría que
si vos como contratista pasás /de pre-
enseñarles y hacer un poco de escue-
Anexo 2.a.
supuesto/ afinando el lápiz para aga-
la. [U.T. 94, t. ‘M’, de 1 3]
INMIGRANTES, aquellos entre los que
rrar el trabajo, 100 pesos, vienen ellos
BOLIVIANOS, aquella gente a la que
vienen delincuentes. [U.T. 48, t. ‘R’, de
y te lo pasan a treinta pesos. [U.T. 30,
vos le tenés que dar todo planificado
1 3]
t. ‘R’, de 1 3]
o sea que no son pensantes. [U.T. 12,
INMIGRANTES, aquellos que si no hay
YO, aquella que veo que los perua-
t. ‘Cl’, de 1 3]
laburo (=acá, en Argentina) entran en
nos, bolivianos y todos estos traba-
INMIGRANTES, aquellos entre quie-
cualquier delito. [U.T. 55, t. ‘R’, de 1 3]
jan más barato que los /trabajadores/
nes no vienen a trabajar acá (=Argen-
INMIGRANTES, aquellos que si no hay
de acá y entonces las empresas les
tina) pibes con título que se recibie-
laburo (=acá, en Argentina) entran en
dan el trabajo a ellos. [U.T. 2, t. ‘P’, de
ron en su país. [U.T. 68, t. ‘R’, de 1 3]
la droga, a afanar teléfonos, en la fá-
1 3]
cil. [U.T. 56, t. ‘R’, de 1 3]
BOLIVIANOS, aquellos que así (=pa-
Anexo 3.c.
sando presupuestos más bajos que
BOLIVIANOS, aquellos a quienes (=las
Anexo 2.b.
el propio arquitecto que les daba tra-
empresas de construcción) los hacen
PROBLEMA, aquel que causan acá
bajo) lo fundieron al tipo (=al arqui-
trabajar quién sabe cuántas horas.
por el asunto del laburo que es que
tecto). [U.T. 7, t. ‘C’, de 1 3]
[U.T. 49, t. ‘P’, de 1 3]
como no están registrados, no están
ITALIANOS, aquellos de la verdulería
/INMIGRANTES/, aquellos (bolivia-
inscriptos, no pagan los beneficios.
que tuvieron que irse porque no iba
nos, peruanos y todos estos) que /
[U.T. 30, t. ‘R’, de 1 3]
nadie (=a la verdulería) porque la
supongo que/ trabajarán de sol a sol
BOLIVIANOS, aquellos de una verdu-
(=verdulera) boliviana vendía más
qué sé yo cómo... pagándoles poquí-
lería de acá a dos cuadras que no
barato. [U.T. 52, t. ‘P’, de 1 3]
simo. [U.T. 4, t. ‘P’, de 1 3]
pagan impuestos ni nada. [U.T. 23, t.
INMIGRANTES, aquellos de los que
‘C’, de 1 3]
Anexo 3.b.
los demás (=que no son explotados
BOLIVIANOS, aquellos (=que no tie-
BOLIVIANOS, aquellos que incluso
por los empresarios /argentinos/) son
nen que pagar impuestos) porque
sabían más que el arquitecto (=que
explotados por ellos mismos. [U.T. 10,
ellos no se anotan en ningún lado.
yo contraté para hacerme la casa)
t. ‘R’, de 1 3]
[U.T. 32, t. ‘C’, de 1 3]
que era argentino y de esos tipos...
BOLIVIANOS, aquellos que son los
[U.T. 4, t. ‘Cl’, de 1 3]
que más explotan. [U.T. 19, t. ‘R’, de 1
Anexo 2.c.
BOLIVIANOS, aquellos que a nivel tra-
3]
INMIGRANTES, aquella cantidad de
bajo eran excelentes trabajadores.
BOLIVIANOS, aquellos que son como
gente que cuando va a hacer docu-
[U.T. 3, t. ‘Cl’, de 1 3]
esclavos porque es como que tienen
mentos al Registro Nacional de las
/INMIGRANTES/, aquellos (=bolivia-
miedo de fondo. [U.T. 97, t. ‘Cl’, de 1 3]
Personas que no tienen nada, ningún
nos, peruanos y todos estos) que hi-
papel /de documentación/. [U.T. 61,
cieron un edificio rapidísimo. [U.T. 3,
Anexo 4.
t. ‘C’, de 1 3]
t. ‘P’, de 1 3]
BOLIVIANOS, aquellos tipos que no
BOLIVIANOS. aquellos entre quienes
BOLIVIANOS, aquellos que no hacen
comían /para no gastar plata/. [U.T.
no creo que haya ninguno (=que esté
nada, no sirven para nada, la verdad
46, t. ‘C’, de 1 3]
legalmente). [U.T. 22, t. ‘P’, de 1 3]
(+es) que no. [U.T. 41, t. ‘C’, de 1 3]
BOLIVIANOS, aquellos que suelen vi-
INMIGRANTES, aquellos que quieren
BOLIVIANOS, aquellos que eran cua-
vir con poquísimo dinero. [U.T. 86, t.
hacer los documentos y no tienen
tro tipos y para rebocar una pared te
‘Cl’, de 1 3]
S. Caggiano
seis horas de corrido. [U.T. 43, t. ‘C’,
127
126
127
Identificación desde el afuera
BOLIVIANOS, aquellos que te laburan
por 5 pesos por día porque para ellos
les sirve. [U.T. 9, t. ‘C’, de 1 3]
BOLIVIANOS, aquellos que viven un
mes con 100 dólares. [U.T. 17, t. ‘M’,
de 1 3]
BOLIVIANO, aquel para quien mandarle a la familia 100 pesos era un
montón de plata. [U.T. 80, t. ‘Cl’, de 1
3]
INMIGRANTES, aquellos que ahorran
mucho. [U.T. 117, t. ‘M’, de 1 3]
INMIGRANTES, aquellos que a fin de
año se llevan su buena diferencia
(=de dinero). [U.T. 119, t. ‘M’, de 1 3]
BOLIVIANOS, aquellos tipos que la
plata se la llevan (=a su país) y no la
gastan acá. [U.T. 45, t. ‘C’, de 1 3]
BOLIVIANOS, aquellos que juntaban
cien pesos y se los mandaban a la familia. [U.T. 497, t. ‘C’, de 1 3]
BOLIVIANO, aquel que todo lo que
hace (=de dinero) se lo lleva a su país.
[U.T. 122, t. ‘M’, de 1 3]
diálogos
de la
comunicación
La obliteración
del conflicto y el
poder en la
escena mediática
M.C. Mata
María Cristina Mata
De la
presencia a
la exclusión.
Investigadora del Centro de Estudios Avanzados de la
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
E-mail:[email protected]
167
diálogos
de la
comunicación
166
167
María Cristina Mata
De la presencia a la exclusión
En un texto escrito hace muchos años que titulé “Comunicación Popular, de la Exclusión a la Presencia”, trataba
de reflexionar acerca de la
monocorde voz que ahogaba,
desde los medios masivos, la
polifonía que una comunicación y una sociedad democrática requerían. Postulaba entonces que esa polifonía no
era equivalente a la mera
“aparición” o “inclusión mediada” de hablantes y defendí aquel texto de las críticas
que podrían formulársele –y
se le formularon desde perspectivas relativistas- argumentando que la pluralidad
de sentidos que se construyen en las interacciones cotidianas no puede contraponerse a la unicidad del discurso masivo, coincidiendo anticipadamente con lo que Ien
Ang formularía al plantear
que “los públicos pueden ser
diálogos
de la
67
comunicación
muy activos de muy diversas
maneras al utilizar e interpretar los medios, pero sería ingenuamente optimista confundir su actividad con un
poder efectivo”.1 Hoy, cuando
la presencia de lo individual
y lo particular y la sobreexposición de protagonistas satura los impresos, las ondas y
las pantallas, me parece pertinente continuar aquella reflexión asociándola a la consideración de ciertos modos
de representación y acción
política para, como entonces,
contribuir a pensar cauces de
acción en el campo comunicativo.
El advenimiento de la institucionalidad democrática tras
largos años de dictadura militar representó entre otras
cosas, en países como Argentina, la vigencia de normas
consensuadas para dirimir
los conflictos lo que, se suponía, contribuiría a conjurar la
violencia social y política.
Pasados más de 15 años de
aquel advenimiento, debemos reconocer que una de las
cuestiones más perturbadoras de la vida democrática es,
justamente, la fragilidad de
los cauces para el procesamiento de los conflictos sociales. Esa fragilidad, que puede llevar tanto a la reaparición de formas de violencia
destructora como a la resignada aceptación de un orden
hecho de exclusiones se asocia, a nuestro entender, con
la creciente caducidad de formas antes legitimadas de representación de los ciudadanos y con la difuminación de
los lugares y modos de ejer-
cicio del poder reconocido
como autoridad y, consecuentemente, consentido por
el conjunto de la ciudadanía
más allá de las desigualdades
y diferencias existentes.
Es sabido que, ante lo que se
suele nominar como “crisis
de las democracias representativas” la democracia mediática, o de participación mediada técnicamente, aparece
alternativamente como causa
de aquella crisis o instrumento de su superación. Numerosos estudios y ensayos que
versan acerca de la “mediatización de la política” -esto es,
la transformación de los modos de pensar y hacer la política debido a la existencia de
medios- dan cuenta de al menos tres cambios sustanciales: uno, la sustitución de las
instituciones jurídicamente
consagradas como lugares
para la representación ciudadana -parlamentos, juzgados,
partidos- por los medios masivos de comunicación; otro,
la sustitución de los sujetosactores clásicos de la política -políticos, gobernantes,
ciudadanos, militantes- por
nuevos sujetos mediáticos:
periodistas, conductores de
programas, público, entrevistados; el tercero, la sustitución de escenarios de la acción política: del partido al set
televisivo, de la plaza a la platea, como suele afirmarse2 .
Este modo de abordaje de los
cambios que enfrentamos tiene un sustento empírico incuestionable, al menos para
el caso argentino. En un artículo publicado en 1996 en la
medios -o un reconocimiento
de ellos por parte de la población- como alternativas eficientes; y esa alternativa produciría la mentada mediatización de la política, es decir, su
transformación. En realidad,
esa lógica está impregnada
ella misma de un efecto
mediático: es como si la noción de “nicho” publicitario,
noción fundamental en las
estrategias de mercado, se
colara en los planteos. Los
medios brindarían a la sociedad lo que ella necesita y de
lo que carece mediante una
operación de ocupación del
espacio vacío. Pero más allá
de este señalamiento, lo que
me interesa destacar es que
esa lógica sigue siendo deudora de una concepción
determinista que, por ello, no
es capaz de dar cuenta de la
índole de los dispositivos que
obran como sustrato de las
transformaciones que se operan tanto a nivel político
como a nivel de los medios de
comunicación, entendidos
como espacio de producción
de sentidos, y a nivel de las
interacciones entre ambas
prácticas.
Justamente, considerando
que lo que debemos enfrentar
hoy en el terreno cultural no
son lógicas ineludibles ni efectos prediseñados, sino más
bien dispositivos modeladores, tendencias y potencialidades cuya realización
hegemónica sólo puede y podrá revelarse como parte de
configuraciones sociales específicas, voy a compartir con
ustedes un conjunto de apreciaciones acerca del lugar y la
expresividad que adquieren
los sujetos y conflictos sociales y las decisiones políticas
en el marco de nuestras sociedades o culturas mediatizadas. Y lo haré analizando lo
que, en términos genéricos,
podríamos llamar recursos de
individuación y colectivización, refiriéndome a algunas
situaciones específicas para
tratar luego de extraer algunas
consideraciones de naturaleza más general.
En Argentina acabamos de
transitar diversas contiendas
electorales tanto de índole
nacional como local. En ocasión de elegirse las autoridades de la ciudad de Córdoba,
una de las fuerzas políticas
que intervinieron en la elección lanzó su campaña de
manera oblicua: en lugar de
formular proposiciones acerca de la obra de gobierno o
las políticas públicas a desarrollar, anunció a la población
la puesta en marcha de una
“encuesta ciudadana” destinada a recoger de cada elector sus propuestas, basadas
en las necesidades y problemas que experimentaban.
Mientras parejas de jóvenes
encuestadores perfectamente identificables realizaban en
la vía pública su labor y mientras los correspondientes
cuestionarios también llegaban a los vecinos con la edición de uno de los diarios de
la ciudad, otra fuerza política
mayoritaria respondía a dicha estrategia con una anticipación. Tras proclamar a manera de slogan “Los vecinos ya
nos dijeron lo que quieren”,
diversas personas entrevista-
M.C. Mata
revista Contribuciones dedicada a los “medios de comunicación en tiempos de cambio”, se difunden datos de
una investigación realizada
en Capital Federal y Gran Buenos Aires según los cuales,
por ejemplo, ante la necesidad de formular reclamos o
demandas, el 41% de la población acudiría a los medios de
comunicación en busca de
soluciones mientras sólo un
37.5% recurriría a la justicia.
En el mismo artículo, y en
base a datos de esa naturaleza y a otros similares -la cantidad de llamadas telefónicas
a programas de radio y televisión o las cartas de lectores
dirigidas a periódicos con el
fin de canalizar problemas- se
postula la transformación de
los medios en “mesa de entradas” del Poder Judicial y, en
un estadio posterior, su conversión en fiscales públicos.
Del mismo modo, abundan
los estudios y ensayos que
dan cuenta del nuevo papel
asumido por los medios masivos como auxiliares de la
justicia, facilitando la entrega
de delincuentes que confían
en la protección física y jurídica que les proveen las cámaras-testigo; o como árbitros de contiendas electorales organizando y regulando
los debates entre candidatos.
De algún modo, y aunque la
calidad de los estudios de ese
tipo puede variar, todos ellos
se articulan bajo una lógica
que cuestionamos: la de la
causalidad en cadena. Esto
es, a una crisis de representatividad y legitimidad de lo
político -espacios y actoressucedería una acción de los
169
168
169
De la presencia a la exclusión
das formulaban en spots
radiofónicos y televisivos sus
demandas sobre diversos tópicos; inmediatamente, el
candidato a intendente respondía a ellas con iniciativas
concretas que constituían su
plataforma de acción.
Más allá de la eficacia electoral de ambas estrategias publicitarias, lo que resulta digno de consideración son las
representaciones sobre el saber acerca de lo social y sobre el hacer político que ellas
presuponen, cuando colocan
la consulta individual a los
vecinos como fuente central
de las decisiones de gobierno. En ese sentido, podemos
leer en esas campañas partidarias una doble negación.
Por un lado la puesta entre
paréntesis de la existencia de
organizaciones y grupos
como espacios de expresión
de necesidades y problemas
y ámbitos de conformación
de opiniones legitimadas. Por
otro, la autoexclusión de los
políticos como formuladores
de diagnósticos y proyectos
derivados de particulares
comprensiones de lo real y de
diferenciables modelos de
sociedad a construir.
En ambos casos, por el contrario, la figura del individuo
-con necesidades e intereses
subjetivamente vividos- ocupa el centro de la escena
desdibujando la trama constituida por intereses y vivencias socializadas y la existencia de proyectos ideológicos
más o menos afines o antagónicos. En ambos casos, además, las verbalizaciones indi-
diálogos
de la
69
comunicación
viduales transformadas en
información –la que resulta
del procesamiento de una
encuesta o la que se exhibe
en los medios- se erige en incuestionable saber social en
tanto se objetiva gracias a
procedimientos estadísticos
y se distancia de lo inmediato adquiriendo estatuto de
representatividad gracias a
procedimientos mediáticos.
María Emma Wills Obregón
señala que los diagnósticos
que asocian las crisis partidarias con crisis de representación política y ellas con el
surgimiento de nuevos movimientos sociales, se fundamentan implícitamente sobre
una concepción según la cual
“lo social antecede a la política y una vez que se encuentra
constituido se convierte en la
materia prima de la representación. La política refleja,
como si fuese un espejo, un
‘algo’ o ‘alguien’ que emerge
de las relaciones sociales existentes y a través de esa función
se convierte en mediadora
entre la sociedad y el Estado.
Sin ese algo o alguien la política se vacía: sin sociedad civil, la política no tiene a quien
representar; y sin relaciones de
producción no hay conflicto ni
resistencia y por tanto no hay
política”3.
En el mismo sentido, podríamos afirmar que los diagnósticos que hacen un uso
fetichista de la noción de mediatización, asociando el “reemplazo” liso y llano por parte de los medios masivos de
otras instancias de construcción de acuerdos en torno a
las problemáticas centrales
que afectan a la población,
llevan en sí una correlativa
concepción de lo comunicativo respecto de lo social. En
este caso, la comunicación
pública “reflejaría” lo existente, mostraría -simplemente
potenciando- aquellos datos
empíricos que constituirían
lo real.
Wills Obregón refuta tales
concepciones:“…lo social no
viene primero y la política
después…la política –señalano refleja el mundo social sino
que lo constituye. Así no existe
un ‘algo’ o ‘alguien’ anterior a
la política, ya sean intereses
individuales o resistencias populares; tanto los unos como
las otras son construcciones
históricas mediadas por un lenguaje inscrito en instituciones
de tipo formal como informal”4.
Si acordamos con esas afirmaciones, que nos instalan en
el campo del discurso como
instancia no sobrepuesta o
resultante sino constitutiva
de las relaciones sociales y
políticas -y que en el campo
comunicativo remiten al papel configurador de lo real
por parte de los medios y técnicas de simbolización- es necesario reconocer que la estrategia enunciativa que coloca a los individuos particulares y aislados en el centro de
la formulación de lo que se
convertirá en “acción política”, es deudora de una de las
tecnologías que, como señala Loïs Wacquant, modela
hoy con mayor pregnancia la
idea de colectividad y de saber: la encuesta de opinión5.
Al mismo tiempo, esa estrategia enunciativa presupone
el efecto de igualación: cada
individuo sometido a encuesta, interpelado con un instrumento común tiene, imaginariamente, las mismas posibilidades y oportunidades de
respuesta. Al igual que ocurre
con la oferta constante de líneas telefónicas para comunicarse con programas
radiofónicos y televisivos, del
mismo modo en que se
promociona el acceso generalizado a través del satélite o
las redes electrónicas a la información que está disponible, lo que encubre la reivindicación del habla particular
normalizada por un cuestionario es su modelación histórica, sus constricciones de
clase, de género, de raza, de
localización geográfica, de
edad… En suma, lo que se
encubre, es la regulación política de lo social, el lento
pero marcadamente férreo
diseño de un orden hecho de
jerarquías y distinciones, la
naturaleza de los conflictos
que, en razón de los modos
de obtención de la información y de su procesamiento,
se disuelven en un sistema de
diferencias.
Por otra parte, la encuesta es
propuesta y asumida como
un sistema experto que reduce la incertidumbre y que, en
consecuencia, tendría la capacidad de definir per se los
cursos de la intervención estatal que, de tal suerte, quedaría exenta de toda responsabilidad intrínseca, de todo
riesgo, bajo el amparo de la
representatividad estadística. La centralidad de los
hablantes particulares, la
centralidad de su decir como
fuente de la acción política,
remite a la indeferenciación
de los saberes o, si se quiere,
a la igualación de la doxa con
el conocimiento técnico-científico (incluído el conocimiento que supone el quehacer
periodístico y el quehacer
político-partidario). Esa igualación diluye imaginariamente el diferencial de poder que
se concentra en sitios estratégicos y permite encubrir la
racionalidad de decisiones
ideológicamente orientadas
cuya comprensión se ve dificultada crecientemente, se-
gún plantean algunos analistas, en tanto y en cuanto existe una “publicidad de lo político” que “termina siendo de
valor básicamente ritual y políticamente de escasas consecuencias, ya que remite a asuntos que, por su complejidad y
características técnicas son
materia excluyente de iniciados” 6 . Paradojalmente, podríamos decir, cuanto más extremadamente especializados resultan los asuntos acerca de los cuales se habla políticamente, la formulación de
los problemas vividos por la
población se hacen visibles
en su dimensión más personal, más cotidiana e inmediatamente vivida.
Para precisar esas afirmaciones, refiero otro caso paradigmático: la provincia de Buenos Aires, y más especialmente el conourbano bonaerense,
es decir, las poblaciones que
rodean a la Capital Federal,
viven hoy graves situaciones
de violencia y delincuencia.
Legislaciones inapropiadas,
déficits operativos del poder
judicial, el creciente desempleo y marginalidad de la población del sector, las redes
del narcotráfico, la inoperancia y corrupción policial son,
entre otras, las causas que
pueden, conjugadamente, explicar la situación y a partir
de cuya evaluación pueden
tomarse decisiones gubernamentales que, sin duda, comprometerán a sus protagonistas a favor o en desmedro de
sectores damnificados o beneficiados por tales decisiones. En medio de la campaña
electoral que debía definir el
M.C. Mata
La encuesta se propone, en
estos y en muchos otros casos, como un procedimiento
inclusivo y aglutinador: todos
quienes intervienen en él son
enfrentados a problemasinterrogantes comunes; además, en el procesamiento de
los datos, ese amplio conjunto de individuos es agrupado
según categorías que identifican y diferencian. De ese
modo, los resultados finalmente obtenidos y difundidos revelan colectivos abstractos pero distinguibles por
rasgos que reenvían a la materialidad de lo que se es:
mujer u hombre, habitantes
de tal o cual sector, jóvenes
o viejos. La “población encuestada” -que en ciertos casos presenta rostros particulares en sus apariciones gráficas o televisivas- constituye
un nuevo modo de ser colectivo en el que cada sujeto se
reuniría, en ausencia, con sus
pares.
171
170
171
De la presencia a la exclusión
nuevo gobierno provincial, ya
no los candidatos, sino los
medios masivos de comunicación, apelaron a sondeos y
encuestas para sopesar la
aceptación o el rechazo de la
posible implantación de un
“sistema de tolerancia cero”
contra el delito7. Como en el
caso anterior, una palabra
que aparece como pre-política, una palabra que sólo se
fundaría en la inmediatez de
la experiencia individual, se
transformó para algunos candidatos en fundamento suficiente de la razón de Estado.
Poco tiempo después, habilitada por los reclamos políticos de “una bala para cada
delincuente” fundados en las
demandas de rigor construidas estadísticamente, la policía de la provincia de Buenos
Aires producía un hecho represivo que los mismos políticos y la misma población
encuestada calificaban como
“masacre”. En ese caso, aislado en su propia manifestación horrorosa y espectacular, se hacía patente el borramiento de los juicios y decisiones tras la expresividad
inmediata de las subjetividades transformadas, mediante
la objetividad irrefutable del
dato estadístico,en sustento
racional de la acción.
Muchos estudiosos de esta
problemática han advertido,
justamente, el papel que en
este proceso de individuación de los conflictos sociales ha jugado y juega la entronización del “caso” como narrativa predominante de
nuestra época. Despojado de
sus articulaciones, el caso -
diálogos
de la
71
comunicación
aun cuando se refiera a un
grupo humano- queda preso
en la misma particularidad
que el hablante singular. “Por
definición individual y dramático, organizador de un siempre, inevitablemente microrrelato -señala Sergio Caletti- la
lógica del caso es, claro está,
opuesta a la lógica de la regla.
La lógica del caso rehuye a la
abstracción, a la clasificación
de lo común, a cualquier intento primario de organización de
las superficies en que se inscribe. Pero, al mismo tiempo
y por lo mismo, se carga implícitamente de las resonancias de la metáfora, de la capacidad de condensación de
sentidos que se encuentran diseminados en otros microrrelatos, en otros casos”8. Homologados a relatos de diversa
índole, los conflictos sociales
desbordarán su propia serie,
habilitarán lecturas disímiles
en los receptores -es pensable que incluso habiliten lecturas políticas- pero, como
bien fundan en el análisis conceptual y empírico del tema
Aníbal Ford y Fernanda Longo
para la realidad cultural argentina, “el caso no reemplaza a la discusión pública estructural, macro, que obliga a
cierto tipo de respuesta de la
ciudadanía…como el caso se
produce de manera aleatoria
y se amplía a través del
newsmaking, puede generar
cualquier discusión en cualquier momento”9.
Dueños de la escena, centralmente convocados para exponer las marcas que dejan en
los rostros y las voces los conflictos lacerantes que atravie-
san nuestra sociedad, los casos y los individuos dejan en
los márgenes las causas
globales y las estrategias de
poder. Dejan en los márgenes
los modos colectivos de procesar los conflictos; dejan en
los márgenes los lentos y costosos procesos de agregación
de intereses que sólo adquieren la fugaz visibilidad del estallido, del momento de emergencia. Pero también dejan en
los márgenes las figuras del
poder o, más precisamente, la
responsabilidad que toda forma de poder conlleva.
Las estrategias de igualación,
de dilución de conflictos, de
reposición de lo individual
como fuente del saber y el
actuar, no sólo deberían ser
analizadas como fruto de las
intenciones mercantiles de
los medios masivos o como
mero recurso populista en
épocas electorales. Deben
vincularse al movimiento de
masificación de la sociedad –
“las masas […] carecen de esa
clase específica de diferenciación que se expresa en objetivos limitados y ostensibles”,
sostenía Hanna Arednt10- por
el cual las personas son puro
número y los colectivos mera
agregación, y a la preeminencia de nuevos dispositivos de
intelección -y por tanto de
construcción- de lo social: los
que aseguran imaginariamente que por medios técnicos pueden gestionarse complejas realidades satisfaciendo todas las necesidades e
intereses, y los que, también
imaginariamente, otorgan a la
exhibición la potencialidad
de conferir existencia.
• Por otro lado, así como se
diluyen los propósitos hegemónicos, esa colectivización
diluye “el único factor material indispensable para la generación de poder”, según
lo plantea Hanna Arendt: “el
vivir unido del pueblo”, condición necesaria para que
persistan “las potencialidades
de la acción”11.
• Por último, en lo que respecta a los conflictos sociales, la
2. Hemos reflexionado sobre ese modelo de comprensión sustitutorio en
María C. Mata, “Entre la Plaza y la Platea” en Schmucler y Mata (coords.)
Política y comunicación, ¿hay un lugar
para la política en la cultura
mediática?, Catálogos, Buenos Aires,
1992.
3. “Feminismo y democracia: más allá
Tal vez la primera y fundamental misión de la tarea democrática en el campo de la
comunicación consistiría en
rescatarlos de ese lugar marginal rescatando, al mismo
tiempo, a quienes desde el
poder de decir y hacer –políticos, periodistas, gestores de
medios- también se corren
del centro de la escena y a
quienes la individuación confina en el aislamiento masificante y deprivador de poder. En suma, se trataría de
repolitizar la comunicación
de los problemas y conflictos
sociales, convertidos hoy
cada vez más en relatos y exhibiciones que, a fuerza de
ser narrados y mostradas,
pierden visibilidad y ocultan
tras bambalinas el verdadero
rostro de la hegemonía.
de las viejas fronteras”, en Análisis
político, N° 37, mayo-agosto 1999, Universidad Nacional de Colombia,
Santafé de Bogotá, p. 24
4. Idem.
5. En Las cárceles de la miseria (Manantial, Buenos Aires, 2000), desentrañando la vinculación entre el “menos Estado social” y el “más Estado
policial y penal” característico de las
sociedades neoliberales, Wacquant
resalta el lugar ocupado entre los dispositivos que naturalizan esa creciente sustitución por lo que denomina
la configuración científica. Una operación en la que convergen de manera
sistemática intelectuales, representantes del poder político y medios
masivos de comunicación y uno de
cuyos recursos emblemáticos para
justiciar el incremento de la represión
es un particular manejo de los datos
estadísticos.
6. Sergio Caletti, “Repensar el espacio de lo público”, ponencia presentada al Seminario Internacional “Tendencias y retos de la investigación en
Comunicación en América Latina”,
FELAFACS-PUC del Perú, Lima, julio
de 1999, p.17.
1. “Culture e communication.
Por un critique étnogra-
7. Ver, en el Prefacio y el Cap. I del
phique de la consommation
citado libro de Wacquant, las
des médias dans le système
implicancias de la diseminación de
médiatique trasnational” en
dicho sistema en Europa y América
Hermès N° 11-12, Centre National de
Latina.
M.C. Mata
• Por un lado subvierten la
antigua función de representación política, asociada a la
idea de coparticipación en un
ideario común y a la figura de
sujetos capaces de resumir
en sí y defender un conjunto
homogéneo de intereses
opuestos a otros. Si el representante político hacía suyas
voces particulares y las articulaba en un discurso con
pretensión de liderazgo y validez nunca universal -porque
se enunciaba frente a otros
como palabra adversativa- el
político mediático se convierte en un operador que sopesa posibles estrategias de acción en base a la valoración
de datos que se presentan
como previamente no manipulados. No hay proyectos: la
realidad particular, colectivizada mediante su exhibición
mediática, es la que manda.
oclusión de la mirada reconocedora que se produce al
diluir los poderes en pugna,
puede depararnos dos males
igualmente condenables: su
banalización o su estigmatización. En ambos casos los
conflictos son depositados en
los márgenes de la escena.
NOTAS
Ambos dispositivos, que operan crecientemente en la comunicación de los conflictos
sociales y en la construcción
de la política producen, como
he tratado de plantear, un
conjunto de efectos que ahora quisiera precisar:
173
la Recherche Scientifique, París, 1993.
172
173
Aníbal Ford, La marca de la bestia.
Identificación, desigualdades e info-
9. En La marca de la bestia. Identifica-
entretenimiento en la sociedad con-
ción, desigualdades e infoentreteni-
temporánea, Grupo Editorial Norma,
miento en la sociedad contemporánea,
Buenos Aires, 1999.
Grupo Ed. Norma, Buenos Aires, 1999.
Aludiendo a un caso concreto, el ase-
Hanna Arendt, Los orígenes del totali-
sinato de una jovencita en el que es-
tarismo, Taurus, Madrid, 1974.
tuvieron involucrados personas y
sectores políticos de la provincia de
Hanna Arent, La condición humana,
Catamarca, dirán: “destapó tantas
Paidós, Barcelona, 1993.
ollas, puso tantas irregularidades en
evidencia, cruzó tantos debates e his-
María Cristina Mata, “De la cultura
torias que no terminó acotando
masiva a la cultura mediática”, po-
ninguno…El caso se instaló en el ima-
nencia presentada al Seminario Inter-
ginario social y esta continuidad pue-
nacional “Tendencias y retos de la
de o no implicar su procesamiento
investigación en Comunicación en
posterior como acción pública concre-
América Latina”, FELAFACS-PUC del
ta… Lo cierto es que mostró muchas
Perú, Lima, julio de 1999.
cosas pero cambió pocas. Y que muchas de las cosas que tocó todavía no
Héctor Schmucler y María C. Mata
han sido formalizadas en debates o
(coords.), Política y Comunicación
discusiones públicas que permitan rei-
¿hay un lugar para la política en la
vindicaciones puntuales”, pp. 218-282.
cultura mediática?, Catálogos, Buenos
Aires, 1992.
10. Los orígenes del totalitarismo,
Taurus, Madrid, 1974, p. 392.
Loïs Wacquant, Las cárceles de la miseria, Manantial, Buenos Aires, 2000.
11. La condición humana, Paidós, Barcelona 1993, p. 224.
María Emma Wills Obregón, “Feminismo y democracia: más allá de las viejas fronteras” en Análisis Político N°
37, Mayo/agosto 1999, Universidad
Nacional de Colombia, Santafé de
Bogotá.
BIBLIOGRAFÍA
De la presencia a la exclusión
8. Art. Cit, p. 21.
Carolina Barros, “Medios de
comunicación en Argentina:
de espectadores a protagonistas del cambio”, en Contribuciones, N°2/1996, Fundación Konrad AdenauerCIEDLA, Buenos Aires.
Sergio Caletti, “Repensar el espacio
de lo público”, ponencia presentada
al Seminario Internacional “Tendencias y retos de la investigación en
Comunicación en América Latina”,
FELAFACS-PUC del Perú, Lima, julio
de 1999.
diálogos
de la
comunicación
R. Fuentes
Raúl Fuentes
La formación
universitaria de
profesionales de
la comunicación
y su renovación
como proyecto
social
Profesor-investigador del Departamento de Estudios
Socioculturales del ITESO y del Departamento de Estudios de la
Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara, México.
E-mail:[email protected].
11
diálogos
de la
comunicación
10
11
R a ú l F u e n t e s
Formación universitaria
Este trabajo busca suscitar o
renovar la reflexión sobre la
formación universitaria de
profesionales de la comunicación en América Latina desde
una perspectiva ética, dimensión que a pesar de estar presente invariablemente en los
discursos y debates al respecto desde hace varias décadas
en nuestro campo (especialmente desde la constitución
de FELAFACS en 1981), no
parece haberse consolidado
como fundamento efectivo de
las variadas y complejas prácticas universitarias involucradas, sobre las que a pesar
de los esfuerzos desarrollados, hay muy poco conocimiento sólido disponible: aún
no sabemos dar cuenta de los
procesos de formación de
comunicadores.
diálogos
de la
67
comunicación
De esta manera, aunque es
claro que los problemas de la
“formación del profesional de
la comunicación para una
Cultura de Paz” no pueden
volver a formularse en términos instrumentales, como si
“cultura de paz” fuera una
especialización técnica mecánicamente atendible, las condiciones para articular los
referentes concretos de tal
expresión con los procesos
de decisión reflexiva inherentes a la acción colectiva institucionalizada en nuestras
universidades y sociedades,
están muy lejos de ser objeto
de una comprensión compartida. Por lo tanto, el tema se
presta muy bien para el cuestionamiento y la discusión,
aunque no pueda pretenderse que se alcancen respuestas a corto plazo. En términos de C. Wright Mills1 , hay
que recurrir a la imaginación
sociológica para pasar de “las
inquietudes personales del
medio” a “los problemas públicos de la estructura social”
y ese proceso de problematización del sentido, lo sabemos, es una tarea intelectual
de alta complejidad.
LA COMUNICACIÓN COMO
PROYECTO SOCIAL
En 1980 la UNESCO publicó,
con el título Un solo mundo,
voces múltiples, el Informe de
la Comisión Internacional,
presidida por Sean McBride,
que tenía el encargo de diagnosticar los principales problemas mundiales de la información y la comunicación. En
su introducción, el Informe
parafraseaba a H.G. Wells y
afirmaba que “la historia humana es cada vez más una
carrera de velocidad entre la
comunicación y la catástrofe.
Es indispensable utilizar plenamente la comunicación en
sus múltiples formas para
conseguir que la humanidad
sea algo más que una historia… en otras palabras, para
garantizar a nuestros hijos un
futuro”2. Al plantear en aquel
célebre texto el marco para
avanzar “hacia un nuevo orden mundial más justo y eficaz de la información y la comunicación”, la Comisión
McBride expuso ante el mundo la necesidad de “democratizar la comunicación”, reconociendo su importante papel en la participación a que
tienen derecho todos los
hombres en la determinación
de la organización y el destino de la vida social.
Veinte años después, todos
sabemos la suerte que corrieron tales propuestas, y el desenlace que el debate de aquellos temas tuvo para la propia
UNESCO, cuando se retiraron
de su Asamblea General los
países que en mayor proporción contribuían a financiarla,
inconformes por la crítica del
organismo a las estructuras y
prácticas que obstaculizaban
tal “democratización”. No tiene caso, en este momento, revivir en detalle aquel episodio
de una discusión que, sin embargo, actualizada, conserva
la más alta pertinencia en la
etapa presente de los procesos de globalización y mundialización de la cultura. Pero
sí es indispensable remitirnos
«Catástrofe» puede parecer a
primera vista un término inapropiado como alternativa
de la comunicación. En español, esa palabra significa
“acontecimiento imprevisto y
funesto” y es sinónimo de «cataclismo» y de «desastre», un
“suceso en que hay mucho
daño o destrucción”; “se aplica también a una desgracia o
un trastorno moral grave” y
“se emplea mucho hiperbólicamente, aplicado a sucesos
y también a una cosa muy mal
hecha”3. Opuestos estos significados a la «comunicación», se implica en ésta un
carácter constructivo y previsible, una acción que se sobrepone o adelanta a la adversidad o a la fatalidad,
acepciones que no registran
los diccionarios. Pero la carrera de la humanidad “entre
la comunicación y la catástrofe” del Informe McBride, se
refiere sin duda a algo más
que al significado literal: a la
necesidad del diálogo reflexivo y respetuoso entre los diversos, en lugar de la imposición irracional de los intereses de unos sobre los demás;
a la prevalencia de la razón
sobre la fuerza; a la negociación y no a la dominación, en
y mediante la comunicación.
Hay en todo el Informe
McBride un fuerte sentido de
“llamado a la cordura”, uno
entre los muchos que caracterizaron a la época de la guerra fría, y que una vez pasada
ésta con la verdadera catástrofe sufrida por el mundo
socialista, parece a muchos
ingenuo y anacrónico. Sin
embargo, los conflictos mundiales en y mediante la comunicación no han desaparecido en los últimos veinte años.
Se han transformado ciertamente, pero la mayor parte
de los problemas detectados
se han exacerbado, aunque
ahora se les identifique dentro del marco de la globalización. Por ello, la propuesta de Antonio Pasquali de
“continuar elaborando una
nueva moralidad y nuevos
modelos viables de comunicación que puedan ser apropiados universalmente”, es
extremadamente pertinente:
En cuanto terminó la crisis
Este-Oeste, la coyuntura estructural Norte-Sur recuperó
su dramático potencial, ahora sin coartadas. Es el mayor
problema de nuestro tiempo;
ninguna moralidad que realmente pertenezca a su propia
época puede eludirlo. Vamos
a tener que vivir con este problema lado a lado, entre tensiones de mayor o menor intensidad, porque le da el sentido final a los otros desafíos
de hoy (demográficos, ecológicos, económicos, tecnológicos, de gobernabilidad y demás). Con el fin del conflicto
Este-Oeste, también desaparecieron las barreras que obstaculizaron durante décadas
una de las obligaciones morales primordiales de la hu-
manidad, esto es, definir la
teleología de una relación
más equitativa entre los humanos, consolidando un solo
mundo. Pero la noción de solidaridad y el generoso ideal
postbélico de la «familia humana» permanece volteada al
revés. En los últimos treinta
años, la brecha entre la riqueza y la pobreza se ha multiplicado por cinco en el mundo: Tokio tiene más teléfonos
que todo el continente africano, excluyendo a Sudáfrica; la
proporción entre la mayor
densidad de líneas telefónicas del mundo (Mónaco) y la
menor (Chad) es ahora de
1,245 a 1; entre el correo más
eficiente del mundo (Suiza) y
el más ineficiente (Mozambique), de 5,515 a 1.4
El argumento de Pasquali,
hay que subrayarlo, va mucho más allá de la oposición
“denuncista” a cualquier corriente de moda en el pensamiento sobre la comunicación. A lo que se opone en
primer lugar su propuesta
sobre la dimensión moral del
comunicar, formulada en términos filosóficos críticos, es
a la confusión, al reduccionismo y al desgaste semántico e ideológico que han sufrido los conceptos centrales
para pensar el mundo y la
comunicación. Más allá de las
“hipersimplificaciones”,
Pasquali aclara, por ejemplo,
que “criticar la globalización
compulsiva no significa rechazar la interconexión entre
las diferentes formas del respeto mutuo. Eso introduciría
una contradictio in adjecto en
el propio concepto del comu-
R. Fuentes
a las tensiones centrales que
hace dos décadas y más, y
desde entonces, han establecido los términos del debate
político, económico, cultural
y educativo sobre la comunicación, en su carrera contra la
“catástrofe”.
13
12
13
Formación universitaria
nicar” (p.25). El filósofo venezolano, cuya vehemencia y
aportes críticos a la teoría y
a las políticas de la comunicación afortunadamente no
han menguado desde los
años sesenta, retoma y desarrolla los aspectos centrales
de un pensamiento complejo,
sistemático y profundo que
no sólo nos permita comprender la comunicación5, sino a
través de ella y su sentido, el
mundo en el que vivimos. Con
él,
podemos ahora decir confiadamente que la ciencia comunicativa, la sociología y otras
ciencias humanas, la filosofía
moral y la filosofía del lenguaje han acumulado tantos recursos conceptuales y empíricos, han elaborado tantas
proposiciones normativas
sobre puntos comunes, que
abordar el proyecto de una
moralidad de la comunicación parece viable hoy en
día6.
Es desde ahí, y sólo desde
ahí, desde el fundamento filosófico, que pueden plantearse seriamente los principios básicos de una ética de
la comunicación, un sistema
de postulados universales
articulados y consistentes
ontológica y epistemológicamente con las moralidades
reales, es decir, con las mediaciones culturales, históricas y diversas, de lo que es
“no-negociable” para la humanidad. Pero el problema es
complejo: supone identificar
valores universales, núcleos
de sentido transculturales, en
la acepción más fuerte del
diálogos
de la
69
comunicación
término. Aunque es sin duda
un proyecto urgente de emprender y que ocupa a muchos filósofos en todo el mundo.
Hay aportes notables en esa
dirección en el libro editado
por Clifford Christians y
Michael Traber, Ética de la comunicación y valores universales, donde se despliega una
exploración multicultural de
los problemas fundamentales, en la construcción teórica y en la aplicación práctica, para analizar y orientar el
sentido de la comunicación
en y entre las sociedades contemporáneas. En ese libro se
incluyen, además de la contribución ya citada de Antonio Pasquali, capítulos firmados por el colombiano
Gabriel Jaime Pérez y el brasileño Pedro Gilberto Gomes,
entre un total de 19 autores
de distintas nacionalidades.
Su participación expresa la
importancia de la reflexión
ética sobre la comunicación
desde Latinoamérica y equipara sus perspectivas con las
provenientes de otros continentes, pero esto no significa
que sus propuestas correspondan a las prácticas de referencia, sino, como en los
demás casos, evidencien más
bien lo contrario.
Pasquali, Pérez y Gomes son
tres profesores largamente
asociados a las escuelas de
comunicación. No hacen filosofía al margen de las prácticas académicas de la investigación y de la formación profesional en las universidades
latinoamericanas. Sus pro-
puestas, como las de otros
destacados profesores e investigadores especializados
en otros campos del conocimiento, implican una articulación que pocas veces ha tenido repercusión práctica y
que, sin dejar de actualizarse
y refinarse críticamente en el
plano discursivo, difícil y muy
lentamente permea al campo
de la formación de comunicadores, donde las inercias
parecen resistir todo intento
de reestructuración. Este es
un problema crítico, al que
FELAFACS se ha enfrentado
en sus ya casi dos décadas de
existencia, y que ha multiplicado los debates, sin que parezca cercano algo parecido
a una solución.
Si no fuera por el desgaste de
la fórmula, se diría que hay
una creciente brecha entre la
teoría y la práctica, no sólo
de la comunicación en la sociedad, sino de la formación
universitaria de profesionales
de la comunicación. En ambos planos, hace falta formular con mayor precisión las
preguntas y compartir las responsabilidades en un horizonte amplio, tarea para la
cual podría ser vir como
orientación la síntesis de
Gabriel Jaime Pérez:
Una ética integrada de la comunicación social no impone
una moralidad de normas ni
una deontología de instrucciones. La ética profesional
no puede restringirse a normas, instrucciones o códigos.
Esto no implica que no sean
necesarios los códigos o los
análisis de casos, que son úti-
En los contextos sociales y
culturales latinoamericanos,
en sí mismos muy diversos,
las preguntas básicas, que
puedan considerarse en
suma como las definiciones
esenciales de la comunicación como proyecto social, incluyen según Pérez al menos
tres ejes de acción: “la comunicación para la verdad, la libertad y la justicia; la comunicación que respete las identidades culturales; y la comunicación para la paz” (p.168).
Pero la cuestión clave está en
los procesos de construcción
de los consensos sobre el significado concreto de estos
enunciados y la convergencia
en torno a ellos de los múltiples agentes sociales. Entre
ellos, ciertamente, hay evidencias históricas más que
elocuentes de que las universidades, los profesionales y
las empresas del sector están
lejos de alcanzar tales consensos, o siquiera de estarlos
buscando.
Mucho se ha escrito y denunciado sobre la oposición de
los detentadores de los poderes económicos y políticos a
las propuestas de académicos y ciertos sectores de la
“sociedad civil” en torno a la
construcción “democrática”
de espacios culturales, simbólicos y educativos en el
ámbito de la esfera pública
dominada desde siempre,
pero hoy crecientemente, por
proyectos mercantiles. Los
“frentes internos”, nacionales
o regionales, donde hace algunas décadas se buscó establecer sistemas y prácticas
“alternativas”, quedaron en
los últimos tiempos relegados por los “frentes externos”, transnacionales o en
proceso de globalización, en
donde los propios estados
nacionales tienen que enfrentar retos antes inimaginables
para preservar algún grado
de su “soberanía”. El contexto estructural del sector dedicado a la producción y distribución industrial de bienes
simbólicos, parte del cual son
los medios de difusión, ha
cambiado en las últimas dos
décadas y seguirá cambiando
en las próximas de maneras
tan radicales, que las nociones de comunicación “masiva”, “pública” o “social” requieren una redefinición total. Esta es una tarea teórica
que resulta determinante
para reformular la fundamentación conceptual y práctica
de los referentes profesionales y socioculturales de los
estudios universitarios de
comunicación.
ceptos centrales para pensar
el mundo y la comunicación,
otros autores influyentes asocian también este problema a
sus propuestas más recientes, pues sin términos precisos la discusión productiva y
la evaluación de las acciones
son simplemente imposibles.
En una sesión especial del IX
Encuentro Latinoamericano
de Facultades de Comunicación Social realizado en Lima
en 1997, Miquel de Moragas
lo señalaba así de entrada:
LA COMPRENSIÓN DE LA
COMUNICACIÓN COMO
DESAFÍO
Dentro del conjunto de problemas que vamos a plantear
sigue habiendo uno permanente, que cambia en cada
etapa histórica, y que seguramente en ésta cambia de una
manera más acusada: qué
hacemos con la teoría. Se trata de ver cómo avanza la teoría, cómo plantea la teoría los
problemas nuevos y cómo
afronta los problemas viejos
a la vista de experiencias que
se han ido renovando. Propondría solamente un ejemplo: el concepto mismo de
“comunicación globalizada”,
que luego que lo utilizas dos
o tres veces te das cuenta que
es en sí mismo una trampa,
que se rompe enseguida, que
es un concepto que tienes
que ir redefiniendo y reinterpretando. Nos enfrentamos a
una serie de problemas importantes de teorización ante
los antiguos fenómenos de
siempre y los fenómenos que
son nuevos8.
Así como Pasquali refiere
como un desafío primordial el
desgaste semántico e ideológico que han sufrido los con-
Aunque los interlocutores de
Moragas en esa ocasión,
Néstor García Canclini, Jesús
Martín Barbero, Armand
R. Fuentes
les en la medida en que evitemos caer en la casuística. El
enfoque adecuado debe ser
una formulación ética que
genere las preguntas básicas
desde una perspectiva global
y las plantee en los contextos
sociales y culturales concretos donde tienen lugar los
procesos de comunicación7.
15
14
15
Formación universitaria
Mattelart, Eliseo Verón, Martín Hopenhayn y Rossana
Reguillo han atendido insistentemente y aportado a esa
redefinición teórica desde sus
respectivos campos de investigación, fue quizá Moragas
quien planteó de una manera
más clara las implicaciones
de lo que llamó “un momento de vacío en la teoría de la
comunicación” en relación
con el tema de la sesión: La
investigación y formación en
comunicaciones en la era de
la globalización. En ese terreno, “tenemos experiencia anterior y hemos de saber reinterpretarla” en el trabajo universitario (p.17). No obstante,
El problema es que las Facultades de Comunicaciones están empezando a olvidar el
sector de las humanidades y
buscan la práctica sobre cosas muy efímeras, que son las
del ejercicio profesional. Entonces, los estudiantes optan
por la centralidad de la comunicación que (…) no significa de ninguna forma que haya
emergido o emerja una comunicología. Cuantos más años
me dedico a estudiar la comunicación, menos comunicólogo me siento y menos confío en la comunicología y más
me doy cuenta de que necesito un trabajo muy creativo
de carácter pluridisciplinar.
Al mismo tiempo, hay que tener un grado de humildad
teórico-epistemológica acudiendo a las ciencias sociales,
pero aportando, por ejemplo,
a la historia y a la antropología un tema, un sujeto, que
jamás fue estudiado por ellas,
diálogos
de la
71
comunicación
por qué no decirlo. En suma,
tenemos aquí una teoría un
poco particular, que es la de
no querer construir la disciplina, pero atesorando un
objeto de máxima importancia, que sigue teniendo la importancia que antes tenía
para la política, para la democracia, para la cultura y que
ahora la tiene además en
otros ámbitos y niveles. Esta
es la complejidad de nuestro
objeto de estudio. (p.18).
Jesús Martín Barbero, por su
parte, atribuye el problema
central a la “inflación” del concepto «comunicación», que se
ha vuelto un “comodín”, lo
cual hace “imposible no sólo
recortar las figuras profesionales, sino los objetos de investigación”, independientemente de que en América Latina el estudio de la comunicación debe mucho a que las
ciencias sociales la han considerado un objeto estratégico.
Es decir, creo que el vacío
deriva en gran medida de esa
inflación, que sólo tiene como
alternativa la propuesta de
los norteamericanos de convertir las comunicaciones en
una disciplina, es decir en un
territorio académico que pueda competir con cualquier
otro territorio académico, lo
cual no me parece para nada
la solución, porque ahí de una
u otra manera se está soslayando algo que viene desde
atrás, que son las dimensiones sociales del fenómeno9.
Hay entonces, una necesidad
evidente de revisar las propias articulaciones universi-
tarias del campo de la comunicación, en especial la creciente divergencia entre los
avances de la investigación
académica, minoritarios y limitados si se quiere, pero críticos y abiertos a “las dimensiones sociales del fenómeno” en muchos casos, y las
inercias de la formación profesional, que ha crecido desmesuradamente y se ha convertido para la mayor parte
de los estudiantes en una “nebulosa” conceptual, es decir,
en un conjunto incoherente
de postulados que poco tienen que ver con las prácticas
sociales profesionalizadas
contemporáneas. Néstor
García Canclini atribuye el escaso reconocimiento y la baja
competencia profesional en
muchas de las áreas de la comunicación a la ausencia de
una formación rigurosa en
investigación en ellas y propone “redefinir los perfiles
curriculares en función de las
profesionalizaciones pertinentes”.
No sé cuáles son (…) pero
debe haber algunos campos
profesionales de aplicación
del trabajo específico y se
debe profesionalizar la investigación. Los campos disciplinarios que se estabilicen luego de una productividad
constante deben ser campos
en donde la investigación
esté profesionalizada10.
Nuevamente, la investigación
se revela, desde el punto de
vista de los investigadores,
como un elemento central
para la articulación de los
programas de formación pro-
Ese debate está aún en plena
fase de desarrollo y es un signo alentador que se retome
en las publicaciones y en los
foros académicos latinoamericanos, puesto que no se trata de alguna clase de “anomalía” regional, sino de un problema central en todas partes. En Estados Unidos el de-
bate sobre el campo de la comunicación y su disciplinarización lleva ya varias décadas en proceso y ha permitido problematizar muchos de
los supuestos en que no sólo
se fundamentó su institucionalización en ese país,
sino también en todos aquellos a los que se exportó su
modelo, como los latinoamericanos. Un buen ejemplo de
la profundidad que ha alcanzado ese debate es el trabajo
de Timothy Glander sobre los
Orígenes de la investigación
de la comunicación de masas
durante la guerra fría norteamericana, sus efectos educativos e implicaciones contemporáneas, un estudio histórico realizado desde el campo
de la educación, publicado
hace apenas unos meses12. En
medio de la gran cantidad de
revisiones históricas del campo disponibles en Estados
Unidos, este trabajo de
Glander tiene la particularidad de cuestionar las bases
de la divergencia inducida
entre los estudios de comunicación y los de educación.
La educación y la comunicación están fundamentalmente vinculadas, inescapablemente afiliadas en la teoría y
en la práctica. Los filósofos
de la educación, de Sócrates
a Dewey y Freire, lo han reconocido así y han tratado de
clarificar esta relación. La
educación y la comunicación
no pueden ser separadas,
aunque nuestras disposiciones académicas presentes
hagan creer que pueden ser
segregadas. La organización
contemporánea del conoci-
miento sugiere que educación y comunicación son fenómenos distintos, que pueden ser estudiados y practicados en aislamiento mutuo.
Este libro cuenta parte de la
historia de cómo y por qué
ocurrió esta división, qué
ocasionó el divorcio, y cómo
afectó la emergencia y crecimiento del nuevo campo de
la comunicación a los asuntos
educativos en el siglo XX. El
objetivo primordial es recuperar una comprensión que
señale la conexión esencial
entre comunicación y educación y sea capaz de develar
los intereses que se han beneficiado con su separación.
(p.x).
A diferencia de muchas de las
historias del campo de la comunicación escritas desde su
“interior”, la obra de Glander
interpreta las decisiones que
guiaron su institucionalización en el contexto de la II
Guerra Mundial en un sentido estrictamente político, en
relación con la disyuntiva
entre educación y propaganda. Al resolverse la definición
de los proyectos fundacionales en términos del avance
de los mecanismos propagandísticos, y no de los educativos, y de conseguirse no sólo
los apoyos políticos y financieros, sino también la legitimación académica de la investigación con este sesgo, la
separación quedó establecida y el modelo consolidado,
primero en Estados Unidos y
luego, en el resto del mundo.
La revisión de las trayectorias
profesionales y las publicaciones de los fundadores del
R. Fuentes
fesional. En una reflexión reciente sobre la investigación
de la comunicación en América Latina11, centrada sobre
el debate acerca de las condiciones impuestas por la
“modernidad” y la lógica de
mercado, recuperé de las
posturas de varios investigadores muy destacados la urgencia de una reafirmación
ética de los estudios sobre la
comunicación, en la “búsqueda prioritaria de un marco de
interpretación que, por una
parte, reintegre conceptual y
metodológicamente la diversidad política, cultural y
existencial de los agentes de
la comunicación, y por otra
permita imaginar las dimensiones de la acción comunicativa en términos constitutivos y no sólo instrumentales
de las prácticas sociales”.
Además de proponer algunas
pautas metodológicas en ese
sentido, en ese trabajo
retomé también la discusión
sobre las estrategias de institucionalización del campo
académico y sus opciones de
disciplinarización, probablemente una de las condiciones
estructurales básicas para
explicar la desarticulación
“congénita” entre investigación, enseñanza y profesiones de la comunicación.
17
16
17
Formación universitaria
campo, especialmente Wilbur
Schramm, permite documentar la hipótesis y abrir de nuevo preguntas cruciales, como
por ejemplo, las que tienen
que ver con los efectos sociales de la televisión, que tienen
una explicación obviamente
muy distinta si se los interpreta desde la consideración de
la comunicación como propaganda o como educación.
En términos de la formación
de profesionales de la comunicación, estos cuestionamientos tienen una alta relevancia, porque en palabras de
Glander exigen revisar a fondo “el universo de discurso en
el que crecimos” (p.179-201) y
que a pesar de los esfuerzos
de muchos de autores más
críticos del campo, tiene una
inercia ideológica terriblemente tenaz. La propuesta de
“releer y reescribir la historia
de nuestro campo” para la renovación de su utopía13, debe
incluir prioritariamente a sus
programas educativos, donde
es urgente una reconsideración en profundidad de los supuestos básicos sobre las
“profesiones de la comunicación”, cuestión que va mucho
más allá de las “condiciones
del mercado”, que no pueden
comprenderse fuera de una
perspectiva histórica y sociocultural amplia. Si como concluyen Armand y Michèle
Mattelart su libro sobre la Historia de las teorías de la comunicación14, “la libertad política
no se puede resumir en el derecho a ejercer uno su libertad. Reside también en el derecho a dominar el proceso de
formación de esa voluntad”, la
diálogos
de la
comunicación
comprensión de la comunicación como ejercicio social es
una tarea central en nuestros
días, de la cual los comunicadores no pueden quedar al
margen:
Todo mediador está hoy afectado por el positivismo gestor, ese nuevo utilitarismo
que estimula la búsqueda de
instrumentos epistemológicos que permitan neutralizar
las tensiones a través de soluciones técnicas. Los saberes sobre la comunicación no
escapan a esta tendencia. Son
cada vez más perceptibles los
efectos del incremento de
poder de los discursos de
peritación, consecuencia de
la acrecentada “puesta en
bastidores” de las actividades de comunicación y cuya
función explícita consiste en
legitimar estrategias y modelos de organización empresariales e institucionales. La investigación administrativa no
es, desde luego, nueva en los
Estados Unidos. Pero su generalización es inédita y va
pareja con la liberalización
del modo de comunicación.
El pragmatismo que caracteriza a los estudios operativos
impregna cada vez más las
maneras de decir la comunicación. De ello resulta que el
campo en su conjunto experimenta cada vez más dificultades para desprenderse de
una imagen instrumental y
conquistar una verdadera legitimidad como objeto de investigación en su integridad,
tratado como tal, con el distanciamiento indisociable de
una gestión crítica. (p.126).
El desafío central de la formación de profesionales de la
comunicación, hoy como antes, comienza a formularse a
partir de la renovación de la
comunicación como proyecto social.
LA MEDIACIÓN PROFESIONAL DE LA COMUNICACIÓN15
La experiencia, más que la
historia, de las escuelas de
comunicación en México y
América Latina se resume en
el reto nunca superado de la
anticipación al desarrollo de
la comunicación social, especialmente la vehiculizada a
través de los medios de difusión masiva, que siendo sólo
un pequeño sector de los objetos de estudio construibles
como pertinentes socioprofesionalmente, han sido los
priorizados casi en exclusiva,
a veces por la intromisión de
intereses extra-académicos
en las universidades, a veces
por falta de previsión histórica, y la mayor parte de las
veces por la incapacidad de
compensar con trabajo intelectual socialmente comprometido estas y otras determinaciones.
En medio de esta crisis, de
esta transición histórica y de
esta transformación necesaria del pensamiento en que
vivimos16, me atrevo a reafirmar la creencia de que el futuro de nuestro futuro depende esencialmente del resguardo y reforzamiento del carácter universitario de nuestro
trabajo, que no sólo tiene a la
En una de sus muy lúcidas
reflexiones sobre la comunicación y su campo académico en América Latina, Jesús
Martín Barbero formuló hace
ya diez años el reto de la
transformación de los comunicadores, desde las escuelas
universitarias, de «intermediarios» a «mediadores»:
El comunicador que conocemos vive de la división entre
emisores y receptores, productores y consumidores,
creadores y públicos. División que con frecuencia es
asumida como si ella formara parte de la “naturaleza de
la cultura” y no de la división
social y la lógica del mercado. A partir de ese presupuesto el comunicador define su
función de intermediario consistente en establecer relaciones entre actores o ámbitos
que se afirman separados.
(...) El intermediario se insta-
la en la división social, y en
lugar de trabajar por disolver
las barreras que alzan y refuerzan las múltiples formas
de la exclusión sociocultural,
defiende su oficio: el de establecer una comunicación que
mantenga a cada cual en su
posición, una comunicación
en la que los creadores no
vayan a perder su distancia y
el público su pasividad. Porque de lo contrario el que
peligra es él. Paradójico oficio el de un “comunicador” al
que la lógica mercantil acaba
convirtiendo en su mejor
cómplice, al reducir su tarea
a la de empaquetador de productos culturales o lubricador de los circuitos del mercado.
De donde parte el trabajo del
mediador en la cultura es de
hacer explícita la relación
entre diferencia cultural y
desigualdad social. No de la
reducción de la diferencia a
desigualdad, sino de la imposibilidad de pensarlas completamente por separado
en nuestra sociedad. Ubicado
en esa perspectiva, el comunicador des-cubre que la difusión de una obra o la comprensión del sentido de una
práctica no tiene como únicos límites la densidad o complejidad del texto sino la situación de lectura, y la imbricación en ella de factores sociales no puramente culturales.
Asumir esa perspectiva no va
en modo alguno en detrimento de la especificidad de la
información o del trabajo cultural, es más bien asumir que
esa especificidad no está hecha sólo de diferencias forma-
les sino también de referencias a los mundos de vida y a
los modos de uso.17 (p.13-14).
En muchos sentidos, esta propuesta de Martín Barbero es
utópica, pero se pueden citar
algunas aproximaciones empíricas a su práctica. La
comunicación como interacción libre entre sujetos sociales que participan consciente y responsablemente en la
construcción de un consenso, de un sentido común en
un entorno que tiende precisamente en el sentido opuesto, es un no-lugar, que recuerda inevitablemente el concepto de acción comunicativa de
Habermas18: un modelo ideal
de enorme potencial práctico
para entender y para usar
críticamente la comunicación
y sus recursos. Desde ahí
puede afirmarse al menos
que descubrir en otros y desarrollar en uno mismo esa
capacidad es lo que da sentido universitario al estudio de
la comunicación y a su ejercicio profesional, pues esa
capacidad es condición indispensable para la articulación
de un proyecto social alterno
al vigente.
Sobre esa base, y en un contexto en que las opciones parecen cerradas para muchos
de los habitantes de nuestras
escuelas de comunicación,
podría rediscutirse la idea de
que el comunicador cuyo futuro tiene futuro es el que en
el presente desarrolla su capacidad de dominar el lenguaje: hablar, escuchar, leer y
escribir para ubicarse en el
entorno sociocultural; que
R. Fuentes
comunicación como objeto
de estudio, sino como instrumento y vehículo fundamental. Es decir, que de la comunicación universitaria presente depende el futuro del estudio de la comunicación. Y
para calificar esa comunicación presente, para evaluarla
y orientarla, tenemos hoy sin
duda mejores recursos que
en el pasado, a pesar de todo
lo que hemos perdido. Pero
tenemos también sin duda
mayores obstáculos que superar que en cualquier otro
tiempo, comenzando por los
que nos hemos auto-impuesto, como si no fueran suficientes los que provienen del entorno y de la historia.
19
18
19
Formación universitaria
desarrolla su capacidad de
controlar la información, sus
códigos y canales de producción y circulación social; que
desarrolla su capacidad de
relacionar los medios con los
fines, es decir, de vincular
necesidades y satisfactores
de comunicación mediante el
uso apropiado de los recursos disponibles; y que desarrolla su capacidad para operar educativamente la comunicación, o en otras palabras,
para hacer participar a los
sujetos sociales, consciente e
intencionadamente, en la
transformación de sus condiciones concretas de existencia a través de la apropiación
crítica de sus prácticas mediante la comunicación.
La elaboración de “una nueva moralidad y nuevos modelos viables de comunicación
que puedan ser apropiados
universalmente”, como lo
propone Antonio Pasquali, y
una “ética integrada que genere las preguntas básicas”
sobre “la comunicación para
la verdad, la libertad y la justicia; la comunicación que
respete las identidades culturales; y la comunicación para
la paz”, de acuerdo con
Gabriel Jaime Pérez, pasan
necesariamente por una reformulación conceptual radical
del hacer comunicativo: en el
plano teórico, como lo señala Miquel de Moragas, y en el
plano de los perfiles profesionales, según Jesús Martín
Barbero, sin ignorar las condiciones de la profesionalización de la investigación, al
decir de Néstor García
Canclini, y del problema de la
diálogos
de la
comunicación
disciplinarización de los
saberes sobre la comunicación, que parece ser un obstáculo institucional amplia y
crecientemente reconocido
para la renovación universitaria del proyecto social de la
comunicación.
Por ello, puede concluirse la
presente reflexión sobre la
formación universitaria de
profesionales de la comunicación con un intento de
reconceptualización de la
educación y la comunicación,
hasta ahora campos disciplinarios separados y divergentes, y cuya rearticulación en
la práctica universitaria es
ineludible.
Más allá de la identificación
comunicación-propaganda
operada en el origen del campo, según Glander, la comunicación y la educación son, finalmente, nombres genéricos
para proyectos, o tipos de proyectos socioculturales, en los
que los sujetos creen y por los
que luchan en la práctica cotidiana. El educar o hacer
emerger del sujeto las manifestaciones de su auto-trascendencia, y el comunicar o
poner en común los significados y el sentido de lo que sucede en el entorno, son acciones necesariamente intersubjetivas. Nadie se educa sólo,
nadie se comunica consigo
mismo. Ambas acciones son
también, por ello, vectores
primordiales de la socialización y de la construcción social de las identidades de los
sujetos, como es el caso en los
procesos de formación profesional universitaria.
Comunicación y educación
son procesos dialécticos,
mediante los cuales al mismo
tiempo se estructuran los individuos, las comunidades y
la sociedad que los contiene.
En gran medida, son procesos
simbólicos, mediados primariamente por el lenguaje,
constitutivos básicos de las
tramas culturales que le dan
forma específica, desde un
tiempo y un lugar determinados, a las relaciones del hombre con el mundo. En ese sentido elemental, la educación
y la comunicación son los
mecanismos sociales por los
que se genera y reproduce
constantemente la cultura,
sistema de sistemas de significación y valoración convencionalmente adoptados para
interpretar la vida en todas
sus dimensiones. Son también, desde el punto de vista
del individuo, los mecanismos que hacen posible socialmente la operación de los
procesos de asimilación y
acomodación que Piaget 19
postulaba como constitutivos de los equilibrios dinámicos de la inteligencia.
En este plano, en el que confluyen conceptualmente la
génesis de la estructuración
social, de la cultura, del lenguaje, de la identidad y de la
inteligencia, no hay en realidad problema alguno para
fundamentar una sólida e inseparable relación dialéctica
entre comunicación y educación, entre cultura y aprendizaje, entre socialización e individuación. Las dificultades
comienzan cuando se introducen en este esquema abs-
Hay al menos dos condiciones ineludibles al pasar a este
plano: la educación y la comunicación no son procesos
abstractos que realicen individuos ideales, sino prácticas
específicas de sujetos concretos, concretamente socializados, y la estructura social
consiste en un sistema de
posiciones desniveladas y diferenciadas. Además, ni la
educación ni la comunicación
son procesos espontáneos,
ajenos a la normatividad social; por su propia importancia, hace mucho que están
institucionalizados. Muchos
de los discursos sobre las relaciones entre comunicación
y educación caen en esta doble trampa: reducen la educación a la escuela y la comunicación a los medios de difusión, y plantean sus relaciones como si las instituciones
y las personas que las habitan fueran entidades ideales.
Y, como es obvio, no existen
ni pueden existir instituciones educativas o comunicativas, o personas que operen
unas u otras, que actúen en
abstracto.
Cuando se piensa, por ejemplo, en la educación como la
enseñanza de contenidos o
en la comunicación como la
transmisión de mensajes, lo
que se representa es el esquema mecánico y burocrático,
impersonalizado, que la configuración institucional predominante ha impuesto a estos procesos socioculturales.
Es pensar el mundo sin sujetos, es reducir a los individuos a engranajes de una
maquinaria en la que sólo
deben obedecer lo que se les
ordena, asimilar lo que se les
impone, responder a lo que
se les pregunta, y acatar ese
estado de cosas como si fuera natural, o al menos inevitable, como los proyectos
propagandísticos de la primera mitad del siglo XX. Según
la más elemental lógica, entre
las ideas abstractas de lo que
es la educación o la comunicación, o peor, de lo que deben ser, y esos esquemas
reduccionistas, no hay la mínima consistencia.
Puede cambiarse entonces el
sentido del esquema, aunque
no se complejice suficientemente en un primer momento. A la idea de que la enseñanza de contenidos o la
transmisión de mensajes son
los núcleos centrales de la
acción educativa o de la acción comunicativa, habrá que
oponer la idea de que el
aprendizaje de métodos y la
interpretación de discursos
son lo primordial. Es como
cambiar el concepto de un
mercado dominado por la
oferta por un mercado dominado por el consumo, donde
el cliente, y no el productor,
es el que “manda”. Cuando se
trata de la valorización económica de mercancías, el esquema puede ser muy útil,
pero ni siquiera en el comercio de productos materiales
las relaciones son tan simples. Sin embargo, pensar en
que el “destinatario” de las
acciones educativas o comunicativas es un sujeto capaz
de valorar lo que necesita y
de controlar responsablemente la interacción que supone el obtenerlo, especialmente si se trata de un conjunto de competencias simbólicas, ayuda a reconocer la
complejidad de los sistemas
involucrados, tanto dentro
como fuera de las instituciones formales especializadas.
Así, ciertos principios epistemológicos constructivistas,
emergentes en la ciencia social contemporánea y opuestos a los postulados funcionalistas todavía prevalecientes, proponen, primero, considerar a los seres humanos
como entes cognitivamente
autónomos; segundo, como
practicantes reflexivos de la
comunicación con otros; y
tercero, como interventores
moralmente responsables, si
no es que creadores, de las
mismas realidades sociales
en las cuales acaban viviendo20. En otras palabras, si los
analistas y operadores de la
educación y la comunicación
institucionalizadas se asumen como agentes socioculturales, esto es, en la práctica, como intérpretes de lo
que los sujetos destinatarios
hacen cuando generan aprendizaje y cuando producen
sentido, podrán de una mejor
manera reorientar y reenfocar los recursos de que disponen para que la “enseñan-
R. Fuentes
tracto las consideraciones
históricas, es decir, las densas y complejas configuraciones que las sociedades concretas han impuesto en el
tiempo y en el espacio a procesos tan importantes como
la comunicación y la educación.
21
20
21
No se propone con esto subvertir las instituciones, aunque un proyecto como ese no
sería del todo despreciable.
Tampoco ignorar los condicionamientos que desde el
entorno social, desde las instituciones y desde los mismos sujetos, limitan los alcances de las prácticas educativas y comunicativas. No se
trata tampoco, ni mucho menos, de desechar los aprendizajes y las experiencias acumuladas, las intuiciones y las
competencias prácticas con
que se operan cotidianamente los procesos de educación
y de comunicación. Lo que se
propone construir es una estrategia de readecuación de
esquemas conceptuales, que
deben complejizarse y flexibilizarse si se busca comprender y aprovechar la convergencia de la educación y de
la comunicación en la práctica. Esa convergencia no puede estar ni en las instituciones, ni en el entorno social,
ni en el equipamiento tecnológico: está en los sujetos que
interactúan o no está en ninguna parte, excepto quizá en
los deseos o en los modelos
teóricos más abstractos.
La construcción de competencias para el aprendizaje
como eje de los procesos educativos supone un modelo
centrado en ciertas modalidades específicas de relación de
los sujetos humanos con el
conocimiento, en las cuales
diálogos
de la
comunicación
se constituyen y transforman
mutuamente los sujetos y sus
objetos de conocimiento.
Pero el “conocimiento”, desde este punto de vista, es una
trama de esquemas o sistemas de significación socialmente construidos y subjetivamente incorporados como
estructuras complejas de representaciones cognoscitivas
de aspectos significativos de
la realidad. Más que los “contenidos” específicos de esas
representaciones, importa
destacar las reglas y esquemas generativos de la significación y de la valoración de
esos contenidos. El conjunto
de estas reglas y esquemas
generativos constituye la cultura y el equilibrio dinámico
de sus incorporaciones individuales, la inteligencia.
cial; relacionar los medios con
los fines, en una perspectiva
ética; y operar educativamente la comunicación, como
mediación constitutiva de un
proyecto social en y mediante la producción social de sentido.
NOTAS
Formación universitaria
za” y la “emisión” faciliten el
aprendizaje y la interpretación más pertinentes y significativos.
1. C. WRIGHT MILLS: La Imaginación Sociológica. México:
Fondo de Cultura Económica,
1961.
2. Sean McBRIDE et al: Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e
Información en nuestro tiempo. México: Fondo de Cultura Económica/
Si esto es interpretable así, el
conocimiento apropiado por
el sujeto define las competencias operativas específicas de
cada individuo para interpretar su entorno y dirigir la acción sobre él. Estas “competencias” están socialmente
determinadas y por lo tanto
son el “objeto de transformación” de las prácticas educativas institucionalizadas. De
ahí que las cuatro “capacidades” o competencias anotadas como centrales para la
formación universitaria de
los profesionales de la comunicación, exijan a su vez su
empleo como recursos reflexivos en la propia enseñanza: dominar el lenguaje para
ubicarse en el entorno sociocultural; controlar la información, sus códigos y canales de
producción y circulación so-
UNESCO, 1980. p.12.
3. María MOLINER: Diccionario de uso
del español. Madrid: Gredos, 1992.
Vol. I, p.555.
4. Antonio PASQUALI: “The Moral
Dimension of Communicating”, in
Clifford CHRISTIANS and Michael
TRABER (eds), Communication Ethics
and Universal Values. California: Sage,
1997. p.26.
5. Antonio PASQUALI: Comprender la
comunicación. Caracas: Monte Avila,
1974.
6. Antonio PASQUALI: “The Moral
Dimension of Communicating”, op.cit.
p.44.
7. Gabriel Jaime PEREZ: “Communication Ethics in a Latin American
Context”, in Clifford CHRISTIANS and
Michael TRABER (eds), Communica-
tion Ethics and Universal Values.
Encuentro de Profesionales de la Edu-
California: Sage, 1997. p.168.
cación, Universidad La Salle,
Guadalajara, mayo de 1998.
8. Miquel de MORAGAS et al.: La investigación y formación en comunica-
16. Ver, entre otros textos, Renato
ciones en la era de la globalización.
ORTIZ, “Ciencias sociales, globali-
Lima: CICOSUL, 1998. p.3.
zación y paradigmas”, en FUENTES y
REGUILLO (coords), Pensar las cien-
9. Miquel de MORAGAS et al.: op.cit.
cias sociales hoy. Reflexiones desde la
p.22.
cultura. ITESO, Guadalajara, 1999.
10. Miquel de MORAGAS et al.: op.cit.
Impensar las ciencias sociales. Siglo
p.35.
XXI/CIICH UNAM, México, 1998.
11. Raúl FUENTES NAVARRO: “La in-
17. Jesús MARTIN BARBERO: “Comu-
vestigación de la comunicación en
nicación, campo cultural y proyecto
América Latina: condiciones y pers-
mediador”, en Diá-logos de la Comu-
pectivas para el siglo XXI”, en Diá-
nicación No. 26, FELAFACS, Lima,
logos de la Comunicación No 56, Lima:
1990. p.6-15.
FELAFACS, octubre de 1999. p.53-68.
18. Jürgen HABERMAS: Teoría de la
12. Timothy GLANDER: Origins of
acción comunicativa. 2 volúmenes,
Mass Communications Research
Taurus, Madrid, 1989.
during the American Cold War.
Educational Effects and Contemporary
19. Jean PIAGET, Psicología de la inte-
Implications. New Jersey: Lawrence
ligencia. Psiqué, Buenos Aires, 1971.
Erlbaum Associates, 2000.
20. Klaus KRIPPENDORFF, “The past
13. Raúl FUENTES NAVARRO, “La in-
of communication’s hoped-for
vestigación de la comunicación en
future”, in LEVY & GUREVITCH (eds),
América Latina: condiciones y pers-
Defining media studies. Reflections on
pectivas para el siglo XXI”, op.cit.
the future of the field. Oxford
University Press, Oxford/New York,
14. Armand y Michèle MATTELART:
Historia de las teorías de la comunicación. Barcelona: Paidós, 1997. p.126
15. En esta sección, por considerarlos vigentes a pesar del tiempo transcurrido, retomo algunos párrafos de
la ponencia “La comunicación desarticulada; información, significación
y producción de sentido”, que presenté en el Simposium ¿Posmodernidad? El pensamiento en el mundo
contemporáneo, ITESO, Guadalajara,
noviembre de 1993, y de la conferencia “Comunicación y educación: convergencias desde la perspectiva
1994. p.42-52.
R. Fuentes
p.17-46; Immanuel WALLERSTEIN,
23
sociocultural», presentada en el IV
22
23
A. Ford
Aníbal Ford
El G-8, Okinawa y la
“digital divide” o la
utopía comunicacional
como sistema de
dominio
Profesor-investigador de la Universidad de Buenos Aires.
E-mail: [email protected]
201
diálogos
de la
comunicación
200
201
F o r d
A n í b a l
Utopía comunicaconal como sistema de dominio
1. INTRODUCCIÓN
Durante las dos últimas décadas observamos y experimentamos -en medio de grandes discusiones, elucubraciones y variadas hipótesis- el
desarrollo y crecimiento de
las llamadas “nuevas tecnologías en comunicación 1. En
poco tiempo esto se fue haciendo palpable en sí y en su
relación con los antiguos o
convencionales medios de
comunicación en diversos fenómenos: del creciente aumento de las megafusiones y
del proceso llamado de “convergencia”2, a la constatación
de que la economía de las industrias “de lo simbólico”
pasaba a tener un lugar privilegiado en la masa critica de
la economía mundial. Tal es
la importancia que han adquirido las nuevas tecnologías
que frente al índice tradicional de las industrias de la
modernidad, el Dow Jones,
diálogos
de la
67
comunicación
apareció otro índice: el
Nasdaq3 que informa sobre el
movimiento de las nuevas
tecnologías o de lo que algunos llaman, no sin cierto snobismo, “nueva economía”. La
industria norteamericana de
Internet junto con la de las de
telecomunicaciones superaban en el 98 a la automotriz4
en un marco en el que vale
señalar dos cosas: 1) la concentración: sólo en el sector
de las telecomunicaciones las
diez empresas más importantes concentran el 86% de la
economía del rubro 5, 2) el
cambio en los sistemas de
propiedad y la magnitud del
volumen económico de estas
operaciones. Lo primero lo
ejemplifica el ingreso en las
megafusiones de grupos de
inversión si tradición en estos rubros, cuya infuencia
incide no sólo sobre la estructura empresarial sino también sobre los contenidos.
Del segundo constituye un
buen ejemplo la discutida y
enredada compra de Time
Warner por America Online. El
The Wall Street Journal interactivo anunciaba el 10 de enero de este año: ”America
Online, el mayor proveedor
mundial de acceso a Internet
y el gigante de los medios de
radiodifusión y espectáculos
Time Warner anunciaron el
lunes una fusión que crearía
una compañía valorada en
US$350.000 millones.” Es decir, más del doble de la deuda externa argentina y más
que todo lo producido en la
Argentina en un año.
El campo de las nuevas y viejas tecnologías no dejó de
acompañar el desarrollo y el
crecimiento de la brecha madre que hoy define a la humanidad: la brecha entre riqueza y pobreza que pasó de 1960
a 1998 de 30 a 1 a 72 a 1. “La
quinta parte de la población
mundial que vive en los países de ingresos más elevados
tiene el 86% del PBI mundial,
el 82% de los mercados mundiales de exportación, el 68%
de la inversión extranjera directa y el 74% de las líneas telefónicas del mundo; el quinto inferior, que vive en los países más pobres, tiene alrededor del 1% de cada sector»6.
Esta brecha entre riqueza y
pobreza, que la podríamos
ejemplificar en muchos sectores específicos de la sociedad
-la educación, la salud, la asistencia social, la economía, la
cultura- también se presenta
en el campo de la información
y la comunicación.
En este campo podemos distinguir tres planos. Uno es el
de la diferencia en equipamientos7: EEUU tiene 805 televisores cada mil personas,
Francia 589. Pero Argelia sólo
cuenta con 89 y Filipinas con
49. En la región más pobre del
mundo, el África subsahariana hay 33 y dentro de ésta,
en Etiopía, hay 4.48. En teléfonos la mayor cantidad de
líneas telefónica se corresponde con el nivel de desarrollo del Norte “occidental”.
Suecia encabeza la lista con
681 teléfonos cada mil habitantes y es seguida por los
Estados Unidos (626) y Suiza
(613). Frente a esto hay varios
países que no llegan a 10 teléfonos cada mil habitantes
Pero las desigualdades infocomunicacionales no se limitan a las diferencias en equipamientos. También son perceptibles en la calidad de la
información y las diferencias
en los flujos informacionales
y culturales donde es evidente el deteiro de lo referente a
los países pobres o “en vías
de desarrollo” cuyos diversos
patrimonios -culturales, físicos, institucionales, laborales,
sociales, legales o legislativos,
etc.- son muchas veces desplazados, distorsionados o ignorados. La hegemonía de Estados Unidos tanto en los
buscadores de Internet como
en los CD-Rom11, como ocurre
con las enciclopedias que tienen un uso global -el caso
Encarta de Microsoft p.e.- descarta fuertes masas de información sobre los países del
Tercer Mundo y esta omisión
resulta clave cuando en los
países “en vías de desarrollo”
la generalización de la computación y de Internet se produce tanto en el campo laboral como educativo, como
está sucediendo en muchos
de los países de desarrollo
intermedio.12 Los errores y la
precariedad en la información sobre los países pobres
limita lo que Herbert Schiller
denominaba la “información
socialmente necesaria”13 y es
un obstáculo para el desarrollo como hace tiempo lo señalara Hamelink14. El tercer
plano es el referente a la constitución de “discursos globales” que están fuertemente
marcados por la hegemonía
del mercado. Nuevas retóricas en información alimentan
a la ciudadanía y el debate
político. La cultura del New
Order postguerra fría no sólo
ha transformado las estructuras de trabajo, la familia, la
vida cotidiana, la ley16 sino
también los sistemas clásicos
de información. De hecho hoy
la publicidad puede hacerse
cargo de los problemas globales pero en la línea de lo que
R.Ferguson ha llamado la
“comercialización de derechos humanos”, como el caso
de la firma Diesel, que utiliza
como imagen un sistema de
tortura18 o la utilización por
parte de la firma Comme des
GarVons, en un desfile de
modas realizado en 1998 en
Italia, de las ropas y el “look”
Auscwitz 19. También el aumento de las relaciones interculturales es objeto de comercialización como sucede
con la firma Benetton y otras
con una marca fuerte de exotismo y darwinismo social.
Esta es otra brecha que a su
vez se inscribe en algo que
cada vez marca más a los discursos hegemónicos, la transformación de los problemas
críticos de la humanidad
(aquellos que hace algunos
años el Proyecto de las Naciones Unidas hubiera ubicado
entre los factores constituyentes del “índice de Sufrimiento”) en “commodities” de la
industria cultural20. Así valen
hoy afirmaciones como las de
Oliverio Toscani, ex fotógrafo
y director de La Fabricca de
la firma Benetton: “La publicidad es la más rica y poderosa forma de comunicación
del mundo. Necesitamos tener imágenes que le hagan a
la gente pensar y discutir”21.
No deja de resultar insólito
que en un tipo de discurso
que ya a nivel metacomunicacional se define como “de
venta” sea definido como
formador de la opinión pública. Un índice de cómo la economía del New Order ha
transformado en mercancía
todo tipo de problema o práctica social22.
En síntesis, nos encontramos
con brechas informacionales,
culturales y comunicacionales que aunque han sido
siempre objeto de importantes análisis23, nunca tuvieron
un lugar central en las diversas agendas globales24 hasta
recientemente en la reunión
del G-825 en Okinawa, pasaron
al centro de la escena de manera significativa: a partir de
un informe elaborado por las
empresas más importantes
del rubro de las comunicaciones. Los países que gobiernan
el mundo propusieron salvar
A. Ford
como Nepal y Bangladesh, o
que apenas superan esta cifra, como ocurre en el caso de
India, que cuenta con 13 líneas telefónicas cada mil habitantes. 9 Con respecto a
Internet, según Matthew
Yeomans, el 88% de todos los
usuarios de Internet vive en
países industrializados, que
sólo representan el 15% de la
población mundial. Sud Asia,
hogar del 20% de la población
mundial representa menos
del 1% de la población global
de Internet.Mientras tanto,
África, hogar de 739 millones
de personas, cuenta solamente con 14 millones de líneas
telefónicas y un millón de
usuarios de Internet.10
203
202
203
Utopía comunicaconal como sistema de dominio
esta brecha digital mediante
una “Oportunidad Digital” –
computarizar el globo, se podría decir- como solución madre para los países pobres y
subdesarrollados y como contestación también a las protestas que el año pasado se desataron en Seattle, cuando u
grupo manifestó que los países líderes están ignorando el
impacto negativo de sus negocios y su política económica
sobre la población mundial.
2. ¿QUÉ PASÓ EN OKINAWA?
Cualquier análisis de las diversas agendas que organizan o clasifican los problemas
del mundo contemporáneo
puede certificar el relativo
grado de importancia que
hasta el momento ha tenido
la brecha comunicacional26.
Sin embargo, en la reunión de
Okinawa la “Brecha Digital”
pasó a ser el centro de la
cuestión, o mejor, pasó a ser
una “Oportunidad Digital”,
que como la larga lista de utopías comunicacionales –de
McLuhan y la Cibernética a
Bill Gates y Negroponte- se
propone como solución primera para resolver los grandes problemas que aquejan a
la humanidad. Aunque ahora
desde un lugar privilegiado
en la economía mundial.
La propuesta que el G-8 hizo
pública tras su reunión cumbre anual –este año realizada
en Kyushu, Okinawa, entre el
21 y el 23 de julio- se basó en
la promoción de un trabajo
orientado hacia el cierre de la
Brecha Digital (Digital Divide)
entre ricos y pobres e hizo
diálogos
de la
69
comunicación
hincapié en la necesidad de
impulsar la educación de los
niños en los países en vías de
desarrollo para facilitar su
ingreso en el mundo digital27.
Así, el G-8 afirmó en el preámbulo del Comunicado que resultó de la Conferencia de
Okinawa, que se compromete a “maximizar los beneficios
de
la
tecnología
informacional y asegurar que
se distribuyan a aquellos que
hoy presentan un acceso limitado”28 (bastardilla nuestra)
Para la discusión de esta
cuestión el Primer Ministro
japonés, Yoshiro Mori, convocó a participar del encuentro
al World Economic Forum29,
que a comienzos de este año
y en el marco de la iniciativa
por la “Brecha Digital Global”
(Global Digital Divide
Initiative) creó el “Digital
Oportunity Task Force (Equipo de Operaciones para la
Oportunidad Digital –
D.O.P.Force- que presentó
una serie de propuestas compiladas en un documento denominado “From the Global
Digital Divide Opportunity”30.
Este grupo será el encargado
de recopilar la información
necesaria y las recomendaciones que faciliten una “acción global para la construcción de u puente sobre la brecha informativa y de conocimiento internacional”31 cuya
definición tendrá lugar en la
reunión del G-8 a realizarse
en el 2001. Es importante destacar que este grupo de tareas está constituido en gran
medida por compañías lídere
en tecnología informática y
medios, comunicaciones y
entretenimientos.32
El “Equipo de Operaciones”
comienza su propuesta con la
afirmación de que el debate
internacional en términos de
“Brecha Digital Global” tiende a distraer nuestra atención
del progreso que muchos países en desarrollo han experimentado en los últimos años.
La idea es que la modernización tecnológica y la conexión a Internet son de alta
importancia para el desarrollo económico de los países
del tercer mundo. De aquí
surgió la propuesta de pasar
de una concepción negativa
(“Brecha Digital”) a una denominación positiva: “Oportunidad Digital”. Bien se podría
afirmar que esta decisión responde más a una estrategia
de marketing que al reflejo
real de los hechos.
Algunos de los directivos de
las empresas multinacionales
justificaron la importancia del
desarrollo de la Tecnología
Informática. Por ejemplo:
Serge Tchuruck, Presidente de
Alcatel, afirmó: “Esto es un
mensaje claro: se le está dando a las Naciones la oportunidad de dar un salto hacia delante en su desarrollo económico gracias al rápido despliegue
de un nuevo tipo de infraestructura poderas: el acceso a
Internet, a la sociedad Informática”. Del mismo modo Joao
Roberto Marinho, vice-presidente de Organiza-ções Globo, en Brasil, el mayor grupo
multimediático
de
Latinoamérica dijo: “El uso de
a tecnología digital para facilitar el acceso a la educación es
una de las mejores maneras de
3. REACCIONES
La propuesta del G-8 provocó reacciones del más diver-
so tipo. Según el diario Clarín
algunas de las más extremas
fuero las que provinieron del
grupo Jubilee 2000, una organización que fomenta la condonación de la deuda de los
países más pobres. Kewesi
Ouwusu, coordinador africano del grupo dijo: “No podemos comer computadoras. La
gente está muriendo”.38 En la
misma línea Ann Pettifor, otra
vocera del grupo fue determinante en su respuesta a la
propuesta: “Una conexión a
Internet no los ayudará a erradicar la malaria o la tuberculosis”39.
La indignación no parece ilógica cuando en países subdesarrollados como Uganda el
gasto en salud pública es de
4$US por habitante mientras
la tasa de mortalidad derivada de la maternidad ronda
entre las 500 y las 2000 muertes cada 100.000 nacimientos40. Lo que ocurre es que, a
parte de que un quinto de la
población mundial viva en la
pobreza extrema con menos
de un dólar por día o más allá
de las diferencias en equipamiento que señalamos más
adelante, un tercio de la población mundial no goza los
beneficios de la electricidad.
“Manzoor Ahmed, Jefe de la
Oficina Japonesa de UNICEF
declaró que en los países subdesarrollados sólo un puñado
de personas ha alcanzado los
beneficios económicos de la
Tecnología Informática. Para
las personas analfabetas o
aquellas que no cuentan con
electricidad o teléfonos las
PC son completamente inútiles. Por otra parte, la tecno-
logía permite a las clases privilegiadas aumentar sus riquezas a través del comercio
electrónico en la misma medida en que lo hacen en los
países industrializados”.41
No se puede dejar de afirmar
que estas respuestas son extremas, porque hoy no se
puede pensar desarrollo sin
informatización, sin embargo
fueron acompañadas por otro
tipo de análisis que abre preguntas. Por ejemplo, también
el Financial Times publicó un
análisis realizado por el
Yomiuri Shimbun, el diario de
mayor tirada en Japón42. “La
Conferencia de Okinawa ha
tendido a focalizar la promoción de la Tecnología Informática (IT) como una herramienta de lucha contra la pobreza
y para el crecimiento de la riqueza en los países en desarrollo (...) El gobierno japonés
prometió ofrecer un total de
15 mil millones (15 billones)
de dólares en ayuda para
achicar en 5 años la brecha
digital con los países en desarrollo. Pero de acuerdo a
las estimaciones del Banco
Mundial sólo el hecho de establecer la infraestructura
adecuada para la tecnología
informática (IT) en los países
en desarrollo requiere una
inversión de 300 mil millones
de dólares, en ese mismo período. Esto representa 20 veces el paquete de ayuda que
ofrece el gobierno japonés y
más del 40% del presupuesto
anual nacional de Japón”43
Aquí, en las significativas consecuencias económicas de la
propuesta, no se agotan los
A. Ford
aprovechar las oportunidades
creadas por el mudo digital en
los países en desarrollo”. Desde otro lado y sin dejar fuera
otros problemas, Martín
Varsavsky, presidente de
Jazztel Telecom de España,
justificó la iniciativa: “El acceso a Internet y al conocimiento
tecnológico es absolutamente
fundamental para la supervivencia de las naciones en vías
de desarrollo dentro de la nueva economía.´Los desconectados´ se encuentran ya en una
situación social, económica y
educacional altamente desventajosa. Es necesario tomar acción con relación a las recomendaciones del Equipo de
Operaciones del WEF antes de
que la brecha siga ensanchándose¨33. También la Inter-net
Society34 aplaudió las iniciativas del G-8 y las calificó como
un “paso significativo hacia la
posibilidad de que los países
en vías de desarrollo construyan la infraestructura informática que van a necesitar para
competir, incluso sobrevivir, en
el siglo electrónico”35 (subrayado nuestro). El Presidente
de Internet Society, Don Heath
declaró “Durante los últimos
años Internet Society ha brindado entrenamiento técnico a
miles de personas en os países
en vías de desarrollo, ayudándolos a conectar (link) sus países a la global Internet”36. Que
esta asistencia técnica carga
con un alto contenido ideológico -ya en el software- parece algo evidente37.
205
204
205
La informatización que propone Okinawa es –si no se
toma en cuenta esto y más
allá de sus imposibilidades- la
imposición de un modelo cultural Tal como lo plantea el
Information Poverty Research
Institute (IPRI)45. “La Tecnología Informacional es uno de
los bloques fundamentales de
la economía de los países del
Oeste, especialmente de los
Estados Unidos. Ha conducido a estas economías a niveles de crecimiento y competencia sin precedentes. Sin
embargo, el intento de reproducir este crecimiento en los
países en vías de desarrollo
enfrenta innumerables obstáculos: baja densidad de teléfonos, baja penetración de
computadoras, ausencia de
software en idioma local, carencia de fondos para el desarrollo de la infraestructura,
etc.”46 A esto hay que sumarle las diferencias en flujos de
información que señalamos
antes sobre el propio territorio (nación, región, lugar físico o simbólico).
El hecho de que haya habido
en los dos últimos años cam-
diálogos
de la
71
comunicación
bios notables como por ejemplo en Internet en su distribución por países, no modifica
la persistencia de un modelo
altamente etnocéntrico. El
problema es cuál es el modelo comunicacional y cultural
que les corresponde a los países subdesarrollados que hoy
ven casi agotadas sus posibilidades de desarrollo económico en la estructura del New
Order y que parecieran condenados a migrar hacia las
grandes ciudades para sobrevivir o sumergirse en la pobreza más extrema. Que esos
modelos van a necesitar de la
informatización es tan cierto
como que sólo con la informatización -y sin una distribución equitativa de la riqueza
mundial- no van a poder desarrollarse económica y socialmente.
como soporte de todos los medios
y sistemas de comunicación e información y causa de las megafusiones.
3. National Association of Securities
Dealer Automated Quotation. El
Nasdaq Stock Market comenzó a funcionar en 1971 y hoy es el primer
mercado electrónico de acciones y
el mayor crecimiento en los Estados
Unidos. En: http://www.nasdaq.com/
about/timeline.stm .
4. Según un estudio publicado el año
pasado por el Washington Post y reproducido por Clarín. “la industria
norteamericana de Internet generó
en 1998 alrededor de 301.000 millones de dólares. Esto significa que
esta industria compite con sectores
como el automotriz (350.000 millones) y telecomunicaciones (270.000
millones). En “EEUU: un negocio de
US$ 3000.000 millones” en Clarín, 24/
06/99.
5. Esta información corresponde a
un mail de la oficina del PNUD de
Buenos Aires recibido el 5/8/99.
6. Id.
7. Este tema lo hemos desarrollo en:
NOTAS
Utopía comunicaconal como sistema de dominio
problemas. Esta nueva versión de la Alianza para el Progreso así como también el
hecho de que el desarrollo de
un país no depende sólo de
su aporte educacional o
informático y que, si así fuera, tendría que tener en cuenta que los flujos de información hoy, que si bien presentan cambio, no dejan de ofrecer obstáculos para el desarrollo de culturas específicas
como señalamos antes44.
Este arrículo es parte e u tra-
Ford, Aníbal. La marca de la
bajo en el que colaboran
bestia.Identificación, desigualdades e
Mara Leonadi y Francisca
infoentretenimiento en la sociedad
Hollmann.
contemporánea. Buenos Aires: Norma, 1999. (Especialmente el capítu-
Aproximadamente veinte tipos de
lo 3, escrito con la colaboración de
dispositivos ingresan en la vida so-
Silvana Contreras: “Memorias aban-
cial en las últimas dos décadas, del
donadas o las brechas infocomuni-
control remoto a Internet. Cfr. El cua-
cacionales”.
dro elaborado por Jorge A. González
para el estudio de la “autopercep-
8. World Cultural Report. Creativity
ción de la competencia tecnológica”
and market. Paris: Unesco, 1998.
en los maestros (”Tecnología y percepción social” en: Estudios sobre
9. PNUD (1998) Informe sobre desa-
las Culturas Contemporáneas II, 9,
rrollo humano 1998.Madrid: Mundi-
junio de 1999).
Prensa.
2. Unificación de la infraestructura
10. Matthew Yeomans. Planet Web:
16. Un ejemplo de esto son las discu-
23. Un ejemplo fundamental de es-
Global Devide. Publicado en The
siones con respecto al derecho a la
tos análisis lo constituye la discusón
Stanford Intelligence for Internet
privacidad. Una buena fuente para
sobre el Nuevo Orden Mundial de la
economy. http://www. thestandard.
analizar casos en que el desarrollo
Información y las Comunicaciones -
com/article/display/).1151.8277.00.
tecnológico produce desafíos a la le-
NOMIC- (Cfr. Informe McBride, 1980),
htm 16/12/99.
gislación es la Columbia Journalism
así como en un plano no internacio-
Review.
nal los análisis al interior de Estados
11. Ford Anibal (con la colaboración
Unidos acerca de la «Digital Divide».
de Ivana Chicco), «Una navegación
17. Ferguson, Robert «El intercul-
Las desigualdades informacionales y
incierta: Mercosur en Internet», Paris,
turalismo global y los dilemas del
comunicacionales siempre fueron un
Organización de la Naciones Unidas
universalismo : educando en medios
problema (Cfr. Ford, Aníbal «Aproxi-
para el Desarrollo, Gestión de trans-
después del 2000 en Diálogos de la
maciones al tema de federalismo y
formaciones Sociales (MOST). Docu-
comunicación, No. 52, agosto 1998.
comunicación» en Landi, Oscar (ed.)
mento de debate No. 28, 1998. Siri,
Medios, transformación cultural y po-
Laura, Internet: Búsquedas y busca-
18. Nos referimos al lanzamiento al
lítica, Bs. As. Editorial Legasa, 1987)
dores. Buenos Aires, Norma, 2000.
mar de jóvenes militantes con una
pero ya hace algún tiempo se agrava-
(Enciclopedia Latinoamericana de
piedra atada a sus piernas, hecho
ron con el desarrollo de las nuevas
Sociocultura y Comunicación, No. 2).
frecuente durante la última dictadu-
tecnologías (Cfr. Mattelart, Armand
ra militar en Argentina.
y Schmucler, Héctor América Latina
12. Ford, Aníbal «Procesados por
19. El «look» se caracterizó por mode-
Paidós, 1983; Pasquali Durán, José
cacionales y sociocultura contempo-
los flacas, demacradas, ojerosas, ves-
María (Comp.) Comunicación, el ter-
ránea». Ponencia presentada e nla
tidas con rayas horizontales y los nú-
cer mundo frente a las nuevas tecno-
Universidad Central de Bogotá. Se-
meros identificatorios que caracteri-
logías, Bs. As. Editorial Legasa, 1987).
minario Internacional en Comunica-
zaban a los uniformes de los campos
ción-Educación. Bogotá, Colombia,
de concentración nazis. Cfr. Aulet,
24. Con Agendas GLobales nos referi-
27 a 29 de octubre de 1999. Repro-
María Victoria «Acerca de la moda y
mos a aquellas elaboradas por orga-
ducido en Datagramazero, Revista
sus límites» en La Nación 9/3/1995.
nizaciones como el PNUD, el Tercer
electrónica de Ciencias de la Información, Brasil abril de 2000.
Sector, propuestas políticas como La
20. Este tema se encuentra particu-
Tercera Vía, etc. Cfr. Ford, Aníbal, Cap.
larmente desarrollado en el primer
1 en La marca de la bestia, op. cit. y
13. Schiller, Herbert: Informatin
capítulo de La marca de la bestia, Op.
White, Brian; Litte Richard; Smith
Inequality. Nueva York y Londres:
Cit. y junto a todo lo puntualizado
Michael (ed). Issues in World Politics,
Routledge, 1996.
sigue siendo objeto de investigación
New York, St. Martin’s Press Inc. 1997.
y compilación de material audiovi14. Cfr. Hamelink, Cees. Hacia una
sual o gráfico en un trabajo en el qe
25. «Grupo de los ocho países más
autonomía cultural en las comunica-
al grupo que trabajó en La marca de
industrializados» compuesto por Es-
ciones mundiales. Buenos Aires, Edi-
la bestia se suman: Mara Leonardi,
tados Unidos, Inglaterra, Alemania,
ciones Paulinas, 1985.
Francisca Hollman y Natalia Flores.
Japón Francia, Italia, Canadá y Rusia.
También forma parte de seminarios
15. Con discursos globales nos refe-
como «Socioantropología de la comu-
rimos a toda una serie de sistemas
nicación» dictado junto al antropó-
discursivos destinado a un receptor
logo Carlos Massotta. Ver nota 15.
global en un marco que va desde la
CNN a la publicidad «multicultural»
26. Como las mencionadas en 23.
27. Ver Official Document «G-8 Communiqué Okinawa 2000» Okinawa, 23/7/00.
21. En http://www.benetton.com
de Coca Cola. Esto forma parte de la
28. Ibid. Pág. 2
investigación sobre «La mediación
22. Esto no quiere decir que se un
de los problemas globales» donde
problema nuevo sino que su impor-
29. El World Economic Forum existe
cruzamos los sistemas discur-sivos
tancia se ha incrementado notable-
desde 1971 como fundación indepen-
y audiovisuales.
mente en los últimos años.
diente, imparcial y sin fines de lucro,
A. Ford
en la encrucijada telemática. Bs. As.
otros: Diferencias infocomuni-
207
206
207
Utopía comunicaconal como sistema de dominio
no está atada a intereses partidistas
nity», que figura en el sitio http://
mes, 26/7/00 14.5 millones de ejem-
ni nacionalistas. Se reúne en Davos,
www.weforum.org
plares diarios.
alrededor de 1000 líderes de nego-
34. Internet Sociey (ISOC) es una or-
44. En esto hasta la misma Communi-
cios. 250 líderes políticos, 250 exper-
ganización global profesional con
cation Research ha realizado auto-
tos académicos y 250 líderes de los
miembros individuales y colectivos
críticas como es el caso de Everett
medios de comunicación. La reunión
en 170 países. La institución se de-
Rogers. Cfr. Rogers, Everett M.
tiene como objetivo dar forma a la
dica a analizar el futuro de Internet
«Communication and Development.
agenda global. En conjunto estas
y es la cabeza de los grupos respon-
The passing of the dominant
personas definen los principales te-
sables por los estándares infraes-
paradigm». en: Communication
mas (issues)en materia económica,
tructurales de Internet. Además se
Research III, abril 1979.
polîtica y social de maner orientada
dedica a «asegurar la evolución abier-
a la acción. Los datos fueron recogi-
ta, el desarrollo y uso de Internet en
45. Information Poverty Research
dos en el site de la organización in-
beneficio de todas las personas del
Institute es un aorganización sin fines
ternacional http://www.weforum.org
mundo líder en el desarrollo y dise-
de lucro, con base en EEUU que se
Suiza y de ete encuentro participan
minación de las políticas de Internet,
dedica a estudiar los efectos a largo
30. «From the Global Digital Divide to
educación y entretenimiento» y re-
plazo de la tecnología informa-cional
the Global Digital Opportunity:
presenta los intereses de Internet y
sobre la pobreza mundial. La inves-
Preposals Submitted to the G-8
sus usuarios. Fuente:http://www.
tigación del Instituto se basa en el
Kyushu-Okinawa Summit, 2000» Tokyi,
isoc.org/iso/media/releases/
hecho de que casi el 99% de la pobla-
Japan, 19/7/00. Agradezco a D. Levis
000725pr.shtml
ción mundial no tiene acceso a la tec-
la ubicación de este documento.
31. Ibid. Pág. 3.
32. Las compañías integrantes del Gru-
nología informacional. El Instituto
35. Internet Society Applauds g-8
plantea que «las repercusiones eco-
Charter on Global Information Socie-
nómicas, políticas y culturales de
ty. En http://www.isoc.org/iso/me-
esta situación son las bases de una
dia/releases/000725pr.shtml
nueva forma de pobreza: pobreza
po de Operaciones son: Abril Group,
Alcatel, America Online; Andersen Con-
informacional. IPRI cree que la pobre36. Ibid.
sulting; AT&T Company; BT PLC; Cis-
za informacional será uno de los principales temas que deberán enfrentar
co Systems inc.; Cisneros Group
37. Ver Ford, Aníbal «Una navegación
los individuos y las naciones en el
Company; 3Com Corporation; Com-
incierta: Mercosur e Internet» Op.Cit.
siglo XXI» Fuente: http//www.ipri.org
AG; DMG New Media; Ebay Inc.:
38. «El G-8 promete que dará ayuda a
46. http//www.ipri.org
Adventure Holdings; Ernst&Young LLP;
los países más pobres» Clarín 23/7/00.
puter Associates; Deutsche Telekom
Flag Telecom Ltd; Hewlet Packard
47. Al margen de esto un proceso de
Company; IBM Corporation; Jaztel
39. Chicago Tribune Leaders vow to
informatización como el propuesto
Telecom; Microsoft Corporation;
tackle rich-poor Digital Divide 23/07/00.
en Okinawa exige políticas cultura-
Mitsubishi Electric Corporation;
les y comunicacionales en los países
Motorola Inc; Movicom Bellsouth;
40. Fuente: Comunicado del ITU 11/
dependientes que también tomen en
MTV Networks; Novell Inc; Orga-
8/00 publicado en el site www.
cuenta que esta propuesta puede
nizacoes Globo; Siemens AG; Sony
weforum.org
transformarse en una forma de con-
Corporation; Sun Microsystems Inc;
trol, algo que no es ciencia ficción si
Telefonica SA; Toshiba Corporation;
41. The Yomiuri Shimbun, publicado
recordaos lo que hac poco se des-
Viacom Inc. From the Global Digital
por el Financial Times, 26/7/00
cubrió con el Echelon, el sistema
Divide to the Global Digital Opportunity,
Op.cit. p.2.
norteamericano que permite visitar
42. L’Etat des medias. Jean-Marie
todos los e-mails que transitan por
Charon(Dir)Paris:La Découverte, 1991.
el mundo (cfr. Riviere, Philipe: « Le
33. Los testimonios fueron extraidos
sistteme Echelon» en: Le monde
del artículo «From the Global Digital
43. The Yomiuri Shimbun/Daily
diplomatique. Maniere de voir No. 46,
Divide to the Global Digital Opportu-
Yomiuri publicado en Financial Ti-
en Internet).
diálogos
de la
comunicación
J.Marques de Melo
José Marques de Melo
Las peligrosas
relaciones de los
periodistas con
el poder:
paradigmas éticos
diseminados por el
primer Catedrático de
Periodismo del Brasil
Catedrático de Periodismo y ex-Director de la Escuela de
Comunicaciones y Artes de la Universidad de São Paulo.
Investigador del Laboratorio de Periodismo de la Universidad
de Campinas. Titular de la Cátedra UNESCO de Comunicación
de la Universidad Metodista de São Paulo.
E-mail:[email protected]
33
diálogos
de la
comunicación
32
33
José Marques de Melo
Los periodistas y el poder
SUMARIO
La enseñanza el periodismo en el
Brasil recorrió un largo itinerario
para su establecimiento. Reivindicada en 1918 durante el Primer
Congreso Brasileño de Periodistas
(Rio de Janeiro) fue al final
implementada en 1947, cuando se
inicia el curso pionero de la Escuela de Periodismo Cáper Líbero
(São Paulo). En ese interreino se
registró en 1937 la creación de la
primera Cátedra de Periodismo
del Brasil en la Universidad del
Distrito Federal. Se trata de un
proyecto efímero instalado en la
ciudad de Rio de Janeiro pero desarticulado precozmente durante
la dictadura de Getúlio Vargas. La
cátedra precursora de los estudios
universitarios de Periodismo fue
confiada al periodista Costa Rego,
entonces prestigioso secretario de
redacción del periódico “Correio
da Manhã”, uno de los principales formadores de opinión pública en el país.
diálogos
de la
67
comunicación
Esta comunicación pretende rescatar las concepciones pragmáticas de Costa Rego sobre la ética
periodística, enfocando particularmente las relaciones del periodista con el poder. Se trata de lecciones del pasado que pueden iluminar la acción de los jóvenes
periodistas en el presente, proyectando en el futuro una cultura de
paz, tolerancia y responsabilidad
social.
INTRODUCCIÓN
Costa Rego fue el primer catedrático brasileño de periodismo. Nacido en Alagoas, en
1889, se proyectó en el escenario nacional por la actuación en Rio de Janeiro como
periodista del periódico
“Correio da Manhã”. Allí desarrolló una brillante carrera
durante 50 años. Comenzó
como corrector y terminó
como editor-jefe. Formó toda
una generación de jóvenes
periodistas, que con él aprendieron los engranajes del oficio: Carlos Lacerda, Otto Lara
Resende, Antonio Callado,
Luiz Alberto Bahia, entre
otros (ANDRADE, 1991:95-110).
Por eso mismo Costa Rego
fue invitado por Anísio
Teixeira para integrar el cuerpo docente fundador de la
Universidade do Distrito Federal. Su actuación profesoral
configura un episodio efímero y poco documentado en la
historia de la enseñanza del
Periodismo en el Brasil. Esa
iniciativa pionera fue interrumpida por la Dictadura de
Vargas, siendo retomada luego por inspiración del empre-
sario Cásper Líbero, en São
Paulo. (MARQUES DE MELO,
2000).
Una de las raras menciones a
tal episodio fue hecha por el
periodista Prudente de
Moraes Neto, que usaba el
seudónimo de Pedro Dantas,
en nota necrológica publicada en el “Diario Carioca” (9/
7/54). “No hemos visto referencias a un dato biográfico
importante: la actividad de
Costa Rego como profesor
universitario. Fue, sin embargo, el primer profesor de periodismo en el Brasil, dictando por más de un año, la cátedra principal del curso de
periodismo en la extinta
Universidade do Distrito Federal.” (SAPUCAIA, 2000,
p.283).
La obra publicada de Costa
Rego se compone de tres volúmenes. El contenido de los
dos primeros Na terra natal
(1928) y Economia mal dirigida (¿) se refieren a su intervención exclusivamente en la
política.
Solamente Águas passadas
(1952) contiene pistas de su
actuación periodística. Ella
incluye también el ensayo
que produce en 1930 Como foi
que persegui a imprensa, defendiéndose de las acusaciones de sus adversarios en la
política alagoana de que había perseguido a la prensa durante su gestión gubernamental.
Esta es la razón en la que nos
fundamentaremos para explorar e intentar comprender
El libro tiene dos partes. La
primera es una recolección
de discursos y ensayos sobre
temas diversos. La segunda
encierra las notas del viaje
que el autor hizo a Europa en
1948.
La concisa nota que abre el
volumen, fechada en 1951 tiene el sentido de un balance
de vida y denota una intención de despedida.
“Estas aguas corrieron de varias fuentes. Habiendo pasado en el curso de muchos
años y en diferentes circunstancias, guardan algunas de
las impurezas de los sitios
recorridos, pero otras despejan los días amorosos de la
mías. Si las reúno es para que
tengan un estuario; y ese estuario ¡ay de mí! representa el
fin de las cosas en que me
dejé consumir hasta la edad
madura. (COSTA REGO, 1952: V).
Del conjunto de la obra cuatro capítulos son dedicados
específicamente al periodismo. Tres son piezas de oratoria y uno se configura como
ensayo de combate político
(mejor dicho: documento histórico o registro autobiográfico). Examinando cada no de
esos textos es posible identificar las concepciones periodísticas expuestas por Costa
Rego.
Privilegiaremos aquí el análisis de dos ejes temáticos: la
misión del periodista y las
relaciones entre Prensa y Po-
der. Vamos a analizarlas por
separado.
MISIÓN DEL PERIODISTA
¿Cuál es la misión principal
del periodista en la sociedad?
Ella está implícita en la comprensión que Costa Rego tiene de la naturaleza del Periodismo. El compromiso esencial del periodista está en a
esfera del bien común, de las
aspiraciones colectivas. Se
trata de un ser apartidario,
desapasionado, neutro, probo y elegante, capaz de percibir todos los hechos, aunque ellos puedan parecer vulgares, interpretándolos desde la óptica del interés público.
Pero cuando el periodista se
encuentra con el poder y con
sus mandatarios ¿cómo se
comporta? Esta fue la cuestión que le propusieron sus
colegas de profesión, al designarlo para saludar al Presidente Getúlio Vargas en la
solemne inauguración del
edificio de la ABI el 20 de octubre de 1939. En esa ocasión
Costa Rego tuvo la oportunidad de explicitar con sutileza y valentía que independencia, autonomía y libertad frente a los gobernantes constituyen los pilares de la misión
del periodista. La circunstancia era delicada. Getúlio
Vargas actuaba como benefactor del ABI librando recursos públicos para la construcción del edificio inaugurado.
El cuadro era contradictorio.
Aunque se mostraba amigable con la entidad represen-
tativa de la corporación de
periodistas, el Presidente de
la República no dudaría, durante su gobierno, en perseguir periodistas y atentar
contra la libertad de los periódicos. El Brasil estaba en
pleno Estado Novo, régimen
implantado por Getúlio Vargas
que otorgó al país, por un golpe de fuerza, en noviembre de
1937, una constitución autoritaria, suprimiendo las libertades democráticas, y un código de prensa, amordazando
a los periodistas.
La tarea confiada a Costa
Rego era en cierto modo deslucida. Ciertamente por tener
“alma de madacaru” como lo
caracterizó Otto Lara
Resende) y “determinación
suicida” (rasgo de su personalidad destacado por su biógrafo Antonio Sapucaia) es
que los colegas lo designaron
para pronunciar el discurso.
“Hay en esta Asociación Brasileña de Prensa hombres de
muchos orígenes, pues ella
reúne el pensamiento activo
del país, y el pensamiento no
conoce limitaciones. Por eso
no extrañará a Su Excelencia
y yo mismo no tendría la
oportunidad, ninguna reserva, que sea un hombre de mi
origen quien hubiese merecido la designación tal vez un
poco intencionada, de saludarlo en nombre de la
Casa…”(COSTA REGO, 1952:
15).
Las relaciones entre la ABI y
el Estado siempre fueron preservadas, a pesar de las crisis institucionales que enfren-
J.Marques de Melo
sus concepciones sobre la
ética del periodismo.
35
34
35
Los periodistas y el poder
taron a los gobernantes y a la
prensa. Ellas fueran justificadas políticamente como estrategia para mantener canales abiertos de negociación
con el gobierno, que permitieran a los dirigentes de la ABI
interceder por periódicos y
periodistas perseguidos. Por
otro lado, ellas fueron mantenidas fisiológicamente, funcionando como táctica para
obtener beneficios materiales
destinados a la entidad y a los
profesionales de la prensa.
En el caso de Getúlio Vargas,
de jefe revolucionario a dictador, y de populista-nacionalista a mártir, esas relaciones
fueron cultivadas por Herbert
Moses, considerado el consolidador de la ABI, que la dirigió entre 1931 y 1964 (MOREL,
1985:119-152).
El pragmatismo de ambos –
Vargas intentando cooptar la
corporación y Moses tratando de ganar beneficios colectivos- es demostrado claramente por uno de los principales historiadores de la ABI.
“No es secreto para nadie la
mutua admiración que se tributaron, inalterablemente, a
lo largo de los años, Getúlio
Vargas y Herbert Moses. A
este le solicité, un día que resumiese brevemente la razón
de su devoción a Vargas –devoción que yo sabía de antemano, no provenir de partidismo político. Receptividad,
fue la respuesta simple e inmediata de Moses; receptividad a los contínuos pedidos
de la ABI, desvelo permanente por nuestros problemas
diálogos
de la
69
comunicación
(…) Era patente su interés
por nuestra agremiación (…)
firma la ley que regula el trabajo de los periodistas profesionales. Le debemos también de larga data, la rebaja
del 50% en los pasajes marítimos y ferroviarios en las empresas administradas por la
Unión”. (SEGISMUNDO, 1962:
23-24).
Desde otra perspectiva, la
conducta de Moses fue considerada políticamente correcta por otro insigne historiador de la ABI.
“Moses padeció una campaña tenaz por parte de algunos
consejeros, apoyado por un
reducido número de socios.
Exigían el rompimiento de la
ABI con Vargas. La dictadura,
con todo y su cortejo de miserias, era un hecho. La clase
estaba dividida en dos corrientes: una apoyaba a
Vargas y la otra lo condenaba. Moses en verdad no tenia
fuerzas para enfrentar una situación cuyas consecuencias
eran imprevisibles. José Carlos de Macedo Soares era el
titular de Justicia, uno de los
raros ministros con quien
Moses entablaba conversaciones, obteniendo, en dosis
hemeopáticas, mejores condiciones para los prisioneros
de la dictadura (…) Moses no
veía color político y credos
religiosos entre los profesionales de la prensa.: (MOREL,
1985:135-136).
Costa Rego merecía la entera
confianza de Herbert Moses.
Tanto así que integraría el directorio presidido por él en la
ABI, ocupando el cargo de
primer secretario, en la gestión de 1931-1932. Al confiarle la tarea de saludar al Presidente/Dictador en una de sus
visitas a la ABI, tenía conciencia de su habilidad y coraje
para cumplir la misión, teniendo presente la complejidad del cuadro político. Al
mismo tiempo necesitaba
contar con el beneplácito gubernamental para concluir el
edificio de la ABI, la entidad
reivindicaba el ablandamiento de la censura a la prensa.
Ese episodio fue reconstituido por Edmar Morel explicitando su naturaleza eminentemente contradictoria.
“La idea de edificar la Casa del
Periodista encontró, por parte de Vargas, la mayor receptividad. Pero el asunto no era
tan fácil. (…) Vargas fue a la
ABI y recorrió sus obras, siendo abucheado a la salida del
edificio. ¿De quién partió el
ataque? De las esposas y de
los hijos de los confinados en
Fernando de Noronha e Ilha
Grande, en las catacumbas de
las calles Frei Caneca y
Relação. Al otro día nada puede ser publicado sobre el incidente en la puerta de la ABI”
(MOREL, 1985:137-135).
Consciente de esa situación
conflictiva, en que se confrontaban intereses antagónicos ,
Costa Rego escribió una pieza oratoria en la cual denota
extrema sensibilidad diplomática.
Por un lado, expresa gratitud
al benemérito de la ABI,
“Creo no exagerar diciendo
que fue inédito el interés,
como fue en verdad el concurso en la elevación de una
obra de esta magnitud, desde la donación del terreno
por el Prefecto Pedro Ernesto hasta la concesión de los
créditos por Su Excelencia,
Señor Getúlio Vargas (…). Los
acontecimientos muchas veces hacen a los individuos,
pero en otras son el resultado de actos individuales.
Quiero reconocer, con anuencia general de nuestra clase,
en pacto justo y conquistado,
que Su Excelencia hace este
acontecimiento, y no habiendo nada que lo obligue, ni
poseyendo nosotros nada
que dar a cambio, excepto la
gratitud, único retorno posible en la independencia y en
la dignidad de nuestra misión, estamos obligados a
buscar en los orígenes de la
vida pública de Su Excelencia,
o sea en la práctica del periodismo efectivo, en que Su Excelencia también formó su
espíritu, el punto de partida,
la piedra fundamental, el cimiento de esta Casa.” (COSTA REGO, 1952:15-17).
Al reconocer la benevolencia
del Estado y de su titular
eventual, los periodistas no
abdican, a pesar de ello, del
ejercicio de su misión profesional. Este es el mensaje que
Costa Rego quiere transmitir
a Getúlio Vargas, con toda claridad y honestidad, mostrando que los gobernantes y los
periodistas pueden disfrutar
del beneficio mutuo, desde
que repiten objetivamente
sus prerrogativas.
“Osamos esperar, Señor Presidente de la República, que
las contribuciones de Su Excelencia en la elaboración del
régimen profesional que hoy
las leyes nos aseguran, subrayadas por su presencia
desvanecedora en nuestra
Casa, donde todas las paredes, si tomasen formas humanas, hablarían de su nombre,
representan una garantía
para el ejercicio de nuestra
misión. De nuestra misión,
quiero acentuar, pues no sólo
se trata de nuestra profesión.
Hay en esto evidente interés
de orden superior, que también las circunstancias recomiendan. Lo que la misión
periodística proporciona a
los gobiernos es una amplia
ventana sobre la que ellos se
inclinan para ver y oir, quiero decir, para utilizar los dos
sentidos de la verdadera acción pública, aquellos fuera
de los cuales el gobierno se
debate en las tinieblas o se
esteriliza en el silencio” (COSTA REGO, 1952:16).
Para crear empatía con su interlocutor, Costa Rego recurre nuevamente a su condición histórica de periodista,
usando sutil ironía para decir
que él también ha resistido
tanto tiempo en el poder justamente por la sensibilidad
periodística de que se vale
como gobernante.
“La vida política de Su Excelencia comenzó en esta ventana, que fue la tribuna de su
inclinación. Constituye motivo de tranquilidad para nosotros que, después de estos
últimos nueve años, de tantos
y tan variados sucesos, cuando el país ha multiplicado esfuerzos para definir su fisonomía, sea también Su Excelencia verdaderamente el único
periodista profesional con el
supremo ejercicio del gobierno y, por coincidencia grata
para nosotros, también el
único hombre contra el cual
nada pudieron las catástrofes. Si la vía de la consecuencia por donde corren las interpretaciones de ese éxito es
el ingenio de su persona, frente del cual se diría los hechos
paran reverentes, nos cabe el
derecho, a nuestro turno, de
explicar el fenómeno por la
sensibilidad adquirida, y Su
Excelencia adquirió en nuestra profesión, nuestro hábito,
que sólo ella enseña, a considerar el lado objetivo de las
cuestiones.” (COSTA REGO,
1952:19).
El clímax del discurso está
sobre todo en la defensa de
la tesis de la libertad de prensa como oxígeno de la democracia, y como pilar de una
nación civilizada.
“Es bien sutil y avisada la
comprensión de Su Excelencia para evaluar cómo eso
J.Marques de Melo
responsible por la inversión
de recursos públicos en el
edificio inaugurado, sin pasar
recibo de la implícita cooptación política pretendida por
el ilustre dictador. Por eso él
dice que los periodistas le
están agradecidos, porque reconocen en su gesto la solidaridad del antiguo colega de
profesión.
37
36
37
Los periodistas y el poder
importa no tanto a nosotros,
como al país y cuánto a aquellos que ejercen los poderes
de la nación. En todas partes
donde la Prensa no viva con
dignidad y no alcance el respeto merecido, sufren los poderes la influencia del peor de
sus enemigos: el silencio. No
hablo del silencio espontáneo
y deliberado, sino del impuesto por las contingencias y por
las determinaciones de la autoridad. La historia de muchos pueblos registra ciertas
crisis internas. Pero los poderes del Estado son comunicantes: irradian, pero al mismo tiempo reciben; es de lo
que reciben que sacan fuerza
para irradiar y que se elucidan sobre la disciplina misma
de sus actos.” (COSTA REGO,
1952:18).
El coraje cívico de Costa Rego
lo induce a advertir a Getúlio
Vargas sobre las consecuencias de la censura a la prensa. Sus palabras suenan proféticas, previniéndolo de las
reacciones desencadenadas y
de los eventos venideros.
“El método del silencio que se
prescribe, que se fiscaliza
para ver si es completo, que
se entretiene por operaciones
diarias de sofocación, que se
prolonga y se eleva al extremo, conforme a los actos a
que deba aplicarse, es nocivo
a todo el mundo y no aprovecha aun siquiera de sus beneficiarios transitorios, los que
en ellos fenecen por omisión
del pensamiento general no
admitido o por congestión de
la voluntad personal no elucidada. La vida es un fenómeno
diálogos
de la
71
comunicación
de acción y reacción. Así
como sería absurdo usarla
únicamente para oponerse, es
funesto pretender concentrarla en la acción sin reacción,
esto es, sin un examen del
efecto que produce el acto,
especialmente el acto público.
(COSTA REGO, 1952:18-19).
RELACIÓN ENTRE PRENSA
Y GOBIERNO
¿Cómo debe comportarse el
mandatario del poder público frente a la prensa? ¿Subvencionarla (o corromperla)
para granjearse su apoyo incondicional? ¿Perseguirla
cuando ella le hace oposición? ¿Procesar a los periodistas que le hacen críticas?
Cuando ejerció el cargo de
Gobernador del Estado de
Alagoas, en la década del 20,
Costa Rego se encontró con
situaciones de esa naturaleza. Y las enfrentó con la experiencia adquirida como periodista profesional, siendo
fiel a los principios de preservación de la autonomía periodística frente al poder instituido.
No obstante, sus adversarios
en la política alagoana trataron de atribuirle una conducta agresiva, acusándolo de haber desbaratado la prensa estatal. Se trata de una faceta
que persistió en los anales históricos tal como lo registran
dos de sus contemporáneos.
“En la República Vieja hacer
periodismo político en
Alagoas era rasgo de coraje,
desprendimiento y renuncia,
situando al periodista entre
las fronteras de la agresión
física, de la desmoralización
en la vida pública, y del
empastelamiento en el periódico en que trabajaba. A veces el atentado partía del propio periodista investido en
función de mando, como ocurrió con el periódico A Pátria,
del ex-gobernador Fernandes
Lima en el gobierno del periodista Costa Rego.” (IVO JUNIOR, 1992:96).
“En su gobierno la prensa local quedó reducida al Journal
de Alagoas, órgano del Partido Demócrata, que apoyaba
al gobierno, O Semeador, portavoz de la Iglesia Católica, el
Diario Oficial, que se restringía a la publicación de los actos oficiales y el periódico
humorístico O Bacarau que,
según los preceptos de la comedia griega, riendo, procuraba corregir las costumbres,
lo que no me consta hubiese
conseguido”. (MEDONÇA JUNIOR, 1979:89).
Sin embargo, los jóvenes historiadores hacen el descuento de las pasiones políticas
que impregnan los analistas
de los acontecimientos provincianos y le conceden, por
lo menos, el beneficio de la
duda.
“Periodista de profesión, conociendo la prensa local,
siempre sediciosa, tal vez no
hay dudado en cerrar periódicos y perseguir peridistas”.
(VERÇOCA, 1996:150).
Esa imagen negativa de Costa
Rego se forjó y sedimentó en
“… no tengo el gusto de dialogar con las personas que
me detestan, para quienes me
parece que basta el castigo de
la indiferencia y del olvido
que les dedico.” (COSTA
REGO, 1953:174).
“Resolví que el mejor castigo
a infligirle sería el de no leerle su pobre y precaria sintaxis. Y no la leí, tuve la fuerza de voluntad de nunca leer,
ni siquiera cuando él, desvariando por mi desprecio,
acuchillaba las columnas de
su papel impreso y –según un
antiguo hábito suyo, que también lo es de familia- me mandaba en cartas anónimas, así
rasgada, su triste y amargada
alma de cacique de feria”.
(COSTA REGO, 1952: 174).
Pero la caricatura que de él
forjaron sus detractores se
hizo muy exagerada, frente al
solemne silencio y de la simbólica ausencia del escenario
estatal. Al concluir su gestión
en el gobierno del Estado Costa Rego retornó a Rio de
Janeiro con el cargo de Senador, reasumiendo también las
lides periodísticas. Su explicación es la de que prefería
mantenerse a distancia de la
tierra natal para dar libertad
de acción al sucesor eligido,
que, significativamente, fue
otro periodista como él. Con
todo, las saetas acusatorias
traspasaban las fronteras estatales propagándose también por la capital federal.
Eso lo motivó a escribir un
documento de defensa, menos dirigido a los adversarios
alagoanos que a los miembros de su corporación profesional, restaurando su imagen de periodista responsable. Pero lo hace con gran ironía, en el artículo “Como fue
que perseguí a la prensa” publicado simultáneamente en
la prensa carioca, paulista,
pernambucana y alagoana.
“El hombre público está expuesto a la crítica de sus conciudadanos (…) Los juicios
corrientes no siempre son los
juicios exactos y, generados
con frecuencia en la ignorancia, en la pasión o en la mala
fe, han de ofrecerr siempre
una segunda personalidad.
(…) De esas caricaturas está
llena la política. (…) La caricatura es la exageración del
rasgo principal de semejanza
del individuo. (…) Los caricaturistas deberían ver que,
antes que político, fui periodista; y también hoy me considero menos político que periodista político. De cualquier
forma, tengo en la función de
periodista el rasgo principal
de mi personalidad (…) Mis
adversarios en la política del
Estado vuelven a poner en
circulación la vieja mentira,
ya por mí desarticulada, de
que periodista, utilicé del poder de gobernador de
Alagoas para cerrar periódicos, y aún hoy, apartado del
gobierno, me sirvo de esa supuesta ascendencia, que ellos
saben que no existe, para im-
pedir que circulen otros periódicos en nuestra tierra. En
una palabra, el Estado de
Alagoas, por su gobernador y
sus hombres públicos responsables, no tolera periódicos: los que existen desaparecen; los que pretenden existir son impedidos de nacer”.
(COSTA REGO, 1952:175-176).
A continuación, describe los
hechos y presenta argumentos. El ápice de la cuestión
reside en la singularidad del
panorama periodístico alagoano, exiguo e incipiente,
económicamente inhibidor
de múltiples iniciativas en el
campo de los periódicos diarios o semanarios, a no ser
que reciban subsidios estatales. Por cuestión de principio,
el periodista-gobernador eliminó la concesión de recursos públicos para la manutención o la fundación de periódicos, suprimiendo también
de la planilla de pago del Estado a aquellos periodistas
que en ella aparecían a título
de recompensa por los favores prestados al gobierno. Ese
comportamiento desagradó a
los dueños de los periódicos
que no querían invertir recursos propios para costear sus
publicaciones. De la misma
forma, irritó a los periodistas
beneficiados con salarios gubernamentales sin que actuasen en el aparato burocrático del Estado. Algunos se juzgaron perseguidos por militar
en la oposición. Otros se consideraron traicionados porque el gobernador fuera periodista y faltara a la solidaridad usual entre los colegas de
profesión…
J.Marques de Melo
gran parte como consecuencia del desdén con que premiaba a sus adversarios políticos, ignorando sus acusaciones. Endosaba así el tributo
arrogante que los opositores
le atribuían frecuentemente.
39
38
39
Los periodistas y el poder
En su artículo de defensa,
Costa Rego repasa todos los
casos presentados por sus
acusadores, demostrando
cristalinamente que los periódicos desaparecieron porque
no se sostenían económicamente. Su tesis es de que los
pequeños estados nordestinos eran en aquella época,
serviles a la prensa pernambucana. El mercado local no
justificaba económicamente
la existencia de tantos periódicos como pretendían los
jefes políticos, a no ser que
recibiesen subsidio gubernamental. Solamente podrían
sobrevivir los que hiciesen
inversiones para capitalizar
la identidad estatal, atrayendo a lectores y anunciantes.
“…no es de extrañar que también en Maceió, capital del
Estado, el principal centro de
población de la cultura de las
Alagoas, haya periódicos que
desaparezcan, independientemente de la voluntad del
Gobierno. Se trata de una ciudad de menos de cien mil habitantes, donde la industria
de la publicidad es, por la propia naturaleza de las cosas,
precaria. Los periódicos de
Pernambuco, en número elevado, son leídos en el territorio de Alagoas el mismo día
que publican en Recife. (…)
Somos pues, en materia de
prensa, y por la fatalidad de
las condiciones geográficas –
como son los paraibanos y
los rio-grandenses del Nortetributarios de Pernambuco.
La gran prensa de las Alagoas
es la pernambucana. La prensa local es meramente subsidiaria. (…) Contra esa com-
diálogos
de la
comunicación
petencia no hay esfuerzo provechoso. De modo que la aparición o desaparición de un
periódico en Maceió constituyen hechos banales, que
siempre se verifican en todos
los gobiernos.” (COSTA
REGO, 1952:176-177).
Pasando de la defensiva a la
ofensiva, Costa Rego proclama:
“No fui, por lo tanto, en el
gobierno de mi Estado un perseguidor de la prensa. En más
de una circunstancia fui un
defensor de la misma…”
(COSTA REGO, 1952:183).
Y pasa a enumerar sus intervenciones para garantizar la
incolumidad de periodistas
amenazados por sus enemigos y para resistir al asedio
de aquellos que pretendían
ser corrompidos por el gobierno a cambio de favores
no solicitados. Subraya también su conducta no persecutoria, dejando de procesar a
periodistas que lo ofendieron
o vilipendiaron. Concluyendo
su argumentación, reafirma la
coherencia mantenida en relación a sus concepciones
periodísticas, también mientras desempeñaba funciones
de Estado.
“Quieran o no mis adversarios, soy periodista. En el gobierno en el Estado de las
Alagoas no hice sino honrar
al periodismo, de donde no
salí y donde continuo con la
fe del profesional. A muchos
periodistas que me ofendieron cuando estaba en el ejercicio de mi mandato, yo po-
dría haberlos procesado y
hacerlos condenar. Nunca
apelé a la Justicia porque, periodista también yo, me repugnaba servirme de las armas de la ley contra periodistas; aun en desagravio por calumnias e injurias que buscaban desprestigiar mi reputación. Cuando el ataque era de
buena fe, lo respondía, me explicaba, y llegué así a convencer a muchos colegas. Cuando el ataque era sistemático
y revelaba el propósito de
atraerme a una polémica de
mera facción partidaria, yo
me callaba. (…) Pero hubo
sobre todo un punto de mi administración en el gobierno
de Alagoas, que me honra
como periodista, y que no
quiero callar: en ningún caso
corrompí a la prensa. No gasté con la prensa ni un tostón.
Los que me aplaudieron nada
ganaron, lo hicieron por libre
y espontánea voluntad, gratuitamente. Los que me lapidaron, ni porque me lapidaron, pudieron ganar después
nada de mí. Al concluir el gobierno mi conciencia de profesional me dictó un acto que
me parecía un deber: destruí
de mi archivo todo cuanto me
pudiese servir un día de arma
contra los periodistas que me
dirigieron cartas, antes de
dirigirme insultos. Es que yo,
por encima de ellos, veía la
imagen de la prensa con la
autoridad que precisa tener,
a fin de que la respeten y ella
pueda prestar los servicios
que no siempre presta, pero
que todos los periodistas
apasionados deben esforzarse para que preste, altiva y
dignamente”.
Brasil fue hecho en el simposio “50
años de ensino de jornalismo”, realizado en 1993 en Vitória do Espíritu
1. Adversario de Herbert
Santo, durante el congreso annual de
Moses, el periodista Víctor
INTERCOM. Los análisis y reflexiones
de Sá dice que él manipuló a
hechas en la ocasión por José Mar-
la entidad, postergando la fi-
ques de Melo, Sergio Mattos y Dirceu
nalización del edificio de la
Fernandes Lopes están incorporadas
ABI y promoviendo varias in
en la primera parte del volumen
auguraciones, dentro de ellas aque-
Transformações do Jornalismo
lla en que intervino Costa Rego, siem-
Brasileiro: ética e técnica (São Paulo,
pre con el objetivo de lograr más re-
INTERCOM, 1994).
cursos para las obras inconclusas.
(Sá, 1955:142-152) Getúlio Vargas se
prestó astutamente para protagonizar tales solemnidades. De ellas se beneficiaría más adelante, cuando
resurge en el escenario político brasileño en los años 50, personificando
no ya al dictador abominable sino al
padre de la patria, de regreso al poder en los brazos de sus electores.
2. Este no fue el caso del Curso Libre
ANDRADE Jefferson (1991)
Um jornal assassinado – a última batalha do Correio a
Manhã, Rio, José Olympio
Editora.
BAHIA Juarez (1990) História
da Imprensa brasileira, São
Paulo, Aitca.
de Periodismo, impartido en São
Paulo en 1943, por Vitorino Prata
Castelo Branco, cuyas clases, previa-
BARBOSA, Marialva (2000) Os donos
mente escritas serían después publi-
do Rio, imprensa, poder e público, Rio
cadas en el volumen Curso de
de Janeiro, Vício de Leitura.
Jornalismo (São Paulo, Tipografía
Cultura, 1945). Se trata de un docu-
BARBOSA LIMA SOBRINHO (1923) O
mento precioso para conocer las con-
problema da imprensa, Rio, Alvaro
cepciones periodísticas impartidas
Pinto (2ªed., EDUSP, 1988)
en el país y asimiladas por el contingente que frecuentó el curso presen-
BARBOSA LIMA SOBRINHO (1996)
cial, ofrecido por el autor en la sede
Hipólito da Costa, pioneiro da
de la Asociación Paulista de Pensa, o
imprensa no Brasil, Rio de Janeiro,
que acompañó las lecciones en
Fundação Assis Chateaubriand.
fasículos, fortaleciendo la enseñanza
del periodismo a distancia (CASTELO
CASTELO BRANCO, Vitorino Prata
BRANCO, 1987:24). Nótese que esa
(1945) Curso de Jornalismo, São Paulo,
modalidad de enseñanza había sido
Tipografia Cultura.
experimentada en 1941/1942 por la
Escuela Superior de Periodismo man-
CASTELO BRANCO, Vitorino Prata
tenida en Rio de Janeiro por la Aso-
(1987) O primeiro Curso de Jornlismo
ciación de Periodistas Católicos
em São Paulo, Cadernos de Jornalismo
(GOMES, 1996:13).
e Editoração, 18, São Paulo, ECA-USP,
J.Marques de Melo
ria de formación de periodistas en el
BIBLIOGRAFÍA
Restan escasas evidencias de
su actuación como profesor
de jóvenes periodistas que
pasaron por los bancos escolares de la efímera Universidade do Distrito Federal2.
Pero el rescate de sus principales ideas sobre la profesión
que tanto lo desilusionó puede servir como punto de partida para restaurar la memoria de los contenidos periodísticos diseminados en su
cátedra. Ellos tal vez hayan
influenciado o desafiado
otras cátedras, que llegaron
a funcionar en las universidades brasileñas de la segunda
mitad del siglo XX, cuando las
carreras de periodismo ganaron legitimidad incorporándose en el escenario académico nacional3.
3. Un balance crítico de esa trayecto-
NOTAS
Las concepciones periodísticas aquí examinadas reflejan
la conducta profesional de
Costa Rego, y simbolizan la
rectitud ética y la coherencia
cívica. Ahí reside sin duda la
motivación de Anísio Teixeira
al elegirlo como periodista
paradigmático de su generación, ungiéndolo como Primer Catedrático de Periodismo del Brasil.
41
23-26.
40
41
Los periodistas y el poder
COSTA REGO (1928) Na terra natal
MOREIRA, Sônia Virgínia (1991) Uma
(1924-1928) 1, Maceió, Imprensa Ofi-
experiência pioneira, Revista de
cial.
Comunicação, 25, Rio de Janeiro, p.
26.
COSTA REGO (1930) Como foi que
persegui a imprensa, Rio de Janeiro,
MOREL, Edmal (1985) A Trincheira da
edição particular.
liberdade: História da ABI, Rio de
Janeiro, Record.
COSTA REGO (1952) Águas passadas,
Rio de Janeiro, José Olimpio.
NUZZI, Erasmo (1992) 40 anos de
ensino de jornalismo no Brasil: rela-
COSTELLA, Antonio (1970) O contro-
to histórico, In: Kunsch, Margarida,
le da informação no Brasil, Petrópolis,
org. O ensino de comunicação –
Vozes.
análises, tendências e perspectivas,
São Paulo, ABECOM, p. 20-39.
CUNHA, Luiz Antônio (1980) A
universidade temporã – o ensino su-
SÁ, Victor de (1955) Um repórter na
perior da Colônia à Era Vargas, Rio de
ABI, Rio de Janeiro, Editora A Noite.
Janeiro, Civilização Brasileira.
SAPUCAIA, Antonio (1989) Costa
FAUSTO, Boris (1995) História do Bra-
Rego, esse esquecido, Maceió,
sil, São Paulo, EDUSP.
Sergasa.
GOMES, Pedro Gilberto (1996) Escola
SAPUCAIA,
Superior
legendário Costa Rego, Maceió,
de
Jornalismo,
In:
PESSINATTI, Nivaldo, coord. – Memo-
Antonio
(2000)
O
EDUFAL.
rial dos trabalhos apresentados ao GT
Religiosidade e Comunicação” duran-
SEGISMUNDO, Fernando (1962)
te o 19º Congresso Brasileiro de
Imprensa Brasileira, vultos e proble-
Ciências da Comunicação, São Paulo,
mas, Rio de Janeiro, Alba.
INTERCOM, 16 p.
VERÇOSA, Elcio de Gusmão (1996)
IVO JUNIOR, Floriano (1992) Crônicas
Cultura e Educação nas Alagoas:
e depoimentos, Recife, Companhia
História, Histórias, Maceió, EDUFAL.
Editora de Pernambuco.
WEBER, Max (1910) Para una socioMARQUES DE MELO, José (1974)
logía de la Prensa (alocución en el
Contribuções para uma Pedagogia da
Pimer Congreso de la Asociación Ale-
Comunicação, São Paulo, Paulinas.
mana de Sociología, Frankfurt, p. 434441). Traducción al español de Susa-
MARQUES DE MELO, José (1994)
na Kehl Wiebel, Revista Española de
Transformações do Jornalismo
Investigaciones Sociológicas, 57, Ma-
Brasileiro: ética e técnica, São Paulo,
drid, CIS, 1992, p. 151-259.
INTERCOM.
WERNECK SODRÉ, Nelson (1977)
MARQUES DE MELO, José (2000) Cos-
História da imprensa no Brasil, 2ª ed.,
ta Rego, o primeiro Catedrático de
Rio de Janeiro, Graal, 2ª ed.
Jornalismo do Brasil, Revista Brasileira de Ciências da Comunicação, vol.
XXIII, n. 1, São Paulo, INTERCOM.
diálogos
de la
comunicación
M. Pineda
Migdalia Pineda
Los paradigmas
de la comunicación:
nuevos enfoques
teóricometodológicos
Profesora-investigadora del Centro de Investigación de la
Comunicación y la Información (CIC) de la
Facultad de Humanidades y Comunicación de la
Universidad del Zulia, Maracaibo,Venezuela.
E-mail:[email protected]
265
diálogos
de la
comunicación
264
265
Migdalia Pineda
Paradigmas de la comunicación
RESUMEN
La ponencia presentará resultados preliminares del proyecto de
investigación actualmente en desarrollo sobre nuevas propuestas
de teorías y modelos de la comunicación para explicar los cambios que introducen las tecnologías de la información en los procesos de comunicación.
En este papel de trabajo se abordará el problema de la transdisciplinaridad en los nuevos
paradigmas de las Ciencias de la
Comunicación y de cómo se verían afectados los enfoques teórico-metodológicos en este campo.
A partir del análisis de cómo el
cambio tecnológico modificará la
comunicación social del siglo XXI,
se revisará la emergencia de un
nuevo Neopositivismo en las
Ciencias de la Comunicación con
sus derivaciones teóricas y se contrastará con la aparición de un
nuevo pensamiento holístico basado en la multiplicidad.
diálogos
de la
67
comunicación
INTRODUCCIÓN
Los profundos cambios ocurridos en el campo de las comunicaciones debido a la
convergencia de tecnologías
informáticas, de telecomunicaciones y audiovisuales, han
revolucionado las formas de
producción, de difusión y de
recepción de la información,
han alterado las relaciones de
intercambios entre emisores
y receptores y entre usuarios
mismos hasta el punto de permitir otras modalidades de
interrelación mediatizadas
pero interactivas, dialógicas,
en tiempo real y personalizadas.
Pero todas esas modificaciones están obligando a la revisión de los conceptos de información y de comunicación
que han venido siendo utilizados en las Ciencias de la
Comunicación, los cuales se
han visto alterados al haberse modificado los dimensiones del tiempo y del espacio
sobre las cuales se habían
sostenido. Con la convergencia telemática, el tiempo de la
comunicación se reduce hasta hacerse prácticamente instantáneo (tiempo real) y el
espacio no queda constreñido a límites geográficos o de
distancias sino que puede ser
alterado por las tecnologías
de la información que nos
acercan a los hechos sin movernos de nuestro sitio y nos
trasladan a espacios virtuales, cibernéticos, donde podemos experimentar sensaciones interactivas diferentes
(Vega, 1999).
Todas estas potencialidades
de la comunicación son posibles hoy en un espacio globalizado, sin fronteras, sin limitaciones, accesible por las
redes telemáticas, el ciberespacio, que nos permite movernos entre los límites de lo
global a lo local de manera
simultánea.
La globalización como un nuevo orden no sólo económico,
sino político, social y cultural
producto de la modernidad,
ha dado una nueva dinámica
a la expansión del capital sobre todo a partir de los años
setenta con la aparición de las
modernas tecnologías de las
comunicaciones y los transportes que han permito que
los procesos de producción
tengan una alta movilidad geográfica y que se comience a
percibir que el mundo es un
todo, dominado por las grandes multinacionales.
La nueva realidad regida por
las grandes corporaciones ha
hecho aparecer un pensamiento neoliberal que reivindica la potencialidad del mercado, la libre ganancia y la
competencia como los valores dominantes de las sociedades contemporáneas. Sin
embargo, la globalización y el
neoliberalismo que la acompaña no ha resultado ser un
proceso simple sino complejo y lleno de paradojas, que
destaca las contradicciones
sociales y pone en tela de juicio todas las verdades o certidumbres sobre las cuales el
hombre moderno se había
apoyado para entender y explicar su mundo.
1. Crisis de los paradigmas
y el pensamiento
transdisciplinar
En las ciencias de la comunicación los paradigmas clásicos han entrado en crisis desde hace varias décadas, sobre
todo porque su visión instrumental y pragmática del fenómeno han impedido ver la
multiplicidad y riqueza del
proceso comunicativo.
La visión positivista, racionalista presente en la teoría de
la comunicación que dio origen al paradigma de Laswell,
en la actualidad resulta insuficiente para dar cuenta de
los cambios que se están produciendo en las relaciones de
comunicación, lo cual está
obligando a plantear una recomposición del campo de
estudio que traspase las fronteras disciplinarias sobre las
cuales se había sustentado
una teoría de la comunicación que explicaba el fenómeno desde la psicología conductista, la sociología funcio-
nalista, la semiología estructuralista y el marxismo clásico.
La transdisciplinaridad emerge pues como un camino
metodológico para enfrentar
la pérdida de las certidumbres teóricas en las ciencias
sociales en general y en las
ciencias de la comunicación,
en particular. Sobre todo porque ella da idea de ruptura de
límites, de fronteras en la
constitución de los saberes y
se abre al conocimiento multipolar, descentrado, ramificado y entrecruzado y con
ello da paso a la visión de un
conocimiento no compartimentado, no fragmentado,
ni separado por disciplinas
estrictas que solo permiten
enfoques cerrados y parcelados sobre los problemas que
abordan.
La transdisciplinaridad, según
Deleuze y Guattari (citado por
Búfalo, 1999: 15), alude a “una
modalidad rizomática de
saberes, organizada por mesetas, ya que una meseta no está
ni al principio ni al final sino
en el medio y como tal es una
zona continua de intensidades, que vibra sobre sí misma
y que se desarrolla evitando
cualquier orientación hacia un
punto culminante o hacia el
exterior... La meseta es pues
una multiplicidad que se conecta con otras por tallos superficiales o subterráneos
para extender un rizoma, que
conecta con otro punto de distinta naturaleza, de signos distintos y que no puede ser reducido a lo Uno, ni a lo múltiple porque no está hecha de
unidades sino de dimensiones
cambiantes. No tiene principio ni fin, sino un medio por
el que crece y se desborda...
Esta constituida por multiplicidades lineales de infinitas
dimensiones, sin sujeto ni objeto, que por su naturaleza no
varía sus dimensiones sin
cambiar ella misma” (Deleuze
y Guattari, 1994).
Considerada así, la transdisciplinaridad se opone a los
sistemas jerárquicos de las
ciencias positivistas, con sus
centros de significancias y
saberes organizados en función del pensamiento cartesiano y el método hipotético deductivo, como punto fijo de
partida y como principio del
saber. Además las disciplinas
modernas positivistas son discursos fundados por un sujeto, concebido como un individuo soberano de conocimiento entendido en términos
kantianos, que otorga propiedades gnoseológicas a quien
ha hecho un esfuerzo espontáneo por producir el conocimiento. Mientras que el enfoque transdisciplinar concibe a
los discursos científicos como
agenciamientos colectivos de
enunciación, que provienen
del aumento de dimensiones
de una multiplicidad que cambia de naturaleza, diluyendo al
sujeto cognoscente en las
prácticas subjetivas con dimensiones sociales, dando
paso a una nueva figura de la
subjetividad: el individuo social (Del Búfalo, 1999), capaz
de una nueva manera de relacionarse, en un espacio liso,
heterogéneo, sin puntos fijos,
de variaciones continuas, for-
M. Pineda
En este trabajo se abordará el
problema de la crisis de los
paradigmas en las Ciencias de
la Comunicación y la necesidad de los enfoques transdiciplinarios como vía para el
enriquecimiento y la renovación del pensamiento comunicacional, y se insistirá en la
coexistencia de dos corrientes teóricas: un nuevo neopositivismo, alimentado por los
enfoques sobre los procesos
informáticos y organizacionales, y el surgimiento de un
nuevo pensamiento holístico
y transdisciplinario.
267
266
267
Paradigmas de la comunicación
mado por eventos más que
por cosas.
Partiendo de la anterior concepción del saber transdisciplinario, se hace necesario
que la revisión teórica se desplace de los compartimentos
estancos disciplinares hacia
las prácticas sociales donde
se configuran los individuos
como sujetos sociales y que
se cargue de sentido político.
El fin de la ciencia convencional, lineal, obliga a la reconstrucción de la actitud científica para dar paso a enfoques
emergentes que insisten en la
discontinuidad, en la diferencia y en una nueva sensibilidad ética y social, que cuestionan el modo de conocer
dominante en las ciencias occidentales basado en la objetividad, verdad y verificación
empírica como método único
de acercamiento a lo real.
El pensamiento transdisciplinar plantea que la ciencia
no es única, que los resultados
de la actividad científica deben tener una vinculación con
la vida cotidiana y subjetiva
de las personas, que la ciencia como actividad humana
supone una interpretación
desde la óptica de quien la realiza y que los estados afectivos
de los sujetos sociales pueden
modificar, afectar y alterar los
procesos cognitivos, por lo
que todo conocimiento no remite a un hecho puro sino a
una interpretación.
Ante estos desafíos, lo que
esta en crisis es el paradigma
positivista de las Ciencias clá-
diálogos
de la
69
comunicación
sicas y sus modos de conocer
pero no un nuevo paradigma
epistémico que en su multiplicidad y descentramiento concibe una ciencia más humana,
más humilde, más relativa y
más crítica. (Martínez, 1999)
En el campo de las Ciencias
de la Comunicación el salto
hacia lo transdiciplinar, ha
significado en las dos últimas
décadas no sólo el cuestionamiento del paradigma del
modelo de comunicación unilateral de Laswell sino un enriquecimiento téorico- práctico de la investigación devenido de enfoques de la antropología, la historia, la economía política, la etnografía y la
sociología crítica que han comenzado a interrogar los
problemas de la comunicación desde otras ópticas
como la de los movimientos
culturales y las mediaciones
simbólicas, porque más que
desde los objetos (medios) o
desde los sujetos (emisores/
receptores) se aborda el problema de las subjetividades y
los discursos sociales.
2. La pluralidad de paradigmas, la realidad de las
nuevas tecnologías y la
emergencia de un nuevo
neopositivismo en las
ciencias de la comunicación
Sin embargo, el campo de la
comunicación no escapa a las
contradicciones que plantea
la crisis de los paradigmas, y
los avances teóricos logrados
con enfoques más abiertos y
flexibles se han visto acompañados de la aparición de planteamientos que devienen de
una matriz teórica neopositivista, la cual ha resurgido a
mediados de los setenta y se
ha extendido en las décadas
de los ochenta y los noventa
con los enfoques gerenciales
y la comunicación organizacional, así como con la teoría
informacional, derivada de la
cibernética, aplicada al estudio de los procesos de transmisión de información mediante computadoras.
En el fondo de esos enfoques
se encuentra la teoría general
de los sistemas, del biólogo
Ludwing Von Bertalanffy
(Mattelart, 1997:44), según la
cual la información y sus procesos de transmisión y control en el seno de las organizaciones contribuyen a que
los mismos funcionen, se regeneren, se institucionalicen
y sobrevivan. Al trasladar el
concepto de sistema a las organizaciones sociales y al
pensar que todos los sistemas bien sea físicos, biológicos, psicológicos y sociales
tienen características similares y pueden trabajar con un
mismo modelo de análisis se
confluye con las propuestas
funcionalistas de la teoría de
Talcott Parsons sobre los sistemas.
Según Lilienfeld (1984), la teoría de los sistemas concibe
que el estado característico
de los sistemas abiertos es su
constante interacción con el
entorno, con el cual mantiene una situación constante de
equilibrio a pesar de que las
entradas y salidas de información al sistema pudiesen producir transformaciones en
En una visión más moderna,
Niklas Luhmann aporta su
teoría que considera a la sociedad como un sistema
abierto que comprende no
sólo los procesos evolutivos
del hombre sino su proyecto
de futuro, como un sistema
dinámico pleno de significaciones dialógicas pero acompañado de un desarrollo tecnológico que si bien presenta peligros para la especie
humana también contiene la
esperanza y el futuro de la
misma. (De Oliveira, 1992).
Aunque Luhmann busca
abordar lo social de una manera más integral que las teorías clásicas lo hace desde la
propuesta de la teoría de los
sistemas, según la cual la sociedad es un sistema que se
autogenera y autorreproduce, un sistema complejo integrado no tanto por individuos
sino por la comunicación y
determinado por la producción de sentido (Burkle,
1994:127-141).
El cientificismo sistémico que
acompaña este pensamiento
y que busca abordar la globa-
lidad, las interrelaciones de
los elementos que conforman
al todo y la complejidad de
los sistemas como conjuntos
dinámicos y cambiantes, aplicado al campo social penetró
primero en las ciencias políticas para luego incursionar
en el campo de las ciencias de
la comunicación a partir
Laswell, cuando se estudia
cómo los medios y la información intervienen en la formación de las decisiones políticas y cuando se aborda el
problema del feed-back o comunicación de retorno en su
función de retroalimentación
y regulación del sistema.
(Mattelart, 1997).
En la actualidad, ese cientificismo sistémico ha servido
de apoyo a teorías sobre las
sociedades tecnológicamente
avanzadas que analizan las
innovaciones sociales y los
procesos informáticos y electrónicos producidos en la sociedad de la información y a
teorías sobre el análisis sistémico de las organizaciones
modernas y sus estudios
gerenciales; las cuales continúan dependiendo fuertemente de las derivaciones
teóricas de la biología y la física al considerar a la categoría “sistema” como una realidad fija, determinada por funciones y disfunciones controlables, que aunque en sus visiones más progresistas incluyen al concepto de “sistema abierto”, y con ello plantean una divergencia con la
física clásica, no transgreden
la matriz teórica propia del
pensamiento científico positivista.
3. Las teorías convergentes,
la transgresión de
paradigmas y las aproximaciones dialécticas
Frente a ese resurgir de un
nuevo neopositivismo que
acompaña a las visiones optimistas sobre la cultura
organizacional y el papel del
crecimiento exponencial de la
información en las sociedades modernas, sobre todo
con el desarrollo de las tecnologías de la información,
aparece un nuevo pensamiento más holístico y global que
en su oposición con el positivismo modernista busca
radicalizar la reflexión y aboga por un pluralismo metodológico.
En los años noventa, la fuerza del pensamiento posmodernista en las Ciencias Sociales parece tender hacia esa
dirección, la de la confluencia, la interdisciplinaridad, la
del alejamiento de la racionalidad científica encerrada en
las fronteras del positivismo
lógico, la de la vuelta de la
ciencia hacia la vida humana,
la de la reflexión profunda
para derrumbar o validar viejos argumentos.
Esa “síntesis creativa”, según
la definición de Enrique
Sánchez (1992) se sustenta en
la teoría de las apropiaciones
dialécticas, en la reflexión
teórica, en el pluralismo disciplinario y en la confluencia
metodológica como vías para
comenzar una tarea de recomposición del pensamiento científico del siglo XXI que
deberá arrancar de la trans-
M. Pineda
sus partes. El concepto de
estado constante de todo sistema abierto, es tomado de
las leyes termodinámicas de
la física, según las cuales el
equilibrio de un sistema, su
permanencia en un estado
constante a pesar de estar
abierto al entorno, depende
fundamentalmente del suministro de energía. En el fondo
todo enfoque sustentado en
la teoría de los sistemas busca siempre el equilibrio.
269
268
269
Paradigmas de la comunicación
gresión de teorías, paradigmas, modelos y enfoques
metodológicos para poder
iniciar la construcción de
otras teorías con fundamentos filosóficos, éticos y epistemológicos críticos, desde lo
real-global y con enfoques
más holísticos, integrales y
sinérgicos.
Los riesgos que implica esa
nueva aproximación a la realidad desde una perspectiva
distinta, nos obligan como
investigadores de la comunicación a retomar la investigación teórica para ejercer una
vigilancia epistemológica que
hoy resulta fundamental para
reconstruir los campos del
saber comunicacional que
han estado fuertemente
influenciados por enfoques
metodológicos y teóricos
propios del neopositivismo.
Por su parte, la confluencia
de nuevos enfoques en la
constitución de paradigmas
transdiciplinarios en el campo de la comunicación nos
plantea la necesidad de mantener una apertura para mirar
los fenómenos comunicacionales desde la historia, la cultura, la economía, la antropología y en ese juego de apropiaciones dialécticas poder
acercarnos a problemas concretos que nos permitan una
reflexión teórica más humanizada y menos instrumental.
La corriente de investigación
latinoamericana ha empezado a llamar la atención sobre
la necesidad de indagar la
realidad comunicacional sin
miedo a las aproximaciones
diálogos
de la
71
comunicación
empíricas, útiles para contrastar teorías, sin olvidar por
ello las visiones críticas, de
reconstrucción; en este planteamiento han coincidido los
mexicanos Enrique Sánchez
(1997), Raúl Fuentes (1997) y
José Carlos Lozano (1994),
entre otros.
Incluso, Sánchez y Fuentes
han mantenido un interesante debate sobre los retos de
la investigación de la comunicación mexicana, que podrían ser perfectamente aplicados a la investigación latinoamericana en general. Por
una parte, Sánchez (1992),
valiéndose de su concepto
de “síntesis creativa”, plantea
la idea de que lo que hace falta en estos tiempos de incertidumbres, de no verdades
acabadas, es el equilibrio
metodológico que permita
proponer articulaciones creativas y críticas entre diversos
enfoques, teorías, disciplinas
y puntos de vistas que ayuden a conocer y comprender
mejor la comunicación humana (Sánchez, 1997:55), aunque plantea que en los estudios mexicanos de la comunicación lo que se observa es
una disciplinarización de los
enfoques hacia la sociología.
Por su parte, Fuentes (1997),
habla más de la postdisciplinarización de los estudios
mexicanos y sostiene que
frente a los retos más que de
rescatar la disciplinaridad en
la investigación de la comunicación, se trata «de construir por encima de las disciplinas sociales dominantes,
una síntesis de conocimiento
que supere los límites entre
especialidades cerradas y
jerarquizadas....cuya legitimidad académica y social dependa más de la profundidad,
extensión, pertinencia y solidez de las explicaciones que
produzca, que del prestigio
institucional acumulado por
un gremio encerrado en sí»
(Fuentes, 1997:220).
Pero, para lograr esa síntesis
no solamente hace falta que
en América Latina se comiencen a proponer concepciones
epistemológicas y teóricas
propias, sino que se rescate
la investigación empírica sobre problemas concretos de
la comunicación, a modo de
poder consolidar alternativas
de conocimiento que transformen nuestra realidad. En
este intento resulta, además,
fundamental recurrir a múltiples enfoques de las ciencias sociales y al traspase de
las fronteras anteriormente
delimitadas para cada una de
sus disciplinas.
En este punto resulta útil proponer para el debate no sólo
el concepto de “postdisciplinaridad” utilizado por Fuentes, quien indica haberlo tomado de sociólogos como
Giddens, Bourdieu y Thompson, sino el concepto de
“transdisciplinaridad” como
es entendido por Deleuze y
Guattari (1994) -el cual fue
apuntado en la primera parte de este trabajo por el filósofo venezolano Enzo Del
Búfalo- quienes lo conciben
como una multiplicidad de
saberes que no tienen límites,
ni principio ni fin, hecho de
conjunciones y de entrecruces, que buscan subvertir los
dogmas y paradigmas legitimados por el pensamiento
científico occidental.
tenido en la investigación de los mensajes
comunicacionales”,
en
CERVANTES, C. y SANCHEZ, E.
(Coords.). Investigar la Comunicación. CEIC/Universidad de Guadalajara/ALAIC, México.
OLIVEIRA CARDOSO, Onésimo de
(1992). “Os paradigmas no ensino da
comunicaçao: a transgressao epistemològica”, en Revista Comunicaçao
cación Superior. Sao Paulo-Brasil.
“El Triunfo de la economía de mercado y el oca-
MARTÏNEZ, Miguel (1999). Conferen-
so de la teoría pura”. Po-
cia dictada en el Seminario ¿Fin de
nencia presentada en el
la Ciencia?. CIPOST/Instituto de Fi-
Seminario ¿Fin de la
losofía del Derecho. LUZ. Maracaibo,
Ciencia?. CIPOST/Institu-
7 de Mayo.
to de Filosofía del Derecho. LUZ. Maracaibo, 7 y
MATTELART, Armand (1997). Histo-
8 de Mayo.
ria de las teorías de la comunicación. Paidos. Barcelona-España.
BURKLE: B, Martha (1994). “La Comunicación: constitutivo esencial de la
SANCHEZ, Enrique (1992). Medios de
sociedad. Una aproximación a la pro-
difusión y sociedad. Notas críticas y
puesta luhmanniana”, en OROZCO, G
metodológicas. CEIC/Universidad de
(Coord). Perspectivas para el análi-
Guadalajara. México.
sis de los procesos de recepción
televisiva. Cuadernos de Comunica-
SANCHEZ, Enrique (1997). “Algunos
ción y Prácticas Sociales Nº 6. Univer-
retos para la investigación mexicana
sidad Iberoamericana. México.
de comunicación. Una reflexión per-
p.p.127-141.
sonal”, en Sociedad Revista Comuni-
DELEUZE, G y GUATTARI, F (1994).
de Guadalajara. México
cación y Sociedad Nº 30. Universidad
Mil Mesetas. Edit. Pre-textos. Valencia-Venezuela.
VEGA, Aimée (1999). “Los medios de
comunicación en el nuevo orden”, en
FUENTES, Raúl (1997). “Retos disci-
Noticias de Comunicación (Noticom)
plinarios y postdisciplinarios para la
Nº 10. Edit. Bosch. Barcelona- Espa-
investigación de la comunicación”, en
ña, disponible en http://comunica-
Revista Comunicación y Sociedad Nº
ción. boschce.es.
31. Universidad de Guadalajara. México, Septiembre-Octubre.
LIlLIENFELD, Robert (1984). Teoría
de Sistemas. Trillas. México.
LOZANO, José C (1994). “Hacia la
M. Pineda
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFÍCAS
& No 17. Instituto Metodista de EduBUFALO, Enzo del (1999).
271
reconsideración del análisis de con-
270
271
F. Esteve
Francisco Esteve
Mediación del
emisor
especializado
en la
cultura de la paz
Profesor titular en la Facultad de Ciencias de la Información de
la Universidad Complutense de Madrid.
E-mail: [email protected]
43
diálogos
de la
comunicación
42
43
cada vez más importante a
medida que va progresando
la comunicación en todos los
campos y no es sorprendente que sean cada vez más numerosos, que su competencia
resulte cada vez más diferenciada y que sus funciones
tiendan a especializarse y a
diversificarse… La competencia que se requiere para el
ejercicio de todas estas especialidades aumenta constantemente en un mundo en
constante evolución.” (El subrayado es nuestro).
Frente a la violencia generada en la sociedad actual por
el consumo desmedido y la
competitividad producida
por una globalización de la
economía, se impone un esfuerzo colectivo para crear
unos espacios pacíficos en
los que predomine la solidaridad y la convivencia. Para
lograr tal fin hay que recabar
la ayuda de los medios de
comunicación social que pueden posibilitar un mejor entendimiento entre los ciudadanos y una pacificación de
los pueblos.
El profesional de las Ciencias
de la Información capacitado
para el tratamiento de los
nuevos medios de comunicación, se complementa con el
periodista especializado, tanto en medios concretos de
comunicación como en contenidos especializados. Esto
requiere un mayor esfuerzo
de formación y preparación
de los nuevos profesionales
del periodismo, tal como propugna Ratzke (1986, 331):
“Independientemente de la
evolución de los futuros medios, la cualificación de un
periodista dependerá, también en el mañana, en primer
lugar de su formación y, sobre todo, de su personalidad.
Su formación deberá ser sólida, amplia y, al mismo tiempo, especializada.”
En este sentido, se hace necesaria una formación adecuada de los responsables de
la información para que sean
los gestores y artífices de esta
nueva sociedad basada en
unos principios reales de convivencia y pacificación.
El periodista especializado se
intuye, por tanto, como el signo de la época actual en el
mundo de la comunicación
tal como reconoce el Informe
MacBride (1980,209): “Los
profesionales de la comunicación desempeñan un papel
Ninguna de las áreas informativas puede quedar al margen
de esta imperiosa necesidad
de profesionales con un alto
grado de expertización que
den cumplida respuesta a las
actuales exigencias. Profesionales, profesores universitarios, estudiantes de periodismo, editores, comunicólogos
y, en general, todos aquellos
que estén interesados en la
problemática de la información, tienen que realizar un
esfuerzo común para formar
estos “nuevos profesionales”
que demanda la sociedad actual. Para lo cual es necesario, según afirma el profesor
Fernández del Moral (1983b,
161), “plantear un modelo de
comunicación de la Ciencia,
que partiendo de cada una de
las especialidades que la integran, llegue a toda la sociedad.”
Francisco Esteve
Emisor especializado y cultura de paz
El avance tecnológico de la
comunicación está modificando la figura de los sujetos
emisores a los que se exige
cada vez mayor capacitación
y expertización. La profesión
periodística se encuentra
ante un importante reto. “La
era del generalista – anunciaba hace ya varios años Gans
(1986, 33)- está en declive…
Dominarán (la profesión) los
reporteros especializados, la
gente que pueda informar
con destreza de temas complejos.”
diálogos
de la
67
comunicación
Sin embargo, hay que salir al
frente de un peligro de endogamia informativa que puede
originar una excesiva especialización periodística al limitarse las posibilidades de inter-
EL PERIODISTA COMO
GESTOR DE LA PAZ
De todos es conocida la influencia social que ejercen los
medios de comunicación en
la sociedad. De hecho, los
mensajes se transmiten en
primer lugar a los líderes de
opinión quienes son los encargados de difundir estos
mensajes al resto de la sociedad. De aquí se deriva la gran
importancia que tienen los
informadores como creadores y gestores de la opinión
pública pudiendo ejercer una
influencia decisiva en la construcción de la paz.
En este sentido, cabe subrayar la reflexión realizada por
Innerarity (1987, 81) cuando
afirma que “la defensa simplista de la paz ‘a cualquier
precio’ olvida las condiciones
éticas y jurídicas que confie-
ren a la paz su verdadero valor. No se trata sólo de denunciar los conflictos, sino de
evitar las soluciones que provocan esos problemas sociales, y de fomentar la solidaridad humana.”
Pero si todo periodista puede convertirse en un creador
de opinión, con mayor razón
se puede atribuir esta función
al periodista especializado ya
que, al tratarse de un experto en una determinada materia informativa, su opinión
adquiere mayor relevancia e
incidencia en los receptores.
Tal es la conclusión a la que
llega Hovland y Weiss tras su
importante estudio sobre los
efectos de los mass media.
Según estos autores, el prestigio de la fuente informativa
es uno de los factores fundamentales en la formación de
determinados efectos comunicacionales.
Asimismo, la alta credibilidad
que merecen los periodistas
especializados supone un
importante elemento de persuasión en la audiencia. Así lo
reconoce Klapper ( 1974, 92)
cuando afirma: “En general,
las fuentes que el público tiene en alta estima parecen facilitar la persuasión, mientras
que las que son poco consideradas parecen constituir, al
menos, cierto obstáculo temporal (…) Los públicos responden especialmente bien a
fuentes específicas, por considerarlas de alto prestigio,
gran credibilidad, experiencia, seguridad, próximas a
ellos mismos o simplemente
de su gusto”.
Por otra parte, el profesional
especializado puede servir de
puente e intermediario entre
diversas partes en conflicto
ya que posee un conocimiento más amplio de las distintas fuentes y de sus posibilidades reales de entendimiento. Así, por ejemplo, el responsable de la sección laboral de un determinado medio
puede favorecer, a través de
su información veraz y objetiva, el posible entendimiento entre empresarios y trabajadores que tengan bloqueadas su vías de diálogo. A través de esta sección periodística especializada pueden
conocer ambas partes las diversas posturas, ofertas negociadoras, etc. Lo mismo
puede ocurrir entre el Gobierno y la oposición, entre vecinos y Ayuntamientos, organizaciones sindicales y empresariales, etc. Las distintas
áreas de especialización periodística pueden ser útiles
plataformas de conocimiento
y entendimiento mutuo entre
los diversos componentes de
la colectividad social.
RASGOS DIFERENCIADORES DEL PERIODISTA
ESPECIALIZADO
La aparición del periodista
especializado ha supuesto
una cierta modificación en los
rasgos profesionales y personales de los informadores
enmarcados, hasta hace
poco, en una misma imagen
con características comunes.
“Hoy en día, advierte M.
Quesada 1998, 86), la figura
del periodista especializado
F. Esteve
cambio profesional entre los
especialistas de los nuevos
medios de comunicación. Así
lo advierte Ratzke (1986,331)
cuando señala que “las formas
de presentación de los nuevos
medios van a diferir tanto entre sí que van a ser muy pocos los periodistas que dominen todas las modalidades. Va
a ser todavía más difícil que
en la actualidad dar con el
“multimedia man”. Esto desemboca en un resultado indeseable: la difusión periodística, el salto de un medio a otro,
de la televisión al periódico y
viceversa, van a resultar imposibles o muy difíciles. Aumenta el peligro de endogamia periodística.”
45
44
45
Emisor especializado y cultura de paz
ya no es la excepción, el periodista estrella, el profesional privilegiado, sino que se
ha convertido en la figura
habitaul, sin la que no sería
posible ofrecer información
en profundidad ni un trabajo
profesional de calidad.” El
periodista especializado rompe, en cierto modo, el esquema tradicional del informador “generalista” que se veía
obligado a cubrir las más variadas informaciones, con el
riesgo consiguiente de caer
en posibles errores y anomalías. En general, el periodista
especializado se caracteriza
por dos funciones (Martínez
1983, 16):
a) maneja información de índole técnica y especializada,
y
b) trata esta información y la
da a conocer (comunica) en
forma de mensajes periodísticos.
El nuevo periodista especializado ha conseguido un “status” de reconocimiento y
profesionalidad en los distintos medios de comunicación,
gracias a su conocimiento
amplio y profundo de las materias objeto de su especialización. De tal forma que su
opinión es considerada en los
medios, y en las propias audiencias, como la opinión de
un experto que domina la información concreta sobre
una determinada área. Según
Rodrigo (1989, 164):
El carácter problemático,
ambiguo o ambivalente de
determinados acontecimientos hace necesaria la intervención de un saber especializado para interpretar y
diálogos
de la
69
comunicación
recontextualizar… Los mass
media recogen unas construcciones sociales establecidas y ante los acontecimientos, que son realidades socialmente construidas, las recategorizan por medio de unos
especialistas de la creación
del saber social.
Basándonos en las aportaciones realizadas por los profesores Orive y Fagoaga (1975,
78), señalamos los siguientes
rasgos diferenciadores:
a) En la formación
Al exigírsele al periodista tradicional una disponibilidad
para atender a cualquier información, esto conducía a
una superficialidad en su bagaje cultural y formativo, ya
que resultaba imposible poder abarcar en amplitud todas las áreas informativas.
Por su parte, el periodista
especializado dispone de un
mayor rigor científico y técnico en las materias de su
competencia, a un nivel similar al de cualquier titulado en
dicha materia. Por otra parte, la formación cultural del
periodista convencional tenía
que ser lo más universal posible, con el consiguiente detrimento en una mayor profundización en disciplinas
determinadas. Al periodista
especializado se le exige, sin
embargo, una mayor concreción aunque sin desatender la
universalidad como marco de
referencia.
b) En el rendimiento profesional
También se observan elementos diferenciadores en el te-
rreno profesional del periodista especializado ya que
puede realizar un mejor aprovechamiento de su actividad
profesional al disponer mejores contactos y mayor documentación, mientras que el
periodista convencional corre el peligro de perder muchos de sus movimientos en
la búsqueda de una información que no domina suficientemente. El esfuerzo es, así
mismo, mucho menor en el
periodista especializado al
contar con unas fuentes conocidas y un “background”
abundante, elementos de los
que no suele disponer el periodista tradicional.
c) En el grado de fiabilidad
Finalmente, se observa también un cambio de actitud en
el grado de fiabilidad del periodista especializado conforme va adquiriendo mayor información y experiencia en su
campo informativo.
Podemos concluir, finalmente, con Moragas (1983, 51):
Uno de los problemas claves
de la puesta en funcionamiento de una política adecuada
en el terreno de la información técnica y especializada
es la que permite pasar de un
planteamiento del emisor
como experto, a un planteamiento del emisor como periodista. Esto incluye tres
competencias básicas de los
emisores: competencia científica en la temática, que determine el contenido de la información especializada; capacidad expresiva, que implica un conocimiento adecuado de las condiciones de
APTITUDES ESPECÍFICAS
La especialización periodística supone, para el profesional, una amplia posibilidad de
superación constante y permanente, tanto en su aspecto personal como periodístico. El profesional, deseoso de
conocer y dominar, en toda
su amplitud, su campo informativo dispone de considerables elementos para alcanzar
su objetivo. La especialización le abre amplios panoramas para satisfacer plenamente sus necesidades informativas. “El especialista – señala Alcoba (1988, 118)- sabe
manejar los hilos de la información de su género específico, tiene contactos, sabe
desenvolverse y utiliza un
lenguaje que acerca los complejos temas a todas las mentalidades.”
a) Dominio del contexto
La especialización pone al alcance del profesional la necesaria información para conocer a fondo toda la problemática que rodea a un acontecimiento. El informador puede,
así, contextualizar adecuadamente el hecho y analizar sus
causas y posibles efectos. “En
la recogida de informaciónseñala Ortiz Simarro (1997,
63)-, el periodista especializado, al haber restringido su
campo de actuación, se acerca mucho más tanto física
como mentalmente al hecho
informativo, lo que le permite ejercer sobre esta área una
supervisión constante.” Ya no
se trata de descubrir los sucesos, aunque sea con el mayor número de detalles
circunstanciales, sino de profundizar interpretativamente
en los mismos. Y esto sólo
puede realizarlo aquel profesional que domina el contexto en el que se produce tal
acontecimiento.
b) Previsión
El seguimiento constante, y
en profundidad, de una determinada área informativa
posibilita al periodista, no
sólo a narrar aquello que ha
sucedido, sino también a
efectuar previsiones de lo
que puede ocurrir. De esta
forma, el periodista no sólo
es testigo de la realidad, sino
también previsor de los
acontecimientos posibles.
Podríamos decir, utilizando
términos de la jerga periodística, que la especialización
agudiza el olfato profesional
del informador.
c) Sensibilidad
Igualmente, la especialización
desarrolla en el profesional
una mayor sensibilidad hacia
aquellos acontecimientos relacionados con su área informativa. El periodista especializado se encuentra siempre
en constante receptibilidad a
todo aquello que pueda enriquecer su conocimiento sobre determinadas materias.
Se despierta en él un cierto
sexto sentido profesional
para captar los temas de su
competencia.
d) Prestigio
El dominio de su área concreta confiere al periodista especializado un gran prestigio
profesional y moral, tanto en
su propia empresa como en
su audiencia. Esto hace que
su opinión sea escuchada con
respeto y consideración en
amplios sectores de la sociedad. Del mismo modo, este
prestigio personal le posibilita ejercer una cierta influencia en la interpretación de los
hechos.
e) Decisión
Las empresas periodísticas
delegan, en muchas ocasiones, la decisión sobre determinadas materias en manos
del especialista, dejando a su
criterio la selección de la información, la interpretación
de la misma y su codificación
final. Asimismo, se encarga a
los especialistas la redacción
de aquellos editoriales relacionados con el área de su
competencia.
f) Diálogo
Otra de las posibilidades que
ofrece la especialización al
profesional es el establecimiento de un constante diálogo enriquecedor entre los
especialistas, sus fuentes y
sus receptores, produciendo
así un continuo “feed-back”
que sirve para ampliar su información y perfeccionarla.
La relación personal y directa del periodista con sus fuentes le proporciona un notable
incremento informativo de
considerable valor.
F. Esteve
decodificación de los receptores y, finalmente, un conocimiento de su tarea informativa en su contexto informativo.
47
46
47
Emisor especializado y cultura de paz
FUNCIONES DEL PERIODISTA ESPECIALIZADO
Toda comunicación informativa supone un complejo proceso que implica la conjunción de numerosos esfuerzos
personales y organizativos.
Diversos son los modelos que
han aportado los teóricos de
la comunicación para explicar esta dialéctica informativa, pero casi todos ellos coinciden en colocar al “emisor” en el origen de la información. Este “emisor”, que se
identifica muchas veces con
la propia fuente informativa,
debe desarrollar una serie de
funciones
que,
según
Schramm (1954b, 37) se concretan en decodificar, interpretar y codificar el mensaje.
Tradicionalmente se han asignado estas tareas a la propia
organización informativa
pero, poco a poco, ha ido asumiendo el responsable de
área, o periodista especializado, la realización de las mismas. “La organización de una
redacción –señala Wolf (1987,
227)- en sectores temáticos
específicos, el tipo de corresponsales y especialistas de
que dispone son indicaciones
de los criterios de noticiabilidad vigentes en el mismo.”
1.- Descodificación
La función descodificadora,
no corresponde únicamente al
sujeto receptor del mensaje,
sino que también es propia del
emisor. La misión principal del
proceso descodificador es la
de seleccionar, controlar y
descifrar el material informativo que entra en la redacción.
diálogos
de la
71
comunicación
La especialización periodística por áreas delimitadas hace
que esta entrada de material
se realice de forma más organizada y eficaz, lo que supone una importante ventaja a
la hora de descodificar dicho
material, pues como señala
Goldin-Elliot (1979,99), “la especialización temática constituye un índice significativo
de la forma en que los valores/noticia se traducen en
prácticas organizativas.”
Orive y Fagoaga (1974, 114)
establecen las siguientes propiedades de la entrada de
material en las áreas de especialización:
a) Personalizada. El material
informativo llega directamente al responsable de área, sin
intermediarios, lo que evita
tergiversaciones y “ruidos “
innecesarios en el momento
de descodificación. La propia
organización empresarial
confía en el profesional especializado la entrada directa
de material por considerarle
el más capacitado para hacer
un uso correcto del mismo. Y
por otra parte son las propias
fuentes las que prefieren ponerse en contacto directo con
el responsable de área, dado
su conocimiento más profundo del tema a tratar. De esta
forma se llega al establecimiento de una corriente
comunicacional entre especialistas.
b) Continuada. La relación del
profesional con las fuentes
primarias deja de ser ocasional e intermitente, para convertirse continua y permanente. De esta forma se garan-
tiza una entrada de material
informativo constante y fluido, sin fluctuaciones ni intermitencias.
c) Cómoda y económica. El
profesional tiene mayor capacidad para exigir a las fuentes una información más cualitativa y esto sin suponer un
coste adicional. El conocimiento y trato continuado
con las fuentes potenciales
evita a la organización periodística pérdidas de tiempo y
gastos innecesarios.
2. Interpretación
El mensaje llega, muchas veces, a la redacción distorsionado en sus propios orígenes,
al haber sufrido una manipulación de las fuentes. Para
evitar tal distorsión, el profesional debe realizar una valoración e interpretación sobre
la noticia descodificada, a fin
de objetivarla adecuadamente. “La interpretación de un
material condicionado en su
origen exige un talante y habilidad especial en el periodista. Así que la especialización llega en su ayuda para
brindarle la posibilidad de
practicar con rigor ese periodismo de valoración que
constituye el signo de la época por la superabundancia
con que la información se
concentra en las áreas y la
gran variedad y sutileza de
las presiones que se hacen
coincidir sobre el medio y el
propio periodista.” (Orive y
Fagoaga 1974, 115)
3. Codificación
Para Berlo (1982,24),“el codificador de la comunicación es
La posición privilegiada del
periodista especializado le
posibilita conocer no solo a
sus fuentes informativas, sino
también las apetencias y deseos de los receptores. Por
ello dispone de las claves necesarias para poder codificar correctamente los mensajes a fin de que sean recibidos y aceptados debidamente por la audiencia.
Los profesores Orive y
Fagoaga (1974,118) consideran que “es en el ámbito de la
codificación donde el periodista especializado resulta
más proyectivo, precisamente por la seguridad operativa
que le caracteriza… Opera
simultáneamente, con mayor
base prospectiva y mejores
aptitudes didácticas; ambas,
premisas esenciales para la
motivación de la audiencia.”
EL PERIODISTA
ESPECIALIZADO:
FUENTE INFORMATIVA
La diversidad de fuentes informativas exige la labor de
un profesional especializado
que pueda seleccionar y codificar adecuadamente esta
opulencia informativa que,
día a día, entra en las redacciones periodísticas. Para
Fauvet (1973,12): “Los redactores deben ser lo suficientemente especializados para no
perderse en medio de la auténtica confusión de informaciones que recibimos, informaciones cuyos orígenes son
múltiples: agencias de prensa, corresponsales en el extranjero, en provincias, etc.”.
Pero el periodista especializado, no sólo posibilita el mejor tratamiento y utilización
de las fuentes informativas,
sino que él mismo se convierte, en múltiples ocasiones, en
auténtica fuente de información. Wolf ( 1987, 259) explica así este fenómeno:
contentarse con la mera información de los hechos, sino
que debe buscar la información, descnbrirla, ser fuente
de noticia. Y nadie mejor que
el periodista especializado
puede realizar esta labor investigadora en su propia área
informativa.
Los periodistas especializados desarrollan relaciones
estrechas y prolongadas con
sus propias fuentes, que terminan convirtiéndose en
fuentes personales… Es decir, se desarrolla una relación
casi simbiótica de obligaciones recíprocas entre fuente y
periodista especializado.
DIALÉCTICA
FUENTE-INFORMADOR
De forma especial se produce este fenómeno en las nuevas técnicas periodísticas del
“investigative reporting” o
periodismo de investigación
(Secanella 1980,23). Las tres
etapas clásicas, en las que se
dividió el periodismo moderno: periodismo ideológico,
informativo y de explicación,
se han visto incrementadas,
recientemente, con el nuevo
periodismo de investigación.
El periodista ya no puede
El “periodismo de investigación”, tiene sus antecedentes
en el periodismo “underground” que, realizado fundamentalmente por “freelancers”, se desarrollaba en
los años sesenta en Estados
Unidos. Aunque conserva este
periodismo algunos aspectos
del denominado “nuevo periodismo” de Tom Wolfe tiene, sin
embargo, determinadas características propias.
La dialéctica informativa es,
a juicio de Benito (1975,78)
una tensión vital: “El continuo
flujo de los hechos y las ideas,
de los bienes y los servicios,
de la oferta y la demanda de
mensajes de todo tipo, da al
proceso informativo un carácter igualmente fluyente en
absoluto paralelismo con la
realidad.”
En la mayoría de los procesos
comunicativos se produce
una dicotomía entre la fuente y el sujeto emisor. La fuente, por una parte, tiene unos
fines y propósitos definidos
que no siempre coinciden
con los del sujeto emisor.
Mientras la intencionalidad
de la fuente es más bien de
F. Esteve
el encargado de tomar las
ideas de la fuente y disponerlas en un código, expresando
el objetivo de la fuente bajo
la forma de un mensaje.” La
codificación consiste en la
adaptación del mensaje para
poder ser transmitido. “Codificar significa que el mensaje
es traducido a un idioma o
código adecuado para que los
medios de transmisión y los
destinatarios pretendidos.”
(McQuail y Windahl 1984, 32)
49
48
49
Esta relación dialéctica entre
la fuente (F) y el emisor (E)
ha sido analizada por Gieber
y Johnson (1961,289) en un
importante estudio sobre los
roles ejercidos entre una
fuente y un periodista especializado en política local. Los
investigadores establecen
tres tipos distintos de relaciones. En el primer modelo (gráfico 1) existe una total diferenciación entre la fuente y el
comunicador, los intereses
son distintos e, incluso, contradictorios. Este caso se produce cuando no existe un
contacto frecuente entre la
fuente y el comunicador. Este
modelo comunicativo puede
llegar a situaciones de auténtica tensión entre ambos sujetos y corresponde a una situación en la que no existe el
periodista especializado.
F
➔
Emisor especializado y cultura de paz
carácter ideológico, político
o de otros intereses, el periodista busca ante todo una finalidad profesional, que se
ve muchas veces amenazada
por el denominado “umbral
de la instrumentalidad”.
➔
E
Gráfico 1
El segundo modelo ofrecido
por Gieber y Johnson presenta una aproximación entre la
fuente y el comunicador (gráfico 2). Ambos sujetos del
proceso comunicativo comparten unos mismos intereses y se interrrelacionan de
manera fluida y positiva. Se
produce una cooperación
diálogos
de la
comunicación
mutua entre la fuente y el redactor, en busca de un objetivo común que es el “bien
social de la comunidad”. No
quiere decir esto que cada
uno de los sujetos renuncia a
su rol determinado, sino que
“se trata de una relación que
surge de una negociación en
la que los intereses profesionales de los participantes, las
metas de la fuente original y
los intereses de los lectores
potenciales desempeñan un
cierto papel” (McQuail/
Windahl 1984, 184).
F
E
za un tratamiento adecuado
y una comprensión más perfecta del tema; y, por otra parte, el profesional ejerce un
control más directo sobre la
fuente, al mismo tiempo que
recaba una información más
completa y directa.
Finalmente, Gieber y Johnson
recogen, en el tercer modelo
de la relación fuentecomunicador, aquella situación comunicativa en la que
se produce una total asimilación en los papeles de la fuente y los del periodista. Ambos
sujetos se identifican en unos
mismos fines y objetivos sin
que exista ningún riesgo diferenciados entre ambos.
Gráfico 2
Este segundo modelo de
intercomunicación entre la
fuente y el profesional parece el apropiado al periodista
especializado ya que el contacto permanente y continuo
con las fuentes le posibilitan
establecer esta negociación
de interés. Así lo entiende
Servan-Schreiber (1973, 106)
cuando afirma: “La primera
lección que aprende el jefe de
gabinete de prensa de una
organización cualquiera (gubernamental, teatral, editor,
corporación, etc.) es que, para
que se publique un artículo o
dar una información, tiene
que dirigirse directamente al
redactor especializado de la
sección en cuestión.” Y es
que, efectivamente, con esta
intercomunicación salen beneficiados ambos sujetos. La
fuente tiene un contacto directo con el comunicador especializado, lo que le garanti-
FE
Gráfico 3
Esta identificación plena entre la fuente y el emisor se
produce, a juicio de los investigadores, en aquellas circunstancias en las que los fines de la sociedad son iguales a los fines de los medios
de comunicación. Dentro del
campo de la especialización
periodística nos encontramos con esta situación cuando el propio periodista especializado se convierte en
fuente de información.
BIBLIOGRAFÍA
GANS, H. 1986 Citado por Fisher, R.,
ción dual del periodista especializa-
en “Education Journalists for a
do”, en Esteve Ramírez, F. (ed.). Estu-
Golden Age”, Topic, nº 141, pg. 32.
dios sobre Información Periodística
ALCOBA, A. 1988: Especializa-
Especializada. Fundación Universita-
ción: futuro del periodismo.
GIEBER,W. y JOHNSON, W. 1961: “The
Caja de Ahorros y Monte de
City Hall beat: a study of reporter and
Piedad de Madrid. Madrid.
source roles”, en Journalism Quaterly,
QUESADA, M. 1998: Periodismo espe-
nº 38, pgs. 289-297.
cializado. Ediciones Internacionales
BENITO, A. 1975: Teoría general
de
la
información.
Guadiana. Madrid.
ria San Pablo-CEU. Valencia.
Universitarias. Madrid.
GOLDIN, P. y ELLIOTT, P. 1979: Making
the News. Longman. London.
RATZKE, D. 1986: Manual de los nuevos medios. El impacto de las nuevas
BERLO, D. 1982: El proceso de la co-
INNERARITY, D. 1987: “La informa-
tecnologías en la comunicación del
municación. El Ateneo. Buenos Aires.
ción y el derecho a la paz”, en AA.VV.:
futuro. Gustavo Gili. México.
CASASUS, J.M. 1987: “Factores profe-
Información y derechos humanos.
sionales y académicos relacionados
EUNSA, Pamplona.
con la información judicial”, en Perio-
RODRIGO, M. 1989: La construcción de
la noticia. Paidós. Barcelona.
distas, nº 3. Asociación de la Prensa.
KLAPPER, J.T. 1974: Efectos de la co-
Madrid.
municación de masas. Aguilar. Ma-
SCHRAMM, W. 1954b: “How Commu-
drid.
nication Works”, en The Process and
Effects of Mass Communication.
University of Illinois Press. Urbana.
dios sobre Información Periodística
MARTINEZ, H. 1983: “La formación en
Especializada. Fundación Universita-
función del concepto de periodista
ria San Pablo-CEU. Valencia.
especializado”, en AA.VV.: II Congre-
SECANELLA, P. 1980: El lid, fórmula
so Iberoamericano de Periodistas es-
inicial de la noticia. ATE. Barcelona.
ESTEVE RAMIREZ, F. 1999: Comunica-
pecializados y técnicos. CIPET. Barce-
ción especializada. Tucumán. Alican-
lona.
der de la información. Dopesa. Barce-
te.
McBRIDE, S. (ed.) 1980: Un solo munESTEVE RAMIREZ, F. y FERNANDEZ
do, voces múltiples. Fondo Cultura
DEL MORAL, J. 1999: Áreas de espe-
Económica. México.
McLUHAN, M. 1972: La galaxia
Gutemberg. Aguilar. Madrid.
FAUVET, J. 1973: Las noticias y la información. Salvat. Barcelona.
McQUAIL, D. y WINDAHL, S. 1984:
Modelos para el estudio de la comuni-
FERNANDEZ DEL MORAL, J. 1983b:
cación colectiva. EUNSA. Pamplona.
Concepto, método, fuentes y programa
de Información Periodística especiali-
MORAGAS, M. de 1983: “Formación y
zada. Madrid.
reciclaje del periodista especializado”, en II Congreso Iberoamericano de
FERNANDEZ DEL MORAL, J. y
periodistas especializados y técnicos.
ESTEVE RAMIREZ, F. 1993: Fundamen-
CIPET. Barcelona,, pg. 47-52.
tos de la Información Periodística Especializada. Síntesis. Madrid.
ORIVE, P. y FAGOAGA, C. 1974: La especialización en el periodismo.
FONTCUBERTA, M. de y GOMEZ, J.L.
Dossat. Madrid.
1983: Alternativas en comunicación.
Mitre. Barcelona.
lona.
WOLF, M, 1987: La investigación de la
comunicación de masas. Paidós. Bar-
cialización periodística. Fragua. Madrid.
SERVAN-SCHREIBER, J-J. 1973: El po-
celona.
F. Esteve
ESTEVE RAMIREZ, F. (ed.)1997: Estu-
51
ORTIZ SIMARRO, P.1997: “ La forma-
50
51
M.Guardia
Marcelo Guardia
Preguntas
sangrantes:
Periódicos
sensacionalistas
en Cochabamba
Docente de la Universidad Católica Boliviana, Cochabamba
Dirección electrónica: [email protected]
357
diálogos
de la
comunicación
356
357
Marcelo Guardia
Periódicos sensacionalistas
Desde que el periódico Gente
apareció a fines del año pasado en Cochabamba y en el
país, diversos sectores de la
sociedad se estremecieron
frente a un fenómeno desafiante, no sólo por el surgimiento de un nuevo tipo de
comunicación, sino también
por una suerte de resquebrajamiento de estructuras
mentales, culturales, estéticas, informativas, morales,
éticas y políticas. El nacimiento de Gente y posteriormente
de Extra, ha significado que
miles de personas que antes
no compraban ningún periódico, ahora lo hagan casi
frenéticamente, provocando
el espanto de sectores ilustrados que han intentado censurarlos, los han quemado
inquisitorialmente en plaza
pública, buscando por todos
los medios eliminarlos de la
preferencia de vendedoras,
diálogos
de la
67
comunicación
albañiles, taxistas y peatones
comunes de las ciudades.
¿Qué periódicos son estos,
que deslumbran, divierten,
atraen, entretienen, informan
o desinforman a tanta gente?
¿Qué cosas tiene esta prensa
que monta en ira a tantos sectores? ¿Qué imágenes depravadas son esas que llegan
hasta la hoguera? ¿Por qué
tanta furia contra una comunicación que parece rescatar
las formas vulgares, tradicionales y sin educación de la
gente sencilla del país, cuando la corrupción parece generalizarse sin conmover a nadie? ¿Qué astucias tienen los
emisores y empresarios aparte de los estrictamente comerciales?
Intentar responder a esas preguntas desde una perspectiva
científica comunicacional, es
el objetivo de este trabajo.
Para ello analizamos la producción, los contenidos y las
posibles líneas para indagar la
recepción y los usos que hacen los lectores, así como los
principales puntos que la crítica cuestiona de estas publicaciones. Concentramos nuestra investigación en los procesos generados por el periódico Gente, porque es producido en esta ciudad, aunque a
momentos recurrimos a referencias del caso Extra de La
Paz y otras ciudades.
DATOS GENERALES
El periódico nace en
Cochabamba el mes de diciembre de 1998 en formato
tabloide, con doce páginas
impresas a todo color, mucha
fotografía, titulares vistosos y
notas breves. Posteriormente, el grupo editor crea la versión paceña con información
local. El tiraje promedio es de
18.000 ejemplares diarios,
habiendo llegado a 22.000 en
días pico.
LAS INTENCIONES
MANIFIESTAS DEL EMISOR
Para Luis Bredow, se trata de
un periódico de crónica roja
que tiene objetivos educativos. “Muestra el crimen como
se presenta en la sociedad,
expone el delito para poder
prevenirlo, denuncia la violencia doméstica que se encuentra silenciada, denuncia
la ausencia de derechos civiles en las cárceles. Está dirigido a formar criterios al respecto”, afirma el director del
periódico Gente de Cochabamba.
“...la crónica roja está preguntando siempre cuáles han
sido los motivos para que un
individuo haya tomado la decisión de cometer el delito.
Está planteando a la sociedad, a la justicia, cómo se
debe tratar ese delito. Está
planteando la pregunta si los
derechos civiles y humanos
están siendo siempre respetados en todos los casos. Una
crónica roja es siempre una
pregunta.”1
Sin embargo, lo que no se
explicitan son los objetivos
empresariales, ni de la importancia al hecho de generar
beneficios económicos. Se-
queña foto de una mujer
semidesnuda también con algún texto” ¿Quién es la peladita? ¡Una Spice Girl!”. Los titulares suelen tener un tono
irónico, algo de humor y casi
siempre un aire sensacionalista. “Decapitan una virgen”.
La tapa tiene una sección superior en la que se presentan
los titulares más importantes
del periódico. Tiene un pequeño rombo en el que está
el precio (Sólo Bs. 1). Luego
está, en letras grandes, el
nombre: GENTE, con la palabra ‘Cochabamba’ sobrepuesta y un subtítulo que
dice “El periódico sin Censura”. Siempre tiene una foto
grande con la imagen de alguna de las noticias desarrolladas en páginas interiores,
acompañada de un texto:
“Cinco tiros y no muere”.
La segunda página lleva el título de “Urgente”. En la parte
superior izquierda están los
créditos. Algunas veces se
presenta sólo una nota, a veces hasta tres que generalmente tratan temas de, cotidianidad, curiosidad y algunos de actualidad. Por ejemplo, una nota de este sector
titulada “Ojo a los donjuanes:
...bígamos en aprietos”2, habla en tono de advertencia,
de que ahora los registros civiles tienen un sistema
computarizado que puede
detectar duplicidad de datos.
Así, vemos cómo la información que podría tener interés
general es tratada con un
tono irónico, atractivo y hasta humorístico, justamente
como un gancho para atraer
al lector. Otro titular de mayor seriedad dice: “Consejeros amenazan con censurar al
Prefecto”, en cuyo texto se
informa que el Consejo Departamental sostiene que la
Prefectura no invirtió este
año en obras importantes
para Cochabamba. En la parte derecha hay una columna
de noticias breves de la ciudad. En algunos ejemplares,
que no tienen estas pequeñas
notas, se incluyen anuncios
comerciales.
Algunos números llevan en la
parte inferior derecha la pe-
También aparece un box con
los créditos del diario, donde
Así como argumentan los directores de los demás periódicos sensacionalistas del
país, se trata de medios que
quieren llegar a los estratos
sociales más empobrecidos, a
los que no llegan los periódicos tradicionales. Para ello
recurren al uso de elementos
que los puedan aproximar a
códigos populares, en 12 páginas distribuidas en tres hojas dobladas, de las cuales una
está impresa en blanco y negro y las demás a todo color.
se destaca el número de depósito legal, Ediciones SRL
(C.I.E.), el nombre del director, del coordinador general,
del jefe de redacción, ocho
editores, fotógrafo, montajista y la dirección de las oficinas. De todo este personal
casi el 50 % egresó o fue titulado en Comunicación Social
o son periodistas profesionales. El director es dramaturgo con estudios en Francia.
La tercera página lleva el título de “política”, en ella se
presentan entrevistas, reportajes e informaciones de política nacional o de políticos,
también se encuentran notas
serias “Más miristas corruptos”, hasta notas altamente
sensacionalistas: “Al Gral.
Banzer le resbala los desafíos
de ‘Goni.”3
Algunos números llevan caricatura relacionada con el
tema central de la página. En
la parte derecha suele aparecer, aunque no con total regularidad la llamada “Columna Canalla”, a cargo de uno de
los redactores del periódico,
quien presenta opiniones sobre temas de actualidad política, pero no siempre de interés general, como el comentario de la defensa de tesis de
una de las redactoras.
“Janette se defendió como
gato de espaldas.”4
La página cuatro titulada “Infórmese”, tiene actualidad nacional y a veces avisos comerciales. La quinta página normalmente está dedicada a la
“Crónica Roja” en la que abordan temas policiales, críme-
M.Guardia
gún Bredow, 50 centavos
cuesta el periódico, 30 quedan con los “Canillitas” (vendedores) y 20 son para la
empresa que debe cumplir
con sus empleados y gastos
de administración y funcionamiento. A esto se suma la necesidad de indagar sobre los
intereses de los empresarios
que vinculados a grupos políticos nacionales, extraerán
ciertamente beneficios.
359
358
359
Periódicos sensacionalistas
nes asaltos. “DIROVE mejor
que nunca: choros con mala
leche”5. En esta nota se aborda el caso de un automóvil
robado que fue recuperado
por la División de Robo de
Vehículos, cuando una de las
llantas se pinchó durante la
fuga de los ladrones. Además,
en esta página se dedica un
buen espacio a avisos publicitarios.
En la página seis generalmente continúa la crónica roja,
con imágenes a colores. La
página siete, con el nombre
de “Gente” tiene la foto de
una mujer semidesnuda de
cuerpo entero, que muestra
generalmente los senos, piernas y a veces las nalgas. Va
acompañada de un texto con
cierto tratamiento estético y
reflexivo en el que se abordan
temas de la naturaleza, fantasías, “...las mujeres saben
cómo los perfumes y las telas esconden, insinúan y revelan...”.
“En estos tiempos de SIDA, la
pareja humana necesita ejercitarse más que nunca en el
diálogo sexual. El preservativo debe ser investido del papel de juguete erótico.”6
Esta sección estaba ubicada,
durante los primeros meses,
en la última página, pero debido a presiones y algunas
amenazas de censura se la
trasladó a centro del periódico, evitando que los niños la
vean(?) durante su comercialización. También cabe resaltar que en un primer período
se publicaron fotos de hombres desnudos que provoca-
diálogos
de la
69
comunicación
ron reacciones más fuertes de
parte de los consumidores.
Sin embargo, según los redactores, frecuentemente reciben pedidos por parte de
mujeres para dar continuidad
a dicho espacio.
La página ocho lleva el nombre de “Show Gente”, aborda
temas de espectáculos, arte,
cultura nacional e internacional. Anuncia conciertos, lanzamientos de discos. Abajo
también lleva avisos comerciales. En la parte superior
derecha siempre está un pequeño cuadro con la cotización del dólar.
Los deportes tienen lugar en
la página nueve, con una, dos
o tres notas de texto breve
referidas a actividades locales, nacionales e internacionales. También tiene avisos
comerciales.
En la página diez, titulada
“Vida Oculta” está el horóscopo del día que se caracteriza
por ser común y no erótico
como el del similar de La Paz.
También un crucigrama y la
solución del anterior, además
de una sección de cartas sobre temas amorosos, con respuestas del llamado “Consultorio del Corazón” y avisos
comerciales.
La página once suele ser la
continuación de las anteriores o eventualmente presenta sectores como “infórmese”
propaganda del periódico,
cupones para un concurso.
La última página tiene el título “Gente” y presenta notas
de actualidad de la ciudad, especialmente de la mayor feria
popular “La Cancha”. Los titulares siguen la línea de redacción de las anteriores secciones, con la inclusión de
términos en idioma quechua,
“El pueblo opina sobre los
políticos del país: Basta de
Mek’acoalición” “...quiere decir coalición podrida o echada a perder. Esta es la opinión
del pueblo”7. Es una página
que trae informaciones para
los comerciantes de la popular zona sur de la ciudad. Sus
notas abordan temas relacionados con los problemas de
infraestructura, reformas,
condiciones de trabajo, conflictos, etc.
“¡La Calatayud sin agua! El dirigente del mercado Alejo
Calatayud, Don José Patiño
dijo que este mercado no tiene infraestructura como por
ejemplo: alcantarillas y agua
para tener más higiene y así
servir mejor a la población.”8
El texto del periódico, en términos generales es coloquial,
su redacción no responde a
estructuras periodísticas impartidas en las universidades.
Utiliza bastantes adjetivos
calificativos, palabras en lengua quechua, modismos y
expresiones tal como son
usadas en las calles.
Las fotos para la parte de la
crónica roja no son tan “sangrientas” como en otros periódicos del mismo estilo.
Como se puede observar, la
proporción dedicada a crónica roja y desnudas es reduci-
LA IMPONENTE VOZ
DE LA CRÍTICA
Por tratarse de un fenómeno
relativamente nuevo en el
país, la crítica no tardó en
hacer sentir sus argumentos.
Diversos sectores comenzaron a manifestar sus puntos
de vista, prácticamente todos
en contra de los periódicos.
Para tener una visión global
de las características de la
crítica la clasificamos por la
temática que abordan.
Pese a haber una diversidad
de críticas especialmente sobre los contenidos de los periódicos, éstas parecen haberse centrado en dos: las
referidas a la violencia de la
crónica roja y a la supuesta
morbosidad implícita en las
fotos de mujeres semidesnudas.
Exaltación de la violencia.La Crónica Roja muestra los
hechos con un tratamiento
más crudo que el de periódicos tradicionales, no sólo
porque le interesa destacar
los hechos delictivos, sino
porque el éxito de su impacto radica en llamar la atención del público, según ellos,
“mostrando las cosas tal
como son”.
Para las personas que cuestionan este tipo de contenidos, existe el supuesto de que
a mayor exposición de violencia, los índices de delincuencia aumentarán en la sociedad.
“...el sólo leer sus artículos
ofrece una sensación de violencia que es difícil de sustraerse.”9
En el fondo existe una casi
certeza de que la representación de un mensaje tiene un
equivalente en términos de
comportamiento. Tal como
suponía la teoría hipodérmica10 de la comunicación.
“Motivación de instintos
sexuales”.El contenido más criticado,
de éste y los demás periódicos de esta línea, es el de las
fotos de mujeres semidesnudas.
“...motiva los instintos sexuales y provoca violencia que
afecta al individuo”11, es otro
de los supuestos generalizado. Según este punto de vista, la exhibición de estas mujeres contribuiría a despertar
instintos masculinos que podrían acabar en violencia
sexual contra la mujer.
“...se fomenta el machismo y
se contribuye al aumento de
abusos sexuales y violaciones, la promiscuidad y la
prostitución ...”12
En todo caso, todos son supuestos que sostienen que la
efectividad de los medios
masivos es inminente e inevi-
table, gracias a la incapacidad
por parte de los lectores de
interpretar críticamente los
mensajes.
“el morbo es una enfermedad
que se transmite de manera
rápida, especialmente si es
difundida a través de medios
de comunicación”.13
En todas las argumentaciones
se hace referencia a las fotos
en cuestión como a imágenes
pornográficas, pese a que las
fotografías no muestran desnudos totales ni actos sexuales propiamente dichos.
“…la pornografía incita a que
más señoritas alteñas sean
violadas de noche.”14
También aparece con frecuencia una fuerte idea de
“moral y buenas costumbres”
que más tiene de ideología
conservadora que de algún
parámetro claro que pueda
constituirse en referente normativo de la sociedad.
“La población (...) está siendo afectada por la manera en
que los diarios y enfoques
televisivos alimentan el morbo y dirigen la opinión hacia
actitudes que están reñidas
con la moral y las buenas costumbres”.15
Ante estas afirmaciones, los
productores tienen sus argumentos de defensa.
“...los desnudos no son pornográficos y no tienen ninguna relación con las violaciones, cuyo origen son ciertos
trastornos mentales”.16
M.Guardia
da en relación al resto de las
páginas y ciertamente esto
tiene que ver con las razones
que estimulan el consumo del
periódico. No se puede decir,
en síntesis, que todo es depravación. Los lectores tienen diversas razones para
comprarlo.
361
360
361
Periódicos sensacionalistas
En esa afirmación ratifica el
hecho de que los efectos de
contenidos considerados adversos a la sociedad, vehiculados por medios masivos,
sólo son asumidos como
ejemplares por personas predispuestas a cometerlos
(agresividad, etc.) por razones estrictamente personales
o psicológicas.
Protesta de Género.Por otro lado, está el reclamo
desde el punto de vista de
género que reivindica la igualdad de roles frente a una sociedad altamente machista y,
en consecuencia, con representaciones simbólicas y culturales semejantes.
“…degrada a la mujer, convirtiéndola en un simple objeto
de deseo sexual”17
De hecho, las desnudas expuestas son mujeres y no
hombres. Según el director de
Gente, a pesar de que se hizo
un intento por incursionar en
esta posibilidad, las ventas
cayeron y la producción retornó a la reafirmación machista de la silenciosa pero
poderosa demanda.
“están dañando la mente de
los jóvenes, especialmente,
porque están haciendo uso
vulgar de la mujer» 18
Aquí lo se reclama es que se
usa a la mujer como objeto
mercantil, pero el problema
es mucho más complejo, el
periódico tiene contenidos
evidentemente machistas,
pero no sólo es consumido
por hombres, sino también
diálogos
de la
71
comunicación
por mujeres, mujeres simples, claro, que no conocen y
menos manejan el discurso
de género ni parecen incomodarse o se acostumbraron a
este tratamiento. Pese a ello,
llama la atención un texto junto a una de las fotos en cuestión:
“...los varones han ordenado
ciertos aspectos del mundo
de manera tal, que salen ganando. Ellos han rayado la
cancha. Por eso la posición
más sensata del feminismo es
aquella que se deleita con las
diferencias, pero que exige
equidad e igualdad de oportunidades.”19
Otro de los puntos cuestionados es el de que la difusión
está a cargo de “canillitas”
que aun están en edad escolar, son niños. La Iglesia Católica ha sido una de las instituciones más claras en este
sentido, su importante rol ha
incidido en una suerte de
autocontrol por parte de los
productores que han aminorado el tratamiento morboso
y pornográfico en algunas
secciones.
“Los canillitas son menores
de edad (...) se corrompe a la
niñez y a la juventud.”20
En la misma línea se ha hecho
referencias inclusive a transgresiones a las Leyes nacionales.
“...se contraviene abiertamente las normas de la Constitución Política del Estado,
Código Penal, Código del Menor.” 21
Es una llamada a especialistas para analizar si con los
contenidos de estos periódicos se están infringiendo normas y sobre todo para crear
mecanismos que garanticen
su cumplimiento. Pero no
sólo eso, sino también si, con
esos estudios, y en estas condiciones de democracia y libertad de expresión, es posible censurar dichos periódicos, puesto que las tentativas
han sido muchas, no sólo en
Cochabamba, sino también
en el interior del país. Con
esto se pone en discusión una
vez más el tema de la censura pero esta vez en un contexto democrático, en el que ya
no está en juego el ejercicio
autoritario de poder, sino el
“poder juzgar” la cultura del
otro y decidir sobre ella.
“Para no empobrecernos, debiéramos partir por aceptar
que la cultura es más que
nuestra propia tribu, y aprender a entender y respetar lo
que está más allá del alcance
de nuestros gustos”22
“Lo que no corresponde es
confundir la personal aversión a ciertas expresiones
con un principio general de
discriminación impuesto a
los demás en nombre de una
higiene autoritaria de la cultura” 23
Aunque las “hogueras moralizantes” de las otras ciudades
han aumentado la polémica y
llamado más la atención de
lectores y no lectores, en el
fondo hay una preocupación
paternalista por parte de los
sectores que están a favor de
guía, control, protección, ni
hogar” 26
“.... no hay forma de proteger
a nadie y eso nos preocupa...”24
Una de las carencias para la
comprensión integral y completa de este fenómeno es justamente la ausencia de estudios de recepción que nos
permitan comprender mejor
estos procesos de comunicación. Sin embargo, esbozamos algunas respuestas capitales y presentamos datos de
las primeras investigaciones
realizadas en Cochabamba y
La Paz, para compensar esta
visión.
Se piensa que los niños y jóvenes podrían crecer en un
medio cultural adverso, sin
valores ni respeto por la vida
y la dignidad humanas.
“Este periódico atenta a la
formación de los niños y deforma su mentalidad”25
Asimismo, se critica que en el
país no exista un ente regulador de estas publicaciones y
que algunos medios de comunicación estén dejando de
lado las grandes misiones
orientadoras y educadoras
que debieran seguir. Se entiende como un efecto más de
la política neoliberal vigente
en Bolivia, en la que el único
objetivo de los empresarios
es la obtención del lucro a
costa de las carencias materiales y simbólicas de la gente simple.
“Sólo responden a intereses
particulares, muy lejos de
cumplir el papel básico de la
comunicación.” “Oruro (...)
quiere sentar precedente de
que no ha de aceptar en silencio agresiones a su dignidad
y, sobre todo, a la dignidad de
los niños y adolescentes que
en su mayoría pertenecen a
las clases sociales empobrecidas y algunos no tienen
20.000 LECTORES
EN SILENCIO
En principio, podríamos afirmar que no se sabe por qué
esas miles de personas compran el periódico, aunque la
mayor parte de las afirmaciones al respecto aseguran que
sería la satisfacción de una
condenable morbosidad. De
hecho, sabemos que lo hacen
voluntaria y en muchos casos
regularmente.
Si el consumo es significativo
sobre todo en sectores más
empobrecidos, desacostumbrados al consumo diario de
prensa impresa, estamos
frente a una serie de procesos
culturales y comunicacionales importantes. No es posible que tanta gente esté
equivocada o sea simplemente depravada.
De acuerdo a resultados de
una investigación realizada
en La Paz, sobre los periódicos Gente y El Extra, titulada
“Consumo Cultural de Periódicos de Crónica Roja en la
ciudad de La Paz: casos Gente y Extra”27, los que consumen más estos periódicos
son hombres de “clase popular” situados en una faja de
edad entre 20 a 30 años.
Uno de los resultados más
importantes de dicho trabajo es la constatación de que
los lectores se apropian
educativamente de estos periódicos en la medida en que
les sirve para “... ‘cuidarse’
de los males de la sociedad y
alertar a sus familiares y amigos sobre los mismos”28. Lo
que supone una apropiación
solamente entendible en el
contexto de vida cotidiana de
los ciudadanos consumidores.
“Yo le hago leer a mi hija para
que se cuide de la violaciones
porque yo vivo por donde
pasan esas cosas”.29
Los productores argumentan
intuitivamente que esa es una
de la principales funciones
positivas de los periódicos.
“Sirve de prevención. La seguridad ciudadana no funciona. Cuando el lector lee estas
noticias sabe cómo prevenir
que no le pase lo mismo. La
policía también puede prevenir algunos casos que aparecen en nuestro periódico.”30
Otra constatación relevante
es que la información obtenida en los periódicos es utilizada como tema de conversación en las interacciones cotidianas de la familia y del tra-
M.Guardia
la censura: les preocupa la
“falta de educación” del público, la “falta de criterio formado” y la vulnerabilidad hacia
la deformación de sus conciencias.
363
362
363
Periódicos sensacionalistas
bajo, lo que inaugura importantes espacios de producción de sentidos que no necesariamente coincidirán con
los del mensaje manifiesto,
por la acción de las mediaciones31 de cada persona y en
cada contexto.
También se constató que algunos sectores del público,
además, encuentran en el periódico un medio apropiado
a sus condiciones culturales
y de instrucción escolar.
“De qué sirve ‘La Razón’ para
mí si apenas sé leer?”
También lo están utilizando
como ente mediador entre la
sociedad civil y el Estado
para la solución de problemas que, sin la presencia de
estos medios, podrían quedar
marginados de las agendas
públicas.
LOS NIÑOS TAMBIÉN
COMPRAN
Por otro lado, el trabajo “Formas y Características del
Consumo de periódicos Extra
y Gente en niños trabajadores
entre 7 y 13 años en la zona
urbana de La Paz y la zona
suburbana de El Alto”, también elaborado por estudiantes de comunicación, constató que un 90 % de los niños
que trabaja consume prensa
sensacionalista.
A pesar de tratarse de resultados obtenidos en otro contexto, pueden servirnos para
reflexionar sobre las expectativas que los niños pueden te-
diálogos
de la
comunicación
ner también en contactos culturales semejantes en el país.
A los niños no les gustan las
desnudas, las consideran
feas. No están de acuerdo con
las caricaturas del horóscopo
(figuras en posiciones pornográficas). Los periódicos les
ayudan a leer, les sirven para
recortar artículos y hacer trabajos para el colegio. Se informan de las cosas malas que
pasan. Consideran los chistes
buenos, así como las noticias
de crónica roja. Les gusta llenar el crucigrama. Consideran los periódicos educativos, porque son interesantes
y diferentes y dicen la verdad.
Con estos resultados, no
generalizables pero altamente
provocantes para investigar,
obtenidos tanto en sectores
urbanos como en suburbanos,
caen por tierra los supuestos
de que los niños no tienen ningún criterio para poder seleccionar los mensajes y medios
y apropiárselos para sus intereses particulares.
La investigación titulada
“Gente: ¿una alternativa?” de
estudiantes de comunicación
de la Universidad Católica de
Cochabamba, que se propone analizar la recepción del
periódico en personas de 30
a 40 años de edad, arroja los
siguientes resultados:
En la Zona Sur de la ciudad
los lectores tienen preferencia en un 37 % por la sección
de crónica roja seguida de un
20 % por la sección Show Gente y un 12 % por la chicas
(desnudas) 33. En la zona central los datos varían un poco:
la sección que más atrae es
la de crónica roja con 28%,
seguida por la de Vida Oculta
con 19 %, Show Gente con 11
% y chicas con 9 %.
Los lectores se informan porque las noticias son “interesantes, simples, directas y
manejan un lenguaje que
hace sencilla la recepción del
mensaje”.
“un 46 % de los encuestados
afirmó que leía el periódico
para distraerse, para conocer
más”.“...otra de las principales gratificaciones es la de tenerlo como tema de conversación (95 %) sobre todo con
la familia y como referente de
su realidad”
Y, finalmente, “refuerza los
valores, por las noticias que
se dan en la sección de crónica roja.”
Con estos datos, estamos
ante evidencias de que los
lectores están resignificando
y utilizando estos mensajes
de manera autoeducativa, relacionándolos con sus contextos particulares y grupales, para reforzar valores, al
contrario de desviarlos.
Lo que podemos afirmar es
que los diferentes públicos
consumidores de estos mensajes, tienen siempre alguna
razón para hacerlo y que los
intelectuales e investigadores
están obligados a comprender
científicamente esas motivaciones antes que a juzgarlas.
El fenómeno de la prensa sensacionalista y la crónica roja
Lo que aparece como resultado de múltiples investigaciones en otros países es que el
consumo es mayor en sectores carentes económicamente, con poco grado de escolaridad y habitantes de barrios
periurbanos de las grandes
ciudades. Las razones también son atribuidas, en su generalidad, a la convivencia y
proximidad con este tipo de
hechos (policiales etc.) con
mayor frecuencia que las demás clases sociales, además
de la inseguridad física, el
aumento de violencia, desempleo, incertidumbre y la consecuente inseguridad psicológica de importantes sectores
de las sociedades contemporáneas.
Lo que no tienen sistematizadas la mayor parte de las
investigaciones es el análisis
de la llamada “resemantización educativa36 que permite
descubrir que los públicos
están en constante proceso
de aprendizaje, independientemente de la existencia de
objetivos educativos formales en los programas de medios masivos. En ese sentido,
los medios de comunicación
serían un importante recurso
del cual las personas extraen
conocimiento útil para su
vida cotidiana. Con la cantidad de información y diversidad temática presente en el
caso de este periódico y su
complejidad como proceso,
es demasiado aventurado
querer comprobar la inutilidad o perversidad de sus
mensajes, no solamente porque, en los hechos, la comunicación no se reduce a la
contundencia del mensaje,
sino también porque tampoco se hace ningún intento
(pocos) por estudiar estos
otros lados importantes de
los objetos, ya que los propios investigadores trabajan
con enfoques y modelos incompletos y desactualizados,
más próximos a los paradigmas funcionalistas, estructuralistas o conductistas del
pasado, que pecan de reduccionistas, parciales y están
cada vez más superados.
Todos estos pequeños puntos aquí levantados merecen
el estudio cuantitativo y cualitativo que ayude a los actores involucrados, si el caso lo
exige, a tomar decisiones sobre procesos completos y no
sobre fragmentos aislados y
mal comprendidos, porque el
surgimiento de estos periódicos es más un síntoma, y
debe ser visto así, que una
causa de los males de nuestra sociedad.
PREGUNTAS ABIERTAS
Y SANGRANTES
El surgimiento de los periódicos sensacionalistas en
Cochabamba y el país nos
plantea interrogantes, difíciles o imposibles, por el momento, de responder. Pese a
las importantes razones tanto de los críticos, así como de
los productores, se trata de
un síntoma general y global
de nuestra sociedad, una crisis que nos demuestra que
grandes porcentajes de la población no solamente carecen
de seguridad en las cada vez
más violentas calles, sino que
además están desamparadas
por el Estado, por las instancias encargadas de representar y proteger al ciudadano,
no sólo al que camina libre (?)
por las calles, sino también al
que está tras de rejas, al que
nadie “le da bola”. Se denuncian los desvíos haciendo
aflorar los valores de los lectores en contextos de comunicación y discusión entre
semejantes en condiciones
de espontaneidad (verdaderos procesos de comunicación y producción de significado).
Nos muestra una crisis violenta de falta de educación,
de acceso limitado a la educación formal. Nos muestra la
crisis de la racionalidad con
la que se concibe la educación tradicional, así como de
los grandes medios de comunicación (críticos o no) por
ser, y tratar temas, de las
élites.
Es un revés a los lenguajes
racionales que no llegan ni
motivan a las clases populares empobrecidas. Es un revés a los comunicadores que
aprendieron a “escribir
bien”, pero ahora tienen que
M.Guardia
no es nuevo en el mundo.
Desde la Edad Media, juglares, goliardos y trovadores
tenían en los temas de muerte, amor y violencia los de
mayor preferencia por parte
de sus públicos. Las tendencias se mantuvieron a lo largo de los siglos con el cambio solamente de los medios
y formatos de cada época.
365
364
365
Es el desenmascaramiento de
violencias tanto o más radicales que la criminal; como
las de derechos humanos,
civiles, políticos, violencia
contra las mujeres y niños,
violencia de las relaciones
interpersonales en una sociedad que discrimina racialmente a las etnias originarias. Es la denuncia de la intolerancia cultural y etnocentrismo.
14. Obermaier dice que Gente y Extra incitan a la violación; La Prensa;
La Paz; 25 de marzo de 1999.
NOTAS
Periódicos sensacionalistas
bajar de la academia para
empaparse de lenguajes vulgares e incorrectos para ser
leídos.
1. “El Único Camino es la Sinceridad”, entrevista publica-
15. Comité Cívico Femenino en Cen-
da
OH!,
sura de “El Extra”; La Estrella; Santa
Cochabamba, domingo 21 de
Cruz; jueves 25 de marzo de 1999.
marzo de 1999.
pág. A-5
en
la
revista
2. Gente; Cochabamba; sábado 17 de
16. Obermaier dice que Gente y Ex-
abril de 1999. pág. 2.
tra incitan a la violación; La Prensa;
La Paz; 25 de marzo de 1999.
3. Gente; Cochabamba; martes 13 de
abril de 1999. pág. 3.
17. Idem.
4. Gente; Cochabamba; lunes 12 de
18. Comité Cívico Femenino en Cen-
abril de 1999. pág. 3.
sura de “El Extra”; La Estrella; Santa
Cruz; jueves 25 de marzo de 1999.
5. Gente; Cochabamba; martes 13 de
Es una prueba de que el rechazo de las élites a la cultura desordenada, grotesca,
humorística, erótica, emocional y mitológica de las clases
populares, persiste desde
antes de la Edad Media o de
la Conquista. Desnuda el afán
educativo ilustrado de las
élites que se resienten ante
las astucias de los productores que, aprovechándose de
las “libertades” permitidas
por el mercado y esas carencias de los lectores, hacen
negocio y también ante las
astucias de los consumidores
que, en contextos adversos,
aprenden a extraer información útil, conocimiento, distracción, gozo y tema de charla de un medio que no está
hecho para educar formalmente, pero sirve para reponer lo que éstas, las élites, les
ofrecen pero no les dan: educación, información y entretenimiento.
diálogos
de la
comunicación
pág. A-5
abril de 1999. pág. 5.
19. Gente, Cochabamba, Domingo 18
6. Gente; Cochabamba; domingo 11
de abril de 1999, pág. 7.
de abril de 1999. pág. 7.
20. Presencia; La Paz; 3 de febrero de
1999.
7. Gente; Cochabamba; viernes 16 de
abril de 1999. pág. 12.
21. Idem.
8. Gente; Cochabamba; jueves 15 de
22. Brunner, 1994.pág. 225.
abril de 1999. pág. 12.
23. Idem. pág. 229.
9. Comité Cívico Femenino en Censura de “El Extra”; La Estrella; Santa
24. Presencia; La Paz; domingo 7 de
Cruz; jueves 25 de marzo de 1999.
febrero de 1999.
pág. A-5
25. Ada Villavicencio (Directora Inte10. La teoría hipodérmica supone
rina de Gestión Social); Citado por:
que para todo mensaje emitido se
Souza Miguel Angel; Las páginas que
debe esperar necesariamente una
sangran la noticia; El Deber; Santa
modificación de conducta como efec-
Cruz, domingo 14 de marzo de 1999.
to en el público.
26. Damas se pronuncian contra las
11. Presencia; La Paz; domingo 7 de
agresiones de “Extra” y “Gente”; El
febrero de 1999.
Diario; 27 de marzo de 1999ç
12. Idem.
27. Marañón K., Moncada A., Pinelo
R., & Ugalde C., alumnas de la mate-
13. Comité Cívico Femenino en Cen-
ria “Métodos de Investigación en Co-
sura de “El Extra”; La Estrella; Santa
municación II” de la Carrera de Co-
Cruz; jueves 25 de marzo de 1999.
municación Social de la Universidad
pág. A-5
Católica de La Paz, presentaron este
trabajo en la “Jornada de Intercam-
BRUNNER José Joaquín; Bienvenidos
Sociedade, Ano XIII- n° 24; Instituto
bio de Experiencias en Investigación
a la Modernidad; Santiago; Planeta;
Metodista de Ensino Superior; São
en Comunicación” en esa ciudad, el
1994.
Bernardo do Campo; 1995.
BURKE Peter; Cultura Popular na
VILCHES Lorenzo; La Televisión, los
Idade Moderna; São Paulo; Compa-
efectos del bien y del mal; Barcelo-
nhia das Letras; 1989.
na; Paidós; 1996.
11 de Junio del presente año.
28. op.cit. pág. 37
29. Idem.
DOMINGUEZ S., Egüez M., Quiñones
30. Paco Adolfo; “No hay motivo para
P. & Yuja A. Gente: una alternativa?;
que ignoremos la crónica roja”(entre-
Cochabamba; Universidad Católica
vista); El deber; Santa Cruz; domingo
Boliviana. 1999. (mimeo).
14 de marzo de 1999. pág. C-3.
FUENZALIDA Valerio; Apropiación
Educativa de la Telenovela. en, rev.
Dia-logos de la Comunicación #43;
HERMOSILLA María Helena: La Educación que viene de los Medios: el
aporte de los estudios de recepción;
Ficção e Realidade; en; Sousa
en Macassi Sandro; (selección y edi-
Mauro Wilton de (org.);
ción); Los Medios, Nuevas Plazas
Sujeito, o lado oculto do re-
para la Democracia: Lima; Calandria
ceptor; São Paulo; ECA-USP,
Asociación de Comunicadores Socia-
Brasiliense; 1995.
les; 1995.
ALMEIDA Marco Antônio de;
MACASSI Sandro (Selección y Edi-
Violência, Mídia e Gêneros
ción); Comunicación y Ciudadanía:
Ficcionais; en; Borelli Sílvia Helena
Los Nuevos Medios, Nuevas Plazas;
(org.); Gêneros Ficcionais, Produção
Lima CALANDRIA; 1995.
BIBLIOGRAFÍA
ADORNO Sergio; Violência,
e Cotidiano na Cultura Popular de
Massa; São Paulo; INTERCOM, CNPq,
MARAÑON K., Moncada A., Pinelo R.,
FINEP; 1994.
& Ugalde C., alumnas de la materia
«Métodos de Investigación en Comu-
BAJTIN Mijail; La Cultura Popular en
nicación II» de la Carrera de Comuni-
la Edad Media y en el Renacimiento:
cación Social de la Universidad Cató-
el contexto de François Rabelais; Ma-
lica de La Paz.
drid; Alianza Editorial; 1987.
OROZCO Guillermo; La Investigación
BISBAL Marcelino; Violenia y televi-
en Comunicación desde la Perspecti-
sión o el discurso de la conmoción
va Cualitativa: Guadalajara; Universi-
social; en; Orozco Guillermo (coord.);
dad Nacional de La Plata & Instituto
Miradas Latinoamericanas a la Tele-
Mexicano para el Desarrollo Comuni-
visión; México; Universidad Ibero-
tario IMDEC; 1997.
americana-PROIICOM; 1996.
RANGEL Jair Guimarães; A exposição
BISBAL Marcelino; La Mirada Comuni-
à violência na televisão e suas
cacional; Caracas; Alfadil Ediciones;
relações no contexto psicológico dos
1994.
telespectadores; en Comunicação &
M.Guardia
Lima; FELAFACS; 1995
367
366
367
M.Perencin/M. Jacob
Marcia Perencin/Marta Jacob
Programación
televisiva
orientada a la
violencia y
estudios de
recepción
Marcia Perencin es profesora de la Universidade Metodista de
São Paulo y Doctoranda en Comunicación en la ECA/USP.
Maria Marta Jacob es coordinadora de la Editora Icone.
Cursa la Maestría en Comunicación en la ECA/USP.
E-mail:[email protected]
349
diálogos
de la
comunicación
348
349
Marcia Perencin
Maria Marta Jacob
Programación televisiva y violencia
Resumen:
Estudios realizados en varias
regiones y orientados por enfoques teórico-metodológicos
diversos convergen en una
percepción de los contenidos
televisivos caracterizándolos
por la violencia y el sexo, preocupando a padres y educadores. En este contexto, el presente artículo expone algunos resultados de estos estudios, reforzando la necesidad de la
estructuración de una investigación de la recepción de los
medios a partir de la constatación de la influencia de lo cotidiano, donde los sujetos dejan de ser una parte de una
relación para ser miembros
activos de un proceso.
diálogos
de la
67
75
comunicación
La televisión está en crisis.
Todos los días tomamos conocimiento de denuncias hechas contra la programación
de televisión, denuncias que
son enfatizadas cuando casos
como el del adolescente que
ametralló a los espectadores
dentro de un shopping, son
titulares de los periódicos.
Investigaciones de opinión1
dejan claro que la población
no está contenta con lo que
está siendo transmitido por la
televisión. Al mismo tiempo
las investigaciones académicas denuncian males causados por la alta frecuencia de
exposición al contenido televisivo. Aunque, de manera
general, las opiniones estén
orientadas hacia un consenso sobre la falta de calidad de
estos programas, subsiste la
cuestión de cómo evaluar
este fenómeno y sus efectos
en el público.
El presente trabajo trata de
las cuestiones relacionadas
con el contenido de esta programación que, insistentemente, camina hacia la violencia. A pesar de la preocupación de los científicos e investigadores, organizados en
grupos o trabajando individualmente, que destacan la
necesidad de una toma de
actitud frente a lo que es presentado en la televisión, y de
la indignación expresa del
público en general, aparentemente no hay conciencia de
la necesidad de una participación activa de este mismo
público que cree que es una
función de las entidades oficiales y de las organizaciones
no gubernamentales propo-
ner alguna acción para la solución del problema.
En este contexto, abordamos
la necesidad de estudios de
recepción de los programas
de televisión y sus posibles
efectos, enfocando en particular al público infantil-juvenil.
El contenido de la programación televisiva se viene constituyendo, cada día que pasa,
en asunto de polémica y debate. La cuestión es generalmente vista bajo diferentes
ángulos, desde el conservadurismo a la preocupación
por la cuestión ética y respeto a la dignidad de la persona. En Holanda fue creado un
chip que permite a los padres
el control de las emisoras recibidas. Las críticas: ¿por qué
aliviar a los adultos de una
responsabilidad que es sólo
de ellos? En los Estados Unidos este proyecto, propuesto
por el presidente Clinton para
ser incorporado en la ley de
telecomunicaciones, generó
discusión toda vez que muchos lo consideran un atentado a la libertad de expresión.
En el Brasil la preocupación
por una televisión de calidad
promovió un encuentro latinoamericano sobre el asunto,
que, contando con el apoyo
de instituciones de Europa y
de Australia puso en discusión las maneras de conciliar
los intereses comerciales de
las empresas de radiodifusión con las aspiraciones de
los ciudadanos.
Resultados de la investigación realizada por IBOPE y
En los Estados Unidos el sistema de calificación de los filmes, creado por la Asociación Americana de Filmes
(MPSS) para la orientación de
los padres en cuanto al contenido de los filmes, es criticado bajo el argumento de
que la aplicación de calificaciones para ciertos filmes
puede ser en el mejor de los
casos no-informativa, y en el
peor engañosa. Tales calificaciones parecen proporcionar
información específica sobre
el contenido real de un film
determinado, y las críticas de
los padres reflejan una mayor
preocupación sobre los efectos psicológicamente perjudiciales del contenido de los filmes que con la ofensa.
Un análisis de los parámetros
utilizados en este sistema de
calificación muestra: 1) una
preocupación por los grupos
de edad para la determinación
de la adecuación de los filmes;
2) la falta de reflexión sobre
los efectos que contenidos
problemáticos puedan tener
sobre los niños menores en
comparación con los mayores; 3) los filmes parecen ser
calificados fundamentalmente
con base en la cantidad de violencia o sexo o en cuanto a si
tal contenido es explícito. Se
da poca atención a las características contextuales de la
violencia, tales como el nivel
de realismo, a las recompensas o castigos asociadas con
un acto violento, y al grado de
justificación de la violencia. El
mismo abordaje es aplicado
en las descripciones de sexo:
4) el sexo excesivo y explícito
es más ofensivo y problemático que la violencia excesiva.
WILSON, LINZ y RANDALL:
1990).
La investigación americana
referente al contenido violento de los medios de comunicación masiva indica que: 1)
características contextuales
tales como las recompensas
o castigos mostrados y la naturaleza del crimen son determinantes críticos de los efectos de tales materias; 2) muchas de estas características
afectarán indistintamente a
los niños mayores y menores,
y 3) es probable que simplemente la cantidad de violencia tenga más impacto en la
desensibilización. Aunque el
sistema de calificación de la
MPAA considere la cantidad
de violencia, parece negligente en los dos primeros puntos.
Los resultados de los estudios de IBOPE con niños y
adolescentes y adultos brasileños de cierta forma confirman las suposiciones de los
investigadores americanos.
Se descubre que las escenas
que envuelven sexo son plenamente aceptadas cuando
éste se presenta contextualizado y permeado de sentimiento (amor romántico),
siendo entonces destacado
en su belleza y naturalidad.
Considerándose también la
temática sexual, se observa
fuerte polémica sobra la cuestión de la homosexualidad en
la programación televisiva
brasileña, así como de cine y
video. Si por un lado ésta se
posiciona de forma valorizada junto al segmento femenino adulto, cuando se presenta una relación de amor verdadero entre personas del
mismo sexo, siendo destacada como una importante contribución para aligerar el fuerte prejuicio existente, por
otro lado se verifica que esta
relación no debe sobrepasar
la sugerencia y/o la insinuación.
Asumen también gran relevancia las críticas a la erotización del cuerpo infantil,
siendo rechazados programas que incentiven la presentación de clones de Xuxa y
Carla Perez, así como aquellos que utilizan niños imitando a Michael Jackson, situación ésta que denota la ausencia de respeto por el propio
cuerpo y la valorización de
profesiones donde la belleza
se presenta como principal
M.Perencin/M. Jacob
por la Retrato Consultoría e
Marketing sobre el tema “Valores sociales y medios de
comunicación de masas” concluyen que “los brasileños no
están muy preocupados con
la cuestión de la influencia de
la televisión en la formación
de sus hijos. Ellos admiten
que haya influencia y la consideran más negativa que positiva, pero reconocen los
beneficios que la televisión
puede traer. Los responsables están francamente a favor de que haya algún tipo de
control externo, de preferencia en la forma de clasificación por franja etaria y horario. El llamado al ejercicio de
estos controles es a todos:
gobierno, emisoras y sociedad civil”2.
351
350
351
Programación televisiva y violencia
requisito para el éxito, en detrimento de otras que exigen
estudio y disciplina.
En los estudios con el público brasileño se observó que
la violencia ficcional -contextualizada en una historia o en
una causa (guerra, ideología,
política, ajusticiamiento)- recibe plena aceptación, siendo
eximida de cualquier posible
influencia negativa sobre el
comportamiento de los jóvenes.
Sin embargo, esta evaluación
se presenta invertida si se trata de la vehiculación de la violencia real, siendo percibida
como suplantando a la ficción
o siendo capaz de generar
fuerte impacto en los espectadores, además de sentimientos de miedo. La exposición al noticiario que comenta acontecimientos recientes,
como acciones violentas de la
policía, matanzas, masacres,
asesinato del indio en Brasilia, prostitución infantil, diseminación del uso de drogas,
especialmente en niños, impunidad, corrupción política
y el estado de falencia de la
salud y de la educación pública, causa cierta preocupación
al público adulto al considerar los efectos que este tipo
de información puede generar en sus hijos, en la medida
que ponen en jaque todos los
valores que tratan de inculcar
en su formación. Ellos temen
que la exposición a este tipo
de noticiario redunde en la
ausencia de parámetros de
valor, generando un fuerte
descreimiento y desesperanza en los jóvenes, situación
diálogos
de la
77
69
comunicación
que exalta la preocupación en
mantener abierto un canal de
diálogo con los hijos, de modo
de alertarlos sobre los “peligros de la vida”.
Resultados de la investigación realizada por equipos de
estudiosos de la USP, encomendada por el Ministerio de
Justicia, muestran que el 81%
de las personas creen que la
televisión es más violenta que
el propio barrio y que el tipo
de programa que más presenta violencia es el noticiario.
Otras pesquisas indican insatisfacción con la televisión,
por la exageración de escenas
de sexo y violencia.
Estudios realizados con apoyo de la UNESCO en 23 países
donde fueron entrevistados
cinco mil niños y niñas de
doce años, “revelan que el
44% de los niños no consiguen diferenciar la realidad
de lo que ven en la pantalla”;
en cada programa de una
hora exhibido en la televisión
hay entre cinco y diez acciones violentas; en las regiones
más serenas apenas un quinto de los niños cree que el
mundo es malo. En ambientes
hostiles un tercio piensa así.
En esas áreas el 16% relata
que la mayor parte de los habitantes de su barrio muere
porque alguien los mata y
7.5% ya usaron un arma por
lo menos una vez3.
En Chile un estudio del Consejo Nacional de Televisión4
llega al consenso de que la violencia ha aumentado en la televisión, siendo ésta la mayor
preocupación en relación a la
televisión. En contrapunto, la
misma investigación revela
que 65% de los niños ven televisión solos, por tanto un sistema de alerta al respecto del
tenor del contenido de la programación pierde su función.
Estudios que examinan los filmes de horror gráfico incentivados por la creciente preocupación del público sobre
los efectos de tal contenido
sobre los niños menores, han
reportado tensión a largo plazo, caracterizada por disturbios en el sueño, pensamientos de naturaleza perturbadora recurrentes, y pesadillas.
Asimismo, muestran que los
niños en edad preescolar y
los más pequeños de la escuela básica se sienten más
amenazados por diferentes
tipos de estímulos y eventos,
en comparación con niños
mayores (WILSON, LINZ &
RANDALL).
En lo que atañe a los filmes
de terror, la investigación brasileña identifica entre los jóvenes una fuerte ambigüedad, donde se mezclan sentimientos de miedo, enojo y
atracción frente a este tipo de
programación, suscitados
por las imágenes crudas y
sangrientas. De esta forma los
filmes de terror son vistos en
general en grupos de amigos
y durante el día; la experiencia de verlos en la noche es
considerada como una demostración de madurez.
Espanto e indignación frente
a la masacre escolar ocurrida en la Columbine High
School. Estadísticas norte-
En su estudio para establecer
el constructo de la actividad
de la audiencia como un factor interviniente en el proceso de búsqueda de gratificación, teniendo en cuenta la
ampliación de las opciones en
el medio ambiente multicanal
emergente, LIN (1993) examina los motivos de la audiencia, y las satisfacciones de los
adolescentes –la primera generación que crece en este
medio ambiente. A pesar del
cuestionamiento sobre el papel de la exposición a los medios de comunicación masiva
en el proceso de búsqueda de
gratificación debido a su falta
de ligazón causal con los varios componentes del modelo de investigación, la principal hipótesis teórica -los espectadores más fuertemente
motivados se envolverían más
activamente en las varias actividades de la audiencia du-
rante todo el proceso de
espectar, y recibirían más satisfacción después- es apoyada por los descubrimientos
del test del procedimiento
modelo.
Los resultados de este estudio confirman que la actividad de la audiencia es tanto
un efecto significativo para
las gratificaciones buscadas
como una causa para las gratificaciones obtenidas. Los
espectadores adolescentes
con un nivel mayor de expectativa de gratificación se comprometieron en varias actividades de audiencia desde los
periodos de pre-exposición
hasta la pos-exposición, en
grados variados. Consecuentemente, estas audiencias
más “comprometidas” (con el
proceso de ver) también recibieron un mayor nivel de
gratificación.
En la investigación realizada
por RETRATO, los jóvenes dijeron estar motivados a ver
programas considerados inadecuados por la necesidad
de “estar dentro” de los acontecimientos, pudiendo conversar con los compañeros
en situación de igualdad. Aunque estos mismos jóvenes
tienden a suavizar la posible
influencia de la programación
en sus comportamientos, señalando que ésta, cuando
ocurre, no sobrepasa un nivel
superficial, y se expresa básicamente a través de modismos (ropas, giros, cortes de
cabello) aspectos que en
nada interfieren con su personalidad o comportamientos.
¿Qué hacer frente a esta constataciones? En esta rápida revisión de los estudios sobre
cuestiones referentes al contenido de los programas
televisivos y su recepción,
realizados no sólo en América Latina y Estados Unidos,
sino por todo el mundo -si
consideramos el estudio apoyado por UNESCO- lo que
queda evidente, además de la
influencia ejercida por la televisión, es la necesidad de
una metodología que permita resultados concluyentes,
toda vez que, a pesar de la
adopción de procedimientos
metodológicos y análisis estadísticos sofisticados, esto
aún no es posible.
Un primer paso en esa dirección sería, como señala
POTTER, una redefinición de
violencia. Actualmente, como
se sostiene en la exposición
sobre los estudios de los
parámetros del MPAA, los estudios no consideran en sus
evaluaciones los actos de violencia simbólica, que son perjudiciales, especialmente por
sus efectos de aprendizaje e
imitación (BANDURA, apud
POTTER, 1996:132).
Otra cuestión es el referente
teórico a ser adoptado. Según
THOMPSON (1995:143) “hasta los niños, parece, poseen
un sentido vivo de los hechos
y las fantasías, de lo que es
real, de lo que es irreal y de
lo que es profundamente ridículo en los dibujos animados de la televisión que ocupan tanto de su tiempo, y, al
ver esos dibujos, se enganchan en un complejo proceso
M.Perencin/M. Jacob
americanas: más de 150,000
adolescentes son apresados
cada año por cometer crímenes violentos; más de 300,000
sufren agresiones serias y
3,500 son asesinados. Más de
1,000 estudios indican una
correlación entre la exposición al contenido de los medios y la práctica de actos violentos. El Senado de los Estados Unidos aprobó una ley
invirtiendo US$ 25 millones
para estudios sobre los factores de riesgo de la violencia
juvenil y los procesos a través de los cuales los niños
desarrollan patrones de pensamiento y comportamiento
violentos, incluyendo el papel
de los responsables y de las
fuerzas sociales5.
353
352
353
Programación televisiva y violencia
de interpretación. Presuponer, como hacen Horkheimer
y Adorno, que la recepción y
consumo de productos culturales no son más que clavos
en el féretro del individuo es
exagerar el grado en que la
individualidad es aplastada
por la industria cultural, y
simplificar por demás los procesos implicados en la recepción y apropiación de los productos de esas industrias”.
LOPES (1993:83) señala un
descompás entre la teoría de
la recepción ‘avanzada’ y
teorizaciones ‘atrasadas’ en
los estudios brasileños de la
década de los 80, resultando
una inadecuación metodológica “expresada en la ausencia de combinación de métodos y técnicas diversos”. Aunque en la mitad de los años
80 había una modernización
de las teorías, con la entrada
“generalizada de la perspectiva teórica de las mediaciones y de los mestizajes, subsiste la inadecuación de los
métodos”.
En el contexto de los estudios
latinoamericanos MARTÍN
BARBERO (1995:39) dice que
“la recepción no es sólo una
etapa en el proceso de comunicación. Es un lugar nuevo,
de donde debemos repensar
los estudios y la investigación
de la comunicación. Un abordaje a partir de las mediaciones prevé: la heterogeneidad
de temporalidades y mediación de las nuevas fragmentaciones sociales y culturales.
Otra dimensión clave es la exclusión cultural, deslegitimación de la cultura de los
diálogos
de la
71
79
comunicación
géneros narrativos”. En este
contexto “observar la recepción implica estudiar el ruido
no sólo en términos negativos”… “rescatando la vida, la
iniciativa, la creatividad de
los sujetos” (MARTÍN-BARBERO, 1995: 53,54).
La “trama conceptual para la
investigación de la recepción: estudios de la vida cotidiana, estudios sobre el
consumo, estudios sobre la
estética y semiótica de la lectura y estudios sobre la historia social y cultural de los
géneros” (MARTÍN-BARBERO, 1995: 58).
Para dar cuenta de esta “trama conceptual” el camino es
la adopción de una estrategia
de multimétodos, la extrapolación del nivel descriptivo al
nivel interpretativo, y un rigor científico mayor (LOPES,
1993: 84). A partir de la visión
de las mediaciones como
perspectiva metodológica
para la superación de los límites de modelos de investigación de efectos, audiencias,
usos y gratificaciones, el
abordaje de la recepción de
un contenido televisivo caracterizado por la violencia
debe también tener en cuenta “reflexiones que piensen la
violencia como presencia de
valores violentos”.
Según LA TAILLE, “la base
psicológica para ecuacionar
ese abordaje puede ser resumida como sigue: 1) las representaciones de sí son siempre
valorativas; 2) la búsqueda de
un valor positivo es inherente al desarrollo de la perso-
nalidad; 3) los valores morales pueden ser centrales o no
en el sistema de representaciones que cada sujeto tiene
de sí; 4) si fueran centrales,
la motivación a actuar moralmente será fuerte, y será débil si fueran periféricos; 5) las
representaciones de sí que
los niños construyen dependen de los ojos fiscalizadores
que sancionan o aprueban
sus acciones (sentimientos
de vergüenza, y orgullo). Este
cuadro teórico nos permite
pensar la influencia de la televisión en el desarrollo, o no,
de una personalidad violenta
(o que se permite acciones
violentas): no es tanto la presencia en sí de la violencia en
los programas lo que llevaría
al niño a ser, él mismo, violento, sino la asociación entre
violencia y gloria (representación positiva de sí)”.
Tal posición viene como respuesta a los resultados iniciales del análisis de los dibujos
animados, elaborado por un
estudio que analiza los crímenes en la televisión, conducido por el Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas
para la delincuencia y por el
CPM Market Research, que
constata que “los crímenes”
realizados en los dibujos animados no son castigados, levantando la cuestión sobre la
utilización del meta-lenguaje,
donde lo importante es alertar que eso no es lo que ocurre en la sociedad y quién sabe
hablar sobre la necesidad o no
de castigar una paliza que
Tom dio a Jerry (WHITE, site
TVer).
Entre las dificultades encontradas en los estudios de recepción se destaca en el estudio del público infantil-juvenil, las siguientes: 1) la no disponibilidad de datos secundarios consistentes que se
reflejen en la definición del
tamaño de la muestra. Las
opciones son: seguir los estadios de desarrollo cognitivo
apuntados por las principales
teorías del área, o comprender franjas mucho más amplias de edad, siguiendo criterios prácticos de análisis, el
camino escogido. 2) La elección y montaje del método. La
investigación de niños y adolescentes no sigue en rigor los
mismos presupuestos teóricos y prácticos desarrollados
para la investigación en general. Los estudios sobre los
modelos utilizados en los Estados Unidos presentados
traen ejemplos de las dificultades de tratamiento del
asunto de la violencia y sexo
a este público, implicando,
además de todo, ética y capacidad de comprensión. En ese
sentido, la opción es seguir
una estrategia de ensayo
error, lo que puede ser considerado algo creativo y fructífero en nuestra actual fase de
conocimiento, recordando a
Clara RAPPORT (1982), que
dice que el mejor camino
para el investigador es “asimilar que sólo con el progreso en el área de la investigación, acompañado de la crítica constante sobre la metodología utilizada es que se
podrá llegar, tal vez, a modelos más y más confiables de
recolección e interpretación
de datos”.
En el panorama de América
Latina, destacan los estudios
sobre telenovela dirigidos por
Martín-Barbero y González,
los de educación para la recepción activa en Chile conducidos por Fuenzalida y los de
niños y televisión realizados
por Orozco en México. Según
LOPES, en Brasil, desgraciadamente, aún no se observan
experiencias similares. Iniciativas como la formación del
Grupo TVer, y la elaboración
de los Derechos del Telespectador (BUCCI6 –site TVer) son
aisladas, las ‘soluciones’ se
limitan a artículos que abordan la necesidad de aprender
a lidiar con la violencia en la
televisión.
En los Estados Unidos, basándose en estudios de audiencia y mercado, el problema
también sobrepasó las fronteras de los estudiosos de la
comunicación, influenciados
tal vez, por la epidemia de
ataques en las escuelas. Programas apoyados por la
American Academy of Pediatrics orientan a los médicos
a reconocer los efectos potenciales de los medios en
la salud de los niños. La Academia mantiene un programa
nacional de educación para
los medios para los pediatras.
Estos profesionales son
orientados para cuestionar a
los padres respecto del uso
de los medios como parte de
la historia médica de los pequeños pacientes.
Los resultados elaborados
por Groebel –investigación de
la UNESCO- indican que “los
niños deberían aprender en la
escuela a lidiar con la violencia en los medios y a reflexionar sobre ella, porque muchos de ellos ven la realidad
como un espejo de la televisión”.
Esta conclusión puede ser
considerada confirmada por
investigaciones empíricas
que indican una relación entre ver violencia en la televisión, y comportamientos
agresivos reales. Las personas que ven la violencia en la
televisión muestran mayor
tendencia a la agresividad
tanto a corto como a largo
plazo. Aunque la imitación
sea el efecto mayor, deben ser
considerados también otros
como el miedo y la insensibilización. Los resultados de
investigaciones indican como
camino para la solución, la
M.Perencin/M. Jacob
Esta teorización también tiene su correlato en la primera
reacción de la mayoría de los
padres brasileños en relación
a la influencia que la televisión ejerce en la formación de
los niños y de los jóvenes,
donde la televisión es vista
como la villana, contraponiéndose a los valores transmitidos por ellos (investigación de IBOPE). Aunque a
medida que el proceso de reflexión sobre este proceso
avanza, se observa que los
posibles males provocados
por este medio de comunicación o por la vehiculación de
temáticas impropias a determinadas edades son matizadas por la confianza que demuestran en la educación que
ofrecen a los hijos.
355
354
355
LOPES, Maria Immacolata Vassalo de.
vio_valo.html
Estratégias metodológicas da pesquisa de recepção. In: INTERCOM – Re-
3. ZAPPA, Regina. A violência na sala
vista Brasileira de Comunicação, Vol.
de estar. [Internet]. 15/04/00. Dispo-
XVI, Nº 2, pp. 78-86, jul/dic. 1993.
nible: http://www.tver.org.br/pesquisas/pesquisa_01.htm
MARTÍN-BARBERO, Jesús. América
Latina e os anos recentes: o estudo
4.Violência cresce na TV sem acompa-
da recepção em comunicação social.
namento dos pais. [Internet] 15/04/00.
In WILTON DE SOUSA, Mauro (org.)
Disponible: http://www.tver.org.br/
O lado oculto do receptor. São Paulo:
noticias
Brasiliense, 1995. pp. 39-67.
5. Traducción libre de la autora, artí-
POTTER, W. James. Considering
culo original In News Reprint:
policies to protect children from TV
pediatricians should… parents,
violence. In Journal of Commu-
youths about media effects. Disponi-
nication, 46(4), Otoño 1996.
INTERNET – Site Tver – Direito dos
6. BUCCI, Eugênio. Os direitos dos te-
Telespectadores: www.tver.org.br
lespectadores. Disponible en: http://
www.tver.org.br/artigos
INTERNET – Site Children, adolescents and television: www.aap.or
7. El país cuenta con dos II leyes contra la difamación. Disponible en:
INTERNET – Libro A televisão e a
http://www9.zipnet/tver/noticias/
violência: impacto sobre a criança e
ver_noticia.asp
o adolescente. Disponible en:
www.hcpa.ufrgs.br
8. SUPLICY, Marta. Rompendo com o
monólogo das TVs. Disponible en:
THOMPSON, John B. Ideologia e cul-
http://www.tver.org.br/artigos/
tura moderna. Petrópolis: Vozes, 1999.
marta3.htm
WILSON, Barbara J.; LINZ, Daniel y
RANDALL, Barbara. Applying social
sciense research to film ratings: a shift
from offensiveness to harmful effects.
In Journal of broadcasting & electronic
media, vol. 34 Nº 4, otoño 1990, pp.
1. PROPEG – 88% de la población en el Brasil dice que debería haber menos filmes violentos; 87% afirma que los
noticiosos exageran en la co
bertura de los crímenes. Julio 1998.
2. La televisión y la violencia – el im-
diálogos
de la
comunicación
BIBLIOGRAFÍA
443-468.
pacto sobre el niño y el adolescente.
81
Disponible en www.ufrgs.br/psiq/
ble en: http://www.aap.org/advocacy
Nuestro deseo no debe ser la
censura, ni el camino el control legal, pues Código de Ética existe pero nadie lo conoce, leyes existen7 pero tampoco no son obedecidas; aunque el problema no sea encarado con la seriedad que merece, por lo menos en Brasil,
según SUPLICY8, es preciso
vencer la actitud distante
creada por los años de dictadura, durante los cuales no
osábamos sugerir propuestas
de un control social democrático de los medios de comunicación.
NOTAS
Programación televisiva y violencia
contextualización de la agresión dentro de patrones donde ésta sea castigada, donde
se sufran las consecuencias y
se demuestre remordimiento
(POTTER, 1996: 130). Según
POTTER, “estas características sensibilizarían a los espectadores hacia la naturaleza negativa y destructiva de
la agresión, lo que los haría
menos recelosos de un mundo lleno de personas agresivas que aprecian este comportamiento, y sería menos
probable de inducir a la imitación”.
LA TAILLE, Yves de. Glória e
LIN,
violência: reflexão sobre a
gratification-seeking process, of
influência da televisão sobre
television
a construção da person-
Communication Research, vol. 20, Nº
alidade moral. Paper presen-
2, diciembre 1993, pp.224-244.
tado en el 2º Simposio Brasileño de Televisión, Infancia e
Imaginario – LAPIC/CCA-ECA/
USP. Octubre de 1997.
Carolyn.
Modeling
the
viewing. In Human
S. Tabachnik
Silvia Tabachnik
Representaciones
de violencia y
justicia en la
construcción
mediática de
actualidad. Política,
delito y escándalo
Profesora en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
E-mail:[email protected]
333
diálogos
de la
comunicación
332
333
S i l v i a Ta b a c h n i k
Violencia y justicia mediática
La ponencia que presentaremos aquí son parte de una
investigación que estamos
desarrollando en el Centro de
Estudios Avanzados de la
Universidad de Córdoba sobre “Representaciones de violencia y justicia en la construcción mediática de la actualidad”. Nos proponemos
estudiar un proceso complejo de mutaciones, de distinto
orden, nivel y alcance que habría afectado las representaciones sociales de la Justicia
y de la Violencia durante la última década en Argentina,
asumiendo una noción de
«justicia» que excede y antecede el marco estrictamente
jurídico delimitado por la divisoria legalidad/ilegalidad.
En el mismo sentido incluimos bajo la categoría de “violencia” no sólo el dominio de
lo delictivo, sino también los
efectos coactivos de expul-
diálogos
de la
67
comunicación
sión social derivados de la
imposición del “modelo” político-economico neo-liberal
en nuestro país.
La especificidad de nuestra
perspectiva consiste en la
focalización de los procesos
de producción mediática de
actualidad, las operaciones y
estrategias discursivas, mediante las cuales el dispositivo mediático construye un
conjunto de representaciones asociadas al ámbito, las
instituciones, los actores, las
prácticas, los procedimientos
de la Justicia, tematizando
sus disfunciones, proponiendo pautas de inteligibilidad,
organizando -en fin- otro espacio (para- o extra-jurídico)
de definición, designación,
clasificación y redistribución
de categorías como legalidad,
ilegalismos y delito, legitimidad/ilegitimidad. Nos interesa indagar cómo el dispositivo mediático produce escenas e identidades asociadas
a formas nuevas o resignificadas de violencia; instaura
las condiciones de enunciabilidad y de visibilidad pública
de la marginación, la pobreza, la exclusión describiendo
y narrativizando procesos de
desintegración o alteración
de las identidades sociales;
construye la actualidad
como un escenario asediado
por la inseguridad, la impunidad, la corrupción, al tiempo
que redefine y autolegitima
su deontología en relación a
la sociedad civil y al poder
político.
En su conjunto estas transformaciones que afectan las re-
presentaciones de Justicia y
ponen en evidencia las formas actuales y específicas de
su disfuncionamiento se conjugan en diagnósticos de una
crisis general de juridicidad
(Zaffaroni, 1990) que afecta
las relaciones entre Ley/Derecho/Justicia.1 Este trastocamiento -que incide en la configuración de lo que podría
designarse como el imaginario colectivo del desamparo
constituiría una las dimensiones fundamentales en que se
ha manifestado el impacto
dislocatorio producido sobre
prácticas e identidades sociales por la definitiva instauración en Argentina del modelo político-económico neo-liberal.
Como observa Hopenhayn
(1995, p.23-24) “América Latina muestra, hoy más que nunca, un corte primario que la
atraviesa hasta en sus rutinas
más minúsculas, a saber, el de
los contrastes sociales (...)
No por nada la violencia se ha
instalado como cosa cotidiana en muchas de las metrópolis latinoamericanas. Esa
violencia que no puede ser ya
moralizada como violencia
revolucionaria, y que se reduce a la contraexpresión de un
modelo excluyente de desarrollo, cobra creciente visibilidad pública. Para los sectores excluidos del desarrollo,
la inseguridad de la existencia es cosa de todos los días:
inseguridad física en las grandes ciudades, inseguridad en
el empleo, inseguridad respecto de los ingresos [...Todos estos factores conllevan
a una cotidianeidad donde la
La figura del desamparo condensaría simbólicamente la
articulación de una serie jurídica (signada por los motivos distópicos de «impunidad»/«corrupción»/«inseguridad») con una serie político
y socioeconómica (marginación/exclusión/desocupación).
Las transformaciones que
analizamos se inscriben en el
marco de un proceso que
afecta globalmente el futuro
de las democracias pero que
asume especificidades irreductibles en el contexto de
los países del cono sur cuyo
presente permanece signado
por la memoria del pasado
dictatorial. Así, en el caso específico de Argentina, la consolidación de la política neoliberal con la correlativa renaturalización de las desigualdades sociales, ha generado nuevas transformaciones en una cultura y un imaginario político ya profundamente alterados por la violencia ejercida en el cuerpo social por el terrorismo de Estado. Por tanto toda interrogación sobre el estado actual
de la Justicia remite inexorablemente a su eclipse total
durante los años de la última
dictadura, pero remite también a dos acontecimientos
inéditos en la historia nacional: la investigación de la
Conadep y el Juicio a los co-
mandantes en jefe de las Juntas Militares que en tanto «actos de verdad y justicia»,
aparecieron como barreras
contra la impunidad y el olvido y como «acontecimientos
fundadores de comunidad
política»(Gomez,J.M, 1989,
31). Sin embargo, este proceso de verdad, institucionalmente asumido e interpelando a la sociedad en su conjunto se inicia y concluye en el
arco de dos años: interrumpido abruptamente por las leyes de Obediencia Debida y
Punto Final, el indulto presidencial de 1989 terminó por
cancelar sus efectos jurídicos. Corte histórico que subvierte en el plano simbólico
todo el campo de representaciones que articulan legalidad, legitimidad y Justicia2, el
indulto asume en retrospectiva el estatuto de la escena
inaugural respecto del vaciamiento o la adulteración del
sentido de Justicia, y es por
ello que este hiato marca el
punto de partida de la periodización propuesta en nuestro trabajo.
En torno al eje Violencia/Justicia es posible distinguir algunas series narrativas que se
presentan entramadas en la
construcción mediática de la
actualidad3.
Serie Memoria/Olvido: es la
serie del retorno o de la “dislocación” del presente. Identifica acontecimientos del
tipo: confesiones de arrepentidos, citaciones judiciales a
implicados en la represión,
conflictos de derecho internacional, recuperación e
identificación de hijos/nietos
de desaparecidos, prácticas
del “escrache”, edificación o
destrucción de lugares de
memoria, eventos conmemorativos, etc.
Serie de las redes delictivas:
internacionalización del terrorismo (casos Amia y Embajada de Israel) y -en otro plano- tráficos de drogas, de armas, de niños, de órganos, etc.
Serie de los ilegalismos y las
transgresiones: manifestaciones de resistencia, cortes de
ruta, ocupación “ilegal” de
viviendas, inmigración/trabajo “ilegal”, etc.
Serie del Delito: acontecimientos registrados en la crónica policial cotidiana, privilegiando aquellos que han
producido mayor impacto en
la opinión publica - ejemplos:
Caso Carrasco, Caso Cabezas,
Caso María Soledad, etc. En
esta dimensión del análisis se
asigna particular relevancia a
la emergencia de nuevas formas de violencia urbana
focalizando especialmente lo
que concierne a la delincuencia infantil.
Serie del Escándalo: registro
corrupción/impunidad, ejemplos: “Yomagate”, Caso Cóppola, la saga de los jueces
corruptos, etc.).
El aislamiento de estas series
constituye una operación
analítica; no se postula como
proyección lineal de alguna
taxonomía genérica prefijada
en los discursos mediáticos
que construyen el acontecer
S. Tabachnik
vida se torna cosa frágil. Hasta el propio cuerpo puede ser
experimentado como un objeto de dudosa fortaleza. El
efecto precariedad se convierte en clima”.
335
334
335
Violencia y justicia mediática
cotidiano sino como el despliegue de un espacio de dispersión donde coexisten figuraciones múltiples de violencias de distinto tipo: en su
conjunto cristalizan en el
diagnóstico de un tiempo
signado por la figura semánticamente sobredeterminada
de la inseguridad.
Si, como afirma Ernesto
Laclau (1996, 81) “ los significantes imaginarios que constituyen el horizonte de una
comunidad son (...) tendencialmente vacíos y esencialmente ambiguos”, en algún
punto nodal los motivos distópicos de la corrupción, la
inseguridad, la marginación,
la exclusión, deben desprenderse del significado particular que se les asigna en el
“neo-evangelio” liberal (Derrida) en tanto meras “disfunciones” (“fallas”) del Modelo
para nombrar una negatividad, un vacío que los trasciende y que designan metonímicamente: Adikia es el término que usaban los griegos
para nombrar, el estado de
iniquidad, la falta de Justicia.
En este contexto de reflexión
sobre una política a futuro y
el futuro de la política pensado desde nuestro lugar en el
Sur de la historia, quería proponer aquí algunas consideraciones que conciernen a lo
que en nuestro trabajo hemos
designado como la serie del
escándalo, sin duda una de las
dimensiones estructurantes
en la construcción mediática
de la actualidad en Argentina
durante la década
del
menemismo.
diálogos
de la
69
comunicación
La proliferación de episodios
de corrupción en las esferas
del poder han incidido de
manera decisiva en el progresivo proceso de desfiguración de la imagen y del concepto mismo de Justicia, hasta el punto en que, como señala Juan Carlos Marín4, habría caído la supuesta antinomia norma-delito siendo lo
dominante precisamente “el
delito de la autoridad y, en
consecuencia, la autoridad
del delito”5 .
secretos del poder. Pero ya no
se trata de los arcana imperii
(Secretos de Estado, resguardados del conocimiento público por razones de seguridad) sino de lo que el poder
oculta, encubre, enmascara:
las tramas de complicidades,
las transgresiones e ilegalismos, las connivencias, los
pactos espúreos, en fin, un
conjunto de contenidos que
el imaginario social figura con
la metáfora del “lado oscuro
del poder”.
He propuesto en trabajos anteriores la hipótesis de que
durante el período analizado
se habría producido una
tendencial “canonización” del
formato genérico del escándalo en la representación del
ámbito de la política, de sus
prácticas y de sus actores en
la escena mediática.
El escándalo se constituye
siempre en una instancia privilegiada de autolegitimación
del dispositivo mediático: reanuda el mito de la lucha librada por la Verdad (el Bien
Común) para desactivar el
Secreto (el Mal acechante)
que la amenaza y la desafía.
¿Cómo se reconfigura la escena del escándalo en las actuales sociedades mediatizadas?
El contexto más inmediato
para situar este interrogante
es el que teoriza y analiza las
transformaciones que por
efecto de las nuevas teletecnologías se habrían producido en el régimen de la visibilidad del poder. Lo que está
en juego en la problemática
del escándalo no es tanto la
“gran divisoria” entre las esferas de lo público y lo privado, sino ese segundo sentido
de la dicotomía que -según distinguiera Norberto Bobbiomarca una frontera en el interior mismo de la esfera pública entre aquello que se expone y aquello que se sustrae a
la mirada de la sociedad: los
En el período que estamos
analizando -dominado, como
ya señaláramos, por la percepción de una corrupción
generalizada y el imperio de
la impunidad- la intervención
mediática se caracterizó por
tres estrategias: la investigación como práctica a menudo confrontada con los poderes policiales y judiciales, la
denuncia como retórica dominante en el discurso informativo y la revelación como régimen de visibilidad. Exponer
el revés de la escena obedece al imperativo mediático de
visibilidad plena y perfecta
transparencia; suprimidos
los obstáculos espaciales y
temporales, abolidas las distancias, la mirada ubicua de
la cámara penetraría la opacidad de las apariencias para
La hipervisibilidad del escándalo, su efecto encandilante
y ensordecedor constituiría
la contracara de la creciente
invisibilidad de un poder
deslocalizado y al mismo
tiempo ubicuo , que carece de
escena y que no responde a
las formas tradicionales de la
representación.
En cierta medida el escándalo colma un vacío, simula política y disimula ese no-lugar
de la decisión regido por la
Desde este punto de vista, los
escándalos son efectos residuales de la política que se
autonomizan y pasan ocupar
su lugar (la representan): esto
nos aproxima al concepto platónico de “simulacro” como
falso sustituto y en este contexto resultaría posible ensayar cierta relación conceptual entre las nociones de escándalo, acontecimiento y
simulacro.
La centralidad de la problemática del acontecimiento en
el debate ético y político contemporáneo se debe en primera instancia al hecho de
que en ella está implicada la
noción misma de cambio y
por tanto las condiciones de
posibilidad para un pensamiento a futuro de la política
y de la Historia. El acontecimiento es, como dice Derrida
(1998,14) «otro nombre del futuro mismo». En última instancia lo que se plantea es la
posibilidad y la necesidad de
construir visiones de futuro
que ofrezcan resistencia a la
narrativa hegemónica del
neoliberalismo político económico y su coartada ideológica expresada en la sentencia/consigna del “Fin de la
Historia”.
Ahora bien, la absorción del
acontecimiento en el paradigma mediático del escándalo,
resulta connatural y funcional
respecto del metarrelato del
Fin de la Historia. El escándalo es la figura emblemática de
la condición “post-política”:
la lógica que lo rige es la de
la repetición mecánica y
anunciada.
Si el acontecimiento es por
definición del orden de lo imprevisible, del azar, del encuentro, de lo incalculabe, el
escándalo es su negación la
perpetua consagración de lo
mismo. Como si la máquina
de producir acontecimientos
(la Historia) se hubiera desquiciado y sólo pudiera reproducir variantes de un mismo modelo.
Si el acontecimiento nombra
la esperanza, la espera, y la
promesa de un por-venir, el
escándalo se asocia a la náusea, a la redundancia, a la fatalidad. Corresponde a lo que
Alain Badiou (1995,23) define
como “la ética de la resignación”, gobernada por la lógica “realista” y enunciada en
el lenguaje de la “necesidad”,
es decir de la economía como
determinante de las conductas políticas individuales.
1. Para las diferencias conceptuales entre legalidad y
legitimida nos remitimos a
Zaffaroni(1990), Jitrik (1991).
Por lo que concierne a las dis
tinciones entre Ley, Derecho y Justicia, nos remitimos a Derrida (1995,
1997).
2. Juan Carlos Marín (1993,148) señala que el indulto en tanto «quebrantamiento del esquema crimen y cas-
S. Tabachnik
En la retroescena del escándalo perpetuo, se tomaron en
Argentina decisiones políticas que transformaron radicalmente el rol del Estado, la
estructura de la sociedad, las
condiciones de la vida cotidiana.
lógica autónoma e incoercible del Modelo.
NOTAS
iluminar lo encubierto, lo
clandestino, la parte sustraída de lo real. Sin embargo, la
verdad cuya revelación se
anunciaba una y otra vez
como inminente, resultaba
siempre diferida, pospuesta,
inconclusa, indecidible: el
secreto sólo se dejaba entrever por fragmentos, para recomponerse y reaparecer
desplazado en otra escena.
Cada escándalo se reconoce
y se descifra así según la figura de la sinécdoque, partículas aparentemente autónomas de una totalidad oculta,
de un trama única que distribuye a los mismos personajes en diferentes posiciones
funcionales, según el vértigo
de un juego de conversiones
continuas entre las figuras
que encarnan la ley y aquellas
que representan el delito.
337
tigo» habría operado -en el orden de
336
337
tor de igualación, de equiparación de
los delitos generando su vaciamiento semántico y axiológico.
3. Las series se organizan en relación
a la articulación de acontecimientos
que presentan cierto nivel de homogeneidad. El acontecimiento se concibe como construcción semiótica
(White, H.1992), M. De Certeau,
BIBLIOGRAFÍA
Violencia y justicia mediática
las creencias colectivas- como un fac-
Badiou, A.,(1995b), “La ética.
Ensayo sobre la conciencia
del Mal” en Abraham,T./
Badiou A. / Rorty R., Batallas
éticas cit.
Bobbio,N. (1996), El futuro
de la democracia., México,
Fondo de Cultura Económica.
M.,(1974) producido en la sociedades
contemporáneas por el dispositivo
mediático (Veron,E. (1983), Nora, P.
Derrida, J. (1995), Espectros de
(1974)). Remitimos a la conceptuali-
Marx., Trotta, Madrid.
zación del acontecimiento formulada
por Pierre Nora como «lugar de pro-
Derrida, J. (1997), Fuerza de Ley.
yecciones sociales y de conflictos la-
Tecnos, Madrid.
tentes», «encuentro de varias series
causales independientes», «un desga-
Derrida,J/B.Stiegler (1998), Ecogra-
rramiento del tejido social», punto
fías de la Televisión. Eudeba, Bs.As.
nodal de «un haz de significaciones
dispersas.» (1974, 225-227).
Gomez, J.M., «Eclipse de la memoria,
política del olvido: la cuestión de los
4. Marin, J.C., «el no-delito, tan sólo
derechos humanos en una democra-
una llusión? en Delito y Sociedad, Rev.
cia no consollidad» en Punto de Vista
de Ciencias Sociales, Buenos Aires,
nº36, Bs.As., dic.1989.
año II, nº3, 1993, 146.
Hopenhayn,M. (1997), Ni apocalíp5.En un texto ya clásico Hans
ticos ni integrados. Aventuras de la
Enzensberger sostiene la existencia
modernidad en América Latina. Chi-
de «una dependencia antigua, estre-
le, F.C.E.
cha y oscura» entre política y delito
de hecho la injusticia «se halla en los
Jitrik, N., (1991), “Apuntes sobre le-
cimientos de todo poder», Abraham,
galidad / legitimidad ” en Revista SyC
T. (1995a), “Batallas éticas” en
nº2, Estado, sociedad y discurso. Bue-
Abraham,T./ Badiou A. / Rorty R.,
nos Aires, pags. 31 a 40.
Batallas éticas, Buenos Aires, Nueva
Visión.
Laclau, E. (1996), Nuevas reflexiones
sobre la revolución de nuestro tiempo. Bs.As, Visor.
Marin, J.C. (1993) «El no-delito.¿tan
sólo una ilusión?» entrevista en Delito y Sociedad, Rev. de Cs.Sociales, Año
2/Nº3.
Zaffaroni, E.R., (1990) Sistemas penales y derechos humanos en América Latina, mimeo.
diálogos
de la
71
comunicación
V. Mayora
Veneza Mayora Ronsini
Televisión
e identidad
cultural
Profesora de la Universidade Federal de Santa Maria/RS
103
diálogos
de la
comunicación
102
103
Veneza Mayora Ronsini
Televisión e identidad cultural
La parte central de Rio Grande do Sul, zona próxima a la
pampa1 es fría como el viento minuano 2 que silba por las
puertas y ventanas. En ella
habitan gentes de colores y
culturas distintas, descendientes de diferentes etnias y
que se enorgullecen de ser
gaúchos. Nuestro propósito
aquí es entender cómo la cultura regional propagada por
la televisión unifica grupos
sociales distintos en torno de
valores y prácticas comunes,
a través del estudio de cuatro familias de migrantes rurales y asumiendo el presupuesto de que la televisión
permite a las personas un espacio de identificación, esto
es, no sólo “la evocación de
una memoria común, sino la
experiencia del encuentro y
de la solidaridad” (Martín
Barbero apud Morley y
Robins, 1995:67).
diálogos
de la
67
comunicación
La cultura gaúcha difundida
por la Rede Brasil Sul de
Comunicações (RBS) mantiene entonces su fuerza en los
grupos de bajos ingresos en
función de los frágiles lazos
que los ligan a la nación,
como sujeto capaz de unir al
pueblo en una comunidad
nacional, frente a las incertidumbres de una crisis social
sin fin. En este contexto el
sentido de comunidad que
los medios desarrollan puede
cumplir dos papeles: uno de
ellos, el de unir a las personas en torno de la aprobación
de valores colectivos; el otro,
el de unirlas por lo que ellas
colectivamente desaprueban
(Morley y Robins, 1995:193).
Los gaúchos, frente a un Estado que no representa sus
intereses, ni garantiza sus
derechos civiles, hacen de la
región este lugar de refugio,
que les posibilita transformarse en algo especial y bonito en contraposición a la
indignidad social. La diferencia, por tanto, es constitutiva de la identidad pues ella se
construyó por la relación –de
alianza, oposición, dominación o subordinación- con el
otro (Morley y Robins,
1995:45).
Como hipótesis de trabajo, se
supone que la adopción parcial de la cultura gaúcha es un
modo de actualizar el pasado
rural, cuando la inserción en
el mundo urbano se realiza
tenuemente y por eso, valores/significados de un modo
de vida anterior se hacen necesarios. Así, los campesinos
y trabajadores rurales que
migraron del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida, a pesar del
origen étnico –“gringos” (familias de origen italiano)
“gaúchos” (descendientes de
indios, españoles y portugueses)3 –y cultural distinto se
deben identificar con las tradiciones gaúchas propagadas
por los medios de comunicación masiva, por la escuela, y
también por los Movimientos
Tradicionalista y Nativista4.
Seleccionamos por tanto, una
población compuesta por los
llamados “colonos” (agricultores que migraron de las pequeñas y mini propiedades
rurales de Santa María o de
los municipios circunvecinos
que componen la región de la
4ª Colonia Italiana5) y por los
“gaúchos”.
Nuestra tarea presupone investigar el proceso de hibridación cultural como consecuencia de la migración, esto
es, el proceso de transformación parcial de la identidad
cultural a través de: a) la incorporación de valores y comportamientos citadinos y de
rechazo de los mismos a partir de una matriz residual de
cultura rural; b) la apropiación de la cultura gaúcha. La
cultura gaúcha es considerada hegemónica en un “Estado
que tiene las más variadas influencias culturales, recobrando no sólo el área pecuaria del
latifundio de donde se originó
el modelo, sino también las
áreas de minifundio de colonización alemana e italiana,
donde nunca hubo el complejo pastoril”(Oliven,1993:30-31).
sarrollaron la región norte, de
la industrialización y de la
urbanización, el tipo representativo de Rio Grande do
Sul sigue siendo la figura del
gaúcho de la Campiña
(Oliven, 1992:100). Las representaciones oficiales del
gaúcho, como también las
reproducidas por el imaginario popular y por organizaciones políticas, lo describen
como un tipo social distinto
de los otros brasileños: el
gaúcho es un pionero bravo
y guerrero que expandió las
fronteras del sur del Brasil.
El grupo social es una categoría clave pues refiere a un
modo de experimentar la
existencia social, relacionado
como está con un modo de
vida, con las condiciones
materiales de existencia que
incluyen lugar de origen y residencia, escolaridad ocupacional, salario, formas de
ocio, puntos de vista, capital
cultural, entre otras. Las condiciones socioeconómicas de
las familias, por tanto el lugar
que ocupan en la estructura,
determinan la forma que pueden tomar las interacciones y
la representación que de ellas
pueden tener aquellos que se
encuentran en el espacio social (Bourdieu, 1988:24). Quiere decir que esas diferencias
articulan otras distinciones,
culturales, étnicas, regionales, nacionales.
La expansión del Tradicionalismo a través de los Centros
de Tradiciones Gaúchas –
CTGs- (entidades que funcionan como una especie de
club) y piquetes (entidades
que reúnen un pequeño número de personas que se dedican a actividades campesinas) es apenas uno de los
medios de propagación de la
identidad regional, pues según Oliven “la identidad
gaúcha ya no es respuesta, en
términos de la tradición
Farroupilha, sino como expresión de una distinción cultural en un país donde los medios de comunicación de masas tienden a homogeneizar
la sociedad culturalmente a
partir de patrones muchas
veces oriundos de los barrios
de la zona sur de Rio de
Janeiro” (1992:11). En los
medios de comunicación,
dice Leal, las novelas, comedia y series de televisión
transmitidas nacionalmente
construyen representaciones
estereotipadas del gaúcho, en
las que la prepotencia, arro-
A pesar del debilitamiento de
la región sur del Estado, de la
notable proyección económica y política de los descendientes de los colonos de origen italiano y alemán que de-
gancia y presunción son sus
características principales,
en tanto en los medios regionales las representaciones
son idílicas, nostálgicas y
romantizadas.
1.RBS: TV: “AQUÍ RIO
GRANDE SE VE”
La RBS TV, la emisora de mayor audiencia en la ciudad de
Santa María pertenece a la
Rede Brasil Sul de Comunicações, la cual a su vez está
afiliada a Globo desde 1967.
La propuesta de la RBS es la
valorización de las identidades regionales y locales en los
vehículos que componen la
Red. Hoy cuenta con 4 periódicos, 18 emisoras de televisión (13 en Rio Grande do Sul
y 5 en Santa Catarina) y más
de 18 de radio en RS y SC, una
agencia de noticias, proveedora de acceso a Internet y
productora de video (Souza,
1998:61-62), además de invertir millones de dólares en el
área de telecomunicaciones.
Significa que la Rede Brasil
Sul desempeña el papel de
mediadora en la consolidación de la identidad regional,
debido a su inserción hegemónica en la comunidad sulriograndense, al mismo tiempo que transmite toda la programación de la Rede Globo.
Según Jacks (1999) la RBS tiene el mayor porcentaje de
programación local de todas
las afiliadas, llegando a producir de 15 a 20% de lo que
exhibe. De este porcentaje el
género de programa dominante durante la semana es el
periodismo. El domingo los
V. Mayora
Para investigar el proceso de
hibridación cultural proponemos el estudio del cotidiano
rural (pasado), del cotidiano
urbano (presente) y de las
representaciones que los receptores construyen acerca
de la ciudad y del campo, del
gaúcho y del gringo, como
también la descripción de las
prácticas sociales en el ámbito de la familia, del barrio, del
trabajo y de la escuela de
modo de percibir las relaciones que se establecen entre
las mediaciones en el proceso de recepción televisiva.
105
104
105
Televisión e identidad cultural
programas regionales son
Campo e Lavoura, Galpão
Crioulo y Teledomingo. Además de la programación regional, de la producción
teleperiodística local, de las
campañas institucionales
promoviendo la integración
con la comunidad regional,
los comerciales también
pueden ser considerados un
recurso para mostrar las representaciones acerca de la
comunidad regional: de los
comerciales transmitidos
por la RBS, de 35 a 40% son
producciones locales, 25%
estatales y 30 a 33% nacionales.
Para respondernos a la pregunta sobre cómo la televisión consolida/restaura la
identidad regional, la perspectiva aquí adoptada es la
de investigar la recepción de
esta estructura de programación junto a las familias de
bajos ingresos considerando
el consumo televisivo en su
totalidad, los programas nacionales, regionales y locales
más presenciados por la audiencia.
La cultura gaúcha promueve
la unificación cultural de la
heterogeneidad de los grupos
existentes en el Estado con
base en la figura de un modo
de vida rural que muchos no
vivieron en el pasado y tampoco poseen tal experiencia
en el presente (75% de la población es urbana) y, bajo ese
punto de vista, puede ser considerada hegemónica; por
otro lado, cuando son examinadas las relaciones entre Rio
Grande do Sul y los Estados
diálogos
de la
69
comunicación
de la Federación, el gauchismo sirve para reafirmar la lucha histórica de los gaúchos
por hacerse visibles en el escenario de la nación. Así, el
estudio de las culturas regionales debe abarcar lo que es
la manifestación de la
marginación, de la pobreza y
de la exclusión política, así
como las tradiciones y las
costumbres, porque la crisis
de lo nacional –o la crisis de
la nación como sujeto capaz
de articular las demandas y
representar la heterogeneidad de una comunidad imaginaria- nos lleva a pensar
que “lo que hay de
culturalmente vivo hoy no se
encuentra legitimado como
nacional sino en lo que vive y
se produce en cada región, en
cada cocina, como en la música, en la danza o en la literatura” (Martín-Barbero,
1989:38).
Los dos modelos existentes
dentro de los estudios culturales que disputan la mejor
explicación sobre el modo de
producción de las identidades (Grossberg, 1966:89) a la
vez que excluyentes, son vistos aquí como dos formas
posibles de entenderla. El primer modelo nos ayuda a entender la ideología de la identidad que la esencializa, excluyendo toda la gama de
heterogeneidades posibles
en una representación ficticia
que sirve de modelo a grupos
distintos; el segundo, la real
constitución de las identidades culturales, esto es, el
modo como los sujetos sociales las producen en la vida
mundana.
2. GRUPO SOCIAL, ETNIA Y
TELEVISIÓN EN LA APROPIACIÓN DE LA CULTURA
GAÚCHA
El análisis de los datos revela
que varias manifestaciones
del Tradicionalismo, como la
música y la poesía, son atractivas para grupos de escasos
ingresos de gringos y
gaúchos porque hablan su
lenguaje, esto es, la terminología y la gramática características de las personas simples, de los que no tuvieron
acceso a la escuela o que tuvieron formación educacional deficiente y que reproducen el vocabulario propio del
campo.
La asimilación más visible de
las costumbres gaúchas puede ser observada a través del
hábito de tomar mate y de la
asociación de familias en las
entidades tradicionales. El
mate es bebido varias veces
al día, generalmente en grupo. Las parejas Santos y Silva
beben el mate dos veces al
día y nunca frecuentaron el
CTG.
Pero los rituales de actualización de la cultura gaúcha son
tantos que deben ser analizados en conjunto para que adquieran sentido. Así, no frecuentar el CTG no significa
exactamente falta de interés
en la identidad regional. La
historia de los vínculos con
el CTG evidencia la preponderancia del estrato socioeconómico en la construcción de
la identidad cultural. Los motivos por los cuales se disociaron del CTG Sentinela da
Este es el momento de recuperar la idea de la cultura
gaúcha como una referencia
simbólica capaz de reunir
personas en torno de valores
que ellas desaprueban y por
otro lado, el sentido de la cultura como pertenencia y solidaridad. Para las personas
entrevistadas el Brasil es una
entidad abstracta simbolizada por el carnaval y la corrupción política. Y si la idea misma de nación es precaria, el
discurso regionalista parece
suplir el sentido de brasilidad
que les falta.
Los testimonios traducen
sentimientos de exclusión y
anhelo de igualdad. Vale decir, ellos esperan encontrar
en el CTG –ese lugar símbolo
de la preservación de las tradiciones riograndenses- lo
que no encuentran en el escenario de la nación. Tanto
que, cuando una de las entidades no fue más capaz de
ofrecerles solidaridad perdió
su función, siendo sustituida
por otra.
Para algunas familias vestir la
pilcha es motivo de orgullo,
para otros un traje inadecuado para ser usado en la ciudad. Pilcha es la ropa que
gaúchos y prendas (mujeres)
acostumbran a vestir en ocasiones festivas: los hombres
visten la bombacha, pantalón
largo con bordados laterales,
botas de cuero de taco alto,
pañuelo, faja colorida en la
cintura, sombrero de copa
alta y poncho o “pala”. La
mujer usa un vestido largo,
con bordados y lazos, modelo inspirado en el que usaban
las hijas de los propietarios
rurales de Andalucía durante
los siglos XVIII y XIX (Leal,
1989:45-46). Para el trabajo de
campo las mujeres visten ropas comunes, en tanto los
hombres pueden vestir piezas del vestuario descrito o
eventualmente, traje completo.
Otras formas de vinculación
con la cultura gaúcha son la
culinaria, visitas a padres y
parientes en las haciendas, el
consumo de música y programas trasmitidos por la radio
y por la televisión. El regionalismo vivido en las haciendas,
localizadas en la región de la
Campaña –que es la cuna del
gauchismo- está compuesto
de innumerables prácticas:
oir los “casos” en el galpón y
la música regional en la radio,
asistir a corridas, rodeos y
bailes.
Gaúchos y gringos comparten la idea de que la mejor
representación del gaúcho es
la del trabajador asalariado
dedicado a las actividades de
pastoreo. Además de eso,
para las familias Cagnin y
Cordone (gringos), Santos y
Silva (gaúchos) existen dos
modos de ser gaúcho: el del
gaúcho rural es saber hacer
el trabajo de campo y el del
gaúcho urbano son sus habilidades artísticas. Ambas representaciones del gaúcho
son masculinas, al contrario
de las representaciones acerca del “italiano”, en las cuales la mujer es una referencia
siempre presente en la vida
doméstica y en el cuidado de
los hijos.
Para los gringos el retrato del
gaúcho en la televisión tiene
una doble cara: en los programas locales y regionales el
retrato es positivo, en los programas nacionales, negativo.
Las principales características del gaúcho son sintetizadas como una mezcla de fragilidad en relación con el medio urbano, fuerza física para
el trabajo y orgullo de las tradiciones que cultiva.
Los gaúchos, a diferencia de
los gringos, no piensan que la
televisión defina mal al
gaúcho y enfatizan aquellos
programas o comerciales en
los cuales el gaúcho aparece
de un modo verosímil. Los
principales rasgos característicos utilizados por las familias Santos y Silva para evaluar la aparición del gaúcho
en la televisión son el dejo, la
indumentaria, la música y el
coraje. No hacen distinción
étnica entre gaúchos y brasileños.
Marido y mujer en la familia
Santos se identifican con los
gaúchos porque encuentran
que se debe valorizar la tierra donde se nace, que tiene
una cultura particular, diferente a la de “otros países”.
V. Mayora
Querencia fue porque el número de socios perteneciente a las capas medias se fue
ampliando y prevaleció la
competencia para ostentar
los signos distintivos de estilos de vida diferenciados: en
el juego de cartas o en los trajes típicos la lógica económica comenzó a preponderar.
107
106
107
Televisión e identidad cultural
El uso del término “otros países” no es sólo un error de
quien confunde nombres de
ciudades en el exterior como
países, o de capitales brasileñas con Estados brasileños.
Revela la sensación de sentirse Otro, aquel que es extranjero en su país.
Por otro lado, la televisión
hace visible la diferencia entre el eje Río-São Paulo, el
nordeste y nosotros los
gaúchos, reforzando el conservadurismo moral de los
gaúchos, el orgullo de ser
gaúcho y también nuestras
distinciones económicas y
simbólicas. Lo que está en
cuestión es una idea tenue de
lo nacional que se limita a
pocos Estados y la vida política del país, lo local, los ricos y los pobres.
Luego, la dinámica de la elaboración del concepto de
gaúcho por las familias funciona del siguiente modo:
existen categorías diversas
de gaúchos en el plano local
(Estado), según sean ellas del
campo, de la ciudad o descendientes de etnias distintas,
que son homogeneizadas
cuando se contrapone la región a la nación. En este caso,
la representación es abstracta porque la concepción de lo
que es ser gaúcho está
desvinculada de una totalidad compleja y sólo puede
existir mentalmente fuera de
esa totalidad.
En relación al modo como
ellos se definen, usando las
categorías de urbano o rural,
predomina la identificación
diálogos
de la
71
comunicación
con el medio rural, sea en los
aspectos materiales (simplicidad, carencia), sea en los
simbólicos. En el plano simbólico, la identificación con lo
rural es parcial, pues parte
del stock de valores y comportamientos fue transformado, acompañando los cambios más generales en su ambiente social. Aunque el comportamiento del receptor siga
siendo dictado por la familia,
la televisión suministra un
mapa para el cambio de actitudes frente a ciertos desafíos en la vida urbana, en
cuanto a los cuidados que se
debe tener en la ciudad, a las
decisiones en el amor así
como para aceptar las diferencias generacionales.
Desde el medio rural el papel
de la televisión fue importante para el proceso migratorio,
pues socializó anticipadamente a las familias: les enseñó cómo actuar en público,
esto es, cómo hablar y cómo
tratar a las personas, además
de ofrecerles un sentido de
orientación en el medio urbano al describir la ciudad y sus
instituciones. Sintéticamente,
la televisión les ofrece la promesa de realización material
y de transformación de un
modo de ser “rural” en “urbano” que ellos se esfuerzan por
alcanzar en la vida diaria.
El encierro en una experiencia local tiene consecuencias
sobre el consumo televisivo:
genera inquietud con las reales circunstancias de vida,
debido al contacto con formas alternativas de ser y estar en el mundo y profundo
sentimiento de inferioridad
frente a otros grupos sociales. En suma, para los gringos
y gaúchos ver televisión es la
única forma de distanciamiento simbólico para personas presas en un barrio, transitando de modo insuficiente
por la ciudad debido a las limitaciones impuestas por las
condiciones económicas y
por eso mismo, las inquietudes que la televisión incita no
les impide obtener placer del
consumo televisivo.
¿Cómo se sitúan en relación
con las imágenes de campo y
ciudad transmitidas por la
televisión? La identidad con
el grupo social permea las lecturas de los mensajes
televisivos, donde usualmente no se ven a sí mismos. La
mayoría de las familias entiende que el medio rural se
asemeja al medio urbano o
representa a la clase rural
adinerada cuando es comparada con el campo real. No
obstante, apuntan también
las distinciones entre lo rural
y lo urbano en el modo de
hablar, de vestir y en el modo
de ser de los personajes rurales y urbanos.
Sintetizando los conceptos
de rural y urbano elaborados
por las familias, estos corresponden a las mismas categorías que ellas utilizan para
definir lo regional y lo nacional (algunas veces lo global
también). A través del análisis temático encontramos la
recurrencia de los siguientes
pares de opuestos, agregados
a los conceptos de campo/
regional (simplicidad, reali-
Significa que las familias utilizan las mismas ideas para
expresar lo que entienden
como rural y regional y lo que
entienden como urbano y nacional. O sea, lo que ellos
aprenden acerca de lo urbano está en las telenovelas y
en los demás programas difundidos nacionalmente, en
aquellos mensajes que representan para ellos el escenario
de la nación y del mundo, del
cual el gaúcho o está ausente
o es estereotipado. Lo regional es el lugar del reconocimiento, de la inclusión , de lo
arcaico (pasado); lo nacional
simboliza la separación –debido a algo que ellos no poseen porque no pueden comprar o lo que no tienen competencia para ser y hacer- es
la modernidad (presente).
Los gringos, por otro lado,
mantienen algunos rasgos de
la cultura italiana cotidiana
de las familias; la familia extensa como fuente de afectividad, soporte material y
moral, la religiosidad, el mate,
la culinaria, el valor del trabajo y de la economía. Es
motivo de mucho orgullo
para la familia tener antepasados italianos y la mayoría
sabe el lugar de Italia de donde vinieron, y los eventos importantes del viaje desde Italia hasta el Brasil. La pérdida
de los vínculos con la cultura
italiana en el medio urbano
puede ser el resultado de su
precaria institucionalización,
pues con excepción de las
fiestas religiosas organizadas
por las parroquias o de los
programas de radio, esa subcultura étnica es institucionalizada para las clases medias y altas.
Hoy el Tradicionalismo es un
sustituto para el que está perdiendo su cultura italiana,
para el deterioro de la
socialidad por la violencia y
uso de drogas, y para lo que
ellos consideran el exceso de
libertad sexual. En otras palabras, es un campo moral
adecuado para el mantenimiento de valores que son
organizados institucionalmente. El CTG representa un
lugar seguro donde existe el
respeto riguroso a las normas
de comportamiento considerado adecuado. Esto es, el
único lugar posible para el
retorno a lo rural.
El oportunismo que caracteriza la identidad cultural es
evidente en el caso de los
gringos, pues cuando se trata de valorizar al mundo rural se apela a la representación del gaúcho, cuando el
gaúcho se convierte en un
competidor en el mundo social o cuando los valores del
grupo familiar entran en conflicto con otros valores –en el
trabajo, en el descanso, en la
familia- se valoriza los rasgos
de la cultura italiana. Existen,
por consiguiente, dos situaciones en las cuales la
operacionalidad del concepto cambia: una, cuando se
contrapone la realidad de la
nación con la realidad de Río
Grande do Sul; otra, cuando
lo que está en cuestión es la
propia región, el Estado, caracterizado por su heterogeneidad y desigualdad.
Ser gaúcho, para los Santos y
Silva, envuelve el dominio de
las mismas habilidades
pastoriles citadas por los
gringos. El gaúcho está
indisociablemente ligado al
caballo y esta ligazón es parte del imaginario riograndense. El Tradicionalismo difundido en los programas de radio y televisión parece ser
necesario como relaciones
sociales que renuevan el “capital cultural” de los gaúchos.
Por tanto, además de mostrar
la cultura regional, la televisión transmite también valores y comportamientos urbanos y tiene un papel importante en la asimilación de los
mismos porque las otras formas de adquisición material
y simbólica de bienes y servicios urbanos como escuela,
entretenimiento, consumo o
son limitadas o inexistentes.
Unos ya no frecuentan más el
ambiente escolar y todos
ellos, sin excepción, viven
confinados a la periferia de la
ciudad que no les ofrece pasatiempos.
3. CORAZÓN CAMPESINO
EN LA CIUDAD
Vimos que la experiencia
como trabajador(a) rural (y la
cultura agregada a esta condición social) anterior a la
migración hacia la ciudad, o
la socialización familiar para
V. Mayora
dad, timidez, humildad, escasez, honestidad, mala educación), ciudad/nacional (sofisticación, apariencia, desembarazo, arrogancia, abundancia, indecencia, civilidad).
109
108
109
Televisión e identidad cultural
los descendientes que ya vivieron la mayor parte de sus
vidas en el medio urbano,
marca las interacciones sociales de las familias y, por
eso mismo, los modos de uso
de los medios de comunicación de masas. Esta matriz
cultural –que puede ser definida como los significados y
valores como son vividos y
sentidos (Williams, 1980:155)y las relaciones existentes
entre ella y las prácticas y representaciones más formales
y/o institucionalizadas de la
cultura gaúcha es que son
determinantes en los usos e
interpretaciones de la televisión. Ante lo que ya fue expuesto anteriormente, los aspectos más relevantes de la
relación entre cultura regional y televisión pueden ser
sintetizados a continuación.
La televisión tiene una función “didáctica” en el sentido
de ofrecer un retrato de lo
urbano en el cual los personajes citadinos enseñan estilos de comer, vestir, hablar y
comportarse y modos de ser
que se coadyuvan con la ciudad moderna en contraposición al atraso de lo rural y de
los pobres. En este sentido, la
televisión es una referencia
contrastante con la realidad:
de las clases rurales y urbanas, de lo (inter)nacional y de
lo regional, del centro y de las
periferias urbanas. Particularmente, el contraste producido por la comparación entre los grupos sociales representados en la televisión y la
posición social de los receptores los hace efectuar una
interpretación de los mensa-
diálogos
de la
comunicación
jes masivos que oscila entre
juzgarlas de modo crítico y
percibir la pobreza como una
condición natural. La conciencia de las desigualdades
es parcialmente obliterada
por el hecho de que absorben
una idea de ascenso social
según la cual el desempeño
individual es el origen de la
pobreza y de la riqueza, en
una especie de darwinismo
social: los más capaces son
los que superan las barreras
de clase.
Además de eso, otros vehículos de popularización de la
cultura regional tales como la
escuela, la radio o el CTG tienen un peso relativo diferente para cada miembro de la
familia. La radio es el vehículo primordial de lo local y lo
regional para quien oye música y escucha el noticiero. La
escuela enfatiza el desarrollo
económico, social, tecnológico y cultural de la Región sur
y ese aspecto de la enseñanza escolar contribuye a formar en los alumnos el sentimiento de orgullo de ser
gaúcho.
Dentro de los indicadores que
se revelaron cruciales en los
usos e interpretaciones de la
televisión por los receptores,
nos interesa enfatizar el papel
del grupo social, esto es,
cómo el pertenecer a una población de bajos ingresos o
ser comerciante, motorista, o
albañil, etc., y tener origen
rural interfiere en la apropiación de los contenidos masivos. Para ilustrar concisamente ese argumento, lo mejor es usar dos términos em-
pleados por los entrevistados
para describir los antiguos
aparatos de radio y televisión: la capilla y el panal de
abejas.
En los poblados rurales del
interior de Rio Grande do Sul
capilla designa una pequeña
construcción en forma de
arco que abriga a un santo y
se localiza a la vera de las calles. El formato arqueado de
los viejas radios de madera es
comparado al formato de las
capillas. Pero el sentido del
término sobrepasa a la semejanza física entre ellos y, es
obvio, puede ser interpretado en su simbología.
Para los descendientes de italianos entrevistados, la capilla es uno de los símbolos de
una de las instituciones que
ellos consideran más importantes, la Iglesia; para los
gaúchos el símbolo de la religiosidad como fuerza espiritual para enfrentar o, simplemente, vivir la vida. Ambos
grupos recuerdan los primeros aparatos que eran colocados en la sala, donde después
de un día de trabajo la familia entera –y algunos vecinos
o amigos- se reunían a su alrededor para escuchar
radionovelas, noticiarios o
programas de música de los
sertões. Hoy la ritualidad se
mantiene en algunos momentos en los cuales la radio no
es incorporada al ritmo de las
actividades diarias. Cuando a
las familias les gusta escuchar los programas predilectos en silencio, la misma actitud exigida en las capillas e
iglesias.
Lo que al final aprendimos
con esas personas y sus mundos imaginarios y reales fue
que el papel que los medios
de comunicación de masas
asumen en lo cotidiano es inseparable de las instituciones
que lo organizan, del grupo
social al que se pertenece, de
la cultura que da sentido a las
experiencias vividas.
Sergius, FISCHER, Luis Augusto, Nós
culture and identity in the pampas.
os gaúchos. Porto Alegre: UFRGS,
Berkeley (CA), 1989. Tesis de docto-
1992.’
rado.
DE BONI, Luis A. A presença italiana
LIEBES, Tamar. CURRAN, James. Me-
no Brasil. Porto Alegre: Edições EST;
dia, ritual an identity. New York/
Torino: Fondazione Giovanni Agnelli,
London: Routledge, 1998.
1996.
LULL, James. A China ligada. Rio de
FREITAS, Décio. Alma do RS. Zero
Janeiro: Rio Fundo, 1992(a).
Hora, 3 de octubre de 1999.
MARTÍN-BARBERO, Jesús. De los meGARCÍA CANCLINI, Néstor. Cultura y
dios a las mediaciones. Barcelona:
comunicación: entre lo global y lo lo-
Gustavo Gili, 1987.
cal. La Plata: Facultad de Periodismo
y Comunicación Social, 1997.
MARTÍN-BARBERO, Jesús. Identidad,
comunicación y modernidad en Amé-
GARCÍA CANCLINI, Néstor. Culturas
rica Latina. Contratexto n. 4: 31-56,
híbridas. São Paulo: Edusp, 1997.
julio 1989.
GARCÍA CANCLINI, Néstor. Consumi-
MARTÍN-BARBERO, Jesús. Pre-Textos.
dores e cidadãos. Rio de Janeiro:
Conversaciones sobre la comunicación
UFRJ, 1997.
y sus contextos. Valle (CO): Centro
Editorial Universidad del Valle, 1995.
GEERTZ, Clifford. Conocimiento local.
Barcelona: Paidós, 1994.
MARTÍN-BARBERO, Jesús, ESPINEL,
Manuel V., RESTREPO, Antonio B. La
GROSSBERG, Lawrence. Identity and
nueva representación política en Co-
cultural studies-is that all there? In
lombia. Bogotá: FESCOL/IEPRI, 1997.
Hall, Stuart and Gay, Paul du. Questions
of cultural identity. London: Sage, 1996.
MICELI, Sérgio. A noite da madrinha.
São Paulo: Perspectiva, 1972.
HAMBURGER, Esther. Diluindo fronteras: a televisão e as novelas no co-
MORLEY, David; ROBINS, Kevin.
tidiano. In SCHWARTZ, Lilia Moritz
Spaces of identity: global media,
(org.) História da vida privada no Bra-
electronic landscapes and cultural
sil. São Paulo: Cia da Letras, V.4, 1998.
boundaries. London/New York:
BIBLIOGRAFÍA
Routledge, 1995.
ANG, Ien. Watching Dallas:
HOGGART, Richard. As utilizações da
soap opera and the melodra-
cultura. Lisboa: Ed. Presença, 1973.
matic imagination. Routledge:
London, New York, 1996.
BOURDIEU, Pierre. La distin-
Cultural Studies in Latin America.
JACKS, Nilda. A recepção na queren-
Critical Studies in mass communi-
cia. São Paulo, ECA/USP, 1993. Tesis
cation, 8(4): 60-73, diciembre 1991.
de doctorado.
ción. Criterio y bases sociales
OLIVEN, Ruben. A parte e o todo.
del gusto. Madrid: Taurus,
JACKS, Nilda. Midia nativa. Indústria
1988.
cultural e cultura regional. Porto Alegre: UFRJ, 1998.
Petrópolis: Vozes, 1992.
OLIVEN, Ruben. A dupla desterritorialização da cultura gaúcha. In
DACANAL, José Hildebrando. Origem
e função dos CRGs. In: GONZAGA,
O’CONNOR, Alan. The emergence of
LEAL, Ondina Fachel. Gauchos: male
V. Mayora
Otra relación que podemos
establecer entre la radio y la
Iglesia es que ambas son una
fuente de valores con gran
legitimidad para los gringos y
gaúchos, visto que proveen
un stock moral basado en la
solidaridad, en la valorización de los lazos familiares y
de los grupos primarios en
general. A su vez, el panal de
abejas, con su ruido y su utilidad, expresa acuciosamente
el significado de la televisión
en lo cotidiano –es encarada
como algo que produce cosas
placenteras y útiles, así como
la televisión, que les enseña
estilos de vida, les lleva a lugares distantes, les informa y
les orienta en la ciudad.
111
FONSECA, Claudia. Fronteiras da cul-
110
111
Televisión e identidad cultural
tura. Porto Alegre: UFRGS., 1993.
SCHLESINGER, Philip; Morris, Nancy.
Cultural boundaries: identity and
communication in Latin America.
Colloquium at University of Stirling,
16-18 octubre, 1996.
SOUZA, Carlos A. de. O fundo do
espelho é outro: quem liga a RBS liga
a Globo. Porto Alegre: UFRGS, 1998.
Sustentación de maestría.
WILLEMS, Emilio. A aculturação dos
alemães no Brasil. São Paulo: Ed. Nacional; Brasilia: INL, 1980.
WILLIAMS, Raymond. Marxismo y literatura. Barcelona: Península, 1980.
WILLIAMS, Raymond. O campo e a
cidade. São Paulo: Cia das Letras,
1989.
WILLIAMS, Raymond. Base and
superstructure in marxist cultural
theory. In MUKERJI, Chandra.
SCHUDSON,
Michael
(eds.)
Rethinking popular culture: contemporary perspectives in cultural studies.
Berkeley, L.A. London: University of
California Press, 1991.
diálogos
de la
comunicación
Violencias,
comunicación
y paz
G. Rey
Germán Rey
Gritar en
sueños.
Asesor de la Presidencia de la Fundación Social. Profesor de la
Maestría en Comunicación de la Universidad Javeriana.
E-mail: [email protected]
317
diálogos
de la
comunicación
316
317
G e r m á n
R e y
Gritar en sueños
1. LAS SILUETAS CEBRAS
Y EL SUEÑO EN QUE
NO SE PUEDE GRITAR
«Sólo la violencia es muda»
escribió Hannah Arendt en «La
condición humana»1. Lo hacía
en el contexto de su reflexión
sobre la esfera pública y la
vida privada, es decir, de la
diferenciación entre la luz plena que permite «que todo sea
visto y oído por todos» y la luz
crepuscular de los encantamientos íntimos; pero también de su descripción del significado de la democracia
y del papel del político como
retórico que en ambos casos
gira alrededor de la palabra,
del uso del lenguaje. La democracia es el «más charlatán de
los sistemas políticos» y es
político aquel que domina el
arte de hablar bien en público, quien se ejercita en la per-
diálogos
de la
67
comunicación
suasión a través de la expresión comunicativa.
La violencia es muda y enmudece, se opone al flujo de las
argumentaciones, al foro de
las interacciones discursivas
en que se exponen y compiten la diversidad de perspectivas. Acudirá a todo tipo de
justificaciones: al trasvestismo de la verdad, a la disposición para eliminar cualquier diferencia, a la conquista de una visibilidad que refuerce su ánimo guerrero o
sus intereses más particulares. Es similar a la figura arquitectónica que sugiere Alejandro Kaufman para ejemplificar el arrasamiento de toda
voluntad de supervivencia de
lo diferente o a la reflexión
que hace Giacomo Marramao
de las posibilidades que se
tenían -y que no se usaron
suficientemente- para rastrear el fascismo en las mutaciones del lenguaje. «Un indicio de lo que estaba por acontecer -escribe Kaufman en
«Tramas de barbarie»- pudo
haber sido la aparición, hacia
1987 o 1988, por primera vez
en nuestro transcurso vital,
de viejas casas con ventanas
y puertas tapiadas para evitar su ocupación. Tal vez esa
costumbre ya existiera desde
antes, pero en aquel tiempo
debe haber sido un presagio
de violencia inaudita que lentamente se fue incubando y
que tal vez aún no haya manifestado toda su potencialidad»2. La revelación de estas
viejas casas deshabitadas
con puertas tapiadas se asemeja también -continúa más
adelante Kaufman- a «las pre-
cauciones ilimitadas con que
se tratan los caudales, monetarios o simbólicos. Un canal
de TV está tan custodiado
como un banco. La clave de
la ausencia de ágora está, no
en lo que se transmite, sino
en la puerta de entrada al espacio de la emisión de la presunta palabra. La retórica y el
profesionalismo están custodiados igual que los bancos.
Nada más lejano a la plaza
pública»3. Esta convergencia
entre puerta (que hace recordar a Simmel) y vigilancia,
bancos y canales de televisión, retórica y custodia, parecería una variación de la
mudez que desata la violencia y ciertamente lo es de la
apertura pública de la plaza
y el sentido deliberativo de la
comunicación democrática.
Giacomo Marramao explica
que en lo más profundo del
lenguaje y sus textos corren
conmociones cuyos signos
superficiales -casi imperceptibles y posiblemente anodinos- dan lugar a desciframientos de las líneas de gestación de la intolerancia y sus
manifestaciones de violencia.
Desciframientos que no siempre se vuelven evidentes...
«Existe una evolución del lenguaje que hay que ver como
un hecho en desarrollo, siempre potencialmente creativo.
El verdadero problema es
otro: es el peligro de la corrupción, de la barbarización
del lenguaje, del lenguaje
como vehículo de agresividad. Con un análisis de lenguaje más atento hubiésemos
podido detectar la llegada del
fascismo a Europa y del
nacionalsocialismo en Alema-
En un trabajo etnográfico en
el sur de Colombia Michael
Taussig encuentra estas relaciones entre guerra y silenciamiento unidas al terror y una
memoria que no se borra sino
que se hunde en lo más recóndito de las experiencias
personales y los imaginarios
sociales. Un encuentro que
«nubla» y vacía la esfera de lo
público. Todos temas que tocarán a fondo las conexiones
de la comunicación con la
paz. «Por sobre todas las cosas, la guerra sucia -escribees la guerra del silenciamiento. Oficialmente no hay guerra ninguna. No hay prisioneros. No hay tortura. No hay
desapariciones. Sólo el silencio que consume esa gran
parte del lenguaje del terror,
intimidando a todos para que
no se comente nada que pueda ser interpretado como una
crítica a las fuerzas armadas.
Esto es más que la creación
del silencio. Es silenciamiento, que es muy distinto. Pues
ahora lo no dicho adquiere
sentido y una confusión específica nubla los espacios de la
esfera pública, que es donde
se desarrolla la acción. En la
presencia de lo no dicho logra que el más simple de los
comentarios de la esfera pública se vuelva asombroso en
esta época del terror: la mención de los Desaparecidos
por parte de las madres en
espacios públicos, nombrándolos y mostrando sus foto-
grafías en actos colectivos
que adquieren la forma de un
ritual en el cual lo importante no son los hechos pues son
bien conocidos por todos,
sino el cambio que implica la
ubicación social en que esos
hechos se insertan, llenando
el vacío público con la memoria privada. El motivo de silenciar y el terror detrás del
silenciamiento no es el borrar
la memoria. Ni de lejos. El
motivo es enterrar la memoria profundamente dentro del
individuo, para así crear más
temor y una incertidumbre en
la cual la realidad y lo onírico
se entremezclan»5.
Nublamiento de lo público,
casas tapiadas, corrientes internas al lenguaje. Todos cercos que van ocupando la visibilidad para oscurecerla, la
memoria para identificarla
con el terror; llenando de signos privados (los lentos desplazamientos de campesinos,
los recuerdos de los jóvenes
asesinados en los barrios, las
fotografías de los desaparecidos, los cuerpos inertes de
los masacrados) la ausencia
de un espacio público que
hiciese legítimo el conflicto y
sus controversias, pero nunca la eliminación de los contrincantes. Porque el silenciamiento resquebraja la vida
pública creando un caos que
necesitan los violentos para
escudarse, aleccionar, actuar
y huir. El debilitado tejido
institucional que no procuró
la expresividad pública y «tapió las ventanas» sirve como
un terreno propicio para el
mantenimiento de la guerra y
las violencias. Un tejido del
que no ha estado ausente la
comunicación, sus actores y
sus prácticas.
Es impresionante está asimilación de lo onírico con los
cuerpos sin rostro y la persecución. En un testimonio recogido en el libro de Germán
Castro Caycedo sobre jóvenes
colombianos, uno de ellos,
hijo de un exilado político torturado narra su incapacidad
de gritar en sueños, como si
el silenciamiento marcado por
la presencia de los cuerpos
informes de los perseguidores
se hubiese convertido en el
material más profundo de su
inconsciente. «Ocho años de
edad. En ese tiempo yo dormía solo en la buhardilla de
una casa de tres pisos, una
casa pequeña. Arriba había un
baño y un cuarto. Ahí estaba
yo. Soñaba. Todo era gris,
todo sin color. Lo único que
vibraba era mi casa color ladrillo, al mediodía, cuando el
sol cae vertical. Dentro del
sueño me despertaba, bajaba
al segundo piso y encontraba
la sala; me asomaba por la
ventana, miraba hacia la calle
y veía a cinco hombres sin
ropa. Y sin cara. Eran siluetas
color cebra que tenían una sonoridad particular, un zumbido que siempre he relacionado con miedo, parecido al ruido de los televisores cuando
están sin señal. Un jizzzz. Las
cebras golpeaban durísimo la
puerta y al final entraban, y yo
me veía a mí mismo cuando
me sacaban y me llevaban. Y
yo no podía hacer nada. El
problema era que no podía
gritar. Ése es el problema de
todos mis sueños. En todos
G. Rey
nia. Se hubiesen podido advertir ambos con la progresiva corrupción y barbarización del lenguaje precisamente en la polémica política.4
319
318
319
Gritar en sueños
los sueños en que me sucede
algo así, no puedo gritar, ni
puedo caminar. Hago el esfuerzo y no sale ningún sonido. Finalmente, en un intento
por gritar, me desperté y bajé
corriendo adonde mi papá.
Me acosté a su lado. No le dije
nada, no hablamos. Él se corrió, me abrazó y nos dormimos nuevamente. La relación
con mi papá está hecha más
con silencios que con diálogos»6.
En los textos anteriores la palabra y el lenguaje contrastan
severamente con el silenciamiento que imponen las
violencias. Esta negación de la
identidad de las siluetas-cebra, de los hombres sin rostro,
es la señal que deja la negación en la memoria, lo que
ahoga el grito en la garganta
del niño soñador. Los signos
que atraviesan todos estos
textos tienen una fuerte asociación con la visualidad y las
sonoridades: los rostros de
los desaparecidos (rostros de
quienes no se sabe nada, a
quienes rodea el más penetrante de los silencios), los
hombres sin ropa que se asoman a los sueños de Daniel
(como la des-identidad de los
torturadores que ocultan su
cara en capuchones) 7 , los
zumbidos que traen el miedo
y la imposibilidad de gritar
componen una paradoja: son
presencia pero no comunican.
Esta fisura del reconocimiento también está presente en
los desplazados de guerra, en
su tragedia de ser perseguidos
«porque si esa gente busca es
para encontrar» y de ser vulnerados en el centro mismo
diálogos
de la
69
comunicación
de su identidad. «El gobierno
debe conocer a la gente por
sus obras -dice una mujer
chocoana en una crónica de
Alfredo Molano- la gente que
quiere la paz no es la gente
que quiere la guerra. Los desplazados nos hemos convertido en seres que no somos.
Un desplazado no sabe si está
vivo o está muerto. Si lo están
persiguiendo o está desaparecido. Si mañana va a amanecer vivo no sabe dónde. Un
desplazado es un caminante
de por vida. Huye una vez, y
otra vez, y otra vez»8.
El nublamiento de la esfera
pública se produce también
desde numerosas prácticas
comunicativas, algunas de
ellas específicamente mediáticas: a través de la innacesibilidad a la información, los
efectos de distorsión que se
imponen sobre los acontecimientos, la oficialización -estatal, insurgente, delicuencial- de los mensajes que circulan socialmente, la criminalización de determinados
sujetos sociales despojados
del derecho de ser considerados como miembros de la
sociedad, la banalización del
sufrimiento o la pérdida de
densidad histórica de los actos sociales.
Pero es quizás en esta unión
entre terror y memoria, en
esa disolución de las identidades donde la violencias se
hacen aún mudas y activas.
Se crea así más miedo y más
incertidumbre mientras que
se afecta severamente el reconocimiento del otro que
empieza a perder su existen-
cia mucho antes de ser despojado de su propia vida.
2. LA PAZ EN AMÉRICA
LATINA: LOS
TRAUMATISMOS DEL
PAISAJE
En “Paz” Norberto Bobbio
hace una extensa reflexión de
las relaciones mutuamente
condicionantes de la díada
paz-guerra. «El hombre -escribe- comenzó a reflexionar sobre la paz partiendo del estado de guerra, de ese estado en
que es puesta en peligro su
vida, amenazada la posesión
de bienes, vueltas precarias
las condiciones de existencia
propias y las de los vecinos.
El ser humano ha comenzado
a aspirar a los beneficios de
la paz partiendo de los horrores de la guerra»9.
El paisaje latinoamericano no
puede ser más complejo.
Mientras existen explícitamente conflictos bélicos internos de diferente índole y
coberturas, como también de
origen, composición e impactos sociales diversos como es
el caso de Colombia, México
o Perú (mucho más extendido y grave el primero que los
segundos) se consolidan -con
bastantes dificultades y contratiempos- procesos post
negociación política de conflictos largos y cruentos de
guerra interna como sucede
en El Salvador o Guatemala.
Entretanto se viven profundos
procesos de fracturación de la
memoria que habían quedado
pendientes en medio de las
transiciones de las dictaduras
Algunos conflictos latentes
por problemas de delimitación fronteriza han pasado a
ser confrontaciones importantes de carácter internacional
(como la guerra de Las
Malvinas entre Argentina e Inglaterra o las confrontaciones
armadas entre Perú y Ecuador) mientras que problemas
como el narcotráfico o el terrorismo generan situaciones
cada vez más problemáticas
entre algunos países latinoamericanos, los Estados Unidos y en general la comunidad
internacional. El ambiente
post guerra fría y la caída del
comunismo en los países de
Europa del Este ha dado lugar
a nuevos escenarios y también a nuevos tipos de conflictos: mientras se mantiene la
vieja confrontación entre
Cuba y los Estados Unidos, la
guerra contra la droga ha convertido a países como Colombia, Perú, Bolivia y México en
lugares de tensiones variables, descertificaciones y aumento considerable de la ayuda para la militarización del
conflicto. Tensiones que han
producido, tanto por parte de
los carteles de narcotraficantes como de las políticas externas e internas de persecución a la droga costos sociales y ecológicos inmensos,
inestabilidad institucional en
democracias ya de por sí débiles y sobre todo una expansión a muchos niveles de la
vida social de los efectos desastrosos de la corrupción, la
impunidad y las violencias.
Eduardo Pizarro lo confirma
en un artículo, «El espejo colombiano», cuando dice que
«la violencia guarda una profunda similitud con el fenómeno de la inflación: una vez esta
última se convierte en hiperinflación desborda la capacidad de control estatal y, en
una espiral incontrolable,
arrasa con la economía de un
país. Lo mismo ocurre con la
hiperviolencia: una vez salida
de madre, la violencia desborda el sistema judicial, al sistema carcelario y a las autoridades policiales y militares, destruyendo todo a su paso como
un inmenso ciclón: la ética del
trabajo, las normas mínimas
de convivencia ciudadana y el
respeto a la vida»10.
Sin embargo el debate sobre
la paz no se restringe a las realidades que pueden ser consideradas como más cercanas a
estados de guerra interna o
internacional. Existen en América Latina otros focos violentos de enorme preocupación
y sobre todo de influencia inmediata sobre la convivencia
pacífica: el hacinamiento carcelario acompañado de permanentes motines y graves
enfrentamientos entre presos
y entre estos y las autoridades, el desplazamiento forzoso por razones políticas, de
discriminación étnica o de
emprobrecimiento (como las
que viven los desplazados por
la guerra en Colombia, los refugiados centroamericanos,
los balseros que intentan llegar a la Florida o las miles de
personas que sufren hambrunas en Haití); las dificultades
de los migrantes que son considerados como una población de segunda en algunos
países del propio continente
y alrededor de los cuales se
producen hechos discriminatorios casi siempre de naturaleza urbana (bolivianos en Argentina, colombianos en Venezuela, latinos en los Estados
Unidos).
Dentro de este paisaje bien se
pueden considerar también
todos aquellos fenómenos
que tienen que ver con el aceleramiento de las condiciones
de pobreza en la gran mayoría de los países de la región
con numerosas y en algunos
casos novedosas manifestaciones como el empobrecimiento de sectores sociales
desenganchados de los procesos de ajuste, los impactos
que las políticas económicas
han tenido sobre las clase
media y sobre campos decisivos de la vida social como
la educación pública o los sistemas de seguridad social
(salud, situación pensional)
como también sobre el panorama laboral que tiende a
sobresaturarse de desempleados, empleados informales, poliempleados y bajos
G. Rey
a los gobiernos democráticos
y que se han mantenido entre
presiones internas, regreso de
exilados, comisiones de la verdad, activos movimientos que
agruparon durante años a los
familiares de los desaparecidos (las madres locas de la
Plaza de Mayo o las diferentes
asociaciones de familiares de
Desaparecidos de Chile) y últimamente la reconsideración
globalizada de las responsabilidades de gobiernos dictatoriales en la violación de los
derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad.
321
320
321
Gritar en sueños
salarios frente a economías
dolarizadas. Todo ello a pesar
que algunos índices de calidad de vida hayan mejorado,
por lo menos en las perspectiva de las grandes estadísticas nacionales aunque no
siempre de las realidades cotidianas de la gente. El conflicto entre la extraterritorialidad de la globalización (por
ejemplo de la «propiedad absentista») y la poca significación de la localidad que han
hecho evidentes autores
como Zigmunt Bauman dan
lugar a problemas que no se
conocían en el pasado y que
actúan como dispositivos socialmente desestabilizadores.
Otros rasgos importantes del
paisaje y su turbulencia son
la instauración de gobiernos
de control y seguridad autoritarios o de propuestas populistas que buscan consolidarse en el uso del poder a
través de mecanismos supuestamente legales, como
en el caso de Perú y Venezuela. Frente a los ejércitos y los
gobiernos que habían aprendido las lecciones de la teoría de la seguridad nacional
tenemos gobiernos que se
afianzan mediante poderosos
sistemas de control constantemente vigilantes y actuantes. Los escándalos de policías y organismos de seguridad en algunos países latinoamericanos involucrados en
violaciones a los derechos
humanos y su uso de prácticas de terror sistemáticas no
son infrecuentes. Se reemplaza el horror impuesto por
insurgencias terroristas por
el panóptico estatal altamente sofisticado en su control y
diálogos
de la
71
comunicación
arbitrariedad sobre las libertades de los ciudadanos.
Está también el incremento
de la delincuencia e inseguridad urbanas, un fenómeno
creciente en muchas ciudades latinoamericanas desde
Río hasta ciudad de México,
acompañada de intervenciones oscuras de «limpieza social» o de campañas de criminalización de ciertos actores
sociales (por ejemplo de jóvenes, prostitutas, mendigos
o pandilleros), una versión de
la barbarie como lo opuesto
a lo civilizado o la barbarie
como lo que queda «afuera»
de la sociedad.
El paisaje, que apenas se presenta con algunos de sus trazos mas generales y posiblemente menos importantes
muestra un horizonte bastante poblado de tensiones y
conflictos que inciden en las
formas de convivencia, en la
caracterización de determinados actores sociales como
delincuentes o por lo menos
como marginales a la sociedad, en la emergencia de sistemas de control y de represión más sistemáticos y
tecnificados y en las reconsideraciones del corpus jurídico que enfrente las nuevas y
viejas formas de desadaptación social.
Pero además el paisaje deja de
ser limitado por las propias
territorialidades y cada vez
adopta la forma de un mapa
global, de unas interacciones
fuertemente internacionales
no sólo porque muchos de los
fenómenos reseñados se repli-
can casi en iguales circunstancias en muchos países de la región (por ejemplo la inseguridad urbana, la protesta social
por el empobrecimiento, la insignificancia de lo local frente
a los propietarios absentistas
de Bauman o los retraimientos
de la clase media) sino por las
articulaciones y los sistemas
reticulares que se dan entre
los fenómenos de violencia
que se viven en nuestros países. No cabe duda que entre
Perú, Bolivia, Colombia, México, algunas islas del Caribe,
los Estados Unidos y Europa
se han conformado amplias
redes que se precisan entre sí
de cultivadores, consumidores, productores, distribuidores de drogas, comerciantes
de precursores químicos y
financistas que lavan dinero,
y se dan también extensas
imbricaciones entre sus sistemas policivos, de seguridad y
de justicia. La extradición se
ha convertido, para sólo citar
uno de los mecanismos jurídicos de persecución del cultivo y venta de la cocaína, en
uno de los centros mas neurálgicos de los nuevos motivos de desestabilización y violencia en nuestros países y de
presión o cooperación de los
países de periferia con los países consumidores del primer
mundo. El «preferimos morir
en Colombia que una cárcel en
los Estados Unidos» dio lugar
en la década de los 80 a una
de las guerras más crueles y
terribles que haya soportado
un país así como a una de las
escaladas más despiadadas
del narcoterrorismo en el
mundo. Obviamente la extradición fue sólo una de las mo-
Inclusive los conflictos bélicos
internos o entre países se encuentran entrelazados con el
papel de las Naciones Unidas
y la intervención de los Estados Unidos que va desde su
política invasiva y militarista
aplicada en los conflictos de
Cuba, Panamá y Grenada hasta su enfoque «humanitario»
que se aplicó recientemente
en Serbia y en Kosovo y que
algunos analistas de la política internacional no descartan
para casos como el de Colombia. El «endurecimiento» y militarización de fronteras en el
caso colombiano es, junto con
la política armamentista de la
lucha contra las drogas o la
supeditación de las ayudas
económicas a transformaciones internas de las políticas de
derechos humanos, formas
que demuestran las connotaciones internacionales que
han adoptado los conflictos
que en el pasado habrían tenido un relativo sesgo territorial.
Una tercera dimensión del
paisaje es el impacto directo
que muchos de los rasgos
mencionados de la «guerra» o
de las violencias contemporáneas en el continente tiene
sobre grandes grupos indefensos de la población civil cercados por la inseguridad de
las ciudades, la «bunkerización» de los estilos de vida, las
restricciones a los derechos
civiles, el desplazamiento forzoso de sus lugares de habitación y de trabajo, el secuestro
y el «boleteo» para recoger dineros que le den sostenibilidad a la guerra, la conversión de la población civil en
informantes y proveedores de
uno u otro bando en contienda, la permanencia de un estado de terror e intimidación
generado por los diferentes
actores guerreros, la criminalización de personas o de
instituciones, la pérdida de
autonomía para dar paso a
irritantes formas de control y
vigilancia que ingresan hasta
los predios más íntimos de sus
vidas privadas. Una población
civil que está «ad latere» de los
partidos políticos hundidos
en una crisis sustancial (el
caso de Venezuela es uno de
los más patéticos) como también de las autoridades que no
pueden garantizar ni el control de la fuerza ni la seguridad de sus ciudadanos. Pero
junto a esta indefensión radical de sociedades civiles muy
débiles están los movimientos
sociales y cívicos, un cierto
crecimiento de la impugnación civil a todas las manifestaciones violentas, unas formas de solidaridad internacional con poder movilizador y
una cada vez más vigilante
opinión pública internacional
que presiona a su manera
como se observó en el caso de
Kosovo.
Un cuarto elemento del paisaje es la refiguración de las
violencias a partir de las
transformaciones sociales de
los últimos años: la urbanización da lugar a escenarios y
modalidades diferentes de
violencias así como la aparición del consumo masificado
de drogas produjo redes criminales, represivas y jurídicas perfectamente inéditas.
La disolución de los antagonismos de la guerra fría produce la internacionalización
de ciertas preocupaciones
como estratégicas (derechos
humanos, ingeniería genética, medio ambiente, narcotráfico) así como las renovaciones tecnológicas generan no
sólo nuevos accidentes
(Virilio) sino también procedimientos desconocidos de
guerra o por lo menos de conflictos violentos. Los hackers
en el ciberespacio, la guerra
biológica en el uso de armas
aún más letales, las guerras
teledirigidas, las migraciones
y los gestos xenófobos, los
sistemas de control informáticos, los daños ecológicos
que padecen amplios grupos
poblacionales son manifestaciones que advienen ligadas
a los cambios tecnológicos y
que no son solamente un triste privilegio de los países más
industrializados sino también
de los países pobres.
G. Rey
tivaciones en juego. La recepción ilegal de la señal satelital
por parte de televisiones informales en Colombia produce de inmediato protestas de
las autoridades norteamericanas así como de los grandes
consorcios mediáticos y las industrias del turismo facilitan
la concentración de poblaciones que ponen en peligro los
planes de descanso y placer
de los migrantes ocasionales
de los países ricos que buscan
desde exotismo tropical hasta playas desprovistas de las
hordas indeseables de pobres
y desocupados. Los países
son parias por otras razones
de discriminación.
Finalmente el paisaje de la
guerra como el de la paz está
323
322
323
Gritar en sueños
altamente unido al relieve de
la democracia, la fortaleza de
las instituciones y la ciudadanía. Los efectos de las violencias no sólo tienen que ver
con el estado de todas ellas
sino que impactan severamente sobre su situación. Pero
también es en ellas donde se
perfilan caminos de solución
que, como observaremos más
adelante, implican al ejercicio
de la comunicación. En su
«Agenda para la democracia y
negociación con las guerrillas»
Marco Palacio escribe que «lo
que diferencia a Colombia de
otros países latinoamericanos
no es la exclusión per se, o la
creciente inseguridad ciudadana en las grandes ciudades,
sino la ausencia de símbolos,
mitos e instituciones nacionales por medio de las cuales sea
posible tramitar la ciudadanía
y dar curso al sentimiento de
que todos somos colombianos» y más adelante agrega
que: «En el proceso de modernización colombiano también
se rompieron los lazos premodernos de solidaridad entre
clases, pero aquí no fueron
reemplazados por los lazos de
la ciudadanía política»11.
3. LA COMUNICACIÓN
AL CENTRO DE LA
IMAGINACIÓN DE LA PAZ
Convivir significa comunicarse, establecer relaciones con
otros, interactuar a través del
lenguaje y el diálogo. Si bien
las reglas formales del habla
no definen a la convivencia,
ésta si requiere de aquellas
para construirse aunque precise además de sentido de
futuro, proyectos comunes e
diálogos
de la
comunicación
identidades compartidas. La
comunicación es entonces
fundamental para el diseño
humano de la convivencia
como lo es para la democracia, la vida pública y la ciudadanía. Si la democracia es un
gobierno de opinión lo es porque su figuración como sistema y como actitud (Paolo Flores D’Arcais) está unida a la
distribución imparcial de las
posibilidades de éxito, la
competencia de versiones
políticas y sociales, la transparencia de los comportamientos para garantizar el
control sobre los elegidos y
la igualdad de deberes, derechos y recursos políticos,
entre ellos la posibilidad de
comunicar y ser escuchado.
La rendición de cuentas, por
ejemplo, necesita del «verse»
como también del comunicar
a la sociedad los resultados
de la gestión de los gobernantes. El debate democrático
combina la voz de las mayorías con las de las minorías en
lo que significa de oportunidad para reconocer los punto de vista de los sujetos sociales y ofrecer escenarios
pacíficos para tramitar los
disensos y los desacuerdos.
Cuando la legislación norteamericana de comunicación
propone la tesis de la «equidad regulada» está velando
precisamente por este principio buscando que los temas
de relevancia pública puedan
ocupar un sitio destacado en
la agenda y que además los
representantes de los puntos
de vista en juego puedan ofrecer a la sociedad sus diferentes comprensiones.
Uno de los recursos políticos
de las minorías es tener acceso a la controversia pública a
través de la comunicación,
así como uno de los bloqueos
mas fuertes de la democracia
son el secretismo de Palacio
o los encubrimientos y distancias que imponen las supuestas razones de estado.
Encubrimientos y confusiones que provienen también
de otros actores en el caso de
la guerra.
La esfera pública es el foro de
las sociedades modernas
donde se lleva a cabo la participación a partir del habla,
un espacio institucional de
interacción
discursiva
(Frazer). Y aunque lo público
no se agota en los procedimientos del habla sí precisa
de la comunicación para hacerse posible y fortalecerse.
Sistemas de acceso comunitario a la información, posibilidades de representación en
el escenario social a través de
medios, movimientos de la
opinión pública por resaltar
los problemas de una sociedad, mecanismos de observación y de veeduría para seguir
la acción de los gobernantes
y en general de actores destacados e influyentes de la sociedad son lugares de intersección entre comunicación y
vida pública. La pertenencia
a una determinada comunidad, la participación en las
configuraciones proyectivas
de una sociedad a partir del
debate y la elaboración de decisiones públicas son asuntos
en que también se encuentra
la comunicación con la ciudadanía.
La guerra pone en evidencia
sus numerosas incidencias en
la comunicación. En primer
lugar se condiciona el derecho
a la información no sólo por
los límites que se le imponen
sino también por las perversiones que lo rodean. A las formas de censura que van surgiendo y acelerándose a medida que crece el conflicto se
suman las actitudes de
autocensura que generan el
miedo y la incertidumbre de
la contienda; en el caso colombiano, en varias ocasiones el
estado ha impuesto restricciones para la aparición en los
medios de comunicación a
guerrilleros o narcotraficantes
aduciendo la exagerada publicidad que se les da y en algunos casos criticando la
sobrevaloración de sus comportamientos elevados a la
condición del heroísmo. En el
lenguaje utilizado por las partes se percibe cómo la lucha
se inscribe en él de una manera que crea deslindes, califica
al adversario convirtiéndolo
en enemigo, dota de determinadas cualidades casi siempre
morales al enfrentamiento. El
grupo de periodistas de «Me-
dios para la paz» en Colombia
ha asumido la tarea de elaborar un diccionario de la guerra para «desarmar» la palabra
y pacificar el lenguaje12. Porque los significados culturales
no solamente nombran la guerra sino que también designan
la paz.
Mientras “bandola” es una
pequeña banda delincuencial
y “cilantro” un término con
que ocasionalmente algunos
militares se refieren a los civiles, los “fierros” son armas
de fuego, los “pescaditos” los
secuestrados por la guerrilla
en la “pesca milagrosa” y la
“papaya” el lento y pesado
helicóptero ruso M17. Llamar
a los metralletas “niñas”
muestra, como dice Steiner,
que si la palabra “era en el
principio”, puede estar al final puesto que existe un vocabulario y una gramática de
los campos de guerra.
Necesitados de una visibilidad
pública que fortalezca su condición de beligerancia y rodeados de unas determinadas representaciones que de ellos
han hecho los medios masivos, se va produciendo un círculo que se estimula mutuamente entre medio y guerrilla,
medios y Estado que crece
generando acontecimientos
que hacen saltar en trizas los
derechos de expresión y de
información: retenciones de
periodistas para obligarlos a
hacer determinado tipo de
cubrimiento informativo, intimidación pública a los medios
como las vallas en la zona del
despegue o los comunicados
de agencias de noticias con
acusaciones a periodistas por
sus supuestas relaciones con
otros actores como los militares o los paramilitares, estigmatización de comunicadores
por parte de las fuerzas de seguridad del estado, campañas
de entrenamiento de informadores para que se acerquen a
las fuentes oficiales de uno u
otro bando y procedimientos
de engaño para que los medios cubran tomas guerrilleras a poblaciones civiles indefensas. En ocasiones son los
propios medios de comunicación los que se vuelven funcionales a la guerra y los que producen los eventos que retornarán sobre ellos como un
bumerang macabro. Porque
los gestos como el lenguaje
son mecanismos activos de la
confrontación y suelen ser requeridos por las violencias y
los violentos. Una crítica más
seria de los medios a su propia gestión podría ser más responsable que la fácil autocomplacencia en su figuración
como «chivos expiatorios» o
víctimas indefensas de una
guerra que también es la de
ellos.
El ingreso de las comunicaciones a las lógicas comerciales
ha traído en muchos casos el
adelgazamiento y la estandarización de la información exigida por mercados concesivos, el peligro del predominio de los intereses corpora322
tivos sobre la independencia
informativa. Estas simetrías
entre información y género las
hace palpables Lucrecia Escudero en su estudio sobre Las
Malvinas y Nicolás Casullo en
sus reflexiones sobre la repre-
G. Rey
Sin embargo uno de los procesos que se ven más fracturados en la guerra es la comunicación. Fractura doble:
o porque la comunicación
banaliza, dicotomiza de manera maniquea e incluso genera estigmatizaciones o
porque los actores de la guerra imponen silenciamientos,
enturbian la información y
manipulan simbólicamente
para alcanzar sus objetivos
guerreros.
325
324
325
Gritar en sueños
sentación contemporánea de
la violencia y la justicia. «Así
también la violencia social
que atemoriza a las grandes
urbes -el tema delictivo con tal
violencia es redefinida- queda
estilizada, desde las cámaras
informativas, en un código. En
un lenguaje ficcional establecido y de larga data, para que
podamos inscribir el tema en
nuestra agenda mental, esto
es, para incorporarlo como
mundo. El discernimiento del
conflicto, su probabilidad de
hacerse audible, precisa de la
iconografía que lo sepulte en
una serial comprensiva, no de
la disrupción reflexiva de lo
real que nos lleve a interrogarnos sobre cada cosa por primera vez». Y más adelante escribe el mismo Casullo: «En la
estetización política e ideológica diaria de la violencia social, se comprueba el tránsito
de la experiencia del arte
como camino de conocimiento, a su petrificación como fetiche informativo del aturdimiento. De un narrar que llevaba a una historia invisible a
los ojos, a un efecto de visibilidad máxima, periodística,
donde es la historia la que se
vuelve invisible»13.
La comunicación tiene un rostro como protagonista de la
guerra. La idea de medios
asépticamente observadores
de los conflictos es una idea
que los acontecimientos ponen muy rápidamente en cuestión: porque, como ha sucedido con la guerra del golfo, Las
Malvinas o Las Delicias (tres
clases diferentes de guerras
modernas) la representación
mediática ha sido esencial al
diálogos
de la
comunicación
funcionamiento bélico que las
hace existir como narración.14
El cuadro de los problemas
que rodean a la comunicación
en contextos de guerra es
muy variado. En el caso colombiano se pueden subrayar
la desinformación como estrategia bélica, la criminalización de los adversarios convertidos en enemigos y la representación maniquea y esquemática de las partes en
conflicto. Pero además la demanda de radicalización, la
espectacularización y la
banalización del sufrimiento,
la ausencia de contexto y de
referencias analíticas, es decir, una información sin densidad histórica y la centralización de los periodistas en
el escenario guerrero dispuestos en la dialéctica
intromisiones mediáticaschantaje bélico.
La información se ha convertido en un elemento importante de las guerras modernas. Desencadenar confusiones en determinados momentos, desestimar a los adversarios a través de campañas de
desprestigio o mediante la
asimilación a actos que no
han cometido, filtrar información aparentemente reservada son solo algunas de las
estrategias del uso de la información para desestabilizar,
crear climas de tensión e involucrar a la población civil
en actitudes marcadas de rechazo o aceptación de los
actores y sus acciones.
La criminalización de los adversarios unida a la facilita-
ción de la demanda de radicalidad son otras dos versiones que adopta la comunicación en tiempos de guerra.
Los medios promueven determinadas atribuciones sociales, el fortalecimiento de determinadas imágenes colectivas que provienen no sólo de
su función representativa
sino de las dinámicas de exclusión de la propia sociedad.
Los pobres o los homosexuales, los jóvenes de favelas o
las prostitutas son imaginados mediáticamente a través
de figuras como el peligro, la
barbarie, la inmoralidad o la
enfermedad de una manera
que promueva el rechazo o el
miedo y los ubique socialmente de una determinada
manera. «Hoy hay ciertas palabras que se han vuelto intocables y que parecen cubrir
con su pátina al conjunto de
los países civilizados. Es importante destacar la presencia, más abusiva que nunca,
de la división entre civilización y barbarie, entre países
democráticos y países invadidos por diversas formas del
fundamentalismo, nacionalista o religioso. La deriva de la
modernidad burguesa ha encontrado, en este fin de siglo,
la forma más adecuada para
afirmar su dominio planetario: su discurso se ofrece
como la quintaesencia de los
valores democráticos en un
gigantesco esfuerzo avalado
por los medios masivos de
comunicación y las nuevas
variantes de las tecnologías
informáticas. Este esfuerzo
confluye como en la época de
la guerra fría, en la demonización del adversario, en la
La criminalización o la
satanización llevan a que se
exijan posiciones aún más
radicales, ya sea para pedir
políticas concentracionarias
y represivas, o para aumentar
los niveles de agresión sobre
ciertos sectores de la sociedad. Una tendencia en que
suelen participar los medios
de comunicación. Ricardo
Forster dice que «Trasladados al escenario argentino las
formas de la biopolítica y las
transgresiones permanentes
a la ley están haciendo su trabajo con un celo digno de
mejor causa. La multiplicación de las formas de violencia cotidiana, particularmente de aquella que se derrama
desde los sectores marginados hacia las clases medias,
violencia que es continuamente recogida por los medios de comunicación y convertida en el centro de la vida
nacional, está generando una
demanda de radicalización de
las acciones represivas y una
redefinición del mapa social
del país en el sentido de resaltar aquellos lugares sociales que deberán ser literalmente sometidos al control
represivo de las fuerzas
policiales. En algunos casos
se está pidiendo un verdadero «estado de excepción», un
salirse de la ley para eliminar
a los criminales y a todos
aquellos que en el futuro puedan venir a engrosar sus filas.
Limpieza social, guerra policial contra los habitantes de
las villas miseria, proliferación de escuadrones de la
muerte amparados por un
manto de impunidad y de
seudo legalidad, gatillo fácil,
y el estado volcado a resolver,
desde una perspectiva de
guerra civil encubierta, las
demandas de seguridad de
las clases acomodadas de
una sociedad profundamente
signada por la desigualdad. El
pobre puede convertirse, y
en algunos casos ya se ha
convertido, en homo sacer»16.
Siempre la guerra ha sido espectacular. Como la política.
Gritos que acompañan las tomas de las ciudades, ejércitos
uniformados, pregoneros,
bandas de música, desfiles,
mientras que hoy los emblemas de la guerra son conglomerados discursivos, ingenieriles, científicos (Kaufman).
Llenos de ritualización el
histrionismo bélico desborda
en símbolos así como la crueldad adopta rutinas ceremoniales que buscan el aleccionamiento, la intimidación o la
marca casi biológica del dominio y la defenestración. Rituales que se inscriben sobre
el cuerpo tratando de despojarlo de su humanidad, corroyendo su identidad para que
su desaparición no deje huellas, sometiéndolo a escarnios inclusive más allá de la
muerte. También hay rituales
que actúan sobre los territorios y lo doméstico acudiendo al desenvolvimiento de jerarquías y códigos privados
de honor como sucede en las
confrontaciones entre pandillas o en el ajuste de cuentas
entre mafiosos.
Pero además que la guerra es
espectáculo, los medios
agrandan aún más su efecto
histriónico, banalizando la
violencia, sometiéndola a efectos fragmentados que la acercan a la ficción alejándola de
la realidad (Subirats), llenándola del repentismo instantáneo del flash de última hora o
del suspenso del informe en
directo como si se tratara de
una teatralización vacía, sin
dolor ni sufrimiento. «Pocas
experiencias humanas han
sido banalizadas más insistentemente en la aldea electrónica -escribe Eduardo Subiratsque las imágenes de desigualdad económica y miseria humana, los relatos de genocidios, los informativos de
guerras llamadas sucias o llamadas limpias, o los paisajes
de destrucción ecológica y de
devastación natural. La representación mediática de la violencia real es neutralizada por
la violencia ficcional, a lo largo de siempre reiteradas secuencias idénticas de crímenes, violaciones, accidentes,
guerras. A menudo esta violencia, explícitamente erotizada por los medios de comunicación o los videojuegos,
cumple la función de un verdadero ritual primitivo de identificación colectiva e integración étnica, de definición de
territorialidades urbanas y
nacionales, y de catarsis colectivas a escalas masivas. El
objetivo de esta banalización
electrónica es eliminar la violencia del campo de nuestra
experiencia, sin tener necesidad de removerla de nuestra
realidad cotidiana y existencial»17.
G. Rey
descarga de responsabilidades sobre las espaldas de
aquellos que hoy representan
la maldad y el fanatismo»15.
327
326
327
trónica. Se subvierte y elimina lo social como dialéctica
del reconocimiento y se introduce su representación ficcional. El exterior amenazante, el infierno externo, a lo largo de la infinita variedad de
géneros audiovisuales que recorren crímenes y catástrofes,
el sadismo sexual o las guerras mediáticas, es suplantado por el universo redimido
de la publicidad electrónica,
en la que los detergentes
anuncian la salud pública, la
sonrisa de un presidente se
eleva a fundamento de una
cumplida paz universal o una
crema hidratante suprime el
mismo poder de la muerte»18.
La desaparición de la narración para darle paso al registro breve y sin tiempo es en
los géneros periodísticos la
concreción de la banalización, del entorpecimiento de
nuestra visión de lo real. En
«La condición sitiada» Eduardo Subirats escribe que «La
función última del ritual de
destruccción y sadismo espectaculares consiste precisamente en reforzar la identidad
exterior de la comunidad elec-
RECONSTRUIR LA MEMORIA.- La información suele
comprometerse con la memoria de corto plazo y huir e incluso bloquear las memorias
de largo plazo, muchas de
ellas signadas por el sufrimiento, las humillaciones y la
negación de toda identidad.
Sometida a la liviandad, el
compromiso con el presente
y las reconsideraciones del
pasado como simple registro
cronológico de hechos, la co-
Gritar en sueños
Se banaliza a fuerza de restarle densidad histórica a los
acontecimientos, lo que significa perder memoria, disminuir hasta la simplificación los
contextos y las referencias
analíticas donde quizá la violencia se vería en toda su debida proporción y no en esa
serialidad sin sentido en que
la han convertido los noticieros, abrumados por un ritmo
desenfrenado e histérico de
notas, una detrás de otra, iguales en su parpadeo de simulacro y en su despojo de verosimilitud. Como esos programas llenos de accidentes y
persecuciones de criminales
por autopistas donde importan más los impactos que los
personajes (que no alcanzan
a serlo), el suspenso detenido
que el desarrollo del relato,
los noticieros de televisión se
afianzan en la toma, en el encuadre repetido de unos cuerpos que no tienen historia, de
batallas que son reducidas a
una puesta en escena sin trama narrativa, en un presente
continuo que no tiene pasado
pero tampoco otro futuro que
la incertidumbre y en el fondo, el miedo.
diálogos
de la
comunicación
4. VENTANAS SIN TAPIAS,
GRITOS SIN AHOGO
Hay varios caminos para una
comunicación que se proponga contribuir a una cultura de
la paz: la reconstrucción de
la memoria, el apoyo a la visibilidad, la densificación de
la deliberación, el aporte a la
formación de un ethos democrático, la pacificación del
lenguaje y la ampliación de lo
público son algunos de ellos.
municación ha ido perdiendo
la posibilidad de establecer
conexiones que reconstruyan
por lo menos algo de las biografías personales y sociales
que han sido negadas o desfiguradas. Mucho se discute
sobre una noticiabilidad que
asigna tiempos semejantes a
lo que no es igualmente importante, que recoge matices
insignificantes de los acontecimientos perdiendo los verdaderamente relevantes, que
ha dejado por fuera fuentes
que podrían ofrecer información valiosa sobre otras aristas -no vistas, acalladas- de
los problemas.
«La memoria es un proceso
abierto de reinterpretación
del pasado -escribe Nelly
Richards- que deshace y rehace sus nudos para que ensayen de nuevo sucesos y comprensiones. La memoria remece el dato estático del pasado con nuevas significaciones sin clausurar, que ponen
su recuerdo a trabajar, llevando comienzos y finales a
reescribir nuevas hipótesis y
conjeturas para desmontar
con ellas el cierre explicativo
de las totalidades demasiado
seguras de sí mismas. Y es la
laboriosidad de esta memoria
insatisfecha que nunca se da
por vencida la que perturba la
voluntad de sepultura oficial
del recuerdo mirado simplemente como depósito fijo de
significaciones inactivas»19.
Investigar la densidad simbólica de los relatos, expresar
sus tormentos, oponerse a las
desvinculaciones entre presente y pasado es posible, se-
Estas nuevas versiones y escritura de que habla Nelly
Richards son nuevas tanto
por lo que dejan ver, por los
enlaces que posibilitan entre
el recuerdo y el presente,
como por las narraciones que
logran, el lenguaje que experimentan, los géneros que
remozan. Significa seguramente una renovación de las
fuentes, una laboriosa y paciente tarea de encontrar lo
relevante entre una enorme
cantidad de información irrelevante, una disposición para
construir tramas de las cuales se tienen apenas algunos
cabos sueltos, algunas indicaciones apenas provisionales.
Es lo que han hecho cronistas
contemporáneos en América
Latina como Martín Caparrós
en Argentina, Tomas Moulan
en Chile, Alfredo Molano en
Colombia, Alma Guillermoprieto desde Estados Unidos,
Elena Poniatowska o Carlos
Monsiváis en México. Una clase de crónica que no tiene prisas, que permite el desenvol-
vimiento de los acontecimientos con ese sentido de duración y práctica de la experiencia que W. Benjamin descubre
en el narrador. Retornan los
recuerdos sin resentimientos
a una memoria activa hecha
relato, palabra de otros, testimonio de épocas y con ellas
de seres humanos.
Alfredo Molano en Colombia
ha permitido ver desde la vida
de las fronteras hasta las lentas y convulsionadas vicisitudes de los colonos que huyen
de la violencia y la sufren nuevamente mientras tratan de
reconstruir territorios y modos de existencia. A través de
relatos en donde acude a la
palabra de seres anónimos
para los grandes medios y los
manuales de historia oficial
pero decisivos para las memorias locales o de ciertos sectores sociales, Molano hace
historia de los movimientos
insurgentes, los desplazados
de la guerra, los pequeños
cultivadores de coca. Memoria audiovisual y escrita que
guarda la conmoción de lo vivido y que abre pistas para
entender las desarmonías y
las crueldades del presente,
documentos activos en donde
se encuentran las ciencias sociales con la biografía, el informe televisivo con el registro
etnográfico en una mezcla que
hace algunos años era, si no
impensable, por lo menos mal
vista. Porque esta reconstrucción de la memoria se encuentra con la reconsidera-ción del
sentido de las ciencias sociales, con la crisis del «informante» como mero instrumento y
con las transformaciones ra-
dicales que ha sufrido la mirada etnográfica. Las escrituras de la memoria han salido
ganando de los desplazamientos de la mirada y los nuevos
modos de interpretación.
Como también de los movimientos políticos que exigen
una aclaración de lo que pasó
para hacer justicia y desde
ella lograr pacientemente la
reconciliación.
La pregunta de Brunner sobre
la pertinencia de las ciencias
sociales para explicar los problemas contemporáneos y el
llamado de Rorty a imaginar
la solidaridad desde otros
conjuntos textuales y otras
prácticas de indagación reafirman las posibilidades que
abren estas escrituras de la
memoria. Quizás ellas permitan aliviar en algo el horror
que funde memoria y sueño
en las historias de los desaparecidos o en las huellas mnémicas de hijos de torturados
como Daniel. Estos relatos
permitirán colocar el rostro
sobre las siluetas informes de
las cebras o de los hombres
sin cara, abrir las ventanas de
las casas tapiadas y hacer salir por fin la voz que se ha
quedado anudada como grito.
DENSIFICAR LA DELIBERACION. Otra de las posibilidades de la comunicación es
abrir espacios argumentativos, facilitar la interacción
de diversos actores en los
ámbitos discursivos y estimular la aparición de interpretaciones que pongan en cuestión certezas fáciles y monotonías explicativas.
G. Rey
gún Richards, a través de figuras del lenguaje conmovedoras (símbolos, metáforas, alegorías) que entren «en relación solidaria con la desatadura emocional del recuerdo», es
posible si se desatan diversas
interpretaciones de la historia
y de la memoria «capaces de
asumir la conflictividad de los
relatos y de ensayar, a partir
de las múltiples fracciones disco-nexas de una temporalidad
contradictoria, nuevas versiones y escrituras de lo sucedido que trasladen el suceso a
redes inéditas de inteligibilidad histórica» (75).
329
328
329
Gritar en sueños
La interlocución no significa
de ningún modo despojar de
intereses a los interlocutores
sino, por el contrario, reconocer sus procedencias y sus
diferencias cognitivas y culturales. Los medios de comunicación y las prácticas comunicativas pueden extender y
cualificar la interlocución
dando paso a sujetos sociales que han quedado a la sombra o cuyos puntos de vista
son desconocidos o distorsionados; pero sobre todo
haciendo de la deliberación
un ejercicio tolerante, variado, imaginativo. Significa
romper algunos procedimientos de diálogo que se han formalizado exageradamente en
las rutinas periodísticas así
como des-simplificar los debates que muchas veces se
convierten en una colección
de opiniones pero no en una
construcción de conversaciones sociales. Contextualizar y
enriquecer los campos de discusión permite desactivar los
fundamentalismos de unos y
de otros, o por lo menos ponerlos en evidencia. La contextualización en los periódicos se restringe a las cronologías comprimidas así como
la cualificación del análisis en
la televisión se cubre con opiniones coyunturales y focalizadas de los «expertos». Sin
embargo cada vez se hacen
más perfiles, se aventuran
más disposiciones históricas
de los acontecimientos y se
establece una interacción entre investigadores y periodistas. Las columnas de opinión
que en el pasado obedecían
a cánones de legibilidad más
bien literarios o políticos (en
diálogos
de la
comunicación
un sentido partidista) ahora
abren su espectro hacia una
opinión que se nutre de la investigación sin ser informes
académicos o del pensamiento que desde saberes diversos se pronuncia sobre los
problemas más candentes de
una sociedad.
una serie televisiva como «Muchachos a lo bien» o «Viva mi
barrio» que mostró otras versiones de la vida de los jóvenes de las comunas asolados
por la figura del sicario o del
pandillero, pero sin delimitar
mundos de buenos y mundos
de malos.
En países en donde la opinión
se retrae o se banaliza, es decir, adopta el modelo de los
programas de variedades, es
acogida por la ficción televisiva, la novela o el informe
periodístico de fondo.20
Visibilidad también de temas
que quedan ocultos por la persistencia de los que tienen
rating o de los que han construido sus propios mercados.
Es verdad que poco a poco
han ido ingresando temas nuevos a las agendas periodísticas presionados por la evolución de los estilos de vida, los
cambios tecnológicos y las
exigencias de las audiencias.
Educación, secciones de informática, ecología, salud, rock,
jóvenes pero también unidades investigativas, secciones
especializadas de paz como se
tienen en periódicos colombianos como El Tiempo y El
Colombiano.
APORTAR VISIBILIDAD. Una
de las funciones de la comunicación es aportar visibilidad. Visibilidad que significa
poner en escena actores, dibujarlos con la mayor precisión
y justicia posibles, darles su
propia proyección histórica y
facilitar su interacción con
otros con los que muchas veces ni se han encontrado en
el escenario público. Inexistentes cobran vida, mudos
hallan su palabra, aislados
encuentran competencia e
interacción. Del mundo asistencial y cuantitativo de los
refugiados de guerra al mundo de los desplazados que
cuentan sus historias y hallan
sus ligazones con otros sujetos de la misma sociedad. Del
sentido culposo con que se
enfrentan datos de la memoria a seres con rostro que despejan, así sea un poco, la «nubosidad de lo público» y las
pesadillas de la des-identidad.
De la satanización de los jóvenes de barrios populares a la
escucha de sus relatos de vida
como se hizo en Colombia con
La visibilidad temática muchas veces devuelve los nuevos temas a odres viejos sin
descubrir el potencial comunicativo y la especificidad narrativa que envuelven; porque visibilizar temas y campos es también arriesgar modos de verlos y fortalecer relaciones que hasta hace años
no eran las más comunes.
Cada vez más los medios descubren la importancia
comunicativa de los investigadores y de las ONG’s aunque es obvio que sus nexos
no están desprovistos de problemas de adaptación y de
traducciones conflictivas.21 y
CONTRIBUIR AL ETHOS DEMOCRÁTICO. El debate valorativo, siempre que no signifique un regreso nostálgico o
un bloque “para asir las tareas del futuro” (Beck) es absolutamente indispensable
para que las prácticas comunicativas se inscriban en una
cultura de la paz. Porque la
tolerancia y el respeto, la participación y la escucha son
condiciones de la comunicación y además, ejercitadas
prácticamente en ella, contribuyen a la formación de un
ethos democrático. En la orilla opuesta la intolerancia y
el despotismo -contrarios por
completo al sentido positivo
del conflicto- inhiben a la comunicación y significan un
handicap para la democracia.
Gobierno paradójico y lógicamente inerme, la democracia
solo conoce, según Paolo Flores D´Arcais, una garantía: un
ethos democrático extendi-
do, constantemente renovado, arraigado y que se convierte, más allá de un sistema
en un conjunto de actitudes,
en una forma de proceder.
La prepotencia de los medios
que fiscalizan pero que
inhiben cualquier forma de
observación social sobre su
poder, la conversión de los
derechos de información en
patentes de corso o en torres
inexpugnables con los ciudadanos, la ocupación de lugares y funciones que pertenecen a otras instituciones sociales son expresiones que se
oponen a la transformación
de la comunicación en escenario para el debate público
y a la creación de un ethos democrático que “se produce y
se refuerza sólo a través del
ejercicio práctico de los derechos democráticos. A través de la participación activa.
A través de una activa pasión
de la democracia”.22
Esta contribución de las prácticas comunicativas al ethos
democrático forma parte de
su responsabilidad social, es
decir del ejercicio práctica de
una ética de las comunicaciones.
POTENCIAR EL LENGUAJE. Si
el lenguaje permite explorar
las tendencias explícitas o
larvadas de la guerra también
facilita recomponer las solidaridades, desentrañar los
mecanismos de la crueldad e
imaginar estos y otros mundos posibles. Siempre ha sido
esa la función del lenguaje, «el
más peligroso de los bienes»,
como lo llamó Hölderlin.
Palabra e imágenes, sonoridades y ritmos, movimiento y
velocidades forman parte de
las gramáticas usadas por los
comunicadores a diario. Comprenderlas, conectarlas a las
rupturas de los movimientos
del arte, asumirlas desde su
particularidad cultural es una
de las posibilidades más cercanas que se tienen para vincular la comunicación a la
cultura de la paz.
Nada peor que un lenguaje
disminuido, empobrecido
por la reiteración. Y no se trata del periodismo literario de
que se habló hace unos años
sino del hallazgo de las resonancias estéticas del oficio
periodístico. Cuánto enseña
el expresionismo, cuánto indica el minimalismo a los
usos del lenguaje, a la creación de las imágenes por sugerencias que comporta y por
las sensibilidades que abre.
Pero también es frecuente el
uso de la violencia en el lenguaje de los medios. Tonos xenófobos, esterotipias, resaltamiento de prejucios, maniqueismos analíticos, demonización de los adversarios son
todas formas que adopta el
lenguaje en sus ordenamientos de poder. «El poder
es legión, como el demonio»
recordaba hace años Roland
Barthes en su discurso inaugural en el College de France.
«El lenguaje -escribe William
Ospina- puede ser un arma.
Puede servir para serenar o
para intranquilizar, para explicar o para confundir, para
acusar o para absolver, para
investigar o para distraer».
G. Rey
los movimientos sociales son
más permeables a buscar caminos de acceso a la agenda
de los medios y a lograr alianzas con quienes en el pasado
estigmatizaban. Dentro de las
convergencias entre paz, política y comunicación están
los procesos de visibilidad
pública que asumen actores
sociales tanto en los medios
como en otras prácticas
comunicativas así como el
campo abierto para el diseño
de estrategias de comunicación pública, la flexibilización del diálogo entre instituciones políticas y sociedad civil, los proyectos de
mediación de comunidades y
Estado de sus conflictos.
331
330
331
13. Nicolás Casullo, “La nueva espiritualidad virtual”. En: Pensamientos de los Confines, No. 6, Bs.As, Paidós, primer semestre de 199, págs. 16 y 17.
NOTAS
Gritar en sueños
Es su discurso de aceptación
del Primer Nobel de Literatura Tony Morrison escribió
que “El lenguaje opresor es
más que la representación de
la violencia; es la violencia; es
más que la representación de
los límites del conocimiento;
limita el conocimiento. Sea el
oscuro lenguaje de Estado o
el falso lenguaje de los estúpidos medios de comunicación; sea el lenguaje orgulloso pero calcificado de la Academia o el lenguaje utilitario
de la ciencia; sea el lenguaje
malévolo de la ley-sin-ética, o
el lenguaje ideado para la
marginación de la minorías, el
cual oculta su saqueo racista
en su insolencia literaria;
debe ser rechazado, modificado y expuesto. Es el lenguaje que bebe sangre, sorbe vulnerabilidades, oculta sus botas fascistas bajo miriñaques
de respetabilidad y patriotismo mientras avanza implacablemente hasta la línea de
fondo y la mente que ha tocado fondo. El lenguaje sexista,
el lenguaje racista, el lenguaje teísta, todos son característicos de los vigilantes lenguajes de dominio, y no permiten,
no pueden permitir nuevos
conocimientos ni alentar el
intercambio mutuo de ideas.”
1. Hannah Arendt, La Condición
Humana, Barcelona: Paidós, 1993.
14. Cfr. Germán Rey, Balsas y Medusas. Visibilidad comunicativa y narrativas políti-
2. “Tramas de barbarie”. En: Pen-
cas, Santafé de Bogotá: Cerec, Fescol, Fun-
samiento de los Confines,
dación Social, 1998.
No. 6, Bs. As: Paidós, 1999, pág. 28.
15. Ricardo Forster, “Kosovo?… yo argen3. En: “Tramas de barbarie”, pág. 31.
tino”. En: Pensamiento de los Confines, No.
6, Buenos Aires, Paidós, 1999, pág. 35.
4. Giacomo Marramao, “La filosofía ya no
posee un idioma innovador”. En: Babelia,
16. Roberto Forster, “Kosovo?… yo argen-
El País, 1º. de agosto de 1992, pág. 2.
tino”. En: Pensamiento de los confines, No.
6, Buenos Aires, Paidós, primer semestre
5. Michael Taussig, “Un gigante en convul-
de 1999, pág. 39.
siones”, Barcelona: Gedisa, 1995.
17. Eduardo Subirats, “Violencia y civiliza6. Germán Castro Caycedo, Colombia X,
ción”. En: Letra Internacional, No. 62, Ma-
Santafé de Bogotá: Planeta, 1999.
drid, 1999, pág. 20.
7. Recientemente un comandante del ELN,
18. Eduardo Subirats, “La condición situa-
guerrilla colombiana invitó a un grupo de
da”. En: Letra Internacional, No. 41, Ma-
periodistas y decidió mantener retenido a
drid, 1995, pág. 41.
un fotógrafo colombiano de la agencia
Reuters pues le había tomado una fotogra-
19. Nelly Richards, “Políticas de la memo-
fía sin capuchón sobre el rosto. El acto del
ria y técnica del olvido”. En: Cultura, polí-
ELN fue de inmediato repudiado de mane-
tica y modernidad, Santafé de Bogotá:
ra generalizada como una clara violación
Universidad Nacional de Colombia, CES,
de la libertad de información.
1998, págs. 64 y 65.
8. Alfredo Molano, “Me cortaron de raíz” -
20. (He estudiado en el caso colombiano
Crónica-, Santafé de Bogotá: Cromos, No.
el papel que desde la década de los 70 ha
4264, octubre 25 de 1999, pág. 48.
tenido el dramatizado televisivo en la discusión y en la memoria de temas sociales
9. Norberto Bobbio, “Paz”. En: Norberto
muy importantes como la guerra, el narco-
Bobbio, El filósofo y la política-antología,
tráfico, la corrupción, el poder de los me-
México: FCE, 1996.
dios o la homosexualidad).
10. En: El Espectador, 39-X-1999, p. 3ª.
21. Cfr. Rosa María Alfaro “…Sobre este
tema, he escrito… en Balsas y Medusas.
11. Marco Palacio, “Agenda para la demo-
Visibilidad comunicativa y narrativas po-
cracia y negociación con las guerrillas”. En:
líticas, Santafé de Bogotá: Cerec, Fescol,
Los laberintos de la guerra. Utopías e in-
Fundación Social, 1998.
certidumbres de la paz, Francisco Leal
(comp.) Santafé de Bogotá: Tercer Mundo
22. “La democracia tomada en serio”. En:
Editores, 1999, págs. 74 y 75.
Claves de Razón práctica, No. 2, Madrid,
mayo de 1990, pág. 13.
12. “Para desarmar la palabra. Diccionario
de términos del conflicto y de la
paz”, Santafé de Bogotá: Corporación Medios para la Paz.
diálogos
de la
comunicación