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Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Domingo, 8 de febrero de 2009 ENTREVISTA José Vicente Castell La Ribera DIRECTOR DE LA FUNDACIÓN PARA LA INVESTIGACIÓN DEL HOSPITAL LA FE «Vamos al médico como al taller y, si algo falla, culpamos al mecánico» ■ Es un entusiasta de su oficio, que le ha reportado premios en España y Europa. El investigador de Algemesí José Vicente Castell logra contagiar su pasión por un trabajo que le permite salvar vidas. J. L. S., Algemesí - Es usted investigador, catedrático, académico, escribe artículos, recibe premios... ¿Sus días tienen 36 horas? - No, lo que pasa es que me gusta lo que hago. No me siento un adicto al trabajo, sino un afortunado. De los pocos que puede hacer lo que le gusta. - ¿Y qué es lo que hace? - Como investigador, trato de conocer cómo se comporta el hígado humano frente a los medicamentos, llegar a entender por qué determinadas sustancias que llevan los fármacos pueden ser tóxicas. También, y debo mencionar aquí a mis colegas de la unidad de transplante celular hepático, hemos utilizado células humanas para poder reparar hígados enfermos, con la intención de retrasar el trasplante de hígado o incluso contribuir para evitarlo. - ¿Los medicamentos dañan? - Las medicinas tienen su acción positiva pero también dan problemas: de todo lo que tú te tomas, una pequeña parte llega al lugar del cuerpo donde hace efecto, pero la mayor parte del fármaco se tiene que metabolizar y eliminar. Hay veces que, durante ese proceso, cuando el hígado modifica esa sustancia genera un resultado final peor. -Entonces los medicamentos provocan enfermedades. - Los medicamentos pueden provocar enfermedades. A eso se le llama enfermedad iatrogénica. - Pues vaya. - Es que los medicamentos son sustancias muy activas, que tienen efectos, y por eso no deben manejarse al libre albedrío. Generalmente, los que hay en la farmacia tienen un amplio margen de seguridad y, aunque cometas el error de tomarte 3 ó 5 pastillas de más, esa toxicidad no llega a ocurrir. Pero mire, le pongo el caso de mi madre. Toma un determinado medicamento y le trae como consecuencia una enfermedad del hígado muy grave por algo que a lo mejor se han tomado mil personas sin que les pase nada. Pero a ella le ha tocado. - Usted hace que los fármacos sean mejores. - Tratamos de contribuir, con herramientas celulares y moleculares, para que antes de que lleguen al uso clínico los medicamentos sean más seguros. Fíjese 29 que cuando la industria farmacéutica identifica productos candidatos a convertirse en medicamentos, cerca de un 70% caen porque producen toxicidad en el hígado. Sólo unos pocos se convierten en medicinas. - Decirle que no a alguien tan poderoso como la industria farmacéutica no debe ser fácil. - Vamos a ver. La industria farmacéutica cumple un papel social muy importante. De cada mil productos que trata de desarrollar, 990 salen mal. Tienen muchos costes y muchos riesgos... - Lo que no quita que obtengan beneficios multimillonarios. - Sí. Claramente. - ¿Y eso no es culpa de los médicos? - No. Creo que la gente tiene una visión muy simplista de lo que es un medicamento. Piensan que es sólo una pastilla que sabe llegar al sitio, hacer su trabajo y desaparecer sin dejar rastro. Las cosas no son así. Un medicamento se toma, se distribuye, tiene beneficios pero tiene otro tipo de efectos no deseados... - La próxima vez que quiera tomarme un Gelocatil me lo pensaré dos veces. - Es que no hay que abusar. Mi padre, que es farmacéutico, dice irónicamente que las medicinas son «per a vendre i no per a prendre». No hay que abusar. - Entonces, si me duele la cabeza, ¿qué? - Ayúdeme a enamorarme: ¿qué tiene el hígado que no tengan otros? - De entrada, se encarga de regular el metabolismo. Puedes comer más o menos, a tiempo o a deshora, pero en tu sangre se mantienen constantes los niveles de glucosa; puedes comer pescado o carne, pero los niveles de aminoácidos se mantienen constantes... De eso se ocupa el hígado, y es fundamental. Cuando comes una naranja, por ejemplo, comes otras muchas sustancias que no tienen ningún interés biológico para tu cuerpo y que alguien tiene que eliminar. Y ahí está el hígado. Cuando comes, casi todas las sustancias elementales de tu digestión pasan directamente al hígado. Y él podría ser envidioso y quedárselo todo. Pero no. Lo deja pasar, facilita que los demás cojan lo que hace falta, y está pendiente para que cuando te falta algún compuesto esencial pueda volver a producirlo. - Es un órgano callado, sufrido. Lo maltratamos pero él no da señales. - Tanto como maltratarlo... - Nadie discute su función, pero tampoco son ONG. - Como pacientes, ¿abusamos de los fármacos? - Pues sí, ya le digo que me encanta lo que hago. - ¡Caray con el hígado! - Es que si no tuviera beneficios, ¿cómo empezarías la carrera para investigar nuevos compuestos contra enfermedades? Claro que tienen que ganar, porque si no, ¿cómo abordarían la solución para enfermedades huérfanas, que tienen pocos pacientes, con las que nunca se recuperará el dinero invertido? - Si no ganaran dinero, no invertirían. ¿Y quién haría los medicamentos? Es un proceso muy complicado. Son inversiones de mucho dinero y muy pocas salen bien. Por tanto, que en alguna recuperen la inversión de los que no salen no me parece mal. Descubrir, después de todo el dinero gastado, que cuando llegas al primer voluntario humano para probar un medicamento le sienta mal, ¡eso representa una ruina! - Está usted enamorado del hígado, oiga. VICENT M. PASTOR EN EL PUEBLO. Castell, durante la entrevista, en el Casino de Algemesí. - Intente ver si puede soportar ese dolor de cabeza, porque muchas veces son pequeñas molestias. Creo que estamos llegando al punto en que ir al médico es como si fuéramos a El Cor te Inglés: «Oiga, que esta medicina no me cura, cámbiela». Y no va así. La automedicación es temeraria. Puedes decir: un gelocatil no tiene importancia. Es verdad, no tiene importancia en la mayor parte de la gente. Pero hay un pequeño porcentaje que puede tener afectaciones hepáticas donde el paracetamol sí tiene riesgos importantes. - Ya, pero muchas veces es el médico el que nos dice: Tómese eso. comunicación entre el médico y el paciente, pero es también cosa del paciente, porque muchas veces no quiere escuchar que ese dolor que tiene lo seguirá teniendo, que es mejor que haga otra actividad, que trate de convivir con él. - Igual equivocamos el papel del médico. Le pedimos que nos cure siempre y a veces es imposible. - Me da la sensación, y ahora le hablo como ciudadano, de que la población tiene la impresión de que la medicina es una ciencia exacta, que es como la reparación de un coche y si algo sale mal la culpa es del mecánico. ■ - En las series de médicos salen muchas operaciones de corazón y pocas de hígado. Parece que venda menos, pero usted lo estudia a conciencia. «Muchos hígados llegan a parecerse al ‘foie’ por su gran cantidad de grasa» - ¿Qué quiere que le diga del higado? Me parece un órgano fascinante, es todo un reactor químico en un pequeño espacio capaz de miles de reacciones simultáneas y bien coordinadas... y aunque su aspecto es anodino —ni se mueve ni tiene una estructura compleja— tiene, desde el punto de vista bioquímico, todo un mundo. - Puede ser que haya cierta in- «Algunos van a la consulta como a El Corte Inglés: ‘Eso no cura, deme otra cosa’» ■ - A veces tomamos más medicamentos de la cuenta, bebemos demasiado. Cuando el hígado trata de metabolizar el alcohol genera sustancias tóxicas para eliminarlo, sustancias más agresivas que el alcohol, y hay células hepáticas que se dañan. Pero el hígado tiene una capacidad regenerativa extraordinaria y puede regenerar esas células. - O sea que podemos beber porque el hígado se recompone. - No. Lo que digo es que a veces cometemos temeridades durante mucho tiempo y el hígado, aunque sufre lesiones, continua regenerándose. Pero esa batalla, a la larga, se pierde. Hay un momento que este tipo de lesiones no se restaura con células nobles, sino con tejido de emergencia, tejido de reparación. Si vas lesionando y matando las células, el tejido de reparación comienza a ganar terreno. Y el resultado son las cirrosis, la hipertensión portal... porque la sangre atraviesa el hígado con más dificultad. Una de las cosas que nos encontramos en los donantes de hígado, que son personas teóricamente sanas, es que cuando vas a sacar el hígado ves que tiene un porcentaje de grasa muy superior a lo normal. Hay muchos hígados que llegan a parecerse al foie, por su gran cantidad de grasa. Y sólo te das cuenta cuando vas a extraerlo, porque el hígado no se queja, aguanta. - De tanto verlo y admirarlo en el trabajo, cuando usted va al restaurante, ¿pide hígado? - Sí. No tengo ningún problema. Además, es muy nutritivo. SE VENDEN PLAZAS DE GARAJE EN ALZIRA Edificio Attikos - Alzira • Excelente ubicación: Calle Naranjo, 103 Javier: 962 410 204 - 962 400 996