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Guía para el manejo de personas
Con hemiplejia
Colaboran:
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La intención de esta publicación es divulgativa.
Incluye información sobre la hemipléjia, además de normas y pautas básicas a
seguir.
Estas indicaciones no deben sustituir a las recomendaciones que los
profesionales que llevan su caso de forma individualizada le proporcionen.
Coautores:
Mª Mar Ozaeta Gómez
Marcos Sánchez García
Rosa Landa Eguílaz
Iñigo Arrizabalaga Elejalde
Fisioterapeutas del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria
Ilustraciones:
Alfredo García Bengoa
Revisión del texto:
ATECE
Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Álava
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1. INTRODUCCIÓN
El manual que tiene entre sus manos ha sido elaborado por los Fisioterapeutas
del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria con la única pretensión de hacer llegar
a los familiares y/o cuidadores una información clara y concisa sobre lo que es
la hemiplejia y de qué forma pueden colaborar en el tratamiento de la misma.
Recoge una serie de consejos y sugerencias generales que deberán ser
adaptadas a las particularidades de la persona que ha sufrido una lesión de
este tipo. En cualquier caso, deberán prevalecer siempre las indicaciones de
los médicos y fisioterapeutas que tratan su caso en particular, ya que ellos
conocen mejor que nadie su situación
En el momento en que reciba este manual se habrá iniciado el tratamiento
fisioterápico específico en el gimnasio de rehabilitación o en la habitación del
Hospital. Nuestro objetivo en rehabilitación, tal y como viene recogido por la
OMS, será el de perseguir un "rápido retorno al estilo de vida normal o lo mas
semejante al que el individuo tenía previo a su enfermedad, que le permita
cumplir un rol satisfactorio en la sociedad retornando a una vida activa y
productiva".
La atención de los profesionales de nuestro Servicio de Rehabilitación estará
dirigida a proporcionar apoyo, tanto al paciente como a la familia y cuidadores,
para que éstos puedan atender y responder a las nuevas necesidades
generadas como consecuencia de la enfermedad.
Si tiene alguna duda o desea efectuar cualquier consulta no dude en
transmitírsela a su fisioterapeuta o a su médico rehabilitador.
2.
LA HEMIPLEJIA
La hemiplejia es una lesión que se caracteriza por un conjunto de signos y
síntomas que provocan en mayor o menor grado una disminución de la
movilidad voluntaria de un hemicuerpo. A consecuencia de la misma, el
paciente puede presentar dificultad en la marcha y el equilibrio, junto con la
pérdida de la independencia en las actividades de la vida diaria. Pueden
además aparecer dificultades en el habla, alteración emocional y otros
trastornos como la espasticidad, la flaccidez, etc.
La lesión que la produce se localiza en la corteza motora del lado opuesto al
lado paralizado y la causa más frecuente de la misma es el accidente
vascular cerebral (ACV) siendo sus formas más frecuentes la trombosis,
embolia o hemorragia cerebral. La complejidad de la hemiplejia y la severidad
de la incapacidad funcional que provoque, estará condicionada al territorio
cerebral afectado y a la extensión del mismo, así como al estado físico previo
del paciente y la existencia de otras enfermedades o lesiones concomitantes.
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3. CÓMO PODEMOS AYUDAR NOSOTROS
(familia/cuidadores)
Un proceso tan complejo como el de la hemiplejia no puede ser abordado por
un único profesional, sino por un equipo de profesionales en interacción entre
los que podemos encontrar médicos, fisioterapeutas, logopedas, terapeutas
ocupacionales, etc. Pero además del conjunto de profesionales que se harán
cargo del restablecimiento del paciente, la aportación de la familia a lo largo del
tratamiento resulta primordial.
La colaboración del propio paciente y el apoyo que encuentre en sus familiares
y amigos en todo el proceso de rehabilitación es de máxima importancia para el
resultado final ya que influye de forma importante en la recuperación lograda.
El tratamiento rehabilitador de un paciente con ACV requiere cuidados
continuos que conviene que el familiar y/o cuidador conozca para que le ayude
a realizarlos. Se trata de cuidados sencillos de aprender y practicar que son
muy útiles porque evitan la aparición de complicaciones graves en el paciente y
porque facilitan y aceleran su recuperación funcional.
En estas primeras fases de la rehabilitación el paciente pasará la mayor parte
del tiempo en el hogar, por lo que resulta fundamental la actitud de los
familiares en este entorno. Su aportación deberá ir encaminada a evitar las
malas posturas y las movilizaciones incorrectas que pueden desencadenar en
complicaciones como el hombro doloroso, contracturas, espasticidad, etc.
También es de suma importancia la labor de coordinación que la familia puede
llevar a cabo entre el paciente y los servicios de salud pudiendo aportar
información de gran valor a los profesionales de dichos servicios, lo que les
ayudará a diseñar el tratamiento más adecuado para cada caso.
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4. POSICIONES DE REPOSO Y TRANSFERENCIAS
4.1.
Tumbado boca arriba
Se colocará al paciente con dos almohadas en forma de V invertida debajo de
la cabeza y con los hombros ligeramente apoyados en la misma. Los codos
estarán rectos con las palmas de las manos hacia arriba y los dedos
extendidos y abiertos.
El tronco y las caderas estarán alineados. Si es necesario se colocará una
toalla debajo de la cadera afecta para buscar la simetría de la pelvis. Las
rodillas en extensión y los pies en ángulo recto, pudiendo colocar un tope
flexible que no impida el movimiento. La postura debe de ser lo más simétrica
posible, buscando una buena alineación
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4.2.
Tumbado sobre el lado afecto
La cabeza del paciente se colocará en posición cómoda, evitando la flexión
lateral, con las cervicales y el tronco alineados.
La pierna afecta se colocará estirada con la cadera en extensión y la rodilla
ligeramente flexionada.
El hombro afecto hacia delante apoyado sobre una almohada, con el codo
recto y palma de la mano hacia arriba, apoyado sobre una almohada
La pierna sana descansará sobre otra almohada.
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4.3.
Tumbado sobre el lado sano
El paciente debe tener su cabeza en una posición cómoda, evitando la flexión
lateral, con las cervicales y el tronco alineados.
La pierna afecta se colocará en ligera flexión de cadera y rodilla con la pierna
y pie encima de una almohada.
El hombro afecto se colocará ligeramente adelantado y apoyado sobre una
almohada desde la axila hasta la mano, que estará con la palma hacia abajo y
los dedos extendidos.
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4.4.
Giro sobre lado sano
Nos colocaremos en el lado sano del paciente y le ayudaremos a flexionar su
rodilla afecta. Las manos del paciente estarán juntas, con los dedos
entrelazados y los codos extendidos. Se girará al paciente hacia nosotros
acompañando el movimiento a nivel del hombro y de la cadera afecta.
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4.5.
Giro sobre lado afecto
Nos colocaremos en el lado afecto y le pedimos al paciente que con la mano
sana se coja la mano afecta entrelazando los dedos. Flexionará la rodilla sana
y le ayudaremos a nivel de tronco y de la rodilla afecta a dar el giro sobre el
lado afecto hacia nosotros.
El paciente desplaza él mismo su pierna y el brazo sano hasta quedar en
posición de costado.
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4.6.
Posición de sentado
La postura debe ser lo más simétrica, cómoda y segura posible para el
paciente.
Los hombros adelantados con los brazos sobre la mesa y las palmas de las de
las manos hacia arriba o en posición neutra. Los codos deben quedar
apoyados sobre la mesa.
La pelvis tendrá una posición neutra, con los pies bien asentados sobre el
suelo y con tobillos, rodillas y caderas a 90º.
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4.7.
Como ayudar al paciente a pasar de tumbado boca arriba a
sentarse en el borde de la cama
Siempre que podamos se ayudará al paciente desde su lado afecto.
Se acercará el paciente al borde de la cama y le ayudaremos a sacar su pierna
afecta hasta apoyarla en el suelo, si es posible. Seguidamente lo cogemos por
los hombros a la vez que le pedimos que con su mano sana se agarre a
nuestro hombro. El paciente saca la pierna sana de la cama a la vez que
nosotros le incorporamos con un impulso.
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4.8.
Como ayudar al paciente a ponerse en pie
Hay dos formas de hacerlo atendiendo al grado de equilibrio y colaboración
del paciente.
4.8. a. en pacientes más dependientes:
Ayudaremos en primer lugar al paciente a colocarse en el borde del asiento. El
paciente pondrá sus manos entrelazadas y hacia delante, apoyándose sobre el
hombro del asistente. Éste, se situará delante del paciente, colocando una
mano bajo el omóplato sano y la otra mano en la cadera afecta, fijando la
rodilla del paciente con las suyas.
Llevaremos el cuerpo del paciente hacia delante y le pediremos que se
incorpore.
4.8. b. en pacientes menos dependientes:
Nos situaremos en el lado afecto del paciente, asegurando que apoye bien el
pie en el suelo. Se le indicará que lleve el tronco hacia delante con un pequeño
impulso hasta que se levante de la silla. Si es necesario se le ayuda desde la
cadera.
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4.9.
Como pasar de la cama a la silla o de un asiento a otro
Siempre que se pueda colocaremos el asiento al que se va a transferir en el
lado sano del paciente y lo más próxima posible, a éste.
Quitaremos el apoyabrazos, los pedales y frenaremos la silla si procede (silla
de ruedas) y ayudaremos al paciente a levantarse tal y como hemos visto en el
punto anterior.
Sin dejar de sujetar al paciente, le ayudaremos a girar sobre su pie sano y le
indicaremos que se siente, ayudándole con nuestro pie a girar su pie afecto.
No realizar las maniobras de transferencia si no estamos seguros de poder
realizarlas satisfactoriamente. Es mejor pedir ayuda.
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5. MARCHA
Cuando, siguiendo las indicaciones del fisioterapeuta, el paciente está
preparado para caminar, la ayuda debemos prestársela desde el lado afecto.
Si acompañamos al paciente a una escalera, le recordaremos que debe subir
en primer lugar la pierna sana. Al bajar, debe hacerlo con la pierna afecta en
primer lugar.
6. RECOMENDACIONES
•
Nos dirigiremos al paciente desde el lado afecto, que es el que tienden a
olvidar.
•
Debemos remarcar los logros que vaya consiguiendo el paciente por
insignificantes que parezcan, fomentando así su motivación.
•
Utilizar cierres de velcro en calzado y ropa cómoda para facilitar que el
paciente se vista y desvista solo.
•
Establecer una estrategia común de tratamiento y cuidados entre los
profesionales y los familiares o cuidadores.
•
No permitir que pinchen o tomen la tensión al paciente en el brazo
afecto.
•
La silla de ruedas se utilizará sólo cuando sea necesaria para los
desplazamientos del paciente. No es la silla adecuada para permanecer
sentado habitualmente en ella.
•
Cuando vemos que empeora la calidad de la marcha o del ejercicio que
esté realizando el paciente, no lo presione. Es preferible dejarle
descansar un momento.
•
Es interesante que el paciente salga a la calle, ya que esto le estimula
desde el punto de vista físico y anímico.
•
Cuando el paciente presenta problemas de comunicación, diríjase a él
con frases cortas y claras. Consulte a un logopeda.
•
Puede advertir ciertos cambios en el carácter o en la personalidad del
hemipléjico que pueden afectar incluso al entorno familiar. No dude en
solicitar ayuda de un psicólogo o un neuropsiquiatra.
•
Un asistente social puede asesorarle sobre otras ayudas que pueda
necesitar.
•
Puede ser beneficioso contactar con familias que han vivido situaciones
similares para comentar las dificultades con las que se han encontrado y
cómo las han ido superando. Puede hacerlo a través de una asociación.
No descuide al paciente pero tampoco le proteja en exceso.
Debe ofrecerle en cada momento la ayuda mínima y necesaria,
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que no será la misma la primera semana que al cabo de varios
meses de evolución. El paciente debe ser lo más autónomo
posible.
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