Download ¿Cómo expresar nuestra actitud ética en el ejercicio diario de
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
¿Cómo expresar nuestra actitud ética en el ejercicio diario de atención y cuidado al paciente que sufre? El desarrollo profesional constructivo va asociado con la autenticidad en nuestra relación, con la empatía genuina e incondicional con el otro, con la sensible comprensión de su mundo, con la capacidad de compadecerse ante los sentimientos del que cuidamos y apreciarlo como ser integral. (Parada, 2000) La empatía, que se presenta en la consonancia con el otro que sufre, es una experiencia ética ya que cuando alguien se presenta en estado de enfermedad, se hace apremiante acudir en su ayuda. Al profesional de la salud le sucede, a través de la consideración de lo que significa para él estar en esa situación, una identificación comprensiva que se activa por medio de los pensamientos que se relacionan con lo que sería vivenciar una situación personal similar (Comte, 1995). El amar al prójimo como a sí mismo supone, como expresa Rousseau, la adopción de una máxima sublime; “Haz al otro lo que quisieras que te hagan a ti” (en Comte, op. cit. p.191). La empatía es la capacidad de percibir el mundo interior integrado por significados personales y privados. Se hace necesario que el profesional de la salud perciba como propias las confusiones de la persona en crisis, sin permitir, sin embargo, que la incertidumbre, el miedo, la rabia o la sospecha lo dejen invadir. Al captar el sufrimiento del otro aquel que ayuda puede moverse libremente dentro de él y comunicarle, volcando en él su comprensión de los significados de experiencias que puede conducirlo hacia la esperanza, el aprendizaje, al cambio de actitud y por ende, al crecimiento personal interno. Cuando se atrapa la vivencia que fluye en el mundo interior del otro tal como él lo ve y lo siente, sin dejar de mantener la separación de su propia identidad. Es probable se perciba una disminución de la angustia, en ese proceso empático, el subsiguiente cambio hacia pensamientos positivos y esperanzadores. La compasión, producto de la empatía con el que sufre, es una virtud singular que no sólo se abre hacia el conjunto de los seres que sufren, sino hacia la humanidad entera. Compadecer es comulgar en el sufrimiento ajeno y esa verdadera comunidad impone, o propone, su propia ley, que es la dulzura: “Haz tu bien con el menor mal para el otro que te sea posible” (en Comte, ibid. p.112). La compasión, concreta y silenciosa, ese sentimiento de amor por el que se atiende al prójimo y se le brinda apoyo emocional, se manifiesta en forma horizontal ya que sólo tiene sentido entre iguales, entre quien sufre y el que a su lado, y en un mismo plano, comparte su sufrimiento. Comte, lo define como: “Amor en tanto afecta al hombre, de tal suerte que goza con la felicidad del otro y se entristece con su desgracia” (op.cit. p.113). Y agrega que Shopenhauer veía en la compasión el resorte por excelencia de la moral y el origen, insuperable e irreversible de su valor. Otra cualidad humana, imprescindible para la persona que trabaje con el ser humano que sufre, es el Aprecio, esta es una actitud benigna, cálida, positiva, que dignifica al que sufre, ya que se trata de estimarlo y respetarlo como individuo considerando su individualidad, su forma de ver la situación, sus valores. La estima lleva implícita la aceptación de los sentimientos diversos del otro, siendo un aprecio incondicional, por cuanto es un sentimiento positivo que aflora sin reservas sin evaluaciones y sin prejuicios. Al recibir este reconfortante sentimiento, el que sufre lo utilizará para su propio crecimiento constructivo. Con cada una de las disposiciones éticas, representadas en cualidades humanas de la persona que ayuda, se pretende transmitir al ser humano que está sufriendo, coraje ante las circunstancias adversas de la vida, de manera que sea capaz de mantener la calma, reflexionar y de ver la situación dentro de un contexto más amplio, entonces podrá encontrar una respuesta, inclusive en el caos más absoluto. La idea no es sólo sobrevivir sino ser capaces de aprender del sufrimiento, prosperar y crear objetivos nuevos que procuren una mayor claridad a la vida (Parada, op.cit. 2000) Hay autores como C. Taylor que presentan modelos de ética profesional basados en el Cuidado Profesional (en Feito, L. 2000). El modelo de Taylor asocia Elementos del Cuidado, con Virtudes y Obligaciones Morales. Para este autor los Elementos del Cuidado son: Afecto, Cognición, Volición, Imaginación, Motivación y Expresividad de la Acción. Se describen a continuación: Afecto: Es un sentimiento de consideración positiva que se experimenta como una respuesta a la presencia o al pensamiento de aquel que es cuidado. Los sentimientos pueden ir desde una simple consideración de afinidad, que reconoce al otro ser humano necesitado hasta sentimientos de ternura y afecto solícito. Las virtudes asociadas al afecto son: el respeto, la compasión y la atención terapéutica. Y la Obligación Moral es Practicar la profesión de modo que permita ser receptivo a las experiencias de los pacientes y sus familiares y amigos. Cognición: Es la comprensión intelectual de lo que es esencial para el bienestar del paciente. Las Virtudes Asociadas son: honestidad intelectual, humildad y sabiduría práctica y las Obligaciones Morales: Ejercer con conocimiento las responsabilidades correspondientes, buscar ayuda si no hay competencia suficiente, apoyar a los otros miembros del equipo de salud, contribuir al bienestar humano evaluando críticamente los avances científicos, evaluar los regímenes de tratamiento, sistemas de cuidado y política sanitaria para bienestar de pacientes y del conjunto de la población. Volición: Es un compromiso para usar las destrezas y energías propias para asegurar el bienestar del que es cuidado. Las Virtudes asociadas son: Consideración y Ser digno de confianza. Y las Obligaciones Morales son: mantenerse responsable del bienestar humano de los pacientes asignados al cuidado y responder a la necesidad humana en un grado acorde con las responsabilidades profesionales. Imaginación: Es una capacidad empática para entrar en y compartir el mundo del otro lo suficiente para comprender la situación existencial única del otro y sus necesidades. La Virtud asociada es: a Empatía y la Obligación Moral: Compartir empáticamente las experiencias de los pacientes y sus familiares. Motivación: Lo que influye en la voluntad de modo que predispone a actuar de modo altruista para promover el bienestar del paciente, es lo que explica la acción. La Virtud Asociada es: el altruismo (subordinación del interés propio del cuidado del paciente) y las Obligaciones Morales Son : Hacer del bienestar de los pacientes la preocupación profesional primaria y Sopesar el autocuidado apropiado con las responsabilidades de cuidado profesional . Expresividad de la Acción: Son los comportamientos verbales y no verbales utilizados para comunicarse con el paciente. La Virtud Asociada es: el Cuidado y la Obligación Moral es: Interactuar con los pacientes y sus familiares transmitiendo respeto y afirmando la dignidad humana. (Taylor, en Feito, op.cit. 2000). De esta manera se estaría promoviendo el crecimiento y la salud, facilitando el bienestar de los seres que nos rodean. Los profesionales de la salud debemos saber transmitir, con nuestras actitudes éticas, el concepto elevado del hombre, del sentido digno de la vida y proporcionarle al paciente que cuidamos un mensaje esperanzador del futuro. El sentido de responsabilidad, de todos los profesionales de la salud, es muy grande y debe venir acompañado de una gran calidad humana. Referencias bibliográficas: (1) Low, R. & el all (1992) Bioética. Consideraciones filosóficos-teológicos sobre un tema actual. Ediciones Rialp. Madrid, España. (2) Frick, W. (1973) Psicología Humanista. Editorial Guadalupe. Buenos Aires (3) Parada, M. ( 2000) “La Ética del Cuidado aplicada y evaluada en la UCI del HCC” Revista Clínica Médica del HCC. Volumen V. No 2 Mayo-Agosto 2000. (4) Comte- Sponville A. (1995) Pequeño Tratado de las Grandes Virtudes. Edit. Andrés Bello. Chile. (5) Feito, L. (2000) Ética Profesional de la Enfermería. PPC Editorial. Madrid.