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BOLETÍN ESCUELA DE MEDICINA U.C., PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE VOL. 33 Nº1 2008 EL ESTADO ACTUAL DE LA TERAPIA ENDOVASCULAR DE ANEURISMAS CEREBRALES Dr. José Tevah C. (1) INTRODUCCIÓN La embolización de una malformación arterio-venosa intracerebral fue descrita por primera vez en los años 1960 por Luessenhop y Spence, con la inyección de esferas de la Silastic® dirigidas por flujo dentro del nido arterio-venoso. En 1970 Boulos y colaboradores reportan una técnica similar usando esferas de Teflón en la embolización efectuada bajo visión radiológica. No es hasta los años 70 en los cuales Serbinenko en Moscú y el mismo año Picard en Nancy (Francia) son tratados aneurismas gigantes intracerebrales con el uso de balones, y comienza la verdadera era de la neurorradiología intervencional (NRI). La neurorradiología intervencional puede definirse como una especialidad médicoquirúrgica que requiere de competencia clínica que utiliza técnicas radiológicas mínimamente invasivas, comúnmente percutáneo o endovascular, para tratar cierto número de afecciones en la esfera cráneo encefálica y /o médulo raquídea. Los gestos de la NRI constituyen un número relativamente vasto de 54 procedimiento incluyendo técnicas de abordaje endovascular, como también, otras modalidades de intervención esencialmente percutáneas. Es una subespecialidad con una formación definida y establecida principalmente por la Federación Mundial de Neuroradiología Intervencional (WFNIT) en términos de requisitos, formación, práctica, investigación y tiempos adaptada a nuestro país por la Sociedad de Neuroradiología de Chile. GENERALIDADES La neuroradiología intervencional como ya hemos dicho está basada en el acceso remoto a estructuras neurovasculares y su intervención está basada en la liberacción de agentes en este compartimento. Hoy en día los procedimientos dentro de esta nueva línea del intervencionismo son numerosos pero podemos agruparlos en: a) Procedimientos concernientes a la oclusión de un cierto número de malformaciones intra-cerebrales e (1) Profesor Asistente, Jefe Unidad de Angiografía y Terapia Endovascular, Departamento de Radiología. Correspondencia: [email protected] Fax: 633 6762 intra-medulares tales como aneurismas, fístulas y malformaciones arteriovenosas. Similares procedimientos con el fin de ocluir cierto número de vasos arteriales extracerebrales como por ejemplo en tumores hipervascularizados con el fin de reducir su vascularización para facilitar un eventual gesto operatorio. b) Ciertas intervenciones que tienen como finalidad el desobstruir estructuras vasculares como por ejemplo en la fibrinolisis intracerebral hiperselectiva en el manejo agudo del accidente vascular cerebral, angioplastía ya sea de troncos supra-aórticos o vasos intracerebrales, colocación de stents con esta finalidad, etc. En efecto, la revolución que ha sufrido esta nueva especialidad se debe a la existencia hoy en día de nuevos materiales de cateterismo que han permitido el desarrollo de técnicas hiperselectivas, nuevos elementos de embolización y finalmente nuevos equipos radiológicos los cuales entregan mejor visualización en tiempo real, mejor sustracción digital, imágenes trididmensionales, etc., gracias al avance en el terreno de la computación. EL ESTADO ACTUAL DE LA TERAPIA ENDOVASCULAR DE ANEURISMAS CEREBRALES - DR. JOSÉ TEVAH C. Esta explosión tecnológica se debe en gran medida al esfuerzo compartido tanto de neurorradiólogos intervencionistas que han conformado equipos de manejo multidiciplinario con neurólogos, neurocirujanos e intensivistas, los cuales han buscado nuevas soluciones a patologías cerebro-vasculares y medulares complejas con cifras de complicaciones y secuelas altas. NECESIDADES EN UNA SALA DE PROCEDIMIENTOS NEUROINTERVENCIONALES a) Equipo Radiológico: Idealmente debe contarce con arco biplano que nos entregue sustracción digital en tiempo real, Roadmapping en biplano simultáneo, que consisten en la memorización en radioscopía de la imagen vascular previamente opacificada, e intensificador de alta resolución espacial, reconstrucción tridimensional, diversos elementos de protección radiológica y monitores que nos entreguen información radioscopía con y sin sustracción simultánea. b) Sala de Procedimientos: La sala debe ser amplia de manera tal que el neuroanestesista con su diferente equipamiento tales como cánulas, ambú, laringoscopios, ventilador mecánico, diferentes drogas de uso anestésico y anticoagulación puedan, circular sin problemas. El pabellón de neurointervencionismo debiera estar cercano a un servicio de tratamiento intensivo y recuperación. c) Equipo de Trabajo: El equipo de trabajo debe contar con neuroradiólogos intervencionistas que tengan una dedicación exclusiva a esta especialidad, con una formación adecuada y certificada de acuerdo a los estándares actuales de la “Joint Comission”. El anestesiólogo debe tener una experiencia adecuada en este tipo de intervenciones y formar parte activa de este equipo multidisciplinario. El rol de la enfermera y del tecnólogo médico son vitales, así como el de la arsenalera, quién debe conocer al detalle los diferentes materiales a utilizar. NEURORRADIOLOGÍA INTERVENCIONAL Y ANESTESIA La participación anestésica tiene un rol incuestionable en el manejo y la prevención de la morbilidad y la mortalidad durante y posterior a los procedimientos neurointervencionales. En general, la mayor parte de los procedimientos son efectuados bajo anestesia general y las razones de esta elección son por una lado la necesidad de inmovilidad completa ya que la imagenología por sustracción y cateterismo hiperselectivo necesita una inmovilidad absoluta y permanente del paciente. Los pacientes reciben antes del procedimiento explicaciones sobre su patología y los riesgos, lo cuál provoca un alto grado de ansiedad que puede alterar el buen desarrollo de la intervención. Las sesiones de embolización son comúnmente muy largas, en promedio 3 horas y finalmente las complicaciones tromboembólicas y hemorrágicas pueden presentarse durante el procedimiento y el uso del respirador y monitoreo facilita el manejo de estas complicaciones. Con el fin de caracterizar algunos de estos procedimientos enumeramos las diferentes etapas de un aneurisma intracerebral y luego la embolización de una malformación arteriovenosa o angioma intracerebral. TERAPIA ENDOVASCULAR DEL ANEURISMA CEREBRAL La vía de abordaje endovascular más comúnmente utilizada es la vía femoral. Esta vía nos permite un acceso fácil a todos los vasos cerebrales con una excelente radioprotección del operador lo cuál no debe ser olvidado. Cuando el cateterismo por vía baja es imposible la punción directa de una arteria carótida a nivel de cuello sigue constituyendo un método posible. Luego de la ubicación de un introductor femoral, una sonda llamada catéter guía, la cuál generalmente es del tipo 6F, es ubicada en el vaso aferente a la lesión : Arteria Carótida Interna o Arteria Vertebral. Es por intermedio de este catéter guía que luego será montado el micro-cateter, cuya extremidad va ha ser ubicada con la ayuda de micro-guías dentro del saco aneurismal. Esta ubicación muchas veces fácil puede llegar a ser muy difícil o imposible. Una vez que la extremidad del micro-cateter es ubicado en la cavidad aneurismal y luego de su verificación con diferentes proyecciones, se introduce el primer “micro-coil”, el cuál ha sido elegido en base a su diámetro y longitud en función de la angio-arquitectura del saco aneurismal. El diámetro del cuello aneurismático es particularmente importante y constituye un parámetro en la elección del material. Una vez que el “coil” permanece estable dentro del aneurisma y después de un control angiográfico este será largado o liberado eléctricamente o mecánicamente. Existen múltiples tipos de “coils” diseñados por varias empresas (EV3, Boston Scientific, Cordis, Cook, Micrus, etc) Si es necesario otros coils serán introducidos a la lesión aneurismática de manera de obtener un “packing”, lo más completo posible del saco. La finalidad consiste en ocluir la totalidad del saco sin dejar permeable el cuello. La intervención finaliza cuando el aneurisma está totalmente obstruido o ya no es posible introducir un nuevo “coil”. En algunas oportunidades la relación cuellodomus aneurismático es poco adecuada para esta técnica. En estos casos se utiliza una técnica de remodelaje del cuello con un balón especialmente diseñado para esto, el 55 BOLETÍN ESCUELA DE MEDICINA U.C., PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE cual se infla al posicionar el “coil”. Con esta técnica es posible solucionar gran parte de los aneurismas de “cuello ancho”. Además se pueden utilizar un stent o malla en el vaso portador y así crear un cuello para luego posicionar los coils y por último es posible utilizar un polímero (ONYX 500®, EV3 Irvine, USA), el cual es útil sobretodo en aneurismas laterales y grandes y/o gigantes con cifras de repermealización notoriamente menores que la utilización de coils en aneurismas de este tamaño. OTRAS TÉCNICAS ENDOVASCULARES En un cierto número de casos la oclusión endovascular no es posible, en particular cuando se trata de una aneurisma gigante o un aneurisma disecante o un aneurisma fusiforme. En esto casos, el tratamiento puede consistir en la oclusión del vaso portador frente al cuello de la lesión o una oclusión bajo el aneurisma de manera de provocar una inversión de flujo capaz de inducir la oclusión aneurismática. Esta última técnica es utilizada generalmente en el tratamiento de aneurismas fusiformes o gigantes del territorio vertebro-basilar con oclusión de ambas arterias vertebrales. Estas oclusiones son realizadas gracias a balones liberables permitiendo la realización de diferentes tests de oclusión funcionales indispensables. La anticoagulación sistémica es indispensable pues la complicación tromboembolica sigue siendo el mayor riesgo en todas las maniobras endovasculares las cuales son muchas veces complejas y prolongadas. Esta coagulación debe obtener una heparinización sistemática aún en el paciente con hemorragia meningea en estado agudo. En general usamos un bolo de 3 mil unidades internacionales de heparina y continuamos con 30 a 40 unidades internacionales por kilo por hora de heparina con el fin de lograr 2 ACT basales. 56 VOL. 33 Nº1 2008 Debe ser tenida en cuenta en estos pacientes, que han sufrido una hemorragia meningea reciente la prevención y tratamiento del vaso espasmo, el cual puede producir complicaciones isquémicas graves. Existen métodos de tratamiento médico pero el seguimiento de estos pacientes debe ser estrictos de forma tal de prevenir en el momento preciso, vale decir, en el momento de la aparición del vasoespasmo clínico, generalmente con doppler transcraneano para así tomar una actitud agresiva frente a esto. Sin en el manejo de esta complicación no es suficiente, nosotros contamos con dos técnicas medianamente agresivas endovasculares in situ. Estas constituyen la inyección selectiva e hiperselectiva de papaverina, potente vaso dilatador de la musculatura lisa y la angioplastía percutánea hiperselectiva . El manejo de estabilidad hemodinámica constituye un problema mayor en ciertos pacientes que presentan hipertensión arterial secundaria a su hemorragia meningea, lo cual consiste en un mecanismo de compensación para asegurar la perfusión cerebral suficiente. Una de las ventajas del manejo endovascular de estos pacientes es que este permite un tratamiento precoz., incluso en el período de vasos espasmo del aneurisma intracerebral, lo cual facilita el tratamiento secundario del vaso espasmo (hipertensión hipervolemia e hemodilusión) el cual no puede ser aplicado en su totalidad mientras el aneurisma no haya sido obstruido. La hipotensión arterial intencional no es necesaria en el curso del tratamiento endovascular , contrariamente a lo cual podría ser necesario en ciertos clipajes neuroquirúrgicos difíciles. CONCLUSIONES Es necesario recalcar que si bien esta subespecialidad es dependiente de alta tecnología es necesario contar con una formación adecuada y sólida que contemple elementos clínicos y de manejo de situaciones altamente estresantes, como por ejemplo complicaciones derivadas de los diferentes procedimientos neuroendovasculares, complicaciones derivadas de la historia natural y el diferente arsenal terapéutico tanto endovascular y neuroquirúrgico para así ofrecer el manejo tipo de tratamiento o la mejor combinación de tratamientos al paciente para su final mejoría. Es vital contar con una óptima relación médico-paciente-familia ya que la confianza en el equipo médico es el pilar fundamental. Todo esto no es posible más que con una estrecha relación de trabajo entre el equipo neuro-endovascular, neuroanestésico, de neurólogos y finalmente neuroquirúrgicos. Es en el seno de este equipo multidisciplinario que las diferentes indicaciones terapéuticas deben ser discutidas, como también, el manejo de las diferentes complicaciones. Esta nueva especialidad que constituye la neurorradiología intervencional debe ser efectuada por un equipo de trabajo cohesionado que dedique todo su tiempo ya sea a procedimientos terapéuticos neuroendovasculares como a procedimientos diagnósticos neurorradiológicos con un manejo de todas las técnicas de imágenes con las cuales contamos (Tomografía Axial Computada, Resonancia Nuclear Magnética y Angiografía Digital), de tal forma de extraer la mayor información de cada método y también manejar todas las vías de acceso percutáneas de forma tal de acceder por distintas vías a las diferentes patologías neurovasculares a tratar. Todas estas líneas de acceso son cada día más fiables en términos de seguridad para el paciente y junto a esto las diferentes indicaciones de tratamiento endovascular en patologías intracerebrales y medulares parecen aumentar día a día, a pesar de esto es necesario notar que existen ciertos pacientes, generalmente con su árbol vascular deteriorado, en los cuales es imposible acceder al tratamiento neuroendovascular.