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Primeros auxilios y reanimación
Directrices 2011
Dirigidas a los jefes de programa de primeros auxilios de las
Sociedades Nacionales, grupos consultivos científicos, instructores
de primeros auxilios y equipos de intervención inmediata
www.ifrc.org
Salvar vidas, cambiar mentalidades.
© Federación Internacional de Sociedades de
la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Ginebra, 2012.
Se autoriza citar total o parcialmente el contenido de este estudio con
fines no comerciales, siempre y cuando se mencione la fuente. La Federación Internacional apreciaría recibir detalles acerca de su utilización.
Las solicitudes para la reproducción comercial deben dirigirse a la Federación Internacional a la dirección [email protected].
Las opiniones y recomendaciones expresadas en este estudio no representan necesariamente la política oficial de la Federación Internacional
ni de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna
Roja. Las designaciones y mapas utilizados no suponen la expresión
de ninguna opinión por parte de la Federación Internacional ni de las
Sociedades Nacionales con respecto a la condición jurídica de algún
territorio o de sus autoridades. Todas las fotografías utilizadas en este
estudio son propiedad de la Federación Internacional salvo indicación
en contrario.
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Directrices sobre primeros auxilios y reanimación 2011
1225500 S 10/2012
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Salud y cuidados
Primeros auxilios
y reanimación
Directrices 2011
La Estrategia 2020 expresa la determinación colectiva
de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz
Roja y de la Media Luna Roja (la Federación Internacional)
de avanzar en la solución de los grandes retos que la
humanidad enfrentará en la próxima década. Orientada
hacia las necesidades y vulnerabilidades particulares de
las diversas comunidades en las que trabajamos y guiada
por los derechos y las libertades inherentes a todas las
personas, tiene por objeto beneficiar, en última instancia,
a todas las personas que confían en la Cruz Roja y la
Media Luna Roja, y ayudarlas a construir un mundo más
humando, digno y pacífico.
Durante los próximos diez años, la Federación Internacional se centrará colectivamente en la consecución de los
siguientes objetivos estratégicos:
1. Salvar vidas, proteger los medios de sustento
y apoyar la recuperación de desastres
y crisis
2. Posibilitar una vida sana y segura
3. Promover la inclusión social y una cultura
de no violencia y la paz
1
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Índice
Directrices sobre primeros auxilios y reanimación de la Federación Internacional
grupo de redacción
4
Agradecimientos5
Prólogo6
Introducción8
Acerca de este documento
9
Vinculación con la Estrategia 2020
Las directrices y la política de la Federación Internacional
Elaboración de las directrices
Adaptación a nivel local
9
9
9
11
La Federación Internacional, las Sociedades Nacionales
12
Progreso y tendencias en primeros auxilios: salud y primeros auxilios comunitarios
Importancia de la prevención en la educación sobre primeros auxilios
Preparación de los ciudadanos para hacer frente a desastres y emergencias cotidianas
Desarrollo futuro
12
12
12
13
Hechos y cifras sobre primeros auxilios
14
Definición de primeros auxilios
Número de personas formadas en primeros auxilios y beneficiarias de estos servicios
14
14
Fundamentos científicos y práctica
14
Eficacia de las directrices y pruebas
15
Directrices sobre primeros auxilios
17
Principios generales
17
Autoprotección de los ciudadanos en emergencias cotidianas y desastres
Principios generales en la atención de la víctima
Administración de medicamentos
Uso de oxígeno
Posición del paciente
19
20
21
22
22
Emergencias médicas
24
Reacciones alérgicas
24
Problemas respiratorios
25
Asma25
Hiperventilación26
Obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño
27
Intoxicación32
Monóxido de carbono
34
Dolor torácico
34
Accidente cerebrovascular
36
Malestar gastrointestinal y deshidratación
37
Complicaciones agudas de la diabetes
39
Choque traumático
42
Pérdida del conocimiento y alteración del estado mental
43
Convulsiones y crisis convulsivas
43
Lesiones45
Quemaduras45
Hemorragias46
2
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Lesiones craneoencefálicas y medulares
Lesiones torácicas y abdominales
Lesión en una extremidad
Heridas y abrasiones
Lesiones dentales
Lesiones oculares
49
52
53
55
57
57
Problemas de salud relacionados con el medio ambiente
58
Problemas de salud causados por el frío
58
Congelación58
Hipotermia59
Problemas de salud causados por el calor
61
Golpe de calor
61
Agotamiento y desmayo (síncope) a causa del calor
62
Calambres a causa del calor
62
Administración de líquidos para el tratamiento de la deshidratación (de origen no ambiental,
salvo la debida al calor) 63
Problemas de salud causados por la altitud
64
Problemas de salud relacionados con animales
66
Mordeduras de animales
66
Mordeduras de serpiente
67
Medusas69
Insectos71
Ahogamiento y síndrome de descompresión de los buceadores
72
Proceso de reanimación de personas ahogadas
Lesión cervical en personas ahogadas
Enfermedad por descompresión (o del buceador)
Síndrome de descompresión
73
75
76
77
Reanimación78
Obstrucción de las vías respiratorias
Paro cardíaco
Reanimación de niños (y ahogados)
Desfibrilación externa automática
Programas de acceso público a la desfibrilación
Métodos para proporcionar ventilación
79
79
90
91
93
94
Apoyo psicosocial y de salud mental
95
Técnicas para apaciguar los comportamientos violentos
Ataque de pánico
Estrés extremo y síndrome de estrés postraumático
Ideas suicidas
98
100
102
103
Educación105
Introducción105
Efectividad de la formación en primeros auxilios sin reanimación destinada a personas legas
106
Ejercicios de simulación
106
Actualización de conocimientos
107
Evaluación, seguimiento y retroalimentación
107
Metodología108
Enfoque basado en las competencias
108
Mensaje108
Referencias111
Anexo151
Datos de la encuesta sobre primeros auxilios y educación en primeros auxilios
151
3
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Directrices sobre primeros
auxilios y reanimación de
la Federación Internacional
grupo de redacción
Dr. Pascal Cassan,
jefe de equipo, Centro Europeo de Referencia para la Educación en Primeros
Auxilios, Federación Internacional.
Dr. David Markenson,
Cruz Roja Americana.
Sra. Grace Lo,
Departamento de Salud, Federación Internacional.
Dr. Richard Bradley,
Cruz Roja Americana.
Sr. Rick Caissie,
Sociedad Canadiense de la Cruz Roja.
Dr. K.L. Chung,
filial de la Cruz Roja de Hong Kong, Cruz Roja China.
Sr. Jonathan Epstein,
Cruz Roja Americana.
Nota
La información médica
cambia constantemente,
por lo que nunca puede
considerarse actualizada,
completa y exhaustiva. No se
debe tomar la información
contenida en las directrices
como base para prescribir
un tratamiento, sea para sí
mismo o para otra persona,
y si alguien lo hace, será bajo
su propia responsabilidad.
Las directrices aportan
información general
exclusivamente con fines
educativos. No pretenden
facilitar al lector o a otra
persona asesoramiento
médico, diagnóstico
profesional, opinión,
tratamiento o servicios,
ni es ese su cometido.
No son un sustituto de
la atención médica o
profesional, y la información
que contienen no reemplaza
la visita médica, consulta
telefónica o asesoramiento
de un médico u otro
profesional sanitario.
La Federación Internacional
no asume responsabilidad
alguna por el asesoramiento,
el tratamiento, el diagnóstico
o cualquier otro tipo de
información, servicio o
producto que el lector
obtenga a través de estas
directrices.
4
Sr. Ferdinand Garoff,
psicólogo, Centro de Información de Apoyo Psicosocial,
Federación Internacional.
Dr. Gabor Gobl,
Cruz Roja Húngara.
Dr. Mohamed Halbourni,
Sociedad de la Media Luna Roja Egipcia.
Dr. Shen Hong,
Cruz Roja China.
Dra. Barbara Juen,
Cruz Roja Austríaca.
Dra. Eugenia Lok,
Hospital Castle Peak, Hong Kong.
Dr. Jeffery Pellegrino,
Cruz Roja Americana.
Sra. Samantha Roberts,
Cruz Roja de Granada.
Dra. Susanne Schunder-Tatzber,
Cruz Roja Austríaca.
Dra. Bonnie Siu,
Hospital Castle Peak, Hong Kong.
Sra. Nana Wiedemann,
psicóloga, directora del Centro de Información sobre Apoyo Psicosocial,
Federación Internacional.
Stijn Van de Velde,
Cruz Roja de Bélgica - Flandes
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Agradecimientos
El equipo de la Federación Internacional participante en el Consejo Consultivo
Internacional sobre la Ciencia de los Primeros Auxilios, que elaboró el Consenso
científico sobre primeros auxilios, estaba integrado por:
• Sr. Olav Aasland, Cruz Roja Noruega;
• Sr. Rick Caissie, Sociedad Canadiense de la Cruz Roja;
• Dr. Pascal Cassan, jefe de equipo, Centro Europeo de Referencia para la Educación en Primeros Auxilios, Federación Internacional;
• Dr. K.L. Chung, Cruz Roja de Hong Kong, filial de la Cruz Roja China;
• Sr. Jonathan Epstein, Cruz Roja Americana;
• Dr. Gabor Gobl, Cruz Roja Húngara;
• Dr. Mohamed Halbourni, Sociedad de la Media Luna Roja Egipcia;
• Dr. Shen Hong, Cruz Roja China;
• Dr. David Markenson, Cruz Roja Americana;
• Dr. Jeffery Pellegrino, Cruz Roja Americana;
• Sra. Samantha Roberts, Cruz Roja de Granada;
• Dra. Susanne Schunder-Tatzber, Cruz Roja Austríaca.
En la elaboración de estas directrices han sido indispensables la participación
y/o los trabajos empíricos, anteriores o actuales, de las siguientes organizaciones y organismos:
• Consejo Consultivo de la Cruz Roja Americana sobre primeros auxilios, natación, seguridad y preparación (ACFASP);
• Centro Europeo de Referencia para la Educación en Primeros Auxilios;
• Red Europea de Educación sobre Primeros Auxilios de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja;
• Consejo Europeo de Reanimación;
• Centro de Información sobre Apoyo Psicosocial de la Federación Internacional;
• Consejo Consultivo Científico Internacional sobre Primeros Auxilios;
• Comité Internacional de Enlace sobre Reanimación (ILCOR).
Agradecemos a la correctora de este manuscrito, Susan E. Aiello, por el ejemplar esfuerzo que llevó a cabo de manera incansable, y que permitió la esencial
incorporación de las evaluaciones científicas y demás consideraciones relativas
a la aplicación.
Deseamos también agradecer a los jefes de primeros auxilios, instructores y voluntarios
que aplicarán esta información en los importantes programas que elaboran y facilitan,
así como a las innumerables personas que utilizarán la información y las destrezas aquí
presentadas para salvar vidas.
5
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Prólogo
Los miembros de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y
de la Media Luna Roja son los principales proveedores de cursos de primeros
auxilios en el mundo. En 2009, las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja impartieron formación en primeros auxilios a más de 7 millones
de personas en diversos países de todo el planeta. En la actualidad, más de
36.000 instructores y 770.000 voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna
Roja prestan servicio en sus comunidades en la enseñanza y la prestación de
primeros auxilios, gracias a lo cual esta forma de asistencia está al alcance de
todos.
Los primeros auxilios salvan vidas: la acción inmediata y la aplicación de las
destrezas adecuadas por parte de las personas con formación en primeros
auxilios pueden ser determinantes para salvar vidas humanas. Con referencia
al horizonte 2020, la inversión en la investigación y el aprendizaje de las buenas
prácticas son pasos clave para garantizar niveles de calidad y mejorar los cursos
y servicios de primeros auxilios que brindan las Sociedades de la Cruz Roja y de
la Media Luna Roja.
En 2008, la Federación Internacional participó en un proceso de investigación
para desarrollar el Consenso científico sobre primeros auxilios. Esta actividad
incluyó una revisión exhaustiva de las publicaciones existentes, así como la
evaluación y la clasificación del nivel de las pruebas científicas en temas específicos de primeros auxilios. El resultado permitió elaborar este primer conjunto
de directrices internacionales de primeros auxilios.
Las directrices están dirigidas a los jefes de los diferentes programas de
primeros auxilios de las Sociedades Nacionales, así como a sus órganos consultivos en la materia. Las Sociedades Nacionales pueden utilizar estas directrices
para actualizar sus materiales, programas de capacitación y aptitudes en
consonancia con las normas internacionales más recientes sobre una base
empírica. Cada tema tratado en el documento incluye una introducción y un
resumen de los fundamentos científicos, directrices sobre una base empírica
y consideraciones relativas a su aplicación, para que las diferentes Sociedades
Nacionales las adapten y modifiquen de acuerdo con las necesidades, la realidad
y la legislación locales.
En la Estrategia 2020 de la Federación Internacional se pide a las Sociedades
Nacionales miembros que intensifiquen su labor, la perfeccionen y obtengan
mayores logros. Los primeros auxilios son un pilar fundamental exactamente
en ese sentido, al trabajar con las poblaciones vulnerables para edificar comunidades más seguras y resistentes, que estén en mejores condiciones para
prepararse ante eventuales desastres y reducir los riesgos para la salud.
Matthias Schmale
Subsecretario General
División de Servicios a Programas, Federación Internacional
6
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
7
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
01.
Introducción
Los primeros auxilios siguen siendo un ámbito de actuación básico dentro de
la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna
Roja. La Federación Internacional es la principal entidad del mundo dedicada a
enseñar y prestar primeros auxilios, actividad que ocupa un lugar central en la
inmensa mayoría de las 187 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja.
La Federación Internacional considera que los primeros auxilios son el primer
paso vital para una intervención eficaz y rápida que ayude a mitigar las lesiones
graves y mejorar las posibilidades de supervivencia. La actuación inmediata y la
administración correcta y adecuada de los primeros auxilios son determinantes
para salvar vidas humanas. La disponibilidad para la población mundial de una
formación en primeros auxilios de calidad y basada en la experiencia permitirá edificar comunidades más seguras y sanas, ya que será posible prevenir y
reducir los riesgos en casos de desastre y emergencias cotidianas.
La Federación Internacional aboga en favor de servicios de primeros auxilios
que estén al alcance de todos, y que por lo menos una persona en cada hogar
reciba capacitación en ese ámbito, independientemente del nivel socioeconómico u otros factores que podrían ser discriminatorios.
Acerca de este documento
Este documento evalúa y expone los fundamentos científicos de los primeros
auxilios y la reanimación. Se trata de las primeras directrices internacionales
de primeros auxilios (en adelante, “las directrices”) elaboradas por la Federación
Internacional, y apuntan a promover la armonización de las prácticas en esta
materia entre las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna
Roja, así como a darles una base científica sólida. Forman parte de las medidas
para garantizar la calidad y asegurar una capacitación adecuada en primeros
auxilios para el público en general y los voluntarios, de acuerdo con las normas
de la Federación Internacional.
Nota: Estas directrices no pretenden sustituir a los manuales de primeros
auxilios y el material pedagógico asociado. Su objetivo es ayudar a los jefes de
programa y los órganos consultivos de las Sociedades Nacionales a elaborar
materiales y programas de formación en primeros auxilios, tomando como
punto de partida las conclusiones científicas más recientes con base empírica
y las recomendaciones derivadas de las mismas. Las Sociedades Nacionales
deben adaptar las directrices a sus entornos locales (véase adaptación a nivel
local). Además, este análisis de las directrices y las pruebas ha de servir como
referencia de calidad para los instructores de primeros auxilios, los equipos de
intervención en caso de emergencia, y sus respectivas organizaciones.
8
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
01. Introducción
Vinculación con la Estrategia 2020
En la Estrategia 2020 se pide a las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna
Roja que hagan más, lo hagan mejor y logren más. Las presentes directrices
proporcionan a las Sociedades Nacionales una base sólida para “hacerlo mejor”
en el ámbito de los primeros auxilios.
La tendencia mundial hacia una mayor urbanización intensifica las consecuencias adversas para la salud, especialmente entre las comunidades vulnerables.
La promoción de los primeros auxilios y el uso de técnicas preventivas de
eficacia demostrada para abordar algunos de los retos que afronta la población
mundial pueden fortalecer la capacidad de las comunidades locales y de las
Sociedades Nacionales, tanto en la preparación como en la intervención en
casos de desastre. Este esfuerzo, destinado en última instancia a salvar vidas,
crea un nexo entre la intervención inicial de los voluntarios de primeros auxilios, y del público en general, y el sistema oficial de salud.
Las directrices y la política
de la Federación Internacional
En la política revisada de primeros auxilios que data de 2007 se pedía una
mejora en la enseñanza y la prestación de primeros auxilios. La prestación de
primeros auxilios debe fundamentarse en directrices actualizadas en base a
la experiencia, y además en las mejores prácticas. La Federación Internacional
apoya a las Sociedades Nacionales y participa en la armonización de las
técnicas de primeros auxilios en consonancia con la investigación científica, las
normas internacionales, las directrices sobre buenas prácticas y las medidas
para garantizar servicios de calidad. Para ello, la Federación Internacional ha
establecido alianzas con organismos científicos, expertos en salud pública y
especialistas en pedagogía. La información resultante de este proceso incluye
el análisis de la situación y de las tendencias, además de los últimos avances
comprobados en la enseñanza de los primeros auxilios. La puesta en práctica de
tales procesos ha dado lugar a estas directrices, así como al Consenso científico
sobre primeros auxilios.
Elaboración de las directrices
En 2008, la Federación Internacional participó en un acuerdo de colaboración
estratégica con el Consejo Consultivo Científico Internacional sobre Primeros
Auxilios, copresidido por la Cruz Roja Americana. El Dr. Pascal Cassan, coordinador del Centro Europeo de Referencia para la Educación en Primeros Auxilios,
dirigió el equipo de la Federación Internacional. Se designaron expertos de
diferentes zonas. Se incorporaron al proceso representantes de la Cruz Roja
Americana, la Cruz Roja Austríaca, la Sociedad Canadiense de la Cruz Roja, la
Sociedad de la Media Luna Roja Egipcia, la Cruz Roja de Granada, la Cruz Roja
de Hong Kong, la Cruz Roja Húngara, la Cruz Roja Noruega y la Cruz Roja China.
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se ha
situado a la vanguardia de las actividades vinculadas con el progreso científico,
la educación y la práctica en materia de primeros auxilios y, por su parte, las
Sociedades Nacionales han colaborado con los consejos locales de reanimación
y sus organizaciones afines, como el Comité Internacional de Enlace sobre
Reanimación (ILCOR) , para profundizar los conocimientos científicos y la
educación en ese ámbito. El documento resultante del proceso presenta los conocimientos y elementos científicos adquiridos por la Federación Internacional en
9
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
materia de primeros auxilios y reanimación, así como la educación del público
en general, sobre los temas que se considera esenciales para salvar vidas; al
mismo tiempo, se nutre del trabajo científico de otras organizaciones que lleven
a cabo actividades en este campo, entre ellas la Red Europea de Educación sobre
Primeros Auxilios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el Consejo Consultivo
de la Cruz Roja Americana sobre primeros auxilios, natación, seguridad y preparación (ACFASP), el Consejo Consultivo Científico Internacional sobre Primeros
Auxilios y el ILCOR.
Sobre la base de estos esfuerzos, la Federación Internacional ha elaborado las
primeras directrices internacionales para consolidar los fundamentos científicos de la práctica y la enseñanza de los primeros auxilios. El equipo realizó un
examen cabal de las publicaciones científicas, y evaluó y calificó el nivel de los
elementos comprobados en temas específicos de primeros auxilios. Este examen
incluyó trabajos anteriores realizados por numerosos miembros del Movimiento
Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, entre ellos las directrices
basadas en la experiencia de las Sociedades Nacionales y los trabajos del Centro
Europeo de Referencia para la Educación en Primeros Auxilios y el Centro de
Información sobre Apoyo Psicosocial.
Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
y los asociados científicos
Es importante distinguir entre “armonización” y “normalización”. La intención
de este documento no es ofrecer una técnica para abordar cada situación, sino
más bien establecer un consenso sobre los principios mínimos acordados y el
análisis crítico de los elementos disponibles y la información aprendida de las
experiencias del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna
Roja, de manera que al final todos los socorristas puedan poner en práctica
técnicas para salvar vidas cuya eficacia ha sido demostrada.
Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja deben
tener en cuenta el contexto y la realidad de cada comunidad. Las técnicas de
reanimación deben estar en consonancia con el entorno científico local, y es
necesario entablar contactos con el consejo de reanimación y otras organizaciones científicas locales. En la mayoría de los casos, aunque las prácticas
puedan ser diferentes, las técnicas aplicables para salvar vidas se basan en un
conjunto de principios comunes.
Este esfuerzo de armonización se guió por una serie de parámetros. Entre ellos,
destacan los siguientes:
• la promoción y la inclusión de los primeros auxilios y la reanimación basados
en pruebas;
• la necesidad de una mayor difusión de técnicas, conocimientos y prácticas
coherentes de primeros auxilios y reanimación;
• el enfoque educativo centrado en asimilar aptitudes e inculcar confianza para
actuar;
• los constantes intercambios transfronterizos debidos a:
• las migraciones, que favorecen la mezcla de poblaciones;
• el turismo y los viajes de negocios, que ponen a las personas en contacto
con diferentes entornos;
• el uso de Internet, que puede favorecer el autoaprendizaje y la comparación entre zonas;
• las diferencias entre técnicas que no tienen un fundamento científico o basado
en la experiencia;
• el necesario nexo entre el conocimiento científico y su aplicación en situaciones diferentes del entorno de la investigación.
10
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
01. Introducción
Además, las recomendaciones sobre técnicas que figuran en estas directrices
son un complemento de los esfuerzos prioritarios de las Sociedades Nacionales
de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para armonizar contenidos, métodos
y certificaciones entre los países dentro de cada continente. El objetivo es el
establecimiento de un certificado internacional de primeros auxilios.
Tipo de certificación y formación que pueden proporcionar las Sociedades
Nacionales
Los primeros auxilios constituyen un objetivo común y corresponden a una
función clara y esencial que se comprende en todo el Movimiento. Son un
componente fundamental de la razón de ser de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja. Los primeros auxilios son el alma de la organización, la fuerza unificadora
que levanta la primera línea de frente de la Cruz Roja y la Media Luna Roja,
reforzando su universalidad. Los primeros auxilios reflejan una perspectiva
única en el Movimiento, capaz de adoptar la diversidad a favor de la integración.
Representa la energía necesaria para la cohesión y un incentivo para la unidad.
También se debe buscar la armonización mundial en la enseñanza de los
primeros auxilios. Del mismo modo que las Sociedades Nacionales entregan
un certificado europeo de primeros auxilios en Europa, cabría establecer un
certificado internacional de primeros auxilios. Basándose en su experiencia
como principal proveedor de formación de primeros auxilios, la Cruz Roja y la
Media Luna Roja sugieren distintos puntos clave que deberían formar parte del
programa mundial de estudios:
• tomar medidas de seguridad, incluido pedir ayuda;
• observar los principales signos de vida (desde una valoración inicial hasta una
situación de supervisión);
• conceder prioridad a la víctima inconsciente;
• atender a la víctima que tiene dificultades respiratorias;
• atender a la víctima que tiene dificultades del sistema circulatorio;
• controlar las hemorragias graves y tratar las quemaduras y las heridas.
Adaptación a nivel local
Al utilizar estas directrices, las Sociedades Nacionales deben considerar las
características epidemiológicas, la atención prehospitalaria y la legislación relacionada con los primeros auxilios en los países respectivos. Deben abordar los
problemas de salud y lesiones más comunes identificados en las comunidades o
grupos destinatarios específicos, prestando especial atención a sus convicciones
culturales y religiosas, así como a los recursos disponibles. Se debe trabajar
de forma conjunta con el grupo de asesoramiento científico de cada Sociedad
Nacional. Tal como se concibe en este documento, un grupo de asesoramiento
científico puede incluir científicos, expertos médicos, investigadores, instructores y profesionales de primeros auxilios, educadores y representantes de la
comunidad local. Esa composición puede lograrse estableciendo asociaciones
con otros agentes, e incluso con otras Sociedades Nacionales.
Las directrices, incluidas las recomendaciones, deben ser suficientemente
flexibles para que las distintas Sociedades Nacionales puedan adaptarlas a diferentes situaciones, entornos y contextos (por ejemplo, escuela, lugar de trabajo,
hogar, viajes, acontecimientos deportivos, etc.) y a diferentes perfiles personales
(edad, discapacidad, etc.), sin perder por ello su fundamento científico. Tales
directrices dan indicaciones sobre la forma eficaz y segura de prestar primeros
auxilios, teniendo en cuenta las prácticas alternativas y tradicionales existentes
cuyos méritos hayan quedado demostrados.
Referencia: 1
11
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
La Federación Internacional,
las Sociedades Nacionales
Progreso y tendencias en primeros auxilios:
salud y primeros auxilios comunitarios
La inmensa mayoría de las 187 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja imparten cursos de primeros auxilios, que constituyen una
parte esencial de su actividad. En 2009, las Sociedades Nacionales impartieron
cursos certificados de primeros auxilios a más de 7 millones de personas, y ofrecieron a otros 17 millones una enseñanza más breve de los principios básicos
de los primeros auxilios. La gran red de voluntarios de la comunidad sienta una
base sólida para expandir la enseñanza y la práctica de los primeros auxilios.
La continua consolidación de conocimientos y aptitudes, junto con los recursos
adicionales puestos a disposición común, fortalecen la capacidad interna de
cada comunidad para hacer frente a las crisis cotidianas y a los desastres.
La Federación Internacional, además de abogar por la enseñanza y la aplicación
de medidas básicas de primeros auxilios para salvar vidas, está convencida de
que los primeros auxilios deben ser parte integrante de un enfoque más amplio
de desarrollo. Este enfoque se centraría en la prevención para forjar comunidades más seguras y resistentes, y en lograr una mayor capacidad a largo plazo
para mejorar los programas de salud y desarrollo comunitario. Los instrumentos
de salud y primeros auxilios comunitarios incluyen una guía práctica, una guía
para facilitadores, un manual para voluntarios y herramientas comunitarias
que pueden utilizarse con facilidad sobre el terreno (www.ifrc.org).
Importancia de la prevención
en la educación sobre primeros auxilios
Una mejor información preventiva y comunitaria en zonas propensas a
desastres reduce el costo de las operaciones de emergencia. Por cada dólar
estadounidense que se invierte en preparación frente a posibles desastres, se
ahorra 4 dólares en la intervención en caso de emergencias. La prevención debe
empezar con la educación y la capacitación en primeros auxilios, para sensibilizar más a las personas acerca de los riesgos.
En general, los patrones de los problemas de salud evolucionan hacia una mayor
incidencia de las enfermedades no transmisibles. Se prevé que en 2020 las principales causas de muerte, enfermedad y discapacidad en todo el mundo sean las
afecciones cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, los accidentes de tráfico,
los traumatismos originados por la violencia y los conflictos, y las enfermedades
diarreicas. El alcance de los programas de primeros auxilios de las Sociedades
de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja debe ser lo suficientemente amplio como
para abordar los aspectos relacionados con la prevención de estos problemas de
salud.
Preparación de los ciudadanos para hacer frente
a desastres y emergencias cotidianas
Algunas encuestas muestran que los ciudadanos tienen a menudo un concepto
amplio del riesgo, que incluye los riesgos sociales, ambientales y económicos. Se
12
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
01. Introducción
sienten amenazados por el desempleo, el alto costo de la vida, el envejecimiento
y el cuidado que necesitarán, la contaminación, etc. No se pasan por alto ni se
subestiman los riesgos naturales e industriales, pero se los separa del resto.
Ciertamente, las diversas autoridades, profesionales y expertos tienen una
perspectiva diferente al evaluar los riesgos y el grado de vulnerabilidad. Este
importante aspecto pone de manifiesto que los ciudadanos, que son los beneficiarios o destinatarios de los programas de preparación y sensibilización frente
a los riesgos, a menudo no son plenamente conscientes del carácter prioritario
de dichos programas.
Los ciudadanos deben preparse para protegerse a sí mismos antes, durante y
después de situaciones de emergencia, del siguiente modo:
• antes de una emergencia: obtener información e identificar los riesgos importantes, adoptar un comportamiento adecuado, tomar medidas preventivas, y
si es necesario correctivas, buscar capacitación (por ejemplo, en técnicas de
salvamento), comprender y respetar las instrucciones de seguridad y participar en los programas de gestión de situaciones de emergencia (como los
relativos al análisis de riesgos, simulacros, etc.);
• durante una emergencia: protegerse de las consecuencias inmediatas y de
cualquier riesgo o accidente, poner en práctica las técnicas adecuadas de
primeros auxilios, seguir las instrucciones (por ejemplo, de evacuación),
restablecer los vínculos sociales (por ejemplo, con la familia, amigos, vecinos,
miembros de la comunidad local, etc.) y ofrecerse para colaborar con los servicios y organizaciones encargados del rescate y salvamento, la atención y la
asistencia;
• después de una emergencia: obtener la asistencia adecuada (atención, agua,
alimentos, vivienda, etc.), restablecerse psicológicamente y recabar compensaciones materiales, ofrecerse para colaborar en las operaciones de asistencia
dirigidas a la comunidad local y adaptar su conducta y equipo en función de
la experiencia adquirida y las lecciones aprendidas.
Véase también autoprotección de los ciudadanos en casos de desastre y emergencias cotidianas.
Desarrollo futuro
La Federación Internacional está empeñada tanto en consolidar aptitudes
de primeros auxilios dentro de los grupos vulnerables, como en favorecer el
desarrollo de comunidades más seguras y sanas. La Federación Internacional
continuará trabajando con sus asociados en lo que respecta a las técnicas de
primeros auxilios y los factores que influyen en la disposición de cualquier ciudadano a prestar primeros auxilios. Por ejemplo, la Federación Internacional está
interesada en aprender formas más eficaces de enseñar las técnicas de primeros
auxilios a la población, así como mejores metodologías para generar un cambio
de comportamiento destinado a prevenir lesiones y adoptar hábitos de vida
saludables.
Esta información, que las Sociedades Nacionales asimilan continuamente,
contribuirá a mejorar aún más el nivel y la calidad de los primeros auxilios
que prestan. Ello puede suponer un avance hacia el establecimiento de una
certificación internacional en primeros auxilios en el Movimiento Internacional
de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Este paso sería la culminación lógica de
los esfuerzos que se despliegan para ofrecer un certificado regional (como se ha
hecho en Europa y se ha empezado a hacer en América del Norte).
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Hechos y cifras
sobre primeros auxilios
Definición de primeros auxilios
Los primeros auxilios se definen como la ayuda inmediata que se proporciona a
una persona enferma o con lesiones hasta que llega la ayuda profesional. Abarca
no solo las lesiones físicas o enfermedades, sino también otro tipo de atención
inicial, como el apoyo psicosocial a las personas que sufren trastornos emocionales por haber experimentado o presenciado un acontecimiento traumático.
Número de personas formadas en primeros
auxilios y beneficiarias de estos servicios
• Entre 2006 y 2009, aumentó en un 90% el número de personas que recibieron
capacitación en primeros auxilios por parte de las Sociedades Nacionales de
la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
• En 2009, 21 Sociedades Nacionales europeas impartieron capacitación a más
de 2,3 millones de personas, y 7 millones recibieron formación sobre primeros
auxilios en todo el mundo en cursos validados con un certificado. Más de
36.000 instructores y 770.000 voluntarios participaron en actividades de
primeros auxilios, y ofrecieron más de 4,8 millones de horas de enseñanza
y prestación de primeros auxilios. Los mensajes sobre primeros auxilios y
prevención llegaron a más de 46 millones de personas.
• El 12 de septiembre de 2009 se celebró el Día Mundial de los Primeros Auxilios
bajo el lema “Primeros auxilios para la humanidad”. Más de 32 Sociedades
Nacionales comunicaron mensajes a más de 20 millones de individuos en
todo el mundo, y movilizaron a más de 760.000 personas, entre voluntarios y
miembros del personal.
• Desde que se divulgó el material sobre salud y primeros auxilios basados en la
comunidad, más de 300 funcionarios remunerados y voluntarios de 80 Sociedades Nacionales han participado en nueve seminarios prácticos de maestros
socorristas sobre el tema. Se han celebrado seminarios en varios idiomas,
entre ellos árabe, chino, francés, inglés, portugués y ruso.
Véase también datos de la encuesta sobre primeros auxilios y educación en
primeros auxilios (en el anexo).
Fundamentos científicos y práctica
Estas directrices presentan conclusiones basadas en el examen de los elementos
científicos y el consenso desarrollado a partir de dicho examen. Las recomendaciones se han formulado teniendo en cuenta el intercambio de experiencias y
buenas prácticas entre muchas Sociedades Nacionales de todo el mundo.
La Federación Internacional está convencida de que todo el mundo tiene la posibilidad de salvar vidas. Por ello, a la hora de desarrollar prácticas de primeros
auxilios basadas en la experiencia, las técnicas deben ser tan sencillas y simples
como sea posible, de modo que los miembros del público en diferentes contextos
locales puedan aprenderlas y utilizarlas de manera eficaz.
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
01. Introducción
Eficacia de las directrices y pruebas
La eficacia de todas y cada una de las directrices y conclusiones tiene que ver
con los elementos científicos que las sustentan. Por tanto, todas las directrices
parten de un examen crítico de las publicaciones disponibles (lo que incluye
también el análisis de la solidez de la concepción de los estudios), materiales de
referencia normalizados, libros de texto y la opinión de los expertos.
En función de la fuente y la consistencia de las pruebas científicas, las diferentes
directrices se clasifican como de cumplimiento obligatorio (***), recomendado
(**) u opcional (*). La aplicación de una directriz puede suponer tanto la realización de una acción como una abstención de hacerlo.
Clasificación del
cumplimiento de
las directrices y
expresión empleada
en el texto
Descripción y consistencia
de las pruebas
Consecuencias
Obligatorio (***)
Expresión: debe
(o no debe)
• Recomendación firme a vehemente.
• Alto grado de certidumbre científica.
• Pruebas de apoyo de excelente calidad
(obtenidas a partir de estudios bien
concebidos, prospectivos, aleatorios y
controlados).
• Los beneficios esperados superan sin duda a
los inconvenientes.
Nota: En algunas circunstancias claramente
identificadas es imposible obtener pruebas
de alta calidad, pero las ventajas esperadas
superan ampliamente los inconvenientes.
Se debe seguir a
menos que exista una
justificación clara
y convincente para
adoptar otro enfoque.
Recomendado (**)
Expresión: debería
(o no debería)
• Grado moderado de certidumbre científica.
• Basado en pruebas menos consistentes
(estudios no aleatorios de grupos, estudios
de control de casos, estudios retrospectivos
de observación y/u opiniones y consensos de
expertos).
• Las ventajas esperadas superan ampliamente
los inconvenientes, pero la calidad de las
pruebas no es tan sólida como en el caso
anterior.
Nota: Una vez más, en algunas circunstancias
claramente definidas puede ser imposible
obtener pruebas de alta calidad, pero las
ventajas esperadas superan ampliamente los
inconvenientes.
Es prudente seguirla,
pero hay que
permanecer atentos a
la aparición de nuevas
informaciones.
Opcional (*)
Expresión: puede,
podría (o no se
recomienda)
• Es resultado de otras pruebas, publicaciones,
opiniones de expertos, etc.
• Es la menos convincente en términos de
pruebas científicas.
• Define la dirección que se puede seguir
cuando la calidad de las pruebas es dudosa, el
nivel o el volumen de las pruebas es pequeño
o estudios cuidadosamente realizados
muestran una ventaja poco clara entre una
opción y otra.
Puede tenerse en
cuenta al adoptar
decisiones, pero hay que
permanecer atentos a la
publicación de nuevas
pruebas que aclaren el
equilibrio entre ventajas
e inconvenientes.
15
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
16
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
02.
Directrices sobre
primeros auxilios
Principios generales
Prevención
Si bien estas directrices se centran en la enseñanza y la prestación de primeros
auxilios, desde una perspectiva de salud pública siempre es mejor prevenir una
lesión o enfermedad que tratar a las víctimas. Por tanto, para proceder de forma
adecuada, todos los programas de enseñanza de primeros auxilios deberían
comenzar con información sobre cómo prevenir la enfermedad o lesión que se
aborda.
Seguridad personal
En la prestación de primeros auxilios, siempre hay que tener en cuenta la
seguridad de quien los presta. Por eso, cuando se utilicen estas directrices para
elaborar programas educativos sobre primeros auxilios, será imprescindible
incluir información sobre seguridad personal. No se incluye una referencia a la
seguridad personal en cada tema debido a que la información sobre este aspecto
es general y se aplica a todas las situaciones, así como en aras de la brevedad y
para centrarse mejor en la información específica pertinente a cada directriz.
Los dos aspectos más importantes de la seguridad personal son garantizar la
seguridad general de los socorristas y prevenir la transmisión de enfermedades
durante la atención. Las personas que prestan primeros auxilios deben recordar
que, aunque deseen atender a las víctimas, no deben exponerse a peligros, pues
de lo contrario podrían a su vez convertirse en víctimas. Estas personas solo
deben aventurarse en zonas consideradas peligrosas (como las afectadas por
el agua, el fuego, etc.) si están especialmente adiestradas para llevar a cabo
rescates en esos contextos. Además, si inicialmente las condiciones del lugar
son seguras, pero existe la posibilidad de que cambien, o si solo se puede penetrar en el lugar con seguridad durante un breve período, los socorristas deben
trasladar a la víctima (como se les haya enseñado a hacerlo) a una zona en
que estén a salvo antes de dispensarle cuidados. El segundo aspecto relativo
a la seguridad personal es la prevención de la transmisión de enfermedades
mediante la observancia de las precauciones universales. Aunque estas medidas
pueden variar de una sociedad a otra, en función del entorno y de los recursos
disponibles, es necesario que estén normalizadas y sustentadas en las mejores
pruebas disponibles. El aspecto más importante para controlar la infección es
una buena higiene de las manos, que consiste en lavarlas con frecuencia, como
mínimo antes y después de proporcionar los cuidados. Se puede utilizar agua y
jabón, pero si no se dispone de ellos, los productos antisépticos a base de alcohol
pueden ser útiles.
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Relación con otros servicios de salud
Si bien los primeros auxilios son más accesibles y ofrecen la forma más inmediata de atención a la víctima de una enfermedad o lesión, se trata apenas de
una parte de una secuencia continua de atención. La enseñanza de primeros
auxilios debe prever los casos en que la atención de primeros auxilios es suficiente, o aquellos en que la prestación de primeros auxilios acaba en el momento
en que la víctima pasa a manos de un profesional de la atención primaria (o el
equivalente en el entorno de cada Sociedad Nacional) y/o la víctima es transportada de forma inmediata al lugar en que recibirá una atención médica definitiva
(o su equivalente en el entorno de cada Sociedad Nacional).
Actualización de conocimientos y formación continua
La última sección de estas directrices trata de la educación y de los elementos
de la pedagogía vigentes en el momento de redaccíón de estas directrices. Si bien
la formación inicial es un primer paso importante para atender a las víctimas
y salvar vidas, se debe insistir en la necesidad de mantener las aptitudes al día,
sobre la base de la información más reciente y mediante actividades periódicas
de formación continua. La forma que adopte esta actualización y capacitación
variarán según el tipo de educación de primeros auxilios que se imparta, el
entorno, las aptitudes aprendidas y los recursos de cada Sociedad Nacional.
El nivel y tipo de formación continua necesarios variará en función de la
profundidad y la amplitud de la enseñanza de primeros auxilios. Además, tal
como se explica en las secciones que tratan de las repercusiones de las directrices, ciertas aptitudes deben usarse o promoverse solo si se ha recibido una
capacitación específica al respecto. Estas aptitudes requieren no solo de una
capacitación inicial, sino también de una atención específica en cuanto a la
formación continua y la actualización de conocimientos.
Grupos de población especiales
Junto con todos los esfuerzos destinados a enseñar los primeros auxilios, prevenir
las lesiones y enfermedades y fomentar la salud pública, se debe tener en cuenta
las necesidades de grupos de población especiales y vulnerables, en particular de
quienes tienen problemas de acceso y necesidades funcionales. Las necesidades
y problemas de estos grupos deben considerarse desde una doble perspectiva,
como destinatarios de la enseñanza y de la capacitación de primeros auxilios
y como beneficiarios de medidas de primeros auxilios. Como las Sociedades
Nacionales utilizarán estas directrices para elaborar programas de enseñanza
de primeros auxilios, es importante ayudarlas a diseñar programas específicos
dirigidos a los grupos de población a los que generalmente no llega esa capacitación. Algunos ejemplos son los grupos con limitaciones por motivos lingüísticos,
socioeconómicos o educativos, así como aquellos con discapacidades físicas u
otros impedimentos. Además, los cursos deben contemplar información sobre
necesidades especiales y personas vulnerables. Si los recursos lo permiten,
también se pueden concebir cursos específicamente dirigidos a esos grupos.
Ética
Si bien en este examen científico no se ha abordado el tema de la ética, cuando
se conciben programas de capacitación siempre es importante tener en cuenta
las cuestiones éticas relacionadas con los primeros auxilios. En los casos en
que las necesidades superan los recursos disponibles, como por ejemplo en
desastres, actos de terrorismo, emergencias de salud pública y emergencias
humanitarias, los socorristas pueden enfrentarse a disyuntivas éticas como por
ejemplo, con respecto a la selección y la asignación de recursos limitados.
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
Autoprotección de los ciudadanos
en emergencias cotidianas y desastres
Introducción
Los incendios, inundaciones, tormentas, terremotos, aludes, olas de calor, accidentes industriales, etc. tienen consecuencias desastrosas para la población.
Estos desastres naturales y riesgos tecnológicos a menudo afectan a un gran
número de víctimas (al causar lesiones o muertes) y por lo tanto tienden a
concentrar la atención de la comunidad. Sin embargo, existen muchas situaciones peligrosas que afectan de forma cotidiana a los individuos, las familias y
las comunidades. Estas incluyen desvanecimientos, quemaduras, caídas, intoxicaciones, ahogamientos, accidentes de tránsito, etc., que ocurren en el hogar, la
escuela, el lugar de trabajo, los comercios, las carreteras, etc. Sus consecuencias
sobre las víctimas y las personas cercanas (familiares, amigos, vecinos, colegas
de trabajo, etc.) a menudo son tanto físicas como psicológicas; esto también
se aplica a los testigos de las emergencias, autoridades locales y miembros de
organizaciones que ofrecen atención y cuidados.
Resumen de los fundamentos científicos
La mayoría de datos sobre la mejor manera de evaluar y supervisar la preparación ciudadana ante las emergencias cotidianas o el riesgo de desastres
provienen de informes u opiniones de expertos. Los estudios con grupos de
población bien definidos que investigaron la evaluación durante los cursos de
reanimación se basaron en métodos diversos, por lo que no es posible extraer
conclusiones.
Directrices
No hay datos suficientes que permitan recomendar oficialmente una capacitación o una información determinada para preparar a los ciudadanos, pero se
puede destacar algunos aspectos fundamentales para la educación del público
en general. En primer lugar, es necesario reconocer que los propios ciudadanos son el centro de los sistemas de prevención y reacción en situaciones
de emergencia. Por lo tanto, esos ciudadanos deben participar activamente en
estos sistemas, junto con las autoridades y organizaciones de rescate, atención
y asistencia. Pueden inicialmente contribuir a su propia protección mediante
la expresión y la identificación de los riesgos a los que están expuestos y las
aptitudes con las que cuentan para controlar esos riesgos y comportarse en
situaciones de emergencia.
Consideraciones relativas a la aplicación
Para evaluar la eficacia del nivel de autoprotección de los ciudadanos se
necesitan estudios bien concebidos que determinen el grado de capacitación
mediante ejercicios de simulación u otros métodos pedagógicos, en concreto
los que se emplean especialmente para adiestrar al ciudadano de la calle.
También se necesitan estudios bien concebidos para determinar si esa capacitación contribuye eficazmente a atenuar los efectos del desastre dentro de la
comunidad. Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
podrían utilizar estos estudios para evaluar la eficacia de la educación en la
preparación para afrontar casos de desastre y emergencias cotidianas en todo
el mundo.
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Principios generales en la atención de la víctima
Ciertos elementos de primeros auxilios son comunes en la atención de cualquier víctima. Aunque pueden existir pruebas que justifiquen el uso de esos
elementos, estas directrices no abordan específicamente dichas pruebas.
Cuando se usen estas directrices en la elaboración de programas de educación,
será importante incluir los siguientes elementos comunes (que se analizan a
continuación con más detalle) en la atención a todas las víctimas:
• evaluación:
• inspección del lugar;
• protección personal;
• vías respiratorias, respiración, circulación;
• diferentes niveles, según los diferentes programas de primeros auxilios,
desde preguntas sencillas hasta una muestra del historial y signos
vitales;
• posición del paciente;
• solicitud de ayuda, servicio médico de urgencia o ayuda adicional:
• primera llamada - para pedir ayuda;
• llamada rápida - a un servicio de urgencias, tras realizar una evaluación.
Evaluación
Se debe proceder con todas las víctimas a una evaluación cuidadosa que
permita determinar correctamente todas las necesidades de primeros auxilios.
Para que la evaluación sea eficaz, es importante seguir un esquema establecido
que sea fácil de recordar y que se ajuste a las prioridades de identificación y
tratamiento.
En todos los cuidados de emergencia, incluidos los primeros auxilios, los
socorristas deben realizar primero una inspección del lugar para evaluar los
mecanismos de la lesión y determinar si es seguro mantener a las víctimas en
su ubicación actual o es preferible trasladarlas para prestar efectivamente la
atención. Al mismo tiempo, los socorristas deben ser conscientes de su seguridad personal y tomar las precauciones universales, que pueden variar en
función de cada Sociedad Nacional y su entorno. Es posible que también introduzcan otros cambios cuando se ocupen de familiares o amigos. La precaución
universal más importante es la atención a la higiene de las manos. Las manos
deben lavarse con agua y jabón, antes y después de tratar a la víctima, y si no
se dispone de ellos, puede ser útil emplear productos antisépticos a base de
alcohol.
A continuación (ya al lado de la víctima), los socorristas deben adoptar un
enfoque establecido sobre la base de dos principios: ocuparse en primer lugar
del problema más urgente y ofrecer atención cuando se hayan identificado
los problemas. El orden a seguir es lo que en inglés se denomina nemotécnicamente “ABCDE” (por “assessment, airway, breathing, circulation, disability and
expose”), es decir, evaluación de la situación, liberación de una vía de ingreso de
aire, respiración, circulación, discapacidad (estado mental y sistema nervioso
periférico) y luego exposición de la víctima a una evaluación más detallada
y a un tratamiento. En muchos casos, cuando se detecta un problema en el
examen ABCDE, la aplicación de un tratamiento puede impedir la realización
de nuevas evaluaciones. Pero si los recursos lo permiten, se debe realizar un
reconocimiento a fondo de la víctima sobre la base de un historial y un examen
físico completo y exhaustivo.
20
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
Posición de la víctima
En ciertas circunstancias, las víctimas deben permanecer en la posición en
la que se encontraban, mientras que en otras situaciones puede ser preciso
cambiarlas de posición. Esto último se aplica cuando es necesario trasladar
a la víctima, o el socorrista tiene que llamar para obtener ayuda adicional,
proveerse del equipo o evaluar mejor y/o tratar a la víctima. Véase también
posición del paciente.
Llamada para pedir ayuda, servicio médico de urgencia
o ayuda adicional
Como se mencionó anteriormente, aunque los primeros auxilios son de vital
importancia, se trata solo de parte de una secuencia continua de atención. En
la enseñanza de primeros auxilios se deben incluir los siguientes dos puntos
importantes:
• determinar cómo obtener ayuda adicional en el contexto en que se prestará la
atención. En algunas zonas puede bastar con llamar a uno o varios números
locales predeterminados, mientras que en otras la forma de obtener ayuda
adicional puede estar menos estructurada;
• decidir qué hacer primero, si llamar para obtener ayuda adicional u ocuparse
de la atención a la víctima. Esto puede variar en función de la Sociedad
Nacional, el contexto, el nivel de formación en primeros auxilios y la afección
específica que se deba tratar.
Administración de medicamentos
Por lo general, una persona no especializada, e incluso un socorrista preparado,
no están autorizados a prescribir o administrar medicamentos. Sin embargo,
la administración de medicamentos puede ser pertinente y se puede llevar
a cabo en situaciones concretas de primeros auxilios, en función del tipo de
práctica, del público destinatario y del alcance y la profundidad del programa
de formación, y dependiendo también de si la información necesaria para la
administración de medicamentos se puede impartir y asimilar durante el curso.
En algunos lugares, no obstante, es posible que se permita a personas no especialistas administrar ciertos medicamentos para determinadas afecciones,
como por ejemplo una jeringa autoinyectable de epinefrina. Hay que tener en
cuenta que los medicamentos que requieren prescripción médica o que pueden
ser administrados por un socorrista varían de un país a otro. Por ejemplo, en
algunos países, cualquier socorrista puede administrar una aspirina, entre
otros medicamentos, mientras que en otros países eso está prohibido. Por lo
tanto, es fundamental comprobar las normas del país para estar seguros de
actuar según la ley antes de emprender cualquiera de estas actividades.
A continuación figuran ejemplos de casos en los que un socorrista puede
administrar medicamentos, dependiendo del país, de las consideraciones reglamentarias, del protocolo médico local, del contexto y de las responsabilidades,
así como de la capacidad de la Sociedad Nacional:
• la situación está bien definida (por ejemplo, síndrome de descompresión rápida
en un buceador, dolor torácico agudo, etc.), la necesidad de medicamentos
es urgente y el tiempo cuenta, y el socorrista dispone de los conocimientos
necesarios para:
• reconocer la índole de la situación;
• comprender las contraindicaciones y los peligros que supone la administración de determinados medicamentos;
• administrar los medicamentos exactamente como esté prescrito;
21
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
• la víctima sufre el deterioro de una enfermedad crónica conocida (por ejemplo,
una alergia) y un médico ha ordenado la administración de un medicamento
determinado para esa situación, y además el medicamento está disponible
y la víctima desea administrárselo (o se supone que lo desea) pero necesita
ayuda para hacerlo;
Uso de oxígeno
Introducción
Generalmente se acepta y se practica la administración de oxígeno a una
persona con una enfermedad aguda o lesiones, aunque su utilidad no está
universalmente demostrada. La administración de oxígeno está indicada principalmente en pacientes que padecen insuficiencia respiratoria o en situaciones
especiales, como el síndrome de descompresión en buceadores.
Resumen de los fundamentos científicos
No se han realizado estudios aleatorios controlados para evaluar la eficacia de
la terapia con oxígeno en víctimas con insuficiencia respiratoria o dolor torácico. La administración de oxígeno por los socorristas se apoya en un estudio
sobre víctimas del síndrome de descompresión rápida y en tres estudios (dos
de ellos realizados en animales) sobre víctimas de infarto agudo de miocardio.
En un examen crítico no se encontraron estudios a favor o en contra del uso
de oxígeno en víctimas de infarto agudo de miocardio, y dos estudios que no
encontraron pruebas a favor de su uso sugieren incluso la posibilidad de efectos
perjudiciales. Otro examen a fondo no arrojó pruebas de beneficio o perjuicio
cuando se administró oxígeno a víctimas de enfermedad pulmonar obstructiva
crónica con insuficiencia respiratoria.
Referencias: 2-10
Directrices
• Los socorristas pueden administrar oxígeno a las víctimas que experimentan
insuficiencia respiratoria o dolor torácico (opcional*).
• El oxígeno puede ser beneficioso en los primeros auxilios a buceadores que
sufren síndrome de descompresión rápida (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
La aplicación de estas directrices depende de la reglamentación a nivel local, por
ejemplo, la influencia de las Sociedades Nacionales en la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad jurídica de la Sociedad de
la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de educación y competencia de
los socorristas en el contexto nacional. Asimismo, se debe tener en cuenta el
mantenimiento del equipo, el almacenamiento y el cuidado de los cilindros de
gas comprimido, así como los ensayos e inspecciones que establezca la normativa local.
Posición del paciente
Introducción
Una de las acciones más sencillas, y a menudo más convenientes, que puede
llevar a cabo un socorrista es colocar a una persona que tenga una enfermedad
o lesión grave en una determinada posición.
22
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
Resumen de los fundamentos científicos
No hay estudios que demuestren que colocar a una víctima inconsciente que
respira en una posición de recuperación (es decir, la posición de decúbito
lateral o la posición HAINES) disminuya las complicaciones en comparación
con la colocación de la víctima en decúbito supino o acostada. La mayoría de
los estudios se han realizado en voluntarios conscientes y solo comparaban
los diferentes tipos de colocación lateral. Un estudio serio e imparcial recomienda la posición HAINES para las víctimas inconscientes con un probable
traumatismo de la médula espinal. Sin embargo, otros dos estudios muestran
que en la posición de HAINES hay más posibilidades de daño en los nervios del
brazo. Cuatro estudios apoyan la posición de recuperación en decúbito lateral
por considerar que es más cómoda para la víctima y es más fácil de enseñar.
Por último, dos estudios que compararon la posición supina con la colocación
de la víctima en una posición lateral consideran que no hay diferencia entre
ambas posiciones en lo que respecta a dos factores a menudo citados como
justificativos de la colocación, a saber, la variabilidad de la frecuencia cardíaca
y el riesgo de aspiración.
Referencias: 11-20
Directrices
• Cuando una persona está inconsciente y con respiración espontánea se la
puede colocar en un posición de recuperación lateral, más que en la posición
supina o acostada (opcional*).
• Si se sospecha que una persona tiene una lesión cervical y se la debe poner
de costado, la posición HAINES parece más segura que la de decúbito lateral;
por lo tanto, se puede colocar a la víctima en la posición HAINES (opcional*).
• Si la víctima está embarazada y se la debe colocar en decúbito lateral o en la
posición HAINES, es preferible recostarla sobre el lado izquierdo (opcional*).
• En casos de insuficiencia respiratoria (uso de oxígeno), dolor torácico y choque
traumático o desmayos, véase las secciones correspondientes.
Consideraciones relativas a la aplicación
La posición específica que se debe usar, y la capacitación al respecto, dependen
de los protocolos locales y lo que es más importante para las víctimas de traumatismos, de la prescripción médica. Por otra parte, se debe valorar la situación
específica de las víctimas embarazadas, para las cuales es preferible la posición
decúbito lateral.
Como regla general, no se debe mover a la víctima. Sin embargo, en determinadas situaciones resulta imprescindible hacerlo. A continuación se enumeran
algunas reglas generales:
• si la zona es insegura para el socorrista o la víctima, se debe trasladar a la
víctima a un lugar en que esté a salvo;
• si la víctima está boca abajo e inconsciente, se la debe girar boca arriba para
verificar la respiración (véase reanimación);
• si la víctima está inconsciente pero tiene una vía respiratoria libre y respira
de forma espontánea, y se sospecha que podría tener una lesión medular,
conviene no moverla;
• si la víctima herida está inconsciente y tiene dificultades para respirar debido
a hemorragias, secreciones abundantes o vómitos, o si el socorrista está solo
y tiene que abandonar a la víctima para ir a pedir ayuda, se la debe colocar en
una posición de recuperación lateral.
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Emergencias médicas
Reacciones alérgicas
Introducción
Las alergias son algo relativamente común, pero en una pequeña proporción
de personas se pueden producir situaciones de emergencia, cuando sufren
reacciones anafilácticas. La reacción anafiláctica se caracteriza por inflamación
(especialmente en la cara), dificultad para respirar y choque traumático, y puede
incluso producir la muerte.
Resumen de los fundamentos científicos
Muchas personas con antecedentes de anafilaxia llevan consigo una jeringa
autoinyectable de epinefrina para protegerse ante una emergencia. Los estudios han demostrado que, con el adiestramiento adecuado, los padres pueden
aprender a utilizar correctamente una jeringa autoinyectable de epinefrina
para administrársela a su hijo. Por desgracia, con demasiada frecuencia ni la
víctima ni los miembros de su familia saben cómo usar correctamente una
jeringa autoinyectable.
Para saber cuándo utilizar una jeringa autoinyectable es preciso reconocer y
evaluar los indicios y síntomas de la anafilaxia. Las pruebas resultantes de siete
estudios demuestran que esto es difícil incluso para los profesionales de los
servicios médicos. No obstante, un estudio demuestra que los padres de niños
que han tenido múltiples reacciones anafilácticas pueden empezar a reconocer
con precisión los indicios y síntomas (que imponen la utilización de una jeringa
autoinyectable), aunque necesitan capacitación y experiencia.
Las pruebas resultantes de un pequeño estudio retrospectivo de gráficos, una
encuesta a pacientes y la opinión de los expertos sugieren que algunos pacientes
que sufren reacciones anafilácticas pueden necesitar una segunda dosis de
epinefrina si la primera no logra aliviar los síntomas. En respaldo de esta posición, un estudio retrospectivo demostró que las reacciones anafilácticas son
bifásicas en un 20% de los casos, con una media de 10 horas desde el inicio de
los síntomas. Otros cuatro estudios han documentado reacciones adversas, e
incluso la muerte, debido a un mal diagnóstico de la reacción anafiláctica, o
bien a una administración de epinefrina por una vía inapropiada o en una dosis
excesiva.
Referencias: 21-35
Directrices
• No se puede esperar que los socorristas reconozcan los indicios y síntomas de
la anafilaxia sin capacitación y experiencia (recomendado**).
• Se debe facilitar a los socorristas capacitación y posibilidades de adquirir
experiencia para que sepan reconocer los indicios y síntomas de la anafilaxia
(recomendado**).
• Debe utilizarse la epinefrina para tratar la anafilaxis cuando existe un riesgo
para la vida de la víctima (obligatorio***).
• Los socorristas deben familiarizarse con el uso de la jeringa autoinyectable
para poder ayudar a autoadministrarse la epinefrina a una persona que sufra
una reacción anafiláctica (recomendado**).
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02. Directrices sobre primeros auxilios
• La epinefrina debe administrarse solo cuando hay síntomas de anafilaxia
(recomendado**).
• Se puede permitir a los socorristas que usen una jeringa autoinyectable si la
víctima es incapaz de hacerlo, siempre que el medicamento haya sido prescrito por un médico y la ley nacional lo permita.
• Si el socorrista cuenta con la capacitación adecuada, se puede considerar el
uso de una jeringa autoinyectable de epinefrina en un paciente al cual no se
le ha prescrito (opcional*).
• No se recomienda, como medida de primeros auxilios para tratar una reacción
alérgica anafiláctica, administrar una segunda dosis de epinefrina de forma
empírica (opcional*).
• En caso de dificultades para respirar y de choque traumático, véase los capítulos correspondientes.
Consideraciones relativas a la aplicación
El uso de epinefrina para el tratamiento de la anafilaxia depende de la reglamentación a nivel local, por ejemplo, la influencia de las Sociedades Nacionales
en la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad
jurídica de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de
educación y competencia de los socorristas en el contexto nacional.
Problemas respiratorios
Las dificultades para respirar pueden ser solo un padecimiento subjetivo o ir
acompañadas de una frecuencia respiratoria muy alta (>29/minuto en adultos)
o muy baja (<10/minuto en adultos), y/o de esfuerzos visibles para respirar y/o
de respiración ruidosa. Las causas más comunes son obstrucción de las vías
respiratorias superiores (véase reanimación), lesión torácica, insuficiencia
cardíaca y asma (bronquial).
Asma
Introducción
La incidencia del asma agudo es cada vez mayor, especialmente en las poblaciones urbanas y en los países industrializados. A muchas personas con asma
se les receta medicamentos broncodilatadores que pueden administrarse ellas
mismas. Se ha demostrado que los medicamentos broncodilatadores por inhalación son seguros y tienen pocos efectos adversos.
Resumen de los fundamentos científicos
Los broncodilatadores mejoran la función respiratoria y el flujo máximo de aire,
y reducen los problemas respiratorios. Hay muchos estudios sobre el uso de
broncodilatadores, pero un estudio aleatorizado y doble ciego ha demostrado
que los broncodilatadores mejoran significativamente la función de paso de
aire, y otro estudio en niños ha indicado que la administración temprana en
situaciones de emergencia reduce la severidad de los ataques y la consiguiente
necesidad de hospitalización. Además, los estudios han demostrado que las
personas que han recibido una formación básica pueden reconocer los síntomas
y administrar eficazmente albuterol a pacientes con asma agudo. La mejora
de la tasa máxima del flujo respiratorio destaca la eficacia del tratamiento con
albuterol en el asma bronquial en condiciones prehospitalarias.
Referencias: 36-40
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Directrices
• Aunque no es de esperar que un socorrista pueda sistemáticamente realizar
un diagnóstico de asma, si una persona experimenta dificultades para respirar
y se dan las condiciones siguientes debe ayudarla con un broncodilatador
(obligatorio***):
• la víctima afirma que está teniendo un ataque de asma y tiene medicamentos (por ejemplo, un broncodilatador prescrito) o un inhalador;
• la víctima identifica el medicamento pero es incapaz de administrárselo
sin ayuda.
• Se puede capacitar a los socorristas para que administren un broncodilatador
a una persona que experimente dificultades para respirar (opcional*).
• Se puede mejorar la comodidad de las personas con dificultades para respirar
aflojando la ropa que les presione el cuerpo (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
El uso de un broncodilatador o de un inhalador para el asma depende de la
reglamentación a nivel local, por ejemplo, la inf luencia de las Sociedades
Nacionales en la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil,
la capacidad de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de
educación y competencia de los socorristas en el contexto nacional.
Para la administración de broncodilatadores o el uso de inhaladores, los
socorristas deben estar formados y tener competencias específicas en el reconocimiento de la broncoconstricción y el uso del nebulizador, y disponer del equipo
necesario. Una de las referencias citadas (supra) describe la capacitación que
necesitan los socorristas para administrar tratamiento con un broncodilatador.
Hiperventilación
Introducción
La hiperventilación puede presentarse como una dificultad respiratoria grave, a
menudo causada por un accidente, una vivencia traumática o estrés psicológico.
Resumen de los fundamentos científicos
Para la hiperventilación se utiliza tradicionalmente una bolsa de reinhalación, y
su uso se ha visto refrendado por informes de casos, series de casos y opiniones
de expertos, así como por unos cuantos ensayos controlados en voluntarios
sanos o en personas con hiperventilación autoinducida. No obstante, su utilidad
no ha sido reconocida por los ensayos aleatorios controlados. De hecho, se
demostró que el uso de una bolsa de reinhalación para hiperventilación es
un método poco fiable, por producir niveles elevados de dióxido de carbono.
Además, algunas series de casos pusieron de manifiesto que la utilización de
una bolsa de reinhalación podía provocar un deterioro repentino y la muerte, si
por error se aplicaba en personas con hipoxemia o isquemia miocárdica.
Referencias: 41-46
Directrices
• Si no está claro si la persona sufre hiperventilación u otro problema respiratorio urgente, los socorristas deben tratarla como si fuera lo segundo
(recomendado**).
• Si se confirma que la persona sufre hiperventilación, se puede utilizar una
bolsa de reinhalación (opcional*).
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Consideraciones relativas a la aplicación
Se debe partir de la base de que todas las emergencias por problemas respiratorios requieren atención médica. Solo se debe considerar que se trata de
hiperventilación después de descartar otros diagnósticos.
Obstrucción de las vías respiratorias
por un cuerpo extraño
Introducción
La obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño es una de las
emergencias vitales más comunes observadas, y puede ser tratada por cualquier persona no profesional.
Resumen de los fundamentos científicos
No está claro qué método se debe utilizar en primer lugar para suprimir la
obstrucción respiratoria. Se carece de estudios bien controlados sobre la cuestión,
por lo que la mayoría de datos provienen de informes de casos y series de casos.
En víctimas conscientes, los informes de casos han demostrado que se pueden
obtener buenos resultados en el alivio de la obstrucción de las vías respiratorias
con diversas técnicas, entre ellas golpes o palmadas en la espalda, compresiones abdominales y compresiones torácicas. Con frecuencia se necesita más
de una técnica para aliviar la obstrucción. No obstante, se ha informado de
complicaciones potencialmente mortales asociadas con el uso de compresiones
abdominales. Rosen et al. citan informes de casos con lesiones por compresión
abdominal, pero no aportan pruebas que indiquen si estas lesiones fueron
causadas por la aplicación incorrecta de la maniobra de Heimlich. Wolf, citando
el trabajo de Haynes y Yong, y Agia y Hurst señalan que la aplicación correcta
de la maniobra de Heimlich puede dar lugar a lesiones intraabdominales. Se
observó con preocupación que la incidencia de complicaciones puede ser mayor
en personas ahogadas inconscientes que en personas conscientes que se han
atragantado. La maniobra de Heimlich y las compresiones abdominales han
demostrado su eficacia en la eliminación de obstrucciones documentadas
de las vías respiratorias por cuerpos sólidos. No obstante, la repetición de la
maniobra hasta que el agua o el líquido deje de fluir por la boca de la víctima
puede aumentar la posibilidad de efectos paradójicos a nivel visceral o vascular.
En las publicaciones médicas se citan complicaciones graves derivadas de la
utilización de esta técnica. Desai et al. informaron de un caso de disección traumática y ruptura de la aorta abdominal después de una maniobra de Heimlich
practicada con demasiada energía. Además de esta complicación, estos autores
citan informes de otras complicaciones derivadas del uso de la maniobra de
Heimlich. Entre ellas, se mencionan el desprendimiento de retina, fractura de
costillas y rotura de órganos abdominales. Otras lesiones citadas son rotura
del diafragma, yeyuno, hígado, esófago y estómago. Se informó también de
lesiones en las estructuras vasculares, como desplazamientos de endoprótesis
aórtica, rotura de la válvula aórtica, regurgitación aórtica aguda, laceración de
un vaso mesentérico y trombosis aguda de la aorta, tanto en aortas aneurismáticas como no aneurismáticas. Además, otros estudios han demostrado que a
menudo se necesita más de una técnica, y que cuando falla una hay que probar
con otra que pueda funcionar.
En víctimas inconscientes, los informes de casos han demostrado que se pueden
obtener resultados exitosos en el alivio de la obstrucción de las vías respiratorias
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
por cuerpos extraños con dos enfoques: compresiones en el tórax y compresiones
en el abdomen. En un ensayo aleatorio en cadáveres, a los que se consideró con
características similares a una víctima inconsciente, y en dos estudios prospectivos en voluntarios anestesiados, la presión en la vía de aire obtenida mediante
la compresión torácica fue mayor que con la compresión abdominal. Esta mayor
presión del flujo de aire presumiblemente despejaría mejor la vía obstruida por
el cuerpo extraño. En dos estudios, las compresiones torácicas normales demostraron su eficacia para eliminar obstrucciones por objetos sólidos. Skulberg, en
un estudio de caso único, citó una situación en que se retiró a una persona un
cuerpo extraño de la tráquea con una sola compresión torácica, después de que
no se lograra extraerlo con 3 o 4 maniobras de Heimlich en el epigastrio. Este
autor enunció la teoría de que, como una compresión torácica normal creaba
una mayor presión torácica, podía funcionar como alternativa a la maniobra de
Heimlich. Lanhelle et al. llevaron a cabo un estudio sobre la presión del flujo de
aire generada por compresiones torácicas y compresiones abdominales en 12
personas recién fallecidas, simulando la obstrucción completa de la vía respiratoria. En este estudio, las compresiones torácicas crearon una presión media en
el flujo de aire mayor a la conseguida con las compresiones subdiafragmáticas.
La presión en el paso de aire obtenida por las compresiones torácicas fue de 40,8
<> 16,4 cm H2O, mientras las compresiones abdominales produjeron presiones
de 26,4 <> 19,8 cm H2O. Estos valores tenían un intervalo de confianza del 95%
con una diferencia media de 5,3 a 23,4 cm H2O. Del caso clínico aportado por
Skulberg y del estudio de Lanhelle se puede deducir que las compresiones
torácicas en un paciente hipóxico generan una mayor fuerza que las compresiones subdiafragmáticas para eliminar las obstrucciones con cuerpos sólidos.
Lanhelle planteó además que si fuera posible eliminar una obstrucción sólida
mediante compresiones torácicas se reduciría el tiempo sin circulación en un
paciente con paro cardíaco. Estos pacientes recibirán el mismo tratamiento, con
independencia de que exista o no una obstrucción del paso del aire causada por
un cuerpo extraño.
Algunas series de casos han informado de que la introducción del dedo es eficaz
para eliminar el cuerpo que provoca la obstrucción en adultos inconscientes y
niños menores de un año, pero en cuatro informes de casos se documentaron
daños en la boca de la víctima o mordeduras en el dedo del socorrista.
Referencias: 47-61
Directrices
• Para eliminar una obstrucción de las vías respiratorias causada por un cuerpo
extraño en lactantes conscientes e inconscientes de un año o menos se debe
combinar palmadas en la espalda con compresión torácica (recomendado**).
• Las compresiones torácicas, las palmadas en la espalda y las compresiones
abdominales son igualmente eficaces para el alivio de la obstrucción del flujo
de aire en adultos conscientes y niños mayores de un año (recomendado**).
• Aunque se ha informado de lesiones derivadas de la compresión abdominal,
no hay elementos suficientes para determinar si es preferible usar primero las
compresiones torácicas, las palmadas en la espalda o las compresiones abdominales en adultos conscientes y niños mayores de un año (recomendado**).
• Estas técnicas deben aplicarse en una secuencia rápida hasta que se despeje
la obstrucción, y puede ser necesaria la combinación de varias técnicas en
adultos conscientes y niños mayores de un año (recomendado**).
• Cuando se trata de víctimas inconscientes, adultos o niños mayores de un
año, se debe aplicar compresiones torácicas para eliminar el cuerpo extraño
(obligatorio***).
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02. Directrices sobre primeros auxilios
• Cuando se trata de víctimas inconscientes de menos de un año, se debe aplicar
una combinación de palmadas en la espalda seguida de compresión torácica,
o únicamente compresiones torácicas, para aliviar la obstrucción de las vías
respiratorias por un cuerpo extraño (recomendado**).
• El barrido con el dedo se puede utilizar en adultos inconscientes y niños
menores de un año con una vía respiratoria obstruida si el material sólido es
visible en el conducto (opcional*).
• No hay pruebas suficientes para aplicar un tratamiento diferencial en víctimas
obesas o embarazadas afectadas por una obstrucción de las vías respiratorias
(opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
En todos los materiales de capacitación se deben contemplar los siguientes
indicios de obstrucción en las vías respiratorias por un cuerpo extraño. Entre
los indicios de asfixia se incluyen los siguientes:
• toser con fuerza o débilmente;
• agarrarse la garganta con una o ambas manos;
• ser incapaz de toser, hablar, llorar o respirar;
• proferir sonidos agudos o silbidos al inhalar o respirar de forma ruidosa;
• mostrar pánico;
• tener la piel de color azulado;
• sufrir pérdida de conocimiento si no se elimina la obstrucción.
En este sentido, aunque el socorrista observe indicios de asfixia no debe interferir a menos que la vía respiratoria esté completamente obstruida, ya que el
mecanismo del cuerpo para eliminar la obstrucción puede ser más eficaz que
cualquier técnica.
La persona que tiene las vías respiratorias completamente bloqueadas no puede
toser, hablar o respirar. A veces, la víctima puede toser débilmente o proferir
sonidos agudos, lo que indica que no está recibiendo suficiente aire para mantenerse con vida. En ese caso, los socorristas deben actuar inmediatamente. Si
hay algún testigo en el lugar, el socorrista debe pedirle que llame al servicio
médico de urgencia mientras empieza a atender a la víctima.
La obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño puede provocar
muerte accidental, aunque es una causa poco común y tratable. A menudo es
posible intervenir rápidamente mientras la víctima sigue consciente. La causa
más común de asfixia en adultos es la obstrucción de las vías respiratorias
causada por los alimentos. En los bebés y niños, los casos de asfixia se producen
cuando ingieren comida o artículos no alimentarios como monedas o juguetes.
En todos los casos, la clave del éxito de la intervención es reconocer que
hay una obstrucción de las vías respiratorias. Es importante no confundir
esta emergencia con un desmayo, ataque al corazón, crisis, reacción alérgica
anafiláctica u otras afecciones que pueden causar angustia respiratoria repentina, cianosis o pérdida del conocimiento. Los cuerpos extraños pueden causar
obstrucciones leves o graves de las vías respiratorias. Es importante preguntar
a la víctima consciente si se “está asfixiando”.
Para adultos y niños mayores de un año
Si la víctima muestra indicios de una obstrucción leve de las vías respiratorias
El socorrista debe animar a la persona a que siga tosiendo, pero nada más.
El tratamiento agresivo, con golpes en la espalda, compresiones abdominales
y compresión torácica puede causar complicaciones que podrían ser más graves
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
e incluso empeorar la obstrucción de la vía respiratoria. Las víctimas de una
obstrucción leve deben permanecer bajo observación hasta que mejoren, ya que
pueden desarrollar una obstrucción severa.
Si la víctima muestra indicios de una obstrucción completa de las vías respiratorias
y está consciente
El socorrista puede aplicar hasta cinco golpes en la espalda haciendo lo
siguiente:
1. colocarse a un lado y ligeramente detrás de la víctima;
2. sostener el pecho de la víctima con una mano e inclinar a la víctima hacia
delante, de modo que cuando se desatasque, el objeto salga por la boca en
lugar de penetrar más adentro;
3. propinar hasta cinco golpes secos entre los omóplatos con la palma de la
otra mano;
4. tras cada golpe en la espalda, comprobar si se ha eliminado la obstrucción;
el objetivo es aliviar la obstrucción con un golpe o palmada, por lo que no es
forzosamente necesario llegar a hacerlos cinco veces.
Si tras cinco golpes en la espalda el cuerpo que obstruye la vía respiratoria no ha
salido, el socorrista debe practicar hasta cinco compresiones abdominales de la
siguiente forma
1. Colocarse detrás de la víctima y rodearla con los brazos a la altura de la
parte superior del abdomen.
2. Inclinar a la víctima hacia adelante.
3. Apretar un puño y colocarlo entre el ombligo y el esternón de la víctima.
4. Tomar la mano cerrada con la otra y tirar con fuerza hacia adentro y hacia
arriba.
5. Repetir hasta cinco veces.
6. Si la obstrucción no desaparece, seguir alternando cinco golpes en la espalda
con cinco compresiones abdominales.
Si la víctima pierde el conocimiento
1. Sostener a la víctima, mientras se la coloca con cuidado sobre el suelo.
2. llamar inmediatamente al servicio médico de urgencias.
3. iniciar la reanimación cardiopulmonar en la parte de la secuencia correspondiente a la compresión.
Introducción del dedo
Hay que evitar introducir el dedo a ciegas. Solo se debe intentar retirar manualmente el material sólido en la vía respiratoria si es visible.
Para los bebés ( de menos de un año )
Si la víctima muestra signos de una leve obstrucción de las vías respiratorias
Observar al bebé sin tomar ninguna otra medida. Una reacción agresiva que
suponga dar golpes en la espalda y comprimir el pecho podría provocar complicaciones graves y empeorar la obstrucción de las vías respiratorias. Las víctimas
que sufran una leve obstrucción de las vías respiratorias deberán permanecer
en continua observación hasta que mejoren, ya que su estado podría degenerar
en una grave obstrucción de las vías respiratorias.
Si la víctima muestra signos de obstrucción total de las vías respiratorias y está
consciente
Dar hasta cinco golpes en la espalda siguiendo estas instrucciones:
1. coloque al bebé boca abajo a lo largo de sus brazos, con la cabeza más baja
que el cuerpo. Sujete al bebé con la cabeza hacia abajo, en posición decúbito
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02. Directrices sobre primeros auxilios
2
3.
4.
5.
prono, de forma que la gravedad pueda contribuir a expulsar el cuerpo
extraño;
si está sentado o arrodillado, podría sostener al bebé sin peligro sobre sus
rodillas;
sostenga la cabeza del bebé colocando el pulgar de una mano en el ángulo
de la mandíbula inferior y uno o dos dedos de la misma mano en el mismo
punto del otro lado de la mandíbula. No comprima los tejidos blandos que se
encuentran bajo la barbilla;
dé hasta cinco golpes secos entre los dos omoplatos con la palma de la mano
que le queda libre;
cada vez que dé un golpe, compruebe si la obstrucción de las vías respiratorias se ha aliviado. El objetivo es aliviar la obstrucción con el menor número
de golpes posibles, sin tener que dar los cinco necesariamente.
Si cinco golpes en la espalda no bastan para aliviar la obstrucción, realice hasta
cinco presiones en el pecho siguiendo estas instrucciones
1. Gire al bebé con la cabeza hacia abajo, en posición supina. Se puede realizar
esta maniobra de forma segura colocando el brazo a lo largo de la espalda
del bebé y rodeando la parte baja de su cabeza con la mano. Sostenga al bebé
a lo largo de su brazo, que podrá apoyar sobre su muslo.
2. Localice su punto de referencia, dos dedos por debajo de la línea de los
pezones.
3. Realice presiones en el pecho (comprima aproximadamente 1/3 de la profundidad del pecho). Estas presiones son parecidas a las compresiones de pecho
pero más secas y se realizan a menor velocidad.
4. Repita hasta cinco veces.
5. Si la obstrucción persiste, alterne cinco golpes en la espalda con cinco
presiones en el pecho.
Si encuentra a la víctima inconsciente o ésta pierde el conocimiento
1. Sostenga a la víctima mientras la tumba con cuidado sobre una superficie
firme.
2. Si los servicios médicos de urgencia no han llegado o no han sido prevenidos,
alértelos de inmediato.
3. Despeje la vía respiratoria.
4. Realice entre dos y cinco respiraciones artificiales de rescate. Durante los
primeros intentos de respiración artificial de rescate, si una respiración no
hace que el pecho se eleve, vuelva a posicionar la cabeza antes de volver a
intentarlo.
5. Comience la reanimación cardiopulmonar (RCP) en el momento de la
secuencia en que hay que realizar las compresiones.
Introducción del dedo
Por lo general no se introduce el dedo en la boca del bebé. Las sustancias sólidas
se pueden extraer de las vías respiratorias únicamente si están visibles.
Tratamiento posterior y derivación para un examen médico
Tras haber tratado satisfactoriamente una obstrucción, puede quedar material
extraño en el tracto respiratorio superior o inferior y causar complicaciones
posteriores. Si las personas tienen una tos persistente, dificultad para tragar o
sensación de que un objeto sigue atascado en la garganta, se las debe derivar
a un médico para que las examine. Otra razón para el examen médico es la
posibilidad de que haya graves lesiones internas como resultado de las compresiones abdominales o lesiones en las vías respiratorias causadas por el objeto
alojado y retirado.
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Intoxicación
Introducción
Tanto en el hogar como en el lugar de trabajo se encuentran presentes un gran
número de sustancias tóxicas. Es importante conocer la naturaleza tóxica de
las sustancias químicas que hay en el entorno, así como el equipo de protección adecuado y los procedimientos de emergencia en caso de exposición a
sustancias tóxicas. La intoxicación tiene lugar con frecuencia por inhalación
o ingestión de sustancias tóxicas. La mayoría de países cuenta con un servicio
de información toxicológica (o institución equivalente), que actúa como un
valioso referente para asesorar sobre el tratamiento en caso de ingestión de
una sustancia potencialmente tóxica o de exposición a la misma. Es importante
informar al servicio de toxicología de la naturaleza y el tiempo de exposición,
así como del nombre del producto o sustancia tóxica; se debe seguir todas las
instrucciones que indique ese centro.
Resumen de los fundamentos científicos
Contacto externo
Aplicación de agua: la aplicación de agua en la piel y los ojos después de la exposición a agentes cáusticos puede reducir la gravedad de los daños en los tejidos
y constituye un pilar del tratamiento de primeros auxilios. Múltiples estudios
que analizan la exposición de los ojos y la piel a bases y ácidos demuestran
que los resultados de los primeros auxilios son mejores cuando se aplica agua
inmediatamente. En una serie de pruebas no aleatorias se comprobó que si se
aplica agua en la piel de forma inmediata y abundante (primeros auxilios) en
lugar de esperar (proveedor de atención médica), la incidencia de las quemaduras de tercer grado es menor y la duración de la hospitalización se reduce en
un 50%. Algunas pruebas realizadas en animales también avalan la aplicación
de agua como método para reducir la exposición de la piel y los ojos al ácido. En
un estudio en ratas con quemaduras de ácido en la piel, la irrigación con agua
dentro del primer minuto posterior a la quemadura evitó un descenso del pH
del tejido, mientras que la aplicación tardía dio lugar una disminución cada vez
más significativa del pH del tejido.
Contacto interno
Dilución con agua o leche: no hay estudios en seres humanos sobre el efecto del
tratamiento oral con terapia de dilución en caso de contacto con sustancias
cáusticas. Cinco buenos estudios en animales mostraron un beneficio histológico en los tejidos animales representativos del esófago cuando se administró
un diluyente después de la exposición a ácidos o bases. Un estudio químico in
vitro fiable no pudo demostrar que añadir grandes cantidades de diluyente a
una base fuerte o un ácido fuerte diera buenos resultados.
Referencias: 62-67
Jarabe de ipecacuana: los estudios con resultados clínicamente pertinentes no
denotaron ventajas en la administración de jarabe de ipecacuana a una víctima
presumiblemente intoxicada. Otros estudios mostraron que al administrarse
jarabe de ipecacuana se producían efectos como vómitos persistentes y retraso
en la administración de carbón activado. Un estudio no clínico, pero epidemiológico, mostró que la administración de jarabe de ipecacuana no produce una
disminución del uso de los recursos de la atención sanitaria.
Referencias: 68-73
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Carbón activado: no hay pruebas que indiquen que el carbón activado es eficaz
como medida de primeros auxilios, aunque dos pequeños estudios sugieren
que su administración no presenta riesgos. Hay pocos datos publicados sobre la
experiencia con carbón activado administrado por socorristas a las víctimas de
supuesta intoxicación. También es destacable un estudio que demostró que la
mayoría de los niños no toman la dosis recomendada de carbón activado.
Referencias: 74-76
Directrices
• A la hora de prestar primeros auxilios a una víctima de intoxicación, la
primera prioridad es garantizar la seguridad del reanimador o socorrista, que
debe evitar cualquier contacto directo con los gases, líquidos o cualquier otro
material que presumiblemente contenga sustancias tóxicas (recomendado**).
• No se recomienda que el socorrista administre un diluyente a las personas
que han ingerido una sustancia cáustica (opcional*). Sin embargo, en zonas
remotas donde la atención médica puede tardar en llegar, o cuando lo aconseje un centro de información toxicológica, un servicio médico de urgencias
o su equivalente local, puede ser apropiado administrar un diluyente (agua o
leche) (opcional*).
• El carbón activado se debe utilizar como medida de primeros auxilios solo
bajo la dirección de un centro de información toxicológica u organismo equivalente (recomendado**).
• Las personas no capacitadas no deben utilizar el jarabe de ipecacuana como
tratamiento de primeros auxilios en casos de intoxicación aguda (obligatorio***).
• Para tratar la exposición de la piel o los ojos a un ácido o una base, los socorristas deben aplicar inmediatamente sobre la piel o los ojos una cantidad
abundante de agua del grifo (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
Lo más conveniente ante una exposición a sustancias tóxicas es llamar a un
centro de información toxicológica o un servicio médico de urgencia, si se
dispone de estos recursos, y seguir sus instrucciones.
En general, el primer paso es frenar o limitar los efectos de la sustancia tóxica,
deteniendo la exposición a la misma.
• En el caso de una inhalación de gas tóxico, se debe retirar a la víctima de la
zona, aunque solo se procederá así si la seguridad del socorrista está garantizada.
• En caso de contacto externo o interno con un material tóxico, se debe proceder
de la siguiente forma:
• si se trata de sustancias químicas secas o en polvo, se los debe eliminar
antes de lavar a la víctima;
• se debe lavar todo el cuerpo;
• se debe diluir la sustancia tóxica (cáustica);
• se deben retirar o expulsar las sustancias tóxicas del estómago o intestino (intervención generalmente a cargo de profesionales de la salud).
Es preciso usar equipo de protección personal (es decir, guantes, gafas) durante
la eliminación de las sustancias tóxicas.
Se debe evitar la reanimación boca a boca cuando pueda haber sustancias tóxicas
como cianuro, sulfuro de hidrógeno, sustancias corrosivas o fosfatos orgánicos.
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Monóxido de carbono
Introducción
Las fuentes más comunes de monóxido de carbono (CO) son los motores de gas,
estufas, calderas y calefactores, especialmente en espacios mal ventilados. Los
síntomas típicos de intoxicación por CO son dolor de cabeza, náuseas, vómitos,
debilidad muscular (especialmente en las extremidades inferiores), pérdida del
conocimiento y convulsiones.
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, a pesar de su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las
siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.
Directrices
• Los socorristas pueden acometer los casos de intoxicación con esta sustancia
si están adiestrados y pueden hacerlo de forma segura (opcional*).
• Se deben abrir todas las puertas y ventanas (recomendado**).
• Hay que trasladar a la víctima fuera de la zona donde esté el gas, pero solo si
puede hacerse sin riesgo para los socorristas (opcional*).
• Los socorristas, si están adiestrados para hacerlo, deben suministrar oxígeno
a las víctimas de intoxicación por CO (recomendado**).
• Si la víctima está inconsciente, hay que mantener una vía de aire abierta y
realizar la respiración boca a boca si es necesario (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
Las Sociedades Nacionales deberán determinar si en la enseñanza para practicar la asistencia respiratoria se debe incluir el uso de un dispositivo de barrera
y/o de una máscara de ventilación para reanimación (con bolsa y válvula). Esta
decisión debe basarse en el nivel de conocimientos del socorrista al que se
imparte capacitación, los recursos, la dirección médica, las normas de control
de infecciones, los puntos de vista de los servicios locales de emergencia, las
consideraciones sobre salud pública y las circunstancias de cada país (es decir,
consideraciones éticas, costumbres y prácticas locales, etc.).
Dolor torácico
Introducción
El dolor torácico puede ser síntoma de una amplia variedad de afecciones (del
corazón, pulmones, pecho, etc.). Para el socorrista, la más importante es el
ataque al corazón, por lo general causado por la arteriosclerosis. El tabaquismo,
la presión arterial alta, la diabetes y el sobrepeso son factores de riesgo importantes. Entre las complicaciones destacadas figuran el paro cardíaco, el choque
traumático y la dificultad para respirar.
Resumen de los fundamentos científicos
Las pruebas obtenidas a partir de dos grandes ensayos aleatorios muestran
claramente que la administración de aspirina en las primeras 24 horas luego del
inicio del dolor torácico en pacientes con síndromes coronarios agudos reduce la
mortalidad. Los elementos derivados de un registro retrospectivo muestran un
nexo entre la administración temprana prehospitalaria de la aspirina y la reducción de la mortalidad en pacientes con infarto agudo de miocardio. Un estudio
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02. Directrices sobre primeros auxilios
retrospectivo demuestra la inocuidad de la administración de aspirina antes del
traslado al hospital; este estudio sugiere que la aspirina administrada antes del
ingreso al hospital podría facilitar la reperfusión rápida e indica la conveniencia
de la administración inmediata de aspirina en el infarto agudo de miocardio.
No hay estudios que analicen la eficacia y la inocuidad de la administración de
aspirina por los socorristas o cualquier persona a pacientes con dolor torácico.
Según las opiniones de los expertos, esta práctica parece ser segura y eficaz.
Referencias: 77-80
Directrices
• Cuando se asista a víctimas de dolor torácico se les debe administrar la aspirina prescrita (obligatorio***).
• Si se considera que el dolor torácico es de origen cardíaco y la víctima no
ha tomado una aspirina, el socorrista se la deberá suministrar en forma de
comprimido para adultos (325 mg) sin recubrimiento entérico, o de aspirina
“infantil” en dos dosis bajas (81 mg), a menos que exista una contraindicación,
como un cuadro alérgico o sangrado (recomendado**).
• Si el paciente tiene prescrito nitrato, el socorrista debe ayudar a su administración (recomendado**).
• Si está capacitado, el socorrista puede administrar nitrato a la víctima de
dolor torácico (opcional*).
• El socorrista puede colocar a una víctima de dolor torácico en una posición
cómoda (normalmente en una posición sentada semireclinada, según los
protocolos locales) y pedir a la víctima que se abstenga de cualquier actividad
física (opcional*).
• El socorrista puede administrar oxígeno a una víctima de dolor torácico si está
capacitado para hacerlo y dispone de oxígeno, pero esta operación no debe
retrasar otras medidas (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
La administración de aspirina para el dolor torácico depende de la reglamentación a nivel local, por ejemplo, la influencia de las Sociedades Nacionales en
la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad
de la Sociedad de la Cruz Roja o la Media Luna Roja y el nivel de educación y
competencia de los socorristas en el contexto nacional.
La siguiente información puede ser útil para evaluar y reconocer el dolor torácico.
Entre las señales de advertencia de un ataque al corazón pueden darse las
siguientes.
• Molestias en el pecho
La mayoría de los ataques al corazón presentan molestias en el centro del
pecho que duran más de unos pocos minutos o que desaparecen y vuelven a
aparecer. Se pueden sentir en forma de presión incómoda, opresión, sensación
de pecho cargado o dolor.
• Molestias en otras zonas de la parte superior del cuerpo
Los síntomas pueden incluir dolor o molestias en uno o ambos brazos, espalda,
cuello, mandíbula o estómago.
• Dificultad para respirar
Con o sin molestias en el pecho.
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
• Otros posibles indicios
Entre ellos palidez, inicio de sudor frío, náuseas o mareo.
Algunos ataques al corazón son repentinos e intensos, pero muchos comienzan
lentamente, con un ligero dolor o malestar. A menudo, las personas afectadas
no están seguras de qué sucede y esperan demasiado antes de buscar ayuda.
Un socorrista, incluso si no está seguro de que se trata de un ataque al corazón,
no debe esperar más de 5 minutos antes de llamar al número local de emergencias
para solicitar tratamiento y un transporte rápido al servicio de urgencias. El
personal de los servicios médicos de urgencias está capacitado para reanimar a
una persona que ha tenido un paro cardíaco.
Accidente cerebrovascular
Introducción
El accidente cerebrovascular es un trastorno agudo de la circulación de
sangre en el cerebro (generalmente un bloqueo de la circulación, y con menos
frecuencia una hemorragia). El ingreso rápido de la víctima en un centro
de tratamiento de accidentes cerebrovasculares mejora en gran medida el
pronóstico, de ahí la necesidad de que los socorristas y el público en general
sean capaces de reconocer los primeros síntomas de un accidente de este
tipo. El objetivo es que la víctima reciba un tratamiento definitivo a tiempo y
se beneficie de las terapias más recientes. En la mayoría de casos se trata de un
tratamiento anticoagulante dentro de las tres horas posteriores a la aparición
de los síntomas del accidente cerebrovascular, o bien, cuando se trate de una
hemorragia cerebral, de una intervención quirúrgica lo antes posible.
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios;
las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.
Directrices
• Los socorristas deberían ser capaces de reconocer los primeros indicios de
un accidente cerebrovascular y llamar a los servicios médicos de urgencia lo
antes posible (recomendado**).
• El socorrista puede colocar a la persona que experimenta síntomas de un accidente cerebrovascular en una posición cómoda (normalmente en una posición
sentada semireclinada según los protocolos locales), pedirle que se abstenga
de cualquier actividad física y comprobar periódicamente si sigue consciente
y respira (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
La posibilidad o probabilidad de un accidente cerebrovascular se puede reconocer fácilmente atendiendo a los siguientes síntomas:
• entumecimiento o flacidez repentina de la cara, un brazo o una pierna, especialmente en un lado del cuerpo;
• confusión repentina, dificultad para hablar o entender;
• dificultad repentina para ver, en uno o ambos ojos;
• dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación;
• dolor de cabeza súbito y severo sin causa conocida.
36
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Cuando los síntomas son similares a los del accidente cerebrovascular pero más
leves y temporales indican un ataque isquémico transitorio, que es un aviso de
accidente o un accidente cerebrovascular pequeño que no causa ninguna lesión
cerebral permanente. Las principales diferencias entre el ataque isquémico
transitorio y el accidente cerebrovascular son la corta duración de los síntomas
y la ausencia de un daño cerebral permanente. No obstante, es importante
reconocer la posibilidad de un ataque isquémico transitorio, ya que permite un
tratamiento inmediato para reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular
grave.
La probabilidad de que se trate de un accidente cerebrovascular es alta si la
víctima presenta alguno de los síntomas siguientes cuando se le pide que realice
una acción determinada:
• cuando muestra los dientes, se le descuelga un lado de la boca;
• cuando levanta ambos brazos con las palmas hacia arriba mientras mantiene
los ojos cerrados, uno de los brazos se tuerce o cae;
• cuando al repetir una oración simple, habla de forma confusa o arrastra las
palabras, o bien tiene dificultad para encontrar las palabras.
En términos de primeros auxilios, lo primero que se debe hacer es:
• reconocer los indicios que advierten del accidente cerebrovascular;
• consignar el momento de su aparición;
• llamar inmediatamente para solicitar ayuda experta (una ambulancia, a ser
posible con una unidad de mantenimiento de las funciones vitales).
Véase también pérdida de consciencia y ataques, que pueden ser complicaciones
asociadas a un accidente cerebrovascular.
Malestar gastrointestinal y deshidratación
Introducción
La deshidratación puede ser consecuencia de una amplia variedad de enfermedades (vómitos y diarrea, insolación o agotamiento, fiebre, etc.). Los síntomas
más comunes del malestar gastrointestinal son dolor abdominal, náuseas y/o
vómitos, y/o diarrea y a veces fiebre. Puede dar lugar a deshidratación, especialmente en situaciones de vómitos o diarrea prolongados o severos, o en niños o
adultos de edad avanzada.
Resumen de los fundamentos científicos
Muchos artículos publicados sobre la deshidratación causada por el ejercicio
o inducida por el medio ambiente carecen en general de rigor científico suficiente. Sin embargo, existen estudios bien documentados sobre la formación
y el tratamiento de la deshidratación causada por el malestar gastrointestinal.
La mayoría de los estudios se realizaron con un número reducido de participantes, normalmente de seis a ocho hombres adultos. Un ejercicio modelo en un
ambiente con temperatura elevada da lugar generalmente a deshidratación, con
un nivel fijado en <2%. Este nivel de deshidratación suele ser menor que el que
alcanza una persona con síntomas.
Dos estudios han demostrado que las estrategias de reanimación con líquidos
por vía oral son tan eficaces como por vía intravenosa en las personas con
deshidratación. En un modelo de deshidratación causada por un ejercicio suave
e inducida por el calor, diez estudios han demostrado que, tras una deshidratación experimental de ese tipo, las soluciones con carbohidratos o electrolitos
son más eficaces que el agua en la restauración del volumen intravascular.
37
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Un estudio mostró que una solución con carbohidratos al 12,5%, que contenía
glucosa y fructosa, permitió una recuperación de líquidos más rápida que las
soluciones que contenían solo glucosa. Un estudio demostró que las soluciones
hipertónicas de glucosa pueden ser más eficaces para mantener el nivel de
hidratación tras la pérdida de líquidos por sudoración. En un estudio, el contenido de sodio resultó más importante que el contenido osmótico total para
aumentar el volumen de plasma en reposo. En otro estudio, la leche fue más
eficaz que el agua para reponer los líquidos en una persona deshidratada. El
volumen de líquido administrado debe exceder el volumen de la pérdida de
sudor u otras pérdidas estimadas en un 150%. Según una reciente monografía
de la Organización Mundial de la Salud sobre la terapia de rehidratación oral,
“la deshidratación causada por la diarrea puede prevenirse mediante la administración de un suplemento de líquidos en casa, o se puede tratar de forma
simple, eficaz y económica en personas de cualquier edad, menos en los casos
más graves, en que es preciso dar a los pacientes por vía oral una solución de
electrolitos de glucosa adecuada denominada sales de rehidratación oral”.
Las publicaciones también han mostrado diferencias en la composición entre
los preparados comerciales de soluciones electrolíticas para la práctica del
deporte y las soluciones de rehidratación oral.
Acerca de los compuestos líquidos:
• la administración de soluciones de electrolitos rehidrata con un menor incremento en la producción de orina que el agua, lo que indica que se retiene un
mayor volumen a nivel intravascular;
• las soluciones hipertónicas de glucosa y de electrolitos son más eficaces que
el agua en el restablecimiento y mantenimiento del volumen de agua intravascular;
• una concentración de carbohidratos superior al 6% puede tener un papel limitado en el aumento de la retención de líquidos; sin embargo, el aumento de la
concentración de electrolitos todavía puede ser beneficioso;
• los compuestos líquidos orales son tan eficaces como los intravenosos cuando
se complementan con electrolitos o carbohidratos;
• la proporción de los líquidos administrados por vía oral que se retiene en el
espacio intravascular está directamente relacionada con su nivel de concentración de sodio;
• el volumen de líquidos ingeridos por vía oral normalmente debe superar el
volumen del sudor y otras pérdidas de fluidos. Si la concentración de sodio del
líquido no es lo suficientemente elevada, los líquidos no permanecen a nivel
intravascular.
Referencias: 81-93
Directrices
• En caso de deshidratación, los socorristas deben rehidratar con una solución
de rehidratación oral (recomendado**).
• Es posible usar tanto un preparado comercial de una solución de rehidratación oral, como un paquete de sales de rehidratación oral ya preparadas
con antelación y que cumplen con las recomendaciones de la Organización
Mundial de la Salud para las soluciones de rehidratación oral (recomendado**).
En ausencia de soluciones prepreparadas, se puede usar una solución casera
(opcional*).
• En caso de enfermedades diarreicas, los socorristas pueden colocar a la
víctima en posición horizontal. Si la víctima sufre dolor abdominal de consideración, le puede ser de ayuda flexionar las caderas y las rodillas (opcional*).
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Consideraciones relativas a la aplicación
Es útil conocer los síntomas de la deshidratación y del malestar gastrointestinal.
Los síntomas de deshidratación incluyen:
• piel pálida y seca;
• boca y lengua secas;
• debilidad.
Los síntomas de malestar gastrointestinal incluyen:
• náuseas o vómitos;
• diarrea;
• dolor abdominal;
• en última instancia, indicios de deshidratación y/o fiebre.
Si los síntomas aparecen de repente, son serios o se acompañan de deshidratación (o esta última aparece sola), puede ser necesario un tratamiento
de emergencia. Incluso los casos leves de malestar gastrointestinal pueden
requerir un examen médico, aunque no necesariamente urgente.
El socorrista debe preparar una solución con sales de rehidratación oral de la
siguiente forma:
• lavarse las manos con agua y jabón antes de preparar la solución o pedir a
quien la prepare que lo haga;
• seguir las indicaciones que figuran en el paquete de sales de rehidratación
oral;
• poner un litro de agua potable en un recipiente limpio;
• vaciar el paquete de sales de rehidratación oral en el agua mientras remueve.
Si no se dispone de uno de estos paquetes ya preparados, se puede elaborar
una solución casera con los siguientes ingredientes (aunque existen muchas
formulaciones alternativas):
• 1/2 cucharadita de sal;
• 6 cucharaditas de azúcar;
• 1 litro de agua.
Véase también choque traumático.
Complicaciones agudas de la diabetes
Introducción
La diabetes se complica frecuentemente con sucesos graves como infartos de
miocardio o accidentes cerebrovasculares (véase los capítulos correspondientes),
pero las alteraciones significativas o extremas del nivel de azúcar en sangre
(híper o hipoglucemia) también son importantes.
Resumen de los fundamentos científicos
Las publicaciones, que se centran principalmente en pacientes adultos con
diabetes, indican una norma de práctica del tratamiento de la hipoglucemia,
bien establecida y generalmente aceptada, que consiste en administrar tabletas
de glucosa o de un alimento o bebida que contenga carbohidratos, o inyectar
glucosa por vía intravenosa para tratar la hipoglucemia severa cuando la administración oral no es posible. El hecho de que siempre se haya administrado
glucosa para el tratamiento de la hipoglucemia probablemente ha contribuido
a la falta de investigación clínica sobre esta materia. En 2008, una declaración
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
consensuada de la American Diabetes Association (ADA) recomendaba la administración preferente de glucosa en individuos conscientes con hipoglucemia y
afirmaba que se podía utilizar cualquier forma de carbohidratos que contuviera
glucosa. No obstante, esta recomendación, así como las instrucciones para
recetar glucagón a todos los individuos con riesgo elevado de padecer hipoglucemia severa, se basa en “el consenso de expertos o la experiencia clínica” en
lugar de en estudios bien estructurados. La ADA también señaló que, aunque se
prefiere la glucosa pura, cualquier carbohidrato que contenga glucosa elevará el
nivel de glucosa en sangre, y hasta recomendó que se utilizara el glucagón de
los botiquines de emergencias en casos de hipoglucemia grave que no pudieran
ser tratados por vía oral debido a confusión o pérdida del conocimiento.
Una vez más, no se aportaron pruebas idóneas ni referencias que justificaran
estas recomendaciones. Un examen anterior (2003) publicado por la ADA había
recomendado también la glucosa intravenosa como tratamiento preferido para
la hipoglucemia severa, aunque dentro del núcleo de la familia el glucagón era
útil. La ADA también declaró que el propio paciente puede tratar efectivamente
la mayoría de los episodios de hipoglucemia sintomática mediante la ingestión
de tabletas de glucosa o carbohidratos. Se sugirió una dosis inicial de glucosa
de 20 g en base a un pequeño estudio con 17 pacientes (con diabetes mellitus
dependiente de la insulina y sin diabetes) en el que la glucosa oral (a dosis de
10 y 20 g) se comparó con el glucagón (administrado por vía subcutánea) y un
placebo. La dosis de 10 g de glucosa oral provocó un aumento más rápido (30
minutos) de la glucosa, pero con un punto máximo más bajo, que la dosis de
20 g. Ambas dosis mantuvieron la glucosa sérica alrededor de una hora. En
los pacientes tratados con glucagón, la concentración de glucosa tardó más en
alcanzar su punto máximo, pero también se prolongó el tiempo de descenso de
los niveles de glucosa, dando lugar a hiperglucemia. Este estudio no pretendía
identificar la dosis ideal de glucosa y no indicó si la diferencia en el resultado
entre la dosis de 10 g y la de 20 g era significativa. La alanina y la terbutalina
también se han estudiado como tratamientos potenciales para la hipoglucemia,
pero no se han comparado directamente con la glucosa oral o el glucagón.
En un estudio con 41 pacientes con diabetes mellitus tipo 1, se indujo la hipoglucemia con insulina intravenosa hasta alcanzar el nivel deseado de azúcar
en sangre. Los pacientes informaron de síntomas de hipoglucemia y pidieron
tratamiento, que se les facilitó, y puso de manifiesto que la administración de
15 g de glucosa era eficaz.
Se comparó el tratamiento con siete carbohidratos diferentes. Los siete carbohidratos (tabletas de glucosa, sacarosa [terrones de azúcar], comprimidos de
glucosa disueltos en 150 ml de agua, sacarosa disuelta en 150 ml de agua, gel
de dextrosa, almidón de maíz y zumo de naranja) eran equivalentes a 15 g de
glucosa. El gel de dextrosa y el zumo de naranja fueron los menos efectivos en
lograr un rápido aumento de glucosa en los primeros 10 minutos, un resultado
que fue estadísticamente significativo. La sacarosa alcanzó un nivel de glucosa
estadísticamente superior a la sacarosa disuelta en agua a los 15 y 20 minutos.
No hubo diferencia entre los comprimidos de glucosa y los comprimidos de
glucosa disueltos en agua. Una dosis de 20 g corrigió la hipoglucemia sin que se
produjera hiperglucemia de rebote, por lo que los autores indican que 20 g es la
dosis efectiva.
Otro estudio comparó una ingesta de 20 g de carbohidratos de leche, zumo de
naranja o D-glucosa, así como de 40 g de zumo de naranja, para corregir la hipoglucemia inducida con insulina en un entorno hospitalario. Los comprimidos de
D-glucosa produjeron una respuesta más rápida y superior a la hipoglucemia
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02. Directrices sobre primeros auxilios
que la leche o los 20 g de zumo de naranja, pero 40 g de zumo de naranja
produjeron una respuesta similar en lo que respecta al punto máximo, con un
retraso en el logro del punto máximo de glucosa. (Cabe observar que el contenido de glucosa de 40 g de zumo de naranja es igual al de 20 g de D-glucosa).
Independientemente de la respuesta similar en términos de punto máximo, el
tratamiento con zumo de naranja es menos deseable que el tratamiento con
D-glucosa debido al retraso en alcanzar el punto máximo. Este estudio también
analizó casos aislados de hipoglucemia espontánea y trató pacientes con
D-glucosa; se apreció en todos los pacientes un aumento de la concentración de
glucosa de al menos 20 mg/dl en 20 minutos.
Referencias: 94-98
Directrices
• Se debe recomendar a la persona con diabetes que experimenta una emergencia diabética que compruebe su nivel de glucosa en sangre (obligatorio***).
• Si han recibido la formación necesaria, los socorristas pueden comprobar
el nivel de glucosa en sangre de la víctima de una emergencia diabética
(opcional*).
• Se debe alentar a la persona víctima de una emergencia diabética debida a
una hipoglucemia, o de una emergencia que pueda ser debida a una hipo o
a una hiperglucemia, a que por sí misma ingiera alimentos o bebidas que
contengan azúcar (obligatorio***).
• En una emergencia diabética, se deben suministrar a la víctima 20 gramos de
glucosa, de preferencia utilizando un comprimido de glucosa oral (20 g); si no
se dispone de dicho comprimido, hay otros métodos menos eficaces (por orden
de menor a mayor efectividad) como el gel de glucosa, el zumo de naranja
(aproximadamente 400 ml) o azúcar de mesa granulado (20 g) (obligatorio***).
• Los socorristas deben administrar glucosa (en forma de alimento o bebida
que contenga azúcar) a una persona con diabetes que experimenta una hipoglucemia, aun cuando no sepan si la emergencia se debe a una hipo o una
hiperglucemia (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
La hiperglucemia se desarrolla gradualmente y puede ser asintomática durante
un período más largo (incluso días), pero la hipoglucemia es generalmente
un fenómeno súbito y potencialmente mortal con un cuadro sintomatológico
característico (que a menudo aparece en este orden):
• hambre, dolor de cabeza;
• agitación, temblor;
• comportamiento psicótico (a menudo similar a la embriaguez);
• pérdida del conocimiento;
• ataques (al final).
Es sumamente importante reconocer la posibilidad de una hipoglucemia, ya
que en ese caso la víctima necesita un tratamiento rápido. Si la persona está
consciente y puede comer y beber, es posible que pueda tratarse a sí misma
(ingiriendo alimentos o bebidas que contengan azúcar), quizá con la ayuda de
un socorrista. Si la víctima se altera mucho o pierde el conocimiento, y le resulta
peligroso comer o beber debido a la posibilidad de aspiración, es imperioso llamar
al número local de emergencias para que reciba tratamiento de inmediato. Véase
también pérdida del conocimiento y alteración del estado mental y ataques.
41
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Choque traumático
Introducción
El choque traumático es un proceso espontáneo de deterioro que afecta principalmente a la circulación periférica y con frecuencia está causado por la pérdida
repentina de f luidos corporales (sangre), lesiones graves, infarto cardíaco,
embolia pulmonar, etc. Si bien el tratamiento primordial generalmente se dirige
a la causa del choque traumático, es importante atender a la circulación. Los
que prestan servicios avanzados de mantenimiento de las funciones vitales
tienen a su disposición muchos medios para ayudar a la circulación, mientras
que si los servicios son básicos, se cuenta con menos opciones. El tratamiento
que se ha enseñado desde siempre es levantar las piernas de la víctima en
estado de choque traumático. Cuando se atiende un caso de choque traumático
también se considera importante mantener la temperatura corporal.
Resumen de los fundamentos científicos
Las pruebas de cinco estudios demuestran que levantar las piernas de forma
pasiva (posición horizontal estirada con las piernas apoyadas en posición
elevada) y/o la posición modificada de Trendelenburg (piernas arriba - cabeza
abajo) no aumentan significativamente la presión arterial media y/o el producto
cardíaco. Sin embargo, las pruebas de dos estudios no controlados y dos estudios realizados en animales han demostrado que levantar las piernas con
ayuda puede aumentar el producto cardíaco y/o el volumen de la respuesta.
Además, un estudio no controlado y limitado indicó posibles daños a raíz de
la posición Trendelenburg. De todos estos estudios, ninguno mostró mejoras
en los resultados del paciente. En resumen, las pruebas sobre levantamiento
de las piernas son poco consistentes, y los resultados de los diversos estudios
son contradictorios, ya que algunos muestran beneficios, otros no muestran
ningún efecto y ninguno muestra un resultado mejorado, aparte de uno que
posiblemente muestra daños en una posición.
Los fundamentos científicos relacionados con el mantenimiento de la temperatura en el choque traumático no han sido objeto de investigación formal, no
obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las siguientes
directrices se basan en opiniones de expertos.
Referencias: 99-108
Directrices
• Si las víctimas que presentan indicios y síntomas de un choque traumático lo
toleran, se deben colocar en posición supina (recomendado**).
• Se debe mantener la temperatura corporal en las víctimas de un choque
traumático, evitando la pérdida de calor (recomendado**).
• Cuando las víctimas de un choque traumático no muestren signos evidentes
de lesión medular, es posible alzarles las piernas entre 15 y 30 centímetros
(opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
El choque traumático es una situación de emergencia compleja que requiere
tratamiento médico inmediato. Las principales tareas del socorrista en este
caso son pedir asistencia médica y:
• colocar a la víctima en una posición adecuada y mantener la temperatura
corporal;
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02. Directrices sobre primeros auxilios
• eliminar la causa, si es posible (por ejemplo, detener la hemorragia);
• evitar el enfriamiento, si procede (por ejemplo, si la víctima está en la calle).
Pérdida del conocimiento y alteración
del estado mental
Introducción
Se entiende por pérdida del conocimiento que la víctima no responda a estímulos verbales ni físicos.
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios;
las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.
Directrices
• Si la víctima está inconsciente, los socorristas deben mantener despejada una
vía de aire, determinar si la persona respira, cambiarla de posición si procede
y llamar al servicio médico de urgencia (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
La pérdida del conocimiento puede producirse repentinamente (como consecuencia de un paro cardíaco, accidente cerebrovascular, lesión en la cabeza,
electrocución, etc.) o gradualmente (como consecuencia de una intoxicación,
hiperglucemia, también accidente cerebrovascular, etc.). Junto con una pérdida
gradual del conocimiento, la víctima puede mostrar un estado mental alterado,
aunque este también puede durar mucho tiempo sin que haya pérdida del conocimiento en ningún momento.
La pérdida súbita del conocimiento puede causar una caída y lesiones. Si el
estado de inconsciencia se prolonga, puede suceder que las vías respiratorias
se obstruyan; en esta situación, se debe despejar una vía de aire y mantenerla
abierta colocando a la víctima en posición de recuperación (véase posición del
paciente).
La alteración del estado mental por lo general sugiere una enfermedad mental,
pero es más frecuente que la víctima tenga otra enfermedad más grave, por
ejemplo, hipoglucemia, accidente cerebrovascular, lesión en la cabeza, intoxicación, etc. (véase los capítulos correspondientes).
Más allá de las intervenciones bastante limitadas que se mencionan supra, es
imprescindible llamar inmediatamente al servicio médico de urgencia.
Convulsiones y crisis convulsivas
Introducción
Cuando las funciones normales del cerebro se ven afectadas por una lesión,
enfermedad, fiebre, intoxicación o infección, la actividad eléctrica del cerebro
se vuelve irregular. Esta irregularidad puede causar una pérdida de control
del cuerpo que se conoce como crisis convulsiva. Estas crisis pueden tener en su
origen una afección llamada epilepsia, que generalmente se puede controlar con
43
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
medicamentos. Algunos niños y lactantes tienen crisis causadas por una subida
repentina de la fiebre.
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios;
las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.
Directrices
• Los socorristas pueden colocar a la víctima de una crisis convulsiva en el
suelo y evitar así que se lesione (opcional*).
• Una vez finalizada la crisis convulsiva, los socorristas deben evaluar las vías
respiratorias y la respiración, y actuar en consecuencia (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
Cuando evalúe a la víctima, el socorrista debe buscar los siguientes indicios:
• sensación o sentimiento inusual, como una alucinación visual (el paciente
experimenta un aura);
• respiración irregular o ausencia de respiración;
• babeo;
• ojos en blanco;
• rigidez corporal;
• contracciones musculares rítmicas e incontrolables (por ejemplo, convulsiones);
• disminución del nivel de reacción;
• pérdida del control de la vejiga o de los intestinos.
Cuando atienda a la víctima, el socorrista debe:
• tranquilizar a la víctima diciéndole que va a recibir ayuda;
• retirar los objetos cercanos que puedan causar lesiones;
• proteger la cabeza de la víctima colocando debajo una toalla fina o ropa
doblada, con cuidado de que al hacerlo no se restrinja el paso de aire;
• no abrazar o contener al paciente;
• no colocar ningún objeto entre los dientes de la víctima ni ponerle nada en la
boca; la víctima no se tragará la lengua;
• si la crisis se desencadenó a causa de un aumento repentino de la temperatura
corporal, aflojar la presión de la ropa sobre el cuerpo y abanicar a la víctima
para darle aire, no sumergirla en agua fría ni frotarla con alcohol para que se
enfríe;
• una vez que finalice la crisis, asegurarse de que la vía de aire sigue abierta, y
evaluar la respiración y las lesiones;
• ocuparse de la víctima y permanecer con ella hasta que recobre totalmente
el conocimiento.
El socorrista debe llamar inmediatamente al servicio médico de urgencia
(número nacional o local de emergencias) si:
• una crisis convulsiva dura más de 5 minutos o se repite;
• se trata de un niño, y la crisis convulsiva va seguida de un rápido aumento de
la temperatura;
• la víctima no recupera el conocimiento;
• la víctima sufre diabetes o está lesionada;
• la víctima nunca ha sufrido una crisis convulsiva antes;
• se detecta cualquier afección que amenace la vida de la víctima.
44
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02. Directrices sobre primeros auxilios
En general se debe llamar al médico si:
• un niño experimenta fiebre con convulsiones;
• la víctima tiene un trastorno convulsivo conocido, pero la crisis es de una
naturaleza diferente o se está dando con mayor frecuencia de la habitual.
Lesiones
Quemaduras
Introducción
La técnica de enfriamiento inmediato de las quemaduras térmicas (químicas,
eléctricas, etc.) con agua fría del grifo, que ha sido un remedio común durante
muchos años, está respaldada también por un gran número de estudios clínicos
basados en la observación y por experimentos controlados en animales.
Resumen de los fundamentos científicos
El enfriamiento puede aliviar el dolor y reducir el edema, las tasas de infección,
la profundidad de la lesión y la necesidad de injertos. También puede contribuir a una curación más rápida. Un estudio pequeño y controlado realizado
con voluntarios humanos, varios estudios grandes retrospectivos con humanos
y múltiples estudios con animales documentan una consistente mejora en la
cicatrización de heridas y la reducción del dolor cuando las quemaduras se
tratan con agua fría (entre 10° y 25°C [50° y 77° F]). Varios estudios indican que
se debe comenzar a enfriar la quemadura lo antes posible y continuar al menos
hasta que se alivie el dolor.
No hay un consenso claro y basado en pruebas sobre el tratamiento de las ampollas resultantes de las quemaduras. Muchas de las recomendaciones se basan
en estudios de poco nivel y en la práctica común. Aunque muchas guías de
primeros auxilios recomiendan dejar intactas las ampollas de las quemaduras,
algunos investigadores sugieren que el líquido de la ampolla puede retrasar la
curación, sobre todo cuando las ampollas son grandes (>2,5 cm) y de paredes
finas. En un estudio control de casos en que se investigó la tasa de cicatrización
de las heridas por ampollas de quemaduras, se determinó que las ampollas en
las que se drenó el líquido cicatrizaron mejor que las que se dejaron intactas. En
contraste, la mayoría de datos de experiencias en animales documentan que,
cuando las ampollas de las quemaduras se dejaron intactas, la tasa de curación
fue más rápida, los índices de infección descendieron significativamente y hubo
menor formación de tejido cicatricial que en los casos en que se reventaron.
Cuando una corriente eléctrica atraviesa el cuerpo, pueden aparecer las quemaduras térmicas en los puntos de entrada y de salida, así como a lo largo de su
recorrido interno. El paro cardiorrespiratorio es la causa principal de la muerte
inmediata por electrocución. La exposición a la corriente, aunque sea de bajo
voltaje, también puede dar lugar a arritmias cardíacas, entre ellas la fibrilación
ventricular, asistolia ventricular y taquicardia ventricular que evoluciona hacia
fibrilación ventricular. El paro respiratorio puede ser resultado de los efectos
sobre los centros del cerebro que controlan la respiración o bien de contracciones seguidas de la parálisis de los músculos respiratorios.
La irrigación de la piel y los ojos después de la exposición a agentes cáusticos
puede reducir la gravedad de la lesión de los tejidos. Las pruebas obtenidas
a partir de varios estudios que evaluaron la exposición de los ojos y la piel a
45
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
ácidos y bases demuestran que los resultados son mejores cuando se aplica
rápidamente agua durante el tratamiento de primeros auxilios. En una serie
de casos no aleatorios que comparaba la aplicación inmediata de agua en la
piel (primeros auxilios) en relación con la aplicación tardía (atención médica),
la incidencia de quemaduras de tercer grado resultó menor y la duración de la
estancia hospitalaria se redujo en un 50% en los casos en que se aplicó agua de
forma inmediata y abundante en la piel con quemaduras químicas. Las pruebas
obtenidas a partir de estudios con animales también reafirmaron los beneficios
de la irrigación con agua para reducir la exposición de la piel y los ojos al ácido.
En un estudio en ratas con quemaduras de ácido en la piel, la aplicación de agua
en el primer minuto de la quemadura evitó cualquier caída en el pH del tejido,
mientras que la irrigación tardía causó un descenso cada vez más pronunciado
en el pH del tejido.
Directrices
• Los socorristas deben enfriar las quemaduras con agua fría (entre 15 y 25° C
[59 y 77° F]) tan pronto como sea posible, y continuar enfriándolas hasta que
desaparezca el dolor (obligatorio***).
• Los socorristas deben evitar enfriar las quemaduras con agua helada durante
más de 10 minutos, especialmente si las quemaduras son de gran tamaño
(>20% de la superficie corporal total). No se debe aplicar hielo a una quemadura (recomendado**).
• Como resulta controvertido si se deben reventar o no las ampollas, y ello
requiere de equipo y aptitudes que no están siempre en la formación sobre
primeros auxilios, los socorristas deben dejar intactas las ampollas de las
quemaduras y cubrirlas sin presionar (recomendado**).
• En caso de exposición de la piel o los ojos a ácidos o bases, los socorristas
deben aplicar de inmediato una abundante cantidad de agua del grifo en las
zonas afectadas (obligatorio***).
• Todas las quemaduras por corrientes eléctricas deben ser objeto de una
evaluación médica (recomendado**).
Referencias: 109-166
Consideraciones relativas a la aplicación
Ninguna.
Hemorragias
Introducción
El control de una hemorragia es una aptitud básica de primeros auxilios.
Resumen de los fundamentos científicos
Presión directa
Aunque la hemorragia es una emergencia común de primeros auxilios y el
control de una hemorragia puede salvar la vida de una persona, solo hay dos
estudios que se refieran a la eficacia de aplicar presión directa para controlar
la hemorragia antes del traslado al hospital o en hospitales de campaña, y en
ambos estudios la técnica fue utilizada por personal médico capacitado. Una
serie de casos describió una técnica de control de la hemorragia practicada
por trabajadores de ambulancias altamente capacitados. El control de la hemorragia se logró mediante la colocación de una venda elástica adhesiva aplicada
directamente sobre varias gasas de 10×10 centímetros superpuestas sobre la
46
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02. Directrices sobre primeros auxilios
superficie de la herida. La venda se colocó alrededor del cuerpo en el sitio del
sangrado hasta que la hemorragia cesó. La presión detuvo de forma eficaz la
hemorragia en todos los casos sin complicaciones. En una segunda serie de
casos, tomados de un hospital de campaña, se comparó la eficacia de la aplicación de presión directa por parte de personal capacitado con una venda elástica
para controlar la hemorragia en 50 víctimas consecutivas de amputaciones
traumáticas, con la eficacia de los torniquetes utilizados con anterioridad para
18 víctimas con amputaciones traumáticas por la explosión de minas. En las 50
primeras víctimas, tratadas con presión directa, se observó una menor duración
del episodio de sangrado, una mayor tasa de supervivencia y unos niveles más
altos de hemoglobina en el ingreso hospitalario que en las 18 víctimas tratadas
con un torniquete.
Cuatro estudios sobre experiencias con cateterización cardíaca, un estudio en
animales y documentos elaborados a partir de la experiencia clínica demuestran que la presión directa es un método eficaz y seguro para controlar una
hemorragia.
Elevación y puntos de presión
Nunca se ha publicado un estudio sobre la eficacia, la viabilidad y la seguridad
del uso de los puntos de presión para controlar una hemorragia, ni tampoco
un estudio que determine si la elevación de una extremidad con una herida
sangrante ayuda a controlar la hemorragia o causa algún tipo de daño. Cuando
se utilizó la técnica de los puntos de presión en voluntarios no se descubrió
ningún efecto sobre los pulsos distales. Sobre todo, es importante tener en
cuenta que el empleo de estos procedimientos no comprobados puede afectar
negativamente a la intervención mediante presión directa, al desviar la atención y el esfuerzo que requiere esta técnica.
Referencias: 167-181
Torniquetes
El uso de torniquetes por los socorristas para controlar la hemorragia es motivo
de controversia, por lo que esta técnica ha caído en desuso en los programas de
primeros auxilios. A pesar de esto, los torniquetes se siguen utilizando de forma
sistemática y segura para la hemostasia en los procedimientos quirúrgicos en
quirófanos, en que se miden y controlan estrictamente la presión y el tiempo
de oclusión, así como en el campo de batalla, donde el tiempo de oclusión
está cuidadosamente documentado. No obstante, estos resultados no pueden
extrapolarse a las situaciones de primeros auxilios. Además, en los últimos
años, el uso de torniquetes en los entornos militares se ha incrementado. Se
desconoce la eficacia, la viabilidad y la seguridad del uso de los torniquetes
por los socorristas para controlar el sangrado. Los torniquetes se utilizan habitualmente en los quirófanos bajo condiciones controladas, y se han mostrado
eficaces para controlar la hemorragia de una extremidad, pero pueden tener
efectos no deseados, como una lesión temporal o permanente de los nervios y
los músculos subyacentes, así como complicaciones sistémicas resultado de la
isquemia de las extremidades, entre ellas acidemia, hipercalemia, arritmias,
choque traumático, pérdida de extremidades y muerte. Las complicaciones
están relacionadas con la presión del torniquete y el tiempo de oclusión. Se ha
determinado que para el control de la hemorragia es mejor la presión que el
torniquete, aunque se admite que el torniquete puede ser útil en circunstancias
excepcionales (por ejemplo, en el campo de batalla, cuando se requiere una
rápida evacuación y se supervisa cuidadosamente el tiempo de isquemia). El
método de aplicación y el diseño óptimo de los torniquetes están siendo sometidos a investigación.
47
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
En estudios militares más recientes, entre ellos una serie retrospectiva de casos
en el ejército, personal médico (47%) y no médico (53%) aplicó 110 torniquetes a
91 soldados. Los torniquetes controlaron la hemorragia en la mayoría (78%) de
las víctimas, por lo general dentro de los primeros 15 minutos. El mecanismo
más común de lesión era el traumatismo por penetración, y el tiempo de
isquemia era de 83 ± 52 minutos (rango: 1 a 305 minutos). La tasa de buenos
resultados fue mayor entre el personal médico que entre el personal no médico,
y en las extremidades superiores (94%) que en las inferiores (71%, P<0.01). Se
informó de complicaciones neurológicas producidas por el torniquete en siete
extremidades de cinco víctimas (5,5%) que tuvieron un tiempo de isquemia de
109 a 187 minutos. Las complicaciones más destacadas fueron la parálisis del
nervio peroneal bilateral y del nervio radial, tres casos de daño en los nervios
periféricos del antebrazo y un caso de parestesia y debilidad en las zonas
distales del pie.
En el informe no aleatorizado de las víctimas de una amputación traumática a
causa de la explosión de minas citado en el apartado anterior, se observó que
con el uso del torniquete hubo más hemorragias, menores tasas de supervivencia y una reducción de los niveles de hemoglobina al ingreso en el hospital,
en comparación con los casos en que se usó la presión directa con una venda
elástica.
Las complicaciones derivadas del torniquete pueden ser leves y remitir espontáneamente, o evolucionar hasta la incapacidad de larga duración e incluso la
muerte. Tales complicaciones pueden derivar de una lesión por aplastamiento
de los nervios y los músculos subyacentes. En un estudio en animales se
observó que el grado de afección muscular estaba directamente relacionado con
la presión aplicada. La afectación muscular puede ser reversible o permanente.
Además de estos efectos locales, pueden darse complicaciones sistémicas a
raíz de la isquemia de las extremidades. Dichas complicaciones parecen estar
relacionadas con el tiempo de oclusión y la presión. Los límites de seguridad en
cuanto a la duración, la presión y la conveniencia de una liberación intermitente
del torniquete son objeto de controversia. La mayoría de los expertos coinciden
en que una oclusión de <2 horas es segura. La experiencia quirúrgica indica que
es indispensable no retirar el torniquete para la amputación de la extremidad si
este ha estado colocado ≥ 6 horas. Los períodos prolongados de isquemia pueden
dar lugar a una gangrena gaseosa y a efectos sistémicos que pueden resultar
fatales. No obstante, ninguno de los estudios abordó la disyuntiva entre las
complicaciones concentradas en un foco y la pérdida de la vida por hemorragia
no controlada, lo que en definitiva puede respaldar el uso de torniquetes cuando
otros métodos para controlar una hemorragia potencialmente mortal fallan o
no son viables.
Referencias: 182-199
Agentes hemostáticos
Un examen científico indica que los agentes hemostáticos son eficaces para
controlar las hemorragias que no se pueden detener únicamente con la presión
directa. Su aplicación por miembros capacitados de los servicios médicos de
urgencia, tanto militares como civiles, mostró una eficacia variable en función
de cómo se los aplicó. Se encontraron pocas opiniones y ningún estudio sobre
el uso de agentes hemostáticos por parte de personal civil sin formación al
respecto. Las pruebas de cuatro estudios en adultos demostraron que, en el
caso de víctimas con una hemorragia potencialmente mortal que no se había
controlado con las técnicas habituales en un entorno no hospitalario, el uso
48
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
de agentes hemostáticos tópicos por personas capacitadas permitía mejorar
sensiblemente el control de la hemorragia. Este resultado positivo está respaldado por 20 estudios en animales. La eficacia varió significativamente entre los
diferentes agentes. Entre los efectos adversos de ciertos agentes se observó la
destrucción de tejido con inducción de un estado proembólico y lesión térmica
potencial. Además, informes recientes de casos en entornos militares han
mostrado la posibilidad de una embolia pulmonar asociada al uso de algunos
agentes. Hay varios agentes hemostáticos en el mercado, y algunos de ellos se
han mostrado eficaces.
Referencias: 200-224
Directrices
• El socorrista debe controlar la hemorragia externa mediante la aplicación de
presión directa (obligatorio***).
• El uso de los puntos de presión y la elevación de una parte del cuerpo no están
recomendados (opcional*).
• En caso de una hemorragia potencialmente mortal, cuando el sangrado no se
pueda controlar mediante presión directa (por ejemplo, en lesiones múltiples,
heridas de difícil acceso, múltiples víctimas) y en circunstancias especiales
(tales como desastres, situación de guerra, lugares remotos o socorristas especialmente capacitados), conviene usar el torniquete (recomendado**).
• Si un torniquete debe permanecer colocado por un tiempo prolongado, se debe
considerar el enfriamiento de las zonas distales de la extremidad (recomendado**).
• Si se cuenta con personal especializado, se puede considerar la aplicación de
un agente hemostático tópico fuera del ámbito hospitalario para controlar una
hemorragia potencialmente mortal no controlada por las técnicas habituales,
(opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
El método de aplicación y el diseño óptimo de los torniquetes siguen sometidos
a investigación. Los torniquetes pueden ser útiles en circunstancias excepcionales (por ejemplo, en el campo de batalla, cuando se requiere una rápida
evacuación y se realiza un seguimiento cuidadoso del tiempo de isquemia). No
hay elementos suficientes para determinar por cuánto tiempo se puede dejar
colocado un torniquete en forma segura, por lo que deben seguirse los protocolos locales y la dirección médica. Si un torniquete debe permanecer colocado
por un tiempo prolongado, se debe considerar el enfriamiento de las zonas
distales de la extremidad.
Existen diferentes agentes hemostáticos tópicos; es necesario conocer la utilidad
y los riesgos de cada uno para saber cuál usar. En este sentido, los socorristas
necesitarían recibir capacitación en el uso de agentes hemostáticos tópicos para
poder usarlos adecuadamente.
Lesiones craneoencefálicas y medulares
Introducción
Las lesiones craneoencefálicas y conmociones leves son comunes en niños,
jóvenes y adultos. La conmoción cerebral tiene muchos indicios y síntomas,
algunos de los cuales se superponen con otras afecciones. En la mayoría de las
lesiones craneoencefálicas no hay pérdida del conocimiento, pero si se produce y
49
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
dura más de 30 segundos puede indicar una lesión intracraneal más importante.
Aunque es cuestionable que los socorristas tengan o no la capacidad para identificar una lesión medular, sí pueden tener un alto índice de sospecha basado en
sucesos previos, y tratar la lesión como si efectivamente existiera lesión medular.
Resumen de los fundamentos científicos
Las publicaciones sobre el trauma craneoencefálico leve no dan una base
científica suficiente para tomar decisiones certeras sobre su gestión clínica.
Este ámbito permanece confuso debido a la poca consistencia observada en las
definiciones relativas a la severidad del caso, la especificación inadecuada de la
base de la población, y la definición variada e incompleta de los resultados. No
obstante, los datos publicados indican que 1) una pequeña proporción de niños
con lesiones mínimas y leves en la cabeza desarrollará una lesión intracraneal
de consideración; 2) en muchos estudios, aunque no en todos, se afirma que
la pérdida del conocimiento o amnesia aumenta la probabilidad de que haya
lesión; y 3) los resultados a largo plazo para niños con lesión mínima o leve
en la cabeza, sin hemorragia intracraneal significativa, son en general muy
buenos, aunque sugieren un pequeño incremento del riesgo de déficits sutiles y
específicos en determinadas aptitudes cognitivas.
Aproximadamente el 2% de los adultos víctimas de traumatismos por golpes
contundentes que se atienden en los servicios de urgencias sufren una lesión
en la columna vertebral; este riesgo se triplica en pacientes con traumatismo
craneofacial o una puntuación de <8 en la escala de coma de Glasgow. El
personal de los servicios médicos de urgencia y del departamento de emergencias puede identificar correctamente los mecanismos que pueden producir
una lesión medular en niños y adultos. En esas circunstancias, el personal de
los servicios médicos puede aplicar correctamente los dispositivos de inmovilización espinal, aunque no detectar con precisión indicios y síntomas de
una lesión medular real. Los resultados de estos estudios sobre la actuación
de profesionales de la salud son solo pruebas extrapoladas para las medidas
de primeros auxilios. Ningún estudio demuestra que los socorristas puedan
reconocer lesiones medulares, reales o potenciales.
Tampoco hay pruebas de que los socorristas puedan emplear correctamente
los dispositivos de inmovilización espinal. Aunque en los pacientes hospitalizados el hecho que no se detecte una lesión cervical y en consecuencia se los
inmovilice se asocia con un nivel de riesgo de daño neurológico secundario de
7 a 10, antes de la llegada al hospital no está claro que las lesiones secundarias
que se produzcan se puedan prevenir mediante dispositivos de inmovilización
espinal. En el análisis de un diagrama retrospectivo de 5 años, con un análisis
de variables múltiples, se compararon los pacientes con lesiones traumáticas
en la columna vertebral o en la médula espinal ingresados en un hospital de
traumatología en Malasia, con pacientes con lesiones similares ingresados en
un hospital de traumatología de los Estados Unidos. Los médicos, que desconocían el hospital de origen, hallaron menos pruebas de discapacidad neurológica
en los pacientes de Malasia, que fueron transportados sin inmovilización de la
columna, que en los pacientes de los Estados Unidos, a los que sí se aplicaron
dispositivos de inmovilización espinal.
Algunos elementos mostrarían que los dispositivos de inmovilización espinal
pueden incluso ser perjudiciales. Un análisis de un diagrama retrospectivo
determinó que los dispositivos de inmovilización espinal enmascaraban
lesiones que podían ser mortales. Además, la inmovilización espinal sobre una
tabla restringía la función pulmonar en adultos y niños sanos. La aplicación de
50
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02. Directrices sobre primeros auxilios
un collarín cervical aumentaba la presión intracraneal en individuos sanos y en
víctimas con lesiones cerebrales traumáticas.
Referencias: 225-283
Directrices
Conmoción cerebral
• Las personas con una conmoción cerebral deben descansar, tanto física como
cognitivamente, hasta que sus síntomas hayan desaparecido, tanto en reposo
como en esfuerzo (recomendado**).
• Cualquier persona que sufra una conmoción cerebral debe someterse a la
evaluación por parte de un profesional de la salud, de ser posible con experiencia en el tratamiento de ese tipo de afección, y no hacer deporte o realizar
otra actividad física hasta que reciba autorización médica (recomendado**).
• Las personas con conmoción cerebral no deben hacer deporte o realizar una
actividad física mientras persistan los síntomas, tanto en reposo como en
esfuerzo (recomendado**).
• Los deportistas tampoco deben volver a practicar deporte el mismo día que
han sufrido una conmoción cerebral, incluso si no presentan síntomas (recomendado**).
Traumatismo craneoencefálico
• Cualquier traumatismo craneoencefálico con pérdida del conocimiento superior a 1 minuto debe ser examinado de urgencia por un profesional médico y
recibir atención (obligatorio***).
• Las víctimas de una lesión cerrada leve en la cabeza, con breve pérdida del
conocimiento (1 minuto) deben ser examinadas por un profesional médico y
permanecer en observación (recomendado**).
• El periodo de observación deberá llevarse a cabo en la oficina, clínica, servicio
de urgencias, hospital o casa, bajo el cuidado de una persona competente
(recomendado**).
• Las víctimas de una lesión craneoencefálica cerrada leve sin pérdida del conocimiento pueden permanecer en observación en casa bajo el cuidado de una
persona competente (opcional*).
Lesión medular
• Teniendo en cuenta las graves consecuencias de una lesión de médula espinal,
la mayoría de los expertos coinciden en que el objetivo en el tratamiento precoz
debe ser restringir los movimientos de la columna. Si existe una posibilidad
de lesión medular, los socorristas deben inmovilizar la columna vertebral
mediante la estabilización manual (recomendado**).
• Ante la ausencia de pruebas que apoyen el uso de dispositivos de inmovilización en los primeros auxilios, y la existencia de elementos que indican un
daño potencial en caso de usarlos, incluso por parte de profesionales de la
salud, los socorristas deben abstenerse de emplear dispositivos de inmovilización espinal a menos que estén específicamente capacitados (recomendado**).
• Los dispositivos de inmovilización espinal solo deben ser utilizados por
personal especialmente capacitado, o en lugares remotos donde sea necesario
rescatar a la víctima en condiciones muy difíciles (opcional*).
• Los socorristas no están en condiciones de identificar de forma concluyente
una lesión medular, pero pueden sospechar su existencia si la víctima lesionada presenta alguno de los siguientes factores de riesgo: (recomendado**)
• edad ≥ 65 años;
• conductor, pasajero o peatón en un accidente con vehículos a motor,
ciclomotores o bicicletas;
51
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
• caída de una altura superior a la estatura de la persona;
• hormigueo en las extremidades;
• dolor o sensibilidad en el cuello o la espalda;
• déficit sensorial o debilidad muscular en la parte superior del torso o las
extremidades;
• falta de lucidez o intoxicación;
• otras lesiones dolorosas, sobre todo en la cabeza y el cuello;
• niños <3 años de edad con muestras de traumatismos en el cuello o la
cabeza.
• Los socorristas deben partir del supuesto de que todas las víctimas con una
lesión craneoencefálica pueden tener una lesión en la médula espinal (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
Ante la sospecha de una lesión medular, es importante tener en cuenta los
protocolos locales, la dirección médica, la respuesta de los servicios médicos
de urgencia y la distancia con respecto al centro hospitalario al que se vaya
a transportar a la víctima, que pueden condicionar las medidas específicas a
tomar.
Las lesiones craneoencefálicas presentan varios niveles, desde lesiones leves,
en que no hay pérdida del conocimiento, a lesiones graves. A este respecto, los
socorristas deben tener en cuenta que todas las lesiones de este tipo son graves
hasta que se demuestre lo contrario, y actuar en consecuencia. Además, todas
las lesiones en la cabeza deben ser objeto de un examen médico especializado.
Es importante tener en cuenta, y aclararlo en los programas de capacitación
(cuando se considere apropiado), que no todas las lesiones craneoencefálicas
requieren de la atención de los servicios médicos de urgencia y el transporte
inmediato de la víctima al centro de urgencias. La evaluación puede realizarse
mediante comunicación con el profesional de atención primaria de la víctima,
con posibilidad de llevar a cabo la observación en casa.
Lesiones torácicas y abdominales
Introducción
En las lesiones traumáticas es común que resulten afectados el tórax y el
abdomen. Es importante que los socorristas reconozcan estas lesiones, que
pueden ser mortales. Además de tratar las lesiones, se debe atender el choque
traumático (véase choque traumático).
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, a pesar de su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; las
siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.
Directrices
• En caso de heridas abiertas en el tórax, los socorristas pueden aplicar un
apósito simple o un vendaje oclusivo de tres lados (opcional*).
• En las lesiones en el tórax y el abdomen, los socorristas deben controlar el
choque traumático de la víctima y colocarla en una posición cómoda (recomendado**).
• En caso de lesiones abdominales abiertas, los socorristas pueden colocar
vendajes húmedos sobre la herida y mantener la temperatura corporal
52
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
para evitar la pérdida de calor (opcional*). No se debe presionar las vísceras
(recomendado**).
• Los socorristas deben estabilizar los objetos atravesados (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
Es importante tener en cuenta los protocolos locales y la dirección médica, ya
que el tratamiento de las lesiones en el abdomen y el tórax puede variar según
los países.
Lesión en una extremidad
Introducción
Este tipo de lesión, aunque no siempre es mortal, acarrea la posibilidad de
pérdida de una extremidad. Además, las fracturas de las extremidades son a
menudo dolorosas, y pueden ir acompañadas de hemorragias. Estas hemorragias pueden ser internas, en el lugar de la fractura, o externas en el caso de
fracturas abiertas; si se trata de huesos grandes, como el fémur o la pelvis, la
hemorragia causada puede ser potencialmente mortal. Por último, según la
posición de la extremidad y la índole de la lesión, puede haber dificultad para
mover a la víctima. El objetivo en el tratamiento de las fracturas de extremidades es preservar la extremidad, limitar el dolor y la hemorragia y buscar
asistencia médica adicional.
Resumen de los fundamentos científicos
Existen numerosos informes sobre los beneficios de la estabilización de lesiones
en las extremidades por parte de profesionales de la salud capacitados, pero
es imposible extrapolar estos datos a los socorristas. A esto hay que añadir
que, aunque no es una práctica común, en ocasiones también es necesario que
profesionales de la salud capacitados enderecen el hueso cuando hay fractura
angulada (medida que, además, reviste urgencia cuando están en peligro
algunas funciones neurológicas y/o circulatorias), pero no hay pruebas que
demuestren o desmientan que esa operación, practicada por un socorrista,
haya sido segura, eficaz o viable. Un estudio realizado antes del traslado al
hospital y seis estudios y revisiones realizados en hospitales no aportaron
pruebas concluyentes de que el enderezamiento (reducción) de un hueso largo
en caso de posible fractura angulada acorte el tiempo de curación o disminuya
el dolor antes de la fijación permanente. No obstante, en estos estudios, varios
autores comentaron que solo se trataron las fracturas que necesitaban alguna
técnica de fijación (frente a las fracturas que después del enderezamiento se
escayolaron y se dejaron cicatrizar). Un estudio demostró una reducción del
dolor con un entablillado de la fractura sin enderezar el hueso. Un estudio sobre
cadáveres sugirió que el enderezamiento de las fracturas anguladas disminuye
el tamaño del espacio creado en la zona afectada, lo que podría aumentar la
presión en la misma, pero la pertinencia de esta afirmación es cuestionable en
personas vivas. En un único estudio sobre entablillado por adherencia en niños
con fracturas apartadas de huesos largos, el entablillado no impidió que en
ocasiones aparecieran problemas hemodinámicos.
No hay pruebas que apoyen la supuesta inocuidad, eficacia o viabilidad de la
compresión practicada por un socorrista en una extremidad lesionada. Aunque
se acepta ampliamente que esa operación disminuye el edema, la cuestión no
se ha sometido a ensayos aleatorios. Un pequeño estudio con análisis Doppler
del f lujo sanguíneo en los dedos de los pies realizado sobre diez mujeres
voluntarias sanas sugirió que la compresión circunferencial moderada puede
53
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
afectar negativamente el flujo de sangre distal (de los dedos del pie), pero esta
información debe extrapolarse al ámbito de los primeros auxilios. Además,
no se realizaron estudios sobre los efectos de la compresión en una fractura
sin diagnosticar; con todo, los expertos opinaron que esa compresión, como
mínimo, aumentaría el dolor.
El principio básico en primeros auxilios para las lesiones en los tejidos blandos
es reducir la hemorragia, el edema y el dolor. Se ha demostrado que la terapia
con frío es eficaz para reducir el edema, tanto en estudios con animales como
con humanos; de forma experimental, también se ha reducido la temperatura
de varios tejidos, incluyendo músculos y articulaciones en personas sanas y
en postoperatorio. La terapia con hielo también contribuye a reducir el flujo
sanguíneo arterial y de los tejidos blandos junto con el metabolismo óseo, como
se desprende de los estudios de diagnóstico por imagen de medicina nuclear;
además, al parecer dependería del momento de aplicación. Estos efectos también
se han observado en lesiones de tejidos blandos asociados con fracturas.
La aplicación de hielo atenúa eficazmente el dolor, la hinchazón y la duración
de la discapacidad después de una lesión en tejidos blandos. Hay pruebas fehacientes de que la terapia con frío reduce el edema. Un estudio postoperatorio de
la reconstrucción del ligamento cruzado anterior indicó que la terapia con frío
no aportaba ningún beneficio objetivo en el período postoperatorio en términos
de duración de la estancia hospitalaria, movilidad, uso de medicamentos contra
el dolor y drenaje. No obstante, en el grupo de pacientes tratados con bolsas
de hielo se observó una tendencia de disminución de los medicamentos orales
contra el dolor. También pueden ser eficaces otros tipos de terapia con frío, como
el gel frío, bolsas de guisantes congelados y otros sistemas de aplicación de frío
con fines terapéuticos. Algunos estudios demostraron que los paquetes de gel
recongelables no son eficientes. Las modalidades de tratamiento con frío en que
la temperatura varía gradualmente parecen ser más eficaces para disminuir el
calor del tejido.
Referencias: 284-304
Directrices
• Los socorristas deben tener en cuenta que cualquier lesión en una extremidad
puede consistir en una posible fractura ósea, y estabilizar manualmente la
extremidad lesionada en la posición en que la encontraron (recomendado**).
• Cuando la víctima se encuentre en lugares distantes, zonas poco habitadas o
circunstancias especiales, y presente una extremidad fría y pálida, los socorristas capacitados pueden considerar enderezar el hueso en caso de fractura
angulada (opcional*).
• En caso de esguince en las articulaciones y una lesión en tejidos blandos,
conviene aplicar frío, de preferencia mediante una terapia con frío en que la
variación de la temperatura sea gradual (recomendado**).
• El frío no se debe aplicar >20 minutos (recomendado**).
• No hay suficiente información para realizar recomendaciones sobre la
frecuencia, la duración y el momento inicial óptimos de la crioterapia después
de una lesión aguda (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
No hay suficiente información para realizar recomendaciones sobre la frecuencia,
la duración y el momento inicial óptimos de la crioterapia después de una lesión
aguda. Muchos libros de texto no son coherentes en sus recomendaciones relativas a la duración, la frecuencia y la duración del tratamiento con hielo.
54
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
Es importante comprender el significado de cambio de fase. Para evitar lesiones
a causa del frío en la piel y los nervios superficiales, es mejor limitar la aplicación de hielo a períodos de ≤20 minutos, y emplear una barrera protectora. Un
trapo húmedo o una bolsa de plástico a modo de protección pueden resultar
ideales, pues el frío no se transmite con la misma eficacia a través de vendas
elásticas acolchadas. Se debe actuar con precaución cuando se aplique hielo a
una lesión en una víctima con poca grasa subcutánea, especialmente en las
zonas de los nervios periféricos superficiales.
La reducción de las fracturas anguladas requiere una capacitación específica,
y los socorristas deben ser conscientes de las condiciones específicas de los
servicios médicos de urgencia y de la distancia que separa a la víctima de una
atención médica adicional, así como del cumplimiento con los protocolos locales
y la dirección médica.
Heridas y abrasiones
Introducción
Una de las lesiones más comunes con que se encuentran los socorristas, sobre
todo en el entorno familiar, son las heridas y abrasiones. A menudo no es necesario acudir a un servicio de urgencias, y los socorristas pueden atenderlas en
el mismo hogar, pero siempre en contacto con un profesional de la salud. Se
pueden aplicar tratamientos sencillos basados en la experiencia.
Resumen de los fundamentos científicos
En la atención prehospitalaria y hospitalaria frecuentemente se utiliza líquido
para limpiar las heridas. Hay pruebas concluyentes de estudios en humanos y
animales que demuestran que la aplicación de agua corriente y limpia del grifo
en la herida es al menos tan eficaz como la aplicación de una solución salina
normal, e incluso puede ser mejor. En un metaanálisis de Cochrane, un pequeño
estudio aleatorio en humanos y una serie de casos también en humanos, la
aplicación de agua corriente del grifo resultó más eficaz que la irrigación con
una solución salina para la cicatrización de heridas y la reducción de las tasas
de infección. En un pequeño estudio aleatorio en humanos, la aplicación de
agua del grifo dio como resultado una tasa de infección de las heridas igual a
la observada después de la aplicación de una solución salina normal. Aunque
muchos de estos estudios se realizaron en centros de salud, los socorristas
suelen tener fácil acceso al agua del grifo fuera de un hospital.
Las pruebas de siete ensayos clínicos, un metaanálisis de laceraciones traumáticas simples atendidas en el servicio de urgencias y seis estudios en animales
demostraron los beneficios de la irrigación; los factores determinantes parecen
ser el volumen (superior a 1.000 ml) y la presión. En un pequeño estudio adicional,
la aplicación de agua a la temperatura del cuerpo se toleró mejor que las soluciones frías. Además, estos estudios mostraron que el agua del grifo es igual a
otras fuentes de irrigación en lo que respecta a la aparición de infecciones.
En este sentido, un estudio clínico no mostró ninguna ventaja de la aplicación
de agua y jabón a una herida abierta. Igualmente, varios estudios y un experimento con células aisladas evidenciaron una posible toxicidad de las células
cuando se exponen directamente a agua y jabón. Esto puede tener relación con
la aplicación directa de jabón en una herida abierta. No obstante, hay abundante
literatura que apoya el uso de agua y jabón para reducir el recuento bacteriano
de la piel cuando se aplica en heridas cerradas.
55
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Dos estudios prospectivos aleatorios controlados compararon la eficacia de
una pomada antibiótica triple con la de una pomada antibiótica sencilla o con
la no aplicación de pomada en condiciones comparables a las observadas en
casos de primeros auxilios. En un estudio con voluntarios humanos en que
la pomada se aplicó a las ampollas químicas intradérmicas inoculadas con
Staphylococcus aureus, las ampollas contaminadas tratadas con una pomada
antibiótica triple se curaron mucho más rápido y con una menor tasa de
infección que las tratadas con una pomada antibiótica sencilla o sin pomada.
La aplicación de la pomada antibiótica triple o la sencilla dieron mejores
resultados que la ausencia de tratamiento en la cicatrización de las ampollas
infectadas. Varios de estos estudios se vieron complicados por la limpieza
inicial con soluciones antisépticas, lo que pudo sesgar los resultados de la
pomada antibiótica, aunque también apoyar, por otro lado, la utilidad de las
soluciones antisépticas. En un estudio con 59 niños en una guardería rural, la
aplicación de pomada antibiótica triple en zonas de la piel con lesiones leves
(por ejemplo, picaduras de mosquito o abrasiones) dio lugar a tasas más bajas
de pioderma estreptocócico (una infección de la piel) que la aplicación de una
pomada placebo (15% versus 47%). La aplicación de la pomada antibiótica puede
eliminar los estafilococos coagulasa-negativos que subyacen bajo la superficie
de la piel, pero estos estudios no permiten extrapolar sus efectos a la infección
de la herida y la curación.
Los resultados de tres estudios en humanos y dos en animales mostraron
un tiempo de curación menor en aquellas abrasiones tratadas con cualquier
tipo de vendaje oclusivo o antibiótico de uso tópico que en aquellas en que
no hubo vendaje ni antibiótico. Diversos estudios sobre heridas creadas por
intervenciones quirúrgicas también apoyaron el uso de agentes tópicos, aunque
podría ser cuestionable con las heridas producidas de otra manera. Dos de
estos estudios demostraron que la aplicación de antibióticos triples da un mejor
resultado en la cicatrización y los cambios de pigmentación que la no aplicación
de pomada. Sin embargo, habría que preguntarse si en condiciones de esterilización se obtendrían resultados similares en las heridas espontáneas y las
heridas creadas quirúrgicamente.
Referencias: 305-333
Directrices
• Se debe aplicar agua limpia, de preferencia agua del grifo, que tiene la ventaja
de salir a presión, sobre las heridas superficiales y las abrasiones (recomendado**).
• Los socorristas deben aplicar una pomada antibiótica sobre las abrasiones de
la piel y las heridas para promover una curación más rápida y reducir el riesgo
de infección (recomendado**).
• Los socorristas deben aplicar un vendaje oclusivo a las heridas y abrasiones,
con o sin pomada antibiótica (recomendado**).
• Puede ser preferible usar una pomada antibiótica de triple agente que una
pomada o crema antibiótica doble o sencilla (opcional*).
• En caso de no usar antibióticos, se podría utilizar un antiséptico (opcional*).
• Existen algunas pruebas de que los enfoques tradicionales, entre ellos la miel,
son beneficiosos, por lo que los socorristas pueden utilizarlos en las heridas
(opcional*).
56
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Consideraciones relativas a la aplicación
La aplicación de estas directrices sobre el uso de una pomada antibiótica tópica
depende de la reglamentación a nivel local, por ejemplo, la influencia de las
Sociedades Nacionales en la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna
Roja y el nivel de educación y competencia de los socorristas en el contexto
nacional. En los programas de capacitación deben examinarse otras soluciones
sustitutivas del vendaje oclusivo.
Lesiones dentales
Introducción
Las lesiones dentales, especialmente en niños, son problemas comunes para los
socorristas.
Resumen de los fundamentos científicos
Un artículo sobre la opinión de expertos y las pruebas extrapoladas de un
estudio publicado en varios medios sobre la supervivencia de fibroblastos
labiales preconizan la colocación de los dientes fracturados en leche hasta su
reimplantación o hasta que se pueda ofrecer a la víctima otra solución definitiva. El consenso de los expertos es que el posible daño que encierra el intento
de reimplantar un diente fracturado es mayor que el eventual beneficio.
Referencias: 334-337
Directrices
No se recomienda a los socorristas reimplantar un diente fracturado (opcional*).
Se puede guardar el diente fracturado en leche y llevarlo encima mientras se
transporta a la víctima lesionada al dentista, lo que debe hacerse cuanto antes
(opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
El tratamiento de primeros auxilios para un diente fracturado incluye:
• limpiar la herida (o heridas) sangrante con una solución salina o agua del grifo;
• detener la hemorragia aplicando presión con una gasa o algodón;
• manipular el diente por la corona, no por la raíz, es decir, no manipular la
parte que está debajo de la línea de las encías;
• colocar el diente en leche, o si no se dispone de leche, en agua;
• tratar de que un dentista examine a la víctima tan pronto como sea posible.
Lesiones oculares
Introducción
Las lesiones oculares no son frecuentes, pero los socorristas pueden encontrarse
con algunos casos. Si se trata de lesiones oculares por productos químicos, véase
el apartado quemaduras (productos químicos).
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; la
siguiente directriz se basa en opiniones de expertos.
57
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Directriz
• Si hay un objeto clavado en un ojo, conviene dejarlo en su lugar y reducir al
mínimo la movilidad del ojo (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
La directriz que recomienda minimizar el movimiento del ojo (por ejemplo,
cubriendo un solo ojo en lugar de los dos) se aplicará con arreglo a la reglamentación local, lo que incluye la influencia de las Sociedades Nacionales en
la regulación, la protección en materia de responsabilidad civil, la capacidad
de la Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja y el nivel de educación y
competencia de los socorristas en el contexto nacional.
Problemas de salud relacionados
con el medio ambiente
El medio ambiente puede tener repercusiones drásticas sobre la salud y la vida,
especialmente en los jóvenes, ancianos y personas con enfermedades crónicas.
Los cursos de primeros auxilios deben guiar a los participantes en el manejo
de los factores ambientales y la necesidad de incorporar las consideraciones y
adaptaciones locales que sean necesarias cuando se trata de lugares remotos y
zonas no habitadas.
Problemas de salud causados por el frío
La exposición del cuerpo al frío puede causar daños directos a los tejidos, como
congelación, o provocar una hipotermia general.
Congelación
Introducción
En la congelación, se producen daños locales en la piel y otros tejidos debido al
frío extremo. Las probabilidades de congelación son mayores en las partes del
cuerpo más alejadas del corazón y en las grandes zonas expuestas. Cuando la
temperatura es de 0º C (32º F) o inferior, los vasos sanguíneos cercanos a la piel
comienzan a contraerse. Esa misma reacción puede producirse también por la
exposición a fuertes vientos. La constricción de los vasos ayuda a conservar
la temperatura básica del cuerpo. En situaciones de frío extremo, o cuando el
cuerpo permanece expuesto al frío durante largos períodos, esta estrategia de
protección puede reducir el flujo sanguíneo en algunas zonas del cuerpo hasta
niveles peligrosamente bajos.
Resumen de los fundamentos científicos
La investigación científica muestra que el rápido recalentamiento con baños
de agua entre 37º y 42º C [98,6º y 107,6º F] durante 20-30 minutos mejora el
resultado. Confirman esta práctica muchos modelos elaborados en el caso de
animales y varias series de casos en que el resultado fue una reducción de la
pérdida de tejido. Cabe destacar que, según una serie de estudios modelo, el
uso de dispositivos químicos de calor para calentar pies y manos generó temperaturas muy por encima de la gama mencionada (69º-74º C [156º-165º F]). Por
último, dos series de casos aconsejan precaución ante el riesgo de recalentar
esos dispositivos cuando ya se los ha calentado una vez.
58
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
Varios estudios en los que se administró un antiinflamatorio tópico o un tratamiento general con fármacos no aportaron pruebas claras de los beneficios de
estos tratamientos.
Referencias: 338-357
Directrices
• Cuando se prestan primeros auxilios a una víctima de congelación solo se
deben recalentar las partes del cuerpo congeladas si no hay riesgo de una
nueva congelación (recomendado**).
• En una congelación severa, el recalentamiento debe realizarse dentro de las
primeras 24 horas (recomendado**).
• El recalentamiento debe lograrse mediante la inmersión de la parte afectada
en agua entre 37º C (es decir, la temperatura del cuerpo) y 40º C (98,6º F y 104º
F) durante 20-30 minutos (recomendado**).
• No se deben colocar calentadores químicos directamente sobre el tejido congelado, ya que pueden alcanzar temperaturas que ocasionarían quemaduras y
sobrepasarían las temperaturas deseables (recomendado**).
• Después del recalentamiento, los esfuerzos se pueden orientar a proteger las
partes congeladas para evitar una nueva congelación, y a transportar rápidamente a la víctima para que reciba cuidados adicionales (opcional*).
• Las partes del cuerpo afectadas pueden cubrirse con una gasa estéril o una
gasa colocada entre los dedos hasta que la víctima pueda recibir atención
médica (opcional*).
• No se recomienda el uso de antiinflamatorios no esteroideos para el tratamiento de la congelación como parte de los primeros auxilios debido a los
posibles efectos secundarios de estos medicamentos (por ejemplo, alergias o
sangrado de úlcera gástrica) (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
Se deben mostrar fotos de casos de congelación con fines didácticos, ya que la
congelación no es frecuente, ni siquiera en las regiones alpinas.
Hipotermia
Introducción
La hipotermia es un fenómeno que puede darse cuando todo cuerpo se expone
al frío, y se define como el estado en que la temperatura básica desciende
por debajo de la requerida para la actividad normal del metabolismo y de las
funciones corporales, es decir, por debajo de 35º C (95º F).
Resumen de los fundamentos científicos
Un estudio apoya el recalentamiento activo en víctimas de hipotermia sin
temblores mediante el uso de una manta calefactora en vez de una manta metálica. Igualmente, un estudio apoya el uso de dispositivos de recalentamiento
activo frente al recalentamiento pasivo cuando se trata de víctimas de hipotermia sin temblores. No obstante, cuando se trata de víctimas de hipotermia
leve, otro estudio muestra poca diferencia en la velocidad de recalentamiento
entre el uso de una manta o de alguno de los dos dispositivos activos mencionados.
Referencias: 358-360
59
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Directrices
• Las víctimas de hipotermia que reaccionan y muestran fuertes temblores se
deben recalentar pasivamente con una manta de fibra de poliéster (recomendado**).
• En las víctimas de hipotermia sin temblores, se debe empezar con el calentamiento activo con una manta calefactora, si se dispone de ella (recomendado**).
• Si la víctima reacciona y muestra temblores, pero no se dispone de una manta
de fibra de poliéster para el recalentamiento pasivo, existen otras opciones
como cualquier manta seca, ropa seca y caliente o una manta reflectante o
metálica (opcional*).
• Si la víctima no presenta temblores y no se dispone de una manta calefactora,
existen otras opciones, entre ellas una botella de agua caliente, almohadillas
térmicas o piedras calientes. Estas no se deben aplicar directamente sobre la
piel para no provocar quemaduras (opcional*).
• En todos los casos, se debe tratar a las víctimas con cuidado, alejándolas del
frío y quitándoles la ropa mojada; si sufren una hipotermia entre moderada
y severa, se les debe cortar la ropa para limitar al mínimo sus movimientos
(recomendado**).
• Se debe procurar entonces aislar a la víctima y proporcionarle si es posible
una barrera de vapor para minimizar la pérdida de calor por conducción o
convección y por evaporación, respectivamente (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
En los cursos de primeros auxilios podría ser conveniente incorporar información sobre las siguientes cuestiones:
• comportamiento seguro en la montaña y durante la práctica de deportes de
invierno para prevenir la hipotermia y la congelación;
• seguridad para reducir el riesgo de ser víctima de una avalancha mediante
la educación de los participantes sobre las señales locales de advertencia de
avalanchas y sobre comportamientos seguros (por ejemplo, no utilizar las
pistas de esquí cerradas);
• formas de llamar para pedir ayuda de emergencia en la montaña.
La hipotermia es un fenómeno que puede darse cuando todo el cuerpo se
expone al frío, y se define como el estado en que la temperatura básica
desciende por debajo de la requerida para la actividad normal del metabolismo y de las funciones corporales, es decir, por debajo de 35º C (95º F). Si el
cuerpo se expone al frío y sus mecanismos internos no son capaces de reponer
la pérdida de calor, la temperatura corporal baja. Cuando la temperatura del
cuerpo disminuye, se producen síntomas característicos como temblores,
taquicardia y taquipnea, todas ellas respuestas fisiológicas para conservar el
calor. También puede aparecer confusión mental. Más tarde, se hace evidente
una falta de coordinación, los movimientos se vuelven lentos y costosos y
la persona muestra un caminar vacilante y un leve estado de confusión. La
víctima palidece y es posible que sus labios, orejas y dedos de las manos y de
los pies adquieran un tono azulado. En etapas posteriores puede comenzar a
manifestarse la amnesia, así como la imposibilidad de utilizar las manos. La
piel expuesta de la víctima se vuelve azul y se hincha, la coordinación muscular
se debilita considerablemente, le es casi imposible caminar y empieza a exhibir
un comportamiento incoherente o irracional, como hacerse un ovillo o mostrar
estupor.
60
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Problemas de salud causados por el calor
Si el cuerpo se expone al calor, o el cuerpo genera calor y es incapaz de liberarlo,
pueden desarrollarse varios problemas relacionados con la salud, por ejemplo
cambios en la actividad mental, pérdida de electrolitos causada por la sudoración intensa, calambres debidos al calor o por la influencia directa del sol, y
deshidratación debida a la pérdida de líquidos.
Golpe de calor
Introducción
El golpe de calor es una forma de hipertermia, una temperatura corporal
anormalmente alta y pérdida de la capacidad para regular la temperatura,
todo acompañado de síntomas físicos y neurológicos. El cuerpo no es capaz de
disipar el calor, y la temperatura del cuerpo sube, a veces hasta 41,1ºC (106º F)
e incluso más.
Resumen de los fundamentos científicos
Las pruebas obtenidas a partir de ensayos clínicos confirman que la intervención adecuada ante un golpe de calor es aplicar frío a la víctima. Los elementos
aportados por varios estudios aconsejan la inmersión de la víctima en agua,
independientemente de la temperatura, como tratamiento de un golpe de calor.
No se consideran tan eficaces otros métodos de enfriamiento (aire, bolsas de
hielo, pulverización con agua), como revelan diversos estudios en los que las
tasas de enfriamiento conseguidas con esos métodos son significativamente
inferiores a las de la inmersión en agua. Algunos de estos estudios aconsejan
actuar con precaución para no enfriar el cuerpo por debajo de la temperatura
corporal normal.
Referencias: 361-375
Directrices
• Se debe enfriar inmediatamente a las víctimas de un golpe de calor por todos
los medios al alcance (obligatorio***).
• Los socorristas deben sumergir a la víctima hasta la barbilla en agua lo más
fría posible (recomendado**).
• Es preferible usar agua en circulación que agua estancada (recomendado**).
• Si no es posible sumergir inmediatamente en agua a la víctima de un golpe de
calor, hay que mojarla con grandes cantidades de agua fría, rociarla con agua,
enfriarla con un ventilador, cubrirla con toallas congeladas o ponerle bolsas
de hielo sobre el cuerpo (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
La deshidratación puede empeorar las emergencias causadas por el calor y
acelerar la progresión a un golpe de calor. Una persona deshidratada no puede
sudar lo suficientemente rápido como para disipar el calor, lo que hace que se
eleve la temperatura corporal.
Los indicios y síntomas del golpe de calor abarcan:
• comportamiento extraño, dolor de cabeza, mareos, alucinaciones, confusión,
agitación, desorientación, coma;
• alta temperatura corporal;
• ausencia de sudoración, con la piel reseca al rojo vivo o enrojecida;
• pulso rápido, dificultad para respirar;
• náuseas, vómitos, fatiga, debilidad.
61
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Agotamiento y desmayo (síncope) a causa del calor
Introducción
El agotamiento por calor es una forma leve de enfermedad producida por el
calor que se puede desarrollar tras una exposición a altas temperaturas y una
inadecuada o insuficiente reposición de líquidos.
Resumen de los fundamentos científicos
Las pruebas de cinco ensayos controlados apoyan la práctica de la rehidratación
oral. Diez estudios de observación de casos y la opinión de los expertos apoyan
la rehidratación con una solución salina para tratar la pérdida de agua y sodio
cuando se sufre un golpe de calor. Diez estudios de observación de casos y la
opinión de los expertos también apoyan el enfriamiento por evaporación, así
como acostar al paciente y ponerle los pies en alto para mejorar a las insuficiencias circulatorias. Aunque no se han evaluado estos tratamientos en estudios
controlados, son de naturaleza benigna y se pueden aplicar con seguridad en
caso de desmayo o agotamiento a causa del calor.
Referencias: 376-395
Directrices
• El agotamiento a causa del calor se debe tratar mediante la rehidratación oral
con una bebida que contenga sal (recomendado**).
• Si es posible, se debe sacar a las víctimas de agotamiento del ambiente caluroso y/o enfriarlas con un ventilador, aplicando bolsas de hielo, o rociándolas
con agua (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
Las soluciones de rehidratación oral para la pérdida de líquidos a causa del calor
o del ejercicio pueden tener composiciones diferentes a las soluciones utilizadas
para las pérdidas a causa de la diarrea.
Los signos del agotamiento a causa del calor son los siguientes:
• sudoración intensa;
• palidez;
• calambres musculares;
• cansancio, debilidad;
• mareos;
• dolor de cabeza;
• náuseas o vómitos;
• desvanecimiento;
• piel fría y húmeda;
• pulso débil, acelerado.
Si el agotamiento por calor no se trata puede convertirse en un golpe de calor.
Calambres a causa del calor
Introducción
Los calambres causados por el calor son calambres musculares dolorosos e involuntarios que pueden darse durante y después del ejercicio físico o del trabajo
en un ambiente caluroso. Los músculos más frecuentemente afectados son los
62
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02. Directrices sobre primeros auxilios
de las pantorrillas, brazos, pared abdominal y espalda, aunque estos calambres
pueden afectar a cualquier grupo de músculos que participe en el ejercicio. Los
calambres por calor dan como resultado la pérdida de una gran cantidad de sal
y agua debido a la sudoración intensa causada por el ejercicio físico o el trabajo,
sobre todo cuando se reemplaza el agua pero no la sal o el potasio.
Resumen de los fundamentos científicos
Las pruebas de tres ensayos controlados y ocho series de casos demuestran que
los calambres se alivian mediante la rehidratación con bebidas que contienen
sal. Seis estudios sin controles adecuados demostraron que los calambres
también se pueden aliviar con estiramientos y aplicación de hielo.
Referencias: 396-410
Directrices
• Se debe alentar a las víctimas de calambres producidos por el calor a que
ingieran una bebida que contenga sal (recomendado**).
• Mientras las víctimas de estos calambres ingieren líquidos se les pueden
estirar los músculos afectados. La aplicación de hielo y el masaje de los
músculos durante el estiramiento también pueden ser útiles (opcional*).
Administración de líquidos para el tratamiento de la
deshidratación (de origen no ambiental, salvo la debida al calor)
Introducción
La deshidratación puede producirse por el calor y/o el ejercicio; el tratamiento
de la deshidratación producida por estas causas es un asunto importante para
los socorristas.
Resumen de los fundamentos científicos
Los estudios revisados incluyeron exámenes retrospectivos y ejercicios con
voluntarios sanos en los que se indujo una deshidratación leve mediante
ejercicio. Varios estudios, entre ellos 12 estudios controlados, apoyaron el uso
de bebidas con carbohidratos. Estos y otros estudios indican que el volumen
requerido debe ser por lo menos igual al volumen perdido, si no mayor. Estudios
adicionales han demostrado que las bebidas con carbohidratos y electrolitos
dan mejores resultados que el agua en términos de volumen intravascular y
alteración de la producción de orina. No obstante, el agua sigue siendo eficaz en
la rehidratación. Otros estudios han demostrado que la deshidratación inducida
por el ejercicio necesita una composición ligeramente diferente de electrolitos
de carbohidratos que la que precisan las pérdidas diarreicas. Además, en cinco
estudios la vía oral se reveló tan eficaz como la vía intravenosa.
Referencias: 411-428
Directrices
• El mejor tratamiento para la rehidratación después de la deshidratación inducida por el ejercicio es la ingesta de líquidos por vía oral (obligatorio***).
• El mejor líquido para la rehidratación es una bebida con electrolitos de carbohidratos, pero si no se dispone de una se debe emplear agua (recomendado**).
• La cantidad de líquido suministrado por vía oral para la rehidratación debe
ser superior a la cantidad de líquido perdido (recomendado**).
63
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Consideraciones relativas a la aplicación
Los tipos de líquidos para rehidratación oral varían de un país a otro. Por lo
tanto, es importante que los materiales educativos informen de las soluciones
preparadas disponibles a nivel local y de la forma de crear soluciones cuando
no se dispone de líquidos prepreparados. Además, es importante saber que
los líquidos de rehidratación oral se elaboran normalmente pensando en las
pérdidas diarreicas y son diferentes de las “bebidas deportivas”, que están diseñadas principalmente para combatir la transpiración y la pérdida insensible de
agua durante el ejercicio.
• Dar consejos para prevenir la deshidratación, por ejemplo, no exponer la
cabeza ni el cuerpo a un calor excesivo, especialmente si no se está habituado
a un clima cálido (por ejemplo, un turista procedente de un país con temperaturas moderadas que va de vacaciones al trópico).
• Usar un sombrero (especialmente los niños pequeños y bebés).
• Usar ropa fresca que permita la circulación del aire.
• Beber lo suficiente durante el día, aumentar la ingesta habitual de líquido por
lo menos en 1-2 litros.
• Evitar las actividades deportivas de larga duración alrededor del mediodía o
las horas de la siesta.
• Aplicar a la piel filtros solares de alta protección.
• Dar tiempo al cuerpo para adaptarse al medio ambiente, especialmente las
personas no acostumbradas a un clima cálido y húmedo.
Problemas de salud causados por la altitud
Introducción
Si bien comúnmente no se la percibe como un peligro, la altitud puede causar
problemas de salud. El grupo de problemas se conoce como mal de altura, e
incluye el mal agudo de montaña, el edema pulmonar por altura y el edema
cerebral por altura. Estas afecciones representan el efecto patológico de la
altitud causado por la exposición aguda a una baja presión parcial de oxígeno a
gran altura.
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios;
las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.
Directrices
• Las víctimas del mal agudo de montaña deben descender o detener el ascenso
y esperar a que mejoren los síntomas. No se recomienda continuar el ascenso
con síntomas (recomendado**).
• Las víctimas de edema pulmonar por altura y edema cerebral por altura deben
descender lo antes posible (recomendado**).
• Los escaladores u otras personas con experiencia pueden, después de que
desaparezcan los síntomas, continuar el ascenso si para salir es preciso
ascender antes de descender, pero si la enfermedad progresa el descenso es
obligatorio (opcional*).
• Los socorristas adestrados en el uso del oxígeno pueden administrarlo a las
víctimas de mal agudo de montaña, edema pulmonar por altura y el edema
cerebral por altura (opcional*).
64
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
• Los socorristas pueden ayudar a las víctimas administrándoles sus
medicamentos recetados para el mal de altura, como la acetazolamida o
dexametasona, en base a las instrucciones del prospecto (opcional*).
• Los socorristas deben proteger a las víctimas del mal de altura del frío o
calor excesivos (recomendado**). Esto es especialmente importante para las
víctimas del edema pulmonar por altura.
Referencia: 429
Consideraciones relativas a la aplicación
Los turistas, especialmente aquellos con afecciones médicas anteriores, que
ascienden a una gran altitud rápidamente (por ejemplo, cuando usan funiculares para llegar a las cimas de las altas montañas), pueden desarrollar el mal
agudo de montaña o de altura. También se pueden observar los síntomas en
los deportistas de montaña adiestrados y experimentados al llegar a grandes
alturas, como las que hay en la región del Himalaya. El esfuerzo físico o las
afecciones médicas crónicas concurrentes aumentan el riesgo de sufrir el mal
agudo de montaña o de altura.
Las afecciones relacionadas con la altura se producen cuando las personas que
se encuentran a gran altitud no tienen suficiente oxígeno en la sangre (hipoxia),
porque la presión barométrica del aire es demasiado baja. A medida que aumenta
la altitud, el aire se hace más “delgado” y se inhala menos oxígeno con cada
respiración. El problema de altura más común es el mal agudo de montaña. Esta
afección se produce comúnmente en una persona que acaba de llegar recientemente a una altitud de 6.500-8.000 pies (aproximadamente 1.980-2.440 metros).
Si los signos y síntomas del mal agudo de montaña aparecen en altitudes más
bajas, pueden ser el resultado de otras afecciones, tales como deshidratación o
golpe de calor. Si no se trata, el mal agudo de montaña puede evolucionar a afecciones más severas, como el edema pulmonar o el edema cerebral por altura.
Este último es causado por la acumulación de líquido en el tejido cerebral. Si no
se trata, puede causar la muerte. El edema pulmonar por altura es causado por
la acumulación de líquido en los espacios de aire de los pulmones. Si se acumula
mucho líquido, la persona no puede respirar adecuadamente y puede morir.
En la mayoría de los casos de mal de altura, los síntomas son leves y pueden
incluir los siguientes:
• mareos o sensación de vahído, cansancio, dolor de cabeza;
• náuseas o vómitos;
• pulso acelerado, aumento del ritmo cardíaco;
• dificultad para respirar, que empeora con el agotamiento.
En los casos más severos del mal de altura se acumula líquido en los pulmones
(edema pulmonar) y se produce una dificultad extrema para respirar. También
puede observarse una inflamación del cerebro (edema cerebral). Esto puede
causar estado de confusión, coma y, si no se trata, la muerte. Los síntomas generalmente asociados con una afección más severa de altitud son los siguientes:
• coloración azulada de la piel (cianosis);
• opresión en el pecho o congestión;
• tos y tos con sangre;
• confusión;
• disminución de la conciencia o retraimiento de la interacción social.
Al evaluar a la víctima, es preciso observar, escuchar y sentir si se dan los
siguientes signos y síntomas.
65
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Los signos y síntomas del mal agudo de montaña incluyen:
• reciente llegada a una altitud de unos 6.500-8.000 pies (aproximadamente
1.980-2.440 metros) o más;
• dolor de cabeza;
• pérdida del apetito;
• náuseas con o sin vómitos;
• insomnio;
• lasitud (cansancio inusual o agotamiento).
Los signos y síntomas del edema cerebral agudo son:
• pérdida de coordinación, o ataxia (una persona atáxica no puede caminar en
línea recta o estar de pie erguida con los pies juntos y los ojos cerrados);
• dolor de cabeza fuerte, que no se alivia con reposo y medicación;
• cambios extraños en la personalidad;
• posibles convulsiones o coma.
Los signos y síntomas del edema pulmonar agudo incluyen:
• tos seca al principio, con dificultad para respirar, incluso en reposo;
• dificultad para respirar que se vuelve más pronunciada;
• posible dolor en el pecho;
• tos que se vuelve más productiva, y que produce en primer lugar un esputo
espumoso, y después un esputo de color rojizo.
Las personas afectadas por edema pulmonar o cerebral agudos pueden necesitar terapia hiperbárica, que es un tratamiento y no debe ser utilizado por
quienes escalan una cima como método para continuar su ascención.
En todo mal de altura la mejor terapia es el descenso. Incluso en afecciones
severas, tales como edema pulmonar o cerebral agudos, el descenso de incluso
1.000-1.500 pies (aproximadamente 305 a 460 metros) puede aliviar la enfermedad o producir una mejoría espectacular.
Problemas de salud relacionados
con animales
Los animales pueden causar múltiples problemas de salud, y en los cursos
de primeros auxilios se debe considerar este tema de acuerdo a los aspectos
epidemiológicos de la zona. Por ejemplo, es necesario impartir formación sobre
las garrapatas y la encefalitis y la borreliosis transmitidas por garrapatas solo si
estas enfermedades tienen un impacto real en el lugar. Sin embargo, como hay
muchos mitos acerca de las mordeduras de serpiente, la enseñanza de un tratamiento adecuado de primeros auxilios puede ser útil para evitar intervenciones
de primeros auxilios que sean potencialmente perjudiciales e innecesarias,
incluso si las serpientes peligrosas no son comunes en la zona.
Mordeduras de animales
Introducción
La gestión de las mordeduras de animales incluye la prevención, el tratamiento
local de la herida y la consideración de la introducción de agentes infecciosos
en la herida (por ejemplo, Clostridium tetani, la bacteria que causa el tétanos, y
la Staphylococcus aureus, que es responsable de la mayoría de las infecciones de
la piel).
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Resumen de los fundamentos científicos
La aplicación de agua en las heridas causadas por mordedura se basa en los estudios en animales para la prevención de la rabia y un estudio en humanos para
la prevención de la infección bacteriana. Aplicar agua del grifo, una solución
salina o agua y jabón fueron algunas soluciones de irrigación que mostraron
buenos resultados, aunque no se han hecho comparaciones directas entre
estas intervenciones. A pesar de las múltiples recomendaciones que figuran
en las publicaciones sobre el tema y la práctica clínica común, no se encontraron pruebas sobre los efectos del uso de povidona yodada en las mordeduras.
Además, las publicaciones estudiadas en la sección anterior relativa a las heridas
también apoyan la aplicación de agua en la herida para evitar infecciones.
Referencias: 430-432
Directrices
• Se debe aplicar agua abundante en las heridas por mordedura humana y
animal para minimizar el riesgo de infecciones bacterianas y de rabia (recomendado**).
• Se debe poner a la víctima bajo atención médica adicional tan pronto como
sea posible para una intervención quirúrgica, vacunación o terapia con medicamentos, según sea necesario (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
Un elemento esencial del tratamiento de las mordeduras de animales es la
profilaxis de la rabia. La necesidad depende del animal de que se trata, así como
de la prevalencia local de la rabia en las poblaciones de diferentes animales. El
material pedagógico debe reflejar las deliberaciones mantenidas con las autoridades locales de salud pública sobre la necesidad de profilaxis de la rabia.
Mordeduras de serpiente
Introducción
En muchos países, las mordeduras de serpientes venenosas constituyen
un grave problema de salud. Además, muchas personas muestran un temor
extremo a las serpientes y las mordeduras de serpientes. Incluso en los países
donde solo hay serpientes inofensivas, a menudo las personas sienten pánico
después de una mordedura del animal y es posible que se le apliquen medidas
de primeros auxilios que sean más perjudiciales que beneficiosas.
Resumen de los fundamentos científicos
Succión
La mayoría de los datos han demostrado que la succión no ofrece ningún
beneficio o incluso puede causar daño cuando se trata de neutralizar el envenenamiento por mordedura de serpiente. Si bien antes se pensaba que la succión
podía servir para extraer el veneno, los estudios han demostrado que no es
cierto; como mucho, y solo en un estudio, sirvió para retirar un volumen insignificante (0,04%). Las series de casos y los estudios en animales han demostrado
su poca utilidad, y un estudio adicional en animales demostró que las víctimas
a las que se había practicado la succión murieron antes que las demás. Otros
estudios con uso de dispositivos han demostrado evidencia visual de daños en
los tejidos o la posibilidad de daños.
Referencias: 433-437
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Compresión
Se ha enseñado comúnmente el uso de la compresión asistida por la inmovilización de la extremidad con la mordedura de serpiente para prevenir
la diseminación sistémica o una mayor difusión sistémica del veneno.
Desafortunadamente, dos estudios con voluntarios demostraron que la capacidad de retención de esta técnica es pobre.
Este método de compresión e inmovilización se apoya en dos estudios en
animales y uno en seres humanos. Uno de los estudios demostró la conveniencia
de un vendaje de compresión con una presión aproximada de 55 mmHg, y uno
de los modelos animales y un estudio sobre seres humanos usando veneno de
simulacro demostró que la compresión reducía el flujo linfático y la absorción
del veneno. En varios de estos estudios la compresión estaba combinada con la
inmovilización de la extremidad, y de hecho, en un estudio se puso de manifiesto que la compresión o la inmovilización utilizadas por separado no eran
útiles. Un estudio no indicó ningún resultado adverso cuando las presiones se
mantuvieron entre 40 y 70 mmHg, lo que puede determinarse de forma aproximada mediante la introducción de un dedo debajo del vendaje compresor. Una
posible preocupación acerca del uso del vendaje compresor es que el veneno
puede provocar solo efectos locales, o efectos locales que son mayores que los
efectos sistémicos, lo que en teoría agravaría la lesión local. Con todo, al menos
dos estudios en animales no corroboraron esta premisa.
Referencias: 438-443
Levantamiento de la extremidad
No hay estudios controlados, ya sea en personas o animales, para evaluar la
práctica de alzar una extremidad después del envenenamiento por mordedura
de serpiente. La única prueba que pudo encontrarse fueron estudios retrospectivos no sujetos a control sobre las maneras de atender a las personas mordidas
por una serpiente con utilización de diferentes técnicas, entre ellas la elevación
de una parte del cuerpo. Todos los estudios determinaron que las víctimas
respondieron bien a cuidados sencillos de apoyo (en lugar de antídotos), pero
ninguno en concreto se centró en la técnica de alzar la extremidad, por sí sola o
en comparación con otras intervenciones.
Referencias: 444-447
Directrices
• En caso de envenenamiento por mordedura de serpiente no conviene emplear
la succión, porque es ineficaz y puede ser perjudicial (recomendado**).
• En los primeros auxilios, después de una mordedura de serpiente se debe
neutralizar el veneno mediante la compresión y la inmovilización de las
extremidades, realizadas correctamente (recomendado**).
• Cuando se aplica compresión en caso de mordedura de serpiente, la presión
aplicada debe estar entre 40 y 70 mmHg (recomendado**). Esto se puede
verificar comprobando que hay espacio para introducir un dedo debajo del
vendaje de compresión (opcional*).
• No hay estudios que permitan formular recomendaciones a favor o en contra
de la técnica de levantar la extremidad después del envenenamiento por
mordedura de serpiente.
68
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
Consideraciones relativas a la aplicación
Los socorristas deben comunicarse con los centros biológicos locales para
recabar asesoramiento sobre los tipos de serpientes que viven en la zona y la
potencia de su veneno. La mayoría de las personas tienen muy poco conocimiento sobre las serpientes y los riesgos que conllevan. Puede ser útil mostrar
fotos de las serpientes más comunes en las diferentes regiones, tanto de
serpientes inofensivas como peligrosas.
En las regiones en que hay serpientes muy venenosas:
• Es preciso ponerse en contacto con el centro biológico local para averiguar
dónde y cómo conseguir un antídoto para las víctimas de mordeduras de
serpientes venenosas, y los tratamientos específicos que son necesarios.
• En el curso de primeros auxilios conviene incluir información sobre cómo
llegar a estos centros y/o las líneas telefónicas disponibles, así como dónde
obtener información y asesoramiento adicional.
Medusas
Introducción
El contacto con medusas puede provocar punzadas dolorosas y reacciones
alérgicas. Este problema es común en muchas playas en todo el mundo, donde
las personas que practican deportes acuáticos pueden tener contacto con
medusas. En la mayoría de los casos, se producen reacciones de picor (que a
menudo parecen quemaduras) de importancia menor, pero en algunas partes
del mundo hay especies muy peligrosas, por ejemplo, la carabela portuguesa
(Physalia physalis), la medusa de la caja o avispa de mar (Carybdea alata) y la ortiga
del mar (Chrysaora quinqecirrha).
Resumen de los fundamentos científicos
Agentes tópicos: se han evaluado agentes tópicos en general para prevenir nuevas
descargas de nematocistos y reducir el escozor agudo provocado por el contacto
con las medusas. La experiencia ha demostrado que ciertos agentes tópicos, en
especial de vinagre, en dos estudios realizados en animales, y una purina de
bicarbonato de sodio, en otro estudio, previenen o disminuyen la descarga de
más nematocistos. El vinagre (con ingrediente activo de 4,6% de ácido acético)
diluido en agua también ha demostrado ser un inhibidor eficaz de nematocistos
para la medusa de caja y el grupo de animales irukandji, que pueden tener
efectos letales. Otros estudios han señalado que los aerosoles comerciales, el
ablandador de carne y el agua dulce no reducían el dolor, y un estudio indicó
que la papaína, el ablandador de carne (por lo general papaína o bromelaína) o
el vinagre son menos eficaces que el calor para aliviar el dolor. Otros estudios
han demostrado que en el caso de la medusa azul (Physalia utriculus), el vinagre
acentúa el envenenamiento de los nematocistos.
Inmersión en agua caliente o fría: la conveniencia del agua caliente para reducir
el dolor después del contacto con una medusa se apoya en cuatro estudios.
Un solo estudio se refirió a los beneficios del agua fría, pero dos estudios no
informaron sobre un alivio significativo por acción del frío.
Inmovilización por presión: los elementos aconsejan que se evite usar la presión,
que según se ha demostrado en los dos estudios en animales, provoca una
mayor liberación de veneno, incluso en los nematocistos ya quemados.
Referencias: 448-473
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Directrices
• En las zonas donde hay medusas mortales, los socorristas deben llamar de
inmediato a los servicios médicos de urgencia y, al mismo tiempo que se
proporcionan otros tratamientos, deben evaluar y tratar las vías respiratorias,
la respiración y la circulación (recomendado**).
• Todas las zonas en contacto con medusas se deben lavar con mucho vinagre
(solución de ácido acético al 4,6%) para impedir que siga el envenenamiento y
neutralizar a los nematocistos. Si no se dispone de vinagre, se puede utilizar
en su lugar y para los mismos fines una purina de bicarbonato de sodio
(recomendado**). Esta aplicación debe hacerse tan pronto como sea posible, y
durante al menos 30 segundos. Si se identifica inequívocamente a la medusa
como medusa azul (Physalia utriculus), no se debe utilizar vinagre, ya que
provoca un mayor envenenamiento (recomendado**).
• No se recomienda la aplicación tópica de sulfato de aluminio, ablandador de
carne o agua para aliviar el dolor (recomendado**).
• Si después de un contacto con una medusa no se dispone de vinagre, los socorristas pueden retirar los tentáculos adheridos con los dedos debidamente
protegidos, y enjuagar con agua de mar la zona con escozor para eliminar las
células urticantes que sean visibles (opcional*).
• Después del tratamiento para retirar y/o neutralizar los nematocistos,
conviene una inmersión en agua caliente para reducir el dolor (recomendado**). La inmersión en agua caliente debe durar hasta que el dolor se calme,
o por lo menos 20 a 30 minutos (recomendado**).
• Si no hay agua caliente, se puede utilizar calor seco o compresas frías para
calmar el dolor (opcional*).
• En ciertas regiones, según la especie de medusas de que se trate, se puede
recurrir a la terapia de frío, en lugar de la inmersión en agua caliente, para
aliviar el dolor (opcional*).
• Para la inmersión en agua caliente, la víctima debe seguir las siguientes
instrucciones:
• tomar una ducha caliente o sumergir la parte afectada en agua caliente,
tan pronto como sea posible;
• usar el agua tan caliente como se pueda tolerar, o a 45º C (113º F) si se
puede regular la temperatura del agua;
• el tratamiento deberá durar por lo menos 20-30 minutos, o mientras
dure el dolor.
• Si no se dispone de agua caliente, puede también ser útil aplicar compresas
calientes secas, o como segunda opción, bolsas de hielo seco para disminuir
el dolor (opcional*).
• No se recomiendan vendajes de compresión para el tratamiento de las quemaduras por contacto con medusas (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
El escozor intenso provocado por el contacto con medusas, hidroides urticantes
y corales urticantes es causado por la descarga simultánea de varios miles de
cápsulas urticantes microscópicas llamadas nematocistos. Cada nematocisto
contiene una pequeña dosis de veneno, y en contacto con la piel de la víctima
provoca una sensación de quemadura. Los efectos del veneno pueden variar de
un dolor agudo a complicaciones potencialmente mortales, cuando se trata de
contacto con especies que se encuentran en ciertos lugares del mundo, como
Australia tropical.
Dos especies de medusas pueden provocar envenenamiento que podría ser
mortal:
70
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
• la medusa de caja grande (Chironex fleckeri), un animal grande que habita en
estuarios y costas y produce una zona de escozor de gran tamaño, con un
intenso dolor inmediato en la piel, y que puede causar un paro cardíaco en
pocos minutos;
• la medusa irukandji (que incluye las especies Carukia barnesi, Malo, Alatina,
Gerongia y Morbakka) produce una sensación de escozor menos intensa en la
piel, seguida en 5-40 minutos por un dolor generalizado severo, náuseas y
vómitos, dificultad para respirar, sudoración, inquietud, y una sensación de
“final inminente”, así como posible insuficiencia cardiaca, edema pulmonar y
derrame cerebral hipertenso.
Debido a las variedades de medusas, incluso dentro del mismo género de
medusas, es difícil desarrollar un algoritmo de tratamiento sencillo que se
pueda aplicar de forma general. En muchos casos, el socorrista no será capaz
de identificar la medusa responsable de la quemadura, lo que complica aún
más el proceso de tratamiento. Sería conveniente que cada socorrista conociera
la fauna marina de la región. Por lo tanto, cuando utilicen las directrices, las
Sociedades Nacionales deben aplicarlas sobre la base de los tipos de medusas
locales, e incluso pueden ser necesarias varias opciones para las diferentes
regiones del país. En las zonas donde son frecuentes las medusas tropicales
peligrosas (por ejemplo, medusa de caja o irukanji), o si no se puede determinar
claramente que la especie causante de la quemadura es inofensiva, lo más
seguro es tratar a la víctima con vinagre. A los fines pedagógicos, es útil ponerse
en contacto con las organizaciones locales de seguridad marina o recursos
hídricos, para obtener:
• fotos de las medusas locales e información biológica básica, por ejemplo,
dónde se encuentran las medusas en la región, qué tipos son más comunes,
información específica sobre su potencial alérgico, etc.;
• fotos de zonas del cuerpo afectadas por contacto con las medusas.
Insectos
Introducción
Algunos insectos no son dañinos en sí mismos, pero funcionan como vectores
para la transmisión de enfermedades como el paludismo o la encefalitis transmitida por garrapatas.
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios;
las siguientes directrices se basan en opiniones de expertos.
Directrices
• Para eliminar una garrapata, se debe agarrar la garrapata tan cerca de la
piel como sea posible, con una pinza o tenaza muy fina, y extraerla de la piel
gradualmente, pero con firmeza. El sitio de la picadura se debe desinfectar
cuidadosamente con alcohol u otra solución antiséptica de la piel. Se debe
evitar apretar la garrapata durante la extracción, pues debido a la compresión
se puede inyectar material infeccioso en la piel (opcional*).
• Se debe evitar el uso de gasolina, petróleo y otros solventes orgánicos para
sofocar las garrapatas, o quemar la garrapata con una cerilla (recomendado**).
• Si el paciente desarrolla una erupción, debe consultar a un médico para ver si
está indicado el uso de antibióticos o vacunas (opcional*).
71
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Consideraciones relativas a la aplicación
Los socorristas deben estar coordinados con sus centros médicos locales para
averiguar qué enfermedades relacionadas con insectos son comunes en la
región, así como las medidas preventivas a tomar, tales como:
• utilizar repelentes;
• utilizar mosquiteros;
• usar camisas de manga larga y pantalones largos, especialmente al amanecer,
cuando estos insectos están activos;
• ponerse en contacto con el personal médico para determinar cómo prevenir
estas enfermedades, por ejemplo, mediante la vacunación contra la encefalitis
transmitida por garrapatas o productos farmacéuticos para la prevención del
paludismo;
• obtener imágenes de estos insectos y de los problemas médicos que pueden
causar, por ejemplo la borreliosis, así como información sobre dónde se dan
estos problemas.
En el material educativo puede ser útil incorporar información adicional sobre
enfermedades transmitidas por garrapatas. En Europa y América del Norte,
varias especies de garrapatas ixodes son vectores de infecciones transmitidas
por ese insecto. Una infección grave es la borreliosis de Lyme, o enfermedad de
Lyme, causada por la bacteria Borrelia burgdorferi. Entre los síntomas típicos
pueden mencionarse fiebre, dolor de cabeza, fatiga y una erupción cutánea
característica llamada eritema migrans. Si no se trata, la infección puede propagarse a las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso. En la mayoría de los
casos la enfermedad de Lyme se puede tratar eficazmente con antibióticos.
Las medidas para prevenir la enfermedad de Lyme consisten en utilizar
repelente de insectos, extraer rápidamente las garrapatas, y mantener una
ordenación integrada del paisaje y las plagas.
Las garrapatas que transmiten la enfermedad de Lyme ocasionalmente pueden
comunicar otras enfermedades de las que son vectores, como la encefalitis
transmitida por garrapatas.
Ahogamiento y síndrome de
descompresión de los buceadores
En muchas playas y centros deportivos son comunes los problemas de salud
derivados de la práctica de deportes acuáticos. Por lo tanto, los socorristas
deben tener conocimientos en este ámbito.
El ahogamiento es el proceso por el que se sufren dificultades respiratorias
debido a la inmersión en un líquido, generalmente agua. Las consecuencias
para la víctima pueden ser la muerte, la morbilidad o la ausencia de morbilidad.
Se entiende por “proceso de ahogamiento” la secuencia continua que comienza
cuando las vías respiratorias de la persona se encuentran por debajo de la superficie del líquido y la víctima intenta voluntariamente sostener su respiración.
Esto puede ir seguido de un período involuntario de espasmo de laringe a raíz de
la presencia de un elemento irritante (es decir, que no sea aire) en la orofaringe o
la laringe. El proceso desencadena una cascada de hipoxia en que, en la mayoría
de los casos, la víctima aspira activamente líquido e ingiere grandes cantidades
de líquido en el sistema gastrointestinal. Si no se la socorre y/o no se invierte
esta cascada, la hipoxia aumenta y sobreviene una falla multisistémica.
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Proceso de reanimación de personas ahogadas
Introducción
La reanimación da mejores resultados si se mantiene despejada una vía de
aire para permitir que el oxígeno llegue a algunos tejidos funcionales de los
pulmones y reducir al mínimo la obstrucción de la aspiración. Con el tiempo
se han introducido, examinado e incluido en los protocolos del proceso de
reanimación de personas ahogadas varios métodos para eliminar el agua, los
desechos y el vómito desde el sistema respiratorio superior (orofaringe). En el
proceso de reanimación, la compresión de la parte abdominal superior supone
un mayor riesgo de precipitar el reflujo del contenido gastroesofágico y su posterior aspiración. Esta compresión no ayuda a expulsar suficiente agua de las vías
respiratorias o los pulmones para contribuir a la reanimación. Además, dicha
técnica puede retrasar y complicar el inicio de la reanimación cardiopulmonar
efectiva. Durante el proceso de asfixia, la prioridad es establecer una vía de aire
y dar ventilación. Aunque desde el punto de vista fisiológico se sabe de forma
intuitiva que se necesita oxígeno en el aire inspirado, no se sabe en cambio
si se necesita oxígeno suplementario y si la administración de oxígeno suplementario producirá algún efecto perjudicial durante el proceso de reanimación
de los ahogados. A pesar de que no hay pruebas derivadas de la investigación,
algunos expertos han consignado que las víctimas de asfixia por inmersión
pueden necesitar una concentración de oxígeno superior al 16% y al 21% que
se suministra en general durante la respiración asistida o cuando se utiliza
para la reanimación la mascarilla de ventilación de bolsa y válvula, sin oxígeno
suplementario.
Resumen de los fundamentos científicos
Gestión del paso de aire
Los elementos extraídos de nueve series de casos retrospectivos por observación
y estudios de casos y 11 trabajos examinados por pares por consenso apoyan la
afirmación de que la gestión del paso de aire por las vías superiores es una
cuestión importante en el proceso de reanimación de las personas ahogadas. La
eliminación de cualquier obstrucción de las vías superiores puede ser el paso
más importante para revertir la cascada de hipoxia, que a menudo se complica
con la regurgitación y el vómito, ya sean espontáneos o provocados por el
proceso de rescate, reanimación y transporte. Las publicaciones apoyan la tesis
de despejar la vía respiratoria y comenzar la ventilación tan pronto como sea
posible.
Succión
No se ha estudiado bien la eficacia de la succión en las víctimas de asfixia por
inmersión. Existe un consenso general de que la cantidad de fluido que se puede
expulsar de los pulmones por medio de técnicas de drenaje, como la succión,
la compresión del abdomen o el drenaje postural, es escasa o nula; ello se debe
a que después de unos minutos de inmersión, el agua se absorbe en la circulación. El consenso general es que la reanimación debe iniciarse antes de intentar
retirar los fluidos de las vías respiratorias o los pulmones; incluso es posible
“oxigenar y ventilar eficazmente a las víctimas a través del líquido abundante
de un edema pulmonar”. Si la vía respiratoria está completamente obstruida,
las publicaciones indican que el caso se debe tratar como una obstrucción de las
vías respiratorias por un cuerpo extraño.
Compresiones abdominales
Un examen de las pruebas determinó que ningún estudio ha demostrado que
la maniobra de Heimlich ayude a extraer el líquido de los pulmones de las
73
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
personas ahogadas. Como el agua en las vías respiratorias o los pulmones de
los ahogados no se considera una obstrucción de las vías por un objeto sólido, la
primera persona que socorra a una persona ahogada no debe realizar compresiones abdominales subdiafragmáticas sobre la víctima. Varios investigadores
han citado la preocupación de que una compresión abdominal pueda causar
regurgitación.
Posición de la víctima
Varios estudios y opiniones de consenso han apoyado las siguientes afirmaciones acerca de la posición de la víctima.
• La víctima debería estar colocada, en la medida de lo posible, en una verdadera posición lateral, con la cabeza relajada para permitir el drenaje libre de
líquidos.
• La posición debe ser estable, y se debe evitar cualquier presión en el pecho que
dificulte la respiración.
• Debe ser posible voltear a la víctima hacia el lado y volverla a poner sobre la
espalda con facilidad y seguridad, sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad
de una lesión cervical.
Reanimación en el agua
Las publicaciones han mostrado que la reanimación en el agua ofrece a la
víctima una posibilidad 4,4 veces mayor de sobrevivir. La prioridad es practicar
rápidamente una respiración asistida para revertir la cascada de la hipoxia
y prevenir un paro cardíaco. Practicar la respiración asistida en aguas poco
profundas es un método seguro y eficaz. Este método puede ser útil también
en aguas profundas, si las condiciones son seguras; por ejemplo, si hay un
reanimador adiestrado, con ayuda de un dispositivo de flotación, o dos o más
socorristas adiestrados. Un estudio modelo realizado con un pequeño maniquí
mostró que era posible practicar la reanimación en el agua utilizando una
versión modificada de la segunda etapa (boquilla) de un regulador de buceo
estándar para permitir una ventilación con presión positiva intermitente
mediante una máscara o una vía de aire del obturador esofágico.
Oxígeno
Los mecanismos fisiológicos y los elementos empíricos apoyan la afirmación de
que durante el proceso de asfixia por inmersión se necesitan niveles fisiológicos
de oxígeno para reanimar a las víctimas; sin embargo, ninguna investigación
indica que para alcanzar los niveles de oxígeno normales en la reanimación se
necesite oxígeno suplementario. Algunos estudios publicados han demostrado
que el uso del aire espirado (16% de oxígeno) o el aire ambiente (21% de oxígeno)
en la reanimación permite alcanzar niveles de oxígeno fisiológicamente
normales en el paciente. Estos estudios, sin embargo, abarcan a muchos tipos
de pacientes de reanimación, no exclusivamente a ahogados. Además, algunos
estudios sobre el uso de oxígeno suplementario en la reanimación han demostrado que los pacientes logran niveles de oxígeno en la sangre superiores a los
fisiológicos. Estos y otros estudios indican que esos niveles suprafisiológicos
de oxígeno se asocian con peores resultados desde el punto de vista neurológico. Aunque no hay estudios sobre el uso de oxígeno suplementario por parte
de socorristas en el proceso de reanimación de ahogados, se han publicado
opiniones de expertos y declaraciones de políticas y directrices de organizaciones profesionales que recomiendan el uso de oxígeno suplementario en ese
proceso.
Compresión
Los pocos estudios existentes sobre la técnica de compresión en el agua
han demostrado que no es eficaz emplear esta técnica. Hubo un estudio con
74
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
utilización de un maniquí y un pequeño informe de prácticas de compresión
realizadas por buzos o salvavidas entrenados en operaciones de socorro, en los
que se rodeaba a la víctima con los brazos y se le comprimía el tórax manteniendo las manos sobre el pecho. Aunque teóricamente posible, esta técnica
no se puede extrapolar a otros contextos, ya que el reanimador disponía de la
ayuda del equipo de buceo, en particular de un dispositivo de control de la flotabilidad u otro dispositivo de sustentación, y la víctima podía recibir ventilación
con un regulador de presión positiva y de adherencia hermética.
Referencias: 474-539
Directrices
• En la formación de socorristas para el rescate y la reanimación de personas
ahogadas se les deben impartir conocimientos para liberar una vía de aire
(obligatorio***).
• En la reanimación de ahogados, la prioridad será despejar una vía para el
paso del aire en las vías respiratorias superiores y practicar rápidamente la
respiración asistida (obligatorio***).
• Se recomienda la reanimación en el agua con el fin de despejar una vía de
aire y gestionar la ventilación en las siguientes circunstancias: aguas poco
profundas, un reanimador adiestrado con dispositivos de flotación en aguas
profundas y tranquilas, o dos o más reanimadores adiestrados (recomendado**).
• No se recomienda intentar esta técnica de reanimación en aguas profundas
si hay un solo socorrista sin dispositivo de flotación. En este caso, la prioridad
debe ser rescatar a la víctima y llevarla a la costa (recomendado**).
• Se pueden practicar ventilaciones en el agua utilizando un regulador de buceo
o una válvula de demanda modificada para su uso en el agua (opcional*).
• No conviene aplicar en el agua la técnica de compresión (obligatorio***).
• Se puede practicar la compresión en el camino de la costa, y si es posible
colocar a la víctima sobre un objeto sólido, como una tabla de salvamento
(opcional*).
• En caso de una víctima inconscientes o en proceso de recuperación, o durante
el transporte de una víctima de ahogamiento, se la debe colocar de la forma
más parecida posible a una posición verdaderamente lateral, con la cabeza
relajada para permitir el libre drenaje de líquidos (opcional*).
• En el proceso de reanimación de una persona ahogada no se recomienda la
succión orofaríngea de rutina (recomendado**).
• Si la víctima ha estado sumergida, se deben utilizar la succión y métodos
manuales para despejar la orofaringe obstruida por el vómito u otras partículas que impidan la ventilación (recomendado**).
• En el proceso de reanimación de una persona ahogada se puede aplicar un
suplemento de oxígeno, siempre que ello no retrase las otras tareas de reanimación, por ejemplo, despejar la vía respiratoria y proporcionar ventilación, y
practicar la compresión, según sea necesario (opcional*).
Lesión cervical en personas ahogadas
Introducción
En esta sección se incluye, como evidencia extrapolada, información sobre la
lesión cervical en personas ahogadas, para poder reconocer la lesión y restringir
los movimientos de la víctima en caso de sospecha de lesión, con citación de las
limitaciones. Véase también riesgo de lesión cervical en las víctimas de traumatismos en general.
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Resumen de los fundamentos científicos
La mayor parte de las pruebas de inmovilización de la columna se extrapolan
de todas las lesiones medulares, no solo las relacionadas con la asfixia por
inmersión. Las lesiones de la médula a causa de actividades acuáticas son
poco frecuentes. A menos que la persona tenga un historial de actividad de
gran impacto y riesgo elevado (por ejemplo, buceo, esquí acuático, asalto,
uso de un vehículo a motor o permanencia en una playa en que la acción de
las olas es de moderada a intensa) y haya signos clínicos de la lesión o déficit
neurológico evidente, es poco probable que una persona ahogada presente una
lesión medular. En cambio, las víctimas que presentan un cuadro de actividades de gran impacto y riesgo elevado, así como características poco fiables
(como intoxicación), o signos evidentes de lesión, son las más propensas a una
lesión medular, y se las puede ser identificar con cierta seguridad a los fines
de restringir los movimientos de la columna y proceder a la inmovilización.
No se observaron lesiones cervicales en los ahogados por sumersión que se
dedicaban presuntamente a actividades de poco impacto y bajo riesgo, como
nadar, bañarse, caminar en el agua, pescar y bucear. Aunque un solo estudio de
caso sujeto a control no demostró la eficacia de la inmovilización de primeros
auxilios para los pacientes con lesión medular, en ausencia de un estudio prospectivo y controlado, la opinión de consenso es recomendar que se restrinjan los
movimientos de la columna y se inmovilice a determinadas víctimas de asfixia
por sumersión.
Referencias: 540-549
Directrices
• Si es necesario practicar la reanimación y no es posible hacerlo eficazmente en
el agua, se debe sacar al ahogado del agua y tratar de reanimarlo por el medio
más rápido disponible (recomendado**).
• Se restringirán los movimientos de la columna y se inmovilizará a la víctima
durante el transporte solo cuando se haya lesionado debido a una actividad
de gran impacto y riesgo elevado (por ejemplo, buceo, esquí acuático, surf o
permanencia en playas en que la acción de las olas es moderada a intensa) y
la persona presente un estado poco fiable (como intoxicación) o lesión (recomendado**).
• Si no se puede despejar las vías respiratorias ni crear ventilación eficazmente
en el agua, debe ser retirar rápidamente a la víctima del agua, incluso cuando
pudiera haber lesión cervical (recomendado**).
• Si la víctima está en riesgo de lesión cervical, los socorristas deben restringir
manualmente los movimientos de la columna durante la evaluación inicial,
siempre que dicha restricción no impida la creación de una vía de aire y una
ventilación eficaz (recomendado**).
• Si están adecuadamente formados, los socorristas puede utilizar la inmovilización de la columna (opcional*).
Enfermedad por descompresión (o del buceador)
Introducción
El buceo se ha convertido en un deporte muy difundido en los últimos veinte
años en muchos lugares del mundo. Como sucede con la mayoría de las actividades deportivas, este deporte puede tener repercusiones en la salud.
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Resumen de los fundamentos científicos
Un amplio estudio de casos retrospectivos demostró que los buceadores que
experimentan problemas por descompresión requieren menos recompresiones
y tienen una mayor probabilidad de recuperación completa si los primeros auxilios incluyen oxígeno normobárico.
Referencia: 550
Directrices
• En los casos de descompresión (véase infra), los socorristas deben administrar
oxígeno (si está disponible), lo que puede reducir sustancialmente los síntomas
(recomendado **).
• Los socorristas deben llamar a los servicios médicos de urgencia de inmediato
e indicar la probabilidad de descompresión para que se pueda arreglar el traslado de la víctima a una cámara de descompresión lo antes posible, ya que la
recompresión es el único tratamiento real para las víctimas de esta afección
(recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
Los socorristas deben tener información sobre los recursos locales para emergencias de buceo y el acceso a la terapia hiperbárica si está indicado. El servicio
Diver Alert Network (DAN), o red de alertas de buceo, está accesible los 365
días del año, las 24 horas del día, tel. +1-919-684-9111.
Síndrome de descompresión
El malestar provocado por la descompresión resulta de una reducción de
la presión circundante a un cuerpo. Abarca dos afecciones: el accidente de
descompresión y la embolia gaseosa. Se cree que el primero está causado por la
formación de burbujas de gas en los tejidos y produce daños locales, mientras
que la embolia gaseosa aparece cuando las burbujas entran en la circulación,
viajan a través de las arterias y causan daño a los tejidos a distancia al bloquear
el flujo sanguíneo a nivel de los capilares.
El principal factor de riesgo para el síndrome de descompresión es una reducción en la presión ambiental, pero entre otros factores pueden mencionarse el
buceo en profundidad o por una duración prolongada, el agua fría, el ejercicio
intenso en profundidad y el ascenso rápido.
Accidente de descompresión
El accidente de descompresión es el resultado de una descompresión inadecuada después de la exposición a una mayor presión. Durante la inmersión, los
tejidos del cuerpo absorben el nitrógeno del gas que se respira en proporción a
la presión del entorno. En la medida en que el buceador permanece expuesto
a la presión, el gas no presenta ningún problema. Pero si la presión se reduce
demasiado rápido, el nitrógeno sale del líquido y forma burbujas en los tejidos
y el torrente sanguíneo. Esto suele ocurrir cuando la persona infringe o se
acerca demasiado a los límites de la tabla de buceo, pero también puede ocurrir
aunque se hayan seguido las reglas aceptadas.
Los signos y síntomas suelen aparecer entre 15 minutos y 12 horas después de
salir a la superficie, pero en casos graves los síntomas pueden aparecer antes de
salir a la superficie o inmediatamente después. Los síntomas incluyen:
77
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
• fatiga inusual;
• comezón en la piel;
• dolor en las articulaciones y/o los músculos de los brazos, piernas o tronco;
• mareo, vértigo, zumbido en los oídos;
• entumecimiento, hormigueo, parálisis;
• dificultad para respirar.
Embolia gaseosa
Si la persona que práctica buceo sale a la superficie sin espirar, el aire atrapado en los pulmones se expande durante el ascenso y puede romper el tejido
pulmonar (el llamado barotrauma pulmonar), lo que libera burbujas de gas en la
circulación arterial. Las burbujas se distribuyen por todos los tejidos del cuerpo
en proporción al flujo sanguíneo. Como el cerebro recibe la mayor proporción
de flujo de la sangre, es el principal órgano en que las burbujas alojadas en las
arterias pequeñas pueden interferir en la circulación.
Los síntomas de la embolia gaseosa son los siguientes:
• mareo;
• dolor en el pecho;
• desorientación;
• espuma sanguinolenta en la boca o nariz;
• parálisis o debilidad;
• convulsiones;
• inconsciencia.
La mayoría de las asociaciones de buceo en todo el mundo recomiendan el
oxígeno como medida de primeros auxilios en caso de accidente de descompresión, y la ley en algunos países exige que los establecimientos de buceo
profesional (por ejemplo, las instituciones de formación de buceo, los agentes
de buceo profesional) dispongan de reservas de oxígeno, por lo que hay muchas
probabilidades de que esté disponible en los sitios de buceo. Por lo tanto, los
socorristas deben solicitarlo por propia iniciativa.
Con respecto a los contactos con los proveedores locales de cursos de buceo
y/o servicios de cámara de descompresión, se debe informar a los participantes
del curso de socorrismo sobre las directrices nacionales aplicables a la embolia
gaseosa, incluyendo los procedimientos locales para la atención de ese problema.
Reanimación
Introducción
El Comité Internacional de Enlace sobre Reanimación (ILCOR) se formó en 1993
como un foro de enlace entre las principales organizaciones de reanimación
de todo el mundo. En la actualidad, el ILCOR está integrado por representantes
de la American Heart Association, el European Resuscitation Council, la Heart
and Stroke Foundation del Canadá, el Australian and New Zealand Committee
on Resuscitation, los Resuscitation Councils of Southern Africa, la Fundación
Interamericana del Corazón y el Consejo de Reanimación de Asia. Un proceso
riguroso de evaluación de pruebas mediante hojas de cálculo, la divulgación
y gestión completa de posibles conflictos de intereses, y un enfoque centrado
en la ciencia en vez de en directrices de tratamiento, permitieron a los participantes internacionales en la Conferencia de Consenso celebrada en enero de
2010 en Dallas (Estados Unidos de América) alcanzar finalmente un consenso de
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02. Directrices sobre primeros auxilios
manera constructiva y transparente. Los expertos de todo el mundo, entre ellos
de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, aportaron
su contribución para obtener un consenso óptimo en materia de reanimación y
de primeros auxilios.
Estas recomendaciones son propuestas desarrolladas metódicamente que
ayudan a definir la armonización de las medidas de salvamento, al proporcionar
una síntesis de los actuales elementos científicos demostrados, las experiencias
de comunidades sobre el terreno y el dictamen de expertos. Estas directrices
de reanimación cubren un número limitado de situaciones. Esta limitación
fue deliberada y respondió al fin de asegurar un entendimiento común y un
consenso, así como de validar un enfoque de armonización internacional.
Sin embargo, para el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja y de la Media Luna Roja, la reanimación forma claramente parte
de los primeros auxilios. Estas recomendaciones se refieren a determinadas
situaciones de emergencia que se plantean a los socorristas cuando prestan
auxilio a una víctima adulta. En otras situaciones será necesario ajustar el
enfoque: cuando las características sean diferentes (por ejemplo, el caso de un
niño), haya un desequilibrio entre las necesidades (por ejemplo, el número de
víctimas) y la intervención (por ejemplo, el número de socorristas), o se trate
de una situación en que los recursos habituales o el entorno han variado (por
ejemplo, un sistema de salud desbordado durante una crisis).
Resumen de los fundamentos científicos
Los expertos de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja participan en el ILCOR
desde el inicio del proceso en 2010. Fue necesario adaptar el entorno de la
Cruz Roja y de la Media Luna Roja, teniendo en cuenta la tarea inmensa que
asume el Movimiento, de impartir formación a personas en todo el mundo sin
conocimientos en la materia. La Estrategia de 2020 transmite la determinación
colectiva de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja de avanzar en la lucha contra los principales desafíos que
enfrenta la humanidad en la próxima década y prestar primeros auxilios a
todo el mundo. Nuestro patrimonio está compuesto por una serie de prácticas
y conocimientos eficaces y diversificados de primeros auxilios, desarrollados en
el servicio de las comunidades locales.
Directrices
En la formación en primeros auxilios para no expertos en la materia están
incluidos el apoyo básico a la vida y ese apoyo a nivel pediátrico, estas directrices también incluyen la perspectiva pediátrica para cada situación.
Obstrucción de las vías respiratorias
Véase obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño.
Paro cardíaco
Introducción
La verificación del pulso de la carótida es un método poco preciso para
confirmar la presencia o ausencia de circulación. En los primeros minutos de
un paro cardíaco, son comunes las respiraciones agónicas (se presentan hasta
en un 40% de las víctimas), que pueden contribuir a una mayor supervivencia
79
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
si se reconoce en ellas el signo de un paro cardíaco (y se inicia el tratamiento).
Las respiraciones agónicas son una indicación para comenzar la reanimación
cardiopulmonar inmediatamente. Por lo tanto, los socorristas deben comenzar
esa reanimación si la víctima está inconsciente (no reacciona) y no respira
normalmente.
Resumen de los fundamentos científicos
Se ha procedido a una prueba prospectiva y aleatorizada en que se escogieron
al azar recepcionistas de llamadas al teléfono 911 para pedir instrucciones
sobre la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones (n = 241) o
en compresiones más ventilación (n = 279) en caso de paro cardíaco manifiesto.
El resultado primordial fue la supervivencia de la víctima al alta hospitalaria,
indicador que fue similar en los dos grupos (reanimación solo con compresión
[14,6%] y compresión más ventilación [10,4%]) (p = 0,18). El estudio tenía por
objeto detectar una mejora absoluta del 3,5% en la supervivencia, que quedó
demostrada; sin embargo, esta mejora no fue significativa estadísticamente en
el análisis definitivo.
Ocho estudios de observación también apoyaron el concepto de la reanimación
cardiopulmonar basada solo en compresiones. En un estudio retrospectivo de
todos los casos de paro cardíaco no traumático en Oslo (Noruega) entre 2003 y
2006, la supervivencia fue similar en los pacientes reanimados solo con compresiones (n = 145; 10% de supervivencia) y pacientes que recibieron la reanimación
cardiopulmonar estándar (n = 281; 13% de supervivencia). No hubo diferencias
en el subgrupo que había sido testigo de paro por taquicardia ventricular o por
fibrilación ventricular. Sin embargo, la falta de diferencia en los resultados
clínicos en este grupo no supone necesariamente que no haya diferencia estadística en los resultados. El estudio no incluyó ningún cálculo de la potencia
en el número de eventos que serían necesarios para concluir fehacientemente
que la diferencia de tratamiento no da resultados diferentes. Por ejemplo, un
cálculo de potencia rápido sobre la base de una supervivencia del 15% con la
reanimación estándar, y dirigido a determinar si las compresiones torácicas
continuas estaban asociadas a una peor supervivencia (10%) con una potencia
de 0,8 y un valor p de 0,05 requerirían 726 pacientes en cada grupo (1.452 en
total). Se trataba de un estudio de observación, no un ensayo, pero el principio
es el mismo. Esta limitación se aplica a prácticamente todos los estudios de
observación que se describen a continuación, en que no se encontró ninguna
diferencia en los resultados.
En un estudio de observación prospectivo realizado en Singapur entre 2001 y
2004, la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones (n = 154)
dio resultados similares a los de la reanimación estándar (n = 287) en lo que
respecta al retorno de la circulación espontánea (17,5% en relación con 16,7%),
la supervivencia hasta el ingreso en el hospital (7,8% en relación con 10,5%) y
la supervivencia hasta el alta hospitalaria (2,6% en relación con 2,8%) (p = 1,0).
Entre los pacientes con taquicardia ventricular o fibrilación ventricular, la reanimación basada solo en compresión producía un mayor retorno de la circulación
espontánea inicial, pero no se observaron diferencias en la supervivencia al alta
hospitalaria. Los pacientes que recibieron reanimación cardiopulmonar estándar
(OR 5,4, IC 95% 2,1-14,0) o reanimación por compresiones torácicas continuas (OR
5,0, IC 95% 1,5-16,4) presentaban más probabilidades de sobrevivir hasta el alta
hospitalaria que aquellos que no tuvieron ningún tipo de reanimación.
El estudio SOS-KANTO, un estudio de observación prospectivo en la región
de Kanto del Japón (2002-2003), describió el caso de una supervivencia con
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
resultados neurológicos favorables (categoría de rendimiento cerebral 1 o
2 a 30 días después del paro), y los beneficios de la reanimación basada solo
en compresiones (n = 439) en relación con la reanimación estándar (n = 718)
entre los pacientes con apnea del sueño, ritmo desfibrilable y reanimación que
comenzaron 10 minutos después del paro. Las ventilaciones no mostraron
beneficio en ninguno de los subgrupos. La frecuencia de los resultados neurológicos favorables a los 30 días no fue diferente entre el grupo sometido solo a
reanimación cardíaca (6%) y el grupo sujeto a reanimación convencional (4%)
para toda la cohorte en el análisis univariado (p = 0,15). Sin embargo, la razón
de posibilidades ajustada para obtener un resultado neurológico favorable
después de la reanimación solo cardíaca fue de 2,2 (IC 95%: 1,2-4,2) en pacientes
que recibieron reanimación practicada por pasantes. En la misma región, se
informó de una supervivencia de un año, con resultados neurológicos favorables para los paros cardíacos ocurridos entre 1998 y 2003. En esta cohorte, la
supervivencia de un año con resultados neurológicos favorables fue similar
para los que recibieron reanimación basada solo en compresiones (n = 544 y
supervivencia de 3,5%) y los que recibieron reanimación con ventilación (n =
783; supervivencia de 3,6%), y mejor que los que no recibieron ningún tipo de
reanimación (n = 4902; supervivencia de 2,1%). Para los paros > 15 minutos, la
reanimación cardiopulmonar con ventilación había mejorado la supervivencia
(2,2%) en relación con la reanimación basada solo en compresiones (0%) y la
ausencia de reanimación (0,3%).
En un estudio de observación prospectivo realizado en Ámsterdam de 1995 a
1997, en los 41 pacientes que recibieron reanimación basada solo en compresiones realizadas por pasantes, la supervivencia hasta el alta hospitalaria fue
similar a la de los que recibieron compresiones (15%) y ventilaciones (14%). Una
vez más, se determinó que la reanimación cardiopulmonar era mejor que la
ausencia de reanimación (6%) en términos de supervivencia al alta hospitalaria. Otro gran estudio de observación prospectivo efectuado en Suecia entre
1983 y 1995 determinó que de 9.877 casos de paro cardíaco, un 3% (n = 228)
recibió reanimación basada solo en compresiones practicadas por pasantes.
En este estudio, a los fines del análisis se combinó la reanimación solo con
compresión con la reanimación solo con ventilación (n = 620), y se determinó
que la reanimación cardiopulmonar completa (compresiones y ventilaciones)
daba mejores resultados. Sin embargo, la reanimación cardiopulmonar solo
con compresión no se evaluó como un grupo separado. Hay dos estudios de
observación prospectivos realizados en Bélgica, uno de 1983 a 1987 y otro de
1983 a 1989. El primero determinó que la reanimación cardiopulmonar con o
sin ventilación (n = 998) era mejor que la ausencia de reanimación (n = 2005). La
reanimación basada solo en compresiones (n = 258) mostró a los 14 días después
del paro una supervivencia global de un 9%, y 15% si las compresiones eran de
calidad elevada. Sin embargo, la reanimación cardiopulmonar solo por compresión no mostró beneficio en la supervivencia, si la calidad de la reanimación
era deficiente. El segundo estudio concluyó que la reanimación basada solo en
compresión (n = 263) mostraba a los 14 días una supervivencia (10%) similar a
la de la reanimación estándar (16%), que era mejor que la ausencia de cualquier
tipo de reanimación (7%).
Hay tres estudios de casos de control antes y después de la aplicación de un
protocolo para los que prestan auxilios en casos de emergencia prehospitalaria, que utilizaron con un paciente compresiones torácicas continuas sin
ventilación. Estos estudios no evaluaron las compresiones torácicas continuas
practicadas por pasantes, sino más bien el uso de esas compresiones como parte
del protocolo de reanimación practicado por profesionales. En Wisconsin, un
protocolo para la reanimación instituido en 2004 requiere que el personal de
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
los servicios médicos de urgencia realice 200 compresiones seguidas de análisis
del ritmo, con o sin desfibrilación. Las compresiones torácicas continuas se
reanudaron inmediatamente después de un análisis del ritmo y desfibrilación. Se difirió hasta la llegada de un segundo socorrista el despeje de la vía
respiratoria, que consistía en asegurar un paso de aire patente oral-faríngeo y
administrar oxígeno por mascarilla de válvulas unidireccionales. Si se está ante
un paro cardíaco y el tiempo de inactividad es de menos de doce minutos, no
se procede a la respiración asistida y la ventilación asistida hasta que se haya
recuperado la circulación espontánea o que se hayan completado tres ciclos
de compresiones cardíacas, seguidas de análisis del ritmo y desfibrilación. El
primer estudio evaluó la supervivencia de las víctimas el primer año después
de establecerse este protocolo (2004 a 2005), en el que hubo 33 paros cardíacos
con ritmo desfibrilable, en relación con la supervivencia de víctimas en los
dos años antes de que el protocolo se instituyera (2001-2003), periodo en que
hubo 92 paros con ritmo desfibrilable, y el personal de los servicios médicos de
urgencia siguió las directrices de la American Heart Association de 2000. En los
pacientes que tuvieron un paro cardíaco con testigos y ritmo desfibrilable, la
supervivencia (20% en relación con 57%) y la supervivencia neurológica intacta
(rendimiento cerebral de categoría 1) (15% en relación con 48%) mejoraron en
el grupo sometido a compresiones torácicas continuas. El mismo grupo fue
evaluado nuevamente durante el período 2004-2007 y, de nuevo, en aquellos
pacientes que tenían un paro con testigos y ritmo desfibrilable (n = 89), la supervivencia era mayor en el grupo que recibió compresiones torácicas continuas
(39% en relación con 15% de supervivencia neurológica intacta). Es importante
señalar que estos estudios no evaluaron la reanimación cardiopulmonar realizada por socorristas ocasionales o profanos, y no incluyeron todos los casos de
paro cardíaco.
Un protocolo similar se utilizó en Arizona. En este estudio, se evaluaron los
casos de paro cardíaco en dos ciudades metropolitanas. Se realizaron análisis
adicionales sobre el cumplimiento del protocolo, que incluyeron a 60 departamentos adicionales de bomberos. El personal prehospitalario practicó 200
compresiones ininterrumpidas seguido de un análisis del ritmo, con o sin
desfibrilación, seguido de 200 compresiones torácica y luego una verificación
del pulso y análisis del ritmo. La intubación y el suministro de oxígeno de alto
flujo se difirieron hasta que se practicaron tres ciclos de compresiones. La
supervivencia global hasta el alta hospitalaria mejoró después de establecerse
el protocolo (36/668, 5,4% en relación con 4/218, 1,8%) y la fibrilación ventricular
con testigo (23/131, 17,6% en relación con 2/43, 4,7%). En el análisis de cumplimiento, se determinó que 1.799 de 2.460 (73%) no cumplían con el protocolo, si
bien 50 de 62 (81%) departamentos de bomberos no habían recibido capacitación
acerca de ese protocolo. La supervivencia también fue mayor cuando el personal
de los servicios médicos de urgencia cumplía con el protocolo.
Se identificaron 17 estudios con animales en que se evaluaron los resultados
de la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones. La mayoría
de estos estudios se realizaron en un grupo, y se utilizó un modelo de paro
por fibrilación ventricular en porcinos. No se trató la fibrilación ventricular
en periodos de diferente duración; se distribuyó a los animales al azar entre
el grupo que recibió reanimación cardiopulmonar consistente en compresiones torácicas continuas y el que recibió compresiones con ventilaciones de
duración variable, seguido de apoyo vital cardiaco avanzado. Los resultados
en los grupos sometidos a compresiones torácicas continuas fueron similares,
de una supervivencia de 24 horas y supervivencia con rendimiento neurológico normal. En un estudio, la compresión torácica continua durante cuatro
minutos, seguida por una compresión-ventilación, en una relación de 100:2,
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
mostró una mayor supervivencia con el sistema neurológico intacto que si se
empleaban solamente las compresiones torácicas continuas. En otro estudio con
el mismo modelo de paro por fibrilación ventricular en porcinos, concebido para
simular la intervención de un solo socorrista, en que las compresiones se interrumpían durante dieciseis segundos para proceder a ventilaciones en el grupo
de reanimación cardiopulmonar estándar, la supervivencia con el sistema
neurológico intacto mejoró en los animales que recibieron doce minutos de
compresiones torácicas continuas. La supervivencia con rendimiento neurológico intacto también mejoró en los animales que recibieron compresiones
torácicas continuas, seguidas por una combinación de compresión-ventilación
en una relación de 30:2. También se evaluaron los resultados de las compresiones torácicas continuas en presencia de un tubo endotraqueal ocluido. La
supervivencia con sistema neurológico intacto seguía siendo similar a la de
la reanimación cardiopulmonar estándar. Se alteró el modelo, para incluir la
oclusión de la arteria coronaria izquierda descendente anterior, seguida de
fibrilación ventricular. En este estudio, la supervivencia fue similar entre los
animales que recibieron compresiones torácicas continuas y compresiones con
ventilaciones. Ambos grupos obtuvieron mejores resultados que los animales
que no recibieron ninguna reanimación cardiopulmonar durante diez minutos.
En un modelo diferente con perros, se evaluó el intercambio gaseoso que se
produce durante veinte minutos de compresiones torácicas continuas y la administración de oxígeno a través del canal de la faringe de una vía respiratoria
faríngea traqueal intubada. Los valores de PCO2 y de PO2 fueron similares a
los valores antes del paro, y el 73% de los animales fueron reanimados con
éxito. En un modelo de paro cardíaco por asfixia, realizado con porcinos por el
mismo laboratorio, se determinó que cuando la reanimación cardiopulmonar
se inició con presión aórtica de <2 mm Hg, la supervivencia de 24 horas y la
supervivencia con sistema neurológico normal fue mayor en el grupo sometido
a compresión y ventilación que en el grupo que recibió compresiones torácicas
continuas. Sin embargo, cuando la reanimación cardiopulmonar se inició con la
presión aórtica mayor (<50 mmHg), la supervivencia de 24 horas fue similar en
los casos en que se emplearon compresiones torácicas continuas, compresión
y ventilación, y ventilación únicamente. Estos tres grupos mostraron mejores
resultados que aquellos en que no se practicó ningún tipo de reanimación.
Entre los estudios adicionales con animales figura un modelo de paro por
fibrilación ventricular en porcinos, en que se compararon las compresiones
torácicas continuas con la técnica de compresión y ventilación, en una relación
de 30:2. Se observó que, aunque un mayor número de cerdos del grupo de 30:2
regresaron a la circulación espontánea en dos minutos, en general no hubo diferencias en el retorno de la circulación espontánea. Los datos hemodinámicos
fueron similares entre los grupos, pero la oxigenación fue mayor en el grupo de
30:2. Los resultados inmediatos en un modelo con porcinos, en que no se trató
la fibrilación ventricular durante diez minutos, y luego se practicaron compresiones torácicas continuas (100 compresiones por minuto), en comparación con
la reanimación cardiopulmonar por compresión-ventilación, con una relación
de 30:2, mostraron que el grupo sometido a compresiones torácicas continuas
había mejorado en términos de terminación de la fibrilación ventricular (0,5
frente a 0,8), retorno de la circulación espontánea (0,3 frente a 0,59) y supervivencia de 20 minutos (0,19 frente a 0,4). También a partir de un modelo porcino
de paro por fibrilación ventricular, con 8 minutos de fibrilación ventricular sin
tratamiento, seguido de 8 minutos de compresiones torácicas continuas o 10
ventilaciones por minuto, otro laboratorio alcanzó un resultado diferente. A
las 24 horas, el grupo que recibió ventilación mostró una mejor supervivencia
con sistema neurológico intacto que el grupo al que se practicaron compresiones torácicas continuas (71% en relación con 44%). Otro modelo pediátrico
83
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
de paro por asfixia en porcinos determinó un pH más alto y un menor PCO2 en
los animales sometidos a ventilación en relación con los que recibieron compresiones torácicas continuas.
Además, hay varios estudios de ejercicios de simulación sobre reanimación
cardiopulmonar basada solo en compresiones, por ejemplo, un estudio de simulación por ordenador de cuatro situaciones diferentes (compresiones torácicas
continuas, y compresión-ventilación en proporciones de 5:1, 15:2, y 50:5). En el
grupo que recibió compresiones torácicas continuas, el resultado cardíaco fue
mayor, el PO2 más bajo y el PCO2 más alto. El suministro de oxígeno fue mayor
con las compresiones torácicas continuas a los 2 minutos, pero más bajo en las
compresiones torácicas continuas a los 6 minutos. El suministro de oxígeno fue
más o menos igual para las relaciones de 15:2 y 50:5, que se mantuvo a lo largo
de los 6 minutos. Los otros estudios sobre ejercicios de simulación consistían
en voluntarios que practicaron la reanimación cardiopulmonar en maniquíes.
Estos incluyen un estudio de adultos mayores, asignados al azar en grupos
que recibieron compresiones torácicas continuas o compresión-ventilación en
una relación de 15:2. Todos podían practicar la reanimación cardiopulmonar
durante 10 minutos a los 5 a 7 meses después de la instrucción. Los que realizaron las compresiones torácicas continuas hicieron un menor número pausas
y uno mayor de compresiones. Un estudio similar evaluó la utilización de
compresiones torácicas continuas frente a la técnica de compresión-ventilación,
en relaciones de 15:2 y 30:2 por 5 minutos de reanimación cardiopulmonar. La
profundidad de las compresiones disminuyó significativamente con el tiempo
en el grupo que recibía compresiones torácicas continuas (media <30 mm en 5
minutos). El número de compresiones que se practicaron fue significativamente
mayor en el grupo que recibió las compresiones torácicas continuas. La mitad
de los intentos de utilizar ventilación no tuvieron éxito. En el grupo de la relación 15:2 se
dedicó la mitad del tiempo a la ventilación, y en el grupo de la relación de 30:2 se utilizó
el 38% del tiempo. Un estudio del Japón evaluó las competencias en reanimación cardiopulmonar un mes después de haberse impartido la formación, y se
compararon las aptitudes en reanimación cardiopulmonar estándar con las de
compresiones torácicas continuas. Los sujetos en el segundo grupo realizaron
un mayor número total de compresiones torácicas, las compresiones eran
adecuadas y el tiempo sin compresiones fue menor. Dos estudios con estudiantes de medicina determinaron que el grupo que practicaba compresiones
torácicas continuas lo hacía de forma más adecuada en los primeros 2 minutos,
de los 9 minutos de reanimación cardiopulmonar, y que cuando se dieron
cursos a los estudiantes en reanimación por compresiones torácicas continuas
o reanimación cardiopulmonar estándar, el grupo que realizaba el primer tipo
era capaz de hacer las compresiones de manera más adecuada después de 18
meses. En un estudio cruzado de paramédicos, la aplicación de compresiones
torácicas continuas contribuyó a aumentar el número de compresiones por
minuto. Un ensayo aleatorio de reanimación cardiopulmonar realizado con
ayuda de los recepcionistas de llamadas de ayuda entre los voluntarios que
practicaban compresiones torácicas continuas o reanimación cardiopulmonar
estándar en maniquíes permitió determinar que los que utilizaban la primera
técnica completaron cuatro ciclos de reanimación cardiopulmonar antes y
con menos pausas. Solo en el 9% de las ventilaciones se suministró el volumen de
corriente correcto (entre 800-1.200 cc) en el grupo de compresiones torácicas
continuas, y solo el 21% (500-1.200 cc) en el grupo que practicaba reanimación
cardiopulmonar estándar; la profundidad de las compresiones fue deficiente en
ambos grupos. Otro estudio aleatorio de instrucciones telefónicas para practicar reanimación cardiopulmonar estándar en comparación con la técnica
de compresiones torácicas continuas determinó que el segundo grupo realizó
más compresiones en diez minutos, con un porcentaje similar de compresiones
84
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
a la profundidad adecuada. En el grupo que realizó la reanimación estándar,
el volumen de cor r iente de vent ilación fue adecuado solo en pocos
casos.
En resumen, se trata de un ensayo prospectivo y aleatorizado de recepcionistas
de llamadas al 911 que dan instrucciones telefónicas, ya sea para la reanimación basada solo en compresión o la basada en compresiones con ventilaciones,
y la supervivencia hasta el alta hospitalaria fue similar en ambos grupos.
Hay ocho ensayos de observación en los que la reanimación fue realizada
por un pasante, y en que uno de los grupos practicó la reanimación cardiopulmonar solo con compresiones. Un estudio demostró que la reanimación
cardiopulmonar con compresiones y ventilación dio mejores resultados que la
reanimación sin ventilación o sin compresiones; sin embargo, no se evaluó la
reanimación basada solo en compresión. En los demás estudios de observación,
la reanimación solo con compresiones no dio peores resultados que la reanimación cardiopulmonar estándar con ventilaciones. Uno de estos estudios no
encontró diferencias en los resultados en el análisis univariado; sin embargo,
en el análisis multivariado se determinó que la supervivencia había mejorado
con la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones, en comparación con la reanimación cardiopulmonar estándar. Hay tres estudios de “antes
y después” de la aplicación de un protocolo por parte de los servicios médicos
de urgencia, en los que figuraban las compresiones torácicas continuas como
parte de la reanimación inicial para los paros cardíacos. Dos de estos estudios
solo comunicaron los resultados de los paros con un ritmo desfibrilable inicial.
El otro estudio incluía todos los paros cardíacos, pero el cumplimiento del
protocolo era limitado. La supervivencia mejoró en el grupo después de que
se aplicó el protocolo. Varios de los estudios con animales, aunque no todos,
que en su mayoría eran por fibrilación ventricular, comunicaron resultados
equivalentes o mejorados con las compresiones torácicas continuas. Es importante destacar que los pocos estudios pediátricos en los modelos de asfixia han
puesto de manifiesto preocupación por las compresiones torácicas continuas.
Una conclusión constante es que cualquier tipo de reanimación cardiopulmonar es mejor que ninguno. En estudios sobre ejercicios de simulación se
determinó que las compresiones torácicas continuas son una técnica fácil de
recordar y que los sujetos realizan un mayor número de compresiones, aunque
el cansancio es mayor. Las ventilaciones no se realizan adecuadamente e
insumen una cantidad significativa de tiempo que podría aprovecharse para
hacer compresiones.
Recientemente, se publicaron dos estudios basados en la comunidad y un editorial conexo en que se abordaba específicamente la reanimación cardiopulmonar
basada solo en compresiones practicada de forma controlada. En un estudio, de
carácter prospectivo, no se observaron diferencias significativas con respecto
a la supervivencia a los 30 días entre las instrucciones dadas por un recepcionista de llamadas de emergencias médicas antes de la llegada del personal
de los servicios médicos de urgencia para la reanimación cardiopulmonar con
solo compresiones, y las instrucciones para la reanimación cardiopulmonar
estándar en pacientes con sospecha atestiguada de paro cardíaco fuera de
hospital. El otro estudio también mostró resultados similares en la reanimación
cardiopulmonar basada solo en compresiones realizadas bajo la dirección de un
recepcionista de la llamada de urgencia, en comparación con la reanimación
cardiopulmonar estándar, con una tendencia a mejores resultados en algunos
subgrupos, aunque sin significación estadística. Las principales conclusiones de
los artículos fueron que la reanimación cardiopulmonar basada exclusivamente
en compresión, y dirigida por un recepcionista telefónico, tuvo un resultado
igual a la de la reanimación cardiopulmonar estándar, y que puede haber una
85
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
tendencia a mejores resultados en ciertos tipos de víctimas de paro cardíaco
(insuficiencia cardiaca, por ejemplo). Ambos artículos a continuación afirman
que, ante los mismos resultados y la creencia (aunque no se haya estudiado) de
que la reanimación cardiopulmonar basada exclusivamente en la compresión
es más fácil de enseñar y más probable de realizar, se debe defender esa técnica
en ciertas situaciones. El editorial explica que no existe un estudio definitivo
que demuestre el beneficio de la reanimación cardiopulmonar realizada por
el personal de los servicios médicos de urgencia con solo compresiones, y si el
éxito de la reanimación cardiopulmonar con solo compresiones se limita a la
taquicardia ventricular y al paro por fibrilación en adultos.
La reanimación cardiopulmonar basada solo en compresiones es aceptable para
un adulto que sufre paros cardiacos fuera del hospital. Las pruebas disponibles
no apoyan de forma terminante que ese tipo de reanimación proporcione una
ventaja de supervivencia sobre la reanimación cardiopulmonar estándar realizada por socorristas ocasionales. Teniendo en cuenta que es más probable que
los profanos practiquen la reanimación cardiopulmonar solo con compresiones
y sin ventilación, que las ventilaciones en general no se realizan bien, y pueden
causar retrasos importantes, y que las instrucciones sobre reanimación cardiopulmonar con solo compresiones que aconsejan los recepcionista de llamadas
de urgencia al 911 toman menos tiempo, se puede decir que esa técnica es la
preferida para los socorristas sin experiencia. Los socorristas adiestrados, en
cambio, deben practicar la reanimación cardiopulmonar solo con compresiones
si no pueden o no quieren realizar la reanimación estándar. Además, después
de un período prolongado de reanimación cardiopulmonar es evidente que el
socorrista necesita respirar.
Referencias: 551-595
Directrices
• Los socorristas no adiestrados o que han recibido una capacitación mínima y
atienden a una víctima adulta deben utilizar la reanimación cardiopulmonar
basada solo en compresión (recomendado**).
• Los socorristas que han recibido una capacitación oficial (y los profesionales)
y atienden a una víctima adulta deben utilizar siempre la reanimación
cardiopulmonar basada en compresiones combinadas con respiraciones
(recomendado**).
• Se debe hacer todo lo posible para comenzar las compresiones cuanto antes
y reducir al mínimo las interrupciones entre compresiones (recomendado**).
• Los socorristas que han recibido una capacitación oficial (y los profesionales)
y atienden a una víctima adulta, y no quieren o no pueden practicar debido a
circunstancias especiales la reanimación cardiopulmonar basada exclusivamente en compresiones, pueden reemplazarla por la basada en la compresión
con respiraciones (opcional*).
• En el caso de lactantes y niños con paro cardíaco, el método preferido de
reanimación cardiopulmonar es el de compresiones con respiraciones (recomendado**).
• En el caso de lactantes y niños con paro cardíaco, si los socorristas no quieren,
no pueden o no están capacitados para practicar la reanimación con respiraciones, pueden realizar la basada solo en compresiones (recomendado**).
• En el caso de lactantes, niños y ahogados que no reaccionan y no respiran,
se deben practicar respiraciones antes de las compresiones (recomendado**).
Conviene practicar dos o cinco respiraciones (opcional*).
• Se puede enseñar a los socorristas profesionales a controlar el pulso, pero sin
86
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
que eso suponga prolongar el tiempo de evaluación, e indicar que es preferible
hacerlo junto con el control de respiración (opcional*).
• Los socorristas profesionales deben controlar el pulso, y si no están seguros de
que haya pulso, deben actuar como si no lo hubiera (recomendado**).
• En el caso de los adultos, el ritmo de compresión puede ser de 100 compresiones por minuto, sin exceder 120 compresiones por minuto (opcional*).
• En el caso de los adultos, la profundidad de compresión puede ser como
mínimo de 5 a 6 centímetros (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
A los efectos de las directrices de reanimación cardiopulmonar, se utilizan las
siguientes definiciones de edad:
• se entiende por lactante al niño desde el nacimiento hasta 1 año de edad;
• se entiende por niño el que tiene más de 1 año de edad hasta el inicio de la
pubertad (se acepta generalmente los 12 años de edad, la presencia de vello
axilar o el desarrollo de los senos en las mujeres);
• se entiende por adulto toda persona que ha superado el inicio de la pubertad;
• en el caso de los desfibriladores externos automáticos (AED por sus siglas
en inglés, véase más adelante), se debería ampliar las recomendaciones de
los fabricantes, que se basan actualmente en niños de 8 años de edad o más
jóvenes.
Cada Sociedad Nacional tendrá que determinar las formas de la reanimación
cardiopulmonar que se adaptan mejor a sus poblaciones de estudiantes. Entre
los factores que deben tenerse en cuenta figuran los recursos de cada Sociedad
Nacional, la formación, los programas educativos que se ofrecen, la legislación
y reglamentación, la responsabilidad civil y las contribuciones de expertos científicos, especialmente los servicios médicos de urgencia con la cadena nacional
de supervivencia.
Al llamar a los servicios médicos de urgencia, es fundamental proporcionar una
descripción adecuada de la víctima.
Para las víctimas inconscientes
1. Cerciorarse de que el socorrista (y los otros socorristas), la víctima y los
pasantes están en condiciones de seguridad.
2. Tratar de obtener una respuesta de la víctima, sacudiendo suavemente sus
hombros, y preguntarle en voz alta: “¿Está bien?”.
Si la víctima responde
1. Dejar a la víctima en la posición en que se la encontró, siempre que ello no
constituya un peligro todavía mayor.
2. Tratar de determinar cuál es el problema de la víctima.
3. Pedir ayuda si es necesario.
4. Evaluar el estado de la víctima con regularidad.
Si la víctima no responde
1. Pedir ayuda a gritos, acostar a la víctima sobre la espalda y despejar una
vía de aire utilizando la maniobra frente-mentón (como se describe en los
siguientes pasos).
2. Colocar la mano en la frente de la víctima e inclinar suavemente su cabeza
hacia atrás, procurando mantener los dedos pulgar e índice libres para
cerrar la nariz de la víctima en caso de que requiera respiración asistida
(este último paso puede variar según la Sociedad Nacional).
3. Con los dedos en el punto de la barbilla de la víctima, levantar la barbilla
para abrir la vía de aire.
87
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
4. Mantener abierta la vía de aire, y mirar, escuchar y sentir si la respiración es
normal.
5. Observar el movimiento del pecho y/o el abdomen.
6. Escuchar en la boca de la víctima si hay ruido de respiración.
7. Sentir el aire en la mejilla.
8. Los reanimadores profesionales podrán hacer simultáneamente un control
del pulso.
Nota: en los primeros minutos tras el paro cardíaco, puede suceder que la
víctima apenas respire o tome bocanadas de aire poco frecuentes y ruidosas.
Esto no debe confundirse con una respiración normal. Conviene observar,
escuchar y sentir la respiración de la víctima durante no más de diez segundos
para determinar si es normal. Si se tiene alguna duda sobre si respira o no, se
debe asumir que no. Del mismo modo, si los socorristas profesionales no están
seguros de que haya pulso, deben asumir que no lo hay.
Si la víctima respira
1. Colocar a la víctima en posición de recuperación, o HAINES, si se sospecha
que hay lesión cervical.
2. Enviar o ir en busca de ayuda o llamar a los servicios médicos de urgencia.
3. Seguir verificando que la víctima respira normalmente.
Si la víctima no respira (en caso de socorristas ocasionales) y no tiene pulso (en caso
de socorristas profesionales)
1. Enviar a alguien para pedir ayuda y que traiga un desfibrilador externo automático (véase abajo) o, si el socorrista está solo, dejar a la víctima y alertar a
los servicios médicos de urgencia; luego regresar y comenzar a practicar la
compresión torácica (como se describe en los siguientes pasos [puede variar
según la Sociedad Nacional]).
2. Arrodillarse al lado de la víctima.
3. Colocar la palma de una mano en el centro del pecho de la víctima.
4. Situar la palma de la otra mano sobre la primera mano, y asegurarse de que
no se hace presión sobre las costillas de la víctima. No se aplicará ningún
tipo de presión sobre la parte superior del abdomen o el extremo inferior del
esternón óseo (hueso del pecho).
5. Colocarse en posición vertical sobre el pecho de la víctima y, con los brazos
rectos, presionar hacia abajo sobre el esternón por lo menos 2 pulgadas (6 a
5 cm) a una velocidad de al menos 100 por minuto (casi dos compresiones
por segundo), pero no más de 120 por minuto. Después de cada compresión, aflojar totalmente la presión en el pecho sin perder el contacto entre
las manos y el esternón; la compresión y la descompresión deben durar la
misma cantidad de tiempo.
Combinación de las compresiones torácicas con la respiración asistida
1. Después de 30 compresiones, despejar la vía de aire utilizando de nuevo la
maniobra frente-mentón.
2. Considerar la posibilidad de pellizcar la parte blanda de la nariz cerrada de
la víctima, usando el dedo índice y el pulgar de la mano que se tiene en la
frente de la víctima (este paso puede variar según la Sociedad Nacional).
3. Hacer que la víctima abra la boca, pero manteniendo el mentón elevado.
4. Hacer una inspiración normal, y tras asegurarse de que hay una adherencia
hermética, soplar el aire sin interrupción en la boca de la víctima (o apretar
la mascarilla respiratoria si se utiliza este dispositivo) mientras se observa
si el pecho se eleva, durante aproximadamente 1 segundo, como en una
respiración normal; esta es una forma eficaz de respiración asistida.
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02. Directrices sobre primeros auxilios
5. Mantener la inclinación de la cabeza y el mentón, apartar la boca lejos de la
víctima (o permitir la exhalación, si se utiliza mascarilla) y verificar que el
pecho desciende a medida que el aire sale.
6. Hacer otra inspiración normal, y una vez más espirar el aire en la boca de la
víctima, para un total de dos respiraciones asistidas eficaces. No intentar más
de dos respiraciones por vez antes de volver a las compresiones torácicas.
7. Sin demora, volver a poner las manos en la posición correcta en el pecho de
la víctima y practicar 30 compresiones torácicas más. Contar en voz alta.
8. Continuar con las compresiones torácicas y la respiración asistida en una
proporción de 30:2.
9. Parar para reevaluar el estado de la víctima solo si comienza a moverse y
se aprecia visiblemente que se despierta; de lo contrario, no interrumpir la
reanimación.
Nota: si con la respiración asistida inicial no se consigue que el pecho de la
víctima se eleve, como en una respiración normal, antes del siguiente intento
examinar la boca de la víctima y retirar cualquier obstrucción y verificar que
la inclinación de la cabeza y elevación de la barbilla son adecuadas (como se
describe en la sección sobre la atención de la obstrucción de las vías respiratorias por un cuerpo extraño).
Si hay más de un reanimador presente, los socorristas deben turnarse para
practicar la reanimación cardiopulmonar cada 1-2 minutos, para evitar la fatiga.
Asegurarse de que las compresiones torácicas no se interrumpan durante el
cambio de los reanimadores.
Para la reanimación cardiopulmonar basada solo en compresión
1. Si no se puede o no se quiere practicar respiración asistida, realizar solamente compresiones torácicas.
2. Si solo se practican compresiones torácicas, estas deben ser continuas, a una
velocidad de al menos 100 por minuto.
3. Parar para evaluar el estado de la víctima solo si comienza a moverse y se
aprecia visiblemente que se despierta; de lo contrario, no interrumpir la
reanimación.
4. Continuar la reanimación sin interrupción hasta que llegue asistencia
médica calificada y se haga cargo de la situación, o hasta que la víctima
comience a respirar normalmente.
Si la víctima no respira y tiene pulso (para reanimadores profesionales)
1. Enviar a alguien para pedir ayuda y que traiga un desfibrilador externo
automático (véase más abajo).
2. Arrodillarse al lado de la víctima.
3. Considerar la posibilidad de pellizcar la parte blanda de la nariz cerrada de
la víctima, usando el dedo índice y el pulgar de la mano que se tiene en la
frente de la víctima (este paso puede variar según la Sociedad Nacional).
4. Hacer que la víctima abra la boca, pero manteniendo el mentón elevado.
5. Hacer una inspiración normal, y tras asegurarse de que hay una adherencia
hermética, soplar el aire sin interrupción en la boca de la víctima (o apretar la
mascarilla respiratoria si se utiliza este dispositivo) mientras se comprueba
que el pecho se eleva, durante aproximadamente 1 segundo, como en una
respiración normal; esta es una forma eficaz de respiración asistida.
6. Mantener la inclinación de la cabeza y el mentón, apartar la boca de la
víctima (o dejar que salga el aire, si se utiliza mascarilla) y observar si el
pecho desciende a medida que el aire sale.
7. Continuar practicando las respiraciones a un ritmo de una respiración cada
5 segundos.
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
8. Verificar periódicamente el pulso, y si la víctima comienza a respirar y/o
moverse llevar a cabo una nueva evaluación exhaustiva.
Nota: si con la respiración asistida inicial no se consigue que el pecho de la
víctima se eleve, como en una respiración normal, antes del siguiente intento
se debe prestar atención a la posible obstrucción de las vías respiratorias por un
cuerpo extraño.
Reanimación de niños (y ahogados)
Después de reconocer un paro cardíaco (una víctima que no reacciona y no
respira), los socorristas deben:
1. practicar de dos a cinco respiraciones asistidas iniciales antes de comenzar
las compresiones torácicas; hacer una inspiración normal, y tras asegurarse
de que hay una adherencia hermética, soplar el aire sin interrupción en la
boca de la víctima (o apretar la mascarilla respiratoria, si se utiliza este
dispositivo) mientras se observa si el pecho se eleva, durante aproximadamente 1 segundo, como en una respiración normal; esta es una forma eficaz
de respiración asistida;
2. mantener la inclinación de la cabeza y el mentón, apartar la boca de la
víctima (o dejar que salga el aire, si se utiliza mascarilla) y observar si el
pecho desciende a medida que el aire sale;
3. si el socorrista está solo (socorrista único), practicar la reanimación cardiopulmonar durante aproximadamente 1 minuto antes de ir en busca de
ayuda;
4. comprimir el pecho aproximadamente un tercio de su profundidad. Para un
niño <1 año de edad, utilizar dos dedos; para un niño> 1 año de edad, utilizar
una o dos manos, según sea necesario para lograr una compresión de la
profundidad adecuada;
5. continuar practicando 30 compresiones seguidas de 2 respiraciones;
6. parar para evaluar el estado de la víctima solo si comienza a moverse y se
aprecia visiblemente que se despierta; de lo contrario, no interrumpir la
reanimación.
Si hay más de un reanimador presente, los socorristas deben turnarse para
practicar la reanimación cardiopulmonar cada 1-2 minutos, para evitar la fatiga
y utilizar una proporción de 15 compresiones por dos respiraciones. Es preciso
asegurarse de que las compresiones torácicas no se interrumpan durante el
cambio de los reanimadores.
En caso de un reanimador único, los mismos pasos, o sea, las cinco respiraciones iniciales y 1 minuto de reanimación cardiopulmonar antes de ir a buscar
ayuda, pueden mejorar los resultados para las personas ahogadas. Esta forma
modificada de reanimación cardiopulmonar se debe enseñar solo a los que
tienen la función específica de atender a potencia les ahogados o a los socorristas profesionales (por ejemplo, los salvavidas).
Si la víctima no respira y tiene pulso (para socorristas profesionales)
1. Enviar a alguien a pedir ayuda y que traiga un desfibrilador externo automático (véase abajo)
2. Arrodillarse al lado de la víctima.
3. Considerar la posibilidad de pellizcar la parte blanda de la nariz cerrada de
la víctima, usando el dedo índice y el pulgar de la mano que se tiene en la
frente de la víctima (este paso puede variar según la Sociedad Nacional).
4. Hacer que la víctima abra la boca, pero manteniendo el mentón elevado.
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02. Directrices sobre primeros auxilios
5. Hacer una inspiración normal, y tras asegurarse de que hay una adherencia
hermética, soplar el aire sin interrupción en la boca de la víctima (o apretar
la mascarilla respiratoria, si se utiliza este dispositivo) mientras se observa
si el pecho se eleva, durante aproximadamente un segundo, como en una
respiración normal; esta es una forma eficaz de respiración asistida.
6. Mantener la inclinación de la cabeza y el mentón, apartar la boca de la
víctima (o dejar que salga el aire, si se utiliza mascarilla) y verificar que el
pecho desciende a medida que el aire sale.
7. Continuar practicando respiraciones a un ritmo de una respiración cada 3
segundos.
8. Verificar periódicamente el pulso, y si la víctima comienza a respirar y/o
moverse, llevar a cabo una nueva evaluación exhaustiva.
Nota: si con la respiración asistida inicial no se consigue que el pecho de la
víctima se eleve, como en una respiración normal, antes del siguiente intento
se debe prestar atención a la posible obstrucción de las vías respiratorias por un
cuerpo extraño.
Desfibrilación externa automática
Introducción
Los desfibriladores externos automáticos han demostrado ser seguros y eficaces
y permiten la desfibrilación muchos minutos antes de que lleguen los servicios
médicos de urgencia con un desfibrilador manual. Los socorristas que utilicen
un desfibrilador externo deben continuar la reanimación cardiopulmonar con
la interrupción mínima, mientras apliquen el dispositivo, así como durante
y después de su uso. Una vez que se ha detectado un ritmo desfibrilable, el
desfibrilador automático enviará una descarga sin más intervención del socorrista. Los que intervienen deben centrarse en ejecutar las medidas de forma
inmediata, siguiendo las instrucciones de las indicaciones de voz.
Resumen de los fundamentos científicos
La desfibrilación inmediata, tan pronto como se disponga de un desfibrilador
externo automático, siempre ha sido un elemento clave en las directrices y la
enseñanza, y se considera de suma importancia para la supervivencia tras una
fibrilación ventricular. Este concepto ha sido cuestionado porque la evidencia
sugiere que un período de compresión torácica antes de la desfibrilación puede
mejorar la supervivencia cuando el tiempo entre la llamada a los servicios
médicos de urgencia y su llegada supera los cinco minutos. Dicho esto, la recomendación actual es utilizar un desfibrilador externo automático en cuanto
esté disponible, y conectarlo al paciente. Los informes publicados indican que
el 42% de los pacientes tratados con desfibrilación de acceso público sobreviven
hasta el alta hospitalaria en entornos cuidadosamente controlados. El ensayo de
esta desfibrilación, que es una intervención experimental amplia y controlada,
demostró una reducción estadísticamente significativa del 11% del riesgo de
muerte antes del alta hospitalaria para pacientes que sufren un paro cardíaco
de una presunta causa cardíaca en zonas con un programa de desfibrilación de
acceso público, en comparación con las zonas en que solo se imparte capacitación para la reanimación cardiopulmonar. Esto demuestra que la desfibrilación
por testigos mínimamente capacitados mejora la supervivencia hasta el alta
hospitalaria de un paro cardiaco, presenciado fuera del hospital, debido a fibrilación ventricular o taquicardia ventricular.
Los datos también han demostrado que en esta estrategia puede ser necesario
un desfibrilador externo automático adecuado para utilizar en pacientes
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
pediátricos, y en su defecto, es aceptable el uso de un desfibrilador para adultos,
incluso en lactantes. La fibrilación ventricular no tratada o taquicardia ventricular sin pulso causará la muerte si no se practica una desfibrilación inmediata.
El desfibrilador externo automático mejora el tiempo para practicar la descarga
en muchos lugares fuera del hospital, y ese dispositivo se ha utilizado eficazmente en los bebés. Los algoritmos utilizados por el desfibrilador tienen un
perfil de seguridad y eficacia aceptable en los bebés. El dispositivo suministra
una dosis de energía mayor que la actualmente recomendada, de 02.04 J / kg;
sin embargo, se conoce la dosis de energía que es segura. Los limitados datos
disponibles sugieren que se pueden utilizar eficazmente altas dosis de energía
en niños. Teniendo en cuenta los malos resultados obtenidos si no se procede
a tratamiento de la fibrilación ventricular (o si se retrasa el tratamiento), la
descarga de alta dosis de energía es aceptable. La energía bifásica probablemente produce menos daños miocárdicos, sobre la base de datos muy limitados,
y sin datos en niños. Los datos no apoyan el uso de un modelo u otro de desfibrilador externo automático para los niños.
No hay datos en las personas para determinar la superioridad del desfibrilador
externo completamente automático o semiautomático en el uso clínico.
Referencias: 596-625
Directrices
• El desfibrilador externo automático estándar se debe utilizar en adultos y
niños >8 años de edad (obligatorio***).
• Para los niños entre 1 y 8 años de edad, se deben utilizar, si están disponibles,
almohadillas, un adaptador pediátrico o un modo pediátrico (obligatorio***);
si estos no están disponibles, el dispositivo deberá utilizarse tal como está en
niños entre 1 y 8 años de edad (recomendado**).
• El desfibrilador se puede utilizar para niños <1 año de edad (opcional*).
Consideraciones relativas a la aplicación
Es importante señalar, durante la formación, la importancia de seguir las recomendaciones de los fabricantes y las indicaciones de los dispositivos.
Secuencia de uso de un desfibrilador externo automático
1. Cerciorarse de que el socorrista (y los otros socorristas), la víctima y los
pasantes están en condiciones de seguridad.
2. Si la víctima está inconsciente y no respira normalmente, enviar a alguien a
buscar el desfibrilador externo y llamar a los servicios médicos de urgencia.
3. Iniciar reanimación cardiopulmonar de acuerdo con las directrices para
paro cardíaco.
4. Tan pronto como llegue el desfibrilador, encenderlo y fijar los electrodos. Si
hay más de un reanimador presente, se debe continuar al mismo tiempo la
reanimación cardiopulmonar. Seguir las indicaciones de voz y visuales.
5. Asegurarse de que nadie toque a la víctima mientras el desfibrilador analiza
el ritmo.
Si se indica una descarga
1. Asegurarse de que nadie toque a la víctima.
2. Pulsar el botón de descarga como se indica (el desfibrilador completamente
automático emitirá la descarga de forma automática).
3. Continuar según las indicaciones de voz y visuales.
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Si no se indica una descarga
1. Reanudar inmediatamente la reanimación cardiopulmonar, usando una
relación de 30 compresiones y 2 respiraciones asistidas.
2. Continuar según las indicaciones de voz o visuales.
3. Seguir las instrucciones del dispositivo hasta que llegue ayuda especializada
y se haga cargo de la situación, o que la víctima comience a respirar normalmente.
Programas de acceso público a la desfibrilación
Todavía no se ha aprovechado plenamente todas las posibilidades del desfibrilador externo automático, porque se utiliza sobre todo en entornos públicos,
mientras que el 60% a 80% de los paros cardíacos ocurren en casas particulares.
Los programas de desfibrilación de acceso público y de primera intervención
con desfibrilador externo pueden aumentar el número de personas que reciben
reanimación cardiopulmonar y desfibrilación precoz, mejorando así la supervivencia de las víctimas de un paro cardíaco fuera del hospital. Estos programas
requieren una respuesta organizada y practicada, con reanimadores adiestrados
y equipados para reconocer emergencias, y servicios médicos de urgencia
que practiquen la reanimación cardiopulmonar y utilicen un desfibrilador
externo.
El problema logístico para los programas de primera intervención es que el
socorrista tiene que llegar antes de los servicios médicos de urgencia tradicionales, y, además, dentro de los 5-6 minutos de la llamada inicial, para intentar la
desfibrilación en la fase eléctrica o del sistema circulatorio de un paro cardíaco.
Sin embargo, las pequeñas ganancias de tiempo que se puedan lograr mediante
los programas de primeros auxilios en favor de muchas víctimas residenciales
pueden ser más eficaces que las grandes reducciones de tiempo de intervención
que se logran con los programas de desfibrilación de acceso público, que tienen
un impacto en un número menor de víctimas de paro cardiaco.
Los elementos recomendados para los programas de de desfibrilación de acceso
público son una intervención planificada y practicada (evaluación previa de
los lugares y mejores lugares para colocar un desfibrilador externo), adiestramiento de una comunidad y/o de una persona seleccionada en reanimación
cardiopulmonar y uso de un desfibrilador externo, un enlace sólido con los
servicios médicos de urgencia locales y un programa de mejoramiento continuo
de la calidad. Los programas de desfibrilación de acceso público tienen más
posibilidades de mejorar la supervivencia de un paro cardíaco si se colocan
desfibriladores externos en los lugares donde es probable que se produzcan
paros cardiacos delante de testigos. Los lugares adecuados son aquellos en
los que haya probabilidad de que ocurra un paro cardiaco por lo menos una
vez cada 2 años (por ejemplo, aeropuertos, casinos, instalaciones deportivas).
Como aproximadamente del 60% al 80% de los paros cardiacos ocurren fuera
del hospital en ámbitos privados o residenciales, la repercusión global de los
programas de desfibrilación de acceso público en las tasas de supervivencia
es inevitablemente limitada. Aún no se han evaluado programas para poner
desfibriladores externos automáticos a disposición del público en las zonas residenciales. No se ha demostrado la eficacia de adquirir un desfibrilador externo
para uso en el hogar en caso de personas consideradas en alto riesgo de paro
cardiaco repentino, por lo que no es recomendable.
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Métodos para proporcionar ventilación
Introducción
Si bien el suministro de ventilación se ha reducido al mínimo en ciertos procedimientos de reanimación, como la reanimación cardiopulmonar basada solo
en compresiones, esa técnica sigue siendo una aptitud muy importante y forma
parte de la secuencia de la atención de los socorristas profesionales y no profesionales en la reanimación de lactantes, niños y determinadas víctimas adultas.
Resumen de los fundamentos científicos
El primer estudio del método de boca a máscara determinó que la técnica
permitía ofrecer una ventilación efectiva a nueve pacientes adultos en el postoperatorio. Los operadores podían mantener niveles aceptables de oxígeno y
dióxido de carbono en la sangre en los pacientes sin que experimentaran fatiga,
dificultad para respirar o mareos. Los autores indicaron que la técnica presentaba varias ventajas y podría ser útil en situaciones de emergencia.
Un examen de la bibliografía disponible en que se compara el método de boca a
máscara y ventilación con bolsa de reanimación mascarilla-válvula revela que
hay muchas preguntas sin respuesta con respecto a estas técnicas que potencialmente salvan vidas. Por ejemplo, se desconoce el riesgo real de infección
durante el uso de cualquiera de estos métodos. Se necesita más investigación,
pero aún así, pueden extraerse algunas conclusiones.
El método de boca a máscara puede ser eficaz para crear un volumen suficiente
de corrientes, aunque con mayores picos de presión de las vías de aire y mayor
riesgo de ventilación excesiva y de insuflación gástrica que si se utiliza bolsa
de reanimación mascarilla-válvula a cargo de dos reanimadores. Esta técnica
también puede ser más agotadora para el socorrista que la ejecuta.
El método boca a máscara de ventilación puede ser más fácil de aprender y
ejecutar que la técnica de la bolsa de reanimación. Cuando solo hay un socorrista para realizar las ventilaciones y las compresiones durante la reanimación
cardiopulmonar, la técnica de boca a máscara es más sencilla y rápida, y
produce menos interrupciones de las compresiones torácicas.
La mayoría de las marcas de las máscaras de reanimación están disponibles en
un tamaño estándar para adultos. Este tamaño es particularmente inadaptado
para los niños. En cambio, los dispositivos de reanimación mascarilla-válvula
están disponibles en versiones para adultos y niños, con una gama completa de
tamaños de máscara.
La ventilación por mascarilla-válvula a cargo de un socorrista es una aptitud
compleja, que es más difícil de aprender y ejecutar. Para utilizar esta técnica, el
socorrista debe, en primer lugar, seleccionar la máscara y la bolsa de tamaño
apropiado. Con una sola mano, debe despejar una vía de aire para la víctima
y establecer un cierre hermético adecuado entre la máscara y la cara. Luego,
con la otra mano, el reanimador debe enviar el volumen de corriente de aire
necesario, presionando la bolsa con una mano, mientras observa a la víctima
para comprobar si el pecho se eleva visiblemente. Muchos equipos de reanimación tienen dificultades para ejecutar esta operación, sobre todo en adultos. El
diseño de la máscara y las variaciones en la técnica influyen en los resultados.
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
Con el método de ventilación por mascarilla-válvula a cargo de dos socorristas
se puede facilitar el cierre hermético adecuado y el suministro del volumen de
corriente de aire necesario, con menos picos de presión de la vía de aire y un
menor riesgo de ventilación excesiva y de insuflación gástrica que la técnica de
boca a máscara. También permite una mayor concentración de oxígeno suplementario y facilita el transporte de la víctima. Puede ser una aptitud más fácil
de aprender y ejecutar que la técnica con un solo socorrista.
Referencias: 626-652
Directrices
• Si la ventilación está a cargo de un solo socorrista, se debe utilizar la técnica
de boca a máscara, en lugar de la técnica de bolsa de reanimación por mascarilla-válvula (recomendado**).
• Si hay varios reanimadores, y al menos dos están disponibles para proporcionar
ventilación, conviene utilizar la técnica de ventilación por mascarilla-válvula
a cargo de dos socorristas, siempre que estén bien adiestrados y tengan experiencia en este método (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
Sobre la base de los socorristas a los que imparten formación, las Sociedades
Nacionales deben determinar si conviene abordar solo los dispositivos de barrera
o incluir también el uso de la bolsa de reanimación mascarilla-válvula. Además,
sobre la base de creencias y prácticas locales, algunas Sociedades Nacionales
pueden optar por permitir en su material el suministro de ventilación sin un
dispositivo de barrera, si bien esto no sería coherente con las prácticas actuales
de control de la infección.
Apoyo psicosocial
y de salud mental
Introducción
El apoyo psicosocial, como se define en el Centro de Información de la Federación
Internacional sobre Apoyo Psicosocial, hace referencia a las medidas dirigidas
a las necesidades psicológicas y sociales de los individuos, familias y comunidades, después de vivencias críticas, y que tienen como objetivo aumentar
la capacidad de recuperación de las personas, grupos y comunidades afectados. Esta definición se corresponde con las Directrices sobre Salud Mental y
Apoyo Psicosocial en Situaciones de Emergencia del Comité Permanente entre
Organismos (IASC) y está ampliamente aceptada. Las directrices del Comité
Permanente indican que en caso de emergencia, las personas se ven afectadas
de maneras diferentes y requieren diferentes tipos de apoyo. Una de las claves
para organizar el apoyo psicosocial y de salud mental es desarrollar un sistema
estratificado de apoyos complementarios que satisfagan las necesidades de
los diferentes grupos; estas capas incluyen los servicios básicos y apoyo a la
seguridad, la comunidad y la familia, apoyos selectivos no especializados y
servicios especializados.
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Los aspectos más básicos de las intervenciones psicosociales de este enfoque
en varias capas se integran en la prestación de servicios básicos y de seguridad.
Un enfoque psicosocial garantiza la prestación de estos servicios, y siempre de
una manera que sea respetuosa y socialmente adecuada. Tales intervenciones
pueden consistir en pedir a los agentes responsables que establezcan estos
servicios básicos, documentar sus repercusiones en la salud mental y bienestar
psicosocial y ejercer influencia en los agentes humanitarios para que los presten
de una manera que promueva la salud mental y el bienestar psicosocial. A
nivel de la comunidad o la familia, las intervenciones psicosociales apuntan
a promover el apoyo social mediante el restablecimiento de los vínculos familiares y las redes de apoyo social. Los voluntarios capacitados también pueden
ofrecer primeros auxilios psicológicos y ejecutar actividades de apoyo a la capacidad de recuperación inherente de los grupos afectados. Los primeros auxilios
psicológicos que se describen en The Psychological First Aid Field Operations Guide,
2nd Edition (2006) constituyen un ejemplo de este aspecto tan fundamental del
apoyo psicosocial. Un número más reducido de personas puede requerir apoyo
centrado en cuestiones y problemas específicos. Esta asistencia puede tomar la
forma de intervenciones individuales, familiares o de grupo y debe estar a cargo
de personal capacitado y supervisado. En los casos en que las intervenciones
más selectivas son insuficientes o se sospecha que hay graves trastornos de
salud mental, es importante disponer el envío del paciente a profesionales de la
salud mental.
Resumen de los fundamentos científicos
Existe un sólido consenso entre las autoridades reconocidas en cuanto a la definición de apoyo psicosocial y los objetivos que lo sustentan. El objetivo principal
es mejorar la capacidad de recuperación y el bienestar psicosocial a través de
la prestación de apoyo psicosocial estructurado, que puede mitigar el desarrollo de reacciones psicológicas adversas. Diversos expertos y las directrices
recomiendan categóricamente, en situaciones de emergencia, intervenciones
de apoyo psicosocial que ofrezcan apoyo informativo, práctico y emocional,
como los primeros auxilios psicológicos (véanse las directrices NICE, 2005,
Guía del IASC, 2009). Tras 30 años de investigación hay pruebas concluyentes
de que el apoyo social es un importante factor de protección después de los
acontecimientos adversos de la vida y las vivencias traumáticas. Durante este
proceso se ha comunicado reiteradamente la gran utilidad de algunos aspectos
del apoyo psicosocial como la seguridad y la protección, la promoción dela autonomía, el sentimiento de vinculación social, la calma y la esperanza. Se encargó
a la Red Europea de Estrés Postraumático (www.tentsproject.eu) que elaborara
directrices para la atención psicosocial después de los desastres, que pudieran
difundirse a través de Europa y, potencialmente, más allá de ese continente.
Dada la limitada base empírica, se decidió que las directrices se elaboraran
por consenso entre expertos. Las recomendaciones proponen que se establezca
un grupo de múltiples instituciones de planificación de la atención psicosocial
para cada ámbito, con intervenciones dirigidas a prestar apoyo general, acceso
al apoyo social, físico y psicológico; se ofrecerán intervenciones específicas de
salud mental solo si así lo aconseja una evaluación completa.
The Psychological First Aid Field Operations Guide, 2nd Edition (2006), publicado por la
Red Nacional de estrés traumático infantil y el Centro Nacional para el síndrome
de estrés postraumático caracteriza a los primeros auxilios psicológicos como
“de base empírica”. Esta evidencia es suficiente para demostrar que esa asistencia es una intervención aceptable, que puede ser prestada por voluntarios
adiestrados sin especialización profesional en salud mental, a las personas que
han experimentado una vivencia traumática. La citada publicación, y el curso
96
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
impartido por los Servicios de Desastres de la Cruz Roja Americana, titulado
“Primeros auxilios psicológicos” (DSCLS206A), destinado a los voluntarios que
intervienen en casos de desastre, ofrecen un sustento sólido a la credibilidad de
esta intervención.
Referencias: 653-663
Directrices
• Los principios básicos del apoyo psicosocial (como lo indican el Centro de
Información de la Federación Internacional para el apoyo psicosocial, las
directrices del Comité Permanente, así como la publicación Psychological First
Aid: Field Operations Guide recomiendan que se incluyan los primeros auxilios
psicológicos en todos los programas de capacitación en primeros auxilios
(recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
El apoyo psicosocial, así como los primeros auxilios psicológicos, deben prestarse en colaboración con los servicios de urgencia y junto con conocimientos
de primeros auxilios. El apoyo y la supervisión pueden estar a cargo de profesionales de salud mental y expertos en apoyo psicosocial. También es importante
determinar el tipo de intervención, cuando proceda y sea necesario, e identificar qué proveedor de apoyo psicosocial es el más adecuado para la tarea, con
arreglo a los recursos disponibles. Por último, es importante incluir información
para las víctimas y los socorristas.
Principios de los primeros auxilios psicológicos
Diferentes profesionales de la salud han estudiado medidas para mejorar la
capacidad de recuperación y el bienestar psicosocial tras una vivencia traumática. Los socorristas deben usar las siguientes estrategias de intervención para
una persona que ha vivido un suceso traumático. La formación en primeros
auxilios psicológicos u otras intervenciones similares de apoyo psicosocial será
la plataforma para su aplicación.
• Protección y seguridad: garantizar la seguridad y mejorar la protección
inmediata y continua, y favorecer el bienestar físico y emocional. Permitir
que la persona tenga un período de descanso y darle la oportunidad de hablar
de sus sentimientos y experiencias, si así lo desea. Si la persona comunica
pensamientos, sentimientos o emociones en relación con el caso, de forma
voluntaria, escuchar con calma y sin prejuicios.
• Evaluación de las necesidades: prestar apoyo práctico y emocional a la
persona afectada de acuerdo a las necesidades (por ejemplo, vivienda, asistencia financiera, red social, asistencia médica y jurídica).
• Estabilización: en algunos casos, la persona puede tener un estado inicial de
“embotamiento”, en el que se estrecha su campo de conciencia y se reduce
la atención, con una pérdida de la capacidad para comprender los estímulos
(síntomas de la “reacción de estrés agudo”, es decir, una respuesta inmediata
y breve a un factor estresante intenso y repentino). Calmar y orientar a las
personas abrumadas emocionalmente. Dar a la persona afectada la oportunidad de tomar distancia con el suceso traumático. Brindar a los niños la
oportunidad de jugar.
• Información: proporcionar a la persona información útil sobre el acontecimiento, incluido el estado y la localización de los desaparecidos, los recursos
en la comunidad y el lugar en que la persona puede buscar ayuda en caso de
que los problemas emocionales o anímicos se desarrollen en el futuro, según
corresponda. Proporcionar apoyo psicoeducativo en el proceso de curación,
97
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
explicando que las reacciones normales a situaciones anormales pueden
ayudar a preparar a la persona para las reacciones que puedan surgir en los
próximos días y semanas, y cómo hacerles frente mejor y de una manera
sana.
• Establecer un vínculo con los servicios de apoyo social y de colaboración: se
ha determinado que el apoyo social y de otras personas en la misma situación
es útil, y debería facilitarse, así como los comportamientos de búsqueda de
ayuda. Ayudar a establecer contacto con los principales encargados de prestar
apoyo social u otras fuentes de apoyo, como familiares o amigos. Establecer
enlaces con los servicios disponibles en el momento o en el futuro.
• Potenciar la autonomía y dar esperanza: ayudar a la persona a asumir una
actitud activa y que tome sus propias decisiones siempre que sea posible.
Apoyarla en la planificación de pequeños pasos en el futuro cercano.
• Facilitar los rituales apropiados desde el punto de vista cultural: los rituales
de duelo y despedida tienen una función importante para promover la capacidad de recuperación de un individuo, así como a nivel cultural y social.
Técnicas para apaciguar los comportamientos
violentos
Introducción
Los socorristas pueden encontrarse ocasionalmente con una persona propensa
a un comportamiento violento.
Resumen de los fundamentos científicos
No hay datos de ensayos aleatorios controlados que evalúen los efectos y la
utilidad de las técnicas para apaciguar los comportamientos violentos, como
medidas a corto plazo en la prevención de una conducta violenta. La evidencia
de la eficacia de las técnicas de neutralización de los comportamientos violentos
deriva de los informes de casos, series de casos, cohortes y opiniones y el
consenso de expertos.
Sin embargo, tampoco se han encontrado pruebas que desmientan la utilidad
de las técnicas de apaciguamiento como forma de prevenir la violencia, o
que demuestren que esas técnicas causan daño a una persona propensa a un
comportamiento violento.
Referencias: 664-684
Directrices
• Los socorristas deben tener las aptitudes básicas en el manejo de una persona
en riesgo de comportamiento violento hasta que se disponga de la ayuda de
un profesional de la salud (recomendado**).
• Los profesionales de atención de la salud especializados deben llevar a cabo
una evaluación minuciosa e integral del riesgo de violencia y la posibilidad de
una enfermedad mental subyacente que favorezca la propensión a la violencia
(recomendado**).
• Si se considera que hay riesgo de que una persona pueda cometer actos de
violencia, los socorristas adiestrados pueden adoptar técnicas de apaciguamiento como medidas a corto plazo para prevenir un comportamiento
violento (opcional*).
98
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
Consideraciones relativas a la aplicación
El riesgo de violencia se evalúa en función de los factores de riesgo de violencia
y de la naturaleza del acto violento, si la evaluación se realiza después que
el acto se ha perpetrado. Los factores de riesgo de violencia incluyen los
siguientes:
• edad (mayor riesgo si <30 años);
• el sexo (mayor riesgo si es hombre);
• relación inestable;
• empleo inestable;
• historia de comportamientos impulsivos repetidos y problemas con la autoridad;
• historia previa de violencia;
• trastornos de la personalidad (por ejemplo, de tipo antisocial, de tipo impulsivo);
• otros trastornos mentales (por ejemplo, esquizofrenia con síntomas psicóticos
relacionados con la violencia, celos morbosos);
• historia de problemas en la infancia (por ejemplo, problemas de comportamiento y conducta);
• consumo de alcohol y otras sustancias;
• lesión cerebral;
• dolor;
• falta de apoyo social.
La naturaleza y las circunstancias de un acto violento que sugieren un mayor
riesgo son los siguientes:
• acto violento sin que haya habido provocación;
• acto violento extraño;
• falta de remordimiento y de arrepentimiento;
• negación continua en lo esencial;
• amenazas de repetición de la violencia;
• actitudes negativas hacia el tratamiento si se determina que hay enfermedades físicas o mentales;
• probabilidad de que se vuelva a producir la provocación o factor desencadenante (si se identificó una provocación propicia o desencadenante de la acción
violenta);
• abuso de alcohol o de otras sustancias;
• dificultades sociales y falta de apoyo social.
Si se considera que hay riesgo de que una persona adopte un comportamiento
violento, lo esencial es prevenir la conducta.
Se entiende por “apaciguamiento” la resolución gradual de una situación potencialmente violenta o agresiva mediante el establecimiento de límites con el
uso de expresiones verbales y físicas de empatía, alianza y no enfrentamiento,
basadas en el respeto. Se trata de diluir, negociar y resolver el conflicto, con el
objetivo final de reconocer los signos de violencia inminente, para evitarla antes
de que suceda. Los socorristas pueden utilizar las técnicas de apaciguamiento
que figuran a continucación para acercarse a una persona en riesgo de adoptar
conductas violentas.
• Adoptar una actitud serena y sincera; mostrar una preocupación auténtica.
• Velar por la propia seguridad y la de otras personas presentes en el lugar. Estar
preparado ante la posibilidad de que la persona pueda tener un arma; si es
necesario, evacuar a las demás personas a un lugar seguro.
• Mantenerse a una distancia segura de la persona propensa a la violencia.
• Situarse en un “ángulo de confianza” en relación con la persona (por ejemplo,
45°).
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
• Mantener una “postura abierta” (por ejemplo, las manos a los lados y las
palmas hacia afuera).
• Evitar tocar a la persona propensa a un acto de violencia.
• Vigilar los signos de violencia (por ejemplo, observar la expresión facial y la
postura).
• Hablar con la persona proclive a la violencia en un tono tranquilo y relajante y no de forma provocativa o de enfrentamiento (por ejemplo, asentir
con la cabeza para mostrar que se le está escuchando, utilización de frases
“abiertas”).
• Hacer declaraciones de empatía como: “Entiendo que pasa por un momento
difícil y me gustaría entender por qué está tan enfadado”, pero tratar de
mantener una postura objetiva y no demasiado emocional ni hablar demasiado acerca de las emociones.
• Animar a la persona a que exponga sus razones para estar triste o agitada
(centrarse en la situación y su problema, no en su intención de actuar).
• Sostener el contacto con la persona y mantenerla hablando hasta que tenga
tiempo para calmarse.
• Escuchar a la persona sin una actitud crítica.
• Mantenerse firme y transmitirle a la persona con decisión y empatía que no se
le permitirá que se haga daño a sí misma o a otros. En su caso, proporcionar
refuerzos positivos e indicar otras formas para resolver las dificultades o
problemas sin necesidad de la violencia.
• Preguntar sobre el apoyo social y los recursos de la persona.
• Llamar pronto para pedir ayuda, especialmente si la persona parece muy alterada emocionalmente y no se calma (por ejemplo, llamar al equipo de crisis,
una ambulancia o la policía).
• Enviar a la persona al hospital a los fines de evaluación y tratamiento, si es
necesario.
Ataque de pánico
Introducción
Un ataque de pánico es un episodio peculiar de ansiedad durante el cual una
persona experimenta miedo y aprensión, y la ansiedad llega a su punto máximo
en 10-15 minutos. Durante el ataque, la persona puede tener múltiples síntomas
somáticos como palpitaciones, dificultad para respirar con hiperventilación,
dolor en el pecho, sudoración abundante, mareos y desvanecimiento y náuseas,
miedo a morir, miedo a perder el control y miedo a desmayarse. Un accidente o
una vivencia traumática pueden desencadenar un ataque de pánico. Es importante que los socorristas sepan cómo tratar a una persona afectada por una
crisis.
Resumen de los fundamentos científicos
Los fundamentos científicos de este tema no han sido objeto de investigación
formal, no obstante su importancia en la enseñanza de los primeros auxilios; la
siguiente directriz se basa en opiniones de expertos.
Directriz
• La persona que experimenta un ataque de pánico debe ser evaluada y tratada
por un profesional de la salud mental (recomendado**).
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02. Directrices sobre primeros auxilios
Consideraciones relativas a la aplicación
Puede ser difícil para los socorristas reconocer o distinguir entre los síntomas
más comunes de mucha ansiedad y los “ataques de pánico” en situaciones
de emergencia. Sin embargo, los socorristas capacitados pueden utilizar los
siguientes métodos para ayudar a una persona que pueda estar teniendo un
ataque de pánico:
• ser consciente de que las molestias en el pecho y la falta de aliento pueden ser
causadas por problemas físicos como un ataque al corazón o asma; en caso de
duda, enviar a la persona a un hospital para que reciba tratamiento;
• hablar con la persona de una manera tranquila y sin prisas. Expresarse lentamente, con frases claras y cortas;
• preguntar a la persona si sabe si sus síntomas son causados por un ataque de
pánico;
• animar a la persona a inspirar por la nariz y espirar por la boca lentamente;
• tranquilizar a la persona explicándole que su ansiedad y el malestar somático se reducirán gradualmente y que la enfermedad no pone su vida en
peligro.
Explicar a la persona que los síntomas somáticos son causados por la
ansiedad y que desaparecerán una vez que se calme. Sin embargo, si interpreta erróneamente que los síntomas somáticos tienen su origen en graves
problemas físicos, su ansiedad aumentará, y se acentuará aún más la intensidad de los síntomas somáticos, con lo que se creará un círculo vicioso (
véase la figura 1):
Figura 1: Círculo vicioso en el ataque de pánico
Ansiedad
Síntomas
somáticos
Interpretación
errónea
Ansiedad
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Estrés extremo y síndrome de estrés postraumático
Introducción
Los acontecimientos importantes no pertenecientes a la experiencia cotidiana y
que plantean una amenaza grave, real o percibida o imaginada, acompañada de
sentimientos de impotencia, horror o terror, pueden causar un estrés extremo
o traumático.
Las reacciones comunes al estrés extremo pueden ser ansiedad y miedo,
vigilia constante y reacciones de sobresalto; falta de concentración y memoria;
imágenes intrusivas e intrusiones sensoriales, trastornos del sueño como
pesadillas; sentimientos de culpa, tristeza e ira; entumecimiento emocional
y disminución del interés, así como evasión mental y comportamental. Estas
reacciones pueden estar acompañadas de síntomas físicos como tensión
muscular y temblores o sacudidas; dolores y malestares; náuseas, vómitos o
diarrea, alteraciones del ciclo menstrual o pérdida de interés en el sexo.
Es importante tener en cuenta que estas reacciones y síntomas son una
respuesta normal a un acontecimiento anormal. Es el mensaje que se debe
transmitir a las personas afectadas, ya que las reacciones pueden ser interpretadas como signos de enfermedad o trastorno mental. Por lo general, las
personas tienen capacidad de recuperación y estas reacciones poco a poco se
desvanecen, y con el tiempo desaparecen. Se puede promover esa capacidad
de recuperación prestando diferentes formas de apoyo psicosocial, incluidos
los primeros auxilios psicológicos. Sin embargo, en algunas personas estas
reacciones pueden ser muy acentuadas o persistir durante un largo periodo o
empeorar. En tales casos, es importante intervenir, ya que se pueden producir
graves problemas de salud mental que requieren ayuda profesional.
El síndrome de estrés postraumático es una respuesta patológica prolongada a
una vivencia traumática; en algunos casos, esta respuesta se puede retrasar. En
general, este síndrome no es un trastorno muy común (las tasas de prevalencia
son más bien bajas). Hoy en día el enfoque de la psicotraumatología se centra
más en la capacidad de recuperación y menos en los trastornos.
Los síntomas básicos del síndrome de estrés postraumático son similares a las
reacciones agudas al estrés extremo, pero de larga duración. Incluyen:
• hiperexcitabilidad, por ejemplo, ansiedad persistente, irritabilidad, insomnio,
falta de concentración;
• intrusiones, por ejemplo, imágenes, olores o sonidos intrusivos intensos
(intrusión sensorial), sueños angustiosos recurrentes;
• evasión, por ejemplo, dificultad para recordar los acontecimientos estresantes
a voluntad, evasión de los elementos que recuerdan esos acontecimientos,
desapego, incapacidad para sentir emociones (insensibilidad), disminución
del interés en las actividades.
Al ser testigos de acontecimientos traumáticos, los socorristas también están
expuestos al riesgo de desarrollar reacciones de estrés y síndrome de estrés
postraumático. Es importante que sean conscientes de esta circunstancia, y
busquen ayuda si es necesario.
Resumen de los fundamentos científicos
El apoyo social es uno de los principales factores de protección después de una
vivencia traumática (véase supra). El apoyo psicosocial, incluidos los primeros
102
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
02. Directrices sobre primeros auxilios
auxilios psicológicos y el apoyo informativo, práctico y emocional, son muy
recomendables después de un trauma.
Referencias: 685-698
Directrices
• Para las personas o grupos que han experimentado una vivencia traumática,
es muy recomendable el apoyo psicosocial prestado por profesionales de la
salud mental capacitados durante el primer mes después de la exposición al
acontecimiento traumático (recomendado**).
• No es de esperar que los socorristas puedan hacer un diagnóstico de síndrome
de estrés postraumático. Sin embargo, en caso de reacciones o síntomas de
estrés especialmente acentuadas o persistentes, los socorristas deben recabar
la ayuda de profesionales de la salud, como un psicólogo clínico o un psiquiatra
(recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
Aunque el síndrome de estrés postraumático no es muy común, algunas
personas pueden ser más propensas a desarrollar esa afección después de un
acontecimiento traumático. Los factores de riesgo para el síndrome de estrés
postraumático son:
• antecedentes de exposición a un acontecimiento traumático anterior;
• amenaza subjetiva a la vida (la persona cree que se va a morir);
• falta de apoyo social positivo;
• antecedentes de trastornos psiquiátricos;
• sensación intensa de pérdida del control;
• proximidad del acontecimiento;
• alto grado de disociación durante el hecho traumático;
• alto grado de excitación psicofisiológica inmediatamente después de la
vivencia traumática;
• pérdida de recursos.
Ideas suicidas
Introducción
No es raro que los socorristas encuentren a una persona que expresa ideas
de suicidio. Sin duda, es necesario que profesionales de la salud capacitados
procedan a una evaluación exhaustiva e integral del riesgo de suicidio. No
obstante, hasta que se disponga de la ayuda de un profesional de la salud, es
importante que los socorristas tengan conocimientos básicos de cómo tratar a
una persona en riesgo de suicidio.
Resumen de los fundamentos científicos
Los comentaristas han calificado de mito la creencia de que preguntar a alguien
directamente sobre el suicidio puede “inducir” a un intento de suicidio. No hay
estudios que avalen que el hecho de interrogar sobre pensamientos o inclinaciones suicidas aumenta el riesgo de suicidio. Por el contrario, un experimento
aleatorio controlado mostró que ello no aumenta el riesgo de suicidio. Las
opiniones de los expertos apoyan la creencia de que esas preguntas en general
no intensifican la angustia de la persona, ni precipitan un intento de suicidio.
Cuando la pregunta se formula adecuadamente, la persona se siente más
comprendida y atendida.
References: 699-707
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Directriz
• Si se considera que una persona tiene ideas de suicidio, los socorristas entrenados le deben preguntar directamente sobre esos pensamientos suicidas. Esas
preguntas no precipitarán un intento de suicidio. En cambio, si se le formulan
de manera adecuada, la persona se sentirá atendida (recomendado**).
Consideraciones relativas a la aplicación
La profundidad y el nivel de evaluación y de intervención deben basarse en el
nivel de formación y apoyo del socorrista. Esto puede variar entre los diferentes
países y los programas de enseñanza de primeros auxilios.
El riesgo de suicidio se evalúa sobre la base de los factores de riesgo para el
suicidio y las circunstancias del intento de suicidio, si la persona ha hecho la
tentativa. Los factores de riesgo para el suicidio son:
• depresión;
• psicosis;
• sexo (el cociente de riesgo entre el hombre y la mujer es de 2:1);
• edad (a mayor edad, mayor es el riesgo);
• ser soltero, separado, divorciado o viudo;
• abuso de alcohol o de sustancias;
• antecedentes de intentos de suicidio;
• plan de suicidio;
• falta de apoyo social;
• enfermedades crónicas (por ejemplo, dolor crónico).
Las circunstancias de un intento de suicidio fallido que indican un mayor riesgo
son:
• planificación por adelantado;
• precauciones para evitar que se descubra;
• ningún intento de obtener ayuda después;
• actos finales (por ejemplo, escribir una nota de suicidio o hacer un testamento,
transferir ahorros a la cuenta de un pariente cercano, pedir a alguien que
ayude a cuidar de hijos pequeños);
• método peligroso (por ejemplo, una dosis letal de medicamentos, un método
violento); también se debe considerar la percepción de la persona de la letalidad del método utilizado.
Los socorristas pueden utilizar los siguientes enfoques para una persona con
ideas suicidas:
• hablar con calma y sin prisas;
• expresar empatía;
• tener en cuenta de la propia seguridad y la de otras personas en la zona (una
persona con pensamientos suicidas puede tener elementos como objetos
punzantes con intención de hacerse daño a sí mismo);
• animar a la persona a hablar sobre sus pensamientos y planes de suicidio, y los
problemas que conducen al suicidio, como forma de supervivencia, incluida la
ambivalencia entre el deseo de vivir y la voluntad de morir, si persiste;
• escuchar sin una actitud crítica;
• preguntar sobre el apoyo social y los recursos de la persona;
• animar a la persona a buscar ayuda profesional;
• asegurarse que la persona suicida no se queda sola; pedir a familiares o
amigos de la persona que la acompañen en el hospital u otro centro médico;
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02. Directrices sobre primeros auxilios
• si la persona parece exaltada y no se la puede calmar, pedir ayuda (por
ejemplo, llamar al equipo de crisis, una ambulancia o la policía).
La evaluación minuciosa e integral del riesgo de suicidio y la posibilidad de una
enfermedad mental subyacente para el riesgo de suicidio debe estar a cargo de
profesionales capacitados en atención de salud.
Educación
Introducción
Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja son la principal fuerza en todo el mundo para impartir formación en primeros auxilios
a personas sin preparación en la materia. Con todo, la cantidad no basta, y es
preciso también centrarse en la calidad. Las prácticas de formación actuales
de la Cruz Roja se pueden mejorar. Es esencial impartir formación continuada
de primeros auxilios para mantener los conocimientos y aptitudes de los socorristas, sobre todo cuando esos conocimientos no se utilizan con frecuencia.
Esta es la razón de ser de las clases de reciclaje en primeros auxilios. Todas las
aptitudes deben practicarse y mejorarse.
Una manera de mejorar la formación es aumentando el nivel de condiciones
apegadas a la realidad. Una cosa es estar en una sesión de capacitación, y
otra muy distinta es aplicar lo aprendido en el aula en una situación real. Para
aprender a abordar los factores que pueden afectar la eficacia de la prestación
de primeros auxilios, por ejemplo, hacer frente a la presencia aterradora de
sangre o de una persona con paro cardíaco, es importante llevar a cabo ejercicios de simulación. Los socorristas deben estar preparados para hacer frente a
ese tipo de estrés.
Otro paso importante de la enseñanza es la evaluación. El propósito de la
evaluación basada en la competencia es reunir pruebas suficientes para demostrar que los individuos pueden cumplir o ajustarse a las normas especificadas
en una función especificada. Debemos tener en cuenta algunas diferencias
clave en el enfoque de la evaluación basada en la competencia: el enfoque se
centra en los “resultados”, la evaluación es individualizada, no hay clasificación
en porcentajes, no hay comparación con otros resultados individuales, se deben
cumplir todas las normas (requisitos), el proceso es permanente (lleva a mayor
desarrollo y evaluación) y los juicios que se formulan solo son “competente” o
“aún no competente”.
Lamentablemente, la educación en primeros auxilios y reanimación continúa
estando insuficientemente documentada, y quedan muchas preguntas sin
respuestas basadas en pruebas. ¿Cuál es la mejor manera de impartir conocimientos de primeros auxilios? La experiencia muestra que las aptitudes
comienzan a deteriorarse casi desde el momento en que un curso ha finalizado. ¿Cómo se puede garantizar que, una vez aprendidas, las competencias
se conserven para poderlas aplicar cuando sea necesario? Los avances en la
tecnología proponen un creciente número de atractivas técnicas de simulación. El análisis de la bibliografía genera más preguntas y no proporciona una
respuesta definitiva.
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Efectividad de la formación en primeros auxilios
sin reanimación destinada a personas legas
Introducción
En caso de accidente, lesión o dolencia repentina, los primeros auxilios proporcionados por transeúntes pueden salvar vidas y limitar las lesiones mientras
se espera la llegada de ayuda por parte de profesionales. Se publican muchos
informes acerca de la efectividad de la formación en primeros auxilios en una
amplia selección de de revistas biomédicas, en diferentes idiomas, y en periódicos asociados con distintas prácticas especializadas, razón por la cual es difícil
obtener una estimación válida del conocimiento en ese ámbito. Habida cuenta
de la importancia cada vez mayor de las destrezas en materia de primeros auxilios de las personas civiles en condiciones de desastre y la probabilidad de un
aumento considerable de los recursos dedicados a los esfuerzos de formación,
la valoración de la efectividad de esta cobra importancia primordial. Mediante
estas valoraciones cabrá evaluar si los participantes en curso adquieren actitudes, competencias y comportamientos apropiados para administrar primeros
auxilios. Así, los participantes en curso deberán demostrar una actitud positiva
y reacciones de auxiliadoras en situaciones de emergencia, y además deberán
ser capaces de evaluar la situación, garantizar la seguridad, evaluar la condición
de las víctimas, pedir ayuda si es necesario, administrar los primeros auxilios y
brindar apoyo emocional a las víctimas.
Resumen de fundamentos científicos
Una revista científica afirma que después de un curso de primeros auxilios, las
personas están mejor informadas acerca del modo correcto de manejar situaciones de emergencia. Así, existe mayor probabilidad de que conozcan el número
de teléfono correcto del centro de control de intoxicaciones, o sepan detener una
hemorragia, etc. Otro hallazgo denota que la formación en primeros auxilios
debe vencer obstáculos que impidan la acción: incluso las personas entrenadas
dudan en intervenir en situaciones ambiguas y en presencia de transeúntes. La
formación específica aumenta la probabilidad de que las personas legas intervengan en tales casos.
Directrices
• Los programas de formación en primeros auxilios deben incluir enfoques que
permitan superar las barreras susceptibles de impedir la acción, centrándose
en la confianza en sí mismo y en los inhibidores del comportamiento de ayuda
en situaciones de emergencia.
Consideraciones de aplicación
Ninguna.
Ejercicios de simulación
No hay estudios sobre la evaluación de los ejercicios de simulación en la
enseñanza de los primeros auxilios. En otros centros educativos médicos y de
reanimación, estos ejercicios se han utilizado con éxito en la enseñanza y las
pruebas. Los estudios han demostrado la conveniencia de utilizar las simulaciones como herramienta educativa y de evaluación.
En la formación en primeros auxilios y reanimación, los ejercicios de simulación
parecen mejorar el aprendizaje de los participantes, si están acompañados de
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02. Directrices sobre primeros auxilios
otros métodos didácticos eficaces, como el aprendizaje tradicional, basado en
clases y estudios clínicos adaptados al nivel de la instrucción de los participantes.
Para investigar la eficacia de esta técnica, se necesitan estudios bien diseñados
que permitan comparar la formación con ejercicios de simulación y las clases
didácticas y otros métodos pedagógicos, especialmente cuando se trata de
formar a un público no preparado. Se necesitan también estudios bien diseñados
sobre la eficiencia de los socorristas a los que se ha capacitado con ejercicios de
simulación y con otros métodos pedagógicos.
Actualización de conocimientos
No hay datos sobre la frecuencia recomendada para impartir formación ulterior
o contínua en primeros auxilios. Algunos estudios demostraron una pérdida
de aptitudes entre los 3 y 6 meses después del curso de apoyo vital básico. Un
estudio sugirió que la formación en primeros auxilios impartido por vídeo 1
semana, 1 mes y 13 meses después de la formación inicial demuestra que las
aptitudes se retienen mejor que si no se repite la formación durante este período.
No hay datos suficientes para recomendar formalmente una frecuencia específica para el reciclaje en primeros auxilios con el fin de mantener las aptitudes y
los conocimientos. Sin embargo, a partir de los cursos de reanimación se puede
extrapolar una recomendación de una actualización periódica, especialmente
para el público no preparado que no aplica las medidas de primeros auxilios a
menudo. Un intervalo realista para la formación ulterior podría ser de 6 a 12
meses. Para proponer los métodos y el intervalo entre los cursos de actualización, se necesitan estudios bien concebidos que ayuden a definir la estrategia
óptima de actualización de conocimientos (tiempo, duración, etc.) y evaluar
el autoaprendizaje en relación con la participación en un curso tradicional de
actualización en primeros auxilios.
Evaluación, seguimiento y retroalimentación
No hay datos sobre la mejor manera de evaluar y supervisar el progreso en la
enseñanza de los primeros auxilios. Los estudios con poblaciones bien definidas
investigaron la evaluación durante el adiestramiento para la reanimación, pero
no se pudieron sacar conclusiones debido a la variedad de métodos utilizados.
No hay datos a favor o en contra de un método para evaluar o hacer un seguimiento de los progresos educativos de los participantes en un curso de primeros
auxilios o reanimación. Para evaluar la estrategia de evaluación óptima (método,
tiempo, duración) de esos cursos, se necesitan estudios bien diseñados.
En un sistema de evaluación basado en la competencia, el propósito de la
evaluación es recoger pruebas suficientes de que las personas pueden cumplir o
ajustarse a normas especificadas en una función específica. Si esta evaluación
también está unida a un sistema de recompensas, un objetivo adicional es el
reconocimiento formal de un buen desempeño.
Así pues, el “proceso de evaluación” es una serie de acciones o acontecimientos,
o una secuencia de operaciones. Se puede afirmar que todas las formas de
evaluación suponen la siguiente secuencia de operaciones: definición de los
requisitos u objetivos de la evaluación, recopilación de pruebas, correlación de
las pruebas con las necesidades u objetivos, y elaboración de juicios sobre la
base de esta operación de correlación.
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Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
Metodología
Se entiende por “autoeficacia” la confianza de una persona en su propia
capacidad para desempeñar una actividad en un nivel determinado. En las
publicaciones médicas se ha utilizado en repetidas ocasiones un “informe de
la comodidad con su función” del propio proveedor de atención de salud como
forma de evaluar la confianza de este proveedor en su capacidad para recordar
o aplicar aptitudes durante un encuentro real o simulado con el paciente. Este
método también se ha utilizado para evaluar la confianza de los profesionales
de la medicina prehospitalaria en el desempeño de las funciones de su empleo
y sus aptitudes clínicas. En estudios anteriores se ha establecido un nexo entre
el informe de comodidad de los proveedores de atención de salud y diversas
variables que influyen en la capacidad de prestar atención médica. Algunas de
estas variables antes asociadas con la comodidad son las horas de educación
médica continua, el método de formación, el nivel de los proveedores, el nivel de
formación y los años de experiencia.
Enfoque basado en las competencias
El enfoque basado en competencias es un nivel de logro, no un método de
capacitación. Los estudiantes pueden obtener los conocimientos y aptitudes
que necesitan para demostrar su competencia en una variedad de maneras
diferentes. Por ejemplo, las opciones podrían incluir estudio en el hogar, eventos
públicos, concursos, formación continua, asignaciones de conjunto, CD-ROM
interactivo, etc. Si se utiliza la técnica de impartir un curso, es importante
que los estudiantes participen activamente. Un programa de capacitación y
evaluación debe ser lo suficientemente flexible para abarcar las necesidades de
los estudiantes en el grupo.
Mensaje
Un concepto clave en el formato del diseño de la capacitación es la flexibilidad. Las nuevas tendencias hacia normas, evaluación y formación basadas
en las competencias han acentuado el enfoque del aprendizaje centrado en el
alumno. A medida que se expande el uso de los nuevos sistemas basados en
las competencias, la formación de profesionales tendrá que responder rápida y
eficazmente ante la creciente participación de los alumnos en su propio proceso
de aprendizaje. Los instructores deberán trabajar en un contexto de capacitación y desarrollo, en que habrá una estructura modular de formación, un
mayor acceso y demanda de aprendizaje y evaluación, vínculos más estrechos
entre la educación y la formación, un enfoque más centrado en el diseño de la
capacitación, y exigencias más amplias y más generales respecto al instructor.
Referencias: 708-711
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02. Directrices sobre primeros auxilios
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
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Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
01. Referencias
03.
Referencias
Nota: las numerosas referencias de este documento, se han agrupado bajo las secciones
correspondientes. Las referencias bibliográficas en estos grupos se han numerado, y se
enuncian a continuación bajo los epígrafes o subepígrafes que corresponden a los mismos
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01. Referencias
149
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
04. Anexo
04.
Anexo
Datos de la encuesta sobre
primeros auxilios y educación
en primeros auxilios
En 2010, se llevó a cabo una encuesta mundial de primeros auxilios cuyas
principales conclusiones figuran a continuación:
• En Europa, más del 50% de las Sociedades Nacionales que respondieron tienen
datos sobre el porcentaje de la población que está recibiendo capacitación en
primeros auxilios en sus países. En Asia y el Pacífico, menos del 13% de las
Sociedades Nacionales poseen estos datos, y en la región del Oriente Medio y
Norte de África, el 33% disponen de tales datos.
• En 2009, 52 Sociedades Nacionales en todo el mundo impartieron cursos de
primeros auxilios certificados a más de 7 millones de personas, lo que representa un aumento del 20% desde 2006.
• Las Sociedades Nacionales además de dictar cursos de primeros auxilios
certificados, utilizan otros medios para que los primeros auxilios sean más
accesibles. En 2009, se organizaron cursos de primeros auxilios de una duración inferior a 6 horas para 17 millones de personas en todo el mundo, y la
Cruz Roja hizo llegar sus mensajes sobre primeros auxilios y prevención a 46
millones de personas en diferentes eventos y por diversos medios.
• En 2009, más de 36.000 instructores de primeros auxilios y 770.000 voluntarios
activos contribuyeron en sus comunidades en la enseñanza y la prestación de
servicios de primeros auxilios.
• Solo 7 de las 52 (13,5%) Sociedades Nacionales se encuentran en países cuyas
leyes imponen la enseñanza obligatoria de primeros auxilios en las escuelas, y
en sólo 12 de las 52 (23%) se requiere que los maestros sigan cursos de primeros
auxilios. Sin embargo, en los 52 países casi el 58% impone obligatoriamente los
primeros auxilios en el lugar de trabajo, y el 42% en el caso de los conductores
de vehículos.
• Solo 8 de las 52 Sociedades Nacionales se encuentran en países que tienen
leyes para proteger a las personas que prestan primeros auxilios, cuya responsabilidad civil en general está limitada al 15%. Nuestra investigación muestra
que el temor a problemas de responsabilidad civil es uno de los principales
obstáculos para que las personas presten servicios de primeros auxilios.
• El tiempo medio en que llegan los servicios de urgencia es de 45 minutos, lo
que destaca la gran necesidad de que los ciudadanos de una comunidad estén
preparados para prestar primeros auxilios en casos de desastres y emergencias cotidianas.
151
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Primeros auxilios y reanimación directrices 2011
• La población más vulnerable y rural recibe primeros auxilios a través del
programa de estudios de primeros auxilios y salud basados en la comunidad,
que imparte capacitación en la prevención de enfermedades y lesiones, así
como en primeros auxilios.
• Las Sociedades Nacionales están adaptando los cursos y la enseñanza de
los primeros auxilios a sus necesidades a nivel local y a las poblaciones más
vulnerables. Por ejemplo, la Cruz Roja de Filipinas ofrece 19 tipos diferentes de
cursos de enseñanza de primeros auxilios.
• Se ha llevado a cabo investigaciones para analizar la metodología para mejorar
la enseñanza de los primeros auxilios y la retención de las aptitudes en 13
Sociedades Nacionales, principalmente en la región de Oriente Medio y Norte
de África, Asia y el Pacífico y Europa. También se ha emprendido una investigación para identificar las barreras que impiden que las personas presten
primeros auxilios.
ORIENTE MEDIO Y NORTE DE ÁFRICA
• Entre 2008 y 2009, el número de cursos certificados impartidos por las Sociedades Nacionales aumentó en alrededor del 10%. El número total de personas
capacitadas en esos cursos certificados fue 586.423.
• El número total de voluntarios con conocimientos en primeros auxilios
aumentó un 62% entre 2006 y 2009, para llegar a 51.000.
• Solo 2 de los 12 países tienen leyes que imponen de forma obligatoria los
primeros auxilios para estudiantes y profesores. Sin embargo, 7 de los 12 (58%)
tienen leyes que imponen con carácter obligatorio los primeros auxilios para
los empleados de líneas aéreas y otros lugares de trabajo, por ejemplo, hoteles
y transporte público.
• El tiempo promedio antes de la llegada de un servicio de ambulancia es muy
variable entre las ciudades capitales y las zonas rurales. En las capitales, la
media puede ser 14,5 minutos, mientras que en las zonas rurales y en tiempos
de crisis y alta demanda, el tiempo de llegada de los servicios de urgencia es
muy difícil de estimar.
EUROPA
• Entre las 21 Sociedades Nacionales que respondieron, el porcentaje medio de
la población capacitada en primeros auxilios era de un 27%. Sin embargo, el
porcentaje varía mucho según los países, llegando hasta un 80% en Austria, y
solo a un 0,15% en Turquía. En algunos países, la mayor parte de cursos certificados de primeros auxilios son impartidos por las Sociedades Nacionales,
por ejemplo, la Cruz Roja Danesa ofrece el 46% de estos cursos a la población.
• Entre 2006 y 2009, el número de cursos de primeros auxilios impartidos
aumentó en más del 90%. El número total de personas capacitadas en 2009 fue
de más de 2,3 millones. En Francia, la Cruz Roja Francesa impartió formación
a más de un millón de personas en 2009.
• Desde el año 2006, entre estas 21 Sociedades Nacionales, el número de voluntarios activos de primeros auxilios se duplicó, llegando a 366.000 en 2009.
• Solo 3 de los 21 países tienen leyes que imponen de forma obligatoria los
primeros auxilios en las escuelas. Solo 6 de las 21 tienen leyes para asegurar
que los maestros reciban formación en primeros auxilios. Sin embargo, en
Europa, el 62% de esos 21 países han promulgado leyes que aseguran la formación en primeros auxilios para los empleados de aerolíneas, hoteles y otros
lugares de trabajo, así como leyes que imponen obligatoriamente la capacitación de primeros auxilios para los conductores de vehículos y los solicitantes
de licencia de conducir a la espera de pasar su examen.
152
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
04. Anexo
• Casi el 50% de estos países tienen leyes que exigen que se instalen botiquines
de primeros auxilios en los automóviles.
• El tiempo medio para que lleguen los servicios de urgencia es de 15 minutos.
ASIA Y EL PACÍFICO
• Entre 2006 y 2009, el número de cursos de primeros auxilios certificados
impartidos por las 15 Sociedades Nacionales que respondieron aumentó en
un 75%. En 2009, la Cruz Roja China por sí sola duplicó el número de personas
capacitadas desde 2006. En 2009, las 15 Sociedades Nacionales que respondieron formaron a más de 4,15 millones de personas.
• Las Sociedades Nacionales de India y China impartieron por primera vez
conjuntamente los cursos de capacitación en primeros auxilios certificados a
cerca de 4 millones de personas en 2009.
• En 2009, el número de voluntarios activos de primeros auxilios era de 350.945,
lo que representa un incremento de más del 50% desde 2006. Sin embargo,
solo el 8% del total de personas capacitadas (4,15 millones) optaron por ser
voluntarios de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja.
• Solo 2 de las 15 Sociedades Nacionales que respondieron se encuentran en
países cuyas leyes imponen como obligatoria la educación en primeros auxilios
en las escuelas, y solo 4 de las 15 tienen leyes que requieren que los maestros
tomen cursos de primeros auxilios. Sin embargo, ocho de los 15 (53%) tienen
este tipo de leyes aplicables para los empleados que trabajan para compañías
aéreas, hoteles, empresas de transporte, etc.
• El tiempo que tardan los servicios de urgencia en llegar es muy variable, de
10 minutos en Singapur a 3 horas en Nepal. Las Sociedades Nacionales han
adaptado sus cursos de primeros auxilios para que sean más accesibles a las
comunidades rurales, mediante el ajuste de los contenidos y el enfoque del
medio ambiente (por ejemplo, salud y primeros auxilios basados en la comunidad).
• En Asia y el Pacífico también se imparten cursos de enseñanza y formación
en primeros auxilios de duración inferior a 6 horas para diferentes grupos de
población; en 2009, se impartió capacitación a través de estos cursos a casi 16
millones de personas.
153
Los Principios Fundamentales
del Movimiento Internacional de la Cruz Roja
y de la Media Luna Roja
Humanidad El Movimiento de la Cruz Roja y de
la Media Luna Roja, al que ha dado nacimiento
la preocupación de prestar auxilio, sin discriminación, a todos los heridos en los campos de
batalla, se esfuerza, bajo su aspecto internacional
y nacional, en prevenir y aliviar el sufrimiento de
los hombres en todas las circunstancias. Tiende
a proteger la vida y la salud, así como a hacer
respetar a la persona humana. Favorece la comprensión mutua, la amistad, la cooperación y una
paz duradera entre todos los pueblos.
Imparcialidad No hace ninguna distinción de
nacionalidad, raza, religión, condición social ni
credo político. Se dedica únicamente a socorrer a
los individuos en proporción con los sufrimientos,
remediando sus necesidades y dando prioridad a
las más urgentes.
Neutralidad Con el fin de conservar la confianza
de todos, el Movimiento se abstiene de tomar
parte en las hostilidades y, en todo tiempo, en las
controversias de orden político, racial, religioso o
ideológico.
Independencia El Movimiento es independiente.
Auxiliares de los poderes públicos en sus actividades humanitarias y sometidas a las leyes
que rigen los países respectivos, las Sociedades
Nacionales deben, sin embargo, conservar una
autonomía que les permita actuar siempre de
acuerdo con los principios del Movimiento.
Voluntariado Es un movimiento de socorro
voluntario y de carácter desinteresado.
Unidad En cada país sólo puede existir una
Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna
Roja, que debe ser accesible a todos y extender su
acción humanitaria a la totalidad del territorio.
Universalidad El Movimiento Internacional de la
Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en cuyo seno
todas las Sociedades tienen los mismos derechos
y el deber de ayudarse mutuamente, es universal.
Para más información, póngase en contacto con:
En Ginebra
Dr Ayham Alomari
Senior Officer in Community Health, Health Department
[email protected]
www.ifrc.org
Salvar vidas, cambiar mentalidades.