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#saludvaginal
Alrededor de cuatro millones de mujeres en España padecen enfermedad, que conlleva peor
calidad de su salud vaginal, sequedad e irritación y dispaurenia (dolor en el coito)
TRES DE CUATRO MUJERES CON ATROFIA VAGINAL EN
ESPAÑA NO CONSULTAN CON SU MÉDICO
SOBRE ESTE PROBLEMA
La AEEM ha elaborado la MenoGuía sobre Salud Vaginal con el fin de aportar al profesional
sanitario una herramienta fundamental en el diagnóstico y manejo de los trastornos asociados
a la salud vaginal y de los tratamientos existentes y, asimismo, material divulgativo completo,
veraz y sencillo dirigido a la mujer
• Se estima que alrededor de cuatro millones de mujeres en España sufren de atrofia vaginal,
aunque sólo el 25% de ellas consulta con su médico sobre este trastorno.
• La causa más importante de atrofia vaginal es el cese ovárico y de hormonas femeninas
que se produce con la llegada de la menopausia. Aproximadamente la mitad de la población
femenina tiene atrofia vaginal a los tres años de la menopausia.
• Con frecuencia, la falta de consulta por parte de la mujer se debe al desconocimiento sobre
este trastorno y su tratamiento y a que aún sigue arraigada la idea de que es “normal” que
la sexualidad en la edad madura desaparezca.
• El tratamiento farmacológico más eficaz para los síntomas de atrofia vaginal moderados o
intensos son los estrógenos locales, que normalizan el pH ácido, aumentan la respuesta
lubrificadora y disminuyen la sequedad vaginal, lo que contribuye a una mejora de la
respuesta sexual.
Madrid, 10 de abril de 2014.- La atrofia vaginal es la consecuencia de la disminución de
estrógenos circulantes, que se produce durante la menopausia y se asocia con la aparición de
síntomas vaginales (sequedad, prurito dispaurenia o dolor en el coito y sangrado postcoital),
incontinencia urinaria e infecciones en el tracto urinario recurrentes. “Se trata de un trastorno
muy frecuente y que provoca un empeoramiento importante de la calidad de la vida sexual de
muchas mujeres, pero que sin embargo no es consultado”, explica el doctor Rafael Sánchez
Borrego, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).
Se estima que alrededor de cuatro millones de mujeres en España sufren de atrofia vaginal,
aunque solo el 25% de ellas consulta con su médico sobre este trastorno, lo que quiere decir que
tres millones de mujeres (tres de cada cuatro mujeres con atrofia vaginal) viven en España con
este problema sin tratamiento. Según el doctor Plácido Llaneza, presidente electo de la
AEEM, “más del 50% de las mujeres menopáusicas padecen alguna molestia relacionada con la
atrofia vaginal, pudiendo llegar a afectar a su sexualidad en más del 42%. La sensación de
incomodidad e irritación que ocasionan síntomas como el prurito o el escozor, las dificultades
para conciliar el sueño, el dolor o la incomodidad durante el coito y también los síntomas
urinarios asociados, pueden empeorar la calidad de vida de estas mujeres”. A pesar de que en
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los últimos años la valoración de la salud vaginal y sexual por parte de la mujer en el marco de
su bienestar general ha aumentado, “existe una tendencia a infravalorar estos síntomas por las
mujeres, probablemente por vergüenza al consultarlos, por razones culturales o por razones
sociales, pero también porque muchos médicos lo consideran como un proceso “normal”
asociado a la edad”, destaca este experto.
Ante esta situación, la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), con
el patrocinio de Teva Woman Health, ha elaborado la MenoGuía sobre ‘Salud Vaginal’, con
el fin de aportar al profesional sanitario una herramienta fundamental en el diagnóstico y manejo
de los trastornos asociados a la salud vaginal y de los tratamientos existentes y, asimismo,
material divulgativo completo, veraz y sencillo dirigido a la mujer. “Un cambio de mentalidad por
parte de la mujer a la hora de afrontar el problema y una comunicación más estrecha entre la
paciente y el profesional sanitario –añade el presidente de la AEEM- son factores clave para
abordar con éxito la atrofia vaginal”.
La MenoGuía recoge las definiciones del ecosistema vaginal y la dependencia hormonal de la
vagina, las claves en el diagnóstico y los distintos tratamientos existentes para la atrofia vaginal,
incluyendo aquellos casos en los que la mujer presenta un cáncer hormonodependiente. Esta
obra se puede descargar en la web de la AEEM, con acceso restringido a la parte dirigida a los
profesionales sanitarios y en abierto la parte dirigida a las mujeres.
Tratamiento de la atrofia vaginal
Debido al alto porcentaje de mujeres con atrofia vaginal que no consulta a su médico, los
expertos hacen hincapié en la necesidad de que la atención a la mujer tras la menopausia
incluya una evaluación física así como la indagación sobre la posible existencia de síntomas y
sus efectos sobre la sexualidad y el empeoramiento de la calidad de vida. Según el doctor
Sánchez Borrego, “ante una paciente asintomática es importante preguntar sobre molestias
vaginales en los controles periódicos e informar que la atrofia vaginal es frecuente y tiene
tratamiento. Del mismo modo, debemos comentar con la mujer los beneficios y riesgos de todas
las terapias, de forma que la elección de una u otra se realice conjuntamente”.
Respecto a las terapias, el tratamiento farmacológico más eficaz para los síntomas de atrofia
vaginal moderados o intensos son, según se recoge en la MenoGuía, los estrógenos locales.
“Normalizan el pH ácido, aumentan la respuesta lubrificadora y disminuyen la sequedad vaginal,
lo que contribuye a una mejora de la respuesta sexual”, añade. “La dosis y duración del
tratamiento necesario para mejorar los síntomas varían según las pacientes y deben ser
individualizadas según el grado de la sintomatología, teniendo en cuenta que puede necesitarse
algún tiempo en alcanzar el máximo beneficio”. En Europa, y de forma más destacada en
España, las formulaciones en crema de promestrieno son las más empleadas. En palabras del
doctor Sánchez Borrego, “su eficacia en el tratamiento sintomático de la atrofia vaginal se basa
en el efecto que tiene sobre el incremento del porcentaje de células intermedias y la restauración
de los valores normales de pH y, asimismo, destaca que no tiene efectos sistémicos
significativos debido a que su efecto es totalmente local”.
Por otra parte, la terapia sistémica con estrógenos (Terapia Hormonal Sustitutiva) se utiliza en
aquellas mujeres con síntomas vasomotores asociados a la menopausia en las que este
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tratamiento está indicado y, en ellas, se ha demostrado que también mejoran los síntomas
relacionados con la atrofia vaginal.
Ninguno de estos dos tratamientos (estrógenos locales o estrógenos sistémicos) están indicados
en mujeres con cáncer de mama hormonodependiente, en las que la posibilidad de padecer
síntomas asociados a atrofia vaginal es 5,3 veces mayor.
Existen también algunas medidas mecánicas que pueden mejorar la salud vaginal, como la
actividad sexual y los dilatadores vaginales. “El estímulo mecánico mejora la elasticidad del tejido
y la lubricación por el aumento del flujo sanguíneo vaginal. De hecho la relación entre relaciones
sexuales y atrofia vaginal es inversa”, explica el doctor Sánchez Borrego. “Asimismo, para las
mujeres en las que está contraindicada la terapia estrogénica, el uso de dilatadores puede
mejorar la función vaginal”. No obstante, este experto hace hincapié en la importancia de que la
mujer conozca todos los tratamientos y el hecho de que “productos como los lubricantes no
revierten el proceso de la atrofia vaginal, ya que sólo alivian los síntomas de forma
momentánea”.
Flujo vaginal, microbiota y estado hormonal
El flujo y la microbiota (antes denominada ‘flora’) vaginales son dos factores fundamentales para
la salud vaginal. El hecho de tener cierta cantidad de flujo vaginal es normal, especialmente si se
está en edad fértil, siendo la ovulación, el embarazo y la excitación sexual las situaciones más
importantes en las que puede aumentar la cantidad de flujo. No obstante, cuando éste cambia
súbitamente de color, olor o consistencia o aumenta o disminuye en cantidad de forma
significativa, puede ser indicio de una infección, entre las que destacan la vaginosis bacteriana,
la clamidia o la candidiasis vaginal.
Algunas recomendaciones que aporta la MenoGuía a las mujeres para conservar el flujo vaginal
y, en general, la salud sexual son: utilizar preservativo para evitar contraer o diseminar
infecciones de transmisión sexual, mantener la zona genital limpia y seca, no realizar duchas
vaginales, tomar probióticos cuando se estén tomando antibióticos para evitar candidiasis
vaginal, evitar el uso de productos de higiene íntima perfumados en el área genital, usar ropa
interior de algodón y evitar el uso de pantalones extremadamente apretados.
Por otra parte, el estado endocrino de la mujer condiciona microbiotas vaginales predominantes
dependiendo de la edad y estado hormonal. En las mujeres premenopáusicas, con el ciclo
menstrual, los estrógenos incrementan el espesor del epitelio vaginal y se segrega un exudado
que humedece la cavidad y transporta glucógeno y otros muchos nutrientes a la superficie. “La
microbiota vaginal está formada por especies de microorganismos que cohabitan en un delicado
equilibrio, este equilibrio se modifica con la caída de los estrógenos tras la menopausia”, explica
el doctor Llaneza. “Sabemos que hay una reducción de la densidad de microorganismos
residentes en la vagina que disminuyen desde alrededor de 10 millones a unos 100.000 por
mililitro y el lactobacilo deja de ser el microorganismo predominante”.
Este cambio del hábitat hace que la vagina sea colonizable por microorganismos que hasta
entonces la tenían vedada. En palabras del doctor Sánchez Borrego, “se trata de lactobacilus,
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pero también de Gardnerella vaginalis, Candida albicans y otros, que si proliferan en exceso
pueden convertirse en patógenos”. Asimismo, la vagina tiene un epitelio que responde al
estímulo de los estrógenos de forma que cuando éstos disminuyen, “no solo cambia la
microbiota vaginal sino que el epitelio se adelgaza, se vuelve más frágil y las terminaciones
nerviosas se aproximan a la superficie aumentando la sensibilidad. También disminuye la
elasticidad de las paredes vaginales, desaparecen los pliegues vaginales y se modifica la
coloración de la vagina que se vuelve más pálida”, explica el doctor Llaneza.
Asociación Española para el Estudio de la Menopausia
La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) es una organización de
profesionales, sin ánimo de lucro, destinada al Estudio del Climaterio. En la actualidad, la AEEM
está formada por unos 800 socios de distintas especialidades como Ginecología, Reumatología,
Endocrinología, Atención Primaria, Enfermería, etc. y surgió hace casi 20 años de la inquietud de
una serie de médicos por el estudio de la menopausia.
El hecho de que el estudio del climaterio sea multidisciplinar conlleva que la Asociación
Española para el Estudio de la Menopausia siga planteando la potenciación de sus grupos de
trabajo, así como la creación de otros nuevos, y la colaboración con sociedades científicas de
otras especialidades.
Teva Woman Health
Teva Woman Health es una nueva área de la compañía centrada en la salud de la mujer. En el
área de la anticoncepción, la compañía ya cuenta con anticonceptivos genéricos (Detrine®,
Detrinelle®, Linelle® y Nacrez®) y con una línea de fármacos innovadores, cuyo primer
lanzamiento ha sido Zoely ®, el primer anticonceptivo oral monofásico con estrógeno natural.
En un futuro, la compañía tiene previsto ampliar esta línea con medicamentos para atender las
necesidades de salud de la mujer en el área de fertilidad, incontinencia urinaria y menopausia.
Para más información:
Gabinete de Prensa AEEM (Isabel Chacón / Félix Espoz)
Tfno.: 91 787 03 00/ 687 72 02 82
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