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LAS 10 RECOMENDACIONES
PRINCIPALES
Tras el diagnóstico de LMC cada persona reacciona de un modo distinto. Es posible que, al principio, ante
el impacto de la noticia, la reacción sea muy emocional: no te lo crees, estás asustado, enfadado, frustrado,
y sobre todo, tienes muchas dudas. Conocer la LMC y, por tanto, aprender a vivir con ella te ayudarán a
afrontarla de la mejor manera y con una actitud positiva.
Habla abiertamente de tus sentimientos con familiares y amigos.
En ocasiones te sentirás optimista y otras desanimado, es recomendable compartir esos sentimientos
con las personas próximas a ti. Seguro que ellos también están preocupados y esto puede ayudar
a reducir la angustia.
Habla abiertamente con tu médico.
Cualquier síntoma o efecto, sea físico o psicológico, debes comunicarlo y describirlo a tu médico.
Él debe saber todo lo que te ocurre para tomar las medidas adecuadas.
Participa en algún grupo de apoyo.
El intercambio de experiencias con personas que saben y entienden por lo que estás pasando
puede contribuir a aliviar tus preocupaciones y miedos. En AEAL se organizan estos grupos que
apoyan y animan. También se puede contar con psicólogos y otros profesionales sanitarios con
especialidad en psicología para pacientes oncológicos.
Conoce bien tu enfermedad.
Aprende sobre la LMC; pregunta todo lo que necesites saber a tu médico. También puedes
contactar con AEAL (Teléfono 901 220 110, correo electrónico [email protected]) que te facilitará
toda la información complementaria que precises.
Pide ayuda siempre que la necesites.
Ten siempre a mano un número de teléfono y nombre de contacto del equipo de Hematología
del hospital.
Toma toda la medicación.
El rigor con el tratamiento es muy importante. Tienes que seguir la pauta indicada por el médico.
Ayúdate de recordatorios (notas, alarmas) que eliminen la posibilidad de despistes u olvidos.
Imponte hábitos saludables
Beber al menos un litro de agua al día, tener una buena alimentación, descansar… son factores
determinantes en el proceso de la enfermedad.
Haz que las horas de sueño correctas sean una de tus prioridades.
El descanso es muy importante. Cuida la calidad de tu sueño para que sea reparador (mínimo
8 horas, en silencio, a oscuras, en horario) y tómate un tiempo extra durante el día para relajarte
y descansar.
Dedica un tiempo cada día a una actividad con la que disfrutes.
Tendrás momentos de optimismo y otros de desánimo, esta es una realidad que hay que asumir.
Una actitud positiva, evitar el aislamiento y disfrutar con pequeñas cosas te fortalecen.
Cuida a tus cuidadores.
Las personas que te cuidan son muy importantes en el proceso. Es conveniente tenerlos en
cuenta comprendiendo que necesitan tiempo para si mismos, desconectar, salir de casa , etc.
LAS PREGUNTAS BÁSICAS
AL MÉDICO
Es común que a lo largo del proceso surjan dudas y cuestiones sobre la enfermedad y todo lo que la rodea,
no tengas reparo en pedir a tu médico en cada momento toda la información que necesites. Es recomendable
llevar un cuaderno de notas relativas a la enfermedad donde apuntes la información que te interese y las
dudas que puedas tener.
Aquí te sugerimos algunas de las preguntas cuya respuesta puede ayudarte a saber cómo actuar en los
diferentes momentos de esta nueva situación.
DIAGNÓSTICO
¿Qué pruebas me tendrán que realizar?
¿Qué trámites hay que hacer para planificar las pruebas?
¿Cuánto tiempo tendré que esperar para tener los resultados?
¿Cómo los conoceré?
¿Quién será mi contacto principal durante el proceso? (En el hospital o consulta)
¿Cuándo puedo contactar con él o ella?
TRATAMIENTO
¿Cuál es el tratamiento para mi caso?
¿Cuándo debo empezar?
¿Cuál es el objetivo de este tratamiento?
¿Cuál es la evolución de la enfermedad si no sigo el tratamiento?
¿Cuáles son los efectos secundarios?
¿Cómo se suministra el tratamiento y cuánto durará?
¿Cuál es la respuesta óptima que debería tener?
¿Necesitaré visitar o ingresar en el hospital?
¿Cómo me sentiré antes, durante y después del tratamiento?
¿Cómo afectará el tratamiento a mi vida normal?
¿Qué éxito ha tenido este tratamiento en el pasado?
¿Puede el tratamiento afectar a mi fertilidad?
¿Puedo continuar con mi trabajo o mis actividades habituales?
¿Podré conducir?
TRATAMIENTO
DESPUÉS DEL TRATAMIENTO
¿Cuánto tiempo necesitaré para volver a trabajar o a irme de vacaciones?
¿Cada cuánto tiempo tendré que hacerme una revisión o un análisis de sangre?
¿Cuánto tiempo tendré que esperar para los resultados?
¿Tendré que llamar para solicitarlos?
¿Tendré que recibir algún otro tratamiento de mantenimiento?
¿Podré volver a hacer deporte?
¿Cómo sabré si estoy en recaída de la LMC?
CUIDADORES
¿Tendrá que quedarse el paciente en el hospital?
¿Cuánto tiempo?
¿Necesitará el paciente muchos cuidados después de salir del hospital?
¿Qué puedo hacer para ayudar al paciente?
¿Qué podrá hacer él o ella por si solo/a?
¿A quién puedo llamar en caso de emergencia?