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CALIDAD DE VIDA Y RECAIDAS EN ADICTOS A
SUSTANCIAS PSICOACTIVAS DE LIMA
METROPOLITANA
José Anicama G.*, Elizabeth Mayorga F. y Carmela Henostroza M.
RESUMEN
Con el objetivo de determinar los niveles de calidad de vida y las características
de las recaídas en sujetos consumidores de sustancias psicoactivas, utilizando un tipo de
diseño descriptivo – comparativo; se estudió una muestra constituida por 67 sujetos adictos de SPA teniendo en cuenta ciertos criterios de inclusión. Se usó como instrumento la
escala de calidad de vida de Olson y Howard y el cuestionario de recaídas para adictos de
Marlat, aplicados ambos en forma individual y procesados con el SPSS. Se ha encontrado
que la calidad de vida de los adictos está muy por debajo de lo hallado en las poblaciones
normales, es mejor en los hombres que en las mujeres y se deteriora conforme avanza la
edad y el tiempo de consumo. Las principales razones para volver a consumir son los
determinantes intrapersonales: sentirse molesto, triste y el no poder resistir los deseos de
consumo, así como sus estados emocionales negativos y los determinantes interpersonales,
tales como: el conflicto interpersonal y el no poder resistir las invitaciones de consumo.
En suma, se observa que la cantidad de recaídas afecta negativamente la calidad de vida.
La importancia de estos datos permitirán definir programas de rehabilitación y seguimiento para adictos.
Palabras Clave: Calidad de Vida, Recaídas y adictos a sustancias psicoactivas.
ABSTRACT
67 consumers of SPA were studied in their characteristics of quality of life and in
the determinant and indicators of their relapses. It was used the Questionnaire of quality of
life from Olson and Barnes and the Questionnaire of relapses for addicts from Marlat. The
data of this sample point out that the addicts´ quality of life is belower than found in the
normal populations; it is better in men than in women, it deteriorates as the age goes on
and it is more critical as the time of consumption advances; and the main reasons to consume again have to do with the intrapersonales determinants: to feel annoying and sad, and
the power to resist the desires, as well as their negative emotional states; on the other hand,
the most significant interpersonal determinants are the interpersonal conflict and not to be
able to resist the consumption invitations. In sum, there exists an inverse relationship; to
more number of relapses there is less quality of life; which is important to define the
rehabilitation programs and follow ups from the addicts with relapses.
Key words: Addicts, psychoactive substances, relapses, quality of life.
* Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas, Docente Universidad
de San Martín de Porres y Universidad Nacional Federico Villarreal.
Psicoactiva 19: 7-27, 2001
7
INTRODUCCION
Calidad de vida está asociada a un gran abanico de nociones
cargadas de connotaciones positivas para cada persona que piensa
en ella: vivir bien, estar bien, tener buen nivel de vida, tener bienestar,
estar satisfecho, ser feliz e incluso hay quien lo asocia con una vida
más o menos lujosa, confortable, adinerada, etc.
El concepto científico de calidad de vida toma fuerza con la
consolidación de los llamados valores post materiales. Es por ello
que, a diferencia de otros conceptos utilizados en relación a «ir las
cosas socialmente bien», es el único que integra plenamente los
aspectos psicológicos de la vida personal y colectiva, intentando
integrar evaluaciones de la misma.
CIMA (1979) define la calidad de vida como el grado en el cual las
condiciones de una sociedad permite a sus miembros «realizarse» de
acuerdo con los valores ideológicos establecidos, proporcionándoles
una experiencia subjetiva satisfactoria de su existencia.
A lo largo de la década de los 60, el concepto de calidad de vida
se fue vinculando a una noción que incorpora medidas psicosociales
de la realidad, las que inicialmente se denominaron «subjetivas»:
percepciones y evaluaciones sociales relacionadas con las
condiciones de vida de las personas, y que pueden incluir aspectos
tan delicados de medir como son los sentimientos de felicidad,
satisfacción, etc. Esta conceptualización se inició en los EE.UU. y
pasó rápidamente a las esferas académicas de la mayoría de los países
industrializados.
Gurin, Veroff y Feld (1960) desarrollaron en aquel entonces un
estudio epidemiológico sobre salud mental que tuvo importantes
repercusiones: al explorar el estrés psicológico, introdujeron
cuestiones sobre la felicidad autoatribuida. Sus resultados dieron
pie a los famosos trabajos de Bradburn y Caplovitz (1965) iniciados
en 1961, y que consolidaron la denominada «aproximación
felicidad» al estudio de la calidad de vida. Estos trabajos dieron
8
como resultado la construcción de una de las más conocidas escalas
para el estudio del bienestar psicológico, la ABS (Affect Balance
Scale. Bradburn, 1969).
La segunda orientación que desterró el estudio de la calidad de
vida en esta época, fue la denominada «aproximación satisfacción»
que tiene su base en los trabajos de Cantril (1965). Este autor
mantuvo que las personas comparan la percepción de su situación
presente con la vida a la que aspiran. La diferencia entre estas
percepciones y estas aspiraciones es lo que da lugar a una medida
de satisfacción-dissatisfacción, que puede ser asumida como
indicador de bienestar psicológico. Dicha diferencia, este autor
propuso medirla con su escala SASS (Self-Anchoring Striving Scale).
A partir de estos orígenes, inconfundiblemente psicológicos y
psicosociales, el estudio de la calidad de vida tiene una larga historia
en nuestra disciplina científica como contribuciones muy notables
en un primer período, tales como los trabajos de Campbell y
Converse (1970), Campbell (1976), Converse y Rogers (1976) y
Andrews y Withey (1976).
En estos estudios nació una inseparable vinculación entre el
moderno concepto científico de calidad de vida y la experiencia
personal vivida por los ciudadanos. En este sentido, dicho concepto
se refiere a las percepciones, aspiraciones, necesidades,
satisfacciones, y representaciones sociales que los miembros de todo
conjunto social experimentan en relación a su entorno y la dinámica
social en que se hallan inmersos, incluyendo los servicios que se
les ofrecen y las intervenciones sociales de las que son destinatarios
y que emanan de las políticas sociales.
Stoeckeler y Gage (1988), en un estudio de calidad de vida en
Minnesota, identificaron varios de los mismos como los principales
contribuyentes a la evaluación global de la calidad de vida. Estos
dominios fueron: vida marital y familiar, amigos, familia extensa,
educación, tiempo, religión, empleo, bienestar económico,
vecindario y comunidad. En este trabajo se añadieron dos estudios
9
de particular interés: salud e impacto de los medios masivos de
comunicación sobre calidad de vida.
Iraurgi (1999) estudió las propiedades psicométricas de la escala
de calidad de vida relacionada con la salud, siguiendo dos versiones
del Medical Outcomes Study (MOS). La muestra estuvo formada
por todos los usuarios del Programa de metadona del módulo de
asistencia psicosocial de Rekalde. La estructura factorial fue
sometida a un análisis de componentes principales. Los resultados
muestran que la versión del cuestionario utilizado en este estudio
reproduce en buena medida la estructura propuesta por los autores
para sujetos con VIH/SIDA. Los índices de consistencia interna de
las subescalas muestran valores moderados-altos (entre 0,66 y 0,87),
siendo el de la escala total de 0,89. Para estudiar la validez de
constructo de los componentes de la escala se calcularon las
correlaciones entre estos y otros constructos afines (estrés, ansiedad,
depresión, sintomatología, problemas psicosociales). Los datos que
obtuvo aportan correlaciones significativas entre la escala de vida y
sus diferentes componentes con los constructos observados,
mostrando una validez una validez satisfactoria de la escala para su
utilización en población toxicómana.
Iraurgi, Casas, Celorio y Diaz-Sanz (1999) estudiaron la calidad
de vida relacionada con la salud en un programa de mantenimiento
con metadona (PMM), el estudio fue descriptivo de corte transversal,
su muestra fue de 40 sujetos dependientes a opiáceos que iniciaron
un PMM en un centro de salud, fueron evaluados en las áreas
siguientes: calidad de vida relacionada con la salud, bienestar
psicológico, estrés, sintomatología y problemas relacionados con el
ámbito toxicológico. Los resultados que obtuvieron en cuanto al nivel
de calidad de vida es relativamente aceptable, con altas puntuaciones
en aspectos emocionales (ansiedad – estrés) y una mala percepción
de la salud. Por otro lado, refieren que la calidad de vida estaría
íntimamente relacionada con el nivel de sintomatología que presente
el sujeto, y en menor medida con la seropositividad a VIH o los años
de consumo.
10
Desde una perspectiva interactiva, Carpio (2000), ha planteado
un modelo que explica la calidad de vida no como las condiciones
materiales o las condiciones de salud biológica de un individuo,
sino como la resultante funcional de las condiciones biológicas,
socioculturales y psicológicas de los individuos, donde las historias
individuales son diferentes. Asimismo, los estilos interactivos donde
las historias en conjunto dan formas de ajuste diferentes a las
situaciones cotidianas que se le plantean a los individuos, generando
alteración de los estados biológicos, cambio psicológico y alteración
de las circunstancias sociales. Las competencias vinculadas con la
calidad de vida según Carpio (2000) son la prevención de la
enfermedad, adherencia a tratamientos, prevención de accidentes,
protección de ambientes físicos, preservación de ambientes sociales,
promoción de interacciones sociales en los ámbitos familiares y de
pareja, y promoción de cambios benéficos para la comunidad.
Por su parte, en el manejo de las adicciones, «la recaída» es un
proceso, una cadena sucesiva de conductas, emociones, actitudes y
sucesos que se inician un cierto tiempo antes de que el paciente
comience de nuevo con el consumo de cocaína Gurin, Veroff y Feld
(1960). Asimismo, se refiere que es difícil encontrar el punto exacto
donde realmente empieza la recaída, pero generalmente un cambio
o factor estresante importante, tanto positivo como negativo, es el
que desencadena el inicio del proceso.
Las tasas de recaídas de los adictos a la cocaína siguen siendo
altas, sobre todo en aquellos casos que solicitan dejar el tratamiento
hospitalario, a partir de una falsa sensación de seguridad, habiendo
permanecido temporalmente aislados de factores desencadenantes
y estresantes y sin un programa estructurado de prevención de
recaídas.
Es ampliamente aceptado, en estos momentos, que las recaídas
pueden ocurrir y ocurren, y que es posible que su aparición pueda
minimizarse o evitarse, algunas veces completamente. Nadie conoce
exactamente el porcentaje de adictos a la cocaína que se recuperan
con éxito, sin recaídas. Las recaídas seguirán siendo lo que
11
contribuya de forma más importante a un innecesario abandono, al
fracaso del tratamiento, a la frustración del paciente y de sus familias
y a la sensación de agotamiento de los miembros del equipo. La
recaída es una señal dónde sus esfuerzos para recuperarse son
incompletos, y de que algunos aspectos de su plan para conseguir
la abstinencia necesitan ser revisados y corregidos.
El proceso de recaída ocurre en la persona que consume alcohol
o drogas: todos los patrones o actitudes de recaída se van
manifestando y ocurriendo en el interior de la persona que
previamente había consumido alcohol o drogas psicoactivas. No
son externos a él. Todo este proceso es propio de la persona, es el
único que puede en primer lugar darse cuenta y, segundo, realizar
cambios en su interior, en su personalidad.
Las formas en que se desarrolla la recaída puede ser: a) aguda,
es que el establecimiento rápido y fulminante de los síntomas. El
tiempo que transcurre entre el saneamiento y el desarrollo de los
síntomas debilitantes es muy corto. Como resultado de esto, el
organismo tiene muy poco tiempo en adaptarse a la nueva vida, y
entonces los síntomas de recaída van maltratando agudamente el
proceso que se estaba llevando a cabo hasta ese momento. b) crónica,
los síntomas debilitantes van progresando en forma gradual pero
severa. El tiempo transcurrido entre la obtención de la salud física y
la recaída es mucho más insidioso y prolongado. El organismo se
va volviendo disfuncional cada día.
Ruiz de Apocada, Martinez, Gutierrez, Perez de Arenaza y
Landabaso (1994) estudiaron la calidad de vida y autopercepción de
salud en adictos a heroína en tratamiento con metadona, en 64 sujetos
y 45 familiares desde enero de 1992 hasta mayo de 1993. Este estudio
lo dirigen como la vida diaria y como el apoyo químico con metadona
fue asociado con cambios en las actividades y calidad de vida, tanto
percibidas en los pacientes como sentidas por sus familiares.
Establecieron unas medidas de bienestar general, estado de salud
percibido y calidad de vida para valorar dichos cambios. Encontraron
sustanciales cambios en dirección positiva (bienestar general, en las
12
actividades diarias, ambiente general en casa, etc) en los primeros
seis meses de tratamiento, que aumentan ligeramente en los
posteriores meses de tratamiento y que se mantuvieron en el tiempo.
Ruiz de Apocada, Martinez, Gutierrez, Pérez de Arenaza y
Landabaso (1994) investigaron la calidad de vida relacionada con
la salud de 49 heroinómanos que llevaban 4 años de tratamiento en
un PMM en Austria. Hallaron que los pacientes mostraron una
calidad de vida moderada, peor en las escalas del componente mental
que en las del componente físico la calidad se correlaciona de forma
inversa con la gravedad de la adicción.
Trujols, Tejero y Casas (1996) refieren que en el tratamiento de
las conductas adictivas, los procesos de recaída de los pacientes ya
desintoxicados constituyen un reto asistencial continuo e ineludible
debido a la elevada frecuencia con que se presentan. Asimismo
señalan la relevancia del impacto psicológico que las recaídas en
los hábitos tóxicos generan en el curso del trastorno por dependencia
del paciente adicto, en los terapeutas y en la propia dinámica
asistencial.
Wasserman (1998) realizó un estudio para investigar los factores
predictores que predicen un período de uso de heroína en 74
pacientes en un tratamiento de abstinencia de heroína basado en la
metadona. Luego de preparar una línea de base los participantes
fueron evaluados 2 veces por semana durante 7 semanas y una nueva
línea de base fue tomada después de 6 meses. El análisis de regresión
logística fue utilizado para investigar los efectos de los predictores
sobre el uso de heroína; una abstinencia total de heroína
consistentemente predijo un bajo riesgo a un período de uso,
mientras que el uso de marihuana estuvo asociado con un mayor
riesgo. Las variables de estrés no fueron predictoras. Esta línea de
investigación sugiere que los factores que influyen en los períodos
de consumo durante el tratamiento son similares a través de diversas
poblaciones en tratamiento y los roles del estrés en precipitar la
recaída permanece no resuelto.
13
Graham (1999) evaluó la relación entre bienestar psicológico y
uso de sustancias, examinando 51 sujetos que usan droga y 90 sólo
alcohol, el análisis de correlación señaló que: (a) el uso de drogas
fue el principal factor asociado con pobre status de bienestar
psicosocial y (b) el pobre bienestar psicosocial fue esencialmente
una consecuencia antes que un precursor de uso de droga.
La recaída siempre es una elección consciente y deliberada que
la persona realizó para usar nuevamente drogas. No consumir drogas
debe ser el primer paso que la persona adicta debe trazarse en su
plan de recuperación y el segundo paso, aprender a vivir
adecuadamente y bien sin estas sustancias, llevando a que al sujeto
trabaje permanentemente en su personalidad.
Es por ello que la calidad de vida debe incorporarse decididamente
en el ámbito de la intervención psicosocial y en especial del
comportamiento adictivo por su condición de crítico problema de
salud pública y el rol que tendría en la rehabilitación del adicto.
· Permitiendo articular lo individual y lo social, ya que establece
conexiones inexcusables entre el bienestar psicológico y las
dinámicas psicosociales.
En el presente estudio el problema es:
¿Cuál es el nivel de calidad de vida y los determinantes de las
recaídas en sujetos consumidores de sustancias psicoactivas de Lima
Metropolitana?
Los objetivos de la investigación son:
a. Identificar los niveles de calidad de vida en sujetos
consumidores de sustancias psicoactivas.
b. Identificar las características de las recaídas en sujetos
consumidores de sustancias psicoactivas.
14
MATERIAL Y METODO
- MUESTRA
La población de estudio estuvo conformada por sujetos
adictos a sustancias psicoactivas que reciben tratamiento en los
diferentes centros de rehabilitación de Lima Metropolitana (Tabla
1). La muestra seleccionada fue intencional, está constituida por
67 sujetos habiéndose considerado los criterios de inclusión (sexo
masculino y femenino, edad entre los 21 a 41años, nivel
educativo, tiempo de consumo, reincidente y con tratamiento
vigente) y exclusión (menores de 21 años y mayores de 41 años,
y que tengan otras patologías severas asociadas).
Tabla 1
Muestra Total según Centros de Rehabilitación
Centros de Rehabilitación
Sujetos (Varones)
1
2
3
4
19
19
19
10
Total
67
- DISEÑO Y VARIABLES
El diseño utilizado es de tipo descriptivo - comparativo.
Las variables de estudio son las siguientes:
a. Calidad de Vida
b. Recaídas
Las variables de control consideradas fueron: edad (21 a 41
años), sexo (masculino y femenino), nivel educativo (secundaria
y superior), reincidente y con tratamiento vigente.
15
- INSTRUMENTOS
a) ESCALA DE CALIDAD DE VIDA DE OLSON Y
BARNES.- Esta escala fue construída por David Olson y
Howard Barnes en 1982. Los objetivos de la escala fueron
medir las percepciones individuales de satisfacción dentro
de los dominios de las experiencias vitales de los individuos
como por ejemplo: vida marital y familiar, amigos, domicilio
y facilidades de vivienda, educación, empleo, religión, etc.
Se desarrollaron dos instrumentos para medir la calidad de
vida, estos fueron: versión padres con 43 items y 12 áreas
(vida marital y familiar, amigos, familia extensa, salud, hogar,
educación, tiempo, religión, empleo, medios de
comunicación, bienestar económico y vecindario y
comunidad). Versión para adolescentes con 25 preguntas con
las mismas áreas que la escala de adultos con excepción de
matrimonio y empleo. Diecinueve preguntas son comunes a
las dos escalas, 21 son sólo para adultos y 6 aparecen
únicamente en la forma para adolescentes.
Validez y confiabilidad.- La escala presenta validez de
construcción, el análisis factorial con rotación varimax para
la escala total, resultó en la delineación de 12 factores. En
general, el análisis factorial sustentó la estructura conceptual
inicial de la escala con pocas excepciones.
La confiabilidad a través del método test-retest, se efectúo
usando la forma de adolescentes con 124 sujetos de doce
clases universitaria y secundaria. El lapso entre las dos
aplicaciones fue de cuatro a cinco semanas. La correlación
de Pearson para la escala total es de 0,64 y las correlaciones
para los doce factores van desde 0,40 hasta 0,72. La
confiabilidad de la consistencia interna se halló con el
coeficiente de confiabilidad Alpha de Cronbach, siendo para
la escala padres igual a 0,92 y para la escala adolescentes
igual a 0,86.
16
b) CUESTIONARIO DE RECAIDA PARA ADICTOS A
SUSTANCIAS PSICOACTIVAS. Este instrumento fue
elaborado por Marlatt en 1985 y fue adaptado en nuestro
medio por Lizárraga. El objetivo de este cuestionario es medir
factores intrapersonales y factores interpersonales que
determinan o ejercen alguna influencia en la recaída de los
consumidores (Tabla 2).
Tabla 2
Determinantes de Recaída para Adictos a SPA
Estado Emocional
Negativo
Estado Emocional
Positivo
Determinantes
Intrapersonales
Estado Físico
Negativo
Poner a Prueba el
Control Personal
Ceder a las
Tentaciones y
deseos
Conflicto
Interpersonal
Determinantes
Interpersonales
Presión Social
Estado Emocional
Positivo
- PROCEDIMIENTO
Los instrumentos fueron aplicados individualmente a 67
sujetos en dos sesiones respectivamente. El tiempo que se utilizó
en la aplicación de ambos instrumentos fue de 60 minutos
aproximadamente. Una vez codificados los datos se utilizó el
paquete estadístico SPSS.
17
RESULTADOS
Las características más resaltantes de la muestra se presentan en
la Tabla 3, correspondiendo el 87,07% al sexo masculino y 14,93%
al sexo femenino; el grupo mayoritario se encuentra entre los 26 y
31 años (50,75%). Respecto al grado de instrucción, el 58,21%
pertenecen a educación superior y el 41,79% a secundaria. El estado
civil de los entrevistados indica que el 55,22% son casados y el
44,78 solteros.
Tabla 3
Características Sociales de la Muestra de Adictos
Características
Sexo
Edad
Frecuencia
%
Masculino
57
85,07
Femenino
10
14,93
De 20 a 25 años
9
13,43
De 26 a 31 años
34
50,75
De 32 a 37 años
18
26,87
De 38 a 47 años
6
8,96
Grado de
Instrucción
Secundaria
28
41,79
Superior
39
58,21
Estado
Soltero
30
44,78
Civil
Casado
37
55,22
En relación al tiempo de consumo, el 47,76% reportaron haber
consumido entre 7 y 11 años; y el 40,30% entre los 2 y 6 años de
consumo. Entre los motivos para salir del programa, el 58,21% refirió
haber abandonado el programa y el 23,88% por alta clínica.
Finalmente, el 67,16% de los sujetos señalaron que las razón
principal para volver a consumir es el tener deseos para hacerlo
(Tabla 4).
18
Tabla 4
Características de Consumo de la Muestra
Características
Menos de dos años
Tiempo de
Consumo
Permanencia
en el Programa
Motivo para
Salir del
Programa
Razones para
Volver a
Consumir
Frecuencia
%
1
1,49
De 2 a 6 años
27
40,30
De 7 a 11 años
32
47,76
De 12 a 16 años
5
7,46
Más de 17 años
2
2,99
Menos de un mes
6
8,96
De 1 a 3 meses
17
25,37
De 4 a 6 meses
28
41,79
De 9 a 12 meses
16
23,88
Alta Clínica
16
23,88
Alta Administrativa
12
17,91
Abandono
39
58,21
No Indica
2
2,99
Tener deseos
45
67,16
Sentirse triste
4
5,97
10
14,93
6
8,96
Sentirse molesto
No resistir la invitación
- CALIDAD DE VIDA.
En la tabla 5 se observa que la media del puntaje total es
74,48, que corresponde a un percentil de 13 en la muestra de
normalización, lo que ubica en un nivel inferior de mala calidad
de vida. La muestra tiene una variación muy pequeña, ella señala
que el grupo en estudio es más o menos homogéneo en esta
variable.
19
Tabla 5
Puntaje de Calidad de Vida para la Muestra Total
X
D.S.
Varia.
Error Est.
Coef. Var.
74,48
5,41
29,27
0,66
7,26
La tabla 6 presenta los puntajes de calidad de vida, ubicando
tanto al grupo de mujeres (percentil 11) y al grupo de varones
(percentil 11) en niveles inferiores comparado con la muestra de
normalización. Asimismo, se observa puntajes bajos en la
desviación estándar de ambos grupos, destacando una vez más
su homogeneidad como grupo.
Tabla 6
Calidad de Vida según Sexo
Sexo
X
D.S.
Varia.
Error Est.
Coef. Var.
Femenino
67,70
4,03
16,23
1,27
5,95
Masculino
75,67
4,72
22,26
0,62
6,24
El análisis de la calidad de vida según edad indica que ésta es
baja en todos los casos, y tiende a disminuir conforme avanza la
edad. Asimismo, la calidad de vida es relativamente menor en
quienes tienen educación secundaria comparado con los de
educación superior. En cuanto al estado civil, la calidad de vida en
los casados es menor en relación a los sujetos solteros. En relación
al tiempo de consumo, la calidad de vida está más deteriorada en el
grupo que consumió más de 11 años (Tablas del 7 al 11). Sin
embargo, estas deficiencias no fueron estadísticamente significativas.
Tabla 7
Calidad de Vida según Edad
Edad
X
D.S.
Var
Error Est.
Coef. Var.
De 20 a 25 años
75,11
4,46
19,86
1,49
5,93
De 26 a 31 años
74,56
5,19
26,98
0,89
6,97
De 32 a 37 años
74,22
6,59
43,48
1,55
8,88
De 38 a 43 años
73,83
5,23
27,37
2,14
7,09
20
Tabla 8
Calidad de Vida Según Grado de Instrucción
Grado de
Instrucción
X
D.S.
Varia.
Error Est.
Coef. Var.
Secundaria
72,79
5,58
31,14
1,05
7,67
Superior
75,69
5,01
25,11
0,80
6,62
Tabla 9
Calidad de Vida Según Estado Civil
Estado Civil
X
D.S.
Var
Error Est.
Coef. Var.
Soltero
75,10
5,17
26,71
0,94
6,88
Casado
73,97
5,62
31,58
0,92
7,60
Tabla 10
Calidad de Vida Según el Tiempo de Consumo
Tiempo de
Consumo
X
D.S.
Menos de 2 años
77,00
0,00
De 2 a 6 años
75,30
De 7 a 11 años
Más de 11 años
Var
Error Est
Coef. Var.
0,00
0,00
0,00
5,24
27,46
1,01
6,96
73,66
5,71
32,60
2,80
7,75
72,50
0,71
0,50
0,50
0,98
Por su parte la Tabla 11 presenta la calidad de vida según
sus motivos o razones para consumir. La calidad de vida se ve
afectada más en los factores intrapersonales: sentirse molesto o
triste. El motivo: «no resistir la invitación», muestra sin embargo
que el grupo es heterogéneo, responde de diversas maneras a la
invitación para volver a consumir.
21
Tabla 11
Calidad de Vida Según Razones para Volver a Consumir
Razones para
reincidir
Ninguno
No resistir la
invitación
Sentirse molesto
X
D.S.
Var
Error Est
Coef. Var.
78,81
2,12
04,49
1,50
2,69
76,67
8,04
64,64
3,28
10,49
73,30
5,79
33,52
1,83
7,90
Sentirse triste
70,25
7,63
58,22
3,82
10,86
Tener deseos
74,60
4,68
21,90
0,70
6,27
La Tabla 12 muestra a su vez la relación entre asistencia a
número de programas y calidad de vida, en donde se identifica
que la participación en un mayor número de programas va
mejorando la calidad de vida.
Tabla 12
Número de Programas y Calidad de Vida
N° de Programas
De 1 a 2 veces
X
74,11
D.S.
5,22
Var
27,26
Error Est
1,00
Coef. Var.
7,04
De 3 a 4 veces
74,68
5,53
30,60
0,90
7,41
Más de 5 veces
75,50
9,19
84,50
6,50
12,18
- RECAIDAS
Se presenta en la tabla 13 los determinantes de recaída. El
76,12% de sujetos refiere que su recaída está asociada con
factores intrapersonales (que tienen lugar dentro del individuo).
El 23,88% señala que las recaídas se dan por influencia de
factores interpersonales (interacciones actuales o recientes con
otra(s) persona(s) que ejercen alguna influencia con el adicto).
Esto es esencial para precisar los criterios de tratamiento de los
reincidentes.
22
Tabla 13
Determinantes de Recaídas
Determinantes de las Recaídas
Frecuencia
Porcentaje
Intrapersonal
51
76,12%
Interpersonal
16
23,88%
Total
67
100,00%
El análisis de los indicadores de la muestra nos presenta
que el estado físico negativo y el estado emocional negativo son
las variables más predominantes en un 80,60% y 50,75%
respectivamente, para volver a consumir sustancias o recaer. Sin
embargo, que en el caso de los determinantes interpersonales, es
el «conflicto interpersonal» o la inadecuada relación con las
personas, la principal causa de la recaída, 82,09%. En términos
generales, los principales determinantes de las recaídas parecen
ser variables de tipo intrapersonales para un 76,12% de casos de
la muestra estudiada. (Tabla 14).
Tabla 14
Indicadores de las Recaídas de la Muestra
Determinante
Intrapersonal
Indicadores
Frecuencia
Porcentaje
Estado Emocional Negativo
34
50,75%
Estado Emocional Positivo
2
2,99%
Estado Físico Negativo
54
80,60%
Prueba de Control
11
16,42%
7
10,45%
55
82,09%
Presión Social
8
11,94%
Estado Emocional Positivo
0
0,00%
Ceder a Tentaciones
Interpersonal
Conflicto Interpersonal
Sólo un 2,99% tuvo seguimiento de su tratamiento a cargo
de un profesional, el 97% no tuvo seguimiento de su tratamiento.
Un análisis por items, muestra que el 64,71% manifiesta recaer
porque tuvo deseos o impulsos de un momento a otro sin ningún
23
incidente anormal a su alrededor y el 50,0% lo hizo al ver a otra
persona drogándose y el 31,25% manifestó no haber resistido a
la invitación de consumir.
DISCUSION
Dado que la Calidad de Vida implica en bienestar general en
todos sus componentes: físicos, sociales, económicos, culturales,
etc. ello implica que los sujetos desarrollan determinados hábitos
comunes de vida o estilos de vida. La prevención de conductas de
riesgo, el cuidado y promoción de la salud, es desarrollar la calidad
de vida, ellas están definitivamente ligadas a los estilos de vida
sociales, a la asunción de riesgo, a los hábitos diarios, y en conjunto
al entorno social en el cual se desenvuelve la persona. En el caso
del consumo de sustancias, estudiar la calidad de vida es crítico
para desarrollar los programas de tratamiento (Fernández et al. 1999;
Graham & Gillis 1999; Iraurgi 1999; Iraurgi et al 1999).
La calidad de vida es pues, un asunto de mayor interés para
abordar los problemas de la salud pública y la búsqueda de
indicadores de bienestar (Andrews y Withey 1976; Campbell et al.
1976) especialmente para hacer comparaciones con los grupos
clínicos o particulares en estudio.
Los datos del presente estudio como ha sido señalado encuentran
una relación inversa entre nivel de calidad de vida y consumo de
sustancias, en otros términos la calidad de vida se deteriora o es de
menor calidad cuando el consumo de sustancias es mayor, es decir
a mayor edad menor calidad de vida así como a mayor tiempo de
consumo igualmente una menor calidad de vida. Estos datos
concuerdan con los hallados por Fernández et el. (1999), Graham y
Gillis (1999) quienes hallaron esta correlación inversa.
Sin embargo, Iraurgi et al. (1999) en un grupo especial de
pacientes sometidos a un programa de metadona encontraron que
sólo algunos componentes de la calidad de vida guardaban esta
24
relación y otros como los componentes emocionales eran
relativamente aceptables aunque mantenían también una mala
percepción de su salud. Ruiz de Apodaca et. al., trabajando con
otro grupo de pacientes usuarios de metadona encontró cambios en
las actividades y calidad de vida en sus pacientes mejorando su
bienestar general y que inclusive se mantuvieron en el tiempo.
Por otro lado, como lo han señalado la mayoría de los
investigadores el factor determinante para las recaídas son los
factores intrapersonales y en particular los vinculados con el estado
físico negativo y su estado emocional negativo, que se convierten
así en los principales indicadores y predictores de probables recaídas
y de problemas de salud mental (Wasserman et al. 1998; Gurin et al
1960; Trujols et al. 1996).
En suma, el estudio ha establecido una relación inversa entre
calidad de vida y recaídas en el consumo de SPA y se hace necesario
mayores estudios analizando diferentes tipos de consumo, así como
períodos de tratamiento y de seguimiento.
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