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Revista Dental de Chile
2004; 95 (1): 11-16
Trabajo de Investigación
Autores:
Estudio Comparativo entre Tratamiento Quirúrgico v/s
Tratamiento No Quirúrgico de Fracturas Mandibulares
Comparative Study Between Surgical Treatment v/s not Surgical Treatment
of Mandibular Fractures
Dr. Daniel Briones S.1
Dr. Percival Herbozo S.2-3
Dr. Mark Belkner C.1
1. Ayudante Meritante Asignatura
de Cirugía, Universidad Mayor.
2. Docente Cirugía Universidad Mayor.
3. Servicio de Cirugía Maxilofacial,
Hospital de Carabineros.
Dirección Postal: Rev. Padre Werner Fromm 248
Las Condes, Santiago - Chile.
Resumen
Se presenta un estudio retrospectivo a 4 años de 34 pacientes con fracturas mandibulares tratadas en los servicios de Cirugía Maxilofacial
de los Hospitales de Carabineros, Militar y San Juan de Dios. Se consideraron las siguientes variables: epidemiológicas, características
clínicas y radiográficas, asociaciones con otras fracturas, severidad, complicaciones y tipos de tratamientos efectuados.
Palabras Claves: Fracturas Mandibulares, Tratamiento de Fracturas, Traumatología.
Summary
A 4-years retrospective study of 34 pacients with mandibular fractures is presented. The patients were treated at the maxillofacial services
of the Carabineros Hospital, Militar Hospital and San Juan de Dios Hospital.
The following variables were considered: epidemiological, clinical and radiographic characteristics, relations to other fractures, severity,
complications and types of treatment applied.
Key Words: Mandibular Fractures, Fractures Treatment, Traumatology.
Introducción
se desplazan o no los fragmentos(2).
La ubicación y prominencia de la mandíbula dentro de la cara la pone como la segunda
región que más fracturas sufre dentro del
complejo maxilofacial(1). De ahí la importancia de saber determinar claramente el tratamiento correcto en el menor tiempo posible.
Los principios básicos en el tratamiento de
las fracturas mandibulares incluyen reducción de los segmentos de la fractura, restauración de la oclusión dentaria como guía para
la reducción de la fractura, fijación y posterior control de infecciones.
La expresión semiológica de la fractura va a
depender de la fuerza del agente vulnerante,
la presencia de dientes, la acción muscular y
la inclinación del rasgo de fractura. Según
estos dos últimos factores, la fractura será
favorable o desfavorable dependiendo de si
El desarrollo de diferentes sistemas de fijación rígida interna y su aplicación en el
tratamiento de las fracturas mandibulares,
en este caso tratamiento quirúrgico, ha
significado un cambio en el criterio del
tiempo requerido de inmovilización y ha
hecho posible un rápido retorno a la función, permitiendo que el paciente vuelva
a realizar su vida normal en muy poco
tiempo. Sin embargo, con estos nuevos
métodos han aparecido complicaciones y
secuelas diferentes a las que se presentan
en tratamientos clásicos ortopédicos no
quirúrgicos.
considerablemente el periodo de fijación
intermaxilar que en el tratamiento no quirúrgico puede ser hasta mayor a un mes. Igualmente reduce sus posibles efectos secundarios, como son dificultad respiratoria, deterioro de la higiene oral, daño periodontal, lesiones a la ATM, problemas de alimentación
que se traduce en pérdida de peso, atrofia de
los músculos masticatorios, dificultad para
hablar y una apariencia poco estética que interfiere con la vida normal.
Cada uno de estos tratamientos tiene sus
defensores y detractores, sin lograr desplazar uno al otro.
Aún existiendo el riesgo de estas complicaciones, la fijación rígida interna se ha transformado en el tratamiento más aceptado en
el último tiempo ya que permite disminuir
Así, el objetivo de este estudio es comparar las diferencias entre el tratamiento quirúrgico y no quirúrgico, sus indicaciones y
complicaciones.
Carabineros de Santiago y San Juan de
Dios en el periodo de 4 años (1998 a
2002). Se excluyeron los pacientes con
fracturas aisladas de cóndilo al momento de seleccionar los 34 pacientes definitivos. Las siguientes variables fueron es-
tudiadas en cada paciente: 1) Edad (estableciéndose 6 intervalos de edad que
abarcan todos los pacientes en estudio,
definiéndose como sigue: 1- 10 a 19 años.
2- 20 a 29 años. 3- 30 a 39 años. 4-40 a
49 años. 5-50 a 59 años y 6-60 a 69
Material y Método
Los resultados del tratamiento de 34 pacientes con 55 fracturas mandibulares
fueron analizados retrospectivamente.
Estos pacientes fueron tratados, y según
fuera indicado, sometidos a cirugía en
los Hospitales Militar de Santiago, de
11
Rev Dent Chile Vol 95 Nº1
Daniel Briones y cols.
año; 2) Sexo (tabulándose M: Masculino y F: Femenino); 3) Etiología del trauma: traumática, patológica, quirúrgica. En
el caso de que la fractura fuera de origen
traumático se consideraron las siguientes
situaciones: accidente de transito, agresión, deportes, caídas; 4) Ubicación de
la fractura: sinfisiaria, paramediana
(región precanina); cuerpo (región de
caninos premolares y molares); ángulo; rama; cóndilo; coronoides y reborde alveolar; 5) Número total de fracturas por paciente y de la muestra en
estudio; 6) Oclusión postraumática
(pre q u i r ú rg i c a )
[Alterada
o
inalterada]; 7) Estado dentario (bueno, si existen contactos dentarios en
la región molar y anterior; malo, si carece de contactos en región molar y
anterior; edéntulo, si el paciente ha
perdido los dientes o quedan algunos,
pero sin contacto entre ellos); 8) Asociación con fracturas del tercio medio; 9) Severidad de la fractura (de
acuerdo a la clasificación de Cooter et
al. 12(3)), la cual asigna 1 punto si la
fractura no esta desplazada, 2 puntos
si la fractura está desplazada y 3 puntos si es conminuta. La severidad completa del traumatismo sobre la mandíbula es la suma de todos los puntos
asignados a cada fractura individual;
10) Signos radiográficos (Número de
rasgos; Diástasis; Cabalgamiento;
Rasgo de fractura favorable o desfavorable [según estén desplazados o no
los fragmentos]; 11) Complicaciones
postoperatorias y 12) Tipo de tratamiento empleado.
Las siguientes complicaciones
postoperatorias fueron consideradas:
1) Infección (signos inflamatorios y
supuración del sitio de fractura, independiente del tratamiento que puedan
haber requerido); 2) Maloclusión
(oclusión postoperatoria diferente a la
previa al trauma); 3) Retraso en consolidación (ausencia de consolidación
luego de un periodo de tiempo superior a los 4 meses); 4) Limitación de
la apertura bucal (apertura bucal menor a 35 mm posterior al mes); 5) Daño
nervioso, sensorial o motor, causado por
el daño al nervio dentario inferior o ramas mandibulares del nervio facial
(mayor a 6 meses); 6) Remoción del
material de osteosíntesis, que fue usado en el tratamiento, debido a una infección postquirúrgica que no respondió al tratamiento convencional.
Los tipos de tratamientos usados fueron los siguientes: 1) Solo fijación
maxilomandibular (con reducción cerrada de la fractura y fijación
maxilomandibular con alambres, realizada bajo anestesia local o general y
el paciente mantenido en máxima
intercuspidación por 40 dias; 2) Tratamiento quirúrgico con placas de 2
mm (con abordaje intra o extraoral
Resultados
Tabla Nº 1.
Gráfico Nº1.
Distribución de pacientes por edad.
Rango de edad
12
Número
Porcentaje
10-19
20-29
30-39
40-49
50-59
60-69
9
16
4
3
1
1
26,5 %
47,1%
11,8%
8,8%
2,9%
2,9%
Total
34
100
bajo anestesia general, con un período
de fijación maxilomandibular de entre
0 a 15 días) o Sistema AO de 2,0 mm 2,4 mm o 2,7 mm (abordaje intra o
extraoral, placas óseas de 2,0 - 2,4 o
2,7 mm con movilidad mandibular inmediata). El uso de un tipo de tratamiento u otro fue seleccionado por el
cirujano de acuerdo con el tipo de fractura, características del paciente y la
necesidad de una pronta movilidad de
la mandíbula. Se indicó profilaxis
antibiótica de amplio espectro a todos
los pacientes desde su ingreso al hospital. Con las excepciones de algunos
pacientes politraumatizados, en que la
toma prequirúrgica de una radiografía
panorámica se encontraba contraindicada
por la urgencia de tratamiento o severidad de las heridas asociadas, se tomó una
radiografía panorámica prequirúrgica y
posquirúrgica para evaluar la fractura en
cada paciente. En todos los casos, el
seguimiento tanto clínico como
radiográfico de hasta un año confirmó
una correcta curación. El análisis estadístico de los resultados fueron realizados usando las aplicaciones
computacionales del programa Systat
V 1.0.
Estudio Comparativo entre Tratamiento Quirúrgico v/s Tratamiento No Quirúrgico de Fracturas Mandibulares
Tabla Nº 2.
Tabla Nº 5.
Causa de trauma, número y ubicación de la fractura, estado dentario,
oclusión post-trauma y relación con fracturas del tercio medio.
Relación entre Etiología y ubicación de fracturas mandibulares.
Tratamiento
Ortopédico
n = 13
Tratamiento
Quirúrgico
n = 21
n = 34
3
7
1
2
5
11
3
2
8
18
4
4
18
37
55
Ubicación
Sinfisiaria
Paramediana
Cuerpo
Angulo
Rama
Cóndilo
Coronoides
Reborde alveolar
1
3
3
5
2
3
0
1
0
7
14
10
2
3
1
0
1
10
17
15
4
6
1
1
Estado dentario
Bueno
Malo
Edéntulo
13
0
0
17
2
2
30
2
2
Etiología
Vehicular
Agresión
Deportes
Caídas
Número de fracturas
Etiología
Total
Ubicación
Agresión Accidente Deportes Caídas Total
Vehicular
Paramediana
3
4
1
2
10
Cuerpo
7
3
4
3
17
Angulo
8
4
2
1
15
Cóndilo
2
3
0
1
6
Rama
3
1
0
0
4
Sínfisis
0
1
0
0
1
Coronoides
1
0
0
0
1
Reborde alv.
0
0
0
1
1
Total
24
16
7
8
55
Tabla Nº6.
Severidad de las fracturas presentadas de forma general y por
tipo de tratamiento.
Ortopédico
Quirúrgico
Total
8
3
2
0
0
13
1
8
6
5
1
21
9
11
8
5
1
34
Severidad 1
Severidad 2
Severidad 3
Severidad 4
Severidad >4
Total
Chi cuadrado:14,646
Oclusión
postraumática
Inalterada
Alterada
8
5
1
20
9
25
gl = 4,000
p = 0,00
Tabla Nº 7.
Orientación del rasgo de fractura con relación al tratamiento.
Asoc. fracturas
tercio medio
1
3
Tabla Nº3.
Número de rasgos de fracturas (filas) con relación al tratamiento
(columnas).
Ortopédico
1
2
3
Total
10
1
2
13
Chi cuadrado:6,249
gl = 2,000
Ortopédico Quirúrgico Total
4
Quirúrgico
Total
8
10
3
21
18
11
5
34
Desfavorable
Favorable
Total
n
23.1%
76.9%
100%
13
Chi cuadrado:15,9716
90.5%
9.5%
100%
21
gl = 1,0000
64.7
35.3
100%
n
22
12
34
p = 0,001
Gráfico Nº2.
p = 0,044
Tabla Nº4.
Oclusión postraumática (filas) con relación al tratamiento (columnas).
Ortopédico
Quirúrgico
Total
8
5
13
1
20
21
9
25
34
Inalterado
Alterado
Total
Chi cuadrado:13,298
gl = 1,00 p = 0,000
13
Rev Dent Chile Vol 95 Nº1
Daniel Briones y cols.
Tabla Nº 8.
Tabla Nº 9.
Total de complicaciones de fracturas mandibulares tratadas.
Complicaciones según tratamiento.
Complicación
Infección
Maloclusión
Retraso en consolidación
Limitación de apertura
Rem. mat. Osteosíntesis
Total
n = 34
4
3
0
2
1
10
%
11,8%
8,8%
0,0%
5,9%
2,9%
29,4%
Complicación
Ortopédico
n = 13
%
Infección
Maloclusión
Retraso en consolidación
Limitación de apertura
Rem. mat. Osteosíntesis
Total
1
0
0
1
0
2
7,7
0,0
0,0
7,7
0,0
15,4
Quirúrgico
n = 21
%
3
3
0
1
1
8
14,3
14,3
0,0
4,8
4,8
38,2
Discusión
La muestra en estudio arrojó una distribución de edad en que la mayoría de los pacientes se concentraban entre los 10 y los
29 años (73,6%). El peak de incidencia se
ubicó entre los 20 y 29 años, seguido por
el grupo de 10 a 19 años presentando similitud con otros estudios.(1,4-6)
Los resultados de este estudio muestran
que casi la totalidad de las fracturas
mandibulares ocurrieron en hombres
(97,1%), lo cual es mayor a otros casos similares publicados(1,4-7). Esto puede deberse a que los hombres sufren una mayor cantidad de asaltos, suelen estar más expuestos al alcoholismo y que el número de conductores hombres es mayor que el de mujeres(6), los hombres practican deportes más
violentos, y en general las actividades que
los hombres desarrollan suelen ser más
bruscas, como ya ha sido expresado por
otros autores (1,4,6,8 ). Otro factor que puede
haber incidido en la distribución de la
muestra es que ésta proviene
mayoritariamente
de
hospitales
institucionales con mayoría masculina.
Al estudiar la prevalencia de los distintos
tipos de fracturas mandibulares, la ubicación de la fractura más frecuente fue la de
cuerpo mandibular, seguido por el ángulo,
paramediana y cóndilo siendo el resto de
las ubicaciones de una menor incidencia.
Estos resultados concuerdan parcialmente con Ellis et al.(5), quien encontró que la
fractura del cuerpo mandibular es la más
prevalente seguida por fractura de cóndilo, ángulo y sínfisis. Por otra parte, nuestras observaciones concuerdan en menor
14
medida con Olson et al.(9) que reporta como
fractura más prevalente la condilar, seguida de ángulo, sínfisis y cuerpo. Estas diferencias pueden deberse, especialmente en
el caso de las fracturas de cóndilo, a que
las fracturas aisladas fueron desechadas de
este estudio considerándose solo las fracturas mandibulares asociadas a las de cóndilo. Otro factor de la diferencia con el
estudio de Olson et al.(9) puede deberse a lo
reducido de tamaño de esta muestra, el tipo
de clasificación empleado en cada centro
clínico como lo demuestra Shetty et al.(10)
y a las diferencias demográficas propias del
sector en estudio.
El hecho de que en este estudio un 31%
presentara fracturas de cuerpo, 27% de ángulo y 18% de paramediana generó asociaciones con otros sitios de fracturas
mandibulares, obteniéndose los siguientes
porcentajes del total de pacientes: Anguloparamediana 11,8%, en tanto que la fractura de cuerpo-ángulo junto con la de cuerpo-paramediana dieron ambas 8,9%.
La etiología de las fracturas obtenidas de
este estudio se debieron en un 100% a causas traumáticas, de ellas la más frecuente
fue la agresión física con 52,9%, muchas
veces debido a asaltos o a disputas
interpersonales, lo que concuerda con datos obtenidos en otras publicaciones referentes al tema(4,5,11). Esta alta incidencia podría estar influenciada por la ingesta de
alcohol, factor que también es tomado en
cuenta por Mc Dade(12) y Andersson(13).
Los accidentes vehiculares fueron la segun-
da causa más común de fractura
mandibular con 23,5%, seguidos de deportes y caídas; ambas con 11,8%; resultados similares a los obtenidos por Ellis et
al.(5) en que la principal causa fue la agresión 54,7%, seguido de caídas con 21,3%,
y luego por accidentes vehiculares con
15,1%. Sin embargo, otros trabajos
epidemiológicos
de
fracturas
mandibulares consideran los accidentes
vehiculares como el principal factor
etiológico. Esto ocurre principalmente en
publicaciones realizadas en Estados Unidos(14) contrastando con las publicaciones
realizadas en Europa, estas últimas concuerdan con los resultados de este estudio
presentando las agresiones como la principal etiología(5). Lo anterior puede deberse al tamaño del parque automotor, a
la infraestructura vial donde se originó la
muestra así como a las legislaciones que
rigen su uso en las localidades donde se
realizaron los distintos trabajos.
Otro elemento a considerar, es la ubicación de la fractura con relación a la causa
del trauma. Es así como la etiología podría orientar hacia una predicción de la
ubicación de los rasgos de fractura. En
agresiones, el ángulo y el cuerpo fueron
las regiones más afectadas, a su vez el
cuerpo mandibular, la región paramediana,
y en menor medida el cóndilo, fueron las
zonas más afectadas en los accidentes
vehiculares. Tomando en cuenta estos antecedentes estos sitios anatómicos deberían considerarse en forma especial al realizar la anamnesis y el examen clínico del
paciente. Estos resultados concuerdan par-
Estudio Comparativo entre Tratamiento Quirúrgico v/s Tratamiento No Quirúrgico de Fracturas Mandibulares
cialmente con los encontrados por Fridrich
et al.(15) en el que los accidentes vehiculares
afectaron más la zona de los cóndilos,
mientras que en el caso de agresiones la
más afectada fue la zona del ángulo
mandibular, concordando en este caso con
los resultados de esta muestra.
Los resultados de este estudio arrojaron un
total de 55 fracturas de mandíbula obteniendo un promedio de 1,62:1 de rasgos
de fracturas por evento traumático, semejante a lo obtenido en otros estudios(1,4,16).
Ello orientaría a la necesidad de realizar
exámenes complementarios por parte de
los clínicos, especialmente estudios
radiográficos exhaustivos a todo paciente
fracturado mandibular, ya que donde se
haya diagnosticado un único rasgo de fractura podría existir otro, dado que la posibilidad de que ello ocurra supera el 50%.
Al realizar el análisis del número de rasgos por mandíbula fracturada respecto al
tratamiento escogido se encontró una diferencia significativa (p<0,05) mostrando
que la mayoría de las fracturas de un rasgo fueron tratadas ortopédicamente, situación que cambió al aumentar el número
de rasgos de fractura, lo que se refleja en
una tendencia hacia la indicación del tratamiento quirúrgico. Esto se explicaría
dado que mientras más rasgos de fracturas comprometen una mandíbula, más difícil es realizar la correcta reducción mediante el tratamiento ortopédico, porque
la inestabilidad que aquí se produce dificulta, a veces enormemente, la recuperación de la oclusión previa del paciente por
lo que se prefiere el tratamiento quirúrgico y la reducción rígida. En los casos de
fractura conminuta de este estudio se produce una excepción, ya que pese a ser fracturas con múltiples rasgos y fragmentos
aquí fueron tratadas ortopédicamente, criterio que concuerda con Maloney et al.(16)
porque al acceder quirúrgicamente en una
fractura conminuta, los pequeños fragmentos óseos pueden verse desperiostizados,
afectando por consiguiente su aporte
vascular lo que conlleva a una alteración
de la irrigación, siendo esta para Maloney
et al (16). la clave para evitar problemas
como una osteomielitis.
Igualmente se intentó relacionar la posibilidad de que fracturas mandibulares se
encuentren asociadas con fracturas ubicadas en otras regiones del resto del cuerpo, especialmente con fracturas ubicadas
en el tercio medio facial. Estas pueden
afectar el manejo del paciente, debido al
daño neurológico que puede estar asociado dada la magnitud del impacto requerido para producirlas, retrasando el tratamiento de ésta.
Este estudió arrojó 11,8% de fracturas
asociadas al tercio medio, resultado similar a otros publicados(1,4).
El estado dentario de la muestra en general fue bueno (88%) siendo menor la cantidad de desdentados parciales y edéntulos
datos que concuerdan con los obtenidos
por J. Moreno et al.(1)
El análisis de los 55 rasgos de fracturas
obtenidas en la muestra dio por resultado
que el 73,5% de los pacientes consultó
con la oclusión alterada y de estos el 59%
fue tratado quirúrgicamente, contrastando
esta cifra con el 26,5% de pacientes con
oclusión sin alteración post-trauma de los
cuales fueron tratados ortopédicamente el
88,9%, dando estos resultados una diferencia significativa al análisis estadístico
(p<0,05) obteniéndose una relación entre
el tipo de oclusión post-trauma y el tipo
de tratamiento escogido.
Por otra parte la comparación del tratamiento empleado con relación al tipo de
rasgo de fractura, ya sea se encuentre con
orientación desfavorable o favorable (o
con un rasgo incompleto), muestra que
90,5% de las fracturas que presentaron un
rasgo con orientación desfavorable fueron
tratadas quirúrgicamente. Por el contrario,
en las fracturas con rasgos de orientación
favorable un 76,9% fueron tratadas
ortopédicamente, relación que al ser analizada estadísticamente mostró una diferencia significativa (p<0,05).
Esta tendencia se ve reforzada al analizar
los resultados que se obtienen de la relación entre la severidad de la(s) fractura(s)
de una mandíbula y el tratamiento escogido, ya que conforme aumenta la severidad de la(s) fractura(s) aumenta también
la elección del tratamiento quirúrgico. Así
en la muestra estudiada, las fracturas con
una severidad igual o superior a 4 fueron
tratadas en un 100% en forma quirúrgica
a diferencia de las fracturas con severidad 1 las cuales en un 89% fueron tratadas ortopédicamente, obteniendo del análisis estadístico de esta relación una dife-
rencia significativa (p<0,05). Estos datos
además concuerdan con los obtenidos por
J. Moreno et al.(1) en un estudio similar en
el cual 89,7% de los pacientes con severidad igual o mayor a 4 fueron tratados
quirúrgicamente. Esta característica, unida
a la ya mencionada relación entre el número de rasgos y oclusión postraumática con
respecto al tratamiento escogido, viene a
justificar la elección del tratamiento quirúrgico en fracturas complejas. Se desea así
obtener una base confiable sobre la cual
recuperar la oclusión previa del paciente,
logrando una consolidación ósea satisfactoria y de este modo devolver la oclusión,
función, estética y característica anatómicas perdidas por el paciente al momento
del trauma.
Del total de pacientes analizados, 61,8% fue
tratado quirúrgicamente y 38,2%
ortopédicamente. Cabe destacar que el tratamiento ortopédico fue realizado preferentemente en pacientes sin alteración oclusal
postraumática y con buen estado dentario.
Estos datos concuerdan con los encontrados por Dimitroulis et al.(8), pero difieren
del trabajo realizado por R Oyonarte y A
Oliva(6)<.
En relación a las complicaciones del tratamiento, se encontró una cantidad superior
a la descrita en la literatura, como por ejemplo lo publicado por Wagner et al.(17) de un
13%, lo cual puede deberse a lo reducido
de la muestra de este estudio. Al realizar el
análisis por distribución de edad encontramos que tanto la Infección (80%) y
maloclusión (100%) se concentran en el
rango de edad de 20 a 29 años, datos que se
justifican en el alto índice de fracturas que
ocurren en este rango de edad. Al analizar
estos datos en relación con el tratamiento
efectuado encontramos que el porcentaje de
secuelas en el tratamiento quirúrgico es
mayor al correspondiente tratamiento
Ortopédico. Los resultados en forma general concuerdan con la literatura ya que existe
consenso en que la principal secuela es la
infección, como se ha encontrado en este
estudio y lo han planteado Moore et al.(18)
en un estudio retrospectivo con 100 pacientes en el cual la principal secuela es la infección. La variable planteada en materiales y métodos en relación con la secuela de
daño nervioso en el tratamiento quirúrgico
no pudo ser incluida en este estudio. Esto
se debió a la dificultad de lograr datos fidedignos con relación al signo clínico de
15
Daniel Briones y cols.
Rev Dent Chile Vol 95 Nº1
Vincent, ya que en muchos casos no se consigna dicho signo en el examen clínico previo a la cirugía, pero sí en el examen postquirúrgico pudiendo malinterpretarse el signo de Vincent como secuela nerviosa.
Al realizar el análisis estadístico, tanto en
conjunto (ortopédico y quirúrgico) como en
forma individual (ortopédico o quirúrgico),
no se encontraron diferencias significativas (p<0,05) entre las complicaciones y el
tipo de tratamiento escogido.
El debate acerca de la conveniencia del
tratamiento convencional con inmovilización maxilomandibular versus el tratamiento quirúrgico sigue vigente. Los
índices de complicaciones muchas veces
se ven influenciados por el tipo y severidad de la fractura y a las características
individuales del paciente más que por el
tipo de tratamiento.
El uso de fijación maxilomandibular conlleva una importante limitación funcional,
estética y daño periodontal dada la imposibilidad de realizar una adecuada higiene
bucal. Además impide el desempeño laboral por un período relativamente importante, por lo cual requiere una completa
aceptación y cooperación por parte del paciente. Aún así es un procedimiento rápido, que generalmente no requiere hospitalización y que podría realizarse con
anestesia local y en forma ambulatoria.
En contraste con el tratamiento
ortopédico, la técnica quirúrgica con fijación rígida interna posibilita una tempra-
na o inmediata vuelta a la función
masticatoria, con buenos resultados estéticos e índices de complicaciones cada vez
más bajos, permitiendo una pronta reintegración laboral.
Los resultados y el análisis estadístico de
este estudio no permiten concluir que un
tipo de tratamiento sea superior al otro.
Esto coincide con los resultados de la gran
cantidad de trabajos publicados respecto al
tema. Por lo tanto, la elección del tratamiento pareciera seguir dependiendo del
criterio personal del cirujano y de los recursos disponibles, basado en la diferencia de los principios terapéuticos básicos
que estos involucran. Resultados más concluyentes respecto a cual técnica logra
mejores resultados y menor índice de complicaciones siguen pendientes.
Conclusiones
1. Las fracturas mandibulares analizadas
en este estudio tienen una mayor incidencia en pacientes jóvenes de sexo masculino especialmente entre 20 y 29 años.
2. Las ubicaciones de los rasgos más
prevalentes de las fracturas analizadas en
este estudio fueron las de cuerpo
mandibular, seguida por ángulo,
paramediana y cóndilo.
3. Los factores etiológicos más frecuente
fueron las agresiones, seguidas por accidentes vehiculares, deportes y caídas.
4. La probabilidad de que los pacientes
presenten más de un rasgo de fractura
mandibular es superior al 50%.
complejidad, es decir, fracturas con varios
rasgos y/o de orientación desfavorable y con
una oclusión alterada post-trauma son tratadas preferentemente de forma quirúrgica.
6. Los resultados del análisis estadísticos
no permiten determinar una clara superioridad de un tratamiento sobre el otro.
5. Las fracturas mandibulares de mayor
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