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Andres Becerril / Excelsior
La red de empresas que venden medicamentos contra el cáncer opera en cinco entidades del
país, según comprueban las investigaciones de la Procuraduría General de la República y la
Policía Federal.
De acuerdo con la información obtenida, el principal centro de medicamentos de alta
especialidad ilegales está en el Distrito Federal, a partir de las empresas Farmaclinic, Oncovida
y Grupo Oncopharma, que recientemente cambió su nombre a Onco Tec, organizaciones
encabezadas por el médico Guillermo Olivares Beltrán y sus socios, los hermanos Mayra y
Guillermo Ríos Lanz.
En la capital del país también opera el Grupo Maymen. Los investigadores de la Unidad
Especializada en Investigación de Delitos contra el Ambiente y previstos en Leyes Especiales,
de la PGR y la Policía Federal constataron que en Privada de Santísima número 18, esquina
con la calle Santísima, de la colonia El Rosario, de la delegación Iztapalapa, Alberto Mendoza
García y su hijo Christian Alberto Mendoza Parra, son los encargados de vender los
medicamentos para el tratamiento de cáncer de uso exclusivo del sector salud.
En la serie de investigaciones llevó a los agentes federales hasta la empresa Comercializadora
ULFA, en Naucalpan, Estado de México.
ULFA es administrada por Evangelina de la Fuente Dueñas, su esposo, Rafael Luévano Rubí y
Rafael Luévano de la Fuente.
A finales de enero, vía telefónica, a Luévano Rubí se le hizo un pedido urgente de un
medicamento de alta especialidad, el cual consiguió en menos de una hora; antes, él trató de
convencer al supuesto comprador, que en realidad era un investigador, que adquiriera ese
mismo medicamento caduco en menor precio del que se vende a través de distribuidores
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autorizados.
Posteriormente, los investigadores confirmaron que en un domicilio de la colonia Jardines de
San Mateo, en dicho municipio mexiquense la familia Luévano de la Fuente es desde donde se
vende los medicamentos de alta especialidad de contrabando.
El eslabón de la red de tráfico ilegal de medicamentos de alta especialidad llevó a agentes de
la PGR y de la Policía Federal a Puebla.
Ahí, las autoridades comprobaron la participación, en el mercado negro de medicamentos
contra el cáncer, de Josefina Morales, propietaria de Medicamentos Oncológicos y
Especializados de Puebla, al médico Arturo Moreno, socio de Oncolín y al médico Eduardo
Téllez Bernal, quien además de ser propietario de Oncológica Puebla, da consulta en el
Instituto de Seguridad Social del Estado de Puebla.
En el domicilio de Oncolín, en la colonia Mirador de la capital poblana, confirmaron las
investigaciones que sí venden productos médicos de alta especialidad y que entregan cuatro
días después de haberse hecho el pedido, según una persona identificada como Nahieli
Velasco Sánchez, brazo derecho del médico Arturo Moreno.
En el domicilio de Medicamentos Oncológicos y Especializados de Puebla, los agentes
confirmaron con la propia Josefina Morales, que los medicamentos podían ser entregados de
un día para otro en cualquier parte del país.
Esta empresa de la red que investigaron las autoridades federales actualmente vende
medicamentos al Centro Médico Betania de Puebla y el Hospital de Beneficencia Española en
Puebla, según información obtenida por este diario.
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En Guadalajara, Jalisco, desde hace meses los agentes de la Unidad Especializada en
Investigación de Delitos contra el Ambiente, ubicaron a Mario Javier Rentería Ramos, Jorge
Quirarte Salcedo, Víctor Padia Espitia y al médico Gilberto Morgan Villela, propietario de la
empresa Onkos, como los principales traficantes de medicamentos de alta especialidad.
Morgan Villela, es jefe de división médica de la Unidad de Medicina de alta especialidad del
IMSS en Guadalajara.
Las mismas investigaciones condujeron hasta Monterrey, en Nuevo León. Como resultado del
trabajo de campo, los agentes detectaron que los principales traficantes de medicamentos de
alta especialización son:
El médico Juan Francisco González Guerrero, propietario de Grupo Unimedical Corporation y
Juan Francisco González Alcorta, representante de la empresa de González Guerrero.
González Guerrero, presta sus servicios en el Hospital Servicio de Oncología Médica e Integral
y en el Hospital Universitario de Nuevo León, en el departamento de Oncología.
En el domicilio de Unimedical, en la colonia Lomas de san Francisco, a los investigadores les
confirmó un hombre identificado como Alberto Torres que sí
vendía los medicamentos solicitados para el cáncer, pero que debían informarle el nombre del
médico que se los recetó.
De esta manera los vendedores del medicamentos sabían si el paciente fue recomendado por
un de los médicos de esta red.
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En Monterrey también se investigó a la empresa Distribución Especializada de Medicamentos y
a su principal socio, Juan José Martínez. En el inmueble de la empresa, en la colonia Mitras
Sur, confirmaron los investigadores que sí venden medicamentos.
En Nuevo León, los agentes de la PGR y la Policía Federal ubicaron a Fernando Martín del
Campo, a través de su empresa Rofem Distribución.
Los agentes utilizaron la pantalla de ser clientes y confirmaron, mediante información de una
persona identificada como Kaleb Marroquín Ferrera, que Rofem vende el medicamento
especial contra el cáncer que se presume es robado al IMSS o bien producto de robo a los
vehículos de los laboratorios que venden el productos al sector salud del gobierno federal.
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