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Artículo Tres psicoterapias para la anorexia nerviosa: un ensayo controlado aleatorizado Virginia V.W. McIntosh, Ph.D., Dip.Clin.Psyc. Jennifer Jordan, Ph.D., Dip.Clin.Pysc. Frances A. Carter, Ph.D., Dip.Clin.Psyc. Suzanne E. Luty, B.M. B.S., Ph.D., F.R.A.N.Z.C.P. Janice M. McKenzie, M.B. Ch.B., F.R.A.N.Z.C.P. Cynthia M. Bulik, Ph.D. Christopher M.A. Frampaton, Ph.D. Peter R. Joyce, M.B. Ch.B., Ph.D., F.R.A.N.Z.C.P. Objetivo: Pocos ensayos controlados aleatorizados han examinado la eficacia de diferentes tratamientos de la anorexia nerviosa. La terapia cognitivo-conductual y la psicoterapia interpersonal son eficaces en un trastorno afín, la bulimia nerviosa. Existen indicaciones tanto teóricas como terapéuticas para estas terapias en la anorexia nerviosa. Método: Un total de 56 mujeres con anorexia nerviosa, diagnosticadas mediante criterios de peso más y menos estrictos, fueron asignadas de forma aleatorizada a tres tratamientos diferentes. Dos tratamientos fueron psicoterapias especializadas (terapia cognitivo-conductual y psicoterapia interpersonal), y el otro, un tratamiento de control que combinaba atención clínica al paciente y psicoterapia de apoyo (atención clínica inespecífica de apoyo). La terapia consistió en 20 sesiones durante no menos de 20 semanas. Am J Psychiatry (Ed Esp) 2005; 8:429-435 M uchos ensayos controlados aleatorizados han examinado las diferentes psicoterapias para adultos con trastornos de la conducta alimentaria, habitualmente, bulimia nerviosa. La terapia cognitivo-conductual se considera el tratamiento de elección de la bulimia nerviosa (1). La psicoterapia interpersonal también constituye un tratamiento eficaz en este grupo de pacientes (2), aunque la mejoría se instaura de forma más lenta que con la terapia cognitivo-conductual. Se ha demostrado que estas psicoterapias especializadas son más eficaces que otras modalidades psicoterapéuticas (3). La anorexia nerviosa es una enfermedad grave con unos índices de morbilidad (4) y mortalidad altos, aproximadamente del 5 % por cada década (5). Las terapias extrahospitalarias son utilizadas ampliamente en su tratamiento. No obstante, son pocos los estudios controlados aleatorizados que han investigado los tratamientos de la anorexia nerviosa. En adolescentes, las intervenciones terapéuticas centradas en las familias obtuvieron resultados favorables (6, 7). Mientras que algunos estudios realizados en adultos demostraron que las psicoterapias especializadas eran más eficaces que la ausencia de tratamiento (8) o la condición de control de un tratamiento «habitual» (9), otros estudios no detectaron diferencias entre dos o más tratamientos (10, 11). Las terapias específicas estudiadas incluyen la terapia cognitivoconductual (11, 12), la psicoterapia psicoanalítica focalizada (9), la terapia analítica cognitiva (9, 10), el asesoramiento dietético (12, 13), la terapia de apoyo individual (14) y la terapia familiar (9, 14). Analizados conjuntamente, los estudios no revelaron una superioridad manifiesta de cualquiera de las modalidades terapéuticas de la anorexia nerviosa. Se necesitan más ensayos dada la escasez de estudios y las dificultades conocidas para reclutar y retener a los pacientes con este trastorno (15). 63 Resultados: Para todo el grupo de estudio (grupo de intencionalidad terapéutica) se observaron diferencias significativas entre las tres modalidades de terapia en la principal medida general de la respuesta terapéutica. La atención clínica inespecífica de apoyo fue superior a la terapia interpersonal, mientras que la terapia cognitivo-conductual obtuvo resultados intermedios, ni peores que los resultados de la atención clínica inespecífica de apoyo, ni mejores que los de la psicoterapia interpersonal. En las mujeres que completaron la terapia, la atención clínica inespecífica de apoyo fue superior a las dos terapias especializadas. Conclusiones: El resultado confirma que la atención clínica inespecífica de apoyo es más eficaz que las psicoterapias especializadas, lo que refuta la hipótesis primaria y cuestiona las teorías sobre qué elementos eficaces configuran los tratamientos exitosos de la anorexia nerviosa. Am J Psychiatry 2005; 162:741-747 La terapia cognitivo-conductual es, en teoría, un tratamiento muy interesante para la anorexia nerviosa (16, 17) y se han obtenido pruebas que confirman su eficacia (17, 18). Aunque la psicoterapia interpersonal no ha acaparado el interés de los ensayos clínicos de la anorexia nerviosa, la enfermedad está perfectamente conceptualizada en el marco de la psicoterapia interpersonal (19). Para examinar la eficacia de ambas psicoterapias en la anorexia nerviosa, las comparamos con un tratamiento de control denominado «atención clínica inespecífica de apoyo». Este tratamiento ofreció información y consejos alimentarios y utilizó los principios de la psicoterapia de apoyo para el trato con el paciente. Se pronosticó que las dos psicoterapias especializadas eran más eficaces que la atención clínica inespecífica de apoyo. Método Participantes Los criterios de inclusión de este estudio fueron el sexo femenino, una edad de 17-40 años y la presencia de anorexia nerviosa primaria en curso; los participantes fueron individuos que habían sido diagnosticados utilizando el criterio de peso corporal del DSM-IV (índice de masa corporal < 17,5), considerado una definición estricta de anorexia nerviosa, e individuos diagnosticados con un criterio de peso corporal menos estricto (índice de masa corporal 17,5-19,0) (20). Los individuos que presentaban un índice de masa corporal inferior a 14,5 se consideraron no aptos para la psicoterapia ambulatoria y se derivaron a una unidad hospitalaria para su evaluación. Ante la polémica sobre si la amenorrea es un criterio diagnóstico necesario para la anorexia nerviosa (21), en este estudio la amenorrea no fue un criterio de inclusión. Am J Psychiatry (Ed Esp) 8:7, Julio-Agosto 2005 429 TRES PSICOTERAPIAS PARA LA ANOREXIA NERVIOSA TABLA 1. Resultados generales de 56 mujeres con anorexia nerviosa y las 35 mujeres que completaron 20 semanas de tratamiento con terapia cognitivo-conductual, psicoterapia interpersonal o atención clínica inespecífica de apoyo Grupo 1: terapia cognitivoconductual Variable Terminación de la terapia Completaron la terapia No completaron la terapia Resultados terapéuticos globales Grupo total (intencionalidad terapéutica) 1 (buenos) 2 3 4 (malos) Total Individuos que completaron el tratamiento 1 (buenos) 2 3 4 (malos) Total Grupo 2: psicoterapia interpersonal Total Análisis de Kruskal-Wallis N % N % N % N % 7 12 37 63 9 12 43 57 5 11 31 69 21 35 38 63 1 5 3 10 19 5 26 16 53 100 0 2 5 14 21 0 10 24 67 100 4 5 1 6 16 25 31 6 38 100 5 12 9 30 56 9 21 16 54 100 1 4 2 5 12 8 33 17 42 100 0 2 3 7 12 0 17 25 58 100 4 5 1 1 11 36 45 9 9 100 5 11 6 13 35 14 31 17 37 100 Los criterios de exclusión fueron una depresión mayor grave en curso, la dependencia a sustancias psicoactivas, una enfermedad médica o neurológica grave, un trastorno del aprendizaje constitucional, una alteración cognitiva, trastorno bipolar I, esquizofrenia o un curso crónico resistente de anorexia nerviosa. Se incluyeron las mujeres que recibían una dosis estable de fármacos psicotropos con persistencia de los síntomas de anorexia nerviosa; no obstante, sólo eran dos las mujeres que estaban tomando medicación antidepresiva. El reclutamiento se produjo a múltiples niveles, incluyendo derivaciones de profesionales de la salud, autoderivaciones y derivaciones de las familias. El estudio recibió la aprobación eticolegal de Southern Regional Ethics Comité y se obtuvo por escrito el consentimiento informado. Procedimiento La evaluación estructurada se realizó con la Entrevista Clínica Estructurada para el DSM-IV (22) con el objetivo de determinar la presencia de trastornos del Eje I, la Escala de Depresión de Hamilton (23), el Eating Disorder Examination (24) y la Escala de Evaluación de la Actividad Global (GAF) (DSM-IV, pág. 32), al margen de otras preguntas relacionadas con los antecedentes de las conductas alimentarias y el peso corporal, los tratamientos previos y las variables demográficas. Para la medida principal de la respuesta terapéutica desarrollamos una medida global de anorexia nerviosa utilizando una escala ordinal de cuatro puntos: 4 = cumple todos los criterios para el espectro de anorexia nerviosa, 3 = no cumple todos los criterios de anorexia nerviosa pero presenta abundantes rasgos de los trastornos de la conducta alimentaria, 2 = presenta algunos rasgos de los trastornos de la conducta alimentaria, y 1 = no presenta rasgos significativos de los trastornos de la conducta alimentaria. Los participantes completaron los cuestionarios de autoevaluación, incluyendo el Inventario de Trastornos de la Alimentación-2 (25). Se realizaron las mediciones físicas, incluyendo el peso, la talla y el porcentaje de grasa corporal. Antes de iniciar la terapia, los participantes tuvieron uno o dos entrevistas con el dietista del equipo. Terapias Las diferentes modalidades terapéuticas consistieron en 20 sesiones pautadas, de una hora de duración, conducidas durante al menos 20 semanas. Los terapeutas (V.V.W.M., J.J. y S.E.L.) tenían experiencia en el tratamiento de los individuos con trastornos de la alimentación. Todos los terapeutas administraron las tres psiocoterapias. 430 Grupo 3: atención clínica inespecífica de apoyo Estadístico (gl = 2) p 6,6 0,04 10,6 0,0001 Terapia cognitivo-conductual. La terapia cognitivo-conductual de la anorexia nerviosa se basa en la premisa de que las características centrales del trastorno, la restricción y evitación alimentaria, constituyen unos patrones de conducta arraigados, al margen de las circunstancias que las iniciaron (26). En la primera fase de la terapia se introdujo la terapia cognitivo-conductual y su planteamiento teórico, las principales técnicas de autocontrol y las tareas domiciliarias. Se evaluó el grado de motivación del paciente para implicarse en el tratamiento, examinando su ambivalencia con respecto al abandono de la conducta anoréxica. Se prescribió una conducta alimentaria normal, negociándose objetivos en cuanto al peso corporal. En la segunda fase, el paciente aprendió las técnicas de la terapia cognititivo-conductual que cuestionan los pensamientos disfuncionales y la reestructuración del pensamiento. Se entregó material psicoeducativo para trabajar en la casa. En la fase tres se preparó al paciente para la finalización de la terapia, ofreciendo información sobre las recaídas y la recuperación, y estrategias didácticas para reducir el riesgo de recaídas. Psicoterapia interpersonal. La psicoterapia interpersonal de la anorexia nerviosa se basó en la psicoterapia interpersonal de la depresión (27) y de la bulimia nerviosa (28). En primer lugar, se elaboró una historia clínica de los acontecimientos vitales del paciente, las relaciones interpersonales y los problemas de la conducta alimentaria, haciendo especial hincapié en los vínculos que unen ambos aspectos. Se identificaron los principales problemas dentro de cuatro áreas de problemas interpersonales: la aflicción, los conflictos interpersonales, las transiciones de rol y las carencias interpersonales. La segunda fase se centró en uno o en varios problemas identificados. En la psicoterapia interpersonal de la depresión, cada sesión incluye la evaluación de los síntomas para establecer vínculos entre los aspectos interpersonales y los síntomas depresivos. La psicoterapia interpersonal de Fairburn para la bulimia nerviosa (28) no trató los síntomas de la bulimia nerviosa. En el estudio que nos ocupa se utilizó la descripción que efectúa el paciente de los síntomas del trastorno de la conducta alimentaria para facilitar el trabajo sobre un problema interpersonal consensuado, no procediéndose a una revisión sistemática de los síntomas. La última fase, de finalización, preparó al paciente para hacer frente por sí solo a las dificultades. Atención clínica inespecífica de apoyo. Para este estudio se desarrolló la atención clínica inespecífica de apoyo. Su objetivo consistió en reproducir el tratamiento extrahospitalario que se podía administrar a los individuos con anorexia nerviosa en la práctica clínica habitual, combinando diferentes características de la atención clínica (29) y de la psicoterapia de apoyo (30). La atención clínica incluye informa- Am J Psychiatry (Ed Esp) 8:7, Julio-Agosto 2005 64 MCINTOSH, JORDAN, CARTER Y COLS. Comparación post hoc de Mann-Whitney de los grupos terapéuticos 3 frente a 1 3 frente a 2 1 frente a 2 U p U p U p 111,0 0,15 93,5 0,02 158,5 0,21 32,5 0,04 17,0 0,002 53,5 0,25 a ción, asistencia, apoyo (31) y fomentar una relación terapéutica que favorezca el cumplimiento terapéutico. La psicoterapia de apoyo intenta ayudar al paciente a través del elogio, la confianza y los consejos. Las alteraciones del estado alimenticio y los patrones dietéticos característicos de la anorexia nerviosa tuvieron un papel decisivo en la atención clínica inespecífica de apoyo, insistiéndose en recuperar el peso y unos hábitos alimentarios saludables (32) y ofreciendo también información sobre las estrategias de conservación del peso, las necesidades energéticas y el reaprendizaje de un hábito alimentario normal. La información se ofreció por vía verbal y en forma de apuntes escritos. El contenido restante de las terapias lo dictaba el paciente, esforzándose el terapeuta por omitir las estrategias u objetivos de la psicoterapia interpersonal o de la terapia cognitivo-conductual. Integridad del tratamiento. Las sesiones de psicoterapia se grabaron en cinta magnetofónica, y tres cintas seleccionadas de forma aleatorizada para cada uno de los pacientes se revisaron en cuanto al cumplimiento del protocolo terapéutico, que fue determinado con la adaptación de la Collaborative Study Psychotherapy Rating Scale (33). Las puntuaciones medias de las diferentes modalidades terapéuticas fueron oportunamente altas con respecto a las demás modalidades en las respectivas subescalas de la Collaborative Study Psychotherapy Rating Scale, confirmado un cumplimiento terapéutico satisfactorio (34). Evaluaciones. Cada participante completó las evaluaciones después de la 10.ª sesión de terapia y una vez concluida la última sesión. Las evaluaciones consistieron en mediciones físicas, evaluación de la imagen corporal, un cuestionario de autoevaluación y una entrevista clínica estructurada con un clínico que desconocía la condición terapéutica del participante. La entrevista incluyó la medida global de anorexia nerviosa, la Eating Disorder Examination, la Escala para la Depresión de Hamilton y la GAF. El paciente también completó el Inventario de Trastornos de la Alimentación-2. Análisis de los datos Las medidas de la respuesta terapéutica se determinaron a priori. La principal variable de la respuesta terapéutica fue la puntuación global de anorexia nerviosa. Las variables secundarias de la respuesta terapéutica evaluaron características de la anorexia nerviosa determinadas con la Eating Disorder Examination y el Inventario de Trastornos de la Alimentación, como son el peso, el índice de masa 65 corporal y otras medidas físicas. Las variables terciarias de la respuesta terapéutica examinaron el funcionamiento general y los síntomas de trastornos diferentes a la anorexia nerviosa, como la depresión. Todos los análisis se realizaron con SPSS (35). Cuando no se dispuso de datos de las mujeres que no completaron la terapia, los análisis de intencionalidad terapéutica se basaron en la última observación realizada. Los valores de la medida global de anorexia nerviosa se compararon entre los diferentes grupos terapéuticos utilizando la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis. Se establecieron comparaciones pareadas entre los grupos utilizando la prueba de la U de Mann-Whitney. Para las medidas secundarias y terciarias se utilizó el análisis de la varianza de medidas repetidas para comparar los grupos terapéuticos en cuanto al cambio experimentado entre el nivel preterapéutico (inicial) y posterapéutico. Cuando se observó una diferencia significativa entre los grupos, se utilizaron pruebas pareadas de la diferencia mínima significativa para comparar las parejas de medias. Se examinó la independencia del efecto terapéutico de los efectos de las diferencias basales utilizando la regresión logística. En las pruebas bilaterales, el criterio utilizado para la significación estadística fue p < 0,05. Resultados La publicidad se tradujo en más de 400 indagaciones. De los 135 individuos entrevistados, 78 cumplían los criterios de inclusión exigidos, de los cuales 56 accedieron a participaren el estudio. Al efectuar la aleatorización, los tres grupos terapéuticos coincidían en la mayoría de las medidas, con excepción de las diferencias significativas que se observaron entre los grupos en los índices de diagnósticos comórbidos a lo largo de la vida de bulimia nerviosa y trastorno de angustia. En el grupo de terapia cognitivo-conductual, el 63 % de los individuos (n = 12) tenía un antecedente a lo largo de la vida de bulimia nerviosa frente al 31 % (n = 5) y 19 % (n = 4) de los grupos de atención clínica inespecífica de apoyo y psicoterapia interpersonal. Los índices de trastorno de angustia a lo largo de la vida fueron del 26 %, del 19 % y del 0 % para los grupos que recibieron terapia cognitivo-conductual (n = 5), atención clínica inespecífica de apoyo (n = 3) y psicoterapia interpersonal (n = 0), respectivamente. De las 56 mujeres que se habían asignado de forma aleatorizada a un tratamiento, 35 lo completaron, es decir, asistieron al menos a 15 de las 20 sesiones de terapia. Entre las 21 mujeres que no completaron el tratamiento, los abandonos se produjeron a lo largo de la terapia; el número mediano de sesiones completadas fue de 7, con un intervalo de 1-14. Cuatro de estas participantes fueron hospitalizadas por pérdida de peso o por complicaciones de la anorexia nerviosa (después de completar 2, 7, 9 y 12 sesiones; tres fueron asignadas a psicoterapia interpersonal y una fue asignada a atención clínica inespecífica de apoyo). Una paciente hospitalizada falleció más tarde, probablemente por las complicaciones médicas de la anorexia nerviosa. Al comparar a las participantes que completaron el tratamiento y las que no lo hicieron se observó una diferencia significativa del peso inicial medio (46,9 kg y 45,6 kg, respectivamente). Los dos grupos no difirieron significativamente en ninguna otra variable en la valoración inicial. No obstante, las 4 mujeres que debieron ser hospitalizadas tenían un peso (media = 41,7 kg), un porcentaje de grasa corporal y una puntuación de la GAF más bajos que los demás participantes. Am J Psychiatry (Ed Esp) 8:7, Julio-Agosto 2005 431 TRES PSICOTERAPIAS PARA LA ANOREXIA NERVIOSA TABLA 2. Resultados terapéuticos secundarios y terciarios de 56 mujeres con anorexia nerviosa en una comparación de 20 semanas de duración de terapia cognitivo-conductual, psicoterapia interpersonal y atención clínica inespecífica de apoyo Fin del tratamiento Inicial (n = 56) Medida Peso (kg) Índice de masa corporal (kg/m2) Grasa corporal (%) Puntuaciones en la Eating Disorders Examination Restricciónª Preocupación por la comida Preocupación por el peso Preocupación por la figura Puntuaciones en el Inventario de Trastornos de la Alimentación-2 Ansia de delgadez Bulimia Insatisfacción corporal Incompetencia Perfeccionismo Desconfianza Conciencia interpersonal Temores relacionados con la edad adulta Ascetismo Impulsividad Inseguridad Psicopatología general Puntuaciones en la Escala de Evaluación de la Actividad Globalb Puntuación en la Escala de Depresión de Hamilton Terapia cognitivoconductual (n = 19) Psicoterapia interpersonal (n = 21) Atención clínica inespecífica Análisis de la varianza de apoyo del cambio con respecto (n = 16) a la valoración inicial Media DE Media DE Media DE Media DE F gl p 46,4 17,3 18,9 3,9 1,1 3,4 48,6 18,1 22,0 5,5 1,9 5,3 49,0 18,1 20,7 8,5 3,1 6,6 50,4 18,8 22,1 7,3 2,1 5,9 0,29 0,38 0,33 2. 53 2. 53 2. 51 0,75 0,69 0,72 3,9 2,8 3,1 3,8 1,3 1,3 1,7 1,3 2,8 1,7 2,4 2,7 1,7 1,7 1,5 1,5 4,0 2,5 1,8 3,1 1,5 1,2 1,5 1,7 2,1 1,8 1,8 2,6 1,7 1,6 1,5 2,0 5,98 1,69 1,33 0,54 2. 53 2. 53 2. 53 2. 52 0,01 0,20 0,27 0,59 11,7 3,1 7,7 8,3 7,2 2,6 10,4 3,6 7,0 5,9 3,2 5,4 4,0 7,0 6,3 5,0 3,4 6,0 3,8 4,8 5,4 4,2 7,9 1,5 5,8 5,7 5,4 2,6 6,4 2,1 5,4 3,3 3,6 6,5 4,0 6,9 7,7 5,4 3,5 7,4 2,7 5,3 5,8 5,1 9,5 2,6 7,3 6,6 6,0 2,3 6,7 1,9 4,2 4,4 3,2 5,6 3,2 7,6 7,2 4,8 2,3 4,7 2,8 3,0 5,0 4,4 6,8 1,8 7,7 6,4 5,8 3,1 6,3 2,0 6,4 3,8 3,4 7,5 2,5 9,5 8,3 5,2 5,2 6,2 2,5 6,6 4,8 5,3 0,79 0,64 0,28 0,07 0,07 0,20 0,02 0,04 0,88 0,21 0,03 2. 53 2. 53 2. 53 2. 53 2. 53 2. 53 2. 53 2. 53 2. 53 2. 53 2. 59 0,46 0,53 0,76 0,93 0,94 0,82 0,98 0,96 0,42 0,81 0,97 48,8 12,6 5,6 6,9 53,2 6,9 9,5 7,8 51,1 9,9 7,2 7,3 60,7 6,8 13,9 7,1 4,19 1,07 2. 53 2. 53 0,02 0,35 ª Diferencia general significativa (p < 0,05) entre los grupos (análisis de la varianza). Las pruebas post hoc indicaron que la terapia cognitivo-conductual y la atención clínica inespecífica de apoyo eran más eficaces que la psicoterapia interpersonal (p < 0,05, pruebas pareadas de la diferencia menos significativa). b Diferencia general significativa (p < 0,05) entre los grupos (análisis de la varianza). Las pruebas post hoc indicaron que la atención clínica inespecífica de apoyo era más eficaz que las otras dos terapias (p < 0,05, pruebas pareadas de la diferencia menos significativa). Relación entre la respuesta global y las demás medidas La principal medida de la respuesta terapéutica fue la puntuación global de anorexia nerviosa. Las participantes con una puntuación global de 4 habían experimentado una mejoría mínima desde la evaluación inicial en cuanto a peso, índice de masa corporal y las medidas de la Eating Disorder Examination, aunque refirieron unos niveles sintomáticos más bajos en el Inventario de Trastornos de la Alimentación. Las que obtuvieron una puntuación global de 3 habían aumentado de peso, mostraron cambios mínimos en el Eating Disorder Examination y refirieron abundantes síntomas en el Inventario de Trastornos de la Alimentación. Las participantes con una puntuación global de 2 habían experimentado una mejoría notable, y las que obtuvieron una puntuación de 1 refirieron síntomas mínimos en el Inventario de Trastornos de la Alimentación y sólo se detectaron síntomas mínimos en el Eating Disorder Examination. Resultados terapéuticos primarios En la tabla 1 se muestran los resultados terapéuticos primarios. Los porcentajes de los individuos que completaron la terapia y el momento de suspender las tres modalidades terapéuticas no difirieron significativamente. Los motivos principales de la interrupción del tratamiento tampoco difirieron entre los tres grupos terapéuticos: una participante de cada grupo cambió de lugar de residencia, cuatro experimentaron una mejoría (terapia cognitivo-conductual, n = 1; psico- 432 terapia interpersonal, n = 2; atención clínica inespecífica de apoyo, n = 1), a 7 mujeres no les gustó el tratamiento (terapia cognitivo-conductual, n = 3; psicoterapia interpersonal, n = 2; atención clínica inespecífica de apoyo, n = 2), y 3 dejaron de acudir a las sesiones de terapia y a las evaluaciones (terapia cognitivo-conductual, n = 2; psicoterapia interpersonal, n = 1; atención clínica inespecífica de apoyo, n = 0). Se efectuaron análisis de intencionalidad terapéutica utilizando la última observación realizada para las participantes que no completaron la terapia. Las pacientes que suspendieron la terapia antes de la evaluación a mitad del tratamiento, recibieron una puntuación de 4, y se utilizó la puntuación de la evaluación (enmascarada) a mitad del tratamiento o al final de éste en las pacientes que habían completado una de estas evaluaciones. Entre todas las participantes de las terapias se detectaron diferencias significativas en las respuestas terapéuticas primarias. Las pruebas de la U de Mann-Whitney mostraron que la atención clínica inespecífica de apoyo era superior a la psicoterapia interpersonal. La terapia cognitivo-conductual y la psicoterapia interpersonal no difirieron significativamente entre sí, ni tampoco la terapia cognitivo-conductual y la atención clínica inespecífica de apoyo. Para todo el grupo de estudio, se obtuvo una puntuación de 1 o 2 en dos (10 %) de las 21 pacientes que habían recibido psicoterapia interpersonal, en 6 (32 %) de las 19 pacientes que habían recibido terapia cognitivo-conductual y en 9 (56 %) de las 16 pacientes asignadas a la atención clínica inespecífica de apoyo. El resultado terapéutico primario difirió significativamente entre las mujeres que completaron las respectivas modalidades terapéuticas. Las pruebas de la U de Mann-Whitney mos- Am J Psychiatry (Ed Esp) 8:7, Julio-Agosto 2005 66 MCINTOSH, JORDAN, CARTER Y COLS. traron que la atención clínica inespecífica de apoyo era superior a la terapia cognitivo-conductual y a la psicoterapia interpersonal, mientras que la terapia cognitivo-conductual y la psicoterapia interpersonal no difirieron significativamente entre sí. Entre las participantes que completaron la terapia, se obtuvo una puntuación global de 1 o 2 en 2 (17 %) de las 12 pacientes asignadas a psicoterapia interpersonal, en 5 (42 %) de las 12 pacientes que completaron la terapia cognitivo-conductual y en 9 (82 %) de las 11 pacientes que recibieron atención clínica inespecífica de apoyo. Resultados terapéuticos secundarios y terciarios En la tabla 2 se muestran las medias de las medidas secundarias y terciarias de la respuesta terapéutica al final del tratamiento, para todo el grupo de estudio. Las mediciones físicas, incluyendo el peso, el índice de masa corporal y el porcentaje de grasa corporal no difirieron significativamente entre las diferentes modalidades terapéuticas. En la subescala de restricción de la Eating Disorder Examination, la terapia cognitivoconductual y la atención clínica inespecífica de apoyo fueron superiores a la psicoterapia interpersonal y no difirieron entre sí. En la GAF, la atención clínica inespecífica de apoyo fue más eficaz que la terapia cognitivo-conductual y que la psicoterapia interpersonal, las cuales no difirieron entre sí. Para las participantes que completaron las terapias, las diferentes modalidades no difirieron en cuanto al resultado del peso. Se observaron diferencias significativas en las cuatro subescalas de la Eating Disorder Examination y en la subescala «ansia de delgadez» del Inventario de Trastornos de la Alimentación. En cuanto a «evitación de alimentos», «preocupación por la figura» (Eating Disorder Examination) y «ansia de delgadez» (Inventario de Trastornos de la Alimentación), las pruebas post hoc revelaron que la atención clínica inespecífica de apoyo era superior a la psicoterapia interpersonal, mientras que para los aspectos relacionados con la alimentación y el peso (Eating Disorder Examination), la atención clínica inespecífica de apoyo y la terapia cognitivo-conductual eran superiores a la psicoterapia interpersonal. En la GAF, la atención clínica inespecífica de apoyo fue superior a las otras dos modalidades terapéuticas, que no difirieron entre sí. Factores de confusión Se utilizó la regresión logística con una variante dicotomizada de la puntuación global de anorexia nerviosa como medida dependiente para examinar si las diferencias iniciales entre los grupos terapéuticos (p < 0,10) podían explicar las diferencias de la respuesta terapéutica entre ellos. Los análisis se realizaron con el tratamiento como comparación binaria (terapia cognitivo-conductual o psicoterapia interpersonal frente a atención clínica inespecífica de apoyo) y como comparación triple. Las diferencias de respuesta entre los diferentes grupos terapéuticos no se explicaron por ninguna diferencia entre los grupos terapéuticos en la valoración inicial (p = 0,050 para la comparación binaria, p = 0,033 para la comparación triple). Comentario Este estudio es, a nuestro saber, el primer ensayo controlado aleatorizado que compara la terapia cognitivo-conductual y la 67 psicoterapia interpersonal con la atención clínica inespecífica de apoyo en adultos con anorexia nerviosa. Una vez concluido el tratamiento, el 9 % de las participantes mostraron una respuesta terapéutica muy buena, y otro 21 % había mejorado considerablemente; el 70 % no completó el tratamiento o se benefició muy poco o nada del tratamiento. A diferencia de nuestra hipótesis, las pacientes que recibieron atención clínica inespecífica de apoyo mostraron una respuesta terapéutica tanto o más favorable que las respuestas terapéuticas de las pacientes que habían recibido psicoterapias especializadas, obteniendo el 56 % de las participantes tratadas con atención clínica inespecífica de apoyo una puntuación global de 1 o 2, frente al 32 % y al 10 % de las que recibieron terapia cognitivo-conductual o psicoterapia interpersonal, respectivamente. En diversas medidas secundarias de la respuesta terapéutica, los resultados de la terapia cognitivo-conductual se situaron entre los resultados de la atención clínica inespecífica de apoyo y la psicoterapia de apoyo. La inclusión de pacientes correspondientes al intervalo de peso menos estricto produjo un grupo de estudio que difería de los individuos de otros muchos estudios. No obstante, los subgrupos basados en criterios de peso más y menos estrictos fueron indistinguibles en casi todas las medidas de gravedad en la valoración inicial (20), y la inclusión de estricto/menos estricto como covariable en la regresión logística no explicó las diferencias de la respuesta terapéutica entre las terapias. Entre los aspectos metodológicos también destaca la duración relativamente corta de la terapia y el número relativamente escaso de participantes. Aunque el grupo de estudio fue menor que los grupos de los ensayos clínicos de bulimia nerviosa o de depresión mayor, en los ocho ensayos controlados aleatorizados realizados en adultos con anorexia nerviosa de los que tenemos constancia (8-12, 14, 18, 36), el número de individuos fue moderado (intervalo = 24-90, media = 50,7, mediana = 34,0), reflejando las dificultades de reclutamiento y de retención, dos características de los ensayos de anorexia nerviosa (15). Estas limitaciones metodológicas no explican, sin embargo, las diferentes respuestas terapéuticas. Se constató, más bien, que las diferencias de los índices de comorbilidad entre los grupos terapéuticos no contribuían a la respuesta terapéutica diferencial. La psicoterapia interpersonal fue la menos eficaz de las tres terapias. Entre las posibles explicaciones destaca la escasa atención que se presta a los síntomas, el considerable tiempo que transcurre hasta que se identifica el área problemática, lo que disminuye la duración de la fase intermedia de la terapia interpersonal, y la falta de reactividad de los síntomas de anorexia nerviosa a los desencadenantes interpersonales, que podría dificultar el estudio de los vínculos entre los factores interpersonales y los síntomas del trastorno de la conducta alimentaria. Los acontecimientos interpersonales podrían resultar menos gratificantes o ser evitados en mayor medida por los pacientes con anorexia nerviosa, pudiendo faltar, por lo tanto, un motivo racional para la psicoterapia interpersonal en este grupo de pacientes y en esta fase de la enfermedad. Aun así, las puntuaciones de las pacientes sobre la credibilidad o el grado de satisfacción con el tratamiento no difirieron entre las tres terapias, lo que sugiere que las diferencias en la percepción de las tres terapias por las pacientes no explica las diferencias entre los grupos terapéuticos. La terapia se centró, ya desde las primeras sesiones, en los aspectos afectivos y en el funcionamiento interpersonal, lo que podría constituir un problema para las pacientes con anorexia nerviosa. Am J Psychiatry (Ed Esp) 8:7, Julio-Agosto 2005 433 TRES PSICOTERAPIAS PARA LA ANOREXIA NERVIOSA Entre los posibles motivos de la mala respuesta terapéutica a la terapia cognitivo-conductual destacan la gran cantidad de material psicopedagógico y la adquisición de habilidades diversas, la imposibilidad de crear alternativas a las cogniciones inflexibles, propias de la rigidez cognitiva de los pacientes con anorexia nerviosa, y el carácter egosintónico de la anorexia nerviosa, lo que dificulta el trabajo activo hacia el cambio en una terapia directa y sincera como la terapia cognitivo-conductual. La terapia cognitivo-conductual podría ser menos eficaz en los pacientes con anorexia nerviosa e índices altos de rasgos obsesivos de la personalidad (37), como se ha observado en los pacientes con depresión (38), y más eficaz después de un aumento de peso inicial. No obstante, también es posible que la atención clínica inespecífica de apoyo constituya un tratamiento especialmente apropiado para la anorexia nerviosa grave. Se ha comprobado que tanto la atención clínica como la psicoterapia de apoyo constituyen tratamientos altamente eficaces en otros trastornos (39, 40). En este estudio fue administrada por clínicos experimentados en trastornos de la conducta alimentaria, se aplicó siguiendo las directrices de un manual terapéutico preciso, incluyó componentes psicoeducativos potencialmente poderosos y se marcó como objetivo normalizar la conducta alimentaria (junto con la terapia cognitivo-conductual). La terapia incluía, por lo tanto, un plan detallado, destinado a ampliar el espectro de alimentos elegibles y el volumen de la ingesta para aumentar de peso. Al basarse el contenido de la última sesión en temas elegidos por el propio paciente, la atención clínica inespecífica de apoyo podría aumentar el sentido de autonomía y de control del paciente. Un aspecto decisivo de la atención clínica inespecífica de apoyo podrían ser los importantes factores inespecíficos de la psicoterapia: la alianza terapéutica, la empatía, una opinión favorable y el apoyo, en un grupo de pacientes muy necesitado de todo esto. A nuestro saber, ésta es la primera comparación entre la terapia cognitivo-conductual y la psicoterapia interpersonal con una terapia de control en adultos con anorexia nerviosa. Algunos ensayos controlados aleatorizados previos de la anorexia nerviosa incluyeron determinados aspectos de la atención clínica inespecífica de apoyo (9, 11, 13), aunque con algunas diferencias importantes: los terapeutas no fueron especialistas en trastornos de la alimentación (9, 11), la terapia se resentía cuando el terapeuta abandonaba la unidad (9) y se administró un número menor de sesiones, y más breves, que en las demás terapias (9, 11). En el estudio que nos ocupa, el porcentaje de pacientes con una respuesta terapéutica muy buena o buena (30 %) fue similar al de otros estudios (9, 10). Hall y Crisp compararon el consejo dietético y la psicoterapia y observaron una mejoría en ambos grupos, aumentando en mayor medida de peso el grupo que recibió consejos dietéticos. En el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria se ha abogado por un procedimiento escalonado (26), y la atención clínica inespecífica de apoyo podría constituir una buena primera fase de tratamiento. Se requieren más estudios que identifiquen qué pacientes responderán a determinado tratamiento de primera elección. No se sabe qué modelos terapéuticos son mejores para qué individuos y si los individuos que no responden a una terapia tampoco responderán a otro modelo terapéutico. En resumen, los resultados de este estudio sugieren desechar la idea de que las psicoterapias especializadas son ne- 434 cesariamente más eficaces en el tratamiento clínico de la anorexia nerviosa. Dado que es la primera vez que la atención clínica inespecífica de apoyo ha sido objeto de un ensayo terapéutico de la anorexia nerviosa, se debe reproducir el estudio. Los resultados de este estudio indican, sin embargo, que la atención clínica inespecífica de apoyo constituye un tratamiento valioso para los adultos con anorexia nerviosa. Presentado en la 2002 International Conference on Eating Disorders, celebrada el 25-28 de abril de 2002 en Boston. Recibido el 4 de diciembre de 2002; revisiones recibidas el 10 de febrero y el 12 de mayo de 2004; aceptado el 1 de junio de 2004. Procedente de Department of Psychological Medicine, Christchurch School of Medicine & Health Sciences, y Department of Psychiatry, University of North Carolina at Chapel Hill. Financiado por las subvenciones del proyecto (97/144) y del programa de Health Research Council de Nueva Zelanda. Los autores agradecen a Andrea Bartram, Leslie Livingston, Isobel Stevens, Gill Ebel y Robyn Abbott por su ayuda en la coordinación y realización de este estudio, y agradecen a Dr. Janet Carter su evaluación independiente de los resultados terapéuticos. Bibliografía Am J Psychiatry (Ed Esp) 8:7, Julio-Agosto 2005 68 MCINTOSH, JORDAN, CARTER Y COLS. 69 Am J Psychiatry (Ed Esp) 8:7, Julio-Agosto 2005 435