Download Artículo completo en pdf

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Consumidores de Cocaína y Metanfetamina:
Diferencias, Características
y Retención en Tratamiento
Richard Rawson, Ph.D., Alice Huber, Ph.D., Paul Brethen, M.A., M.F.C.C.; Jeanne Obert, M.F.T.,
M.S.M.; Vikas Gulati, B.A.; Steven Shoptaw, Ph.D. y Walter Ling, M.D.
RESUMEN
El consumo de cocaína y metanfetamina ha producido graves problemas en la salud pública durante las dos últimas
décadas. A pesar de que estos potentes psicoestimulantes comparten muchos efectos agudos y crónicos, existen
algunas diferencias importantes entre el tipo de consumidor y las consecuencias de su consumo. Este artículo
presenta la información proporcionada por las cohortes de dos grupos de pacientes adictos a la cocaína y a la metanfetamina. Ambos grupos comenzaron a la vez un tratamiento en el mismo centro y durante el mismo periodo de
tiempo de cuatro años. Los modelos de consumo difieren de forma significativa; los consumidores de cocaína
siguen un modelo con más episodios de consumo de droga, gastan más dinero en la compra de cocaína y consumen
alcohol en mayor grado. Por otro lado, el modelo de consumidores de metanfetamina incluye una proporción mayor
de mujeres, normalmente consumen la droga a diario, consumen marihuana con más frecuencia y experimentan
consecuencias médicas y psiquiátricas más severas. A pesar de las diferencias en los efectos estimulantes de las dos
drogas y en las consecuencias que éstas puedan tener en los adictos, las respuestas al tratamiento con un amplio
programa ambulatorio, son muy similares.
Palabras clave: cocaína, metanfetamina, estimulante, tratamiento
Durante la última década, la metanfetamina (MA)
se ha convertido en una de las drogas más consumidas
en los Estados Unidos (ONDCP 1998). La producción,
la venta y el consumo de MA ha ido extendiéndose
desde Hawaii y California a muchos estados del
oeste y medio oeste del país. Estas regiones han
experimentado varios problemas de salud, legales y
sociales que en muchas ocasiones van acompañados al
consumo de la droga. Por ejemplo, en el año 1997 se
documentó en la ciudad de Seattle un total de 52
muertes causadas directamente por la MA y 92 muertes relacionadas con la misma droga (Logan, Fligner y
Haddix 1998). La MA se ha asociado con problemas
coronarios arteriales y con la hemorragia subaracnoidea
(Karch, Stephens y Ho 1999; Swalwell y Davis 1999).
Además de estas consecuencias directas, también
se ha asociado el consumo de MA con un comportamiento sexual de alto riesgo. Reback (1996) dirigió
un estudio de más de 6.660 consumidores homosexuales de ésta droga y descubrió que el crystal MA
RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 31 - 2002
era la droga consumida con más frecuencia entre esta
población. Un estudio etnográfico en Hollywood,
California reveló que entre los adictos al MA,
muchos de los consumidores eran más propensos
a tener relaciones sexuales sin protección, incrementando el riesgo de contagio de enfermedades de
transmisión sexual (Eggan, Reback y Ditman 1996).
En un estudio más reciente, Molitor y sus colegas de
estudio (1998) descubrieron que el consumo de la
MA estaba relacionado con el bajo uso de condones
en coitos vaginales y anales, prostitución y relaciones
sexuales con consumidores de drogas que posiblemente compartían jeringuillas. Además, los consumidores de MA eran más propensos a sufrir alguna
enfermedad de transmisión sexual.
En la historia reciente de California, la gran mayoría
de los consumidores de MA eran blancos de clase
obrera (Maglione, Chao y Anglin en ). Sin embargo,
Este artículo se ha publicado en la revista Journal of Psychoactive Drugs en
Junio de 2000.
3
en la última década el consumo entre las mujeres se
ha incrementado hasta llegar al mismo nivel que el
consumo entre los hombres. Además, el consumo en la
población hispana ha ido incrementándose poco a
poco; aproximadamente el 20% de los consumidores de
MA que entran en un programa de tratamiento en
California son hispanos (Cannon 1996). La MA
también se ha convertido en una droga muy popular
entre la comunidad homosexual urbana (Karch,
Stephens y Ho 1999; Reback 1996).
Este artículo presenta información que compara las
características en la admisión de 500 consumidores de
metanfetamina y 224 consumidores de cocaína (COC),
alistados en un programa de tratamiento ambulatorio
entre los años 1989 y 1995. La clínica está ubicada
a 60 millas al este de Los Angeles, California. El
programa utilizó un protocolo manualizado de ambulatorio desarrollado junto con la fundación NIDA
(Rawson et al 1989) para el tratamiento de trastornos de
estimulación. El presente estudio se llevó a cabo para
establecer una descripción inicial de los pacientes
adictos a la MA, comparar sus características de
admisión y sus síntomas con los pacientes adictos a la
COC, y explorar las diferencias en la retención bajo
el mismo tratamiento.
MÉTODOS
La población estudiada incluye todos los consumidores de estimulantes que entraron en el tratamiento
ambulatorio en una clínica de Rancho Cucamonga,
California entre los años 1989 y 1995. La información
de las admisiones incluía un cuestionario de seis páginas
que se administraba a cada paciente, para recavar
suficiente información demográfica (edad, sexo, estado
civil, estado legal y profesional), consumo de drogas y
alcohol, estado físico y psíquico. Además, se suministró
el Indice de Severidad Problemático (ISP), un cuestionario personal de 25 preguntas que clasifica la severidad
de los problemas relacionados con las drogas con
múltiples ámbitos. También se recogió la fecha en la
que cada paciente salía del programa, requerido por el
Sistema de Información de Alcohol y Drogas de
California (SIADC). Se les pidió a los pacientes que
informaran sobre cual era su droga de consumo primario.
Para aquellos que la COC era la droga de consumo
primario, el 17,9% habían consumido MA en el último
año. Sólo el 10,8% de los consumidores de MA habían
Tabla 1
Demografía
Consumidores de MA
60
Consumidores de COC
68.8
Raza (%)*
Blanco
Hispano
Afroamericano
80,5
16,7
1,9
48,0
15,8
34,2
Estudios (media de años)**
11,8
12,4
Edad (media de edad)**
29,0
31,6
Estado civil (%)**
Soltero
Casado
Separado/divorciado/viudo
48,9
25,8
25,3
36,1
37,5
26,4
Empleo (%)**
Jornada Completa
Media Jornada
Desempleado
27,5
10,8
61,6
31,2
17,6
50,9
Condenado por delito grave (%)*
19,6
29,3
Género (% masculino)*
*p<,01.
**p<,05.
4
RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 31 - 2002
consumido COC en el último año.
En este estudio, se utilizaron t-test para comparar
medidas continuas; los test chiquadrado se utilizaron
para comparar las variables continuas y dicótomas. Se
llevó a cabo una exploración de correlación en la retención bajo tratamiento utilizando una regresión logística.
RESULTADOS
La Tabla 1 contiene información demográfica de los
pacientes. Los grupos de MA y COC difieren significativamente en términos de género, raza, educación, media
de edad, estado civil, estado laboral y si habían cometido
algún tipo de delito grave. Tal y como se esperaba, la
gran mayoría de los consumidores de MA eran blancos
no hispanos (80.5%), mientras que los blancos no hispanos
eran menos de la mitad de los consumidores de cocaína
(48,0%). Solo el 1,9% de los consumidores de MA
eran afroamericanos, comparado con el 34,2% de consumidores de cocaína. Los porcentajes de hispanos fueron
similares en ambos grupos (16,7% contra 15,8%). Estos
modelos demográficos son parecidos a aquellos
documentados en la mayoría de artículos publicados
sobre el consumo de MA en California (Karch, Stephens
y Ho 1999; Anglin y col. 1997; Cannon 1996;
Cunnigham y Theilemeir 1996). Los pacientes de MA
incluían un porcentaje de mujeres más alto (40%) que el
grupo de COC (31,2%). Los pacientes de MA tenían
menos estudios realizados (p<.05); la media de MA o
COC de los pacientes tenían estudios primarios. Los
consumidores de MA también eran algo más jóvenes
(p<.05). La media de edad de los pacientes de MA era
de 29,0 años; la media de edad de los de COC era de 31,6
años. Esto podría explicar porqué habían más pacientes
de MA que no se habían casado nunca (p<,05).
Los dos grupos presentaban grandes proporciones de
pacientes que no tenían trabajo estable. El 61,6% de los
consumidores de MA y el 50,9% de los consumidores de
COC no trabajaba (p<,05) en el momento de su admisión.
En cuanto a la criminalidad, los consumidores de
COC presentaban una mayor incidencia de criminalidad, el
(29,3 %) de los consumidores bajo tratamiento habían sido
arrestados y condenados por un delito grave, comparado
con el (19,6 %) de arrestos entre los pacientes de MA.
La Tabla 2 representa la información del consumo
de la droga primaria de los pacientes. Los consumidores
de MA eran más propensos a inhalar o esnifar la droga
primaria, mientras que un porcentaje más bajo fumaba
Tabla 2
Consumo de droga primaria
Administración (%)*
Intranasal
Fumada
Administración múltiple
Intravenosa
Frecuencia de consumo (%)**
Nada en 30 días
1-2 veces por semana
3-6 veces por semana
Diariamente
Consumo del mes anterior
Número de veces
Valor en dólares**
Gramos**
Meses de fuerte consumo (media)
Edad de primer consumo*
Abstinencia más larga**
*p<,05.
**p<,001.
RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 31 - 2002
Consumidores de MA
Consumidores de COC
55,5
7,2
22,7
13,5
21,5
48,0
16,7
13,1
14,8
24,8
17,0
43,6
17,4
44,6
16,8
21,2
15,9
$172
2,84
41,2
21,4
76 días
13,2
$455
4,27
39,7
23,7
110 días
5
Tabla 3
Consumo de otras drogas
Consumidores de MA
%
Consumidores de COC
%
34,3
12,6
46,9
24,6
10,8
100,0
56,2
6,4
2,8
100,0
17,9
42,4
0,0
2,2
Consumo de alcohol
¿Con droga de elección?*
¿Necesita tratamiento por consumo de alcohol?*
Consumo de droga en el año anterior
Cocaína
Metanfetamina
Marihuana*
Alucinógenos*
Barbitúricos
*p<,01.
fumaba la droga (27,2%). Los consumidores de COC,
por otro lado, eran menos propensos a esnifar la droga
(21,5%), y más propensos a fumarla en forma de crack
(48,0%). El 22,7% de los consumidores de MA y el
16,7% de los consumidores de COC declararon haber
utilizado múltiples vías de administración.
Aproximadamente, el 13% de ambos grupos declararon
haberse inyectado una de las drogas en el último año.
Los consumidores de MA eran más propensos a
informar sobre su consumo diario; casi el 43,6% de los
consumidores de MA eran consumidores diarios, en
comparación con el 21,2% de los consumidores de COC
COC (p<,001). Según las medidas por peso, los clientes
de MA consumían menos droga al mes (2,84 gramos
contra 4,27 gramos, p<,05) y por valor en dólares ($172
contra $455, p<,001).
Los clientes tratados ambulatorio eran consumidores
a largo plazo, con una media de unos 40 meses de gran
consumo en el momento de su admisión. Los pacientes
de MA eran algo más jóvenes cuando comenzaron a consumir la droga; 21,4 años comparado con los 23,7 años
de los pacientes de COC. La media de abstinencia más
larga era sólo de 76 días para los consumidores de MA,
comparado con los 110 días de los consumidores de
Tabla 4
Síntomas médicos y psiquiátricos en la admisión
Consumidores de MA
%
Consumidores de COC
%
Problemas médicos presentes
Dolor de pecho
Dolores de cabeza*
Accesos
Pérdida del conocimiento
Necesidad de tratamiento médico
29,8
42,4
2,0
7,7
10,7
25,5
32,8
4,2
6,5
5,8
Problemas médicos presentes
Muy deprimido*
Pensamientos suicidas*
Deseo de perjudicar a otros
Alucinaciones*
Pensamientos paranoicos
19,3
6,9
17,1
34,8
28,8
12,1
2,8
14,5
25,1
25,5
Tratamiento psiquiátrico previo
14,4
16,5
*p<,05.
6
RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 31 - 2002
COC (p<,001).
La Tabla 3 muestra el consumo de otras substancias.
Los consumidores de COC eran más propensos a consumir alcohol junto con la droga elegida (p<,01) y más
propensos a necesitar tratamiento de desintoxicación por
consumo de alcohol (p<,01). Los consumidores de MA,
por otro lado, eran mucho más propensos a admitir
haber fumado marihuana en el último año (p<,01).
Además, el 6,4% de los consumidores de MA admitieron haber utilizado alucinógenos en el último año; sin
embargo, no hubo ningún caso de consumo de alucinógenos entre los consumidores de COC.
La Tabla 4 representa los síntomas médicos y
psiquiátricos en el momento de la admisión en el
trata-miento (informes personales de 30 días previos a su
admisión); los síntomas psiquiátricos eran más prevalentes
Tabla 5
Problemas sociales
Consumidores de MA
%
Consumidores de COC
%
Situación familiar afectada por consumo de drogas *
Sin problemas
Algunos Problemas
Discusiones constantes
Sin comunicación
15,4
27,7
46,8
10,1
14,4
37,1
34,2
14,4
Empleo afectado por consumo de drogas
No afectado
Llegar tarde/faltar al trabajo
Jefe enterado de la situación/despedido
Desempleado durante más de un año
19,0
19,7
26,4
34,9
18,8
19,3
28,4
33,5
Problemas económicos por consumo de drogas*
Sin problemas
Gasta bastante/ dificultad en pagar las facturas
Gasta demasiado/problemas
Problemas serios/quiebra
30,4
21,0
25,5
23,1
9,4
19,2
33,5
37,9
La mayoría de amigos:**
No consume drogas/alcohol
Bajo consumo
Consumen ocasionalmente
Fuerte consumo
13,2
19,6
30,5
36,7
27,1
16,6
29,2
27,1
La mayoría de amigos consumen la misma DCP**
No consume
Bajo consumo
Consume ocasionalmente
Fuerte consumo
20,9
7,5
22,6
49,0
48,0
9,1
14,6
28,3
Relación entre sexo y DCP***
Ninguno
Ocasionalmente relacionado
Normalmente relacionado
Siempre
48,3
25,2
15,3
11,2
60,1
20,2
8,4
11,3
*p<,01.
**p<,001
***p<,05.
DCP = Droga de Consumo Primario
RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 31 - 2002
7
y severos entre los consumidores de MA. En cuanto a
los síntomas médicos, había más consumidores de MA
que experimentaban dolores de cabeza (p<,05), aunque
el número era bastante significativo en ambos grupos.
Más de un cuarto de cada grupo experimentaba dolor
de pecho. Además, el 7,7% de los consumidores de
MA y el 5,8% de los consumidores de COC declararon
haber perdido el conocimiento durante los 30 días
previos a la admisión en el tratamiento.
Los consumidores de MA parecían más alterados y
más perjudicados cognitivamente que los consumidores
de COC. Casi más de un tercio de los consumidores de
MA y un cuarto de los de COC declararon tener
alucinaciones (p<,05). Hubieron más consumidores de
MA que entraron en el tratamiento con depresión
severa (p<,05). Una porción pequeña de ambos grupos
declararon haber experimentado pensamientos suicidas
en el momento de su admisión en el programa (6,9% y
2,8% respectivamente, p<,05) y ambos grupos tenían
altos porcentajes de tratamiento psiquiátrico previo.
Algunas de las anécdotas registradas en los informes de
la clínica sugieren que la admisión al tratamiento con
intensos pensamientos paranoicos era mucho más
frecuente entre los consumidores de MA que entre los
consumidores de COC, aunque el mismo porcentaje
sufría paranoia en el momento de su admisión.
Los consumidores de MA y COC experimentaban
muchos problemas sociales debido al consumo de
droga durante los 30 días previos al ingreso en el
tratamiento (Tabla 5). La situación familiar empeoraba
para ambos grupos pero mucho más para los consumidores de MA; el 46,8% declaró tener discusiones
constantes con los miembros de su familia y otro
10,1% declaró que no mantenía ningún tipo de comunicación con sus familias. Más de un tercio de ambos
grupos estuvieron desempleados durante más de un
año. Ambos grupos declararon que su situación
económica había empeorado debido al consumo de
drogas durante el año anterior. Casi el 38% de los
consumidores de COC declararon tener problemas
económicos serios que les habían llevado a la quiebra
el año anterior al tratamiento. Los consumidores de
MA declararon tener menos problemas económicos,
puede que esto fuera debido al bajo coste de la droga y
a la larga duración de su efecto; el coste de MA por
gramo es aproximadamente un tercio menos que el de
8
la cocaína y ésta generalmente se consume en una sola vez.
Como ya se ha indicado, las drogas y el comportamiento sexual se asociaba más frecuentemente a los
consumidores de MA que a los consumidores de cocaína
(p>,05); el 51,7% de los consumidores de MA sugirieron
más conexión entre el consumo de la droga y la actividad
sexual comparado con el 39,9% de los consumidores de
cocaína.
A pesar de las muchas diferencias entre los grupos,
éstos no diferían demasiado en su retención al tratamiento. La media de retención fue de 118 días (SD =
155) para los consumidores de MA y 125 días (SD =
148) para los consumidores de COC. Se llevó a cabo
una regresión logística para investigar el impacto en el
consumo de MA en relación con la retención de pacientes en tratamiento mientras se controlaban otros factores.
La variable dependiente, retención, estaba dicotomizada
de manera en que los pacientes que habían estado en
tratamiento durante 90 días o más recibían el código "1".
Este modelo se copió del de Hser et al (1998), que
confirmó que el sexo, raza, estado civil, edad, estudios,
severidad del consumo de drogas, tipo de droga, estado
legal y tratamiento previo por drogas afecta en la retención
de los consumidores de estimulantes en tratamiento
ambulatorio. El consumo de metanfetamina no estaba
asociado de una manera significativa con la retención de
los pacientes (p = ,151). Sorprendentemente, el sexo,
estado civil, edad y años de estudios no estaban relacionados con el tiempo en tratamiento ni tampoco lo estaba
un tratamiento previo por consumo de droga. La relación
más importante entre el consumo de drogas y la retención
en el programa fue los años de consumo de droga,
cuanto más largo fuera el periodo de consumo más largo
sería también el tratamiento.
CONCLUSIÓN
La MA y la COC se han comparado en muchas ocasiones
porque ambas producen efectos similares y las dos son
estimulantes muy adictivos. Ambas pueden fumarse,
esnifarse o inyectarse y sus efectos biológicos inmediatos
incluyen ansiedad, temperatura corporal y presión
sanguínea elevada, y taquicardia. Los resultados del
consumo de estas drogas a corto plazo son pérdida de
apetito, hiperactividad o insomnio y elevada actividad
repetitiva. Los efectos a largo plazo pueden llevar
RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 31 - 2002
a un comportamiento psicopático, incluyendo paranoia
y alucinaciones.
A pesar de estas similitudes, existen también
diferencias sustanciales en los síntomas y en el comportamiento en el tratamiento clínico ambulatorio
estudiado aquí entre los dos grupos de este estudio. En
la admisión al tratamiento, hubieron más consumidores
de MA que declararon que consumían la droga a diario,
y que consumían también marihuana y alucinógenos.
Estos experimentaban más dolores de cabeza, depresión, pensamientos suicidas y alucinaciones que el
cohorte comparativo de consumidores de cocaína. Por
otro lado, los consumidores de cocaína declararon
haber gastado más dinero en estimulantes, consumido
más droga por peso y consumido alcohol con más
frecuencia y en dosis mayores (así mismo un porcentaje
mayor solicitaron tratamiento por consumo de alcohol).
También se comprobó que la duración más larga del
periodo de abstinencia entre los consumidores de MA
antes de su entrada en el tratamiento, era más corta que
la de los consumidores de COC.
Los consumidores de MA también admitieron
tener más problemas familiares y más amigos que
consumían drogas y alcohol. Estos eran más propensos
a asociar el sexo con el consumo de la droga. Tal y
como se esperaba, los consumidores de COC admitieron
tener graves problemas económicos debido al consumo
de la droga. Ambos grupos sufrían problemas de
desempleo por las drogas. Las diferencias en los
síntomas declarados puede que sean debidas en parte
a las propiedades químicas de las dos drogas. Un
factor importante es la duración del efecto de la
sustancia. La duración del efecto de la cocaína es de
60 a 120 minutos, mientras que el efecto de la MA
puede durar de 12 a 24 horas. Esta diferencia en duración de acción puede que contribuya en los diferentes
modelos de consumo, así como la aumento de síntomas entre los consumidores de MA. Aunque los
consumidores de MA declararon experimentar peores
síntomas que los consumidores de COC, no había
diferencia en la retención al tratamiento. En el modelo
de regresión, con control demográfico y otras características, no se asoció el MA con la retención al tratamiento.
Sin embargo, cuanto más tiempo de adicción a la droga
estaba relacionado directamente con un tratamiento
más largo.
RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 31 - 2002
La MA y la COC son psicoestimulantes muy
potentes que producen unos efectos agudos y crónicos graves, y consecuencias negativas en casi todos
los casos. El conocimiento de cómo pueden afectar
estas drogas a los consumidores, tanto como sus
similitudes como sus diferencias, puede ser de gran
ayuda para elaborar estrategias de prevención y tratamiento.
BIBLIOGRAFIA
Anglin, MD; Kalechstein A; Maglione M; Annon J, & Fiorentine R, 1997,
Epidemiology and Treatment of Methamphetamine Abuse in California: A
Regional Report, Report to the Center for Substance Abuse Treatment, Los
Angeles, California: UCLA
Ball JC & Ross A, 1991, The Effectiveness of Methadone Maintenance
Treatment, New York: Springer-Verlag
Cannon S, 1996, Methamphetamine: A growing threat to California,
Unpublished report to the State Department of Alcohol and Drug Programs
Cunningham JK, & Theilemeir MA, 1996, Trends and Regional Variations
in Amphetamine Related Emergency Admissions: California, 1985-1994,
Irvine, California: Public Statistics Institute
Eggan F, Reback CJ, & Ditman D, 1996, Methamphetamine use among
gay male drug users: An ethnographic study, Paper presented at the 11th
International Conference on AIDS, Vancuver, BC
Hser YI; Maglione, MA; Joshi V & Chao B, 1998, Effects of Treatment
Program and Client Characteristics on Clients Treatment Retention, Los
Angeles, California: Center for Substance Abuse Treatment, National
Evaluation Data and Technical Assistance Center
Karch SB; Stephens BG, & Ho, CH, 1999, Methamphetamine-related
deaths in San Francisco: demographic, pathological and toxicological profiles, Journal of Forensic Science 44(2):359-68
Kolecki P, 1998, Inadvertent methamphetamine poisoning in pediatric
patients, Pediatric Emergency Care 14(6):385-87
Logan BK; Flinger CL & Haddix T 1998, Cause and manner of death in
fatalities involving methamphetamine, Journal of Forensic Science
43(1):28-34
Molitor F, Truax SR, Ruiz JD, & Sun RK, 1998, Association of methamphetamine use during sex with risky sexual behaiors and HIV infection
among non-injection drug users, Western Journal of Medicine 168(2):93-7
Office of National Drug Control Policy, 1998, National Drug Control
Strategy, 1998: A Ten-Year Plan, Washington, DC: US Government
Printing Office
Rawson RA; Obert JL; McCann MJ; Smith DP & Scheffly EH 1989, The
Neurobehavioral Treatment Manual, Beverly Hills, California: Matrix
Reback CJ, 1996 HIV risk factors among gay/bisexual/lesbian and transgender street users, Paper presented at the 58th Annual Meeting of the
College on Problems of Drug Dependence, San Juan, Puerto Rico
Swalwell, C1 & Davis GG, 1999, Metamphetamine as a risk factor for
acute aortic dissection, Journal of Forensic Science 44(1):23-6
9