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Obra registrada con derechos de autor INDA-SEP Registro No. 03-2002082012215900-01
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INTRODUCCIÓN
El libro que el lector tiene en sus manos está escrito pensando en el
lector común, de cualquier edad y condición, que esté interesado en
adentrarse por primera vez en el anchuroso campo de la filosofía.
De ahí su título de “Iniciación a la Filosofía”, pues, a partir de su
lectura, el estudiante o el lector común, obtendrán las bases
fundamentales de la filosofía, quedando en condiciones de
profundizar, posteriormente, su conocimiento de los múltiples temas
y problemas que abarca, para lo cual puede acudir a la bibliografía
que al final del libro se propone, compuesta tanto por obras de
historia de la filosofía, de manuales de diverso tipo, como de obras
de autores originales básicos, desde los autores clásicos de la
antigüedad griega hasta autores modernos y contemporáneos.
Por su carácter de ensayo didáctico, al texto propiamente dicho se
le ha agregado, orgánicamente, un aparato didáctico instrumental
que le permita al lector utilizarlo para fijar los conocimientos
adquiridos.
Este aparato didáctico consiste de lo siguiente:
Un primer Anexo, que contiene una serie de ejercicios que el lector
deberá resolver, no acudiendo solamente a la memorización, sino
principalmente a la reflexión, el razonamiento, la argumentación
lógica y la obtención de conclusiones lógicas. Tales ejercicios
pueden servirle al lector para llevar a cabo la evaluación de sus
conocimientos, con la ventaja de que a través de tales ejercicios
poseerá la evidencia física y práctica de una disciplina
eminentemente teórica.
Un segundo Anexo cuenta con la incorporación de un cuestionario
de auto evaluación, que al ser resuelto permita al lector saber el
porcentaje de comprensión de los temas estudiados.
Por último, el lector cuenta con una extensa bibliografía de primera
calidad a la cual puede acudir para profundizar los diversos temas,
bibliografía que ha sido estudiada concienzudamente por el propio
autor.
Es importante destacar que el estilo que se adoptó para redactar el
texto es el de un lenguaje exento de tecnicismos innecesarios,
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cuidando de emplear los conceptos filosóficos básicos propios del
discurso filosófico allí donde era imprescindible, dotando al texto de
la terminología filosófica tradicional de manera que el texto sea
claro y fácilmente comprensible para un lector que se asoma por
primera vez al pensamiento filosófico. Así mismo se evitó en lo
posible recargar el texto de citas, notas a pie de página, fechas y
lugares, indicándolos solamente en aquellos casos en que era
necesario, logrando una lectura más ágil e interesante, lo que hace
a este libro diferente de los manuales comunes que, o pecan de
simplicidad o bien son arduos y de obscura lectura, cuando no un
galimatías de refritos mal hechos o de un eclecticismo delirante.
Este libro pretende, también, llenar la laguna que ha dejado la
exclusión de la Filosofía en los planes y programas de estudio de
las escuelas de educación media superior y superior, y opone el
enfoque HUMANISTA, a la visión EMPRESARIAL que quiere
imponer el neoliberalismo en nuestro país. Está también dirigido,
por tanto, a todos los estudiantes del país.
Desde luego que todos los errores, deficiente enfoque de los temas
u omisiones imperdonables, son totalmente imputables al autor, que
ha tratado de hacer su trabajo con el mayor esmero y habilidad de
que es capaz.
Si el autor ha logrado su propósito o no, será un juicio que
corresponde al lector emitir.
El Autor
Ciudad de México.
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TEMARIO
CAPITULO PRIMERO.
EN EL UMBRAL DE LA FILOSOFÍA.
CAPITULO SEGUNDO.
EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO.
CAPITULO TERCERO.
ELEMENTOS DE LÓGICA.
CAPITULO CUARTO.
ÉTICA.
CAPITULO QUINTO.
EL PROBLEMA AXIOLÓGICO.
CAPITULO SEXTO.
LA ÉTICA EN LA REALIDAD.
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CAPÍTULO PRIMERO.
EL UMBRAL DE LA FILOSOFÍA.
¿Para qué estudiar filosofía?
Antes de intentar una definición de la filosofía, sería prudente iniciar
estas notas con una reflexión importante: ¿para qué estudiarla?
¿De qué nos va a servir? ¿Cómo nos va a ayudar en nuestra vida y
en nuestra profesión? Son todas ellas preguntas legitimas que se
puede hacer un estudiante que va a comenzar un curso de filosofía
o de cualquier lector que, curioso, quiere saber filosofía y se acerca
a este libro con la esperanza de satisfacer su deseo.
Pues bien, antes que nada, podríamos responder que estudiamos la
filosofía porque tenemos sed de conocimientos y queremos saber
qué han dicho los filósofos sobre el mundo, la naturaleza, el
hombre, dios, la vida, la muerte y muchos temas más.
Queremos saber porque ignoramos y sabemos que la función de la
filosofía es conocer.
Estudiamos también la filosofía porque en ella hay un orden, un
sistema y utiliza como herramienta principal la razón, el
pensamiento lógico, es decir, la filosofía es formativa y nos enseña
a pensar con claridad.
Estudiamos filosofía porque en los conocimientos conquistados por
los filósofos existen normas de vida, reglas de conducta,
indicaciones de cómo debemos vivir bien y plenamente.
Porque en la filosofía hallamos también comprensión de las leyes,
causas y tendencias que producen los cambios y la organización
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social, política, económica y cultural de nuestros países. La filosofía
es también, por lo tanto, guía de acción política.
En fin, estudiamos filosofía para saber más y tener una visión
coherente, clara y emocionante del extraño y maravilloso mundo en
que vivimos y encontrar así el lugar que ocupamos en él.
Creo que estas son suficientes razones. En la sección de ejercicios
sería interesante que el lector añadiera algunos motivos más que al
autor se le hayan escapado.
Una vez dicho esto abramos la puerta y entremos al luminoso
templo de la filosofía.
1.1 La filosofía como concepción del mundo y como forma de
vida.
Precisando lo dicho anteriormente, los filósofos, a través de sus
ideas y de las explicaciones que deducen sobre el mundo, en base
a la observación (o como dirían los más antiguos: la contemplación)
construyen una concepción del mundo o cosmovisión, es decir,
una idea de conjunto de lo que es el mundo, de qué esta hecho,
cómo es que llegó a existir, incluyendo, desde luego, el origen del
propio hombre.
Este, en su actitud de filósofo, requiere de una cosmovisión, no
tanto por curiosidad, o por el asombro que le produce el universo,
como diría Aristóteles, sino por necesidad.
Imaginemos a una persona que está parada en la esquina de una
calle de cualquier ciudad y que no supiera quien es, cómo se llama,
en donde vive, donde nació, quien es su familia. Sin saber donde
vive, a donde va ni de donde viene, es seguro que esa persona
sería presa de gran angustia. Es muy posible que tal persona no
pudiera sobrevivir mucho tiempo sin ayuda y diríamos de ella que
está perdida, extraviada.
Imaginemos ahora que esa persona es toda la humanidad, para
mayor precisión, la humanidad primitiva. Aquellas personas estaban
en esa situación y por una necesidad fácil de entender se dieron a
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la búsqueda de todo aquello que no sabían: quienes eran, que era
este mundo en que vivían, que era la vida y la muerte, cual era el
objeto de su vida y muchas preguntas más.
En conclusión: el hombre no puede sobrevivir sin tener alguna
respuesta a estas preguntas: ese es el impulso que da origen a la
filosofía y posteriormente a la ciencia, que como veremos, primero
adoptaron la forma de mitos y religiones, pues el hombre, además
de pensar, también siente e imagina.
Con mayor rigor, podemos decir ahora que una cosmovisión o
concepción del mundo es la respuesta que el hombre encuentra a
sus dudas fundamentales sobre el mundo.
Y así llegamos al origen esencial de todo conocimiento: la duda, la
ignorancia, el desconocimiento y su correspondiente reacción: la
pregunta. El hombre empieza su desarrollo en este mundo
preguntando, cuestionando, interrogándose sobre todo lo que le
rodea:
¿Qué es?
¿Dónde es?
¿Cuándo es?
¿Para qué es?
¿Por qué es?
¿De qué es?
¿Cómo surgió?
¿Quién soy?
Y un etcétera infinito.
Podemos hacer una cantidad inmensa de preguntas, aunque lo
importante no está en preguntar, que ya es bastante, dicen que una
buena pregunta es la mitad de la respuesta, no, el verdadero centro
de la cuestión está en encontrar la respuesta o solución al problema
planteado en la pregunta, pues recordemos, siempre un
conocimiento nuevo comienza por una pregunta, a lo que sigue
encontrar la respuesta, para lo cual necesitamos observar,
investigar, experimentar y, sobre todo, pensar sobre todas nuestras
vivencias y obtener conclusiones.
Actuando de esta forma tenemos que el filósofo, ya sea antiguo o
moderno, llega a obtener ciertas respuestas, siempre provisionales,
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aunque él las crea definitivas, que forman una idea general de lo
que es el mundo: una cosmovisión, una concepción del mundo.
También decíamos que la filosofía es una forma de vida, es decir,
una guía de conducta moral. Y así es. Si analizamos la conducta
humana y observamos a qué se dedican los distintos seres
humanos llegaremos a la conclusión de que la gente actúa según a
qué se dedique: “dime qué haces y te diré quien eres”, podríamos
sentenciar: un comerciante será una persona ávida de dinero,
generalmente buscando la manera, legal o no, de ganar más; un
ladrón será una persona sin escrúpulos que hará cualquier cosa,
incluso matar, para obtener lo que desea; un médico, en cambio, es
una persona que pone sus conocimientos al servicio de los demás
para salvar una vida, aunque esto no le impida cobrar por ello; un
político organiza la vida social pero también obtiene algún provecho
por ello, actuando corruptamente y, además, buscando honores; un
profesor realiza una gran labor social transmitiendo sus
conocimientos a las nuevas generaciones, aunque también
buscando un provecho material en ello y a veces la alabanza y la
admiración vanidosa. Hagan bien o mal, los hombres generalmente
buscan los honores, la riqueza y la felicidad por medios materiales y
esas son formas de actuar y de conducirse de la mayoría de las
personas que nos rodean.
Pues bien, los filósofos nos piden actuar de otra manera, pues así
han actuado ellos: honesta y desinteresadamente. Por lo general,
desde luego que hay excepciones, los filósofos afirman que ni la
riqueza, ni el placer, ni los honores dan la felicidad, sino que al
contrario, a la larga nos acarrean dolor y sufrimientos. Debemos
entonces buscar la sobriedad, vivir sin grandes pretensiones, no
alimentar vanidades y sobre todo, buscar el conocimiento sin ningún
interés que no sea el conocimiento mismo.
Esa es una buena guía moral para nuestra vida, pero ¿qué piensas
tú, mi querido lector? ¿Se podrá lograr su ideal en el mundo actual,
globalizado, mercantilizado y en gran parte deshumanizado? Danos
tu respuesta en la sección de ejercicios. ¿Podrías vivir tú como
piden los filósofos?
1.2 La filosofía como guía política en la vida social. La filosofía
no es neutral.
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La filosofía surgió en Grecia en el siglo VI antes de Cristo, aunque
hay que señalar que Grecia no era entonces un país como lo
conocemos ahora, sino un conjunto de ciudades-estado
independientes, con sus propias leyes y tribunales, unidas entre sí
en la guerra por pactos que se hacían y deshacían. Estas ciudadesestado recibían el nombre de polis, de donde deriva la palabra
“política”. Sus ciudadanos estaban divididos en nobles y plebeyos,
ricos y pobres, libres y esclavos, hombres que no tenían derecho
sobre nada, incluso sobre su propia vida, que no les pertenecía. La
actividad política en las plazas y calles de Atenas, por ejemplo, era
muy intensa, se discutían los temas del día, se intercambiaban
opiniones y se llegaba a acuerdos y alianzas que después se
hacían sentir a la hora de las votaciones en el Ágora o plaza
principal. Por cierto que los esclavos, en esta incipiente democracia,
no tenían derecho a votar, al igual que las mujeres, por lo que esta
democracia era imperfecta y excluyente, es decir, no era una
verdadera democracia.
En Esparta, por poner otro ejemplo, no había democracia, sino una
aristocracia que conformaba una monarquía. Allí no había
votaciones populares, pero igual se discutían acaloradamente los
asuntos del estado en calles y plazas, pues el Rey, muy a menudo,
tomaba en cuenta la opinión del pueblo. Era un pueblo muy severo
y disciplinado, militarista y de rígidos principios morales. Y desde
luego, la voz autorizada de los filósofos se hacia sentir. Aunque las
afirmaciones de los filósofos no afectaban directamente a los
asuntos del estado, sí influían en la sociedad por el método que
usaban para abordar los problemas: la reflexión racional, que
debía prevalecer sobre las pasiones y las disputas. Método que ligó
por entonces a los filósofos con la política y marcó un camino que
se sigue hasta la fecha.
Otro punto importante es la cuestión del origen clasista de la
filosofía. En efecto, como ya mencionamos, la sociedad de la Grecia
antigua estaba marcadamente dividida en hombres libres y
esclavos, donde estos últimos se encargaban de los trabajos
manuales en la agricultura, la construcción, los talleres y las labores
domesticas. En aquella época, hace más de dos mil años, se
consideraba indigno de un hombre libre el trabajo con sus manos,
siendo digno de ellos solamente el trabajo intelectual y militar. Los
esclavos no tenían ningún derecho y no sabemos de ningún filósofo
que haya sido esclavo. Por el contrario, la mayoría de los filósofos
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pertenecían a la clase dominante, y como es fácil de entender, sus
enseñanzas iban destinadas a educar a la nobleza principalmente.
La filosofía, entonces, nació con el sello de la clase dominante,
situación que ha mantenido hasta la actualidad, pues un filósofo
sólo puede prepararse adecuadamente si tiene acceso a la
educación superior, lo cual no todos pueden costear.
La filosofía, por tanto, y dado que la clase dominante incluye a los
gobernantes, ha sido siempre un apoyo ideológico de la clase en el
poder. Por eso decimos que la filosofía no es neutral.
1.3 Definición etimológica de la palabra “filosofía”.
Sabemos quien fue el primer filósofo porque tenemos algunos datos
y restos de sus obras y de su persona. Fue Tales de Mileto. Pero no
sabemos el origen de la palabra que designa su nueva actividad:
filosofía.
Según una leyenda no confirmada, el rey de Siracusa, ciudadestado del oriente de Italia, organizó un suntuoso banquete al cual,
como máxima figura, estaba invitado Pitágoras, famosísimo
matemático griego. Al llegar este al palacio fue recibido por el rey
con mucho afecto, agradeciendo que tan grande “sabio” (sophos, en
griego), lo honrara con su visita. Pitágoras, humildemente, le
contestó que no era justo que le llamaran sabio, pues no era cierto,
ya que él, cuando mucho no era mas que un “amante de la
sabiduría” (filósofo, en griego). De donde surgió la palabra que nos
interesa.
Sea como sea, la palabra “filosofía” está compuesta de dos
palabras griegas: Philos, que significa “amor”, aprecio, apego, en el
sentido del que no puede estar sin lo que quiere, y Sophia, que
significa “sabiduría”, conocimiento, en el sentido del conocimiento
que tiene un anciano por sus muchos años de experiencia o
también el conocimiento del que pasa sus días indagando el porqué
de las cosas con afán y constancia. Ahora diríamos de un sabio que
es aquel que se la pasa leyendo, estudiando, un ratón de biblioteca
en suma, ratón que por cierto, está en vías de extinción...
Por lo tanto, la palabra “filosofía” significa amor a la sabiduría, y
filósofo es aquel que ama, que busca o procura con afán de
enamorado hallar conocimientos, entender, saber cada día más.
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1.4 Definición actual de filosofía.
No existe. Podríamos decir con toda seguridad que cada filósofo
expone su propia definición, e incluso los autores de libros
didácticos como el presente se atreven a dar su propia definición.
Desde luego, tenemos que partir de la etimología de la palabra
filosofía, como amor a la sabiduría, no es suficiente, pues la filosofía
es algo más. Por lo tanto nos vemos obligados a buscar una más
adecuada:
“La Filosofía es una forma de conocimiento basada en la reflexión
racional, que busca encontrar una respuesta y dar una explicación
acerca del mundo y del hombre, encontrando sus principios y
causas.”
Y algo más, siempre algo más, tornándose el asunto complejo, pues
no olvidemos que en la actualidad las ciencias particulares (física,
química, biología, etc.) se ocupan de buscar explicaciones similares
por medios más prácticos: la experimentación, por medio de la cual
pueden poner a prueba sus conocimientos con mayor rigor que la
pura demostración lógica. No obstante, por el momento tomaremos
como buena la definición propuesta más arriba, esperando que el
lector, con la información de este capítulo se atreva a exponer la
suya en la sección de ejercicios, sobre todo tomando en cuenta que
la filosofía no es un conjunto de conocimientos acabados y
terminados de una vez y para siempre, sino que se está haciendo,
creciendo, formándose, transformándose continuamente.
1.5 La concepción idealista y materialista en filosofía.
Ya vimos en otro apartado por qué la filosofía es una concepción
del mundo, pues el filósofo es un ser que busca darle respuesta a
todas las preguntas sobre el mundo y el hombre.
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Ahora bien, aunque de hecho se forman mucho más tarde en la
historia de la filosofía, el carácter introductorio de este capítulo me
permite hablar de las dos grandes concepciones del mundo que se
formaron en el desarrollo del pensamiento filosófico: la Concepción
Idealista y Materialista del mundo.
Podemos afirmar que el idealismo es la concepción del mundo que
considera que lo primario, lo esencial y fundamental en el mundo
son las ideas y que lo secundario o derivado es el mundo material.
Es decir, primero existieron las ideas y después el mundo material.
Esta concepción del mundo tiene su origen muy posiblemente en
Platón, filósofo griego, aunque este pudo tomar algunos conceptos
de otros filósofos anteriores, entre ellos su maestro Sócrates. Platón
sostenía una teoría que llamaremos “de los dos mundos”. Según él,
existen dos mundos, el mundo de las ideas, localizado en un lugar
indeterminado, fuera de este mundo, al que llamó “Topus Uranus.”
En ese extraño lugar, el alma humana, todavía nonata, estuvo en
presencia de todas las ideas, las cuales según nuestro filósofo
tienen la característica de ser eternas, perfectas e inmutables. El
alma humana al nacer y encarnar en un cuerpo físico “olvida” las
ideas vistas en el mundo de las ideas y cree aprender en su vida los
conceptos correspondientes a los objetos que observa y
experimenta: un árbol, un edificio, las montañas, los sentimientos,
etc. Pero en realidad no está aprendiendo nada nuevo, lo que hace
es “recordar” las ideas correspondientes a esos objetos, vistos
antes de nacer, en el mundo de las ideas. Por eso para él aprender
es recordar. En cuanto a las cosas materiales, estas no son más
que malas copias, reflejos, sombras, proyecciones de las ideas que
representan: por eso las cosas materiales son efímeras, imperfectas
y cambiantes. Esta concepción idealista, con variantes más o
menos importantes se mantiene en pie hasta nuestros días.
Por otro lado, completamente opuesta, la concepción materialista
del mundo afirma que lo primario, lo fundamental y esencial del
mundo es su ser material, del cual se derivan, posteriormente, en la
cabeza de los hombres, las ideas correspondientes. Es decir,
primero existió el mundo material, el universo, la naturaleza, y
después el hombre, al conocer y nombrar las cosas, se forma ideas
sobre estas cosas, en base a su experiencia. Esta concepción
filosófica quizá tenga su origen en el filósofo de Estagira,
Aristóteles, alumno de Platón, aunque es probable que haya
tomado de filósofos anteriores algunos conceptos importantes.
Según él, nuestro intelecto es una pizarra vacía donde la
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experiencia va grabando, por así decir, las características y
propiedades de las cosas, a las cuales les pone un nombre, las
numera, las ordena y las clasifica, es decir, las conoce, para
después poner sus conocimientos en práctica. Esta concepción es
de carácter realista y concuerda mejor con los datos de la ciencia
moderna y del sentido común, por lo cual predomina, con algunas
variantes, hasta nuestros días.
De tal manera que tenemos el panorama de dos concepciones del
mundo antagónicas que se enfrentan a lo largo de toda la historia
de la filosofía, defendida cada una por su correspondiente ejercito
de filósofos, sin que ningún bando de concesión alguna al contrario.
Sería interesante que el lector, analizando las dos concepciones
llegue a una conclusión y se manifieste por alguna de las dos
posiciones, materialista o idealista. En la sección de ejercicios
encontrará el espacio para ello.
1.6 Las características de la filosofía.
Con todo lo dicho hasta el momento podemos establecer ya cuatro
características principales de la filosofía, que son las siguientes:
La Racionalidad. La principal característica que llama la atención,
a diferencia de otras formas de conocimiento como el mito, la
expresión artística, la revelación intuitiva, etc., es el carácter
racional de la filosofía, es decir, el hecho de que los conocimientos
que adquieren los filósofos se obtienen por el pensamiento lógico,
buscando demostraciones, pruebas y comprobaciones para sus
afirmaciones, con la finalidad de establecer, lo mejor posible, su
veracidad, evitando la contradicción en los términos en que se
enuncia un conocimiento.
La Sistematicidad. Otro rasgo notable del conocimiento filosófico
es el hecho de que los conocimientos conquistados se ordenan en
grupos, familias o géneros afines, clasificándolos de acuerdo a su
sustancia, forma, esencia, etc. Esta clasificación da lugar a la
definición de los objetos de estudio, logrando un sistema ordenado
de ideas, conceptos, juicios y teorías.
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La Universalidad. Es la característica más asombrosa de la
filosofía, pues a diferencia de las ciencias particulares, que sólo
pretenden conocer una parte de la realidad, la filosofía pretende
conocer la totalidad del universo, agotando todos sus aspectos.
Este puede ser considerado un propósito descabellado, pero es lo
que le da a la filosofía su carácter de síntesis global o cosmovisión,
abarcando los conocimientos que aportan las ciencias naturales y
sociales y las disciplinas consideradas metafísicas, con conceptos
como los de esencia, causa, principio, espacio, tiempo, espíritu,
alma, dios, etc., que las ciencias convencionales no estudian,
recordemos que la filosofía quiere llegar más allá de los físico, a lo
meta físico.
La Radicalidad. Tenemos por último otra característica muy
importante que significa que la filosofía no se contenta con llegar a
conocer la superficie de las cosas, sino que quiere llegar a la raíz, a
las causas fundamentales que hacen que las cosas existan, es
decir, descubrir su esencia, aquello que hace que una cosa sea lo
que es.
Así tenemos que la filosofía desde sus comienzos en la Grecia
antigua es racional, sistemática, universal y radical, características
que hicieron posible que de su seno surgieran las ciencias
modernas que comparten estas mismas características.
Recordemos aquel dicho popular, muy cierto, de que la filosofía es
la madre de todas las ciencias.
1.7 Antecedentes de la filosofía.
No siempre existió la filosofía, es más, podemos decir que es un
producto cultural reciente, tomando en cuenta la edad de la
humanidad actual que es por lo menos de cien mil años.
La filosofía tuvo su origen en Grecia entre los siglos VII y VI antes
de Cristo, por lo cual cuenta con una edad de 2600 años. Ante esta
situación la pregunta que surge de inmediato es ¿cómo pensaban
los hombres antes de la aparición de la filosofía? O dicho de otro
modo, ¿cómo se explicaban los hombres el mundo en los miles y
miles de años que antecedieron no sólo la aparición de la filosofía,
sino el surgimiento de la civilización humana? Para responder estas
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preguntas tenemos que remontarnos al hombre
prehistórico, y tratar de entender su pensamiento.
primitivo,
Este pensamiento pre-filosófico se desarrolló en tres formas
históricamente reconocibles: el pensamiento mágico, el
pensamiento mítico y el pensamiento religioso.
Para entender mejor, imaginemos al hombre primitivo que vivió
hace miles de años antes del desarrollo de cualquier civilización, en
una situación muy precaria, antes de la invención de la escritura y
la aparición de las primeras ciudades de la antigüedad como Jericó
y Babilonia. Era un hombre tan inteligente como el actual, aunque
de aspecto diferente, más parecido a un mono que a un hombre
moderno, vivía en cuevas formando pequeños grupos tribales, era
tosco y rudimentario, sabía ya hacer y controlar el fuego y tenía la
capacidad sorprendente de crear herramientas de piedra para usos
específicos. En su vida elemental tenía que luchar afanosamente
por la sobrevivéncia, desafiando al clima, las fieras y a otros grupos
humanos hostiles. ¿Cómo pensaban estos hombres?
Desde luego que su pensamiento era racional y coherente y que
actuaban de acuerdo a sus experiencias y aprendizaje, resultado de
su contacto con la naturaleza. Seguramente eran muy ignorantes y
supersticiosos, pero sin embargo esa ignorancia no les impedía
saber lo necesario para elaborar herramientas que les permitieran
cazar animales a los que tenían que conocer muy bien en sus
costumbres y hábitos, capaces de ponerles trampas, creando
lanzas y dardos adecuados a los distintos tipos de animales; redes
para pescar en los pueblos lacustres o costeros; ingeniosos para
elaborar cestas con hojas de diferentes plantas, o recipientes de
barro que les permitían recolectar semillas, raíces y frutos;
talentosos para buscar sus refugios, elaborar su ropa y utilizar las
partes de un animal muerto. Esto quiere decir que eran capaces de
usar su razón con tanto éxito como cualquier hombre moderno,
respondiendo satisfactoriamente a los requerimientos prácticos de
la vida cotidiana. Ese era su saber fundamental, el que obtenían a
través de la razón práctica: eran creativos, ingeniosos e inventivos
y gracias a sus logros la humanidad pudo sobrevivir hasta llegar a
nuestros días.
Sin embargo, una vez satisfechas las necesidades básicas, al
atardecer de un día de mucha actividad, calentados por el fuego de
sus hogares, que a la vez los protegían de las fieras, contemplando
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al anochecer las estrellas, podemos imaginarlos haciéndose
muchas preguntas que su razón práctica no podía responder: ¿qué
es el mundo? ¿Por qué hay día y noche? ¿Qué son las estrellas
que brillan allá arriba en el firmamento? ¿Qué es la vida y la
muerte? ¿Por qué corre el agua del río? ¿Por qué crecen las
plantas? ¿Por qué escupen fuego las montañas? ¡¿Cómo llegó a
existir todo esto?! Y muchas preguntas más que tienen la
característica de no llevarnos a nada práctico, sino sólo a saber,
satisfaciendo una necesidad fundamental ante el asombro que el
espectáculo del universo nos provoca. Por eso no nos extraña tanto
que la razón práctica, tan útil para descubrir como cazar un animal o
como elaborar una herramienta no les fuera útil para responder
estas preguntas. Podían haber usado su razón, pero para eso
necesitaban conocimientos que en esa época tan remota no tenían
y que la humanidad conquistó muchos miles de años después. Por
lo tanto, el hombre primitivo suplió su ignorancia con otras
cualidades suyas: la imaginación, la fantasía, sus emociones y
sentimientos. Este hombre antiquísimo no creó la filosofía, ni
siquiera una ciencia rudimentaria, sino por el contrario, creó el
pensamiento sobrenatural: mágico, mítico, religioso.
Veamos en qué consiste cada uno de ellos:
El pensamiento mágico es la creencia en fuerzas sobrenaturales,
invisibles, que influyen en la naturaleza y que el hombre, por medio
de diversos ritos y conjuros, puede controlar a distancia.
¿Cómo llegó el hombre a la idea de un mundo sobrenatural? No lo
sabemos, pero quizá los sueños tuvieron algo que ver. Es un hecho
que los sueños han sido siempre un acontecimiento perturbador e
inquietante para los seres humanos. Sean agradables o terroríficas
pesadillas, los sueños han tenido siempre un halo misterioso que
estimula la fantasía de los hombres. Si en la actualidad sabemos
poco sobre los sueños, a pesar de los estudios de Sigmond Freud y
Gustav Jung, no debemos extrañarnos de que los hombres
primitivos los confundieran con revelaciones de un mundo existente
más allá de la naturaleza.
Es posible que todo haya empezado con la muerte de una persona
de la tribu con especial significado. Se suele soñar con personas
que han muerto hace poco y con las cuales mantuvimos lazos
afectivos muy fuertes: un padre, un amigo, un jefe, un dirigente. Es
muy probable que lo mismo le pasara a aquellas personas de
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tiempos remotos: habían visto en sueños a la persona recién
fallecida y eso las confundió, cómo, si les constaba que su cuerpo
físico ya no existía, entonces ¿qué era lo que habían visto en
sueños? La respuesta fue un alarde de imaginación: lo visto en
sueños no era más que la imagen, el espíritu inmaterial del muerto,
la fuerza que lo hacia vivir y que al morir deja el cuerpo físico y
renace en otra vida, en el mundo espiritual.
Así se formó la idea del alma, ánima o fuerza vital que mueve no
sólo al hombre, pues pronto la idea se extendió a todas las cosas: el
fuego, el agua, las plantas, los animales, las montañas, los ríos, las
estrellas, todo estaba animado por esa fuerza sobrenatural, por ese
espíritu que se esconde en todos los objetos y los hace vivir, crecer,
moverse, cambiar, reproducirse. El mundo espiritual había cobrado
forma en la imaginación del hombre y esta idea lo ayudó a contestar
muchas de las preguntas que se formulaba y le inquietaban,
además de que lo consolaban de la muerte al forjar la creencia de
que algo de la persona muerta seguía vivo y que por lo tanto no se
moría realmente. El hecho de que los hombres primitivos enterraran
a sus muertos es la prueba de su creencia en una vida de
ultratumba y una peculiaridad únicamente humana. Así surgió el
pensamiento mágico, que indicaba que si se podía controlar a los
espíritus o por los menos mantenerlos contentos, estos podrían
obedecernos y evitarnos calamidades, tragedias, sequías y demás
penas que afligen a los hombres.
Apareció también como resultado den esto una clase especial de
hombres, con la función principal de comunicarse con los espíritus y
realizar los rituales, sacrificios y conjuros necesarios para
mantenerlos favorables a los hombres: los brujos, hechiceros o
chamanes, que eran a la vez el médico y el psicólogo de las tribus
primitivas. Una vez dado este paso, la creencia en dioses creadores
del mundo y del hombre, sobrenaturales y sobrehumanos, era
cuestión de tiempo, dando lugar a otra forma de pensamiento más
elaborada.
El pensamiento mítico es aquel que nos cuenta las acciones
creadoras de los dioses o las hazañas civilizadoras de los héroes
culturales. El pensamiento mágico dotó al hombre de estabilidad
emocional y psicológica aunque no tuviera realmente una
repercusión importante en sus actividades prácticas diarias: caza,
pesca, recolección, elaboración de herramientas, etc. Si bien el
pensamiento mágico no conduce a un conocimiento racional del
mundo, sí le da a este un sentido y una finalidad, que, aunque
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fantasiosa, le sirvió al hombre de soporte emocional para resistir las
desgracias, angustias y pesares que la vida conlleva fatalmente.
El pensamiento mítico es un desarrollo del mágico en el mismo
contexto de la creencia en espíritus sobrenaturales, invisibles, los
cuales ahora serán magnificados, dotados de grandes poderes
hasta hacerlos responsables de la creación del mundo y del
hombre. A la pregunta ¿quién creó la vida y el mundo? el hombre
primitivo y de las primeras civilizaciones contestarían sin dudar: los
dioses, e incluso el dios, único. Los mitos entonces son cuentos y
leyendas populares que nos narran las acciones creadoras de los
dioses o de Dios, según el pueblo y la época de que se trate, es
decir, nos cuentan cómo los dioses crearon el mundo y después al
hombre con distintos fines y medios, diferentes en cada pueblo,
aunque con similitudes increíbles, sobre todo tomando en cuenta,
por ejemplo, que los mitos de la creación son muy similares entre
pueblos que nunca se conocieron y que vivieron en zonas y épocas
muy distintas.
Pero los mitos no hablan solamente sobre la creación, hay mitos
fundacionales, mitos sobre la fertilidad (asociados con la fertilidad
de la mujer, por lo que los primeros dioses en realidad fueron
diosas), mitos de resurrección, mitos de iniciación, de pubertad;
mitos sobre el origen de plantas y animales, mitos sobre la pareja
primigenia, sobre el nacimiento de los mares y montañas. Mitos
sobre todo aquello que el hombre se quería explicar y no podía por
medios racionales, aunque los mitos no significan necesariamente
algo falso, siempre se encuentra en ellos un núcleo de verdad
revestido de fantasía, algo así como un ropaje multicolor para
adornar una realidad gris, pues en efecto la naturaleza es fértil y
resurge cada primavera, los jóvenes se hacen adultos, los pueblos
se fundan en algún momento, los hombres y las mujeres se inician
como cazadores o tejedoras o guerreros y en general el hombre
tiene imaginación y fantasía creadoras, por lo que de hecho, al
hablar de dioses creadores, lo que hacemos es atribuirle a estos
personajes de ficción una cualidad humana real: la capacidad de
crear, inventar, innovar, transformar los recursos naturales en
herramientas, armas, vestidos, objetos de arte y formas artísticas en
general que distinguen al hombre de los animales. Si el hombre
crea todas estas cosas, piensa el hombre primitivo, ¡que tan
poderosos deben ser los dioses para crear el mundo y la vida!
Espíritus sobrehumanos, divinidades, seres invisibles que viven
18
fuera de este mundo pero que lo afectan con sus acciones, de eso
hablan los mitos, generalmente muy hermosos e interesantes.
Es muy importante comprender que el pensamiento mágico y mítico
es tan antiguo que se encuentran firmemente arraigados en la
imaginación popular, en la cultura de los pueblos transmitida de
padres a hijos, de una generación a otra a través de miles y miles
de años. Esa antigüedad, que se pierde en la niebla de los tiempos,
digamos que les da carta de naturalidad a esos mitos y leyendas y
los convierte en creencia, en un hecho considerado verdadero
aunque no se disponga de prueba alguna. A eso se le llama fe y
constituye la actitud completamente opuesta a la actitud filosófica y
que dará lugar a un desarrollo posterior del pensamiento mítico y
que llega hasta nuestros días.
El pensamiento religioso es entonces la creencia o fe que los
hombres tienen en la existencia de un dios creador del mundo y el
hombre, con el cual se entra en relación, con la esperanza de ser
perdonados de sus pecados y vicios para alcanzar la gracia y el
perdón y al morir no morir, es decir, seguir viviendo en espíritu, en
compañía del dios en que se cree. La religión es una institución
social compleja que involucra una basta organización socio-política,
la existencia de una casta sacerdotal y la ubicación de la práctica de
sus ritos y ceremonias en edificios o templos especiales.
La religión es el producto desarrollado del pensamiento mágico y
mítico y sobrevive hasta nuestros días a pesar del gran avance de
la ciencia y la tecnología, la cual, a pesar de sus grandes logros, no
llega a las grandes masas populares del mundo, sumidas en la
pobreza, la ignorancia y la angustia por el futuro, razón por la cual
siguen necesitando del consuelo que proporciona la religión y que
es el motivo por el cual sigue existiendo, además de que la ciencia
aún es incapaz de explicar los grandes misterios del universo.
Como conclusión, podríamos afirmar que tanto el pensamiento
mágico, como el mito y la religión, son en lo esencial una respuesta
emocional y fantasiosa del hombre a los grandes enigmas del
mundo y de la vida, mientras que la filosofía es la respuesta racional
e imaginativa del hombre ante los mismos enigmas. Son dos
actitudes completamente diferentes.
La revolución que operó la filosofía a través de Tales de Mileto, el
primer filósofo conocido, consistió en que por primera vez en miles y
19
miles de años, conscientemente, se pretendió explicar el mundo sin
recurrir a los dioses, sino en base al mundo mismo, buscando
causas y leyes naturales, utilizando no la fantasía, sino la razón.
Para terminar con este tema sería instructivo que el lector buscara
en algún libro la narración de un mito y lo transcribiera con sus
propias palabras en la sección de ejercicios, mencionando también
cuatro religiones practicadas en la actualidad y que explicara en qué
consiste su doctrina.
1.8 Las épocas de la filosofía.
Desde la aparición de la filosofía se ha dado un desarrollo que llega
hasta nuestros días y que para fines de su estudio los historiadores
de la filosofía han dividido en épocas, división arbitraria, desde
luego, pero que nos permite comprender mejor como ha
evolucionado el pensamiento filosófico. Veamos a continuación
cada una de estas épocas, los problemas filosóficos que han
dominado en cada una, su contexto histórico y algunos de los
principales filósofos representativos de cada una de ellas:
La Época Antigua, también caracterizada por tener como base
económica la institución de la esclavitud, que es el contexto en que
nació la filosofía.
En historia se entiende comúnmente por "antigüedad" la época que
comienza con la invención de la escritura y termina con la caída del
Imperio Romano de Occidente en el siglo V después de Cristo. Es
por lo tanto un periodo muy extenso en el cual aparecieron y
florecieron las grandes civilizaciones antiguas como la India y China
en el extremo oriente, Egipto, Babilonia y Asiria, en el oriente medio
y Grecia y Roma en Europa occidental, por mencionar las más
importantes. No obstante, abría de corresponderle a Grecia, el
menor de estos centros culturales, ser la cuna de la filosofía y la
base de la cultura y civilización modernas. Pero, ¿por qué en
Grecia?
Existen varias razones. Una de ellas consiste en el hecho de que
Grecia, formada principalmente por una península y multitud de
islas esparcidas en el mar Egeo y Jónico, en el gran mar
Mediterráneo, se convirtió rápidamente en un centro comercial,
20
marítimo por excelencia, lugar de reunión de miles de hombres que
llegaban a sus puertos en sus barcos llenos de mercancías de todo
el mundo conocido y que en sus tabernas y plazas intercambiaban
ideas y experiencias, enriqueciendo la vida cultural y afirmando la
libertad de expresión. De la misma manera, muchos de los filósofos
antiguos pudieron viajar y conocer la forma de pensar en Egipto,
Babilonia, Chipre, etc.,
Otra razón es que Grecia no era una unidad política sino la
confederación más o menos estable de una multitud de ciudadesestado, libres y autónomos que, por ende, no constituían un imperio
petrificado, con una religión oficial e ideas férreamente
tradicionales. Por el contrario, en las ciudades griegas predominaba
la tolerancia y la libertad de pensamiento.
Por último, su ubicación geográfica le permitió estar alejada de la
influencia y el control administrativo y político (y por lo tanto
ideológico) de las grandes potencias de la época, una base más de
su libertad, que hizo posible la observación desinteresada de la
naturaleza y el cuestionamiento de los asuntos humanos, haciendo
posible la filosofía.
Esta primera época antigua o esclavista es por tanto muy extensa,
al grado de que los historiadores de la filosofía la dividen a su vez
en dos etapas.
Una primera etapa, que correspondería a la filosofía Griega entre
los siglos VI a III antes de Cristo, y una segunda etapa de filosofía
Greco-Romana, considerada de decadencia después de la muerte
de Aristóteles y que abarca de los siglos II A.C. a III D.C.
La primera etapa está representada por los filósofos llamados en
bloque "pre-socráticos”, porque vivieron antes de Sócrates, el gran
filósofo griego, pero que en los hechos pertenecen a muy distintos
siglos y lugares, desde Abdera hasta Mileto. A este periodo se le
llama Cosmológico, porque la preocupación fundamental de
filósofos como Tales, Pitágoras, Parménides, Demócrito, Heráclito,
Anaximenes, Anaximandro, Empedocles y otros, era el mundo, la
naturaleza o el universo, como diríamos actualmente, señalando su
principal característica o la que podemos notar a primera vista, que
es la de existir, la de SER, existencia que tiene un orden en su
desarrollo, orden al que los griegos llamaron Cosmos. Estos
primeros filósofos centraban su interés en la estructura de la
realidad, tratando de responder la pregunta, ¿cómo es esa
21
naturaleza o físis que existe fuera de nosotros, de qué está hecha,
para qué, y sobre todo, por qué? Aunque no pudieron dar respuesta
a todas estas preguntas, son los primeros pensadores que intentan
contestarlas basados en la observación y el raciocinio.
Un segundo periodo de esta época antigua se denomina
Antropológico, y está caracterizado por el pensamiento de Sócrates,
filósofo casi mítico de Atenas, que fuera maestro de Platón y
principal inspirador de los temas fundamentales de la filosofía
platónica, cuya tradición llega hasta nuestros días. Es notorio que a
Sócrates no le interesará nunca como filósofo, el estudio de la
naturaleza, su ser y su sustancia, su orden o su forma. A él lo que le
importaba era el hombre, en griego antropos; sobre todo, los
móviles de su conducta moral, tratando de entender la clásica
dicotomía entre bien y mal, saber e ignorar y las causas de la virtud
y vicios humanos. Es un filósofo moral considerado el fundador de
la Ética, ciencia que estudia la conducta moral de los hombres. En
otras palabras, se interesa por el interior subjetivo del hombre y no
por la realidad objetiva exterior al hombre. Con él, los problemas de
la filosofía se completan: la filosofía se encargará de conocer no
sólo al mundo, sino también al hombre, su habitante más ilustre...
El tercer periodo está representado por quizá los dos filósofos más
grandes de todos los tiempos: Platón y Aristóteles, maestro y
alumno respectivamente. Al periodo en que desarrollan su obra se
le llama Sistemático, porque parten de un examen de la obra de los
filósofos anteriores a ellos, estableciendo un orden lógico a sus
temas y doctrinas, sistematizando el saber adquirido, al cual ellos
aportaron como ningún otro filósofo lo ha hecho después,
estableciendo sobre bases sólidas todos los temas imaginables y
aún inimaginables que la filosofía estudiará a partir de ellos y que
siguen rigiendo hasta nuestros días.
A la muerte de Aristóteles, según consenso de los historiadores de
la filosofía, esta entra en decadencia en las décadas e incluso siglos
posteriores, formando lo que hemos denominado, segunda etapa
greco-romana de la filosofía antigua, pues para entonces Grecia ha
sido ya dominada por lo que será en el futuro el más grande imperio
de la historia antigua: Roma.
En esta etapa no hablaremos ya de filósofos y de su doctrina, sino
de escuelas, que ha imitación de la Academia de Platón y el Liceo
de Aristóteles, surgieron por toda Grecia, en la cual destaca la
22
escuela de Epicuro, fundador del Hedonismo y la de los Cínicos,
como Diógenes.
La primera escuela que surge es la del Escepticismo, que se
caracteriza por la confusión y el desorden conceptual que surgen
después de la muerte de Aristóteles y que se fundamenta en la
duda y la incertidumbre: nada es seguro, de nada podemos estar
ciertos, es preciso dudar de todo, el mundo es misterioso y nuestros
sentidos nos engañan demasiado a menudo.
Dentro de esta confusión y desorden es comprensible que hiciera
su aparición el Eclecticismo, doctrina que se basa en tomar ideas
de todas partes, ya fueran de Platón, de Aristóteles o de cualquiera
de los pre-socráticos y que mezclaran estas ideas, por más
contradictorias que resultaran, formando un amasijo en ocasiones
indescifrable, haciendo honor al relativismo.
Sin embargo, dentro de aquella decadencia surgiría un filósofo
mucho más claro y ordenado, Epicuro, que desarrollaría una
doctrina filosófica muy atractiva, que no dejaría de tener su dosis de
escepticismo: el Hedonismo, de la palabra griega Edoné, que
significa placer, según el cual, en esta vida incierta, más que buscar
verdades inconmovibles, debemos buscar el placer y encanto de
una vida dedicada al estudio y la contemplación, sin grandes
pretensiones de certeza y seguridad. Desde luego, no una vida
dedicada a los goces carnales: beber, comer o fornicar, sino al
estudio de los grandes sabios y a la contemplación desinteresada
de la naturaleza y sus misterios.
Pero el sello de una nueva forma de vida, influida por la frialdad y
mayor seriedad de la vida de los conquistadores romanos, llena de
inquietudes, sufrimientos y angustias propias de los pueblos
guerreros, no podría dejar de marcar su huella en los filósofos,
orillándolos al Estoicismo, doctrina que sostiene que la máxima
virtud moral es la de sufrir con resignación, renunciando a los
honores, riquezas y goces de este mundo, contentándonos con vivir
con lo necesario y dedicados a enaltecer y purificar las propias
pasiones y defectos en base en una vida virtuosa y digna.
Diógenes, su antecesor cínico, viviendo en su tonel, en compañía
de su perro siempre más querido que los hombres, y con su
lámpara, con la que busca amigos, sin encontrarlos jamás, es un
claro ejemplo.
23
La Época Medieval, también llamada de la Edad Media o Feudal,
por el sistema económico prevaleciente, consistente en la fracción
de la tierra laborable en feudos, propiedad de un Señor Feudal o
terrateniente, el cual tenía a su servicio cientos y aún miles de
campesinos o ciervos, nominalmente libres, pero de hecho sujetos a
la tierra, de la cual no podían alejarse a voluntad, que trabajaban
gratis para su señor a cambio de pequeñas parcelas que trabajaba
para mantener a su familia y de protección en caso de guerra o
invasiones.
Se le denomina Edad Media a la época que siguió al colapso del
Imperio Romano a fines del siglo V D. C., colapso que dejó
desconectadas de la metrópoli a todas las provincias romanas que
paulatinamente, sobre todo en Europa, se van convirtiendo en
grandes Feudos y pequeños Reinos y se aíslan, desapareciendo los
famosos caminos que llevaban todos a Roma, e incluso
perdiéndose entre el pueblo el uso de la moneda y la habilidad de
leer y escribir. Los primeros siglos de esta nueva época se conocen
como oscurantismo, precisamente por el paulatino apagarse de las
luces del conocimiento y el florecer de la superstición y la leyenda
popular fantástica. Durante estos primeros siglos va a dominar
políticamente, y después económicamente, la Iglesia Católica,
Apostólica Romana, oficializada por el Imperio Romano, que de
tener una religión pagana y perseguir a los cristianos, terminó
siendo un estado cristiano, el primero en la historia. La iglesia
sobrevivió al estado y dominó todo el panorama cultural de la Edad
Media, de mil años, y se concentró en las abadías, monasterios y
demás templos de la cristiandad, y la filosofía pasó a ser un
instrumento de la fe, de la teología, (ciencia de Dios), y de los
intereses ideológicos de la casta sacerdotal y papal, concentrada en
la vicaría de San Pedro, en Roma. El control cultural de la iglesia
era férreo, al grado de ver con malos ojos o incluso persiguiendo
hasta la muerte a todo aquel filósofo, científico o escritor que se
opusiera o intentara enseñar algo contrario a las escrituras
sagradas, el viejo y nuevo testamento que componen la Biblia. La
autoridad en asuntos de cultura era entonces la iglesia y la filosofía
se caracterizó por servir a sus intereses, utilizándola sus teólogos
como herramienta para tratar de lograr lo imposible: demostrar
racionalmente la existencia de Dios.
Podemos afirmar, por lo tanto, que la época medieval se caracterizó
por la relación (y el conflicto), entre Razón y Fe, y que esta
intentona de explicar a Dios en términos racionales y filosóficos fue
24
el tema central de la filosofía entre los teólogos de esa época tan
extensa, que, para efectos de esta introducción, dividiremos en dos
periodos distintos:
El periodo de la Patrística o de los padres de la iglesia,
representado por San Agustín de Ipona, de filiación platónica, y el
periodo de la Escolástica o de los estudios financiados por la iglesia
y las primeras universidades, representado por Santo Tomás de
Aquino, de filiación aristotélica.
Platón y Aristóteles, como podemos notar, serán los dos pilares
sobre los que se basará la argumentación filosófico-teológica que
dará origen a la doctrina Católica, Apostólica y Romana, pues Roma
será la sede del vicario de Cristo, el Papa. Desde luego que se trata
de un Platón y un Aristóteles muy adulterados y desfigurados según
los intereses políticos e ideológicos de la nueva y poderosa iglesia,
acontecimientos matizados por la aparición entre los pueblos
semitas árabes de la nueva religión del Islam.
En orden cronológico primero tendríamos a San Agustín, con sus
escritos fundacionales, en los que realiza una reflexión mística
sobre la función de la iglesia en la nueva época que nacía, vista
como un Estado Terrenal, reflejo del Estado Celestial, y después a
Santo Tomás de Aquino que, muchos siglos después, intenta una
síntesis de los conocimientos de su tiempo, en su obra "Summa
Teológica", donde pretende armonizar las exigencias de la razón
lógica con los misterios de la fe, logrando un híbrido no teológico, ni
científico, sino todo lo contrario...
La Época Moderna es el nombre que se le da al periodo histórico
posterior a la Edad Media, la cual duró mil años, del siglo V al siglo
XV después de Cristo. Su final simbólico es la caída de
Constantinopla, hoy Estambul; la Reforma, liderada por Martín
Lutero o el Descubrimiento de América por Cristóbal Colón,
acontecimientos históricos todos ellos de gran trascendencia para la
historia de la humanidad. A la época moderna se le llamó también
"Renacimiento", por contraste con la Edad Media, considerada una
época oscura y apagada, muerta, lo cual es falso, pues es durante
la Edad Media cuando se forjó el mundo moderno, incluyendo la
economía burguesa o capitalista, que sustituyó al feudalismo y que
surgió entre los comerciantes y fabricantes de los Burgos, las
incipientes ciudades que rodeaban el castillo del señor feudal. Este
capitalismo, que inició con la fabricación de mercancías a mano, en
25
la manufactura, pronto desarrolló máquinas novedosas que hacían
el trabajo más fácil y barato, logrando producir más mercancías a
más bajo costo. La época moderna es el inicio de este proceso y
también la época en que finalmente se unen la mecánica práctica
con la ciencia teórica, dando lugar a la tecnología, que, aunque
incipiente, dará lugar a una revolución industrial en el siglo XIX.
En lo que respecta a la filosofía, esta situación tuvo repercusiones
muy importantes, pues a partir de este momento empezará a
desdeñarse el conocimiento contemplativo, desinteresado, teórico y
abstracto (metafísico, se diría en esa época), para sustituirlo por un
conocimiento práctico, útil y capaz de crear objetos o ideas que
sirvieran y mejoraran en cualquier forma la vida humana. Es decir,
es la época en que se desprecia la filosofía especulativa del
escolasticismo, llena de aristotelismo inútil o de platonismo místico,
igualmente inútil, para fomentar un conocimiento útil, práctico, que
pueda tener aplicaciones técnicas. A esta época que va del siglo
XVI a mediados del XIX pertenecen filósofos como Descartes,
Bacón y Hume, hasta Hegel, y científicos como Galileo y Newton,
hasta Darwin. Es importante destacar que mientras los científicos
emprenden un camino eminentemente experimental, los filósofos se
van en camino opuesto hacia la especulación y el subjetivismo,
iniciando el posterior divorcio entre la ciencia y la filosofía, o mejor
dicho, el despojo que las hijas, las ciencias particulares, hacen de
su madre, la filosofía.
La característica de esta época es el interés de todos estos filósofos
mencionados, no ya tanto en la ontología, como era tradición desde
la antigüedad, sino por la Gnoseología o teoría general del
conocimiento, llegando por este camino a la fundamentación
metodológica de la investigación científica, que consiste en
abandonar el razonamiento deductivo, que pasa de los
conocimientos generales a su demostración en muchos casos
particulares, para adoptar, gracias sobre todo a Galileo, el método
inductivo, que consiste en lo opuesto, es decir, pasar del estudio de
muchos casos particulares para llegar a formular una ley general
que explicará los hechos particulares investigados, que es el
método de la ciencia moderna. Con esta revolución metodológica,
que pone de cabeza a Platón y Aristóteles, como se hace con los
santos que no cumplen con lo solicitado, empieza la decadencia de
la filosofía tradicional y su fraccionamiento en múltiples doctrinas;
para otros, aquí empieza el fin de toda filosofía.
26
Lo que va a interesarle a los filósofos de esta época es por tanto, en
otras palabras, el método científico, hipotético-experimental, que
dará gran impulso a un conocimiento científico de nuevo tipo que se
ligará cada vez más con la industria y la economía capitalista,
vigente hasta nuestros días.
La Época Contemporánea. En nuestro tiempo, la filosofía se
caracteriza por el surgimiento de dos doctrinas filosóficas que han
tenido repercusiones hasta nuestros días: el marxismo y el
positivismo, ambas dándole de hecho su acta de defunción. La
primera en nombre del materialismo y el socialismo y la segunda en
nombre de la ciencia y el progreso humano capitalista. Esta última
época de la historia de la filosofía, en la cual vivimos, comenzó por
tanto a mediados del siglo XIX y continúa hasta nuestros acelerados
días que marcan el principio del siglo XXI. En esta época los
filósofos se van a interesar principalmente por la fundamentación de
las ciencias y el desarrollo de las ciencias sociales, precisamente
con las dos doctrinas señaladas, principalmente, a las que
podríamos añadir la "Fenomenología" de Edmundo Husserl y el
"Existencialismo" de Martín Heidegger y Jean Paúl Sartre. No
obstante, será con Marx y Comte, que la filosofía ya no volverá a
ser la misma y su influjo en la ciencia y en las aspiraciones
humanas se tornará más literaria que científica, es decir, la filosofía
se convertirá cada vez más en algo parecido a un género literario,
que a una ciencia confiable, lo que equivale a decir que a partir de
estos autores la filosofía se diferenciará tajantemente de la ciencia,
al grado de que ya muchos científicos en el siglo XX y hasta hoy ya
no toman en serio a los filósofos actuales, ni a la filosofía anterior.
¿Cómo ha ocurrido esto? Veamos:
Nuestra época se caracteriza por el desarrollo y consolidación del
sistema económico político capitalista. El proceso científico que
comenzó con Bacón y Galileo culminó en una Revolución Industrial
sustentada en conocimientos científicos aplicables en la práctica,
que modificaron el mundo y sus valores tradicionales de manera
radical. Esta revolución continuó con el desarrollo vertiginoso
científico tecnológico del siglo XX y sigue hasta nuestros días con la
aceleración de los cambios sociales y tecnológicos de la
comunicación electrónica recientemente ocurridos. Cerca de
trescientos años que han puesto al mundo patas arriba en una crisis
de valores, de ideas y de proyecciones al futuro que están
destruyendo la naturaleza y poniendo en riesgo la misma
sobrevivencia de la humanidad a mediano plazo.
27
Quizá todo comenzó con Kant, al final de la época anterior, y con
Hegel, que llevaron a la filosofía al callejón sin salida del idealismo.
Este idealismo, sumamente especulativo y poco científico, llevó a la
filosofía a extremos descabellados en la concepción del mundo,
lindantes con el agnosticismo, por un lado, y al misticismo, por otro.
Ante esta situación la reacción no se hizo esperar en la persona de
Carlos Marx.
Este pensador, abogado de profesión, economista por necesidad y
filósofo de vocación, reaccionó contra el idealismo de hegel y sus
antecesores con virulencia, acompañado por su amigo Federico
Engels, adoptando una posición materialista radical, negando el
idealismo en sus conclusiones más extremas como la
incognosibilidad de la esencia de las cosas (la "cosa en sí"
kantiana) y el "espíritu universal" hegeliano que es una manera
elegante de llamarle a Dios. Marx y Engels señalan que no existe
ningún espíritu universal que esté por encima de la historia y más
allá de la naturaleza, es decir, afirma al mundo material y social
como un ser material e histórico, en constante desarrollo sí, pero en
el que no cabe ningún Dios. Y señala también, por otro lado, que el
mundo es cognoscible, que existe objetivamente, fuera de nuestro
pensamiento y nuestros sentidos y que es susceptible de ser
transformado por la actividad productiva consciente del hombre, o
sea, por el trabajo o praxis. Su filosofía será entonces materialista y
dialéctica, pues acepta, con Hegel, que el mundo cambia, se
transforma de fases simples a complejas, cambia en base a la lucha
de fuerzas opuestas y que estos principios son aplicables no sólo a
la naturaleza sino también a la sociedad humana, rechazando al
mismo tiempo, de Hegel, que esto fuera producto de un espíritu
universal, más fantasioso que real. Y declara Engels que esta
concepción está acorde con los datos de la ciencia, por lo que de
hecho es una nueva concepción filosófica, esta vez científica. Por lo
tanto, toda la filosofía anterior es no sólo poco científica sino
anticientífica, especulativa y falsa. Sólo el materialismo dialéctico va
por buen camino. Porque esta reacción no abarca sólo a los
idealistas, sino que la emprende también con los materialistas
anteriores a los que llama "mecanicistas" y "vulgares", pues,
acertados en considerar al mundo esencialmente material, no
comprenden que las leyes de la mecánica no lo pueden explicar a
satisfacción, pues, por ejemplo, la vida orgánica no es mecánica.
Con estas afirmaciones, de hecho, decretan la muerte de la filosofía
tradicional, colocando en su lugar al conocimiento científico. No
28
obstante, el marxismo es todavía una reacción humanista, que con
el socialismo, aspira a lograr el bien de la humanidad, llevando a la
sociedad a una forma de organización en la que no exista la
explotación del hombre por el hombre, el abuso de los ricos sobre
los pobres, en la que estos son principalmente los obreros creados
por la revolución industrial, creando una nueva sociedad con justicia
e igualdad para todos. ¿Utopía? Quizá, pero, en todo caso, una
utopía a favor de la humanidad o por lo menos de la mayoría de la
humanidad, que es la mayoría pobre y explotada, que propone un
sistema económico, político y social distinto al capitalista, que se
caracteriza precisamente por la explotación de los trabajadores, el
afán de lucro y el valor del dinero por encima de cualquier otra
consideración. El humanismo estará ausente, por cierto, de la otra
gran corriente de pensamiento que surge en el siglo XIX, el
Positivismo, corriente más bien opuesta al humanismo y que, al fin
de cuentas, dará lugar a la tecnocracia, que domina actualmente en
la economía y la política globalizadas a nivel mundial.
Augusto Comte, filósofo francés, que por cierto le negó todo valor y
futuro a la filosofía, sostenía que el hombre había vivido en el
engaño y el error, haciéndole caso a su fantasía y a sus temores,
creyendo que conocía el mundo, pero en realidad construyendo un
saber falso, no científico. Según él, la humanidad había pasado por
tres etapas en su desarrollo social. Primero, una etapa "religiosa",
en la que el hombre cree que todo lo que existe en el mundo es
creación de Dios o de una fuerza sobrenatural de carácter espiritual;
después, una segunda etapa "metafísica", en la que el hombre, por
medio de la filosofía tradicional, busca explicaciones al mundo
igualmente fantasiosas, por medio de conceptos como el de idea,
espacio, tiempo, materia, sustancia, forma, esencia, etc., que en
realidad no nos dicen nada y que cada filósofo define a su modo;
por último, una tercera etapa, que es la actual, en la que domina la
ciencia, capaz de lograr un conocimiento fáctico. Es la etapa
"positiva", ya no basada en ilusiones, deseos o temores, sino en la
demostración y comprobación experimental. Es decir, positivo
significa que el conocimiento sólo es confiable si puede demostrar y
comprobar sus afirmaciones. Aquello que no podemos comprobar
es falso. Como podemos ver, se trata también de una concepción
materialista y atea, pero no humanista. Comte es el fundador de la
Sociología, en la cual se ve al hombre como "cosa" y a los hechos
sociales como "la cosa social" y que no se propone, como Marx,
buscar la manera de crear una sociedad nueva, mejor a la
capitalista. Lo que Comte quiere es estudiar a la sociedad con la
29
misma precisión con que estudiamos a la naturaleza física o
biológica, por lo que propone estudiar al hombre como cosa, la cosa
social ya señalada. Aquí no hay ni atisbos de humanismo, donde el
hombre no es lo importante, sino su explicación, en términos
científicos, al igual que lo haríamos con un árbol o un mineral. De
hecho, es una doctrina que concuerda con la forma de ver el mundo
de los empresarios y políticos capitalistas, para los cuales, desde
luego, el hombre es una cosa, igual que cualquier otra mercancía
que sale de sus fábricas y a la que el político le elabora leyes para
su comercialización y uso. Además de estas características, el
positivismo también decreta, a su manera, la muerte de la filosofía y
la sustituye con el conocimiento científico, positivo.
Tenemos entonces que lo que caracteriza a la época
contemporánea es la negación de la filosofía como saber verdadero
y confiable, la acentuación del papel de la ciencia y su
fundamentación racional y epistemológica, remarcando su carácter
experimental, y el surgimiento de las ciencias sociales, como la
sociología y la historia, con Comte y Marx, antes patrimonio de la
"filosofía del espíritu", algo así como el último escondite de la
filosofía hasta el que llegó la ciencia con su potente luz y sorprendió
a la esquiva, expulsándola definitivamente del campo del
conocimiento humano.
Pero, ¿ha muerto en verdad la filosofía?
No, lo que sucede es que la filosofía se tiene que transformar, o
mejor dicho, sus temas de reflexión en la actualidad son otros; la
situación de la vida social humana es tan distinta hoy que hace dos
mil años, y los cambios operados en su forma de vivir y pensar tan
radicalmente diferentes que la filosofía no puede, ni debe, seguir
investigando los mismos problemas que interesaban a Demócrito, a
Aristóteles o a Kant, pues en efecto, muchos de estos problemas ya
los investigan las ciencias particulares, lo que nos obliga a plantear,
aunque sea de manera muy general, los problemas que nos
propone el siglo que acaba de terminar:
El siglo XX comenzó con una serie de guerras y revoluciones
sociales que sacudieron la estabilidad y aparente seguridad del
siglo XIX, siglo en que la opinión pública estaba convencida en que
la razón y la ciencia habían de guiar a la humanidad a un futuro sin
guerras ni enfermedades y en que la pobreza y la ignorancia debían
ser por fin vencidas. Aparentemente los valores de la Ilustración se
30
harían realidad: el imperio de la razón y la justicia universal. Pero no
fue así. Muy pronto la Primera Guerra Mundial imperialista y las
luchas anticolonialistas en Asia, África y América Latina se pondrían
al orden del día. La Revolución Rusa de 1917 ponía en la palestra
internacional el nacimiento del socialismo; la Revolución Mexicana
de 1910, con su marcado carácter campesino, ponía en aprietos a
la burguesía agraria y al liberalismo burgués, en la misma frontera
con Estados Unidos, y la Primera Guerra Mundial de 1914-18 le
mostraba al mundo el horror de la guerra tecnológica y del monstruo
que podía ser la ciencia al servicio de los intereses capitalistas. El
sueño se convertía en pesadilla. La crisis de los valores
tradicionales del bien, la belleza, la justicia y la verdad se hacían
añicos, crisis de valores que se agudizó conforme avanzaba el
siglo. De pronto la humanidad se encontró conque no sabía en qué
creer o en qué pensar.
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), sólo demostró y confirmó
lo temido: el hombre, con toda la gloria de su civilización no había
dejado de ser un salvaje y a los estados no les interesaba el
bienestar de sus pueblos sino la repartición de los mercados
internacionales. Un nuevo monstruo tecnológico había surgido: la
bomba atómica, dos de ellas arrojadas a las ciudades japonesas de
Hiroshima y Nagasaki, asesinando, en cuestión de minutos, a más
de 140,000 civiles inocentes. La guerra terminó, pero el sueño
estaba roto. Más tarde, en la post guerra, queriendo olvidar los
horrores de Hitler y la bomba nuclear, la humanidad se encontró
con nuevos horrores: la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión
Soviética, la guerra de Corea y Vietnam, la amenaza constante de
una conflagración mundial atómica que haría desaparecer al ser
humano de la faz de la tierra...
El hombre común se encontró de pronto desorientado, viviendo la
más grande paradoja de todos los tiempos: por un lado, el
desarrollo tecnológico más espectacular, por otro lado la pobreza,
enfermedad e ignorancia en las tres cuartas partes de la población
mundial. Y aún no es todo.
El desarrollo tecnológico se ha realizado a un costo altísimo: la
destrucción lenta pero segura de la naturaleza: selvas, bosques,
especies animales y vegetales; contaminación del aire, la tierra y el
agua en mares, lagos, ríos y océanos; el calentamiento de la
atmósfera y el adelgazamiento de la capa de ozono que cubre a la
tierra y protege a la vida de los rayos ultravioleta del sol. La
31
tecnología tan espectacular, hija de la ciencia y la técnica, obtiene
sus logros a un alto costo: la explotación irracional de los recursos
naturales, que hace posible a mediano plazo un colapso natural que
acabe con la vida en el planeta.
¿Qué nos espera en el futuro? La ciencia parece no tener
respuesta, los científicos están amordazados por las instituciones
que pagan sus servicios, los políticos sólo ofrecen futuros ideales
que les reporten votos y los gobiernos, sobre todo en América
Latina, supuestamente trabajan para el logro del bienestar común,
siempre aplazado, cuando en realidad vemos que trabajan para su
propio beneficio. ¿Qué nos queda? La filosofía, con su búsqueda de
la verdad desinteresada; la filosofía como ejercicio racional que
podemos realizar a muy bajo costo. Desde luego, no la filosofía
como se entendía en el siglo XIX cuando le dieron su acta de
defunción y la enterraron. Efectivamente, las cuestiones por las que
se preocupó la filosofía en el pasado son ahora tarea de las
ciencias particulares. Entonces, ¿de qué se debe ocupar ahora la
filosofía? Según mi humilde opinión, debe dedicarse a reflexionar
sobre los problemas que se le plantearon a la sociedad en el siglo
XX y buscar soluciones para el presente siglo en los siguientes
temas preponderantes:
La relación del hombre con la ciencia, es decir, buscar
socialmente, por vía democrática, un uso racional y pacífico para el
conocimiento científico, evitando sus efectos nocivos para el
hombre y la naturaleza.
La relación del hombre con la naturaleza, esto es, la búsqueda
de soluciones al problema ecológico, dejando de considerar a la
naturaleza como un almacén inagotable de materias primas, darnos
cuenta de que la naturaleza es la única fuente de vida para el
hombre y de que si la destruimos nos estamos destruyendo a
nosotros mismos, comprender que la naturaleza es sagrada y que
no podemos profanarla explotándola impunemente sin profanarnos
y degradarnos nosotros mismos, como ya está sucediendo.
La relación del hombre con el hombre, o sea, la búsqueda de
una sociedad justa e igualitaria, realmente comunitaria, que evite los
polos de extrema riqueza para unos pocos y extrema pobreza para
la mayoría, buscando nuevos causes para la lucha social, que ya no
pueden ser por la vía de las armas, sino por medio de la
democracia real, participativa y no solamente representativa, como
32
es hasta la fecha; la tolerancia, el respeto a la forma de ser y pensar
de los demás y la pluralidad de ideas. Comprender que el
capitalismo no ha solucionado, ni puede solucionar, a pesar de la
globalización, la enfermedad y la pobreza de cinco mil quinientos
millones de seres humanos en todo el mundo. Buscar por lo tanto
otro modelo de desarrollo social y económico menos dañino.
La relación del hombre con la máquina, es decir, la reflexión
sobre el papel de las máquinas en la vida humana, sobre todo las
computadoras y la comunicación e información electrónica, que son
una herramienta de trabajo y no un substituto de la inteligencia
humana, que llegue a dominarla y haga inútil la capacitación,
educación y preparación del pueblo trabajador. La computadora es
un utensilio, no un ser pensante, con emociones, valores e ideales,
como el hombre. La información que obtenemos por vía electrónica
no debe sustituir el conocimiento directo de la realidad y el estudio y
disfrute de los libros, objetos maravillosos en los que se encierra el
conocimiento total de la humanidad. No es con resúmenes y
síntesis hechos a la carrera como se adquiere el conocimiento,
cultura y conciencia social, tenemos que hacer el esfuerzo y leer las
grandes obras completas y en su fuente original. Que la maquina
sea un sirviente del hombre y no el hombre un esclavo de la
máquina.
En fin, la filosofía no ha muerto. Somos nosotros, son ustedes, los
que tienen que darle vida pensando, reflexionando, razonando,
decidiendo y actuando. Tomemos en cuenta que cuando la filosofía
muera, o la dejemos morir, también morirá nuestra libertad.
Sería conveniente que el lector, en la sección de ejercicios, distinga,
primero, cuáles son los 10 problemas más importantes que enfrenta
la humanidad en la actualidad y, segundo, proponga 5 formas en
que la filosofía podría ayudar a solucionarlos.
1.9 Los Problemas Fundamentales de la Filosofía y las
Disciplinas Filosóficas.
Con lo expuesto hasta aquí estamos ya en condiciones de abordar
los grandes problemas de la filosofía, que de alguna manera ya he
mencionado en temas anteriores. Estos problemas son el
Ontológico, el Gnoseológico y el Axiológico, que tratan
33
respectivamente sobre el ser, el conocer y el deber ser. Todos los
filósofos, en sus respectivas épocas, los han tratado, dándoles
diversas soluciones. A estos problemas se ha añadido aquí uno
más, generalmente no incluido en los textos convencionales de
filosofía, pero que considero muy importante, el problema de la
Praxis, que de hecho transforma a la filosofía, de un ejercicio de
especulación intelectiva, a una posibilidad de acción práctica sobre
la realidad. Analicemos pues cada uno de estos problemas.
El problema Ontológico. La palabra ontología deriva de la palabra
griega ontos que significa SER. Este concepto lo debemos
entender, para mejor comprensión, como el verbo gramatical ser,
emparentado con el de estar.
¿Qué es el ser?
Ya vimos que los primeros filósofos, a los que denominamos
presocráticos, se dedicaron preferentemente a estudiar la fisis o
naturaleza física, y que por tanto buscaban conocer el mundo
exterior a la conciencia. A la naturaleza le podemos llamar también:
realidad, universo, mundo, existencia, etc., la cual se compone de la
materia inorgánica, los animales, las plantas y el ser humano. Es
decir, en términos generales, la naturaleza y la sociedad.
Resulta obvio que son muchos términos para designar la misma
cosa. Pues bien, el filósofo Parménides tuvo la genial idea de hacer
una gran abstracción o generalización y llamar a la naturaleza en su
conjunto SER, y dijo:
"El ser es" y "El no ser no es", lo cual parece la mayor simpleza que
se pueda decir. Sin embargo, encierra todo un mundo de
posibilidades en el saber.
Significa que el mundo, el universo, la naturaleza, la sociedad, las
cosas y todo lo que existe, ES, que es lo que cualquiera, sea
filósofo o no, puede constatar: las cosas son, están, existen, es
decir, tienen SER. Por lo tanto el ser, es. Si el ser es, entonces se
puede pensar, y si se puede pensar, entonces se puede conocer.
Así, SER-PENSAR-CONOCER, se encuentran ligados.
En cambio el NO SER no existe, no es, no está, es la nada, y de la
nada no podemos decir nada, es decir, no podemos pensarla ni
conocerla. Tenemos entonces que el no ser, que no se puede
34
pensar ni conocer, sólo nos será útil para afirmar las cualidades del
ser.
Con este enunciado de que lo que es, es, y lo que no es, no es,
Parménides inicia la lógica, con la ley de la identidad: lo que es, es:
un árbol es un árbol, un hombre un hombre; no se da el caso de
que un hombre sea un árbol, ni un árbol un hombre, etc. Fue algo
así como establecer un punto de partida.
Ahora bien, ¿de qué está hecho el ser, cómo es? A la respuesta a
esta pregunta le llamaron los filósofos principio, no en el sentido de
origen, sino en el de sustancia, consistencia. Y también ¿qué causa
el ser? Esto es, como es que llegó a existir, de donde salió, quien lo
hizo, cómo, para qué. Entonces tenemos que el ser tiene principio
y causa.
Como podemos notar, con el problema ontológico se da inicio a la
Física, en sentido moderno y a la ciencia, en sentido general. Pero
Parménides era todavía muy primitivo y sus respuestas, muy
simples, y sobre todo, aún mezcladas de mitología. En el fondo, lo
que él busca es una cosmología u origen del universo, que hasta
entonces se solucionaba atribuyéndoselo a los dioses. Parménides
hace otra cosa, ya no busca la explicación en los dioses sino en un
Arké o principio generador, origen de todas las cosas, un respaldo
permanente de las cosas, a pesar del cambio que sufren con el
paso del tiempo. Ese es el ser, al que le atribuye varias
características:
Primero: el ser es infinito, pues si tuviera principio y fin querría decir
que antes y después del ser estaría el no-ser, pero como el no-ser
es la nada, que no produce nada, este razonamiento no es válido.
El ser continúa siempre.
Segundo: el ser es eterno, pues si tuviera origen en el tiempo, antes
de su aparición tendría que estar el no-ser, lo cual es imposible, por
lo anteriormente dicho. El ser ha estado siempre.
Tercero: el ser es inmóvil, pues si se moviera tendría que moverse
sobre algo que no es el ser, o sea, sobre el no-ser y el ser no puede
moverse sobre la nada. Si se moviera sobre algo ese algo sería el
ser y el ser no pude moverse sobre el mismo ser. En realidad, no se
mueve.
35
Cuarto: el ser es perfecto, pues si fuera imperfecto significaría que
carecería de algo, que le faltaría ser, es decir que el ser tendría
parte de no-ser y esto es un contrasentido imposible. El ser es
pleno, completo.
Parménides comparaba el ser a una esfera, la cual es perfecta,
eterna, inmóvil, infinita.
De esta forma se ponía la primera piedra para entender el mundo,
desde ahora llamado Ser en filosofía.
Sólo que había un problema. Nosotros, la gente común, vemos que
las cosas son imperfectas, finitas, se mueven y cambian, es decir,
son perecederas, existen y luego dejan de existir. ¿Cómo armonizar
estos hechos con las ideas de Parménides? Según nuestros
sentidos, el mundo no es como dice Parménides. Y así empezó la
controversia. Los demás filósofos comenzaron a opinar también,
dando cada uno su versión de los que era el ser.
El más importante es Heráclito, el cual considera, al contrario de
Parménides, que el ser cambia, se mueve y se transforma, y
entonces en lugar ya de hablar de SER, habla de DEVENIR, que
significa el cambio constante, perpetuo, de todo lo existente. Su
elemento o Arké, es el fuego. Él decía: "nadie se baña dos veces en
el mismo río", pues de un momento al otro las aguas del río ya son
otras y nosotros mismos hemos cambiado. Pero entonces surge la
cuestión, ¿quién de los dos tiene la razón? Tal vez aquí habría que
hacer una distinción importante, la diferencia entre SER y ENTE. El
ser sería un concepto general, abstracto, referido al mundo en su
totalidad, mientras que el ente es un concepto concreto que se
refiere a las cosas cotidianas: un árbol, una mesa, un perro, un
libro, etc. Lo más probable es que Parmenides hablara del ser y
Heráclito del ente, y entonces los dos tendrían razón, o bien que al
hablar los dos de lo mismo, destacaran en conjunto el carácter
contradictorio de la realidad.
Sea como fuere, otros filósofos también hablaron del asunto.
Veamos algunos casos:
Para Tales de Mileto, el arké generador del ser es el agua, pues en
todas las cosas encontramos un mayor o menor grado de humedad,
36
estando el agua presente en varias formas, liquidas, sólidas y
gaseosas, como sabemos.
Para Anaximandro, el elemento primordial del ser es el a-peirón,
que significa lo indeterminado o indefinido, eterno e interno a las
cosas, pero que como su nombre lo indica, no podemos establecer
con claridad y precisión.
Para Anaximenes, ese elemento originario es el aire, principio
incorpóreo e invisible, móvil y sin limites, constituido por partes tan
pequeñas que no las podemos ver. El aire, en una versión religiosa
de esta teoría, se asocia con el alma (el soplo divino) que en griego
es el "neuma".
Para Pitágoras, el ser está constituido por el número, pues observa
que todo es cuantificable y está formado por partes
cuantitativamente designables. El número es orden, sistema, de
donde es posible que se derive la idea de cosmos, es decir, el
universo ordenado, sujeto a leyes, como las operaciones
matemáticas.
Para Jenófanes el cosmos, otra forma de llamarle al ser, es Dios.
Para Platón, el arké es la idea, aunque hay que hacer notar que
para Platón la idea era algo tangible que deriva de una palabra
griega que significa "forma", la forma de las cosas que podemos
distinguir sensiblemente. Las ideas serían para Platón una especie
de pequeños ladrillos, todos iguales, con los cuales podemos hacer
millones de combinaciones para construir todas las cosas que
existen.
Para Empédocles, los principios del mundo son cuatro: agua, tierra,
aire y fuego, que, combinados, forman las cosas que nos rodean,
una idea que tuvo en común con otros pueblos del mundo, como los
pueblos prehispánicos de México.
Para Anaxágoras, son las homeomerías o "semillas", germinadoras
e infinitas en su diversidad. Estas semillas serían "sembradas" o
bien ordenadas por una "inteligencia ordenadora" o Nous.
Para Demócrito, es el átomo, partícula mínima de lo que está hecho
todo lo que existe. Átomo significa "indivisible", en el sentido de
parte mínima que no puede reducirse más y que está en la base de
37
todo lo existente. Es asombrosa la anticipación de Demócrito al
descubrimiento efectivo del átomo por la física moderna.
Otros filósofos posteriores también opinaron sobre el ser:
Para Descartes, el principio generador del mundo es el "Yo"
pensante. "pienso, luego existo", decía, pues si no existiera, no
podría pensar, y si no pensara no sería capaz de darse cuenta de la
existencia, por lo tanto la realidad surge toda entera de mi yo
pensante.
Para Kant, el ser está constituido por una serie de categorías
innatas, como las de tiempo, espacio, forma, sustancia, materia,
etc., que en forma a priori nos permiten construir intelectivamente el
mundo tal como lo vemos. El ser es por lo tanto una construcción de
nuestro intelecto.
Para Hegel, el origen del ser está en el "Espíritu Universal", que se
desarrolla a sí mismo, creando la historia y haciéndose consciente a
través del hombre pensante, el cual tiene así una auto consciencia,
pues se da cuenta de que es hombre y a la vez parte del espíritu
universal, que de esta forma, llega a la culminación de su
desarrollo.
Para Marx, por último, el mundo está formado por materia y energía
interactuando en miles de formas posibles a través de su desarrollo
y transformación dialéctica constante y eterna.
Como podemos ver, la idea de SER y su constitución, es muy
variada y rica, según el filósofo y la época, sin que por lo pronto
lleguemos a ninguna conclusión sobre quien es el que tiene la
verdad de su lado de todos ellos. Por el momento podemos decir
que el problema de la constitución, estructura y funcionamiento del
universo es ya más tarea de la física que de la ontología en su
forma tradicional, la cual ha sido propiamente abandonada por la
mayoría de los filósofos, que prefieren atenerse en esta cuestión a
los datos aportados por la ciencia.
La disciplina filosófica que se encarga de estudiar al SER en cuanto
que ES, es la metafísica, que significa "lo que está más allá de lo
físico", propiamente, las ideas que son producto de una
generalización o abstracción.
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El problema Gnoseológico. Este tema, también denominado
Teoría del Conocimiento, hace referencia al estudio de la
contraparte del ser, el CONOCER. La preocupación de los filósofos
por este problema es tardía, pues corresponde a la época moderna
de la historia de la filosofía, con Descartes y Hume a la cabeza.
¿Qué es conocer? ¿Cómo conocemos? ¿Qué validez tienen
nuestros conocimientos? ¿Cómo distinguir lo verdadero de lo falso?
Son algunas de las cuestiones que se plantean los filósofos en el
terreno de la Gnoseología. Para responder a ellas el problema se
divide a su vez en cinco temas centrales:
Primero: La esencia del conocimiento, es decir, la relación entre un
Sujeto Cognoscente, el hombre dotado de conciencia, y un Objeto
del Conocimiento, es decir, el mundo, la naturaleza, la sociedad. Es
en la relación entre el sujeto y el objeto donde reside la cuestión
central y la discusión filosófica de este problema, que se plantea
así: quien es preponderante en el proceso del conocimiento, ¿el
sujeto o el objeto?
Segundo: El origen o fuente del conocimiento. Existen dos
posiciones: el Racionalismo, centrado en Descartes, y el Empirismo,
basado en Hume. Dicho de otra manera, según los racionalistas, el
conocimiento tiene su origen en la razón, y según los empiristas, en
la experiencia sensible.
Tercero: La posibilidad del conocimiento, que hace referencia a la
capacidad humana de conocer, y más concretamente, a establecer
la posibilidad de la certeza o verdad de lo conocido. Existen varias
teorías:
El dogmatismo. Posición de la filosofía antigua, ingenua, en la que
ni siquiera se discute el problema, dándose por hecho que el
conocimiento es posible, como si fuera una facultad humana como
la de caminar o hablar.
El escepticismo. Posición que establece que no podemos tener
certeza en que nuestro conocimiento sea verdadero, sino sólo
probable. En su sentido más radical, nos lleva al agnosticismo, el
cual niega, de un modo rotundo, que el hombre pueda conocer.
El relativismo. Como su nombre lo indica, sostiene que el
conocimiento es relativo y parcial, jamás absoluto.
39
El Pragmatismo. Posición que mencionamos aquí por ser una
doctrina muy extendida en países como Estados Unidos e
Inglaterra, pero que de hecho abandona el terreno gnoseológico del
conocimiento para trasladarlo al axiológico o valorativo. Según esta
posición, el conocimiento es verdadero cuando es útil. El concepto
de utilidad es un valor y no una categoría gnoseológica que
establezca alguna relación entre el sujeto y el objeto. En todo caso,
es totalmente subjetiva, y no toma en cuenta las propiedades del
objeto en un sentido filosófico, sino practico.
Cuarto: Los tipos de conocimiento. El conocimiento filosófico y
científico no es el único que existe. Los seres humanos han
desarrollado también el Arte, la Literatura, la intuición mística, que
también le permiten conocer el mundo. Aquí nos referiremos sólo a
dos tipos:
El conocimiento común o vulgar, es decir, el conocimiento que
adquiere la mayoría de la gente en su vida diaria a través de la
experiencia y la repetición.
El conocimiento científico, más preciso y sistemático.
Quinto: Por último, la Gnoseología, se ocupa del problema de la
verdad del conocimiento desde una nueva posición, el
conocimiento como praxis, en donde de lo que se trata es de hallar
un criterio de verdad válido universalmente.
El problema Axiológico. Se refiere al espinoso problema de definir
los valores, descubrir su naturaleza y establecer una teoría que
permita abarcar toda su complejidad. Como este tema lo
analizaremos en detalle en el capitulo quinto de este libro, no
desarrollamos de momento el tema en este apartado.
El problema de la Praxis. Este que apuntamos aquí no es un
problema tradicional de la filosofía y no se encuentra por tanto en
los textos tradicionales de filosofía, pues de hecho rompe con la
filosofía tradicional y nos cuestiona sobre su validez en el desarrollo
histórico de la sociedad humana. El problema de la praxis se
desprende de la concepción dialéctico materialista del mundo y es
piedra angular del materialismo histórico, cuyo objeto de estudio es
el desarrollo de la sociedad, sus leyes y tendencias. En el problema
de la praxis se trata de dar solución al problema de la verdad del
40
conocimiento, desde una posición diferente a la de la lógica,
tomándose en cambio un enfoque histórico y antropológico, donde
se afirma que el conocimiento es el resultado de la interacción e
interrelación del hombre con la naturaleza. Pero no se trata del
hombre en abstracto, que es más una idea que un ser real, sino del
hombre concreto de carne y hueso que vive en una sociedad
determinada y en un momento histórico preciso: el hombre que
trabaja para sobrevivir y en su trabajo entra con los demás hombres
en determinadas relaciones sociales.
Se parte entonces en el problema de la praxis de la categoría de
trabajo. Praxis, palabra griega, significa "práctica", aunque
considerada como aquella práctica que transforma la naturaleza
creando herramientas y bienes materiales que le sirven al hombre
para sobrevivir y reproducir su sociedad. La categoría de trabajo se
torna central al querer comprender cómo el hombre, al transformar
la naturaleza en objetos útiles, se transforma a sí mismo, tanto
física como intelectualmente, en un proceso histórico, produciendo y
reproduciendo la sociedad en que vive, proceso en el cual, además,
conoce el mundo que transforma, validando a través de su praxis, la
verdad de su pensamiento. Es decir, sólo el trabajo real, material y
transformador, confirma en su propia praxis las ideas que tenemos
acerca del mundo, con lo cual se supera el nivel filosófico
especulativo tradicional.
El problema esencial es que la filosofía, para que tenga verdadero
sentido y valor práctico, social e histórico, debe realizarse en los
cambios y transformaciones sociales, es decir, dejar de ser sólo
cuestión de pensamiento y convertirse en praxis.
Como lo señaló Marx: "los filósofos han intentado explicar el mundo
de diferentes modos... pero de lo que se trata es de transformarlo".
Esto significa que la filosofía debe pasar de los terrenos de las
puras ideas, políticas, económicas e históricas, y convertirse en la
base intelectual y cultural del desarrollo humano.
De nada nos sirve pensar el mundo si el producto de este pensar no
nos sirve para actuar, para transformar ese mundo en el sentido de
mejorarlo. Y la forma de hacerlo es actuando política y socialmente
en el mundo real en que vivimos, tanto con respecto a la naturaleza,
a la tecnología, como a las relaciones humanas, buscando un
mundo más justo, más equitativo y equilibrado. Es decir, actuando,
41
haciendo, trabajando por uno mismo y por el bien común. La verdad
o falsedad de lo que pensamos sobre el mundo, lo que filosofamos,
sólo lo podemos establecer en la práctica, en los hechos reales de
nuestros actos y conductas, en las actividades en que aplicamos
nuestros conocimientos. De nada nos sirve, por ejemplo, estudiar la
Ética, la moral y discutir sobre el bien y el mal, si no lo llevamos a la
práctica y actuamos moralmente.
En cuanto a las disciplinas filosóficas veremos que cada problema
fundamental de la filosofía está estudiado por su correspondiente
disciplina. Así, tenemos la siguiente relación:
El problema Ontológico es estudiado por la Metafísica.
El problema Gnoseológico es estudiado por la Epistemología, la
Lógica y la Metodología.
El problema Axiológico, principalmente por la Ética y la Estética.
El problema de la Praxis es abordado por la Historia y la
Antropología.
1.10 Diferencias entre la filosofía y la ciencia.
Aunque es común decir que la ciencia surgió de la filosofía, en
realidad desde el momento en que los filósofos decidieron basar
sus conocimientos en la razón, dieron inicio a la ciencia. En el
fondo, en la antigüedad, la filosofía englobaba con ese nombre a la
ciencia incipiente y aún sin dividir en disciplinas particulares. No
obstante, conforme se desarrolló el conocimiento científico, se hizo
patente que existían diferencias con respecto al modo de proceder
de la filosofía. Tenemos así que, sobre todo a partir de Galileo
Galilei, podemos hablar de similitudes y diferencias entre ciencia y
filosofía.
Lo que tienen en común es sobre todo el hecho de ser un saber
buscado intencionalmente por medio de la observación de la
naturaleza y el uso de la razón para explicar lo observado, la
búsqueda de la demostración y el rigor lógico en las conclusiones y
razonamientos.
42
Ambos tipos de conocimiento buscan la esencia escondida de las
cosas y sistematizan sus datos, que pretenden tener validez
universal.
Todo eso tienen en común, pero he aquí las diferencias.
Las diferencias entre ciencia y filosofía son de dos tipos: diferencias
de propósito y diferencias de método.
Las diferencias de propósito son fáciles de explicar: la filosofía,
como ya vimos, pretende conocer la totalidad de lo existente, busca
el todo, llegar a establecer una concepción general del universo y
del hombre. Propósito que, como podemos imaginar, es imposible,
pues si el mundo es virtualmente infinito y se encuentra en
constante cambio y transformación, es obvio que el hombre no
llegará nunca a explicarlo todo. En otras palabras, no existe la
verdad absoluta y total. Aún así, es loable que la filosofía pretenda
esa totalidad.
Con respecto a la ciencia, es importante decir que en realidad lo
que hay son ciencias particulares, que estudian cada una sólo un
fragmento de la realidad. No pretenden por tanto la totalidad. Por
ejemplo, la Biología estudia los procesos de la vida, la Astronomía
el movimiento de los astros, la Física la constitución de la materia,
la Economía los procesos productivos y comerciales, etc. Aunque
en ocasiones se cruzan sus caminos y unas necesitan de otras,
cada ciencia trabaja aparte y en su propio campo de acción, por eso
les llamamos ciencias particulares. No buscan la totalidad ninguna
de ellas ni todas en un conjunto multidisciplinario. Sería la filosofía
la que, tomando sus datos, intentara una síntesis global.
Las diferencias de método son más importantes. La ciencia, sobre
todo las llamadas ciencias naturales, se basan principalmente en el
método inductivo-experimental, mientras que la filosofía en el
método deductivo-demostrativo. La filosofía confía mucho en la
intuición o captación inmediata de una verdad, que en la ciencia
tiene un papel marginal. La filosofía usa también la reflexión
subjetiva y la introspección, que en la ciencia se ven con recelo.
De otra manera tenemos que aunque buscando el mismo objetivo,
conocer el mundo, la filosofía y la ciencia lo hacen de diferente
modo.
43
CAPITULO SEGUNDO.
El PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO.
En la historia de la filosofía, como ya vimos, los primeros filósofos
se ocuparon muy poco del problema del conocimiento,
concentrándose preferentemente en el estudio de la fisis o
naturaleza, del cosmos, como le llamarían al universo ordenado y
sujeto a leyes en que vivimos. No fue hasta las obras de Platón y
luego de Aristóteles, cuando los filósofos comenzaron a ocuparse
de una cuestión aparentemente marginal pero que resultó después
muy importante: ¿Cómo conocemos? No obstante, salvo el
desarrollo de la lógica por Aristóteles, fue poco lo que los filósofos
de la antigüedad aportarían para responder a esta pregunta.
Durante la Edad Media, los teólogos, más que propiamente
filósofos, estuvieron más ocupados por darle un fundamento
racional a la religión cristiana, que por cuestiones relativas al
conocimiento.
Sería hasta la época moderna, a partir del Renacimiento y el
Humanismo, cuando los filósofos comenzaron a preocuparse por el
problema del conocimiento, y más concretamente, en la certeza, en
la verdad de lo conocido. Podemos decir que fue con la obra de
Descartes "El Discurso del Método", y con las obras de Francis
Bacón, cuando se da inicio serio al análisis de esta cuestión. Desde
esa época hasta la actualidad, el problema de la Gnoseología, de la
Epistemología y de la Metodología, han ocupado un lugar
destacado en la obra de todos los filósofos.
Veamos entonces de que se trata:
Como ya sabemos, la disciplina filosófica que se encarga del
estudio del conocimiento es la Gnoseología o teoría del
conocimiento, en sentido general, de la que se desprende más
tarde la Epistemología, que trata de los problemas específicos del
conocimiento científico, y la Metodología, que estudia los métodos y
técnicas que se emplean para obtener conocimientos.
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Los problemas de que se encarga la Gnoseología se refieren a la
esencia del conocimiento, el origen del conocimiento, la posibilidad
del conocimiento y los tipos de conocimiento.
Abordemos a continuación cada uno de ellos:
2.1 La Esencia del conocimiento.
Para entender correctamente el problema del conocimiento,
comencemos por establecer los elementos necesarios para que el
conocimiento sea posible, sin perder de vista que la pregunta
fundamental que queremos responder es ¿qué es el conocimiento?
Acompañada de esta otra: ¿cómo se lleva a cabo el proceso del
conocimiento?
Podemos adelantar que conocer es tener noticia, datos, información
sobre qué es, cómo es y porqué es aquello que estamos
conociendo. Es decir, conocer es obtener datos acerca de la forma,
estructura, características, cualidades y propiedades del objeto de
nuestro interés, así como de la relación que dicho objeto tiene con
otros objetos y con el hombre a través de su historia. Estos datos
llegarán a nuestra conciencia, los razonaremos y guardaremos en
nuestra memoria, y desde luego, los pondremos en práctica.
Pues bien, para que esto sea posible se requiere que exista antes
que nada:
Un Sujeto Cognoscente, es decir, el sujeto que conoce, que no es
otro que el ser humano, dotado de razón y de conciencia y
Un Objeto del Conocimiento, es decir, la cosa, fenómeno o
proceso que queremos conocer, vale decir, todo el mundo que nos
rodea, incluyendo al propio ser humano y su sociedad.
Además de esto, como CONDICIONES DEL CONOCIMIENTO no
sólo es necesario que exista un sujeto y un objeto, sino que es
necesario también que estos entren en relación, que se pongan en
contacto, suceso que ocurre, fundamentalmente, en la actividad
productiva.
Para conocer, el sujeto cognoscente cuenta con ciertos MEDIOS
DEL CONOCIMIENTO, que son:
45
Los medios humanos, es decir, las facultades humanas de
sensibilidad y percepción de la realidad que lo rodea: los sentidos
de la vista, el oído, el tacto, el olfato, el gusto y la razón, que
organiza e interpreta la información así obtenida…
Los medios físicos, es decir, las herramientas e instrumentos que el
hombre crea para facilitar el conocimiento: instrumentos de
medición, de cálculo, de peso, de observación, como el telescopio,
el microscopio, la regla métrica, la balanza, etc., todo un arsenal
técnico creado por el hombre, desde una lente hasta un microchip.
Los medios metodológicos, esto es, los procedimientos lógicos y
técnicos por medio de los cuales operamos dichos instrumentos y
las operaciones lógicas que necesitamos para razonar
correctamente y seguir una secuencia coherente de investigación.
Con estas condiciones dadas, podemos, ahora sí, abordar el
problema de la esencia del conocimiento, que parte de esta
cuestión: ¿qué es lo fundamental en el proceso del conocimiento?
La respuesta es: lo fundamental es la relación entre el sujeto y el
objeto, terreno en el cual, por cierto, se han debatido las distintas
corrientes, ideas, teorías y concepciones del mundo de la filosofía.
Racionalistas y mecanicistas, idealistas y empiristas, realistas y
materialistas, positivistas y marxistas, todos tienen su opinión
acerca de cómo es esta relación esencial entre el sujeto
cognoscente y el objeto del conocimiento.
Para hacer más comprensible el problema, de entre tantas teorías
haremos una síntesis y reduciremos a tres modelos básicos la
relación sujeto-objeto:
Primer Modelo, Idealista.
Este primer modelo representaría a todas las corrientes idealistas
del conocimiento a partir de Platón. Como recordarán, para este
gran filósofo existían dos mundos: el mundo material, imperfecto,
mutable, transitorio, reflejo y proyección del otro mundo, y el mundo
de las ideas, perfecto, eterno, real y luminoso. De esta concepción
se desprende la representación del mundo en que vivimos como un
producto de la mente, o mejor dicho, de la conciencia intelectiva del
hombre, que podemos esquematizar así:
46
SUJETO ------------------ OBJETO
Donde en la relación sujeto-objeto predomina el papel del sujeto, el
cual es activo, reflexivo y productor de las ideas, dejando al objeto
en una reproducción más o menos obscura y defectuosa, pasiva e
imperfecta. El defecto de este modelo, aparte de no aclarar donde
existe este mundo de las ideas, ni como las obtenemos al nacer,
reside en que es unilateral, es decir, sólo desarrolla el lado activo
del sujeto y deja sin desarrollar el papel del objeto. Por eso en el
esquema subrayamos al sujeto.
Segundo Modelo, Materialista Mecanicista.
Este segundo modelo representaría a todas las corrientes del
realismo y del materialismo. Según Aristóteles, el hombre no poseía
ninguna idea sobre el mundo al nacer, nuestra mente y conciencia
estarían en blanco, vacías, y sería la experiencia del diario vivir la
que se encargaría de ir llenando el vacío con los datos que nuestros
sentidos nos revelarían sobre el mundo sensible. Posteriormente,
en la época de Bacón, Descartes, Galileo, etc., cuando se empieza
a desarrollar la industria y el maquinismo, esta concepción
adoptaría una variante mecanicista que corresponde a la época en
que al mundo y al hombre se les veía como una máquina. Esta
teoría se podría esquematizar así:
SUJETO --------------- OBJETO
Donde en la relación sujeto-objeto predominaría el objeto, el cual
impresionaría el aparato perceptivo del sujeto, reflejando en su
conciencia al objeto, algo parecido a como operaria un espejo o una
cámara fotográfica. El objeto impacta nuestros sentidos y nuestra
conciencia realiza una copia o reproducción mecánica del objeto.
Según este modelo, el sujeto sería un ser pasivo, únicamente
contemplativo, que con sólo observar (ver, oír, tocar, etc.) al objeto,
se formaría una idea de él. Por su parte, el objeto sería el que
tendría el papel activo al impresionar con su presencia nuestros
sentidos. El defecto de este modelo es que, en definitiva, el hombre
no es una máquina, sino un organismo muy complejo, además de
que para nada es un ser contemplativo y pasivo, sino todo lo
contrario, es un ser activo e inquisitivo. Es un modelo que peca de
47
simplista y es también unilateral, pues carga el peso del proceso en
un solo lado de la relación, en el objeto, dejando al sujeto en calidad
de mero espectador del mundo que lo rodea. Por eso en el
esquema subrayamos al objeto.
Tercer Modelo, Dialéctico Materialista.
Según este tercer modelo, en la relación sujeto-objeto no predomina
ninguno de los dos términos, sino que en su lugar lo que en realidad
se produce es una interacción e interconexión entre los dos y que
se podría esquematizar de la siguiente manera:
SUJETO ---------------------- OBJETO
Según este modelo, para la concepción dialéctico materialista el
conocimiento es el resultado de la interacción entre el sujeto y el
objeto. Para Karl Marx, el sujeto es un ser activo y no pasivo y
contemplativo, como lo caracteriza el mecanicismo; es un ser
activo, real, concreto, que vive y trabaja en una sociedad específica
y en un momento histórico determinable. Es activo, pero no en el
sentido del modelo idealista, según Platón o Kant, sino que es
activo, en el sentido de que trabaja, produce con su trabajo los
bienes necesarios para su subsistencia y reproducción, y sobre
todo, que en ese proceso productivo, transforma y modifica a la
naturaleza, lo que le permite conocer sus cualidades y propiedades,
a la vez que se transforma él mismo, dando lugar a la historia del
género humano y al conocimiento que el hombre tiene del hombre.
El conocimiento pues, es el resultado de la actividad del sujeto.
¿Pero qué decir del objeto? Para el materialismo dialéctico el objeto
también es activo, en el sentido de que el universo, el mundo, la
naturaleza, está en movimiento, en constante cambio, proceso que
estudia la física, la geología, la química y la biología, por ejemplo, y
en ese movimiento viene a afectar y modificar sustancialmente la
vida del sujeto. Es decir, el objeto también transforma al sujeto. La
naturaleza es ciega, se dice, pero no por eso menos activa. Por eso
en el esquema subrayamos tanto al sujeto como al objeto y la flecha
que los une va en ambos sentidos. En conclusión, en el proceso de
mutua afectación y transformación, del sujeto sobre el objeto y del
objeto sobre el sujeto, en ese intercambio de mutuas
modificaciones, el hombre, sujeto cognoscente, en la praxis, conoce
al mundo, el objeto del conocimiento.
48
El lector, analizando los tres modelos, puede decidir cual es el más
convincente, señalando por qué, en la sección de ejercicios que
encontrará en el anexo al final del libro.
A continuación mencionaremos las distintas teorías que tratan de
resolver el problema de la esencia del conocimiento:
El Objetivismo: según el cual el objeto determina al sujeto; el sujeto
reproduce en su conciencia las propiedades del objeto. El
objetivismo se relaciona con el segundo modelo, mecanicista, del
conocimiento.
El Subjetivismo: funda el conocimiento humano en el sujeto; el
sujeto determina al objeto. El subjetivismo se expresa en el modelo
idealista del conocimiento.
El Realismo: reconoce la existencia independiente del objeto, haya
o no una conciencia que lo conozca.
El Idealismo: sustenta la tesis de que no hay cosas reales,
independientes de la conciencia. Sólo es real la idea.
El materialismo: sustenta la tesis de que el universo entero está
compuesto, fundamentalmente, de materia, y de que el hombre, con
su razón y su praxis, puede conocerlo y conceptualizarlo, es decir,
expresarlo en ideas.
2.2 EL Origen del conocimiento.
En la sección anterior tratamos la cuestión sobre "cual" es la
esencia del conocimiento, el aspecto central del proceso
cognoscitivo. Ahora le toca el turno al problema de "cómo" se da
este proceso, es decir, donde reside la fuente u origen del
conocimiento en el sujeto cognoscente, pues es evidente que el
conocimiento parte de hay un mundo por conocer, pero, cómo es
que el sujeto puede hacerlo.
Existen dos respuestas básicas: para unos el origen o fuente del
conocimiento en el hombre, es la razón, pues es gracias a ella que
el objeto puede hacerse consciente de su entorno y de su
49
participación en él, ordenar las impresiones recibidas y clasificar,
definir y entender el conocimiento así obtenido.
Para otros, la fuente u origen del conocimiento está en la
experiencia, pues, si ni hubiera datos recogidos por nuestros
sentidos acerca del mundo sensible que nos rodea, ¿con qué
material trabajaría la razón? Para que la razón de cuenta de las
cualidades del mundo exterior, primero deba tener datos,
información, y esta se obtiene primero y antes que nada, por medio
de la empiria o experiencia.
Pues bien, ya tenemos a los dos bandos principales en acción. A
los que afirman que la razón es la fuente u origen del conocimiento
se les llama Racionalistas, con René Descartes a la cabeza.
A los que afirman que la experiencia es el origen del conocimiento
se les llama Empiristas, con David Hume como su exponente más
desarrollado.
Veamos brevemente los argumentos de cada uno:
Para un racionalista como Descartes, el problema del conocimiento
fue siempre su dolor de cabeza principal, sin ironía, y es natural al
enterarse de su carácter acucioso y metódico. Para él, la gran
mayoría de los conocimientos que los filósofos de la antigüedad y la
Edad Media habían adquirido y sistematizado, santificado y
dogmáticamente aceptado, eran falacias y aproximaciones que
adolecían de una falta grave: la certeza. Desde su época de
estudiante le inquietaba la pregunta ¿cómo estar seguros de que lo
que sabemos es verdad? Llegó a una respuesta muchos años
después: no hay certeza alguna y todo es incertidumbre, y se
propuso como método, dudar de todo conocimiento anterior. Por lo
tanto, había que plantearse el asunto desde el principio. Así llegó a
su famoso razonamiento: puedo dudar de todo, más al dudar de
todo sólo de algo no puedo dudar y es de que estoy pensando en lo
que dudo, o dicho de otra manera, lo único cierto es que pienso y si
pienso es que existo, pues, si no existiera no podría pensar, ni
dudar, ni nada. Entonces, claro está, "si pienso, luego existo", su
famosa frase que en latín se lee: "cogito ergo sum". Por lo tanto, lo
único cierto y verdadero, que no deja lugar a dudas es el
pensamiento, la razón. Si esto es así, el origen de todo
conocimiento es la razón y asunto concluido. Mas tarde elaboró
todo un método para conocer racionalmente, que no dejara la
50
mínima posibilidad de duda, pero que desgraciadamente no es este
el lugar para exponer. Baste decir que estableció firmemente a la
razón como base del conocimiento. Descartes era francés.
Por su lado, los ingleses, más pragmáticos, le dieron una solución
diferente al problema, comenzando por John Locke, George
Berkeley y terminando con David Hume.
Según Hume, la cuestión se aborda completamente de otra manera:
no sabemos nada del mundo, por mucho que pensemos y
razonemos, mas que aquello a lo que soy sensible por medio de la
experiencia, que es lo que en latín significa la palabra empirismo. A
mi conciencia, decía Hume, sólo llegan sensaciones a las que
podemos llamar ideas. Estas ideas surgidas de mi experiencia
pueden ser simples o complejas, pero son, al fin de cuentas,
sensaciones, con las que nuestra razón construye una imagen del
mundo, es decir, una idea, compleja en este caso. ¿Qué sea el
mundo más allá de mis sensaciones? Eso nadie lo sabe salvo quizá
Dios, si es que existe, cosa que él no podía afirmar. Se podría decir
mucho más de la filosofía de Hume, pero aquí nos bastará con
saber que para él el origen del conocimiento estaba en la
experiencia que tenemos del mundo sensible.
¿Cuál de las dos teorías es la verdadera?
Trataremos de responder con un ejemplo: He aquí que un día muy
soleado caminamos por un claro del campo y tenemos mucho calor
y estamos cansados; llegamos a una gran roca en la que podemos
reposar y nos sentamos... ¡Pero nos paramos de inmediato! ¡La
roca está muy caliente! Entonces nos preguntamos ¿Por qué está
caliente la roca?
¿Cómo respondemos, en base al racionalismo o en base al
empirismo? Analicemos el problema con más detenimiento.
En primer lugar ¿cómo supimos que la piedra estaba caliente?
Desde luego que no fue con la razón, sino con la sensación
quemante de la piel, es decir, por medio de la experiencia: por lo
tanto, podemos afirmar que para darme cuenta de cómo son las
cosas, necesito de la experiencia: la piedra está caliente porque la
siento y la comparo con la sensación contraria, lo frío. Sin embargo,
eso no responde la pregunta inicial: ¿por qué está caliente la
piedra?
51
Tenemos, en segundo lugar, que la experiencia no me sirve para
responder el por qué de las cosas, pues en tal caso sólo es útil mi
razón. Entonces pienso, relacionando dos fenómenos muy
diferentes: por un lado la piedra que no se calentó por sí sola, cosa
que se por experiencia, por otro lado está el sol, fuente de luz y de
calor, que también se por experiencia es capaz de calentar las
cosas que le están expuestas. Entonces, la piedra expuesta a los
rayos del sol está caliente porque el sol la calentó. Problema
resuelto, pero resuelto con mi razón que relacionó dos fenómenos
diferentes. Conclusión: la experiencia me permite conocer el cómo
de las cosas; la razón me permite conocer el por qué son las cosas,
o planteado de otra forma, si pregunto cómo es algo, responderé
con la experiencia, pero si pregunto por qué acerca de algo,
responderé con la razón, aunque para un conocimiento completo
necesito a las dos juntas e interrelacionadas en un todo dialéctico:
la respuesta al cómo y al porqué de las cosas.
Ahora ya pueden trabajar juntos los racionalistas y los empiristas sin
pelear y discutir inútilmente.
Resumiendo lo dicho, presento enseguida las principales posiciones
filosóficas que abordan el problema del origen del conocimiento:
El Racionalismo. Posición que sostiene que la Razón es la fuente
principal del conocimiento.
El Empirismo. Posición que sostiene que la Experiencia es la fuente
principal del conocimiento.
El Apriorismo. posición idealista emparentada con el racionalismo y
que sostiene, por pluma de Kant, que el conocimiento es una
construcción subjetiva que el hombre realiza en base a ciertas
categorías e ideas que posee ya de una forma innata, es decir, a
priori, lo que significa "anterior a la experiencia" (por lo que a
posteriori significa "después de la experiencia").
El Materialismo Dialéctico. Posición que sostiene que el
conocimiento requiere tanto de la razón como de la experiencia,
según queramos saber cómo son las cosas, o por qué son las
cosas. En última instancia, es la praxis, la unión de la teoría y la
práctica, la razón y la experiencia, la fuente u origen del
conocimiento.
52
2.3 La Posibilidad del conocimiento.
Hemos hablado ya de la esencia del conocimiento y de su origen, y
llegado a algunas conclusiones importantes y pareciera que ya está
todo dicho. Y sin embrago aún podemos preguntar: ¿es posible el
conocimiento? En realidad ¿podemos saber algo acerca del mundo
en que vivimos, o nuestros conocimientos no son más que ilusión y
fantasía? La pregunta es tentadora y pareciera que puede ponernos
en problemas, sobre todo cuando grandes filósofos como Kant,
sostienen que la esencia del mundo, "la cosa en sí", es imposible
conocerla y que sólo podemos conocer el aspecto superficial de las
cosas; pero no nos dejaremos atrapar, pues ya estamos alertados:
el conocimiento se comprueba llevándolo a la práctica, socialmente,
en la industria, en la agricultura, en el laboratorio, en la vida diaria y
su expresión actual más típica es la tecnología, sobre todo, en la
electrónica y la genética, es decir, la física y la biología. Y aunque
nos parezca algo natural, como veremos, han existido distintas
posiciones filosóficas acerca de esta cuestión, que van desde
considerar al conocimiento como algo obviamente posible, hasta su
total negación. Veamos estas teorías sobre la posibilidad del
conocimiento.
El Dogmatismo. Es la doctrina que da por hecho que el
conocimiento es posible, que ni siquiera se cuestiona que este se
pueda lograr. Considera el conocimiento como un proceso natural.
Se le llama Dogma a todo aquel conjunto de creencias que se
profesan en una religión, es creer en algo sin tener algún tipo de
demostración, por eso la palabra dogma se relaciona siempre con la
fe. Por extensión, se le llama dogmático a alguien que defiende una
idea o un principio filosófico sin poseer suficientes pruebas. En este
caso, el dogmatismo se está aplicando a los primeros filósofos
griegos, en la antigüedad, los cuales nunca pusieron en duda la
capacidad del hombre para conocer la realidad, pues consideraban
el conocer como una cualidad tan natural en el hombre como hablar
o caminar, aunque a mi me parecería mejor aplicarles el epíteto de
"ingenuos", pues ahora sabemos que el hombre requiere de un
largo y penoso periodo de aprendizaje y vivir entre humanos para
aprender a hablar y caminar, e, igualmente, para aprender a pensar.
De cualquier forma, el dogmatismo aquí aludido nos indica que en
los inicios de la filosofía y la ciencia, se consideraba la capacidad
cognoscitiva del hombre como algo incuestionable, natural y
53
perfectamente posible. Pero no fue siempre así, pues a la vuelta de
algunos cientos de años empezaron las dudas, lo que nos da paso
a la siguiente doctrina.
El Escepticismo. Es la posición filosófica que sostiene que el
conocimiento de la verdad es imposible, es decir, que no podemos
tener certeza de que el conocimiento sea verdadero, por lo cual es
siempre sólo probable, una aproximación siempre imperfecta, nunca
acabada, relativa y parcial, por lo que la verdad "absoluta" no existe
ni podrá existir nunca.
La palabra escepticismo significa dudar y como ya vimos, se inicia
como doctrina filosófica con Descartes, aunque ya siglos antes, en
el escolasticismo medieval, se ponía en duda que fuera el hombre,
con su observación y razón, el que lograra el conocimiento,
hablándose más bien de que lo que en realidad sucedía era que el
hombre recibía "una revelación divina", que como don de Dios, le
permitía hacerse consciente de algo. Con Descartes, esas ideas ya
han sido superadas, aunque no así la duda en la posibilidad del
hombre de conquistar la verdad sobre el mundo.
En su posición más extrema, el escepticismo se convierte en franco
agnosticismo, el cual niega rotundamente que el hombre pueda
conocer algo, o en un agnosticismo relativo como el de Kant, que
sostenía que sólo conocemos de las cosas su apariencia externa, o
fenómeno, pero nunca su esencia interna o noúmeno, pues el
entendimiento humano tiene límites y solo elabora lo que le llega vía
los sentidos, es decir, todo lo sabemos por medio nuestro, no
sabemos lo que las cosas son sin nosotros sentirlas. Cómo es un
árbol no pensado ni sentido por los hombres, no lo sabemos ni lo
podremos saber nunca.
Sea como fuere, nunca estará de más una dosis de escepticismo en
nuestro acercamiento al conocimiento, aunque solo sea para ser
críticos y no aceptar fácilmente cualquier idea u opinión hasta tener
suficientes pruebas de su veracidad. El escepticismo será negativo,
por el contrario, si empezando por dudar de algo, acabamos por
dudar de todo, y perder así toda seguridad en los conocimientos
bien fundados. Por otro lado, el escepticismo es acertado al afirmar
que no existe una verdad absoluta, lo cual es siempre un buen
antídoto contra el dogmatismo.
54
El Pragmatismo. Aunque el pragmatismo no es propiamente una
doctrina filosófica, sino una política cultural de los países
capitalistas globalizados, lo mencionamos aquí porque es la triste
opinión de mucha gente, sobre todo entre los empresarios.
Pragmático significa útil, funcional. Y el pragmatismo entonces
sostiene que el conocimiento es verdadero sólo cuando es "útil" o
sirve para algo, y falso cuando es "inútil", entendiendo aquí por útil
aquello que permite ganar dinero o poder político. El problema
central del pragmatismo, de donde se desprende su falsedad
filosófica, es que desplaza el problema de la posibilidad del
conocimiento y de su verdad, del terreno de la gnoseología al de los
valores, pues el concepto de utilidad es un valor y no una categoría
gnoseológica, por lo que el concepto de verdad ya no tiene nada
que ver con la relación sujeto-objeto que ya analizamos, sino con
una supuesta utilidad que puede significar lo que usted quiera...
El Materialismo Dialéctico. Es la doctrina filosófica, por último, que
sostiene que el conocimiento es posible y que la verdad del
conocimiento se demuestra y comprueba en la praxis o práctica
productiva social del hombre, donde al ponerse en práctica los
conocimientos que tenemos, estos son refutados o confirmados por
la realidad. Sostiene que la verdad es siempre relativa y parcial,
históricamente limitada y que la verdad absoluta es imposible. En
base al tercer modelo del conocimiento que analizamos más atrás
podemos concluir que entenderemos por verdad la correspondencia
entre las propiedades que el objeto del conocimiento posee y las
ideas que acerca de este se forma el sujeto cognoscente. Si hay
concordancia, el conocimiento será verdadero, si no hay
concordancia, no habrá conocimiento, sino ilusión, confusión o
franco y simple error. Recordemos que el conocimiento falso no
existe, El conocimiento, o es verdadero o no es conocimiento, sino
error. Por ejemplo: si tomo una piedra y digo: "al soltar la piedra
esta se elevará por los aires", y después al soltarla esta cae
pesadamente al suelo, será obvio que no hay concordancia entre el
objeto y el sujeto y que por tanto la afirmación "las piedras se
elevan por los aires por su propio impulso" será falsa y un craso
error que tendré que corregir con nuevas observaciones y nuevas
proposiciones mas acordes con los hechos observados.
55
2.4 Los Tipos de conocimiento.
Abordemos, por último, el problema de los tipos de conocimiento,
que es el menos problemático de todos. Resulta claro que la
filosofía y sus derivados modernos, las ciencias particulares, no son
las únicas formas de conocer el mundo con que cuenta el ser
humano. Si partimos de definir el conocimiento como la adquisición
de datos, información o noticia del mundo en que vivimos por medio
de la experiencia, datos que llegan organizados por la razón a
nuestra conciencia, nos veremos forzados a reconocer varias
formas de conocimiento: el conocimiento sensible; el conocimiento
racional; el conocimiento intuitivo; el conocimiento estético; el
conocimiento místico e incluso, pues se han dado casos muy
famosos, el conocimiento onírico (cuando un sueño nos revela un
descubrimiento o llegamos a saber algo que ignorábamos en estado
de vigilia). Es verdad que no están muy bien estudiados y
diferenciados y algunos no han sido indagados en lo más mínimo,
por lo cual, para fines de este libro, reconoceremos los siguientes
tipos de conocimiento:
El conocimiento religioso (místico, intuitivo).
El conocimiento artístico (sensual, estético).
El conocimiento común (sensible, cotidiano).
El conocimiento científico (lógico, racional).
El conocimiento filosófico (racional, intuitivo).
Para los fines de este libro nos ocuparemos tan sólo del
conocimiento científico y común, por ser los más típicos, del
filosófico ya hemos hablado lo indispensable y dejamos el
conocimiento religioso y el artístico para mejor ocasión.
El conocimiento común, por su parte, es el conocimiento que todas
las personas obtenemos por medio de la experiencia en el
transcurso de cada día, para las tareas más simples y comunes y
por nuestros propios medios, ayudados por nuestros padres en
nuestra infancia, por maestros y amigos ya mayores y por la
televisión, el cine, la radio y la internet el resto de nuestra vida,
56
(desgraciadamente los libros no forman parte de los hábitos de la
mayoría de la población, la cual prefiere ver la tele, que requiere
menos esfuerzo, que leer; o también porque no tiene dinero,
aunque es justo decir que hay libros mucho más baratos que una
botella de ron o un juego para computadora).
El conocimiento común o vulgar (de vulgo= pueblo) es por tanto el
conocimiento que obtenemos en nuestra vida diaria y que nos
enseña a hablar, abrocharnos los zapatos, cruzar las calles, tomar
el camión, usar la estufa, manejar un auto, etc. Es, como su nombre
lo indica, el conocimiento práctico que el común de la gente obtiene
para manejar los objetos de la tecnología casera diaria y que nos
permite jugar, trabajar, transportarnos, comunicarnos y convivir con
los demás. Añadiríamos los conocimientos que obtenemos, de
manera superficial, confusa e incompleta por medio de la prensa, la
radio y la televisión y que nos permite opinar sobre cuestiones de
las que no entendemos realmente nada. (El caso del internet es
diferente, pues está en sus inicios y sus posibilidades son enormes
para almacenar y transmitir información sobre la más extensa gama
de temas). El conocimiento común, por tanto, es el conocimiento
práctico de valor inmediato para la vida diaria.
El conocimiento científico, por otra parte, aunque surge de inicio del
conocimiento común, se eleva sobre este, se especializa, se
profundiza y sus características se tornan muy diferentes: es el
conocimiento que obtenemos con muchos años de esfuerzo en las
aulas de las universidades, en las bibliotecas leyendo cientos de
libros y en los laboratorios y talleres realizando múltiples
investigaciones y experimentos, trabajos de campo, encuestas y en
fin, un sin número de ensayos, memorias, resúmenes y notas de
mediciones, cuantificaciones y un etcétera muy largo.
Es un conocimiento especializado, sistematizado, que desarrolla un
lenguaje preciso, generalmente matemático, demostrable,
susceptible de comprobación experimental y que además de ser
práctico, es teórico, y su finalidad, al igual que la filosofía, es
explicar racionalmente la realidad en que vivimos, además de
pretender ser predictiva, anticipándose a los hechos, tanto naturales
como sociales, para beneficio de los hombres.
Con el fin de sintetizar en un cuadro comparativo las características
de ambos tipos de conocimiento presentamos el siguiente
esquema:
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TIPOS DE CONOCIMIENTO
CONOCIMIENTO COMUN
* Subjetivo:
*Responde sólo al cómo de las cosas.
* Es práctico.
* Es inexacto.
* Usa un lenguaje vulgar.
* Es válido sólo para algunos.
* Se basa en la fe o en el principio de
autoridad.
* Se adquiere al azar.
CONOCIMIENTO CIENTIFICO
* Objetivo:
* Responde al cómo y al por qué de las
cosas.
* Es práctico y teórico.
* Es preciso.
* Usa un lenguaje especializado.
* Es universal.
* Se basa en la comprobación
experimental.
* Se adquiere siguiendo un
método.
* Es predictivo.
2.5 Relación entre filosofía, ciencia e ideología.
He dejado para el final, la diferencia entre conocimiento científico,
filosofía e ideología, entendida esta última en su significado
marxista de "falsa conciencia".
De las diferencias y similitudes entre la ciencia y la filosofía, que se
circunscriben a la cuestión del método y los propósitos, ya hemos
hablado en el primer capítulo, por lo que no es necesario volverlo a
mencionar aquí, centrándonos preferentemente en la ideología.
Ya desde los tiempos de Francis Bacón, en el siglo XVIII, este
decía, en su obra "El nuevo organón", que existían ideas, prejuicios,
intereses y obstáculos de todo tipo que se interponían en el avance
del conocimiento científico y que denominó "ídolos". La ciencia
debía desechar estos ídolos o ideas falsas sobre las cosas para
poder llegar al verdadero conocimiento.
Más tarde, en la Ilustración, filósofos y pensadores como Diderot,
Montesqueu, Rousseau, D´Alambert y otros, opinaban, en su lucha
contra el feudalismo, representado por la aristocracia monárquica,
que esta se fundaba sobre una serie de ideas erróneas y falsas que
58
sin embargo mantenían como verdaderas a fuerza de autoridad y
poder, pues así convenía a sus intereses de clase. El ejemplo típico
es la creencia, que la aristocracia inventó y la iglesia difundía, de
que los reyes eran elegidos en base a un "derecho divino", y que
por lo tanto los reyes lo eran por voluntad de Dios. Los
enciclopedistas y revolucionarios ilustrados del siglo XVIII lucharon
contra este embuste que mantenía al pueblo ignorante, en la
sumisión.
Posteriormente, en el siglo XIX, un periodista francés llamado
Fernando Gastón Antonio Detust de Tracy, introdujo el término
"ideología" en sus escritos. Para él la ideología era todo conjunto de
ideas, mas o menos coherentes, que sostenía un individuo o un
partido político, dándole al término el sesgo de ideas falsas o no
bien sustentadas, que se mantenían por simple interés político o
económico, aunque la palabra degeneró y llegó a significar
simplemente las ideas que defiende una persona, una institución,
un partido, un estado, un gobernante, cualquier persona de la calle.
Después se amplió y se designó como ideología incluso al conjunto
de tesis y teorías defendidas por un filósofo o un científico. Este es
el sentido general en que se le usa comúnmente hoy en día.
Sin embargo, fue Karl Marx el que le dio su significado filosófico, e
incorporó el término "ideología" como una categoría científica del
materialismo histórico. Según este, la ideología es el conjunto de
ideas, intereses y valores que defiende la clase dominante en una
sociedad, aún sabiendo que son falsos, con el objeto de
enmascarar la realidad, ocultar las verdaderas características
sociales de opresión y explotación y así poder legitimar su
dominación y ayudar a que el sistema económico y político en que
dominan se reproduzca. Es un término aplicado sobre todo a la
sociedad capitalista moderna. Según Marx, la ideología de la clase
dominante se difunde a través de los órganos de estado: gobierno,
tribunales, ministerios, juzgados, escuelas, y de los medios de
información: prensa, radio, cine, etc., para llegar al pueblo oprimido
y convencerlo de que la realidad social es como la clase dominante
dice y no como el pueblo experimenta que es, propagando, por
ejemplo, las ideas de que el capitalismo ha existido siempre, que es
el mejor sistema posible, que siempre existirían pobres y ricos, que
las revoluciones son inútiles, que la explotación del pueblo se debe
a la maldad "natural" del hombre, que en la sociedad siempre triunfa
el más fuerte, sin importar los medios que use y una serie de
barbaridades más, que a pesar de su falsedad manifiesta, la gente
59
va repitiendo por ahí sin saber lo que dice. En realidad lo que la
clase
dominante
(políticos,
empresarios,
terratenientes,
comerciantes, banqueros) hace con la propagación de esas ideas
es tergiversar la realidad social, ocultarla a los ojos del pueblo,
proponer explicaciones falsas de los hechos sociales y así poder
continuar su dominación, evitando que el pueblo trabajador tome
conciencia de las causas reales de su miseria moral y económica y
se revele. La ideología sería entonces, en sentido marxista, el
conjunto de ideas, prejuicios, valores, intereses y procedimientos de
la clase dominante, que esta difunde para ocultar la realidad,
legitimar su poder y reproducir el sistema, logrando crear entre el
pueblo una "falsa conciencia" que le impediría ver la realidad tal
como es, adquirir conciencia de clase y luchar contra el opresor por
todos los medios, pacíficos o violentos.
En este sentido, la ideología sería contraria a la filosofía y la ciencia,
pues, mientras estas últimas quieren descubrir la verdad, la primera
quiere "encubrir" la realidad. Por eso son opuestas, a menos, claro,
que el filósofo y el científico estén a sueldo de la clase dominante y
que en sus obras, en lugar de decir la verdad, utilicen el lenguaje
científico para ocultarla o tergiversarla, volviendo el panorama
oscuro y confuso, que los hay. Pero si no es así y el científico y el
filósofo son honestos, en sus obras se opondrán siempre, aún sin
saberlo o quererlo, a la ideología dominante.
Para comprenderlo mejor podríamos establecer lo siguiente:
¿Qué es la filosofía? Es el conocimiento racional del mundo que el
hombre logra con la observación, la reflexión y el pensamiento
lógico.
¿Qué características posee? Es racional, sistemática, universal y
radical.
¿Qué es la ciencia? Es la explicación racional y objetiva de la
realidad, ya sea natural o social.
¿Qué es la ideología? Es el conjunto de ideas que defiende la
clase dominante para reproducir su dominio.
¿Qué significa el término ideología? Hay dos acepciones marxistas:
La acepción epistemológica dice que es una falsa conciencia de la
realidad. La acepción sociológica que afirma que oculta la realidad,
60
legitima la dominación de la clase dominante y reproduce el sistema
en que domina.
Tenemos entonces que la función de la legitima filosofía y el
autentico saber científico, es revelar la realidad, buscar la verdad,
encontrar las causas de los hechos sociales y naturales, dándole al
hombre las herramientas para construir un mundo humano cada vez
mejor y más justo, y desde luego, luchar contra la demagogia
ideológica de los líderes políticos del capitalismo globalizado que se
escudan en la terminología científica y tecnológica para hacer la
guerra, explotar al pueblo trabajador de todo el mundo y
enriquecerse a costa de la pobreza y el hambre de los pueblos que
dominan.
61
CAPITULO TERCERO.
ELEMENTOS DE LOGICA.
Como vimos en el primer capitulo de este libro, que no es más que
una visión panorámica de la filosofía en su conjunto, los primeros
filósofos se mostraron interesados, preferentemente, por el cosmos,
por ese universo maravilloso y extraño en el que vivimos, que
comprende el movimiento de los astros iluminados en la noche,
como diamantes sobre un inmenso paño negro, la diversidad
increíble de la naturaleza y los afanes de los hombres en su efímera
vida.
Sin embargo, no fue sino hasta Sócrates cuando el objeto de
estudió de los filósofos dio un giro radical, y de la fisis, se pasó al
estudio del hombre, el ser social, perteneciente a una comunidad,
con responsabilidades políticas y familiares. Sócrates, en pocas
palabras, se desentendió de la naturaleza y se centró en el hombre,
sobre todo en su conducta moral, por algo es considerado el padre
de la Ética, como veremos en su momento.
Sócrates fue el maestro callejero e informal del brillante joven
Aristócles, mejor conocido por su apodo de Platón, el cual fue a su
vez maestro más formal, en su Academia, del joven Aristóteles, la
primera mente enciclopédica de la historia.
Aristóteles se interesaba por todo, incursionó en muy diversos
campos de estudio y fundó y le dio nombre a una gran variedad de
ciencias que se cultivan hasta nuestros días. Era astrónomo,
matemático, naturalista, biólogo, químico, político y lógico, que es lo
que aquí nos interesa, además de historiador del conocimiento
alcanzado hasta su época y sistematizador del conocimiento
existente. Y aún así, todavía se dio tiempo para ser maestro del hijo
del rey de Macedonia, Alejandro Magno, y escribir decenas de
libros.
Entrando a nuestro tema, debemos decir que no fue él quien inició
los estudios de lógica, sino Parménides, pero sí fue el que la
sistematizó y desarrolló.
62
Desde luego que el ser humano desde tiempos prehistóricos
antiquísimos ya pensaba lógicamente, pero no lo sabía, pues
realizaba sus razonamientos de una forma espontánea y acuciada
por las necesidades, a pesar de su fantasía inquieta y la creación
de mitos y leyendas fantásticas. ¿Y no hasta hoy en día existen
novelistas, cuentistas y cineastas que crean obras de ficción
maravillosas? ¡Claro que sí! Y esas leyendas, mitos y obras son
perfectamente lógicas, es decir, coherentes, a pesar de ser
fantasía.
La maravilla de Aristóteles, influenciado por Sócrates, a través de
Platón, su gran maestro, es que por primera vez se hizo este
planteamiento: el hombre conoce el mundo por medio de la razón,
pensando, solo que ¿cómo pensamos? Es decir, fue el primero que
pensó en el pensamiento, y en cómo podría estructurarse este.
De este modo enfocó su talento al nuevo problema y decidió
averiguar cómo pensamos los seres humanos. ¿El resultado? "El
Gran Organón", o tratado de lógica, que escribió como resultado de
sus estudios. En este capítulo daremos un repaso general a los
elementos fundamentales de la lógica formal o aristotélica, por ser
necesarios para la comprensión del mundo y el avance a formas de
pensamiento más desarrolladas.
3.1 Función e importancia de la lógica.
El estudio de la lógica nos permite desarrollar un pensamiento
correcto, aunque no necesariamente verdadero. Pensemos en que
lo que le interesaba a Aristóteles, como a cualquier científico y
filósofo de nuestros días, era evitar errores en sus ideas, y por la vía
de un razonamiento preciso, tener más posibilidades de llegar a la
verdad de un conocimiento cualquiera. La lógica permite eso
precisamente.
Por lo tanto, su función consiste en evitar errores y contradicciones
en nuestros razonamientos, haciéndolos más claros y precisos,
sirviéndonos de guía en el camino de la investigación de cualquier
hecho o proceso de la realidad. En el fondo, la lógica no es más que
el método de investigación aplicado en un caso concreto de
conocimiento, aunque el desarrollo de la metodología como
63
disciplina gnoseológica será
posteriores.
labor
de
filósofos
de
épocas
De ahí que la importancia de la lógica sea obvia: facilitar la labor del
científico y el filósofo en su investigación de la realidad.
3.2 Definición de Lógica.
La palabra "lógica" proviene de dos palabras griegas: logos, que
significa en este contexto pensamiento, y el sufijo iké, que significa
relativo a. Por lo que, etimológicamente, lógica significa
"pensamiento sobre el pensamiento", y en la acepción correlativa de
logos, que también significa estudio, tratado, ciencia, sería: "ciencia
del pensamiento", que es la definición que nos interesa.
3.3 Las formas del pensamiento.
Aristóteles, abocado al estudio del pensamiento, descubre algo muy
importante: el pensamiento, objeto de la lógica, se compone de dos
partes: la Forma y el Contenido.
El contenido del pensamiento es todo aquello en que pensamos,
todo lo que ocupa nuestra atención en un momento dado, ya sea lo
que deseamos, lo que imaginamos, necesitamos, añoramos o
esperamos. El contenido del pensamiento puede ser virtualmente
infinito, pues es todo aquello que pasa por nuestra mente. Las
causas por las cuales pensamos algo determinado son de carácter
psicológico. Se dice que el que hambre tiene en pan piensa. Por lo
tanto, el contenido del pensamiento es objeto de otra ciencia
diferente de la lógica, la psicología, que estudia entre otras cosas,
las motivaciones de nuestros pensamientos. Por eso a la lógica no
le interesa el contenido del pensamiento.
La forma del pensamiento se refiere a cómo pensamos lo que
pensamos, es decir, la estructura que tienen nuestros
pensamientos. Hagamos un símil. Sabemos que el agua no tiene
forma, adquiere la forma del recipiente que la contiene. De igual
manera, podríamos imaginar que nuestros pensamientos son un
fluido que no tiene forma alguna pero que al ser pensados
64
adquieren la forma de ciertas estructuras, que Aristóteles llamó
"Formas del pensamiento". Esto sí le interesa a la lógica, por lo cual
se llama también Lógica Formal.
La lógica formal es entonces la ciencia que estudia las formas del
pensamiento, analizadas desde el punto de vista de su estructura.
Como es una ciencia normativa, como la gramática, también
podemos decir que la lógica es la ciencia de las reglas que se deben
seguir para obtener un pensamiento correcto, igual que tenemos que
observar las reglas de la gramática para escribir correctamente.
Aristóteles, investigando las formas del pensamiento, llega a la
conclusión asombrosa de que el número infinito de cosas que
podemos pensar lo hacemos sólo en base a tres formas del
pensamiento, que son:
El concepto.
El juicio.
El razonamiento.
Vemos en qué consiste cada uno de ellos.
El concepto.
El desarrollo de la idea de "concepto" es una de las contribuciones
más notables en la historia del pensamiento, pues resulta, valga la
redundancia, un concepto básico.
El concepto es la unidad mínima del pensamiento, algo similar a los
ladrillos necesarios para construir una casa. Por concepto
entenderemos un pensamiento acerca de las propiedades de un
objeto, una síntesis del conocimiento, adquirido a través de miles de
años, de las múltiples características de un objeto, condensada en
una idea.
Así, cuando enunciamos el concepto "árbol", estamos significando
el objeto designado con ese nombre, más todas sus propiedades y
características: forma, tamaño, consistencia, color, etc., sin
mencionarlas todas, pues el concepto ya las implica.
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La expresión verbal del concepto, es el nombre con que
designamos los diferentes objetos que nos rodean.
Los conceptos nos sirven para identificar un objeto de otros y a la
vez para diferenciarlo de otros objetos parecidos. No es lo mismo la
nieve que el hielo, un arbusto que un árbol, una canica que un
balón, un hombre que un mono. Son parecidos, pero cada uno es
designado por su propio nombre, detrás del cual se encuentra su
concepto.
El Juicio.
Cuando en nuestra mente unimos dos o más conceptos,
comenzamos a "armar" ideas más complejas, que implican añadir al
objeto alguna de sus propiedades sobresalientes. No es lo mismo
decir: "ese objeto es un árbol", que "es un árbol hermoso", o "un
árbol frondoso". En el segundo caso se trata de un pensamiento
más completo porque estamos adjudicándole al simple concepto de
"árbol", una propiedad, una característica: "hermoso", "frondoso".
Pues bien, cuando hacemos eso, ya no estamos en el terreno de
los conceptos, sino que llegamos a otra forma del pensamiento, a la
que llamamos Juicio.
El juicio es un pensamiento en el que afirmamos o negamos algo de
algo, donde esto que se afirma o que se niega puede ser verdadero
o falso.
Los juicios están compuestos de conceptos que forman
proposiciones. Por eso, la expresión verbal del juicio es la
proposición. Todo juicio es una proposición, pero no toda
proposición es un juicio. Por ejemplo, la proposición imperativa
"¡cállate!" no es un juicio, al igual que la proposición interrogativa
"¿cómo te llamas?" tampoco lo es.
Veamos algunos ejemplos de juicios o proposiciones:
"El árbol es un ser vivo y es un vegetal"
"Si es una estrella entonces posee luz propia"
"El cuadrado no es un cubo"
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"X + 2 = 3"
"A + B = C"
El Razonamiento.
El razonamiento es la forma del pensamiento más completo, pues
está formado de conceptos, que a su vez forman juicios, que a su
vez se relacionan entre sí en diversa forma que veremos más
adelante.
El razonamiento es el pensamiento por medio del cual obtenemos
un conocimiento nuevo, inferido, a partir de otros conocimientos
adquiridos previamente.
La expresión verbal del razonamiento es el argumento, con el cual
explicamos, demostramos o defendemos una tesis, cualquiera que
esta sea.
Si vemos, por vía de ejemplo, salir humo de una casa, podemos
inferir que en esa casa algo se está quemando, aunque no veamos
el fuego, pues tenemos ya el conocimiento previo de que el fuego
produce humo. Si lanzamos una piedra al río, sabemos que esta se
hundirá, etc. El razonamiento nos guía en la vida práctica para
decidir que acciones llevar a cabo y cuales no, y en el pensamiento
teórico nos permite elegir los argumentos válidos y necesarios para
explicar determinados hechos. Sin embargo, el razonamiento por sí
mismo, independiente de la experiencia, puede hacernos caer en
errores. Por ejemplo, si lanzamos dos objetos de diferentes pesos
desde una altura determinada, podemos inferir que el objeto de
mayor peso caerá primero. Sin embargo, si esto lo llevamos a la
práctica en un experimento, veremos que no es así, ambos objetos
caen al mismo tiempo. Eso sucedió en la historia de la ciencia en la
época de Galileo Galilei, el cual se ocupó de poner en práctica
muchas conclusiones que los científicos obtenían antes por puro
razonamiento, sin ocuparse de probarlo mediante un experimento,
lo cual hacía caer a la ciencia en muchas tonterías: se creía que la
tierra era plana, que no se movía, que era el centro del universo,
que era el sol y los astros lo que se movían alrededor de la tierra,
que el movimiento de los astros era circular, que las especies
vegetales y animales no variaban, que la edad del mundo no
pasaba de cuatro mil años, etc. El razonamiento es entonces
67
necesario, pero no suficiente, pues tiene que ser corroborado por la
experiencia.
Ejemplo de un razonamiento:
"Todos los hombres son racionales"
"Juan es un hombre"
"Por lo tanto, Juan es racional"
*
"Todas las estrellas poseen luz propia"
"Nuestro sol es una estrella"
"Por lo tanto, nuestro sol posee luz propia"
Todos los días hacemos miles de razonamientos, de forma tan
espontánea, que ya no nos damos cuenta, pero en los hechos nos
permiten tomar decisiones continuamente:
"En los talleres mecánicos reparan autos, mi auto se descompuso,
por lo tanto llevaré mi auto al taller mecánico". "En la universidad se
estudia para abogado, yo quiero ser abogado, por lo tanto,
estudiaré en la universidad". "Trabajando se gana dinero, yo
necesito dinero, por lo tanto yo trabajaré", etc. No importa lo simple
o complicado del razonamiento, siempre partiré de unas premisas o
conocimiento antecedente, para llegar a una conclusión o
conocimiento consecuente, como veremos a continuación.
La forma lógica de los juicios y los razonamientos.
Lo importante de la lógica es que descubre, tanto en los juicios
como en los razonamientos, una forma o estructura, que es siempre
la misma, sea cual sea el contenido que expresan.
Ilustremos esto de manera concreta, viendo la forma lógica de los
juicios:
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Los juicios, como ya vimos, están constituidos por conceptos,
designan diversos contenidos, pero poseen todos, la misma forma
lógica.
Por ejemplo, tenemos los siguientes juicios:
• "Todos los seres humanos son racionales".
• "Todos los gatos son mamíferos".
• “Todos los cuadrados son figuras geométricas".
Podemos ver que estos tres juicios tienen diferentes contenidos,
pero siempre la misma estructura:
Así es: Cada uno de ellos posee un sujeto, simbolizado con la letra
(S), es decir, de quién se habla:
- seres humanos.
- Gatos.
- Cuadrados.
Así mismo, cada uno de ellos posee una propiedad que los
caracteriza, en lógica llamada predicado, y que se simboliza con la
letra (P). Los predicados de nuestros sujetos serían:
• racionales.
• mamíferos.
• figuras geométricas.
Analizando estas características de los juicios, podemos formular
una regla general para ellos, que es:
"Todos los S son P"
O bien, todo sujeto tiene un predicado. Es importante hacer notar
que entre el sujeto y su predicado hay una partícula que los enlaza:
es el verbo ser (si, nuestro SER ontológico): "El árbol ES un
vegetal". También puede ser un enlace el verbo tener y estar.
Veamos ahora la forma lógica del razonamiento en base a algunos
ejemplos:
69
"Todos los planetas giran alrededor de una estrella"
"La tierra es un planeta"
"Por lo tanto, la tierra gira alrededor de una estrella".
O bien:
"Todos los vegetales son seres vivos"
"El árbol es un vegetal"
"Por lo tanto, el árbol es un ser vivo".
En estos dos razonamientos, a pesar de su diferente contenido,
encontramos una forma lógica común: los dos constan de TRES
JUICIOS, de los cuales los dos primeros constituyen PREMISAS o
"conocimiento antecedente", y el último está formado por conceptos
ya incluidos en las premisas, formando la CONCLUSION o
"conocimiento consecuente".
A la primera premisa la llamaremos PREMISA MAYOR, pues su
grado de generalidad es el mayor. Por ejemplo, al decir: "Todos los
vegetales son seres vivos", nos estamos refiriendo a la totalidad de
los vegetales, sin excepción alguna.
A la segunda premisa le llamaremos PREMISA MENOR, pues su
grado de generalidad es menor. Por ejemplo, al decir: "El árbol es
un vegetal", queremos indicar que de todos los vegetales, una parte
son los árboles, existiendo vegetales que no son árboles.
La conclusión, que también es un juicio, está formada por
conceptos que ya se encuentran en las dos premisas anteriores,
infiriéndose de ellas, pues ya está de hecho implícita. Por ejemplo,
si razono:
"Todos los partidos políticos luchan por el poder"
"El PRD es un partido político"
Es obvio que la conclusión debe ser:
“Por lo tanto, el PRD lucha por el poder”.
70
La conclusión tiene todavía un grado de generalidad menor que las
premisas, pues, en el ejemplo anterior, el PRD es sólo uno de los
muchos partidos políticos que existen en México. Se trata en este
caso de un juicio singular.
Recordemos que los razonamientos están formados por juicios y
que estos, según se refieran a uno, varios o todos los objetos de
una misma clase, poseerán diferente grado de generalidad.
Tenemos entonces que los juicios, por su grado de generalidad,
pueden ser:
• Singulares afirmativos. Por ejemplo: "María es bonita", pues
nos referimos a una sola mujer de la que afirmamos algo.
• Singulares negativos. Por ejemplo: "María no es bonita",
pues negamos algo a María: el ser bonita.
• Particulares afirmativos. Por ejemplo: "Algunos planetas del
sistema solar son gaseosos", pues afirmamos una
propiedad de sólo una parte de los planetas del sistema
solar, no de todos.
• Particulares negativos. Por ejemplo: "Algunos ciudadanos
no son estudiantes", pues negamos que una parte de la
ciudadanía sea estudiante.
• Universales afirmativos. Por ejemplo: "Todas las estrellas
son soles y poseen luz propia", pues afirmamos que la
totalidad de las estrellas, sin excepción, son soles y poseen
luz propia.
• Universales negativos. Por ejemplo: "Ningún planeta es una
estrella", pues negamos que en su totalidad, ningún planeta
posee la cualidad de una estrella.
Recordemos que tanto los juicios, como los razonamientos, están
formados, al fin de cuentas, por conceptos. Pues resulta que los
conceptos también pueden ser singulares, particulares y
universales.
Los términos "un", "algunos", "todos", "ningún", se llaman
CUANTIFICADORES y expresan el grado de generalidad de los
conceptos y los juicios.
Los conceptos poseen también otras dos cualidades importantes:
La intensión (o contenido), que hace referencia al objeto que
expresa el concepto. Por ejemplo: "campesino asalariado", donde
71
establecemos la característica especial de un campesino dado, el
de ser asalariado, diferenciándolo de aquellos que no lo son.
La extensión, que hace referencia a la cantidad de objetos que
poseen la misma cualidad. Por ejemplo "en México, el 70% de los
campesinos son asalariados".
Todos los conceptos que se refieren al mismo objeto forman una
clase. Por ejemplo: la clase de los campesinos; la clase de los
planetas; la clase de los vegetales, etc., que es la forma en que los
científicos CLASIFICAN los objetos de estudio, los diferencian y
ordenan y pueden DEFINIRLOS según su cualidad común. Por
ejemplo: de los vegetales, el ser seres vivos; de las estrellas, el ser
soles con luz propia; de los hombres, el tener razonamiento; de las
moléculas, el estar constituidas por átomos, etcétera.
Como podemos ver, la lógica nos permite poner orden y coherencia
en nuestros pensamientos, facilitándonos la tarea de elaborar
razonamientos correctos, lo que nos ayuda, al final de cuentas, a
conocer más fácilmente el mundo que nos rodea. De igual forma,
nos ayuda, al estudiar un texto científico, o al apreciar una obra
literaria, establecer la corrección de sus enunciados, y por ende, la
posible verdad de sus afirmaciones o negaciones.
La lógica no nos permite comprobar la verdad de una proposición,
pero sí, establecer la demostración de su corrección y coherencia.
Por eso, se dice que la lógica formal “es necesaria, pero no
suficiente”. Esto quiere decir que en la mayoría de los casos, la
demostración de un enunciado se tiene que obtener recurriendo a la
experiencia, o directamente aplicando un experimento científico
para el caso que se trate.
3.4 Los tipos de razonamiento.
La ciencia y la filosofía se expresan por medio de razonamientos, es
decir, de argumentos, en los cuales ya van incluidos juicios y
conceptos. Ahora bien, resulta que existen diversos tipos de
razonamiento. Los que hemos analizado como ejemplos en la
sección anterior son todos razonamientos deductivos, en los que la
primera premisa es de mayor grado de generalidad que la
conclusión, pero los hay también inductivos y por analogía, como
72
veremos enseguida. Lo importante que se podría decir antes de ver
los diferentes tipos, es que el razonamiento deductivo, en su forma
clásica, establecida por Aristóteles, dominó el pensamiento
filosófico por más de mil años, convirtiéndose con el tiempo en un
obstáculo para el avance del conocimiento científico, pues en ese
tipo de razonamiento se parte siempre de un juicio universal como
premisa mayor, sin que se discuta su validez o verdad,
convirtiéndose en un dogma lógico, afirmándose muchas tonterías
que después el método experimental inductivo demostró como
falacias. Por ejemplo: la existencia de esferas celestes perfectas, la
existencia de un primer motor inmóvil, la existencia del éter, la
afirmación de que las cosas pesadas deberían caer más rápido que
las ligeras, la imposibilidad de la existencia de otros mundos, etc.
Afirmaciones que el razonamiento inductivo, aplicado por primera
vez, con éxito, por Galileo Galilei, echó por tierra.
El razonamiento deductivo.
La deducción es una operación racional que podemos entender
como el razonamiento que va de un conocimiento general a un
conocimiento nuevo de carácter particular, y que tiene la función de
DEMOSTRAR la validez del conocimiento general (verdadero o
supuesto), a través de su veracidad en muchos casos particulares.
Ejemplo:
"Todos los planetas son esferas celestes perfectas"
"La Tierra es un planeta"
"Por lo tanto, la Tierra es una esfera celeste perfecta"
(Podemos cuestionar la veracidad de este razonamiento, pero su
forma lógica es correcta).
En la estructura de este razonamiento deductivo vemos que se
parte de un juicio de carácter general:
"Todos los planetas son esferas celestes perfectas"
73
ya conocido (o imaginado), que denominamos conocimiento
antecedente, para llegar a su demostración a través de una clase
especial de planeta, la Tierra, expresado en el juicio particular:
"La Tierra es un planeta"
lo que nos permite deducir que, efectivamente, los planetas son
esferas celestes perfectas, conclusión que denominamos
conocimiento consecuente.
Como podemos ver, la deducción no descubre, sólo demuestra.
En este caso he decidido tomar como ejemplo un razonamiento
falso, refutado por la astronomía moderna, para demostrar que aún
partiendo de razonamientos lógicamente correctos, se pueden
afirmar enormes errores. Ahora sabemos que las famosas "esferas
celestes" de Aristóteles no existen, y sin embargo, esta opinión
prevaleció en el discurso filosófico por más de mil años.
El razonamiento inductivo.
La inducción es una forma de razonar que conduce al
descubrimiento de propiedades generales en los objetos, partiendo
de la investigación de muchos casos particulares.
La inducción es un razonamiento opuesto a la deducción, y consiste
en que, partiendo del conocimiento de muchos casos particulares,
se llega a establecer un conocimiento general aplicable a todos los
casos estudiados, es decir, descubre una o varias propiedades que
son comunes a toda una clase de objetos, e incluso a todos los
objetos existentes. A partir de ese conocimiento general, común a
muchos objetos de la misma clase, es posible establecer una ley
científica.
Por ejemplo: "Se estudian los movimientos de los planetas del
sistema solar observados desde la Tierra. Primero, se descubre que
la Tierra gira alrededor del sol y no el sol alrededor de la Tierra,
como se observa aparentemente; después, se descubre que
Mercurio y Venus giran también alrededor del sol; posteriormente se
descubre que Marte, Júpiter, Saturno y Urano giran también
alrededor del sol; por último, se confirma que Neptuno y Plutón
74
también giran alrededor del sol". Conclusión: "En base a las
observaciones confirmadas se establece que todos los planetas del
sistema solar giran alrededor del sol".
Este conocimiento, obtenido inductivamente, se establece como
una ley general. Posteriormente, se descubre que estas evoluciones
de los planetas alrededor del sol son regulares y que sus órbitas
son elípticas y no circulares, como se creía antiguamente. Se
establecen entonces las leyes del movimiento planetario gracias a
las observaciones de Johannes Kepler.
Como podemos ver, la inducción es un razonamiento que establece
un procedimiento completamente diferente a la deducción y que
permite, efectivamente, descubrir nuevas propiedades y
características en los fenómenos y procesos de la naturaleza y la
sociedad, permitiendo constatar muchas aseveraciones que antes
se tenían por ciertas por vía deductiva. Es un método o
procedimiento revolucionario que dio lugar al desarrollo de la
ciencia moderna y al método experimental, aunque los filósofos y
científicos requirieron para lograr esto oponerse críticamente a la
autoridad de Aristóteles, basada en el razonamiento deductivo. Se
lo debemos esto a hombres como Galileo, Newton, Bacón, y otros
más. De esta manera se le da el primer golpe demoledor a la
filosofía tradicional de tipo especulativo-deductivo.
Ahora bien, podemos distinguir dos tipos de inducción: la inducción
incompleta y la inducción completa.
La inducción incompleta formula una ley general partiendo del
estudio de una parte de los objetos de una clase, extendiendo esa
ley a todos los casos no estudiados. Se emplea en los casos de
clases infinitas. Por ejemplo: "la clase formada por las estrellas de la
vía láctea". Es obvio que resulta imposible estudiar las
características de todas y cada una de las estrellas de nuestra
galaxia, que suman aproximadamente cien mil millones. En tal caso
se estudian las más cercanas, en diferentes etapas de formación,
composición, tamaño, y después, las propiedades descubiertas en
ellas se amplían o extienden a las estrellas no estudiadas, partiendo
del supuesto de la semejanza, es decir, a través del razonamiento
por analogía.
La inducción completa formula una ley general partiendo del
estudio de todos los objetos de una clase. Se aplica cuando los
75
miembros de una clase son finitos y se pueden estudiar en su
totalidad. Por ejemplo: la clase formada por las figuras geométricas
planas, las cuales sí podemos analizar una por una.
Se comprende que el tipo de inducción más empleado es la
incompleta o amplificadora, pues la mayoría de los objetos del
universo que nos rodea forman clases virtualmente infinitas.
El razonamiento por analogía.
Existe un tercer tipo de razonamiento que ha sido muy útil a lo largo
de toda la historia de la humanidad y que quizá sea el más antiguo
de todos: la analogía. Pasar de lo conocido a lo desconocido,
basándose en el parecido entre dos objetos, entre dos ideas, entre
dos sucesos, es una forma común de conocimiento. Y es un hecho
natural ¿No es verdad que el parecido entre dos mujeres nos hace
experimentar el mismo tipo de reacciones? Claro que sí, y el hecho
se funda en que las cosas se parecen entre sí. ¿No se parece el
humo a la neblina, no es similar una mula a un caballo, un lobo a un
perro, un ladrón a una persona honrada? ¿No nos parece
semejante el dormir al morir, el imaginar al soñar? Y desde luego,
ese parecido nos hace suponer que las propiedades y
características de una cosa, las ha de tener también su semejante.
Y sin embargo, ¿cuántas veces nos equivocamos? Y es que la
semejanza es sólo probable, nunca unívoca.
Veamos.
El razonamiento por analogía consiste en atribuir a una cosa,
fenómeno o suceso que investigamos, las propiedades de otro
objeto SIMILAR ya conocido.
Una característica de la analogía, consiste en que la conclusión se
mantiene en el mismo grado de generalidad que en las premisas,
por lo que en rigor no pertenece ni a la deducción ni a la inducción,
aunque se asocia a esta última por el carácter probable de las
conclusiones obtenidas. Es una “transducción”. En efecto, en la
analogía, nuestro pensamiento no pasa de lo general a lo particular,
ni de lo particular a lo general. La causa de esta peculiar cualidad
de la analogía consiste en que ambos términos comparados son
76
análogos, palabra griega que significa "iguales", "semejantes",
"similares".
En la analogía se deja ver con clara sencillez el tránsito de lo
conocido a lo desconocido, basándose en la semejanza entre dos
cosas. Porque algo importante que nos enseña la analogía es que
el proceso del conocimiento, al contrario de lo que obviamente
pudiéramos creer, pasa de lo ya conocido a lo desconocido, de lo
ya comprendido a lo que aún no entendemos.
La formula de la analogía es:
"S es P
S' es semejante a S
Luego entonces, S' es probablemente P"
Recordemos la formula del juicio: "todo S es P", y veamos ahora
que si S (el sujeto) es P (su predicado) y si S' prima (el objeto
análogo) es semejante a P (el objeto conocido), entonces es
probable que el objeto análogo sea como P, el predicado de S.
Veamos un ejemplo:
"La Tierra (S) es un planeta habitado por seres vivos (P),
Marte (S') es muy semejante a la Tierra (S),
Luego entonces Marte (S') también está, probablemente,
habitado por seres vivos (P)".
Nótese que siempre decimos probablemente, pues la certeza del
conocimiento, como ya vimos, es problemática y requiere de una
comprobación que, en el caso de Marte, es difícil de llevar a cabo.
En rigor, podemos afirmar que todos los conocimientos científicos y
filosóficos son probables, son hipótesis en vías de comprobación,
pues, aunque las usemos y las experimentemos, nadie sabe con
certeza qué es la luz, la gravedad, la energía, la vida, la muerte, la
naturaleza, el universo. No lo olvidemos, no existe la verdad
absoluta, sólo verdades parciales, relativas, aproximadas, a lo que
son las cosas. El razonamiento por analogía deja esto bien claro.
77
Imaginar y soñar puede parecernos semejante, pero, ¿quién sabe
en realidad que es el sueño y que es la imaginación?
Sin embargo, el razonamiento por analogía es posible gracias a la
certidumbre que tenemos de la certeza del contenido de la primera
premisa u objeto ya conocido, que nos sirve de punto de apoyo para
hacer la analogía, y que se basa en la convicción que tenemos de la
LEGALIDAD de la naturaleza, es decir, en que está sujeta a leyes
que podemos descubrir, formular y utilizar en nuestro beneficio.
3.5 Las reglas básicas de la lógica.
Antes de pasar al tema de la lógica proposicional, es necesario
mencionar las reglas o leyes básicas de la lógica formal, que nos
permiten, al ser llevadas a la práctica, es decir, cuando la ley se
convierte en regla, obtener un pensamiento correcto con valor de
verdad. Es importante aclarar que la lógica formal es bivalente, esto
es, posee sólo dos valores posibles en cualquier proposición:
verdadero o falso, sin término medio posible. Un juicio cualquiera,
por ejemplo: "el capitalismo globalizado es causante de pobreza",
es verdadero o es falso, pero no puede ser las dos cosas al mismo
tiempo. Aunque para eso debemos llamar a las cosas por su
nombre y entender que nos referimos al mismo objeto o suceso que
nombramos: si hablamos de un árbol nos referimos a un árbol y no
a otra cosa. Si hablamos de capitalismo debemos atenernos a su
definición y no confundirlo con otras cosas como "industrialismo" o
"democracia", pues sólo causará confusión en nuestro discurso.
Pues bien, las leyes de la lógica tienen por objeto evitar
confusiones.
Ley de la identidad.
Esta ley se puede expresar por medio de la formula: "A es A", que
significa que si sustituimos el signo "A" por la designación de un
objeto cualquiera, este sería siempre igual a sí mismo. Si en lugar
de la letra "A" ponemos el objeto "silla", tendríamos que "una silla es
una silla", o dicho de otro modo, que una silla siempre será
identificada como una silla y no como un banco o una mecedora. De
ello se concluye que esta ley excluye la diferencia y el cambio de
una cosa consigo misma. Sería falso decir que una silla es una
78
mesa. Una mesa es una mesa y no un escritorio, aunque a veces
usemos el escritorio como mesa o la mesa como escritorio. Un niño
no se parece en nada a sí mismo cuando es ya un anciano y sin
embargo siempre lo identificamos con el mismo nombre, a pesar de
lo que haya cambiado en su vida. Esto significa que la ley de la
identidad hace caso omiso de los cambios y transformaciones que
sufre una cosa mientras existe. Esto nos permite evitar confusiones
al designar a un objeto siempre con el mismo nombre (y el mismo
concepto), a pesar de sus cambios.
Ley de la no contradicción.
Aristóteles le tenía terror a la contradicción, y veía en ella una señal
de error en cualquier proposición. Sin embargo, es justo admitir que
las contradicciones existen y hay que tomarlas en cuenta. A veces
decimos lo que no pensamos o actuamos en franca contradicción
con lo que decimos o pensamos. En los países capitalistas se dice
que la libre empresa es intocable y sin embargo vemos la existencia
de enormes monopolios económicos. En los países democráticos
se dice que reina la libertad y no obstante vemos represión y
autoritarismo. En los países latinoamericanos dicen sus gobiernos
que trabajan para el pueblo y cada vez vemos más ciudadanos
pobres y más gobernantes ricos, etc.
A pesar de la existencia de la contradicción, la lógica formal se hace
de cuenta de que esas contradicciones no existen y establece que,
en la forma, las proposiciones no deben ser contradictorias.
Recordemos que lo lógico no necesariamente es real, ni lo real
necesariamente lógico, aunque si no actuáramos regidos por la
lógica, difícilmente nos podríamos poner de acuerdo.
La ley de la no contradicción nos dice que si tenemos dos juicios, en
uno de los cuales se afirma algo acerca de un objeto: "A es B",
mientras que en otro juicio, al mismo tiempo, se niega lo mismo de
dicho objeto: "A no es B", ambos juicios no pueden ser verdaderos
a la vez. Esto quiere decir que alguno de los dos juicios es
verdadero y el otro falso, necesariamente. Por ejemplo, si digo "La
tierra es un planeta" y en seguida otra persona dice "La tierra no es
un planeta", es obvio que las dos proposiciones no pueden ser
verdaderas al mismo tiempo. Por necesidad lógica una es
verdadera y la otra falsa. Si no fuera así, no nos podríamos
entender.
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Ley de tercero excluido.
Esta ley complementa la anterior al afirmar que de dos juicios que
se niegan ("A es B"; "A no es B"), al no poder ser los dos
verdaderos y por lo tanto uno de los dos ser necesariamente
verdadero y el otro falso, no existe una tercera posibilidad. No
puede un juicio ser medio falso o medio verdadero, o aproximado o
quizá, tal vez, falso o verdadero. Es una ley tajante, un juicio o es
falso, o es verdadero.
Sería interesante que el lector realizara en base a todo lo dicho
hasta ahora sobre lógica, algunos ejercicios que amablemente se le
proponen en la sección correspondiente, pues si no lo hiciera, no
sería lógico.
3.6 Las proposiciones descriptivas.
Hemos llegado así al último tema de este capítulo, en el cual
señalaremos que, desde luego, la lógica no ha permanecido
estática desde su sistematización por Aristóteles. Ha tenido también
un proceso de desarrollo, como todas las ciencias, en el cual se ha
modificado y profundizado, por lo que de hecho podemos hablar de
tres tipos de lógica:
Primero, tendríamos a la lógica aristotélica o lógica formal, que ya
vimos en sus aspectos más esenciales y que es la más antigua.
Segundo, el desarrollo, a partir de Hegel, de una lógica dialéctica,
aún en estado embrionario, que tuvo su ulterior desarrollo, también
muy elemental, por Marx y los siguientes pensadores marxistas de
Europa y América. De hecho, podríamos decir que la dialéctica es
más que un tipo de lógica, pues se presenta, tanto en Hegel en su
versión idealista, como en Marx, en su versión materialista, como
una concepción general del mundo, como un proceso lógico del
pensamiento y como un método de investigación científico de la
realidad. La dialéctica considera al mundo como un proceso en
movimiento, cambio y transformación continuos, donde el motor, por
decirlo así, de los cambios y transformaciones que sufren todos los
objetos del universo, es la existencia de contradicciones internas en
los mismos objetos y fenómenos, contradicciones que en su
interacción producen el movimiento y existencia misma del universo
80
todo. Esos cambios y contradicciones que sufre el mundo se verán
reflejados en la conciencia del hombre en forma de lógica, pero de
una lógica que va más allá de la lógica formal, pues tomaría en
cuenta no sólo a la contradicción del pensamiento consigo mismo,
sino a la contradicción del pensamiento con la realidad, y de la
realidad consigo misma. Desgraciadamente, no tenemos espacio
aquí para desarrollar este tema que requeriría por sí sólo un libro
entero, por lo que invitamos al lector a profundizar en él tomando
como base algunas de las sugerencias bibliográficas que se hacen
al final del libro.
Tercero, la lógica simbólica o lógica matemática, desarrollada a
partir de los trabajos de matemáticos como Henry Poincaré,
Bertrand Russell y filósofos como Wigenstein, que se conoce como
lógica proposicional y que en sus aspectos más elementales
veremos enseguida, dado el carácter introductorio de este libro.
3.6.1 Proposiciones descriptivas, conectivas lógicas y tablas
de verdad.
Comenzaremos por el análisis de las conectivas lógicas, las cuales
enlazan proposiciones descriptivas. Les llamamos proposiciones
descriptivas porque toda proposición lógica describe al sujeto que
designan, adjudicándole una o más propiedades esenciales. Por
ejemplo, cuando afirmamos que "La tierra es un planeta", con el
predicado "planeta” estamos describiendo una de las propiedades
más importantes de la Tierra. Cuando decimos "Las estrellas
poseen luz propia" estamos señalando con el predicado "luz propia"
su característica esencial.
Es necesario indicar que todo objeto, sin excepción, posee dos
cualidades fundamentales: su apariencia externa, sensible a
nuestros sentidos y que llamamos fenómeno, y una esencia interna
que no vemos, pero que podemos descubrir. La esencia de un
objeto es aquella cualidad que hace que una cosa sea lo que es.
Por ejemplo: tomemos una cosa cualquiera, digamos una tasa que
usamos para beber. Lo esencial de la tasa es que contenga
líquidos, es decir, que tenga un espacio vacío en el cual verter el
líquido. Esa es su esencia. En cambio, no es esencial si la tasa es
de metal o de barro, si es verde o amarilla, cúbica o cilíndrica, lo
esencial es que contenga líquidos. Pues bien, las proposiciones
81
descriptivas hacen referencia a esa cualidad esencial de las cosas,
lo que es importante para su conocimiento científico.
Veamos algunas proposiciones descriptivas:
"El hombre es un ser social".
"Si es metal entonces es conductor de calor".
"Los protones tienen carga positiva o negativa".
"Todo efecto tiene una causa y toda causa tiene un efecto".
"El cuadrado no es un cubo".
De estos ejemplos podemos diferenciar dos tipos de proposiciones:
las proposiciones simples o atómicas, y las proposiciones
compuestas o moleculares.
Las proposiciones atómicas, son utilizadas para establecer
simplemente que una cosa posee determinada propiedad. Se les
llama atómicas porque son la unidad básica del lenguaje. Por
ejemplo:
"Los mamíferos tienen la sangre caliente".
"Todo concepto científico es racional".
"X - 1 = 0”.
Las proposiciones simples o atómicas se simbolizan con las letras
P, Q, R, S, hasta la Z, en mayúsculas.
Las proposiciones moleculares, están formadas por dos o más
proposiciones atómicas, enlazadas por un conectivo lógico o
término de enlace.
He aquí algunos ejemplos de proposiciones moleculares:
“Si es metal entonces es conductor de electricidad".
“Los protones tienen carga positiva ó negativa".
82
“El hombre es un ser racional y social".
“Es planeta sí y solo sí no posee luz propia".
“El cuadrado no es un cubo".
Todas las palabras marcadas en negritas son conectivas lógicas,
pues sirven de enlace entre dos proposiciones atómicas. Por
ejemplo:
"El hombre es un ser racional" es una proposición atómica a la
que añadimos esta otra:
"El hombre es un ser social".
Para abreviar la proposición molecular se añade el conectivo
lógico "y" que implica una "conjunción”, quedando así:
"El hombre es un ser racional y social".
Las conectivas lógicas expresan funciones lógicas que nuestra
mente es capaz de realizar, son funciones intelectivas nuestras
simbolizadas con signos para facilitar su utilización. Así, tenemos
que nuestro intelecto es capaz de afirmar algo: " La tierra es un
planeta", pero igualmente es capaz de negar algo, por ejemplo: "La
tierra no es una estrella" y tenemos entonces la negación. También
somos capaces de juntar dos ideas que se relacionan, por ejemplo:
"El sol es una estrella y emite luz y calor”, y tenemos entonces una
conjunción. Pero igualmente podemos separar, desjuntar dos
ideas que se contraponen, por ejemplo: "Los gatos son mamíferos o
son ovíparos", y tenemos entonces la disyunción. Nuestro intelecto
puede también condicionar una cosa si ocurre otra, por ejemplo: "Si
es hombre entonces es racional", y tenemos una condicional, o
reforzar la condición, por ejemplo: "Es hombre sí y solo sí es
racional”, y tenemos entonces una bicondicional, que equivale a
decir: Si no es racional entonces no es hombre.
Las conectivas lógicas y su simbolización son las siguientes:
83
Símbolo de conectiva.
-p
Nombre.
Cómo se lee.
Negación.
No P
P
Q
Conjunción.
PyQ
P
Q
Disyunción
Exclusiva.
PóQ
P
Q
Disyunción
Inclusiva.
PóQ
P
Q
Condicional.
Si P entonces Q
P
Q
Bicondicional
P sí y solo si Q
Donde P y Q son proposiciones atómicas cualesquiera, pues la
forma lógica de una proposición molecular depende del conectivo
lógico que une dos proposiciones atómicas, y no del contenido
específico que pueda tener P o Q. Por ejemplo, podemos negar que
Marte este habitado, o negar que un gato es un canino, o que María
es bonita, y de todas maneras todas estas proposiciones serán una
negación.
Lo que nos interesa de las proposiciones descriptivas es si son
verdaderas o falsas, y los conectivos lógicos expresan ese valor de
verdad en las proposiciones moleculares, si sabemos el valor de
verdad o falsedad de las proposiciones moleculares que la
componen. Ya sabemos que la verdad o falsedad de una
proposición cualquiera, en este caso atómicas, sólo se puede
determinar por la experiencia y por su comprobación científica,
empírica, determinación que escapa al dominio de la lógica. Las
conectivas lógicas nos indican por tanto, solamente, la verdad
lógica de las proposiciones moleculares, es decir, su corrección
formal. Entonces, por medio de ciertas formulas generales propias
de cada conectivo, se pueden establecer TABLAS DE VERDAD que
nos auxilien a determinar la veracidad de una proposición
cualquiera, filosófica o científica, que caiga en nuestras manos o
que formulemos nosotros mismos después de sesudas reflexiones.
Existe una tabla de verdad para cada una de las conectivas y su
función lógica: negación, conjunción, disyunción en sus dos casos,
condicional y bicondicional.
84
Antes de ver cada una de las tablas de verdad, tenemos que
entender algo importante. Ya decíamos que la lógica es bivalente,
es decir, tiene dos valores: verdadero o falso. Esto significa que
cualquier proposición atómica tendrá dos valores posibles
solamente, verdadero o falso. Simbólicamente lo señalaríamos así:
P = proposición
V= verdadero
F= falso
Si tuviéramos dos proposiciones atómicas, P y Q, sus posibilidades
de verdad o falsedad las simbolizaríamos así:
PQ
VF
FV
Una vez señalado esto, pasemos a analizarlo en las tablas de
verdad.
REGLA Y TABLA DE VERDAD DE LA NEGACION.
Sea la proposición P "Sirio es una estrella".
Sea la proposición -P "Sirio no es una estrella".
Si aplicamos la ley de la no contradicción, sabremos que estas dos
proposiciones no pueden ser verdaderas al mismo tiempo, una ha
de ser verdadera y otra falsa. Esto se expresa en la regla de la
negación de la siguiente manera:
Regla: "Cuando una proposición es verdadera, la negación de
la misma proposición es falsa".
En el caso del ejemplo propuesto, sabemos por lo datos que nos
proporciona la astronomía que la proposición P:
"Sirio es una estrella", es verdadera (V),
Y por lo tanto la proposición -P:
85
"Sirio no es una estrella", es falsa (F).
La tabla de verdad de la negación sería la siguiente:
P
P
-P
V
V
F
F
F
V
La primera columna nos indica los valores posibles de P, o sea, ser
verdadera (V) o falsa (F) pues ya vimos que la lógica es bivalente.
En la segunda columna tenemos el valor de verdad de la
proposición que analizamos, en este caso, verdadera (V); por lo
tanto, en la segunda columna -P, la proposición resulta falsa (F); de
bajo de estos primeros valores están los valores de la otra
posibilidad: si la proposición P fuera falsa (F), la proposición -P
resultaría verdadera (V).
Recordemos que P y Q son cualquier proposición atómica, y sus
posibilidades de verdad o falsedad se expresarían en una tabla de
la siguiente manera:
P
Q
V
F
F
V
V
V
F
F
No pudiendo existir ninguna otra posibilidad.
REGLA Y TABLA DE VERDAD DE LA CONJUNCION.
Proposición: "El hombre es un ser racional y un ser social".
86
Fórmula: P y Q
Regla: "sólo cuando ambas proposiciones son verdaderas la
conjunción es verdadera, en los demás casos es falsa".
Tabla:
P
Q
P
y
Q
V
F
V
V
V
F
V
V
F
F
V
V
F
F
V
F
F
F
F
F
Analicemos esta tabla. Identifiquemos primero la proposición
atómica P:
"El hombre es un ser social".
Que según datos de la ciencia y la experiencia es verdadera (V).
Identifiquemos ahora la proposición atómica Q:
"El hombre es un ser social".
Que también la ciencia certifica como verdadera (V).
Ambas proposiciones atómicas forman una proposición molecular
unida por el conectivo lógico (y) que expresa la función de la
Conjunción.
La regla nos indica que solo si ambas proposiciones P y Q son
verdaderas, toda la proposición molecular resultará verdadera, en
todos los demás casos será falsa. La tabla expresa simbólicamente
esa regla: las dos primeras columnas indican las posibilidades de
verdad o falsedad de P y Q; la tercera columna indica el valor de
verdad o falsedad de P, que en el ejemplo es verdadera (V); la
cuarta columna indica el valor de verdad o falsedad de toda la
proposición molecular conjuntiva, que en este caso es verdadera,
por eso la distinguimos subrayándola, pues la quinta columna nos
87
indica que Q es también verdadera (V). Los demás símbolos de V y
F que están debajo indican todas las demás posibilidades en que la
conjunción resultaría falsa.
Es interesante señalar que la lógica proposicional no hace más que
sistematizar y formalizar operaciones discursivas, racionales, que
hacemos todos los días a cada momento, sólo que de forma
espontánea y sin ser conscientes de cómo se llaman y a que regla
lógica obedecen. Si somos personas comunes y corrientes, eso no
tiene importancia, pero si somos científicos, técnicos o filósofos, sí
estamos obligados a conocer su forma lógica.
REGLA Y TABLA DE VERDAD DE LA DISYUNCION.
La disyunción puede ser de dos tipos, inclusiva o exclusiva. Es
"exclusiva" cuando las alternativas que propone se oponen
tajantemente, según la ley de la no contradicción. Por ejemplo, si
digo "Este mueble es una mesa ó es una cama" estoy
estableciendo que ese mueble es alguna de esas dos cosas, es
decir, que no puede ser cama y mesa al mismo tiempo. En cambio
es "inclusiva" cuando las alternativas no se oponen. Por ejemplo:
"Este sofá es para sentarse o para acostarse", es obvio que de
estas dos alternativas, las dos pueden coexistir, es decir, en un sofá
nos podemos sentar, pero también nos podemos acostar.
Veamos la tabla y regla del primer caso, la DISYUNCIÓN
EXCLUSIVA.
Proposición: "El sol es una estrella ó un planeta".
Fórmula: P ó Q
Regla: "La Disyunción exclusiva es falsa sólo cuando ambas
proposiciones son falsas o ambas verdaderas, en los demás casos
es verdadera".
Tabla:
P
Q
P
ó
Q
V
F
V
V
F
88
F
V
F
V
V
V
V
V
F
V
F
F
F
F
F
Analicemos esta tabla: Identifiquemos primero la proposición
atómica P:
"El sol es una estrella",
Que según los datos de la astronomía es verdadera (V).
Identifiquemos ahora la proposición atómica Q:
"El sol es un planeta",
Que según la misma ciencia, es falsa (F).
Ambas proposiciones forman la proposición molecular disyuntiva
exclusiva, ligada por el conectivo lógico (ó).
La regla nos indica que la disyunción exclusiva es falsa cuando
ambas proposiciones atómicas son verdaderas o ambas falsas.
Recordemos que aquí se aplicaría de nuevo la ley de la no
contradicción, que nos dice que de dos proposiciones que se
contradicen, una es verdadera y la otra falsa, necesariamente.
En este caso la proposición P resulta verdadera, por eso la
ponemos en negritas, y la proposición Q es falsa; entonces la
disyunción exclusiva es verdadera en P: " El sol es una estrella" y Q
es falsa, pues, efectivamente, el sol no es un planeta.
REGLA Y TABLA DE VERDAD DE LA DISYUNCIÓN
INCLUSIVA.
Proposición: "La ballena es una animal acuático ó es un
mamífero".
Fórmula: P ó
Q
89
Regla: "La disyunción inclusiva es falsa sólo cuando ambas
proposiciones son falsas, en los demás casos, es verdadera.
Tabla:
P
Q
P
ó
Q
V
F
V
V
V
F
V
V
V
F
V
V
F
V
V
F
F
F
F
F
Analicemos esta tabla: Identifiquemos primero la proposición
atómica P:
"La ballena es un animal acuático".
Que en base a la ciencia y la experiencia resulta una proposición
verdadera (V).
Identifiquemos ahora la proposición atómica Q:
"La ballena es un mamífero",
Que también, en base a la ciencia, sabemos que es verdadera (V)
La regla nos dice que la disyunción inclusiva es falsa sólo cuando
ambas proposiciones son falsas, por lo que en el ejemplo expuesto
ambas proposiciones, P y Q, son verdaderas, y por ello toda la
proposición molecular resulta verdadera, por lo que anotamos en
negritas sus valores.
Como podemos ver, en la disyunción inclusiva las dos propiedades
que se nos dan como excluyentes, en realidad no lo son, pues una
ballena es, en efecto, un animal acuático y también un mamífero.
No hay contradicción, ni se viola la ley de la identidad.
90
REGLA Y TABLA DE VERDAD DE LA CONDICIONAL.
La Condicional o implicación y la Bicondicional o doble implicación
se diferencian de las otras funciones en que, como su nombre lo
indica, las proposiciones atómicas que la componen se condicionan
entre sí en una relación de antecedente a consecuente.
Recordemos que en la forma lógica del razonamiento la conclusión
se obtiene o infiere de las premisas, pues ya está implicada en
ellas. Las premisas son el conocimiento antecedente y la conclusión
el conocimiento consecuente.
En la condicional, de forma similar, la proposición atómica P
funciona como antecedente, y la proposición atómica Q, como
consecuente. Por ejemplo, si decimos "Si es barco entonces flota”,
estamos condicionando el hecho de flotar a que el objeto sea un
barco. Es como si dijéramos, si no flota no es barco, aunque tenga
la forma de tal.
Veamos primero la CONDICIONAL.
Proposición: "Si es metal, entonces es conductor de
electricidad"
Fórmula: P ---- Q
Regla: "La condicional es falsa sólo cuando el antecedente (P)
es verdadero y el consecuente (Q) es falso, en todos los demás
casos es verdadera".
Tabla:
P
Q
P
---
Q
V
F
V
V
V
F
V
F
V
V
V
V
V
F
F
F
F
F
V
F
Analicemos esta tabla: Identifiquemos primero el antecedente P o
primera proposición atómica:
91
"Si es metal"
Que es la contracción o forma abreviada de decir, tal cosa es un
metal.
Esta proposición será verdadera sólo en el caso de que el
consecuente resulte verdadero. En este caso es:
"es conductor de electricidad".
La física nos demuestra que efectivamente los metales tienen la
propiedad de transmitir la electricidad, por lo que la proposición
atómica Q, que es verdadera, por implicación hace que la
proposición atómica P resulte también verdadera, lo que hace que
toda la proposición molecular condicional resulte verdadera. Por eso
subrayamos el signo (V) Los demás signos en la tabla indican las
demás posibilidades de verdad o falsedad.
REGLA Y TABLA DE VERDAD DE LA BICONDICIONAL.
Veamos la última función de las conectivas lógicas, que en el fondo
no es más que una variación de la Condicional, pues también en la
Bicondicional o doble implicación, P y Q son términos implicativos,
reforzándose la relación entre consecuente y antecedente.
Proposición: “Es ser humano sí y sólo sí es un ser racional"
Símbolo: P --- Q
Regla: “ La Bicondicional es verdadera sólo cuando ambas
proposiciones implicadas son verdaderas o ambas falsas, en todos
los demás casos es falsa".
92
TABLA.
P
Q
P
---
Q
V
F
V
V
V
F
V
F
V
F
V
V
V
F
F
F
F
F
F
V
Al igual que en la Condicional, en la Bicondicional la proposición P:
"Es ser humano", será verdadera sólo en el caso de que la
proposición Q: "es un ser racional" resulte ser una propiedad que el
sujeto de la proposición antecedente realmente posee. En el caso
de nuestro ejemplo, se puede comprobar experimentalmente que el
ser humano es un ser racional, por lo que la proposición molecular
resulta verdadera, la lógica aquí, una vez más, sólo demuestra
formalmente que la proposición es correcta.
Habría aún mucho que decir sobre las proposiciones descriptivas y
las conectivas lógicas, pero para los fines de este libro, que es
introductorio a la filosofía, con esto es suficiente para que el lector
comprenda la función de la lógica en el conocimiento y pueda ya, en
la lectura de un texto científico, técnico o filosófico, detectar su
corrección y coherencia lógica. Además, en la sección de ejercicios
encontraran las prácticas necesarias para reforzar la comprensión
de este tema.
93
CAPITULO CUARTO.
ETICA.
En este capítulo de nuestro libro, abordaremos otro de los
problemas fundamentales de la filosofía, el problema axiológico,
que se encarga de estudiar los valores, dentro de los cuales
destacaremos los valores morales, referentes a las consecuencias
de los actos humanos en su conducta social, englobados en la
Moral, representados por los valores clásicos del bien y el mal.
La disciplina filosófica que se encarga de estudiar la conducta moral
de los hombres en la sociedad es la Ética, que da nombre a este
capítulo. Sin embargo, antes de pasar a definir la ética y la moral,
trataré de desarrollar una concepción general del ser humano,
describiéndolo desde el punto de vista de sus variadas y complejas
características y propiedades, adoptando el método histórico, que
es la forma más rica de hacerlo.
¿Por qué comenzar hablando del ser humano? La razón es muy
sencilla: porque los valores, ya sean sociales, económicos,
políticos, estéticos o morales, sólo son atribuibles al hombre. Ni los
animales, ni las plantas, ni los objetos inanimados, desarrollan
valores con sus conductas, pues responden propiamente ya sea a
instintos, a reflejos condicionados aprendidos o a la función para lo
que fueron hechos. Por ejemplo, si un perro muerde a una persona
que pasa frente a la casa en que habita, no podemos decir que el
perro sea “malo”, pues es parte de sus instintos morder defendiendo
su territorio. De igual manera, si utilizamos un cuchillo y este corta
con eficacia, no podemos decir que el cuchillo sea “bueno”, pues el
cortar es la función para lo que fue fabricado. Únicamente el ser
humano, al actuar socialmente, puede ser malo o bueno, justo o
injusto, sincero o falso, es decir, sólo el hombre crea, con su
conducta, valores.
Ahora bien, para entender por qué el hombre es un ser con valores,
tenemos que entender, primero, qué es un ser humano. Sólo
después de dar ese importante rodeo podremos abordar el estudio
de la Axiología, la Ética y la Moral.
94
4.1 Concepción General del Ser Humano.
El ser humano, desde sus orígenes, ha sido el mayor enigma para
el ser humano, y podemos decir, categóricamente, que hasta hoy
día, el mayor afán de los hombres está destinado a entenderse a sí
mismo. Aunque en un principio trató de entender a la naturaleza
que lo rodeaba, podemos afirmar que este interés tenía como
finalidad inconsciente comprenderse a sí mismo a través de la
naturaleza.
En el pensamiento mágico, mítico y religioso, que es el más
antiguo, el hombre se imaginó como un ser creado por los dioses,
un ser de origen divino; en épocas más cercanas, la ciencia
descubrió un origen más bien biológico, animal, lo que causó un
gran trastorno y una revolución en la forma en que el hombre se
entendía a sí mismo. Pero sea como fuere, siempre tuvo la
conciencia de que era un ser diferente al resto de la naturaleza,
diferencia que se basó, fundamentalmente, en su capacidad de
hablar,
capacidad
que
no
hizo
más que aumentar el enigma sobre sí mismo, pues la pregunta
ahora fue, ¿cómo un primate, homínido, perteneciente a la familia
de los mamíferos, pudo llegar a tener conciencia, pensar, hablar y
crear cultura? Pregunta tremenda a la que humildemente trataré de
dar respuesta.
El primer punto que debemos aclarar es que al preguntarnos sobre
el hombre no debemos decir qué es, sino quién es, pues el hombre
no es un objeto, sino un sujeto con conciencia, creador de cultura,
con personalidad, carácter, temperamento y un extremado y
complejo enramado de reacciones, conductas y actos psicológicos,
sociales y políticos, inmerso en un desarrollo histórico que él mismo
va creando (en este sentido la naturaleza no tiene historia, pues no
es conciente de su propio desarrollo). El hombre actúa
concientemente y para sobrevivir no sólo se adapta a la naturaleza,
sino que además la transforma, creando cultura, que en definición
de José Ortega y Gasset, filósofo español del siglo XX, es todo
aquello que el hombre le agrega a la naturaleza. Es por tanto un ser
muy complejo.
En términos generales existen dos explicaciones sobre el origen del
hombre.
95
Una es la explicación religiosa-mítica, que nos dice que el hombre
fue creado por Dios (cualquiera que sea el contenido que le damos
a ese concepto), explicación que tiene el inconveniente de no
aportar hechos que la comprueben; la otra es la explicación
científica, que afirma que el hombre es el resultado de la evolución
de una especie de mamíferos muy específicos: los primates, y que
tiene el mérito de aportar hechos que la demuestran. Por eso
mismo, en esta exposición nos atendremos a la explicación
científica, la cual, justo es advertirlo, no es todavía una teoría
unificada, aceptada por todos los especialistas, y en la cual existen
aún muchas lagunas fundamentales.
Según la versión religiosa del origen del hombre, y menciono aquí la
tradición religiosa judeo-cristiana, Dios creó al primer hombre, Adán,
de barro, al cual le dio el “soplo” de vida. Ese soplo, que es aire, en
griego se dice “neuma”, de donde derivará la palabra “alma”, el
soplo divino o fuerza vital. El hombre entonces fue hecho de barro,
o arcilla, o en un término más vulgar, de lodo. Ahora bien, el lodo o
barro no es más que tierra mezclada con agua, que encontramos a
la orilla de los lagos, los ríos o las costas. Esa tierra húmeda es muy
fértil para la germinación de plantas, y se le llama humus. El
hombre fue pues hecho de humus, de donde derivará la palabra
humano, que significa: ser hecho de humus, o bien, hombre fértil.
He aquí el origen del nombre de nuestra especie, el ser humano.
Este mito es, a no dudarlo, muy bello, pero desgraciadamente no se
puede comprobar, por lo que queda sólo creer en él, en un acto de
fe, por lo cual es un dogma religioso, que perduró inmaculado
durante miles de años hasta la publicación de los libros de Carlos
Darwin, “El origen de las especies” y “El origen del hombre”, que lo
cambiaron todo.
Como sabemos, en esos libros Darwin sostiene y demuestra que
las especies animales no son invariables sino que por el contrario,
varían y cambian en un proceso natural, que llamó evolución, y que
opera con base en un proceso de selección natural, donde
sobreviven los individuos más aptos de cada especie. El hombre es
un animal en su origen y por lo tanto está sujeto también a la ley de
la evolución. Esto significa que todos los animales y plantas,
bacterias y virus, y el hombre incluido, no fueron creados por ningún
Dios, sino que evolucionaron a partir de un antepasado común, a
través de miles y aún millones de años, desde los seres
unicelulares hasta el hombre.
96
El hombre es por tanto, en primer lugar, un ser natural. Esto se
confirma por la enorme cantidad de huesos fósiles de esqueletos
humanos, generalmente incompletos, que se han encontrado en
África, Asia, Europa y América y que tienen una antigüedad de
hasta cuatro millones de años. Estos fósiles no muestran un
esqueleto igual al del hombre actual, sino mucho más primitivo y
tosco, con menor capacidad craneal, donde cabía un cerebro más
pequeño y que en términos generales son muy parecidos a los
monos existentes ahora. Además, los fósiles encontrados, de
diferentes edades, muestran claramente un proceso evolutivo de
desarrollo cada vez menos tosco y más refinado y funcional, desde
primates que caminaban en sus cuatro patas, hasta fósiles que
muestran seres bípedos, como el hombre actual. Por todas estas
razones se llegó a la conclusión de que el hombre descendía de los
monos, lo que después resultó que no era correcto, pues se
descubrió que tanto los monos como el hombre, descendían de un
antepasado común, al que se denominó homínido, por lo que entre
ellos eran parientes o primos. Se desprende entonces de estos
hechos una pregunta: ¿Por qué el hombre evolucionó hasta
caminar erguido, en dos pies, logró la palabra articulada y adquirió
conciencia de sí mismo, siendo capaz de pensar, mientras que los
demás primates no evolucionaron de la misma manera?
No existe una respuesta inequívoca y certera, pero si una serie de
hipótesis muy probables, además de aceptar que los demás
primates: chimpancés, gorilas, orangutanes, etc., también han
evolucionado. Estas hipótesis nos darían el siguiente cuadro
general:
Por motivos que desconocemos, el homínido, que probablemente
vivía en los árboles la mayor parte del día, bajó al suelo en forma
definitiva y se volvió terrestre. Por otro proceso que tampoco
conocemos, dejó de utilizar las extremidades superiores para
desplazarse y adquirió una posición erecta y un andar bípedo, lo
que dio como resultado dos consecuencias muy importantes: una
mayor capacidad craneal para un cerebro más grande y
desarrollado, y dejar las manos libres para ser utilizadas de otra
manera que no fuera ya la locomoción o trepar a los árboles. Se
creó entonces una nueva relación, la relación manos, ojos y
cerebro. Es decir, el cerebro podía ahora dirigir las funciones de la
mano, que se convirtieron en las primeras herramientas de trabajo,
lo que le permitió al hombre primitivo no sólo auxiliarse de lo que
encontraba ya hecho por la naturaleza, sino crear nuevas
97
herramientas que imitaban a la mano y que le daban la posibilidad
de transformar los materiales más diversos: piedras, huesos,
madera, y convertirlos en utensilios de fabricación, caza, pesca y
almacenamiento, con una característica muy importante: la
herramienta creada tenía una finalidad pensada antes de hacerla,
es decir, el hombre aprendió a planear para el futuro lo que haría
con la herramienta fabricada: cortar, raspar, cavar, tejer, modelar,
atrapar, machacar, etc. Entonces, a nuevas ideas, nuevas
herramientas, a nuevas y mejores herramientas, nuevas ideas, a
nuevas ideas, nuevas herramientas y así en un proceso de
desarrollo técnico que no ha cesado y que va de una simple hacha
de piedra de sílex hasta una nave espacial. De esta manera, con la
conexión mano-cerebro-mano, el hombre logró algo increíble y
asombroso: pensar, idear, anticiparse a los acontecimientos,
imaginar y razonar. Estas cualidades, a su vez, lo hicieron muy
eficaz y capaz de asegurarse la sobre vivencia en cualquier clima o
región geográfica. El hombre primitivo, verdadero héroe de la
humanidad, había triunfado.
En segundo lugar, el hombre es un ser social. Los primates viven
en manada, es decir, son animales gregarios, formando grupos muy
organizados y jerarquizados. El hombre, al ser también un primate,
fue también desde sus orígenes un ser gregario que vivía en
manadas, sólo que en el caso del hombre el nivel de organización
fue tan superior que ya no le llamaremos manada, sino sociedad.
Todo lo que hemos mencionado anteriormente el hombre no lo hizo
sólo, ni las herramientas y utensilios que ideó y fabricó fueron la
obra de algún genio solitario, son más bien el resultado del trabajo
de toda la comunidad, unos haciendo una cosa, otros ensayando
otra, otros más intentando algo diferente, en otras palabras, la
cultura es un producto común, un resultado del esfuerzo de todos,
según su sexo, edad y cualidades personales. De este hecho se
desprende algo sumamente importante: que para poder trabajar en
común y organizarse, tuvieron necesariamente que comunicarse. La
palabra comunicación tiene la misma raíz que comunidad, común,
comunión, todas ellas referentes al hecho de lo importante que es
para el hombre su vida social.
No sabemos cómo se comunicaron los primeros humanos, pero
podemos imaginar que quizá la comunicación comenzó con señales
de la mano y los brazos, como lo hacemos hasta ahora, incluso
mientras hablamos. Después, conforme las necesidades de
organización se hicieron más complejas, se esforzó por hacerlo con
98
sonidos como silbidos y gritos. Estos gritos poco a poco se afinaron
y se convirtieron en palabras que hacían referencia a algún objeto,
suceso o idea. Es el origen del lenguaje. Podemos también
suponer, con base en la evidencia, que otra forma de comunicación
fue la pictórica. Existen muchos ejemplos de dibujos y pinturas de
carácter simbólico, dejados por el hombre primitivo en las cuevas
que habitaron. Esos símbolos gráficos, que hacían referencia
también a algún objeto, acontecimiento o idea, a través de la
metáfora o la analogía, fueron desarrollándose lentamente a lo largo
de miles de años, hasta convertirse en números y letras. Es el
origen de la matemática y la escritura, además de las artes
plásticas: pintura y escultura.
Lo importante a destacar aquí es que la comunicación a través de
un lenguaje o conjunto de signos comprensible a toda la
comunidad, no sólo les permitió organizarse y ponerse de acuerdo
para realizar sus múltiples actividades, sino que permitió a los
miembros de mayor edad transmitir sus conocimientos y habilidades
a los más jóvenes, evitando que se perdieran. Es el origen de la
educación. Se podían entonces transmitir su historia, sus mitos y
leyendas, el uso de las herramientas diversas y así mantener unida
a la comunidad y sobre todo, dándoles a todos una identidad
común. El hecho de vivir, trabajar y entenderse socialmente fue un
éxito más de sobre vivencia que logró el crecimiento de las
comunidades humanas: de tribus pasaron a formar aldeas, después
pueblos, mas adelante ciudades y estados y al final naciones, lo
que hizo evolucionar también sus habitats: la cueva se convirtió en
cabaña, esta en casa y más tarde en edificios y monumentos, en un
proceso similar al biológico, en que se partió de algo simple para
llegar a algo mucho más complejo.
Como hemos podido ver hasta ahora, podemos decir que el hombre
es un ser histórico, pues crea concientemente su vida en común;
es un ser natural resultado de la evolución animal; es un ser
productivo, pues no sólo se adaptó a la naturaleza sino que la
transformó; es un ser creativo, pues inventó y fabricó herramientas
y utensilios de todo tipo para la vida cotidiana; es un ser social,
pues todo esto lo ha hecho con la colaboración de toda la
comunidad; es un ser simbólico, pues creó signos y símbolos que
le permitieron comunicarse por medio del lenguaje hablado y
escrito; es un ser racional, porque todo esto lo logró observando el
medio ambiente, sacando conclusiones, ideando, planeando y
llegando a ciertos resultados prácticos que le permitieron sobrevivir
99
en la lucha por la vida con otros animales, incluyendo otros primates
y otros homínidos, como el hombre de Neandertal, hoy extinto.
Pero el hombre es mucho más.
El hombre es un ser estético, es decir, que dentro de todo lo que
creó: herramientas, armas, utensilios, cestería, ropa, muebles, de
carácter práctico, creó también una serie de objetos que no tenían
utilidad práctica y que estaban hechos buscando intencionalmente
que fueran bellos. No sólo adornaban su ropa, utensilios y ellos
mismos, sino que además crearon dibujos en las paredes de las
cuevas y unas pequeñas esculturas de barro sin ningún uso
aparente, más allá del mágico y religioso. Estas pequeñas
estatuillas, llamadas “Venus”, reproducen la forma del cuerpo
femenino con sus rasgos sumamente exagerados: enormes senos,
abultadas caderas, marcados genitales, lo que nos hace deducir
que dichos objetos artísticos eran una representación divina de la
fertilidad de la mujer, que es la que de manera más obvia da la vida
al hombre, y que a su vez simboliza la fertilidad de la naturaleza,
prodiga en agua, frutos, semillas, animales y plantas, todo
indispensable para la vida humana, lo que nos revela un acentuado
sentimiento místico y religioso. El hombre es por tanto un ser
religioso. Rasgo que también encontramos enfatizado en las
pinturas encontradas en las paredes profundas de las cavernas,
llamada pinturas “rupestres”, en las que podemos ver representadas
preferentemente escenas de caza y de animales como el reno y el
bisonte en diferentes actitudes, pintados con extraordinario
realismo, maestría y belleza. Aparecen representados también
algunos hombrecillos corriendo con sus lanzas, arcos y flechas,
aunque extrañamente pintados sin ningún realismo, siendo apenas
un esquema, quizá porque conocían mejor a los animales que
cazaban, que a ellos mismos. ¿Qué significado tenían estas
pinturas? Si lo vemos con detenimiento, no creemos que hayan sido
un simple adorno o el producto de un arrebato creador de algún
Miguel Ángel prehistórico. Se ha notado que estas pinturas murales
presentan en algunos casos marcas de lanzas o flechas lanzadas
contra ellas, como si quisieran cazar a aquellos animales pintados,
lo que nos hace pensar en un rito mágico, donde los cazadores,
conducidos por el chaman o brujo de la tribu, eran conducidos hasta
el interior de la caverna, iluminada débilmente por antorchas,
donde, frente a las pinturas realizadas previamente por los artistas,
celebraban un rito o ceremonia en el que, imitando las acciones de
caza con aquellos dibujos, esperaban que la misma escena se
100
reprodujera afuera en el campo, con animales reales. Era por tanto
un rito propiciatorio, mágico, según el cual las cosas estaban
ligadas entre sí por fuerzas espirituales invisibles que el hombre
podía, mediante los conjuros adecuados, hacer actuar a su favor. El
arte tuvo entonces un origen mágico-religioso y en eso constituía su
utilidad. Muchos miles de años después el arte siguió teniendo
como tema central asuntos religiosos, aunque ya sin su supuesto
poder mágico, sin dejar por ello de ser libre, bello y tener utilidad
social: ver el mundo de manera diferente a la cotidiana y enriquecer
así nuestra comprensión y goce del mundo en que vivimos.
El hecho de ser el hombre un ser social, con las características ya
señaladas, lo hacen también un ser político. La palabra “polis”, de
donde deriva la palabra “política”, es de origen griego y significa
ciudad o Estado, o más bien, ciudad-estado. Por tanto la Polis era la
comunidad de ciudadanos que vivían en una ciudad, digamos
Atenas, y que estaban regidos por las leyes y normas en ella
vigentes. Por extensión, la palabra polis derivó en el concepto
Política que pasó a ser el estudio de las formas de gobierno de un
Estado o Ciudad, ya fuera la Aristocracia, la Democracia o la
Monarquía, y el estudio de las leyes convenientes para organizar la
vida social. Por tanto, político pasó a ser el gobernante,
representante de las leyes, el orden y la defensa de un Estado. De
la palabra polis deriva también la palabra “policía”, que es el
ciudadano encargado de vigilar que los demás cumplan con las
leyes vigentes en una ciudad o Estado. La política es necesaria
porque el hombre, al vivir en sociedad y hacerlo todo en comunidad,
necesitó, desde el principio, establecer reglas, normas y acuerdos
para hacer la vida común posible y tolerable. Si no existiera alguna
forma de organización en la comunidad y cada quien hiciera lo que
quisiera, la vida social habría sido imposible, tarde o temprano se
hubieran matado unos a otros y la humanidad habría desaparecido
hace muchos miles de años. No fue así, porque las comunidades se
organizaron políticamente y se formo algún tipo de gobierno. En un
principio, quizá el jefe de la comunidad fuera el hombre más fuerte,
o quizá, lo que es más probable, la autoridad recayera en el brujo,
chamán o sacerdote, figura muy importante que tenía a su cargo la
salud física y mental de la comunidad, además de ser el que
mantenía la comunicación con los espíritus y las deidades. También
es posible que la autoridad estuviera representada por un consejo
de ancianos.
101
Sea como fuere, el hombre siempre se ha organizado políticamente,
controlando, normando y regulando las relaciones entre los
miembros de la comunidad, castigando a los que infringían las
reglas e impartiendo justicia, cualquiera que fuera la idea que tenían
de ella. Hasta hoy en día vivimos en sociedades organizadas
políticamente con un gobierno, leyes y un Estado que los hace
valer, aunque, desgraciadamente, hasta la fecha, estas formas
políticas sean bastante imperfectas, pero siempre perfectibles.
El hombre es un ser ético. Por las mismas razones que el hombre
se organizó políticamente, también lo hizo moralmente. La Ética es
una disciplina filosófica que estudia a la moral y que luego
definiremos. Proviene de la palabra griega “ethos”, que significa
“hábito” o “costumbre”, refiriéndose a las actitudes, conductas y
actos que el hombre ejecuta por hábito, costumbre o tradición. La
Moral deriva de la palabra latina “more” o “mores”, que significa
también costumbre. Ahora, como antes, se entiende a la moral
como el conjunto de reglas y normas que de alguna manera regulan
la conducta de los hombres en la sociedad, haciendo llevaderas y
tolerables las relaciones entre las personas; la diferencia con las
normas políticas, es que las normas morales se acatan y practican
por convencimiento o porque le fueron enseñadas al individuo
desde niño, mientras que las normas políticas tienen que ser
obedecidas por la fuerza física si fuere necesario.
De la misma forma en que el hombre necesitó organizarse
políticamente, también necesitó hacerlo moralmente: actuar bien,
ser respetuoso, honesto, sincero, justo, leal, honrado, gentil,
amable, etc. Fueron siempre cualidades deseables en las personas,
pues, si no fuera así, los choques, disputas y pleitos entre las
personas harían imposible la convivencia pacífica en la comunidad.
Todo hombre o mujer ve en los otros posibles enemigos o
competidores, una amenaza para su seguridad o sus bienes: el
robo, el asesinato y la difamación han existido siempre, pero sus
efectos negativos se atenúan con la conducta moral. Tenemos
entonces que las normas y reglas morales, son un medio para
suavizar y hacer más tolerable la vida social, por eso el hombre,
como ser social, las creó.
Por último, podemos agregar a esta larga y compleja lista de
características y cualidades humanas, la de que el hombre es un
ser filosófico. Es decir, un ser reflexivo, pensante, racional, que
necesita conocer el mundo que lo rodea y a sí mismo, formulándose
102
preguntas, dudas, incógnitas y buscando después la manera de
resolverlas, pensando antes de actuar y previendo las
consecuencias de sus actos.
Con este cuadro general tendremos ya una idea más clara de lo
que somos los seres humanos, aunque, desde luego, quedan
muchas lagunas y dudas que quizá nunca lleguemos a despejar
completamente.
Antes de terminar, es importante mencionar que hay otras maneras
de entender al ser humano y que no adoptan la perspectiva
histórica para hacerlo, sino que parten del hombre tal y como es hoy
en día. Es la llamada filosofía antropológica, según la cual el
hombre en una unidad sicológica-física-biológica-social y se
compone de varias esferas o áreas. Una sería la esfera racional o
“mente”; otra la esfera emocional-sentimental o “cuerpo” y otra la
esfera creativa o “espíritu”. La esfera racional y emocional, es decir,
el cuerpo y la mente, se pueden explicar por los métodos
tradicionales de la ciencia, pero la esfera creativa, por ser espiritual,
es de difícil acceso. El problema reside en definir el concepto
“espíritu”. Para los más conservadores, sería el total de la energía
que nos hace vivir, algo así como el producto del funcionamiento
total de nuestro ser, y para los más imaginativos y místicos, el
espíritu es una entidad separada del cuerpo y la mente y que
poseemos transitoriamente, mientras vivimos, por lo que al morir el
cuerpo físico este espíritu se libera y continúa una existencia
incorpórea. Como podrán apreciar, se trata de una concepción
místico-religiosa que, como todas las de su tipo, adolece del defecto
de no poderse comprobar. De cualquier forma, es valioso rescatar
la teoría de las esferas, pues en efecto, el hombre no es sólo una
máquina pensante, también siente, se emociona, desea, imagina,
sufre, se entusiasma o entristece, esfera que no se cultiva en los
sistemas educativos de las sociedades industriales modernas; es
también un ser que crea, uniendo cuerpo y mente, no sólo
máquinas, sino también obras de arte.
En fin, podríamos dedicar un libro entero al tema pero no podemos
hacerlo y tenemos que contentarnos con lo básico que, no obstante,
es suficiente para entendernos como seres humanos y así poder
entrar al terreno de la ética, que se aplica únicamente al hombre.
103
4.2 El lugar de la Ética en la filosofía.
La ética, aunque es una ciencia autónoma, forma parte de la
filosofía, a través de la axiología, que se encarga de estudiar los
valores, en este caso concreto, los valores morales.
Ética, como ya señalamos, significa costumbre, hábito, o más bien,
conducta realizada por costumbre. Como ciencia independiente,
interesada en la conducta moral de los hombres en sociedad, la
ética cumple varias funciones y tiene algunas características.
En primer lugar, trata de descubrir valores de bondad o maldad en
los actos humanos, intentando conocer las causas de tales actos.
En segundo lugar, trata de descubrir las causas de la conducta
humana. Por lo tanto, es una ciencia racional y objetiva que realiza
sus indagaciones siguiendo un método.
Estas causas que la ética busca son de diverso tipo:
Una persona puede actuar, bien o mal, por razones psicológicas, es
decir, por impulsos y motivaciones emocionales internas que no
controla. Por ejemplo: un asesino psicópata, un ladrón cleptómano.
Una persona puede actuar también, bien o mal, por razones
económicas. Si se encuentra en extrema pobreza, al grado de no
tener para comer, puede robar para satisfacer su necesidad. O al
contrario, si es excesivamente rico, por ambición puede cometer
actos ilícitos, sobornos, amenazas, etc., para acumular aún más
dinero.
Una persona puede actuar, bien o mal, por razones sociales. Si
pertenece a algún partido político u otra organización social, su
labor dentro de ellas puede llevarla a actuar con violencia en una
manifestación o, al contrario, conducirse pacíficamente al defender
los derechos humanos de otras personas aún a riesgo de una
represión policíaca.
Puede actuar también por razones políticas, religiosas, familiares,
laborales o personales.
104
El científico de la ética debe tomar todas estas causas y otras más
a la hora de explicar la conducta de tal o cual persona, grupo, clase
o sociedad entera, pues, aunque investiga actos morales
particulares, su interés es social, o sea, explicar la conducta global
de la sociedad en un momento histórico determinado y en una
comunidad específica.
4.2.1 Problemas fundamentales de la Ética.
El objeto de estudio de la ética es la Moral, que podemos definir
como “el conjunto de normas que regulan la conducta social de los
hombres en sociedad”, por lo que la moral tiene que ver con la
definición de dos aspectos importantes: por un lado, definir un acto
moral y qué no lo es; por el otro, definir una norma moral, que son
dos problemas centrales de la Ética.
La ética surgió, como ya podemos suponer, en la Grecia Antigua, y
encuentra a su fundador, en Sócrates, el famoso filósofo ateniense,
maestro de Platón y del que ya hablamos. Pues bien, lo que hace
diferente a Sócrates de todos los demás filósofos de su época y
anteriores, es que mientras todos los demás estaban preocupados
por conocer el cosmos, la naturaleza, a él le interesaba el hombre y
sus diversas cualidades. Para él el valor supremo era la verdad, y
sostenía, en contra de los sofistas, que la verdad era una, certera y
no algo relativo. El segundo valor que le importaba, relacionado con
el anterior, es el bien, pues quien conoce la verdad no puede actuar
más que bien, y por el contrario, el mal era causado por la
ignorancia de los que así se conducían. Por ejemplo, si sabemos
que fumar tabaco es dañino para la salud, sería obvio que nos
abstendríamos de hacerlo, no así si ignoramos que hace daño. Sin
embargo, dirán ustedes, hay personas que saben que fumar hace
daño y aún así fuman. Lo que sucede es que los valores se
presentan como un ideal, como algo que debemos o deberíamos
hacer, pero el hombre es débil y caprichoso, imperfecto, y raras
veces alcanza el ideal. Algo muy importante sobre lo que ya
volveremos. El tercer valor importante para Sócrates es la justicia,
pues quien conoce la verdad y actúa bien no puede ser más que
justo. Ser justo sería observar las leyes del Estado aún sabiendo
que no son del todo buenas, pues si no las cumpliéramos a pesar
de sus defectos, acabaríamos quitándoles toda validez. Desde
luego, también es correcto luchar por establecer leyes justas. El
105
cuarto valor importante para Sócrates es la belleza, tanto física
como espiritual, pues quien conoce la verdad y actúa bien, con
justicia, es bello moralmente. Por lo tanto, Sócrates establece un
grupo de valores fundamentales en el desarrollo de la civilización y
sus opuestos, el disvalor o valor negativo:
VERDAD --------------- FALSEDAD
BIEN
---------------
MAL
JUSTICIA ---------------
INJUSTICIA
BELLEZA --------------
FEALDAD
Para los griegos antiguos, su ideal de educación, que ellos
llamaban “paideia”, indicaba que quién poseía esos cuatro valores
por lo menos (pues existen más, como la sobriedad, la valentía, la
templanza, etc.) poseía el “areté”, o virtud de nobleza, de distinción.
Conciente de eso, Sócrates se dedicaba en las plazas, mercados y
calles de Atenas a dialogar con sus conciudadanos, interrogándolos
sin cesar para que ellos mismos descubrieran si poseían estos
valores o no. Su finalidad era correcta, educar al pueblo, pero su
método, llamado “mayéutica”, basado en preguntas y respuestas
sobre un mismo tema, no caía bien a todos, lo que le ganó muchos
enemigos, pues, desgraciadamente, la mayoría de la gente no
posee estos valores. Esto a la larga le causó la muerte, pues sus
enemigos se conjuraron contra él, acusándolo de negar a los dioses
y corromper a la juventud, hasta lograr la condena de muerte de un
tribunal ateniense decidido a eliminarlo. Su muerte fue injusta, pero
él obedeció la condena, pudiendo huir, para evitar que el jurado y
los jueces quedaran descalificados al ser desobedecidos. Su
muerte fue ejemplar y acorde con los valores que predicaba. Por
todo eso se le considera padre de la ética.
Es necesario aclarar que el hombre actuó moralmente miles de
años antes de que naciera Sócrates, lo importante es que fue él el
primero en hacerlo notar concientemente.
La ética tiene un carácter histórico, el cual es uno de sus problemas
fundamentales. El carácter histórico de la ética consiste en afirmar,
106
(contrariamente al pensamiento religioso que dice que las normas
morales le fueron dictadas al hombre por Dios), que la moral es un
producto cultural humano, y que por lo tanto se desarrolla, cambia,
modifica y progresa a la par que la sociedad humana. También
implica que la moral no es la misma en todas las épocas de un
mismo pueblo, ni en todos los pueblos, sino que es relativa y se
adapta a las circunstancias particulares de cada pueblo.
La ética también se concibe como una ciencia de esencia social,
pues aunque estudia la conducta de los individuos tomando como
eje a la moral, su Interés ulterior es comprender el comportamiento
global social y es, de hecho, una ciencia comparativa, pues
compara la conducta moral de distintos pueblos, modernos o
primitivos, occidentales u orientales, actuales o pasados. Considera
que no se puede explicar la conducta individual sin tomar en cuenta
las características de la sociedad en que vive.
Otro problema de la ética es su origen clasista. Al surgir la ética, en
la Grecia antigua, la base económica se fincaba en el trabajo
esclavo, y los esclavos no contaban como seres humanos
auténticos para los griegos libres. Aristóteles afirmaba que estaba
en el orden natural que unos hombres nacieran libres, y por tanto
superiores, y otros esclavos y por tanto inferiores. La ética nace así
con un fuerte prejuicio de clase, característica que arrastró a lo
largo de los siglos, catalogando de diferente manera a los hombres,
en cuanto a sus actos morales, ya fuera rico o pobre, noble o
plebeyo. Es decir, la ética era discriminatoria. El surgimiento y
consolidación de la lucha de la clase trabajadora y el surgimiento de
Estados democráticos en la mayoría de las naciones modernas, ha
eliminado este prejuicio y la ética se ha liberado de su estigma
clasista, por lo menos, en gran parte.
Por último, la ética estudia a la moral en sí misma, es decir,
haciendo abstracción de los hombres que la practican, y se propone
definir los que es un acto moral diferenciándolo del que no lo es;
definir lo que es una norma moral, diferenciándola de otro tipo de
imperativos, reglas o leyes. Se impone también la tarea de
establecer qué es la responsabilidad moral y en qué casos juzgar,
atribuir o eximir. El problema de la responsabilidad moral lo lleva a
otro, a delimitar la valoración moral, y cuándo y cómo, se debe
llevar a cabo. Finalmente, estos problemas obligan a la ética a
definir el concepto de libertad, pues sin su práctica los actos
humanos no pueden ser valorados moralmente.
107
Estos son los problemas de
específicamente más adelante.
la
ética
que
abordaremos
4.2.2 Relación de la Ética con otras ramas del saber.
Como hemos podido ver, la ética tiene un objeto de estudio
bastante complejo, pues detrás de la conducta moral del hombre se
encuentra el hombre mismo. Por eso, la ética necesita recurrir a los
conocimientos de otras ciencias y ramas del saber humano, como
auxiliares de su labor. De esta manera la ética entra en relación
interdisciplinaria con otros enfoques sobre el hombre y la sociedad.
Mencionemos las más importantes:
La ética necesita, primero, de la historia, pues, como ya vimos, la
moral no es estática, sino que cambia en el curso del desarrollo de
la sociedad, y de un pueblo a otro, por lo que la historia le da los
parámetros, las explicaciones y las descripciones de los hechos
históricos que luego el ético utiliza para comprender mejor su objeto
estudio y prever, en lo posible, los cambios futuros de la conducta
moral de la sociedad.
Se relaciona también, muy estrechamente, con el derecho, pues
este también establece normas de conducta, de carácter obligatorio.
Al derecho lo podemos entender de dos maneras: como la ciencia
política que estudia las leyes, su formulación y aplicación, como una
ciencia teórica, y también como la institución jurídica que norma
todo el proceso legal en una sociedad.
Tiene semejanzas con la moral porque también constituye un
conjunto de normas, que llamamos leyes, y que igualmente
pretenden regular las relaciones entre los hombres y las naciones.
Se diferencia de la moral en que las normas jurídicas han de ser
observadas obligatoriamente, y si no lo son, se aplica una sanción o
pena, por lo que de hecho son coercitivas. En cambio, la norma
moral no es coercitiva, no se castiga ni penaliza su incumplimiento,
y su aceptación ha de ser voluntaria, porque el individuo se ha
convencido de su conveniencia y valor. Si no se cumplen no hay
castigo penal, únicamente la reprobación social.
108
Se diferencia también en que las leyes del derecho están escritas
en un documento oficial y se sabe su fuente: el parlamento o
congreso de cada Estado. Las normas morales, en cambio, son
anónimas y no están escritas, se transmiten oralmente en la familia
o en la escuela.
La ética se sirve del derecho para comprender la naturaleza de las
leyes y normas.
Se relaciona también con la política, porque esta es la forma legal
para lograr acuerdos en la sociedad y llevarlos a cabo, cumpliendo
con las normas jurídicas y las morales. La ética toma de ella el
conocimiento de las formas de organización social, las instituciones
sociales, y conocer sus características y funciones.
Se relaciona también con la religión, pues esta, institucionalizada
en forma de iglesia, también establece normas morales
supuestamente emanadas de Dios y cuyo incumplimiento puede
acarrear al infractor nada menos que el infierno y sus penalidades
para la eternidad. La ética toma de la religión el conocimiento sobre
la forma de inculcar una norma moral y hacerla cumplir, en este
caso, bajo amenaza. Es importante señalar, sin embargo, que a
pesar de la civilización y la cultura, el hombre es un ser caprichoso
y voluble, generalmente egoísta y ventajoso. Si se le dejara a su
libre voluntad para actuar, muy probablemente sería más malo que
bueno. Por eso, para obligarlo a portarse bien, se le amenaza, ya
sea con el desprecio de sus congéneres, con la cárcel, o con las
penas del infierno. Parece ser, dicen los éticos, que sólo así el
hombre marcha por la senda, algo torcida, del bien. Pero tomemos
en cuenta, en descargo de nuestra mala conducta, que el hombre
es en el fondo un animal, que se humanizó a los largo de dos
millones de años y que la civilización apenas cuenta con unos seis
mil años. Somos pues, en muchos aspectos, animales sin
domesticar...
Por último, la ética tiene relación con la axiología, la rama filosófica
de la que parte, porque esta le informa acerca de lo que son los
valores en general y las normas morales, recordémoslo, son
valores.
También la ética tiene relación con otras ciencias y áreas de
conocimiento como la sociología, la psicología, la economía y
109
muchas otras que sería tarea del lector investigar, si así lo desea,
para lo que se le dan algunas indicaciones en la sección de
ejercicios.
4.3 Distinción entre Ética, Moral y Moralidad.
Muchas veces se confunde ética con moral y se usan estas
palabras como si fueran sinónimos, y así se dice de una persona de
mala conducta que le falta ética, cuando debería decirse que es
inmoral o no tiene moral, lo cuál es imposible, como veremos más
adelante. Por ello hay que diferenciarlos.
La Ética es una ciencia y su objeto de estudio es la moral. La
podemos definir con mayor precisión y formalidad así: “La Ética es
la ciencia filosófica que se encarga de estudiar la conducta moral de
los hombres en sociedad”.
La Moral, por su parte, es el objeto de estudio de la ética y la
podemos definir así: “La moral es el conjunto de normas y reglas
que regulan la conducta de los hombres en sociedad”. Esas normas
y reglas se transmiten de una generación a otra porque la sociedad
las considera valiosas y son más o menos diferentes de un pueblo a
otro, tanto en el espacio como en el tiempo.
La Moralidad, por su parte, es el hecho de actuar, efectivamente, de
una forma moral, ya sea bien o mal. Se habla entonces de
moralidad cuando un individuo o un grupo de individuos o un pueblo
entero han ya actuado efectivamente, es decir, que ya han llevado a
cabo, prácticamente, una conducta, sea buena o mala.
La moral es entonces el canon, el conjunto de normas de conducta
válidas en determinada sociedad o en la humanidad en su conjunto.
También es importante destacar que ningún individuo, a menos que
viva toda su vida en la selva más apartada, como un tarzán, o en el
desierto más despoblado, puede ser inmoral o amoral, lo que
significa, “sin moral”. Un hombre puede actuar bien o mal, pero
nunca sin moral alguna. Por eso es falsa aquella frase muy sonada
de que en tal o cual época “YA NO HAY MORAL”. Si la hay, sólo
que los individuos actúan en su polo negativo, como veremos al
hablar de los valores.
110
Hecha la distinción, adentrémonos en la moral: este concepto,
abstracto ya de por sí, se vuelve más tangible cuando entendemos,
como ya mencionamos, que su área de influencia se centra en:
La Norma Moral.
El Acto Moral.
La Valoración Moral.
Hablemos primero del acto moral. La Ética establece que un acto es
moral cuando sus consecuencias afectan a otras personas, además
del que comete el acto, bueno o malo.
Si alguien hace algo, estrictamente privado, y con su conducta no
afecta a nadie, no es un acto moral. También un acto moral es
aquel que el individuo realiza libremente, por propia decisión. Es
decir, si alguien mata porque lo están amenazando u obligándola,
no puede ser responsable moral de ese hecho. De igual manera, un
acto moral debe ser aquel que se realiza concientemente, sobre
todo conciente de las consecuencias, si no es así, no es un acto
moral. Por ejemplo: si un niño pequeño toma la pistola que su papá
dejó sobre la mesa del comedor y le dispara y mata a su hermanita,
no lo podemos responsabilizar moralmente, pues, por su edad, no
es todavía conciente de lo que hace y de sus consecuencias. En
este ejemplo el responsable moral sería el padre que debió guardar
en un lugar seguro su pistola.
Por lo tanto, un acto moral debe cumplir las siguientes condiciones:
Afectar a terceros.
Tener un motivo.
Un medio del que se valió para actuar.
Tener un resultado y
Producir una consecuencia.
Por ejemplo: tomemos el caso de un crimen pasional: un hombre
llega a su casa por la noche y encuentra a su mujer con otro
hombre; ofendido, toma la pistola que tiene guardada y los mata a
los dos. Analicemos el caso: en este ejemplo, la acción del asesino
está afectando a terceros: no sólo está privando de la vida a dos
seres, sino que además está rompiendo definitivamente la unidad
111
de su familia, afectando a los hijos. Existe un motivo: los celos, los
deseos de venganza, el honor ultrajado. Existe un medio: para
lograr su venganza y restituir su honor, el marido utilizó una pistola.
Existe un resultado obtenido: la venganza cumplida. Existe una
consecuencia: la muerte de los amantes y el encarcelamiento del
asesino. Al cumplir todos los requisitos, este acto es un acto moral.
Podemos valorar moralmente el acto del marido y decir que hizo
bien o mal, pero el hecho de partida es que una norma moral muy
importante dice: no matar, matar es malo. El marido pudo solucionar
el problema de otra forma, divorciándose de su mujer en vez de
matarla. El hecho es que el marido se hace, con ese acto,
responsable moral y legal. En cambio, un hombre que ya en edad
madura se encuentra sólo, sin familia, enfermo, y cansado de la
vida, decide suicidarse, realiza un acto que al no afectar
directamente a terceros, no es un acto moral y por lo tanto no
podemos juzgarlo. Podemos valorar su acto como bueno o malo,
pero al no afectar a nadie, resulta irrelevante nuestro juicio.
Veamos ahora la norma moral.
Una norma moral es una pauta de conducta, considerada valiosa y
buena para la comunidad, que tiene carácter de obligatoriedad y
que pasa a formar parte del acervo cultural de una sociedad. La
norma moral, como toda norma, es ideal, un deber ser, por lo que o
se cumple, no se cumple o se cumple parcialmente. Tiene carácter
histórico, pues es un producto humano y puede variar en su
contenido o en su interpretación en un momento dado. Sólo es
válido su cumplimiento cuando se realiza libre y concientemente.
Pasemos ahora a ver la valoración moral.
La valoración moral es el acto de valorar o juzgar moralmente la
conducta de una persona, ya sea buena o mala. Para valorar y por
tanto responsabilizar moralmente a una persona, se deben tomar en
cuenta los siguientes aspectos:
Primero, la edad, sexo, estado mental y socio-económica de la
persona valorada.
Segundo, que quien valora sea la persona indicada para hacerlo.
Por ejemplo, de un hijo, sus padres; de un alumno sus maestros, de
un gobernante los gobernados, etc.
112
Tercero, que la valoración se haga en un tiempo razonable después
de cometido el acto juzgado.
Cuarto, que se confirme que la persona valorada actuó libre y
concientemente y no impulsada por una coacción interior o exterior.
Por ejemplo, un desequilibrio mental (coacción interna), o una
amenaza (coacción externa).
El resultado de la valoración moral es determinar si quien cometió
un acto, bueno o malo, es responsable moral o no de su conducta.
En caso de delitos legales, ante un tribunal, esta valoración puede
ser determinante entre condenar o absolver a una persona. En el
caso de actos morales, la sanción puede ser, a menor escala,
perder o conservar una amistad. En cualquier caso, de la valoración
moral se deriva una condena o una absolución, el castigo o el
perdón.
Sería útil que el lector, en la sección de ejercicios, propusiera
algunos ejemplos de actos morales y los valorara, siguiendo las
indicaciones que se le señalan.
4.3.1 Carácter histórico-social de la moral.
Si la ética es una ciencia con dimensión histórica, es porque su
objeto de estudio, la moral, es un producto histórico, no sólo porque
surgió en determinado momento del desarrollo humano, sino porque
se ha seguido adecuando, modificando y desenvolviendo en
consonancia con la transformación social humana. Surge la moral
entonces en un momento histórico determinado (que se pierde en la
oscuridad del pasado) y como respuesta a la necesidad de
organizar, atenuar y controlar los impulsos agresivos del hombre, la
violencia generada por la convivencia diaria, haciendo posible la
vida en sociedad.
La moral es histórica porque no es inmutable, sino que cambia y se
desarrolla a la par que el hombre mismo. Tiene carácter histórico,
porque es un producto conciente del hombre y la comunidad y nace
por una necesidad social. Los animales no tienen historia porque no
desarrollan cultura ni son concientes, conceptualmente, de sus
actos. El hombre sí. Y a la par que su carácter histórico, está el
carácter social de la moral, pues esta surge socialmente para tener
113
un efecto sobre toda la sociedad. No es el invento de algún
individuo aislado, sino del conjunto total de la comunidad y nadie
queda fuera de ella, se cumplan sus normas o no.
114
CAPITULO QUINTO.
LA PROBLEMÁTICA AXIOLÓGICA.
La ética, como ya vimos, es una parte de la Axiología, que a su vez
es una de las ramas principales de la filosofía. Ahora bien, la ética y
su objeto de estudio, la moral, y sus valores hechos normas, no son
todo el contenido de la Axiología, por lo que ha llegado el momento
de ocuparnos de ella.
A la Axiología la podemos definir como “el problema filosófico que
se encarga de estudiar los valores”, tratando de lograr lo siguiente
en base a la pregunta ¿qué son los valores? Buscando lo siguiente:
1.- Definir qué es un valor.
2.- Establecer su naturaleza, características y propiedades
esenciales.
3.-Diferenciar los distintos tipos de valores que existen.
4.-Destacar los valores más importantes, haciendo un balance
sobre la situación actual de las sociedades humanas con respecto a
los valores, sobre todo en lo referente a la libertad, la
responsabilidad moral, la justicia, la igualdad y otros, fundamentales
para entender los problemas de la sociedad humana actual.
La axiología, como en general las ciencias sociales, antaño
llamadas “filosofía del espíritu”, se desarrolló últimamente. Aunque
hemos indicado que la ética, por ejemplo, surge con Sócrates en la
Grecia antigua, lo cierto es que la preocupación por la naturaleza de
los valores es muy reciente, prácticamente del siglo XX.
En la antigüedad y en la Edad Media, los valores eran considerados
de carácter ideal, dones divinos que el hombre recibía de Dios, o
bien como cualidades que los objetos y las personas adquirían con
base en propiedades que hoy llamaríamos sicológicas: algo o
alguien era valioso porque a los demás le interesaban, le
agradaban o los deseaba; por el contrario, algo que a nadie le
interesaba, que a nadie le agradaba o nadie deseaba era algo que
no tenía ningún valor.
115
Sin embargo, era esta una visión demasiado simplista del problema
y se vio que los valores eran algo mucho más complejo. Fue
entonces cuando realmente se les prestó la debida atención. Para
empezar, se dudó que fueran de carácter ideal, o por decirlo así,
inmaterial, por el contrario, los valores siempre estaban ligados a un
objeto material, como el oro, por ejemplo, o a una conducta
humana, como la generosidad, en otro ejemplo. Entonces volvió con
más fuerza la pregunta, ¿qué son los valores?
5.1 Noción de valor.
Lo primero que se puede observar, es que la vida humana está
rodeada de valores por todas partes y que sin estos no se podría
entender la vida del hombre como “humana”. Desde que nacemos,
en el seno de una familia, hasta que morimos, nuestra vida está
llena de valores en nuestras relaciones con los demás y en el uso e
intercambio diario de objetos y mercancías, en lo económico al
cambiar, vender o consumir bienes, en lo social al saludar,
conversar o trabajar con las demás personas, en lo estético al
presenciar o crear obras de arte, en lo religioso al asistir a la iglesia,
en lo político al actuar como ciudadano y en lo legal al realizar
cualquier trámite, y en fin, en muchas otras actividades, todas las
cuales, sin excepción, involucran valores, pero, ¿qué son?
Como siempre, los filósofos no comparten una opinión unificada,
debido a que sustentan diversas concepciones del mundo,
materialistas o idealistas, por lo que hay varias posiciones al
respecto.
Un primer grupo de filósofos, a los que identificaremos como
idealistas, consideran que los valores son inmateriales, abstractos y
al final de cuentas, ideales; sostienen que existen por sí mismos,
independientemente de los objetos en que se manifiestan y que
forman un mundo aparte que existe en forma de categorías innatas,
que el sujeto ya posee desde el nacimiento, o en un mundo ideal al
estilo del mundo de las ideas de Platón. Según estos autores, los
valores son “objetos ideales”. Expliquemos esta noción. Por
ejemplo, supongamos una herramienta cualquiera como un
desarmador. Este sirve para atornillar y destornillar diferentes tipos
de tornillos para múltiples usos. El “valor” del desarmador es pues el
de “utilidad”: un valor práctico. El sentido común nos diría que el
valor de utilidad está en el desarmador, en su forma, el material de
116
que está hecho, su tamaño, etc. Por eso es útil. Ahora supongamos
que el desarmador se rompe y no se puede usar más: se ha vuelto
inútil. La pregunta sería: ¿qué ha pasado con el valor de utilidad
que tenía? ¿Se esfumó? ¿Dejó de existir? Los filósofos idealistas
dirían que no, que la “utilidad”, como valor ideal, sigue existiendo y
que no depende del desarmador, pues existe por sí mismo... Es
más, ¿qué pasaría si todas las herramientas útiles del mundo se
estropearan? ¿Seguiría existiendo el valor de utilidad? Los filósofos
idealistas sostienen que sí, aunque no existiera sobre la tierra un
solo objeto útil, la utilidad, como valor, seguiría existiendo. Un
ejemplo más: la belleza es un valor estético, consideramos que un
objeto es bello cuando tiene en su forma armonía, proporción,
equilibrio, etc., que lo hacen agradable y produce placer: una
pintura, un poema, una escultura. El “valor” de “belleza” se expresa
en esos objetos, ¿qué sucedería si todas las obras de arte fueran
destruidas? ¿Seguiría existiendo la belleza? Según estos filósofos,
sí, pues la belleza es ideal. Podría no haber cosas bellas y aún así
existir la belleza. ¿Dónde? He ahí el problema. Seguramente
existiría en nuestra mente, como categoría a priori, o en el mundo
de las ideas de Platón. Para tratar de explicar esto veamos que es
un “objeto Ideal”. Pongamos el caso de una figura geométrica,
digamos, el rectángulo, ¿quién ha visto alguna vez un rectángulo?
Muchas veces, diría cualquiera, por ejemplo, la mesa en que como
es un rectángulo, la puerta por la que entro y salgo es un
rectángulo, la cama en que duermo es un rectángulo. Pues resulta
que no, nadie ha visto jamás un rectángulo. La mesa tiene forma
rectangular, pero es una mesa, no un rectángulo; la puerta tiene
forma rectangular pero no es un rectángulo, es una puerta; lo
mismo pasa con la cama: tiene forma de rectángulo pero no son un
rectángulo. ¿Dónde están pues los rectángulos? En nuestra mente,
en forma de objeto ideal: cuatro líneas, dos de las cuales son más
largas que las otras dos y que se unen entre sí formando cuatro
ángulos rectos, eso es un rectángulo, además, perfecto, mientras
que la mesa, la puerta y la cama son imperfectos, aproximados a la
“idea” de rectángulo. Por lo tanto, los rectángulos existen en forma
de objeto ideal. De la misma manera existen los valores, según esta
concepción: tienen vida propia, existen por sí mismos.
Como podemos ver, esta noción de valor es sumamente confusa y
casi mística, muy abstracta e imaginativa. A esta corriente le
llamaremos objetivismo de los valores, pues se les considera
entes independientes de los objetos en que se manifiestan y de los
117
hombres que los perciben: podemos pensar en ellos o no, verlos o
no, ellos, de todas formas, están ahí.
Existe una segunda posición, defendida por otro grupo de filósofos,
a los que podríamos llamar realistas. Estos razonan de la siguiente
manera: tenemos el caso de una flor, una rosa roja de las que
regalamos cuando queremos halagar a una muchacha. Bien, ¿la
flor es bella en sí misma, por su color, delicadeza o forma, o somos
nosotros, los seres humanos, los que la creemos bella y le damos
ese valor? Según estos otros filósofos, la flor no es bella ni fea,
somos nosotros los que le damos su valor. Otro ejemplo: una mujer
de una tribu africana primitiva se pinta rayas blancas en la cara, se
atraviesa huesos de animal en la nariz o se deja crecer de forma
descomunal el labio inferior, esa mujer para un hombre occidental,
será fea, pero será bella para un miembro de su propia tribu. O por
el contrario, una mujer occidental, con los labios y los ojos pintados
y vestida a la moda, es bella para un europeo o americano, pero fea
para el africano. Es decir, según estos filósofos, los valores son
relativos, y somos los seres humanos, de acuerdo a nuestros
gustos, costumbres, cultura y educación, los que damos valor a las
cosas, valor que de por sí las cosas y las personas no tienen. Una
persona que mata a alguien a sangre fría es valorada como mala,
un soldado que mata a un enemigo lo consideramos bueno, y el
caso es que ambos han matado. A esta corriente le llamamos
subjetivismo de los valores, porque sostiene que los valores de por
sí no existen, sino que son apreciaciones subjetivas, relativas y
variables de las personas.
Existe, por último, una tercera posición, sostenida por otro grupo de
filósofos, a los que llamaremos materialistas. Para estos los valores
dependen de los objetos en que se materializan, pero además, esos
objetos solo son valiosos si les damos un uso social. Por ejemplo:
tenemos un pedazo de plata. La plata es de agradable especto,
difícil de obtener, buena conductora de la electricidad y su cualidad
maleable la hace susceptible de transformarse en una diversidad
increíble de objetos. Tiene por tanto un valor debido a las
propiedades físicas que posee. Pero ese valor es latente, sólo
potencial, pues de nada nos sirve si lo dejamos enterrado en la
mina, así no posee ningún valor. Solamente cobrará valor si la
extraemos y socialmente le damos un uso: transformarla en un
objeto de uso popular. Conclusión: el valor de un objeto depende,
por una parte, de sus propiedades físicas, y por otra parte, de que
esas propiedades sean utilizadas por la sociedad. A esta
118
concepción del valor le llamaremos objetividad social de los
valores.
¿Cuál de las tres teorías filosóficas es la correcta? El autor
considera a esta tercera posición como la correcta, pero sería
oportuno que el lector diera su opinión en la sección de ejercicios,
llegando a alguna conclusión, estableciendo por qué.
5.2 Tipos y características de los valores.
Hemos hablado de los valores en general, es hora de
diferenciarlos, pues existen gran variedad de valores, como
veremos a continuación:
Mencionemos en principio los valores morales, dentro de los
cuales encontramos primero al bien y el mal, que son los principales
y tradicionales. Definirlos no es difícil, la cuestión radica en que se
han entendido de diversas maneras en las distintas épocas de la
historia de la humanidad y han sido manipulados para justificar los
más diversos sucesos históricos por reyes, príncipes, papas,
dictadores, conquistadores y demás personajes con poder político,
militar o económico.
Sin embargo, todos estamos de acuerdo en llamar Bien a aquellos
actos humanos o aquellos objetos que nos ayudan, nos permiten
vivir con más facilidad, que nos curan o nos benefician de alguna
manera. El bien es lo que nos permite vivir, crecer y desarrollarnos
como personas. El Mal sería lo opuesto, aquello que nos destruye o
que nos hace destruir a otros. Junto con este par de valores,
estarían los valores morales de la honestidad, la sinceridad, la
fidelidad, lealtad, justicia, etc., valores que nos permiten mantener
relaciones sanas con las demás personas.
Tenemos también los valores económicos, como lo barato, lo
caro, lo productivo, lo eficaz, lo constructivo, lo competitivo.
Los valores políticos, de los cuales participamos todos y no sólo
los políticos profesionales, como ya vimos en otra parte. No
obstante, al político y gobernante, sea cual sea su tipo de gobierno,
se le exige honradez, veracidad, responsabilidad, firmeza, astucia,
voluntad, etc. Valores que redundan en el bien de toda la
119
comunidad y que si faltan o se presentan en su polo opuesto
destruyen a la comunidad.
Están también los valores estéticos, representados por la belleza y
la fealdad, lo agradable y lo desagradable, lo horrendo, lo
armonioso, el equilibrio, la proporción, etc., materializados
principalmente en el arte y que nos hacen la vida más placentera y
llena de sentido. Hasta el arreglo y el adorno personal son valores
estéticos, el aseo, la limpieza, la pulcritud y sus contrarios, lo sucio,
el desaseo, lo mugroso, etc.
Son muy importantes también los valores religiosos, muy
cercanos a los valores morales, tales como la caridad, la piedad, la
misericordia, la humildad, la esperanza, la fe, la hermandad, etc.,
que ayudan a las personas a soportar las penas de la vida.
Por último, mencionaremos a los valores del trato social, que nos
permiten llevarnos bien y relacionarnos sin violencia con nuestros
semejantes, tales como la amabilidad, el respeto, la cortesía, la
prudencia y sus contrarios, la grosería, el insulto, la ofensa, etc.
Es importante señalar que todos estos tipos de valores se mezclan
entre sí y se relacionan en cada acto y conducta humana, por lo que
separarlos y clasificarlos es una operación artificial útil únicamente
para conocerlos y analizarlos, en los sucesos diarios todos los
valores se integran en las relaciones sociales y conforman un todo
que define el grado de cultura y civilización de un pueblo.
Nos gustaría que el lector, en la sección de ejercicios, añadiera a la
lista algunos otros tipos de valores que se hayan escapado al autor.
Pasemos ahora a analizar las características de los valores.
Los valores son importantes, no sólo porque implican ideales que
en forma de normas se proponen al hombre como un “deber ser”,
sino porque rodean el mundo en que vivimos, cultural y natural, de
significado. Es decir, el paisaje humano se vuelve humano porque
no todos los detalles del mismo “valen” lo mismo. Vivimos en un
mundo humanizado porque le damos un valor a nuestras obras,
sean técnicas o artísticas, y a nuestros actos y conductas, porque
son nuestros y visten, por así decir, a la naturaleza de un ropaje que
no poseía. El hombre es un ser creativo, como ya vimos, y sus
creaciones tienen un valor y eso enriquece nuestra vida y la hace
120
muy superior a la de los animales y plantas. Los valores, por tanto,
hacen humano al hombre, que a su vez, crea los valores. Es una
relación dialéctica.
Y precisamente en eso se basa la primera característica de los
valores, pues la contradicción dialéctica es una dimensión que
rodea completamente al hombre y a la naturaleza. Todo se
manifiesta fenomenológicamente en opuestos, en contrarios, que a
su vez no se pueden separar, pues forman una unidad. Los valores
no escapan a esta característica, a la que llamamos Polaridad y
que significa que todo valor tiene su opuesto, sin excepción alguna:
Ejemplos:
Verdad --------------- Mentira
Amor
-------------- Odio
Valentía -------------- Cobardía
En donde la columna de la izquierda representa el valor positivo,
deseable, y la columna de la derecha el valor negativo o indeseable.
En la moral, los valores son normas: se debe ser verdadero,
amoroso, valiente, se debe evitar ser mentiroso, odioso y cobarde.
Entre la norma, el ideal, y la realidad social que efectivamente
vivimos todos los días, hay distancias: el hombre común cumple o
no cumple la norma, pero nunca alcanza el ideal. Es decir, los
hombres no somos totalmente buenos, ni totalmente malos, ni
absolutamente valientes ni completamente cobardes, más bien, nos
movemos en una situación intermedia, pues resulta que los valores
tienen “grados”, entre el más y el menos, a lo que llamamos
Gradación de los valores, y que significa que entre un valor positivo
y su correspondiente valor negativo o disvalor, hay grados que nos
acercan más a un polo o al otro. Se podría expresar gráficamente
como una regla graduada:
-10
+10
Mal -----|-----|-----|-----O-----|-----|-----|----- Bien
121
Por poner un ejemplo extremo, un santo se acercaría mucho al diez
en el polo positivo, mientras que un criminal se acercaría mucho al
diez en el polo negativo, aunque no por eso el santo tenga sus
malas actitudes de vez en cuando y el criminal sus buenas acciones
de vez en vez. Pasaría igual con una obra de arte, como una obra
musical, pues una obra de Beethoven se acercaría mucho al diez
del polo positivo, mientras que una obra musical de un aficionado
estaría seguramente en el polo negativo, aunque esto no quiere
decir que Beethoven no tenga obras malas y que el aficionado
pueda en un momento de inspiración creativa crear una obra
maestra.
Sin embargo, podríamos preguntar con todo derecho, ¿quién valora
estas obras? Bueno, pues resulta que el jurado, por así decirlo, es
la sociedad entera, sin menospreciar a críticos y expertos, y desde
luego, es una valoración subjetiva en cuanto al gusto, y objetiva en
cuanto a las cualidades físicas de la obra en cuestión. Se les llama
“juicios de valor” porque no hay una manera científica, positiva, de
mostrar en un experimento si un cuadro de Picazo es mala o buena,
pues cada individuo, cada pueblo, en cada época de su historia,
establecen una “tabla de valores”, más o menos subjetiva y objetiva
en que se ordenan los valores en orden de importancia. A esta
característica se le llama Jerarquía, y significa que unos valores
son más importantes que otros, según las circunstancias de tiempo
y espacio y de forma totalmente relativa y arbitraria. Esto se podría
representar esquemáticamente así:
Valor supremo
Valor menor
|
|
El Bien
La Modestia
Es un ejemplo al azar, pues de hecho cada uno de nosotros podría
hacer su tabla de valores, y cada quien colocaría como valor
supremo distintos valores: verdad, justicia, valentía, respeto, etc. El
caso es que la persona actúe en consecuencia a esa preferencia
que, además, será su punto de referencia para valorar los actos y
las obras de los demás.
Como vemos, el asunto es complejo, y esto se debe a que el
hombre es un ser complejo, en constante cambio, desarrollo,
122
transformación y que se enfrenta siempre a circunstancias
diferentes. Ahora podemos entender la importancia de la Axiología y
la ética para entender al ser humano.
5.3 Naturaleza de los valores.
Ya mencionamos que los valores han sido explicados de diferentes
maneras por los filósofos, según sea la concepción del mundo que
sustenten. Son las siguientes:
El Objetivismo, que sostiene que los valores existen por sí
mismos, independientemente de los objetos en que se materializan.
El Subjetivismo, que sostiene que los valores son un producto
humano, son relativos, arbitrarios y dependen de la cultura,
costumbres, hábitos, gustos, etc., de la sociedad en que son
vigentes, así como de su momento histórico.
La Objetividad Social, que sostiene que los valores son el
resultado de la relación entre las propiedades de un objeto y su uso
social.
Según esta última teoría un valor sería “la cualidad de un objeto,
más su uso social” y habría que diferenciarlo de un bien, en el
sentido de “bienes raíces” o “bienes inmuebles”. Un bien sería “un
objeto, más su valor”.
Esta distinción es importante porque tendemos a entender el valor
de las cosas por lo que cuestan en dinero, lo que es un error, pues
en ese caso estamos hablando de bienes y no de valores. Ni la
verdad, ni la justicia, ni la bondad se pueden comprar, para decirlo
más claro. Un automóvil, una casa, un reloj, si se pueden comprar,
pero aún así los compramos por su valor, que en este caso es la
utilidad.
Ahora bien, es difícil inclinarse por una u otra de las teorías
señaladas acerca de la naturaleza de los valores. Para ello
tendríamos que estar firmes en nuestra concepción del mundo, ya
sea idealista o materialista.
123
Aquí sólo podemos indicar que el objetivismo tiene el inconveniente
de presentar a los valores como entes ideales, incorpóreos, etéreos,
casi místicos, que nos dificulta entenderlos separados de los
objetos en que se manifiestan.
El subjetivismo, por su parte, tiene el inconveniente de presentar a
los valores como algo irreal, que el hombre crea y le añade a los
objetos y actos humanos, difíciles de definir por su carácter relativo
y arbitrario.
El Objetivismo Social, de origen marxista, tiene la ventaja de
considerar a los valores como algo real, tangible e inseparable de
los objetos en que se manifiestan, añadiéndoles su dimensión social
e histórica, lo que los hace más comprensibles.
Mientras que las dos primeras teorías presentadas son unilaterales,
pues una considera que los valores existen por sí mismos,
independientemente de los objetos y la otra considera que los
valores no existen y son un invento humano, la tercera teoría es
bilateral y dialéctica, pues existe una estrecha relación entre el valor
asignado a un objeto y las propiedades físicas que tiene ese mismo
objeto, además de que toma en cuenta la inserción del objeto
valioso en la sociedad, que le da su verdadero sentido al usarlo.
Sería importante que el lector ejerciera la filosofía pensando por
cuenta propia y sacara sus propias conclusiones en base a las
observaciones que se hacen en este libro. En la sección de
ejercicios encontrará el espacio para hacerlo.
5.4 El problema de la libertad y la responsabilidad.
El ser humano es un ser responsable de sus actos porque es
conciente y auto conciente, lo que significa que se da cuenta, se
percata, de la realidad del mundo exterior como algo independiente
a él y al mismo tiempo, se percata de que es conciente de ese
percatarse, o sea, es conciente de que es conciente. La
Responsabilidad, que consiste en responder, dar la cara, asumir las
consecuencias de los propios actos, es una actitud que la
comunidad le exige al individuo. Si no fuera así, el individuo se haría
el desentendido; pero como vive en una comunidad de la que es
dependiente, y con la que a su vez coopera e interactúa, tiene que
124
responder de sus actos, sean buenos o malos, y dar explicaciones,
si así se le exige, y en su caso, sufrir el castigo por su conducta.
No obstante, en todo momento tiene dos opciones: responder o
hacerse el desentendido, puede elegir, es decir, es libre.
Precisamente porque es libre es responsable, pues alguien que
actúa bajo coacción, amenazada u obligada, no puede ser
responsable de lo que haga, ni se le puede exigir responsabilidad.
Pero resulta que la libertad sólo es posible si se es conciente de las
consecuencias de lo que se hace. Una persona que actúa
inconscientemente, ya sea porque su edad se lo impide o porque
está mal de sus facultades mentales, tampoco es responsable de
sus actos. Resulta así que la responsabilidad, para ser asumida,
necesita, como requisito indispensable, la libertad y la conciencia,
que son los requisititos mínimos, pues son necesarios para que un
acto humano sea considerado moral. La responsabilidad es
entonces una conducta moral: responder por lo que uno hace con
su conciencia y su libertad.
Pero, ¿qué es la libertad?
En este problema, como en todos los demás, las opiniones están
divididas. Para unos filósofos la libertad simplemente no existe,
pues el hombre, como todo ser vivo, actúa todo el tiempo
apremiado por las necesidades y no por gusto, incluso el divertirse,
descansar o “no hacer nada”, es una necesidad biológica y
psicológica. El hombre no es libre, sostienen, porque está
determinado por la necesidad. A esta teoría se le llama
Determinismo, que significa que todo lo que acontece en el mundo,
ya sea en la naturaleza o en la sociedad humana, está determinado
por una causa. Es decir, nada ocurre si no es producido por una
causa. En consecuencia, si el hombre actúa siempre impulsado por
una causa, la necesidad de beber, comer, dormir, trabajar, etc.,
entonces no es libre y la libertad es una ilusión halagadora.
Para otros filósofos, al contrario, el hombre, al ser conciente de lo
que hace y poder elegir como y cuando hacerlo, es, en todo
momento, libre; el único ser vivo con esta cualidad, pues los
animales y las plantas no son concientes de lo que hacen, actúan
por instinto, generación tras generación, siempre de la misma
manera, y por lo tanto no son libres. El hombre, en cambio, es libre
en cada instante de su vida, en cada decisión que adopta, en cada
125
opción que toma. Empezando por si continúa viviendo o si muere. A
esta teoría se le llama Libertarísmo.
En un esquema gráfico podríamos representar estas teorías así:
NECESIDADES -------- ACTOS HUMANOS ---------- NO LIBERTAD.
CONCIENCIA
-------- ACTOS HUMANOS ---------- LIBERTAD.
Pero ahí no acaba la cuestión, pues, al decidirnos por alguna de
estas dos opciones, necesitamos tomar en consideración otros
factores.
Visto superficialmente, ambas corrientes de pensamiento tienen
algo de razón, aunque escamotean el problema principal. Es decir,
no se trata de establecer si la libertad es posible o no, sino definir
qué es la libertad y cuales son sus limitaciones. Si el determinismo
tuviera la verdad de su lado, el hombre estaría reducido a un
aparato orgánico que solamente respondería a las necesidades de
todo tipo que lo acosan, algo parecido a una máquina que funciona
respondiendo a una señal mecánica. Si fuera así, ¿donde quedaría
el raciocinio, la voluntad y la capacidad de elegir entre varias
opciones?
Por su parte, si el libertarismo tuviera la verdad de su lado, el
hombre sería un ser sin trabas, límites, ni fronteras para sus actos,
es decir, podría hacer lo que quisiera. Si todos los hombres hicieran
plenamente lo que quisieran, rápidamente sus intereses particulares
chocarían entre sí y los conflictos aparecerían, impidiendo que la
sociedad sobreviviera.
Por lo que resulta que la verdad no es absoluta y la libertad
tampoco. Es verdad que estamos sujetos a necesidades que es
forzoso satisfacer, pero podemos elegir cómo hacerlo, en qué
momento, e incluso prever para el futuro. En eso consiste la
libertad, que no es absoluta, pues se le imponen límites: la libertad
de los demás. Ser libre, ciertamente, es ser conciente, pero
conciente de nuestras necesidades y la libertad estriba en actuar en
consecuencia con esa conciencia.
126
No podemos escapar al determinismo de nuestras necesidades
básicas, pero también es cierto que nuestra inteligencia nos indica
como satisfacerlas; eso es la libertad, relativa, con límites, pero real.
Como lo planteaba Hegel, “la libertad es la conciencia de la
necesidad”. Y no puede ser de otro modo, pues somos seres
determinados, pero con capacidad de elegir. No más.
Sería importante que el lector diera su opinión sobre este tema y
para ello, en la sección de ejercicios dispone de un espacio para
eso, pues, como dijera Kant, es imposible enseñar filosofía, sólo se
puede filosofar.
5.5 La valoración moral y la libertad.
La libertad es bandera de los más diversos intereses políticos de las
naciones, poderosas o no. Cuántas veces hemos oído la trillada
frase “proteger el mundo libre”, en oposición a las dictaduras de
todo color. Sin embargo, ¿qué quieren decir estos líderes políticos
por libertad? Generalmente, la justificación moral para llevar a cabo
todo tipo de transacciones, operaciones militares, negocios, lícitos o
ilícitos, invasiones, imposiciones económicas, control de los pueblos
más débiles, etc. Justificación de lo que se llama imperialismo
capitalista y que ahora, cambiándole el nombre, le llaman
“globalización”, “neoliberalismo”, “nuevo orden”. Pero, queridos
lectores, eso no es libertad, sino abuso de poder, a secas.
La libertad es un valor moral, inexistente en la antigüedad, a pesar
de la esclavitud, que fue puesto en circulación por los liberales
ilustrados, enciclopedistas y revolucionarios de los siglos XVII Y
XVIII. Un valor y un derecho, decían, que debe gozar todo ser
humano sólo por el hecho de serlo.
Como ya vimos, la libertad es relativa, limitada, es un resultado de
tener conciencia de nuestras necesidades y actuar racionalmente
en consecuencia, eligiendo, decidiendo, optando por el mejor
camino para obtener nuestros objetivos pre-vistos.
Y la libertad implica responsabilidad, que es otro valor moral. La
responsabilidad moral sólo es posible, entonces, si actuamos con
libertad y conciencia de la consecuencia de nuestros actos.
127
Solamente cumpliendo con estos requisitos nuestros actos serían
“actos morales libres”.
Seamos críticos, entonces y estemos alertas ante quien habla o
defiende a ultranza la libertad, sobre todo de los líderes políticos, y
preguntémonos, ¿qué entienden por libertad? Y, en su caso,
valoremos moralmente sus actos “libres”.
Pues resulta que la libertad, como base de todo acto moral, puede y
debe ser sujeto de valoración moral. Ya hablamos sobre el tema,
bástenos decir que sólo se puede valorar moralmente un acto moral
libre, pues valorar “es el acto de establecer el valor, bueno o malo,
de una conducta concreta, ya sea individual o colectiva”. En la
valoración moral intervienen varios factores:
Quién valora, pues el que realiza la valoración debe ser la persona
correspondiente. Por ejemplo, para valorar la conducta de un
alumno, él único indicado es su maestro, ni el director de la escuela,
ni sus padres, ni el que limpia el salón puede hacerlo. A un criminal
lo debe valorar un juez; a un hijo, sus padres; a un empleado, su
jefe; a un gobernante, los gobernados; a un soldado, sus
superiores, a un escritor, sus lectores.
Qué valora, pues sólo se puede valorar un acto libre, ninguna otra
conducta, publica o privada, puede ser valorada moralmente.
A quien se valora, pues no podemos responsabilizar de sus actos
y por lo tanto valorarlos moralmente ni a los niños pequeños, a los
ancianos seniles, ni a los enfermos mentales, ni a quien actuó bajó
amenaza o coacción.
Momento histórico-social en que se valora. Hemos oído hablar
del juicio de la historia sobre la conducta y los actos de
personalidades del pasado, héroes, militares, gobernantes,
revolucionarios. Y esa valoración es real, sólo que debemos tomar
en cuenta las circunstancias, las costumbres y las normas morales
vigentes en la época en que vivió la persona a la que valoramos. En
términos generales, la valoración moral debe ser contemporánea
con el hecho valorado, cuando aún se puede modificar la conducta
de la persona valorada. Es inútil valorar a los muertos, si son
personas comunes y corrientes, ni tiene mucho interés valorar la
conducta de alguien veinte o cincuenta años después de que
ocurrieron los acontecimientos que queremos valorar, pues para
128
entonces las circunstancias, las personas involucradas y la
sociedad en general, habrán cambiado. La valoración histórica es
útil solamente en los casos en que queremos evitar o promover
conductas de pueblos o líderes que hicieron un bien o un mal a la
sociedad de su época.
Con estas observaciones terminamos el contenido de este capítulo,
solamente me resta hacer la siguiente observación. Todo lo que
hemos analizado hasta aquí es pura teoría, producto del
razonamiento, la intuición, la inteligencia y el afán de conocimiento
verdadero propio de la filosofía.
Pero nada de esto tendría sentido, ni serviría para nada, y la
filosofía sería completamente inútil, si no lo llevamos a la práctica, y
al llevarla a la práctica, en una praxis social, si no nos sirve para
mejorar, transformando la sociedad en que vivimos y a nosotros
mismos.
La filosofía tradicional ha tenido siempre un inconveniente muy
grave: todo se queda en pensamiento y pensando únicamente, sin
llevar a la práctica lo pensado, se vuelve un ejercicio gratuito,
ocioso y digno de gente desocupada. Sería, como dice el dicho
popular: “pensar en la inmortalidad del cangrejo”.
Nosotros no queremos una filosofía tradicional, sino transformadora,
revolucionaria, esto es, que revolucione, haga girar y cambiar, para
bien, la rueda de la historia. Recordemos que el hombre se hace a
sí mismo y a su destino. Por eso, en el siguiente capítulo y último,
veremos la función de la ética en la realidad.
129
CAPITULO SEXTO.
LA FUNCIÓN DE LA ÉTICA EN LA REALIDAD.
La ética es una ciencia que estudia la conducta moral de los
hombres en la sociedad, como ya vimos, descubriendo las causas
de tal conducta, con lo cual nos ayuda a entender mejor al ser
humano, es decir, a nosotros mismos. Es una ciencia teórica, pero
su producto, la explicación de la conducta moral de los hombres
puede y debe tener una aplicación práctica: hacernos concientes de
la necesidad de ser cada día mejores personas.
Hemos visto que la filosofía en general es considerada como la
búsqueda de un conocimiento desinteresado, que no busca ser
aplicado en la vida práctica diaria. Es el deseo de saber por el solo
hecho de saber. Pero vimos también que esta concepción de la
filosofía y su función en la sociedad es ya anticuada y en el fondo
falsa: ningún conocimiento que el hombre adquiere es gratuito, inútil
o desinteresado. Conocemos el mundo que nos rodea porque
necesitamos conocerlo. Tan es así que de la propia filosofía pronto
se desprendieron las ciencias más necesarias: la Astronomía, para
medir el tiempo; la Matemática y la Física, para comprender la
naturaleza de los líquidos, máquinas, pesos, movimientos,
cantidades; la Biología, para su aplicación en la Medicina. Más
tarde se independizaron las demás ciencias y se desarrollaron
hasta dejar de ser puro pensar para convertirse en construir y
conservar, lo que dio lugar a la ingeniería y la tecnología modernas.
Ninguna rama de la filosofía, ni siquiera la más abstracta y
metafísica, como la Ontología, es pura especulación, pues de la
comprensión del SER en cuanto que ES, obtenemos una
comprensión lógica de la naturaleza del universo y de ahí a su
aprovechamiento en las más diversas áreas: arquitectura,
agricultura, astronomía, mecánica, química, metalurgia, e incluso,
pedagogía y didáctica. Los filósofos, sofistas o no, fueron los
primeros profesores en el estricto sentido de la palabra. Separar la
teoría “pura”, de las artes mecánicas y técnicas, es una tontería que
le costó a la humanidad siglos de retraso. En conclusión: la filosofía
es útil, necesaria, fundamental, si los conocimientos que aporta los
aplicamos prácticamente a nuestra vida y a la sociedad, con el
objeto de transformarnos para mejorar. Si no es así, la filosofía
puede ir a parar al museo de las antiguallas, junto a la rueca y la
130
carreta de tracción animal, como diría Federico Engels en alguna
ocasión.
Si esto decimos de la Ontología, con mucha más razón podemos
afirmarlo de la Ética. Por eso, en este último capítulo de nuestro
libro, nos enfrentaremos a una serie de problemas reales, prácticos,
que vivimos todos los días y en los cuales nosotros, con nuestras
actitudes e inconciencia contribuimos en gran medida a producir y
agravar, en lugar de trabajar para resolverlos. Problemas como la
vigencia y utilidad de las instituciones en que nos desarrollamos; la
irracionalidad tecnológica, que en forma de industria, está
destruyendo a gran velocidad las riquezas naturales del planeta;
nuestra actitud indiferente ante la destrucción de ecosistemas que
son la base de la vida sobre la tierra; nuestra indiferencia ante la
pobreza, la explotación, los crímenes y las constantes violaciones
de los derechos humanos; la marginación y discriminación hacia las
minorías étnicas, sexuales, religiosas y culturales; la muy señalada
“falta de valores” de las sociedades industrializadas modernas, la
aparición del terrorismo, la violencia juvenil, la delincuencia,
drogadicción y muchos temas más que nos rodean, en los cuales
estamos inmersos y ante los cuales no hacemos nada o muy poco.
Analizaremos estas cuestiones y nos enfrentaremos a un muy crudo
auto examen y valoración personal, que nos permita reflexionar,
reaccionar y modificar, en lo posible, nuestras actitudes negativas
de una forma radical. Como dijo el escritor portugués, premio Nóbel
de literatura, José Saramago, en visita a México en 1999: “La
sociedad mexicana está enferma de indiferencia y vive encerrada
en un egoísmo pasmoso”. Veamos si en este capítulo logramos
abatir, aunque sea un poco, esa indiferencia y ese egoísmo.
6.1 El individuo y las instituciones.
Todas las personas, desde que nacemos hasta que morimos,
pertenecemos a alguna institución. Al nacer lo hacemos en un
hospital, que es una institución, después nuestra infancia transcurre
en el seno de nuestra familia, que es otra institución, e incluso ya
muertos, nuestro cuerpo va a parar a un cementerio, que es otra
institución. Por eso podemos afirmar que el hombre se organiza
socialmente formando instituciones del más diverso tipo y finalidad.
La sociedad humana misma, es una gran institución. El Estado, los
131
gobiernos, las iglesias, las escuelas, los centros deportivos, las
prisiones, los “antros” donde los jóvenes van a divertirse. Todos son
instituciones.
Pues bien, como sucede siempre en filosofía, comencemos por una
pregunta, ¿qué es una institución?
“Las instituciones son organizaciones formadas por un grupo de
personas de número variable, constituidas formalmente, sujetas a
normas y reglamentos, donde se observan pautas de conducta
definidas, con carácter histórico, que satisfacen una necesidad
social específica y que por su importancia pueden ser, Primarias o
fundamentales, y Secundarias o subsidiarias”. Más adelante
veremos en qué consiste cada una.
Las instituciones cambian, se modifican en sus miembros, en sus
reglamentos, en sus instalaciones, se adecuan a los cambios
sociales, pero nunca pierden su función originaria para la que
fueron instituidas, pues si lo hicieran, perderían su razón de ser.
Las instituciones son organizaciones sociales, no obstante, están
formadas por individuos o personas. La palabra “persona”, proviene
de una palabra griega que significa “máscara”, que era el indumento
que se utilizaba en el teatro antiguo en las representaciones, donde
cada máscara expresaba una emoción y un sentimiento: dolor,
alegría, enojo, bondad, maldad, o bien una manera de ser: adusto,
serio, jocoso, astuto, etc. Era la forma de representar las miles de
variaciones y posibilidades en la personalidad, el temperamento y el
carácter de la gente, fijándolas para hacerlas más comprensibles al
público. En la vida diaria la gente no lleva máscara, aunque de
alguna manera nuestro rostro adopta un gesto que expresa nuestra
manera de ser o la manera de ser que queremos aparentar ante los
demás y que es distinta según donde estemos: en el trabajo, en la
calle, en una fiesta o en nuestra casa. En la actualidad, la palabra
persona significa “un individuo”, es decir, un ejemplar singular,
único, de una especie, en este caso, la especie humana. Un
individuo es entonces una persona irrepetible, que tiene un carácter
y un temperamento propio que nadie más tiene y que la hace
valiosa. No hay dos personas iguales en todo el mundo. El conjunto
de individuos forma una comunidad o sociedad organizada en
instituciones.
132
Mencionaremos las instituciones más importantes, sobre las cuales
basaremos nuestra exposición.
El individuo pertenece, en principio, a una familia, constituida por el
padre y la madre, y en cuyo seno será alimentado y cuidado, y
donde, lo que es más importante, será educado, transmitiéndole los
valores culturales de la comunidad.
Esta familia, en la que nace, crece y se educa el individuo
pertenece, a su vez, a determinada clase social, ya sea la clase
social dominante o la clase social dominada. Aquí es importante
una explicación: la sociedad humana, desde la aparición de la
propiedad privada, desde hace unos diez mil años, no se nos
presenta como una totalidad homogénea, por el contrario, se nos
presenta como una organización heterogénea, donde los individuos
no son considerados iguales, no sólo por su aspecto físico,
capacidad intelectual o destreza, sino por su capacidad económica
y sus derechos políticos, que es la diferencia que aquí nos interesa.
Desde los orígenes de la civilización, la sociedad se dividió en dos
clases claramente diferenciadas: la clase social que poseía en
propiedad privada medios de producción (herramientas, tierras,
animales) y trabajadores a su mando, ya fueran libres o esclavos, y
que por lo tanto detentaban el poder político y económico de la
comunidad. Por otro lado, la clase social que no poseía medios de
producción, sino tan sólo su fuerza física para trabajar. Desde luego
que la clase dominante obtenía su riqueza y la fuente de su dominio
de la explotación del trabajo de la otra clase. En una síntesis,
podríamos describir de la siguiente manera las diferentes clases
sociales que se han desarrollado históricamente, clases que son
opuestas y luchan constantemente una con otra: la clase dominante
lucha por seguir dominando y manteniendo su poder y riqueza, y la
clase dominada lucha por dejar de serlo y salir de la pobreza. La
síntesis sería la siguiente: En la antigüedad, la clase dominante
estaba formada por los terratenientes esclavistas, los comerciantes
y los gobernantes, mientas la clase dominada se formaba por los
esclavos y los trabajadores libres plebeyos. En el feudalismo, la
clase dominante estaba constituida por los terratenientes o señores
feudales, los clérigos de diversa jerarquía y los comerciantes,
mientras que la clase dominada la formaban los siervos o
campesinos, los artesanos y los comerciantes pobres. En la
sociedad actual, capitalista, la clase dominante la forman los
políticos, los banqueros, los industriales, los terratenientes y los
comerciantes, mientras que la clase dominada está constituida por
133
los obreros fabriles, los campesinos y los empleados asalariados. El
individuo, pues, ha de pertenecer, con su familia, a una de estas
dos clases sociales, señalando que, en el transcurso de su vida
puede moverse de una clase a otra, ya sea en sentido ascendente o
descendente.
El individuo se integra también a la escuela, a menos que sea
extremadamente pobre. La escuela es la institución en la que
adquirirá conocimientos, destrezas y habilidades que le permitan,
en la edad adulta, trabajar en alguna profesión u oficio.
Al terminar sus estudios escolares, el individuo pasará a ejercer,
entonces, una profesión, que es otra institución, que le permitirá
obtener medios de subsistencia a través de un salario.
En su infancia y durante su vida, es muy probable que el individuo
se afilie a algún credo religioso y pertenezca por tanto a alguna
iglesia, que es una institución de control social, que supuestamente
pone en contacto a los hombres con la divinidad.
El individuo, también, pertenecerá a una nación, constituida en un
estado, es decir, será ciudadano de algún país que le
proporcionará una nacionalidad con deberes y derechos jurídicos.
Por último, el individuo pertenece, en términos generales, al
conjunto de la humanidad.
Antes de continuar, es necesario señalar que Nación y Estado no
son lo mismo; veamos sus diferencias.
Un Estado es una entidad jurídica, que se enmarca en un territorio
con fronteras fijas (que pueden variar por guerras, anexiones,
invasiones, etc.), con una ley fundamental o Constitución, que le
dan el carácter de libre y soberano.
Una Nación es una entidad histórico-cultural, que está conformada
por una población que puede estar compuesta por distintos grupos
étnicos, pero que en lo general tienen en común un proceso
histórico de formación, un lenguaje o idioma oficial, una religión
mayoritaria y costumbres y tradiciones compartidas que le dan al
individuo identidad cultural y sentido de pertenencia.
En términos generales una nación está constituida por:
134
La sociedad política o grupo, partido o fracción gobernante.
La sociedad civil, constituida por la población total con derechos
de ciudadanía.
Las clases sociales, ya sean dominantes o dominadas.
Las diversas instituciones que hemos mencionado y otras más
como centros médicos, culturales, deportivos, sindicales, artísticos,
científicos, etc.
Un gobierno o grupo profesional encargado de la administración,
obras públicas, impuestos, defensa, impartición de justicia,
legislación, etc.
El Estado, que aglutina, bajo una ley general, todas las demás
instancias indicadas.
Una vez señalado esto, pasemos a indicar las características de las
instituciones, sus diferentes tipos y funciones.
Sus características son las siguientes:
Son un grupo o núcleo de individuos ligados por una finalidad
común, cumpliendo, entre todos, una función necesaria para la
sociedad.
Se constituyen formalmente, obligándose sus miembros a cumplir
con determinadas tareas.
Tienen carácter histórico, pues cambian, se transforman y se
desarrollan de acuerdo a las diferentes necesidades y
circunstancias de la sociedad en que se instituyen.
Cubren necesidades individuales y colectivas, económicas y
políticas, de organización y control, así como de creación y
transmisión cultural.
Establecen normas, reglamentos y pautas de conducta, deseables
entre sus miembros.
135
Por su importancia las hay Primarias o Fundamentales, como la
familia y la escuela, sin las cuales la sociedad no podría existir, y
Secundarias o Subsidiarias, como las organizaciones deportivas o
artísticas, que apoyan la función de las anteriores y que, a pesar de
ser muy valiosas, podrían no existir, sin poner en riesgo a la
sociedad.
Analicemos ahora las instituciones más importantes en una
sociedad moderna y sus funciones:
La Familia, aunque ya mencionamos algunas de
características, mencionémoslas aquí de manera concisa:
sus
La familia tiene la función básica de reproducir la especie humana,
por medio de la unión del padre y la madre, dando lugar a un tercer
miembro, que es el hijo.
Este grupo de madre, padre e hijo se denomina familia nuclear.
La unión del padre y la madre se denomina matrimonio.
Al agregado de abuelos, tíos, primos, cuñados, suegra, etc., se le
denomina familia extensa.
La familia, aparte de su función reproductiva, cumple otras
funciones importantes:
Alimenta, cuida y protege al hijo durante su crecimiento, hasta que
es capaz de sobrevivir por sí mismo, lo cual lleva muchos años,
generalmente hasta el término de su vida escolar.
Le educa, en el sentido de que le transmite oralmente los valores
culturales y las normas morales vigentes en su comunidad y en su
época.
Le procura adiestramiento al hijo, es decir, le enseña a caminar,
asearse, vestirse, hablar, utilizar herramientas y utensilios, a cuidar
de sí mismo y de sus pertenencias.
Le transmite la serie de emociones y afectos necesarios para la vida
humana: amor, seguridad, cariño, afecto, respeto, reciprocidad,
compañerismo, unidad, valor, etc.
136
Transmite también el conjunto de creencias, tradiciones,
costumbres, religión y lenguaje que le permiten al nuevo individuo
adquirir el sentido de pertenencia a un pueblo o nación, dándole
una identidad personal y una finalidad social a su vida.
En muchos casos, es en el seno familiar donde se le enseña a leer,
contar y a practicar algún oficio, generalmente el del padre.
La familia, por otra parte, es una institución histórica, pues no
siempre ha sido igual que en nuestra época. El matrimonio entre los
padres ha variado de acuerdo al momento histórico de que se trate.
En la sociedad primitiva se han podido rastrear dos tipos de
matrimonio: el matrimonio endogámico, que era la unión de un
hombre y una mujer de la misma tribu, y el matrimonio exogámico,
que es la unión de una pareja constituida por miembros de distintas
tribus, lo que producía hijos más sanos y fuertes. También, en
diversas culturas, muy antiguas, se ha constatado la existencia de
la poliandria, que consistía en la unión sexual de una mujer de una
tribu con todos los varones de esa misma tribu. El resultado de esta
práctica dio como resultado que se supiera quienes eran las madres
de los hijos, resultado de dichas relaciones, pero no quienes eran
los padres. El padre, en este caso, eran todos los varones de la
tribu, lo que quizá sea un antecedente muy antiguo de la idea de la
existencia de un dios varón, padre de todos los humanos. Como la
línea sanguínea de parentesco era matrilineal, es decir de la abuela
a la hija y de esta a la nieta, y así sucesivamente, se ha llamado a
este periodo matriarcado. Quizá de aquí provenga el culto a la
fertilidad de la naturaleza en la forma de divinidades femeninas.
Muchos siglos después, sobre todo en los pueblos del oriente medio
(Israel, Egipto, Mesopotamia, etc.) se practicó (y en algunos casos
se sigue practicando) la poligamia, que consiste en la relación de
un hombre con muchas mujeres, una de las cuales era la esposa
principal. En este caso, se sabía quien era el padre, y los hijos se
convertían en herederos de las propiedades del padre. A esta
organización se le llama patriarcado, y existe hasta nuestros días.
El patriarcado es una de las primeras manifestaciones importantes
de que en la comunidad primitiva, donde antes todos los bienes que
se poseían eran de todos, compartidos por todos y distribuidos
entre todos, había ocurrido algo importante, que vino a trastornar
completamente las relaciones sociales vigentes: el descubrimiento
de la agricultura y la ganadería y la aparición de la propiedad
137
privada, es decir, el hecho de que un varón poderoso fuera dueño
exclusivo de tierras, herramientas, armas, ejércitos, esclavos y
mujeres, animales y todos los bienes inmuebles que esto implica,
mientras otros hombres, sin poder, quedaban desposeídos de casi
todo, menos de su fuerza para trabajar. Lo cual trajo como
resultado, como ya vimos, la división de la sociedad en clases
sociales y la división de los individuos en pobres y ricos, además de
marcar una diferencia importante entre la vida en el campo y la vida
en las nuevas y poderosas ciudades (Jericó, Ur, Menfis, Tebas,
Cartago, Roma, etc.) y la marcada diferencia entre el trabajo
intelectual (gobernantes, artistas, filósofos) y el trabajo manual
(artesanos, orfebres, campesinos).
Esta nueva situación afectó también a la familia, dando lugar a la
aparición de la monogamia, es decir, el matrimonio entre un solo
hombre y una sola mujer, que es el que se practica comúnmente en
nuestros días, a excepción de los países árabes, y que tuvo su
origen en la necesidad del padre de asegurar la legitimidad de sus
sucesores y la transmisión de la herencia a manos legítimas y no a
extraños, con el consiguiente control de las actividades de la
esposa, que poco a poco fue relegándose a las labores de la casa y
quitándosele importancia social, económica y política, situación que,
es justo decirlo, ha cambiado en nuestros días en gran medida,
aunque aún existe, sobre todo en los países latinoamericanos,
donde reina la discriminación de la mujer, sobre todo, de la mujer
campesina e indígena.
Podríamos hablar más sobre la familia, en especial sobre la
disolución de la familia que se está llevando a cabo en nuestros
días, pero es mejor dejar este tema para una reflexión posterior.
La Escuela, de la cuál ya hablamos, es una institución que en su
forma actual, surge durante los siglos XVIII, XIX y principios del XX.
Es decir, la idea de una educación universal, generalizada, gratuita
y a cargo del Estado, es un resultado de las luchas sociales en
Europa y América durante el periodo señalado. Antes de eso,
prácticamente no existían escuelas públicas. Las familias ricas
podían pagar preceptores para sus hijos, que así aprendían sus
primeras letras y luego, tras varios exámenes, ingresar a las
universidades que existen en Europa por lo menos desde fines de la
Edad Media. Los hijos de las familias pobres sencillamente no iban
a la escuela, pues las que había no alcanzaban para todos, y
permanecían analfabetos toda su vida, salvo casos afortunados. Sin
138
embargo, lo que aquí nos interesa son sus características y
funciones:
En primer lugar, la escuela se presenta como una extensión de las
funciones de la familia, aclarando un equivoco: la escuela no
imparte educación, que como ya vimos, se adquiere en el seno
familiar, la escuela imparte instrucción, en los siguientes aspectos:
Les proporciona a los alumnos conocimientos, resultado de los
descubrimientos y logros de las ciencias particulares, útiles para la
formación cultural general de la población, que en su edad adulta se
convertirá en fuerza de trabajo.
Proporciona al alumno habilidades y destrezas que le posibilitarán
ejercer una profesión o un oficio y aptitudes para el trabajo.
Por último, dotará al educando de determinadas pautas de
conducta cívicas, que le permitan ser un ciudadano útil, honrado y
trabajador, y no un delincuente.
Al ser actualmente una institución de alcance general, de la que
puede gozar toda la población, salvo los extremadamente pobres,
se convierte en imprescindible para el desarrollo y progreso de un
pueblo o nación.
La Iglesia es otra institución muy antigua, aunque no hablaremos
aquí de todas las iglesias, como la judía, cristiana, budista,
mahometana etc., sino de la institución iglesia en general. El
término “iglesia” tiene una etimología confusa, proveniente del latín
y que significa “casa”, en el sentido de lugar de “congregación” o
reunión, lugar sagrado, templo. La iglesia es una institución religiosa
y por lo tanto tiene su origen en la comunidad de fieles o seguidores
de un credo que se congregan en un determinado lugar para entrar
en comunión o contacto con Dios. La palabra religión, también de
origen latino, significa “estar ligado”, en este caso, con la divinidad.
La iglesia, como institución, es pues el conjunto organizado de fieles
de una religión que se congregan en un templo para adorar a Dios,
bien para agradecerle el don de la vida o para pedirle ayuda y
auxilio en momentos de dolor o angustia. Pero es, sin embargo,
algo más complejo. Como ya vimos en otra sección de este libro, la
religión es una forma de pensamiento pre-filosófico, que se
desarrolló del pensamiento mágico-mítico, y que desde tiempos
muy remotos se organizó socialmente alrededor de la figura del
139
chamán, brujo o sacerdote, que era la persona, al interior de la
comunidad, que tenía contacto con la divinidad, gracias a
cualidades personales de carácter místico. Sin embargo, pronto
este sacerdote amplió su campo de acción, y de ser un mediador
entre los hombres y la divinidad, comenzó, por eso mismo, a tener
poder político, dándose el caso, como en Egipto, por ejemplo, de
que el sacerdote mayor era a la vez el rey. O como en
mesoamérica, entre los pueblos pre-hispánicos, en que también
tenía funciones militares, administrativas y económicas. La religión
pues, con sus sacerdotes organizados en orden jerárquico, pronto
se convirtió en una institución que, además de sus funciones
puramente espirituales, adquirió otras más terrenales, como
detentar el poder político, económico, militar y social de una
comunidad. Es en ese momento en el que se convierte propiamente
en iglesia, como se entiende modernamente el término. En líneas
generales la iglesia tiene las siguientes características y funciones:
Es una organización jerarquizada, estructurada formalmente, que
posee sus propios reglamentos, ritos y normas de conducta, que se
exigen a los miembros que pertenecen o se afilian a ella.
Esta organización, además de realizar los ritos propios de su credo,
ejerce también funciones políticas, sociales y económicas, como es
el caso, por ejemplo, de la Iglesia Católica Romana, con el Papa a
la cabeza.
Dentro de sus funciones, está la de establecer normas morales,
supuestamente emanadas de Dios, y vigilar su cumplimiento entre
sus fieles.
Combate a otras religiones, que considera falsas y exige a sus
miembros fidelidad y obediencia absolutas.
También, según el caso, puede imponer castigos u otorgar perdón a
sus fieles por pecados cometidos, así como facilitar el acceso de los
fieles al paraíso después de muertos, o condenar a sus almas al
infierno como castigo eterno.
Política y socialmente, ejerce control social ante amenazas de
rebeliones, protestas o revoluciones populares contra el orden civil
dominante, o por el contrario, incita a sus fieles a luchar y revelarse
contra las autoridades civiles según sea el caso.
140
Económicamente posee bienes materiales, como tierras para la
agricultura, templos, monasterios, abadías, etc., y capital en forma
de dinero que maneja igual que cualquier otra empresa.
Formalmente su función es mantener en contacto a sus fieles con la
divinidad que representa, y vigilar por el imperio del bien en este
mundo.
Sin embargo, es importante hacer notar que esta última función
puede realizarla el fiel sin acudir a los templos, en otros lugares,
como el seno familiar, donde, sobre todo en épocas pasadas, cada
hogar contaba con un altar. De hecho, hablando del cristianismo
primitivo, esta práctica era común: orar, rezar, pedir, agradecer a
Dios en la casa, pues aún no existían templos en que se
congregara a los fieles para facilitar su adoctrinamiento y control.
También la iglesia, a través del catecismo o enseñanza de los
credos de la fe, hace las veces de escuela, enseñando a los fieles
de todas las edades a leer y escribir. De hecho, la palabra “escuela”
significa “ocio”, porque era en las horas en que terminaba el trabajo
diario cuando los fieles eran congregados en los templos para su
adoctrinamiento. En la Edad Media esta práctica era común. Incluso
a la doctrina filosófica teológica del feudalismo se le llamó
“escolástica”.
Como podemos ver, algunas instituciones repiten funciones que
realizan otras instituciones, a estas se les llama instituciones
secundarias o subsidiarias. A las instituciones que tienen la función
original se les llama fundamentales o primarias.
La Profesión es una institución muy importante, que se deriva del
producto terminado de la escuela: el alumno graduado. La profesión
es una agrupación de personas que se organizan para realizar
mejor su trabajo y defender sus derechos, algo similar a lo que eran
los gremios de artesanos en la edad media y el renacimiento. Ahora
tenemos las asociaciones de ingenieros, abogados, arquitectos, o
bien asociaciones de músicos, escritores, pintores, etc., A través de
la profesión, el individuo se torna un ser productivo que devuelve,
por así decir, lo que la sociedad le dio al instruirlo en la escuela. Por
medio de la profesión, al ejercer sus conocimientos, la sociedad
puede desarrollarse y crecer, contando con los especialistas de
diverso tipo, que pasan a prestar sus servicios en otras
instituciones: ingenieros para la industria, médicos para los
141
hospitales, maestros para las escuelas, sacerdotes para las
iglesias, abogados para los tribunales, etc.
La Empresa, es una institución moderna, producto del capitalismo,
y es el lugar donde el profesionista va a ser contratado para prestar
sus servicios a cambio de un salario que le permita vivir. La
empresa es una institución económica cuya finalidad, además de
crear empleos, ya sea produciendo bienes o prestando servicios, es
obtener ganancias económicas, llamadas capital, que enriquece a
sus dueños a cambio de los bienes que produce y proporciona a la
sociedad. El prototipo capitalista de la empresa es la industria fabril,
es decir, la fábrica mecanizada que utilizando la energía humana (el
trabajo obrero) y la energía eléctrica (o combustible fósil) transforma
las materias primas naturales, en mercancías para su venta en el
mercado y el consumo, por la parte de la población que pueda
pagarlas. Ya hablaremos más delante de los efectos que la industria
provoca en el medio ambiente natural y social. Por lo pronto,
diremos que la empresa es la institución clásica de la producción
capitalista.
El Sindicato, es una institución que tiene como antecedente a los
gremios de artesanos, pero cuya forma actual data de las luchas
obreras iniciadas en la Europa industrial capitalista, sobre todo en
Inglaterra, a mediados del siglo XIX, fuertemente influenciada por
las ideas socialistas y comunistas. Los sindicatos son
organizaciones de trabajadores (originalmente fabriles) que se
unieron para aminorar los efectos de la explotación a que son
sometidos en las fabricas y exigir mejores condiciones de trabajo,
como: reducción de las horas de trabajo, mejores salarios, servicios
de salud, protección en el trabajo, seguros contra accidentes,
vivienda, etc., y es una manifestación de la lucha de clases de la
que ya hemos hablado. Aunque los sindicatos no llegan a ser
revolucionarios y luchar abiertamente contra el régimen que los
explota, si son un gran avance contra la explotación laboral y una
forma más o menos efectiva para defender sus intereses. Sin
embargo, los patrones de las fabricas, luchando a su vez por sus
intereses, han creado ellos también “sindicatos patronales”, que
defienden sus privilegios de clase dominante. Son de origen
netamente político y económico y son parte importante de la vida
cotidiana de la sociedad en que se establecen.
Los medios masivos de ¿comunicación?, son instituciones de
creación reciente y comprenden a la prensa de gran circulación, el
142
cine, la radio y la televisión, principalmente, añadiéndose
actualmente el internet y la telefonía celular. Se les llama “medios
masivos” porque sus mensajes y programación llegan a enormes
cantidades de personas, contadas por millones. Sin embargo,
habría que hacer una rápida reflexión acerca de si son medios de
“comunicación” o no. Veamos.
La comunicación humana es un proceso social fundamental poco
estudiado y comprendido, que implica la invención del lenguaje
hablado y escrito y un grupo algo confuso de señales, signos,
símbolos, códigos, que se denominan “metalenguaje” y que también
“dicen algo” a un receptor que de alguna manera reacciona ante
ellos. A esto habría que añadir la elaboración de mensajes
“icónicos”, es decir, basados en la imagen, ya sea fija o en
movimiento, como la fotografía, el cine y la televisión, artística o
publicitaria.
En otro capítulo de este libro ya indicamos que la comunicación
humana surgió de la necesidad de organizar el trabajo colectivo y el
intercambio y transmisión de información entre los miembros de la
comunidad. Pero es mucho más que eso, pues por medio del
lenguaje es posible “comprender racionalmente” el mundo, creando
eso que llamamos ciencia, filosofía y arte. Partamos pues, como
siempre debe hacerse en filosofía, con una pregunta: ¿qué es la
comunicación?
La palabra comunicación tiene la misma raíz que “común”,
“comunidad”, “comunión”, “unión” y el sufijo “co”, coordinación,
“colaboración” “corresponder”, etc. Es pues el proceso mediante el
cual dos o más personas se ponen en relación. Técnicamente, la
comunicación es el proceso mediante el cual una persona, a la que
llamaremos “emisor”, dirige un “mensaje” a través de un “medio”
(gesto, palabra, señal, etc.) a otra persona que llamaremos
“receptor”. Este receptor recibe el mensaje, lo descifra o
“decodifica”, o más llanamente, lo entiende, y le responde al
“emisor”. Al responder, el receptor se convierte en emisor y el
emisor original en receptor, el cual recibe la respuesta, la decodifica
y de nuevo “codifica” otro mensaje que dirige al receptor original.
Este intercambio de mensajes se llama “retroalimentación” o
feedback, y es la esencia de la comunicación. Normalmente, este
proceso se da estando ambas personas cara a cara y utilizando el
lenguaje hablado; pero también se puede dar estando las personas
involucradas lejos una de otra, lo que les obliga a utilizar otro tipo de
143
“canal” para emitir su mensaje: señales de humo, sonido de
tambores, señales con banderas, una carta, llamada por teléfono,
las ondas de radio, etc. Pero es importante hacer notar que habrá
comunicación, solamente si ambos involucrados intercambian
mensajes y si hablan o comprenden el mismo lenguaje.
Ahora bien, cuando el proceso de la emisión del mensaje recorre el
camino solamente del emisor al receptor, sin que este tenga
posibilidad de responder, o el mensaje no requiera respuesta,
porque se trata de una orden, una indicación o un aviso, es decir,
cuando no se produce el feedback o retroalimentación, entonces no
hablamos de comunicación, sino de información. La información,
que significa “dar forma”, llanamente quiere decir “aportar datos” a
quien no los tiene y cumple una función y tiene una intención muy
diferente a la de comunicar. Debemos entonces diferenciar
claramente entre comunicación e información. Hagámoslo con unos
ejemplos:
Si vemos el letrero que nos indica el nombre de una calle, es
información, no comunicación.
Si leemos un anuncio o una noticia en un periódico, es información.
Si vemos en la televisión imágenes de la guerra entre israelitas y
palestinos, es información.
Si vemos en una película cómo la policía arresta a un delincuente,
es información.
Si leemos en el periódico un artículo sobre el resultado de las
elecciones, es información.
En cambio, si hablamos por teléfono con un amigo, es
comunicación.
Si le pregunto al maestro sobre una duda y él me responde, es
comunicación.
En pocas palabras, la comunicación requiere, como requisito
indispensable, el intercambio de mensajes. La información no, pues
el mensaje viaja en un solo sentido y no regresa. En un esquema se
ilustraría así:
144
Comunicación:
Mensaje
Emisor ------------------------------- Receptor
Información:
Mensaje
Emisor ------------------------------- Receptor
Sabiendo esto, podemos afirmar que los llamados medios de
“comunicación” masiva, como el periódico, la radio, el cine y la
televisión, en realidad no comunican, sino que informan. En cambio
el teléfono, los mensajes escritos, el internet, utilizado para
intercambiar mensajes con otras personas, o cuando platicamos
personalmente con alguien, si es comunicación.
Esto es importante tomarlo en cuenta para comprender mejor las
características de estos medios masivos:
Los medios masivos de información (nos referimos solo a la prensa,
el cine, la radio y la televisión), son propiedad privada de la clase
dominante, la burguesía, y son tratados como cualquier otra
empresa capitalista.
Su existencia se basa en la aplicación de la tecnología en las ramas
mecánica, química y electrónica.
Cuando son propiedad del Estado, su contenido responde a los
intereses políticos del grupo o partido político en el gobierno,
tratándolos también como una empresa.
Son masivos, porque los mensajes que emiten son recibidos por
millones de personas.
En el caso del radio y la televisión, y del cine a través de
videocasetes, los aparatos receptores están instalados en el interior
de los hogares, lo que los hace sumamente populares y
145
penetrantes, pues la gente utiliza gran parte de su tiempo libre en
atender sus transmisiones.
Sus transmisiones, sobre todo las del cine y la televisión, se dan a
escala mundial, desde un centro que se encuentra en el país que
origina la emisión, por lo cual sus mensajes contendrán la forma de
ver el mundo, las ideas, costumbres, valores e intereses del país en
cuestión, y particularmente, de la clase social dominante en ese
país.
Veamos ahora la función que cumplen:
De una manera formal, los medios masivos de información tienen la
función de informar a través de las noticias y programas de análisis.
Entretener, por medio de programas musicales, de comedia,
películas, concursos, etc. Transmitir cultura por medio de
documentales, reportajes, entrevistas, críticas literarias, etc.
Sin embargo, detrás de estas funciones, explícitamente expresadas
por los mismos medios, existen otras funciones, no expresadas, y
que constituyen la función fundamental de estos medios en el
contexto de la dominación de clase y la conservación del poder
político y económico de la clase dominante. Dicho de otro modo, los
medios masivos de información tienen una función ideológica, en
el sentido que definimos este concepto en el primer capítulo de este
libro.
Recordemos rápidamente su significado: definimos la ideología
como el conjunto de ideas, valores, costumbres, ideales e intereses
de la clase dominante, poseedora del poder político y económico en
las sociedades capitalistas, que se emiten a toda la sociedad con la
finalidad de ocultar las verdaderas relaciones sociales, tergiversar la
realidad vivida, convencer de esta “falsa conciencia” a la totalidad
de la población y de esta manera reproducir el sistema en que
dominan y su propia dominación.
Pues bien, esta “falsa conciencia” la logran difundir, en gran
medida, con la ayuda de los medios masivos de información,
preferentemente con la televisión. ¿Cómo logran esto? Con el
contenido explicito e implícito de la programación que transmiten y,
sobre todo, con el contenido de la publicidad comercial que financia
estas transmisiones y con los noticieros sumamente “manipulados”.
Por ejemplo: se anuncia una marca de cinturones para caballero y a
146
un hombre que al ponerse un cinturón atrae la atención de una
mujer hermosa. Mensaje oculto: si usted usa estos cinturones
también atraerá a las mujeres hermosas, lo cual es una gran
mentira. Otro ejemplo: un político anuncia que por razones de salud
se ve obligado a renunciar a su cargo público, utilizando su salud
como pretexto para ocultar la realidad, lo han despedido por no
acatar las ordenes de sus jefes, por oponerse a sus corruptelas o
por denunciarlos...
Me gustaría mucho hacer aquí el análisis de los elementos visuales,
verbales y metalingüísticos que emplean en la televisión para
transmitir y convencer al receptor de la ideología de la clase
dominante, pero es mejor, más enriquecedor, que lo haga el lector,
observando con atención un programa de noticias y una serie de
anuncios publicitarios y que discutan y analicen por sí mismos
cuales son los elementos empleados para no decir toda la verdad,
manipular las imágenes, hacer comentarios tendenciosos
supuestamente objetivos, y como inculcan los valores comerciales y
fomentan el consumo irracional de mercancías, sean necesarias o
no para la vida humana. En la sección de ejercicios encontrarán el
espacio para hacer este análisis.
Hay que mencionar que el teléfono es un medio de comunicación
masivo, sea celular o no, que por sus características de uso
personal y privado no se presta para utilizarlo ideológicamente, por
lo que de hecho es un medio limpio.
Acerca del internet es aún muy pronto para realizar un análisis de
su uso, manipulación y efectos en la vida de la comunidad, pues su
aparición es aún reciente y es todavía relativamente poca la
cantidad de personas que posee una computadora personal, un
artículo que por su costo no llega a la mayoría del pueblo
trabajador, además de que aún no está reglamentado y su uso
escapa todavía al control político y legal de la clase dominante.
El Estado, como entidad jurídico política, es una institución muy
compleja, de formación relativamente reciente, pues surge con la
formación de las naciones modernas, principalmente en la Europa
occidental, entre los siglos XIV a XVIII. El Estado, en su concepción
moderna, no ha existido siempre y es, por lo tanto, como todos las
demás, una institución histórica. Acerca de su origen, desarrollo y
formación existe una gran discusión entre los especialistas, pues,
en su carácter de organismo centralizador y generador del orden
147
jurídico y político de una nación, es un producto del capitalismo y
del ascenso de la burguesía al poder, surge en su forma moderna a
partir de la Revolución Francesa y el surgimiento de las naciones
democráticas republicanas. Evitando entrar en digresiones
históricas que no vienen al caso en este libro, hablaremos
preferentemente del estado moderno, en su forma actual, en las
naciones organizadas en forma de repúblicas y con gobernantes
designados por elección popular “democrática”, como es el caso de
México.
El Estado es una institución que tiene como función primordial la
organización política y jurídica de una nación, emitiendo leyes que
regulan su funcionamiento y creando los órganos necesarios para
garantizar su aplicación y hacer efectivas las sanciones o condenas
que castigan su violación. Pero tiene además otras tareas, que
brevemente señalaremos a continuación:
El Estado le da cohesión y unidad a la sociedad en que ejerce sus
funciones.
Constituye el poder político y por tanto es la autoridad legal
suprema de la sociedad.
Es la institución responsable de la defensa militar de la sociedad y
por tanto, el mando supremo del ejército.
Tiene a su cargo la construcción de obras públicas que permitan el
desarrollo económico de la comunidad.
Es responsable de garantizar la observancia de los derechos y
obligaciones de los ciudadanos y de que se cumplan y se respeten.
Es responsable de garantizar educación, vivienda y trabajo a todos
los ciudadanos.
Es también el órgano responsable de la administración del erario o
fondos económicos que necesita para realizar sus funciones,
emitiendo una moneda oficial, regular su circulación y cobrar los
impuestos que se establezcan legalmente para adquirir fondos
económicos.
Es responsable de las relaciones diplomáticas con otros estados y
de las decisiones que en esta materia aplique.
148
Como podemos ver, el Estado es la institución rectora de una
nación, es importante señalar, no obstante, que no debemos
confundir Estado con Gobierno, pues el estado engloba la función
de gobierno, que puede variar de composición, individuos, grupo
político y objetivos a lograr, políticos, sociales y económicos, que
tiene generalmente un tiempo específico de duración (en México
seis años), mientras que el Estado es permanente, mientras exista
la nación que le da vida. Para entender mejor esta diferencia,
señalemos la composición del Estado. Esta constituido por tres
poderes independientes, soberanos, pero que interactúan entre sí:
el poder Legislativo, constituido por el congreso o parlamento,
formado a su vez por diputados y senadores, representantes
populares, elegidos por los ciudadanos, y que tienen como tarea
principal legislar, es decir, crear las leyes necesarias para propiciar
el desarrollo económico, cultural y políticos de los ciudadanos, así
como la equidad, justicia y legalidad en sus relaciones; el poder
Judicial, constituido por la Suprema Corte de Justicia y en México
por la Procuraduría General de la República, cuya tarea principal es
la impartición de justicia a través de los juzgados y tribunales
competentes, así como las diferentes corporaciones policíacas que
tienen por misión vigilar el mantenimiento del orden social y la
investigación de casos criminales de distinto tipo; por último, el
poder Ejecutivo, constituido por el Presidente de la República,
electo democráticamente por los ciudadanos y cuya tarea principal
es ejecutar o llevar a cabo los proyectos, programas y objetivos de
gobierno que propuso al postularse como candidato a presidente,
puede proponer también la creación de una nueva ley y establecer
políticas de acción contando con las leyes ya existentes. Forman
parte también del Estado los partidos políticos, representantes de
diversos sectores y clases sociales del país, de cuyo seno salen los
candidatos a todos los puestos de elección popular, así como los
gobiernos de los Estados o provincias, delimitados por fronteras
geográficamente delimitadas y conformados por municipios o
alcaldías y que juntos forman la federación de pueblos y
comunidades, que unidos forman el conjunto de la nación.
Otras instituciones como las secretarias de estado, delegaciones,
prisiones estatales y federales, son parte también del Estado, que,
como podemos ver, es una institución fundamental, sin cuya
existencia es difícil concebir la administración de una sociedad.
Para terminar, no puedo dejar de mencionar los distintos enfoques
políticos que cuestionan, oponiéndose, la verdadera función del
149
Estado, que aparece oculta detrás de las funciones formales que
hemos mencionado. Esta posición política que cuestiona la
concepción formal del estado es la socialista, de filiación marxista,
que señala que el Estado, concretamente, de las naciones
capitalistas, es una institución de clase, moldeada por la clase
dominante, cuya función oculta y no expresada, es controlar,
reprimir y eliminar la lucha de la clase dominada, la clase
trabajadora, por la toma del poder político y económico, obligándola,
por el contrario, a someterse a la explotación de que es objeto.
Según esta concepción, el Estado burgués es un instrumento
poderoso en manos de la clase capitalista, por medio de la cual
reprimen y controlan a la ciudadanía, garantizando la explotación
optima de la fuerza de trabajo, evitando revoluciones y estallidos
sociales, a través del ejercito y la policía, obteniendo como
resultado, el mantenimiento del poder político y garantizando la
permanencia y reproducción del sistema económico en el cual y
gracias al cual dominan. Según los objetivos de los revolucionarios
socialistas, la meta de la lucha de clases es derrocar al estado
burgués, explotador, y sustituirlo por otra forma de organización
política que actúe, esta vez, a favor de la clase trabajadora, es
decir, por los pobres y desposeídos de la sociedad.
¿Qué opina el lector de esta interpretación? Sería interesante que
expresara su opinión en la sección de ejercicios y, con ella, ayudar
a completar este libro.
6.2 La Ética ante el progreso científico y tecnológico.
El pasado siglo XX fue, sin duda alguna, el siglo más sorprendente
en toda la historia civilizada de la humanidad. Pero también, fue el
siglo de los contrastes y de las paradojas más marcadas.
Con respecto a la ética, es un siglo digno de estudio, sobre todo en
lo referente al impresionante desarrollo de la ciencia y la tecnología,
pero también en lo referente a los movimientos sociales, pues ha
sido el siglo de mayores cambios en el entorno económico, político,
social y hasta militar.
En el siglo XX, sobre todo en sus primeros quince años, se vivía en
las principales naciones civilizadas un clima de entusiasmo y
seguridad absolutos en la capacidad de la ciencia para lograr la
150
solución a todos los problemas de la humanidad: salud, educación,
alimentación, pobreza, trabajo. Se pensaba que la edad dorada,
tantos siglos esperada, por fin había llegado. En términos de
desarrollo tecnológico fue sorprendente: se desarrolló la
cinematografía como arte y como documento, se inventó la radio, el
telégrafo sin hilos, el teléfono, la aviación, se desarrollaron y
aplicaron los antibióticos y la penicilina, se emplearon los rayos x
en la medicina, se dio una revolución en la física con la teoría de la
relatividad, se inventó la televisión, se inició la exploración del
espacio extraterreno y se iniciaron los viajes espaciales y se llegó a
la luna, se mandaron sondas espáciales a Marte, se inventaron y
aplicaron los satélites estacionarios de comunicación, se desarrolló
la telefonía, la electricidad, la electrónica y la computación a escala
mundial, la red de agua potable y el alcantarillado, el trasplante de
órganos como el corazón, riñones e hígado, en fin, fue el siglo de la
revolución tecnológica y científica. En el campo de las ciencias
sociales se modernizó la sociología y la historia, las ciencias
políticas y las económicas. Se realizaron las revoluciones rusa, bajo
lineamientos socialistas, y la revolución mexicana, en busca de
libertad y democracia; se intensificaron los movimientos de
liberación nacional de los países coloniales como la India y otras
naciones de África. En América Latina triunfó la revolución cubana a
un alto costo para su pueblo. Hubo también revoluciones en China,
Corea y Vietnam. El mundo se dividió en dos campos, el capitalista
y el comunista. Fue también el siglo más sangriento: dos guerras
mundiales, devastadoras y genocidas, con una suma total de casi
cien millones de muertos. Dije que era un siglo de contrastes y
paradojas, porque mientas asistimos a ese maravilloso despliegue
tecnológico, por otro lado fue el siglo de la pobreza, donde tres
cuartas partes de la humanidad vive sumida en la miseria y la
ignorancia; se crean armas de exterminio masivo como la bomba
atómica y de hidrógeno; la industria, tan fértil en productos
tecnológicos, comenzó a devastar y aniquilar bosques y selvas, se
contaminó, en sólo cincuenta años, la casi totalidad de ríos, mares,
lagos, atmósfera y tierra, como no se había hecho en el resto de la
historia de la humanidad. El mundo se dividió en países pobres y
países ricos. Después de la segunda guerra mundial, los dos
ganadores, Estados Unidos y la Unión Soviética, entran en franca
competencia y rivalidad por el dominio del mundo, en lo que se
llamó la “guerra fría” y que terminó con la victoria del campo
capitalista, dando lugar a lo que se ha dado en llamar “capitalismo
salvaje” o “globalización”, creando más pobreza entre los pobres y
más riqueza entre los ricos, lo que ha dado pie a nuevas formas de
151
lucha de clases. ¡Sorprendente y dramático siglo XX! Desde luego,
todos estos hechos han afectado de manera radical y contundente a
todos los pueblos del mundo, sumiendo a la humanidad en una
crisis de valores sin precedente en la historia, pues del exagerado
optimismo de principios de siglo, se llegó al pesimismo más negro
en sus finales. ¡Y la ética tiene que estudiar todos estos hechos,
vaya tarea!
Es claro que en este libro no pretendemos realizar un análisis ético
exhaustivo de las causas y consecuencias de todos los
acontecimientos del siglo XX, pues rebasa los límites de este texto y
sería tema de un libro en sí mismo, pero sí veremos en términos
generales los aspectos positivos y negativos de la tecnología y su
repercusión en la vida social de todas las naciones del mundo,
especialmente del nuestro, que es un ejemplo que se puede
generalizar a toda Latinoamérica. Hecha esta breve introducción
reflexiva, entremos en materia.
Veamos primero, siempre en una perspectiva ética, los aspectos
positivos de la tecnología. A esto le llamaremos aspectos
racionales de la tecnología, o sea, aquellos aspectos en que el
uso y aplicación social de la tecnología tiene una lógica y una razón
de ser, cumpliendo con el objetivo para el que ha sido creada:
mejorar la vida humana.
Comencemos por diferenciar ciencia de tecnología, que
comúnmente se confunden o se habla de ellas como sinónimas. La
ciencia es la investigación empírica y la explicación teórica de los
fenómenos sociales y naturales. También se le llama “investigación
pura” o “fundamental”, pues su fin no es la aplicación práctica de los
conocimientos que genera. En este sentido, está más cerca del
ideal filosófico del conocimiento desinteresado, aunque de hecho,
justo es decirlo, toda investigación “pura” en realidad es costeada,
planeada y realizada con una finalidad práctica a corto, mediano o
largo plazo. Hoy nadie hace ciencia por el solo placer o gusto del
conocimiento: ya no existen Keplers o Galileos, o son muy
excepcionales. La tecnología, por su parte, como su nombre lo
indica, es la conjunción del conocimiento científico, lógico, con la
técnica, y el ingenio (de ahí la “ingeniería”) que se aplica a la
invención de artefactos, instrumentos, máquinas o aparatos de
funcionamiento mecánico, eléctrico o electrónico, de aplicación
práctica en la industria y el ejercito, pero que también alcanza el uso
doméstico que vemos en los aparatos caseros.
152
Los aspectos racionales de la tecnología son:
La tecnología es una actividad material transformadora de la
naturaleza para obtener un objeto o un proceso que facilite el
trabajo humano y lo haga más productivo.
Esta actividad transformadora o praxis, se adecua a un fin u objetivo
racional: hacer más eficiente y productivo el trabajo humano.
Esta finalidad, al ser racional, se basa en los conocimientos
logrados por la ciencia.
Para lograr el fin propuesto, la tecnología no requiere sólo de
conocimientos científicos sino también de habilidades, ingenio e
inventiva técnica, lo que a su vez incentiva el trabajo individual
creativo.
La tecnología, efectivamente, logra su propósito, facilitar el trabajo
humano haciéndolo menos pesado y más productivo, elevando la
eficiencia y la competitividad de los individuos involucrados en la
innovación creativa, lo que redunda en eficacia y eficiencia del
sector productivo en su conjunto.
Estos aspectos racionales de la tecnología han logrado,
efectivamente, que la vida humana sea más cómoda, que se tengan
más satisfactores de necesidades individuales y sociales, para
alcanzar mayor bienestar en comparación con la forma de vida del
hombre en épocas pasadas.
Pero la tecnología también tiene aspectos negativos o irracionales.
Les llamamos aspectos irracionales de la tecnología porque su
empleo daña al hombre y a la naturaleza de diversas maneras, y
cuando, aún sabiendo esto, se sigue utilizando. Veamos cuales son:
La tecnología, desarrollada bajo el sistema capitalista, se encuentra
al servicio del capital y su función, no manifestada abiertamente, es
generar ganancias económicas a quien la financia y desarrolla.
Crea fuerzas productivas (máquinas), que contaminan y/o destruyen
el medio ambiente natural, sin que a los dueños de esta tecnología
les importe, mientras generen ganancias económicas.
153
Por lo tanto, la tecnología, irracionalmente empleada, lleva a cabo
una sobreexplotación de la naturaleza, que en la terminología
industrial capitalista se llaman “recursos naturales”, la mayoría de
los cuales no son renovables.
Esto trae como consecuencia que ya no se vea a la naturaleza
como fuente de vida y como algo sagrado que se debe cuidar y
respetar, como hacían y hacen hoy en día los pueblos indígenas,
sino que sea tratada por los capitalistas, dueños de la tecnología,
como un almacén de “materias primas” que pueden vaciar
impunemente.
Al emplearse la tecnología en un país, como México, que además la
compra de países más desarrollados, desplaza con sus productos
hechos en serie y en gran cantidad, las formas de producción no
tecnológica, como la manufactura o la artesanía, dejando
desempleados y en la pobreza a estos trabajadores manuales o
artesanos, perdiéndose, con ello, formas culturales folklóricas
milenarias.
La tecnología, además de mercancías necesarias, crea también
armas de destrucción masiva, como la bomba atómica, que le da
poder a los países que la poseen y les permite amenazar, intimidar
y dominar a otros países que no la poseen, como hacen
cotidianamente los gobiernos de Estados Unidos.
La tecnología también ha propiciado un fenómeno muy curioso de
repercusiones graves: teniendo como finalidad crear máquinas y
aparatos que faciliten la vida humana y le sirvan, se han convertido,
con su uso, en lo contrario: dominan al hombre al grado de que
ahora este no pude vivir sin la tecnología y trabaja y sirve para
crearla. Dicho de otra manera, en lugar de que el hombre domine a
la máquina, la máquina domina al hombre.
En términos sociales, morales y psicológicos, este hecho produce
otro: la enajenación del trabajador. En la manufactura o el oficio
artesanal, el trabajador participaba en todas las etapas de
elaboración de un producto, al que diseñaba y controlaba, al que le
tenía cariño y le daba satisfacción y gusto por el trabajo. Ahora, con
la fabricación en serie, en una cadena de montaje, el trabajador
participa sólo en una parte del proceso de fabricación de una
mercancía, que ni ha diseñado ni le interesa, pegado a una
máquina, como un apéndice de ella, realizando un trabajo
154
monótono, fastidioso, en el cual no requiere mucha pericia, ni
talento, ni una habilidad, que antaño se lograba tras años de
aprendizaje. No le tiene cariño a su trabajo ni a la mercancía que no
le pertenece y que nunca podrá comprar con su mísero salario. A
esto se le llama, en términos del materialismo histórico,
enajenación o alineación del trabajo, lo que tiene como
consecuencia para el trabajador una desmotivación y desencanto
por la vida, la famosa depresión emocional, que lo lleva, o bien a
revelarse (con peligro de morirse de hambre) o bien a buscar
formas de fuga como emborracharse, apasionarse por el fútbol, o,
en el peor de los casos, adquirir conductas agresivas con familiares,
amigos y la sociedad en general.
Por ultimo, la tecnología separa a los países en dos campos
opuestos: países ricos creadores y poseedores de tecnología, y
países pobres que no crean ni poseen tecnología y que la compran
a altos precios, anticuada y contaminante.
Tendríamos entonces, desde un punto de vista ético, el siguiente
balance, en una descripción muy general, de la relación entre el
desarrollo y el progreso tecnológico y las repercusiones morales, de
vigencia de valores, que sufre la sociedad en que impacta.
El progreso científico que surgió como consecuencia de la
revolución industrial y la instauración del capitalismo, fue sin duda
un logro de la razón, que a su vez tuvo un impacto en la sociedad
en forma de un mayor desarrollo productivo, gracias al impulso de la
tecnología, lo que trajo consigo la satisfacción masiva de
necesidades sociales como nunca antes en la historia.
Esto a su vez propició progreso en el desarrollo de la conciencia
social de los individuos, que generó cambios en la forma de pensar
y actuar de las personas.
El impacto de los hechos señalados sucedidos en el siglo XX,
produjo una transformación de los valores morales, sociales y
políticos de la sociedad, iniciativa personal, libertad de acción y
pensamiento, rompimiento de prohibiciones y trabas sexuales,
mayor movilidad económica de los individuos, etc., que modificaron
la valides y permanencia de muchos de los valores morales
tradicionales, es decir, de una moral de tipo impositivo y restrictivo,
se pasó a una moral propositiva, abierta y liberadora de prejuicios
que coartaban la libertad de la sociedad en su conjunto.
155
Todo esto en conjunto creó un periodo de crisis generalizada de los
valores morales, políticos y económicos vigentes en la sociedad
tradicional, crisis por la cual estamos pasando precisamente en
nuestros días.
Esto significa que, como se dice vulgarmente, ahora “ya no hay
valores”, lo que es inexacto, pues lo que ocurre es que los valores
tradicionales están siendo revalorados y se están estableciendo
otros que aún no comprendemos cabalmente, situación que crea
incertidumbre y temor en la población de las sociedades modernas.
Pero las crisis no son eternas, ni hay pueblo que las soporte
indefinidamente, y en un periodo futuro, que quizá dure una o dos
décadas, el nuevo siglo se estabilizará y nuevos grupos de valores
morales, políticos y económicos se establecerán, dando lugar a
nuevas formas de conducta social que aún no podemos prever, ni
sería serio tratar de describir. La ética, ante todo esto, tiene la
función de observar los nuevos hechos, investigar causas y efectos
y llegar a conclusiones, siempre parciales, que nos permitan
explicar, de la mejor manera posible, la gestación de la nueva
sociedad que se está generando.
Ahora, sería prudente que el lector analizara los aspectos
racionales e irracionales de la tecnología y llegara a una conclusión
sobre su valor y como podría usarse evitando sus consecuencias
negativas. En la sección de ejercicios encontrará el espacio para
hacerlo.
6.3 Revaloración de la actitud ecológica.
La ética no podía dejar de estudiar los problemas relacionados con
la ecología y su actual revaloración, ante las impresionantes
alteraciones que la tecnología, empleada industrialmente, ha
causado en el medio ambiente natural. Ese problema no es otro que
la contaminación, tanto de la atmósfera, como del agua y la tierra.
El problema no es nuevo, pues ya desde mediados del siglo XIX
hubo observadores naturalistas que llamaron la atención sobre los
efectos dañinos que los desechos industriales tenían sobre los ríos
y la atmósfera, sobre todo en Inglaterra. Veían el daño, obvio para
cualquier observador imparcial, que causaba el así llamado en la
época “humo del progreso”. Pero era tal la euforia de la nueva
156
revolución industrial, que pronto sus voces de alarma fueron
calladas y olvidadas.
Tampoco la ecología es una ciencia nueva, pues cuenta ya con más
de cien años de existencia, aunque con una existencia marginal y
de poca relevancia. No fue hasta mediados del siglo XX cuando los
ahora llamados “ecologistas”, comenzaron a llamar la atención de
forma más enérgica y a gran escala, sobre los efectos nocivos de la
contaminación ambiental.
La ecología es la ciencia que se encarga de estudiar la interrelación
que existe entre los seres vivos y su medio ambiente natural o
“hábitat”, y es una rama de la biología, que se desarrolló a partir de
la aparición del libro de Charles Darwin “El origen de las especies”.
Por eso fue que los ecólogos fueron los primeros en llamar la
atención sobre los efectos destructivos de la contaminación, no sólo
sobre las especies animales y vegetales, sino contra el propio ser
humano. Y en efecto, pronto se hizo patente a todo el mundo que la
industria y su humo del progreso, sobre todo la industria química,
petrolera y maderera, estaban causando estragos en la naturaleza,
destruyendo el hábitat de plantas y animales, provocando su
extinción masiva y provocando el rompimiento de la cadena
biológica de la vida. En un principio, allá por los años sesenta, las
industrias capitalistas (y socialistas), minimizaron el problema, o
simplemente no le hicieron caso, hasta que el problema fue de tal
magnitud que ya no pudieron negar lo que estaba ocurriendo,
aunque siguieron sin hacer nada al respecto. Hasta la explosión del
reactor nuclear de Chernovil, en Rusia, en 1986. Esto abrió los ojos
del mundo a los problemas ambientales, hasta llegar, hoy en día, a
los estragos del “calentamiento global” de la atmósfera terrestre.
Como la contaminación es un fenómeno provocado por el hombre y
que el mismo hombre puede evitar o aminorar, la ética se vio en la
obligación de tomar cartas en el asunto y tomar una posición ante
los hechos. Así nació la lucha por la conservación de la naturaleza,
evitando la extinción de plantas y animales, en bosques, lagos,
mares y selvas. Surgió el movimiento ecologista.
Ahora bien, en este libro, de lo que se trata es de revalorar la actitud
que nosotros, tanto el autor como sus lectores, tenemos ante este
problema. O dicho de otro modo, ver qué estamos haciendo al
respecto, es decir, si estamos de alguna manera tomando medidas
para evitar la contaminación, o si, por el contrario, contribuimos a
157
producirla sin importarnos las consecuencias. Pero antes de
enfrentar tan espinoso examen de conciencia, veamos primero
algunos datos que nos orienten acerca de cual es el problema,
cuales las causas y cuales las posibles soluciones.
No hablaremos de la ecología como tal, pues el estudio de esta
ciencia sería el objeto de un libro de biología, sino de los problemas
ecológicos, provocados por la tecnología industrial. Estos
problemas se reducen a un concepto: contaminación, que podemos
definir como, “la alteración del equilibrio natural por la introducción
artificial de deshechos tóxicos emitidos por el funcionamiento de
maquinaria y equipo tecnológico a escala industrial, impulsados por
combustibles de origen fósil (petróleo y sus derivados) o por energía
eléctrica generada por la fuerza hidráulica (presas y dinamos)”.
El problema ecológico se puede dividir en las siguientes partes:
La investigación de las diversas causas de la contaminación.
La investigación de los efectos de la contaminación, su extensión
geográfica y el grado de daño causado.
La búsqueda de soluciones al problema que, paradójicamente,
pueden darse usando también la tecnología en escala industrial,
pero que incluye también decisiones políticas, económicas y
sociales, donde se involucran estados, gobiernos, organizaciones
sociales no gubernamentales, agrupaciones de todo tipo y la acción
de los individuos a escala mundial.
Buscar sobre todo la prevención de las causas que generan el
problema.
Tratar, por diversos medios por precisar, de lograr la disminución
de los daños ya causados, minimizando su acción dañina.
Y desde luego, tomar medidas urgentes, pero planificadas, para
regenerar y revertir el daño ya causado. El ejemplo clásico sería: si
hay deforestación, implantar un programa a gran escala de
reforestación, etc.
Ahora bien, al hablar de contaminación, hablamos de muchos y
diversos tipos de contaminación que veremos más adelante; por el
momento lo importante es señalar que es múltiple y afecta
158
directamente las zonas del planeta en que se genera y reproduce la
vida, esto es, la corteza terrestre y la atmósfera, aunque
últimamente, se han descubierto organismos vivos que no son ni
virus, ni bacterias, ni animales, ni plantas y que viven y se
reproducen a enormes profundidades y en condiciones de
temperatura tan altas y sustancias tan tóxicas, que ninguna otra
forma de vida podría sobrevivir, y que los biólogos han llamado
“arqueas”, que significa “antiguos”, organismos vivos antiquísimos.
No obstante, también habitan en la corteza terrestre, que es la capa
exterior terrestre que envuelve al planeta, incluyendo el fondo de los
océanos. La tierra firme, como los continentes y las islas, y, desde
luego, la atmósfera, que es la envoltura gaseosa del planeta, que
contiene el oxígeno que respiramos y el ozono que nos protege de
los rayos ultravioleta del sol. Pues bien, a este conjunto de tierra,
agua y aire se le llama biosfera y el hábitat natural en que se
produce el extraordinario fenómeno de la vida, en todas sus
manifestaciones, y que es, precisamente, el medio que está
dañando la contaminación.
La contaminación está degradando por tanto el suelo, incluyendo
tierras laborables, bosques y selvas, el agua, incluyendo ríos, lagos,
mares, océanos y mantos friáticos, y el aire, incluyendo la capa de
ozono y el alarmante aumento de bióxido de carbono, que produce
calentamiento anormal de la atmósfera con diversos efectos
dañinos, como el cambio climático, calor extremo en verano, frío
extremo en invierno, derretimiento de los polos, defoliación, erosión,
etc.
Los elementos contaminantes más comunes son:
El bióxido de carbono, producido por la quema de combustible fósil
(petróleo, gasolina).
Plomo, contenido en pinturas, lacas, y gasolina.
Plaguicidas utilizados en la agricultura.
Conservadores químicos en los alimentos.
Una enorme variedad de químicos desechados en los procesos de
fabricación en la industria, que van a parar a ríos, lagos y mares.
159
Radiactividad generada por las centrales nucleares en forma de
deshechos tóxicos que se tiran en “basureros”, en zonas áridas
cercanas a poblaciones humanas.
Gases tóxicos producidos por la quema de basura.
Derrames de petróleo en accidentes navales.
Además, hay que mencionar, que la contaminación no es sólo de
tipo químico, la hay también de carácter acústico, debido al ruido a
altos desibeles en las ciudades, producido por autos, aviones,
máquinas, equipos de sonido, etc. Y la contaminación visual,
debida a carteles, anuncios espectaculares y todo tipo de imagen
comercial colocada en todos los rincones de una ciudad típica
moderna.
Veamos ahora brevemente las causas de la contaminación de cada
uno de los componentes de la biosfera.
Algunas causas de la contaminación del agua:
Aguas residuales: todo aquello que llega a los ríos, lagos y mares
proveniente del drenaje público: excremento, orina, disolventes,
jabones, etc.
Desechos industriales; los químicos que se producen como
resultado de un proceso de fabricación que son desechados vía
drenaje.
Abonos, fertilizantes, pesticidas y plaguicidas utilizados en las
labores agrícolas y ganaderas, que por escurrimiento natural o por
desagüe van a dar a los ríos.
Desechos radiactivos. Recuérdese que los reactores nucleares son
enfriados con agua, que corre en tubos por el reactor y que al
hacerlo se contamina. Esa agua es desechada.
Basura: envases plásticos, latas de aluminio, bolsas de plástico y
todo aquello que las poblaciones ribereñas tiran al río o lo que los
turistas dejan en sus paseos, y que se escurren a los ríos o se
entierran obstaculizando la filtración del agua por la lluvia.
Algunas causas de la contaminación del aire:
160
Combustión de todo tipo de motores de combustible derivado del
petróleo.
Emisión de gases industriales (Co2).
Quema de basura.
Algunas causas de la contaminación de la tierra:
La tala inmoderada de bosques y selvas, ya sea para obtener
madera o para liberar tierras para la agricultura.
Erosión y desertización. La tierra se agota y queda inservible para
los cultivos, produciéndose una zona desértica que aleja las lluvias
y provoca cambios climáticos.
La basura inorgánica enterrada o dejada en bosques, selvas y
zonas de recreo, sobre todo de metal y plástico.
La lluvia ácida, es decir, lluvia que viene cargada con partículas
suspendidas en la atmósfera y que viene a dar a los bosques,
selvas y campos de labranza.
El uso de químicos para la agricultura como abonos, fertilizantes o
plaguicidas, que aumentan la fertilidad de la tierra, pero a largo
plazo la contaminan y degeneran.
Veamos ahora algunos efectos de la contaminación:
Alteración del equilibrio natural de la biosfera, y por lo tanto, del
medio natural de plantas y animales.
Rompimiento de la cadena ecológica o cadena de la vida, causada
por la extinción de animales o plantas que la conforman, lo que
pone en peligro la vida de muchas otras especies de plantas y
animales en varias zonas del planeta.
Debilitamiento o adelgazamiento de la capa de ozono que detiene
los rayos ultravioleta del sol, letales para la vida en el planeta.
Disminución de los bosques y selvas del planeta, reguladores del
clima, la lluvia y la temperatura ambiental.
161
Erosión y aparición de zonas desérticas, antes boscosas, que
alteran el clima de las estaciones del año, causando daños a la vida
que los rodea, incluida la del hombre.
Toda esta suciedad en aire, agua y tierra, provoca la aparición de
enfermedades de diverso tipo en animales, plantas y el hombre,
debilitando su sistema inmunológico y afectando en general al
organismo de los seres vivos, daños que son evitables.
Habría que mencionar los efectos que aún no conocemos o que se
producirán a largo plazo pero que ya han sido generados.
Como podemos ver, el problema es grave, y siendo causado por el
hombre, se convierte en un problema moral, que no escapa a la
filosofía, entendida como una reflexión con repercusiones prácticas,
de conciencia social, que debe provocar reacciones positivas en la
conducta de los individuos y las instituciones que causan el
problema.
Como hemos podido apreciar en otros temas de este libro, la ética
se enfrenta con problemas en los que detrás de su aspecto moral,
están los intereses económicos y políticos de la clase dominante en
el sistema capitalista. El sector industrial de esta clase, y los
gobiernos de los países en que dominan, saben desde largo tiempo
atrás, que la tecnología utilizada a escala industrial destruye y daña
a la naturaleza y a todos los seres vivos en el planeta, pero, por un
lado, se imponen los intereses económicos y las ganancias
gigantescas que obtienen en esta actividad, lo que les indica no
parar en la producción de mercancías, cueste lo que cueste y por
más superfluas que sean; y por otro lado, se impone la lógica de
que la producción industrial a gran escala, satisfactora de
necesidades sociales, no puede detenerse, pues se produciría un
caos y un desabasto tal, que las consecuencias serían más graves
que las ecológicas: alimentos, vivienda, transporte, ropa,
medicamentos y muchos otros artículos y servicios desaparecerían
en la cantidad necesaria, provocando un desastre mundial. Por lo
tanto, la solución al problema ecológico no es detener la producción
industrial tecnologizada, sino buscar fuentes de energía alternativas
que no contaminen y procesos de producción que disminuyan
drásticamente los residuos contaminantes, así como realizar
actividades de limpieza, empleando para ello la escala industrial;
pero como la investigación de estas soluciones alternativas y su
aplicación, no generan ganancias económicas, no son financiadas
162
por ninguna empresa capitalista. No quedan entonces más que las
acciones políticas y diplomáticas de algunos estados, de
organizaciones no gubernamentales concientes, de comunidades
afectadas o de individuos con conciencia social y capacidad de
liderazgo. Y, desde luego, la acción responsable de millones de
individuos comunes y corrientes como ustedes y yo.
Por lo que llegados a este punto podríamos preguntar, ¿Qué
hacemos para evitar los mencionados daños ecológicos? ¿Qué
hacemos para producirlos? ¿Cómo podríamos evitarlos? ¿Cómo
lograr disminuirlos? ¿Por qué no hacemos nada? La respuesta
tendría que darla el lector, pues una acción del autor ha sido
provocar la reflexión, que ya es algo. Por lo tanto, invito al lector a
que conteste los cuestionamientos que le planteo en la sección de
ejercicios y que, más que la reflexión para contestarlos, provoque
cambios en su conducta, mejorando su actitud ecológica. Si no es
así, este libro solo servirá para aumentar el problema de la basura...
6.4 Fundamento y finalidad de los derechos humanos.
A todo lo largo de la historia de la humanidad, ha existido la
injusticia y el abuso entre los seres humanos; siempre un hombre o
un grupo de hombres ha maltratado, explotado, asesinado,
ofendido, golpeado o simplemente, insultado, a otro hombre o a otro
grupo de hombres. Desde la simple diferencia física del fuerte sobre
el débil, hasta la del poderoso sobre el sometido, se ha
injustamente maltratado a otros seres humanos por muchas causas:
esclavitud, diferencias étnicas, religiosas, políticas, o personales,
como celos, envidia, venganza, etc.
Por ello, desde la antigüedad, gobernantes ilustrados, concientes de
la necesidad de establecer orden y control en las relaciones
sociales de los pueblos que dirigían, formularon códigos con
normas y leyes que protegían a los más débiles o los más pobres.
Tal es el caso del más antiguo de tales códigos que se conocen, el
famoso “código de Hamurabi”, rey de Babilonia, que se hizo popular
por la conocida “ley del talión”, que establecía la norma de “ojo por
ojo y diente por diente”, defendiendo a los débiles contra los fuertes.
Sin embargo, no todos los reyes eran tan nobles como Hamurabi y
los había crueles y sanguinarios. En fin, desgraciadamente, la
civilización humana, a pesar de sus logros benéficos en la sociedad,
163
no ha podido evitar nunca el abuso, la explotación, el robo, el
asesinato, la agresión, y otras formas negativas de la conducta
humana, al grado de que se le ha tomado como algo consustancial
al hombre y que forma parte de la lucha por la vida.
No obstante, el intento de reprimir tales conductas siempre ha
estado en los objetivos de los lideres, dirigentes y gobernantes, ya
sean civiles o religiosos; recordemos, como ejemplo, los “diez
mandamientos” que Moisés entregó al pueblo judío, supuestamente
por orden divina, y en los objetivos, desde luego, de los sectores
reprimidos y explotados de todas las épocas.
Sea como fuere, la idea principal es propiciar que se respete la
integridad de las personas, tanto en su físico como en sus bienes y
familiares, en su dignidad y en sus derechos legales, es decir, que
se respeten sus derechos humanos.
En épocas más modernas, ha habido distintos códigos, leyes y
declaraciones legales que se proponen ese fin, y que son el
antecedente moderno de los actuales Derechos Humanos.
Veamos algunos de estos antecedentes:
El primero de ellos sería la Declaración de Independencia de las
colonias Británicas en América, firmada por Thomas Jefferson el 4
de Julio de 1776, y que da origen a la formación de los Estados
Unidos de América, declaración en la que se destaca la
proclamación del derecho a la libertad y la abolición de la
esclavitud.
Otro antecedente sería la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano, firmada en París, en 1789, y que constituye una
de las bases político-sociales de la Revolución Francesa, cuya
bandera fue “legalidad, libertad y fraternidad” entre todos los
hombres.
También es un antecedente importante la Constitución de Cádiz de
1812 en España, después de la liberación de los ejércitos franceses
de Napoleón, en la que se establece la Soberanía Nacional y la
división de poderes en el Estado.
Todas estas Declaraciones político-sociales, y morales, las enarboló
la clase burguesa en su lucha por el poder en contra de la nobleza
164
aristocrática feudal y la Monarquía, su forma de gobierno, lucha por
tomar el poder e instaurar otra forma de organización estatal más
adecuada a los intereses de los nuevos capitalistas: la República
Democrática. No obstante, una vez en el poder, la burguesía se
olvidó rápidamente de sus propios principios, y viéndose con el
poder en las manos, sujetó al pueblo trabajador, campesino y
obrero, a la más dura explotación, sumiéndolo en la miseria y en las
más indignas condiciones de vida. Entonces surge, en la mitad del
siglo XIX, el movimiento obrero organizado y su doctrina política,
filosófica y moral: el socialismo, cuyos representantes más
destacados son los alemanes Carlos Marx y Federico Engels,
quienes dedicaron toda su vida a la lucha por los derechos y la
liberación de la clase trabajadora, y por fundamentar teóricamente
sus objetivos e ideales: el comunismo.
En Rusia, un inmenso y extenso país, poblado en su mayoría por
millones de campesinos, y una escasa pero bien organizada clase
trabajadora, que cansada de la explotación y abusos de todos tipo
de la autocracia gobernante, representada por el Zar, hace suyas
las ideas e ideales socialistas, y dirigidos por un carismático líder,
Vladimir Ilich Ulianov, mejor conocido como Lenin, provocan una
revolución y triunfan, estableciendo el primer Estado socialista en el
mundo. Será precisamente Lenin el que hará, en 1918, otra
declaración antecedente de los derechos humanos actuales:
La Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado,
en la que decreta la abolición de la explotación del trabajo, la
repartición de tierras a los campesinos y el principio de
Autodeterminación de los Pueblos, a través del cual se garantiza
que cada pueblo puede elegir el gobierno, estado y sistema político
y económico que más le convenga.
Vendrá después la Primera Guerra Mundial, con todos sus horrores,
que provocaron que, al finalizar, se creara la “Sociedad de
Naciones”, que tiene como objetivo principal garantizar la paz
mundial, la independencia política de todos los estados y el principio
de “no intervención” de un estado sobre otro. Esto ocurre en 1918.
Sin embargo, Alemania, país perdedor en esta guerra, busca pronto
la revancha y encuentra en su líder, Adolfo Hitler, la persona
necesaria para llevarla a cabo. Así se provoca la Segunda Guerra
Mundial, más terrible y cruenta que la primera. Los Estados Unidos
entran a la guerra, intervienen en Europa y al mismo tiempo que el
165
ejército soviético, aniquilan al ejército alemán y al italiano. Pero falta
aún vencer a los japoneses, aliados de Alemania e Italia de filiación
política fascista. Los estados Unidos vencen a los japoneses
haciendo explotar dos bombas nucleares en sendas ciudades
niponas: Hiroshima y Nagasaki. Japón se rinde, pero el horror del
poder destructivo de la bomba atómica, detonada sobre poblaciones
civiles inocentes, hace consciente a toda la humanidad del peligro
de una guerra nuclear, sobre todo al confirmarse que la Unión
Soviética ha logrado construir también la temible bomba.
Se inicia la llamada “guerra fría”, entre Rusia y Estados Unidos. Por
su parte, los demás países participantes en la guerra se reúnen en
San Francisco, California, y el 26 de Junio de 1945 fundan la
Organización de las Naciones Unidas mejor conocida por sus siglas
ONU, que sustituye a la Sociedad de Naciones, de triste historia, y
que se propone garantizar también la paz, y ser una especie de
tribunal internacional con autoridad para mediar en los conflictos
entre países, por la vía pacífica, política y diplomática, a través del
diálogo y procesos democráticos.
A pesar de todo, los conflictos y las guerras no terminan:
recordemos la guerra de Corea de 1950, la guerra de Vietnam, que
abarca desde mediados de los años cuarenta hasta 1972, y las
luchas de liberación de los países coloniales en Asia y África: como
ejemplo, dos naciones: la India, que se independiza de la Gran
bretaña y Argelia, que se independiza de Francia. Y otros hechos
como la creación del estado separatista de Sudáfrica, en la que se
separan negros de blancos y los primeros se ven sujetos a un
régimen de discriminación racial y falta de derechos civiles, y
tratados, de hecho, como esclavos, sobre todo en el trabajo en las
minas de diamantes, principal riqueza de aquel país. Y qué decir de
los mismos Estados Unidos, país de la libertad y la democracia,
donde la población negra e hispana ha sufrido por doscientos años
la discriminación racial, y la ausencia, hasta los años sesenta, de
derechos civiles. Los inmigrantes de origen latinoamericano, sobre
todo mexicanos, que cruzan ilegalmente la frontera entre ambos
países, hasta hoy día, carecen en ese país de todo derecho y
respeto a sus derechos humanos, aunque esto no impide que se
explote su trabajo como mano de obra barata en la agricultura.
Por último, no está de más hablar de la lucha de liberación política y
económica de la influencia de los Estados Unidos por los países de
América Latina, en la cual destaca la revolución cubana de 1959, de
166
filiación socialista, triunfante, y que hasta hoy en día mantiene su
independencia y libertad, a pesar del bloqueo económico a que
tiene sujeta a cuba el gobierno de los Estados Unidos, y que los ha
condenado, por cuarenta años, a la pobreza y el atraso. Al final,
pero no por eso menos importante, señalar la discriminación,
marginación, explotación y saqueo de sus tierras a que han sido
sometidos, en sus propios países los pueblos indígenas de México,
Centro y Sudamérica.
Como podemos ver, después de la descripción de este cuadro
desolador, en el cual he omitido muchos hechos más, el respeto a
los Derechos Humanos en todo el mundo, dista mucho de ser una
realidad plena y verdadera.
6.4.1 La Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Sin embargo, y tomando en cuenta hechos como los señalados, la
ONU firma en París, el 10 de diciembre de 1948, la “Declaración
Universal de los Derechos Humanos”, de cuyos principios y
principales artículos nos ocuparemos enseguida: reproducimos la
declaración original tomada del texto oficial, traducido al español:
LA ASAMBLEA GENERAL
Proclama
LA PRESENTE DECLARACION UNIVERSAL
DE LOS DERECHOS HUMANOS.
“Como ideal común por el que todos los pueblos y naciones
deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las
instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan,
mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos
y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter
nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales
167
y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros, como
entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción”.
Mencionemos
Declaración:
ahora
algunos
artículos
importantes
de
esta
“Artículo 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros.”
“Artículo 2.1 Toda persona tiene todos los derechos y
libertades, proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna
de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición”.
“2.2 Además, no se hará distinción alguna fundada
en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio
de cuya jurisdicción dependa una persona.
“Artículo 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la
libertad y a la seguridad de su persona”.
“Artículo 4. Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en
todas sus formas”.
“Artículo 5. Nadie estará sometido a torturas ni a penas o
trato crueles, inhumanos o degradantes”.
“Artículo 10. Toda persona tiene derecho, en condiciones de
plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un
tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus
derechos y obligaciones o para examen de cualquier acusación
contra ella en materia penal.”
“Artículo 18. Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la
libertad de cambiar de religión o de creencia, así como su libertad
de manifestar esta religión o creencia, individual y colectivamente,
tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el
culto y la observancia.”
168
He trascrito aquí algunos ejemplos de artículos importantes de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero hay muchos
más en el documento publicado periódicamente por la ONU y que
se debe conseguir integra en todos los países, incluyendo México,
con el fin de estudiarla y conocerla a fondo, y de esta manera,
hacerla valer ante las autoridades competentes de nuestro país.
Todos estos derechos, expresados en sus respectivos artículos,
deben ser respetados por el Estado como una obligación y hacerlos
valer con carácter de ley, para lo cual, en nuestro país, existe una
Comisión Nacional de los Derechos Humanos, así como una
comisión respectiva para cada uno de los estados de la república y
del Distrito Federal, a las cuales podemos acudir para denunciar o
exigir que tales derechos nos sean respetados.
Es importante reconocer que muchos de estos derechos no son
respetados en nuestro país, en particular los de ciertos grupos
sociales, personas o etnias que serán objeto de análisis en el
siguiente apartado, señalando los más importantes, para que el
lector se forme una opinión y adopte una posición moral y política
ante ellos.
Muchos de estos derechos humanos o del ciudadano, están
también garantizados por la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, que es la ley máxima que rige en nuestro país.
Es importante conocerla y poder así hacerla valer. El que no conoce
sus derechos, difícilmente podrá defenderse y hacerlos valer en
caso de violaciones o abusos de la autoridad.
En todo caso, mencionaré a continuación los derechos elementales
y básicos que en la gran mayoría de los países civilizados se
garantizan, con sus excepciones tristemente existentes; estos
derechos son:
El derecho de tránsito, es decir, el derecho de circular libremente
por la calle, o de una ciudad a otra, de un estado a otro, en el
interior de un país, sin que nadie deba impedirlo. El paso de un país
a otro está sujeto a otras circunstancias que dependen de las leyes
del país al que se quiera entrar, como es el caso del paso de
México a Estados Unidos, por ejemplo.
169
El derecho de residencia, es decir, el derecho de escoger
libremente el lugar donde uno va a vivir y fincar su residencia dentro
de su propio país. La residencia permanente en un país extranjero
dependerá de las leyes vigentes en ese país.
El derecho a la libertad, esto es, la prohibición legal a ser sometido
a cualquier tipo de esclavitud o restricción ilegal de los demás
derechos mencionados.
El derecho a la salud; todo ciudadano tiene derecho a atención
médica garantizada por el estado. Si es gratuita o no, dependerá de
las leyes de cada país.
El derecho al trabajo, o sea, que el estado está obligado a
garantizarle a sus ciudadanos una fuente de trabajo digno, acorde a
sus capacidades y conocimientos y remunerado en todos los casos.
El derecho a una vivienda digna. También el estado debe
garantizar a cada ciudadano el acceso a una vivienda, según su
capacidad económica y su situación laboral.
El derecho a la cultura; nadie puede impedir que una persona
tenga acceso al conocimiento, a los espectáculos artísticos o
deportivos, museos, ferias populares o cualquier otra forma de
expresión de la cultura, así como a producir bienes culturales de
todo tipo. El estado debe garantizar también se que cumpla con
este derecho.
El derecho a la información. Toda persona tiene el derecho a
informarse de los acontecimientos públicos, sociales, económicos y
políticos sin cortapisas ni prohibiciones. De la misma manera, todo
ciudadano tiene derecho a informarse sobre las actividades del
gobierno, en todas sus áreas y en todos sus aspectos. Solamente
en caso de guerra, puede el estado, por seguridad, mantener en
secreto cierta información, en especial la militar.
El derecho a profesar una religión, ha no tener ninguna y a
defender y profesar la corriente filosófica, política o artística de su
preferencia; es decir, no se le puede obligar a nadie a practicar una
religión, una corriente política, filosófica, artística o de otro tipo bajo
ninguna circunstancia.
170
El derecho de libre pensamiento, es decir, el derecho a expresar
libremente la forma de pensar elegida, ya sea de palabra o por
escrito. Es el derecho a la libre expresión de las ideas, ya sea
manifestándolos de palabra en un mitin, por ejemplo, o a publicarlas
por escrito en los diarios o editoriales establecidas o en escritos
hechos públicos por cuenta propia.
Estos son, en términos generales, los derechos que tenemos por el
simple hecho de ser humanos y ciudadanos de una nación. Otra
situación es que estos derechos se respeten o no, cosa que,
desgraciadamente, ocurre de una u otra manera en todos los países
del mundo, sobre todo en los más atrasados y pobres.
Sería ahora conveniente que el lector realice alguna reflexión sobre
el tema, para lo cual le hago una serie de cuestionamientos en la
sección de ejercicios del libro, los cuales, desde luego, tiene el
derecho de ignorar o no.
6.4.2 Grupos Marginados.
Existen muchos casos que involucran individuos, organizaciones
sociales o políticas, pueblos indígenas, agrupaciones religiosas, que
no son respetados en sus derechos humanos, en México y en
muchos otros países de América Latina, África, Asia, Europa y
Estados Unidos. Casos como los reos en las prisiones estatales,
líderes de organizaciones ecologistas, globalifobicos, líderes
políticos, raciales, guerrilleros, artistas, escritores, campesinos, que
por motivos de intereses políticos, económicos o militares, son
reprimidos, encarcelados, torturados o asesinados impunemente, lo
cual está muy mal y es motivo de escándalo, lucha, reclamo y
denuncia por parte de los sectores conscientes de los países en
que ocurren dichas violaciones. Es decir, el hecho de que existan
los instrumentos legales que garantizan o exigen el respeto a los
derechos humanos, no significa que estos se respeten, cumpliendo
con las leyes establecidas, y esto es así porque la dinámica social,
cuyo acicate es la lucha de clases, obliga a los involucrados en esa
lucha a buscar los medios, legales o no, de vencer a los
contrincantes, considerándose que estos medios son parte de la
dinámica política de la sociedad o que forman parte de cierta
“naturaleza humana”, de origen biológico o psicológico, que lo
hacen actuar con agresividad y violencia. Esto es falso y ha sido
171
rebatido y desmentido por científicos serios tanto en la biología y la
psicología, como por la sociología. La agresividad humana, la
crueldad, la tortura física o psicológica, el asesinato en masa, la
represión policíaca violenta y la matanza organizada militarmente
en las guerras, ya sea contra militares y población civil de otros
países o contra rebeldes, revolucionarios o guerrilleros en el propio
país, tiene una causa social, y específicamente, una causa basada
en intereses económicos y políticos de la clase dominante de una
sociedad dada y no en una supuesta naturaleza “perversa” del
hombre. Es decir, se van a violar los derechos humanos de todo
aquel individuo, grupo o case social que atente contra los intereses
de la clase en el poder, que en nuestros días es la burguesía
capitalista. Esa es la causa que, con base en el estudio de la
historia humana, se señala como la más probablemente verdadera,
lo que de ser cierto, hace sumamente difícil la lucha por lograr el
respeto total de los derechos humanos en los diferentes países del
mundo, toda vez que estos países están constituidos por
sociedades en los que existe una división injusta entre pobres y
ricos, poseedores y desposeídos, poderosos y débiles.
Esto nos lleva a la conclusión, de ser aceptada la causa
mencionada, de que solamente se lograría el respeto universal de
los derechos humanos, si logramos construir una sociedad más
justa en la que no existan los pobres, ni explotados, ni desposeídos,
y por lo tanto, no se diera la lucha entre clases antagónicas. Esta
lucha se da y se dará mientras existan las condiciones que la hacen
posible. Mientras tanto, no debemos desanimarnos y dejar de
demandar que los derechos humanos se respeten en todos los
países, empezando por el nuestro, a pesar de que domine una
sociedad injusta y desigual.
Además de los casos señalados, en que no se respetan los
derechos humanos, existen una serie de grupos muy especiales,
por ser minoritarios y socialmente débiles, en los que se observa
una mayor violación de sus derechos: les llamamos grupos
marginados, es decir, aislados del conjunto de la sociedad, y que
viven y sufren “fuera” del contexto en que viven la gran mayoría de
los ciudadanos, situación que los hace especialmente vulnerables
ante los casos de abuso, explotación, ofensa y violencia, no sólo
por parte del estado, sino por parte de otros ciudadanos. Veamos
cuales son, señalando que nos referimos a grupos marginados
preferentemente en Latinoamérica y Estados Unidos:
172
Los niños de la calle. Este grupo está formado por niños que por
la extrema pobreza de sus familias, por disolución de estas o por no
existir la familia, viven en la calle en condiciones inhumanas y que
son fácil presa de la drogadicción, el alcoholismo y de que se abuse
de ellos para explotar su trabajo. Sufren abusos también de la
policía y de la indiferencia criminal de la ciudadanía.
Las mujeres. En especial la mujer indígena y campesina pobre que
vive de limosnas en las ciudades, porque los caciques de los
pueblos o los terratenientes, les han robado sus tierras; las “sexoservidoras” o prostitutas, que son explotadas por delincuentes
organizados y que sufren el abuso policiaco, y las mujeres en
general, amenazadas de violación o de maltrato en sus hogares.
Recuérdese que tradicionalmente, desde hace siglos, se considera
a la mujer “inferior” al hombre, lo cual es falso, pero que de todas
formas le da al hombre la sensación de superioridad, que se conoce
como “machismo” y que agrava su situación laboral, familiar y
sexual
Los ancianos. Sobre todo los ancianos de extracción humilde, que
por su debilidad física y pérdida de facultades, debidas a la edad,
son objeto de burlas, ofensas e insultos, y que, incapacitados para
trabajar o que no son contratados por su edad, carecen de recursos
económicos para vivir independientemente. En las sociedades
occidentales, desgraciadamente, se considera a los ancianos seres
humanos inútiles, inservibles, que son una carga y un estorbo, lo
cual además de falso, es injusto, tomando en cuenta que gracias a
ellos existen los jóvenes y tienen posibilidades de desarrollo.
Recordemos que, en cambio, en las sociedades orientales, como
China y la India, los ancianos son reverenciados y respetados por
ser, precisamente debido a su edad, más sabios y experimentados
que los jóvenes. Son considerados maestros y guías de la juventud,
lo cual constituye la actitud correcta que debemos tener ante ellos.
Los minusválidos. Personas que por padecer alguna deficiencia
física como ceguera, sordera, invalidez motora, etc., son
discriminados en el trabajo, rechazados socialmente y que, además
de su padecimiento físico, sufren ofensas, insultos y una enorme
dificultad para circular por las calles, que no cuentan con las
instalaciones adecuadas para ellos en aceras, transportes, edificios,
etc. Por ello se ven condenados a vivir en el aislamiento y la
soledad.
173
Las minorías homosexuales. Personas que, por causas biogenéticas, o por decisión personal, tienen preferencia sexual por
individuos de su mismo sexo. La homosexualidad se da en ambos
sexos y por ser diferentes en su conducta e indumentaria,
costumbre y hábitos, son rechazados por el resto de la sociedad,
sufren insultos, ofensas y aislamiento, en detrimento de sus
derechos laborales y sociales. A este respecto debemos aclarar que
las preferencias sexuales, sean homosexuales o heterosexuales,
son un asunto privado, y que como tal, debe ser respetado. El
homosexual, hombre o mujer, aparte de su preferencia sexual, es
un ser humano igual a los demás en todas sus demás capacidades
y cualidades humanas.
Las minorías religiosas. Personas que por profesar una religión
diferente a la de la mayoría de la sociedad en que viven, son
discriminadas, rechazadas, ofendidas, insultadas, y en casos
extremos, agredidas y asesinadas. Recordemos que toda persona
es libre de profesar la religión que desee. Además, se supone que
las religiones predican la hermandad de todos los hombres, sin
embargo, vemos que en la práctica social, en vez de unir a los
hombres, los separan.
Las minorías raciales. Personas que por tener la piel de otro color,
generalmente negros o morenos en países de mayoría blanca, son
discriminados, maltratados, esclavizados, rechazados por la
sociedad, obligados a vivir en barrios o ghetos apartados, no
cuentan con los mismos derechos que los demás y sufren violencia
física y psicológica. Recordemos que las diferencias de raza, o
como se dice ahora, de etnia, que hacen que los hombres posean
rasgos físicos diferentes, son el resultado de un proceso evolutivo
que tiene su origen en la dispersión por todo el mundo del hombre
prehistórico. Dichas diferencias no implican, para nada, las
cualidades y capacidades humanas. La discriminación racial es un
prejuicio basado en sentimientos de superioridad irracionales y
enfermizos.
Las minorías indígenas. Son un caso muy especial, sobre todo en
los países latinoamericanos como México, Perú y Bolivia, pues,
como sabemos, los pueblos indígenas, de una enorme diversidad
étnica y gran riqueza cultural, son los habitantes originales de estas
tierras y que fueron despojados de todos sus derechos,
históricamente, por el descubrimiento y posterior conquista en
América, por ingleses, españoles y portugueses, los cuales los
174
sometieron a exterminio, explotación, vejaciones y abusos de todo
tipo. Sin embargo, se han mantenido unidos, no han perdido su
identidad histórica y cultural y siguen practicando sus costumbres,
lengua y tradiciones. A pesar de ello, primero los conquistadores
extranjeros y luego los mestizos, surgidos de la mezcla genética de
españoles e indígenas, o portugueses e indígenas, y que ahora
constituyen la mayoría de la población en sus países respectivos,
han creado un prejuicio que consiste en considerar a los indígenas
“inferiores”, y por tanto sujetos de pillaje, robo de sus tierras,
menosprecio, explotación, ofensas, abusos, y como consecuencia
de todo eso, la extrema pobreza, situación por demás injusta, pues
tal inferioridad es totalmente inexistente. Esta situación los ha
aislado del desarrollo económico en sus países y los ha aislado y
segregado en auténticas “reservas” carentes de todos los beneficios
del progreso tecnológico: agua entubada, luz eléctrica, caminos
pavimentados, escuelas, hospitales, etc., incluyendo el robo de sus
tierras ancestrales. En México, la situación de estos grupos
indígenas llegó a ser tan miserable que en el sureste mexicano, en
el estado de Chiapas, surgió, en 1994, una rebelión indígena
comandada por el EZLN (Ejercito Zapatista de Liberación Nacional),
que ha emprendido la lucha por reivindicar su dignidad y hacer valer
sus derechos humanos.
Como podemos ver, desde una perspectiva ética, el caso de estos
grupos marginados es especialmente injusta, y la violación de los
derechos humanos en ellos es muy grave, llegando a los extremos
de la infamia y la indignación más justificada, por parte de la
población consciente de los países donde viven, y en los cuales el
efecto principal es la pobreza extrema, que junto con la ignorancia
y la indiferencia de gran parte de la sociedad, hace su situación
sumamente precaria.
También, como podemos ver, las causas de esta marginación son
la intolerancia, la discriminación, el prejuicio, la explotación y
la indiferencia de los demás sectores de la sociedad, todos ellos,
valores negativos, fomentados y provocados, en términos
generales, por la organización social basada en la injusticia y la
desigualdad social, propia del sistema capitalista vigente y ahora,
“globalizado”, es decir, un mundo tecnológico, tecnocrático,
ultramoderno, donde aquellos grupos o pueblos que no se ajustan a
su dinámica, no son deseables, y por lo tanto, destinados a la
desaparición. El problema es grave y la reflexión filosófica, ética en
este caso, no debe solamente llegar al reconocimiento del problema
175
y sus causas, sino a la búsqueda de soluciones prácticas,
realizables, factibles, en la sociedad en que vivimos.
Por ello, señalados en el texto los hechos, causas y sus efectos, no
nos quedan mas que las conclusiones a que llegue el lector
interesado en la filosofía, para comprender el mundo en que vive,
pero no sólo llegar a la comprensión, sino también a la proposición
de soluciones y la puesta en práctica de ellas, pues repetimos, una
filosofía que no sale del terreno de las ideas, de lo ideal, y que no
trasciende a lo real a través de una praxis igualmente real, es una
filosofía inútil. Para eso, se proponen en la sección de ejercicios una
serié de prácticas reflexivas destinadas a indicar conclusiones y
soluciones con el objeto de que el lector no quede “marginado” del
quehacer social.
6.4 Ética ciudadana y virtudes cívicas.
En los temas anteriores de este último capítulo de nuestro libro, el
panorama ético que he presentado de la realidad social y natural en
que vivimos, ha sido bastante sombrío, pero, hágase notar, no
pesimista. Ha sido sombrío porque la realidad se nos presenta así,
y el filósofo no debe cerrar los ojos ante lo real, ni mucho menos,
falsear o embellecer la realidad. Si lo hiciera, no sería filósofo, sino
demagogo. Y digo que no ha sido pesimista porque la historia la
hacen los hombres y ellos mismos pueden transformarla para
hacerla mejor. Además, no hay que olvidarlo, estamos analizando
dicha realidad desde una perspectiva ética, que nos obliga,
querámoslo o no, a valorar los hechos mostrados. Aunque los
juicios de valor no son bien vistos en un libro, en este caso es
imposible eludirlos, precisamente porque la ética es una ciencia
valorativa. Sin embargo, he procurado no imponer en ningún caso
mi opinión y he dejado abierto el debate al lector que puede hacer
su propia reflexión, llegar a conclusiones y, en su caso, no estar de
acuerdo con el autor. Si sucede esto, el autor se sentirá muy
satisfecho, pues ha logrado su objetivo: no sólo mostrar qué es la
filosofía, sino provocar que el lector filosofe, que es la finalidad más
alta de mi labor.
Y volviendo al tema de este capitulo, que he calificado de “sombrío”,
ahora veremos un nuevo tema que nos mostrará que en la sociedad
humana actual no todo es malo o anda por mal camino. Por el
176
contrario. Si hemos visto que hay destrucción del medio ambiente
natural, explotación social, violación de los derechos humanos,
grupos marginados, pobreza, violencia y vicio, ahora veremos que
es mucho mayor el cúmulo de conductas morales sanas,
constructivas y positivas entre los hombres; que la inmensa mayoría
de las personas en todo el mundo son honrados, que trabajan
honestamente, buscando mejores condiciones de vida para ellos y
sus familias; que todos los días se levantan para trabajar
alegremente y con optimismo la mayoría de los hombres, y que en
su trabajo y en sus relaciones sociales con familiares y amigos
buscan el bienestar y vivir en paz. Si no fuera así, hace muchos
siglos que la humanidad ya no existiría. Los actos negativos y
malvados son más llamativos y espectaculares y llenan las páginas
de los periódicos y las imágenes de los noticieros televisivos,
precisamente por ser excepcionales, pero son muchos más los
actos positivos y benévolos, sólo que estos no son noticia ni causan
sensación, precisamente porque conforman la norma, lo común y
corriente del hacer diario en la sociedad.
Vamos a hablar ahora de la ética ciudadana y de las virtudes
cívicas, que están conformadas por los actos humanos guiados por
valores morales, del trato social y político, que hacen posible la vida
humana.
Una conducta cívica ética, es aquella conducta considerada buena
socialmente porque provoca unidad, cooperación, armonía y
solidaridad en las relaciones sociales de los individuos. Las virtudes
cívicas serían aquellas que llevan a la sociedad a una vida más
plena y dinámica, en paz y armonía, contrariamente a conductas
consideradas malas, que son dañinas a la sociedad, pues provocan
desorden, violencia y desunión entre los individuos
La ética ciudadana propone una conducta basada en los siguientes
valores:
Valores cívicos morales: honestidad, sinceridad, honradez,
afecto, responsabilidad, lealtad, fidelidad, fraternidad, bondad.
Donde los valores opuestos son considerados vicios antisociales.
Valores jurídicos: legalidad, equidad, justicia, libertad, orden.
Valores del trato social: respeto, amabilidad, decencia, gentileza,
colaboración, cooperación, ayuda mutua.
177
Valores cívicos políticos: voluntad, puntualidad, veracidad,
responsabilidad, obediencia, disciplina, sensatez, igualdad,
gratitud.
Valores cívicos religiosos:
sencillez, esperanza, fe.
Hermandad,
caridad,
humildad,
Un individuo que observara en su conducta todos estos valores,
sería un dechado de virtudes, y otra persona que no observara
ninguno de estos valores, sería un patán. Pero en la realidad
ninguno de los dos casos se puede dar, pues recordemos que los
valores son proposiciones ideales de un “deber ser” muy difícil de
cumplir en las circunstancias sociales reales, las personas, por lo
tanto, son más o menos virtuosas, más o menos viciosas.
Ahora bien, tomando en cuenta la característica que poseen todos
los valores de ser polares, todos estos que hemos mencionado
tiene su valor contrario, que llamaríamos valores negativos, y que
también forman parte de la moralidad de las personas en su vida
social.
Todos estos valores cívicos señalados, al llevarse a la práctica,
hacen posible el trato cordial, beneficioso y productivo de los
hombres entre sí; obviamente, su incumplimiento o violación llevan
a las personas a la violencia, los pleitos, litigios, desavenencias y,
en grado extremo, al uso de la fuerza bruta.
Por lo tanto, las “virtudes cívicas”, llevadas a la práctica, hacen
posible la vida de los individuos en la sociedad y forman parte de
las cualidades humanas personales.
¿Cuáles de estos valores llevas a cabo, estimado lector? En un
auto examen ético, basado en la honestidad, indica en la sección de
ejercicios cuáles no prácticas, y además, en una valoración externa,
indica cuales si cumplen y cuales no, las personas que te rodean:
familiares, amigos, maestros, compañeros de trabajo. Y, lo más
importante, cuales son las causas por las cuales las personas no
cumplen con los valores cívicos y cuales serían posibles soluciones
a estos problemas detectados.
178
6.5.1 Moral Profesional.
Hemos llegado así, tras ardua labor, al final de nuestro camino y
sólo nos falta hablar un poco de la conducta que las personas
deben llevar a cabo en su labor profesional, en su trabajo, sea este
el que sea, ya el de un artesano, un técnico, un ingeniero, un artista
y, claro está, un filósofo. Veamos en qué consiste esta moral
profesional:
Hablamos de moral profesional porque nos referimos a la conducta
que el trabajador debiera realizar en sus actividades, no a sus
responsabilidades específicas, técnicas o intelectuales.
Hablamos de moral profesional porque nos referimos
específicamente al ciudadano que trabaja formalmente en una
institución, ya sea privada o del estado, y no a los desempleados,
sub empleados o a los que trabajan esporádicamente o simple y
llanamente, no trabajan en absoluto.
En nuestra actividad laboral, como profesionales, técnicos o
artesanos, debemos distinguir claramente tres entidades que se
involucran, interactúan y se interrelacionan de diversas maneras, y
que son:
El Estado; institución que rige legalmente los derechos y
obligaciones, tanto de los trabajadores como de las instituciones en
que trabajan, ya sean empresas privadas o del propio estado.
La Empresa o institución laboral, es decir, las responsabilidades y
obligaciones, así como los derechos que posee legalmente la
institución en que trabajamos, ya sean privadas o del estado.
El Trabajador; esto es, las obligaciones y derechos a que se
compromete el trabajador al aceptar un contrato laboral.
Analicemos las responsabilidades morales de cada una de estas
entidades:
El Estado tiene la función moral de exigir responsabilidades del
trabajo realizado o de los productos producidos, tanto al trabajador
como a la empresa en que labora, ya sea privada o estatal;
garantizar que se respeten los derechos que en materia laboral
179
protegen legalmente al trabajador frente a la empresa en que
trabaja, o al contrario, los derechos legales que protegen a la
institución que contrata al trabajador en caso de negligencia,
ineptitud o irresponsabilidad de este.
La Empresa es responsable legalmente de la seguridad del
trabajador y de que se respeten sus derechos laborales, así como
de sancionar los incumplimientos, irresponsabilidad o ineptitud del
trabajador, según las leyes vigentes.
El Trabajador es responsable de evitar el pluriempleo injustificado,
puntualidad y asistencia, honradez, voluntad de superación,
creatividad en el trabajo, respeto a la dignidad y jerarquía de las
demás personas, veracidad, y vigilar que se cumplan sus derechos
y denunciar ante las autoridades correspondientes cualquier
violación a estos derechos.
Por lo tanto, si cada una de estas instancias o entidades cumple
con su responsabilidad moral (y legal), podemos afirmar que las
relaciones laborales entre el trabajador, la empresa en que labora y
el estado, serán siempre positivas, productivas y beneficiosas para
las tres partes; por el contrario, si alguna de ellas o todas, no
cumplen con su responsabilidad moral y legal, las relaciones entre
las tres partes dará lugar a litigios, discordias, sanciones,
improductividad y las relaciones laborales serán nocivas para todos.
Señalado lo anterior, no nos queda más que invitar por última vez al
lector a la reflexión ético-filosófica. Como este texto está dirigido
principalmente a estudiantes, y que por lo tanto no son aún
profesionistas, me dirijo especialmente a aquellos que, estudiando,
también trabajan, y al lector común, interesado en la filosofía,
segundo destinatario de este libro, que ya trabajen formalmente. En
la sección de ejercicios encontrarán una serie de temas de reflexión
acerca de su particular relación laboral con la empresa en que
trabajan y con el estado, buscando encontrar incumplimiento en los
postulados señalados anteriormente, sus posibles causas y la
proposición de posibles soluciones a sus conflictos laborales, si los
hay, así como las medidas que propicien mejorar su creatividad,
productividad y bienestar humano, tanto del lector, como de sus
compañeros de trabajo. Hecho esto, estaremos ya iniciados a la
filosofía y podremos enfrentar, mejor preparados, su estudio formal
y a fondo.
180
CONCLUSIONES GENERALES.
De esta manera hemos dado fin a nuestro trabajo. Para finalizar, me
gustaría señalar algunas conclusiones generales que hemos podido
inferir del gran recorrido que hemos dado por el anchuroso campo
de la filosofía, abordando, en la medida de mi capacidad y mis
conocimientos, todos los aspectos centrales, quedando ausentes,
sin embargo, temas importantes como la Estética, la Antropología
Filosófica, el Arte y la Filosofía de la Ciencia, que desbordan los
propósitos de este libro, pero sobre los cuales, no obstante,
propongo una bibliografía de consulta fácilmente asequible para
aquel que desee profundizar sobre estos temas.
Nuestras conclusiones, a título personal, son las siguientes:
La filosofía es una forma de conocimiento racional, vital para el ser
humano, pues le permite no sólo obtener conocimientos sobre la
realidad, muchos de ellos dudosos, otros ya obsoletos y otros
verdaderos, sino porque le permite al hombre desarrollar una
conciencia primordial sobre la importancia de conservar, cuidar y
respetar a la naturaleza, y una conciencia crítica para juzgar y
valorar los actos humanos, que en su conjunto, conforman la
historia de la humanidad, y también, sobre todo, porque le permiten
ubicarse en el mundo, comprendiendo su lugar y la importancia de
sus actos y su papel en el desarrollo de la vida, tanto natural como
social.
La filosofía, también, le da identidad al ser humano y le permite
determinar la justa medida de su valor en el conjunto de lo
existente. Ya no es posible considerar al hombre como el ser
supremo, ni como el rey de la creación, ni como el centro en cuyo
alrededor gira el resto del universo. El antropocentrismo ha sido ya
completamente descartado y ahora sabemos, con humildad, que
somos uno más de los seres vivos de la tierra y quizá, uno más de
los seres inteligentes del universo, con el mismo valor que los
animales, las plantas y la materia inorgánica.
Podemos concluir también que la Revolución Científica producida
por Galileo, Newton y Kepler, en siglos pasados, y por Einstein,
Darwin, Marx y otros muchos en épocas más cercanas, han
invalidado y sustituido a la filosofía en la búsqueda de
181
conocimientos, reduciendo su campo de acción. Hoy en día la
física, la biología y la astronomía, así como la historia y las ciencias
sociales, tienen la palabra y son la punta de lanza del conocimiento
racional, junto con muchas otras ciencias particulares en todos los
campos del saber.
No obstante, la filosofía no se ha quedado sin trabajo y la podemos
desechar, muy al contrario, gracias a ella los filósofos, basados en
los datos de las ciencias particulares, son capaces de formular una
Concepción General del Mundo o Cosmovisión, que le permiten al
hombre una más profunda comprensión del universo en que
vivimos. No importa que estas cosmovisiones sean en ocasiones
contradictorias y aún opuestas, pues aún así enriquecen
enormemente el acervo cultural de la humanidad. En la diversidad
está la riqueza.
Podemos concluir, asimismo, que la filosofía sigue siendo vigente
porque su método y su espíritu le permiten al hombre hacer un alto
en su devenir y detenerse a reflexionar sobre los peligros y
beneficios que conlleva el camino que la humanidad en general está
transitando, alertando sobre los peligros, alentando los aciertos y
valorando moralmente las consecuencias de sus actos.
La filosofía, por tanto, sin eufemismos, es vida, razón de vida, guía
de vida y expresión de la vida inteligente en nuestro planeta.
Todas estas son razones que nos permiten responder a la pregunta
¿para qué estudiar y hacer filosofía? Pero también, y esto es lo más
importante, para cerrar este libro, advertir que la filosofía, si se
encierra en ser sólo un cúmulo de ideas, es completamente inútil.
Para tener en verdad todo su valor, la filosofía debe trascender el
mundo de las ideas y convertirse en Praxis, en la guía de la
transformación, para mejorar, del mundo.
FIN
182
ANEXO 1
SECCION DE EJERCICIOS
La sección de ejercicios tiene la finalidad de guiar al lector
hacia su propio hacer filosófico, obligándolo de alguna manera a
reflexionar, deducir y concluir operaciones que son ya filosofar. Por
otro lado, tiene el objetivo de dejar evidencia práctica de una
materia eminentemente teórica.
Cáp. I
Tema 1.1
Menciona tres razones por las que es valioso estudiar filosofía, no
mencionadas en el texto.
A. ------------------------------------------------------------B. ------------------------------------------------------------C. ------------------------------------------------------------Tema 1.1.2
Responde a la pregunta: ¿se puede vivir en la actualidad con la
actitud desinteresada que piden los filósofos?
SI -------
NO -------
¿Por qué? ----------------------------------------------Tema 1.1.5
Escribe una definición personal de filosofía:
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
183
Tema 1.1.6
Menciona tu opinión sobre la validez filosófica de las concepciones
Idealista y Materialista del mundo, y decide cual consideras más
acertada.
A. Sobre el Idealismo: -----------------------------------------------B. Sobre el Materialismo: -------------------------------------------C. ¿Cuál tiene mayor validez racional y por qué?: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Tema 2.
Busca en un libro un mito y explícalo con tus propias palabras:
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Menciona cinco religiones que se practiquen actualmente en el
mundo:
1.
2.
3.
4.
5.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Señala diez problemas importantes de la humanidad actual y
propón cómo la filosofía puede ayudar a solucionarlos:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------184
7. -----------------------------------------------------8. -----------------------------------------------------9. -----------------------------------------------------10.------------------------------------------------------
¿Cómo puede ayudar la filosofía a solucionarlos?
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Investiga en libros o en internet la biografía (vida y obra) de los
filósofos mencionados en esta primera parte del libro. Sé breve
utilizando las páginas en blanco que tienes a continuación:
Cáp. II
Tema 2.1
El lector decidirá cual de los tres modelos del conocimiento,
presentados en el texto, es el más válido filosóficamente, indicando
por qué:
Primero modelo
SI ------------
NO ----------
Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Segundo modelo
SI -----------
NO ----------
Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Tercer modelo
SI -----------
NO ----------
Por qué: --------------------------------------------------------------185
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Tema 2.2
El lector debe decidir cual de las teorías presentadas es la más
viable desde un punto de vista filosófico-científico:
La teoría más válida es: ----------------------------------------Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Tema 2.3
El lector obtendrá una conclusión: ¿es posible el conocimiento? Y
también: ¿es posible la certeza sobre la verdad del conocimiento?
Indicando por qué.
¿Es posible el conocimiento? SI -----------
NO -------
Por qué: --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------¿Es posible la certeza en la verdad del conocimiento?
SI ----------
NO -----------
Por qué: --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
186
Cáp. III
Tema 4
Elabora 10 juicios
(singulares, particulares y
universales)
1. --------------------------------------------------------------------2. --------------------------------------------------------------------3. --------------------------------------------------------------------4. --------------------------------------------------------------------5. --------------------------------------------------------------------6. --------------------------------------------------------------------7. --------------------------------------------------------------------8. --------------------------------------------------------------------9. --------------------------------------------------------------------10. -------------------------------------------------------------------Elabora 2 razonamientos deductivos:
Premisa Mayor: -------------------------------------------------Premisa Menor: ------------------------------------------------Conclusión: -------------------------------------------------------
Premisa Mayor: ------------------------------------------------Premisa Menor: ------------------------------------------------Conclusión: ------------------------------------------------------
Elabora 2 razonamientos inductivos:
1. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
187
2. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Elabora dos razonamientos por analogía:
1. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------2. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 5
En base a los siguientes ejemplos que se te proponen, de
proposiciones moleculares, establece su nombre, su tabla de
verdad, anota su formula y el símbolo correspondiente.
"Si es hombre entonces es racional."
Nombre: -------------------------------------Formula: --------------------------------------Símbolo: -------------------------------------Tabla de verdad:
188
"La tierra no es una estrella".
Nombre: ------------------------------------Formula: ------------------------------------Símbolo: ------------------------------------Tabla de verdad:
"Es mamífero sí y sólo sí es vertebrado".
Nombre: ------------------------------------Formula: ------------------------------------Símbolo: ------------------------------------Tabla de verdad:
"La tierra es un planeta y el sol es una estrella"
Nombre: -------------------------------------Formula: -------------------------------------Símbolo: -------------------------------------Tabla de verdad:
"El agua es orgánica o es inorgánica"
Nombre: -----------------------------------------Formula: -----------------------------------------Símbolo: ----------------------------------------Tabla de verdad:
189
"El sol es una estrella o forma parte del sistema
solar"
Nombre: ------------------------------------------Formula: ----------------------------------------Símbolo: ----------------------------------------Tabla de verdad:
Cáp. IV
Tema 1.3
El lector expondrá cinco ejemplos de Actos Morales y los analizará
en base a las características señaladas en el texto, concluyendo si
existe Responsabilidad Moral o no en los ejemplos elegidos.
Ejemplo: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Análisis: ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Conclusión: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Ejemplo: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Análisis: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------190
Conclusión: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Ejemplo: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Análisis: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Conclusión: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Ejemplo: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Análisis: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Conclusión: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Ejemplo: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Análisis: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Conclusión: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
191
Tema 2
El lector valora las diferentes posiciones filosóficas sobre los valores
y decide cual tiene mayor fundamento.
Primera posición filosófica:
SI ---------
NO --------
Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Segunda posición filosófica:
SI ---------
NO-------
Por qué: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Tercera posición filosófica:
SI ---------
NO -----
Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 2.2
El lector menciona otros tipos de valores no señalados en el texto:
1.
2.
3.
4.
5.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En base a los tipos de valor señalados en el texto, el lector propone,
en orden jerárquico, de mayor a menor importancia, su propia tabla
de valores:
1.
2.
3.
4.
5.
Valor más importante: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Valor menos importante: ------------192
Tema 2.
En base a lo expuesto en el texto sobre la naturaleza de los valores,
el lector decide cual tiene mayor validez:
Primera teoría:
SI -----------
NO -----------
Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Segunda teoría:
SI ----------
NO -----------
Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Tercera teoría:
SI ----------
NO ----------
Por qué: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 2.4
Sobre el tema de la libertad, el lector, después de reflexionar,
decide cual es la posición correcta:
La libertad es relativa:
SI ------------
NO ------------
Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------La libertad es absoluta:
SI ------------
NO -----------
Por qué: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
193
La libertad no existe:
SI -----------
NO -----------
Por qué: ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 2.5
El lector, en base a lo expuesto en el texto, aporta su opinión sobre
la siguiente pregunta:
¿La filosofía es sólo cuestión de ideas o debe y puede tener
implicaciones prácticas en la vida social?
SI ------------
NO -----------
Por qué: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Cómo: --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 3.1
Mencionar tres instituciones no señaladas por el autor en el texto:
1. -----------------------------------------------------2. -----------------------------------------------------3. -----------------------------------------------------En base a los datos indicados por el autor en el texto, el lector
tomará como ejemplo un anuncio comercial y un segmento
noticioso televisivo y lo analizará brevemente:
Ejemplo de anuncio comercial: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Análisis: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------194
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Ejemplo de segmento noticioso: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Análisis: ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¿Qué opina el lector sobre la concepción marxista del estado?
Opinión: --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------¿Por qué razones piensa el lector que el sistema socialista,
basado en la teoría marxista, ha fracasado en el siglo XX?
Opinión: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 3.2
Después de reflexionar, tomando en cuenta los aspectos señalados
en el texto, el lector podrá responder la siguiente pregunta:
¿Cómo usar la tecnología actual evitando sus aspectos
negativos?
Opinión: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------195
Mencionar qué aspectos, no señalados en el texto, han
afectado la conducta moral de los individuos por causa del empleo
de la tecnología:
1.
2.
3.
4.
5.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 3.3
El lector puede mencionar algunas causas de deterioro ecológico
que el autor no menciona en el texto:
1.
2.
3.
4.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En base a los comentarios del autor en el texto, ¿cuál es tu
opinión acerca de la actitud que adoptan en general los empresarios
capitalistas ante el problema ecológico que provocan sus
empresas?
Opinión: ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Después de reflexionar, ¿qué solución propone el lector para
prevenir, evitar y solucionar los problemas señalados en el texto
sobre el deterioro ecológico:
Soluciones:
1.----------------------------------------------------------------------------2.----------------------------------------------------------------------------3.----------------------------------------------------------------------------196
4.----------------------------------------------------------------------------5.-----------------------------------------------------------------------------
En lo personal, contestando con honestidad moral e
intelectual, resuelve las siguientes cuestiones, basándote en la
pregunta: ¿cuál es tu conducta con respecto a la contaminación?
¿Respetas a la naturaleza?
SI -------------- NO ---------------
¿Tiras la basura en los lugares señalados?
NO -------------
SI ------------
¿Has participado en actividades de reforestación, limpieza o
regeneración de ríos, lagos, etc.?
SI ------------ NO ------------- ALGUNA VEZ ----¿Te interesa el problema ecológico o te es indiferente?
ME INTERESA ------------- ME ES INDIFERENTE ------------¿En tu familia, barrio o municipio se hace algo para solucionar
el problema?
SI ---------------
NO -------------
En caso de responder sí, explica:
Cómo: ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------¿Qué podrían hacer tu y tu grupo de amigos para contribuir a
solucionar el problema. Propongan soluciones concretas y
realizables:
Propuestas:
1.
2.
3.
4.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------197
5. ---------------------------------------------------------------------------------
Tema 3.4.1
Para ti lector, cuales son los cinco artículos más importantes de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos:
1.
2.
3.
4.
5.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Por qué: --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Investiga la dirección y teléfonos de la Comisión Nacional,
Estatal y Municipal de los Derechos Humanos en tu localidad según
sea el caso:
Direcciones: ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Teléfonos: ------------------------- -------------------------
-------------
En tu opinión, lector, ¿se cumplen en México los Derechos
Humanos?
SI ----------------
NO ---------------
Por qué: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
198
En caso de que concluyas que no se cumplen o hacen valer
los Derechos Humanos en México, ¿qué propones para que sí se
cumplan?
Respuesta: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Una vez conocida la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, ¿qué Derechos le añadirías tú?
1.
2.
3.
4.
5.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 3.4.2
Además de las causas señaladas en el texto por el autor, ¿qué
otras causas hacen que existan los grupos marginados?
1.
2.
3.
4.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Ante el problema de los grupos marginados que existen en tu
comunidad, que soluciones propones para ayudarlos o para evitar
que sigan existiendo. Indica soluciones concretas y realizables:
1.
2.
3.
4.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tema 3.5
En tu opinión, ¿la ciudadanía en tu comunidad observa los
valores y las virtudes cívicas señaladas en el texto?
199
SI --------------
NO --------------- ALGUNOS -------------------
Por qué: ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------En caso de que concluyas que no se observan los valores
cívicos o sólo algunos lo hacen, indica algunas soluciones para que
esta situación mejore:
1.
2.
3.
4.
5.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En tu opinión, crees que la lectura de este libro te ha ayudado
a enriquecer y mejorar tu vida. ¿Te interesa seguir estudiando la
filosofía?
SI ----------------
NO -------------
Por qué: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
200
ANEXO 2
CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACION
El cuestionario de auto evaluación tiene la finalidad de que el
lector mida el grado de comprensión que alcanzó con la lectura del
libro. De tal manera que, si es capaz de resolver correctamente tan
solo el 50 % o menos de las preguntas formuladas, significa que
sería conveniente que volviera a leer el texto para una mejor
comprensión. Por el contrario, si resolvió correctamente el 80% o
más del cuestionario, significa que su grado de comprensión fue
optimo y que puede pasar, con gusto, a la lectura de libros más
complejos de filosofía.
1. ¿Cuál es el significado etimológico de la palabra "filosofía?
2. ¿Por qué es importante estudiar la filosofía?
3. Mencione tres características de la filosofía.
4. ¿Cuáles son los antecedentes de la filosofía?
5. ¿En qué fecha surge históricamente la filosofía?
6. ¿En qué país comienza la filosofía?
7. ¿En qué consiste la actitud filosófica?
8. ¿Qué caracteriza la actitud mítica?
9. ¿En qué sentido la filosofía tiene carácter clasista?
10. ¿En qué consiste el carácter histórico de la filosofía?
11. ¿Por qué la filosofía significó una revolución en el
conocimiento?
12.
¿Cuáles son los problemas principales de la filosofía?
13.
Menciona dos diferencias entre la filosofía y la ciencia.
14.
¿De qué manera se relacionan la filosofía y la ciencia?
201
15.
¿Cuáles serían las semejanzas entre la filosofía y la
ciencia?
16.
¿Cuál es el objeto de estudio de la Ontología?
17.
¿Qué disciplina es básica en la Ontología?
18.
¿Qué estudia la Gnoseología?
19.
Menciona tres problemas del conocimiento.
20.
¿Qué estudia la Axiología?
21.
¿Cuál es la definición de Praxis?
22.
Menciona tres disciplinas filosóficas.
23.
¿Qué estudia la Estética?
24.
¿Qué estudia la Lógica?
25.
¿En qué épocas se divide para su estudio a la filosofía?
26.
¿Qué filósofos son representativos de la época actual?
27.
¿Quiénes son los filósofos más representativos de la
antigua Grecia?
28.
¿A qué época de la filosofía pertenece Descartes?
29.
¿En que consistió la contribución de Galileo Galilei?
30.
¿Qué pretendieron lograr en filosofía los teólogos
medievales?
31.
¿Actualmente cuáles serán las tareas de la filosofía?
32.
¿Qué es el conocimiento?
33.
Menciona los elementos que conforman el conocimiento.
34.
¿Cuáles son
conocimiento?
las
condiciones
básicas
para
el
202
35.
¿En qué época de la filosofía se plantea el problema del
conocimiento?
36.
Menciona
conocimiento.
los
problemas
más
importantes
del
37.
¿Qué sostiene el Dogmatismo?
38.
¿Qué sostiene el Escepticismo?
39.
Menciona un filósofo representativo del Pragmatismo.
40.
¿Por qué el Pragmatismo se sale de la Gnoseología?
41.
¿Qué sostiene el Racionalismo?
42.
Menciona un filósofo Racionalista.
43.
Menciona dos filósofos Empiristas.
44.
¿Qué sostiene el Empirismo?
45.
¿Por qué el Empirismo y el Racionalismo no se oponen?
46.
¿Qué sostiene el Apriorismo?
47.
¿Quien es el principal filósofo del Apriorismo?
48.
¿Qué sostiene el Materialismo Dialéctico sobre el origen
del conocimiento?
49.
¿Qué sostiene el Objetivismo sobre la Esencia del
conocimiento?
50.
¿Qué sostiene el Subjetivismo?
51.
¿Qué sostiene el Realismo?
52.
¿Qué sostiene el Idealismo con respecto a la Esencia
del conocimiento?
53.
Menciona tres tipos de conocimiento.
203
54.
Menciona
las
conocimiento común.
55.
características
principales
del
Menciona las características del conocimiento científico.
56.
¿Qué función tiene la ciencia contrastándola con la
ideología?
57.
Define “ideología” desde la perspectiva marxista.
58.
¿Qué función tiene social y políticamente la ideología?
59.
¿Cómo se pueden combatir los efectos de la ideología?
60.
¿Cuál es el significado etimológico de la palabra
"Lógica"?
61.
Escribe la definición moderna de lógica.
62.
¿Cuáles son los tres tipos de lógica que se han
desarrollado?
63.
¿Por qué es importante la lógica?
64.
¿En qué consiste el contenido de la lógica?
65.
¿En qué consiste la forma de la lógica?
66.
¿Cuáles son las formas del pensamiento?
67.
Define Concepto.
68.
Define Juicio.
69.
Define Razonamiento.
70.
¿En que consiste la intensión y la extensión del
concepto?
71.
¿Cuál es la fórmula del Juicio?
72.
¿Cómo se estructura formalmente el Juicio?
204
73.
¿Cuántos tipos de Razonamiento expusimos en el
texto?
74.
Define el razonamiento Deductivo.
75.
Define el Razonamiento Inductivo.
76.
Define el Razonamiento por Analogía.
77.
¿Cuál es la estructura formal del Razonamiento?
78.
¿A qué se le llaman Premisas?
79.
¿Qué es la Conclusión?
80.
¿por qué se le llama Lógica Proposicional?
81.
¿Qué es una Conectiva Lógica?
82.
¿En qué consiste una proposición descriptiva?
83.
¿Qué es una proposición atómica?
84.
¿Cómo está formada una proposición molecular?
85.
¿Cuáles son las funciones de las conectivas lógicas?
86.
¿En qué consiste una tabla de verdad?
87.
¿Cuál es el significado etimológico de Ética?
88.
¿Qué estudia la Ética?
89.
¿Por qué únicamente el ser humano es un ser moral?
90.
¿Por qué el hombre es un ser simbólico?
91.
¿Por qué el hombre es un ser político?
92.
¿Por qué el hombre es un ser histórico?
93.
¿Por qué el hombre es un ser productivo y creativo?
205
94.
¿Por qué el hombre es un ser social?
95.
¿Cuál el significado etimológico de Moral?
96.
¿Qué es un acto moral?
97.
¿Qué es una norma moral?
98.
¿Qué es la Responsabilidad moral?
99.
¿Cuál es la diferencia entre moral y moralidad?
100.
¿Qué estudia la Axiología?
101.
¿Qué es un valor?
102.
¿Qué es un bien?
103.
¿En qué consiste la polaridad de los valores?
104.
¿En qué consiste la gradación de los valores?
105.
¿Por
qué
jerárquicamente?
106.
los
valores
pueden
ordenarse
Menciona cuatro tipos de valores y su clasificación.
107.
¿Con respecto a la naturaleza del valor que plantea el
objetivismo?
108.
¿Qué sostiene el subjetivismo?
109.
¿En qué consiste la objetividad social de los valores?
110.
Define Libertad.
111.
¿En qué consiste el libertarismo?
112.
¿En qué consiste el determinismo?
113.
¿Qué significa que la libertad sea la "conciencia de la
necesidad"?
206
114.
¿En qué condiciones
responsabilidad moral?
se
puede
establecer
la
115.
¿Qué condiciones deben darse para que un acto sea
moral?
116.
Define qué es una institución.
117.
¿Cómo se clasifican las instituciones?
118.
¿Qué es un individuo?
119.
¿Qué es una persona?
120.
¿Qué relación hay entre individuo e institución?
121.
¿Existe el progreso moral?
122.
¿Qué función cumple la familia?
123.
¿Qué función cumple la iglesia?
124.
¿Qué función cumple la escuela?
125.
¿Qué función cumplen los medios de información?
126.
¿Cuál es la función del Estado?
127.
Define Nación.
128.
Define Estado.
129.
¿Por qué las instituciones tienen carácter histórico?
130.
¿Explica qué es el progreso científico y tecnológico?
131.
¿En qué consiste la responsabilidad del hombre frente a
la naturaleza?
132.
¿En qué debe consistir la actitud ecológica del hombre
consciente?
207
133.
Menciona tres aspectos positivos socialmente de la
tecnología.
134.
Menciona cuatro aspectos negativos de la tecnología.
135.
¿Cómo podemos revertir el daño ecológico?
136.
¿Qué relación existe entre el progreso tecnológico y el
cambio de la conducta moral?
137.
¿Qué circunstancias provocan la fundación de la ONU?
138.
¿A qué necesidades responde la proclamación de los
Derechos Universales del Hombre?
139.
de
¿Dónde y cuando se proclama la Declaración Universal
los Derechos Humanos?
140.
¿Cuáles son los derechos básicos del hombre?
141.
¿Cuáles son las virtudes cívicas?
142.
¿Cuáles son los derechos y obligaciones de todo
trabajador?
143.
¿Cuáles son las obligaciones y derechos de toda
empresa?
144.
¿Por qué es importante la filosofía en el mundo actual?
208
BIBLIOGRAFIA.
I.
Textos de introducción a la filosofía o Historia de la
Filosofía.
a) Titulo: Breve Historia del Pensamiento Antiguo.
Autor: Rodolfo Mondolfo.
Editorial: Losada S.A.
Edición: Buenos Aires, 1953.
b) Titulo: Historia de la Filosofía.
Autor: Julián Marías.
Editorial: Alianza Editorial.
Edición: México, 1991.
c) Titulo: Historia de la Filosofía.
Autor: Manuel García Marcos.
Editorial: Alambra Bachiller.
Edición: México, 1988.
d) Titulo: Historia de la Filosofía. La Filosofía en el Siglo
XX.
Autor: Autores varios bajo la dirección de Yvon Beleval.
Editorial: Siglo XXI
Edición: México, 1981.
e) Titulo: Introducción a la Historia de la Filosofía.
Autor: Ramón Xirau.
Editorial: UNAM
Edición: México, 1990.
f) Titulo: Lecciones preliminares de la Filosofía.
Autor: Manuel García Morente.
Editorial: Época S.A.
Edición: México, 14ª. Edición (sin fecha).
g) Titulo: Tratado de Metafísica.
Autor: Jean Wahl.
Editorial: Fondo de Cultura Económica.
Edición: México, 1960.
209
II.
Libros de Pedagogía, Psicología y Metodología de la
ciencia.
a) Titulo: Introducción a la Metodología de la Investigación
Científica.
Autor: Alfredo García Avilés.
Editorial: Plaza y Valdés, S.A.
Edición: 2ª. Edición, México, 1999.
b) Titulo: La Educación como práctica de la libertad.
Autor: Paulo Freire.
Editorial: Siglo XXI Editores.
Edición: México, 1970.
c) Titulo: Pedagogía del oprimido.
Autor: Paulo Freire.
Editorial: Siglo XXI Editores.
Edición: México, 1970.
d) Titulo: Los reflejos condicionados.
Autor: Ivan P. Pavlov.
Editorial: Ediciones Pueblos Unidos.
Edición: Montevideo, 1960.
III.
Libros de Antropología.
a) Título: La Identidad del Hombre.
Autor: Grahame Clark.
Editorial: Alianza Editorial.
Edición: Barcelona, 1985.
b) Titulo: La prehistoria
Autor: Grahame Clark.
Editorial: Alianza Editorial.
Edición: Madrid, 1981.
c) Título: La transformación del mono en hombre.
Autor: Federico Engels.
Editorial: Progreso.
Edición: Moscú (Sin fecha)
210
IV.
Libros o textos sobre magia, religión y mitología.
a) Título: Filosofía y Religión.
Autor: Lucien Séve y Jacques.
Editorial: Ediciones de Cultura Popular.
Edición: México, 1974.
b) Título: Las Máscaras de Dios.
Tomo I. Mitología Primitiva.
Autor: Joseph Cambell.
Editorial: Alianza Editorial.
Edición: Madrid, 1996.
c) Título: Lo Sagrado y lo Profano.
Autor: Mircea Eliade.
Editorial: Labor.
Edición: Barcelona, 1988.
d) Título: Magia, Ciencia y Religión.
Autor: Bronislaw Malinowski.
Editorial: Planeta-Agostini.
Edición: España, 1994.
V.
Libros o textos sobre Axiología
a) Título: Estética.
Autor: José Armando Estrada.
Editorial: Publicaciones Cultural.
Edición: México, 1987.
b) Título: Ética con los clásicos.
Autor: Miguel Martínez Huerta.
Editorial: Plaza y Valdés S.A.
Edición: México, 2001.
c) Título: Historia de la Ética.
Tomo I. De los griegos al Renacimiento.
Autor: Autores varios, directora de edición: Victoria
Campos.
Editorial: Crítica.
Edición: Barcelona, 1988.
211
d) Título: ¿Qué sol los valores? Inducción a la Axiología.
Autor: Risieri Frondizi.
Editorial: Fondo de Cultura Económica.
Edición: México, 1966.
VI.
Libros o texto sobre la teoría del conocimiento.
Título: Teoría del conocimiento.
Autor: Juan Essen.
Editorial: Porrúa. Colección “sepan cuantos” No. 351
Edición: México, 1980.
VII.
Documentos oficiales.
a) Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
b) Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Editorial: ONU, para los pueblos de habla española.
VIII. Obras sobre Ecología.
a) Título: Acerca de la Ecología.
Autor: V.V. Diozhkin.
Editorial: MIR.
Edición: Moscú, 1983.
b) Título: En ausencia de lo sagrado.
Autor: Jarry Mander.
Editorial: Cuatro Vientos.
Edición: Santiago de Chile, 1994.
c) Título: El Nuevo Ecologismo
Autor: Documento “Manifiesto de los ámbitos de
comunidad emanado de la conferencia de Naciones
Unidas sobre medio ambiente y desarrollo de Río de
Janeiro, 1994.
Editorial: Posada S.A. de C.V.
Edición: México, 1995.
212
IX.
Obras de autores originales.
a) Título: Crítica de la razón pura.
Autor: Kant.
Editorial: Porrúa. Colección “sepan cuantos” No. 203.
Edición: México, 1991.
b) Título: Ciencia de la Razón Dialéctica.
Tomo I y II.
Autor: Jean Paul Sartre.
Editorial: Losada.
Edición: Buenos Aires, 1995.
c) Título: Diálogos.
Autor: Platón.
Editorial: Porrúa.
Edición: México, 1998.
d) Título: Discurso del Método.
Autor: Descartes.
Editorial: Losada.
Edición: Buenos Aires, 1974.
e) Título: Ética.
Autor: Spinoza.
Editorial: Porrúa. Colección “sepan cuantos” No. 319.
Edición: México, 1999.
f) Título: Ética Nicomaquea y Política.
Autor: Aristóteles.
Editorial: Porrúa. Colección “sepan cuantos” No.70
Edición: México, 1994.
g) Título: El espíritu de las leyes.
Autor: Montesquieu.
Editorial: Porrúa, Colección “sepan cuantos” No. 191.
Edición: México, 2000.
h) Título: El ser y el tiempo.
Autor: Martín Heideegger.
Editorial: Fondo de Cultura Económica.
Edición: México, 1988.
213
i) Título: El ser y la nada.
Autor: Jean Paul Sartre.
Editorial: Losada.
Edición: Buenos Aires, 1966.
Título: El Contrato Social.
Autor: Jean Jacques Rousseau.
Editorial : Sarpe.
Edición: Madrid, 1983.
j) Título: El Capital. Tomo I
Autor: Karl Marx.
Editorial: Fondo de Cultura Económica.
Edición: México, 1982.
k) Título: Fenomenología del espíritu.
Autor: Federico Hegel.
Editorial: Fondo de Cultura Económica.
Edición: México, 1987.
l) Título: Filosofía de la Postmodernidad.
Autor: Samuel Arriarán.
Editorial: UNAM
Edición: México, 1997.
m) Título: Introducción General a la Crítica de la Economía
Política 1857.
Autor: Karl Marx.
Editorial: Pasado y presente.
Edición: México, 1984.
n) Título: Introducción a la Teoría de la Ciencia.
Autor: Johann Fichte.
Editorial: Sarpe.
Edición: Madrid, 1984.
o) Título: La interpretación de los sueños.
Autor: Sigmund Freud.
Editorial: Planeta-Agostini.
Edición: Buenos Aires, 1992.
214
p) Título: Metafísica.
Autor: Aristóteles.
Editorial: Porrúa. Colección “sepan cuantos” No. 120.
Edición: México, 1992.
q) Título: Novum Organum.
Autor: Francis Bacón.
Editorial: Sarpe.
Edición: Madrid, 1984.
r) Título: Tratado de la naturaleza humana.
Autor: David Hume.
Editorial: Porrúa. Colección “sepan cuantos”. No. 326.
Edición: México, 1992.
s) Título: Tratados de Lógica.
Autor: Aristóteles.
Editorial: Porrúa. Colección “sepan cuantos” No. 124.
Edición: México, 1982.
215
CONTRAPORTADA.
El libro de “INICIACIÓN A LA FILOSOFÍA, que presentamos al
lector, es el resultado de más de diez años de impartir la materia
por parte del autor y de más de treinta años de estudiar la filosofía.
Tal experiencia lo hace un texto singular. Por una parte, está escrito
con todo el rigor necesario que da el dominio del tema, y por otro,
con el estilo y las características que necesita el profesor frente a
grupo. Su lenguaje es claro y preciso, evitando en lo posible los
tecnicismos y las citas agobiadoras e innecesarias que sólo
entorpecen el texto, complementándolo con un aparato didáctico de
ejercicios escritos y cuestionarios que pretenden llevar a la práctica
una materia eminentemente teórica, buscando dejar evidencias
materiales de los vuelos del pensamiento. Es también un libro
apropiado para el lector común que se interesa por iniciarse en el
apasionante campo del pensamiento filosófico.
216