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José Gaos En torno a la filosofía mexicana Alianza Editorial Mexicana Primera edición, mayo de 1 9 8 0 © 1980 AUinza Editorial Mexicana, S.A. Jote Moran 9 3 - l A M¿.\ico 18, D.F. Queda hecho el depósiío que maica b ley ISBN 968-6001-01-8 Impreso en México Prinffd m México Primera Parte LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN MÉXICO 1. Conflicto entre la Historia de la Filosofía y la Historia de la Filosofía en general en México La Historia d e la Filosofía en México no parece p o d e r ser sino u n a parte de la Historia de la Filosofía en general. Sin embargo, entre a m b a s se plantea un conflicto cuya conclusión t a m p o c o parece p o d e r ser sino la de que la Historia d e la Filosofía en México no sería parte alguna de la Historia de la Filosofía en general. Los m e x i c a n o s m i s m o s han venido p e n s a n d o m u y generalizadam e n t e q u e en México viene h a b i e n d o sin solución de continuidad desde los primeros t i e m p o s de la Colonia filosofía strictq^ pero n o original de m e x i c a n o s , sino tan sólo conocida, d a d a a c o n o c e r , desarro llada o criticada p o r mexicanos, quienes ni siquiera en estas críticas o desarrollos llegarían a ser filósofos origmales o filósofos a secas: p o r lo que n o h a b r í a una filosofía mexicana y se diría, en vez de "Historia d e la Filosofía mexicana", "Historia d e la Filosofía^enA/órico". Semejante m a n e r a de pensar es originaria de ideas generalizadas univer^almente, tan sólo enunciadas más o m e n o s c o m p l e t a o rigurosa m e n t e , o, incluso, más o menos conscientes, según los casos; la Historia d e la Filosofía debe ser la Historia de las filosofías originales - u originales de los filósofos originales; las filosofías y los filósofos originales son las filosofías y los filósofos a secas - o las filosofías originales son la filosofía; las filosofías son calificables con los gentilicios de las nacionalida des de los filósofos de quienes son originales. 16 J ose Caos Mas si la Historia de la Filoiofía en general es, c o m o n o p u e d e m e n o s . Historia la filosofía, esto es, de las filosofías originales, y la Historia de la Filosofía en México no es, por no p o d e r serio, al n o p o d e r ser Historia de Filosofías originales. Historia de la Filosofía; la Historia de la Filosofía en México n o parece p o d e r ser parte alguna de la Historia de la Filosofía en general. Pero esla conclusión se presenta c o m o absurda en sus propios t é r m i n o s . ¿Cómo la Historia de la Filosofía en u n país no va a ser parte de la Historia de la Filosofía en general! Ha de h a b e r algún error en Jas premisas: la manera de pensar que se cifra en el n o m b r e "Historia de la Filosofía en M é x i c o " y es una manera de pensar acerca de la historia de la fdosofía en México; las ideas acerca de la Historia de la Filosofía en general y de las relaciones entre filosofía, originalidad y nacionalidad. Se i m p o n e una revisión critica de estas ideas y de aquella m a n e t a de pensar. No p o d r á pasar de los límites de lo indispensable a los fines de la elaboración de la Historia de las Ideas en México comprensiva ante t o d o de las filosóficas; t a m p o c o necesitará pararse antes de llegar a ellos. Seguirá u n orden recomendado p o r las relaciones entre la Historia ú l t i m a m e n l e m e n t a d a y la filosofía del mexicano y lo m e x i c a n o . Quiza" m o d i f i q u e la idea de la Historia de la Filosofía en un sentido que permitiría a ésta abarcar la Historia de la Filosofía en México aun c u a n d o n o hubiera una filosofía original de m e x i c a n o s o m e x i c a n a . . Quiza enfrente a la manera de pensar acerca de la historia de la filosofía en México cifrada en el n o m b r e "Historia de la Filosofía en M é x i c o " con la historia de una filosofía más original de los m e x i c a n o s o m á s mexicana de lo p e n s a d o . Quizá así reemplace el confiiclo por una a r m o n í a establecida entre una nueva idea de U Historia d é l a Filosofía en g e n e r a l í s i m a nueva manera de pensar acerca de la historia d e la fiTÓsofta en México, Y quizá esta historia se habrá así m o s t r a d o fecunda para cooperar a concebir una nueva idea d e la Historia de la Filosofía en general y capaz de ser fecundada por esta idea e n círculo de generosidades. Lo d i c h o en e s t e parágrafo hasta a q u í con referencia a México es aplicable a los d e m á s países d e lengua española, sólo q u e en varia m e d i d a . En la TTDsma Íes seiá aphcable \a d o b l e revisión critica subsiguiente. En más d e u n paso será ineludible meniarios expresamente. Capítulo 1 LA HISTORIA D E LAS IDEAS EN G E N E R A L Y EN MÉXICO 2. Historia de la Filosofía, del Pensamiento, de las ¡deas Los m e x i c a n o s que piensan que ni siquiera sus c o m p a t r i o t a s de más n o m b r e p o r su dedicación a la Filosofía son en esta dedicación bastante onginaíes para ser filósofos, llaman a estos c o m p a t r í o i á s " p e n s a d o r e s " . Pero este n o m b r e se da en los países de lengua española cifgériéVaVTtoda una serie de clases de intelectuales. Son las siguientes, llamando cultivadores de una disciplina, n o sólo a los creadores en ella, sino también a los expositores y críticos e incluso a los simples c o n o c e d o r e s de ella, c u a n d o el c o n o c i m i e n t o es de extensión o profundidad no sólita. Se requiere en genera) el distinguirse por el cultivo de la disciplina al m e n o s entre los c o m p a t r i o t a s . 1. Los cultivadores de la Filosofía m e n t a d o s hace un m o m e n t o . 2. Los cultivadores de las partes más teóricas de las ciencias h u m a n a s no específicamente históricas - D e r e c h o , Política. Sociología, E c o n o m í a . . - , aun c u a n d o no sean autores de ideas originales, comparadas con las de sus colegas de o t r o s países. 3. Los historiadores cuyas obras resultan reveladoras del sentido ideal de la historia o la cultura o culturas o b j e t o de ellas, o contienen "ideas generales", a u n q u e sólo sean incidentales, si no son demasiado escasas, y a u n q u e n o sean originales de ellos en su totalidad o sólo sean originales de ellos en el matiz. 15 José Gaos 4. Los cultivadores de las ciencias exactas y naturales a quienes éstas inspiran ideas acerca de la aplicación o intervención de estas ciencias en la instrucción, educación, cultura t o d a , especialmente en e! sentido de una reforma de éstas en la propia patria o en países del mismo grupo y en semejantes situaciones histórico-culturaics. Se requiere no sólo el general distinguirse p o r el cultivo d e las disciplinas al m e n o s entre los compatriotas, sino una especial resonancia, al m e n o s también entre los últimos, de dichas ideas. A esta clase d e intelectuales se los llama " p e n s a d o r e s " n o en c u a n t o cultivadores d e las ciencias exactas y naturales, sino por las repetidas ideas, q u e si bien inspiradas por estas ciencias, en rigor son propias de las disciplinas m e n t a d a s en los números anteriores. Lo q u e distingue a esta clase d e intelectuales de las clases objeto de los n ú m e r o s anteriores se reduce al especial origen de las ideas por las que se los llama " p e n s a d o r e s " . 5. Los cultivadores de la crítica literaria y d e arte y de la "literatura de ideas" - c u e n t o , novela, p o e m a , d r a m a " f i l o í o f i c o " u " d e ideas", ensayo "ideológico", aunque u n a composición carente de todo conterudo de esta pecuüar índole apenas podría ser "ensayo" - cuando se distinguen al menos literariamente por el cultivo de su disciplina. Los " p e n s a d o r e s " d e los países de lengua española K c a r a c t c r u a n en conjunto y de Kecho, de h e c h o histórico, por el ejercicio de un peculiar m a ^ s t e r i o nacional, en casps^mtemtcíoñal d e n t r o de estos países, anejo al distinguirse p o r el cultivo de las c o r r e i p o n d i c n i e s disciplinas o la resonancia de sus ideas. Este m a ^ t e r í o lu avan/adOj. quizá en la m a y o r í a de los casos, sobre t o d y 3 « d e I o s p r ó d r o m o s de la Independencia, hasta una intervención efcctivi, tan $ólo mis o menos eficaz según los casos, en la vida pública y eipgciTicaínente en la 'política nacional c internacional. Tal ÍncorporicÍCTi d d p c n u r ñ j e n t p _ i Ta~accíon c a r a a e n 2 a T a m b i é n ~ a estos *^eñaJOfH**^l^tTgrencia^de los pensadores, h o m b r e s de ciencia, profcsore». titerilo» y en general intelectuales " p u r o s " de los países de vida »odil y cuitural m i s especializada. La inclusión de los cultivadores de U FSotofii en los países de lengua española dentro de los llamados **pensadom'' en etto» mismos países equivale a la inclusión de la historia de U fitosolta en cÜoj dentro de u n a más amplia historia del "pensamiento*' tambtfn " e n " dios. Aii se dice c o m o consecuencia del no leqoeiine de lo* 'pensadores" la originalidad q u e se requiere de los filósofo» Stricto j n u i . Y. sin embargo, más que al sustantivo "fAosofía" K añaden al d< *>enumient o " los gentilicios de estas nacionalidades. Se piensa que es caractenstico de éstas el " p e n s a m i e n t o " en el sentido exptteslo.es decir orgjrj¡ de ellas semejante " p e n s a m i e n t o " exento o exiniMe de orítinjlKlaJ. La hisiona de las ideas en México 19 Pero parece conveniente distinguir n o sólo entre historia de la filosofía y del p e n s a m i e n t o , sino también d e las ideas. De la tllqsofía: la de las ideas filosóficas srricto sensu. Del p e n s a m i e n t o : la de las ideas sea profesadas c o m o convicciones p r o p i a s . s e a ^ simpíemenle, tratadas o, más simplemente aún, m e n t a d a s por los pensadores en el q u í n t u p l e sentido d e t a l l a d o . De las ideas: la de las ¡deas de todas clases y de todas las ciases de h o m b r e s de u n grupo m a y o r o m e n o r , hasta la H u m a n i d a d en t o d a su amplitud histórica. La m a y o r í a de los h o m b r e s n o llegan a tener más ideas que las recibidas de o t r o s . La historia d e las ideas es, t a n t o c u a n t o historia de la originación de las ideas nuevas relativamente a las ya más o m e n o s recibidas de los h o m b r e s , historia de la recepción d e las ideas nuevas. Al hablar de la historia de las ideas es obligado decir " e n " - d o n d e sea. La historia de .la filosofía y la historia del p e n s a m i e n t o resultan partes de la historia de las ideas. Y lo dicho en los siete últimos apartes, aplicable a la Historia de la Filosofía y a una Historia del P e n s a m i e n t o y u n a Historia de las Ideas cuyos respectivos objetos sean la historia del p e n s a m i e n t o y la historia de las ideas entendidas c o m o se ha a p u n t a d o en lo anterior. La Historia de ta Filosofía en México viene siendo hecha c o m o parte de la Historia del Pensamiento en México y ésta c o m o parte de la Historia de las Ideas en México; y la Historia de la Filosofía en general c o m o la arquetípica Historia de las Ideas, siendo la parle de ésta cultivada de m á s antiguo y más a c a b a d a m e n t e hasta h o y . ~~ Es, en_conclusión, la Historia de las ideas la q u e a q u í hay que revisa7~críticameñre~'-aunque refiriéndose p r e f e r e n t e m e n t e , " p o r u n lado, a la a r q u e t ^ T c a Historia de la Filosofía y , por o t r o lado, a la Historia del Pensamiento en México, que c o m p r e n d e aquella que es la que a q u í interesa en definitiva p r o p i a m e n t e : la Historia de la Filosofía en México. 3. La Historia de las Ideas Una revisión crítica de la Historia de las Ideas tiene que revisar críticamente p r i m e r o q u e ^ n a d a - l a negación j_e_ la" existencía~7Je j a H i s t ó m de las Ideas. No hay p r o p i a m e n t e 'Historia de las Ideas'. . . .Ninguna idea es sólo lo que ella por su exclusiva apariencia es. Toda idea se singulariza sobre el fondo d e otras ideas y contiene d e n t r o de si la referencia a éstas. Pero además ella y la t e x t u r a o 20 JoM Gaos complexo de ideas a que pertenece, no son sólo ideas, esto es, no son puro 'sentido' abstracto y exento que se sostenp a sí mismo y represente algo completo, sino que una idea es siempre reacción de un hombre a una detenninada situación de su vida. Es decir, que sólo poseemos la realidad de una idea, lo que ella íntegramente es, si se la toma como concreta reacción a una reacción concreta. Es, pues, inseparable de é s t a . . . ' He aquí el primer principio de una 'nueva filología': ia idea es una acción que el hombre realiza en vista de una determinada circunstancia y con una precisa finalidad. Si al querer entender una idea prescindimos de la circunstancia que la provoca y del designio que la ha inspirado tendremos de ella sólo un perfil vago y abstracto. Este esquema o esqueleto impreciso de la efectiva idea es precisamente lo que suele llamarse 'idea' p o r q u e es lo que, sin m á s , se e n t i e n d e , lo que parece tener un sentido ubicuo y ' a b s o l u t o ' . Pero la idea no tiene su auténtico c o n t e n i d o , su p r o p i o y preciso ' s e n t i d o ' sino cumpliendo el papel activo o función para q u e fue pensada y ese papel o función es lo q u e tiene de acción frente a una circunstancia. No h a y , pues, 'ideas eternas'. Toda idea está adscrita irremediablemente a la situación o circunstancia frente a la cual 1 representa su activo papel y ejercita su función. La realidad, quiero decir, la integridad de una idea, la idea precisa y completa aparece sólo c u a n d o está funcionando, cuando ejecuta su misión en Ja existencia de un h o m b r e , q u e , a su vez, consiste en ^na serie de s i t i u c i o n e s o circunstancias. . . . . -La vida_es^ siempre concreta y lo e s l a circunstancia. De a q u í que sólo si h e m o s reconstruido previamente la concreta situa_ción y logramos averiguar el papel q u e en funcTóñ de ella representa, e n t e n d e r e m o s de verdad la idea- En c a m b i o , t o m a d a en el abstracto sentido q u e siempre, en principio, nos ofrece, la idea será una idea m u e r t a , una m o m i a y su c o n t e n i d o la imprecisa alusión h u m a n a que la m o m i a ostenta. . . . . -Ahora bien, de los abstractos n o h a y historia: ésta es el m o d o de c o n o c i m i e n t o requerido p o r la peculiar realidad q u e es la vida h u m a n a . S^ólo de una función h u m a n a viviente y tal c o m o es c u a n d o vive, esto es, c u a n d o funciona en el c o n j u n t o de una exTitehcia~'cáVéKis{oria. ' Una 'historia de las ideas" -filosóficas, m a t e m á t i c a s , políticas, religiosas, e c o n ó m i c a s - , según suele entenderse este t í t u l o , es imposible. Esas 'ideas', repito, q u e sóJo son abstractos de ideas, n o tienen historia. La historia de Us ideas en México 21 Ni basta para creer q u e se hace historia mostrar la influencia que u n a idea anterior ha t e n i d o en una posterior. Esto es pura ^.jQe^áfora. Una idea de ayer n o influye en otra d e h o y , p r o p i a m e n t e ^ n a b lando, sino q u e aquélla influye en u n h o m b r e q u e reacciona a esa influencia con la nueva idea. Es vano q u e r e r hacer historia si se elude hablar d e h o m b r e s y colectividades de h o m b r e s . En suma, que Ia_hisjoriat d e J a ^ o s o f í a deberá anular la presunta existencia deshumanizada en que n o s ofrece las doctrinas y volyer.a sumergirlas en el d i n a r n ^ m o de la vida h u m a n a m o s t r á n d o n o s su funciona^ ^ e n l ^ [ t § e p Í 2 g i c o _ e n _ e l l a . ¡imagínese q u e de p r o n t o todas esas ideas momificadas o inertes que la tradicional historia de la filosofía nos p r o p o n e entrasen en resurrección, que comenzasen a vivir, a ejercer su función, a cumplir su papel en la existencia de esos h o m b r e s que las p e n s a r o n ! . . Pero esta larga cita —que, d i c h o sea d e paso, d o c u m e n t a la calificación de " a r q u e t í p i c a " Historia de las Ideas dada a la Historia de la F i l o s o f í a - hace ver que el sentido del t í t u l o con que empieza n o es el de la negación de la existencia d e la Historia de.las Ideas e a a b s o l u t o , sino el de la negación de que cierta Historia de las Ideas sea propiamente " H i s t o r i a " - i n c l u s o con u n a correlativa propuesta de una ideal Historia de las Ideas. No hay p r o p i a m e n t e " H i s t o r i a " de las ideas -abstractas. La 11 amad ¿""Historia" dé'7a'filosofía, ó, más en general, de las ideas, hecha c o n s i d e r a n d o p r á c t i c a m e n t e con exclusividad, o, hegdiano more, c o m o e! d e t e r m i n a n t e d e t o d o s los d e m á s , el llamado p o r Windelband "factor p r a g m á t i c o " - l a s puras ideas y las puras conexiones entre ellas, concebidas c o m o los prágmata, c o m o las cosas mismas integrantes o d e t e r m i n a n t e s de la historia y objeto p r o p i o de la H i s t o r i a - , en m e n o s c a b o d e los llamados p o r el m i s m o autor "factor histórico-cultur a l " y "factor individual"^ - J o s mdividuos y las_concéntricas circunstancias culturales^e históricas de éstos en que tienen lugar y realidad las i d e a s " ñ ' q u e éstas se originan y r e c i b e n - , esta llamada " H i s t o r i a " no es p r o p i a m e n t e tal. La cita hecha niega, además, la realidad de una Historia de las ideas concretas c o n sus circunstancias, los individuos y las circunstancias de éstos; p e r o n o niega la posibilidad de esta Historia, antes la imagina c o m o un atractivo e imperativo ideal - p o r difícil que se presente su realización. Mas esta Historia de las Ideas no es sino una parte de la única Historia que hay en rigor: la de la historia h u m a n a en su totalidad, en su úuegridadj que es la de t o d o s sus factores " r e a l e s " e "ideales", individuales y colectivos, en todas los conexiones d e u n o s con otros, en 22 José GdOJ exhibir o desplegar las cuales viene a consistir c u a n t o de " e x p l i c a c i ó n " o " c o m p r e n s i ó n " sea posible en Historia. Pero la necesidad de la división del trabajo y , más radicalmente, la diversidad d e p u n t o s de vista e intereses d e p e n d i e n t e , más radicalmente a ú n , de sujetos, lo más radicalmente de t o d o , individuales, h a c e n forzosas y posibles Historias especiales: de la política, del arte, de las ideas. Estas Historias no pueden diferir entre si sino por p o n e r cada u n a de ellas en primer t é r m i n o una p a r t e del t o d o u n o de la historia h u m a n a y en otros términos todas las d e m á s p a r t e s , por las cuales explicar o c o m p r e n d e r la puesta en primer t é r m i n o según el caso. En los d o m i n i o s de la Historia es tal Historia u n a el ideal m á x i m o , m u c h o más difícil aún de realizar que el de la Historia de las Ideas, pero q u e , sin e m b a r g o , debe orientar y presidir los trabajos infinitamente especializados de los historiadores todos.3 En t o d o caso, sólo tal ideal es capaz d e hacer justicia, no ya a t o d o lo histórico, sino a sólo lo h i s t ó r i c a m e n t e más i m p o r t a n t e —si n o es q u e el principio d e selección de lo histórico a q u e n o p u e d e sustraerse la Historia haga en el f o n d o sinónimos los t é r m i n o s d e histórico e liistóricamente i m p o r t a n t e . En particular, n o la Historia de la Filosofía concebida c o m o Historia de las puras filosofías, a u n q u e éstas n o se redujesen a las originales, sino sólo la Historia de las Ideas concebida c o m o aquella especialización de la Historia u n a q u e p o n e en primer t é r m i n o las ideas y en o t r o s t é r m i n o s las d e m á s partes del t o d o de la historia h u m a n a , para expHcar o c o m p r e n d e r p o r éstas aquéllas, es capaz de hacer justicia a las peculiaridades características - a la originalidad de la historia de la filosofía en M é x i c o , en los países de lengua española en general.^ Sea u n ejemplo, de la historia de la filosofía en México.^ 4 . El eclecticismo en México Por 1940 hacía J u a n Benito Díaz d e Gamarra figura d e un cartesiano i n t r o d u c t o r de la filosofía de su m a e s t r o , y con ella de la filosofía m o d e r n a , en México en la segunda m i t a d del siglo X V l l l . 6 Un par de años d e s p u é s se e m p r e n d i ó u n estudio de G a m a r r a , con el p r o p ó s i t o de hacer d e los resultados el a s u n t o de una tesis, q u e h a b í a de presentarse a la Facultad de Filosofía d e la Universidad Nacional d e México, para recibir el grado d e la Maestría en Filosofía. Al estudiar las únicas obras filosóficas de G a m a r r a conocidas en la actualidad, se e n c o n t r ó q u e Gamarra se declara en ellas expresa, reiterada y exclusivam e n t e partidario de u n a filosofía ecléctica en la q u e sigue a o t r o s autores, e u r o p e o s , de su t i e m p o . No se e n c o n t r a r o n , en c a m b i o , razones La historia de las ideas en MCXILO 23 para hacer de Gamarra un cartesiano, sino más bien para concluir q u e Gamarra disiente de Descartes en m a y o r medida que de o t r o s filósofos modernos. Algunas de las aludidas declaraciones de Gamarra se hallan reproducidas en el citado a r t i c u l o del .Maestro Caso, p e r o éste no saca de ellas las conclusiones a q u e llegó la tesis, sin duda no divisó t o d o su alcance, a consecuencia del generalizado d e s c o n o c i m i e n t o del eclecticismo de los siglos X V I I y x v n i sobre el q u e se volverá en seguida. Las declaraciones de Gamarra reproducidas por el Maestro Caso bastaron, sin embargo, a Samuel R a m o s para decir en un libro impreso en 1943 que "Gamarra se considera a sí mismo como un e c l é c t i c o " ; p e r o t a m p o c o Ramos relaciona el eclecticismo de Gamarra con el de su t i e m p o , sino q u e más bien p o n e a G a m a r r a en relación c o n el racionalismo moderno.^ En ]a_s_Historias d e la Filosofía se e n c u e n t r a el eclecticismo entre las escuelas de la edad helenística y rom ario-cristiana y. g.omg..escuela de V í c t o r Cousin en la primera mitad del siglo X I X en F r a n c i a ; , p e r o prácticamente nada íle un eclecticismo de los siglos X V I I y X V I I I . 8 ' La" investigación de este eclecticismo, iniciado, p a r t i e n d o de los datos hallados en las obras de Gamarra, por la repetida tesis,^ y c o n t i n u a d o p o r o t r o s investigadores q u e ya han publicado^O o proyectan p u b l i c a r ! ' sus resultados, ha descubierto en él un m o v i m i e n t o caracterizado p o r las siguientes notas - p r i n c i p a l e s , no únicas. Se extiende en el t i e m p o por lo menos desde 1 6 7 3 , fecha de pubÜcación de la obra más antigua^ 2 entre las c o n o c i d a s c o m o pertenecientes i n e q u í v o c a m e n t e al m o v i m i e n t o , hasta el primer tercio bien cumplido del siglo X I X , en que aún se reimprimen y emplean en la enseiíanza obras p e r t e n e c i e n t e s igualmente al m o v i m i e n t o . 1 3 Se extiende en_^ej espacio desde los países del Occidente de Europa - A l e m a n i a , Italia. . . España, P o r t u g a l - hasta los de la América española - M é x i c o , Cuba. . . - y el Brasil, Quienes lo integran se llaman a sí misrnos_^'fijósqfos libres", "escépticos", " e c l é c t i c o s " , p e r o con estos diversos n o m b r e s m i e n t a n una misma a c t i t u d : libertad de espíritu frente al de secta o escuela, escepticismo respecto a la filosofía de las escuelas, elección de las verdades que se e n c u e n t r a n mezcladas con errores por todas las filosofías y n o poseídas en pureza y con exclusividad por ninguna. Los que comulgan en esta a c t i t u d tienen además en c o m ú n la concepción de la Filosofía y principios y doctrinas, hasta el p u n t o de la reproducción en los mismos t é r m i n o s , a veces m u y por e x t e n s o . Cardinales y características son la devoción por la Física, entendida c o m o síntesis de Filosofía Natural en el sentido tradicional y de "filosofía experimen- 24 Jote Caos t a l " , c o m o llaman a la llamada actualmente "ciencia n a t u r a l " , y la fidelidad a la religión cristiana, que tratan precisamente d e conciliar con la ciencia m o d e r n a . A las distintas partes del sistema o enciclopedia de la Filosofía a n t e p o n e n la Historia de la Filosofía, c o m o órgano p o r excelencia para el mejor c o n o c i m i e n t o de la Filosofía misma. Interpretan la historia entera d e la filosofía c o m o una superación de la fifÓsofía "sectaria ó 3 e escuela ^P-CRTi^Qsofia 1i¥re~de espíritu de^ secta o_csc0cl¿9.éclcct_i"ca. Invocan a los eclécticos de la Antigüedad, fundadores de la filosofía ecléctica, c o m o sus antecesores y modelos, de quienes citan determinadas definiciones, sentencias o pasajes c o m o lemas. Se apropian particularmente a algunos de los grandes filósofos m o d e r n o s , c o m o Bacon, a quien consideran fundador de la m o d e r n a "filosofía experim e n t a l " , por su propia índole libre de aquel espíritu o ecléctica; c o m o Leibniz, ecléctico p r o t o t í p i c o , a u n q u e " e x ó t i c o " , c o m o lo caUfican, d a n d o expresión a la impresión de tan extravagantes c u a n t o ingeniosas producida p o r las doctrinas características del mismo sobre sus c o n t e m p o r á n e o s . El cuhivo__de.la_Historia de la Filosofía es^esencíal a una filosofía electiva d e las verdades que se encuentran repartidas p o r todas las filosofías de la historia. Pues bien, los eclécticos d e los países ibéncos de Europa y América tienen la gran importancia histórica de haber sido los i n r i o d u c t o r c s , si n o a b s o l u t a m e n t e únicos, sí d e los primeros en el t i e m p o y de los m á s decisivos p o r sus resultados, de la fiflosofía y aun de la ciencia m o d e r n a s en estos países, y c o n ello capitales p r o m o t o r e s de aquella renovación de la cultura nacional que tuvo lugar en los mismos por el siglo X V I U . En los d e m á s países de Europa es la difusión del m o v i m i e n t o p o r ellos índice de la importancia histórica del m i s m o : estriba en haberse p r e s e n t a d o a m u c h o s espíritus c o m o la mejor manera d e dar satisfacción a la necesidad de asentir a los resultados de la ciencia m o d e r n a sin dejar d e creer en los dogmas de la religión cristiana, a saber, desvinculando éstos de la filosofía inconciliable con aquellos resultados. A la vista d e t o d o l o j m t e r i o r , parece, sobre injustificable, incluso inexplicable la ausencia del_eclecticismo de los siglos x v i l y x v i i l en la Historia de la Filosofía. He a q u í , sin e m b a r g o , las causas que pueden aducirse para explicarla, ya que no sean razones para justificarla. La radicalmente decisiva es la idea de que la Historia de la Filosofía debe ser la Historia de las filosofías originales - d e los filósofos originales. La Historia m o d e r n a de la filosofía antigua ha tenido siempre más en cuenta las escuelas que la Historia de la filosofía m o d e r n a . La Historia antigua d e la filosofía es H i s t o r i a d e las escuelas La tradición La historia de ias ideas en México 25 de esta Historia persiste en la Historia m o d e r n a de la filosofía antigua. En el sentido de las escuelas filosóficas antiguas - y de las m e d i e v a l e s n o las hay m o d e r n a s . La historia de la filosofía m o d e r n a se caracteriza por un individualismo'que es l a ' c o r r é s p ó n d í e h l e - y en cierto sentido e x t r e m a - modalidad del individualislño"caráclerístico del m u n d o m o d e r n o . La Historia de la filosofía m o d e r n a se hace m i s por individualidades que ta de la antigua - y a u n la de la medieval. Pero el eclecticismo d e los siglos x v i l y x v i i i n o cuenta con un solo "fflósofo original" - n o h a b i e n d o sido recogida la apropiación de filósofos c o m o Bacon o Leibniz p o r la posterior Historia de la Filosofía. La actitud ecléctica es de s u y o desfavorable a la originalidad, m u c h o más propia de la extremosa unilateralidad, siu-íúieralidoü, que de la circunspecta elección y conciliación de lo ajeno. El eclecticismo francés del siglo X I X figura en las Historias de la Filosofía p o r q u e la Historia en general recoge t a n t o más c u a n t o más cercana la historia al p r e s e n t e , y el p a t r i o t i s m o francés, que n o es capaz de dejar de recoger ni dejar de hacer valer n a d a p r o p i o , ha impuesto sus valores al extranjero, a través del tgfP£ff.?)¡'¿P'^ iniernacional ejercido por la cultura francesa desde el siglo X v tU " Causa parcialmente correlativa de este irngerialisino y subsidiaria de la radicalmente decisiva: el alejamiento oel m u n d o ibérico del centro creador de la cultura m o d e r n a , por decadencia de las metrópolis, ascensión aún n o c o n s u m a d a d e las colonias independizadas, menosprecio ajeno y resignación propia, l ^ rNo sólo a los eclécticos de los países ibéricos en los siglos x v i t y X V U l - a los " p e n s a d o r e s " en general de estos países n o ^ u e d e h a c e r l e s j justicia una Historia^de la Filosofía dirigida p o r la idea d e deber ser una HisíoTia de los filósofos originales, sino únicamente una Historia de ¡a FÍlosÓTía parte de la Historia de las Ideas concebida c o m o Historia d e las ideas con todas sus circunstancias, en las cuales n o sería posible^ejar d é ver córñó e n t r a n la difusión de un m o v i m i e n t o c o m o el eclecticismo d é l o s siglos X V I I y X V l i i , la renovación de la cultura nacional de t o d o u n c o n j u n t o de países por otira p n n c i p a l del m i s m o , el magisterio nacional e mlernacional ejercido por los " p e n s a d o r e s " de los países d e j lengua española. 5. La "invención"de textos La Historia de las Ideas tiene p o r fuentes de c o n o c i m i e n t o toda expresión de ideas que p u e d a ser c o n o c i ^ ~ d e los historiadores. No se excluye ni siquiera la expresión oral. Directa, de las ideas actuales de quien así las esté d a n d o a conocer a un historiador - a 26 José Caos condición d e q u e h a y a Historia del p r e s e n t e . Indirecta, d e ideas anteriores o ajenas d e quien así las esté d a n d o a c o n o c e r a un historiador - a l que se las dará a c o n o c e r aquél sólo por m e d i o de actuales suyas. F u e n t e d e c o n o c i m i e n t o limitada p o r la forzosa presencia inmediata al historiador de quien así le d é a c o n o c e r ideas. Peto t a m p o c o se excluyen los " m o n u m e n t o s " , ni siquiera ios desprovistos de t o d a i n s c r i p d ó n . También ellos son expresión de ideas, por ejemplo, estéticas, q u e pueden " c o m p r e n d e r s e " p o r ellos, bien q u e se trate de una expresión m u y peculiar y p o r ello requeridora d e una hermenéutica n o menos peculiar. Con t o d o , la fuente_dc c o n o c i m i e n t p _ p o r excelencia de la Historia de las Ideas son TÓs""documenios". T o d o s , t a m b i é n , p u e d e n serlo. No sólo los " d i p l o m á t i c o s " . La más sencilla caria familiar, el más humilde " d o c u m e n t o " d o m é s t i c o , puede ser e x p r e s i ó n d e ideas, quizá apenas conscientes para quienes las expresan d e esta misma m a n e r a , pero n o por ello menos efectivas y o p e r a n t e s e n la circunstancia d o m é s t i c a o familiar: fuente d e c o n o c i m i e n t o d e estas ideas para el historiador - c o n ojos para ellas, es decir, radicalmente, c o n i n t e r é s p o r ellas. N a t u r a l m e n t e , una indiscutible p r e e m i n e n c i a c o r r e s p o n d e a los " d o c u m e n t o s " que por su género son f o r m a l m e n t e expresión d e ideas, así, los libros, m a n u s c r i t o s , impresos o r e p r o d u c i d o s c o m o sea, inéditos o publicados c o m o l o estén o lo fueran: I Q S — t e x t o s " p o r excelencia de J^a Historia de l a s Ideas. T a m b i é n d i r e c t o s , e n c u a n t o expresión de las ideas actuales d e los a u t o r e s , e indirectos, e n c u a n t o expresión de ideas anteriores d e los autores o ajenas: " d o x o g r a f í a s " , t e x t o s d e Historia de las Ideas. Ideal de la Historia, también d e las Ideas, parece d e b e r ser que los historiadores lleguen a conocer t o d o s l o s d o c u m e n t o s n o material y t o t a l m e n t e destruidos. Sin embargo, este ideal ha sido ridiculizado, incluso, por historiadores y filósofos d e la Historia, al parecer más avisados, m e n o s ingenuos. Hay e n materia d e " d o c u m e n t a d ó n " históIncajunajrelatividad d e t e r m i n a d a por ciertos factores d e _ ^ l e c c i ó r r ' o ü e I van desde ía más cigga hasta la más perspicaz. ' Ño logra expresión e n d o c u m e n t o s t o d o lo q u e además d e éstos integra la historia. Esta misma e_siá_¿estru^erido^onstante y progrcwvamente docum c n t o s , _ s m criterip_algung_de Historia, al_puro_a2ar histórico d e las "ñecesídades físicas. ' Los d o c u m e n t o s materialmente c o t U K J b l e j d e los historiadores sólo tienen importancia j>'ára"cs'tos bajo sus p u n t o s d e vista, o , radicabnente, en función d e sus intereses. Si, por e j e m p l o , el interés de un historiador n o se extiende d e la existencia de una idea e n d e t e r m i n a d a circunstancia La historia de las ideas en México 27 al c ó m p u t o de la difusión de la idea en la circunstancia, carecerán de uiterés para él los d o c u m e n t o s que se limiten a repetir la idea ya conocida por un primer d o c u m e n t o , siéndole indiferente su n ú m e r o . La experiencia de la Historia enseña que hay d o c u m e n t o s más "'instructivos" que o t r o s - n o simplemente p o r c o n t e n e r más " d a t o s " , por una razón cuantitativa, smo sobre t o d o por una razón cualitativa, por contenerlos más "significativos" o "representativos". De d o n d e , en fm, que por un solo d o c u m e n t o bien elegido y estudiado pueda conocerse t o d o el t r o z o de historia que interese, t o d o un trozo i m p o r t a n t e de historia, en casos privilegiados incluso un gran trozo de la historia —sobre lo cual insistirá el parágrafo p r ó x i m o . Pero nada de lo anterior quiere decir, ni siquiera para los aludidos ridiculizado res, que sea de t o d o p u n t o indiferente la m a y o r o m e n o r , mejor o p e o r " i n v e n c i ó n " de d o c u m e n t o s . La investigación de los d o c u m e n t o s en general, de los " t e x t o s " en especial, tiene dos sentidos, c o r r e s p o n d i e n t e a sendas fases: eljlescubrimiento, U^|UnyencjótL|_de_eI]os; el^Ttudíp d e íos^m C i " " m v e n c i ó n " es f u n d a m e n t a l m e n t e o b r a de los intereses de los historiadores, que la dirigen hacia u n o s u o t r o s d o c u m e n t o s ; pero logra su perfección en la reproducción técnica del m a y o r n ú m e r o posible de d o c u m e n t o s , en el m a y o r n ú m e r o posible de ejemplares, y en la m a y o r difusión de éstos: es u n a forma de hacer más segura la conservación del contenido de los d o c u m e n t o s y la mejor forma de poner a la disposición de t o d o interés los d o c u m e n t o s hacia los cuales se dirijaEn materia, n o ya de d o c u m e n t o s en genera!, sino de " t e x t o s " , interesantes a la historia de las Ideas en México, obras incluso de un interés capital, c o m o hay razones para pensar, o han perecido, c o m o también h a y razones para pensar, o p e r m a n e c e n inéditas y andan perdidas, o sólo se conocen raros ejemplares de antiguas impresiones, c o n mayores peligros de pérdida y dificultad de con(íCirrúento, por falta de ediciones modernas. Del Curso de Filosofía i n é d i t o de Clavigero sólo se c o n o c e h o y la segunda parte de la " F í s i c a " , e n c o n t r a d a por u n e q u i p o de investigadores, después de varias buscas, en lugar distinto de aquel en que la señalaba alguna bibliografía de la m a y o r a u t o r i d a d . O t r o investigador " i n v e n t ó " , tras insistentes pesquisas y con trabajosa labor, n u m e r o s o s manuscritos pertenecientes a la historia de la filosofía en México, en el correspondiente d e p a r t a m e n t o d e la Biblioteca Nacion a l , ' ^ d o n d e le había dicho que n o se hallaba lo que le interesaba algún especialista también de la mayor a u t o r i d a d . D e h Libra Astronómica y Filosófica de Sigüenza y Cóngora n o h a y edición m o d e r n a . Una colección iniciada hace ya años y que p r o y e c t a b a c o m p r e n d e r ediciones 28 José Gaos de t e x t o s pertenecientes a la historia de la fdosofía en M é x i c o , sólo p u b l i c ó u n o , los libros Del alma de Fray Alonso de la Veracruz. Las instituciones que vienen interesándose o debieran interesarse por la Historia de las Ideas en México, y que disponen de personas y de m e d i o s materiales para ir llevando a cabo obras de esta í n d o l e , debieran ponerse de acuerdo para e m p r e n d e r conjuntamente una obra de investigación, catalogación, reproducción y difusión de t e x t o s intere santes a esta Historia- 6. El análisis de textos La_ investigación denlos documetitos en el s e n t i d q de la fase del ''estudjg'/^cle^losVciuu^ su-auten.ti5ida4 y valor c o m o fuentes de c o n o c i m i e n t o : l^,dc_los " t e x t o s " consiste sobre TódoTn el "análisis" de l o que dicen, hecho con vistas a registrar todas Tas ideas y Todos los d a t o s a c e r c a , de las circunstancias de éstas interesarites - i d e a s y d a t o s - bajo el p u n t o de vista del historiador. T o d o lo que n o sea más que leer los textos, a u n q u e sea atenta m e n t e , a n o t a n d o sólo al paso las que se presenten c o m o principales articulaciones y las observaciones que se ocurran, dará de sí, al pasar a las forzosas afirmaciones sobre las ideas expresadas y las circunstancias explicativas de las mismas o que permitan comprenderlas, tan sólo un p u r o " i m p r e s i o n i s m o " : azaroso y fragmentario, si las afirmaciones n o traspasan los límites de las a n o t a c i o n e s ; si los traspasan, i n f u n d a d o , al n o p o d e r dar prueba textual o documental de las afirmaciones que traspasan los límites, por certeras que fuesen de simple h e c h o . Aun en los casos de un " d e s p o j o " más m e l ó d i c o y sistemático, se suele l o m a r l o s t e x t o s c o m o fuentes de conocimiento exclusivamente de los respectivos " o b j e t o s " : las ideas constitutivas del lema del t e x t o del caso. Pero t o d o t e x t o , cualquiera que sea su o b j e t o , es, a d e m á s , fuente, de.conocírnTérTto, en alguna medida, de su " s u j e t o " : el a u t o r y sus circunstancias, integrantes de las circunstáncias_ de !as_'icíeas~En particular, t o c f o ^ e x t o c u y o tema son ideas pasadas, a u n q u e sean del a u t o r , o ideas ajenas, es fuente de c o n o c i m i e n l o de ia actualidad del a u t o r y de sus circunstancias: de ideas actuales del a u t o r o ajenas, de las maneras d e pensar, sentir y querer del autor, de hechos relativos a él o a sus circunstancias que pueden ser de la índole más variada. H análisis h e c h o con vistas a registrar todas las ideas y todos ios d a t o s acerca de las circunstancias de éstas interesantes bajo el punto de viMa del historiador^ con^duce de suyo a una síntesis de sus resultados. Las distintas ideas y datos presentan afinidades y discrepancias que las unen y separan en distintos grupos; éstos presentan a su vez relaciones La hisioria de las ideas en México 29 de^^condjcionamienlo de u n o s p o r otros. J a l e s agnjpaciones y condicionamientos representan u n a reconstrucción de la estructura dinámica tenida en realidad por una parcela de la historia de las ideas; una reconstrucción que a p u n t a a la inserción de la p a r c e b en la totalidad de 4^ *3 historia u n a . Semejantes, análisis de un t e x t o y smtesif d e _ _ s u w e s u l t a d p s inician el " c o m e n t a r i o a u t é n t i c o '"tle^ca^a parte del t e x t o p o r las d e m á s y delj^exto entero por \ o s demás del autor; y en el seno m i s m o del comenja^rio_auténiico inician el "comentario h i s t ó r i c o " , la explicación o comprensión_del_iexip,. en sus particularidades y en su integridad, p o r las circunstancias todas. Más las ideas, "datósi g r u p o s y reIácÍoTics~de~condidqnamicnto visibles - p a r a cada h i s t o r i a d o r , dependen^ d e j u j - i J / í i : las ¡deas, datos y grupos, de sus c o n o c i m i e n t o s e ideas especiales acerca del tema y del género del t e x t o ; las relaciones de c o n d i c i o n a m i e n t o , de sus ideas generales o filosóficas acerca de la estructura y dinámica de la historia y acerca de la Historia c o m o ciencia y c o m o a r t e . El imperativo del despojarse de ideas preconcebidlas y prej^ujcJos. no : se diga simpatías y a n t i p a t í a s , es imposible de cumplir, equivaldría a despojarse de la propia personalidad, y sin ella difícil le sería enfrentarse con la historia al h i s t o r i a d o r , que habría dejado de existir c o m o ser h u m a n o . Lo que a primera vista se presenta c o m o u n ^ o n u a r i o e x t r e m o , viene a ser en e! f o n d o lo m i s m o : quienes n o quieren leer ni informarse previamente, para n o dejarse infiuir y no perder la originalidad, son unos cómicos cuitados que prefieren morir de inanición original a desarrollarse c o m i e n d o lo p o r fuerza e x t r a ñ o . l.qs imperativos n o p u e d e n ser sino: enriquecerse todo lo posible en saber y pensar; afrontar c o n lo que se sepa y piense la liistoria - u n nuevo t e x t o , por ejemplo p e r t i n e n t e ; pero esforzarse por tener la conciencia más cabal posible de lo sabido y pensado con que se la afronta; y estar en conciencia resuelto a cambiar de manera de pensar - l o único posible, dada la imposibilidad del v a c í o - hasta donde lo imponga el nuevo saber de la liistoria afrontada y a p o r t a d e r a de n o v e d a d e s - y esforzarse p o r cambiar efectivamente. Ni.siquiera las s i m p a t í a s y a n t i p a t í a s debieran eyitarse_si__¿udier3n ser evitadas: no siempre ciegan; en casos hacen ver más > mejor - hiista Tas antipatías, c o m o enseña la aguda vista del envidioso a del rcscntidu para los defectos ajenos reales. Lo que ha> que liacer es esforzarse.por someterlas a imperativos de conciencia en el doble sentido, psicológicii >' moral,_de los a n i e n o r e s , Ha\'_ uri_ p r o c r e s o espiral, intelectual y afectivo \ volitivo, del historiador en relación'coñ la historia.! ^ 30 José Gaos Mas la mejor manera de dar idea del análisis de que se trata, de la síntesis de sus resultados, de la d e p e n d e n c i a en que análisis y síntesis están de los conocimientos e ideas del h i s t o r i a d o r , será nuevamente un ejemplo. De la historia de las ideas en México: la Libra Astronómica y Filosófica de D. Carlos de Sigüenza y G ó n g o r a , tan i m p o r t a n t e en la historia de las ideas en México como p o c o estudiada y n a d a analizada hasta días m u y recientes. l.:La Libra deSigüenzay Góngora Tiene dos grandes partes, la segunda comprensiva a su vez de otras dos: las "instancias" de Sigüenza a las " r e s p u e s t a s " del p a d r e K i n o a los " a r g u m e n t o s " a que éste había reducido el c o n t e n i d o del Manifiesto Filosófico contra los Cometas de a q u é l ; el " e x a m e n " de los "fundam e n t o s " aducidos por el padre Kino en favor de su " o p i n i ó n " acerca de los c o m e t a s y el " e x a m e n " de "los m o d o s que para venir en conocim i e n t o de las paralaxes p r o p o n e el R . P . " y " r e s p u e s t a s " a "los argumentos de que se vale el R.P. para p r o b a r la m u c h a altura y poca paralaxis del c o m e t a " de 1681-2. Sean el parágrafo primero del " e x a m e n " de los " f u n d a m e n t o s " primero y segundo aducidos por el padre K i n o en favor de su " o p i n i ó n " y el parágrafo último de la " r e s p u e s t a " al " a r g u m e n t o " cuarto "para probar la m u c h a altura y poca paralaxis del c o m e t a " . 1 3 1 . C ó m o se persuadirán c u a n t o s leyeren la d o c t í s i m a Exposición Astronómica del R.P. ser su o p i n i ó n la misma que siguen los mortales [ . . . ] advirtiendo los f u n d a m e n t o s tan débiles sobre que estriba, los cuales n o son otros ( c o m o se ve) sino el que así lo dicen. Pero si ya se ha visto en lo a n t e c e d e n t e , y se verá en lo de adelante más cumplidamente, el q u e t a m b i é n h a y m u c h í s i m o s que tal n o dicen, quién n o reconoce flaquear y a p o r esta parte sus f u n d a m e n t o s . Estar sólo a lo q u e o t r o s dicen en materias discursables y filosóficas es declararse p o r d e e n t e n d i m i e n t o infec u n d o y oponerse a lo que dijo Cicerón [. . 3 1 1 . Omito porque ya estoy c a n s a d o de cxanünarlas otras m u c h a s inconsecuencias que se d e d u c e n d e c o n f i m d í r el R.P. las atmósferas del Sol y Venus, y de dar a e n t e n d e r q u e en una y otra h a y partes homogéneas y similares, q u e es t o t a l m e n t e o p u e s t o a lo que enseña en su Itinerario Extático El P. Atanasio Kirchero y a quien el R.P. parece que sigue en sus o p i n i o n e s . P e r o n o p u e d o omitir lo que se infiere de su sentencia, y es, q u e el C o m e t a o c u p ó d o s lugares a un mismo tiempo, p o r q u e si p o r h a b e r s e formado de las fogosas excreces, ardidos h u m o s y r e d i m d a n t e s fogosidades del La hisioríj de las ideas en México 31 Sol estuvo precisamente en el cielo del Sol, p o r haberse formado de las fogosas excreces, ardidos h u m o s y r e d u n d a n t e s fogosidades de Venus necesariamente habi'a de estar en el Cielo de Venus, con que no habiendo sido más de un Cometa, c ó m o p u d o dejar de tener dos ubicaciones. Este es el c u a r t o y último A r g u m e n t o con que el m u y d o c t o A s t r ó n o m o y excelente Matemático quiso p r o b a r haberse alejado el Cometa del c e n t r o del m u n d o 11 5 0 semidiámetros de la tierra.' ^ En estos d o s parágrafos se ve por lo menos lo siguiente. " C ó m o se persuadirán. . . sino el que asi lo d i c e n " : pasaje corroborativo del c o n c e p t o en que tiene Sigüenza la vox populi: en el [jarágrafo 28 había escrito "siempre he t e n i d o en la m e m o r i a el nunquam volui populo placeré, que dijo Séneca".18 Menos de medio siglo después aparece el primer t o m o del Teair(~i critico de Feijóo. c u y o primer discurso, " V o z del PüebTo", es un manifiesto explicativo del espíritu 'animador de la obra iniciada: espíritu de " d e s e n g a ñ o " de los "errores c o m u n e s " . Se trata de un ingrediente de i m p o r t a n c i a en el carñbio de las ideas generales que constituye parcialmente el tránsito al m u n d o m o d e r n o del tradicional anterior. ". . .los f u n d a m e n t o s tan débiles sobre que estriba, los cuales n o son otros. . . sino el que así lo dicen. Pero si. . . t a m b i é n h a y muchísimos que tal no dicen, quién no reconoce flaquearya p o r esta parte sus f u n d a m e n t o s " ; oposición de unas autoridades a o t r a s : p u n t o de la cuestión relativa a la validez del criterio de a u t o r i d a d , cuestión fundamental en el m e n t a d o cambio de ideas. "Estar sólo a lo que otros dicen en materias discursables y filosóficas, es declararse por de e n t e n d i m i e n t o i n f e c u n d o " : o t r o p u n t o d e la misma cuestión fundamental: el r e c o n o c i m i e n t o de materias en que se reivindica, en contra de la autoridad, la originalidad intelectual, característica de la manera moderna de pensar en ciencia y filosofía, arte y literatura. " . . .y oponerse a lo que dijo Cicerón. . . " ; a u t o r i d a d a d u d d a en c o n t r a de las autoridades, tan paradójica c o m o significativamente: en la transición del predominio del criterio de autoridad al p r e d o m i n i o de los criterios de razón y de experiencia, del predominio de la c o n c e p c i ó n del saber c o m o erudición al predomiiúo de la c o n c e p c i ó n del saber c o m o investigación de verdades nuevas, son todavía m u y n u m e r o s o s los casos de inerte arrastre del CTiterio tradicional, aun en los partidarios expresos del m o d e r n o . ", . .confundir. . . las atmósferas del Sol y Venus y. . . dar a e n t e n d e r que en una y otra hay partes h o m o g é n e a s y similares. . . " , "el cielo del Sol", "el cielo de V e n u s " , "el centro del m u n d o " ; d a t o s acerca 32 José Gaos del saber astronómico ajeno de que sabía el propio Sigüenza y del saber astronómico de este mismo, por ejemplo, persistencia de la idea antiguo-medieval del m u n d o . ", . .que es t o t a l m e n t e o p u e s t o a lo que e n s e ñ a . . . el P . . . a quien el R.P. parece que sigue en sus o p i n i o n e s " : insinuación de inconsecuencia en el seguir a u t o r i d a d e s : nuevo p u n t o de la cuestión relativa a la validez del criterio de a u t o r i d a d . "el P. Atanasio K i r c h e r o " : gran autoridad enciclopédica en ciertos medios intelectuales d e los t i e m p o s de Sigüenza, entre los cuales se contaba el de este m i s m o , de cuyos conocimientos es fuente capital - a s í c o m o de los de Sor J u a n a . "la doctísima Exposición Astronómica del R i ' . " , el " m u y d o c t o A s t r ó n o m o y excelente M a t e m á t i c o " : e p í t e t o s irónicos; "si por haberse formado de las fogosas excreces, ardidos h u m o s y r e d u n d a n t e s fogosidades. . . por haberse formado de las fo^^osas excreces, ardidos h u m o s y redundantes f o g o s i d a d e s . . . " : repetición burlesca; ésta y aquellos epítetos son recursos polémicos que incorporar con t o d o s aquellos mediante los cuales caracterizar la manera de polemizar de Sigüenza, incluyendo su estilo p o l é m i c o . Otros de tales recursos son, no sólo la omisión de inconsecuencias, p o r estar cansado de examinarlas, y la inferencia de las dos ubicaciones del cometa, sino la oposición de autoridades, la a u t o r i d a d aducida en contra de las autoridades, la insinuación de inconsecuencia en el seguirias, la reticencia del " e s declarse por de e n t e n d i m i e n t o infecundo. . ." Analizada así la Libra, las ideas y los datos acerca de las circunstancias de éstas que se ven en ella, se distribuyen en grupos que se disponen en un orden de c o n d i c i o n a m i e n t o . Historia " e x t e m a " de la polémica: Manifiesto de Sigüenza, Discurso Cometológico del d o c t o r José de Escobar SAmción, Manifiesto Cristiano en favor de los Cometas de don Martín de la Torre, Bele'ofonte Matemático contra la Quimera Astrológica de Sigüenza, Exposición Astronómica del Cometa del padre Kino, Libra. En ésta se encuentran literalmente reproducidos el Manifiesto de Sigüenza, parte del de d o n Martín de la T o r r e y parte del Belerofonie. escritos de los que se habla c o m o p e r d i d o s , sin mayores especificaciones. Tema de la polémica y circunstancias más específicamente relacionadas con él: supersticiones generalizadas acerca de los cometas, astrología y a s t r o n o m í a y ciencia natural, en general, objeto del saber de Sigüenza, trabajos científicos de éste. Forma de la polémica >' circunstancias más específicamente relacionadas con ella: ideas ajenas y propias de Sigüenza acerca de las controversias "literarias", de los m é t o d o s de las ciencias, c o m o el de La hiitoria de las ideas en México 33 inducción, de a r g u m e n t o s y criterios c o m o los de analogía, autoridad, experiencia y razón, de las relaciones entre ésta y la fe o la religión; y maneras efectivas de discurrir, a r g u m e n t a r , polemizar Sigüenza. Estilo en general de éste c o m o e x p r e s i ó n de su personalidad. Motivos radicales de la polémica por parte de Sigüenza: las reacciones de éste c o m o criollo m e x i c a n o en relación con México, América, España, E u r o p a ; su personalidad, especialmente su carácter. Este o r d e n , de c o n d i c i o n a m i e n t o de lo " e x t e r n o " por el tema y la forma, y de éstos p o r m o t i v o s radicantes, en último t é r m i n o , en una personalidad, d e p e n d e de ideas acerca de la estructura dinámica de la historia del p e n s a m i e n t o para las cuales es factor irreduciblemente originario de esta historia la personalidad de los pensadores. Semejantes análisis de o b r a s maestras de la historia del pensamiento en México, desde las de los cronistas y liumanistas del siglo XVI hasta las cié los máxufibs'máésfros 4,^ la filosofía mexicana en n u e s t r o s ^ f a s , asunto excelente^ para e s t u d i o s , monografías, tesis - ¡no para "ensayos"! son el desiderátum más i n m e d i a t o de la Historia de las Ideas "en México^ 8. La artiailación de la historia Pero una simple serie de semejantes análisis, cuantosquiera y cualesquiera q u e fuesen los t e x t o s analizados, no constituiría una Historia. Para constituirla no basta el que r e m i t a n u n a s a oirás las_ síntesis de'~Ios resultados"3é~IÓránánsisrpór^^nürñerosos. e importantes 'que, sfiaiLÍos. casos én que lo hagan. Es indispensable una síntesis de prado superior, u n a síntesis de las síntesis de los resultados de los análisis, en una narración seguida, única, a través de sus articulaciones. Sólo esta narración representa la síntesis histórica en que, exclusivamente, encarna la Historia. Aquella serie, aun e n t r a n d o en ella las síntesis de los resultados de los análisis, no pasaría de Filosofía a Historia, si las relaciones entre estas dos disciplinas se resumiesen en m a n e j a r l o s mismos materiales en dos direcciones inversas. El filóloaQ. para explicar cada p u n t o menesteroso de explicación en cada u n o de sus t e x t o s , echa m a n o de cuanto de pertinente al caso halla en la totalidad de su saber histórico en defuiuiva, vjene_a e \ £ h c a r o c o m p r e n d e r circularmen^e cada parte de un todo por las_demás,del m i s m o : la Filología dirige hacia cada parte el t odor El historiador integra t o d o s íos p u n t o s de que sabe por sus íexloS, filológicamente explicados o c o m p r e n d i d o s , en un todo que resulta, en delniitiva. explicable o c o m p r e n s i b l e por la concurrencia de todas sus p a n e s en el: ía Historia endereza cada parte hacia el todo. 1 9 J-l José Gaos La h i s t o n a tiene una estructura dinámica, u n a articulación. Queda destruida, desarticulada, por la selección impuesta a la Historia. Esta ne cesita reconstruu-, rearticular la historia, prescindiendo de lo omitido entre lo seleccionado, soldando d i r e c t a m e n t e los cabos de lo selecciona do. La más obvia manifestación de esta r e c o n s t r u c c i ó n o re articulación de la historia por la Historia es la división de aquélla por ésta en edades, épocas, p e r í o d o s . Esta división se traduce en ia d e la Historia misma c o m o t e x t o en libros, capítulos, parágrafos. La división cronológica de ía liistoria se cruza c o n todas las demás hechas de la historia por las de la Historia, por ejemplo - p a r t i c u l a r m e n t e pertinente en vista de lo q u e va a s e g u i r - , la división de la historia de las ideas por países; hay que articular en alguna forma las divisiones cronológicas de la historia de las ideas en u n país con las de la historia universal de las ideas. Semejantes articulaciones se hacen m e d i a n t e c o n c e p t o s de tal importancia en la Historia que bien p u e d e n llamarse categorías de ésta. Ahora bien, las categorías, las de la Historia c o m o cualesquiera o t r a s , son siempre a u t ó c t o n a s de un territorio de! ser, en el sentido d e tener su origen en la actividad de concebir u n o d e estos territorios, c o m o quiera que se piense de la objetividad o subjetividad de las categorías mismas oriundas de esta actividad. Pero el espíritu h u m a n o viene m o s t r a n d o una milenaria tendencia a extender las categorías a u t ó c t o n a s de un territorio a otros, incluso a todos los d e m á s , con preferencia a esforzarse por concebir primero cada territorio m e d i a n t e c a t e g o r í a s a u t ó c t o n a s de él y luego la conexión universal de los territorios m e d i a n t e categorías üd hoc de u n orden superior. En los dominios de la Historia se presenta aquella t e n d e n c i a c o m o j m p e r i a l i s m o de las categorías a u t ó c t o n a s de una parte de la historia sobre otras partes de ésta, incluso sobre todas las d e m á s sobre la his toria universal; el contrario esfuerzo consistiera en u n a más justa integración, con las partes de la historia, del t o d o de ésta, m e d i a n t e las categorías a u t ó c t o n a s de cada parte y categorías conectivas de éstas. CasÓ^ p a r t í c u l a r ^ imperialismo: la división de la historia de un país conforme a la división de la historia universal, p e r o llamada así, más q u e por serlo a u t é n t i c a m e n t e , a pesar del imperialismo. Resulta u n a división por incorporación de la historia del país a la llamada universal o p o r inserción de aquélla en ésta. Implica concebir la historia del país c o m o paralela de la llamada universal o la primera c o m o falta de sustantividad, de originalidad, categorías convenientes exclusivamente a la segunda. El m i s m o caso según la más justa integración: división autóctona de la historia del país e incorporación o integración de la auténticamente universal con la del país y las de los d e m á s . Implica La historia de las ideas en Me'xico 35 concebir desniveles —término e n t e n d i d o a q u i c o m o p u r a m e n t e descriptivo y n o e s t i m a t i v o - entre las historias de los distintos países, debidos a grados de sustantividad, de originalidad de todas. En t o d o caso, p a t e n t e es la relación de toda articulación de la historia, p o r m e d i o de unas u otras categorías de la Historia, con lo q u e en ésta se llama " i n t e r p r e t a c i ó n " de la historia - s e a en total o en p a r t e - h e c h a b a n t o _ c o m o de operaciones intelectuales, de valoraciones, en suma^. .de " c o n c e p i u a c i o n e s ^ , termino que tiene u n a a d e c u a d a dualidaj£l_de acepcÍQri£¿.Tógica y axióló'gica, y que n o p u e d e m e n o s de ser un nuevo caso de la dependencia respecto de las ideas p r e c o n c e b i d a s y los prejuicios del historiador e n c o n t r a d a en la raíz del análisis de textos y la síntesis d e sus resultados - e n rigor, ya en la raíz de la invenci¿n_de_ los j e x t o s , en los intereses de que es f u n d a m e n t a l m e n t e "ófira. De h e c h o , el m e n t a d o irngerialismo lo ha ejercido hasta h o y la historia europea en la Historia hecha por los e u r o p e o s - y p o r los coloniales m e n t a l e s de los e u r o p e o s , sobre los cuales se volverá en parágrafos ulteriores. Y lo ha ejercido c o m o d e p e n d e n c i a del más radical imperialismo de la Filosofía de la Historia"y de la Cultura hecha p o r los europeos. De las m u c h a s pruebas aducibles sólo interesa a q u í la q u e a p o r t a la división de la historia d e la Tüosofía, del p e n s a m i e n t o , de las ideas en México. Viene haciéndose en general conformándola a las divisiones corrientes en la Historia política de México y en la Historia de la filosofía, del p e n s a m i e n t o , de las ideas en E u r o p a . Más e s p e c i a l m e n t e , ajustándola a las reconocidas c o m o principales i m p o r t a c i o n e s de filosofía, p e n s a m i e n t o , ideas europeas en México; i m p o r t a c i ó n de la escolástica, el h u m a n i s m o y el u i o p i s m o renacentistas en los primeros tiempos de la Colonia y cidtivo exclusivo o p r e d o m i n a n t e , bien q u e crecientemente rutinario, de la primera hasta la mitad del siglo X V i i i a p r o x i m a d a m e n t e ; " i n t r o d u c c i ó n de la filosofía m o d e r n a en M é x i c o " en la segunda mitad del siglo x v i i i ; "el positivismo en M é x i c o " , en la segunda mitad del x IX; • "el m o v i m i e n t o n e o b e r g s o n i a n o " y el " m o v i m i e n t o n e o r t e g u i a n o " en México d u r a n t e la primera mitad transcurrida en este'siglo XX.2O En los orígenes de tal proceder, ya que no en la inercia de su prosecución actual, se divisa la idea de una doble falta de originalidad: n o sólo la falta de originalidad de la filosofía, del pensamiento mexicano, sino además la falta de originalidad de la historia del pensamiento, d e las ideas en México, en el sentido de faltq d e u n a 36 José Gaos articulación diferente de la articulación de la misma historia en o t r o s _Eaises. principalmente en los de Europa. Idea t a n t o más n o t a b l e , c u a n t o que sus d o s p a n e s parecen p o c o compatibles entre sí. la historia de las ^wni ' m p f ^ t a c i o n e s de creaciones extranjeras parece n o h a b e r de tener la misma estructura ni dinámica que ia historia de las creaciones ^ n g ] i i ¿ l £ s ^ La c a u s a ' d e la ceguera para este c o n t r a s e n t i d o se halla en la índole acrítica de la idea d e la falta de originalidad del p e n s a m i e n t o en hjíéxico. Que ha dejado a esta idea exiéngCTSe n o menó!l 5iri ci'ltlca a la "Historia del m i s m o . Mas la historia del p e n s a m i e n t o , de las ideas en México riene peculiaridades < > ¿ f n i r f i i ^ | f < y Hinámicas suficientes pira reivindicaj- la orif^inalidad relativa, única de que p u e d e t r a t a n e en esta cuestión de g r a d o s . y para requerir que se la articule mediante categorías a u t ó c t o n a s de ella. La posesión de aquellas peculiaridades va a mostrarse con un ejemplo; o t r o lo será de articulación de la historia de las ideas en México m e d i a n t e c a t e ^ n a s a u t ó c i o n a s de ella. 9. £1 siglo del esplendor en México Según la m u y repetida frase de Pedro H e n r í q u e z Ureña, se p u e d e llamar al siglo X V I I I el siglo del esplendor en México. La frase está en realidad llena de matices restrictivos: *'E1 siglo X v i l l fué, d e n t r o de los límites i m p u e s t o s por el régimen p o l í t i c o de la colonia, acaso el siglo de m a y o r esplendor intelectual a u t ó c t o n o que ha t e n i d o M é x i c o . " Algunas de las frases siguientes, q u e ya n o se repiten, declaran más o m e n o s el sentido de la anterior: "El siglo X I X . en México, n o ha sido inferior en talento p u r o al siglo x v l l l ; p e r o tal vez lo ha sido en el saber, en el trabajo intelectual acrisolado. La vida pública - c a r r e r a d e pocos bajo los virreyes— ha absorbido las mejores energías de México en el siglo de la independencia. . . " 2 1 En vista de "la vida intelectual. . . dirigida p o r e u r o p e o s " , el i m p o r t a n t e t é r m i n o " a u t ó c t o n o " parece sianiñcar simplemente que los directores ¿e_la^ vida intelectual m e x i c a n a en_el siglo X V l l l eran los nativos de México, no que aquella _vj^a_niisma se maniiestase en producciones_origii)aIeS'- a u n q u e en Í F c o n t i n u a c i ó n del t e x t o se e n c u e n t r a n datos para precisar este p u n t o , principalmente en la descripción d e c o n j u n t o , t a m b i é n repetida, a u n q u e n o t a n t o c o m o la frase inicial, de la múltiple laboriosidad intelectual de aquellos h o m bres: "las ciencias m a t e m á t i c a s y físicas, la jurisprudencia y la medicina daban o c u p a c i ó n a h o m b r e s d e singular actividad y extensa d o c t r i n a , universales y f e c u n d o s " , e t c . 2 2 pero si a pesar de todas las restricciones de matiz, se p u e d e llamar al siglo x v i i i el siglo del esplendor en México, es u n p r o b l e m a el fijar desde c u á n d o y hasta c u á n d o se extiende este siglo: p o r q u e u n a cosa es el esplendor del siglo, el La histoiía de las ideas 37 esplendor que h u b o en aquel siglo, y olra el sigio del esplendor, el espacio de t i e m p o en q u e h u b o aquel esplendor. El p r o p i o H e n r í q u e z Ureña retrotrae el principio al fm del siglo X V I l : " L o s ú l t i m o s afSos del siglo XVll - a ñ o s en que brillan Sor Juana y S i g ü e n z a - abren la época d e esplendor intelectual a u t ó c t o n o que se extiende a t o d o el siglo X V I l f - ^ Y, en efecto, desde luego y t o t a l m e n t e en Sigüenza, p e r o t a m b i é n , aunque sólo p a r c i a l m e n t e , en Sor J u a n a , se e n c u e n t r a n las características de los q u e dieron al siglo X V n i su esplendor: ser religiosos, afán de saber enciclopédico, saber de la ciencia m o d e r n a , interés p o r saber de tas cosas naturales y h u m a n a s del país y p o r el progreso y emparejamiento de éste con Europa en los dominios de la c u l t u r a , conciencia de la peculiaridad de lo m e x i c a n o y de lo equiparable de sus valores a los más clásicos de los e x t r a ñ o s . . . . Ello n o parece al p r o n t o u n f e n ó m e n o histórico muy diferente de aquel de que se habla c u a n d o se llama "precursores del X V l l l " en Francia singularmente a Bayle y F o n t e n e l l e o , incluso, "maestros del X V I I I " en Europa en general a Locke y N e w t o n . Por el o t r o c a b o del siglo, en cambio y siempre según Henríquez Ureña, " b i e n p u e d e decirse q u e en todos los órdenes se inicia una decadencia a fines del siglo X V i i i . En la primera década del siglo X I X . . . la cultura m e x i c a n a se muestra n o t o r i a m e n t e inferior a lo que había sido treinta a ñ o s a n t e s . El desorden político, llevado al p u n t o del desconcierto en 1 8 0 8 , h a b í a de traer la revolución". . .2** Pero, admitiendo provisionalmente la e x a c t i t u d de estos juicios de valor, n o se p u e d e m e n o s d e pensar q u e la rama descendente dej^na curva_no_es otra curva, y dejando de a d m i t i r , c u a n d o menos parciahnente, la exactitud de aquellos juicios, t a m p o c o se p u e d e menos de pensar que la curva es ascendente hasta la m e n t a d a revolución misma, en el sentido de que en ésta " c u l m i n ó " la revolución intelectual, n o por intelectual ciertam e n t e m e n o s revolución, q u e se desarrolló en México d u r a n t e la segunda mitad del siglo X V I M . D e c i d i d a m e n t e , hay que prolongar este siglo en México hasta la iniciación, si n o la consumación, de la revolución de independencia, en q u e el e s p l e n d o r del siglo m o s t r ó n o h a b e r sido sólo lustrosa iluminación t e ó r i c a , sino llegar a ser ustoria flagración prácticaPero si t a m p o c o una prolongación semejante es u n f e n ó m e n o histórico s o r p r e n d e n t e p o r su novedad, sí p u e d e serio la estructura y dinámica del siglo c o m p r e n d i d o entre los dos cabos fijados, si bien se mira, esto es, si se recobra la ingenuidad de la visión, sacudiendo la habituación originada p o r la repetida contemplación del espectáculo. " L o s ú l t i m o s años del siglo X V l l . . . abren la época de esplendor intelectual a u t ó c t o n o " y esta época "se extiende a t o d o el siglo x v i i l " c i e r t a m e n t e de u n a m a n e r a m u y especial. E n t r e los "precursores del 38 José Gaos X V i i i " o " m a e s t r o s dei X V í n " en Francia o en E u r o p a y los filósofos y h o m b r e s de ciencia franceses o e u r o p e o s m á s característicos del x v i i i no hay la solución de continuidad q u e parece h a b e r entre Sigüenza y Sor Juana y los pensadores y científicos m e x i c a n o s m á s característicos del m i s m o siglo: en la primera mitad de él n o se e n c u e n t r a nada c o m p a r a b l e a éstos y aquéllos; para e n c o n t r a r algo c o m p a r a b l e a u n o s y o t r o s es menester avanzar hasta el c e n t r o m i s m o del siglo, p o r el cual llevan a c a b o José A n t o n i o de Villaseñor y Sánchez y J u a n José de Eguiara y Eguren los trabajos que los insertan en la línea de aquellos precursores a los otros pensadores y científicos, i n t e r r u m p i d a entre los precursores y ellos, Villaseñor y Eguiara, y q u e es la línea de lo peculiar del siglo, n o lo tradicional q u e en él se p r o l o n g a , sino lo nuevo que él a p o r t a . Y n o parece deberse a ignorancia de la realidad intermedia, sino ser efectivo vacuo. Pero m á s sorprendente aún puede ser lo q u e , en c a m b i o , sí se e n c u e n t r a después de semejante solución de c o n t i n u i d a d : u n a introducción prácticamente simultánea, en la segunda m i t a d del siglo, de lo q u e en Europa fue p r o d u c c i ó n sucesiva desde m e d i a d o s del x v i (obra de C o p é r n i c o ) hasta la misma segunda m i t a d del XVlII inclusivamente: cartesianismo, a t o m i s m o , n e w i o n i a n i s m o , filosofía d e Locke, encic l o p e d i s m o , r o u s s e a u n i a n i s n x ) . . . Y se avizorará, ai m e n o s , la relación natural, esencial, entre esta simultaneidad y el eclecticismo d o m i n a n t e entre los pensadores más característicos del x v í n e n M é x i c o . 2 5 Y no m e n o s sorprendente puede seguir siendo la obra llevada a cabo en Italia d u r a n t e esta misma segunda m i t a d del siglo x v m p o r los jesuítas expulsos de México. Implica, e n e f e c t o , q u e una porción esencial del siglo XVlll " e n M é x i c o " t r a n s c u r r e e n tierras bien alejadas d e las mexicanas. Y esta localización en tierras lejanas de las nativas resulta esencial a la obra y a su importancia para la c u l t u r a del país de procedencia de los autores, si es esencial n o sólo a la obra la nostalgia de la patria c o m o motivación y temple, sino a su i m p o r t a n c i a el echar de m e n o s los q u e quedan en la patria a los e s t i m a d o s e x p u l s o s y conceder t a n t o m a y o r aprecio a t o d o lo proveruente de ellos. Quien piense en .'otras emigraciones intelectuales colectivas, r e c o n o c e r á antes o después diferencias n o insignificantes. No ToaaTTás emig,rat;jopes ¡ n r > . Í A r t n i i p . c colectivas han tenido tal Ími?Qrtancia para la c u l t u r a del país de ^£r^£edencia^ Ni es lo m i s m o que otras la e m i g r a c i ó n d e Coloniales a la m e t r ó p o l i —cultural, si n o p o l í t i c a - p a r a reivindicar en ésta los d e r e c h o s d e los valores patrios todos, desde los m á s materiales de suelos y cielos hasta los m á s íntimos del e s p í r i t u . T a n original es esta situación, q u e obliia a arbitrar para c o n c e E t u a r l a la cal;egoría de un VMéxico p e i c & r i n o " . - ^ . Esta categoría-e&,de la estirpe_de aquellas q u e La historia de las ideas en México 39 traían de superar la concepción geográfica, espacialj estática, de las culturas, p n r una t^nnreprión m á s hurr^an^n^nf^m^-; histórica y dinamica: si las culturas pueden .tener O echar sus raíces en un suelo, echan y tienen sus flores y frutos en h o m b r e s que p u e d e n entrar con sus obras "en d'iáspora, sin pérdida, antes con expansión y e n r i q u e c i m i e n t o , de la 'ríácionaiidad.27 Pues con ser bastante t o d o lo a n t e n o r , n o es sino el revestimiento de algo m u c h o más nuclear. La Historia ven_ia_concjbiendo la "Ijustra.c i ó n ' ' e u r o p e a en g e n e r a l s e g ú n el a r q u e t i p o de la anglo-francesa. Más r e c i e n t e m e n t e ha reaccionado en c"bntra de esta c o n c e p c i ó n , d á n d o s e y d a n d o cuenta de las diferencias, nada inesenciales, de la " I l u s t r a c i ó n " e n t r e d i s t i n t o s países de Europa; así, la alemana habría estado a n i m a d a por un d o b l e espíritu, religioso, aun en los racionalistas, y g e r m á n i c o , a u n en los alemanes de otra raza,-8 m u y diferente del racionalismo antirreligioso y del cosmopolitismo, en intención al m e n o s , de la anglo-francesa. Hay que extender esta manera de concebir la "Ilustrac i ó n " 3 los países de América - s i n o es que todavía a o t r o s de E u r o p a , c o m o quizá Italia y desde luego España. La " I l u s t r a c i ó n " m e x i c a n a tiene un carácter radicalmente diverso de la anglo-francesa, p o r q u e su espíritu dista o t r o t a n t o del de ésta; la apropiación y aplicación de la ciencia m o d e r n a sin menoscabo de la fe católica, y aun c o n impulsión de aquéllas p o r ésta,29 la preserva de pasar, c o m o la francesa por lo m e n o s , del racionalismo autosuficiente a la desolación p r e r r o m á n t i c a . 3 O En esto se parece más a la italiana. Pero ni siquiera sería perfecta la similitud con o t r o s países de la América española. Entre éstos h u b o colonias desde un principio plenamente culturales, c o m o México y Perú, mientras otras fueron colonias p r e d o m i n a n t e m e n t e e c o n ó m i c a s hasta la p r o x i m i d a d de la independencia. Este desnivel en el desarrollo cultural parece tener repercusiones en el carácter y aun la e.xistencia de la Ilustración en ellas. Si t o d o lo a p u n t a d o en este parágrafo fuese precisamente ser colonia, cultural c u a n d o n o política, sería cosa de pensar que ser colonia, p o l í ü c a o cultural, es algo b a s t a n t e original, b a s t a n t e más que ser original p o r la sola y paradójica originalidad de n o ser original, a u n q u e a primera vista parezca que la originalidad esté toda del lado d e la m e t r ó p o l i . 10. Los grandes momentos del indigenismo en México Un b u e n ejemplo de articulación de la h i s t o n a de las ideas en .México m e d i a n t e categorías autóctonas de ella, lo ofrece la de 'los grandes m o m e n t o s del indigenismo en M é x i c o " llevada a cabo hace un 40 José Gaos par de a ñ o s . 3 1 El a u l o r se halló a n t e la necesidad de " c o n c e p t u a r " para " a r t i c u l a r l a s " , las q u e h a b í a reconocido y e s t u d i a d o c o m o máximas etapas en la historia del indigenismo m e x i c a n o . Su primera tendencia fué utilizar una mezcla de categorías hegelianas y sartriana^.: estas, por propias de una fdosofía de la más""Tmpenosa actualidad y de singular c o n o c i m i e n t o del a u t o r ; aquéllas, por ser las m á s e m i n e n t e s y conocidas de las brindadas por la Filosofía de la Historia; u n a s y otras, por ser más fácil echar m a n o de lo q u e se encuentra, a u n q u e sea en t e r r e n o extraigo al de la propia labranza, q u e n o hacer dar a éste frutos propios y nuevos. Pero r e c o n o c i e n d o el a u t o r que^ la apUcacióii exclusiva de categorías^ t a n ^ e x l i á ñ a s . i o m o j a s he^elüinas y sartrianas a la historia del inJígenlfíno me3¿rcÍno lé expon^i'ana un falseamiento esencial de esta h i s l o n a . r e a c c i o n o " e n . u p . b r a v . o . esfuerzo de concepción_de_caTcgorías a u t ó c t o n a s de la misma historia^ y sin dejar totaTmente de serVTrée de las primeras, arriHo a a q u e l l a s c o n que articuló la historia lema de su obra y esta misma lal c o m o figura publicada. Si p u d o n o dejar t o t a l m e n t e de servirse de las categorías hegelianas y sartrianas, fué p o r q u e las categorías de la historia se amoldan a, y m o l d e a n , los diferentes gradííTde historicidad de l o s distintos ingredientes, ya más universales, ya más singulares, de la historia misma. El resultado final fué la p o t e n t e " t e o r í a " o ^ ^ r o c e s i ó n " categorial, única hasta ahora en la Historia de MéxiCo,'^^ en q u e desfilan sucesivamente " l o indígena manifestado p o r la Providencia" c o m o " e l e m e n t o t r á g i c o " , l o " i n d í g e n a manifestado p o r la Razón universal" c o m o "realidad específica q u e m e libera de la 'instancia' a j e n a " y c o m o "cosa objeto q u e d e t e r m i n o " . " l o indígena manifestado p o r la acción y el a m o r " c o m o "el o t r o por quien me r e c o n o z c o " y c o m o " p r i n c i p i o oculto de mi y o q u e recupero en la pasión".33 1. losé Oriepa y Gasset, "Prólogo", en F.milc Bréliici, Historio Je la Fi/o5o/i'a. traducción de Demetrio Náñci. t 1. Buenos Aires. 1 9 4 3 . pp. 29 ss. 2. Wiilielm Wjndelband, Historia de la Filosofía. Irad. de Fjancjlco Larroyo, t. I. México 1 9 4 1 , pp. 5 6 ss. —— 3. El autor del presente trabajo ha desarrollado recienlementE algo la antcnor concepción de la Historia de las Ideas en su artículo "O'Gorman y la idea dei descubrimiento de Améiica", publicado en la levisis Historia Mexicana, núni. 3, enero-marzo de 1 9 5 2 . pp. 4 6 8 ss. A. Modelo de la explicación o comprensión de las ideas niosóficas por sus circunstancias, y en materia de historia de las ideas en México, son los libras de Leopoldo Zea. El posiTivistno en México > Apogeo y Decadencia delPosüivismo en México. México. 1943 y 1944. La historia de las ideas en México 41 5. Esie ejemplo y los puestos en el resto del trabajo están lomados al campo donde han venido colaborando otras personas y el autor: cjle espera que el lector encuentre prccisamente/uifíyJcjííff semejante limitación. 6. Cf. Antonio Caso, "Don Juan Benito Díaz de Gamarra, un rdósofo mexicano discípulo de Descartes", en Revista de Literatura Mexicana, núm. 2, octubre-diciembre de 1 9 4 0 , artículo inserto en el libro del mismo avioj,México, Apuniomienios de Cultura Fot lia. M é M c o , 1 9 4 3 . pp, 39 íi. 7. Samuel R a m o s , Hisioria de ¡o Filosofía en México. México. 1 9 4 3 , pp. 77JS.. esp. 79 I . . 86 si. 8. Así, por ejemplo, en la Historia de Windelband citada en nota anterior. En la de Brchier, citada asimismo en otra nota anterior, el autor se tropieza con el eclecticismo de los siglos XVII y XVIII c o m o una manera de hacer la Hisioria de la Fflosofía, pero no ve en absoluto la esencial relación de esta manera con todo lo demás del m o \ Í m Í e n i o , porque tampoco ve, en absoluto, éste c o m o tal: los pertenecientes a él que se hallan nombrados en la obra, andan diseminados por ella c o m o discípulos o partidarios más o menos Heles de tal o cual de los e r a n d o filósofos de su tiempo. 9. Sobre t o d o l o dicho en este parágrafo hasta aquí cf. Victoria Junco Posadas, Algunas aportaciones al estudio de Gamarra o el eciecticismo en México. México. 1944 ( m i m e o . ) . passim. 10. Bernabé Navarro, IJI introducción de la filosofía moderna en México. México, 1948; Olga \'ictoriü Quiroz-Martínez, La introducción de ¡a ftlosofia moderna en España, el eclecticismo español de los siglos Xl'II v XVIII. México, 1949; Pablo González Casanova, Fl misoneísmo v la modernidad cristiano en el siglo XVJU. México, 1 9 4 8 . 11. Carmen Rovira, Eclet titos portugueses del Siglo XVIII e influencias de los mismos en América. 12. La Philosophia libera, de Isaac Cardoso, judío portugués nacionalizado español, publicada en Venecia en dicho año. Brélucr conoce como obra mi^ antigua del m o v i m i e n t o la Philosophia ecléctica del alemán Sturm, publicada en 1686- op. cit.. p, 7 4 , n. 16. 13. C o m o las Imiituliones elemenianae philosophiae del jesuíta mexicano Andrés de Guevara y Basoazábal, de las que hay lerceía edición de 183? hecha en Madrid. 14. Sobre t o d o lo anterior de este parágrafo m,ís detalles en el prólogo del autor del presente trabajo a su edición de los Tratados de Juan Benito Díaz de Gamarra, Biblioteca de! Estudiante Universitario, 6 5 , México, 1947. 15. Cf B. Navarro, op. cil. pp. 261 ss. 16. La fundamentación de las ideas anteriores sólo podría ser incumbencia de una Filosofía de la Historia que no tiene cabida en el presente trabajo, 17. Op. cu., M é x i c o . 1 6 9 0 , pp. 67 y 146. 1 8, Op. cit.. p. 19. 19. La idea de estas relaciones entre Filología t Hisioria la debe el auto; del presente trabajo a una lectura de juventud, de la que puede dai aquí el nombre del autor, e! filólogo clásico alemán Otto Immisch, y el título, casa editora > lugar de publicación de la obra, h'ie studiert man Klassische Philologie'', Vjolctt. Stultgart, pero no la fecha de publicación ni las páginas. 20, Cf José M, Gallegos Rocafull, El Pensamiento Mexicano en los Siglos XVI y XVII. México 1 9 5 2 ; op. cit. de b . Navarro y L, Zea: Pairick Romanell, The Making of Aiexican Altnd, de próxima publicación en traducción española de Edmundo 0"Gorman v de c u v o contenido dio idea su aulor en un recentísimo 42 José Gaos curso de El Colegio de México; pero los cuatro autores se proponen, y logran, señalar cuanto, y cuánto, hay de original en la historia objeto de sus obras. 21. P. Henríquez Ureña. "índice biográfico de la época", en Antolo^ia del Centenario. . . Obra compilada bajo la dirección del Señor, . . Don Juiio Sierra. . . por los señores Don Luis G. Urbtna, Don Pedro Henríquez Ureña y Don Nicolás Ranee!. Primera Parte ( 1 8 0 0 - 1 8 2 1 ) . Volumen Segunda. .México. 1910. p. 661. 22. Op. ciL.p. 663, 23. Op. ciL p. 663. 24. Op. al, p. 665 25. Incluso en un solo auior. L-omo Gamarra, se hallan juntos el asenumiento, inequívoco a través de la presentación impuesta p o i las circunitancias. al Ljopernicanismo y newtoruaiusmo: el atomismo c o m o teoría de la constitución "física" de la materia "metafísica"; el rousseaunianismo en toda la primera parte. "Errores sobre la salud", de los Errores de! Enlendimienio Humano, a pesar de las declaraciones contra Rousseau en pasajes de esta obra y de los Elementa Recentioris Philosophiae. Cf. Gamarra, op. cÍL , y V. Junco, op. ciL Por lo demás, se trata de un fenómeno histórico ya señalado por Alfonso Reyes c o m o peculiar de la América Latina en general. Cf. esp. La Constelactón Americana, México, 1950. pp. 14 s. La diferente estructura y dinámica de las dos mitades del siglo XVlll no consiste sólo en la falta de pensadores en la primera y el apuiamiento de ellos en la segunda. Este apiñamiento y aquella falta sólo son manifestación de difetencias mucho más vastas y hondas, sobre las cuales cf. M. Pérez Marchand. Dos etapas ideológicas del siglo XVlll en México a través lie ¡os papeles de la Inquisición, México, 1945. 26. A paladina imitación de la de "España peregrina", arbitrada por José Bergamín para la emigración republicana española de nuestros días, c o m o título de una revista órgano para e s u emigración. Pero entre las dos emigraciones, la mexicana dei XVIII y la española actual, hay por lo m e n o s tantas diferencias importantes como semejanzas pueda haber. Para indicar lan sólo el par de las má» relacionadas con lo dicho en el texto: la republicana es d e nativos de la antigua metrópoli a las antiguas colonias; la obra llevada a cabo en éstas por aquéllos no tiene para ninguna de las dos tierras entre las cuales tiene lu^ai la emigración el mismo sentido que p a n Italia y para México la obra de los jesuítas cxpulsos de éste. Por lo demás, con la expulsión de ios jesuítas en et XVIU se trata de un liecho histórico más que extender a la América española y a Esparta y otros países aún, índice ya de su complejidad. 27. Otro caso que puede ilustrar la c o n c e p c i ó n general: concebir "España", no c o m o el pueblo "libre, feliz c independiente" que "se abrió al cartaginés incautamente" y luego al romano, y al bárbaro del Norte, y al musulmán, concepción que lleva a considerar a Viriato c o m o un héroe nacional, de ta nacionalidad "española", y a que los descendientes mestizos de celtíberos y romanos renieguen de estos últimos, o justamente de aqueQos de tus antepasados de que c o n más razón históricocultural o humana pudieran enorgullecerse; sino como etapa de un pueblo en formación, por sucesivos mestizajes, celtíberoromano, hispanonomano-visigodo, hispanogodo-moro, hispano^indio o hispanoamericano. . ., a través de distintas tierras d e peregrinación y coyunda, tierras ibéricas, tierras a m é r i c x s . . . 28. Lessing sería d máximo punto de convergencia de ambas aparentes antítesis. La historia de las ideas en México 43 29. El autor del presente trabajo se inspira aquí en trabajos todavía inéditos del Sr. Ralael Moreno. 30. A la interpretación y valoración apuntadas en el texto, que, '.ugenda por Hetníquez Ureña, op. cit.. fue dada en plenitud por el recordado Dr. D. Gabriel Méndez Planearte, Humanizas del XVIII. Biblioteca Literaria del Estudiante, 24, México, 1941, aceptada por eí autor del presente trabajo y confirmada y difundida por discípulos comunes de los dos últimos. B. Navarro, op. cii.. R. .Moreno, y aun investigadores de otras escuelas, como P. González Casanova. op. cit., han opuesto más recientemente algunos miembros del '"Grupo Filosófico Hiperión" una que llega at contrario extremo de considerar "'esta época la menos mexicana de nuestra historia" y afirmar que "la mexicanidad de que se habla" por referencia a ella "no es expresión de la realidad que rodea al hombre de México, sino su c o m p l e u negación": Leopoldo Zea. La Filosofía temo compromiso, México, 1952, p. 2Ü5. Que me permitan estos amigos, por quienes siento tanta admiración c o m o afecto, decir que pienso que su oposición de filósofos a los que consideran'suripies historiadores va demasiado lejos. Y es tanto m i s de sentir, cuanto que la posición de los "hiperiones", por principiís más "'liberal" que la de los fieles de confesiones religiosas o laicas, que también de éstas las hay, les permite hacer suyos todos los valores, hasta los que estos fieles quisieran reservarse privativamente. 31. Luis Villoro, Los grandes momentos del indigenismo en México, .México, 1950. 32. En la Histona de México, no en la Historia heciía por mexicanos, pues en csia no es precisamente menos potente ni única aquella en que articula Edmundo O'Gorman, en ¿a (t/eo t/e/ descubnmiento de América, M¿x\co. 1951, la historia de esta idea. 33. En la obra tal c o m o figura publicada quedan, pues, huellas de la historia de composición de la misma resumida en el texto, aunque sólo perceptibles como tales huellas para un conocedor de la historia, c o m o es el autor del presente trabajo por haber sido en un seminario de que está encargado donde se compuso la obra, A esta misma circunstancia se debe el haberse podido apuntar en el resumen hecho en el texto lo que excede de ias repetidas huellas. Capítulo 2 LA HISTORIA D E LA FILOSOFÍA EN MÉXICO ] l . Déla originalidad d e la historia de la filosofía en México a la originalidad de la filosofía mexicana según su histona El conflicto p l a n t e a d o entre la Historia de la Filosofía en México y la Historia de la Filosofía en general impuso una revisión crítica de las ideas acerca de la Historia de la Filosofía en general y de la manera de pensar acerca de la historia de la filosofía en México que niega la existencia d e u n a filosofía mexicana por falta de originalidad de la filosofía habida en México. La revisión de las ideas acerca de ta Historia de la Filosofía en general se amplió i n m e d i a t a m e n t e en una revisión del c o n c e p t o y los m é t o d o s de la Historia de las Ideas, también en general, a u n q u e con la vista fija en la Historia de las Ideas en México y d e n t r o de los límites perfilados p o r esta fijación de la vista. Esta revisión a c a b ó opo^niejido a la idea de la falta de originalidad de la historia de la filosofía, del p e n s a m i e n t o , de las ideas en México un par de ejemplos demostrativos de la relativa oriaiaali^ad de ¡a misma. Pues b i e n , esta última idea, de la relativa originalidad de la hisioria de la filosofía, del p e n s a m i e n t o , de las ideas en México, trae de suyo a la revisión crítica de la manera de pensar acerca de ia historia de la filosofía en México que niega la existencia de una filosofía mexicana por falla de originalidad de ¡a filosofía habida^en México. Esta manera de pensar u n p h c a la idea de que a la filosofía habida en México le falta incluso el m í n m i o de originalidad r e c o n o c i d o en las 46 José Ü J D S menos i)rii;inules de las filosofías tratadas o m e n t a d a s por la Historia de la Filusoíi'a en general. Porque la originalidad de las ("ilusofías objeto de esta Historia es una originalidadj'eiativa. No sólo en el sentido de que el concL'pio mismo de originalidad c o m p r e n d e una esencial nota de ser uriginai una cosa sólo relativamente a o t r a : en el caso, cada filosofía relativanieiitc a las anteriores y c o e t á n e a s : sino a d e m á s en otro sentido, fundado, sin d u d a , en el anterior, pero d i s t i n t o de el, y que es el que imcresa especialmente a q u í : la origmalidad d_e las distintas filosofías relativamente a las anteriores y c o e t á n e a s n o es absoluta, sino simplemente mayor o m e n o r . La grandeza de lo^ filósofos se estima, entre oTros'cnteriüs. por el del grado de su originalidad. Pues bien, ni siquiera la ori^iiiialidad de los más grandes filósofos es más q u e relativa. Basta recordar las secuencias culminantes a lo largo de la h i s t o n a entera de la filosofía: S ó c r a t e s - P l a t ó n - A r i s t ó t e l e s ; Descartes-Spinoza-Malebranclic. . . hasta Hegel, sin solución de c o n t i n u i d a d ; H u s s e r l - S c h e l e r Hcidegger-Sartre. Filosofías a b s o l u t a m e n t e originales en relación a las anleriores, no existen. Y es por lo m e n o s p r o b l e m á t i c o que las primeras filosofías, por ejemplo, la milesia. sean algo a b s o l u t a m e n t e original en relación a lo anterior a ellas en la historia._Mas la^originalidad relativa de las filosofías objeto de la Historia de la Filosofía en general tiene en csta.uR efectivo m í n i m o . Desde los filósofos relativamente más originales desciei^de el n o m b r e de "filósofos" hasta aquellos c u y a originalidad es "tan relativa", que resulta arbitrario distinguirlos de aquellos cultivadores de la Filosofía ya n o merecedores del n o m b r e , por su "falta absoluta" de originalidad, y excluidos de la Historia de la disciplina. Solo que este m í n i m o de originalidad n o está nada " m e t ó d i c a m e n t e " determinado - n i quizá sea determinable " m e t ó d i c a m e n t e " . Está determinado f u n d a m e n t a l m e n t e por la historia misma y, sobre ta base de ésta, por una c o m p a r a c i ó n , más intuitiva q u e ninguna o t r a cosa, llevada a cabo por la Historia. Los fdósofos medievales profesaban la verdad; no t a n t o prescindiendo de que fuese nueva o vieia, c u a n t o más bien creyéndola vieja, estimándola autorizada por Ta t r a J i c i ó n de a u t o r e s , y por ende repitiéndola sin e m p a c h o ni escrúpulo de r e c o n o c i m i e n t o de la propiedad intelectual. La concepción mcxiema de la verdad, c o m o serie indefinida de novedades que hay que averiguar, ha t r a í d o a la idea de ser Incluso objeto de u n deber moral la novedad de la producción intelectual, de que una o b r a que no a p o r t e nada nuevo n o merecería la publicación, ni siquiera la composición. Y así los m o d e r n o s han acabado por desvivirse ante t o d o por la originalidad - a u n a costa d e la verdad. Verdad original, miel sobre hojuelas; p e r o verdad sin originalidad, de^TíIrigLÍñá manera. El grado d e originalidad de las filosofías, abarcando, n a t u r a l m e n t e , el m í n i m o , está, pues, d e t e r m i n a d o funda- La historia de las ideas en México 47 m e n t a l m e n t e por ideas que forman parte de ellas y de los t i e m p o s correspundientes. Sobre la base de estas ideas de su t i e m p o d e t e r m i n a n c o m p a r a t i v a m e n t e los historiadores de la Filosofía la originalidad de las filosofías de los distintos tiempos de la liistoria. La inclusión de m i s o menos en la Historia con la correlativa exclusión de m e n o s o más, depende del " c r i t e r i o " adicional, pero decisivo, del formato de la obra de Historia en el caso. Mas en c u a n t o se hace memoria de los filósofos menos originales tratados o m e n t a d o s en las obras de Historia de la Filosofía más voluminosas y p o r lo mismo más detalladas, se siente exagerada, infundada, la idea de q u e a la filosofía habida en México le falle incluso el m í n i m o de originalidad reconocido en aquéllos; se siente q u e la filosofía habida e n México liene J a originalidad propia de otras filosofías coetáneas tratadas o méñrádas p o r Ía_Historia de la Filosofía en general: aun antes de toda corroboración de estos sentires p o r medio de una d e m o s t r a c i ó n - c o m o la que se va a intentar a c o n t i n u a c i ó n . La idea de_ia falta de oriKínalídad de la historia de la fdosofía, del pensamiento, de las ideas en México, estaba en los orígenes de la división q u e viene haciéndose en general de esta historia. Una división d£^la historia de la filosofía en México, articulada m e c f i a n t e c a t e ¿ o n a s ajitoclonas'''dé'^IIa, q u e paríírañ J e la implícita en la idea de la falta 3e originalidad de la filosofía habida en México, la categoría ^jp i t n p n p n . cíón, demostrará la creciente originalidad relativa de la filosofía mexicana, c o m o n o habrá razones para no decir en adelante. La categoría de importación mueve a e x a m i n a r las importaciones en cuant"o'tales, y este examen mueve a su vez a d a r a la historia de la filosofía en México una articulación m e d i a n t e categorías que demuestran c ó m o esta historia ha venido siendo la de u r u filosofía crecientemente calificable de mexicana por las mismas r a z o n « ~ p o r ' T a r ' q u e ' ' s e ' h a c e ' e ñ t r a " é n 7 a s "filosof^^^ calificadas con o t r o s ^ e í l j , ( ; ¿ q ¿ ii¿Qflfi4ps buena parte de las mismas. La originalidad relativa y crec¡e'níé*de la filosofía mexicana va a determinarse p o r lo p r o n t o mediante la misma comparación intuitiva con que la d e t e r m i n a la Historia de la Filosofía en general, a u n q u e el hacer d e su originalidad el lema rodee la intuición d e un halo de conciencia m á s c o n c e p t u a l , sobre t o d o al comparar especialmente filósofos. La revisión crítica de las ideas sobre las que t o d o lo anterior se s u s l e n u en lillimo t é r m i n o , las ideas acerca de las relaciones entre filosofía, originalidad y nacionalidad, tienen q u e quedar para lugar al que se arribará con más preparación con q u e acometerla. 12. Importación desde fuera y desde dentro, l México no habría h e c h o hasta hoy ninguna aportación a la filosofía 48 JoúCaos universal. En el dominio J e la filosofía n o habría hecho más que importar filosofías ^ t r a n j e r a s , prácticamente europeas con exclusi vidad. Es decir, los mexicanos cultivadores de la filosofía, en México o fuera de México, esto ú l t i m o c o m o , por ejemplo, algunos de los jesuítas mexicanos desterrados a Italia en 1767, y ios extranjeros cultivadores de la filosofía en México, c o m o , por ejemplo, FLa_y Alonso de la Veracruz. si n o es un a n a c r o n i s m o y iiasia una herejía considerarle c ó m o extranjero, no h a b r í a n h e c h o más que exponer, en una forma u otra, filosofías extranjeras. Pero i n m e d i a t a m e n t e se ocurre una cues t i ó n : ;,es posible que la i m p o r t a c i ó n de filosofías sea_un_hechoJiistÓTÍco tan puranienie receptivo, tan pasivo, que no implique ninguna actividad algo más q u e receptiva, por p o c o que lo sea, y que por ende pueda considerarse""cüiriolJgpcrfar/rfl. siquiera en grado m í n i m o ? . . Si se escruta la historia de la filosofía en México c o n el instrumento óptico al que puede compararse la pregunta a n t e n o r , p r o n t o se ve lo siguiente. El m o m e n t o central del siglo X V í i i ha sido en la historia de la filosofía en México un m o m e n t o capitalmente divisorio; de los que pueden llamarse el p e r í o d o d^c la i m p o r t a c i ó n desde fuera y el p e r í o d o de la h n p o r t a c i ó n desde dentro. Pero el primer^período de importación no es simplemente de una i m p o r t a c i ó n hecna por quienes vienen de fuera de México a éste, t r a y e n d o la filosofía del país de su procedencia, ni el s e g y i T ^ j ^ e r í o d o de i m p o r t a c i ó n es simplemente de importaciones hechas por personalidades del país q u e . n o sólo a la vuelta de un viaje al extranjero, sino antes de hacerlo e incluso i n d e p e n d i e n t e m e n t e de t o d o viaje al extranjero, i m p o r t a n en el país filosofías. Esta división de p e r í o d o s d e importación desde fuera y de i m p o r t a c i ó n desde d e n t r o , n o es una división geográfica, sino de "Historia del E s p í r i t u " ; el importar con espíritu de metropolitano que se traslada a la colonia o con espíritu de colonial, o'el importar con espíritu de espontaneidad, independencia y personalidad nacional y patriótica creciente. Espíritu de^ i2.ctrop'olllano que se traslada a la colonia; juzgar d e b i d o el llevar a ésta la religión y la cultura toda de la m e t r ó p o l i - o ni siquiera nacerse cuestión de cosa natural. Espújtu^dg cülonial; el de los nativos de la colonia —criollos, mestizos," i n d i o s - que aceptan las ideas y los valores de la m e t r ó p o l i , si no c o m o únicas ideas que piensen y únicos valores a que asientan, sí c o m o decisivamente p r e d o m i n a n t e s en su pensamiento > asentimiento. De este p r e d o m i n i o resulta expresiva manifestación el hecho de que "él "espíritu de "colonial siguiera con el espíritu de m e t r o p o l i t a n o que se trasladaba a la colonia la trayectoria dechnanie de! espíritu de la metrópoli misma. Mientras en ésta p u d o liaOer un Suárez, alguno no imparangonable con él. R u b i o . - p u d o vtrnir a ia colonia. Pero ésta entra en la repetición rutinaria y crecientemente La historia de las ideas en México 49 decaída de la escolástica i m p o r t a d a de la m e t r ó p o l i , cuando ésta hace lo mismo con su propia escolástica, al ir extinguiéndose en ella la fuerza creadora. Espíritu de e s p o n t a n e i d a d , independencia y ^lersonalidad nacional y p a t i i ó l i c a . t\ d e ios nativos d e ia coionia en quienes espontáneamente p r e d o m i n a n ideas y valores específicamente mexicanos en algún s e n t i d o , hasta llegar a aquellos que tienen plena conciencia de la personalidad nacional y la voluntad patriótica de lograr su independencia. Pues_bienj__el " d e s d e fuera"_k-£LJMesde d e n t r o " n o quieren decir desde fuera.P-desde d e m r o dejas (ierras de la colonia, no se refieren al espacio; quieren decir desde fuera y desde dentro del espíritu riicKicano, fuera del cual está no sólo el espíritu de m e t r o p o litano, sino también el espíritu d e colonial, mientras que d e n t r o de él está únicamente el espíritu de espontaneidad, independencia y personalidad nacional y patriótica; se trata de una nueva categoría puramente h u m a n a de la Historia. C o n ella se resuelve el reparo que sugiere la importación atribuida a los d e s t e r r a d o s : ¿qué pueden haber importado en México los desterrados de él? Los desterrados en Italia importan filosofía no mexicana en México ¿desde fuera de México o desde dentro de é P En cuanto parecen n o p o d e r sino enviada en sus obras de Italia a México, parecen no poder sino i m p o r t a r l a en México desde fuera de él; pero en c u a n t o antes de p o d e r enviarla en sus obras de Italia a Mé.xico, la importan de su medio n o m e x i c a n o en sí mismos, y ellos siguen siendo mexicanos. México, " M é x i c o p e r e g r i n o " , l a ^ m p o r j a o ^ r t M é x i c o . t a n desde d e n t r o de él c o m d ^ e s d e d e n t r o de él la i m p o r t a b a n cuantos en tierras de él se encontraban a n i m a d o s del mismo espíritu La categoría de "México p e r e g r i n o " no es sino una categoría particular > derivada de la categoría más amplia y más profunda de " e s p í r i t u m e x i c a n o " o "México c o m o un e s p í r i t u " , que es la q u e d e t e r m i n a el sentido, asimismo espiritual, de las categorías de " d e s d e f u e r a " y "desde d e n t r o " de las "importac i o n e s " base de la historia de la filosofía " e n M é x i c o " —expresión cuyo sentido sólo aJiora se abrirá en la plenitud de su autenticidad. 13. Inserción en lo naciofial y de lo nacional Pero las i m p o r t a c i o n e s h e c h a s con el espíritu de espontaneidad, independencia y personalidad nacional y patriótica han ido más allá. La i m p o r t a c i ó n de filosofías n o pod ía m e n o s de plantear el problema de su inserción en lo nacional, c o n s t i t u i d o c o m o estaba en cada m o m e n t o por t r a d f c l ó h ' ^ o r r é s p ó n ^ e n t e a éste: la solución fue h de udapiación de lo i m p o r t a d o a las peculiaridades,culturales del país en cada m o m e n t o . El caso más relevante'HeTe'mejante adaptación parece ser el cifrado por el c a m b i o del lema o dwisa del posiuvismo c o m l i a n o . orden, progreso y 50 joí¿ GJOS amor, por el lema o divisa orden, progreso y libertad en la que la libertad reemplaza ai amor de aquélla por concesión al liberalismo cuyo triunfo acaba de ser condición de posibilidad, c u a n d n menos, de la importación del positivismo.3 Pero t a m p o c o en la adaptación de lo i i n p o r t a d o a las ^jeculiaridades culturales del país se q u e d a r o n las importaciones hecnas con el indicado espíritu. Üe la inserción de lo importado en lo nacional se pasó a la imerción de lo nacional en lo itnporrado. Los o b j e t o s de la Filosofía son o abarcan en una forma u otra principios universales: a ellos d e b e , pues, la Filosofía la universalidad q u e la caracteriza. Por t a n t o , la creación o la adopción de una filosofía acarrea que el creador o el a d o p t a n t e no pueda m e n o s de concebirse incluso en la füosofia creada o adoptada. Lo que esto quiere decir lo explica el caso quizá más relevante ofrecido por la historia de la filosofía en México. Vuelve a ser caso del positivismo. Barreda no se redujo a i m p o r t a r el positivismo en México: incluyó a México en la historia universal según la ley de los tres estados de U filosofía de C o m t c ; e i n c l u y ó a México en la historia universal según esta ley nada menos que c o m o protagonista de un agón o lucha concebida c o m o decisiva del c u r s o de la historia universal. He a q u í , en efecto, estas palabras de la oración cívica que pronunció en Guanajuato el 16 de septiembre de 1867, es decir, el primer aniversario de la independencia nacional subsiguiente al triunfo de la República Mexicana sobre el Imperio de Maximiliano; " C o n c i u d a d a n o s : vosotros recordáis en este m o m e n t o , que el sol del 5 de m a y o q u e había a l u m b r a d o el cadáver de Napoleón 1, a l u m b r ó también la humillación de N a p o l e ó n III. Vosotros tenéis presente q u e , en ese glorioso d í a , el n o m b r e de Zaragoza, de ese Temístocles m e x i c a n o , se ligó para siempre c o n la idea de independencia, de civilización, de libertad y de progreso, no sólo de su patria, sino de la h u m a n i d a d . V o s o t r o s sabéis que haciendo m o r d e r el polvo en ese d í a a los genízaros de N a p o l e ó n III, a esos persas de los bordes del Sena que más audaces o más ciegos que sus precursores del Eufrates, p r e t e n d i e r o n m a t a r la a u t o n o m í a de u n continente entero y restablecer en la tierra clásica de la libertad, en el m u n d o de Colón, el principio t e o c r á t i c o d e las castas y de la sucesión en el m a n d o por m e d i o de la h e r e n c i a ; que venciendo, repito, esa cruzada de retroceso, los soldados de la República en Puebla, salvaron c o m o los de Grecia en Salamina, el porvenir del m u n d o al salvar el principio r e p u b l i c a n o que es la enseña moderna de la h u m a n i d a d . " * La histotia Uc b s ideas en México 14. Importación electiva y 5í aportativa Filosofías extrañas a un país que i m p o r t a r en él ¡lay muclias por lo menos desde que la filosofía, tras de haberse multiplicado deiiiru del m u n d o griego, traspasó los límites de aquel m u n d o . Sin en\bargo. las filosofías extrañas a México importadas en él lian sido muchas m e n o s de las que hubieran podido importarse desde los primeros tiempus de la Colonia hasta el día de hoy. Las importadas d u r a n t e toda la Colonia pueden reducirse a la escolástica - e n sus grandes escuelas tomista, escotista y s u a n s l a - desde aquellos primeros tiempos liasta la primera mitad del siglo X V i i i inclusivamente; y en la segunda mitad de este siglo, al eclecticismo e u r o p e o del mismo siglo y del anterior. Esto quiere decir que las importaciones han implicado a partir de cierto m o m e n t o una actividad de elección. Quizá un primer p e r í o d o de la historia de la filosofía en México sea el redondeado precisamente por la mera importación de la fdosofía escolástica exclusiva en la m e t r ó p o l i española, sin nada que pueda considerarse c o m o elección de una filosofía entre las muchas integrantes de la filosofía universal. Puesto que en España no se cultivaba otra filosofía que dicha escolástica, ninguna otra podían i m p o r t a r en México españoles en general, ni mexicanos de espíritu colonial. El cultivo de la escolástica en España con exclusión, incluso violenta, de cualquier otra filosofía implica, ciertamente, una elección, pero esta elección n o la implica la importación misma. Pero a partir por lo m e n o s de la mitad del siglo XV ili ya n o es lo m i s m o . Los jesuítas y los n o jesuítas, c o m o Gamarra, que hacen en la vida filosófica de la colonia las innovaciones tan estudiadas en estos años, p u d i e r o n importar por lo menos tantas filosofías cuantas eran las no eclécticas de las que sacaron la suya los eclécticos europeos Je~lbs^ siglos X V i l y X V I U : prácticamente, todas las europeas de los mismos siglos, para no hablar sino de las modernas. Es decir, que la importación Hf" filninfCr^ pp México de la segunda mitad del siglo X V I H fue una importación franca y fuertemente dectiyq. Aquellos jesuítas y no jesuítas eligen entre las muchas filosofías ya integrantes d e ía universal precisamente ta filosofía electiva o ecléctica, para importarla. Los o t r o s mayores m o m e n t o s de importación de. filosofías en México, e P d e importación de la filosofía djdjiberalismo en la primera mitad del siglo pasado, el de i m p o r t a c i ó n de la filosofía positivista en la segunda mitad del mismo siglo y el de importación de t j o s o t í a s antiposilivistas. espiritualistas, en los primeros decenios de este siglo, han sido m o m e n t o s t i ^ a l m e n t e djiactiva el ecciñ n f i l o só fica, aunque ninguna de las filosofías importadas en ellos se llame ya electiva. Ahora bien, todas e s t a s j m p o r t a c i o n e s electivas han elegido en el mismo sentido; en contra* de las f^fóso^'j^gtie' eíTVr 52 José Gaos momenli) representaban desde n)js Ü menos t i e m p o la tradición, en fa\~óf "de filosofías que el curso ulterior de la historia ha p r o b a d o que m a r c h a b a n en el sentido de la innovación y de la hegemonía; pero, a lina, con "cíeria m o d e r a c i ó n , así en relación a las filosofías innovadoras y hegemónicas. c o m o en relación a la tradicional: n o siempre fue ésta rechazada ni siquiera reemplazada t o t a l m e n t e por las elegidas, ni éstas las más extremas entre aquellas innovadoras y hegemónicas. Y sin embargo, las filosofías representativas de la tradición en cada m o m e n t o estaban a h í , hubieran p o d i d o ser electivamcme continuadas o importadas con preferencia a las innovadoras; incluso lo natural hubiera sido que las hubieran preferido personalidades, por lo m e n o s , c o m o las de los jesuítas del x v i l l y Gamarra, tan vinculadas por su carácter sacerdotal a la tradición. Y n o menos natural es que los innovadores tiendan precisamente en c u a n t o tales al e x t r e m i s m o . En una elección semejante no pueden m e n o s de operar, para decidirla, principios, no por inconscientes de quienes los aplican, menos extraños a la filosofía elegida, menos originales de quienes la eligen y, por ser principios de elección en materia de Filosofía forzosamente filosóficos ellos mismos. Se siente la tentación de decir que lo mexicano en Filosofía consistiría f u n d a m e n t a l m e n t e , a u n q u e no suprerhamenie, en semejante m o d o de elegir o m ó d u l o de preferencias filosóficas, si a no dejar caer_en^la tentación n o viniese la idea de que lo mexicano, ni en Filosofía^ n i _ e n n a d a , bien pudiera n o ser nada ya perfecto y definible, sino ser algo en confección de la propia esencia, . . En t o d o caso, el sentido unitario que i n e q u í v o c a m e n t e perfilan las importaciones de filosofía en México hechas a partir del siglo x v m inclusive tiene su razón de ser en lo radical del espíritu de espontaneidad, uidependencia y personalidad nacional y patriótica creciente con que se han h e c h o , y lo radical de este espíritu es la colectiva rolwuad de crecer o progresar precisamente en independencia y personalidad hasta la h e g e m o n í a ? . . . Pero hay más. Las importaciones de filosofía en México h e d í a s desde d e n t r o o con espíritu de e s p o n t a n e i d a d , independencia y persona! Ídad_nacional y patriótica creciente, han sido tan activamente electivas > adaptativas que, llegando a la inserción de lo nacional en lo i m p o r t a d o c o m o protagonista de un agón decisivo de! curso de la historia universa!, IcT qué irnplicá e N i i s e ñ o , siquiera, de una origina! FiIosofia~dé~ía historia patria, de la cüfiura patria, pudieran estunarse importaciones aponativas por ello -sólo, si n o hubiera lo que ha\' aún. . . Es que filosofías c o m o la filosofía de la^existencia de Caso \ la filosofía eslétjca de Vasconcelos* "para m e n c i o n a r sólo autores cu>'a filosofía está o p u e d e considerarse conclusa, tienen un grado de La historia de las ideas en México 53 consistencia y de originalidad plenamente igual al de m u c h o s pensador e s q u e figuran a niveles relativamente altos en la Historia de la Filosofía en general. Hay, pues, que concluir que las importaciones de filosofía en México han sido aportativas a la filosofía en grado no inferior al de otras m u c h a s filosofías que figuran en la historia de la Filosofía en general por sus relativas aportaciones a la filos(rfia universal. 15. Existencialismo avant la lettre Para p r o b a r la originalidad fUosófica^e Caso y de Vasconcelos, ha expuesto el filósofonorteamericano Palrick Romarién'como"erprimero se_anlicipó a Bergson y c ó m o el segundo lo ha superado.^ La evolución creadora, expresión c u l m i n a n t e de la filosofía del élan vital, es de 1907; Las dos Fuentes de la Moral y de la Religión, exposición de la " m e t a b i o l o g í a " q u e de la filosofía del clan vital ha sacado su autor, son de 1932: ya en la edición de I 9 I 9 de La Existencia como Economía, como Desinterés y como Caridad, pasa Caso de u n a filosofía de "la vida c o m o e c o n o m í a " , t í t u l o del primer c a p í t u l o , a una " m e t a b i o l o g í a " de "la existencia c o m o c a r i d a d " t í t u l o del c u a r t o c a p í t u l o . Las dos Fuentes manan para d e s e m b o c a r en el "misticismo c o m p l e t o " : éste se hallaría m u c h o m á s c o m p l e t a m e n t e en el remate místico del sistema del "monismo estético". Pero hay otra anticipación de Caso todavía más notable c o m o anticipación y c o m o prueba de originalidad filosófica: la anticipación del existencialismo. De 1916 es el m í n i m o opúsculo en que tiajo el t í t u l o de La Existencia como Economía y como Caridad recogió Caso la final de una serie de lecciones dadas en la Universidad Popular Mexicana d u r a n t e el invierno de 1915. El " E n s a y o de Cosmovisión Cristiana", c o m o lo llama el p r o p i o autor, iniciado en aquella serie de lecciones, está p r á c t i c a m e n t e concluso en la mencionada edición de 1919. con los dos c a p í t u l o s también m e n c i o n a d o s y un segundo sobre "la ciencia c o m o e c o n o m í a " , un tercero sobre "el arte c o m o desint e r é s " y un q u i n t o y ú l t i m o de "ensayo sobre la esperanza", es decir, entre 1915 y 1 9 1 9 , o p o r los años en que Gabriel Marcel va llevando su Journal Métaphysique, iniciado el l o de enero de 1914, cerrado - p r o v i s i o n a l m e n t e - el 24 de m a y o de 1923 y publicado, n a t u r a l m e n t e , después de esta fecha. La tercera >• última edición de La Existencia, de 1 9 4 3 . añade a los cinco capítulos de la anterior u n o entre e! segundo y tercero de éstos, sobre "el intuicionismo y ia teoría económica del c o n o c i m i e n t o " , dos, respectivamente sobre "el s í m b o l o \ la f o r m a " y "los valores e s t é t i c o s " , a c o n t m u a c i ó n del dedicado al " a r l e c o m o 54 José Gaos desinterés", uno final de "ensayo sobre la f e " y un par de preliminares; pero si con todas estas adiciones c o m p l e t a sistemáticamente el "ensay o " y lo enriquece en detalle, con ninguna de ellas le agrega nada más esencial que lo c o n t e n i d o ya en la edición de 1919. La referencia precisamente a Marcel se i m p o n í a , p o r q u e si hay un "existencíalismo cristiano", representado por Marcel para el público internacional interesado en la Filosofía, representante n o menos original y a u t é n t i c o de él es Caso, aunque n o lo sea ni siquiera para el público interesado por la Filosofía en su propia nación. El que Caso se inspirase desde un principio en San Agustín y en Pascal - e n Kierkegaard se inspiró sólo entre 1919 y 1 9 4 3 - no le q u i t a la o r i y n a l i d a d más de lo que se la quita a los conspicuos existencialistas de nuestros días que también se han inspirado en ellos; para ver en San Agustín. Pascal, Kierkegaard. . . el existencíalismo de nuestros días fueron menester ojos ya existencialistas en el sentido de este existenciaÜsmo de nuestros días. A Caso, c o m o a Marcel, se anticipó U n a m u n o , c u y o Del Sentimiento Trágico de la Vida está fechado en 1912, y con U n a m u n o coincide Caso en p u n t o s i m p o r t a n t e s ; n o o b s t a n t e , de la lectura no se saca la impresión de que Caso deba su "cosmovisión cristiana" a U n a m u n o . ni siquiera en los aludidos p u n t o s , sino u n a impresión bien diversa: la de que la consmovisión cristiana de Caso nació de las reacciones personales de éste al anticristianismo de Nietzsche y a o t r o s " i s m o s " más o m e n o s irreligiosos de los años de mocedad del futuro Maestro, desde luego el positivismo, y también al ambiente vaharado por la Revolución Mexicana - h a y que recordar lo que dentro de ésta representa "el invierno de 1915". Que el conterudo de La Existencia es un c o n t e n i d o cristiano n o ha menester a q u í sino de hacer presente que cristiano sí, pero no de ninguna de las Iglesias o confesiones cristianas. Una vez más en las palabras mismas del Maestro, realmente insustituibles, por su sinceridad, precisión y belleza: "El c u a r t o evangelio es la apoteosis del a m o r . El cristianismo platónico, que la tradición ha a t r i b u i d o a San J u a n , es p e r d u r a b l e . I n t e r p r e t a n d o filosóficamente la piadosa tradición, hagamos del discípulo predilecto, un símbolo d e ! Espíritu ^ a n r o , y digamos: el catolicismo es el cristianismo histórico, p o l í t i c o , organizador y salvador de Europa y su cultura en los siglos m e d i o s ; h e r e d e r o , en lo t e m p o r a l , de la forma jurídica latina, sociedad universal de inteligencias y corazones, cristianismo de P e d r o . El p r o t e s t a n t i s m o es el cristianismo germánico, individualista y sabio, enérgico y moral, adecuado al pensamiento m o d e r n o ; cristianismo de libre La hisioria de las ideas en México— 55 e x a m e n y espiritualidad intensiva, cristianismo de Pablo. Pero es posible aún o t r o cristiarusmo, m á s perfectamente esencial, una religión en la que c u a n t o n o forma parte de su íntima naturaleza, ha desaparecido; religión desligada del aluvión de incorporaciones accesorias. La historia de la humarudad va d e p u r a n d o el c o n t e n i d o del crisrianismo, volviéndolo cada vez más espiritual, m á s p r o f u n d o y exclusivamente religioso. Toda acción contingente o accidental d e s a p a r e c e , y sólo q u e d a el fondo irreductible. Cristianismo novísimo y e t e r n o , único, t r i u n f a n t e ; cristianismo de J u a n , con sus d o s enseñanzas predilectas: el a m o r al prójimo y la vida eterna; es decir, las tres virtudes divinas que son u n a sola virtud; p o r q u e c o m o dice San J u a n : El que no ama no conoce a Dios. Dios es caridad. Es claro q u e el cristianismo del Maestro en este "cristianismo de J u a n " , " m á s j j e r f e c t a m e n t e esencial", aunque carezca de Iglesia, ni siquiera sea el d e confesión alguna —o n o , sino por ser esto y p o r carecer de aquélla. Que el c o n t e n i d o de La Existencia es t o d o un sistema filosófico, a u n q u e sólo in nuce, existencialista en el sentido de este t é r m i n o de nuestros d í a s , quizá h a y a menester aún de que así se m u e s t r e . Que es t o d o u n sistema filosófico, a u n q u e sólo in nuce, bastará a mostrario el llamar la atención sobre el hecho de que los distintos grupos de c a p í t u l o s del " e n s a y o " abocetan sendas versiones de las partes de la Filosofía integrantes de un sistema cabal de ésta: "vida c o m o e c o n o m í a " , la Filosofía de la Naturaleza; ios dos c a p í t u l o s sobre la ciencia y el c o n o c i m i e n t o , la Teoría del C o n o c i m i e n t o , sobre la base de u n a T e o r í a de los Objetos; los tres c a p í t u l o s del arte a los valores estéticos, la Estética; los tres finales, respectivamente sobre cada u n a d e las virtudes teologales, la Etica y Filosofía de la ReUgión; y el c o n j u n t o , pero p a r t i c u l a r m e n t e el primero y los tres últimos, la Metafísica. El Maestro m i s m o precisó, pues, con absoluta exactitud; " e n s a y o d e cosmovisión". Que este e n s a y o es una filosofía y existencialista, se infiere d e las tesis a que p u e d e reducirse el contenido esencial del ensayo y del sentido del t é r m i n o d e n u e s t r o s d í a s . La vida es básicamente vida biológica sujeta al principio egoísta de la e c o n o m í a : " m á x i m u m de provecho c o n m í n i m u m de esfuerzo"; pero sobre esta base se alzan en la existencia h u m a n a el plano intermedio del desinterés a r t í s ü c o y el nivel sumo d e la caridad, defmible p o r el principio a b n e g a d o del sacrificio: " m á x i m u m de esfuerzo con m í n i m u m de p r o v e c h o " . La acción caritativa es la acción buena. La voluntad que la q u i e r e , n o por deber, sino p o r e n t u s i a s m o , palabra que quiere decir estar en posesión 56 }ot¿ Caos de algo divino, poseyéndolo por ser poseso de ello, es la buena voluntad. El principio por el que es definible la caridad es tan contrario al principio al que está sujeta la vida biológica, que si ésta representa el o r d e n de la naturaleza, la ejecución de una sola acción caritativa bastaría para saber por experiencia de la existencia de u n orden sobrenatural, c o n s t i t u i d o por las acciones buenas de las buenas almas humanas. El saber p o r experiencia de la existencia d e este orden sobrenatural de lo b u e n o , del Bien, no basta, sin e m b a r g o , para dar la certeza "científica" de la perduración de este o r d e n , en la inmortalidad de las buenas almas h u m a n a s - y de ellas solas; pero sí para dar la esperanza de esta p e r d u r a c i ó n , de esta inmortalidad, esperanza q u e a su vez da la fe en ella. D e la moral depende, p u e s , la religión, y la metafísica, y n o a la inversa. En las acciones buenas ejecutadas por las buenas almas h u m a n a s , en estas mismas, esperanzadas y creyentes en su inmortalidad, reside la "personificación" del Bien en el B u e n o , en Dios. Estas tesis bastan para mostrar que resumen una Lebeiisanschauung conducente a u n a Weltanschauung metafísica, articulada conceptual y discursivam e n t e , o sea, una filosofía en el más a u t é n t i c o sentido tradicional de la palabra. Los orígenes k a n t i a n o s de ella resultarán patentes - p e r o t a m b i é n lo original de ella relativamente a la del mismo Kant. En t o d o caso, se trata de una filosofía existencialista en el sentido más riguroso d a d o a este término en nuestros d í a s , si este sentido es el de u n filosofar que t o m a por p u n t o de partida la existencia h u m a n a en lo más peculiar de ella (su esencia, su ser, o n t o l o g í a fundamental) para llegar a una Welíúnsdiauung, una metafísica ( o n t o l o g í a general y teología o ateologia, racionalista o irracionalista); y que tiene su centro en una c o n c e p c i ó n de lo más peculiar de la existencia h u m a n a y de la consiguiente conexión de ésta con lo que h a y a más allá de ella mediante categorías - o " e x i s t e n c i a r i o s " - de indeterminismo ontológico y gnoseológico, c o m o son realmente los c o n c e p t o s centrales de Caso: la contingencia de la ejecución de la acción buena, la incertidumbre " c i e n t í f i c a " de la esperanza y de la f e 7 T a m b i é n se puede hablar de existencialismo en Vasconcelos, aunque en o t r o sentido. Vasconcelos es enemigo j u r a d o de t o d o idealismo trascendental, de t o d o " e i d e t i s m o " , de t o d o "esencialismo". De Husserl, y las distintas reacciones contra éste, desde Heidegger hasta Vasconcelos, n o pueden m e n o s de seguir direcciones, si n o convergentes, paralelas. De Hegel, a pesar de que el idealismo " o b j e t i v o " de éste qui-íre ser una fdosofía del m u n d o fenoménico c o n c r e t o en su fenomenicidad y en su concreción. Ni el divino Platón atrae una simpatía sin reservas del Maestro m e x i c a n o . Es que éste piensa que a t o d o c o n o c i m i e n t o p u r a m e n t e eidético o de las esencias del m u n d o se le La historia de las ideas en México 57 escapa éste en su realidad m i s m a , la " a r q u i t e c t u r a en m o v i m i e n t o " de sus entes individuales, singulares - y esta realidad es lo que el Maestro m e x i c a n o siente el afán irreprimible de conocer, n o ya en el solo sentido gnoseológico, sino en el mismísimo sentido bíblico de la palabra, para lo cual necesita de un órgano más que puramente gnoseológico, que e n c u e n t r a en la estética y ta mística. Aquel antiesencialismo tiene, pues, u n a vez más el "esencial" correlato de la afirmación de los entes en su real, individual, singular, pero también trabada existencia, y de la invención del m é t o d o "irracionalista" y " p r a c t i c i s t a " - p o r n o decir "pragmatista"—, ú n i c o p o t e n t e para poseer los entes en esa su existencia: un existencíalismo, si no en el sentido de la negación absoluta de las esencias, a la que n o llega Vasconcelos, sí en un sentido cercano a aquel en que algunos tomistas de nuestros días se esfuerzan por presentar ia filosofía de Santo T o m á s c o m o una filosofía de la existencia, y aun la más rigurosa y por ende más auténtica de t o d a s , por incidir entera en explicar el esse de los entes creados, realmente distinto de su essentia. por el acto creador del Ente cuya essentia es el esse. 8 16. La doble originalidad de la füosofia mexicana El c o n t e n i d o de los párrafos anteriores fuer ; a reconocer en la füosofia mexicana una originalidad doble. Existen filosofías originales de mexicanos, e: el doble sentido de debidas a mexicanos y de nuevas relativamente a las debidas a no m e x i c a n o s , en los mismos grados en que éstas son nuevas las unas relativamente a las otras según su dirección y su t i e m p o : los escolásticos m e x i c a n o s refunden y repiten c o m o los escolásticos en general; los eclécticos mexicanos eligen y funden c o m o los eclécticos también en general: los filósofos m e x i c a n o s de nuestros días elaboran, sobre la base de unos u otros clásicos y siguiendo a unos c o n t e m p o r á n e o s y coincid i e n d o c o n o t r o s , fdosofías._tan personaigs por lo menos c o m o las de t a n t o s de éstos tratados o m e n t a d o s en ta Historia de la Filosofía c o n t e m p o r á n e a en general. Pero n o consiste en el d o b l e sentido indicado lajjoble o n a i i u l i d a d anunciada. Esta consiste en la puntualizada en el aparte anterior y en la que se va a p u n t u a l i z a r en el presente. Las filosofías originales de mexica^nos integran una filosofía mexicana original relativamente a las "3emás filosofías i r a d i c i o n a l m e n t e calificadas o f u n d a d a m e n t e calificables con un gentilicio asimismo de nacionalidad. Esta segunda originalidad p r e s u p o n e , pues, aquella primera, pero n o se agola en ella, ¿i n o existen filosofías originales de fdósofos de una nacionalidad. 58 José Gaos tampcKO existe una filosofía calificable con el gentilicio de esta nacionalidad; pero las filosofías originales de los filósofos de distintas nacionalidades presentan rasgos p o r los cuales se distinguen las de los filósofos _de cada nacionalidad de las de los filósofos de las demás nacionalidades: rasgos, p u e s , al par típicos de las filosofías de tos fdósofos de cada nacionalidad y característicos de las filosofías de los filósofos de cada nacionalidad a distinción de las füosofías de los filósofos de las demás nacionalidades. A s í , son lugares c o m u n e s el_eidetismo de la filosofía griega, el racionalismo de la francesa, el em£irism^ de la inglesa, el pragmatismo c o m o fdosofía peculiarmente norteamericana, y se p o d r í a señalar la índole " t r a s c e n d e n t a l " de las filosofías alemanas, desde las idealistas clásicas hasta las existenciaÜstas de nuestros días, en el sentido de q u e todas persiguen condiciones subjetivas, en alguna acepción, de posibilidad de algo, o también en alguna acepción, objetivo. La primera origmalidad queda d e n t r o d e l á m b i t o de la historia de la filosofía - y , p o r u l t i m o , de la Historia de la Filosofía. L a ^ g u r i d a orig¿fl4lÍ¿ad se presenta c o m o parte d e la originalidad de las culturas relativamente unas a o t r a s o c o m o objeto de la Filosofía deja Cultura. Para justipreciar la primera originalidad e n lá^ filosofía mexicana ha resultado necesaria u n a articulación de la historia d e esta filosofía mediante categorías a u t ó c t o n a s de ella, d e n t r o de una revisión crítica no sólo de la^ Historia de la FUosofía en general, sino incluso de la Historia de las.Ideas, más en general a ú n . Para justipreciar la segunda originalidad en la misma filosofía n o resultará necesario precisamente m u c h o m e n o s . De i n m e d i a t o se presenta c o m o diferente según los distintos términos de c o m p a r a c i ó n posibles. La filosofía de los países hispanoamericanos y d e España presenta rasgós"t^ccg~de.toda ella: la preferencia p o r los temas y problemas sueltos sobfe lóTsistemas, p o r las formas d e p e n s a m i e n t o y de expresión más libres y bellas sobre las m á s metódicas y científicas, el gusto p o r las orales, el " p o l i t i c i s m o " y el " p e d a g o g i s m o " distinrivos de los " p e n s a d o r e s " , categoría peculiar de la cultura de estos países.^ Estos rasgos la unifican, pues, caracterizándola a diferencia de las filosofías de los países "clásicos" de la filosofía, la antigua Grecia, las m o d e r n a s Italia, Francia. Inglaterra, Alemania, para nombrarlos en el o r d e n de su sucesiva h e g e m o n í a en el m u n d o de la filosofía. Consecuencia: la distinción o diferenciación de cualquiera de las primeras, mexicana, argentina o española, respecto de las segundas, parece más patente y hacedera que la de dos cualesquiera de las primeras entre s í . Desde el principio de este trabajo se hizo u n a indicación en este sentido. Y así, p o r ejemplo, el modo de elegir o módulo de preferencias filosóficas en que se sentía la tentación de decir La hisioria de las ideal en México 59 que consistiría f u n d a m e n i a J m e n i e lo mexicano en Filosofía {J 1 4 ) , quizá n o sea exclusivo de México: en el mismo sentido q u e éste han elegido en m a t e r i a de Filosofía otros países hispanoamericanos en que también se han sucedido escolástica, e c l e c t i c i s m o . . . positivismo, bergsonismo. . . La distinción o diferenciación de la filosofía hispanoamericana respecto a la norteamericana resulta complicada por el ser cada u n a de las dos peculiar a su manera relativamente a aquellas filosofías de los países " c l á s i c o s " d e la filosofía. Para resolver t o d o s los problemas q u e plantean los hechos q u e se acaban de a p u n t a r , se e n c u e n t r a en peor situación a ú n q u e aquella en que se encontraba para resolver los suyos la Hisioria de la Füosofia en México, n o ya la Filosofía de la Cjr^Uura Mexicana, sino incluso la Filosofía de la Cultura Americana; y no p o r q u e estas disciplinas no e x í s G K ' ó ' á p í i í á s r s i n o ' p o r q u e la q u e existe, la Filosofía de la Cultura en general, es, ajíesar de este n o m b r e , en realidad, u n a Filosofía de la Cultura europea y de ta restante h u m a n a , c u a n d o lo es, vista desde la europea: o y a culturas enteras, c o m o precisamente las de los países hispanoamericanos, aborígenes y posteriores, n o existen para ella, o ya ella n o cuenta con categorías a d e c u a d a s para estas culturas, p o r ejemplo, "cultura criolla". En la Filosofía de la Cultura existente anda Asia mejor q u e América, salvo un t a n t o los E s t a d ó s U ñ i d o ? . El cnciiéñtro dé'O'riehte y Occidente ha p r e o c u p a d o a los fdósofos europeos antes que a los norteamericanos. La América del Sur - a l Sur de los Estados U r u d o s - ha p r e o c u p a d o a ciertas especies de sabios o investigadores de ambos m u n d o s , pero no a los filósofos stricto sensu de ninguno de ambos, con excepción de algunos de la propia América de! Sur, t a m p o c o de todos. Mas la situación está c a m b i a n d o . En. todo caso,.labor no. menos i m p o r t a n t e y urgente q u e la de llevar a término la cabal Historia de las Ideas en México es la de d a r ^ o m i e n z o a una Filosofía de 1:^ Cultura apta para hacer justicia a c u l t ú r a s c o m o las integrantes'üe la mexicana. 17. De la negación a la afirmación de la filosofía mexicana de la existencia En vista del c o n t e n i d o de los parágrafos anteriores, n o se puede menos de considerar la ney^t^ión de la^existencia de,.una filosofía original de nwxrcáTfÓs~y original relativamente a la original j l e n o mexicanos c o m o la ne¿ac_Lón_de_un.he.(;ho - y una negación semejante plantea el p r o b l e m a de sus " m o t i v o s " , q u e no " r a z o n e s " , pues q u e , siendo la única " r a z ó n " de la negación de la existencia de u n hecho su úiexistencia, han de ser "sinrazones", que "mueven" a los h o m b r e s tanto c o m o las " r a z o n e s " , si n o más. 60 José Gaos El motivo n o es la absoluta ignorancia de la filosofía de mexicanos. Seguramente que la m a y o r í a de los liistoriadores de la filosofía c o n t e m p o r á n e a que ni siquiera mientan a un Caso y un Vasconcelos ignoran hasta estos n o m b r e s ; pero algunos p o d r í a n saber más o menos de semejantes Maestros, y sin embargo ni siquiera los mientan. . . Seguramente, también, q u e los hbros de Historia de la Filosofía Universal publicados p o r mexicanos, entre ellos los dos Maestros acabados de nombrar.lO y los Übros de Historia de la Filosofía, del P e n s a m i e n t o , de las ideas en México no son más c o n o c i d o s que la filosofía mexicana; pero el c o n o c i m i e n t o de ésta que p u e d e lograrse por m e d i o de ellos depende de la figura hecha en eÜos p o r aquella. . . En cualquier caso, n o t o d o s los q u e niegan la existencia de una filosofía de m e x i c a n o s q u e sea original relativamente a la de n o mexicanos, ignoran en a b s o l u t o la primera; más bien lo contrario: t o d o s los q u e niegan la existencia de u n a filosofía de mexicanos que sea original relativamente a_la3J"ño~liexicáñÓs7'ign6^ es"ta ignorancia a un c o n o c i m i e n t o sólo " r e l a t i v o " de la filosofía de mexicaríoC a sabe^r^ insuficiente para reconocer su originalidad, suficiente para poder negar ésta. Este conocimiento sólo relativo de la filosofía de mexicanos y la negación de la originalidad de ésta se mueven entre paradójicos ext r e m o s . No es q u e se estudie y critique la filosofía de mexicanos lo mismo q u e la de no mexicanos y que el resultado sea el negativo de referencia, d e suerte q u e para lograr el correspondiente resultado positivo fuese menester estudiar y criticar la filosofía de m e x i c a n o s a su m o d o ; es j u s t o t o d o lo contrario: q u e n o se_estudia y critica la filosp/'a de_mexicanos lo mismo q u e se estudia y critica la de no mexicanos. No se " e s t u d i a " la filosofía J é mexicanos, c o m o se ' ' e s t u d i a " la de n o m e x i c a n o s ; p e r o , en c a m b i o , se aplican m u c h o más rigurosamente que a ésta a aquélla los criterios de^rígirialidáH y de la Filosofía: si se aplicasen a la filosofía de n o mexicanos con t a n t o rigor c o m o se aphcan a la de mexicanos, se descubriría, con decepción o con satisfacción, en t o d o caso con sorpresa y admiración, q u e ni los más grandes filósofos son tan sistemáticos ni metódicos como se piensa o se dice y que la m a y o r í a de los menores n o son más originales relativamente a los más grandes ni entre sí que los m e x i c a n o s relativamente a u n o s y a o t r o s y t a m b i é n entre sí. Esta manera de no estudiar ni criticar la fdosofía de m e x i c a n o s lo mismo q u e la de no mexicanos es precisamente lo que da por resultado la negación de la originalidad de la primera relativamente a la segunda. El estudiar y criticar la primera lo mismo q u e la segunda da p o r resultado más bien el de los parágrafos anteriores del presente t r a b a j o . ' ^ fta negación de la originalidad de la fdosofía de me- Lt historia de tas ideas en México 61 xicanos no es subsecuente al "estudio'" de ella, sino previa a él. Es precisamente lo q u e disuade del " e s t u d i o " q u e la reconocería. Y lo que ha sugerido la idea de estudiarla y criticarla a su m o d o para lograr el c o n e s p o n d i e n t e resultado positivo, idea q u e implica realmente U de que estudiarla y criticarla lo m i s m o que la de no mexicanos es lo que da o daría el resultado negativo. Y aquello con que se justifican para ni siquiera mentarla los obligados por deber profesional a conocerla y tratarla. Y aquello con lo q u e los mexicanos mismos han cooperado a t o d o lo anterior p o r parte d e los n o mexicanos. Tan paradójicos e x t r e m o s n o tienen a su vez los motivos en nada específicamente relativo a la filosofía mexicana, sino en toda una situación histórica. La ignorancia de la filosofía hispanoamericana n o es privativa de los países europeosj en los h i s p a n o a m e r i c a n o s n o se cgnoce^corno de|)iera el pensaniiento de los d e m á s . La cultura europea se cultiva en los países hispanoamericanos más q u e la de los demás de ellos, si n o más que la propia. La dependencia p o l í t i c a en que América estuvo de Europa y la cultural e n q u e ha e s t a d o hasta nuestros días, generalizó n o sólo en Europa, sino en esta misma América, ya una ignorancia, ya un menosprecio de la'cLiTfúra arñericana, que han ido m u c h o más allá de c u a n t o en o t r o F d i ^ s ' p u d o estar justificado. Caso singular deljmperialjsmo cultura] de E u r o p a a que ya se h u b o de hacer referencia. Las relaciones entre el p o d e r político de los países y su cultura son complejas. A la h e g e m o n í a política acompaña la cultural - e n casos. El poder político puede arbitrar recursos que fomenten la cultura y ésta puede suministrarlos a a q u é l : a p r o v e c h a m i e n t o de los servicios de los sabios europeos por los Estados Unidos en los últimos años. La dependencia pp|i^{;a p u e d e p o n e r trabas al desarrollo cultural y este promover la i n d e p e n d e n c i a política: España veda entrada e impresión de libros en sus colonias americanas, a pesar de lo cual los progresos de la cultura en éstas son a n t e c e d e n t e positivo de su independencia. Pero en otros casos n o han a n d a d o j u n t a s ambas h e g e m o n í a s . Pueblos hegemórücos p o l í t i c a m e n t e n o lo son en la. cultura: R o m a , cid tu raímente apéndice de Grecia, con t o d o y sus creaciones más originales e i m p o r t a n t e s , c o m o el d e r e c h o . Otros pucblos_^llegan_ajahegemonía cultural sin llegar a la j ) p l í t i c a : Alemania eñ los días de sus glorias clásicas y en los nuestros h a s t a el de hoy. La h e g e m o n í a cultural es en pane^ciiestlüh de densidad de creadores de cultura, y ésta a su vez de densidad de población en posible función deT^poder político. Sin embargo, el s u m o creador de cultura puede darse c o m o caso aislado, y hasta en u n l n e U i o p o l í t i c o o ciiTlÜral al que puede ser m u y ajeno por naturaleza o que p u e d e estar m u y a desmvel de su altura. El m i e m b r o 62 José Gaos Je una famiüa de j u d í o s o n u n d o s de un p a í s y refugiados en o t r o , cuya lengua no llega a d o m i n a r nunca, p u e d e llamarse Spinoza. El m á x i m o p o e t a de toda una época de una de las grandes literaturas del m u n d o puede nacer en Metapa de Nicaragua. Las cosas h u m a n a s no están sujetas a leyes CQmo_aQ[uei]£s a q u e lo están las naturales - y _ l a s p u r a m e n t e ideales Por lo mismo, las ciencias e x a c t a s y naturales disponen de c n t e n o s de valoración más i n d e p e n d i e n t e s de las circunstancias h u m a n a s que las disciplinas h u m a n a s . Ellas mismas son más independientes de tales circunstancias q u e las disciplinas c u y o apellido es índice de su dependencia de éstas. A pesar de t o d o lo cual, n o sólo se tiende a sobreestimar la cultura toda de los países circunstancialmente más poderosos, sino a menospreciar i g u a l m e n t e t o d a la de los que lo son menos en las mismas circunstancias. Y ello así en los p r i m e r o s c o m o en los segundos. La necesidad de c o n t a r con los p o d e r o s o s , que afecta t a n t o a estos mismos c u a n t o a los q u e n o lo s o n , vuelve la atención de cada u n o de los p o d e r o s o s hacia los d e m á s y hacia todos ellos la atención de los que no son p o d e r o s o s . A u n q u e t a m b i é n es regla la complacencia de cada u n o de los p o d e r o s o s en si m i s m o y n o excepción iinica el orgullo nacional por el caso aislado, c o m o el de España por Cajal. Por algo se e m p e z ó diciendo q u e las relaciones entre el poder político denlos p a i V s y su* cultura sb'n"complejas. Mas. en general, los juicios de valor p r o n u n c i a d o s por los m i e m b r o s de los países hegemónicos culturalmentg son repetidos por los m i e m b r o s de los demás, aun en los casos de injusticia: es un ingrediente d e la h e g e m o n í a de los primeros países sobre los segundos. En particular, los m i e m b r o s de los primeros tienden a ignorar la cultura de los segundos y los miembros de éstos a cultivar más la cultura ajena q u e la p r o p i a . Resultado es un círculo en que la ignorancia de la c u l t u r a de los países poco o nada poderosos políticamente por los m i e m b r o s de los q u e lo son más autoriza a los miembros de los primeros a u n m e n o s p r e c i o y descuido de la propia q u e a su vez justifica a los ojos de los segundos su ignorancia. Finalmente, el poder tiene e n t r e los h o m b r e s un prestigio inmune a las variaciones de la distancia, m i e n t r a s q u e la cercanía corroe lo n o prestigiado por el poder - y así, los e s t u d i a n t e s mexicanos de Filosofía n o suelen pensar en buscar ni siquiera en los m á x i m o s filósüfos de su país lo que suelen creer e n c o n t r a r incluso en m í n i m o s profesores de la disciplina, pero que, ah, el u n o es d e ia S o r b o n a , el o t r o ni de Academia de historia tan egregia.' Mas la shuación está cambiando y a gran velocidad. Por lo p r o n t o , de h e c h o . La Europa política y c u l t u r a l m e n t e h e g e m ó n i c a hasta hace unos a ñ o s , desde ellos ha perdido ta h e g e m o n í a política y está en trance, de perder la cultural. El país americano q u e la ha r e e m p l a z a d o en la La historia de las ideas en México ^^ h e g e m o n í a política es el gran beneficiario del cambio incluso en los dominios de la c u l t u r a . Sus filósofos son los m i s m o s que hace un cuarto de siglo, pero m u c h o m á s tenidos en c u e n t a que hace un cuarto de siglo d e n t r o de la filosofía y sobre t o d o fuera de ella. Pero del cambio n o dejan de ser beneficiarios menores los d e m á s países de América. La solidaridad p a n a m e r i c a n a les hace sentirse parte de la América que parece"h"áb"er e m p e z a d o a convertir en presente su pasado destino de futuro del m u n d o . Pero a u n q u e no existiese la solidaridad panamericana, algunos de ellos, p o r lo m e n o s , se sentirían señeramente crecidos frente a Europa: les bastaría c o n t e m p l a r el espectáculo presentado por ésta y e x p e r i m e n t a r los pujes de su p r o p i o desarrollo. Mas del cambio no se dan c u e n t a sólo los americanos; se la dan también los europeos, a u n q u e , n a t u r a l m e n t e , les cueste más trabajo: p o r q u e el darse cuenta del cambio n o es simple reflejo de él, sino factor de él. Pero los países americanos h a r í a n mal en contentarse c o n el cambio de h e c h o . Sólo harán bien esforzándose por lograr el cambio de principios: la superación, que lo sería, d e la sumisión d e las valoraciones culturales a las políticas por una emancipación de las primeras respecto de las segundas. Tema i m p o r t a n t e para la Filosofía de la C u l t u ^ a m e r i c a n a propugnada al final del parágrafo anterior. Al m e n o s los países hispanoamericanos ijnicamente así serían fieles a Ta u t o p i a concebida para norte de su historia por sus pensadores. 18. Sinopsis caíegoriai Lo e x p u e s t o en los d o s parágrafos anteriores significa que las categorías con que en los parágrafos 12 a 14 se ensayó articular la historia de la fdosofía mexicana requieren u n c o m p l e m e n t o . Las categorías propuestas en aquellos parágrafos han de crunarcarse en otras más amplias. No hay sólo un p e r í o d o colonial y o t r o de independencia, entendidos en sentido p o l í t i c o . La independencia p o l í t i c a respecto d e España no fue a c o m p a ñ a d a de la independencia cultural respecto de Europa. Esta independencia sólo en la actualidad se incoa. Hay, pues, que modificar aquellos p e r í o d o s en el sentido de u n p e r í o d o de colonia política de España y cultural de Europa y o t r o p e r í o d o , de independencia política y colonia cultural de Europa, y que incluir a m b o s en una época de la colonia política y cultural o sólo cultural de Europa, a la que oponer la época de la independencia política y cultural respecto de Europa que se incoa en la actualidad. Estas modificaciones y c o m p l e m e n t o s a la división primeramente propuesta hacen notar que hay distintas especies de coloniajes e independencias: políticos y culturales. Y el notar e s t o , hace reparar en 64 ¡osé Gaos lo distinta que de todas las independencias posteriores a la conquista es la independencia anterior a ella: a u n q u e sólo fuera porque no es p r e c i s a m e n ' e lo m i s m o ser liberio que i n g e n u o , ni civil, ni política, ni c u l i u r a i m e n t e . H a y , p u e s , q u e incluir a su vez tas dos épocas antes opuestas en una edad posterior a la c o n q u i s t a , a la que anteponer una edad anterior a la conquista - e n la que se plantea el problema de la existencia de la filosofía. La solución d e p e n d e de los sentidos de este t é n n i n o . Pero si, en vista de alguno, por lo m e n o s , de ellos, la solución del problema es afirmativa, se plantea el nuevo p r o b l e m a de la influencia de la filosofía de la edad anterior a la c o n q u i s t a en la de la edad posterior.13 En suma, he a q u í una sinopsis de todas las categorías hasta a q u í propuestas para articular la historia - y la H i s t o r i a - de la filosofía, del p e n s a m i e n t o , de las ideas en México. Edad anterior a la conquista. Edad posterior a la conquista. Época de la colonia política y cultural o sólo cultural de E u r o p a . P e r i o d o de la colonia política de Espai^a y cultural de Europa. Importación desde fuera o con espíritu de m e t r o p o l i t a n o o de columal. P e r í o d o de la independencia política y la colonia cultural de EuropaI m p o r t a c i ó n desde dentro o con espíritu de espontaneidad e independencia nacional y p a t n ó t i c a . I m p o r t a c i ó n electiva. Inserción en lo nacional. Inserción de lo nacional. I m p o r t a c i ó n aportaiiva. Época de la i n d e p e n d e n c i a política y cultural respecto de E u r o p a . Estas categorías son susceptibles de perfeccionamiento por rectificación y , quizá sobre t o d o , m a y o r detalle, pero ellas u otras análogas parecen de obligada aplicación en la Historia de la Filosofía, del Pensamienlo, de ias ideas en Mé.xico,14 a la q u e es p u n t o de volver de nuevo más d i r e c t a m e n t e . 19, El cultivo de la Historia de las ¡deas en México hs un h e c h o , E! p r i m e r o de los dos hechos p u m o de partida del presente trabajo. Perfectible en el sentido de lo e x p u e s t o y p r o p u e s t o La historia de Us ideas en México 65 hasta a q u í . Y a ú n d e lo que se va a decir para concluir esta primera parte del trabajo. El h e c h o tiene sus razones de ser —esta vez son " r a z o n e s " , aunque algunas sean " m o t i v o s " y hasta intereses. C»esdc luego p u e d e invocarse la originaria d e t o d a " h i s t o r i a " , según la " t e o r í a " m á s venerable de todas: el afán de saber —la "fUosofia". Pero aun c o n c e d i e n d o a esta teoría que el afán d e saber sea por sí solo bastante para mover a " h i s t o r i a r " , n o es b a s t a n t e específico para dar razón del historiar las ideas en México. Mejor es aducir las razones efectivas, que resultarán la debida mezcla de específicas y universales, p a r t i e n d o de las más m o d e s t a s para llegar a las más i m p o r t a n t e s . A los jóvenes en busca de temas de tesis para graduarse en Filosofía p u d o recomendárseles el preferirlos de Historia de las Ideas en México por algunas razones, reducibles en definitiva a dos cardinales. Es i m p r u d e n t e n o atenerse a lo asequible con los medios disponibles: libros y en general d o c u m e n t o s m a t e r i a l m e n t e al alcance, lenguas "legibles", circunstancias conocidas por experiencia directa con las que comprender y explicar lo r o d e a d o de ellas. Una tesis sobre alguna figura del eclecticismo antiguo, para estar a t o n o con Alemania, d o n d e se recomendaba dejar los trillados temas de la Grecia clásica por los incultos y pro m e t e d o r e s del m u n d o heleníst ico-romano, requiere leer el latín y el griego, disponer n o ya de inéditos, sino de publicaciones de q u e n o se d i s p o n e , y a lo mejor saber arqueología siríaca. Es más fácil y segura una tesis sobre el eclecticismo de los siglos x v n y X V U i : todos los libros indispensables acaban por encontrarse en las bibliotecas nacionales; basta leer el latín o lenguas m o d e r n a s , de las que entran en los planes de enseñanza más generalizados; y se puede c o n t e m p l a r arte barroco o neoclásico y participar en el c u l t o católico o protestante de paso para et lugar d e trabajo o en este jriisnio. Y la Historia es, c o m p a r a d a con ía Filosofía p u r a , c o m o la tierra c o m p a r a d a c o n la Bolsa: los lucros de Bolsa y Filosofía son especulativos y azarosos; los frutos de tierra e Historia r e c o m p e n s a n m u c h o más seguramente el cultivo, el trabajo. Es experiencia de seminario de Historia de las Ideas la de que sus m i e m b r o s pasen por dos etapas comparables a algunas de la experiencia mística. En e l . p r i n c i p i o la desolación, la sequedad del no servir el l e m a , p o r q u e n o da de sí nada, ni para desarrollarlo se encuentra nada. Pero se persevera en el trabajo y sobreviene el d e s b o r d a m i e n t o , el no saber qué hacer con el material a c u m u l a d o , c ó m o manejario, ordenarlo, e n c u a d r a r l o . Quien pensara no t e n e r para doscientas cincuenta páginas c o n la historia entera de un " i s m o " en México, las llena con la historia del " i s m o " d u r a n t e un decenio o con una figura representativa del " i s m o " . La " r e a l i d a d " prolifera, c o m o bajo ia reja 66 Josc C J O Í surcante, bajo el ojo a t e n t o ; y aún más q u e bajo aquélla, bajo éste: en el detalle indefinidamente escrutable de su t e x t u r a infinita. Las " i d e a s " son volanderas, hay que cazarlas al vuelo, y n o t o d o s los espíritus, sino los menos, son suficientemente ingrávidos, alados y cetreros para cazas de altanería. Pero una cosa es dirigir la " i n v e s t i g a c i ó n " hacia la circunstancia inmediata y otra no cuidarse en a b s o l u t o de la Historia de la Filosofía, del Pensamienlo. de las Ideas, en general. Conocer esta Historia y iiasta investigar la historia c o r r e s p o n d i e n t e es indispensable a la investigación de la historia de la filosofía, del p e n s a m i e n t o , de las ideas en México, por las relaciones dé esta historia con aquélla, y para ver estas relaciones bajo el p u n t o de vista m e x i c a n o , tan justificado, por igualmente h u m a n o , c o m o el de cualquier o l r a nacionalidad. Y se debe exponer la historia de la filosofía, del p e n s a m i e n t o , de las ideas en México en sus relaciones con la c o r r e s p o n d i e n t e historia en general vistas bajo el punto de vista m e x i c a n o , y aun la historia de la filosofía, del pensamiento, de las ideas, en general, con la correspondiente mexicana en su sitio bajo el mismo p u n t o de vista, para que lleguen a conocerse y justipreciarse inlernacionalmente la filosofía, el pensam i e n t o , las ideas mexicanas o habidas en México. No sólo los jóvenes, sino los m a d u r o s afanosos de crear una filosofía mexicana - s o b r e el s u p u e s t o , más e x p l í c i t o o más inconsciente, de no h a b e d a - se han vuelto hacia la historia de la filosofía en México e s p o n t á n e a m e n t e , aunque algunos d e los jóvenes hayan e n t r a d o después en dimes y diretes con c o m p a ñ e r o s de generación por mor de si la Historia sin Filosofía y la Filosofía sin Historia sirven o no sirven para una filosofía de ente tan histórico c o m o el m e x i c a n o . La espontaneidad de aquella vuelta fue d e b i d a a d o s razones tan potísimas c o m o las esenciales relaciones existentes entre la Filosofía y la Historia de la Filosofía, ambas en general, y en especial el esencial "historic i s m o " , no sólo la esencial " h i s t o r i c i d a d " , de t o d a filosofía del ente esencialmente histórico. Si los negadores de la existencia de una filosofía mexicana, a pesar de ello han cultivado la Historia de la Filosofía en México, ha sido por pensar que ésta da a c o n o c e r una parte d e la historia de México y que éste debe conocerse a s í mismo lo más í n t e g r a m e n t e posible; más en general, el cultivo de laJjistoria_de_las Ideas en México es medio de cpíi2cetse_cada_vez más a u t é n t i c a m e n t e a s í m i s m o este país. Pero no sólo de conocerse, sino también de revalorarse más j u s t a m e n t e , c o m o bien puede colegirse del presente t r a b a j o . Ni sólo de conocerse y revalorarse, sino, y más f u n d a m e n t a l m e n t e , de seguir confeccionándose, perfeccionándose a sí mismo h i s t ó r i c a m e n t e . Del actual cultivo de U Historia de las Ideas en México es la razón más ancha y h o n d a el LJ historia de las ideas en México 67 proceso de c o n o c t m i e n i o de sí mismo, propia estimación y confección y perfección de sí p r o p i o en que existe h i s t ó r i c a m e n t e México en el m u n d o de nuestros días. Proceso sobre el espíritu a n i m a d o r del cual se dirá lo p e r t i n e n t e en más a d e c u a d o lugar (en la segunda p a r t e ) dei presente trabajo. 20, La "hisroñzación"de la Historia Gamarra murió en 1 7 8 3 . En vida de él lo m i e n t a n en sus escritos o los c o m p o n e n sobre él G r a n a d o s y Gálvez, Tresguerras y Quixano Zavala. a u n q u e éste bien pudiera ser el propio Gamarra. Con estas menciones y escritos puede agruparse la necrología publicada por Álzate en su Gaceta de Literatura de 1790. Luego, un siglo según parece de olvido, i n t e r r u m p i d o sólo por los artículos bibliográficos de Beristáin y de Dávila, hasta el primer centenario de la m u e r t e del füipense. En el año del centenario se inicia la publicación de la serie de referencias o trabajos de Sosa (el 8 3 ) , León (el 8 4 ) , Rivera (el 8 5 ) , 3osé F e r n a n d o Ramírez (el 8 8 ) y García Cubas (el 8 9 ) . Una década larga más de olvido y otra igual de nuevo r e c u e r d o : si no fuese por León (en 1 9 0 2 ) , abierta y cerrada por Valverde Téllez (en 1904 y 1 9 1 3 , respectivamentej y en el medio Osores (en 8), Leduc y Lara Pardo (en 10) y José Toribig Medina (en 11). Un c u a r t o de siglo de nuevo olvido i n t e r r u m p i d o fugazmente al cabo de su prhner tercio (en 1921 y 22) por R o m e r o Flores y Loureda. Quince aiíos m á s , y de 1937 a 1944, el a ñ o a n t e r i o r al del segundo c e n t e n a r i o del nacimiento del filósofo, Vasconcelos (en 37), de la Maza (en 3 9 ) , Alfonso Méndez Planearte (en 39 y 4 0 ) , -Vapito Ramírez (en 4 1 ) , Caso, O ' G o r m a n (dos veces). Ramos y Fuentes Galindo (en 4 3 ) y Victoria J u n c o (en 4 4 ) . I 5 Ejemplo m u y " e x t e m o " , pero precisamente en su " e x t e r i o r i d a d " niuy expresivo, de la " h i s t o r i c i d a d " de la fama, en vida y p o s t u m a . Lo " i n t e r n o " o " í n t i m o " fuera investigar, n o sólo las razones o motivos de las rememoraciones o c o n m e m o r a c i o n e s y los olvidos alternantes, q u e en casos se traslucen a través de la " e x t e r i o r i d a d " misma de la serie - ocasiones centenarias de los recuerdos, n o estar México para centenarios en el primero del n a c i m i e n t o - , sino el sentido t o d o de las rememoraciones y c o n m e m o r a c i o n e s de cada grupo de ellas. Porque la "historicidad" de la fama consiste f u n d a m e n t a l m e n t e en la c a m b i a n t e memoria de los respectivos pasados q u e van teniendo cada u n o de los sucesivos presentes y q u e con éstos mismos en su integridad van c ú n s i i t u \ e n d o la historia misma. La historia misma es memoria y olvido, según se a p u n t ó ya en el J'5. La historia misma es m e m o n a y c a m b i a n t e , a u n q u e no fuese m a s q u e 68 José Gaoj porque cada u n o de los sucesivos ptesentes tiene que hacer m e m o n a de un m o m e n t o más de pasado, con lo que la memoria histórica - q u e c o m o h u m a n a es finita, o q u e por ser de e m e finito o n o divino es precisamente memoria y n o p u r o presente y p r e s e n c i a - , para poder ir cargándose de pasado reciente, tiene que ir descargándose de pasado más o menos r e m o t o . De la memoria que es la historia misma es la especialización profesional la Historia. Del c a m b i o , de la histoncidad de la memoria lüstórica son efecto y reflejo los de la Historia. No hay sólo nueva historia para la Historia - d e 1948 acá la historia del Hiperión para ia Historia de la Filosofía M e x i c a n a - y con ello más Historia, sino de ia misma historia nueva Historia - l a s menciones, escritos, referencias y trabajos del ejemplo inicial d e este p a r á g r a f o - , y con la Historia de más y la nueva Hisioria historia de la Historia; ni sólo de la historia Historia - l o s dos ejemplos a n t e r i o r e s - , sino Historia de la Historia, memoria de sí misma de la Historia - l a enumeración de las menciones, escritos, referencias y trabajos del ejemplo inicial de este parágrafo es un embrión de Historia de la Historia de Gamarra, de una partícula de ta Historia de la Historia de las Ideas en México. L a j i i s t o r i a d^e las Ideas en_México la inicia Eguiara y Eguren en los " P r ó l o g o s ' ^ _ e su BiNioTecq^Afexicana, singularmente"elí el X V i i i . la c o n t i n ú a n Maneiro, con parte de sus VI Jas 'de Mexicanos, y los otros jesuítas del x v i i l biógrafos de pensadores mexicanos coetáneos y correligionarios, y ya en nuestros d í a s la fundan, c o m o especialidad bibliográfica Valverde Téllez, c o m o especialidad histórico-filosófica Ramos, c o m o parte de la Historia de la Filosofía Universal Caso y Vasconcelos. Lo que confirma que ¡a Historia de las Ideas, que la Hisioria en general, tiene historia, es parte de la liisioria, y por ello p u e d e y debe tener Hisioria. p a n e de ia Historia una: ta primera cláusula de este aparte acaba de ser un embrión de Historia de la Historia de las Ideas en México. La Historia de las Ideas de México debe, pues, "historizarse"". esio es, liacerse objeto de una Historia de )a Historia de las Ideas en México bien cabal. La Historia de las Ideas en México debe completarse con la Hisioria de la Historia de ias ideas en M é x i c o , ' ^ en las mismas relaciones, de c o n o c i m i e n t o , investigación y exposición, con la Historia de la Historia de las Ideas en general que tas indispensables o debidas de la Historia de lu.s Ideas en México cun la Historia de las Ideas en general 1/19). No por íiiio p o r q u e precisamente Ninguna puro gusto de complicar, que n u de completar, las cosas, éstas son i;onipIicadas y requieren ijue ^e las complete en su complicación. Hisioria, ni especial ni la Historia en general, la Hisioria La historia de Us ideas en México 69 una, puede escribirse sino en y por lo t a n l o por el presente actual de su propia historia, de la historia de la Historia. Ni este presente puede cobrar y lograr la d e b i d a conciencia plena de sí mismo sino en y por su Historia de la Historia a n t e r i o r . Esta Historia i n t e r i o r sólo existe en cuanto subsiste o persiste en el ser leída y entendida por los sujetos actuales, que la leen y e n t i e n d e n bajo los respectivos p u n t o s de vista (que se especificarán en el aparte siguiente): así, la Historia de las Ideas en México es, en este m o m e n t o , exclusivamente la inteligencia que de las Historias anteriores dei m i s m o asunto y de éste directamente tienen los actuales lectores de aquellas Historias e historiadores del a s u n t o . Elevar esta inteUgencia a Historia, sintetizando la Historia anterior en una Historia d e la Historia, es el ideal que pone el remate al ideal de la Historia una. Este ideal, d e la Historia de la Historia, revela mejor aún q u e las otras marufestaciones de la historicidad de la Historia - d e la misma historia nueva Historia, historia de la H i s t o r i a - que la Historia es obra sin más t é r m i n o q u e el de la vida individual y el de la historia de la especie. Mas toda esta historicidad de la Historia tiene su razón de ser en la historicidad q u e es la historia misma. Cada sucesivo y p r e s e n t e tiene ojos relativamente nuevos y que en c u a n t o tales c o n s t i t u y e n un p u n t o de vista relativamente nuevo; de este p u n t o de vista es correlativa una perspectiva asimismo relativamente nueva. Dentro de cada sucesivo presente se distinguen los individuos con sus ojos y p u n t o s de vista relativamente distintos en c u a n t o ingredientes c o n s t i t u t i v o s de las distintas individualidades y con las perspectivas relativamente distintas en c u a n t o conelalivas de tales ingredientes. Es m á s : en c u a n t o que los individuos son cambiantes con los sucesivos presentes d e sus vidas, van c a m b i a n d o con ellos sus p u n t o s de vista y las correlativas perspectivas a lo largo de sus vidas ( e x t r e m o de la historicidad). Lo visto en tan complejo "perspectivismo" no se reduce a lo p r e s e n t e , sino que se extiende a los respectivos pasado y futuro de cada sucesivo p r e s e n t e : así, cada sucesivo presente, cada individuo en sucesivos presentes de su vida ven a su manera los respectivos pasados y f u t u r o s . ' ^ No h a y , pues, sólo comprensión del presente por el pasado y del futuro por a m b o s , sino también del pasado por y en el presente y de a m b o s por el futuro previsto y querido por y en el presente. Esta es la razón de ser de la dependencia respecto de las ideas preconcebidas, prejuicios y simpatías y antipatías previas encontrada más de u n a vez en el primer c a p i t u l o del presente trabajo. Pero hay más. T a m p o c o sólo cada uno de los sucesivos presentes de la historia es obra del respectivo pasado y cada uno de los futuros que advienen a presentes obra del presente anterior, sino que el pasado es obra de cada uno de ¡os sucesivos presentes en vista de los respectivos ^•^ José Gaos Jiiiurüs, y en cuanto "en vista de" éstos, el pasado y los sucesivos presentes obra de los respectivos futuros mismos. El presente histórico es ubra de sus propias pretensiones. Y el pasado histórico no es inmutable. Porque no es absolutamente pasado. Porque si lo fuera no tendría realidad alguna. La realidad del pasado está en lo que, aun siendo pasado, tenga todavía de real, de presente en el presente. Esta su presencia en el presente consiste parcialmente en estar constituido parcialmente por el presente mismo. Por ello muda con éste. Ejemplo. Supóngase que los jóvenes " h i p e r i o n e s " protagonistas de la historia de la filosofía mexicana en este presente llegan a ser plenamente lo que p r o m e t e n , grandes filósofos: Caso, Vasconcelos, R a m o s no sólo serán vistos, sino que serán realmente - p o r q u e en historia el ser visto es el ser, es aquello de que en t o d o esto precisamente se trata- los iniciadores de u n a gran época de la n u n c a más como hasta h o y discutible filosofía mexicana. Supóngase q u e los mismos jóvenes acaban en nitros prodigios que no cumplen lo que p r o m e t e n : Caso, Vasconcelos, Ramos no sólo serán vistos, sino que serán realmente c o m o unos luchadores esforzados, pero vencidos, por ia existencia de la filosofía mexicana, que seguirá siendo tan discutible c o m o c u a n d o más lo haya sido. Ah, jóvenes hiperiones, qué responsabilidad histórica la vuestra, de responsables de la historia de la cultura patria n o sólo hacia el futuro, sino también hacia el pasado de los padres venerables sin el culto de ios cuales carece el h o m b r e de padre c o n o c i d o . J u n t o s con vosotros arraigarán en la historia o correrán aún peUgro de ser arrancados de ella vuestros padres espirituales. Porque así rehacen c o n s t a n t e m e n t e el p a s a d o , el presente y el futuro, la historia de la filosofía mexicana, la filosofía mexicana misma, ha sido, es, será, o no, obra de la Historia de la Filosofía Mexicana. £1 mismo Kant no sería t o d o lo que es l ú s t ó r i c a m e n t e , si de él no hubiesen hecho lo que hicieron F i c h t e , Schelling, Hegel. . . hasta lo que vienen haciendo ios neokanlianos de nuestros d í a s , i n c l u y e n d o expresamente a los mexicanos. La filosofía francesa n o sería l o d o lo q u e e j inlernacionalmente, si de ella no estuviese h a c i e n d o infatigablemente lo que haciendo está el patriotismo de los franceses —modelo de este patriotismo de la c u l t u r a - , que hacen la Historia d e ella en tratados, en monografías, en Ubros de t e x t o , en e n s a y o s , en artíciUos, en notas bibliográficas, en lecciones de cátedra, en conferencias, en congresos nacionales e internacionales, en cafés y bottes de nuit, haciendo valer desde luego en t o d o m o m e n t o a un Bergson y a un Sartre, pero también en toda ocasión propicia a un monsieur tel. profesor d e la Universidad ,x o del Liceo z. No liay filosofía mexicana -no en la medida en que faltan La hisioria de las ideas en México 71 mexicanos autores de filosofías originales relativamente a las de autores n o mexicanos, que no faltan: no hay filosofía mexicana en ia medida en que no hay Historia de la Filosofía M e x i c a n a - en vez de negación de la existencia de una filosofía mexicana. Esto es decir r e d o n d a m e n t e q u e , n o sólo la Historia, sino la misma historia la hacen en parte los liistoriadores, y si la historia es de las ideas, la parte de los h i s t o n a d o r e s es m a y o r . Pero los historiadores de la filosofía h a n de ser filósofos: hay unanimidad en que la Historia de la filosofía ha de ser filosófica; y n o hay filosofía que n o se conci ba a sí misma en relación histórica a las d e m á s , inserta en la liistoria de la filosofía, incluso c o m o " e n t e l e q u i a " de la anterior hasta ella, c u a n d o n o , por tal, p u n t o final de la historia de la filosofía. La necesidad de que la Historia de la Filosofía sea filosófica es la razón decisiva de que pueda considerarse c o m o parte de ella la que puede llamarse, en paralelismo con la "crítica literaria" y ta "crítica de a r t e " , "crítica filosófica", una de cuyas incumbencias es puntualizar la originalidad de las filosofías. 18 Su parte de la historia de la filosofía mexicana h a n h e c h o tos filósofos mexicanos en c u a n t o filósofos. Hagan la suya, c o l a b o r a n d o en la obra de hacer la Historia de la Filosofía Mexicana, c u a n t o s deben sentirse llamados a ser historiadores de la filosofía mexicana - p o r q u e juntos con vuestros padres espirituales arraigaréis en la historia o corréis aún el peligro de ser arrancados de ella, jóvenes filósofos mexicanos. En vista d e los resultados de la revisión crítica d e la historia de la fi losofía en México, n o se puede m e n o s de estimar la negación de la existencia de una filosofía mexicana, n o sólo c o m o una falsedad, sino c o m o una injusticia, y n o sólo de los n o m e x i c a n o s c o n los mexicanos, sino incluso d e éstos consigo mismos. Pues bien, la reparación de la injusticia sólo vendrá con el restablecimiento d e la verdad en la m e d i d a en que éste es parte de la total obra reparadora: la conjunta de los filósofos e historiadores d e la filosofía mexicanos. 2 1 . Conclusión y transición Revisando críticamente la Historia de la Filosofía en general, se llegó a ver una Historia de las ideas - c o m o aquella parte de la Historia una que pone en primer término las ideas y en o t r o s t é r m i n o s todas las circunstancias de éstas, para explicar o c o m p r e n d e r las ideas p o r las c i r c u n s t a n c i a s - capaz de hacer justicia a la historia de las ideas en México en toda su peculiaridad, aunque parte principal de ésta fuese la inexistencia de filósofos mexicanos, la sola existencia de pensadores mexicanos. Pero revisando críticamente la historia de la filosofía en .México, se llegó a ver que no hay tal mexistencia - s i n o en la m e d i d a en 73 José Gaos que no hay u n a Historia de la Filosofía Mexicana capaz de descubrir y d e m o s t r a r su existencia. A m b a s revisiones críticas convergen en el ideal de una Historia de las Ideas en México c o m o creadora, en la parte que le toca, de la razón de filosofía propia histórica, para los m e x i c a n a , ideal i m p e r a t i v o , a u n q u e sólo fuese por conveniencia, filósofos quiérese decir de propia existencia m e x i c a n o s . Y a m b a s revisiones críticas h a n venido a parar en c o n s i d e r a c i o n e s versantes m u y esencialmente sobre el presente actual d e la historia de la filosofía m e x i c a n a y de la Historia de esta historia, presente c o n s t i t u i d o , en la parie relevante señalada desde el prólogo, p o r la filosofía del m e x i c a n o y de lo m e x i c a n o reservada para tema de la segunda p a r t e de este trabajo. La e x t e n s i ó n de las c o n s i d e r a c i o n e s de los d o s p e n ú l t i m o s parágrafos a los d e m á s países h i s p a n o a m e r i c a n o s y a España, habrá venido haciéndola al margen m e n t a l de ellas el p r o p i o lector. 1. Parte de este parágrafo y de los dos siguientes está tomada a otro trabajo del autor del presente, sin más cambios que u n o grande de orden y muchos pequeños de detalle. 2. SefEiJn comunicación verbal de B. Navarro, quien al hacerla aún no había estudiado el tema avizorado. GaUegos Rocafull, op. cit, p. 3 0 0 , enfrenta m i s bien a Rubio y Suárez un tanto c o m o representantes respectivamente del espíritu dogmático y del espíritu de crítica y renovación. 3. Cf- Leopoldo Zea, El Positivismo en México, p. 7 0 . 4. Hay una coincidencia digna de nota entre las últimas palabras, sobre el principio republicano, y la tesis cenUal de] libro del máximo pensador chileno, Lastarria, ta América, publicado en 1S65 y 1867 en respuesta a la misma coyuntura internacional, de esfuerzos de Europa contra América llevados hasta la guerra de invasión. Hasta l o que circunda la coincidencia llega Leopoldo Zea, Dos etapas del pensamiento en Hispanoamérica, del Romanticismo al Positivismo, México, 1949, p. 126, 5. En el curso mentado en la última nota del anterior / 8 . 6. Op. ciL, pp ISl ss., d é l a edición de 1943, que es la que se prefiere citar, no tanto por ser la más completa, cuanto por sei la más asequible. 7. Con el puesto central de la esperanza en Caso dése 1919 por lo menos, es un punto de coincidencia el puesto que la misma virtud vino a tener en Marcel a principios de 19A2, v. Homo í'wía/', París. 1944, pp. 37 s i En Caso apenas hay la fenomenología de la esperanza, tortuosa a fuerza de querer ser exhausbva, aunque n o pretenda serlo, que desarrolla Maicel; pero este da un verdadero sallo a la significación metafísica del fenómeno, para llevarla er definitiva bien poco más allá de éste; Caso la inserta muy bien en una transtción continua desde la experiencia del Bien en la caridad hasta la fe en el Bueno o Dios. - D e esta filosofía de Caso y de sus orígenes se ha ocupado con mayor amplitud y detalle el autor del presente trabajo en d o s anteriores: "Las Mocedades de Caso", en Homenaje a Antonio Caso, México, 1 9 4 6 , pp. 17 ji., y "El Sistema de Caso", en Luminar, número dedicado a Caso, México, 1 9 4 6 , pp, 29 ss. De estos trabajos no es, sin embargo, un mero resumen lo apuntado en el texto. La hiitoría de l u ideas en México 73 8. Vasconcelos acaba de dat de su voluminoso shlema. en su Todoíogia, México, 1952, una refundición cuya concisión destaca piecisamente los aspectos antiesencialisus y existencialistas de aquél. 9. V. del autor del presente trabajo "El Pensaminito Hispano-Am cric ano. Notas para u i u interpretación histórico-niosófica", en Pentamiento de lengua espviole, México, 1 9 4 5 , pp. 16 ss., especialmente 4 9 f i 10. K. Caso. Historia y Antología del Pensamiento Filosófico, México, 1926; J. Vasconcelos, Historia del Pensamiento Filosófico, México, 1937. Los títulos son signífícatívos. 11. Este estudiar y criticar la filosofía original de mexicanos lo mismo que la original de no mexicanos n o es c o n t i adicto río con lo dicho anteriormente accica de l<u peculiaridades de la filosofía mexicana a que precisamente sólo puede hacer Justicia la Historia de las ideas propuesta como ideal. Es, al revés, una confirmación de lo dicho. Únicamente el hacer justicu a las peculiaridades de ta filosofía mexicana es estudiarla y criticarla lo mismo que se estudia y critica la no mexicana. 12. Una serie de "estudios" destinados a caractehrar a los pensadores de lengua española en comparación con filósofos de otras lenguas, la ha emprendido la Srta. Vera Yamuni, que ha publicado un primer volumen. Conceptos e Imágenes en Pensadores de Lengua Española, México, 1951. 13. Cf. Samuel Ramos, Historia de la Filosofía en México, México. 1943. pp. 3 ss. En este c o n t e x t o hay que señalar c o m o merecedor de ser seguido y ampliado un camino c o m o el emprendido por Gregorio López y López, "En pos de una filosofía lapoteca", en Filosofía y Letras, México, 27, julio-septiembre 1947, pp, 9 ss., pues otro desiderátum: buenos conocedores de las lenguas y culturas índigenas y dueños de las técnicas de la Filosofía y la Filología de nuestros días que se dediquen a aplicar éstas a Us reliquias y a U vida actual de Us HWtanichavxmgen de aquelUs culturas. 14. V en los demás países hispanoamericanos, mutatis mutandis. 15. Cf. Victoria Junco, op. cit, pf. 1 ss. 16. Cf.h. Navarro, op. cit., pp. 29 ss. 17. Ejemplo, los opuestos puntos de vista y correUtivas perspectivas del XVIII a que se hizo referencia en la nota 30 de la p. 4 3 , que no son los únicos: asi, los trabajos de Juan Hernández Luna sobre historia de las ideas en México, en aquel siglo y en otros, responden a otro espíritu; lo que no los hace, ciertamente, menos valiosos; y con el enriquecimiento del historiador en saber, cambian sus puntos de vista y correUtivas perspectivas, 18. El análisis de textos cuyos resultados son los materiales de construcción de U síntesis histórica tiene por formal de expresión más propias U monografía y el artículo de revista técnica, los dos géneros por excelencia de dicha crítica. A ellos son reducibles Us demás formas de expresión de U Historia, con excepción del tratado magistral, peculiar de U síntesis histórica: así Us escritas - e n s a y o , nota bibliográfica, libro de texto e l e m e n t a l - como las orales - l e c c i ó n , conferencia, mesa redonda.