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Sanidad Para los Huesos
CARL H. STEVENS, JR.
INTRODUCCIÓN
La Palabra de Dios tiene muchas cosas inusuales que decirnos, y a menudo me he
preguntado cómo es que voy a recibir algunas de ellas. ¿Cómo se supone que entienda
algunos principios? Si los entiendo, quizás pueda entender cómo experimentarlos.
Una de las áreas donde mi entendimiento es limitado es en el área de sanidad. Pienso que
cada uno de nosotros posee algún tipo de limitación en nuestro sistema de creencias en lo que
concierne a salud, enfermedad y sanidad. Podemos ver en las Escrituras lo mucho que Dios
desea que Su pueblo sea saludable en la mente, el corazón y el cuerpo. La Biblia está llena de
promesas relacionadas a este tema.
En estas páginas, examinaremos que es lo que Dios quiere decir cuando nos habla acerca
de cómo Su Palabra nos hace gente saludable y feliz en el plan de Dios.
Capítulo Uno
YAHWEH TU SANADOR
“E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y
anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
“Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso
le pusieron el nombre de Mara.
“Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
“Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas
se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;
“Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus
ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad
de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
“Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon
allí junto a las aguas.” (Éxodo 15:22-27).
“Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá.
“Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá
su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas”
(Éxodo 11:6-7).
Dios puso una diferencia entre los egipcios e Israel, y dijo que “ninguna enfermedad” (las
enfermedades que plagaron Egipto), sería enviada a Israel ¿Fue esto algo que sólo concernía
a Israel y su relación con Egipto? Busco la respuesta a esta pregunta.
Los doctores son grandes exploradores. La comunidad médica explora e investiga la
anatomía del cuerpo humano, buscando respuestas. Estos hombres y mujeres buscan
respuestas. ¿De dónde proviene esta enfermedad? ¿Cómo podemos contrarrestar sus efectos?
¿Cuál es la forma correcta de prevención? Estas son preguntas legítimas provenientes de
mentes honestas. Hoy usamos herramientas tales como la resonancia magnética a fin de
producir una vista en dos dimensiones de las funciones internas del cuerpo humano,
buscando respuestas a nuestros problemas. Usando nueva tecnología para ver dentro de los
tejidos, pueden encontrar causas y efectos que anteriormente eran inalcanzables por medio de
exámenes tradicionales. En algunos casos, pueden identificar problemas y tratar con ellos
antes de que tengan la posibilidad de empeorar.
Somos gente creada para escudriñar. Dios nos hizo formidable, maravillosa y curiosamente
(Salmo 139:14-15), y tenemos una tendencia a explorar y a maravillarnos acerca de cosas.
Tener preguntas es algo bueno. Piensa en Salomón. Él fue un rey cuya sabiduría superaba a
toda sabiduría. Creo que cuando él escribió el libro de Eclesiastés, a pesar de estar hastiado
del mundo, encontramos los escritos de un hombre que no había perdido su sentido de
asombro y curiosidad por las cosas del Creador.
Orden y Verdad
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
“Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
“No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;
“Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.
“Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos;
“Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.”
(Proverbios 3:5-10).
Yendo a la Palabra de Dios, he encontrado algo muy precioso. Sanidad viene a mis nervios
y tendones. Mis huesos son fortalecidos desde la médula y hacia fuera. Mi acercamiento a la
Biblia debe ser como un estudiante de fe. Soy una vasija santificada, en la cual fe es
mezclada con un espíritu manso. Es una cosa hermosa que la Palabra de Dios me traiga
sanidad. ¡La Palabra de Dios vino y fue creado el universo! La misma Palabra de Dios que
creó todas las cosas ahora sostiene todas las cosas. Esta Palabra de Dios, tal como nos dice
Proverbios 3, también trae sanidad a mi cuerpo.
Una de las claves para la sanidad se encuentra en tener un entendimiento del amor real.
Debo aprender que nunca conoceré el amor real hasta que realmente deje que Dios me ame.
Seguro, doy gracias a Dios por la gente y el amor que ellos tienen por mí. Sin embargo, el
amor real sólo llega cuando permito que Dios me ame. La misericordia es verdadera en mi
vida únicamente cuando dejo que Dios sea misericordioso conmigo. La gracia real es algo
que sólo puedo experimentar cuando entiendo la autoridad de la gracia de Dios.
Uno de los grandes problemas en la Iglesia de hoy es la falta de autoridad real, la cual es
dada por gracia, es ejecitada en gracia, y ama la misericordia. En matrimonios, amor real y
gracia real producen autoridad real. Como resultado de esto, hay una atmósfera sana. A
veces, el esposo no quiere a Dios como su autoridad y la mujer no quiere al hombre como su
autoridad. Algunas personas aman trabajar en el staff de la iglesia siempre y cuando no haya
una autoridad concreta. Llegan al trabajo cuando les place, se toman el día cuando se les da la
gana, y luego se preguntan por qué la atmósfera en las oficinas no es sana. No hay
necesariamente una actitud rebelde presente, pero existe un entendimiento equivocado de a
autoridad de gracia.
Cuando el orden se pierde, la salud decae. El cáncer es primariamente un crecimiento
descontrolado en la estructura de una célula. Al multiplicarse estas células fuera de su orden
correcto, comienzan a absorber fuerza de las células sanas. El resultado, como muchos de
nosotros lo sabemos muy bien, puede ser mortal.
Al vivir bajo la autoridad de la gracia, estoy haciendo algo que trae sanidad y fortaleza a
mis huesos. Mi estructura está firme. Mi sistema nervioso está bien guardado y responde
correctamente a las iniciaciones correctas.
La Niña del Ojo de Dios
El ojo físico es muy sensible. Cualquier daño es casi irreparable, por lo tanto está diseñado
con muchos mecanismos de protección, y siente cualquier lesión muy intensamente. En su
origen, la “niña del ojo” se refería al centro mismo del ojo, donde podemos ver un reflejo
diminuto de nosotros mismos cuando nos acercamos mucho a una persona. Casi parece como
si una persona pequeña estuviera sentada en el globo del ojo. Zacarías 2:8 se refiere a Israel
como la “niña” del ojo de Dios, algo que es preciado por sobre todas las cosas. Dios ve a
cada uno de nosotros de esta manera, y esta es la forma en que debería ser para cada creyente
de Dios. Somos preciosos al Señor, y Él quiere guardarnos y protegernos. Él ha hecho un
claro modelo para que sigamos. Nos ha asegurado en Su Hijo. Estamos escondidos con Cristo
en Dios (Colosenses 3:3).
Capítulo Dos
EL TIPO CORRECTO DE MEDICINA
“La mujer virtuosa es corona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos”
(Proverbios 12:4).
“El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos.”
(Proverbios 14:30).
Una mente calma y tranquila trae salud al cuerpo físico de una persona. Tengo una
provisión desde mi sistema nervioso. Una vez, cuando estaba en un viaje al oeste del país,
pasé por un momento de ataque en mis nervios. Que yo recuerde, fue la primera vez que esto
pasó en mi vida. La solución para esta situación fue permitir que mi esposa hable conmigo.
Le dije: “sólo habla, por favor. No estoy seguro de lo que estoy sintiendo ahora”. No había
ningún tipo de problema de salud, que yo supiera. No había problemas financieros ni en el
matrimonio. Simplemente me sentí ansioso en ese momento.
Descubrí que varias personas estaban experimentando este mismo problema. Todos
estábamos comiendo decentemente y ejercitándonos en la manera correcta. Ninguno de
nosotros entendió la razón detrás de estas sensaciones. No había envidia o celos que pudiesen
despertar tales pensamientos. Obviamente era un ataque atmosférico de algún tipo.
Mi esposa fue una ayuda asombrosa en este momento, y ella tomó esta oportunidad como
un gran privilegio. Simplemente le pedí que esté conmigo y que me edifique. Pronto me sentí
saludable otra vez. Esas cosas se alejaron de mí. Dios intervino hermosamente y trajo gozo,
paz y risas al dormitorio. Este fue un momento como el de Proverbios 15:30 en mi mente:
“La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos”.
La Palabra de Dios me fortalece. Ayuda a mi sistema nervioso para que opere en su
capacidad correcta. Por la gracia de Dios y por el poder del Espíritu Santo, mi cuerpo va a
volverse saludable. Tengo algo que va a ayudar a mis huesos.
Tener “huesos confortados”, huesos llenos de médula, es muy vital para nuestros cuerpo
físicos. Nuevos glóbulos blancos y rojos, que combaten infecciones y traen un continuo
suministro de sustancia vital a cada célula en el cuerpo, son generados desde la médula.
¡Buenas nuevas que vienen de la Palabra de Dios hacen algo en el lugar mismo donde la vida
es realmente sustentada!
Dichos Suaves
“Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; mas la erudición de los necios es
necedad.
“El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios.
“Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos”
(Proverbios 16:22-24).
“El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos.”
(Proverbios 17:22).
Este el tipo de medicina que necesito día a día. Solamente necesito oír algunos dichos
suaves y reír un poquito. Si estos versos son verdad, y sabemos que lo son, las
conversaciones buenas y pías, y la risa saludable edifican mi corazón y mis tuétanos.
Quizás la mejor manera de entender los dichos suaves es reconocer los que no lo son.
Todos nosotros hemos sentido o hemos visto a otros sentir el aguijón de un comentario
hiriente, y el dolor de un hablar necio. La falta de respeto inesperada, el criticismo violento,
un dicho malintencionado; estas cosas ofenden y realmente hieren. Es tan importante para
nosotros que seamos cuidadosos con nuestras palabras. Palos y piedras rompen los huesos,
pero las palabras también pueden herir a algunas personas. Algunas personas son realmente
frágiles. Un comentario hostil puede dejar marcas y empujar a alguien hacia el desánimo o
aún la depresión.
Corazones felices y mentes alegres, eso es lo que cada uno de nosotros desea. Un espíritu
con humor y feliz realmente puede llevar sanidad a una situación, a una oficina, a un hogar.
Tal descanso penetra tanto, que los huesos y los tuétanos se regocijan y funcionan en su
diseño.
Capítulo Tres
DEJA QUE EL SEÑOR LLEVE A CABO LA OBRA
“El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad.
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma.
“Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad,
de cómo andas en la verdad.
“No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.” (3 Juan 1-4).
En la Palabra de Dios, si descubro las categorías de doctrina que se encuentran en sus
páginas, comienzo entonces a experimentar sanidad en mis huesos. Pareciera, desde las
Escrituras, que Dios desea que yo sea saludable. Desea que yo sea hecho íntegro. Yo deseo
impartir esta realidad a mí mismo y a otros.
Dios puede remover obstáculos; Él quiere suavizar el camino de dolor y fallas. Esto sucede
cuando lo reconocemos íntimamente en una manera personal, por fe. Él no quiere poner
sobre nosotros las plagas que Egipto tuvo que soportar. Los ataques que vinieron sobre esa
sociedad mundana estaban directamente relacionados a los dioses ídolos ante los cuales la
nación se estaba postrando.
Nosotros somos diferentes, y el Señor quiere exhibir esa diferencia al mundo. El mundo
observa como un Cristiano enfrenta una enfermedad terminal y luego como una persona no
salva la enfrenta. Dios hace una diferencia, y eso puede ser una cosa hermosa de la cual
testificar.
Piensa con Dios
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios.
“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
“Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados
con él en gloria.
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos y avaricia, que es idolatría;
“Cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
“En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia,
palabras deshonestas de vuestra boca.
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
“Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta
el conocimiento pleno.” (Colosenses 3:1-10).
Pensar con Dios tiene mucho que ver con cuán saludables nos sentimos. Corazones sanos
tienen cuerpos sanos. Tenemos un potencial tremendo para permitir que la fe nos haga sanos.
Realmente quiero aprender todas estas grandes lecciones. Creo que estoy creciendo en mi
entendimiento de ellas, pero todavía tengo un largo camino que recorrer. Hablamos acerca de
ser más “prácticos” ¿Y qué podría ser más práctico que cuidar de nuestra salud?
Si mi corazón está bien con Dios, entonces puedo tener mis huesos sanos, mi piel sana, y
mis nervios saludables. Puedo ver mejor si estoy viendo con los ojos del Espíritu. Yo creo
que esto es verdad, tanto física como espiritualmente. El corazón es tan, tan precioso.
Dios realmente quiere que entendamos esto, y quiere enseñarnos a cuidar de esto. Abarca
todos los atributos de Dios. Creo que el Señor está tratando de enseñarnos cuan grande es el
rol que la Palabra de Dios juega en nuestra salud. Es muy práctica, muy real y muy valiosa.
CONCLUSIÓN
“El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan.
“Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.
“No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón;
“Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
“Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios.
“Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.
“Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos.
“No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.” (Proverbios 4:19-27).
Tenemos una gran ventaja sobre los no creyentes. Sabemos con qué tropezamos. Vemos la
razón de nuestros problemas. Es que la Palabra de Dios no está aplicada correctamente en
nuestras vidas. Si escogemos no atender a las palabras del Señor, nos perdemos de la gran
provisión de buena salud que puede traer.
El efecto de la Palabra de Dios en mi salud es una provisión mucho más grande de lo que
yo pueda ni remotamente imaginar. Dios me dice que Su Palabra ayuda a mis huesos. Él me
dice que Su Palabra ayuda a mis nervios. Él me dice que Su Palabra ayuda a mi corazón.
Conozco gente que ha sido totalmente ayudada. Tales testimonios son tan preciosos y reales.
Sus promesas son para ser declaradas. Nos pertenecen a nosotros. Consideremos las obras
maravillosas de Dios.
Espera que Él haga algo cada día.
Espera que Él haga cosas en Su compasión.
Espera que Dios haga obras poderosas en nosotros y a través nuestro.