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Epistemología de las Ciencias. El valor de las ciencias, la filosofía y la teología
(2005) CIAFIC Ediciones
La arqueología,
entre la historia y la naturaleza
Eduardo Crivelli Montero*
El tema
En algo más de veinte años, ha habido una completa
sustitución de perspectivas en la arqueología que se practica
en la Argentina: las de EE.UU. han reemplazado casi por
completo a las europeas. Siendo esta reunión casi una cápsula
europea, tal vez algunas de estas consideraciones sean de
interés.
Antecedentes propios
Cuando cursé arqueología en la década de 1970, en la
Universidad de Buenos Aires y en la Complutense de Madrid,
la inserción de la Arqueología estaba clara. Era una forma de
hacer historia sobre la base de los restos materiales que
dejaron las sociedades del pasado. Esa Arqueología podía ser
Prehistórica, si enfocaba sociedades de las que no existían
referencias escritas, o Histórica si se contaba asimismo con
testimonios textuales. En el primer caso, aparecía como la vía
casi única de acceso al conocimiento, en tanto que en el
segundo, los testimonios materiales tenían un papel
complementario -no necesariamente subsidiario- de los
documentos. La prehistoria general no era un trazo único sino
un cúmulo de trayectorias particulares. Podía generalizarse (p.
ej., el progreso tecnológico no se ponía en duda), pero
incurriendo en un riesgo que no todos se atrevían a enfrentar.
*
Departamento de Antropología Cultural, Ciafic/Conicet, y Universidad de Buenos
Aires.
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La prehistoria formaba parte de una historia universal que no
tenía una dirección inevitable o un orden intrínseco, impuestos
desde la primera hora (cualquiera fuera el significado de esta
expresión); era la resultante de un sinnúmero de hechos.
No viene al caso una definición de Historia; lo que cuenta
ahora es que se trataba de la investigación “actos
específicamente humanos ya realizados” (res gestae).1 Por lo
tanto, era un saber antropocéntrico. El ambiente, la naturaleza,
era tanto más actuante cuanto menos desarrollada estaba la
tecnología; pero enmarcaba los esfuerzos de las sociedades,
no los determinaba.
Creo que esta concepción es familiar y no demasiado
chocante para quienes, como muchos de los presentes,
pertenecen o se han formado en una perspectiva europea del
mundo y del conocimiento. Quisiera contrastarla con la que
encuentro dominante en varias universidades argentinas y en
particular en aquellas en las que estoy más familiarizado, que
son las de Buenos Aires y Nacional de La Plata. Y quiero
hacerlo de una manera valorativa, porque tengo, al respecto,
un partido tomado y porque estas reuniones enfocan el valor de
las ciencias. Una confesión: aunque (con justicia) las distintas
posiciones teóricas suelen ser presentadas como producto de
la reflexión y de las observaciones, creo que en el campo de
las ciencias sociales en muchos casos las circunstancias
históricas las preceden y las condicionan.
Algunos hitos de la naturalización del pensamiento
anglosajón sobre las sociedades prehistóricas y
etnográficas: la Teoría General de Sistemas, la Ecología
y la Teoría General de la Evolución
Para poner un poco de carne en los datos inevitablemente
esqueléticos de la prehistoria, siempre se ha echado mano a
1
Cassani, Jorge Luis y A. J. Pérez Amuchástegui. 1966. Del epos a la historia
científica. Nova, Buenos Aires, p. 26.
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las sociedades etnográficas. Por eso es pertinente comenzar
esta letanía con una comunicación presentada a principios del
siglo XX en EE.UU. por el norteamericano Charles Wellington
Furlong, “artist, author, scientist, and explorer”2 y más tarde,
coronel.3 Por cierto, no debe ser confundido con el historiador
padre Guillermo Furlong.
Hacia 1907-8, Charles Wellington Furlong había viajado por
el archipiélago fueguino durante unos tres meses,4 visitando
brevemente a los indígenas -detalle pertinente: vestía como un
cowboy-5 y en esa comunicación presentó “el efecto del
ambiente” sobre distintos aspectos de estas sociedades: las
distribuciones tribales, las lenguas, la organización social, el
sistema político (“government”), la religión, la mentalidad, la
vestimenta y la vivienda, y el aspecto físico. Previsiblemente, el
vínculo entre ambiente y cultura resulta bastante patente en el
caso de la vestimenta o de la vivienda, pero no se lo advierte
en otros casos, como los de la religión o de la mentalidad.
Veamos: bajo el acápite “Effects on environment on religion”
leemos (traduzco) “...el yahgan no tiene religión ni forma de
culto...”6 No especificándose el vínculo entre el ambiente y esta
supuesta carencia, tal vez debamos pensar que “la falta de
calor en invierno”, alegada poco antes7, conduce al ateísmo.
Por su parte, el “Effect of environment on mentality” es
verdaderamente paradójico, ya que Furlong propone que sus
2
Furlong, Charles Wellington. The Alaculoofs and the Yahgans, the world's
southernmost inhabitants. Proceedings of the Second Pan American Scientific
Congress, diciembre 27, 1915 – enero 8, 1916, Section I, Anthropology, William H.
Holmes, coord., pp. 224-234. Washington. Government Printing Office, Washington,
1917.
3
Bridges, E. Lucas. Uttermost part of the earth. Hodder & Stoughton, Londres, 1963,
p. 478.
4
Gusinde, Martín. Los indios de Tierra del Fuego, tomo primero, vol. I, p. 57. Centro
Argentino de Etnología Americana, Buenos Aires, 1982.
5
Bridges, loc. cit.
6
Furlong, op. cit., p. 231.
7
Furlong, op. cit., p. 225.
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datos “corroboran las bien conocidas ideas de represión sexual
elaboradas por Freud”. Ahora bien, Freud tenía a sus “bien
conocidas ideas” por universales, y en cualquier caso sus
pacientes no vivían en los canales magallánicos.
En tanto Gusinde, el mayor especialista en etnografía
fueguina, encontró poca clemencia para su visión de la
religiosidad indígena, Furlong no escandalizó a nadie. Es que
esas invocaciones a los sucesivos “effects of environment”
suenan hoy estrictamente modernas, porque los reiteran
incansablemente las publicaciones antropológicas anglosajonas. Al parecer, explicar un fenómeno es asociarlo a
variables ambientales. Historiando mínimamente este punto de
vista, encontramos que ya a principios del siglo XX, un estadounidense buscaba explicar la totalidad de los aspectos sociales
en la esfera ambiental.
En aquel mismo congreso de 1917, Max Uhle, pionero de la
arqueología científica del Perú, declaraba, de manera
inconfundiblemente alemana, que “la civilización moderna es
inseparable de su fundación en la historia”, entendida como
“una filosofía que debe hacer comprender las fuentes de que el
estado ha nacido y cuya multiplicación y desarrollo lógico tiene
que dar como resultado forzoso todo su desenvolvimiento
hasta su fin”8. En 1917, entonces, dos perspectivas estaban
perfectamente establecidas (y en guerra); la trayectoria
posterior del mundo consagraría la de Furlong y relegaría el
discurso hegeliano de Uhle a las tinieblas de la metafísica.
8
Uhle, Max. Conveniencia de dictar una ley uniforme en los países americanos, para
proteger y estimular el estudio y la recolección de material arqueológico y
antropológico. Proceedings of the Second Pan American Scientific Congress, dic. 27,
1915 – ene. 8, 1916, Section I, Anthropology, William H. Holmes, coord., pp. 386408. Washington. Government Printing Office, Washington, 1917, p. 386.
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La Teoría General de Sistemas
Sigamos alejándonos de la Historia. La Teoría General de
Sistemas comenzó a formularse hacia 1940, con el objetivo de
explicar el funcionamiento de cualquier sistema: una bicicleta,
un motor, un organismo vivo, las nacientes computadoras o
una sociedad. Cuenta como antecedente para nuestros efectos
no sólo por su actual vigencia, sino porque es uno de los
primeros intentos de explicar el proceso social prescindiendo
por completo de las ciencias sociales. En efecto, la base de la
Teoría General de Sistemas es la cibernética. Examina los
procesos como complejas retroalimentaciones negativas o
positivas, que respectivamente tienden a mantener o a
modificar el sistema.
Fig. 1. Cadena de fabricación de una punta de proyectil
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Como ejemplo simplísimo de interpretación sistémica en
arqueología, veamos qué información podríamos extraer de
una de las posibles secuencias de fabricación de una punta de
proyectil (Fig. 1). El proceso es fácil de seguir: partiendo de un
guijarro y con el auxilio de otra piedra, que hace las veces de
martillo y que llamamos percutor, se van desprendiendo lascas
(astillas de piedra). Gradualmente, la masa inicial va quedando
reducida en volumen, pasando a la condición de esbozo o
matriz bifacial y, finalmente, de producto terminado. Correspondientemente, las lascas de desecho van disminuyendo en
tamaño y en cantidad de corteza. Ahora bien, los cazadores,
por ser móviles, raramente elaboraban y dejaban en un mismo
lugar sus instrumentos; normalmente, las diferentes etapas se
cumplían en distintos lugares. Estudiando cómo se distribuía
por el paisaje esta cadena de fabricación, podemos inferior
cómo se organizaban sus autores. Aunque sólo encontremos
algunas lascas de desecho, nos será posible concluir si se trata
de un eslabón inicial, medio o final. Sistemáticamente
estudiada, esta información puede permitirnos conocer el
sistema de asentamiento de sociedades del pasado.
La capacidad del enfoque sistémico para describir la
complejidad de las relaciones sincrónicas que tienen lugar en
cierto ámbito contrasta con su poca eficacia para la
comprensión de procesos de largo plazo. Puede articular
diferentes agentes causales (por lo que supera la explicación
por un factor único), pero no facilita la identificación y la
estimación del peso relativo de los distintos factores. Es,
entonces, más descriptivo que explicativo. Y por su presunta
aplicabilidad general a cualquier sistema, no considera
centralmente la especificidad humana, que o bien es negada o
bien requiere otros enfoques, distintos o complementarios.
La ecología
La ecología es en sí misma sistémica; correspondientemente,
presta mejores servicios en la descripción de la complejidad de
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los fenómenos interactuantes que en el trazado de trayectorias
en el largo plazo, porque en el tiempo, los distintos factores se
comportan diferencialmente y no cambian a un mismo ritmo.
Ejemplifiquemos con el clima, tema predilecto de la Ecología.
Si suponemos un cambio significativo hacia una mayor
humedad, es posible que la economía o el sistema de
asentamiento se alteren (la población se hará más dispersa,
colonizará espacios antes inhabitables, se hará agricultura en
espacios antes destinados al pastoreo, etc.); pero no está claro
cómo han de cambiar (si es que cambian) el sistema de valores
o la religión.
Los enfoques ecológicos atienden preferentemente al flujo de
energía dentro del sistema. Leslie White, también él profesor
de Antropología en Michigan, había propuesto esta fórmula:
Cultura = energía x tecnología
Pese a su aspecto objetivo, esta ecuación nunca fue muy útil,
porque ante todo, la energía es muy difícil de medir. Hay que
ver esta fórmula como un ideal al que tendía la antropología
norteamericana de posguerra y que contiene un elemento de
exaltación nacional, porque era (y es) la sociedad que más
tecnología aplicaba y la que más energía consumía. La
ecología, en efecto, se constituyó en la religión de los EE.UU.;
entre otras razones, porque antes del 11 de septiembre de
2001, era la esfera de riesgo. El país se sentía razonablemente
seguro, ordenado y orientado, inmune a cualquier enemigo
externo; pero amenazado por el potencial desequilibrio que
podría acarrear la excesiva demanda de recursos, el stress
ambiental y el consiguiente empobrecimiento.
La New Archaeology
A partir de la década de 1960, irrumpe una nueva línea
teórica, que tiene implicancias en la metodología y en las
técnicas de investigación: la llamada Nueva Arqueología. El
que generalmente se la mencione en inglés y con la grafía
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corriente en EE.UU. (New Archeology) muestra hasta qué
punto es un producto nacional; su impacto ecuménico es una
prueba de la capacidad expansiva de este país aún en esferas
alejadas de lo estratégico. Su principal mentor es Lewis
Binford, autor muy prolífico aún hoy.
La Nueva Arqueología incorpora muchos elementos de las
perspectivas sistémica y ecológica que venimos de glosar.
Para nuestros fines presentes, éstas son sus principales
características:
1. Según la conocida concepción positivista, la historia no es
una ciencia sino una crónica; sus explicaciones son meras
opiniones de sentido común sobre casos particulares. Su
contribución se limita a dar a las personas cierta cultura
general (algo así como estudiar piano). Esta es, por otra
parte, la doctrina oficial: la National Science Foundation no
financia proyectos históricos (porque no son ‘science’ sino
‘humanities’). Hay entonces en EE.UU. una buena razón para
forzar a la Arqueología dentro de campo de las ciencias y
sacarla de la sentina de los saberes ociosos e inconducentes.
2. La ciencia es otra cosa: genera leyes (con lo que reaparece
el tema de la determinación inexorable de las conductas
humanas, otra de las esperanzas del positivismo). Como se
trata de arqueología, las leyes que trata de sustanciar Binford
vinculan los restos materiales con las conductas el pasado.
Ahora bien, para que los vestigios que se encuentran en la
tierra tengan una relación unívoca, no ambigua, con los
hechos acontecidos, hay que simplificar el mundo, negarle
variedad, diversidad y matiz. Para que se desenvuelva el
pensamiento nomotético, capaz de identificar las
regularidades o leyes, es necesario prescindir de las
particularidades, de lo idiosincrásico, de lo que distingue a
una sociedad de otras; particularmente, el mundo simbólico
es difícil de reducir a cualquier reticulado; por eso, se lo
desvaloriza. Las tradiciones nacionales son mitologías.
Digresión: al cabo de casi medio siglo de investigaciones
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llevadas a cabo desde esta perspectiva y con grandes
recursos, no se ha formulado una sola ley de la Arqueología.
La Nueva Arqueología sólo se interesa por tal o cual
población del pasado para extraer principios generales y no
porque le atribuya importancia en sí. Así, el interés por las
etnias que poblaron el territorio de EE.UU. o de nuestro país
se circunscribe a la búsqueda de elementos de laboratorio
para los científicos sociales, los fabricantes de leyes. Los
dirigentes indígenas encuentran que este interés tan limitado
es ofensivo y prueba una vez más que la relación que el
estado nacional mantiene con los grupos etnográficos es de
colonialismo interno. Seguramente, el creciente poder político
de los líderes aborígenes avanzará sobre los arqueólogos,
característicamente individualistas y extemporáneos. Una
consecuencia palpable son las crecientes dificultades para
realizar trabajos de campo donde hay comunidades
originarias.
Dos digresiones:
a. En EE.UU., la colonización europea no podían tratarse
arqueológicamente desde la perspectiva ahistórica elegida
para los aborígenes; entonces, se creó para ella una línea
distinta, llamada “Arqueología Histórica”, que valora
conceptos como tradición y estilo. Por lo tanto, el pasado
que confluye con la sociedad central es valorado en sí
mismo, en tanto que el de las sociedades que fueron
sometidas sólo tiene interés instrumental.
b. En sus reclamos por un mejor lugar en el mundo, los
países sumergidos (a los que piadosamente se llama
emergentes) exaltan sus particularidades étnicas,
regionales
o
nacionales.
Las
minorías,
correspondientemente, agitan banderas emotivas y aún
patéticas. Los países dominantes detestan estas
demandas, que de ser atendidas debilitarían las
hegemonías. Por eso exaltan lo general, lo abarcador, lo
que se ha impuesto (tenido por lo mejor) y disimulan los
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regionalismos o procuran disolverlos con argumentos
racionalistas, considerándolos excesos sentimentales.
4. La teoría darwinista de la evolución explica toda la realidad
viviente, sea biológica como social. Los mejor adaptados se
imponen a los que no lo están menos, lo que explica la
desaparición de ciertas poblaciones y la posición dominante
de otras. Es una de las formulaciones del darwinismo social.
Como consecuencia, el proceso social queda naturalizado;
es, por lo tanto, ciego, neutro e inevitable.
5. Como las sociedades que se imponen son las mejor
adaptadas (la virtud es el ‘fitness’), entonces los dominantes
son a la vez los mejores y vivimos en el mejor de los mundos
posibles.
6. La selección opera constantemente en la sociedad, como lo
hace en la naturaleza. Por eso, los arqueólogos deben
atender a la variabilidad, así como los naturalistas prestan
atención a las mutaciones que determinan que un organismo
sea especialmente viable o inviable. Los promedios, los
aspectos modales, las prácticas compartidas no son temas
importantes de estudio. Seguramente, este desinterés tiene
que ver con el relativo agotamiento de la materia: el territorio
de EE.UU. tiene una prehistoria mucho más breve que la del
Viejo Mundo y se ha investigado mucho (en gran medida,
merced a proyectos de promoción económica y de rescate).
El gran mosaico ya ha sido develado. Ahora bien, no es ésta,
por cierto, la situación del territorio argentino ni de la mayor
parte de Sudamérica; sin embargo, los proyectos locales
suelen calcar sus prioridades de las de los países centrales.
7. Lo que dinamiza a las sociedades es la tensión o stress. Si
bien se admite que el stress puede tener origen ambiental o
social, muchos autores (como Binford) lo buscan en el medio
ambiental, con lo que las explicaciones giran en torno de
reales o presuntas sequías, enfriamientos, sismos y otras
catástrofes naturales; todos procesos impersonales,
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inevitables e
neocastrofismo.
incontrolables.
podríamos
hablar
de
8. Las tensiones surgidas de la vida social son mucho menos
atendidas: el positivismo detesta el conflicto social (“orden y
progreso”) y en cuanto a las relaciones entre pueblos, las
niega valor explicativo, al tenerlas por mero difusionismo (una
mala palabra). Como lo que la New Archaeology quiere
identificar es la dinámica interna de una sociedad, la irrupción
de otros grupos en el escenario introduce un elemento de
desorden; consiguientemente, se lo niega. Esta resistencia a
enfocar algo que sabemos tan frecuente y tan importante en
el proceso histórico como es el contacto entre sociedades
tiene que ver con la peculiar circunstancia de los EE.UU.
(nuevamente, pre -11 de septiembre de 2001): se crece en el
aislamiento y los enemigos externos no cuentan.
9. La evolución social es, como la evolución biológica, un
proceso
impersonal,
involuntario,
inconsciente,
no
intencional. La actividad de los individuos poco cuenta. Si
bien la arqueología prehistórica no puede investigar la vida
individual y debe trabajar, en el mejor de los casos, en las
escalas de los grupos y de las generaciones, la historia
escrita sugiere que en el proceso social puede haber volición
y que la actividad de ciertos individuos puede ser muy
influyente. Olvidarlo empobrece los modelos explicativos.
Epílogo
Las mitologías no reflejan un pasado remoto sino la
circunstancia moderna. En el siglo XIX, la Arqueología y los
prehistoriadores debieron enfrentar ciertas mitologías acerca
de la antigüedad del hombre, de cómo eran las primeras
sociedades, del pasado del arte, del significado de los
instrumentos paleolíticos (tenidos por “piedras de rayo”), etc.
Las del siglo XXI son algo diferentes, ya que, de nuevo, las ha
creado la experiencia contemporánea. Si bien son –como toda
mitología- particulares a ciertas naciones, las diferencias en las
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capacidades de difusión son tan grandes que ciertas
perspectivas nacionales pueden ser presentadas como
generales; en otros términos: lo que se percibe y se produce en
los países centrales se declara universal.
En estas pocas líneas evocamos tres líneas de trabajo que
han sido y son fructíferas y que no deben ser ignoradas, pero
que han contribuido a hacer de la investigación del pasado
remoto una actividad diferente de la historia. La base de la
Teoría General de Sistemas está en la cibernética, no en las
ciencias sociales; la Ecología invita al reduccionismo ambiental.
Heredera en parte de ambas, la Nueva Arqueología es un dato
etnográfico, un punto de vista hegemónico condicionado por
cierto marco histórico. Pero -merced al monopolio de la
propaganda-, hoy es ampliamente aceptada en nuestro medio,
de manera pasiva, incondicional y acrítica.
La arqueología científica es una creación europea. En
Europa surgieron las primeras publicaciones, como
L’Anthropologie, que sigue apareciendo. Ahora esa influencia
(coral, porque procedía de distintos países) se ha replegado
para ser sustituida, en bloque, por una sola voz cantante, que
se presenta a sí misma como la modernidad. En menor
medida, es asimismo la situación en Europa misma: algunos de
los más activos arqueólogos que trabajan en ese continente
proceden de EE.UU. y pasan con notable facilidad de Francia a
España, a Italia, a los Balcanes o a Rusia. Esto es lógico, ya
que tienen más medios y más autonomía que los arqueólogos
locales y no están comprometidos con proyectos nacionales.
Lo que hacen es “American Archeology” [sic], que no es
necesariamente la arqueología que se hace en ámbito de las
Américas sino cierto tipo de arqueología cuya perspectiva es
norteamericana. Es por esto que la prestigiosa revista
American Antiquity incluye, y nos alegramos, trabajos
realizados (claro, con ese punto de vista) en distintos lugares
del Viejo Mundo. Previsiblemente, los autores son
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estadounidenses, auque a veces se desliza algún inglés;
después de todo, son anglosajones.
En resumen, la historia ya no es maestra, hemos dejado de
ser sujetos históricos, la realidad es lo que se nos impone y no
podemos sacudírnosla. Si el acontecer es impersonal e
inevitable, como lo quieren los deterministas, poco se podrá
hacer. Desde la minoría, sólo puedo proponer un paliativo: que
nuestra docencia o nuestras investigaciones reflejen también el
pensamiento europeo. No resulta fácil en el ámbito
arqueológico, porque las publicaciones de este origen apenas
llegan a nuestras bibliotecas. Periódicas italianas como Origini
o Bullettino di Paletnologia Italiana son casi desconocidas entre
nosotros y, por sus costos, poco accesibles.
Para terminar estas líneas en clave optimista, anotemos que
desde diciembre de 2002, los centros académicos argentinos
pueden acceder, vía Internet, a numerosas publicaciones
periódicas. Si la nómina se amplía, tal vez en el futuro no todas
sean de EE.UU.
DIÁLOGO
- Dr. Gratton: Le agradezco a Crivelli el momento muy grato que me ha
hecho pasar, aparte de muy interesante, profundo para la meditación,
sobre todo empezando con sus recuerdos, el comienzo de su carrera
científica en los setenta, cuando todos estuvimos sacudidos por esa
tormenta, y cada uno logró llegar como náufragos a la costa de muy
distintas maneras, pero con parecido destino. Y le quería agradecer esta
exposición que me pareció muy acertada y que además enfoca bien el
problema del valor de las ciencias a las disciplinas históricas y en
particular a la prehistoria, a la arqueología, y también los conflictos o
corrientes interpretativas que en este momento están actuando.
Y cuando dijo darwinismo social en un momento de la exposición, me
hizo acordar que darwinismo social es algo que desde hace un buen
rato que hemos escuchado, si no recuerdo mal, mis lecturas, por lo
menos desde fines del 1800, ya con algunos elementos. Y hoy vuelve a
aparecer, porque leo los libros más recientes y se habla de biosociología, precisamente lo que estaba comentando Crivelli. O sea,
tomar los elementos importantes de los nuevos descubrimientos en
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biología, sobre todo a partir de la genética, y estamos otra vez con un
gran empujón en esa línea del darwinismo social.
Creo también que hay este indigenismo exagerado, casi una
explotación demagógica del indigenismo, pero no solamente acá entre
nosotros, en algunas visitas en Estados Unidos, cuando tuve la suerte debo decir, es un gran país, para mi desarrollo científico ha sido
magnífico. Pero naturalmente allí también hay conflictos y diferencias y
así como pudiera haber esta frialdad en ciertas investigaciones, por otro
lado fui atacado, puedo decir así, por los indigenistas extremistas,
colegas profesores de física que me decían, "ustedes los argentinos que
han exterminado a los indígenas, etc. etc." como si yo hubiera sido parte
de las expediciones de Roca. Y decía: pero, en Estados Unidos ¿no
pasó nada?" Son anécdotas, pero muestran un estado de ánimo, un
ambiente que reina en el mundo académico. Y también, aquí hemos
asistido, en tiempos recientes, a esta excesiva condena de la
colonización. Me parece que sí, habría que tomar una posición
equilibrada con respecto a lo que fue la colonización de las Américas. Le
agradezco.
- Dr. Crivelli: Efectivamente, es sumamente difícil tratar con algunos
dirigentes indígenas porque son muy intolerantes. He tratado de razonar
con algunos de ellos, pero generalmente sin suerte. En realidad lo que
buscan son recursos que beneficien a su sociedad, un poco como en
tiempos del llamado negocio pacífico con los indios, expresión que ya
usaba Rosas y que existía en la constitución de 1853. Generalmente, los
arqueólogos no pueden proveer mucha ayuda, pero como en cierta
forma representan a la ciencia oficial, al Estado, los dirigentes creen que
pueden intermediar con las entidades asistenciales.
En otro orden, estos dirigentes, normalmente, viven en las ciudades,
como Bariloche, San Martín de los Andes, Resistencia o Buenos Aires,
lo que les da una situación de privilegio respecto de sus paisanos, que
habitualmente están en áreas rurales y son campesinos o trabajan en la
explotación forestal.
Una de las reivindicaciones indigenistas es la resurrección de ciertas
tradiciones. Pero salvo en algunas regiones, como ciertos sectores del
Chaco, la mayor parte de esas tradiciones se han perdido; para
revivirlas necesitan reinventarlas o informarse por los viejos trabajos
etnográficos. Dos ejemplos, una colega que estuvo en la costa oeste de
América del Norte me relataba que los haida, que son indígenas locales,
siguen haciendo postes totémicos y otras esculturas en madera, que
venden a los turistas. Pero sus modelos están tomados de libros de
Franz Boas, un etnógrafo que documentó la vida de estos grupos a fines
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del siglo XIX y principios del XX, cuando todavía estaban vigentes
ciertas tradiciones. Igualmente, los esquimales modernos hacen ciertas
esculturas en esteatita (una piedra blanda) basándose en los viejos
informes etnográficos. El hecho es que últimamente la gente se educa a
través de la televisión. Esto no tiene nada de malo, pero el precio ha
sido la interrupción de muchas tradiciones. Un caso más cercano es el
de los ranquelinos de las pampas del oeste. Hace poco se devolvieron
los restos del cacique Mariano Rosas (cuyo nombre mapuche era
Panghitruz Guor) a Leubucó, donde estuvo el centro de su poder. Fue
inhumado en un montecito de chañares. Pero por decisión de los
actuales ranquelinos, la tumba es una pirámide, que por supuesto no
tiene ninguna raíz local, porque en estas pampas no se hacían
pirámides. Seguramente, la inspiración provino de Discovery Channel,
que siempre muestra tumbas faraónicas.
En conclusión: si las tradiciones indígenas van a ser de alguna
manera revividas, van a tener que serlo de manera infiel o de una
manera erudita, mediante la consulta de la bibliografía, porque, insisto,
la mayor parte de las tradiciones étnicas, empezando por la lengua, se
han perdido. Es ésta una de las razones por las cuales los indigenistas
deberían ver con más simpatía a etnógrafos y arqueólogos.
- Dr. Dankert: Dos preguntas. Primera, ¿qué trascendencia tuvo la
incorporación de la cultura maya a la historia?
- Dr. Crivelli: Ante todo, fue un testimonio de la potencial complejidad y
diversidad de la humanidad, de la capacidad para plasmar una
concepción del mundo -y también del otro mundo- muy formalizada y
muy peculiar. De esta cosmología que se expresa en los centros
ceremoniales tenemos algunos retazos en los textos del Popol Vuh, que
nos muestran el inframundo y el papel del juego de pelota como imagen
del proceso cosmológico. Ahora bien, cuando ocurrió la conquista
española, la época de mayor esplendor de esta civilización ya había
pasado, de manera que, una vez más, hay que acudir a la arqueología
para conocerla.
Por supuesto que los mayas, que no muy numerosos, están en pleno
proceso de transformación, con los conflictos consiguientes.
- Dr. Dankert: El maya tiene muchos dialectos. En Guatemala, la idea
era hacer con los mayas algo similar a lo que se hizo en Israel. Cuando
deciden fundar una nación hebrea optaron entre tres idiomas: entre el
idish, el español antiguo o ladino, muy importante, y el hebreo. Los más
conservadores se oponían al hebreo porque era el idioma divino; les
parecía inaceptable en ese idioma llamar al perro, por ejemplo, para que
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viniera a comer, les parecía humillante. Pero sin embargo, esa teoría se
impuso y restauraron el hebreo, aun cuando tenían un vocabulario
prácticamente limitado a lo religioso. Se valieron un poco de los textos
existentes y de aportes del árabe, paradójicamente. Pero ahora se usa,
todos los que van a vivir a Israel tienen que aprender hebreo.
- Dr. Crivelli: Una de las diferencias con el caso israelí es que el maya es
una lengua vigente, pero es verdad que hay muchísimas variedades
lingüísticas mayas, por varios factores: la expansión de los estados del
valle de México hacia el sur, que dejó enclaves mayas en ámbitos
dominados por el náhuatl y las caídas de los sistemas políticos.
- Dr. Dankert: Pero lo que me parece extraordinario es que haya pueblos
en Méjico o en Nicaragua, no estoy seguro, que fueron conquistados por
los españoles en 1780, y que aun hacían su vida normal, precolombina,
en 1780.
- Dr. Crivelli: Sí. Una de las razones aparentemente, para esto, es que
los señores españoles eran tan distantes como lo habían sido antes los
señores mayas. Lo que esperaban del campesino era que trabajara y
eso era todo. En un texto mexica, que es una versión en español de un
códice que se ha perdido, los dioses ordenan a los campesinos "deben
trabajar y no holgar", la misma fórmula que aparece en la creación del
mundo en la Mesopotamia asiática. O sea, que en todo el mundo lo que
la élite quiere es que los campesinos trabajen y no se dejen estar (lo
mismo que nosotros los del Conicet quisiéramos de los técnicos y de los
becarios). Esta fórmula creo que da cuenta de la distancia infinita que
había entre esas teocracias de Mesoamérica y los campesinos que
debían producir su maíz y pagar su tributo.
- Dr. Dankert: Y la segunda preguntita, si tengo tiempo, es más
vinculada a su área de trabajo. Por qué, ahora los mapuches invasores
chilenos que arrasaron a todos los pueblos autóctonos nuestros allí, se
han convertido en los grandes herederos de la tierra, y los poseedores
de todos los derechos, etc., etc.
- Dr. Crivelli: Efectivamente, los mapuches proceden del otro lado de la
Cordillera y su expansión hacia el este quedó registrada históricamente
porque es bastante tardía: el siglo XVII o algo antes. El gran motor de
los mapuches está en Chile, donde su población es muy abundante,
mucho mayor que aquí; entre otras cosas, porque las formas
económicas eran y son distintas. Allá eran agricultores, recolectores,
pescadores y tenían ganadería de camélido, en tanto que aquí pasaron
a ser cazadores, saqueadores de ganado y luego crianceros o criadores
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de ganado menor. Esta última es su condición actual. Estas formas
económicas no permiten tanta densidad de población como la
agricultura.
En segundo lugar, en las zonas de expansión mapuche no quedaron
casi indígenas autóctonos, en parte porque se mezclaron. Lo que
sabemos de los pampas y ranqueles premapuches proviene
mayormente de la arqueología, porque a mediados del siglo XVIII ya
estaban araucanizados. Los tehuelches (esto es, toda la población
autóctona de Patagonia continental) casi han desaparecido. Restan
unos pocos tehuelches del Norte, cuyos apellidos (Kual, Chiquichano)
aparecen a veces como dirigentes indígenas que tratan de conseguir
algún beneficio material para ellos y su gente. Ya a mediados del siglo
XIX, los Chiquichano estaban emparentados con mapuches, y eso es
lógico, además, porque se sabe que la gente cambia con más gusto sus
genes que sus costumbres. Los pocos tehuelches del norte que
subsisten se localizan hacia el este, para el lado de la costa atlántica,
porque sus relaciones con los galeses del Chubut no fueron tan malas y
porque desde el oeste venía el frente araucano. Con los galeses
tuvieron conflictos, por supuesto, pero llegaron a un modus vivendi: los
aborígenes les enseñaron a andar a caballo y los proveían de cueros de
guanaco a cambio de armas.
Entonces, en las regiones a las que se extendieron los mapuches, que
fueron principalmente Norpatagonia y las pampas, no hay grupos
indígenas que puedan proponerse a sí mismos como dueños auténticos
de la tierra, etc., porque no existen o son demasiado pocos.
Ustedes pueden ver en Internet que el pueblo mapuche se presenta
como milenario; acaso lo sea en Chile, pero no lo es aquí. Y no hay por
qué faltar a la historia, porque la actual constitución reconoce la
preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos sin
inquirir cuándo se instalaron en el actual territorio del país.
- Dr. Dankert: Una última preguntita. ¿Cómo traducen al castellano el
"horse complex"?
- Dr. Crivelli: Nosotros decimos "complejo ecuestre"
- Dr. Dankert: Muchísimas gracias y le agradezco mucho su
presentación que me pareció excelente.
- Dr. Crivelli: Gracias
- Dr. Regúnaga: Tengo dos breves comentarios. Uno referido a la
influencia de la Ley General de Sistemas. Siendo profesor de Derecho
Constitucional también recogí esa influencia en el manejo del análisis
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del funcionamiento del estado y de la sociedad. Me refiero
esencialmente a la tendencia que empieza con la obra de von Neumann
Los Nervios del Gobierno.
Tomada como un elemento de análisis más, no me pareció negativa
porque implicaba agregar un modelo del funcionamiento de una
sociedad humana al compararla con sistemas cibernéticos. Un modelo
bastante más parecido a ella de lo que podían ser los modelos
tradicionales de la escuela mecanicista que consistía en comparar la
sociedad con máquinas, o de la escuela organicista que pretendía
asimilar la sociedad humana a los organismos vivos. Cada uno de estos
intentos han sido fenómenos de una tendencia que globalmente es falsa
y que el filósofo de la historia Arnold Toynbee llamó la falacia patética.
Antes del surgimiento de la ciencia, la tendencia era la contraria:
explicar lo que hoy explicamos con métodos científicos, haciendo
comparaciones con la sociedad humana. La sociedad humana servía de
modelo a la naturaleza, y entonces se atribuían voluntades a los
fenómenos naturales. Si ocurría un terremoto, se creía que era debido a
que un dios lo provocaba. La cultura animista consistía en atribuirle alma
a los árboles, a los ríos, a todos los demás objetos.
Con el surgimiento de la ciencia pasó lo contrario. El éxito de la
ciencia ha llevado a tomar modelos que no son humanos para explicar lo
humano. Ello puede ser interesante, pero advierto, y la exposición del
profesor Crivelli me da de alguna manera la razón, que hacerlo lleva a
reducir los fenómenos humanos a los hechos cuantificables, dejando de
lado, como si no existieran, los aspectos cualitativos. Sin saber que
íbamos a tratar este tema mencioné el otro día el peligro terrible de dejar
lo cualitativo y concentrarse exclusivamente en lo cuantitativo. Ahora
aparece un ejemplo clarísimo de este desvío en lo que está ocurriendo
en la nueva arqueología. Para poder tener leyes inexorables hay que
dejar lo humano e ir a aquellas cosas que se pueden cuantificar y aplicar
después métodos matemáticos para procesarlas. Por ello vuelvo a poner
énfasis entonces, en lo importante que es comprender que hay
fenómenos mucho más complejos, que lo cuantitativo es nada más que
lo más simple y superficial del fenómeno humano y que lo cualitativo
nunca tiene que ser abandonado si queremos entender al hombre.
- Dr. Crivelli: Completamente de acuerdo.
- Dr. Regúnaga: Recuperemos "a los tornillos como tornillos, trabajemos
para desarrollar destornilladores".
- Dr. Crivelli: Totalmente de acuerdo.
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- Dra. Insúa: Estoy de acuerdo, pero no se abandona lo cualitativo por
usar números también. Me quedó una pregunta. Una vez visité
Montalban y vi todas las tumbas que no eran explotadas porque los
mejicanos no quieren que vayan los americanos y destruyan, así me lo
explicaron, solo pude entrar en una que estaba abierta, eran los
zapotecas, no sé en que época desaparecieron, pero había en esa
tumba una escritura muy primitiva… ¿Siguieron trabajando, o los
mejicanos no quieren ?
- Dr. Crivelli: Los mejicanos se han reservado para sí principalmente el
valle de Méjico, y tampoco lo han tenido exclusivamente porque en
Teotihuacan los proyectos mayores han sido norteamericanos. También
Monte Albán, en Oaxaca, ha sido enfocado en buena medida por
norteamericanos, entre otras cosas, por la escala que requieren los
trabajos. Los mejicanos no pueden encararlos más que de manera
limitada; entonces, un poco hacen lo que hacen los egipcios en Egipto,
es decir, se reservan un papel de policía, tratando de evitar el tráfico de
antigüedades (los arqueólogos profesionales no trafican antigüedades,
entre otras cosas, porque no podrían publicarlas, sino que lo hacen
verdaderos traficantes, que también son profesionales). Asimismo, los
mexicanos trabajan lo que tienen más cerca, que son sus propios
núcleos urbanos; p. ej., se hace mucha arqueología de rescate en la
ciudad de Méjico. Ellos trabajan en todo el país, pero en las áreas maya
o zapoteca no pueden hacerlo en la escala que establecieron las
misiones norteamericanas.
Respecto del desciframiento de los textos mesoamericanos, se ha
avanzado realmente mucho. Se sabía que buena parte de estos textos
eran calendáricos y que tenían un papel adivinatorio. Para conocerlo
ayudaron mucho los llamados libros de "chilam balam" o sea, los textos
adivinatorios de los brujos jaguares. Toda Mesoamérica, desde los
tiempos olmecas, parece haber tenido un doble calendario. Uno era
solar y muy preciso, y seguramente hacía falta para cobrar el tributo, lo
que en las sociedades campesinas debe hacerse en el momento de la
cosecha; entonces, se requiere planificación éste era un medio. Y a este
calendario se agregaban otro, que nos resulta extraño, de 260 días,
digamos 13 meses de 20 días, y que tenía un papel exclusivamente
adivinatorio. Entonces, hay textos que son oraculares y que se han
podido descifrar en parte comparándolos con lo que los españoles
anotaron al respecto, que fue muy poco. Y, en segundo lugar, y esto no
es sorprendente, los otros textos que se están encontrando,
mayormente, son los de la exaltación de ciertas estirpes, de ciertos
linajes que eran señoriales. O sea, son textos de propaganda. En ese
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sentido, la idea, también indigenista, de que los americanos eran todos
iguales, eran todos amigos, es ingenua. Eran gente como todo el
mundo, y aquél que había alcanzado el poder trataba de legitimarlo
alegando que era el mejor, etc. Hay algunos datos interesantes, por
ejemplo el papel de la vía uterina, de la vía femenina, en conceder la
realeza o el carácter principesco. Se ha avanzado mucho con esto.
Lamentablemente, y sin ser indigenista, yo no puedo dejar de recordar
que la plaza de Mérida, en México, el obispo Landa quemaba códices
mayas. Se han quemado pilas de códices, ha sido un detrimento
enorme, lo que condicionará para siempre nuestro conocimiento de esta
civilización.
Un nombre importante en el estudio de la escritura zapoteca es Joyce
Marcus, de la Universidad de Michigan. Y para la escritura maya hay
que recordar a Tatiana Proskuriakoff, de nombre ruso, pero que
trabajaba en Estados Unidos.
Hay que decir una cosa más, y es que después de la conquista y de la
evangelización, los mayas siguieron haciendo sacrificios humanos.
Elegían a ciertas víctimas propiciatorias, las crucificaban atándolas a
dos maderos y le arrancaban el corazón a la manera mesoamericana.
Habían amalgamado las dos formas de sacrificio. La religión
mesoamericana era escalofriantemente sanguinaria, como conozco otra.
Esta parte del mundo americano aparece como uno de los más terribles,
de los más complejos, de los más difícil de entender.
- Dr. Dankert: Tengo entendido que el maya lo descifró un ruso.
- Dr. Crivelli: Tatiana Proskuriakoff; pero trabajaba en EEUU.
- Dr. Dankert: No, no, es un ruso de Rusia, Yuri Knorosov, que por ser
ruso los americanos le cerraron la puerta. Nunca lo escucharon hasta
que no se murió otro arqueólogo inglés que le tenía la puerta cerrada. Y
Knorosov tuvo que primero aprender castellano, para poder entender los
textos españoles, y después encaro el maya. Lo hizo en base a
documentos de los sacerdotes españoles que en la época de la
conquista tradujeron los dibujitos, como buenamente podían, y resultó
que era un idioma silábico.
- Dr. Crivelli: Me confieso desactualizado en el tema, que siempre ha
sido muy polémico.
- Dr. Dankert: Hay un libro, creo que se llama Breaking the Maya Code
de Michel D. Coe, que lo tengo, así que se lo puedo pasar, donde
cuenta todo eso y es fascinante.
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- Prof. Brenci: Vorrei farti due domande. Una, hai parlato dei mapuches,
avrei parlato anche degli araucani perché io sono stato, ti chiedo se è
stato risolto il problema da dove vengono i mapuches, perché uno dei
problemi più grandi è che nell'immagine del modello di inabitazione, di
insediamento del pre-storico, di solito un modello della popolazione
americana, viene considerata con il passaggio dello scrittore Bering
"l'effetto doccia"?, se le selezioni dei singoli ambiente, la discesa in
mesoamerica e la discesa in America del Sud.
La prima volta che sono venuto qua io aveva proprio l'urgente
problema di spiegarmi, come mai, per esempio, al livello Paraguay e Alto
Paraná, davanti a un'ostacolo naturale, molto grande, cioè a un corso
praticamente senza soluzione di continuità che va da San Paolo a Gli
Ande non ci sia stato il classico effetto che c'è nelle popolazioni quando
trovano un ostacolo naturale, e l'intervallo di tempo di stazionarietà è
sufficiente a mutazioni, a sottorazze, a etnie, non ci stiamo
nominalisticamente a arrabbiare. Mentre, quando superiamo l'ostacolo
troviamo caso strano, unico, una differenza di popolazione in termini di
distanza genetica enorme, i mapuche in particolare e Darwin li chiamava
"i mie meravigliosi giganti, indios". E le caratterizzava quando è ritornato
dal Cile, e quando è passato sulla foresta pietrificata dell'araucaria,
proprio etnologicamente ha detto, "qui siamo davanti a popolazioni molto
diverse". Io penso al Norte del Cile, penso a Bolivia, penso a tutta la
popolazione quechua che sono vicinissimi. E il problema mapuche
diventa importantissimo perché mette in discussione tutto quello che è lo
schema che abbiamo usato fino a oggi per interpretare sull'azione
dell'uomo della America del Sud.
Sentendoti di parlare, e sentendoti di dire dell'aggressività dei
mapuche nei confronti, mi si conforma quella che era la mia idea che
non sono mai potuto riuscire a portare in porto che era quello di vedere
la quantità di variazioni che esistevano a livello di quel lasse sulle
guaraní sopratutto i guaraní modificate i guaraní "tupi", e non sono
riuscito per mia strema ignoranza perché non sapevo che per i guaraní
l'immagine del sangue erano proprietà dell'individuo e di Tupac e di
nessun altro. E avendo chiesto la collaborazione di due Istituti, uno
paraguayo e uno boliviano, mi sono ritrovato che dopo novanta giorni di
campagna, a me servivano duemila campioni di sangue e in tutto
avevamo radunati, mi sembra ventisette. Allora ho dovuto rinunciare a
fare l'albero filetico perché avevo scelto proprio di fare l'emoglobina
come marcatore, sono rimasto senza dati.
Quindi, ma, ancora oggi penso che io non so come, ma, ho la vaga
sensazione che data la distanza genetica esistente, si possa salvare il
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modello della doccia, ma, anche il modello di trasporto polinesiano con
mezzi che non riesco né meno a immaginare, non sia del tutto da
scartare e che questa enorme distanza genetica ...abbia un suo
significato in un modello complementare che comporti, l'arrivo anche di
pochissima gente, fatto il conto della deriva genetica,ma, sarebbe una
popolazione vicina ai cinquanta, venticinque maschiette e venticinque
femminucce, per ottener proprio se è aggressivi un secondo modello
complementare.
Quindi, ti ringrazio per aver riportato, in auge i mapuche. Ma, una
occhiatina la darei anche agli arauchi, perché le distanze sono tante
nelle tre popolazioni. Per quello che riguarda, invece, Yucatán, maya, io
ho dei grossi sospetti che più che scoprire si rilegano con altri metodi
tutto ciò che è stato registrato dagli spagnoli che erano una quantità
enormi i codici sull'argomento, interpretazione dei segni, non proprio
lettura, e risalgono a grosso modo già nel 1550, c'erano interpretazioni di
lettura di segni. Forse, in quel senso c'è una lettura di tipo, indigenista di
un fenomeno importantissimo. Io credo che quello, sì era veramente
unico, il fenomeno della trascrizione dei fonemi guaraní in lettere latine
leggi Montoya, Solano, sia di una grossa importanza perché l'unica volta
nel mondo in cui si passa la dialetti a lingua scritta e si ritorna nella
selva.
Io non mi posso permettere di indicare niente a nessuno, ma, mi
sembra come occasione sperimentale sia unica. E le genti tornata della
selva, dal 767 al 850 c'è ne era parecchia, c'è la possibilità di una
controprova sperimentale, o almeno a me sembra. Ecco.
- Dr. Crivelli: Por un lado sería importantísimo que el Dr. Brenci pudiera
continuar esa investigación porque haría mucha falta.
Con respecto al origen de los mapuches no creo que nadie tenga en
este momento una respuesta clara. La plástica de la cerámica (a la que
nosotros siempre atendemos) sugiere vinculaciones con la zona andina
selvática del Este, digamos, con las estribaciones del Este de Argentina,
la zona que llamamos "la cultura de la Candelaria". Ahora bien, la
cerámica no es la gente, físicamente los mapuches son claramente
andinos, o sea, recuerdan fuertemente a las poblaciones andinas de
Bolivia y de Perú. Y en cuanto a las posibles influencias traspacíficas,
ahí hay algunos datos que son desgraciadamente imposibles de fechar,
pero que son interesantísimos. En la mitología hay elementos mapuches
que tienen perfectos paralelos con Oceanía. Hay tres o cuatro relatos
míticos que ya interesaron a Imbelloni hace mucho tiempo, en el del
viejo Tatrapay, se invoca un hacha de piedra que se llama "toqui" y que
cae del cielo y parte un árbol. Ese relato se encuentra en el Pacífico y
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tiene paralelos importantes en el sur de Chile. Otro relato interesante es
el de "el hijo del Sol", una mujer queda embarazada por exponerse al
Sol y, que tiene también una semejanza muy grande entre el Pacífico y
Chile, y finalmente hay una cantidad de instrumentos de piedra,
aparentemente ceremoniales, algunos en forma de pico de ave, otros en
forma de paletas labradas, que en general se han encontrado en
superficie, pero se sabe que corresponden a la época araucana de Chile
y que tienen también correlatos muy grandes en el Pacífico. Trabajaron
incluso, Lehman-Nitsche, un arqueólogo y antropólogo alemán
contratado por la Argentina en 1897, y luego Imbelloni.
Estos temas se han dejado de investigar porque no están de moda.
Los contactos entre pueblos han pasado a ser una cosa carente de
importancia; se afirma que no explican nada porque no es cuestión
evolutiva. Es un buen ejemplo de un estudio que haría falta continuar y
que no se continúa porque no redituaría al buen nombre del investigador
porque parecería una cosa antigua, digna de Imbelloni y no de algún
becario de estos tiempos.
Respecto de las investigaciones posibles entre guaraníes y araucanos
y la lengua mapuche, sé que algunos estudiosos han alegado paralelos
lingüísticos, pero es un tema especializado que no conozco.
- Prof. Ferro: Ovviamente la mia è una domanda molto diversa. Ci sono
stati dei riferimenti alla teoria dei sistemi non soltanto dal punto di vista
della archeologia, ma, anche del diritto delle scienze sociali.
La teoria dei sistemi è qualcosa che non conosco, ma, di cui ho sentito
parlare da colleghi e vorrei capire se stiamo parlando della stessa cosa o
de cose diverse. Per quanto avevo capito, è una teoria che è usata
dall'informatici, ma, non viene dall'informatica, pur essendoci problemi di
informatica che possono avere suscitato l'avvio di questa teoria dei
sistemi, è una teoria ingegneristica, per quanto ne so, che vuole
considerare il funzionamento di un sistema, senza andarne ad analizzare
le singole componenti e le singole parti, ma, nella sua complessità, ed è,
quindi, un modo di osservare le cose nel complesso, ed è un modo
anche di affrontare la complessità dei sistemi. Siccome l'informatica si
trova a dover gestire sistemi estremamente complessi, usa appunto la
teoria dei sistemi per venirne a capo in qualche modo, per trovarne dei
risultati.
La mia domanda è: cosa stiamo intendendo, è questa la teoria dei
sistemi o e’ qualcosa altro ciò di cui stiamo parlando?
- Dr. Crivelli: Efectivamente me estaba refiriendo a esta misma cosa.
Respecto del origen, sin duda, la teoría de sistemas nos procuraba
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explicar tanto una bicicleta un automóvil o el funcionamiento del cerebro
y tiene antecedentes remotos, el hombre máquina, los sistemas
mecanicistas, circulación de la sangre, etc. Creo que no es casual que
esta generalización haya surgido más o menos al mismo tiempo, no que
las primeras maquinarias de fines del siglo XVIII, máquinas de vapor,
etc., sino de las primeras computadoras. Tengo la impresión de que hay
allí algún tipo de correlación, y decía que la teoría de sistemas es el
estructuralismo no de Levi-Strauss sino de los ingenieros.
- Prof. Ferro: Una osservazione di diverso carattere. E’ stato affermato
che "Gli europei ci hanno abbandonato". Vorrei dire due parole su
questo tema. Perché ci si aspetta di essere appoggiati dagli europei?
Perché dovrebbero non abbandonare certi appoggi? Credo che ci si
aspetti dall'Europa qualcosa che non è nella natura delle cose. Lo
sviluppo della ricerca, secondo me, anche se ci possono essere degli
ambienti che la facilitano, e’ prodotto dalle singole persone che danno i
contributi. Se in un periodo, in una certa zona, non ci sono singole
persone che si interessano attivamente e che producono risultati, bene,
da quella zona non vengono contributi, e non si giustificano aiuti. Forse
questo punto di vista e’ un po’ semplicistico, perché sappiamo bene che
al di là dell’impegno e delle capacità di ricerca delle singole persone,
queste singole persone devono essere anche finanziate, devono avere
la possibilità di lavorare. Però, ancora, perché l'Europa deve finanziare
certo tipo di ricerche? Tante volte certo tipo di ricerche si finanziano,
appunto, perché ci sono dei personagi di valore che giustificano
un'investimento, che giustificano una speranza nell'ottenimento dei
risultati, che sanno, con la loro personalità scientifica, aver un peso
anche sociale per convogliare dei finanzamenti.
In questo momento, forse in Europa, di tali personalità, e di tali
interessi c'è ne ben poco, ma non mi meraviglierei, non è detto che deva
essere l'Europa per forza, può essere anche l'Argentina che promuove
un certo tipo di ricerche a livello internazionale, e che magari provoca di
conseguenza anche in Europa una reazione. Ma, direi che ormai le cose
sono a livello mondiale, e i contributi possono venire da dovunque e ci
sia un'interesse, e ci sia una capacità di realizzare qualcosa. Forse più
che aiuti si dovrebbero cercare cooperazioni che aiutano.
- Dr. Crivelli: Ahora sabemos por qué nos han abandonado. De acuerdo
que no había por qué esperarla. En realidad, era más una esperanza
que una expectativa.
- P. Coyne: Vorrei solo appoggiare quello che ha detto Ruggero, a
riguardo degli Stati Uniti. Sin dall'inizio della guerra della liberazione dagli
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inglesi gli Stati Uniti volevano essere abbandonati, hanno sempre
seguito quella strada, volevano essere proprio indipendenti in quel senso
di tirare avanti soli, solissimi, sin a un certo punto, ovviamente.
- Dra. Archideo: Y puede ser también que hayamos abandonado
nosotros. Lo digo con toda claridad porque este encuentro lo demuestra,
como también la maestría que está dirigiendo el profesor Ruggero Ferro
y para la que ha conseguido todo del gobierno italiano. De los Estados
Unidos, en este momento representado por el Padre Coyne, también
hemos recibido ayuda. Por parte de Europa, todo lo que hemos pedido
con insistencia lo hemos obtenido, y con la mejor gente. No es el
momento para detenerme en esto, pero lo veo como una falta nuestra,
porque no nos olvidemos que los argentinos no somos constantes en las
cosas, ni suficientemente consecuentes; lo hacemos una vez y después
queremos que todo nos venga hecho. Sin duda hay excepciones.
- Dr. Gratton: Quería hacer una lectura diferente de lo que dijo al final
Crivelli. Yo lo interpreté de una forma distinta, no como "me has
abandonado, porque no me ayudas más", etc., no porque, como dice
bien Lila y yo me pongo como testigo tengo una excelente relación con
Estados Unidos, lo interpreté como diciendo que en su disciplina -me
corregirá después Crivelli- o en estos conflictos de interpretación, es
decir, de distintas metodologías dentro de su disciplina, parecería que
en el mundo científico que él frecuenta hay una preponderancia de
ciertas corrientes de pensamiento de influencia norteamericana, que
además pienso que dentro mismo de Estados Unidos hay muchas
diferencias también. Digamos, que hay un predominio de ciertas
tendencias, mientras que parece que las corrientes de pensamiento
equivalentes en Europa han disminuido su influencia, entonces, yo lo
interpreté en ese sentido, diciendo, "bueno, Europa estás abandonando
la lucha intelectual". Algo así.
- Dr. Crivelli: Agradezco su resumen, que me interpreta muy bien. Yo
apuntaba al abandono que han hecho los europeos de muchas de sus
posiciones intelectuales en las ciencias humanas. Creo que
simplemente Europa ha debido renunciar a una parte de su influencia en
ciertos bloques del mundo porque ha habido otra más poderosa, más
eficiente, más eficaz, más próspera. Ningún país abandona su influencia
sobre una parte del mundo con gusto, lo hace a pesar de sí, o porque
piensa que una inversión adicional no va a ser redituable (lo que en el
caso de la Argentina tendría mucho fundamento). De manera que no
creo que haya sido una cosa voluntaria. Lamento que lo que fue alguna
vez una tradición firme y bien establecida esté amenazada de
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interrupción, porque el restablecimiento de una tradición intelectual es
una cosa sumamente difícil, muy costosa; es mucho más económico
continuarla que reiniciarla.
- Dra. Archideo: Con todo, vuelvo a insistir en lo que dije antes. Y
Europa lo que sí ha abandonado en el hemisferio es el Cristianismo que
está en la raíz de su cultura y nos la transmitió en toda su riqueza y con
el cristianismo muchos temas intelectuales relativos a la persona y la
sociedad aunque pienso que muchos los están retomando y lo vemos en
nuestros Simposios.
Gracias Dr. Crivelli, su exposición ha buscado la verdad y también la
belleza, nos diría el Padre Coyne.
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