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El estreñimiento en el niño
El estreñimiento es un trastorno muy frecuente. A pesar de que aparentemente es benigno, no
debe descuidarse, ya que puede revelar una enfermedad más grave y alterar la calidad de vida.
¿Qué es el estreñimiento?
Consiste en una frecuencia de defecación menor de 3 veces por semana, cuando existe retención fecal o
cuando la defecación es dolorosa.
El estreñimiento en el niño puede ser causa de dolor abdominal intermitente, pérdida de apetito,
distensión abdominal, enlentecimiento de la curva de crecimiento o estrías de sangre en heces.
Además el estreñimiento grave o mantenido en el tiempo puede llegar a producir en el niño encopresis (o
evacuación involuntaria por rebosamiento de las heces en la ampolla rectal).
¿Cuándo sospechar que mi hijo sufre estreñimiento?
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Si hace deposiciones menos de tres veces por semana.
Si debe hacer un esfuerzo abdominal importante durante la defecación.
Cuando persistan las necesidades después de la evacuación.
Si tiene la impresión de que nunca tiene ganas de defecar.
¿Qué puede causar el estreñimiento?:
Si el estreñimiento es reciente puede ser síntoma de una enfermedad y conviene consultarlo. Sin
embargo, la mayoría de las veces en la infancia se trata de estreñimiento simple y tan solo en menos de
un 5% de los casos el estreñimiento es de causa orgánica u obedece a una enfermedad subyacente.
Si se ha presentado a raíz de un viaje, seguramente se debe al cambio de hábitos en el niño, incluidos los
alimentarios.
En niños que ya han adquirido control de esfínteres, el estreñimiento crónico está asociado a menudo a
malos hábitos defecatorios o de alimentación.
En general, las causas mas frecuentes de estreñimiento en la infancia son:
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Dieta con poco aporte de residuos (alimentación pobre en frutas, legumbres y fibra en general).
Inadecuada ingesta de líquidos (no bebe suficiente agua).
Presencia de factores que puedan producir dolor a la defecación (fisuras a, hemorroides etc).
Errores pedagógicos a la hora de enseñar al niño el control de esfínteres. Esta es por lo general,
una de las causas más frecuentes.
Causas psicológicas, factores hereditarios y constitucionales.
¿Cuál es el mecanismo del estreñimiento?
El tránsito intestinal es lento. Este fenómeno de "pereza intestinal" afecta sobre todo a los niños, a las
mujeres y a las personas mayores. Las heces no expulsadas y retenidas en los tramos finales del tracto
digestivo (colon terminal) sufren un proceso de reabsorción de líquidos tornándose mas secas y duras, y
por tanto más difíciles de evacuar, con lo que se cierra el círculo vicioso que perpetúa el problema.
¿Cómo se puede luchar contra el estreñimiento?
Para combatir el estreñimiento, pueden ser útiles las siguientes recomendaciones generales:
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Hacer ejercicio físico moderado.
Beber líquidos abundantes (sobre todo agua y algún zumo).
Intentar que el niño vaya al baño con regularidad. Para ello es conveniente habituarlo a que haga
la deposición a la misma hora del día, preferentemente después del desayuno.
Evitar que el niño se contenga cuando tiene ganas de hacer deposición.
Administrar dieta rica en residuos vegetales: pan integral, galletas integrales, copos de avena,
patatas, verduras ricas en fibra (espárragos, puerros, alcachofas, espinacas, fréjoles, judías
verdes, acelgas, calabacín, berenjenas, tomate, pimiento, ensaladas…), legumbres (alubia,
garbanzo, lentejas…), frutas sin pelar, zumos de frutas, mermeladas, compotas, frutos secos
(higos o ciruelas pasas, dátiles…), miel, aceite de oliva, mantequilla y margarina.
Alimentos a evitar: Cacao, chocolate, bombones, pasteles, pan blanco, queso, arroz, picantes.
Como norma general no se recomienda el uso indiscriminado de laxantes, ya que pueden irritar el
intestino. Evite los laxantes a menos que hayan sido prescritos por su médico o pediatra.
En caso de existir lesiones perianales, y para evitar el dolor con la defecación que agravaría el problema,
su pediatra prescribirá un tratamiento a base de pomada antiinflamatoria y cicatrizante.
Si el estreñimiento es reciente, si va acompañado de dolores o de heces sanguinolentas o si se alterna
con diarreas, es necesario consultar con el pediatra, quien podrá solicitar pruebas complementarias para
determinar las causas.