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Transcript
El VIH en nuestras casas
INDICE
1 - Prólogo
2 – El icono del Buen Samaritano
3 - El test VIH para los/as candidatos/as a la Vida Religiosa
3.1 Test sí, test no – razones a confrontar
3.2 Reflexión final
4 - Presencia de miembros VIH positivos en nuestras comunidades
4.1
4.2
4.3
4.4
Responsabilidad de la persona interesada
Responsabilidad del superior
Responsabilidad de la comunidad
Reflexiones finales
5 - Conclusión
6 - Anexos
6.1
6.2
6.3
Modalidad práctica para efectuar el test
Notas técnicas sobre el test, enfermedad, diagnóstico y
tratamiento
Cuestiones jurídicas
7 - Bibliografía
1
El Vih en nuestras casas
Puntos para una reflexión
1. PRÓLOGO
La pandemia del VIH demuestra que no es sólo un problema sanitario o de moral
sexual, sino que implica al ser humano en todas sus dimensiones, a nivel personal y
social.
Ya ha entrado nuestras casas: nos toca cada vez más de cerca, y no solamente
concierne a las actividades e iniciativas que los institutos religiosos llevan a cabo, en el
campo de la asistencia, prevención, educación, etc. sino que implica también a los
miembros (actuales o potenciales) de las comunidades religiosas. En algunos países
el porcentaje de personas infectadas por el virus alcanza el 30%: esto significa que
casi una persona entre 3 puede ser portadora del virus… y muchos de nuestros
candidatos/as1 provienen de estas poblaciones…
¿Cómo actuar frente a esta situación dramática? ¿Qué postura hay que tomar para ser
testimonios proféticos creíbles? ¿Excluir a cada candidato VIH positivo? ¿Qué
orientaciones hay que dar a los promotores de vocaciones y a los formadores?
¿Cómo hay que comportarse ante un religioso seropositivo? ¿Cómo pueden
preparase los superiores y la comunidad para acoger a estas personas? ¿Somos
conscientes del avance continuo del tratamiento de esta infección que a lo mejor nos
está interpelando a reconsiderar las orientaciones tomadas hace 15 o 20 años?
La reflexión, la formación al respeto y a la acogida del que es ‘diferente’, la
profundización de la cuestión ética y pastoral en la lucha contra el VIH y sus
consecuencias, comienzan en nuestras casas.
Además hoy, la sociedad tiene un mayor conocimiento de los derechos de las
personas, en particular del derecho a no ser discriminado. Por lo tanto, puede que no
sean tan infrecuentes los problemas legales y jurídicos a los Institutos, cuando piden el
test a sus candidatos antes de ser admitidos por primera vez.
El tema no es nuevo. Ya fue puesto en evidencia en años pasados.2
Proponemos por tanto algunas pistas generales de reflexión, dirigidas a los
superiores/as y comunidades, que puedan ayudarnos a asumir orientaciones
coherentes con los principios éticos que profesamos y a tomar decisiones con mayor
1
Para evitar cargar el texto italiano, se usa la forma masculina, pero siempre se refiere e incluye también el
género femenino.
2
En abril de 1991, hubo en Roma un encuentro organizado por la UISG y Caritas Internationalis: tenemos el
texto de la reflexión propuesta por Mons. R.Vitillo y Sr. M. O’Donohue, pero no existen líneas de orientación
de la Asamblea UISG después del encuentro. La cuestión permanece abierta.
En octubre 2007, la Comisión Justicia y Paz (JIP) de las uniones UISG y USG organizó un seminario de 2
días sobre el tema de la justicia en el acceso a las curas sanitarias. Entre otros, un grueso texto de
P.F.Monks, MI, entonces Presidente de la Comisión de Salud de las Uniones, insiste diciendo: “…we need
to stablish guidlines…”
2
claridad y eficacia. La única finalidad de las siguientes observaciones es estimular a
una discusión abierta y debidamente informada, pero sin la pretensión de ser
normativas, dejando a cada instituto la responsabilidad de tomar sus decisiones y de
definir sus líneas guías.
2. EL ICONO DEL BUEN SAMARITANO
El Buen Samaritano (Lc 10,25-37) es el modelo de toda acción pastoral, en particular de
las dedicadas a las víctimas contagiadas por VIH, sobre todo si están cerca de nosotros,
como pueden ser nuestros hermanos y hermanas de congregación.
Esta imagen nos sugiere actitudes expresadas en las palabras: “Me acerco… Tengo
compasión… Te cuido… Me intereso por el VIH-SIDA y sus efectos devastadores”
Afirma también la esperanza de que se encuentre un tratamiento que ponga fin al
sufrimiento de millones de personas, y entre tanto me voy a ocupar de ellas por medio de
la acogida, el respeto, la solidaridad, evitando todo juicio, promoviendo una vida digna, y
si fuera el caso, incluyéndole en mi familia religiosa.
Sin embargo, podemos también intentar una lectura distinta de este pasaje en el cual el
Samaritano no es el que socorre sino el herido, el “medio muerto”. En su impotencia y
fragilidad – a menudo fruto de opciones personales que no compartimos –nos enseña a
revisar nuestros comportamientos moralistas imponiéndonos una nueva apertura mental.
El seropositivo, el distinto, el enfermo, nos impulsan a dejarnos evangelizar…
“Seguimos mirando al hombre “medio muerto” con el alivio de saber que alguien se va a
poner a favor de la mitad viviente de su persona y va a elegir la vida en su nombre. Y nos
damos cuenta con asombro de que es precisamente él, desde su impotencia, quien posee
el poder de revelar al Samaritano su capacidad de compasión que le asemeja a Dios.
¿Y si fuera lo que sentimos “medio muerto” en nosotros, lo que tuviera la misión de
revelarnos dimensiones de nuestra existencia que desconocíamos? ¿Y si fueran las
situaciones de creciente fragilidad, disminución y pérdidas, las “mensajeras” encargadas
de anunciarnos una novedad que llega a nuestras vidas?3
La vida consagrada, acostumbrada a situarse en posición del que ayuda, cura - en una
palabra - en el pedestal de la caridad activa, hoy, se siente desafiada por la presencia de
hermanos y hermanas seropositivos, a recuperar la humildad y el realismo, de tener que
aceptar ella misma sus propios límites y la propia fragilidad, como momento irrenunciable
de crecimiento.
3. El TEST VIH PARA LOS CANDIDATOS A LA VIDA RELIGIOSA
Según informaciones no oficiales, resulta que el test para identificar anticuerpos VIH,
viene realizado regularmente en muchos de nuestros Institutos, como práctica que no se
discute, pero faltan documentos que indiquen una seria reflexión sobre las implicaciones
que dicha práctica pueda tener.
Del Congreso sobre la Vida Consagrada 2004 “Buscadores de pozos y caminos” – Dolores Aleixandre
RSCJ
3
3
Y está es, por tanto, la base de nuestra reflexión: ¿qué consecuencias que puede tener
esta decisión, a nivel simbólico, ético, pastoral, jurídico e incluso profético?
3.1 Test sí, test no – razones a confrontar
A – Razones a favor del test VIH para todos los candidatos/as:
-
En muchos institutos de vida apostólica, es indispensable asegurar – en la medida
de lo posible – que los miembros tengan la actitud física, moral y psicológica para
cumplir su misión según el carisma propio. ( CDC n. 642)4
-
Corresponde a cada Instituto establecer criterios para la admisión de sus
miembros. Los criterios pueden diferir según el carisma y ministerios específicos de
cada Instituto, reconociendo que estos están justificados ante la exigencia de poder
ejercer el carisma propio.
-
Como consecuencia de lo dicho anteriormente, la admisión a un Instituto nunca
debe ser considerada como un derecho tal, que al impedir iniciar la vida
consagrada se convierta en pretexto para una causa legal.
-
El test para determinar el VHI normalmente forma parte de una serie de
indagaciones requeridas para diagnosticar la idoneidad psico-física, hacia las
cuales no se hacen cuestionamientos éticos.
-
La naturaleza de la vida consagrada, hace que el Instituto sea el único responsable
de sus miembros, haciéndose cargo de todas sus necesidades. Una vez
incorporado definitivamente al Instituto, ningún miembro puede ser expulsado por
razones de salud. En el caso de personas seropositivas esto podría tener
repercusiones comprometedoras para el Instituto.
-
En algunos Países con recursos limitados – para los cuales el tratamiento de
enfermedades relacionadas con VIH-SIDA suponen un costo notable – se plantea
el serio problema de que algunos Institutos no pueden asegurar el
acompañamiento y tratamiento necesario de sus miembros infectados y enfermos,
durante toda la vida.
B – Razones en contra del test VIH
-
La Iglesia, por supuesto, debe luchar contra todas las formas de discriminación de
las personas con IVH +, y por ello, debería comenzar por sí misma… Decimos que
las personas VIH+ tienen que tener la posibilidad de una vida normal y nosotros
queremos excluirlos de nuestras casas… ¿Hasta qué punto son evangélicas las
consideraciones precedentes? ¿Apreciamos el valor de la vida religiosa y de la
4
Con vigilante cuidado, los Superiores admitirán tan sólo a aquellos que, además de la edad necesaria,
tengan salud, carácter adecuado y cualidades suficientes de madurez para abrazar la vida propia del
instituto; estas cualidades de salud, carácter y madurez han de probarse, si es necesario, con la
colaboración de peritos, quedando a salvo lo establecido en el can.220.
Can. 220 – A nadie le es lícito lesionar ilegítimamente la buena fama de que alguien goza ni violar el
derecho de cada persona a proteger su propia intimidad.
4
persona consagrada en términos de productividad…? ¿En términos económicos y
utilitarios…?
-
El test corre el riesgo de ser utilizado como indicador de vocación y/o de fidelidad a
la misma, poniéndose en lugar de la Gracia y de la responsabilidad y competencia
de los formadores. De este modo, no parece que pueda contribuir a cimentar
convicciones sino, más bien, a crear miedo y comportamientos de defensa.
-
Basar el discernimiento de una vocación, solamente en la salud física, podría
parecer un azar y una opción arriesgada, si consideramos que hay santos
canonizados que fueron excluidos por algunos institutos, porque no respondían a
sus requisitos.
-
En muchos países existen leyes civiles que prohíben claramente hacer el test VIH
a las personas, como forma de selección para algún fin. En Canadá, USA ha
habido acciones legales contra algunos seminarios que pedían el test a los
candidatos.5
-
El test HIV no tiene valor de diagnóstico, únicamente puede predecir: indica que la
persona podrá desarrollar el síndrome del SIDA después de algunos años, y
sabemos, que con un tratamiento adecuado, en la mayoría de los casos, llega a ser
una patología crónica. Teniendo la posibilidad de que - ahora o en el futuro – se
pueda hacer un test que pronostique otras patologías crónicas, ¿lo utilizaríamos
de la misma manera?
-
Sin embargo, el test en sí mismo es caro y no siempre está disponible en todos los
países.
3.2 - Reflexiones finales
Aún aceptando como justificada la decisión de pedir hacer el test, con sus propias
consecuencias, no podemos dejar de formular algunas consideraciones generales
planteándonos ciertos interrogantes que se presentan a los Superiores/as Generales
como base de un ulterior discernimiento. Nos parece que este tema no puede darse por
terminado, sino que hay que dejar la puerta abierta a varias hipótesis de posibles
cambios.
-
Compete a cada Instituto determinar los criterios de selección, y por tanto, de
admisión de los propios candidatos. Este derecho no puede ser considerado como
un abuso porque la naturaleza del Instituto en cuestión, determina el perfil de los
que pertenecen a él.
-
Por tanto, el test de VIH es uno de los test, parte del paquete de informes de
diagnóstico a los que se someten los candidatos para su admisión.
-
Sin embargo, dada la naturaleza sensible del test VIH y del hecho que genera
espectros de muerte, de exclusión social y de marginación, su realización no debe
5
ser considerada sencillamente como “un test más”, sino al contrario, se necesita
mucho tacto y sensibilidad. Informar a la persona que se le va a someter al test,
pidiendo su consentimiento, no es únicamente según el derecho, sino porque es
una cuestión de humanidad.
6
-
El único destinatario del resultado del test es el interesado. No se puede violar este
contrato. Cada nación protege la discreción con una legislación propia que tutela y
garantiza el respeto de derechos y libertades fundamentales. De esta manera
queda particularmente salvaguardada la dignidad del interesado y se crean las
condiciones eficaces para ayudar a afrontar una noticia imprevista y devastadora. 6
-
Sin embargo, la decisión de incluir o no el test de VIH es un reto para el Instituto
para clarificar sus propias motivaciones: ¿parten de un objetivo de discernimiento,
de precaución o por prevención? ¿O por otra razón? El Instituto no puede evitar de
plantearse estas preguntas, y según la respuesta, basar su inspiración evangélica y
su policy.
-
El Instituto, por lo tanto, debe tener muy claro en su mente cuáles son sus propios
indicadores de discernimiento:
 Componente físico – la salud y la posibilidad de desempeñar funciones
adecuadas
 Componente del carácter – indicador de las predisposiciones del carácter y
personalidad del candidato
 Componente social – porcentaje relevante de una patología
 Componente ministerial – no todos los ministerios tienen las mismas
exigencias físicas, mentales, psicológicas, etc.
 Componente económico – el costo que conlleva el hacerse cargo de un
candidato/miembro enfermo
-
La naturaleza peculiar de la infección de VIH, su desarrollo natural, la prognosis y
los continuos adelantos médicos, nos permiten decir que hoy la infección de VIH no
está en contradicción con todos los ministerios posibles para un consagrado. Si en
algunos casos la infección puede ser un obstáculo para el ejercicio de un
ministerio, en otros a penas lo es.
-
Esto parece indicar que cada Instituto debe “personalizar” la propia respuesta, de la
misma manera que en el interior del Instituto no tendría que haber un criterio único
sobre la actitud hacia los candidatos hallados positivos en el test VIH (se pasa por
tanto, del criterio uniforme y único al criterio individual focalizado sobre la persona).
-
Se tiene en cuenta que VIH y SIDA tienen un fuerte impacto simbólico: se identifica
con contaminación, falta a la pureza, desorden, muerte, donde eros y thanatos van
unidos con la muerte para afirmar el destino del que yerra… Permaneciendo en la
esfera del símbolo, surge la pregunta: ¿qué vida consagrada mostramos cuando
excluimos el acceso a nuestro instituto a candidatos seropositivos? ¿La forma de
vida de un grupo que quiere ser “exclusivo”, puro, pero que no admite ni perdona
errores del pasado…? ¿Cómo reacciona la sociedad civil ante este
comportamiento?
Cfr en Apéndice los anexos “ Modalidades prácticas para hacer el test” y “Cuestiones jurídicas”
6
-
La acogida de candidatos infectados ofrece la oportunidad de mostrar si se cumple
lo que se predica incluso en nuestras instituciones. ¿Somos capaces de practicar
en nuestras casas la misericordia y la compasión hacia los seropositivos y los
enfermos lo mismo que deseamos que haga la sociedad, cuando insistimos en su
derecho a una vida lo más posible normal y sin estigma? ¿No estamos pidiendo a
los demás lo que no somos capaces de hacer nosotros?
-
La lente de aumento con la que juzgamos los comportamiento del ámbito sexual es
un indicador de nuestro comportamiento hacia los votos y, por tanto, hacia la vida
consagrada. A menudo somos hipercríticos con las faltas en el campo sexual y
mucho más tolerantes con las relacionadas al voto de pobreza y de obediencia.
Permanecemos silenciosos ante el uso impropio del dinero, el derroche, la
excesiva autonomía de vida… ¿Creemos que es un comportamiento justo?
-
Quizá sea el tiempo de ser profetas acogiendo el reto que nos viene del SIDA para
humanizar nuestra visión de la sexualidad y de la enfermedad vinculada a ella… de
ser y mostrarnos capaces de acogida, misericordia, atención, cuidado…
-
Todos somos conscientes de que en la “vocación” hay un aspecto de misterio que
no se puede medir ni valorar únicamente con criterios humanos, y sin embargo
queremos fiarnos de un dato de laboratorio… Muchos fundadores y santos han
vivido sus limitaciones como estímulo para desarrollar un carisma inédito… ( S.
Camilo, S. Pablo de la Cruz, S. Juan de Dios, P. Libermann y otros).
-
¿Tenemos en cuenta la diversidad de contextos culturales de los cuales provienen
nuestros jóvenes, para comprender que ciertos comportamientos están enraizados
en la tradición y normas de algunas culturas, y no siempre son signo de desorden
o de incapacidad de controlar la propia vida sexual?
-
En fin, también hay que tener presente el hecho de que los medicamentos ARV
están cada día más disponibles, incluso en países con recursos limitados, y esto
hará que en el futuro la infección VIH sea una patología crónica que se podrá
controlar más fácilmente.
4. PRESENCIA DE MIEMBROS VIH POSITIVOS EN
NUESTRAS CASAS
Teniendo en cuenta los interrogantes planteados al principio de esta reflexión, es
indudable que la presencia de una persona seropositiva o enferma de SIDA en nuestras
comunidades, crea un reto de múltiples implicaciones desde el punto de vista humano,
psicológico, médico y comunitario.
No hay que suponer, que todos sean capaces de acoger en seguida este reto, sin
resistencias y dificultades concretas. Por eso, es conveniente que todas las
comunidades estén sensibilizadas y preparadas a tratar con caridad y compasión estas
situaciones.
7
4.1 - Responsabilidad de la persona interesada
Quien se descubre seropositivo, ciertamente va atravesar una tempestad emocional y
reacciones que pueden sacudir gravemente su equilibrio psicológico e incluso hacer
vacilar su fe.
Superada la ansiedad de la espera de la respuesta del test, y luego – en caso de
respuesta positiva – la inevitable turbación, vergüenza, rabia, depresión… la persona
está llamada a hacer lo posible por asumir y vivir positivamente su situación, sostenida
por la gracia de Dios a quien ha dedicado su vida.
Un contagio sanguíneo accidental (por transfusión de hemoderivados o por un
pinchazo con instrumentos infectados) evidentemente, no comporta problemas
morales y de discernimiento, y la persona no tiene que sentirse estigmatizada por ello.
Si la causa de la infección fue un contacto sexual, la reflexión se amplía y engloba
otras dimensiones relacionadas con la formación inicial y permanente, y la madurez
humana necesaria para vivir las exigencias derivadas de la consagración.
La persona tendrá que ser capaz de discernir, si se ha tratado de un hecho ocasional
aislado, quizá debido a circunstancias particulares, en un momento de debilidad. o de
una actitud que persiste y tiende a repetirse en abierto contraste con los compromisos
tomados. Es obvio que las soluciones de que dispone son diversas, y que en cada
caso, la persona tiene que ser consciente de su responsabilidad hacia terceros por su
estado seropositivo.
En un diálogo valiente y sincero con sus superiores, esta llamada a tomar una decisión
coherente que defina y manifieste claramente la orientación que quiere dar a su vida.
Si la decisión final es de quedarse en el Instituto, tendrá que mostrar en tiempo
oportuno su situación a la comunidad, lo que le permitirá vivir abiertamente su realidad
sin subterfugios, contando con la solidaridad y comprensión de la comunidad (si ha
sido adecuadamente preparada).
4.2 - Responsabilidad de los Superiores
Sobre todo el Superior, ofrecerá a la persona que se descubre seropositiva una
acogida atenta y empática, desde la compasión que saca del Corazón de Dios y del
conocimiento de la fragilidad humana, para ayudarle a aceptar y vivir positivamente su
estado.
Le garantizará una ayuda espiritual y psicológica competente buscando todas las
posibilidades de tratamiento médico, en las circunstancias especiales en que se
encuentra.
Le acompañará con atenta discreción durante el complejo proceso de controles
periódicos y en la decisión de iniciar el tratamiento de ARV, cuando sea necesario.
Por razones de caridad cristiana, más que éticas y jurídicas, el estado seropositivo
nunca debe ser una razón para despedir al religioso. Si, después de un discernimiento
apropiado, el religioso decide dejar el Instituto, se le asegurará una ayuda por cierto
tiempo, según las normas que tengan.
8
Aunque el interesado mantenga la noticia confidencialmente, el superior puede
aconsejar a la persona seropositiva a manifestar su situación a los demás cuando lo
crea oportuno, y cuando la comunidad esté suficientemente preparada.
Le ayudará a asumir un ministerio adaptado a sus posibilidades físicas, de esta
manera podrá sentirse útil e incluso valorizar la experiencia de su enfermedad para
ayudar a otras personas en situaciones análogas.
Conocerá y respetará la legislación vigente del país acerca de las obligaciones legales
para las personas con VIH positivo (derecho a la privacidad, al tratamiento, y a evitar
el estigma…)
4.3 - Responsabilidad de la comunidad
La comunidad que acoge a un miembro seropositivo está llamada a vivir de un modo
particular la compasión y la solidaridad fraterna.
Debe fiarse del discernimiento hecho por los responsables y por la persona interesada,
acogiendo al hermano como a cualquier otro enfermo necesitado de atención y
comprensión, para que se sienta siempre como miembro vivo de la comunidad, capaz
de contribuir al ministerio del Instituto según sus posibilidades.
Mantendrá la debida discreción sobre lo que le han dicho evitando absolutamente
hablar de ello con extraños.
De esta manera será un signo profético de caridad y compasión cristiana, de estímulo
valioso en una sociedad que discrimina con dureza y excluye a las personas afectadas
por VIH y enfermos de SIDA.
4.4. – Reflexión final
Un diagnóstico seropositivo en sí, no es una razón para la expulsión del Instituto; no
existen bases jurídicas para esta decisión, al contrario, cada persona tiene el derecho
de continuar en la forma de vida escogida, pero la comunidad tiene el deber de
acogerle y atenderle.
La enfermedad de un hermano o hermana, sobre todo si es grave, crónica, o limita a la
persona, es una ocasión para practicar la caridad ad intra, estimulando a la comunidad
a expresar lo mejor de sí misma y de su propia espiritualidad. Apoyar a un hermano
enfermo es un acto que grita más fuerte que miles de palabras.
La enfermedad, aunque estuviera ligada estrechamente al tema de la sexualidad y de
la fragilidad humana, invita también a reflexionar sobre la vida consagrada, como un
tesoro en vasija de barro, que no se puede dar por supuesto, sino que tiene que ser
cuidado y cultivado. La vida consagrada participa en la suerte de la humanidad herida
y sabe encontrar respuestas alternativas y evangélicas en situaciones de fragilidad,
debilidad y aún en los errores.
9
La enfermedad de un hermano o hermana de congregación afecta a toda la
comunidad, que de una manera o de otra, está comprometida. Por lo tanto, es
necesario ofrecer medios adecuados de conocimiento de la enfermedad, educando a
las normas de higiene más elementales a seguir (“reglas generales de seguridad”),
con el fin de crear un ambiente sereno para todos los miembros de la comunidad y
saludables para la persona seropositiva.
Si en el proceso de discernimiento que sigue al diagnóstico seropositivo, se confirma
que la persona elije dejar el Instituto, porque ya no sintoniza con las exigencias propias
del mismo, hay que acompañarle con cuidado a dar el paso a una forma de vida
distinta, asegurándole medios y recursos para que pueda reintegrarse en la sociedad.
Esto demostrará que sabemos ejercer la justicia internamente.
Hoy día, el acceso a los fármacos hace que las expectativas de vida sean mejores. A
la persona infectada no se le debería negar la posibilidad de ejercer un ministerio
fructuoso, aunque esté limitado por su situación sanitaria.
5. CONCLUSIÓN
Hemos intentado recoger en estas páginas algunas líneas de reflexión pastoral y ética
que surgen frente a la pandemia del VIH-SIDA, y que inevitablemente tienen una
repercusión en nuestras comunidades e institutos. De hecho, los recientes avances de
investigación y de las posibilidades terapéuticas en este campo, exigen una atención
continua y la capacidad de revisar prácticas que a lo mejor fueron asumidas y
consolidadas en otras circunstancias, y con diferente sensibilidad.
Al ofrecer este instrumento de trabajo a los Superiores, les invitamos a utilizarlo como
tema de discusión e intercambio en las provincias, y a poner en práctica las orientaciones
según la naturaleza del propio instituto.
La Comisión de Salud de las Uniones de Superiores y Superioras Generales estará
contenta de recibir comentarios y sugerencias, y se pone a disposición para acompañar
eventuales encuentros y debates.
10
6. ANEXOS
6.1 - Modalidad práctica para efectuar el test
Si – después de haber examinado todas las consideraciones necesarias – se decide
pedir el test a los candidatos, ¿cómo hacerlo? ¿En qué momento de la formación?
¿Cómo actuar?
¿Cómo hacerlo?
-
El test VIH debe ser propuesto al mismo tiempo que los demás requisitos que
eventualmente pide el Instituto.
-
el candidato debe estar informado de las razones del por qué se piden varios
exámenes psico-físicos, y de su significado. Debe sentirse totalmente libre de
rechazarlos.
-
para protegerse de posibles problemas legales, algunos institutos creen oportuno
pedir al candidato que firme una declaración en la cual acepta someterse a los
exámenes pedidos.
-
se requiere una absoluta confidencialidad. El resultado del test debe entregarse
directamente al candidato, con un adecuado counselling antes y después de
hacerlo. Será él mismo, quien comunique el resultado a los responsables de su
admisión en el Instituto.
-
El Instituto debe tener un plan claro y definido en caso de que la persona resultase
seropositiva sobre: qué clase de asistencia humana, médica y pastoral hay que
ofrecerle.
¿Cuándo hacerlo?
- Cada candidato antes de ser aceptado se somete a un examen medico general, que
comprende también el test VIH. El candidato debe saber en qué consiste el examen,
y sus objetivos, y debe firmar su consentimiento. Este procedimiento está en
coherencia con el CDC n.642 :7
- Es necesario tener presente la posibilidad de recibir un “negativo falso” debido al
“tiempo ventana” (ver varios). En ciertos casos podría ser oportuno repetir el test
después de 3 o 6 meses.
- Prácticamente todos los Institutos religiosos piden estos criterios de salud física,
unidos a otros que creen necesarios según su carisma (título de estudios, certificado
de conducta, etc.)
7
Con vigilante cuidado, los Superiores admitirán tan sólo a aquellos que, además de la edad necesaria,
tengan salud, carácter adecuado y cualidades suficientes de madurez para abrazar la vida propia del
instituto; estas cualidades de salud, carácter y madurez han de probarse, si es necesario, con la
colaboración de peritos, quedando a salvo lo establecido en el can.220.
11
-
El candidato sabe que no tiene ningún derecho a ser aceptado y que el Instituto no
está obligado a acogerlo ni a darle explicaciones, pero naturalmente esto se debe
hacer con caridad y en diálogo abierto.
-
un resultado positivo del test VIH no puede ser considerado automáticamente
suficiente para excluir la aceptación, sino que debe ser considerado
cuidadosamente teniendo presente múltiples aspectos: el carisma del Instituto y
sus actividades apostólicas, posibilidades actuales del tratamiento, el proceso
humano y espiritual hecho por el candidato…
-
la praxis es más compleja - para algunos Institutos - que piden el test en las
etapas sucesivas del periodo de formación. ¿Es conveniente repetir el test antes de
la admisión a los votos temporales? o, ¿antes de la admisión definitiva en el
Instituto? ¿Cómo se debe actuar en caso de que se confirme que es seropositivo?
-
aquí se plantea el interrogante de las posibles causas de infección: transfusión de
sangre o de hemoderivados infectados (poco probable en países con laboratorios
eficientes), contaminación accidental (posible en personas que trabajan en
servicios sanitarios de riesgo, tatuajes, uso de jeringas infectadas) o en actividad
sexual no protegida.
-
Si un religioso resulta VIH+ durante su periodo de formación, el verdadero
problema que hay que afrontar no es tanto que sea seropositivo, sino más bien su
comportamiento: la sinceridad y la capacidad de asumir un compromiso de
castidad consagrada…
-
Una evidencia de este género pone serios interrogantes sobre la validez del plan
de formación y de la capacidad del Formador para conocer y acompañar
convenientemente al candidato.
6.2 - Nota técnica sobre test, enfermedad, pronóstico y tratamiento
Significado y límites del test de anticuerpos VIH
Actualmente hay disponibles varios tipos de test, basados en la identificación de
anticuerpos VIH: signo de que el virus ha entrado en el organismo y ha provocado la
reacción de defensa inmunitaria.
El test más sencillo se puede hacer en la sangre, la orina o en exudado de la mucosa oral
(no en saliva), con una sensibilidad y especificidad alta del 99,5 %
Un test positivo indica que la persona ha sido infectada y ha desarrollado las defensas
específicas, pero no dice desde cuanto tiempo y cómo el virus ha entrado en el
organismo.
Desde el momento de la infección, a la creación de anticuerpos, pasan de 3 a 6 meses
(“tiempo ventana”): en este periodo la persona puede ser infectada y altamente
contagiosa, pero el resultado del test es negativo (“negativo falso”). Por este motivo, el
resultado negativo de un test de anticuerpos VIH, sólo puede ser considerado
suficientemente seguro después de tres meses de la última actuación con riesgo de
contagio.
12
Ante la posibilidad de tener un test “negativo falso”, en caso de resultado positivo es
siempre necesario repetir un test de confirmación con un reactivo diferente, y si el
resultado fuera discordante, se procederá a un tercer test.
En general en todas partes el test se hace de forma “confidencial” pero puede ser hecho
también de forma “anónima”.
Parece oportuno recordar que:
-
el test de anticuerpos-VIH+ indica solamente que la persona ha estado en contacto
con el virus y no que tenga el SIDA. La persona VIH+ no está enferma y puede
vivir muchos años (10-12) sin ningún signo de enfermedad. Por tanto, se necesita
distinguir entre la seropositividad de VIH+ y la enfermedad del SIDA.
-
A menudo se ignora el hecho de que el VIH no se transmite a través de contactos
normales de la vida social, y por ello la persona VIH+ no supone ningún peligro de
contagio para la comunidad. Únicamente en el caso que el asistente tenga heridas
en las manos o maneje líquidos orgánicos, es necesario observar un procedimiento
de normas de seguridad. Hay que ser muy claros en esto, para evitar falsas
alarmas que inevitablemente llevan a la discriminación y al estigma.
-
Hacer el test con el objetivo oculto de identificar a personas que han tenido
comportamientos de riesgo (tóxico-dependencia, promiscuidad sexual…) o que
sean sexualmente activos, no es correcto ni ético.
Algunos conceptos básicos
HIV = Human Imunodeficiency Virus = Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH)
Identificado en torno al 1980 por Luc Montagnier y Robert Gallo, el virus pertenece a la
familia de los Retrovirus y actualmente se conocen 2 tipos: VIH1, difundido en todo el
mundo, y VIH2, presente particularmente en África.
Es extremadamente frágil fuera del cuerpo humano (se transmite sólo por contacto directo
de sangre, esperma, secreciones vaginales, leche materna. Las vías de contagio, por lo
tanto son: todo tipo de relaciones sexuales no protegidas; transfusiones de sangre o de
hemoderivados (actualmente excluidas en lugares donde no se puede examinar a los
donantes); uso de jeringas, cuchillas o agujas contaminadas (utilizadas paras tatuajes,
penetrar, circuncisiones, acupuntura, etc.); transmisión materno-fetal (a través de la
placenta, durante el parto o la lactancia).
No se transmite a través de los contactos normales de la vida social y familiar: el uso
común de vajilla, baños, sábanas, contacto con lágrimas, sudor, saliva, besos o apretón
de manos, etc.
Una vez entrado en el organismo, el virus se une a los linfocitos T Helper, que tienen un
receptor específico CD4+. Allí comienza la reproducción del virus que lleva a la progresiva
y continua destrucción de los propios linfocitos. Dado que estas células son las principales
responsables del sistema inmunitario de defensa, cuando disminuyen a un cierto número
se entra en la fase de “inmuno deficiencia”, por secuencia el organismo que está sin
defensas, queda expuesto a muchas posibles infecciones, llamadas “oportunistas”
13
AIDS = Aquired Immuno Deficiency Syndrome – SIDA = Síndrome de Inmuno
Deficiencia Adquirida
Es la fase de la enfermedad con evidentes síntomas clínicos correlacionados con la
infección de VIH, pero diferente de esta, que se manifiesta muchos años después de la
infección. Es entonces cuando se presentan las infecciones oportunistas, porque el
sistema inmunitario es tan débil que no protege al organismo de microorganismos que en
condiciones normales podrían ser inocuos.
Evolución natural de la infección VIH
Fase de la infección aguda
Cuando el virus VIH penetra en un organismo se lega a los receptores de las células
CD4+ y consigue de esta manera entrar en la misma célula, infectándola.
El DNA de la célula infectada se reproduce y crea nuevas parejas de virus que se
difunden en la sangre de la persona hasta llegar a los ganglios linfáticos, elementos
fundamentales del sistema inmunitario, que se encuentran en todo el cuerpo. En el interior
de los ganglios linfáticos el virus se multiplica muy rápidamente y seguidamente se
difunde a otros tejidos u organismos. En la fase inicial de la infección (3-6 semanas del
contagio) la mayoría de los pacientes manifiestan una serie de síntomas atípicos
compuestos por: fiebre, cansancio, faringitis, inflamación linfática, dolores musculares,
diarrea, cefalea, vómito. Tales síntomas, parecidos a los de una influencia, constituyen la
llamada “infección aguda de VIH”, que en general dura de 2 a 4 semanas, y retrocede
espontáneamente.
Durante la fase aguda el organismo empieza a producir los anticuerpos contra el VIH y el
test del diagnóstico resulta positivo después de un cierto tiempo. Este tiempo se llama
“seroconversión” y la persona se convierte en “seropositiva”, pero sin manifestar ningún
síntoma de la enfermedad.
Periodo asintomático
A la fase de infección aguda sigue el llamado “periodo asintomático”, en el cual las
personas infectadas por el virus VIH no manifiestan síntomas particulares.
Desgraciadamente esta fase no corresponde a la inactividad del virus, que sigue
multiplicándose. En este periodo, precisamente porque no se manifiestan otros síntomas
de la enfermedad, es bueno que las personas que saben que son seropositivas controlen
regularmente el progreso de la infección a través de los CD4+ y análisis de la carga viral.
Si no se sigue ningún tratamiento, con el tiempo, el número de CD4+ baja notablemente,
mientras que la carga del virus aumenta.
En estudios científicos realizados se ha descubierto que, en sujetos que no siguen ningún
tratamiento contra el VIH, se necesitan una media de 7 a 11 años para que el SIDA se
desarrolle. Sin embargo, algunas personas muy débiles pueden desarrollarlo en el
transcurso de 1 0 2 años desde la infección inicial, mientras otras, aunque no reciban
ningún tratamiento contra el VIH, no llegan nunca a la fase del SIDA. Estos sujetos que se
conocen como los que “no progresan” representan un porcentaje del 5 al 12 % de los
seropositivos.
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Desarrollo de la seropositividad y de la enfermedad del SIDA
Actualmente los tratamientos contra la infección de VIH tienen capacidad de aplazar
mucho la manifestación de los síntomas clínicos y de infecciones oportunistas de los
seropositivos, y en algunos casos tarda muchos años.
Este es un resultado importante de la investigación de los últimos tiempos, y hay que
tenerlo muy presente. Hoy, una persona seropositiva puede estar bien por un largo
periodo de tiempo.
La duración del periodo asintomático puede estar influenciada por muchos factores, como
por ejemplo, la característica del mismo virus, el nivel de carga viral y el estado general de
la persona antes de la infección, sobre todo, las condiciones de su sistema inmunitario, su
estado de nutrición y condiciones higiénicas.
Como ya hemos dicho, la infección de VIH no da síntomas inmediatos de la enfermedad,
pero el sistema inmunitario debido a los ataques del virus, sufre continuos daños y la
salud general se resiente.
A medida que los linfocitos CD4+ disminuyen, aumenta la susceptibilidad a varias
infecciones, que pueden atacar prácticamente a todos los órganos del cuerpo.
Tratamiento antirretroviral y de las infecciones oportunistas
La prevención y el tratamiento de infecciones oportunistas son elementos fundamentales
para la gestión de los pacientes con VIH-SIDA. Gracias a la posibilidad de mayor acceso
a los tratamientos retrovirales, se pueden evitar las complicaciones relacionadas al VIH
por un largo periodo de tiempo. En el pasado, cuando no se disponía de las curas que hoy
tenemos, las complicaciones del SIDA aparecían con mayor rapidez que ahora.
La prevención y el tratamiento de las infecciones oportunistas y de tumores asociados al
VIH, ofrecen muchas ventajas sea para el paciente como para toda la sociedad: reducen
el sufrimiento del paciente; mejoran su calidad de vida y la de su familia; les permite
permanecer miembros activos en la sociedad durante mucho tiempo; previenen la difusión
de las infecciones en el resto de la población, y tiene un efecto positivo global en la lucha
contra el VIH-SIDA.
Los medicamentos específicos utilizados en el tratamiento del VIH llamados
“antirretrovirales” (VIH pertenece a los retrovirus), son medicamentos tan potentes, que
utilizados en combinación de otros 3 fármacos, tienen la característica de obstaculizar la
capacidad de extensión del virus VIH dentro del cuerpo humano, y por esto, frenan los
daños causados al sistema inmunitario, retrasando la aparición de los síntomas clínicos
del SIDA.
Todavía no existe un tratamiento capaz de eliminar definitivamente el virus VIH, pero
desde que apareció la enfermedad se han dado muchos pasos de avance en el
tratamiento, y en los últimos años se han creado tratamientos eficaces que frenan
notablemente el progreso de la enfermedad.
No obstante, los grandes beneficios que pueden obtenerse del tratamiento derivado de
antirretrovirales, especialmente si se aplican pronto, es necesario mencionar también las
dificultades relacionadas con estos medicamentos. Si por una parte son muy eficaces
contra el virus, por otra, tienen efectos colaterales importantes, y el hecho de tener que
administrar un tratamiento combinado, exige esquemas terapéuticos complejos que a
menudo hacen difícil llevar correctamente el tratamiento.
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6.3 – Normas jurídicas sobre el test VIH en Italia
Cada país tiene sus normas para el test VIH que conviene conocer. Presentamos aquí las
del Ministerio de Salud de italiano.8
“Todo lo que concierne a la esfera personal del individuo es objeto de tutela. Este principio
es fundamental en el tema de las infecciones de VIH, porque a menudo la persona
seropositiva es objeto de discriminación, culpabilidad, marginación. Tal comportamiento
provoca daños psicológicos que normalmente repercuten en la salud.
La privacidad, en la legislación italiana, es un derecho inalienable de cada persona.,
incluye también al menor, y su estado seropositivo no debe ser revelado a quienes tienen
con él alguna relación de asistencia, educación o social.
Cuando pide la realización de un documento de cualquier tipo (factura, receta,
cuestionario por motivos de trabajo, peticiones varias) hay que verificar que este
documento esté formulado de manera no discriminatoria para personas seropositivas.
Cuando se sospecha que se le ha tratado injustamente o se le ha discriminado, puede
recurrir a asociaciones que trabajan en defensa de los derechos humanaos de las
personas con VIH/SIDA. Las motivaciones del secreto profesional se basan en el respeto
a la persona humana, a su dignidad y a sus derechos, reconocidos en la Constitución
italiana.
Se debe mantener el vínculo del secreto profesional por el respeto que se debe a la
persona humana, a su dignidad y a sus derechos. En el caso de conflicto entre ética y
verdadero derecho, se da prioridad a la ética antes que al derecho.
He aquí algunos de los aspectos principales conectados a la tutela de la privacy respecto
al test de VIH, que regula la Ley n.135 de 1990.
someterse al test VIH es un acto voluntario y para realizarlo se necesita el
consentimiento explícito de la persona interesada, que debe ser informada previamente
sobre el significado de dicho test y de su posible resultado.
El estar internado en el hospital no autoriza a los empleados a someter a
‘screening’ a los pacientes.
-
Las personas que se someten al test tienen el derecho al anonimato.
el resultado del test debe ser comunicado exclusivamente al interesado evitando
dar el resultado por teléfono o por carta.
En caso de un menor, son los padres o quien tengan la patria potestad, deben dar
la autorización para hacer el test.
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(Fuente: Ministero della Salute – Manuale di informazione pro-positive)
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ni siquiera en la cárcel puede ser efectuado el test sin la autorización del
interesado.
al trabajador o persona que se presenta a una selección no se le puede exigir
someterse a hacerse el test VIH para ser admitido.
No se pueden hacer test de VIH durante la visita para entrar al servicio militar, ni
durante el mismo.
7 – BIBLIOGRAFÍA
A continuación presentamos los documentos más relevantes.
Muchos de ellos se refieren indistintamente a seminarios diocesanos e Institutos
religiosos, pero nos ha parecido oportuno diferenciar mejor las dos situaciones: la
incorporación definitiva a un instituto religioso es más vinculante que la de entrar a formar
parte de una diócesis.
Mesa redonda en el “Centro de Humanización de Salud” – Madrid – 21-03-09
AIDS Legal Network – HIV testing (in general) – September 2006
Canadian HIV-AIDS Legal Network – HIV test for Priesthood candidates called illegal and
unethical – 2004
Czerny Michael S.J. – HIV-AIDS Guidelines for Religious in Africa – 2007
Czerny Michael S.J. – Directives du HIV-SIDA pour le Comp. De Jésus en Afrique – 2008
Fueller Jon S.J. MD – HIV Related Considerations for Religious Orders – Clergy &
Religious and the AIDS epidemic – National Federation of Priest’s Council – USA 1994
Keenan James S.J. – Testing candidates applying to seminaries and religious life – 1995
Monks Frank M.I. – Credibility through involvement – JPIC Seminar – 2007
O’Donohue Maura MMM – Urgent concerns for the Church in the contexto f HIV-AIDS
1994
Vitillo Robert, O’Donohue Maura – HIV antibody test for candidates for seminaries and
religious life - 1991
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