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No. 23 / 2003
Carta - Circular
Asunto: Ayudar a las necesidades de la Iglesia Diocesana (Diezmo 2003)
A TODA LA IGLESIA QUE PEREGRINA EN MONTERREY: ¡PAZ Y BIEN!
Muy queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Como ustedes bien saben, al Obispo, como sucesor de los Apóstoles de Jesucristo, siempre en
comunión con el Santo Padre Juan Pablo II, se le encomienda y confía el cuidado pastoral de la Iglesia
particular que preside, "para enseñar a los fieles la verdad que han de creer, la caridad que han de
practicar, la bienaventuranza que han de esperar" (Catecismo de la Iglesia Católica, No. 2034).
Por la gracia de Dios y la benevolencia de Su Santidad Juan Pablo II, tomé posesión como Pastor de
esta Iglesia de Monterrey, el pasado 28 de abril, para caminar juntos en la verdad, la caridad y la
esperanza, hacia la Casa del Padre, construyendo la civilización del amor y de la solidaridad.
En esta ocasión, queridos hermanos y hermanas, me dirijo a ustedes para iluminar la doctrina que todos
hemos de practicar referente al 5° mandamiento de la Santa Madre Iglesia: Dar el Diezmo. Los
mandamientos de la Iglesia tienen carácter obligatorio al ser promulgados por la autoridad eclesiástica,
con el fin de garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el esfuerzo de crecimiento en el amor a
Dios y al prójimo (Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica No. 2041). El 5° mandamiento, Dar el Diezmo,
enuncia que los fieles están obligados a ayudar a las necesidades materiales de la Iglesia (Catecismo de
la Iglesia Católica, No. 2043), de este modo, la Iglesia puede ayudar a los hermanos más necesitados,
tener sacerdotes suficientes y preparados, y sostener las Instituciones con las que cuenta para cumplir
su misión, que no es otra que la misión de Jesucristo: extender el Reino de amor y de paz, de justicia y
de verdad.
El Diezmo consiste en por lo menos un día de ingresos al año, pero cada familia puede considerar,
delante de Dios, la posibilidad de aportar un poco más. Cabe mencionar que el Diezmo no es sustituido
por alguna otra obra de misericordia, ni por donativos que se hagan para obras de templos o de
apostolados.
Para cumplir con este compromiso cristiano, expresión de comunión y de solidaridad con la propia
Iglesia, he dispuesto que la recaudación del Diezmo de este año 2003 se inicie con las colectas de las
misas de precepto del sábado 29 y todas las misas del domingo 30 de Noviembre, y se extienda, para
los que no hayan podido cumplir, durante el próximo año 2004, de manera particular durante los meses
de Enero y Febrero. Asimismo, está a disposición la cuenta Banorte 105-63099-9, para quienes por este
medio deseen cumplir con este compromiso, o bien acudir a las oficinas de la Tesorería Arquidiocesana
(Zuazua 1100 sur, junto a la Catedral).
Pido a los Párrocos, Rectores de Templos y demás sacerdotes encargados de comunidades, envíen
íntegramente a la Tesorería de esta Arquidiócesis la colecta de estos dos días, durante la primer semana
de diciembre de este año, y posteriormente lo que para dicho fin se recaude.
Como Pastor de esta Iglesia de Monterrey quiero agradecer a Dios y a cada uno de ustedes, hermanos y
hermanas, su generosidad y solidaridad; y paternalmente imparto mi bendición sobre ustedes. ¡Que el
Señor sea su mejor recompensa!
Esta circular deberá ser leída, como es costumbre, en las misas del sábado y domingo siguientes a su
recibo.
En la Sede del Arzobispado de Monterrey, a los 19 días del mes de Septiembre del Año del Señor 2003.
Prot. No. 635/2003.
+ Francisco Robles Ortega
ARZOBISPO DE MONTERREY
Pbro. Gerardo Ma. Mayela González Farías
Secretario - Canciller