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Canciones y Coplas
populares
1
Si el más triste de los
tristes
mis lamentos escuchara,
por compadecer mis
penas
de las suyas se olvidara.
2
Cinco sentidos tenemos;
todos los necesitamos;
todos cinco los
perdemos
cuando nos
enamoramos.
3
Muchos constancia
prometen
mientras logran sus
intentos,
y logrando lo que
quieren,
si te vide no me acuerdo.
4
Si mi cuidado es causa
de disgustarte,
Mira que es imposible
el olvidarte;
que si pudiera,
sólo por complacerte,
mi amor, lo hiciera.
5
Si la pasión te ciega,
mira primero
donde pones los ojos,
no llores luego:
los ojos abre;
mira que cuando
acuerdes
será ya tarde.
6
El alma y las tres
potencias
con mi corazón te di,
porque estaba
convencido
que para amarte nací.
7
La vida paso muriendo;
si muriera, viviría,
porque muriendo,
saldría
del mal que sufro
viviendo.
8
A conquistar tu plaza
me dirigía
cuando vi que otro.
puso su batería;
mudé de intento
y puse en otra parte
mi pensamiento.
9
Malos pensamientos
tienes
y yo mil
presentimientos:
para dejar de pensar,
mudemos de
pensamiento
10
Cuando te contemplo
ausente
con más fineza te adoro,
mi cogollo de romero,
mi bello granito de oro.
11
Si piensas que en tí
piensa
mi pensamiento,
piensas en una cosa
que yo no pienso;
si la pensara
como mal pensamiento
la desechara.
12
Quisiera con un suspiro
descerrajar esta puerta,
por ver si la vida mía
está dormida o despierta.
13
El clavel que me diste
lo tengo en agua,
porque no se marchite,
¡prenda del alma!
14
Qué lejos estás de mí;
no te alcanzo a divisar;
los cerros tienen la
culpa,
¡Quién los pudiera
tumbar!
14
Ausente del bien que
adoro
cualquiera me considere:
¿Qué gustos podré tener
sin saber si vive o
muere?
15
Suerte, suerte
desgraciada,
¿Para qué dichas
mediste?
¿Por qué con tiempo no
viste
que dichas no duran
nada?
16
Di, Cali, en qué te
ofendí:
¿Por qué tanto me
maceras?
¡Ay! ¿por qué como las
fieras
me despedazas así?
17
Adiós, Cali tan famoso,
tierra donde yo nací,
que para otros eres
madre
y madrastra para mí.
18
Adiós, Popayán
hermoso,
tierra de la picardía,
adiós, patojas del diablo,
que yo volveré algún
día.
19
Allá arriba en esa loma
tengo un pañuelo
volando,
y en las puntas tiene
escrito:
'Ya mi amor se va
acabando'.
20
Aunque la puerca sea
rusia
y la maten en la villa,
y le echen leche a la
sangre,
siempre es negra la
morcilla.
21
Si la sirena se embarca
con ella te escribiré:
mi sangre será la tinta,
mi corazón el papel.
22
Si yo fuera pajarito,
a verte fuera derecho,
y con pajitas y plumas
hiciera nido en tu pecho.
23
Mi vida, si tú me quieres
no se lo digas a nadie;
mete la mano en tu
pecho,
dile al corazón que calle.
24
En el mar de tu pelo
navega un peine,
y a las olitas que hace
mi amor se duerme.
25
Propasas tanto a Venus
en tu hermosura,
cuanto va de lo vivo
a la pintura.
26
Aunque nunca me
quieras
he de quererte,
y se que estos amores
me dan la muerte.
27
Aunque tú no me
quieras,
yo he de quererte,
porque esos tus amores
me dan la muerte.
28
Yo soy, trigueña, yo soy
quien todo el alma te fía:
quiéreme por vida tuya,
que yo te adoro, alma
mía.
29
Quien no previene los
daños
ni los peligros advierte,
a golpes de desengaños
será razón que despierte.
30
Es tanto lo que te quiero
y mi amor tan majadero,
que cuando te veo me
escondo
y por verte desespero.
31
Es tanto lo que te quiero
y lo que te quiero es
tanto,
que te quisiera tener
en mi pecho como santo.
32
Ojos negros y pardos
son los comunes,
pero los de mi gusto
son los azules.
33
Ojitos de cambalache,
que lindo mirar tenéis;
por donde quiera que
vais
un cambalachito hacéis.
34
Ojitos de cambalache,
que lindo mirar tenés;
por cualquier parte que
andás
tu cambalachito hacés.
35
Cuando un negro me
saluda,
¡Ay! que miedo que me
da
de verle los ojos
blancos,
¡Santísima Trinidad!
36
Un volcán tengo en el
pecho,
que arde de diversos
modos,
y yo, callando, me
abraso
porque no lo sepan
todos.
37
Ábreme la puerta, cielo,
que yo no vengo a
dormir,
sólo te vengo a decir...
que si me quieres, te
quiero.
38
Ojos habrá
desgraciados,
pero no como los míos,
porque mis ojos se
hicieron
para aumento de los
ríos.
39
Cuando un pobre se
enamora
y un rico se le atraviesa,
sale el pobre puerta
afuera
rascándose la cabeza.
40
Eres un granito de oro,
una perla dibujada;
eres aquel pajarito
que canta a la
madrugada.
41
Jamás, mi bien, hallarás
quien, como yo, por tí
muera:
hallarás quien bien te
quiera,
más no quién te quiera
más.
42
Ya la luna no me
alumbra,
los halares no hacen
sombra;
y con esto me despido:
hasta mañana, paloma.
43
Clavelito colorado
matizado con romero,
¿Cómo no te he de
querer
si fuiste mi amor
primero?
44
Clavelito colorado,
de la mata te cogí:
la mata quedó llorando
como yo lloro por ti.
45
Adoremos esta casa
y al albañil que la hizo,
pues por dentro está la
gloria
y por fuera el paraíso.
46
Alabemos esta casa,
no por su merecimiento,
sino por la gente
honrada
que está de puertas
adentro.
47
¿Para qué son tus
caricias,
tus caricias para qué,
si al mismo tiempo te
faltan
caricias, amor y fe?
48
Te quiero porque me
quieres,
te quiero porque me
buscas
te quiero porque te
quiero,
te quiero porque me
gustas.
49
¡Válgame Dios! qué
cosas
las que preguntas:
¿Sabes por qué te
quiero?
porque me gustas.
50
Me mandan bailar la
pisa
la pisa yo no la sé,
que para bailar la pisa
las indias de Santa Fé.
51
De repente me han
sacado
a bailar el mollejón
quién sabe como me
vaya
por ser primera ocasión.
52
Debajo de tu ventana
me cogieron prisionero,
y para pena mayor
me ataron con tu
pañuelo.
53
Mañana como a estas
horas
junto de ella pienso
estar,
contándole mis trabajos
hasta que la haga llorar.
54
Por dos pesos que te di
ha habido dos mil
enojos:
mira cuánto son dos
pesos...
diez y seis reales, mis
ojos.
55
Te están celando por mí
sin haber pasado nada:
si no lo hice, lo haré,
pues ya ha corrido mi
fama.
56
Las niñas en la ventana
cantando la mejorana;
las viejas en el rincón
desmotando el algodón.
57
En el monte de las Pavas
de continuo está
lloviendo...
¿Cómo me quieres negar
lo que mis ojos van
viendo?
58
¡Qué preciosos! ¡qué
preciosos!
¡arrayanes florecidos!
¡Cuánta diera por tus
ojos
si no estuvieran
vendidos!
59
Debajo del limonero,
donde el agua no corría,
entregué mi corazón
a quien no lo merecía.
60
Por el filo de una espada
me atrevo a subir al
cielo,
por coronarte de gloria,
hermosísimo lucero.
61
Las estrellas en el cielo
caminan de dos en dos:
así caminan mis ojos,
mi vida, detrás de vos.
62
Por esta calle me voy,
por la otra doy la vuelta;
la muchacha que me
quiera,
que tenga la puerta
abierta.
63
¿Para qué son gustos
si se han de acabar?
más valen mis penas,
que me han de durar.
64
Cruelísima condición
la que en suerte me ha
tocado:
he de vivir separado
de mi propio corazón.
65
A tan triste condición
la suerte me ha sujetado,
que he de vivir separado
de mi mismo corazón.
66
La naranja nació verde
y el tiempo la maduró;
mi corazón nació libre
y el tuyo lo cautivó.
67
Tú me amas de corazón,
y que te amo, es cosa
cierta;
en decir tengo razón:
'Cuando la puerta está
abierta
no tiene culpa el ladrón'.
68
Chiquitica te buscaba,
chiquitica te encontré;
hermosura de mis ojos,
¡cuándo yo te olvidaré!
69
Adiós, pajarillo triste,
que aprisionado en tu
jaula,
tan pronto gimes y lloras
como enamorado cantas.
70
Quiere volar y no puede,
y sacudiendo las alas,
llora en su prisión
primera
a su libertad pasada.
71
Desde que te vi venir
montadita en una avispa,
le dije a mi corazón:
este diablo ya no arrisca.
72
Esta noche voy allá;
desde ahora te lo aviso;
si la puerta es sonadora
úntale cebo en el quicio.
73
Vuela, pensamiento, y
dile
a la niña que más quiero,
que aquí en mi pecho
hay amor
y en mi bolsillo dinero.
74
Satisfacciones no pido:
dáselas a quien
quisieres,
que bien satisfecha estoy
del poco amor que me
tienes.
75
Con esta mi bandolita
me atrevo a voltear el
mundo enamorando
muchachas,
vagamundo,
vagamundo.
76
Una bonita puede
con un suspiro
resucitar a un muerto,
matar a un vivo,
77
Donde me dijiste adiós,
triste me quedé
pensando,
sin poderte responder:
adiós, mi vida; ¿hasta
cuándo?
78
Ya se murieron mis
perros,
ya quedó mi rancho
solo;
mañana me muero yo
para que se acabe todo.
79
Cuando te vas a bañar
avísame tres días antes,
para empedrarte el
camina
de rubíes y diamantes.
80
Zamba del demonio,
¿Cuándo te veré
en la tasajera
colgada de un pié?
81
Lucerito de mañana,
no te vas a enajenar,
que aunque la vida me
cueste
contigo me he de
quedar.
82
Es mucho lo que te
quiero
y la que te quiero es
mucho,
pues te quisiera llevar
en la oreja como pucho.
83
Las mujeres son el
diablo
cuando ven a un hombre
pobre:
lo ponen de candelero,
como si fuera de cobre.
84
El amar de las mujeres
es como el del gallinazo,
que en comiéndose la
carne
al hueso no le hacen
caso.
85
Cuando una mujer te
diga
que te quiere y te
idolatra,
es porque te tiene vista
la bolsa llena de plata.
86
Cuando una mujer te
dice
que te quiere y que te
adora,
es porque te tiene puesto
tu buen marchante a la
cola.
87
Cuando una mujer te
jura
que te quiere y que te
estima,
es porque tiene ya
puesto
el matachín en la
esquina.
88
Yo me enamoré del aire,
del aire de una mujer;
como la mujer es aire
en el aire me quedé.
89
Diera ya por conseguirte
y porque tú me
quisieras,
las dos niñas de mis
ojos,
aunque quedara sin
ellas.
90
A cada paso que doy
me parece que te veo:
es tu sombra que me
sigue
a apariencias del deseo.
91
Antes de conocerte,
ya te quería,
y soñaba contigo
hasta de día.
92
Desde que te ví, te amé,
y todo fue de improviso;
no sé qué sería primero,
si amarte o haberte
visto.
93
Qué bonita está la luna,
y un lucero la
acompaña;
¡qué triste se pone un
hombre
cuando una mujer lo
engaña!
94
Cinta colorada
de la nueva unión,
teñida con sangre
de mi corazón.
95
Águila que vas volando
y en el pico llevas
viento,
llévame este papelito
donde está mi
pensamiento.
96
Aguila que vas volando
y en el pico llevas flores,
llévale este papelito
al amor de mis amores.
97
El naranjo tiene espinas,
siendo un árbol tan
frondoso
mi corazón es el firme
y el tuyo es el engañoso.
98
Yo soy como el
tominejo,
que pica de flor en flor,
pues de todas me
enamoro
y en ninguna pongo
amor.
99
Yo soy el zambo
sarambo
que fuma tabaco en
bomba,
y si saco mi garrote
no hay zambo que se me
ponga.
100
Yo soy hombre entre los
hombres
y entre las gallinas,
gallo,
y en el corral de mis
yeguas
no me relincha caballo.
101
Me decís que me querés;
yo digo que así será:
para mí será el cariño,
para otro ... la voluntá.
102
Ya me lo quiere decir,
y yo que se las
entiendo...
plata es lo que necesita
y esa es la que yo no
tengo.
103
Morenito soy, señora,
yo no niego mi color,
que entre rosas y
azucenas
lo moreno es lo mejor.
104
¡Cuántas guayabas
maduras!
¡Cuánto limón por el
suelo!
¡Cuántas muchachas
bonitas!
¡Cuánto galán sin
dinero!
105
Dicen que los que se
mueren
primero visiones ven;
yo he visto unos ojos
negros...
no sé si me moriré.
106
Corazones partidos
yo no los quiero,
que cuando doy el mío
lo doy entero.
107
Dicen que los celos
matan;
los celos no matan, no,
que silos celos mataran
ya me hubiera muerto
yo.
108
Mi madre me las pegó
porque le pedí marido;
vuélvame, madre, a
pegar
y déme lo que le pido.
109
Cuando un hombre se
enamora
de mujer que no lo
quiere,
es lo mismo que
encontrarse
un calvo, en la calle, un
peine.
110
Allá arriba en aquel alto
hay un pozo entre
limones,
donde lloran las mocitas
tiernamente por los
hombres.
111
Yo supe que te casabas
y no fui a tu casamiento
por no ver otro sentado
donde pusiste mi
asiento.
112
Las tres amonestaciones
que en el coro se leyeron
fueron los tres
parasismos
que en el corazón me
dieron.
113
A ti te estarán vistiendo
de blanco, verde y azul,
y a mi me estarán
diciendo:
'Hermano, diga Jesús'.
114
A ti te estarán probando
el lindo traje de gala,
y a mí me estarán
sacando
del aposento a la sala.
115
A ti te estarán poniendo
las sortijas, los zarcillos,
y a mí me estarán
cargando
en sus hombros mis
amigos.
116
En la puerta de la iglesia
a él le entregarán tu
mano,
y a mí me estarán
poniendo
un hábito franciscano.
117
En la puerta de la iglesia
saldré a recibirte el cura,
y a mí me estarán
llevando
a mi triste sepultura.
118
A ti te estarán poniendo
en el cuello la cadena,
y a mí me estará
cubriendo
la primer capa de tierra.
119
¡Qué recio bailan los
novios!
¡qué recio que están
bailando!
más recios suenan los
golpes
del cuerpo que están
pisando.
120
¿De qué te sirve, señora,
tanta gala y hermosura
si todo viene a quedar
al pie de la sepultura?
121
Haré por ti un sacrificio,
el que tú por mí no
harás:
quererte sin que me
quieras;
¿Qué más quieres?
¿Quieres más?
122
Yo no soy de por aquí:
yo soy de Barquisimeto:
nadie se meta conmigo
que yo con nadie me
meto.
123
Yo no soy de por aquí;
yo soy de ciertos
lugares:
nadie se meta conmigo,
o le rayo los ijares.
124
Querer una, no es
ninguna;
querer dos, algo será:
cuando la una esté
brava,
la otra contenta estará.
125
Quien se enamora de
una
debe completar las dos,
y si no ajusta las tres
no tiene perdón de Dios.
126
La niña que está
bailando
se parece a Santa Rita,
por los ojitos humildes
y esa boca tan bonita.
127
Si porque te quiero
piensas
que ya me voy a casar,
escapa la banderilla,
que yo lo que sé es
torear.
128
Desde mi tierra he
venido
pisando espinas y
abrojos
sólo por venir a verte,
vida mía de mis ojos.
129
Desde mi tierra he
venido
pisando espinas y
abrojos
sólo por venir a ver,
vida de mi alma, esos
ojos.
130
Desde mi tierra he
venido
rodando como pelota
sólo por venirte a ver,
barriga de puerca chota.
131
Niña de los veinte
novios,
ya conmigo son
veintiuno;
si todos son como yo
te quedarás sin ninguno.
132
Allá te mandé un
pañuelo
llenito de colación;
la punta estaba
manchada
con sangre del corazón.
133
Estos mocitos de ahora
mucho gastan en
planchado:
irles a ver el bolsillo
lleno de plátano asado.
134
Mañana me voy de aquí,
como todos lo verán;
a vuelta de mis espaldas
sabe Dios lo que dirán.
135
Aunque no me quieras
más
después de haberme
querido,
siempre me queda un
consuelo:
en tus brazos he
dormido.
136
Si porque te estoy
queriendo
te manifiestas ingrata,
sabe que estás en el
mundo,
y 'quien a cuchillo mata'
137
Si porque te estoy
queriendo
te manifiestas infiel,
sabe que estás en el
mundo
y 'que a donde ha de ir el
buey'
138
Si porque te estoy
queriendo
me das tantas
amarguras,
sabe que estás en el
mundo,
y 'el que ha de morir a
oscuras
139
Para los bimbos maíz,
para los gansos pescado,
como la mujer bonita
para el hombre
enamorado.
140
A las gallinas maíz,
a las garzas el pescado,
y las muchachas bonitas
para el hombre
enamorado.
141
Asómate a la vergüenza
cara de poca ventana
y échame un jarro de sed
que me estoy muriendo
de agua.
142
Asómate a la ventana
y ve lo que van
vendiendo;
los calzones de tu
amante
hechos un solo
remiendo,
143
Las muchachas de esta
tierra
son como pocas,
bonitas:
pero son más
pedigüeñas
que las ánimas benditas.
144
Te quiero más que a mí
mismo,
te quiero más que a mi
madre,
y si no fuera pecado,
más que a la Virgen del
Carmen.
145
Las mujeres son el
diablo,
son el mismo lucifer;
se visten por la cabeza,
se desvisten por los pies.
146
Hasta los palos del
monte
nacen con separación:
con los unos hacen
santos
y con los otros carbón.
147
De una costilla de Adán
hizo Dios a la mujer,
para que el hombre
tuviera
ese hueso que roer.
148
Si el naranjito de amores
no tuviera sus azares,
fuera mi quita-dolores,
fuera mi quita-pesares.
149
Al señor garrapatero
lo llaman para
escribano,
y él dice que no podrá
porque le tiembla la
mano.
149
En un hospital de
amores
un loco me aconsejó
que no quisiera a una
sola,
que de eso se
enloqueció.
150
Si un caballero te manda
que le ensilles el
caballo,
déjale la cincha floja
aunque se lo lleve el
diablo.
151
Antonio, te tengo dicho
que echés ese gato
afuera,
porque no quiero en mi
casa
(que a mi madre no le
gustan)
gatos de cabeza negra
¡Quíchito, perro!
¡Quichito, gato!
si no lo espanta
yo ya lo mato.
152
Antonio, te tengo dicho,
por el Ángel San
Gabriel,
que me prestes los
zurrones
para que tiren la miel
¡Quíchito, perro!
¡Quíchito, gato!
si no lo espanta
ya yo lo mato.
153
Toma un puñal,
rómpeme el pecho,
ve tu retrato,
que está bien hecho.
154
Con esta muchachita
me caso yo;
bendita sea la madre
que la parlo.
155
El corazón, site veo,
parece que se me parte;
y mi alma quiere salir
para verte y abrazarte.
156
La voluntad que te tengo
¡Cuándo se me ha de
acabar,
si cada vez que te veo
me consuelo con llorar!
157
Mi pecho, si hablas,
suspira;
y al verte, solloza el
alma,
y si te miro, a mis ojos
se asoma siempre una
lágrima.
158
Ojos verdes son el mar;
ojos azules, el cielo;
ojos pardos, purgatorios,
y ojos negros, el
infierno.
159
El amor es un bichito
que por los ojos se mete,
y en llegando al
corazón,
Francisco Javier, tenéte.
160
Una vez que te dije
que me quisieras,
te pusiste más alta
que las estrellas.
161
Señor Jaramillo
me escribió un papel
que si yo quería
casarme con él:
yo le contesté,
con tinta y papel,
que me casaría,
pero no con él.
162
Las muchachitas de mi
tierra
son como el terrón de
azúcar;
el que las llega a probar
hasta los dedos se
chupa.
163
Los ojos de mi morena
se parecen a mis males;
negros como mi fortuna,
grandes como mis
pesares.
164
Hice voto de quererte,
mil empeños de
adorarte:
fortuna fue conocerte,
desgracia fuera
olvidarte.
165
Una guacharaca mansa
y un chilacó cimarrón,
y una muchacha bonita
que me roba el corazón.
166
Por aquella ventana
me tiran flechas;
como sean de tus manos,
vengan derechas.
167
No digo que no me
gustan
tus gracias y tu belleza;
pero del amor al gusto
hay una distancia
inmensa.
168
Hay ojos que dan
enojos,
hay ojos que congracian,
hay ojos que con mirar
consiguen lo que desean.
169
Amantes fuimos y
somos,
amantes hemos de ser,
porque no hay poder
humano
que al amor pueda
vencer,
170
La pobreza es un borrón
que a todo mundo
oscurece:
al pobre, aunque sea
muy noble,
no lo ven como merece.
171
Mis ojos tienen la culpa,
con ellos he de pelear,
porque con ellos he visto
lo que no puedo olvidar.
172
Mañana me voy de aquí,
mañana será mi viaje;
sólo un beso y un abrazo
serán mi matalotaje.
173
Mi vida, si así deseas
a mis penas dar alivio,
busca pronto la ocasión
de verte a solas
conmigo.
174
¿De qué me sirve llorar
si mi dueño no lo sabe?
las lágrimas en ausencia
cuestan mucho y poco
valen.
175
Primero que encuentres,
niña, amor firme como
el mío,
se volverán plata y oro
los arenales del río.
176
Me acuerdo, que,
llorando,
dijiste un día,
que sólo con la muerte
me olvidarías.
177
¿Dices que no me
quieres?
tengo el consuelo
de saber que tú sabes
que yo te quiero.
178
La camisa tengo rota
y yo no la he de coser
en todos los agujeros
tusitas le he de meter.
179
Amante leal y rendido
tu amistad solicité,
y tan infeliz fuí que
me hallé mal
correspondido.
180
¿Has vista cuando, al
tomar
un músico el
instrumento,
aplica el oído atento
hasta poderlo templar;
y si luego, al registrar,
una cuerda falsa siente
pone la mano
impaciente,
tuerce la clavija airado
y da por muy bien
empleado
que esa cuerda se
reviente?
181
Por haber mi amor
mudado
te quejas a grito herido:
me espanta el haber
querido
mas no el haberme
cansado.
182
Ven a ver, pasajero
sensible,
ven a ver con asombro y
horror,
las reliquias de un
pueblo infeliz
que Caracas por nombre
llevó.
183
Si porque te quiero,
quieres
que yo la muerte reciba,
hágase tu voluntad;
muera yo porque otro
viva.
184
Si me vieras padecer
por ti, niña, tan de veras,
lástima te había de dar
aunque amor no me
tuvieras.
185
Yo comí de la retama,
del cogollo la mitad
pues no hay cosa más
amarga
que un amor pagado
mal.
186
Ahora que está bailando
la rosa con el clavel
la rosa que se deshoja
y el clavel la va a coger.
187
Morir será lo mejor;
mis penas se acabarán:
mis padres me llorarán,
que abandoné por tu
amor.
188
El amor que te tenía
era poco y se acabó:
lo puse en una lomita
y el viento se lo llevó.
189
De dos amores que tuve,
al uno le dio la peste
y el otro que me ha
quedado...
Ven, Coco, y llevaste
éste.
190
Si el amor que puse en
ti,
tan firme y tan
verdadero,
yo lo hubiera puesto en
Dios
me hubiera ganado el
cielo.
191
Dices que nada te
quiero,
¿Por qué no te he de
querer?
yo me hago el
desentendido
para no darlo a entender.
192
El amor que te tenía
era de vara y tres
cuartas;
lo puse en la talanquera;
se lo comieron las vacas.
193
Déjame seguirte al
monte,
déjame coger la flor,
déjame dormir un sueño
en tus bracitos, mi amor.
194
Déjame entrar al monte,
déjame coger las ramas,
déjame dormir un sueño
en tu regalada cama.
195
Eres un granito de oro
ensartado en un bejuco;
¿Cómo quieres que te
quiera
si tu cuerpo es tan
maluco?
196
Desde mi tierra he
venido
pisando chiribitales,
sólo por venirte a ver,
boquita de dos corales.
197
Mi mulita la tenía
amarrada en la
quebrada,
como era de
contrabando
se la llevaron los
guardas.
198
¡Lástima de mi mulita!
¿Para qué la vendería?
cuando yo montaba en
ella,
en el paso se dormía.
199
-Dime, niña bonita,
¿Quién te mantiene?
-Las tropas de Colombia
que van y vienen.
200
Adiós, ramita de
albahaca,
cogollo de ajonjolí,
me tienes inquieta el
alma
desde la hora en que te
vi.
201
Dígame, Señor herrero,
cuánto fierro ha
menester
para ponerle un candado
en la boca a mi mujer.
202
El alcalde me destierra,
el cura me descomulga,
mi madre me muele a
palos
y el amor zumba que
zumba.
203
La mujer amorosa
corre el peligro
de las flores que nacen
junto al camino.
204
Ciento cincuenta pesos
daba la viuda
sólo por la sotana
del señor cura;
el cura le responde
con gran contento:
-'Mi sotana se vende
conmigo adentro':
y la viuda contesta
con alegría:
-'Esa era la sotana
que yo quería'!
205
No te alegres de mi mal,
que pende de una
campana,
pues lo que hoy pasa por
mí
pasará por ti mañana.
206
Te dije que te quería
y siempre te estoy
queriendo;
el amor que te tenía
siempre te lo estoy
teniendo.
207
Cuando vas a comprar
paño
pide la muestra,
que en el paño hay
mucho engaño,
como en la mujer
compuesta.
208
Al diablo doy la mujer
que viste enaguas en
suma,
porque ave de mucha
pluma
tiene poco qué comer.
209
El corazón me has
pedido
siendo una cosa tan
dura;
si te doy el corazón
se me daña la asadura.
210
El amor del hombre
pobre
es como el del gallo
enano,
que en correr y no
alcanzar
se le pasa todo el año.
211
En el patio de mi casa
corre el agua a
borbollón;
quien te dio casa de teja
que te dé la varazon.
212
A la quebradita fui
sólo por verte pasar;
hasta el agua se
enternece
de ver mis ojos llorar.
213
Dicen que una hermosa
dama
el corazón me entregó;
pero el corazón, sin ella,
¿para qué lo quiero yo?
214
El corazón de mi dama
dicen que lo tengo yo;
el corazón sin la dama
¿para qué lo quiero yo?
215
Una ocasión que lloré
me callaron con mamar;
cebadito me quedé
a cada rato llorar.
216
Échame mi manta
afuera,
mi mochila y mi bordón,
y mis dos pares de
albarcas
y verás como me voy.
217
Ese tiempo que gasté
en quererte, vida mía,
gastado en torcer
cabuya,
ya hubiera hecho una
guambía.
218
Has dicho que no me
quieres
porque soy pobre y tan
feo;
yo tengo mi garabato
con que me las
cabestreo.
219
A mi mamita le pido
que no me case con
tuerto,
porque parece dormido
cuando se está más
despierto.
220
Cogí la rosa en la mano
y le sacudí el rocío
para ver si se juntaba
tu corazón con el mío.
221
Aunque el alcalde me
coja
y los grillos me
remache,
yo nunca te olvidaré
porque así fue el
cambalache.
221
Dicen que el águila
negra
es la reina de las aves,
y tus ojos han de ser
de mi corazón las llaves.
222
Dicen que el águila
negra
es la reina de las aves,
y tus negros ojos son
de mi corazón las llaves.
223
Tienes unos ojos negros
que parecen de
azabache;
si fueras cambalachera,
yo te hiciera
cambalache.
224
Mi mujer y mi caballo
se me murieron a un
tiempo:
qué mujer ni qué
demonio,
mi caballo es lo que
siento.
225
Decime si me querés,
no me andés con
salvajadas;
ayer te escribí una carta
con letricas coloradas.
226
No digo que no me
gusten
las gracias de su belleza
pero del amor al gusto
hay una distancia
inmensa.
227
En el otro lado vive
la que a mí me está
queriendo;
ella está llena de
chunche
y hasta a mi me está
cundiendo.
228
Si alguna quiere saber
cómo enamoran los
blancos,
asómese a una ventana...
- Señora, cómpreme
santos.
229
Anoche, mi bien, soñé
que unos negros me
mataban,
y eran tus dos ojos
negros
que enojados me
miraban.
230
Si piensas que por tu
amor
me he de volver
aceituna,
advierte que soy
muchacha
y que me sobra fortuna.
231
Esos tus ojos tan negros
con que me alzas a
mirar,
abájalos un poquito
que me puedo condenar.
232
Échate por la ventana
que yo te recibiré,
y si acaso te matares
dirás que yo te maté.
233
Tienes unos ojitos
y unas pestañas
y una boca embustera
con que me engañas.
234
Si tu fueras formalita
yo te diera una camisa
pero eso es vestir altar
para que otro diga misa.
235
Yo no quiero tus amores
ni tampoco tu camisa:
tengo quien vista el altar
y también quién diga
misa.
236
Fuerza de amor me
obligó
a escribirte, porque en
suma,
para eso dice la pluma
lo que un vergonzoso
no.
237
El que te escribe soy yo,
y la que dicta es el alma;
el que se muere por ti
ya sabes cómo se llama.
238
Con tinta negra te
escribo
porque muy negra es mi
suerte;
los renglones apartados
porque de ti vivo
ausente.
239
Las mocitas de este
tiempo
con trabajo hallan
esposo,
pues se dejan engañar
con sortijas de corozo.
240
Corazones partidos
yo no los quiero,
que cuando doy el mío
lo doy entero.
241
Daré mis quejas al mar,
a lo hondo y más
profundo,
que de tus ingratitudes
no quiero que sepa el
mundo.
242
¡Ojos negros, ojos
negros!
¿Por qué me miráis así?
tan alegres para otros
y tan tristes para mí!
243
En las balanzas de amor
están pesando firmezas:
¿Qué importa que el fiel
sea firme
si el engaño está en las
pesas?
244
Temeroso de un
desprecio
vivo muriendo de amor,
y estoy pasando una
vida
más triste que la de Job.
245
Temo que me des el
pago
que le dio David a Unas,
y así, con tanta aflicción
lloro como Jeremías.
246
La mujer y la gallina
tienen instintos iguales:
quieren mucho al sexo
opuesto
y del suyo son rivales.
247
Pavita del monte
déjame pasar,
que voy de camino
para Popayán.
248
En Cali me dieron fríos,
en Caloto calentura,
en Cartago fue mi
muerte
y en Buga mi sepultura.
249
De los chuyacos del día
mi chuyaco es el mejor,
porque mi chuyaco tiene
ajo, pimienta y color.
250
Las mujeres de este
tiempo
son como las avellanas:
de ciento sale una buena
y noventa y nueve
vanas.
251
Mi mujer y mi caballo
comen en un mismo
plato;
mi mujer por lo garosa
tiene a mi caballo flaco.
252
Los suspiros que yo doy
salen de mi pecho
franco,
y se dirigen al tuyo
como las balas al
blanco.