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El desarrollo humano: diferentes acepciones 1
Dr. Joaquín R. Ledesma2
5 de noviembre de 2010
1. Introducción.
El próximo año, la Conferencia Episcopal Argentina, prepara el Congreso
Nacional sobre la Doctrina Social de la Iglesia en el contexto de un
Bicentenario en justicia y solidaridad (2010-2016). La Región
de América
Latina y el Caribe se distingue por encontrarse la mayoría de los católicos y
ser el más inequitativo del planeta. Esta contradicción debe ser enfrentada por
cada uno de nosotros, y por todas nuestras instituciones, con valentía pero con
mucha humildad y solidaridad. En función de ello, revisé lo escrito sobre este
tema3 y deseo aprovechar este Encuentro de Docentes Católicos para
ofrecerles y discutir algunas reflexiones sobre el título de este ensayo a la luz
de la encíclica Caritas in Veritate.
El desarrollo humano tiene diferentes acepciones, es un concepto multívoco.
No tiene un significado único e inequívoco.Una de ellas proviene de la teoría
económica contemporánea dominante y otra, totalmente diferente, de la
cosmovisión cristiana. Debemos intentar identificar y tomar conciencia de los
atributos diferenciales para colaborar en la enseñanza de la economía.
2. El desarrollo humano.
La medición de la riqueza como un atributo de las naciones es parte de la
historia económica. El despegue de la macroeconomía y la creación de las
1
Presentado y expuesto en el V Encuentro de Docentes Universitarios Católicos.5-7 de Noviembre 2010.
La Plata. Prov. Buenos Aires. Colección Bicentenario. N°4.
2
Profesor Emérito. Facultad de Ciencias Económicas. UCA
3
El enfoque Católico de la Economía. Serie de Economía Política. EDUCA 1996.
Temas económicos tratados por las Encíclicas. Desde Centésimus Annus a Ecclesia in América. Capítulo
V. Pensando la Nueva Economía. Educa-2004.
La Cosmovisión Católica. Capítulo 2. Economía : Teoría y Política. Prentice Hall.2007
La Vida Económica. Colección Bicentenario. Educa.2009
Contradicciones contemporáneas .En Encuentro de Filosofía Económica. Escuela de Economía.
UCA.2009. Colección Bicentenario N°3.
1
Naciones Unidas, permitió la existencia de un sistema estándar de cuentas
nacionales (1953) que mide los principales agregados económicos. En el
ámbito nacional, el Banco Central publicó las primeras estimaciones en 1946, y
desde entonces la metodología se mejora periódicamente. La utilidad del
sistema permite conocer la cantidad de bienes y servicios finales producidos,
que
denominamos el
producto bruto. Este indicador se transformó en la
expresión del crecimiento económico. Sin embargo la sociedad pretendía
conocer más sobre el destino de los
ingresos producidos, como su
distribución, su impacto en la educación, en la salud y capacidad alimentaria,
como mínimo. La contradicción en un país entre
informado por
un alto nivel de riqueza
este indicador y gran cantidad de pobres necesitaba una
explicación. Así se comenzó a mencionar el vocablo desarrollo lo cual
implicaba incorporar el perfil humano en el estudio económico e incorporar al
crecimiento la inquietud social por la pobreza.
Esta semana se celebró el vigésimo aniversario (1990) de la publicación del
informe sobre el desarrollo humano, que por primera vez incluyó parámetros no
económicos en la medición del progreso de los países. Según las autoridades
de Naciones Unidas "le dio un vuelco al pensamiento convencional. El informe
sobre el desarrollo humano argumentó que medir el progreso sólo en términos
económicos era objetiva y filosóficamente equivocado".4 El secretario general
indicó que este nuevo concepto obligó a los países a preocuparse por la
calidad, no sólo la cantidad, del progreso y recordar que la importancia del
crecimiento económico reside en cómo logra mejorar la vida de todos los
ciudadanos.
La nueva medición se
llamó Índice de Desarrollo Humano (IDH). Al
crecimiento medido por la variación del producto se incorporaron la esperanza
de vida, el logro educacional y niveles de ingreso. En 1995 se incorporó el
índice de desarrollo del género (IDG) y el índice de potenciación de género
(IPG).En 1997 se introdujo el concepto de pobreza humana. Mide las
dimensiones de la privación de los ciudadanos, (IPH) que sería opuesto al IDH.
Este enfoque, que podría llamarse de bienestar, tiene su centro en el individuo
4
Secretario General de Naciones Unidas.3.11.2010
2
y las posibilidades de incremento social, cultural y de vida que le permitirán las
riquezas generadas por el sistema productivo.
Al referirse a las consecuencias de este desarrollo humano, Carita in Veritate,
nos advierte que lo que se promueve es un desarrollo deshumanizado. (11)
Algunas de las observaciones críticas son que la riqueza mundial crece en
términos absolutos pero aumentan también las desigualdades (21), conviven el
superdesarrollo derrochador y consumista con la miseria deshumanizadora,
nacen nuevas pobrezas (21), prima solo la lógica mercantil (36) y la justicia
conmutativa (35).
El mercado se rige únicamente por el principio de la equivalencia del valor de
los bienes que se intercambian y no llega a producir la cohesión social que
necesita para su buen funcionamiento. Al mercado le interesa promover la
emancipación, pero no puede lograrlo por sí mismo, porque no puede producir
lo que está fuera de su alcance (35). Ha de sacar fuerzas morales de otras
instancias que sean capaces de generarlas. (35)
Este desarrollo humano se encuentra en manos exclusivamente del hombre.
Se aprecia con frecuencia una relación entre la reivindicación del derecho a lo
superfluo, e incluso a la transgresión y al vicio, en las sociedades opulentas, y
la carencia de comida, agua potable, instrucción básica o cuidados sanitarios
elementales en ciertas regiones del mundo subdesarrollado y también en la
periferia de las grandes ciudades.(43)
La actividad económica no está ordenada a la consecución del bien común, (736) que es responsabilidad sobre todo de la comunidad política (dar por deber)
sino que privilegia la lógica del intercambio contractual (dar por tener). La
gratuidad no existe. (38-39)
¿Hacia donde vamos? hacia un mercado único que facilita la globalización,
donde los consumidores definen sus necesidades según sus deseos y los
productores tratan de satisfacerlos. Es decir que el utilitarismo
marginalismo que convergen en el neoliberalismo
y el
avasallan las religiones.
Cualquier deseo se transforma en necesidad. Cualquier necesidad se convierte
en un bien. Las armas, la pornografía, la droga, la prostitución, la depredación
3
del medio ambiente. etc. son parte de la riqueza moderna. La economía es
amoral.5
3. El desarrollo humano integral.
Sin duda que Caritas in Veritate es la encíclica del auténtico desarrollo humano
integral. Nos identifica y explica la esencia
diferencial con el desarrollo
deshumanizado o inhumano (78). Pablo VI, teniendo en cuenta esta
limitación original del término, adjuntó al sustantivo, un importante adjetivo:
“integral”. Y lo explicó de esta manera: “El desarrollo no se reduce al simple
crecimiento económico. Para ser auténtico debe ser integral, es decir,
promover a todos los hombres y a todo el hombre”.Mencionemos algunas de
nuestras características propias.
El desarrollo humano integral es ante todo vocación (16), don, que exige,
además, una visión trascendente de la persona, necesita a Dios (11) que es el
garante del verdadero desarrollo del hombre. (29) Además de la lógica
económica, necesitamos de la lógica
política y la lógica del don sin
contrapartida, formas de actividad económica caracterizada por ciertos
márgenes de gratuidad, comunión y solidaridad. En este último caso, las
formas de economía solidaria, encuentran su mejor terreno en la sociedad civil.
Es decir que en las relaciones mercantiles, como expresiones de fraternidad
pueden y deben tener espacio el principio de gratuidad y la lógica del don. (34
a 38)
El Estado debe ordenar al mercado a la consecución del bien común. Promover
la justicia distributiva y la justicia social, la apertura a la vida, el derecho a la
libertad religiosa, a Ia alimentación y el acceso al agua como derechos
universales de todos los seres humanos, sin distinciones ni discriminaciones.
(27).
Con respecto a las empresas (46) la distinción hasta ahora más difundida entre
las destinadas al beneficio (“profit”) y organizaciones sin ánimo de lucro (“non
profit”) ya no refleja plenamente la realidad. Existe una zona intermedia que
está compuesta por empresas tradicionales que, sin embargo, suscriben pactos
5
Tullock G- Mac Kenzie. La nueva frontera de la economía. Espasa Calpe. Madrid 1980
4
de ayuda a países atrasados; por fundaciones promovidas por empresas
concretas; por grupos de empresas que tienen objetivos de utilidad social; por
el amplio mundo de agentes de la llamada economía civil y de comunión, que
se caracterizan por la solidaridad y la justicia intergeneracional, teniendo en
cuenta múltiples aspectos, como el ecológico, el jurídico, el económico, el
político y el cultural. Sin duda que las cuestiones relacionadas con el cuidado y
salvaguardia del ambiente han de tener debidamente en cuenta los problemas
energético (49).
Para salvaguardar la naturaleza no basta intervenir con incentivos o
desincentivos económicos, y ni siquiera basta con una instrucción adecuada.
Éstos son instrumentos importantes, pero el problema decisivo es la capacidad
moral global de la sociedad (51). Si no se respeta el derecho a la vida y a la
muerte natural, si se hace artificial la concepción, la gestación y el nacimiento
del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigación, la
conciencia común acaba perdiendo el concepto de ecología humana y con ello
de la ecología ambiental. Es una contradicción pedir a las nuevas generaciones
el respeto al ambiente natural, cuando la educación y las leyes no las ayudan a
respetarse a sí mismas (51).
Los estados están llamados a establecer políticas que promuevan la
centralidad y la integridad de la familia, fundada en el matrimonio entre un
hombre y una mujer, célula primordial y vital de la sociedad, asegurar el trabajo
decente. (44)
Urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial (67).
Esta
Autoridad deberá estar regulada por el derecho, atenerse de manera concreta
a los principios de subsidiaridad y de solidaridad, estar ordenada a la
realización del bien común, comprometerse en la realización de un auténtico
desarrollo humano integral inspirado en los valores de la caridad en la verdad.
En síntesis, la doctrina social de la Iglesia ofrece una aportación específica,
que se funda en la creación del hombre «a imagen de Dios» (45).La verdad, y
el amor que ella desvela, no se pueden producir, sólo se pueden acoger. Su
última fuente no es, ni puede ser, el hombre, sino Dios, o sea Aquel que es
Verdad y Amor. (1, 2, 3, 4, 5 y 45) Este principio es muy importante para la
sociedad y para el desarrollo, en cuanto que ni la Verdad ni el Amor pueden ser
sólo productos humanos; la vocación misma al desarrollo de las personas y de
5
los pueblos no se fundamenta en una simple deliberación humana, sino que
está inscrita en un plano que nos precede. (52) La verdad originaria del amor
de Dios, que se nos ha dado gratuitamente, es lo que abre nuestra vida al don
y hace posible esperar en un «desarrollo de todo el hombre y de todos los
hombres. (8)
4. Reflexiones finales.
“Para alcanzar el desarrollo hacen falta pensadores de reflexión profunda que
busquen un humanismo nuevo, el cual permita al hombre moderno hallarse a sí
mismo”6 señala la Encíclica y agrega “la actual situación exige una nueva y
más profunda reflexión sobre el sentido de la economía y sus fines”.7 Este
desafío debe tener respuesta y requiere por parte de cada católico una
reflexión honesta. Como metodología seleccioné algunos conceptos que
conforman un núcleo sustantivo para iniciar la difícil tarea de responder a la
Carta de su Santidad Benedicto XVI.
El desarrollo humano integral supone la libertad responsable de la persona y
la vocación es una llamada que requiere una respuesta libre y responsable.
(17)
El humanismo que excluye a Dios es un humanismo inhumano. (75) El
desarrollo es imposible sin hombres rectos, sin operadores económicos y
agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien
común. Se necesita tanto la preparación profesional como la coherencia moral.
(71) La cuestión social se ha convertido radicalmente en una cuestión
antropológica. (75)
Estos cuatro conceptos requieren de una respuesta personal de cada uno de
nosotros. ¿Tenemos claro la concepción antropológica que nos distingue del
desarrollo deshumanizado? ¿Contribuimos
en nuestra actividad económica
con un desarrollo humano integral? ¿Somos hombres rectos? ¿Nuestra acción
es coherente con la cosmovisión católica?
“Aunque es verdad que, por un lado, el desarrollo necesita de las religiones y
de las culturas de los diversos pueblos, por otro lado, sigue siendo verdad
6
7
C.V. 17
V.V. 32
6
también que es necesario un adecuado discernimiento. La libertad religiosa –
que defendemos- no significa indiferentismo religioso y no comporta que todas
las religiones sean iguales”.
8
Sin embargo, las civilizaciones y religiones de
este mundo globalizado-salvo alguna excepción - consideran a la economía
como ciencia social y subordinada
a la ética. A pesar de ello, la ciencia
económica moderna prevalece en la construcción de un “single market”
orientado exclusivamente por el sistema de precios y la justicia conmutativa.
Desde el Norte al Sur, desde el Este al Oeste, la ciencia económica moderna y
su método tienen plena vigencia. Es decir que el mundo no se rige por el
desarrollo humano integral que la Doctrina Social de la Iglesia nos propone y al
contrario se observa que los fieles que tienen como referencia a Dios y los que
lo rechazan, participamos activamente en un desarrollo deshumanizado. Entre
países diferentes y en el mismo país se observa esta contradicción. ¿Cuáles
son las razones? La principal es la aceptación de un concepto de bienestar y
felicidad fundado en la teoría neoclásica, que proviene de un andamiaje
antropológico que dista del católico.
La línea histórica desde
(1561-1626),
William de Ockhan( 1270-1349) y Francis Bacon
Descartes (1596-1650), Locke (1632-1704), Bentham (1748-
1832) , Augusto Comte (1798-1857),John Stuart Mill (1806-1873),W.S. Jevons
(1835-1882),Carl Menger (1832-1921),9 L. Walras (1834-1910), Ludwig Von
Mises, (1881-1973) Eistein
A.( 1879-1955) , Karl Popper (1902-1994),
Friedman M(1912-) Tullock G.(1922-),entre otros, constituyen el núcleo crítico
de la
formación de la economía moderna neoclásica. Nominalismo,
empirismo, utilitarismo, teoría del valor subjetivo, marginalismo y positivismo se
superponen en el edificio conceptual de estos autores. Ello implica una
adhesión, no siempre explícita, a una de las corrientes pertenecientes al
modernismo científico.
Además el puritanismo y la lucha religiosa en el imperio inglés del siglo XVII
sentaron las bases del capitalismo. Dice Hilton: “La relación entre el
evangelicalismo y el utilitarismo resulta de suma importancia para los
historiadores del pensamiento económico, dado que la economía política
8
9
C.V. 55
Fundador de la escuela austríaca de economía.
7
‘oficial’ del siglo XIX se localiza generalmente dentro del cuerpo de ideas
benthamitas”10.
La relación entre espiritualismo y utilitarismo ha sido siempre motivo de fuertes
conflictos intelectuales. Como señala Touchard: “La religión se adapta a las
preocupaciones dominantes de una Inglaterra en plena expansión económica,
surgiendo
así
una
especie
de
puritanismo
capitalista
que
asocia
estrechamente el deber de enriquecerse y el deber de salvación. El
puritanismo inglés11 reconcilia e incluso identifica el espíritu de empresa y la
vida moral, la ganancia y la gracia, la inversión y el ascetismo, el
enriquecimiento y la santidad” 12.
El beneficio como prueba temporal de la gracia permitió la aparición de una
nueva moral económica, fundada en el individualismo y el utilitarismo, optimista
para quienes triunfan y despiadada para quienes fracasan. En este período de
reforma se alteraron los enfoques políticos, religiosos, económicos, jurídicos y
científicos. La Iglesia anglicana de Inglaterra, el puritanismo y el metodismo
tuvieron una fuerte incidencia en el pensamiento de los siglos venideros. Esta
misma cosmovisión se traslada a los Estados Unidos. Ambos imperios
dominaron la época contemporánea. La notoriedad de los autores modernos,
con bases en los centros de estudios económicos en países más importantes
del mundo, aseguran la transferencia de este conocimiento a los diseños
curriculares y enseñanza de la economía.13 Esta sería una respuesta al
dominio de un esquema de desarrollo que no contempla a todo el hombre ni a
todos los hombres.
¿Enseñamos economía en forma adecuada a nuestra cosmovisión católica?
Creo que debemos mejorar. Su enseñanza es incompleta al no introducir la
discusión filosófica e histórica de sus fundamentos. Falta contestar las
preguntas esenciales ¿Por qué y para qué existe la economía?
La antropología y la epistemología no suelen aparecer en los libros de teoría
económica y son pocos los diseños curriculares de las universidades que la
10
Hilton, Boyd, The Age of Atonement: The Influence of Evangelicalism on Social and Economic
Thought (1785-1865).
11
Es recomendable vincularlo con la Reforma Inglesa, con Calvino y una de sus derivaciones llamados
pietistas. Analizar sus implicancias en América en la Colonia de Plymouth y Nueva Inglaterra.
12
Touchard, Jean, op. cit., pág. 258.
13
Ledesma J.R. Contradicciones contemporáneas. Filosofía Económica. Escuela de Economía
UCA.2009
8
incluyen. ¿“Los interrogantes esenciales son el por qué? ¿Y el para qué? de su
existencia. Causa original y razón de su finalidad. “Ninguna existencia
contingente da razón de su origen ni de su sentido y en consecuencia, todo su
acontecer necesita ser entendido desde sus causas extrínsecas.” ¿Por qué
existe la economía? Por que el hombre es indigente y necesita de una acción
intencional eficiente e inteligente como es el trabajo. 14 El marco epistemológico
adecuado nos permite seguir y trabajar la propuesta de volver a la economía
como ciencia moral.15 Ahora bien, no es fácil para el alumno comprender el
salario de equilibrio que se enseña en economía con el salario justo que nos
enseña nuestra Doctrina. La Iglesia no tiene una receta técnica. Creo que una
alternativa es revisar la biografía de los pensadores relevantes. Aquellos
pensadores que estudiaron Filosofía, Antropología y Ética y luego Economía
pesaron en forma significativa en el sistema económico. Solo mencionar a
Adam Smith y Stuart Mill. La integración el saber es una alternativa pero el
egoísmo profesional lo esteriliza. La propuesta sería formar Escuelas de
Economía Católicas donde se estudie Antropología y Economía o dictar cursos
obligatorios de Desarrollo Humano Integral.
Caritas in Veritates nos enseña que” no se deben hacer reproches al medio o
instrumento sino al hombre, a su conciencia moral y a su responsabilidad
personal y social”. “La globalización no es, a priori, ni buena ni mala. Será lo
que la gente haga de ella». (36)
Carl Menguer, en su Principios de Economía Política (1871)16explica que las
necesidades surgen de nuestros instintos y que la medida del valor es
totalmente subjetiva.”Aquellas cosas que tienen la virtud de poder entrar en
relación causal con las satisfacciones de las necesidades humanas, las
llamamos utilidades, o cosas útiles. En la medida que reconocemos esta
conexión causal y al mismo tiempo tenemos el poder de emplear las cosas de
que estamos hablando en la satisfacción de nuestras necesidades,
las
llamamos bienes”.17 Y a las sumas de estos bienes les llamamos riquezas.
Desde el análisis económico, uno podría pensar, que esta lógica es la que
provoca las inequidades del sistema. ¿Por qué? Por que los que desean y
14
Mirabella Miguel A. Fundamentos de Filosofía Económica. Educa.2006. Cap.III Pág 87
Crespo Ricardo F. La Economía como Ciencia Moral. EDUCA.1997.Pág 179
16
Este año se considera el nacimiento de la economía contemporánea.
17
Menguer Carl. Principios de Economía Política.
15
9
demandan bienes superfluos son las personas de mayores ingresos. Los de
menores ingresos demandan todo su ingreso en las necesidades primarias y
los que no tienen ingresos suficientes pasan hambre. Los deseos de las
personas que se pueden demandar, para que se transformen en bienes por el
lado de la oferta, necesitan capacidad adquisitiva, ingresos. En la ciudad de
Buenos Aires, se puede observar personas que viven en la calle, muchas
veces acompañados de algún perro. Tienen deseos, tienen necesidades pero
no tienen capacidad adquisitiva. Como el Estado no aplica en ellos la justicia
distributiva, reciben en forma gratuita alimentos por parte de los vecinos y
“abrigo” por parte del animal que lo acompaña. En forma simultánea tenemos
negocios y clínicas dedicadas a las mascotas. De la observación surge que los
deseos transformados en necesidades y luego en bienes es la consecuencia
del superdesarrollo de algunos y la miseria de otros. Además la fraternidad, la
caridad, solidaridad y gratuidad están en crisis…o mejor dicho estamos en
crisis. El hombre posee una naturaleza herida, inclinada al mal,(34) Los
católicos como consumidores tenemos una responsabilidad sobre nuestro
prójimo excluido de la comunidad. Son nuestros vecinos sin vivienda y sin
ingresos.
“Es verdad que el desarrollo ha sido y sigue siendo un factor positivo que ha
sacado de la miseria a miles de millones de personas y que, últimamente, ha
dado a muchos países la posibilidad de participar efectivamente en la política
internacional. Sin embargo, se ha de reconocer que el desarrollo económico
mismo ha estado, y lo está aún, aquejado por desviaciones y problemas
dramáticos, que la crisis actual ha puesto todavía más de manifiesto (21).Dar
de comer a los hambrientos (Cf. Mt 25,35.37.42) es un imperativo ético para la
Iglesia universal, que responde a las enseñanzas de su Fundador, el Señor
Jesús, sobre la solidaridad y el compartir. (27)
No estoy convencido de los beneficios del actual concepto de desarrollo si
tenemos en cuenta el costo humano y ecológico que se debe pagar para
lograrlo. La época de mayor producción de bienes y servicios coincide con la
de mayor número de pobres. No hay que caer en la trampa que cualquier
decisión que incremente el producto es bueno para el hombre y la naturaleza.
Recordemos que cualquier deseo se transforma en necesidad. Cualquier
necesidad se convierte en un bien. Las armas, el juego, la pornografía, la
10
droga, la prostitución, etc. son parte de la riqueza moderna.
promovemos la
¿Cuándo
distribución del producto, somos concientes de lo que
decimos? Creo que no. Hay ingresos y.o utilidades que provienen del trabajo
indecente. Una respuesta es que los católicos se destaquen por ofrecer trabajo
decente. Debemos formar profesionales y dirigentes inteligentes para que sean
protagonistas vía políticas públicas en plantear la necesidad y conveniencia de
transformar el desarrollo humano en desarrollo humano integral.
En esta realidad se nos pide a no limitarnos en la vida económica a la justicia
conmutativa, sino también que el estado aplique la justicia distributiva y los
ciudadanos seamos solidarios.
Los católicos debemos tener presente
no
solamente la lógica mercantil, sino la fraternidad, la gratuidad. Evitar la
especulación y esforzarnos en la producción. Que reconozcamos el verdadero
sentido del bien común que es superior al bienestar. La evangelización se inicia
por cada uno de nosotros. No se puede dar el amor que no tenemos.
“La caridad va más allá de la justicia, porque amar es dar, ofrecer de lo «mío»
al otro; pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es
«suyo», lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar. No puedo
«dar» al otro de lo mío sin haberle dado en primer lugar lo que en justicia le
corresponde. Quien ama con caridad a los demás, es ante todo justo con ellos.
No basta decir que la justicia no es extraña a la caridad, que no es una vía
alternativa o paralela a la caridad: la justicia es «inseparable de la caridad»,
intrínseca a ella. La justicia es la primera vía de la caridad o, como dijo Pablo
VI, su «medida mínima», parte integrante de ese amor «con obras y según la
verdad» al que nos exhorta el apóstol Juan. La «ciudad del hombre» no se
promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún,
con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión”.18
18
C.V. (6) www.vaticanco.va
11