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Transcript
1
RESURGIMIENTO ISLAMICO EN EGIPTO; 1952-1981: ENTENDIENDO EL
FUNDAMENTALISMO DESDE DENTRO
José Carlos León Vargas
Licenciatura en Relaciones Internacionales (Pasante)
El Colegio de México
RESUMEN: En este artículo se hace una revisión de tres movimientos fundamentalistas
egipcios, subrayando la importancia de las relaciones de Egipto con otros países de la
región, así como las condiciones políticas, sociales y económicas que motivaron la
aparición de estos grupos. Empleando una tipología sociológica, se intentarán identificar
las características de tales agrupaciones, bajo la hipótesis de que hacer una generalización
de los movimientos fundamentalistas es erróneo, pues muestran diferencias claras entre
ellos. En este sentido, los movimientos islámicos pueden compararse con cualquier otro
grupo de interés occidental. Así, afirmar que violencia e Islam van de la mano es un juicio
erróneo.
INTRODUCCIÓN
Existe una tendencia poco objetiva a enmarcar cualquier actividad musulmana dentro del
radicalismo religioso y el fundamentalismo. En la perspectiva occidental, se deja poco
espacio para el actuar racional de un individuo musulmán y se lo encasilla en una acción
que responde a cuestiones predominantemente religiosas.
Al surgir movimientos islámicos en Irán, Egipto y Siria, se atribuyeron sus orígenes
a un resurgimiento islámico. Varios medios occidentales contemporáneos o posteriores a
estas organizaciones (a veces clandestinas y violentas) hablaron de un retorno al Islam y de
un fundamentalismo islámico.
Autores como I. Abu Lughud, Ali H. Dessouki y Saad E. Ibrahim, coinciden en que
un estudio adecuado de los movimientos islámicos debe tomar en cuenta las condiciones
2
históricas, políticas y sociales de cada país. No es posible hacer generalizaciones para toda
la cultura musulmana haciendo un estudio de un solo factor, el religioso. Ello, afirman los
autores, únicamente falsearía o exageraría la realidad de los movimientos islámicos.
La cultura islámica no está exenta de movimientos político-religiosos en los que se
manifiesta el descontento de la población por diversos problemas que les afectan. Este tipo
de eventos tribales, rurales y urbanos se valen de la religión a falta de una ideología bien
definida (entendiendo ésta como democracia, marxismo, derechos humanos, liberalismo o
cualquier otra).1
Saad Eddin Ibrahim define la militancia islámica como un "comportamiento
violento de un grupo en contra del Estado o de algún otro actor, en nombre del Islam". 2 Es
posible identificar dos organizaciones de este tipo que enfrentaron directamente el régimen
de Nasser en la década de los años 50 y 60 y el del presidente Sadat entre los años 70 y
hasta la muerte de éste en 1981. Uno de estos grupos se conoce con los nombres de
"Organización para la Liberación Islámica" o "Academia Técnica Militar" e intentó un
golpe de Estado en 1974. El otro movimiento fue llamado por los medios de comunicación
"Grupo Musulmán", pero también es bien conocido como "Excomunión y Hégira".
El antecedente directo de ambos grupos es la llamada Hermandad Musulmana,
fundada entre 1928 y 1929 por un maestro de escuela llamado Hasan al-Banna (1906-1949)
en una zona de Egipto ocupada por los ingleses.3
En este ensayo, me enfocaré en estos tres movimientos islámicos. En una primera
parte describiré el contexto en el que surgieron estas asociaciones, así como sus reclamos al
Estado egipcio. Posteriormente haré una comparación de los objetivos y organización del
grupo "Academia Militar" y de "Excomunión y Hégira". Empleando la tipología de Bruno
1
Manuel Ruiz Figueroa, "Militancia islámica y resurgimiento islámico en Egipto",
Estudios de Asia y Africa, 1(1987), p. 9.
2
"Anatomy of Egypt's Militant Islamic Groups: Methodological Notes and Preliminary
Findings", International Journal of Middle East Studies, 12(1980), en Saad Eddin Ibrahim,
Egypt Islam and Democracy. Twelve Critical Essays, Cairo, The American University in
Cairo Press, 1996, p. 5.
3
Olivier Carré y Gérard Michaud, Les Frères Musulmans, s.l., Éditions Gallimard, 1983,
pp. 11-21.
3
Étienne, analizaré los tres movimientos tomando en cuenta sus acciones e ideología.
Finalmente, a modo de conclusión, resumiré los elementos que permitieron el surgimiento
de estos grupos islámicos en Egipto, así como los obstáculos que enfrentaron a lo largo de
su actividad política.
LA HERMANDAD MUSULMANA
En sus inicios sólo se trataba de una organización con fines sociales y recreativos, que
agrupaba principalmente a estratos bajos de la población en un puñado de filiales. Sin
embargo, para 1949 ya contaba con 2000 filiales y cerca de 500,000 miembros, entre los
cuales había gente de las clases medias y educadas de Egipto.4
La Hermandad tenía una estructura bien establecida y una jerarquía de tipo castrense
con los mejores cuadros a la cabeza. Su enorme éxito nos confirma que vino a llenar un
vacío en la necesidad de una organización social que permitiera a la población expresarse
públicamente.
Gamal Abd al Nasser ocupó la presidencia de Egipto (república de Egipto) de 1953
hasta su muerte en 1970. Muchos de sus oficiales (250 Oficiales Libres que formaron el
"Consejo de la Revolución") habían estado vinculados o había sido miembros de la
Hermandad Musulmana.5
Nasser no cambió inmediatamente el sistema económico y político de Egipto. Poco
a poco fue sustituyendo el capitalismo liberal del régimen precedente por un capitalismo de
Estado donde militares y altos funcionarios tenían el poder. El sistema de propiedad
privada funcionó hasta finales de la década de los años 50, y en los 60's la planificación y
administración de la economía dirigida por el Estado , así como las nacionalizaciones,
serían los pilares de su régimen.
El régimen de Nasser mostró una actitud laica al suprimir los Tribunales islámicos y
llevar a cabo reformas en los programas de la Universidad de al-Azhar, por medio de la
enseñanza científica y práctica en los diversos campos de conocimientos existentes;
también rechazó la elaboración de una Constitución basada en principios coránicos,
4
Loc. cit.
5
G. H. Jansen, Militant Islam, New York, Harper & Row Publishers, 1979, pp. 148-150.
4
propuesta por miembros del primer gabinete de Nasser que provenían de la Hermandad
Musulmana.6
Sin embargo, Nasser tuvo que legitimar su nuevo régimen por medio de la fe. En
este sentido, varias fueron las ocasiones en que el presidente subrayó la diferencia entre su
socialismo y la ideología comunista. Mientras el primero, argumentaba, pugnaba por
eliminar las diferencias de clase, buscaba la justicia social y creía firmemente en la religión,
el marxismo y comunismo eran ateos y renegaban la fe.
La participación, cada vez más intensa, de la Hermandad en la política habían
provocado ya su disolución oficial en 1949 (y el asesinato de su fundador por miembros del
servicio secreto). Esta organización, actuó clandestinamente para apoyar a Gamal Abdel
Nasser en el golpe de Estado de 1952; sin embargo fue disuelta nuevamente por un decreto
presidencial en 1954 (La Hermandad Musulmana había calificado de "santo movimiento
para la liberación de Egipto" al régimen de Nasser). La mayoría de los estudiosos del tema
coinciden en que este nuevo presidente no tenía intención de compartir el poder con un
grupo tan influyente en la sociedad egipcia; Nasser argumentó que el atentado en su contra
en octubre de 1954 había sido planeado por la Hermandad y aprovechó para reprimir
severamente a varios de sus líderes.7
Después de la derrota egipcia en la Guerra de los Seis Días (1967), el régimen
populista de Nasser se debilitó y la Hermandad Musulmana recobró su actitud opositora. A
pesar de la prohibición legal de su existencia, la organización seguía contando con
seguidores en el ejército y la población civil.
La Hermandad aprovecharía la crisis
ideológica y política en Egipto en 1967, para dar una interpretación religiosa a la derrota
militar. Se había perdido, según ellos, porque no eran buenos musulmanes, porque se
habían importado conceptos e instituciones occidentales que nunca tuvieron éxito, como el
socialismo, el nacionalismo y la laicidad.8 La única salida, afirmaban, era volver al Islam.
6
Gema Martín Muñoz, Política y Elecciones en el Egipto contemporáneo (1922-1990),
Madrid, Agencia Española de Cooperación Internacional, 1992, p. 213.
7
8
Ibid., pp. 241-242.
Ismail Salwa opina que cualquier intento por introducir ideas seculares al Islam era
considerado un ataque directo a la sociedad y cultura musulmana("Confronting the Other:
5
Al llegar Anwar al-Sadat a la presidencia en 1970, también se valió de la
Hermandad para afianzarse en el poder.
Con amnistías a los simpatizantes de este
movimiento, Sadat pudo obtener el apoyo de aquellos que estaban en contra de las medidas
del extinto Nasser.9
Sadat llevó a cabo varias reformas de carácter económico, político y social en
Egipto. Con la "Infitah", o política de "puertas abiertas", Sadat estableció un liberalismo
económico que favoreció a inversionistas y empresarios no sólo de Egipto sino de Arabia y
otras naciones aledañas. Esto contrastó con el anterior socialismo de Nasser.
En política interna, se permitió la creación de partidos de oposición como
alternativas al partido único Unión Socialista Árabe. En política exterior, Egipto declaró a
Rusia --antiguo aliado-- como una nación oportunista y con intereses imperialistas. Sadat
replanteó la relación con Israel y, en 1978 y 1979, se firmaron los acuerdos de Campo
David.
A pesar del acercamiento de Sadat con la Hermandad Musulmana (se vaciaron las
cárceles de presos políticos que estaban ahí desde el régimen Nasserista), ésta no dejó de
criticar las acciones de Sadat. La Hermandad ya no intervenía directamente en política,
pero en sus publicaciones "Al-Dawa" ("El Llamado o La Misión") y "Al-Itisam"
("Perseverancia") se continuaba acusando a los regímenes de Sadat y Nasser de
antiislámicos.
LA ORGANIZACIÓN
PARA LA
LIBERACIÓN ISLÁMICA
O
"ACADEMIA MILITAR"
Y EL
GRUPO
MUSULMÁN O "EXCOMUNIÓN Y HÉGIRA"
Tanto la Academia Militar (AM) como el grupo de Excomunión y Hégira (EH) se
consideraban continuadores de lo que fue la Hermandad Musulmana. A la AM se le
Identity, culture, politics, and conservative islamism in Egypt", International Journal of
Middle East Studies, 30(1998), p. 210).
9
G. H. Jansen, op. cit., p. 196.
6
atribuye el primer atentado contra Sadat en abril de 1974, mientras que EH, de corte más
radical y violento, fue quien provocó la muerte de este presidente en 1981.10
Ambos grupos islámicos reclutaban jóvenes foráneos de clase media y baja en sus
organizaciones. Las edades variaban entre los 17 años y los 26 años y los miembros iban
desde estudiantes universitarios, empleados de gobierno (maestros, agrónomos, doctores,
ingenieros), hasta algunos comerciantes y campesinos.11
La política de puertas abiertas de Sadat benefició, a corto plazo, sólo a las clases
más privilegiadas (inversionistas y empresarios en particular). Los estratos medios y bajos
de la sociedad, antes favorecidos por las políticas socialistas de Nasser, fueron las más
afectadas.
Esto trajo consigo desigualdades económicas y aumento de la corrupción;
ambos factores contrarios a la doctrina coránica, que plantea a Dios como el único dueño de
la riqueza y al hombre sólo como administrador.
La ruptura con la URSS y el acercamiento a EEUU e Israel, fue una elección
desastrosa; ahora Sadat pactaba con dos actores considerados enemigos perennes del Islam:
el sionismo (Israel) y el imperialismo occidental (EEUU).
La reforma democrática que permitía la existencia de otros partidos fue considerada
un fraude de Sadat; una manipulación para aparentar una oposición que no existía y que en
un Estado islámico debía salir sobrando. En opinión de estos grupos islámicos , lo único
que se necesita en un Estado es la Shura o Asamblea Deliberativa, que determina el
principio del Islam que debe aplicarse en problemas del Estado. De igual modo, la paz con
Israel era inconcebible, siendo éste el agresor de los territorios egipcios; la causa (directa o
indirecta) de los males de los musulmanes (en especial de Palestina) y el profanador de los
sitios sagrados del Islam en Jerusalem.12
10
David Zeidan, "Radical Islam in Egypt: A Comparison of two groups", Middle East
Review of International Affairs, 1999, núm. 3, p. 2.
11
Ibrahim hace una investigación de campo con los principales miembros de ambos grupos
(AM y EH) en la cárcel y fuera de ella. Se entrevistó con 33 militantes presos en un
período de cerca de 400 horas repartidas en 2 años. La investigación culminó en 1979
cuando el gobierno suspendió los permisos para entrevistas en el penal, sin razón
alguna(op. cit., pp. 6-7).
12
Manuel Ruiz, art. cit. p. 20.
7
LA ACADEMIA MILITAR Y EXCOMUNIÓN Y HÉGIRA, ¿DOS PERSPECTIVAS DIFERENTES?
Ambos grupos coinciden en que el régimen se ha corrompido por influencias ajenas al
Islam. Instituciones de tipo occidental y desinterés por la Sharía dañan el sistema desde
dentro.
De igual modo, el occidente cristiano, judío, sionista, así como el ateísmo
comunista, representan amenazas latentes al Islam, ante las cuales el régimen Egipcio ha
cedido poco a poco.13
Sin embargo, los dos grupos presentan posiciones diferentes. Por un lado, la AM
considera que el sistema político es el que está contaminado, no la sociedad: ésta, es
victima del primero y por tanto se necesita un liderazgo musulmán efectivo. El grupo EH
por su parte, no hace distinción entre sociedad y sistema político (o gobierno); para ellos,
una sociedad corrupta da vida a un sistema corrupto y viceversa.
Para los dos grupos, la familia se basa en principios de obediencia,
complementariedad, protección y respeto, más que en igualdad y competencia. Aceptan la
educación para la mujer a cualquier nivel académico; empero, el lugar de ellas se encuentra
en el hogar, ya que es ahí donde la mujer debe llevar a cabo su designo de socializar y
educar a los hijos en el Islam.14
En el aspecto económico, ambas organizaciones carecen de un proyecto bien
definido, aunque es posible identificar algunas ideas sobre este tema. Los dos grupos
coinciden en que la pobreza excesiva no debe existir en una sociedad musulmana; se deben
13
"The divine principles in the Islamic program are based on the notion of accommodation
of the interests of the individual with those of the group. It does not crush the individual
for the good of the group (as in communism) nor does it crush the group for the good of the
individual (as in capitalism). But if accommodation is impossible as in time of war or
famine or plague, the Islamic application chooses the group interest and decrees that people
divide food equally, though all may be only half full....However, in a normal situation the
Islamic program is bound by divine principles which aim at a delicate balance between
individual and community interest..."(Mustafa Mahmud, "Islam vs. Marxism and
Capitalism", en John J. Donohue y John L. Esposito, Islam in Transition, New York,
Oxford University Press, 1982, p. 157).
14
Ibrahim, op. cit., p. 10.
8
pagar salarios justos a los trabajadores; ser honesto en el trabajo; evitar la usura, el robo, la
extravagancia y la trampa en el comercio.
Tanto para la AM como para EH, la
implantación de políticas extranjeras, el consumismo, la corrupción de altos funcionarios y
la baja productividad son la causa de los problemas económicos de Egipto.15
Los dos grupos aceptan la estratificación social, mencionada ya en el Corán
("We[...] have put some of you in classes above others"); no obstante, será el trabajo el que
definirá a qué clase pertenece un individuo, no su raza, color u origen tribal. Los militantes
islámicos rechazan términos como clase obrera, proletariado y explotados, para referirse a
ciertos sectores de la sociedad, pues según ellos, tales conceptos pertenecen a ideologías
seculares externas. En cambio, prefieren expresiones como "los pobres", "los débiles en la
tierra" y "los infelices o afligidos".16
Con respecto al líder de la comunidad, ambos grupos coinciden en que éste sea
adulto, racional, varón y seguidor fiel de la Sharía.17 A pesar de que ninguno de los dos
movimientos acepta la palabra democracia como método de elección, se inclinan por
asambleas electoras y consultivas (Shura) encargadas de designar al líder y retirarlo si no
cumple con su deber.18
En lo que se refiere a los hombres de religión, la posición de los miembros de la
AM y EH oscila entre el rechazo y la indiferencia, pero siempre con una opinión negativa.
Los Ulama, afirman los militantes islámicos, se alejaron del Islam y le quitaron a la religión
su elemento sociopolítico; por tanto, han cesado de ser los calificados para dirigir a los
15
"In terms of economics, the main thrust of the Islamic platform has been to demand the
abolition of riba (banking interest), the introduction of zakat and ushr (religious taxes) and
the formation of commercial companies along 'Islamic' lines"(Kemal A. Faruki, "The
Islamic Resurgence: Prospects and Implications", en John L. Esposito, ed., Voices of
Resurgent Islam, New York, Oxford University Press, 1983, p. 277).
16
17
Ibrahim, op. cit., p. 9.
Para John J. Donohue y John L. Esposito, "Given the centrality of the Sharia in the
traditional Islamic theory of state and society, a major concern of resurgent Islam is the
introduction of more Sharia law in order to clearly establish the Islamic character of the
state"( Islam in Transition, New York, Oxford University Press, 1982, p. 238).
18
G. H. Jansen, op. cit., p. 174.
9
creyentes.19 En este contexto, no es de extrañarse el secuestro y posterior asesinato del
ministro de bienes religiosos, Hussayn al-Dhahabi, por parte de EH.
Al parecer, la Gran Depresión de los años treinta, combinada con el tratado entre
Egipto y Gran Bretaña en 1936 y la entrada de tropas extranjeras a raíz de la Segunda
Guerra Mundial, fueron elementos que contribuyeron al crecimiento de la Hermandad
Musulmana, cuyos apoyos a las clases medias y bajas afectadas por los acontecimientos
cobraban cada vez más efectos. Esto mismo ocurrió en la década de los años sesenta y
setenta. Durante estos años, Egipto vio la entrada a su territorio de tropas rusas primero y
norteamericanas después, así como una derrota nacional ante Israel en 1967. Todo esto
afectó no sólo el sistema político y económico, sino también la opinión de la sociedad, cuya
participación en los asuntos políticos del país iba en aumento.20
Tanto la AM como EH tenían como objetivo un cambio total del individuo y de la
sociedad, haciendo uso de la violencia en caso de ser necesario. Sin embargo, es posible
observar que, en comparación con la Hermandad Musulmana, ambos grupos tenían una
organización y liderazgo nacientes. Mientras la Hermandad se mantuvo ausente de la
militancia política hasta la década de los años cuarenta y sólo usó la violencia ya entrados
19
20
Ibrahim, op. cit., p. 8.
"...in un momento storico in cui tutti i diversi sistemi importati, imitati o tulizzati
dall'esterno si sono chiaramente dimostrati inefficienti, ha avuto facile gioco
l'argomentazione che si trattava di sistemi adatti esclusivamente agli stranieri e ai non
credenti, e che per i musulmani sono stati forieri solo di rovine. Per ritrovare la propria
identità, per purgare lo stato e la società delle incrostazioni degli infedeli e per creare un
vero ordinamento islamico, ai musulmani non resterebbe che ritornare alla fede e alle leggi
islamiche." (En un momento histórico en el cual todos los diferentes sistemas importados,
imitados o utilizados se mostraron claramente ineficientes, tuvo fácil arraigo el argumento
de que se trataba de sistemas aptos exclusivamente para los extranjeros y los no creyentes,
y que para los musulmanes sólo habían sido causa de la ruina. Para reencontrar la identidad
propia, par purgar al Estado y la sociedad de las influencias de los infieles y para crear un
verdadero orden islámico, a los musulmanes no les quedaría más que regresar a la fe y las
leyes islámicas", Bernard Lewis, Il Medio Oriente, trad. Marco Lunari, Milano, Mondadori,
1999, p. 361, la traducción es mía.)
10
los cincuenta, la AM y EH tenían muchas menos bases sociales que su predecesor y
recurrieron a la violencia más rápidamente.21
Para Mamoun Fandy, los antecedentes regionales, así como las diferencias
ideológicas y culturales, dieron forma a movimientos islámicos con diversas actitudes.22 La
Hermandad Musulmana, por ejemplo, cuyos orígenes eran norteños, se enfocó más en
cuestiones internacionales que otros grupos islámicos. Los Hermanos, fueron testigos de
las políticas colonialistas europeas en el norte de Egipto, particularmente en el canal de
Suez.
El mensaje de la AM y EH, por el contrario, estaba dirigido a aquellos que
corrompían el país desde dentro.23 Los miembros de estos grupos no sufrieron tanto los
problemas de la colonización extranjera, más bien luchaban contra la dominación tribal, el
papel del gobierno del Cairo en estos conflictos locales, y el impacto de este conflicto en la
interpretación del Islam.
Las reformas de Nasser permitieron a los estratos más bajos (fallahin) acceder a la
educación; sin embargo, en el ámbito agrario, tanto los ashraf como a los árabes lograron
corromper el programa de reforma en beneficio de las clases altas del sur de Egipto. 24 Así,
21
David Zeidan, art. cit. p. 8
22
"Egypt's Islamic Group: Regional Revenge?", Middle East Journal, 48(1994), pp. 610-
611.
23
Uno de los líderes de estos grupos decía al respecto: "The current regime has led Egypt
into the pit, economically, politically, and socially, not to mention its human rights abuses.
Corruption also has reached its peak. And all of this is ocurring at a time when Egpytians
are lining up for bread. The current government is nothing but a corrupt clique that will be
removed sooner or later"(Ahmad, Assiut: City on Fire, Cairo, Dar Sphinx, 1994, p. 37,
citado en Ibid, p. 610).
24
Muchos de los miembros de la AM y de EH provienen de comunidades llamadas
"fallahin", es decir egipcios no árabes. Los fallahis son considerados incultos e inferiores
por los "ashraf", que se consideran los descendientes del Profeta, y por los árabes del sur de
Egipto. Estos dos últimos grupos no sólo dominan económicamente a los fallahin, sino
también imponen su propia versión del Islam que mantiene su superioridad tribal. Los
fallahin aspiraron a modificar esta situación, manteniendo un discurso de igualdad entre los
musulmanes, con el fin de terminar con las presiones tribales existentes (Ibid, p. 612-614).
11
a pesar de que los fallahin aumentaron su nivel educativo y sus expectativas, la mayoría no
tenía ni tierras ni poder en la estructura social.
Las acciones de Sadat, aunque con símbolos islámicos que trataron de ganarse a los
estratos bajos de la población, terminaron afectando a los pequeños agricultores con la
política de liberalización económica o Infitah. Muchas familias árabes y fallahin se vieron
despojadas de sus tierras cuando inversionistas, apoyados por el gobierno, llegaron al sur de
Egipto para ocupar grandes extensiones de terreno. De igual modo, Sadat designó a viejas
familias feudales en puestos de gobierno importantes, restaurando así un sistema
aristocrático en detrimento de árabes y fallahins. Lo poco que estos grupos habían obtenido
con Nasser era destruído por las políticas del nuevo gobierno.
Aunado a lo anterior se encontraba la falta de medios de expresión para la población
sureña, pues había una estricto control de los canales de comunicación y expresión desde el
Cairo. Esto influyó para que los grupos islámicos como AM y EH se refugiaran en el Islam
como vía de canalización de sus problemas y en la violencia como instrumento de presión
hacia el gobierno.
En este sentido, los turistas, generadores de millones de dólares anuales para un
régimen injusto se volvieron objetivos constantes. Los coptos, que habían recurrido a
prestanombres de extracción árabe para evadir las reformas agraria, eran atacados más que
por su inclinación religiosa, por ser partícipes del enriquecimiento del gobierno y los
notables (ashraf y árabes) del Sur de Egipto.25
CLASIFICACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS ISLÁMICOS
Bruno Étienne hace una tipología de los movimientos islámicos basándose en las
actividades que llevan a cabo, más que en sus objetivos e historia, pues es en los hechos
25
Para los grupos islámicos, "...ils [los coptos cristianos] sont tout disposés à se faire, en
échange d'honneurs et d'argent, les instruments du prince pervers, les exécutants de son
caprice et de sa politique inique[...]. Dans cette perspective, s'en prendre aux coptes c'est,
pour le mouvement islamiste, combattre l'Etat"(Gilles Kepel, Le Prophète et Pharaon, Paris,
La Découverte, 1984, p. 229).
12
reales donde se comprueba la eficacia de cada grupo.26
Así, existen tres tipos de
movimientos:
a) "Grupos o asociaciones de mantenimiento clásico", que se ocupan de preservar la fe,
cuidar las almas de los creyentes e invitar a éstos a una práctica de la oración más allá
de lo obligatorio. Estas asociaciones son islamistas en cuanto tratan de revivir grupos,
cofradías y estructuras religiosas antiguas que los intelectuales oficiales han ignorado.
La Hermandad Musulmana pertenece a esta clase de movimiento; prueba de ello
son los puntos que presentaba el programa oficial de Hassan al-Banna, su fundador: 1. una
invitación al retorno de las fuentes; 2. una vía tradicional, 3. una realidad sufí; 3. una
entidad política; 4. un grupo deportivo; 5. una liga científica y cultural; 7. una empresa
económica; 8. una doctrina social.
b) El segundo tipo corresponde a las "asociaciones conversionistas", cuyo objetivo es la
recuperación de los musulmanes poco convencidos o tibios. Esta actividad coincide
con la Daawa o propagación del Islam.
Aquí es posible encontrar organizaciones fomentadas por Sadat entre 1972 y 1973
en las universidades. Estos grupos generalmente criticaban duramente al gobierno y a la
sociedad, presentándose como la vanguardia musulmana. El éxito de estas organizaciones,
sobre todo en el sur de Egipto, radica en las prestaciones y ayuda que se daban a los
estudiantes universitarios (descuentos para publicaciones, servicios de autobuses, grupos de
discusión, campamentos islámicos, grupos deportivos, clubes, etc.).
Varios de los
miembros de estos grupos optaron por una actitud más radical y violenta, por tanto
corresponden a una tercera categoría.
c) El último tipo es el de asociaciones más activistas, que ofrecen una interpretación del
Islam diferente a la oficial, pero que además sobrepasan sus funciones de proselitismo
político y llevan a cabo actos más violentos.
En esta categoría es posible identificar a las dos asociaciones descritas en este
ensayo: el movimiento al-Fanniya al askariya o Academia Militar, fundada por Salih
Sirriya, y la Sociedad de los Musulmanes o Yammat al-muslimin, formada por Chukri
Mustafa, también denominada por la policía egipcia como Excomunión y Retirada al
26
El islamismo radical, trad. Javier Alfaya y Miguel Salabert, Madrid, 1996, pp. 200-202.
13
Desierto o Hégira (al-Takfir wa-l-hichra). Precisamente es el término Takfir o excomunión
lo que caracterizó a esta asociación, pues consideraba que la sociedad era aislámica y debía
ser excomulgada, purgada. De igual modo la palabra "Hijra", afirma Gilles Kepel, evoca la
decisión del Profeta de emigrar de la Meca a Medina, y se interpreta como el cambio de una
sociedad pagana a una verdaderamente islámica. 27
En una época en que las instituciones
importadas a Egipto no dieron solución a los problemas del país, esta idea de hégira ejerció
una influencia importante en varios grupos islámicos de corte radical.
Ambos grupos (AM y EH) aceptaron la violencia --en mayor o menor medida-- para
desestabilizar o desaparecer incluso al poder. Uno secuestró y asesinó, en 1977, al jeque
Dhab, antiguo ministro de Bienes Religiosos de Egipto. El otro movimiento, por su parte,
atacó la Academia militar de Heliópolis en abril de 1974.
CONSIDERACIONES FINALES
La característica fundamental de la corriente radical del Islam es su interpretación inversa a
la historia de Oriente y Occidente. Para los islamistas radicales, lo contemporáneo y el
proceso de modernización son la causa de los males del mundo islámico. Esta modernidad,
dirigida por Occidente a través de la economía y otras influencias internacionales (políticas
y sociales) debe terminar.28
Uno de los factores que promovió el éxito de los predicadores islámicos fue
precisamente que su acción se enmarcaba en la misma religión del Estado. Al respecto,
Bruno Étienne advierte:
"...los dominados viven su rebelión contra el sistema de dominación en el único cuadro
referencial de la legitimidad dominante. Por ello[...]los gobiernos encuentran a veces
dificultades para aplastar físicamente las rebeliones mesiánicas, que actúan en el mismo
referente teológico que el que asegura la legitimidad de los dominadores."29
27
Op. cit., p. 17.
28
Para Bruno Étienne, esta postura se reafirma por el origen mismo del Islam, el
militantismo, "...en el doble sentido de una doctrina que hace de todo musulmán un
prosélito y un combatiente."( Ibid., p.16).
29
Ibid., p. 22.
14
Desde el siglo XIX, la clase intelectual musulmana había discutido ya la relación
entre el Islam y el mundo moderno. Sin embargo, durante la época de la decadencia
islámica y el dominio europeo, el debate disminuyó considerablemente y los estudiosos se
ocuparon más de la reforma interna y la defensa externa.30
La derrota de 1967 proporcionó a los grupos islámicos una oportunidad para
expresar su frustración respecto a la debilidad que mostraban los valores del Islam en
Egipto. Empero, a pesar de que estos grupos islámicos contaban con bastantes seguidores,
nunca dejaron de ser organizaciones minoritarias en Egipto. Una razón puede ser el hecho
de que ellos contradecían o reinterpretaban conceptos islámicos tradicionalmente aceptados
por el resto de la población. Ser parte de un grupo así, requería entonces un cambio
considerable en las creencias, lo cual representaba un problema para incrementar el número
de adeptos y lograr los objetivos planeados.
Crisis nacional, anomia individual (paso de una comunidad rural a un centro urbano
impersonal) e incongruencia de clase (alta motivación y expectativas, pero pocas
oportunidades políticas y económicas), son los principales factores que movían a los
jóvenes a unirse estos movimientos islámicos.
Sin embargo, la opción marxista no se presentó como opción para estos grupos,
pues era considerada una ideología extranjera y por tanto enemiga del Islam auténtico. El
gobierno de corte socialista de Nasser, aunque efectivo con algunas de sus políticas, fue
culpado totalmente por la derrota de 1967, lo cual le granjeó una reputación pésima.
El factor religioso también evitó que el marxismo se convirtiera en la ideología de
estos grupos. En Egipto la gente es particularmente fiel al Islam, por ello el trabajo de
reclutamiento de estas organizaciones sólo requirió de politización y no de enseñanza. El
marxismo por su parte, exigía, primero, la eliminación del estereotipo de enemigo, después
el aprendizaje de los principios y finalmente la politización del individuo sobre esas bases.
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Fouad Ajami piensa que, "por su naturaleza misma este debate no se prestaba a una
resolución. Personas diferentes tomaban caminos diferentes, y algunas como de costumbre,
hacían juegos malabares con muchos sistemas de creencias. Por eso fue natural que el
debate sobre el Islam volviera a surgir después de la derrota de 1967"(Los árabes en el
mundo moderno, trad. Mariluz Caso, México, FCE, 1983, p. 109).
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A diferencia de otras asociaciones políticas, incluidas las de izquierda, los
movimientos islámicos ofrecieron a los jóvenes foráneos una especie de segunda familia
como punto de aterrizaje en las grandes ciudades. El énfasis en la comunión de grupo, en
la pertenencia a una organización de individuos con características y antecedentes
semejantes fue otra de las ventajas que permitieron a estos grupos reclutar más gente que
algún otro movimiento de militancia política.
La diferencia regional en los grupos islámicos, como ya vimos fue uno de los
principales obstáculos para la formación de una alianza islámica en Egipto; algo que sí
ocurrió en países como Argelia.
Concluir que la violencia y el Islam siempre van de la mano es equivocado. Al
analizar la composición, estructura y contexto en el que surgieron estos grupos, es posible
observar que las acciones violentas no eran su principal objetivo. La situación económica,
política y social de Egipto entre 1950 y 1980 propició que estas organizaciones buscaran
medios para expresar sus demandas. Al no existir dichos canales y al continuar con crisis
económicas, la violencia fue una de las salidas, mas no la única; de hecho, grupos como la
Hermandad Musulmana prefirió atacar más al gobierno por medio de sus publicaciones que
con actos terroristas.
Religión, descontento social, crisis económica y factores externos como la derrota
de 1967, dieron como resultado una coyuntura propicia para el resurgimiento de grupos
islámicos. Como en todas las sociedades, enfocarse en un solo aspecto (sea económico,
político o religioso), para entender un fenómeno social, ofrece el gran riesgo de llevarnos a
una comprensión parcial e inadecuada de los acontecimientos.