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Doce Técnicas para la Memoria
Una memoria eficaz no significa la habilidad de memorizar todo los números de
un directorio telefónico, aunque hay personas que lo puedan hacer. Para el
estudiante modelo, una memoria eficaz significa la habilidad de poder disponer
de la información correcta en el momento adecuado.
Haz que tu sistema de memoria sea flexible. Las siguientes técnicas se
pueden utilizar en varias combinaciones y se pueden aplicar a una serie de
situaciones de aprendizaje. Las doce técnicas siguientes están divididas en
cuatro categorías. Cada categoría representa un principio básico para mejorar
tu memoria. Brevemente, éstas son:
1. Se organizado. La información que se organiza es más fácil de
encontrar.
2. Aprovecha tus recursos físicos. El aprendizaje es un proceso activo.
Emplea todos tus sentidos.
3. Se claro. Es posible reducir el ruido que produce tu propia mente y
mejorar tu habilidad para recordar. Libera tu mente de interferencias.
4. Se sagaz. La adecuada aplicación de las técnicas de memoria puede
ahorrarte tiempo. Es posible trabajar con tu memoria y no contra de ella.
Repasa brevemente las doce técnicas leyendo cada
título. Luego lee la descripción. Luego, examínalas rápidamente buscando las
que más te gusten, Subráyalas.
Se organizado
1. Aprende yendo de lo general a lo particular. Si al ver un cuadro por
primera vez, te acercas a él dándole la espalda y de repente te das la vuelta
con los ojos cerrados, sacas una lupa y comienzas a examinar los detalles
microscópicos, no podrás saber qué representa la pintura. Muchos estudiantes
hacen esto en sus tareas. Quieren lanzarse inmediatamente a lo más profundo
con tal de terminar pronto. Respira profundamente y usa otra técnica. Procura
adquirir una visión de conjunto de toda la materia antes de concentrarte en los
detalles. Hojea todo el libro de texto al principio del semestre. Solicita a alguien
que se haya inscrito en la clase anteriormente que te de una idea global sobre
todo el curso. Considera los ejercicios de lectura que habrás de hacer. Dedica
algún tiempo para formarte una imagen completa. Los detalles serán más
fáciles de recordar.
2. Hazlo significativo. Relaciona lo que aprendes con tus metas y con lo que
quieres obtener de tu educación. Todos aprendemos mejor cuando lo
aprendido tiene algún significado en nuestra vida. El paracaidista no se aburre
cuando ha de aprender cómo guardar su propio paracaídas. Su concentración
tiene un significado personal y sus consecuencias son demasiado importantes.
Analiza las consecuencias y resultados, y luego relaciónales no tus estudios.
Cuando quieres algo, lo recuerdas. Por lo tanto, es necesario ser específico
acerca de lo que quieres. También hay que relacionar la materia nueva con lo
que ya has aprendido.
3. Hay que crear las asociaciones. El bosque de tu memoria ya está
organizado según el esquema que para ti será más razonable. Cuando se
introduzcan nuevos datos, podrás recordarlos más fácilmente si los guardas
cerca de otros parecidos o relacionados entre sí. Acomoda la información
nueva con lo que ya sabes. Por ejemplo, si te presentan a alguien que se llama
Gregorio, podrías recordar mejor su nombre si recuerdas en ese momento a
otra persona conocida que también se llama así. Imagínate a las dos personas
juntas. En el futuro, cuando ves al nuevo Gregorio, tu mente inmediatamente
hará la asociación con el Gregorio que ya conoces. Cuando hay que recordar
muchos detalles, júntalos para crear una asociación común. Una manera de
hacer esto es establecer un campo de significados, un cuento, como el cuento
del bosque de la memoria. Ese cuento reúne varios detalles en una sola
imagen.
Aprovecha tus recursos físicos
4. Aprende de una vez, pero activamente. Aprender reclama energía. Se
olvida, porque la información no se asimiló debidamente. Para poder recordar
algo, hay que grabarlo en la memoria primero. El proceso del aprendizaje
puede ser engañoso. Casi todo el aprendizaje, especialmente en los estudios
universitarios, se produce en un ambiente pasivo y silencioso. Los estudiantes
están sentados. No dejes que eso te engañe. Cuando aprendes efectivamente,
estás utilizando tu energía. Si éste no es el caso, probablemente no estás
aprendiendo mucho. Hay que crear atmósfera de actividad cuando estudias.
Cuando te sientes en tu escritorio, mantente erguido. Experimenta; siéntate al
borde de la silla, como si estuvieras listo para saltar al otro lado del cuarto.
Piensa en la posibilidad de estudiar de pie. Sería muy difícil dormir en esta
posición y algunas personas insisten en que el cerebro funciona mejor cuando
estamos de pie. No te detengas cuando sientas ganas de hacer gestos y
movimientos al recitar algún tema. Camina de un lado para otro mientras
estudies. Dibuja los conceptos en el aire. Usa tus manos. Emplea tu cuerpo
entero cuando estudies. Esta técnica es especialmente valiosa cuando te
sientes aburrido. En esta situación, es muy difícil captar las cosas que estudias.
Hay que mantenerse activo e interesado, principalmente cuando piensas que la
materia no es interesante. Aprender activamente es una habilidad crítica en
una sociedad donde la información circula intensamente. Cada día recibimos
miles de mensajes. Ya que mucha de esta información no es importante para
nosotros, nos acostumbramos a recibirla con indiferencia. Para asimilar
información que es importante para ti, hazlo cuando te encuentres físicamente
activo.
5. Visualiza las relaciones. Hay que crear imágenes referentes a lo que
quieres aprender. Dibuja diagramas. Haz caricaturas. Utiliza visualizaciones
mentales para conectar una serie de hechos, como lo hiciste al leer acerca del
bosque de la memoria. La información visual y la información verbal están
relacionadas con diferentes zonas del cerebro. Para la gente que usa la mano
derecha, casi toda la información visual se procesa en el hemisferio del lado
mental derecho mientras que la información verbal se procesa generalmente en
el hemisferio del lado izquierdo. Cuando creas una imagen acompañada por un
concepto o un hecho, estás colocando la información en dos distintas
secciones del cerebro, multiplicando la posibilidad de recordar la información.
Las relaciones de un concepto abstracto se pueden "ver" y recordar fácilmente
cuando se ha visualizado. Lo importante es utilizar tu imaginación. Por ejemplo,
la ley de Boyle en física dice que la presión de la cantidad de gas es
proporcionalmente inversa a su volumen. O sea, que si se divide el volumen
por la mitad, se dobla la presión. Para recordar este concepto, podrás imaginar
que estás hinchando los neumáticos de un vehículo con una mancha y te das
cuenta que cada vez cuesta más presionar porque al darle, a la mancha la
presión aumenta. Una fórmula mnemotécnica podría ser "Doyle y tiene razón
Boyle".
Utiliza las tres técnicas siguientes:
a) Hay que motivar acción. Crea una visualización en que ocurra algo. Así se
ha hecho en el ejemplo de hinchar la rueda con una mancha.
b) Las imágenes deben ser muy vivas. Cuanto más clara sea la imagen, mejor.
Crea una imagen fuera de lo usual con elementos detallados y exagerados.
c) Convierte las ideas abstractas en acciones concretas. La ley de Boyle es un
concepto abstracto; el acto de darle a una mancha o bomba es algo concreto.
Las imágenes raras, fuera de lo usual, ayudan a algunas personas a recordar.
De todos modos, no todo el mundo tiene facilidad para crear estas imágenes.
Comprueba tu capacidad al respecto.
6. Recita y repite. De todas las técnicas para la memoria, la recitación aporta
los mejores resultados para la mayoría de las personas. Cuando quieras
recordar algo, repítelo en voz alta. La voz alta es algo importante. Cuando
repites algo en voz alta, fijas el concepto en dos sentidos distintos: en primer
lugar, la sensación en tu garganta cuando vocalizas el vocablo y en segundo
lugar, al oír el concepto. El resultado combinado es sinérgico, es decir, el efecto
de usar dos sentidos distintos es mayor que la suma de sus efectos
individuales. Si solamente recitas mentalmente, tu mente te puede engañar. Un
concepto se puede grabar en tu memoria de corto plazo por unos minutos,
dándote la impresión de que está disponible cuando, en realidad, no lo está.
Cuando repasas información mentalmente, corres el peligro de dejar huecos en
tu memoria. Asocia otros sentidos cuando recitas y repites. La recitación da
mejor resultado cuando expresas los conceptos que quieres recordar en tus
propias palabras. Por ejemplo, si quieres recordar, "La aceleración de un
cuerpo que cae, a causa de la gravedad al nivel del mar, es igual a 32 pies por
segundo, es decir, unos nueve metros y medio," podrías decirlo de otro modo,
"La gravedad hace que una cosa acelere 32 pies cada segundo cuando está al
nivel del mar." O, "Para cada segundo que un objeto caiga al nivel del mar,
adquiere una velocidad de 32 pies por segundo." Recita y repite. Es una
técnica que puedes utilizar donde sea. Cuando repites y recitas la información,
estás haciendo que la senda neural del bosque de tu memoria se haga más
ancha, más profunda y más fácil de encontrar.
Se claro
7. Reduce las interferencias. Apaga el estéreo cuando estudias. Busca un
sitio tranquilo, libre de posibles distracciones. Si te sientes atraído por la
comida, no te tortures estudiando cerca del refrigerador. Estudia las materias
más difíciles durante las horas del día. La mayoría de las personas pueden
concentrarse mejor durante estas horas. Date tiempo para profundizar en la
materia. El aprendizaje más eficaz comienza 15 o 20 minutos después de
haber iniciado el estudio. La mente necesita tiempo para calentarse, así pues,
establece tu estrategia de acuerdo con ello. Toma un descanso. En la mayoría
de los casos, el cerebro necesita un descanso cada 40 o 50 minutos. Si no
descansas, tu habilidad de recordar acusará los efectos. Después de estudiar
una materia muy difícil, haz algo, con lo que disfrutes, pero que requiera poca
energía mental. Puedes mirar una película o bien ir de paseo.
8. Aprende más de lo exigido. Una manera de evitar una mente imprecisa es
aprender más de lo que se requiere. Con frecuencia, los alumnos dejan de
estudiar cuando creen que ya han trabajado lo suficiente para presentar un
examen. Un estudiante modelo desarma su materia, la examina, le agrega algo
y repasa hasta que se siente totalmente seguro. Esta técnica es especialmente
efectiva para resolver problemas de matemáticas. Haz los problemas de la
tarea y luego sigue con más problemas. Busca otro libro que contenga
problemas similares y hazlos. Es como si estuvieras presentando el examen de
antemano. La recompensa será la rapidez y la precisión con la que resuelvas el
examen el día señalado. Uno de los resultados de aprender más de lo
requerido es que la materia que se estudia funciona como imán para otra
información. Tus conocimientos comienzan a crecer. La información se une a lo
relacionado. Te sientes más inteligente. Este proceso no significa agregar
cualquier dato o quedarse despierto toda la noche repasando y repitiendo lo
mismo. Al contrario, se debe aprenderse lo señalado, luego explora lo que
otros han dicho y dicen sobre ese mismo tema. Lee otros textos. Habla con
otros estudiantes. Hazlo.
9. Se consciente de tus actitudes. Tu capacidad en una materia puede
afectar tu capacidad de recordar. Si reflejas una actitud de aburrimiento hacia
la historia, probablemente descubrirás que sientes dificultad en recordar los
datos históricos. Si tu actitud hacia las matemáticas refleja que es demasiado
difícil aprenderlas, probablemente tendrás inconvenientes en recordar los
procedimientos matemáticos. Existe la tendencia a olvidar la información que
contradice nuestras opiniones. Un alumno que piensa que la deuda federal
causa el desempleo probablemente descontará y olvidará los hechos que no
apoyan su idea. Al contrario, un estudiante que cree que los gastos federales
reducen el desempleo recordará los datos que apoyan su posición.
Aún cuando estés aburrido, considera la posibilidad de que tú mismo estás
creando esa preocupación. Asume la responsabilidad de tus propias actitudes.
Préstales atención. Esto no quiere decir que hayas de luchar con tus actitudes
o deshacerte de ellas. Simplemente admítelas y acéptalas. Es posible liberar tu
memoria cuando te das cuenta de la actitud que la está bloqueando.
Se sagaz
10. Distribuye las sesiones de estudio. Estudiar en sesiones maratónicas no
da buenos resultados. Lograrás hacer mucho más en tres sesiones de dos
horas que en una de seis horas. Dos horas proporcionarán mejor resultado si
las divides en sesiones más cortas de 40 o 50 minutos. Por ejemplo, cuando
estás preparando un examen de historia, estudia una hora y luego lava los
platos. Mientras estás lavándolos, parte de tu mente automáticamente estará
repasando lo que estudiaste. Vuelve a estudiar durante un rato y luego llama a
algún familiar por teléfono. Aunque estés profundamente concentrado en la
conversación, parte de tu mente estará repasando historia. Procura descansar
regularmente. Considera que son pequeñas recompensas. Podrás conseguir
más si tu mente descansa durante un momento cada hora más o menos.
La excepción a esta regla puede presentarse cuando te sientes realmente
motivado y no puedes dejar un libro o cuando estás profundamente
concentrado escribiendo un ensayo para el semestre o cuando estás
totalmente metido en la programación de una computadora. En estas
ocasiones, se puede conseguir un aprendizaje verdaderamente sustancioso. Si
vas bien por el camino, sigue adelante.
11. Recuerda otra cosa. Cuando no puedas seguir adelante y no puedas
recordar algo pero estás seguro que lo sabes, recuerda otra cosa que esté
relacionada con aquello. Si no puedes recordar el nombre de tu tía abuela,
recuerda el de tu tío abuelo. Si tu memoria está bloqueada durante un examen,
recuerda los hechos que están relacionados con el problema. La información
semejante se guarda en la misma área de tu cerebro. Puedes abrir tu memoria
al estimular esa área en particular. La lluvia o tormenta de ideas es una buena
técnica para motivar tu memoria. Si durante un examen no se te ocurre la
respuesta, escribe muchas respuestas a preguntas relacionadas y hete ahí la
respuesta que necesitas.
12. Combina las técnicas para la memoria. Todas estas técnicas para
desarrollar la memoria dan buen resultado, pero rinden más si se combinan con
otras. Escoge dos o tres técnicas para aplicar en una asignatura específica.
Compruébalo. Por ejemplo, la repetición (#6) y la reflexión (#11) se combinan
naturalmente. Se pueden alcanzar al mismo tiempo. Cuando hayas repetido
una fórmula, piensa cómo podrás aplicarla o cómo se relaciona con otros
problemas específicos. Si piensas que las matemáticas son muy difíciles,
distribuye su estudio de tal manera que las sesiones sean cortas y entonces la
materia será más fácil de dominar. Establece varias sesiones cortas durante el
día. Haz que una materia sea significativa para ti a través de la visualización de
la recompensa por haberla aprendido. Y recuerda… nunca olvidas. Ya sabes
esto. No has olvidado el venado del bosque. Ese venado todavía existe en tu
memoria. Aunque recuerdes el venado, quizás te convenza la idea de que un
pensamiento nunca sale de tu memoria. Está bien. No importa si estás de
acuerdo con la idea. La idea puede dar resultado de todos modos.
Inténtalo. Desarrolla la fórmula que dice: "Nunca olvido nada. Tendré quizás
alguna dificultad al recordar algo, pero en realidad nunca lo olvido. Todo lo que
tengo que hacer es encontrar dónde lo guardé." Créelo o no, también puedes
aprender mientras duermes (Ve el #10, Distribuye las sesiones de estudio)
Tips Prácticos
Hay que colocar una trampa para tu memoria
Cuando quieras acordarte de algo, procura relacionar esa actividad o suceso
que se ha de presentar inevitablemente. Por ejemplo, si mientras estás
conduciendo el automóvil, de repente, te das cuenta de que debes entregar al
día siguiente si falta tu trabajo de Química, cambia el reloj a la muñeca
contraria. Cada vez que mires tu reloj, recordarás el trabajo que has de hacer.
(Se puede hacer lo mismo con un anillo.) Si cada noche vacías tus bolsillos,
mete algo raro en tu bolsillo para que recuerdes que tienes que hacer algo
antes de acostarte. Por ejemplo, para recordar que has de llamar por teléfono a
tu hermana para felicitarla en su cumpleaños, podrías escoger un objeto de la
guantera de tu auto y ponerlo en tu bolsillo. Esa noche, al vaciar tus bolsillos, lo
encontrarás y te acordarás de llamar a tu hermana. Todo estriba en elegir algo
que forzosamente habrás de ver. (Casi todos los que usan un reloj lo ven con
frecuencia. Los ritos tales como vaciar los bolsillos o anudarse los zapatos
siempre se repiten.) También podrías usar imágenes mentales para recordar
las cosas. Para tener presente que has de firmar un cheque para la cuenta del
teléfono, imagina que tu teléfono está colgado de la puerta de tu casa.
Mentalmente crea la imagen de querer tocar o abrir la puerta, pero que en su
lugar encuentras el cordón del teléfono. Cuando llegues a tu casa y quieras
abrir la puerta, esta imagen se te presentará. Relaciona dos actividades y
forma entonces una asociación rara
David B. Ellis, Cómo llegar a Master en los Estudios 1991