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LAS REDES SOCIALES EN LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS ESPAÑOLAS:
UN ANÁLISIS EXPLORATORIO.
1.- INTRODUCCIÓN
Las administraciones públicas están experimentando importantes cambios en
los últimos años todo ello ligado a nuevas formas de organización y gestión, la
aplicación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) e Internet
son uno de los espacios más activos de innovación. Dentro de las
administraciones públicas, las universidades públicas también se encuentran
en fase de experimentación, si bien la singularidad de su autonomía (en el caso
de España), ha llevado a que estos procesos estén más sujetos a
desencadenantes dinámicas internas. Así, la difusión de las TIC e Internet en el
sector universitario se ha realizado de una forma importante durante los últimos
años, si bien es necesario profundizar en su alcance y resultados.
Especialmente, lo anterior se hace evidente en lo que se refiere a la utilización
de las redes sociales digitales para promover novedosas fórmulas de gestión,
así como para relacionarse con los miembros de la comunidad universitaria
(Criado y Díaz 2013).
En esta ponencia analizamos de manera descriptiva el uso de las redes
sociales digitales en las universidades públicas españolas. Siguiendo un
enfoque teórico institucionalista, pretendemos saber en qué medida las
universidades han interiorizado en su institución el uso de las redes sociales,
para ello será necesario conocer qué estrategias se han seguido y si se han
obtenido algunos resultados visibles. El análisis se lleva a cabo mediante un
cuestionario elaborado al efecto, con el que pretendemos identificar las
estrategias y los resultados. El uso de estas herramientas sociales en las
administraciones públicas está visto por la mayoría de los autores como un
factor positivo que entre otras cosas propicia la colaboración interna, el
conocimiento, las interrelaciones entre las instituciones y la sociedad y la
colaboración abierta (Welch y Feeney, 2013; Palomar 2014; Yi, oh y Kim, 2013
y Mergel 2014). Esta visión positiva de cambio y de transformación, adolece de
evidencias empíricas que lo confirmen, por ello con esta ponencia, en la línea
de los estudios llevados a cabo por el equipo de investigación sobre
tecnologías sociales, gobierno y administración pública, en el Departamento de
Ciencia Política y RRII, de la Universidad Autónoma de Madrid en diferentes
tipos de administraciones, pretendemos aportar datos que sirvan para
confirmar o refutar esa visión optimista.
Por ello, planteamos las siguientes cuestiones: (1) ¿cuáles son las principales
estrategias que se han adoptado en las universidades para fomentar el uso de
redes sociales? (2) ¿Cuáles son las realidades de implementación? (3) ¿Qué
factores son los inhibidores del uso de estas redes? De esta manera,
pretendemos identificar si la estrategia utilizada es correcta y si conocidas las
causas que dificultan el uso de las redes sociales digitales podemos ofrecer
respuestas que puedan provocar el cambio.
La ponencia se divide en 4 secciones, la segunda se dedicada a la revisión
bibliográfica sobre la literatura de redes sociales, lo que nos permite tener una
aproximación teórica del objeto de nuestro estudio. La tercera, se adentra en el
análisis de las categorías previamente identificadas y en la metodología
utilizada. En la cuarta parte de la ponencia se analizarán los datos
proporcionados por el cuestionario, lo que nos permitirá una primera
aproximación empírica de las categorías anteriormente seleccionadas. Para
terminar con las conclusiones, que nos servirán no sólo para poner de
manifiesto los resultados más relevantes, sino también para abrir vías que
permitan profundizar en aquellos aspectos que se vislumbran determinantes en
el avance e implementación de las redes sociales en las administraciones
públicas.
2.- MARCO TEÓRICO: Revisando la literatura sobre Redes Sociales y
Universidades.
Las Redes Sociales o “Redes Sociales Digitales” como proponen Criado y
Rojas
1
se han convertido en las herramientas que de manera generaliza usan
Para diferenciarlas de las teorías que sobre redes sociales provienen de la Sociología. “Las
RSD son tecnologías sociales derivadas de la web2.0 que permiten la generación de
comunidades virtuales a partir de la conexión, la generación, interacción e intercambio de un
1
las administraciones públicas españolas. El uso de FaceBook, Twitter,
YouTube….., ha supuesto una nueva forma de comunicación en nuestras
sociedades y así lo confirma los diferentes estudios llevados a cabo. Las
administraciones públicas no han podido ignorar este cambio tecnológico,
intentando que estas herramientas formen parte también de sus instituciones,
normalizando y propiciando el uso de las mismas.
En primer lugar hemos de definir qué entendemos por redes sociales.
Partiendo en esta ponencia de la definición de red social en el sector público
propuesta por Criado, Sandoval-Almazán, Gil-García (2013: 320), entendemos
que en esta definición se recoge una visión amplia de los elementos que las
configuran: “a group of technologies that allow public agencies to foster
engagement with citizens and other organizations using the philosophy of web
2.0”2. (un grupo de tecnologías que permite a las AAPP fomentar el
compromiso (interrelación) con los ciudadanos y otras organizaciones usando
la filosofía de la web 2.0).
Dentro del estudio de las redes sociales, una de las mayores aportaciones
viene de la mano de Mergel (2012a). Su trabajo se basa en el análisis de las
tecnologías de Redes Sociales y su aplicación en el Gobierno de Estados
Unidos, prácticamente desde la declaración de Obama en 2009 3. Mergel
identifica en sus estudios cómo el uso de estas nuevas tecnologías promueven:
la transparencia, la participación y la colaboración. El desafío que plantea, y al
cual nos enfrentamos, no es otro que la adaptación de estas nuevas
tecnologías a nuestras administraciones. Este tener que “adaptarse”, es una
constante a lo largo de la historia, ya que frente al reto actual hemos de
recordar que los procesos de adaptación ya se han llevado a cabo con
colectivo ilimitado de personas que comparten unos intereses comunes (Kaplan y Haenlin
2010; Boyd y Ellison, 2007; Chun et al., 2010)”.
En esta definición se recogen todas las vertientes de análisis: por una parte la tecnología
como las herramientas de las que las administraciones hacen uso y que tendrán que incorporar
en su día a día, por otra parte la interacción buscando la creación de vínculos entre la
ciudadanía y las instituciones.
2
“Mi administración está comprometida a crear un nivel sin precedentes de apertura en el
gobierno. Vamos a trabajar juntos para asegurar la confianza pública y establecer un sistema
de transparencia, participación pública y colaboración. La apertura va a fortalecer nuestra
democracia y promover la eficiencia y la eficacia en el gobierno”. Presidente Barack Obama, 21
de enero de 2009.
3
tecnologías anteriores (Fountain, 2001; Gil-García 2012a), así estas nuevas
herramientas de medios sociales han de introducirse en la cultura
organizacional existente y en la estructura institucional de las organizaciones
del sector público.
Todos los enfoques teóricos han identificado la dimensión social de las
tecnologías web 2.0. La web 2.0 se puede definir así como "un conjunto de
medios de comunicación social a través de la cual los individuos son
participantes activos, creando, organizando, editando, compartiendo……
(Chun, Shulman, Sandoval, &Hovy, 2010:2). Aquí los términos colaborativo,
trazable, buscable, linkable y abierto deben ser entendidos como una de las
características fundamentales de la utilización de las herramientas de medios
sociales en la administración pública. A primera vista, el sector público podría
(debería) beneficiarse de las posibilidades que ofrecen las redes sociales y su
tecnología. En esta línea están los argumentos y los estudios de Mergel
(2012b), Bertot Jaeger y Grimes (2010), y Bertot Jaeger and Hansen (2012),
que sugieren que los gobiernos deberían “utilizar” las Redes Sociales para
fomentar la cooperación en los servicios públicos e incrementar el dialogo
político, aunque este sea virtual, aumentando de esta manera los vínculos
democráticos.
La literatura más reciente se centra en los conceptos web 2.0 y gov2.0. Así
Anttiroiko, 2010; Bonsón et al., 2012; Criado et al. 2011; Sandoval-Almazan et
al., 2011 consideran que las redes sociales están muy cercanas a las
investigaciones sobre open government y transparencia (Bertot et al., 2010;
Harrison et al.2012; Lee&Kwak, 2012; Luna-Reyes&Chun, 2012; Whitmore
2012), participación ciudadana (Linders, 2012; Nam, 2012), colaboración entre
agencias (Gil-García, 2012b), o parejos al cloud computing (Jaeger,
Lin&Grimes, 2008). En otras palabras, la innovación administrativa a través de
las redes sociales digitales puede combinar el mismo tipo de expectativas y
ventajas que se utilizan y que son efectivas para el gobierno, pero también
puede potenciar cambios en los estándares de algunos procedimientos más
que otras innovaciones tecnológicas. Son muchas las metas (transparencia,
colaboración, participación…) que se vislumbran con la implementación y
desarrollo de las redes sociales digitales en nuestras administraciones, aunque
como han puesto de manifiesto Meijer y Thaens (2010), todos estos objetivos
son difíciles de conseguir. En definitiva, en torno a este fenómeno de
expansión (utilización de las redes sociales en las administraciones públicas),
se ha generado un gran interés desde el punto de vista académico que está
justificado por las transformaciones que estas nuevas tecnologías están
provocando en nuestras instituciones.
3.- METODOLOGÍA Y ESTRATEGIA ANALÍTICA
En este apartado, se expone el análisis y la metodología utilizada en la
presente ponencia. El objetivo no es otro que analizar el proceso de adopción y
uso de las redes sociales digitales en las universidades públicas españolas,
desde una perspectiva descriptiva y relacional. Para ello nos planteamos las
siguientes preguntas de investigación: (1)
¿cuáles son las principales
estrategias que se han adoptado en las universidades para fomentar el uso de
redes sociales? (2) ¿Cuáles son las realidades de implementación? (3) ¿Qué
factores son los inhibidores del uso de estas redes?
El objeto de estudio son las 50 universidades públicas españolas, al entender
que estas administraciones tienen un papel fundamental en el desarrollo de
nuestra sociedad, así se infiere de la Exposición de Motivos de la Ley Orgánica
4/2007 de 13 de abril, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de
diciembre de Universidades:
“La sociedad reclama a la universidad del futuro una activa participación en sus
procesos vitales. Por esta razón, la acción de la Universidad no debe limitarse
a la transmisión del saber; debe generar opinión, demostrar su compromiso con
el progreso social y ser un ejemplo para el entorno”.
A las universidades se les pide no sólo transmitir el conocimiento, sino algo
más, que lidere el proceso de cambio y transformación que está viviendo
nuestra sociedad, así en los propios términos de la exposición de motivos,
estas Instituciones deben fomentar la participación (consideramos en esta
ponencia que ello puede hacerse mediante la utilización de las redes sociales),
todo ello sin desdeñar su posición como generadora de opinión (puesta en
común del conocimiento), y por supuesto con un claro compromiso con el
futuro, y una apuesta por la innovación (Criado y Díaz 2013).
No todas las universidades públicas en España son exactamente iguales. De
las 50 universidades públicas que forman parte de nuestro estudio, 47 de ellas
son en régimen presencial, una a distancia la UNED que tiene una regulación
específica recogida en la Disposición Adicional segunda de la Ley Orgánica de
Universidades (en adelante LOU), y dos consideradas especiales: la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que se configura en la
D.A. tercera de la LOU,
como un “centro universitario de alta cultura,
investigación y especialización en el que convergen actividades de distintos
grados y especialidades universitarias, tiene por misión difundir la cultura y la
ciencia, fomentar las relaciones de intercambio e información científica y
cultural de interés internacional e interregional y el desarrollo de actividades de
alta investigación y especialización (…)”, y la Universidad Internacional de
Andalucía (UNIA). El universo de la investigación lo constituyen las 50
universidades públicas españolas (N=50).
Los datos que figuran en la presente ponencia se han recogido mediante un
cuestionario. El cuestionario fue enviado en noviembre de 2014 a las 50
universidades y finalizado en el mes de marzo de 2015. El cuestionario se basa
en el elaborado por Rojas (2014) para analizar el impacto de las redes sociales
digitales en las administraciones locales. Dado que el objeto de este estudio, es
el mismo que el de los autores anteriormente citados, se consideró oportuno el
uso del mismo esquema metodológico, a fin de confirmar el modelo de análisis
que estos proponen. A ello ha de añadirse los estudios previos de Criado y
Rojas , Hrdinová et al. (2010) y Bailey y Singleton (2010). La tasa de
respuestas ha sido de un 100% de los casos (50) lo cual garantiza la
representatividad de los datos.
La presentación de los datos del cuestionario se divide en función de las
siguientes dimensiones del análisis:
1) Estrategias para la promoción de las redes sociales.
El plantear esta dimensión en la presente ponencia se basa, por una
parte en la necesidad de conocer si existe o no una estrategia
predeterminada para adoptar o desarrollar las redes sociales en las
universidades y por otra, en la consideración como relevante que ha
tenido en trabajos previos de Criado y Rojas (2015) y en los estudios
que analizan el gobierno electrónico (Gil-García, 2012).Dentro de esta
dimensión analizaremos las siguientes cuestiones:
a. Existencia de un plan estratégico: Determinar si las redes que se
usan son externas o internas
b. Modelo de gestión del personal que se dedica a la gestión de las
redes sociales.
c. Promoción del uso de las redes
d. Identificación de los departamentos que se dedican a la gestión
de las mismas
2) Realidades de implementación.
Para conocer cómo se está llevando a cabo todo este proceso,
necesitamos los datos que nos proporcionan los siguientes indicadores,
en la misma línea que los utilizados por Criado y Rojas (2015) en el
ámbito autonómico.
a. Experiencia de uso.
b. Personal que la Universidades destinan a la gestión de las redes
sociales
c. Redes sociales más utilizadas.
d. Existencia de guías de uso:
3) Factores inhibidores del uso de redes sociales.
Esta dimensión es una de las menos estudiadas, y sin embargo
determinante para identificar los motivos por los que esta tecnología no
se implementa en toda su extensión en el ámbito de las universidades
públicas. Partimos de los estudios de Bailey y Singleton (2010), y de
Rojas (2014), adoptando en esta ponencia los mismos criterios que
Rojas (13 posibles factores inhibidores), dado que nuestro cuestionario
está en la línea de los estudios que el equipo de investigación sobre
tecnologías
sociales,
gobierno
y
administración
pública
del
Departamento de Ciencia Política y RRII de la Universidad Autónoma de
Madrid están llevando a cabo.
4.- LOS DATOS: La adopción de las redes sociales en las universidades.
En esta ponencia se presentan los datos recogidos en el cuestionario sobre la
adopción de las redes sociales en las universidades. Conviene señalar que no
todas las preguntas tienen las misma tasa de respuesta, tal y como se hace
constar en cada uno de los apartados analizados.
Dado el carácter exploratorio de esta ponencia, su objetivo no es otro que
ofrecer una primera panorámica sobre el uso de las redes sociales en las
universidades, a fin de poder identificar qué factores contribuyen a su uso y
cuáles actúan como inhibidores, para ello analizaremos las dimensiones
expuestas anteriormente: 1) la estrategia llevada a cabo para el fomento del
uso de las redes sociales, 2) las realidades de uso y 3) los factores inhibidores.
4.1.- Las políticas y estrategias utilizadas por las universidades para la
promoción y el uso de las redes sociales.
El análisis de esta dimensión no sitúa ante el primer problema que hemos de
identificar, la existencia o no de estrategia para el desarrollo de las redes
sociales en las universidades. La pregunta 3 del cuestionario nos permite
recoger información sobre las iniciativas que las universidades están llevando a
cabo en la implementación de las redes. Así, nos interesa conocer si las
estrategias que están adoptando estas instituciones obedecen a un plan
preconcebido, que o bien puede figurar dentro de un plan estratégico (de
tecnologías de la información o de comunicación), o si dichas estrategias se
incardinan dentro de los planes de acción de los responsables (bien del área de
tecnologías o del área de comunicación).
Los datos indican que, en general, no existe una estrategia en el desarrollo de
las redes sociales en las universidades. Sólo el 32,0% poseen una estrategia
sobre el uso de las redes, el resto carece de plan aunque un 42,0%, tiene
previsto desarrollarlo en menos de un año. Esta falta generalizada de
estrategia, confirma la dificultad de llevar a cabo transformaciones dentro de las
propias universidades a través de las redes sociales.
Gráfico 1. Existencia de plan estratégico para la implementación de las redes sociales en
las universidades.
Fuente: elaboración propia
Pregunta 3, ¿Las iniciativas sobre redes sociales digitales están documentadas en un plan
estratégico de tecnologías de información y /o comunicación en los planes de acción de los
responsables del área tecnológica y/o comunicación o en los planes de acción de los
responsables del área tecnológica y/o comunicación de su universidad? (N=50).
Sentado lo anterior (en general la falta de un plan estratégico), también nos
interesa conocer qué tipo de herramientas se están utilizando para implantar
estas tecnologías (pregunta 6 del cuestionario). Aquí se plantea si las
universidades optan por soluciones externas (el uso de las redes más comunes
FaceBook, Twitter, YouTube…),
o bien por soluciones internas (que el
software se haga a medida y se adquiera a través de una empresa, o que sea
la propia Universidad la que desarrolle la aplicación). Las respuestas obtenidas
nos permite afirmar que el 94% de las Universidades optan por el uso de las
redes externa, es decir las que están más generalizas en nuestra sociedad
(Facebook, Twitter, YouTube..). Estos datos confirman los estudios realizados
en Europa por Bonsón, Torres, Royo and Flores (2012), en Estados Unidos por
Snead (2013), Bridges, Appel, and Grossklags (2012), Kavanaugh et al. (2012),
Landsbergen (2010), and Mahler and Regan (2011) y en México por SandovalAlmazan, Gil-García, Luna-Reyes y Díaz-Murillo (2011), que afirman que las
herramientas sociales que más usan las Administraciones Públicas son
también las más usadas en nuestras sociedades (FaceBook, Twitter, YouTube,
blogs, Flickr, and LinkedIn).
Gráfico 2. Herramientas sociales más usadas en las universidades
Fuente: elaboración propia
Pregunta 6: Principalmente, la adopción de redes sociales digitales por parte de la Universidad
se realiza a través de (N=50)
Por lo que respecta al personal que se dedica a la gestión de las redes
sociales, interesa analizar el tipo de vínculo que estos tienen con la Institución
(eventual, permanente o externo), ya que esto nos permitirá conocer cuál es el
modelo de gestión por el que optan las universidades. Tal como señalaban
Criado y Rojas (2015), en el sector público español existen distintos modelos
de gestión desde los más rígidos y garantistas hasta los más flexibles.
Nuestros datos muestran, que las universidades optan por un modelo de
gestión propio, ya que el 60,0% forma parte de la plantilla de manera
permanente, sólo un 16,0% es contratado de manera eventual y un porcentaje
aún menor (8,0%), es contratado a través de empresas externas a las
universidades.
Gráfico 3: Tipo de personal contratado por las Universidades
Fuente: Elaboración propia
Pregunta 10: la gestión de las redes sociales la realiza personal… (N=50)
A pesar de que la mayoría de las universidades no poseen un plan estratégico,
estas Instituciones son conscientes de la importancia que tiene la difusión y
promoción de sus redes. Aspecto este que ya se puso de manifiesto por Criado
y Rojas (2015) en el ámbito autonómico, por ello las universidades también
utilizan distintas estrategias para incrementar su difusión, de todas las
planteadas en el cuestionario los datos nos confirman que mayoritariamente se
adoptan medidas de “bajo coste” el “boca a boca” (68,0%), seguido por la
publicidad en internet (50,0%). Excepcionalmente un 10,0%
optan por la
publicidad en radio, prensa, tv, con el consiguiente coste económico
apartándose de las medidas anteriores que tienden a controlar el gasto.
Gráfico 4: Medidas para promover el uso de las redes sociales
Fuente: elaboración propia
Pregunta 17, ¿Qué medidas ha adoptado su Universidad para promover el uso de las redes
sociales digitales? Señale todas las que estime necesarias (n=50).
Por último, dentro de esta dimensión estratégica, nos interesa conocer qué
departamento es el encargado de gestionar las redes. Los datos son
abrumadores, el 94,0% de las universidades gestionan sus redes a través de
los Departamentos de comunicación. El hecho de que estos Departamentos se
encarguen de la gestión de las redes sociales, nos indica la importancia que
como medio de comunicación le confieren las universidades. Pero, no hemos
de olvidar, que el papel fundamental de las redes no es sólo la información con
carácter unidireccional, sino que lo que se pretende es potenciar la
“participación” abriendo “nuevos canales de comunicación”.
Gráfico 5: Unidades encargadas de la gestión de las redes sociales.
Fuente: elaboración propia
Pregunta 8, ¿podría indicarme qué unidad/es o departamento/s intervienen en la gestión de las
redes sociales de la Universidad?. En caso de ser “otro” indique cuál es (N=50)
4.2.- Las Realidades de uso de las redes sociales en las universidades.
La segunda gran cuestión que nos planteábamos en el inicio de esta ponencia,
era no sólo conocer si las universidades estaban desarrollando estrategias para
la promoción de sus redes, sino también de qué manera se estaban llevando a
cabo estos procesos, por ello identificábamos los siguientes indicadores;
experiencia de uso, personal que las universidades destinan a la gestión de las
redes sociales, redes sociales más utilizadas y existencia de guías de uso.
Para analizar esta dimensión, a través de los indicadores anteriormente
señalados, acudiremos a las preguntas 1,11, 4, y 7 del cuestionario. La primera
cuestión que nos acercará a la realidad en el uso de las redes sociales, será
saber desde cuándo las Universidades tienen redes y se encargan de su
gestión.
Los datos obtenidos nos permiten afirmar que la presencia de las universidades
en las redes sociales se inicia muy tímidamente en el año 2006 (sólo un 2%), el
cambio se vislumbra en el 2008, momento en que las Universidades empiezan
a darse cuenta de la “necesidad” de tener presencia en las redes (13,7%),
siguiendo la tendencia en el 2009 (21,6%), y alcanzando su punto álgido en el
2010 (29,4%). A partir de esa fecha se van incorporando las restantes
universidades, hasta el año 2013, momento en el que podemos afirmar que
“todas” las universidades públicas tienen presencia en las redes sociales a
través de sus perfiles oficiales.
Gráfico 6.Presencia de redes sociales en las universidades
50%
100,0%
40%
75,0%
29,4%
30%
50,0%
21,6%
19,6%
20%
13,7%
25,0%
10%
2,0%
5,9%
5,9%
2012
2013
0,0%
0%
0,0%
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Fuente: elaboración propia
Pregunta 1, ¿podrían indicarme desde qué fecha tienen presencia en las redes sociales a
través de perfiles oficiales de su universidad? (N=50).
Desde una interpretación optimista, la primera conclusión a la que podríamos
llegar es que en el año 2010 la mayoría de las universidades (66,7%) tenían
presencia en redes sociales. El problema, como dirían los pesimistas es que no
es hasta el año 2013 cuando “todas” las Universidades tendrían esa presencia
en la red, lo que nos llevaría a poder afirmar que la sociedad evoluciona más
rápidamente que nuestras universidades, que a pesar identificar las redes
como algo “positivo”, no se generaliza su uso hasta el año 2013.
Los resultados anteriores nos indican también, el número de años que las
universidades llevan gestionando sus redes. Si consideramos que el año 2010
es el punto de inflexión, puesto que es el momento en que la mayoría de las
universidades tienen presencia en las redes (66,7%), podríamos afirmar que la
mayoría de las universidades llevan aproximadamente 5 años gestionando sus
redes. Dicho periodo de tiempo, no parece demasiado amplio, y explicaría la
falta generaliza de un programa estratégico en su difusión.
Otra cuestión relevante, es conocer el personal (número de personas) que
dedican las universidades a la gestión de sus redes (pregunta 11 del
cuestionario). Los datos obtenidos resultan en principio sorprendentes, pero un
análisis contextualizado nos permite plantearnos dos situaciones distintas de
gestión. La primera de ellas, y la más habitual según los datos, nos presenta un
panorama en el que el número de personas que la universidad emplea es muy
reducido, de 1 a 4, en esta situación se encuentran el 68% de las
universidades. Sin embargo, también identificamos que un 4,0% de
universidades tienen más de 20 personas trabajando en redes sociales. La
explicación ante tanta disparidad en los datos puede obedecer a una gestión
descentralizada de los mismos, de manera tal que los Centros y Facultades
tengan su propio personal justificándose de esa manera el incremento del
personal en esas universidades (ej: Biblioteca, Facultad de Medicina, Facultad
de Derecho…). Este planteamiento, nos llevaría a su vez a tener que proponer
dos escenarios y analizar si la tendencia es a mantener un solo perfil
centralizado o si por el contrario predominará la descentralización. Los datos
recogidos, nos abren nuevas posibilidades de investigación para poder
identificar cómo se están organizando las universidades y cómo se está
distribuyendo a su personal.
Gráfico 7. Personal que las universidades dedican a la gestión de las redes sociales
Fuente: elaboración propia
Pregunta 11, ¿podría indicarnos cuántas personas se dedican a labores relacionadas con la
gestión de las redes sociales digitales en su Institución? (N=42).
Para seguir conociendo cómo es la realidad de uso de las redes sociales por
parte de las universidades públicas, nos interesa identificar en qué redes
sociales tienen más presencia partiendo de la existencia de un perfil o más, y
los datos nuevamente confirman lo que ya habíamos identificado en cuanto al
uso de herramientas externas a las Universidades, donde podíamos afirmar
que las herramientas que más usan las administraciones públicas son también
las más usadas en nuestra sociedad. Así, el 98,0% tienen presencia en
Facebook y Twitter y el 88,0% en YouTube (hemos de recordar que twitter
cuenta en España con unos 5,3 millones de usuarios y Facebok con unos 16
millones).
Gráfico 8. Principales redes sociales utilizadas
Fuente: elaboración propia
Pregunta 7, por favor, indique en qué redes sociales digitales tiene presencia su Universidad y
el número de perfiles activos (N=50)
Por último, nos interesa analizar la existencia de guías de uso y estilo de redes
sociales en las universidades, para poder conocer de qué manera estas se han
interiorizado en nuestras instituciones. Tal y como señalaba Rojas (2014), las
guías son documentos frecuentemente utilizados en nuestras administraciones
tanto a nivel autonómico como a nivel local. En esta ponencia identificamos que
también es un elemento que las Universidades están incorporando. Con estas
guías se pretende establecer unas pautas comunes de actuación, a fin de
homogeneizar y armonizar los criterios que se han de utilizar en la gestión de
las redes sociales, para ello será fundamental el establecimiento de un
procedimiento, este “procedimentar” el uso de las herramientas sociales en las
instituciones favorece su integración en la propia institución.
En el estudio de Hrdinova et al (2010) se identifican dos tipos de documentos:
las guías propiamente dichas y las “normas” 4 (especie de leyes a las que han
de sujetarse los trabajadores públicos). La diferencia entre los dos tipos de
documentos es obvia y determinante, puesto que obedecen a dos finalidades
distintas. Así, mientras las guías aportan consejos sobre cómo usar y mejor
estas herramientas, cómo conseguir mejores resultados y cómo enganchar
mejor a la ciudadanía, las normas por contra, están más relacionadas con las
políticas a seguir, representan la postura “oficial” del “gobierno” en el uso de las
redes sociales, y van sobre todo dirigidas a los empleados públicos, detallando
qué constituye un uso aceptable de las misma.
En esta ponencia nos interesa sobre todo el concepto de guía, por entender,
que es más acorde a esa pretensión de uso generalizado de las redes sociales,
donde interesa las sugerencias que pueden hacerse a través de estos
instrumentos para crear contenidos interesantes y dentro de las líneas
establecidas por las universidades, además de establecer unas “pautas”
básicas y generales, que al unificar y homogeneizar van a ayudar a una
utilización correcta de las redes por parte de los empleados públicos de las
universidades.
Los datos nos confirman que sólo un 36,0% de universidades poseen guías de
uso de redes sociales. Sin embargo, el 40,0% restante las tiene previstas a un
corto plazo (1 año). Con estos datos, parece que podemos confirmar que de
4
De los 26 documentos que revisan en el estudio 10 son normas o políticas oficiales sobre las
redes sociales, 12 son guía de usos de redes sociales y 4 son híbridos tienen parte de norma y
parte de guía.
manera mayoritaria las universidades carecen de estrategia en materia de
redes sociales y también de guías para el uso de las mismas. A pesar de ello,
de cumplirse las expectativas, en un periodo breve de tiempo (1 año) el
panorama sería distinto, encontrándonos con que la mayoría de las
universidades dispondría de guías para realizar la gestión de sus redes de una
manera homogénea, confirmando la integración de estas herramientas en la
Institución.
Gráfico 9. Existencia de Guías para el uso de las redes sociales en las universidades.
Fuente: elaboración propia
Pregunta 4. Por favor, indique si se ha desarrollado alguna guía para el uso de redes sociales
digitales en su Universidad. Si su respuesta es afirmativa, por favor, marque “si” e indique una
referencia o un enlace web en “otro” (N=50).
4.3.- Los inhibidores en el uso de las redes sociales.
Al igual que nos interesa identificar en esta ponencia qué factores determinan o
pueden determinar que se favorezca el uso de redes sociales, también cobra
especial relevancia determinar qué factores pueden influir de manera negativa
para la adopción de las redes sociales en las Universidades.
Partimos para ello del cuestionario elaborado por Bailey y Singleton (2010),
donde ellos identifican cinco factores como inhibidores del uso de las redes en
las administraciones públicas: seguridad, los términos legales de uso, la
Privacidad, la conservación de archivos y el uso que hacen los empleados
públicos.
En el cuestionario que hemos elaborado se han considerado como inhibidores
del uso de redes sociales 13 posibles opciones (en la misma línea que el
elaborado por Rojas valorándolas en una escala de 1 a 5): la ausencia de
apoyo político, la ausencia de beneficio económico cuantificable, la ausencia de
recursos para su mantenimiento, la ausencia de recursos para el control y
evaluación, los términos de uso legales, la ausencia de control sobre los
proveedores, la conservación de archivos, la privacidad, la seguridad, la
ausencia de un marco de gobernanza, la accesibilidad, la preocupación por el
uso que hacen los empleados públicos, y la cultura organizativa.
Los estudios llevados a cabo por Rojas (2014) en el ámbito local español5
ponen de manifiesto que la cultura organizativa, la seguridad, la ausencia de un
marco de gobernanza y la privacidad actúan como los mayores inhibidores del
uso de redes sociales en estas instituciones.
Las respuestas obtenidas en el ámbito de las universidades nos permiten
afirmar que los mayores inhibidores para el uso de redes sociales en las
Universidades son la ausencia de recursos tanto para su mantenimiento
(3,6/5), como para su control y evaluación (3,5/5), la cultura organizativa
(3,2), la seguridad (3,1/5) y al mismo nivel la ausencia de apoyo político y la
privacidad (2,9/5).
Las respuestas ponen de manifiesto la necesidad de implicación en esta
materia por parte de las universidades, puesto que se detecta la necesidad de
incrementar los recursos, de apoyo político y de crear una “cultura organizativa”
en la que se tengan en cuenta las redes sociales.
Gráfico 10. Factores inhibidores para el uso de las redes sociales en las universidades.
5
Ayuntamientos españoles de más de 50.000 hab.
Fuente: elaboración propia
Pregunta 15. Las cuestiones siguientes se han considerado como inhibidores del uso de las
redes sociales digitales en las administraciones públicas o como potenciales riesgos. Por favor,
señale su nivel de preocupación por cada área (siendo 1 muy baja y 5 “muy alta”) válidos 48
(N=50).
5.- Conclusiones
En este apartado se presentan las principales aportaciones de la ponencia, tras
un análisis de carácter exploratorio de los datos obtenidos a través de un
cuestionario llevado a cabo en las 50 universidades públicas españolas. El
punto teórico de partida es el modelo institucionalista, sobre dicha base teórica
se han intentado dar respuestas a las preguntas de investigación que nos
hemos planteado: cuáles son las estrategias que han seguido las universidades
para el fomento de las redes sociales; de qué manera se ha llevado a cabo la
implementación de las mismas; y qué factores inhiben ese fomento en el uso
de las redes.
Los resultados nos ponen de manifiesto la falta de estrategia de las
universidades para implementar el uso de sus redes, ya que la mayoría no
disponen de un plan estratégico aunque está previsto que este se desarrolle en
menos de un año (42,0%). Los datos confirman que la implantación todavía
está en una fase inicial, teniendo que poner especial atención en este aspecto,
ya que en la línea con los estudios de Welch y Feeney (2013), Yi, Oh y Kim
(2013) Mickoleit (2014) y Gascó (2014), se identifican la falta de la dimensión
estratégica en el uso de estas tecnologías. A pesar de ello, podemos afirmar
que las Universidades son conscientes de la necesidad de tener un plan
estratégico, por ello está previsto su desarrollo, siendo deseable que este se
lleva a cabo para afianzar a través del plan estratégico el uso de las redes.
Otras dimensiones estratégicas analizadas evidencian que las universidades
optan por el uso de herramientas sociales externas a la institución. En este
punto los datos están en la misma línea que la literatura: Bonsón, Torres, Royo
and Flores (2012), Snead (2013), Bridges, Appel, and Grossklags (2012),
Kavanaugh et al. (2012), Landsbergen (2010), and Mahler and Regan (2011) y
Sandoval-Almazan,
Gil-García,
Luna-Reyes
y
Díaz-Murillo
(2011)
que
afirmaban que las herramientas sociales más usadas por las administraciones
son también las más usadas en nuestras sociedades, así las herramientas
sociales más usadas por las Universidades son herramientas externas
(Facebook, Twitter, YouTube..). La explicación podría ser como ponen de
manifiesto Criado y Rojas (2015), el alto nivel de difusión de estas lo que
permite inmediatez a lo hora de adoptar esta tecnología y la gratuidad de las
mismas que iría acorde con la contención del gasto dentro de las
administraciones públicas.
En las misma línea que en los estudios llevados por Criado y Rojas (2014,
2015), la mayoría de las universidades asignan a los departamentos de
comunicación la gestión de las redes, esto nos permite señalar por un lado la
dimensión informativa que se le están dando a la redes en las universidades,
pero por otra la necesidad de dar un paso más y potenciar no sólo la
información sino la “comunicación”, facilitando procesos de participación que es
lo que permite generar administraciones 2.0 (Chun et al. 2010).
Otro de los aspectos analizados es la realidad de uso de las redes en las
universidades, apreciándose que de la misma manera que la parte estratégica
está en fase inicial, también lo está su implementación. No podemos olvidar
que no es hasta el año 2010 en el que la mayoría de las Universidades tienen
presencia en redes sociales y más tarde aún en el año 2013 en el que ya
podemos afirmar que todas las universidades tienen presencia en redes
sociales. El hecho de que la mayoría de las Universidades lleven gestionando
sus redes sólo 5 años, podría explicar la falta de un plan estratégico de
desarrollo. Además del escaso número de personal que la mayoría de las
universidades asignan de forma efectiva a esta gestión.
A lo anterior, hemos de unirle la falta de guías de uso en la mayoría de las
Universidades, tal y como señalaban Criado y Rojas (2014, 2015:98), las
mismas son un indicador del grado de institucionalización de las redes sociales,
en la medida que implican una cierta regulación y normalización de este tipo de
actividad. Aunque, como venimos destacando en estas conclusiones, también
en este aspecto la mayoría prevé tener guías de uso en menos de un año,
sirviéndonos para afirmar la importancia que las universidades están dando a
sus redes.
Por último, nos interesa destacar un aspecto muy poco estudiado pero que
consideramos puede tener su relevancia, y es la identificación de los factores
inhibidores en el uso de las redes sociales, que en el sentido de lo ya expuesto
nos permite afirmar que las escasez de recursos, la ausencia de cultura
organizativa, la falta de seguridad y de apoyo político junto con la privacidad
configuran los factores que “frenan” esa expansión incontrolable del uso de las
redes, vencer esos impedimentos ayudarían a fomentar una estrategia exitosa
y una implementación mayor de las redes.
Los resultados que se presentan en esta ponencia, al ser de carácter
meramente exploratorio, nos permiten una primera aproximación y explicación
de las estrategias de desarrollo, de su grado de implementación y de sus
factores inhibidores, dejando para posteriores estudios un análisis más
cuantitativo que nos permita avanzar en la línea ya iniciada. Con ello, se
pretenden abrir vías para futuras investigaciones que nos permitan adentrarnos
en aspectos poco estudiados y de los que se carece de datos empíricos hasta
el momento.
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