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SER AUTÉNTICO
2 Corintios 4:7-11 (NVI)
CONDUCTOR FINLANDÉS PAGA MULTA RÉCORD
Jussi Salonojo estaba excediendo el límite de velocidad. El 11 de febrero del 2004, el
policía de Helsinki detuvo al fabricador de salchichas finlandesas quien conducía a 80 kilómetros
por hora en una zona de 40 kph.
Para Salonojo, la conducción temeraria ilegal no era algo inusitado. En el año 2000, lo
pararon manejando a 200 kph, por lo cual pagó una multa grande. Esta vez la multa fue mayor.
Los legisladores finlandeses tienen poca tolerancia para el exceso de velocidad y varían la
multa según la capacidad económica del delincuente. Gracias a su puesto como “rey de las
salchichas” de Finlandia, Salonoja es un millonario. Su multa fijó un nuevo récord de 170.000
euros – el equivalente de $277.000 en dólares americanos.1
Mi padre tenía un término que usaba para tal persona – la llamaba “crackpot” (chiflado,
maniático...) “¡Qué ´crackpot´”!”
Ninguno de nosotros negaría que seamos “vasijas rotas” (juego de palabras en inglés con
“crackpot”) No, no estoy sugiriendo que todos nosotros manejamos el carro como Salonoja.
Pero todos tenemos nuestra ración de flaquezas y nuestro récord de decisiones imperfectas.
Fuimos hechos del polvo; somos frágiles, llenos de flaquezas e inseguridades. Lo sabemos pero
tratamos de encubrirlo. Tratamos de fingir que las cosas no son lo que en verdad son. Al
reflexionar, ésta es una forma más bien irrazonable de actuar.
Dios nos ha hecho a todos tal como somos para que cumplamos con lo que Él quiere que
hagamos. ¡Esto no quiere decir que por lo tanto podemos culpar a Dios por todas las cosas
insensatas que hacemos, alternando entre “El diablo me hizo hacerlo” y “Dios me hizo hacerlo”!
Lo que sí significa es que mientras que somos imperfectos, Él nos ha equipado y nos equipará
con todo lo que necesitamos para llevar a cabo lo que Él tiene en mente para nosotros. Ningún
cristiano debe jamás quejarse a Dios por su falta de dones o habilidades, o por sus limitaciones o
flaquezas. Salmo 139:13-16 indica que hasta nuestra estructura genética se encuentra en las
manos de Dios. Cada cual debe aceptar la “vasija rota” en que vive. Esta Escritura puede
ayudarnos a hacerlo.
Leer 2 Corintios 4:7-11. Orar.
En 2 Corintios 2:7-11, Pablo señala que el tesoro del evangelio se ha depositado en
vasijas frágiles conocidas como seres humanos. ¿Por qué depositaría Dios un tesoro tan costoso
en recipientes comunes?
¿Por qué? ¿Por qué somos hechos como lo somos? ¿Por qué somos “vasijas rotas”?
Aunque no creo que esta Escritura ni cualquier otra nos dé la respuesta a esta pregunta,
ciertamente podemos cosechar algunas cosas positivas que resultan de ser personas “rotas” –
con un tesoro de valor inestimable depositado en nosotros, personas “rotas”, frágiles.
1
“Finnish Sausage King Pays Giant Speeding Fine”, Ths Australian (2-11-04)
Vasijas rotas
1. PERMITIR QUE EL PODER DE DIOS SEA DEMOSTRADO (v. 7)
Todo creyente tiene un tesoro en la forma de “la luz del conocimiento de Dios... en
Cristo” (v.6). Pero ese tesoro está depositado en la más débil de las vasijas, nuestra humanidad
frágil. “Vasijas de barro” nos recuerda que Dios nos formó del polvo de la tierra. (Gn. 2:7)
¿Han dicho ustedes, “Yo soy simplemente demasiado débil (o demasiado ordinario o
demasiado torpe) para que Dios me use”? ¡En realidad, el problema puede ser que les hace falta
la debilidad! El tiempo en que Dios puede usarnos más es cuando nos damos cuenta de nuestras
debilidades, no de nuestras habilidades. Si alguien con mucho talento logra grandes cosas, todos
le dan el crédito a la persona. Pero cuando un creyente ordinario logra éxitos espirituales
extraordinarios, Dios recibe la gloria. Si usted tiene dones especiales, de todos modos úsenlos
para el reino de Dios. Pero si se siente inadecuado, dependa de Dios para suplir la deficiencia.
Tenemos que aprender a dejar que el poder de Dios fluya por la vasija de barro que habitamos.
¿Qué quiere decir la comparación en Éxodo 19:4 donde Dios dice a los israelitas que los
ha traído hacia Sí mismo como sobre alas de águila?
Las águilas madres son criaturas que aman y cuidan sus polluelos. Llega el día cuando
ella decide que sus aguiluchos deben aprender a volar. Así que ella saca al aguilucho y vuela
hasta la altura máxima que puede. Entonces, deja caer el bebé y él comienza a caer rápidamente.
El polluelo nunca ha volado. Se da cuenta de que se está acercando a la tierra, su corazón está al
punto de reventar, y sabe que no hay modo de sobrevivir.
Pero la mamá está vigilando a su pequeñuelo y, al último momento, baja en picado y lo
recoge. Aliviado, el aguilucho debe de estar pensando, Soy salvo. Estoy bien. Voy a sobrevivir.
Pero entonces la mamá vuela otra vez lo más alto que puede con el pequeñito y lo deja caer otra
vez. Lo repite hasta que el aguilucho aprende a volar.
El Señor llevó a los israelitas como sobre alas de águila. Cuando les faltó el agua, “bajó
en picada” y se la proveyó. Cuando llegaron al Mar Rojo, Él les abrió en camino. Cuando les
hacía falta algo de comer, Él bajó y les dio maná.2
(La tendencia mía es de depender de mi propia fuerza. ¡Cuánto mejor depender de la fuerza de
Dios! Soy una vasija de barro rota. Esto no debe tener nada que ver con lo que yo puedo hacer;
es todo sobre lo que él puede hacer.)
Todos los ministros de Dios son meramente vasijas hechas de barro, quebradizos y, del
punto de vista de este mundo, rápidamente destruidos. Eso no es un problema. Pablo enfatiza
aquí, en contraste con nuestras debilidades y a través de ellas, la grandeza sobreabundante del
poder de Dios.
Ese poder no tiene límites, pero está almacenado en recipientes insólitos. Es por eso que
el hombre o la mujer cuya presencia nos puede parecer un poco débil, y quien tal vez no sea
capaz de hablar con elocuencia, puede exaltar grandemente el poder de Dios.
Somos vasijas de barro para que Dios nos use. Somos sus manos. Somos sus pies.
Somos vasijas de barro para que dependamos del poder de Dios y no del nuestro.
2
Ron Mehl, pastor de Foursquare Church, Beaverton, Oregon; de un sermón predicado en la Conferencia de
Brooklyn Tabernacle en Chicago, 2000.
Vasijas rotas
2. PERMITIR QUE SE ILUSTRE LA FIDELIDAD DE DIOS (v. 8, 9)
Williams traduce estos versículos del griego al inglés así: “On every side, I am hard
pressed , but never hemmed in; always perplexed, but never to the point of despair; always being
persecuted, but not deserted; always getting a knock-down, but never a knock-out” En español,
la traducción es más o menos así: “Por todos lados, estoy aprisionado pero nunca confinado;
siempre perplejo pero nunca hasta el punto del desánimo; siempre perseguido, pero no
abandonado; siempre tropezando pero nunca tumbado.”
Pablo usa imágenes del soldado en la batalla y del gladiador en combate para describir
cómo se sentía cuando estaba sufriendo el ataque de una presión externa. Aun cuando sus
enemigos lo rodeaban, no estaba angustiado. Cuando estaba acosado por las circunstancias,
sabía que el Señor no lo había abandonado. En cuanto a las presiones interiores, puede haber
experimentado confusión, pero nada le convencía de que las cosas eran completamente sin
remedio. Puede haberse sentido afligido y tentado a desalentarse, pero nunca perdió la esperanza.
Henry D’Souza, Arzobispo de Calcuta, sabe que había tiempos en la vida de la Madre
Teresa cuando ella se sentía abandonada por Dios. Dijo que ella escribió en una carta que había
estado caminando por las calles de Calcuta buscando una casa donde podría comenzar su
ministerio. Al fin del día ella escribió en su diario, “He pasado todo el día deambulando por las
calles. Me duelen los pies, y no he podido encontrar un hogar. Además, el Tentador me está
diciendo, “Olvídalo; vuelve al convento de donde saliste.”
La Madre Teresa, sí, encontró su hogar y el resto de la historia se conoce. La
organización de Misioneros de Caridad da de comer cada año en Calcuta a 500.000 familias,
trata a 90.000 leprosos anualmente, y provee la educación para 20.000 niños cada año.3
¿Por qué? Porque alguien admitió que era débil y permitió que la fidelidad de Dios se
demostrara a través de su vida – a pesar de ser era una vasija rota.
Tenemos que enfocarnos en el tesoro, no en la vasija. Pablo no temía el sufrimiento y las
pruebas porque sabía que Dios guardaría la vasija con tal de que él guardara el tesoro. Es eso lo
que Pablo estaba enseñando a Timoteo (1 Timoteo 6:20): “Timoteo, ¡cuida bien lo que se te ha
confiado! Evita las discusiones profanas e inútiles, y los argumentos de la falsa ciencia.” -Guarda lo que se te ha encomendado... ¡Cristo en ti, la esperanza de la gloria! Cuida bien el
tesoro y Yo cuidaré lo demás.
Dios permite las pruebas; Dios controla las pruebas; Dios usa las pruebas para su gloria.
¿POR QUÉ? Dios es glorificado mediante las vasijas débiles. El misionero que abrió el camino
para el evangelio en el interior de la China, J. Hudson Taylor, solía decir, “Todos los gigantes de
Dios han sido hombres y mujeres débiles que hicieron grandes cosas para Dios porque contaban
con él – que él estaría con ellos.
El autor Rochard Exley escribe:
Yo conozco a un ministro que volvió a su púlpito diez días después de que su hijo se
suicidó. En medio de todo el dolor, leyó su texto: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas
las cosas para el bien de los que le aman, los que han sido llamados de acuerdo con su
propósito.”
Luchando visiblemente, dijo, “Yo no puedo hacer que el suicidio de mi hijo encaje en
este pasaje. Me es imposible ver cómo algún bien pueda resultar de la tragedia. Sin embargo, me
3
Kevin A. Millar, Vice President, Christianity Today Internacional, source: CNN
doy cuenta de que “ahora vemos de manera indirecta y velada... Ahora conozco de manera
imperfecta.”
Es como el milagro del astillero. Casi todas las partes de los grandes transatlánticos son
fabricados de acero. Si se toma cualquier parte, sea una plancha de acero del casco o del timón, y
se echa al océano, se hundirá. ¡El acero no flota! Pero cuando los constructores del barco lo
terminan, cuando se ha colocado firmemente cada componente de acero, es casi imposible que
ese barco masivo se hunda.
Considerado un acto aislado, el suicidio de mi hijo no tiene sentido. Échelo en el mar de
Romanos 8:28, y se hunde. No obstante, creo que cuando el gran Constructor haya terminado
por fin su obra, cuando Dios haya completado su plan perfecto, aun esta tragedia sin sentido
resultará de alguna manera para nuestro bien eterno.4
Vasijas rotas
3. PERMITIR QUE DIOS VIVA A TRAVÉS DE SUS SEGUIDORES
¿De qué estará hablando Pablo? Creo que aquí está comparando su propia persecución
constante con la de Jesús, en cuya muerte y resurrección el apóstol compartirá.
En Colosenses 1:24, Pablo dice, “Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por
ustedes, y voy completando en mí mismo lo que falta de las aflicciones de Cristo, en favor de su
cuerpo, que es la iglesia.”
Y tal vez el pasaje más familiar de Pablo sobre el morir a sí mismo es Gálatas 2:20: “He
sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el
cuerpo (la vasija rota), lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.”
Es una de las paradojas de la vida cristiana, que por el morir a mí mismo, recibo nueva
vida que proviene de Dios. Cuanto más reproducimos la muerte de Jesús en nuestra experiencia,
tanto más obtenemos la vitalidad espiritual del poder de su resurrección. Pablo nunca estaba más
vivo que cuando vivía al borde de la muerte, enfrentando peligro diariamente por el evangelio.
Su cuerpo podía sufrir por los azotes, las piedras y el naufragio, pero su espíritu crecía y se
fortalecía con cada nueva cicatriz.
Es posible que nosotros no tengamos que sufrir tales cosas por la causa de Cristo. Pero si
creemos que no tenemos que morir a fin de hacernos sus seguidores, nos engañamos
lamentablemente. Tenemos que morir respecto de nuestra propia voluntad para poder vivir
conforme a la de Dios. A cada cristiano se le requiere que sacrifique algo – que se sacrifique a sí
mismo – y no unos pedacitos, sino todo – para ser útil en el reino de Dios. Tenemos que morir si
la vasija común en qué vivimos va a dejar que la vida de Dios fluya en ella.
Es imposible excluir este elemento del evangelio y todavía tener el evangelio. Pablo dijo
que él lo había perdido todo “a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó
en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.”
(Filipenses 3:10)
¿Cuál es el resultado en mi vida de este morir? Cuando llego a ser semejante a él en su
muerte, paso más tiempo con el enfoque en el tesoro y no en la vasija. Es morir al yo para que
la vida de Cristo se revele en mí.
Cuando necesitan un recipiente para algo, aun un recipiente común, ¿qué clase de
recipiente buscan? ¿Uno que está lleno de basura o desperdicios? No. Buscan uno que por lo
4
Richard Exley, “Decent Exposure”, Leadership (Fall 1992), p. 118
menos está vacío. Así está listo para servir. Lo importante de la vasija es que sea limpia, vacía y
disponible para el servicio. Debemos, cada uno, dedicarnos a llegar a ser “un vaso noble,
santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena.” (2 Timoteo 2:21)
Esto no puede suceder a menos que seamos dispuestos a morir a nosotros mismos, ceder
nuestros propios deseos, abandonar nuestra agenda y dejar que Jesús sea Rey.
El Dr. John Jowett dijo, “El ministerio que no cuesta, no produce resultados.” Tenía
razón. Si Dios va a vivir su vida a través de nosotros, nos va a costar nuestra propia vida. Las
vasijas permiten que Dios viva por medio de ellas.
Annie Herring escribió, en su forma poética, sin puntuación, los versos siguientes.
Hay una rotura en mi corazón
El amor viene y se va
Nunca se queda en mí donde puede crecer
Porque hay una rotura en
mi corazón
Si pudieras cantar una canción del corazón quebrantado Sabes que yo uniría mi voz
Porque
hay una rotura en mi corazón
Todo lo que procuro hacer se cae al lado del camino
Se vuelve polvo
Nunca florece y
nunca vive
Solamente se muere
Dónde está el que remienda los sueños quebrantados
Me ha abandonado
Porque tengo
una rotura en mi corazón
Quién puede cantar una canción de amor
Y hacerla quedar dentro de mí
Porque tengo una
rotura en mi corazón
El amor me cantó su canción
Ahora el amor fluye por cada canción Porque tengo una
rotura en mi corazón
El amor remienda los sueños quebrantados
Ahora puede vivir por mí
Porque tengo una
rotura en mi corazón
Ahora todo lo que trato de hacer
Sólo se vuelve en esperanza cuando tú cantas
El hijo es
amor y nunca se esconde
Siempre vive
nunca muere
El amor viene y se va
Sí, ciertamente somos vasijas del barro común, rajadas y fracturadas, muchas veces
haciendo las cosas erróneamente. Y Dios quiere que las personas vean su poder mediante
nuestras roturas y rajaduras, su fidelidad en medio de nuestra debilidad, su vida misma
filtrándose por las rajaduras de la vasija de barro.
¡Dejemos que él fluya por nosotros!