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Transcript
NOTA PREELIMINAR
(a publicar o no según su conveniencia)
Estas páginas han sido redactadas originalmente en catalán en forma de apuntes para ser
utilizados por estudiantes de los primeros cursos de Ciencias Económicas y Empresariales de la
Universitat de les Illes Balears, especialmente para los residentes en Ibiza y Menorca que
reciben sus clases en forma de video-conferencia. Se trata, por tanto, de un texto hasta ahora
“on line”. Su destino específico explica la predominante incidencia de la perspectiva económica,
muy superior a la política, social o cultural, indicado tan sólo en su esencia necesariamente
complementaria. Se observará, por otra parte, una clara –por no decir exclusiva- visión
occidental en nuestros planteamientos, lo cual no permite en principio su extrapolación
universal. Somos conscientes que la evolución que ha conocido nuestra formación social –
europea/cristiana/occidental- no coincide, en su mayor parte, con lo vivido en otros confines del
planeta. Su presencia, por tanto, coyuntural responde a su conexión, forzosa, con el mundo
sobre el cual se proyecta, especialmente en sus formas de dominio colonial.
En la siguiente exposición se ha considerado oportuno alternar la síntesis explicativa con
la trascripción de textos representativos. Las notas a pie de página, quizás aparentemente
excesivas, además de mostrar la procedencia de nuestras afirmaciones, sirven para aportar la
bibliografía puntual aconsejada para el seguimiento de una parte, reducida, de nuestra disciplina
–Historia Económica Mundial- mayormente dedicada al análisis de las economías industriales
(ss. XVIII-XX).
++++++
EVOLUCIÓN DE LAS ESTRUCTURAS DE LAS ECONOMÍAS
PREINDUSTRIALES
Para la disección del proceso sobre la génesis del capitalismo sigue siendo útil la
propuesta marxista de los modos de producción1. A pesar de las numerosas críticas que
consideran obsoleta la interpretación de la historia como la de la historia de la lucha de clases 2,
la evolución de las estructuras económicas constituye, a nuestro entender, un modelo
metodológico adecuado para comprender las raíces de nuestro sistema económico 3. Y no nos
referimos sólo a la controvertida transición del feudalismo al capitalismo sino también a los
cambios previos ocasionados a partir del surgimiento de las sociedades con clases; en otras
palabras, a la manera cómo se ha realizado la apropiación del excedente y hacia dónde se ha
orientado. En las páginas siguientes se ofrece una síntesis sobre las claves de las estructuras
económicas precapitalistas, haciendo especial hincapié en los debates establecidos en torno a
las correspondientes transiciones así como a las claves teóricas en sus progresivas
transformaciones estructurales. La desigual atención dispensada en la presentación, breve, de
las primeras economías y lo que concierne al desplazamiento de las rentas por el mercado
obedece al mayor interés que despierta en el alumnado el conocimiento, detallado sobre los
orígenes próximos del sistema en el que nos hallamos inmersos.
1 Según R. HILTON “Los <modos de producción> constituyen tan sólo el esqueleto de un análisis marxista del proceso histórico.
Un modo de producción consiste en la infraestructura de una sociedad, cuyas leyes, religión, formas de estado y cultura son o
bien rasgos superestructurales estrechamente relacionados con la estructura económica o bien se han desarrollado a partir de
ésta.... A partir del momento en que el marxismo se define como una doctrina materialista, hay que entender el modo de
producción como integrador, en primer lugar, de lo que Marx denomina las <fuerzas productivas>, esto es, los recursos naturales,
la tecnología y la fuerza de trabajo: las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza en la lucha para existir y reproducirse.
En segundo lugar o el segundo elemento de la definición lo constituyen las <relaciones de producción>. Este concepto tan
escueto describe básicamente las relaciones existentes entre los propietarios de los medios de producción y aquellos que, por
medio de su trabajo, proporcionan no tan sólo su propia subsistencia, sino incluso el ingreso de los propietarios. Las relaciones
de producción naturalmente varían de manera considerable de acuerdo con el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas”.
<Introducción>. en Th. ASTON- C.H.E. PHILPIN (editores.) El Debate Brenner. Editorial Crítica, Barcelona, 1988, p. 15.
2 Véase, especialmente, F. FUKUYAMA, El fin de la historia y el último hombre. Editorial Planeta, Barcelona, 1992. Sobre tal
propuesta, véase J. FONTANA, La història después de la fi de la història. Editorial Eumo, Vic, 1992 y VV AA. A propósito del fin
de la historia. <Debats>,Edicions Alfons el Magnànim, Valencia, 1994. .
3 “¿En qué consiste, en definitiva, la lección de Marx? - Por encima de todo en haber comprendido que una fase histórica
determinada no es permanente, que la sociedad humana es una estructura evolutiva afortunada porque es capaz de cambiar; y
que, por tanto, el presente no es el puerto de arribo final. En segundo lugar, porque supo analizar el modus operandi , los modos
en que funciona un sistema social determinado, y los motivos por los cuales ese sistema genera, o no consigue generar, las
fuerzas del cambio.“. E. J. HOBSBAWM, Entrevista sobre el siglo XXI. Editorial Crítica, Barcelona, 2002, pp. 19-20.
1
EL NACIMIENTO DE LAS SOCIEDADES CON CLASES
“La generación de un excedente dota a un sistema económico de una notable gama de posibilidades,
en virtud de las cuales la clasificación y el análisis de las economías resultantes aparece mucho más
definida que hasta el momento”4
Alfons Barceló
El fenómeno que conduce de las economías primitivas, léase las del colectivo de cazadores y
recolectores, al origen de las primeras sociedades, con claras diferenciaciones entre sus
miembros, constituye la primera transición. De hecho, el proceso previo que comporta la
aparición del hombre y sus primeros pasos sobre la tierra, a pesar de su extraordinaria
dimensión temporal5, a penas ofrece posibilidades de análisis para el historiador económico,
siendo preferentemente objeto de estudio de otros científicos sociales como los antropólogos,
biólogos y arqueólogos.
La génesis de las sociedades con clases conoce un ámbito espacial universal por lo que para
muchos historiadores representa el modo de producción asiático6. El debate se centra
fundamentalmente en dos cuestiones, ambas claramente conectadas, que enfrenta las tesis de
los historiadores con las de los antropólogos. La primera afecta al momento, histórico, en que se
desarrolla el excedente; es decir, lo que va más allá de la mera subsistencia. Para los primeros,
apoyándose en la interpretación de Vere Gordon Childe7, el neolítico con la aparición de la
ganadería y la agricultura, supone el nacimiento del hombre creador, que comienza a manipular
los elementos que tiene a su alcance. De aquí su carácter revolucionario. Con el neolítico se da
paso al hombre productor, desplazando a la figura previa de depredador. Surgen así las
economías agrarias que perduraran con importantes modificaciones hasta la eclosión del mundo
industrial. El Neolítico, en consecuencia, significa la primera gran revolución de la historia
económica; la que antecede a la Revolución Industrial. Estas tesis, sin embargo, son rechazadas
por ciertos antropólogos quienes, apoyándose en investigaciones sobre tribus actuales, esgrimen
que el desarrollo de las primeras industrias –surgidas a partir de la creación y el control del
4 “. Los sistemas de producción de subsistencia presentan requerimientos exactos para asegurar su reproducción simple. En
cambio, la aparición del excedente exige reglas distributivas que fijen las modalidades de apropiación y permite un abanico de
posibilidades dinámicas comprendidas entre la reproducción simple (excedente destinado a consumo improductivo en cada ciclo)
y el crecimiento máximo (excedente dedicado íntegramente a la reinversión y ampliación de la esfera productiva)” A. BARCELO,
Reproducción económica y modos de producción. Ediciones del Serbal, Barcelona, 1981 pp. 169-170.
5 “El hombre cultural ha vivido sobre la tierra cerca de dos millones de años; más del 99 por ciento de este período lo ha vivido
como cazador-recolector”. R.B. LEE & I. De VORE, Man the Hunter. Aldine, Chicago, 1973. (Citado por A. Barceló, Reproducción
económica .., p. 119). Para la primera traición, véase también Pelai PAGES Introducción a la Història. Editorial Barcanova,
Barcelona, 1983 pp. 318-323.
6 E.J. HOBSBAWM, <Introducción> en K. MARX Formaciones económicas precapitalistas. Editorial Ciencia Nueva, Madrid,
1967. M. GODELIER, Teoría marxista de las sociedades precapitalistas. Editorial Laia, Barcelona, 1977.
7 Los orígenes de la civilización. Fondo de Cultura Económica, México, 1954 y La evolución de la sociedad. . Editorial Ciencia
Nueva, Madrid, 1965
fuego- presenta ya claros síntomas que exceden la simple lucha por la conservación,
significando incluso economías de abundancia8.
El segundo motivo de litigio incide en el móvil del cual se deriva el excedente, enfrentando una
casuística económica a otra de signo político. Para los historiadores, siguiendo los postulados
marxistas, las clases aparecen como consecuencia de las desigualdades originadas a partir del
desarrollo de las fuerzas productivas. Ello da pie al nacimiento del estado, entidad que se
encarga de dirimir los antagonismos establecidos entre quienes generan el excedente y quienes
se lo apropian. En otras palabras, el poder político es consecuencia del poder económico.
Federico Engels lo explica de la manera siguiente 9 :
"El Estado es más bien un producto de la sociedad cuando llega a un grado de desarrollo
determinado; es la confesión de que esa sociedad se pone en una irremediable contradicción consigo
misma, y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es impotente para conjurar. Pero a fin de que
las clases antagonistas, de opuestos intereses económicos, no se consuman a sí mismas y a la sociedad
con luchas estériles, hácese necesario un poder que domine ostensiblemente a la sociedad y se encargue
de dirimir el conflicto o de mantenerlo dentro de los límites <de orden>. y ese poder, nacido de la sociedad,
pero que se pone por encima de ella, y se le hace cada vez más extraño, es el Estado".
De nuevo, el contexto histórico nos permite comprender la teoría económica. Engels, como Marx,
se manifiesta reacio al estado en su papel de institución que no tan solo preserva los
antagonismos sociales sino que, con su rechazo a los cambios, se obstina en impedir su
desaparición.
Ante esta teoría, y nuevamente sobre la base del trabajo de campo en lugares africanos y
americanos, los antropólogos invierten el orden y sitúan en el poder político el origen
de las desigualdades económicas y sociales; así, la imposición coercitiva inherente a la
formación de la entidad política –el estado- es en donde se fundamenta la aparición de las clases
sociales. Según el antropólogo Pierre Clastres10:
"La mayor división de la sociedad, la que funda todas las demás, incluida sin duda la división del
trabajo, es la nueva disposición vertical entre la base y la cúspide, es la gran ruptura política entre
poseedores de la fuerza, sea bélica o religiosa, y sometidos a esa fuerza. La relación política del poder
precede y funda la relación económica de explotación. Antes de ser económica la alienación es política, el
poder está antes del trabajo, lo económico es un derivado de lo político, la emergencia del Estado determina
la aparición de las clases".
8 "Debemos apuntar hacia la ganadería y la agricultura como actividades caracterizadas por el control de las fuerzas
reproductivas de la naturaleza a través de animales y plantas especificados. ahora bien, estas actividades han requerido (y han
sucedido a) la fabricación de útiles y la dominación de algunas propiedades físicas y químicas de la naturaleza", A. BARCELO,
Reproducción económica … p. 171
9 El origen de la familia, de la propiedad privada y del estado. Editorial Fundamentos, Madrid, 1970. p 83
10 La sociedad contre el estado. Monte Avila editorial, Barcelona, 1978, p. 173.
Se comprende que, ante tales argumentos, Clastres considere que previamente al Neolítico ya
existieran sociedades con economías de abundancia. En ellas, las distintas modalidades del
poder político y de sometimiento humano ocasionaban los cimientos de las subsiguientes
desigualdades entre sus pobladores.
No vamos a profundizar en estas polémicas que, al fin y al cabo, acaban recordando al dilema
entre la gallina y el huevo ni tampoco incidiremos sobre lo que podrían constituir posturas
contemporizadoras que pretenden reconciliar ambas tesis11. Preferimos concluir reflexionando
sobre la necesaria confluencia de las dos vertientes, económica y política, y adelantar su
complementariedad según se desprende en los procesos seguidos posteriormente. De hecho, un
distanciamiento entre ambas, que cada una de ellas emprenda caminos distintos, implica una
manifestación fehaciente de un desacertado funcionamiento lo cual comporta una irremediable
transformación de dicho modo de producción.
2. EL ESCLAVISMO
“Desde el año 200 hasta el 167 a.C. el diez por ciento o más de todos los hombres libres y adultos de Roma
estuvieron alistados permanentemente en el ejército. Este gigantesco esfuerzo militar sólo era posible
porque la economía civil en la que se apoyaba podía funcionar hasta ese punto gracias al trabajo de los
esclavos que liberaba las correspondientes reservas de mano de obra para los ejércitos de la República. A
su vez, las guerras victoriosas proporcionaban más cautivos esclavos para enviar a las ciudades y a las
fincas de Italia”.
Perry Anderson12
El modo de producción esclavista reduce ampliamente la doble dimensión espacial-temporal,
afectando prácticamente en exclusividad a la denominada <Antigüedad Clásica> de nuestra
formación social. Claro está que, esta misma estructura productiva se reproducirá en buena
manera entre los siglos XIX y XIX de la era cristiana en tanto que sistema preferente de
explotación colonial. Nos referimos, naturalmente, a las economías esclavistas, no a las
sociedades con esclavos; dicho de otra manera, a la estructura económica cuya principal fuerza
productiva es la que descansa en los brazos de los esclavos. Su análisis se enfoca en tres
direcciones: las características del sistema, la dinámica, o teoría económica, del esclavismo y su
transición al feudalismo.
11 Por ejemplo, la de Marshall SAHLINGS para quien " El cacicazgo genera continuamente un excedente doméstico. la aparición
de las jerarquías y del cacicazgo se convierte al mismo tiempo en el desarrollo de las fuerzas productivas”. Economía de la Edad
de Piedra. Akal editor, Madrid, 1977, p. 157
12 Transiciones de la antigüedad al feudalismo. Siglo XXI Editores, Madrid, 1986 p. 56. (P. Anderson cita com ofuente la obra de
P.A. BRUNT, Italian manpower, 225 b.C – a. C. 14; Oxford, 1971).
2. A. Características del sistema.
Debemos insistir en que, como tales, las economías esclavistas son las que tiene en los
esclavos su preferente fuerza productiva. Ello nos permite excluirlas de entre las estructuras
económicas que prevalecieron en las civilizaciones anteriores. Estas, naturalmente, conocieron
la presencia, física de los esclavos pero, al igual que en otras muchas que fueron
desarrollándose posteriormente, la mano de obra esclava sólo constituyó una fuerza adicional.
Perry Anderson lo expone muy claramente13:
“Los imperios sumerio babilónico, asirio y egipcio –estados fluviales basados en una agricultura
intensiva y de regadío que contrasta con el cultivo de tierras ligeras y de secano del mundo mediterráneo
posterior- no fueron economías esclavistas”.
Se trata, por consiguiente, de entidades esencialmente distintas. Las economías de los mundos
citados –como sucedería también en casos tan diferentes como el de la cultura del Indo y en la
América precolombina- tendrían en la esclavitud un complemento puntual, si se quiere
especialmente superficial (léase, el Egipto de las pirámides) en sus formas de desarrollo. En
nuestro caso, en la antigüedad clásica –o cultura grecorromana- concurre tal premisa, muy
especialmente en el desarrollo del imperio romano. Sus claves o características más
representativas se resumen en los siguientes cinco apartados:
-
-
-
El esclavismo permite entender culturas fundamentalmente urbanas en unas economías
eminentemente agrarias. Los esclavos residen en el campo y su dedicación principal son
las tareas agrícolas.
La esclavitud ocasiona la liberación del trabajo. Los hombres libres podrán entregarse a
tareas “más dignas”. Sólo a partir del mismo, podrán entenderse sus importantes
legados culturales, artísticos, políticos, etc. la democracia ateniense, por ejemplo, tan
sólo puede comprenderse sobre una base económica esclavistas. No hay contradicción
alguna; dicho sistema político es consecuencia directa de esta forma de explotación
humana.
En sus relaciones de producción el esclavo es, mayormente, la pieza principal del
aparato productivo. Su consideración, en consecuencia, es la de un mero instrumento.
Como tal y a tenor de sus condiciones físicas, el esclavo se convertirá en un objeto
cotizable, siendo destinado a las tareas que decida su propietario. Su trabajo en el agro
se complementará con el de su utilización para otros menesteres (en la manufactura,
servicio doméstico, bogador en las galeras, etc.).
13 Transiciones … p. 14.
-
Finalmente, una economía esclavista precisa de la presencia masiva de esclavos. Ello
incidirá en la mayor consideración del sistema durante el imperio romano (ss. I a.C-IV
d.C) que en su fase precedente, la democracia ateniense (ss. V-IV a C.).
2. B. Dinámica y teoría económica del esclavismo
El segundo punto se plantea sobre cuatro aspectos fundamentales. Uno primero responde a su
coste partiendo de los imperativos, ineludibles, de control y vigilancia. Alfons Barceló recoge el
siguiente texto de Karl Marx 14:
"(el trabajo de alta vigilancia) se presenta necesariamente en todos aquellos sistemas de
producción basados en el antagonismo entre el obrero, como productor directo, y el propietario de los
medios de producción. Cuanto mayor es este antagonismo, mayor es también la importancia que
desempeña el trabajo de alta vigilancia. Por eso este trabajo alcanza su punto culminante bajo el sistema de
la esclavitud”
La cuestión retornará al abordar la rentabilidad del sistema. Otros dos enfoques corresponden a
estructuración productiva en función de la disponibilidad de la mano de obra esclava 15; y, en
menor relieve, en menor relevo, al uso de los esclavos agrícolas en tareas manufactureras con
la subsiguiente repercusión en su reducción de precios y las consecuencias sociales derivadas,
muy especialmente en la Roma imperial.
El segundo aspecto consiste en la reproducción del sistema. Alfons Barceló escribe al
respecto16 :
"La perdurabilidad de todo sistema económico exige la reproducción de todos y cada uno de sus
elementos constitutivos. Esta reproducción abarca tanto el mantenimiento de los elementos susceptibles de
ser utilizados más de un ciclo cuanto la reproducción de todos aquellos que no son prácticamente de
duración limitada"
Diversas maneras explican, en un primer momento, la expansión del sistema al tiempo que
evitan su contracción, a largo plazo irreversible. Dos vías, necesariamente complementarias,
ayudan a comprender su importante duración: la interna o biológica, a veces acompañada de
ciertos incentivos, otras veces lograda a partir de su práctica con meros fines reproductivo 17; y la
externa, la caza periódica que implica una constante necesidad de ampliar las fronteras del
imperio; dicho de otra manera, la perenne dependencia de un mundo ajeno, forzosamente no
14 El Capital. Crítica de la economía política. Fondo de Cultura Económica, México, 1959. Vol III p. 367. (Citado por A.
BARCELO, Reproducción económica ... pp. 204-205).
15 Barceló destaca las estrategias observadas en los tratados de agricultura cuando la reducción de mnao de obra esclava
condiciona la organización de los cultivos. Reproducción económica ... pp. 203-204.
16 Reproducción económica ... p. 197
17 "El comercio sexual es una especie de prostitución intervenida, con premios concedidas a las esclavas para la cría de sus
hijos. A las que habían criado tres hijos, muchos señores las manumitían". M. WEBER "La decadencia de la cultura antigua". en
A.M. PRIETO, La transición del esclavismo al feudalismo. Akal Editores, Madrid 1975, pp. 44-55
esclavista. Esta segunda procedencia nos hace entrever la fragilidad, tangible, del sistema. Le
eficiencia del trabajo del esclavo, su rentabilidad a medio y largo plazo, constituye una de las
claves más controvertidas en lo que afecta a la persistencia, limitada, de dicha estructura.
Cambiemos de ámbito y trasladémonos a al sur las trece colonias que darían paso a los
Estados Unidos de América donde la explotación esclavista perduraría hasta el siglo XIX. Su
situación no difiere demasiado de lo ocurrido durante el imperio romano 18 :
"Por lo general, las economías esclavistas suelen poner de manifiesto sus tendencias irracionales, las
cuales inhiben el desarrollo económico y ponen en peligro la estabilidad social. ... La mayor debilidad
económica del Sur radica en la baja productividad de su fuerza de trabajo. Los esclavos solían trabajar con
la más entera indiferencia. Hubieran podido trabajar razonablemente bien bajo una estrecha vigilancia en
los campos de algodón, pero el costo de tal vigilancia en una o dos operaciones simultáneas, resultaba
prohibitivo. La esclavitud impidió el significativo progreso tecnológico que pudo haber elevado
progresivamente la productividad".
Recordemos lo antes dicho sobre la productividad del sistema y los estímulos de la
reproducción biológica. Añadamos ahora los frenos los frenos que suscita el trabajo forzoso y el
estancamiento en lo que afecta al desarrollo de otras fuerzas productivas alternativas (capacidad
inventiva, evolución tecnológica ….) según se desprende de la disponibilidad de mano de obra
en principio casi gratuita19. El asunto, sin embargo, ha motivado serias polémicas; así las tesis
sobre la ineficacia de la esclavitud20, han merecido una contundente réplica por parte de Moses
I Finley; sus argumentos son firmes21:
" ... hay una larga serie de escritores, de la más variada coloración política, que aseguran que el
trabajo esclavo es ineficiente, al menos en la agricultura, y a fin de cuentas no rentable. Esta afirmación
habría asombrado a los griegos y romanos propietarios de esclavos, quienes durante muchos siglos no
sólo creyeron alegremente que estaban obteniendo de sus esclavos considerables ganancias, sino, lo que
es más, derrochándolas. No menos habría asombrado a los plantadores de Brasil y del Missisipí, cuyas
ganancias sobre sus inversiones eran comparables a las de las regiones no esclavas del Nuevo Mundo".
No creemos que Finley anduviese demasiado equivocado. Efectivamente, durante el alto
imperio, al igual en el siglo XVIII, para los propietarios de esclavos, el sistema les aportó
cuantiosas ganancias. Con todo, eso no supone que él mismo portase implícitas las causas de
su desintegración.
18 E. D.GENOVESE, Economía política de la esclavitud. Editorial Península, Barcelona, 1970 pp. 22 y 34
19 "En la sociedad esclavista el perfeccionamiento de los instrumentos de la producción y el desarrollo de la técnica eran muy
lentos. cuanto más reemplazaba el trabajo de los esclavos al trabajo libre, más lentos se hacían. Es por eso que el desarrollo de
las fuerzas productivas se lograba principalmente gracias a su segundo elemento: el perfeccionamiento de las prácticas de
producción y de la experiencia de trabajo". E.M. SCHTAYERMAN, "La caída del régimen esclavista" en A.M. PRIETO La
transición ... p. 80.
20 M. WEBER, “La decadencia … “, E.D.GENOVESE, Economía política …; E.M. SCHTAYERMAN “la caída …” y G. de
SAINTE- CROIX , The class struggle in the Ancient Greek World (London, 1981).
21 M. FINLEY, La economía de la antigüedad. Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1975.
Finalmente cabrá plantear las contradicciones y/o limitaciones del sistema esclavista. De hecho,
en ellas se condensan los aspectos negativos antes expuestos. Preguntémonos nuevamente por
el techo reproductivo y por la sempiterna dependencia del mundo exterior ante la ineludible
necesidad de contar con periferias no esclavistas. Hagámoslo también acerca de la escasa
productividad del trabajador esclavo y del estancamiento, relativo o no, de los elementos
técnicos paralelos. En el texto trascrito a continuación el gran historiador francés Marc Bloch
plantea el callejón sin salida en el cual desemboca esta estructura económica22:
"El esclavo es un mal trabajador; su rendimiento ha sido estimado en todos sitios bastante bajo.
Representa, además, un capital esencialmente perecedero (...) El amo, cuyo esclavo moría, caía enfermo o
sencillamente envejecía, debía adquirir otro nuevo; perdía limpiamente la suma que había pagado por él. Se
podía, claro está, para colmar algunos huecos, echar mano de los esclavos nacidos en la casa. no para
llenarlos todos. De todas las crianzas, la del hombre es la más delicada. Estos inconvenientes no tenían
mucha gravedad mientras la mercancía servil fuese abundante., y por tanto, de precio poco elevado. Para
realizar poca faena se malgastaban muchos esclavos; cuando uno de ellos dejaba de ser utilizable, no era ni
difícil ni costoso hallarle un sustituto. Tal era el estado de cosas que habían creado, hacia el principio de la
era cristiana, tantas guerras victoriosamente conducidas por Roma; y explica la existencia de grandes
equipos de esclavos. Pero, pronto, el reclutamiento de los esclavos se hizo más difícil. Su valor aumentó.
<Fue entonces cuando se tendió al régimen de tenencia>".
La economía esclavista en manera alguna preveía la concienciación de la principal fuera de
trabajo, sino más bien al contrario. De aquí que, al pasar de la expansión imperial a la defensa
de sus fronteras, la situación gire radicalmente. El hundimiento del imperio es, al mismo tiempo,
el del esclavismo como estructura económica predominante23. Los esclavos no van a
desaparecer, pero dejaran de ser piezas claves en el desarrollo de las economías posteriores, ya
bien en el feudalismo, ya incluso en el primer capitalismo. La frase final convida a abordar el
tercer aspecto anunciado, la transformación gradual de la esclavitud en la servidumbre.
22 Mélanges Historiques. S.E.V.P.E.N. Paris, 1963 pp. 265-266.
23 A. BERNARDI "Los problemas económicos del imperio romano en la época de su decadencia" en C.M. CIPOLLA, J.
ELLIOTT y otros, La caída económica de los imperios. Alianza Universidad, Madrid, 1985. pp. 27-92. y M. BLOCH "Cómo y por
qué terminó la esclavitud antigua", en A.M. PRIETO, Transiciones del feudalismo ... pp. 159-194.
2. C. Dinámica y teoría económica del esclavismo
La <segunda transición> afronta el paso del esclavismo al feudalismo. Tal como sucede en los
procesos de cambio, en la transformación de los modos de producción, la fragilidad y/o
desintegración progresiva de las infraestructuras internas actúa conjuntamente con la presión de
las fuerzas del exterior. Existe, por consiguiente, una yuxtaposición de dos vías en la transición
hacia el modo de producción feudal: una implica la transformación de la relación de esclavismo
en la de servidumbre; otra obedece a la necesaria adaptación ante el avance de las tribus
germánicas. En su planteamiento sobre el origen de las economías de prestación, Alfons Barceló
ofrece los siguientes argumentos 24 :
“Las economías esclavistas presentan una característica que las hace profundamente frágiles a
largo plazo y en grande, a saber, la baja rentabilidad de la producción de esclavos. La salida natural de esta
situación es liberar la mano de obra para que se reproduzca a sí misma. La forma más elemental para esta
autoreproducción consiste en que el propietario de las riquezas esenciales (la tierra), habida cuenta de la
jerarquía de necesidades, entregue a sus trabajadores una parcela de subsistencia y reproducción. La forma
más simple de conseguir tal metas suministrarle una parcela sobre la cual mediante su esfuerzo y los
medios de producción adecuados obtendrá los medios de vida necesarios para él y su progenie, a fin de
que la reproducción de mano de obras no presente un estrangulamiento del sistema”25.
Esta modalidad de disolución del esclavismo ha sido considerada como una vía progresista
desde el momento en que un sistema basado en las relaciones entre un hombre libre y otro no
libre se convierte en una estructura fundamentada en las relaciones entre personas; recuérdese
que el esclavo era tenido como un simple instrumento. Hasta aquí llega la teoría. En la práctica,
la realidad diseñaba un panorama bastante diferente. La crisis económica en la que entró el bajo
imperio motivó que los antiguos esclavos, ahora “propietarios” de tierras, entrasen en una
relación de dependencia cada vez mayor respecto al señor que les había cedido las
explotaciones en las que laboraban. Ello les forzó a que se estableciese una nueva relación con
dicho señor, la de servidumbre. Regresemos al texto de Barceló donde se complementa esta
transformación económica mediante la procedente de la expansión de los pueblos
centroeuropeos que manifiesta rasgos más de tipo militar o políticos26 :
“Junto al esquema anterior, que representaría una evolución lineal e ideal a partir del sistema
esclavista, cabe también indicar otro tipo de origen, el origen guerrero o parasitario de apropiación del
excedente directamente mediante el uso de la fuerza (militar o política). Así otro mecanismo esencial de
implantación de tal sistema consiste en que un grupo dominante, generalmente dotado de poderío militar,
24 Previamente se lee: “... la economía esclavista constituye un sistema abocado a contradicciones insolubles a medida que se
expande geográficamente y/o cuando la capacidad reproductiva aumenta. Inevitablemente, ha de ceder el paso a otros tipos de
organización económica. El retrato ideal y esquematizado del proceso podría ser el siguiente ...”- Reproducción económica ... , p.
231
25 D. LANDES ofrece una versión paralela en la que la transición obedece más a una casuística ideológica que a la meramente
económica. “La esclavitud había sido sustituida por el vasallaje, en parte porque los cristianos no debían ser esclavos (entre
otras cosas, porque la condición de esclavo era incompatible con el sacramento del matrimonio), y en parte porque el suministro
de esclavos paganos o infieles era escaso y poco fiable, además de ir desapareciendo debido a la conversión de los
interesados”. La riqueza y la pobreza de las naciones. Editorial Crítica, Barcelona, 1999, p. 77.
26 Reproducción económica ... pp. 231-232.
conquiste u ocupe territorios de comunidades agrarias y se convierta en propietario colectivo de todas las
tierras. De algunas se ocupa efectivamente y cede el uso de las restantes a las comunidades para
permitirles subsistir a cambio de la obligación de trabajar en las tierras convertidas en dominio del Estado,
la Iglesia o los Señores “
En consecuencia, se observa la subordinación de un campesinado libre, e incluso propietario –
más adelante aludiremos al dominio útil-, que se ve sometido a una nobleza que se aprovecha
del desequilibrio reinante para convertirlo en un campesinado servil27. Se establecía de esta
manera una nueva estructura económica basada en la relación entre hombres –señores y
“vasallos”/ campesinos- con las rentas que éstos pagaban como principal forma de apropiación
del excedente.
3. El Feudalismo
“Lllamamos feudalismo a un régimen social que se basaba en la confiscación, con frecuencia brutal, de los
beneficios (del excedente) del trabajo campesino y que garantizaba, mediante un sistema más o menos
complejo de redes de dependencia (vasallaje) y de gratificaciones (feudos), su redistribución en el seno de
la clase dominante “
Así define el historiador francés al régimen feudal28. Tal distinción implica una síntesis de las dos
interpretaciones bajos las que se conoce el término <Feudalismo>. Una primera afecta a un
concepto restringido, de carácter eminentemente político-institucional, que se desarrolla
fundamentalmente en la Europa occidental entre los siglos X y XV. La segunda responde a su
acepción más profunda, de naturaleza especialmente económica que va más allá de las
sociedades estrictamente europeas y predomina –como modo de producción imperante en
nuestra formación social- entre la crisis de la esclavitud y la consolidación del capitalismo.
Naturalmente, para nuestro caso, haremos uso del concepto más amplio, en el que cabe,
lógicamente, el anterior, y se fundamenta en las relaciones de dependencia, configurando la
estructura económica que precede al capitalismo actual. En el texto que se adjunta a
continuación se pone de manifiesto la esencia de la economía feudal, especialmente al reflejarse
la brutal manera de producirse la apropiación del excedente que anunciaba la definición de
27 Ch. PARAIN explica la relación de esta nueva clase dominante a través de la expansión de los pueblos germánicos así como
el proceso que comporta la servidumbre de un campesinado en principio libre: “ ... miembros de séquitos armados que se
agrupaban en torno a los jefes germánicos, indígenas romanizados que habían proporcionado los cuadros de la administración,
favoritos de los reyes bárbaros que recibían de ellos dominios arrancados de las tierras del Estado .... Las incesantes guerras
.... arruinaron con bastante rapidez al nuevo campesinado, bien porque sus bienes fueran confiscados o fueran periódicamente
devastados y asolados, o bien porque el servicio militar exigido a los hombres libres era excesivamente pesado para permitirles
conciliarlo con la explotación de sus campos. como el poder real era demasiado débil para protegerlos, los campesinos
arruinados de este modo se vieron obligados a colocarse bajo la protección de la nueva nobleza o de la iglesia, trasfiriendo
(como habían comenzado ya a hacer los campesinos del Bajo Imperio) la propiedad de sus tierras a sus protectores. El estatuto
del campesinado libre, incluso aun cuando se continuara diferenciando el derecho de los hombres de origen libre del derecho de
los hombres de origen esclavo, tendió de esta forma hacia un <estatuto de servidumbre> en el que todo campesino (aunque
dispusiera de instrumentos de trabajo y del usufructo de una explotación) se hallaba, sin embargo, vinculado a un propietario
eminente -el <señor>- por todo tipo de compromisos personales y tributos”. en “Evolución del sistema feudal europeo” en AA.VV.
El Feudalismo. Editorial Ayuso, Madrid, pp. 33-34
28 Vocabulario básico de la Historia Medieval. Editorial Crítica, Barcelona, 1984 p. 95.
Bonnassie. Las palabras proceden de la obra L’Ancien Régime et la Révolution de Alexis de
Tocqueville29 :
<¨Imaginad, os ruego, al campesino francés del siglo XVIII... Vedle tal como le representan los
documentos que he citado, tan apasionadamente ansioso de tierra que dedica todos sus ahorros a
comprarla y la compra a cualquier precio. Para adquirirla debe pagar un derecho, no al gobierno sino a
otros propietarios de la vecindad... Al fin es suya: entierra en ella la semilla y el corazón ... Pero reaparecen
los mismos vecinos que le arrancan de su campo y le obligan a trabajar en otro sitio sin salario. Si quiere
defender la simiente contra la caza, los mismos personajes se lo prohiben; los mismos le esperan junto al
puente del río para exigirle un derecho de peaje. Les encuentra de nuevo en el mercado, donde le vender el
derecho a vender sus propios productos; y cuando, de vuelta a casa, quiere emplear para sí el resto de su
trigo, de este trigo que ha crecido bajo su mirada y gracias a sus manos, no puede hacerlo sino después de
haberlo molido en el molino y haberlo cocido en el horno de estos mismos hombres. Debe además darles
bajo formas de rentas una parte de los ingresos de su pequeña finca, y estas rentas son imprescriptibles e
invendibles. Haga lo que haga, por todas partes se topa en su camino con estos vecinos incómodos, que
alteran su solaz, sobresaltan su trabajo y comen sus productos; y cuando ha terminado con ellos, se
presentan otros, vestidos de negro, que le quitan las primicias de su cosecha”>
La clarividencia del contenido ahorra el mínimo comentario. Dos son los aspectos bajo los que
debemos plantear el estudio de las economías feudales: el primero corresponde a la
presentación de los elementos paradigmáticos del feudalismo europeo tanto en lo referente a los
rasgos preferentes de sus fuerzas productivas, como en lo que afecta a sus relaciones de
producción30. El segundo reside en el análisis de su primera crisis y que, como se detallará más
adelante, implica claramente el mal funcionamiento del propio sistema.
3.A) Características estructurales.
En su artículo <El Feudalismo en Europa: problemas para el materialismo histórico 31, Rodney
Milton presenta los rasgos más característicos del sistema feudal. Nos valemos de sus tesis,
exponiendo en síntesis sus propias palabras según se ofrecen en sus dos componentes
esenciales: fuerzas productivas y relaciones de producción. En cuanto a las primeras, el
historiador británico subraya los cuatro puntos siguientes:
-
Formas de dominio y propiedad: el manso y la reserva señorial:
“El trabajo campesino estaba organizado por los propios campesinos dentro de la casa como unidad
De producción, cuya fuerza de trabajo se basaba en la familia. El trabajo en la hacienda del señor era
un rasgo menor de la producción. La familia campesina tenía la posesión efectiva, aunque rara vez la
propiedad de la tierra que cultivaba>
.
- El manso como célula predominante de la producción feudal.
29 Ed. Gallimard, Paris, 1967. (trad. castellana, Editorial Guadarrama, Madrid, 1969). Texto recogido por BARCELO
Reproducción económica ...pp. 224-225
30 “Lo que para los marxistas constituye el modo de producción feudal consiste esencialmente en la relación entre campesinos y
señores, o tal vez habría que decir que se inicia con esta relación, ya que el proceso histórico genera otras clases y otras
relaciones, en particular a causa del desarrollo de los mercados y de la urbanización”. R. HILTON, Introducción ... p. 15.
31 Debats, nº 21 (1983) pp 45-50
“El núcleo central de las tierras de los campesinos bastaba para la subsistencia, la reproducción y
El excedente (fuente de la exacción feudal). Había una periferia fluctuante de pequeños cultivadores
que reforzaba la fuerza de trabajo familiar en las explotaciones mayores”
- La familia campesina: organización, composición y reproducción.
“La reproducción de la familiar era una parte tan importante del proceso de reproducción económica
como digamos guardar la semilla. De aquí que la comprensión de las características demográficas
específicas del campesinado medieval sea esencial para la comprensión de las fuerzas productivas en
el modo feudal “.
- Cooperación colectiva: los bienes comunales como forma de resistencia antisenyorial.
“Las economías domésticas campesinas llevaban a cabo una producción que contenía un elemento
considerable de cooperación entre ellas, de donde resultaban comunidades campesinas fuertes y
con capacidad de adaptación, si bien era variable su capacidad de resitencia “.
El segundo componente aborda tres aspectos:
- El poder señorial y la jurisdicción privada: la debilidad del poder real.
“La fuerza de las comunidades campesinas requería la movilización local del poder del señor, fuese
el estado débil o fuerte. El poder descentralizado del feudalismo era un aspecto esencial, no una
debilidad de la sociedad feudal. El poder del señor en relación a la extracción de excedente se
expresaba a través de la jurisdicción privad.. En última instancia, el poder jurisdiccional
se garantizaba con la fuerza física, pero la fuerza de la costumbre limitaba su necesidad “.
- La renta feudal:
“Término que describe el impuesto que pesaba sobre los productores campesinos, podía tomar
muchas formas: la renta en trabajo era una, pero no era la más importante ... Renta en especie, renta
en dinero y pagos por el uso de monopolios señoriales eran más importantes que la renta en
trabajo“.
- La pequeña producción mercantil y la circulación monetaria.
“ La pequeña producción mercantil estaba presente no solo como expresión de la antigua división
del trabajo entre agricultores, artesanos industriales y pequeños comerciantes sino también como
un elemento en las relaciones de producción entre señores y campesinos 32 ... Al margen de alguna
producción de la hacienda destinada al mercado, la renta campesina en dinero y otros impuestos en
dinero, derivados de la pequeña producción de mercancías, eran los que proporcionaban la mayor
parte de los ingresos del señor. Un desarrollo posterior de este elemento monetario de las
relaciones de producción, esto es, la forma monetaria del excedente apropiado constituyó el germen
del capital comercial y la urbanización a gran escala “.
Naturalmente, somos conscientes de la profunda dimensión de los aspectos reseñados y de la
necesidad de su explicación debidamente detallada. Igualmente, otros puntos merecerán cuanto
menos una referencia obligada: las dificultades en el desarrollo tecnológico, los inicios de la
organización laboral manufacturera, las relaciones y/o tensiones entre la ciudad y el campo, etc.,
32 “Los señores necesitaban dinero para la guerra, para el mantenimiento de sus séquitos y para la distribución de sus dádivas
(un importante acto político)”. p. 46.
etc. Ineludiblemente, algunos de ellos aparecen suficientemente explícitos en el apartado
siguiente en donde se analiza su primera crisis, la sucedida entre los siglos XIV y XV, origen
inmediato del período de su transición al nuevo sistema capitalista33.
3.B) La primera crisis del feudalismo
Para analizar las contradicciones y/o limitaciones del sistema feudal hacemos uso del trabajo del
historiador francés Guy Bois <La crisis o las disfunciones del sistema>34. Enmarcado en el
contexto general de la crisis general de la Europa bajo medieval, y rechazando interpretaciones
parciales –como, por ejemplo, la extendida casuística maltusiana35- la propuesta formulada por
Bois afronta directamente la infraestructura del sistema, es decir las dificultades (podría
argumentarse, su imposibilidad) de auto generarse por la dinámica de su propio funcionamiento.
Esto se explica a partir de la confluencia de dos elementos claves: el bloqueo productivo y la
disfunción en el reparto o distribución del beneficio. Siguiendo el hilo de sus argumentos,
sinteticemos ambas partes por separado.
- Los límites de la productividad agraria se ponen de manifiesto a través de la eclosión,
exagerada, de pequeñas parcelas como resultado de la fragmentación, excesiva, de las
explotaciones agrícolas ante la gran demanda de tierras y las dificultades de hacer compatibles
los cultivos con los pastos. Todo ello comporta un significado y unas consecuencias. El primero
estriba en una débil capacidad en la evolución tecnológica del sistema feudal, en su necesidad
de hallar salidas ante la creciente presión demográfica y las dificultades de intensificar los
cultivos. Guy Bois sostiene:
“Podemos afirmar que el sistema feudal condujo al apogeo a la civilización agraria europea basada en las
pequeñas producciones familiares y en las aldeas de los campesinos. Pero también debemos subrayar que
desde que el señorío estructuró la aldea, la explotación campesina se encontró estrechamente vinculada
tanto por la comunidad rural de la cual surge, como por el mismo señorío36... Estas <relaciones de
producción> detuvieron, o en todo caso, frenaron la evolución técnica y desde entonces en el conjunto de
su funcionamiento social, se impidió todo tipo de progreso técnico”
El bloqueo productivo presenta unas dificultades difícilmente evitables. A corto plazo, éstas se
reflejan de dos maneras: primero, al provocar dificultades para abastecer la demanda agrícola y
33 Los epígrafes: Los límites de la explotación señorial, El sector urbano y La amenaza fundamental del feudalismo
hablan por sí solos.
34 En La crisi del feudalisme a Europa a la fi de l’edat mitjana. Societat Catalana d’Estudis Històrics, Barcelona,
1986 pp. 31-53.
35 “La población crece más de prisa que los recursos y provoca, en consecuencia, una sobrepoblación qu8e
desorganmiza el sistema social”, G. BOIS, “la crisi ... “ p. 32.
36 “Cabe reflexionar y pensar cómo se podía en aquella situación, en aquellas condiciones, modificar el sistema,
cómo sep odia innovar la técnica agraria, cómo se podía pensar en introducir, por ejemplo, una reconversión
ganadera. Era imposible, absolutamente imposible, ante tantos frenos sociales que aunque contribuyeron a
generalizar los progresos existentes, acabaron por fosilizarlos”. p. 42.
urbana: “la ciudad crece en efectivos más rápidamente que el campo”. En segundo lugar, genera
la imposiblidad de asegurar la continuidad de la producción:
“Todo campesino ha de hacer una triple distribución de su producto: ha de pagar los censos, ha de hacer
frente al autoconsumo familiar y ha de prever la inversión, léase, el mantenimiento del utillaje y las semilla; y
precisamente la capacidad de asegurar el autoconsumo por una parte y la inversión, por la otra, es la que
resulta más afectada ante el empobrecimiento de los campesinos hacia el año 1300, como consecuencia del
bloqueo de la producción”.
A más largo plazo, las consecuencias son tangibles e implican la ruptura estructural del propio
sistema. Dicho de otra manera, la evolución presupone cambios substanciales en lo que
respecta a la naturaleza y esencia del sistema. Ante la alternativa de su auto extinción, y
obviamente sin desaparecer como sistema de crecimiento, la agricultura intensiva se irá
aplicando progresivamente; y un tanto igual se observará con el sacrificio de los bienes
comunales –recordemos su importancia al insertarlos entre las fuerzas productivas-; los recursos
a la práctica de los cercados (enclosures), con lo que se consolida el triunfo de la agricultura
privada en detrimento de las hasta entonces necesarias colectividades. En definitiva, la salida del
feudalismo no puede tener lugar sino mediante la ruptura de sus postulados más estrictos.
El bloqueo productivo, con todo, no basta por sí solo para entender las dimensiones de la crisis.
Com se apuntaba antes, un nuevo elemento contribuye a la disfunción del sistema y este se
desprende del correspondiente al reparto del excedente. En efecto, la dinámica del sistema
tiende por sí misma a favorecer a una parte de la clase explotada, el campesinado, a partir de su
control del dominio útil de la tierra. El crecimiento de los precios de los cereales, como
consecuencia de su demanda ascendiente, beneficia especialmente a quienes controlan dichos
productos a cambio del pago de un canon fijo; ello perjudica claramente a los señores quienes
ven disminuidas sus rentas, proporcionalmente menores. La estrategia para mantenerlas o,
incluso, incrementarlas –recuérdese la trascendencia de la jurisdicción privada- consistirá en
acudir al fisco. De esta manera, los campesinos europeos se vieron obligados a ceder parte de
sus ingresos bajo la forma de diversas imposiciones públicas.
Las claves de la disminución de las rentas señoriales deben situarse en la tendencia a la baja de
la tasa de sustracción que viene a representar, sencillamente, el nivel de explotación. Durante
bastante tiempo, los señores feudales habían soportado este descenso porque paradójicamente,
obtenían ganancias: dado que la reducción de la explotación había facilitado el crecimiento y
aunque el señor substrayera menos de cada campesino, dado que el número de éstos crecía, el
importe final de la renta se mantenía. En otras palabras, el aumento de contribuyentes, aunque
éstos devengasen menos, permitía sostener la situación. Sin embargo, ante una tendencia que
auguraba la persistencia del crecimiento campesino, cabría imponer un giro radical y frenar esta
aparente complacencia. No se olvide que, a medio y largo plazo, ambos crecimientos eran
incompatibles dado que sus respectivos intereses eran excluyentes.
“El origen se halla en la contradicción entre el carácter de la producción y el de la propiedad y también entre
la del carácter familiar individual de la pequeña producción y el de la gran propiedad. El sistema feudal es
eso, el enfrentamiento entre ambas propiedades; y el enfrentamiento de la sociedad feudal es el de estos
dos elementos, que a su vez se traduce en una lucha entre los derechos útiles –que ostentan los
campesinos- contra los eminentes directos, que recaen en los señores37 (…) Le evolución de la tendencia
fue a favor de los que ejercían los primeros con lo que se reforzaron los derechos del vasallo. Esta
tendencia en el seno de la sociedad feudal marca el origen del descenso de la tasa de sustracción. (…)
Existe, por lo tanto, una contradicción en el corazón del sistema entre el ocupante de la tierra y su señor y
un descenso tendencial de la tasa de explotación que mientras se halle compensada por el crecimiento
económico no presenta graves problemas, pero cuando éste comienza a tocar techo, provoca una fuerte
crisis en las rentas señoriales” 38.
Las consecuencias se hacen visibles en las diferentes formas de reacción adoptadas por la
nobleza -: guerra, pillaje, bandolerismo- que conducen a una explotación salvaje a ptavés de una
política agresiva de impuestos (censos, servicios, pensiones …). Los efectos son dobles: por una
parte agrava fuertemente a la economía campesina; por otra se desorganiza la economía feudal.
Guy Bois señala al respecto:
“Nuevamente hago referencia al esquema antes evocado: el reparto del producto entre el autoconsumo, las inversiones
y la sustracción señorial. En diez años, casi de golpe, se duplica la parte correspondiente a las rentas y la situación se
agrava fuertemente. La reproducción empieza a dar marcha atrás: se desestabilizan muchas explotaciones campesinas,
los campesinos endeudados comienzan a desprenderse de sus animales, de parte de sus tierras para, finalmente,
vender todos sus bienes. Entonces tientan fortuna en la ciudad. La desestabilización es un hecho y se refleja a través
del retroceso del espacio cultivado y por el descenso productivo. Las consecuencias sociales no se hacen esperar: se
inicia un empobrecimiento alarmante que golpea a los campesinos que incidirá, naturalmente, en el aumento regular de
la mortalidad desde el año 130039”.
Las secuelas afectan al sistema en general. Guy Bois las definen como <efectos espiral>, con
trres maneras de manifestarse: A) la espiral de guerra: en la que se aglutinan aspectos técnicos
y sociales antes de convertirse en una guerra profesional de progresivas destrucciones,
adquiriendo una dinámica económica durante los siglos XIV y XV a través de la conocida Guerra
de los Cien Años. B) La espiral del impuesto que afecta a una imposición de reparto, recaudado
por las mismas comunidades campesinas; su peso aumenta a medida que van desapareciendo
los contribuyentes. Y C) una espiral coyuntural: el descenso de los precios agrícolas incide
especialmente sobre los productores de bienes. Ello se complementa con la crisis demográfica
causada por la gran mortalidad que a su vez supone una disminución de la demanda,
favoreciendo así la de los precios agrícolas. En síntesis, la desorganización del sistema.
Europa Occidental conoce estos fenómenos entre los siglos XIV y XV. Las rebeliones
campesinas se convierten en la mejor prueba de la crisis, ya que de hecho son su consecuencia
más evidente. El feudalismo, como estructura económica, sin embargo no se desvanece de
golpe sino que, por el contrario, permanecerá durante un largo período durante el cual se va
37 “En lo cotidiano, lo podríamos comparar con el enfrentamiento entre el propietario y el inquilino y, en el otro extremo de la pirámide social,
entre la afirmación de los derechos del vasallo sobre el feudo y la resistencia del señor “. p. 48.
38 “Si la clase dirigente no consigue mantener las bases materiales de su poder es que existe una disfunción sobre el reparto del producto. Cabe,
entonces, buscar una solución y ésta se institucionalizará a partir de una nueva forma de sustracción: la fiscal”. pp. 48-49.
39 “La peste Negra no es un accidente sino que se inscribe en este contexto que si bien no justifica su aparición, sí explica la gravedad de los
daños causados”. pp. 50-51.
transformando en el nuevo modo de producción capitalista. Esta transición ocupa la fase que los
criterios políticos de nuestra formación social han denominado como “edad moderna”. Dada
nuestrra especial fijación sobre las transformaciones estructurales, este período, desde 1450
hasta 1780, son testigos de la trascendental transición hacia el nuevo sistema que, a largo plazo,
acabará por cambiar radicalmente las bases económicas al significar el desplazamiento del
campo por la industria. Dicho de otra manera, estos siglos representan el final de las economías
agrarias y la génesis del mundo industrial. Por ello, en las siguientes páginas, el enfooque a
realizar se ofrece bifurcado, al presentar primeramente las claves teóricas de la transición bajo la
forma de “debate”; y posteriormente tratando de analizar las transformaciones surgidas en los
sectores productivos y en los intercambios, léase, las que afectan a la transición de las rentas al
mercado.
4. La transición del feudalismo al capitalismo
4.A) El Debate Historico.
El proceso que comporta el paso de las economías agrarias a las economías industriales ha
merecido una atención extraordinaria por parte de muchos historiadores y economistas hasta el
punto de llegar a constituir el <debate> por excelencia. Las controversias entre las diversas
interpretaciones han incentivado análisis profundos sobre multitud de aspectos concretos al
tiempo que han incrementado los conocimientos sobre la amplia gama de temas abordados. La
polémica surgió a partir de la aparición, en 1946, de la obra del economista británico Maurice
Dobb Studies in the development of capitalism40. Hasta entonces imperaban las tesis
establecidas desde principios de siglo XX por el historiador belga Henry Pirenne. Sobre el
concepto predominante en torno al feudalismo hasta la publicación del libro de Dobb, sobre sus
características y su transformación en el nuevo modo de producción, Josep Fontana escribe41 :
“La interpretación del tránsito del feudalismo al capitalismo que dominaba hacia 1946, y que era
plenamente aceptada por los historiadores marxistas, veía al feudalismo como un sistema de economía
natural, cerrado y estable, que comenzaba a resquebrajarse a partir del momento en que, restablecido el
comercio internacional en el Mediterráneo, se desarrollaban los intercambios y el mercado, crecían las
ciudades u cobraba renovada fuerza una burguesía que comenzaría actuando en el estricto terreno de un
capitalismo mercantil para, una vez convertida en dominante, intervenir en la producción y dar nacimiento al
capitalismo industrial. En esta concepción, por consiguiente, feudalismo y capitalismo aparecían definidos
40 Traducción castellana -Estudios sobre el desarrollo del capitalismo- editorial Siglo XXI, Madrid, 1976 Según J. FONTANA,
“Dobb justificaba su incursión en este terreno por su creencia de que <<el análisis económico sólo tiene sentido, y sólo puede
rendir fruts, si va unido a un estudio del desarrollo histórico>>: era necesario estudiar los orígenes del capitalismo para
comprender mejor su naturaleza y poder actuar sobre él”. La historia: análisis del pasado y proyecto social. Ed. Crítica,
Barcelona, 1982, p. 239.
41 “Maurice Dobb y el problema histórico de la transición del feudalismo al capitalismo”, Investigaciones Económicas, 4 (1977), p.
5.
por criterios relacionados con la esfera de la circulación (economía natural contra economía monetaria) y el
tránsito de uno a otro sistema se producía por razones exógenas -la reapertura del Mediterráneo- teniendo
como protagonista fundamental, y casi único, a la burguesía, a la misma burguesía medieval, que crecía en
número y fuerza hasta convertirse en clase dominante”.
Se trataba, por consiguiente, de la consideración de una fase intermedia entre el feudalismo y el
capitalismo que fijaba en el capital mercantil el elemento clave de la economía. En este sentido,
el capitalismo comercial, surgido tras la crisis bajo medieval, constituía de hecho una etapa
autónoma, ya propiamente capitalista, previa a lo que posteriormente, con la revolución
Industrial, se transformaría en capitalismo industrial. En consecuencia, la transición se realizaba
sobre la base del desarrollo comercial. Por ello, quien ostentaba su control –léase, la burguesíase convertía en el protagonista del cambio. Los argumentos de Maurice Dobb, en definitiva,
ofrecían claras innovaciones tanto en lo referente al motor de la transición como en el preferente
papel de los campesinos quienes, a través de su lucha contra los señores, desplazaban a los
burgueses como principales autores de la transición. El mismo Fontana sintetiza los postulados
de Dobb:
“Dobb rechazaba estas definiciones del feudalismo y capitalismo y proponían otras que se
basaban en la esfera de la producción: que contraponían un sistema caracterizado por la existencia de un
campesinado dependiente a otro con predominio del trabajo asalariado. Con ello se pasaba del plano de las
relaciones entre las cosas al de las relaciones entre los hombres, y el elemento motor no era ya un factor
ajeno al sistema, sino que nacía de la crisis de estas relaciones de producción: de la lucha de los
campesinos contra la opresión feudal, que acababan haciendo inviable el viejo sistema. La burguesía perdía
así su papel de protagonista exclusivo, y resultaba posible comprender una realidad que no encajaba en los
esquemas tradicionales: la de sus alianzas con las capas feudales dominantes, que la muestran en una
dependencia parasitaria del viejo sistema “42.
Esta nueva propuesta, la <produccionista>, provocó una fuerte reacción entre los partidarios de
la de Pirenne – quienes sostenían una interpretación <circulacionista>. Los elementos polémicos
afectan fundamentalmente a los mecanismos de reproducción, evolución y cambio del modo de
producción feudal que inciden determinantemente en su desintegración y su desplazamiento por
la nueva estructura capitalista. Igualmente enfrentan el papel de la burguesía al de la lucha de
clases en la definitiva crisis del sistema feudal43. En su estudio La transición del feudalismo al
capitalismo: renovación del debate44, Hans Medick presenta las claves del debate establecido
entre el citado Dobb y el economista norteamericano Paul Sweezy, principal seguidor de las tesis
de Pirenne. En el siguiente párrafo, Medick sintetiza los puntos de confrontación:
42 “Para Dobb lo importante e era el proceso de diferenciación en el seno del campesinado (en primer lugar, más tarde se
produciría un proceso semejante en el artesanado), que creaba una capa de kulacs enriquecidos, jefes naturales de la lucha
contra el feudalismo y una masa de asalariados. Lejos de ver a la burguesía como una casta progresiva, que sucesivamente va
desarrollando el comercio y la industria, buscaba en el desarrollo de las fuerzas productivas las razones que explicaban la
aparición de una clase de empresarios burgueses -resultado de un proceso de diferenciación que había de engendrar,
necesariamente, otra de asalariados”. “Maurice Dobb ...” pp. 6-7.
43 Veure P. PAGES, Introducción a la historia ... pp. 327-336.
44 en R. SAMUEL ed. Historia popular y teoría socialista. Editorial Crítica, Barcelona, 1984 pp. 177-190.
“Dobb interpreta el desarrollo y la crisis del sistema feudal como una consecuencia de la dinámica
interna y las contradicciones de sus relaciones sociales y productivas. La periódica <sobreexplotación> de
la mano de obra campesina en un sistema en el que el productor inmediato controlaba la producción y en
que, por ende, el terrateniente sólo podía aumentar el excedente mediante una mayor aplicación de fuerza
directa sobre el campesino era, a juicio de Dobb, un rasgo esencial de las relaciones feudales de
producción. Al mismo tiempo, esta <sobreexplotación> ocasionó el estancamiento de la productividad del
sistema feudal y fue el <principio motor> de su disolución. Sweezy, por el contrario, opinó que el feudalismo
no llevaba dentro de sí las semillas de su disolución. Hicieron falta elementos externos para que
evolucionase. Sweezy localizó este <potencial creativo> no en las relaciones de producción y de explotación
directa, sino en la esfera de la <circulación de mercancías>.Las fuerzas <creadoras de mercado> del
capìtalismo mercantil y comercial fueron, a su juicio, la causa decisiva que condujo a la disolución del
feudalismo y a la transición al capitalismo”45.
De la polémica entre Maurice Dobb y Paul Sweezy surgieron multitud de trabajos sobre
aspectos específicos y generales en torno a la transición. Entre quienes participaron en el debate
se duentan reconocidos autores como Cristopher Hill, Rodney Hilton, Kohachiro Takashaki,
Georges Lefevre, Eric Hobsbawm, Albert Soboul, John Merrington y Pierre Vilar46. Treinta años
después de la publicación del libro de Dobb, el artículo de Robert Brenner Agrarian class
structure and economic development in preindustrial Europe47- reemprendía la controversia. La
nueva confrontación, sin embargo, no respondía a la discrepancia entre produccionistas y
circulacionistas, sino entre los partidarios de éstas últimas, entre los cuales figuraba,
lógicamente, el propio autor. Brenner argumenta que las relaciones capitalistas de producción no
surgen en el ámbito de la pequeña producción feudal sino como consecuencia del éxito de la
resistencia campesina ante su sobreexplotación en este mismo sistema; ello no solamente
dificulta el avance hacia la capitalización de la tierra sino también en el conjunto de la
economía48. Esta tesis, al tiempo que se alejaba de los seguidores de Paul Sweezy
49,
al
45 “Dobb, en su polémico con Sweezy, en modo alguno subestimó la importancia que la economía urbana y las relaciones de
intercambio entre ciudad y campo tuvieron en el desarrollo de la crisis del feudalismo. Sin embargo, no creía en su efecto
disolvente final. Para él, la economía urbana, el comercio y la circulación de mercancías, no eran factores externos al sistema
feudal que conducían necesariamente a la transición al capitalismo, sino que, al contrario, estos factores eran determinados y
limitados de modo decisivo por él”. H. MEDICK, “La transición del feudalismo ...” p. 181.
46 Véase la recopilación de trabajos en R. HILTON, La transición del feudalismo al capitalismo. Editorial Crítica, Barcelona,
1977. Y P. VILAR “La transición del feudalismo al capitalismo” en la obra colectiva El feudalismo, Editorial Ayuso, Madrid, 1972
pp. 53-69.
47 Past and Present , 70 /1976) pp. 30-75. Traducción castellana -<Estructura de clase agraria y desarrollo económico en la
Europa preindustrial>, en Th ASTON -C.-H.E. PHILPIN, eds. El debate Brenner, Editorial Crítica, Barcelona, 1988, pp 21-81.
48 H. MEDICK, “La transición del feudalismo ...” p. 187. Previamente, el mismo Medick escribe: “ (Brenner) establece una
diferencia entre las diversas condiciones jurídico-políticas y socioeconómicas en los comienzos de la Europa moderna y ve un
solo caso, el de Inglaterra, como ejemplo de transición <afortunada> al capitalismo. Arguye, a este respecto, que el
<cortocircuito> de la aparición de la pequeña producción campesina y la retención del extenso control de la pequeña propiedad
rural por parte del terrateniente, incluso después de la abolición de la servidumbre de la gleba, constituyeron la condición decisiva
para el crecimiento de una relación <productiva> entre terratenientes y agricultores capitalista. En Inglaterra, el crecimiento del
capitalismo, requirió la expropiación de los pequeños productores agrarios y su reducción a la condición de asalariados. Sobre
estos cimientos el antagonismo entre agricultores y asalariados feudales podría hacer lugar para la <cooperación> entre
agricultores y aristócratas ... y, a partir del siglo XVI; para la introducción de un desarrollo agrario-capitalista basado en la
inversión de capital y el incremento de la productividad. Esta -dice Brenner- fue la <clave del singular éxito que tuvo el desarrollo
del capitalismo en Inglaterra>”. H. MEDICK, “La transición del feudalismo ...” pp 185-86.
49 El más significativo es el americano I. WALLERSTEIN, en su obra The capitalist world economy -New York. 1978-1980
(traducció castellana: El moderno sistema mundial, Editorial Siglo XXI. Madrid, 1979-1984 ) Según H. MEDICK: “Para
Wallerstein el punto de partida lo constituye el desarrollo desigual de las sociedades de los de los principios de la Europa
moderna. Pero este desarrollo no lo ve como fruto de múltiples y diversas transiciones indígenas del feudalismo al capitalismo,
con Inglaterra como precursora, corriendo a la cabeza. Lo ve como la consecuencia de una relación mundial-económica unificada
en la que la división del trabajo y el intercambio de mercancías configuran de forma creciente la relación de unas unidades
escorarse abiertamente porr la primacía de la lucha de clases, suscitaba serias críticas por
quienes apostaban que las fuerzas productivas quedaban marginadas. En su <Introducción> al
<Debate Brenner>, Rodney Hilton expone los argumentos de Brenner y la réplica de otros
produccionistas como el francés Guy Bois o el polaco Witold Kula50 :
“Brenner considera que la lucha de clases, en mayor medida que la evolución de las fuerzas
productivas, es la causa determinante de los cambios en las diferentes formas de desarrollo histórico que
se dieron en varios países europeos durante la Baja Edad media y la Edad Moderna. Lo que genera, entre
otras cosas, la conclusión de que un éxito en la lucha de los campesinos para proteger la integridad de la
posesión de sus tenencias produjera una cierta regresión histórica, ya que una producción a pequeña
escala, por su propia naturaleza, es incapaz de cualquier tipo de innovación en la técnica; la innovación
únicamente se podría llevar a cabo por parte de pequeños de pequeños propietarios acomodados (yeomen)
o de propietarios protocapitalistas, quienes sentarán las bases de una auténtica agricultura capitalista.... 51
“... hay historiadores marxistas que, sin negar importancia a la lucha de clases en la sociedad feudal,
dan más importancia a los factores económicos, lo cual (en términos marxistas) subrayaría más la
importancia de las <fuerzas productivas> que las <relaciones de producción>. Algunos de estos
historiadores ven una lógica interna en el modo de producción feudal similar a una afirmación sobre el
desarrollo del capitalismo moderno no relacionado con la lucha de clases 52... Tanto Bois como Kula,
aunque desde perspectivas diferente, enfatizan la fundamental contradicción estructural en el seno del
feudalismo entre propiedad feudal a gran escala y la pequeña tenencia campesina que funcionaba como
unidad de producción “.
Las últimas palabras nos retrotraen al planteamiento antes expuesto sobre la crisis feudal al
subrayar el choque inevitable, por constituir intereses excluyentes, entre los señores y los
campesinos en defensa de sus respectivos “dominios”53. Sin que tal elección presuponga
forzosamente inclinarse hacia una determinada postura “economicista” (fuerzas productivas) o
“politicista” (lucha de clases), cerraremos el tema apuntando al último aspecto del “debate”,
concretamente el que se refiere al de la interpretación de la crisis general del siglo XVII.
.
En 1954, en el contexto del debate surgido tras la publicación de Studies …, Eric John
Hobsbawmn planteaba el tema de la crisis del siglo XVII formulándose el siguiente interrogante:
<”Por qué la expansión de finales del siglo XV y del XVI no condujo directamente a la revolución
industrial de los siglos XVIII y XIX?, ¿Cuáles fueron los obstáculos observados en el camino
económicas con otras. Y, por consiguiente, para Wallerstein no hay muchas, sino unas sola transición del feudalismo al
capitalismo. Esta tiene lugar durante el <largo siglo XVI> (Braudel) entre 1450 y 1640 y coincide con el comienzo de un <sistema
capitalista mundial> global”. “La transición del feudalismo ... pp. 187-88.
50 “Lo que si queda claro es que para quienes consideran la primacía de la lucha de clases conflictiva deben reconocer que, por
muy crucial que en la sociedad feudal fuera la determinación del ingreso señorial por la lucha por la renta, esta lucha de ningún
modo se daba en un contexto histórico inmutable”, R. HILTON “Introducción” en Th. ASTON - C.H.E. PHILPIN, (eds) El Debate
Brenner ... p. 16.
51 “El hecho de que Inglaterra, pionera del capitalismo industrial, consiguiera desarrollar un capitalismo agrario basado en la
destrucción del campesinado para dar paso a la industrialización, no significa que el tema de las transformaciones de las
sociedades agrarias quede bloqueado con el ejemplo inglés”. R. HILTON, “Introducción ... `. 17.
52 “Marx argumenta que el proceso tecnológico capitalista en una producción fabril a gran escala provocó un cambio en la
composición orgánica del capital -un incremento de capital invertido en maquinaria y materias primas en perjuicio de la fuerza de
trabajo-, un descenso de la tasa de beneficio y unas crisis periódicas de sobreproducción”. R. HILTON “Introducción ...” p. 18
53 Véase SUPRA nota 37.
hacia la expansión capitalista?>54. Para el historiador británico, los impedimentos surgían de la
flexión de la demanda motivada por las resistencias existentes en las clases dirigentes de la
sociedad feudal; al favorecer la concentración del poder económico, la propia crisis contribuiría a
crear las condiciones que acabarían con el feudalismo por medio de las revoluciones burguesas.
Al implicar así mismo nuevos planteamientos en torno a distintas manifestaciones de signo
político y social – léase las revoluciones y revueltas de Inglaterra, Francia, Cataluña, Portugal,
Nápoles, Rusia … -, las explicaciones de Hobsbawm ocasionaron nuevos debates que, en
principio, confluyeron en la aceptación común acerca de la <evidencia> del estallido de una crisis
general en toda Europa a lo largo del siglo XVII55. Esta obviedad, sin embargo, sería rechazada
por la historiadora rusa Alexandra Lublinskaya quien, a través de sus estudios sobre el
absolutismo francés, sostenía que a lo largo de esta centuria el capitalismo siguió avanzando
aunque a un rito mucho más lento56. Josep Fontana comenta los principales aspectos
innovadores de sus argumentos57:
“Lublinskaya no limitaba su crítica a la evidencia de la crisis sino que iba más allá., a la concepción
de los <obstáculos en el camino del capìtalismo, que habían impedido su pleno desarrollo. <El lento curso
del desarrollo capitalista en su estadio manufacturero no es accidental, ni se debe por entero al marco
feudal, a la flexión de la demanda o a otras causas parecidas. Esta característica era inherente a la
manufactura, del mismo modo que el rápido crecimiento lo era al capitalismo del siglo XIX y constituía una
de sus propiedades típicas>. La transición, por consiguiente no debía verse como la lucha entre dos formas
puras, feudalismo y capitalismo, sino como una etapa con características propias, que había que estudiar
aparte. En todo caso ... es que había que estudiarla <más bien como una crisis del feudalismo que como una
crisis en el desarrollo del capitalismo>“58
La controversia sobre la naturaleza de la crisis del siglo XVII refleja un cambio importante con
respecto a la polémica sobre la génesis del capitalismo. No se trata ahora de confrontar tesis
sino más bien de incorporar nuevos elementos de análisis que contribuyan para la comprensión
del modo de proceder entre una y otra estructura económica. En este sentido, se ha de valorar
la contribución, muy valiosa, de la historiadora rusa por conseguir establecer un nuevo vínculo
entre un mundo que se desvanece y otro que se está perfilando. Tal vez, las cuestiones teóricas
deben ceder paso a las que se desprenden de la aplicación de rigurosos estudios sobre temas
concretos Y es en ese mismo terreno en donde cabe enfatizar sobre la nueva propuesta
54 <La crisis general de la economía europea en el siglo XVII> y <El siglo XVII en el desarrollo del capitalismo> en E.
HOBSBAWM, En torno a los orígenes de la Revolución Industrial. Siglo XXI, Buenos Aires, 1972, pp. 1-88. Del mismo autor, <La
crisis del siglo XVII> en T. ASTON (Compilador), Crisis en Europa 1560-1660. Alianza Universidad, Madrid, 1983, pp. 15-71.
55 T.ASTON (Ed.). Crisis … . Ver, igualmente, R.VILLARI, Rebeldes y reformadores del siglo XVI al XVIII. Ediciones del Serbal,
Barcelona, 1981
56 A. LUBLINSKAYA La crisis del siglo XVII y la sociedad del absolutismo. Editorial Crítica, Barcelona, 1979.
57 “Maurice Dobb ...” p. 9.
58 “La era del absolutismo no debe verse como el escenario de la lucha entre dos formaciones puras, feudalismo y capitalismo,
sino como una etapa con características propias en el curso de la cual, a la par que el capitalismo crece en el seno de la vieja
sociedad, se producen unos conflictos sociales que alimentan la formación de unas conciencias de clase y preparan el terreno
para el triunfo de una nueva sociedad. <La Revolución Burguesa y el grado de madurez de clase propio de ella no surgen de la
nada: se viene preparando durante siglos>“. J. FONTANA, Análisis del pasado ... p. 240.
formulada por el economista americano Edgard J. Nell cuando, como subraya Fontana59,
apartándose de las posturas iniciales de Pirenne y de Dobb dado su respectivo carácter
sectorial, sugiere una explicación partiendo de una cadena causal en la que un determinado
número de factores ajenos a lo que cambia –es decir, exógenos- son los que producen las
variables apercibidas:
“Pero no hay variables independientes en la sociedad, de modo que muchas explicaciones acaban
convirtiéndose en argumentos circulares. Esto obedece a una pobre concepción de la naturaleza de las
relaciones de una sociedad, que no pueden reducirse a un conjunto aislado de cadenas causales, sino que
han de verse como un tejido, como una red en que cada hilo está unido a todos los demás y donde no tiene
sentido suponer que exista alguna variable independiente “60.
¿Mercado o producción?, ¿Lucha de clases o evolución de fuerzas productivas?..Son éstos
algunos de los dilemas que quedan para la reflexión61. En realidad, es imposible disociar ambos
aspectos, al tiempo que resulta incomprensible pretender presentar su correspondiente análisis
en forma independiente. El debate se ha de tener como un acicate que conduzca a la
comprensión de la transición del feudalismo al capitalismo. Seguidamente, se tratará de hacer
ver esta inextricable interrelación a partir de su presencia en cada unos de los ámbitos de
estudio, es decir, el demográfico, el de los sectores productivos y el de los intercambios.
4.B) De las Rentas al Mercado
La Historia Económica, como ciencia auxiliar encargada de explicar las transformaciones
económicas, tiene en el hombre –en tanto que ser que vive y trabaja en la sociedad- su principal
objeto de estudio. Es el hombre quien, con su ingenio y con sus sufrimientos, protagoniza los
cambios; a su bienestar debe conducir el crecimiento económico. De no ser así, éste carece de
sentido. Así se explica que, todo estudio general de la historia de la economía tenga en la
vertiente demográfica su primer campo de análisis. Posteriormente, se abordarán los que afectan
a sus actividades productivas, en su doble vertiente primaria y secundaria, así como finalmente
los que corresponden a sus interrelaciones, a sus intercambios.
59 “Maurice Dobb ...” pp. 12-13. La obra de E.J. NELL és historia y teoría económica. Editorial Crítica, Barcelona, 1984
(especialmente su primer capítulo: <Relaciones económicas en el declive del feudalismo: un examen de la interdependencia
económica y el cambio social> pp. 42-94].
60 “En lugar de con cadenas causales que unen variables, hemos de trabajar directamente con las relaciones entre
estas variedades, de modo que la explicación la busquemos en la relación entre tales relaciones. Tendremos así una
red social dentro de la cual podamos examinar los efectos, en diversas direcciones, de cualquier cambio ”. J.
FONTANA; “Maurice Dobb ... “ p. 13.
61 En la <Presentación> del monográfico <La transició del feudalismo al capitalismo> (Manuscrits, 4/5 abril 1987, p. 11). J.
TORRAS escribe. “ … la dinámica de la economía precapitalista no es estudiada exclusivamente en términos de un somera
confrontación entre señores y campesinos, o de la prevalencia entre factores “externos” o factores “internos” en su
descomposición. La función del capital mercantil se estudia más en conexión con procesos de diferenciación social que son
claramente internos en una economía feudal irreductible en la esfera de la relación entre señores y campesinos. No solamente se
estudian así las industrias rurales sino también la economía urbana, en una perspectiva que ya no podría ser tildada de
“pirennista”.
A.B).1 - La población
Bajo este epígrafe se estudia el movimiento demográfico europeo observado entre los siglos XVI
y XVIII. El cuadro siguiente ofrece su evolución en el período citado
Cuadro I
La población en Europa, 1500-1800 (en millones)
1500
1600
1700
1800
hab.
índice
hab.
índice
hab.
índice
hab.
índice
Norte1
1,6
100
2,6
163
3,1
194
5,0
313
Noroeste2
6,3
100
9,7
154
12,7
202
21,2
337
Oeste3
17
100
17,9
105
20,8
122
27,9
164
16,
4
100
21,7
132
21,7
132
31,3
191
100
24,0
130
24,5
132
33,5
181
100
75,9
127
82,8
138
199
100
15
125
20
167
118,
9
100
11,2
123
12,2
134
36
229
20,8
269
4
Sur
5
Centro
Suma parcial
6
Este
18,
5
Suroeste7
59,
8
Suma parcial
12
100
26,2
124
32,2
153
TOTAL
9,1
100
102,
1
126
115,
0
142
21,
1
300
56,8
217
175,
7
80,
9
NOTAS: 1. Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia. 2. Islas británicas, Países Bajos y Bélgica. 3. Francia. 4. Portugal, España e
Italia. 5. Alemania, Suiza, Austria, Polonia y parte checa de Checoslovaquia. 6. Rusia (parte europea). 7. Eslovaquia, Hungría,
Rumanía y países balcánicos. (En todos los casos, fronteras actuales.)
Fuente: P. KRIEDET, Feudalismo tardío y capital mercantil. Barce.lona, Ed. Crítica, 1982. p. 12
Una primera lectura comporta su contextualización en los marcos propios de las sociedades
preindustriales. En este sentido, lo primero a destacar es la persistencia de los trends, o
movimientos cíclicos de larga duración. Estos se observan en buena parte del segundo milenio
de la era cristiana, desde el siglo XI hasta la segunda mitad del XVIII. Ello va a supone, en una
visión macro estructural, unos períodos de fase alcista (siglos XI-XVIII y XVI), interrumpidos por
otros, tal vez más cortos, pero de enorme repercusión (siglos XIV-XV y XVII). Quizás, en tanto
que elemento diferencial en lo que en terminología de historia política, correspondería a la
Historia Medieval y Moderna, hay de subrayar que mientras la población europea sufre un fuerte
retroceso entre principios del siglo XIV y la mitad del siguiente, con una pérdida de entre una
tercera y una cuarta parte de su población, la crisis del siglo XVII no implica un descenso
absoluto de su población sinó más bien un freno en el ritmo de crecimiento iniciado a partir de
1450. La desigual repercusión de ambas crisis en el doble sector productivo, especialmente en lo
referente con el sector de la manufactura, explica en gran medida esta situación, especialmente
en su vía de salida definitiva, en forma de ruptura, que va a representar la Revolución Industrial.
Por otra parte, la recuperación post-crisis (visible entre la segunda mitad del siglo XV y el tercer
cuarto del siglo XVI) se efectúa sobre perspectivas diferentes desde el momento en que mientras
la primera configura la fase principal de la nueva tendencia alcista posterior, la segunda
constituye a su vez un primer eslabón de un proceso que no se verá interrumpido sino que se
mantendrá en progreso durante tiempo. Este elemento de ruptura es, obviamente, lo que aporta
la ruptura, antes mencionada, de la Revolución Industrial. .
El techo del crecimiento observado a lo largo del denominado Antiguo Régimen obedece en gran
medida a los imperativos de la correlación entre población y recursos. En 1798, el pastor
protestante inglés, Thomas Malthus, en su tratado sobre la conveniencia de controlar el aumento
demográfico –Ensayo sobre le principio de la población- sostenía que mientras la población
crecía en progresión geométrica, los alimentos lo hacían en progresión aritmética 62. Este
fenómeno obligaba a mantener un control constante de la población dada la dificultad en
garantizar su subsistencia. Estos controles –checks- podían ser preventivos (preventive) que
servían para evitar un exceso de nacimientos; y positivos (positive) que incidían en un aumento
de la mortalidad, o dicho de otro modo, los que tienden a reducir un exceso poblacional ya
existente63. Entre los primeros, los preventive checks, ligados con la adopción de ciertas
medidas por parte de la misma población, debe destacarse el aumento de la edad de la mujer al
62 Citado por J.FONTANA, Introducció a la Història. Barcelona, Editorial Crítica, 1997, p. 50
63 “Tras estas reflexiones, enunciadas como si se tratase de un problema natural, -es decir, el ajuste de los pobladores a los
medios de subsistencia- se halla un propósito, explícito, de combatir la idea “revolucionaria” según la cual un reparto mejor de la
riqueza podría acabar resolviendo el problema de la miseria: <ninguna pretensión de igualdad, ninguna reglamentación agraria,
por radical que sea, podrá eliminar la presión de esta ley> (en palabras de Malthus). En la reedición de su Tratado, en 1803, se
introducía el nuevo concepto de <control moral>, que le permitía sostener que la situación podría arreglarse sin los pobres
aceptaban controlar su natalidad a través de una cierta abstinencia sexual, al tiempo que limitaban sus demandas sobre los
bienes escasos: casarse cuando no se disponía de medios para mantener una familia era inmoral”. Citado por J. FONTANA,
Introducción … pp. 51-52.
contraer matrimonio ya que ello podía acarrear la reducción de la fertilidad. Según Pierre
Chaunu, esta decisión llegó a representar una verdadera arma anticonceptiva en la Europa
clásica dado que, de esta manera, la propia mujer determinaba en qué medida explotaría su
potencial reproductivo64. Los datos ofrecidos en el siguiente cuadro son muy ilustrativos,
especialmente desde el momento en que permiten observar un comportamiento desigual según
el componente social de las mujeres/o familias contabilizadas65.
Cuadro II Edad media del matrimonio (1º) de las mujeres
Edad media de matrimonio (1.º) de las mujeres
Colyton, Inglaterra
Familias ducales,
Inglaterra
Elversele, Flandes
Amsterdam,
Holanda
1560-1646 27.0
1330-1479 17.1
1608-49 24.8
1626-27 24.5
1647-1719 30.0
1680-1729 22.2
1650-99 26.9
1676-77 26.5
1720-1769 27.0
1730-1779 24.0
1700-49 28.0
1726-27 27.2
1776-77 27.8
Ginebra, Suiza
(Burguesía)
Amiens, Francia
(Pobres; burguesía)
1550-1559 22.0
1674-1678 24.0 25.2
1625-1649 18.6
1600-1649 24.9
1692-1679 24.9 26.3
1650-1699 20.4
1650-1699 25.2
1721-1725 24.1 27.1
1700-1749 21.9
1700-1749 27.0
Altopascio, Toscana
1750-1784 25.5
Fuente: Jan de VRIES, La economía europea en un período de crisis, 1600-1750. Editorial Cátedra, Madrid, 1979, p. 22
Els factores positivos, los que incrementan la mortalidad, responden a la presencia de tres
elementos: hambre, peste y guerra. El primero, quizás el más íntimamente vinculado a la
dinámica interna de un sistema en declive, nos remite a lo aleatorio de las cosechas así como en
el distinto ritmo de crecimiento antes destacado entre los correspondientes a la población y a la
producción. Pierre Goubert lo pone claramente de manifiesto66:
"El precio del trigo constituye casi un auténtico barómetro demográfico. La clase y frecuencia de
las fluctuaciones en los precios del grano controlan el tamaño y frecuencia de las crisis demográficas. Y
estas tienen gran importancia en la determinación de los movimientos de población e incluso de su tamaño
".
64 Citado por P. KRIEDTE, Feudalismo tardío … p. 30.
65 Fuente. J. de VRIES, La economía de Europa en un período de crisis, 1600-1750. Editorial Cátedra, Madrid, 1979, p. 22.
66 "En Beauvaisis: problèmes démographiques du XVIIe siècle", Annales, 7 (1952) pp. 453-468. Citado por per E.A. WRIGLEY,
Historia y población. Editorial Crítica, Barcelona, 1985 p. 69.
Sobre sus repercusiones sociales y los recursos de una población desesperada, Anthony Wrigley
escribe67
"Cuando el precio del trigo era alto el número de muertes aumentaba mucho en tanto que el de
matrimonios así como el de nacimientos descendía abruptamente. Los fallecimientos que tenían lugar eran
raramente causados por la inanición absoluta, debiéndose la mayoría de veces a enfermedades contraídas o
agravadas por comer alimentos en estado de descomposición, poco variados e insuficientes, o a
infecciones propagadas por las que el hambre general había desarraigado obligándolas a vagar, desolados,
por la faz de la tierra. Los hombres desesperados, hambrientos comían basura, hierbas, cortezas, e incuso,
en ocasiones, se comían los unos a los otros. Hacia 1740 que fueron unos años terribles de hambre general
en noruega, los habitantes de Gallingdall se vieron obligados a limpiar de estiercos la paja de los viejos
estercoleros para amasar con ella un patético sustitutivo del pan'.
Las epidemias se presentan como un accidente infrenable dada la imposibilidad de conocer el
elemento que las causaba. Lo máximo que se podía hacer era tratar de paliar su expansión
mediante un conjunto de medidas preventivas, como las cuarentenas a las que se obligaba a
pasar a los mercantes procedentes de lugares que sufrieran de la peste o de los que se
sospechaba que estaban afectados por el morbo. Algunas medidas, sin embargo, podían resultar
contraproducentes, especialmente las que aducían interpretaciones extranaturales del mal. Carlo
María Cipolla, en su monografía sobre la peste en la villa toscaza de Monte Lupo Fiorentino
durante la primera mitad del siglo XVII, describe magistralmente los enfrentamientos entre las
autoridades civiles y eclesiásticas en sus formas de combatir la plaga68:
"La causa más frecuente de conflictos eran los encierros por cuarentena que los eclesiásticos no
siempre estaban dispuestos a soportar, las incautaciones de monasterios y otros edificios religiosos que
los oficiales de sanidad se veían obligados a transformar transitoriamente en lazaretos o centros de
convalescencia (no por ello sin compensación económica) y last but not least, los sermones y las
procesiones. En tiempos de epidemia los oficiales sanitarios no veían con buenos ojos las
aglomeraciones populares, pues temían, con toda razón, que juntándose la multitud, pudiera
potenciarse la difusión del contagio: <<han tenido la experiencia que las reuniones y aglomeraciones
del pueblo en términos de contagio son de pésimas consecuencias>>. Por ello, cuando consideraban
que el mal había sido asumido o iba adquiriendo proporciones epidémicas, los oficiales sanitarios se
apresuraban a ordenar la clausura de las escuelas, la suspensión de juegos populares, prohibir los
bailes y otro tipo de reunión. En cuanto a los sermones y procesiones, no cabe duda de que la mayoría
de los oficiales de Sanidad, partícipes de las convicciones religiosas de la época, pensaran que prédicas
y procesiones pudieran servir para propiciar al Señor dios, aplacar su ira y con ella contribuir tal vez
a poner fin al contagio. Pero si aplacar al Señor Dios con prédicas y procesiones les parecía a los
oficviales sanitarios una posibilidad, la exacerbación del contagio, si se producían grandes
aglomeraciones del pueblo, era para ellos una certeza".
Al mismo tiempo demuestra la inviabilidad de cortar con este flagelo al adoptar normas tan
ineficientes69:
"Al desconocer el elemento patógeno y los mecanismos de transmisión de la enfermedad, la obra
preventiva era un juego a ciegas. Se daban golpes en el vacío ... Y cuando se dan golpes en el vacío a
67 Historia ... p. 69.
68 ¿Quién rompió las rejas de Monte Lupo? Muchnik Editores, Barcelona, 1984 pp. 23-25
69 ¿Quién rompió … p. 30
ciegas se cometen errores, se malgastan recursos, se acusa a inocentes. ciertas ordenanzas, por ejemplo,
eran contraproducentes: las que obligaban a la ejecución en masa"70
Sin tener el fuerte impacto letal de la Peste Negra (1348-1350), reflejado en el mapa adjunto71,
en los siglos XVI y XVII se produjeron frecuentes pandemias con un considerable coste
demográfico y comercial, especialmente en lo que afecta al abastecimiento alimenticio y los
contactos mercantiles72. La peste de Marsella de 1720 cierra un ciclo de las propias del Antiguo
Régimen, A partir de la segunda mitad del siglo XVIII las pestes van reduciéndose; con todo,
comenzaron a notarse epidemias de nuevas enfermedades que, como el cólera o la fiebre
amarilla, siguieron siendo causa de una alta mortalidad73
Mapa 1. Difusión de la peste Negra por Europa 1348-1349
Fuente: P. MALANIMA, Economia preidustriale. Mile Anni: dal IX al XVIII secolo. Bruno Mondadori Editore, Milano, 1997, p. 33.
La guerra complementa el tercer lado del triángulo que explica el elevado índice de mortalidad.
De su primera lectura, resulta sencillo deducir el numeroso volumen de cadáveres que
70 En las <<Instrucciones del Magistrado de la Sanidad de Florencia ...>>, se observan "lo que era la legislación sanitaria de la
época: una extraña mezcla de brillantes intuiciones, de buen sentido común y de absurdos prejuicios" Carlo Mª. CIPOLLA, ¿
Quién rompió ... p 31 y (<Instrucciones ..>.) pp. 145-150.
71 P. MALANIMA, Economia preidustriale. Mile Anni: dal IX al XVIII secolo. Bruno Mondadori Editore, Milano, 1997, p. 33.
72 "Es lícito pensar que de la larga lista de problemas y efectos económicamente nocivos que traían consigo las pandemias, el
que más <molestaba> a los encargados del organizar su defensa era el relacionado con el aislamiento total, con el cierre del
puerto, con el cierre a los puertos. Y es que, bien mirado, quien ejercía el control de la sanidad también lo hacía el comercio. Sin
duda alguna, debía ser muy duro para ellos, -mercaderes, menestrales y caballeros, todos ellos representados en las Juntas del
Morbo- tener forzosamente que optar por la manera de sufrir: dicho de otro modo, deber elegir ineludiblemente entre los
imperativos de la salud y los del bolsillo". G. LOPEZ NADAL "Estructuras e instituciones sanitarias en los puertos del levante
ibérico entre los siglos XVI y XVIII (una visión de conjunto)". I porti come empresa economica. Firenze, 1988, p. 88.
73 J..N.. BIRABEN, Les hommes et la peste en France et dans les pays méditerranéennes. Mouton, Paris-La Haya, 1975-1976
sembraron los campos de batalla o acabaron sumergidos en la mar. Con todo, teniendo presente
esta trágica realidad, cabe plantearse sus efectos indirectos, léase la fuerte letalidad que se
derivaba de su práctica en los múltiples ámbitos afectados. La necesidad de soldados o piezas
humanas para el combate exige su correspondiente sustracción de los campos de cultivo y, en
menor medida, de los talleres urbanos. En este sentido, debe colegirse que parte del contingente
productivo se convierten no sólo en instrumentos de destrucción sino también de un alto
consumo. Por consiguiente, el número de bocas aumenta mientras que disminuye el de brazos.
Por otra parte, el desplazamiento de tropas ocasiona la devastación de terrenos y pastos,
cuando no ocurre con los mismos campos de batalla. Los castigos, las venganzas, las iras
implican el saqueo y el destrozo de cosechas e, incluso su condena a la infertilidad al aplicar la
práctica de la siembra de sal. Reducción de fuerzas productivas y descenso de producción
aumentarán fuertemente los estragos del hambre. Esta ya no se propagará únicamente gracias
a la dinámica de la infraestructura feudal sinó también por las formas de dirimir los conflictos
políticos, difícilmente evitables. Finalmente, un tercer efecto liga a lasd guerras con las pestes:
la soldadesca se convierte en un importante vector para transmitir y contagiar las plagas; los
movimientos de tropas introducen las larvas en poblados y campos hasta entonces a salvo del
morbo. En definitiva, la guerra además de su papel aniquilador de vidas por excelencia
contribuye enormemente a difundir la mortandad de sus otros dos compañeros, constituyendo
con ello el factor maltusiano más positivo a la hora de medir la casuística que explica la alta
mortalidad observada en este período.
Una síntesis breve seguramente algo parcial de las contiendas estalladas entre los siglos XVI y
XVIII debería recoger los combates en la Italia septentrional de la primera mitad del XVI, las
guerras de religión en Francia durante su segunda mitad. Añádanse los enfrentamientos bélicos
entre españoles, francés, ingleses, holandeses y turcos entre 1568 y 1648, con la Guerra de los
Treinta Años que envuelve prácticamente a toda Europa. Las rebeliones campesinas en
Alemania, la Guerra Civil inglesa, las revueltas y rebeliones de la Fronda, dels Segadors (en
Cataluña), de Portugal, de Nápoles y Mesina, las guerras cosacas en Polonia; su invasión por los
suecos, la guerra de Holanda, la de los Nueve Años o Guerra de la Liga de Augsburgo (16881697) y la importante guerra de sucesión al Trono de España que, como la anterior de los Treinta
Años convirtió a Europa en un gran campo de batalla … 74. De nuevo, faltos tal vez de
monografías específicas u obras generales sobre estos contextos, la literatura se ofrece como
una excelente perspectiva desde la cual contemplar su terrible legado. Así, aun siendo en clave
de humor, recomendaríamos la lectura del excelente libro que es Simplicius Simplicissimus de
Johann Jacob Christoffel von Grimmelehausen, un fresco memorable que refleja en sus múltiples
ámbitos de difusión los estragos causados por la Guerra de los Treinta Años75.
74 AA VV. Revoluciones y rebeliones de la Europa moderna. Alianza Universidad, Madrid, 1972. y T. ASTON Crisis….
75 Traducción castellana publicada por Editorial Cátedra, Madrid, 1986.
No puede acabarse este capítulo sin dejar de apuntar otros aspectos, igualmente relevantes, que
explican y /o condicionan la evolución demográfica así como sus articulaciones con otros
sectores económicos. Sin haber sido incluidos entre los positive checks maltusianos, hay que
hacer referencia a la mortalidad ordinaria, especialmente en lo correspondiente a las altisimas
proporciones de mortalidad infantil- según Josep Fontana llegaban a ser normales tasas del 250
al 400 por mil76-, ya bien generada en los partos, durante el período de amamantar así como los
derivados de la más absoluta noción de higiene77. Un segundo camino obedece a la correlación
entre población y estructura productiva así como a los procesos de urbanización previos a la
Revolución Industrial. En la primera hay que contemplar la evolución de la población campesina
diferente según opere en un sistema de monocultivo o en otro de diversificación de cultivos.
Igualmente, se notarán diferencias entre los pueblos en los que existe una alternancia de las
actividades agrarias con las manufactures78. En el análisis del crecimiento urbano deberemos
tener en cuenta el consumo alimenticio de los ciudadanos que requiere de extensos extrarradios
que abastezcan a los productores secundarios, a los comerciantes y a un incipiente sector
terciario79. Precisamente, relacionado con la existencia, progresiva, de campesinos entregados a
actividades no agrarias, deberá incorporarse el fenómeno del Putting Out System (trabajo a
domicilio), como una de las principales explicaciones no exclusivamente acerca de la
recuperación demográfica del siglo XVIII –complementada con la crisis del proceso de
refeudalización seguido en la Europa central y oriental y con el aterrizaje y fuerte consumo en
Europa de la producción colonial, especialmente de la procedente de América 80 )- sino también
como uno de los factores que, a largo plazo, conducen a la transformación estructural global que
tiene lugar a partir del último cuarto del siglo XVIII con la Revolución Industrial.
A.B).2 - La producción
<<En 1800 nueve de cada diez europeos vivían en pueblos y ciudades pequeñas donde la mayoría de ellos
se dedicaban, igual que habían hecho sus antecesores desde el Neolítico, a la agricultura>> 81
Com subraya Robert Du Plessis, en el tránsito hacia el capitalismo, en el momento de producirse
la Revolución Industrial, el sector productivo predominante continúa siendo el primario, la
76 A principios del tercer milenio, según este autor, la mortalidad infantil no superaba el 7 por mil en los países avanzados y el 73
por mil en los países pobres. Introducció … p. 58.
77 J. FONTANA, Introducció ... pp. 58-62.
78 A.E. WRIGLEY, Historia … pp. 63-81.
79 J de Vries, La urbanización en Europa, 1500-1800. Editorial Crítica, Barcelona, 1980.
80 En el trabajo de E. HOBSBAWM <El viejo mundo y el nuevo: 500 años de Colón> en Gente poco corriente (del mismo autor)
Editorial Crítica, Barcelona, 1999, pp. 275-285, encontramos una gran desproporción entre lo que se aportaron recíprocamente
ambos mundos; Europa resultó muy favorecida!.
81 R.S Du PLESSIS, Transiciones al capitalismo en Europa durante la edad moderna. Prensas Universitarias de Zaragoza,
Zaragoza, 2001. p. 3.
agricultura. Este constituye el sector principal de riqueza y sus ocupaciones absorben, con
mucho, el mayor número de trabajadores. Desde el siglo XVI y, en algunos lugares
(especialmente en Flandes) incluso desde antes – se va a ir comprobando un lento pero
progresivo avance de las tareas manufactureras. Este fenómeno, según se ha expuesto, además
de constituir una de las claves de la crisis del siglo XVII, se convierte en un signo evidente de los
cambios que prorrumpirán primero en Gran Bretaña y, posteriormente, en la mayor parte de las
naciones europeas. A continuación se ofrecen algunos de los rasgos que caracterizan los dos
sectores productivos. Recordando lo ya advertido, su exposición por separado no impide que
sólo en su perfecta interrelación deban entenderse.
A.B).2.a - La agricultura
Una de las paradojas semánticas de la historia económica es la que confiere el carácter de
economías agrarias a aquellas que presentan un tope productivo; es decir, las que no pueden
producir ilimitadamente. Será a partir de las economías industriales cuando el agro pueda
liberarse del yugo de sus rendimientos decrecientes. De esta manera, uno de los factores que
más condicionan la evolución del sector primario en las economías agrarias es su incapacidad
de respuesta que garantice la satisfacción de una demanda creciente. Ello obedece a la
dificultad de ofrecer alternativas cuando la vía extensiva del crecimiento agrario se vea detenida
por haber alcanzado el máximo de cultivos en el espacio disponible. Efectivamente, el
incremento productivo por la vía intensiva va a encontrar serias dificultades máxime cuando ello
presupone transformaciones sustanciales que afectarán a la dinámica del sistema feudal todavía
imperante.
La recuperación económica y la tendencia alcista suscitada a partir de la primera mitad del siglo
XV propiciarán la ampliación de la demanda y, en consecuencia, el estímulo necesario para
posibilitar el aumento de la producción agraria, en especial la cerealícola. Sin embargo, como se
ha apuntado, el superior crecimiento demográfico que el productivo llegará a hacer insuficientes
los recursos disponibles. En un primer momento, que alcanza hasta el primer tercio del siglo
XVI, la demanda creciente pudo satisfacerse a través de diversas estrategias como la
recuperación de terrenos abandonados, la apertura de nuevas tierras, la conversión de pastos en
cultivos y en el caso de los Países Bajos del norte, la obtención de terreno a expensas del mar.
Dejando a parte este último recurso, que pone de manifiesto el alto nivel empresarial de los
holandeses de entonces, constataremos que el incremento alcanzado se hacía en detrimento del
uso de los bosques y del sacrificio de la ganadería, con sus correspondientes efectos negativos
a medio y largo plazo. De esta manera, antes de llegar al ecuador del siglo XVI, sería palpable el
progresivo incremento de los precios especialmente los de los productos agrarios, productos de
primera necesidad y por tanto de demanda inelástica. Esta tendencia proseguiría a lo largo de
toda la centuria, circunstancia que permite entender que al siglo XVI se le haya identificado como
el de la revolución de los precios. Peter Kriedte aclara la distinción de este concepto en su
propio contexto, es decir, en su comparación con lo sucedido anteriormente y en los siglos
inmediatos82:
<<" En comparación con la inflación secular de nuestros días, la tasa de inflación del siglo XVI, que en los
precios de los cereales ascendía en un cálculo acumulativo a un promedio anual de aproximadamente 1,4
por 100, puede parecer insignificante y rechazarse por lo tanto por inadecuado el concepto de <<revolución
de los precios>>. .... En el curso del siglo XVI (1501-10 = 100) los precios de los cereales subieron en
Inglaterra a 425, en el norte de los Países Bajos a 318, en el sur de los Países Bajos a 380, en Francia a 651,
en España (Castilla la Nueva y Valencia) a 376, en Alemania a 255, en Austria a 271, en Polonia a 403. ... los
precios de las manufacturas no aumentaron en la misma proporción, si bien crecieron a más del doble".
Esta situación puede interpretarse en relación causa-efecto de lo que Jan de Vries, en su
definición de los procesos seguidos por los diferentes países europeos, distinguió como
<caminos divergentes>83 . Es efecto en tanto en cuanto guardan relación con las actitudes
adoptadas por los responsables de dichos países en respuesta a la mencionada inflación de los
productos agrícolas; causa ya que puede decirse que con anterioridad a dicha alza en las dos
Europas ya se habían comenzado a aplicar cambios cualitativos en los sistema de explotación
agraria. Efectivamente, desde principios del siglo XVI se empiezan a diseñar dos vías
abiertamente antagónicas por cuanto suponen avances y retrocesos en los modelos a desarrollar
a lo largo del siglo, que se prolongan en las centurias siguientes cuyas repercusiones se
observarán hasta bien entrado el siglo XIX. Nos referimos a los dos caminos opuestos
adoptados especialmente por los paises nordoccidentales y por los centroorientales: mientras los
primeros orientan sus miras al establecimiento de las relaciones agrarias de mercado; los
segundos, al reforzar las estructuras vigentes, optan por un proceso de refeudalización. El
cuadro siguiente, a través del respectivo rendimiento de la tierra, permite observar el resultado
de sendas políticas agrarias:
82 Capital mercantil ... p. 67.
83 La economía … pp. 43-93.
CUADRO 3.
Relación promedio entre simiente y rendimientos (simiente 0 1) para trigo, centeno y cebada, 1500-1820.
Zona 1
Zona 2
Zona 3
Zona 4
1500/49
7,4
6,7
4,0
3,9
1550/99
7,3
—
4,4
4,3
1600/49
6,7
—
4,5
4,0
1650/99
9,3
6,2
4,1
3,8
1700/49
—
6,3
4,1
3,5
1750/99
10,1
7,0
5,1
4,7
1800/20
11,1
6,2
5,4
—
Zona 1: Inglaterra y Países Bajos. Zona 2: Francia, España e Italia. Zona 3:Alemania,. Suiza y Escandinavia. Zona 4: Rusia
Polonia, Checoslovaquia y Hungría.
Fuente. P. KRIEDTE,Feudalismo tardío y capital mercantil. Barcelona, Ed. Crítica, 1982, p 35.
A pesar del importante desarrollo agrario en los Países Bajos del norte, con un fuerte crecimiento
intensivo y su especialización en granjas lecheras, Inglaterra constituye el caso más significativo
en la transición de las relaciones agrarias feudales a las relaciones agrarias de mercado. La
conjunción de dos factores de diverso signo aporta la coyuntura idónea para afrontar estos
cambios. El primero corresponde al enriquecimiento progresivo que, desde siglos atrás, venía
produciéndose en los comerciantes a raiz de su control y venta de lana. El segundo sucede en la
década de los treinta del siglo XVI, mediante la proclamación de la Reformation Parliament (El
Parlamento de la Reforma) que supone la ruptura entre Inglaterra y la iglesia de Roma.
Christopher Hill escribe sobre la trascendencia de tal reforma84:
"Un historiador americano ha llamado al Acta de Supremacía de 1534 <la Declaración de
Independencia de Enrique VIII> . Antes de la Reforma los reyes de Inglaterra habían tenido que aliarse con el
Papa con el fin de controlar a su clero, formado por terratenientes privilegiados y tenedores de franquicia .
En lo sucesivo fueron sirvientes reales y jugaron un papel mucho menos independiente en la vida política. ...
En 1540 Enrique VIII se proclamó rey de Irlanda, con el fin de borrar cualquier idea en el sentido de que
Irlanda era un patrimonio papal. Los aspectos patrióticos de la Reforma debieron de impresionar a los
contemporáneos con mucha mayor fuerza que cualquiera de los cambios doctrinales. El rey, en teoría al
igual que en la práctica, se convirtió en la cabeza de la iglesia y del estado: el concepto de soberanía
nacional surgió como un incidente de la política exterior. La Reforma inglesa fue promulgada de acuerdo
con la ley. La autoridad del rey sobre la iglesia se convirtió en la autoridad del rey en el parlamento. Los
contribuyentes se beneficiaron del hecho de que fuesen a parar al rey las rentas que antes iban a Roma. Las
primicias, diezmos y tierras monásticas añadieron más de 200.000 libras esterlinas anuales a las rentas
reales que anteriormente giraban en torno a las 100.000 libras esterlinas".
84 De la Reforma a la Revolución Industrial 1530-1780. Ariel, Barcelona, 1980, p. 38
Hops, Reformation, bays and beer
came into England all in a year *
Una de las consecuencias más relevantes de la Reforma anglicana fue la incautación de las
tierras eclesiásticas. Una vez en posesión de la corona, ésta opta por alquilar su explotación. De
ello se benefician los herederos de aquellos comerciantes, igualmente mercaderes, conocidos
por la gentry. Al acceder al control de buena parte de las tierras del país, sus nuevos
“propietarios” impondrían importantes innovaciones en su sistema de explotación dado que sus
intereses estaban más ubicados en el mercado que en las rentas. Conscientes del incremento de
la demanda cerealícola, se veían sin embargo presionados ante la necesidad de defender la
producción de lana que tan buenos réditos les había deparado. Estaban, por tanto, ante un claro
dilema y éste se reflejaba en las amargas profecías de Sir Thomas Moore al aludir a las ovejas
como devoradoras de hombres. Cabía por tanto dar satisfacción a ambas demandas y esto sólo
sería posible a través del sistema agropeacuario rotativo (up and down husbandry) por el cual las
tierras de cultivo se transformaban periódicamente en pastos para después ser reconvertidas en
cultivos de granos. La introducción de este sistema, por el que la disyuntiva entre personas o
animales se convierte en una relación de complementariedad y de beneficio recíproco, dependía
sin embargo del cercado previo de los campos (enclosed), o en su defecto, de que este se viese
aislado (put in severality), en claro detrimento de los bienes comunales. Tales medidas
supondrían a medio y largo plazo la transformación de los campos abiertos (open fields) –en los
que los campesinos hacían pastar a sus rebaños- en los campos cerrados (closed fields),
significando la clara imposición de los bienes privados sobre los colectivos. Este fenómeno,
conocido como el de los enclosures (cercados) es sin duda uno de los más transcendentes en la
transición de la agricultura tradicional feudal a las relaciones agrarias de mercado; es decir, a la
capitalización del agro. Josep Fontana lo destaca en su condición de primera revolución agrícola
y escribe al respecto85:
“Este nuevo sistema más intensivo no solamente permitía realizar una producción individualizada que podía
emanciparse del cultivo porque era autosuficiente y no necesitaba de las tierras comunales, sino que
obligaba a los que la practicaban a apartarse y a cerrar las tierras, que nunca quedaban en rastrojos, para
evitar que los rebaños del vecino devorasen los sembrados. Los que la adoptaban procurarían incluso
destruir el viejo sistema comunitario entre otras razones para hacerse con buena parte de los bienes
comunales. Eso es lo que hicieron en Inglaterra los grandes propietarios, que se valieron de los
<enclosures> o autorizaciones parlamentarias para <cercar> las tierras de todo el término de un pueblo,
reagrupándolas y repartiendo de paso los bienes comunales. Con ello lograban crear explotaciones viables
para el nuevo sistema, pero condenaban al pequeño campesino a abandonar los cultivos y proletarizarse.
Éste que sobrevivía tradicionalmente con un pedazo de tierra y una vaca, a la que hacía pastar en los
rastrojos y en los prados comunitarios, y la leña de los bosques comunales , complementaría sus ingresos
en actividades manufactureras domiciliarias o bien trabajando a sueldo para terceros, carecía de recursos
para sufragar los cercados –progresivamente más caros cuanto más pequeño era el terreno- e, incluso, en
* <El lúpulo, la Reforma, la bayeta y la cerveza llegan a Inglaterra el mismo año>, citado C. HILL, De la Reforma ... p. 17.
85 Introducció ... pp. 98 i 99.
el caso de que los hubiera tenido, no hubiera podido disponer de tierra suficiente para poner en marcha una
explotación de este calibre”
“La <Primera Revolución agrícola>, caracterizada por la explotación individual, -la asociación de agricultura
y ganadería y el aumento de la renta por unidad de superficie- llegó sin embargo a arruinar primero en
Inglaterra y después en Europa, a la agricultura campesina familiar de propietarios más o menos
autosuficientes y polarizó el mundo entre medianos y grendes propietariosque podían seguir siendo
independientes, y los trabajadores sin tierra, buena parte de los cuales, al no ser necesarios en los campos
–especialmente tras introducir la maquinaria agrícola- se verían obligados a marchar a las ciudades”.
La vinculación intersectorial productiva –cereales y lana- y el empobrecimiento en aumento de la
mayor parte del campesinado -“cottagers sin cottage”, según Peter Kriedte- que trataría de
sobrevivir en labores manufactureras –si antes las ovejas se comían a los hombres, ahora éstos
comían lana- y, a partir del primer cuarto del siglo XVII, con el desplazamiento a las colonias
americanas, representan las consecuencias más revolucionarias de este giro radical producido
en la estructura agraria. Christopher Hill ilustra su triste faz social86:
"Pero una vez hayamos concedido todos los márgenes posibles y dado a los enclosers el beneficio de toda
duda concebible, sigue habiendo motivos para decir que la enclosure causó sufrimientos indescriptibles a
un número incontable de ingleses, tanto hombres, como mujeres y niños, sufrimientos que solamente
pueden ser ignorados o justificados por los historiadores con tan poca imaginación como los hombres, a
menudo honorables que los infligieron ..... Los historiadores todavía no han encontrado respuesta a la
pregunta que Arthur Young puso en boca de una víctima de la enclosure: <<"Si soy diligente, ¿se me
permitirá construir un cottage? Si soy sobrio, ¿tendré tierra para una vaca? Si soy frugal, ¿tendré medio
acre de patatas? >>.
Se trata, en definitiva, de una agricultura que se alejaba cada vez más de las costosas rentas al
tiempo que penetraba en una clara dependencia del mercado difícilmente reversible. Con los
cambios políticos suscitados por la revolución -1640-1680- los enclosures se derramarán por
toda Inglaterra asentando las bases de lo que constituirá la segunda revolución agraria. Esta
consistirá en la ruptura de los límites productivos y, por consiguiente, en la liberación de la
sujeción del agro a los rendimientos decrecientes. Como antes se apuntaba, paradójicamente, al
llegar estos momentos, a finales del siglo XVIII, la economía perdería su identidad “agraria” para
convertirse en “industrial”.
En el otro extremo, los países del centro y del este de Europa encaminan su economía en
direcciones totalmente opuestas al enfocarse directamente al refuerzo de las estructuras
feudales. El caso polaco constituye el modelo paradigmático de este proceso de refeudalización.
Al igual que ocurría en Inglaterra, también aquí convergen dos factores, uno interno y otro
externo. El primero obedece a la rec superación del poder económico por parte de la nobleza;
ésta, desde mediados del siglo XIV, había visto reducir sus rendas ante el importante desarrollo
comercial y manufacturero que había propiciado el enriquecimiento de la burguesía yu el
crecimiento urbano. El segundo responde al cambio de tendencia económica observado en la
Europa occidental desde mediados del siglo XV del que se derivará, desde la segundam itad del
86 De la Reforma ... pp 310 y 311.
siglo XV, una creciente demanda cerealícola sobre los campos de la Europa oriental. De nuevo,
la concentración del poder político y económico en manos de la clase noble va a traer consigo la
regresión a una explotación del campesinado que Federico Engels no dudó en tildar de
<segunda servidumbre> (Zweite Leibeigenschaft ). Esta se basaba en tres principios
fundamentales: el restablecimiento de las prestaciones personales gratuitas o sistema de corvea;
la prohibición de la libertad de movimiento y la estricta aplicación de la Adscriptio Glebae; y el
intenso desarrollo de la reserva señorial y el intenso desarrollo de la reserva señorial
(Gutsherrschaft) . Esta “segunda servidumbre” conoció su fase álgida entre 1550 y 1640. La
existencia de un extenso campesinado –abundante mano de obra barata- y el amplio mercado
exterior -especialmente, el holandés- contribuiría decisivamente a consolidar esta explotación, a
lo que también cabría añadir una abundante producción de granos, especialmente de centeno, y
la profusión de ríos en tanto en cuanto representaban la mejor vía de transporte en el interior del
continente europeo. A partir de la segunda mitad del siglo XVII el sistema comenzó a dar
muestras de fragilidad; la fuerte crisis motivada por las dificultades productivas –propias de la
dinámica feudal según contemplábamos más arriba- y la contracción de la demanda exterior,
como consecuencia de la recuperación de los países occidentales, aconsejará que se proceda a
dar una vuelta de turca en los postulados del sistema. La sustitución del centeno por cereales de
mejor calidad será insuficiente para recuperar el mercado; cabrá adoptar medidas para
incrementar el rendimiento laboral y estas pasan por la supresión de la servidumbre mediante la
conversión de los siervos en jornaleros o, lo que es lo mismo, la corvea por el trabajo a sueldo.
Con todo, la ausencia de un sector burgués-urbano y la persistencia en acaparar el poder por la
aristocracia conducirá al surgimiento de una vía alternativa al de la revolución burguesa en la
capitalización del campo y la marcha directa hacia la industrialización. Este proceder, en virtud
de la actitud empresarial adoptada por los Junkers, será conocido como el de <la vía prusiana al
capitalismo>. El historiador polaco Jerzy Topolski explica las características de este proceso
hacia el capitalismo al tiempo que establece los vínculos entre la nobleza polaca y las gentry
inglesa87:
" ... el aumento de la actividad económica de la nobleza observado en toda Europa desde el final de
la Edad Media se convirtió en el estimulante acelerador de los procesos de acumulación primitiva y aumento
de inversiones y, como consecuencia, posibilitó el paso al capitalismo Aunque el aumento de la actividad
económica de la nobleza abarcó a toda Europa, las formas de esta actividad fueron, sin embargo, distintas.
Dependían en primer lugar de las condiciones naturales de cada territorio, de su posición geográfica, de su
clima, etc. de su situación desde la perspectiva de la mano de obra -relacionada con el grado de
desaparición de la servidumbre al final de la Edad Media-, así como de la naturaleza del mercado. Por
consiguiente, en cada país se presentaron condiciones diferentes para el desarrollo del proceso de
acumulación e inversión. Este razonamiento lleva a la conclusión de que las transformaciones en la vida
rural de la Europa central y oriental -es decir, la aparición del régimen de corvea- no pueden explicarse más
que como una forma especial del proceso de desarrollo de la actividad económica de la nobleza, proceso
que constituía en toda Europa una tendencia general desde el final de la edad Media. Las reservas de los
87 "Las tendencias de la evolución agraria en la Europa central y oriental entre los siglos XVI y XVIII" en AA.VV. La Segunda
Servidumbre en Europa central y oriental. Akal Universitaria, Madrid, 1980, p. 75.
señores polacos representaban (al igual que los <cercados> ingleses) aspectos diversos de un mismo
proceso".
Naturalmente, en su respectiva evolución hacia el capitalismo, el resto de países europeos
conoció distintos procesos, más o menos diferentes de los que caracterizaron los casos
paradigmáticos inglés y polaco. En Francia, por ejemplo, el absolutismo contemplaría una
extraña convivencia de elementos feudales con otros de marcado cariz capitalista88. Las
naciones de la periferia sur, aun sin regresar a la segunda servidumbre, sufrirían serios
retrocesos; así, mientras su afán depredador de esquilmar los metales preciosos americanos
apenas permitía a España sufragar un imperio cada vez más ominoso89, Italia, siguiendo la
dirección contraria a la inglesa, fue víctima de la desindustrialización continental y de una
subsiguiente descapitalización del campo90. Estas situaciones intervendrían como elementos
catalizadores en sus posteriores procesos de industrialización.
A.B).2.b - La industria
Si en las economías preindustriales el crecimiento agrícola consiste sencillamente en el aumento
de la producción, en dichas economías el correspondiente a la industria reside
fundamentalmente en el incremento de la capacidad de consumo de las manufacturas. Esto
obedece al carácter de su demanda, distinto al que afecta la producción primaria. Se trata, aquí,
de productos de consumo no estrictamente obligatorio lo que comporta que presenten una mayor
elasticidad en su demanda. No es, por tanto, demasiado aventurado argumentar que, antes de la
Revolución Industrial, si bien las principales crisis fueron de subsistencia, algunas sociedades
europeas conocieran ya crisis de superproducción. En ello radica la principal diferencia en la
dinámica y evolución de uno y otro sector de la producción. Ello nos permite establecer un
punto de partida en el planteamiento de la evolución de las manufacturas, principalmente bajo la
perspectiva de su expansión. Cabrá ver, en consecuencia, cuáles eran las estrategias adoptadas
para logar mayores ventas, situación compleja dado que el mercado n o era frecuentado por la
mayor parte de la población dada su escasa capacidad adquisitiva.
Como se ha mencionado, a partir de la segunda mitad del siglo XV, el occidente europeo
conoce un cambio de tendencia proclive a la recuperación y crecimiento de la economía. Tal
coyuntura, naturalmente, también afectó al incremento en el sector secundario. En el siguiente
cuadro se observa se pone de relieve dicho crecimiento. Dos causas lo explican: la recuperación
88 “La explotación de los señoríos (en Francia) adquirió formas más racionales, para lo que los seigneurs se apoyaban en los
<grandes arrendatarios> (gros fermiers). Generalmente, éstos subarrendaban los campos a los campesinos. Estaban , pues,
entre losd señores y la masa de campesinos. Como ha dicho E. Le Roy, eran al mismo tiempo <agentes de la opresión señorial
y de la modernización capitalista>. “P. KRIEDTE, Feudalismo tardío … p. 148 (la obra de E. Le ROY LADURIE aludida es Les
paysans du Languedoc. Paris, 1966. Ver, también, J de VRIES, La economía … pp. 73-79.
89 Véase P. VILAR “El tiempo del <Quijote>” en P. VILAR, Crecimiento y desarrollo. Ariel, Barcelona, 1974 pp. 332-346.
90
ITALIA: Ruggiero Romano. La Agricultura ….
monetaria y la progresiva concentración de la riqueza en manos de los poderosos especialmente
a partir del primer cuarto del siglo XVI. De hecho, la escalada de precios agrarios observada en
esta centuria comporta la disminución de los salarios reales de los trabajadores. Harry Miskimin
expone la incidencia de ambos factores en la expansión manufacturera del siglo XVI:91:
"Los metales preciosos recientemente extraídos de las minas de Europa central y del Nuevo Mundo
representaron un incremento neto del poder adquisitivo europeo, pero, más importante, el metal no fue, al
menos inicialmente, difundido a través de Europa de tal forma que su salida permita reflejar los modelos de
consumo del hombre normal. Ni el rey, ni los grandes, ni, por eso mismo, los aventureros y bandidos que
saquearon el Nuevo Mundo modelaron sus hábitos de consumo como los obreros de la construcción del sur
de Inglaterra o los campesinos de Europa central. Buscaron, por el contrario, artículos de lujo y de guerra,
resumiendo, los productos de los artesanos de Europa occidental y, naturalmente, de todo el mundo".
"Aunque se puedan lamentar las desigualdades que ocurrieron, fue consecuencia de la desigualdad de la
distribución de la renta el que las economías del siglo XVI fueran capaces de sostener industrias
florecientes a pesar de la débil naturaleza del mercado y del absoluto fracaso en generar un sistema
económico basado en un consumo de masas. Ya que los productos de la industria organizada nunca
constituyeron la parte principal de la producción europea durante la Edad Media y ya que su uso, con
excepciones menores, había estado siempre confinado a una pequeña sección de los estratos más elevados
de la sociedad, un aumento relativamente pequeño podía provocar unos aumentos porcentuales bastante
considerables en la producción industrial.".
Gráfico 1
Producción de tejidos (1480-1600)
Fuente : H. Miskimin. La economía europea en el Renacimiento tardío, 1460-1600. Madrid, Ed. Cátedra, 1981, p. 111.
Asociaremos, en consecuencia, este incremento productivo con el de su consumo por parte de
la nobleza que acapara buena parte de los beneficios del crecimiento económico del siglo XVI.
La persistencia del alza en la industria veneciana, en claro contraste con el descenso en la
producción de los paños flamencos y holandeses (Hondschoote y Leiden), obedece a la
91 La economía europea en el Renacimiento tardía 1460-1600. Ediciones Cátedra, Madrid, 1981 pp. 108-109.
continuidad de una demanda de productos de lujo, especialidad en la que se basaron los
fabricantes de paños italianos, estrategia que les permitió resistir a la crisis manufacturera
mediterránea durante los siglos posteriores.
Dos son fundamentalmente las vías usadas en los inicios del surgimiento de un amplio mercado
manufacturero: una se encamina a la elaboración de un producto suficientemente bueno para
desplazar las manufacturas, simples y primarias, confeccionadas por los propios trabajadores,
campesinos en su mayor parte; otra se enfoca directamente a la reducción de costos
productivos, muy especialmente los vinculados a la mano de obra. Ambas estrategias quedarán
claramente interconectadas y supondrán para el caso inglés, uno de los factores primordiales en
su situación preferencial frente a otros países competidores. A lo antes señalado sobre el
crecimiento de este sector –el carácter elástico de su demanda- cabrá añadir otros dos
elementos fundamentales que ya incluso en las economías precapitalistas actúan como claros
condicionantes del desarrollo industrial: la competitividad y la pobreza.
El primer elemento, la necesaria búsqueda de un producto de calidad que compense la inversión
en su compra por gentes de pocos recursos, se observa en la transición de los viejos a los
nuevos paños, de las old draperies a las new draperies. Según definición de Christopher Hill,
como “nuevos paños” se comprenden los paños introducidos en Inglaterra en el siglo XVI. Se
trata de tejidos ligeros de estambre y entre ellos se hallaba la bayeta, el arrás, las sargas finas et
gorgorán etc.92. Su historia se remonta siglos atrás cuando, ante las rivalidades existentes entre
Inglaterra y Flandes, los primeros dejan de exportar sólo lana para hacerlo también de paños 93.
Al contar con una producción muy superior, los precios de las manufacturas inglesas eran más
atractivos que los de las flamencas. Ello movió a los fabricantes de los Países Bajos del Sur a
elaborar productos de mejor calidad. Según Peter Kriedte, el éxito de las New Draperies
obedece a que resultan más económicas, al ser más ligeras, más dúctiles y ofrecer un aspecto
mucho más agradable que los viejos paños. Ello redundaba, finalmente, en la ampliación del
círculo de compradores que así satisfacían las tendencias de la moda. Sobre su composición y
difusión en Europa, el mismo autor señala94,
"Las <<new draperies>> eran géneros relativamente baratos, hechos de lana cardada y no de
estambre y poco o nada abatanados. En Alemania se los llamaba <<zeuge>> (géneros). al igual que el lino
se le puede considerar como la <comercialización de las técnicas campesinas>. Comenzaron su marcha
92 De la Reforma … p. 78.
93 "En la Inglaterra medieval la exportación de lana había estado monopolizada por los grandes terratenientes,
incluyendo los monasterios, que vendían en grandes cantidades a mercaderes extranjeros. Después de la década de
1530 los mercaderes italianos ya no venían a Inglaterra y los monasterios habían sido disueltos. Los primeros años
del siglo XVIO completaron la transición de la exportación de la materia prima a la exportación del producto
acabado, producido por gran número de pequeños pañeros relacionados por los mercaderes intermediarios,
especialmente desde Londres. Después de 1614, la exportación de lana fue prohibida". C. HILL, De la Reforma ...
p. 100.
94 Feudalismo tardío … p. 51
triunfal en el sur de los Países Bajos en la baja Edad Media. Su lugar de producción era, además de las
pequeñas ciudades, el campo llano. Su auge está muy íntimamente ligado a la decadencia de las
tradicionales manufacturas de paños en las ciudades flamencas. Las <<new draperies>> no sólo recibían la
herencia de las <<old draperies>> sino que, además, contribuyeron en gran manera a su decadencia. Su
centro más importante está en Hondschoote, que en las décadas del sesenta y setenta del siglo XVI exportó
un promedio de 86.959 paños por año. Después de su destrucción, en el año 1582, Lille se transformó en el
centro de las <<nouvelles draperies>> flamencas. Refugiados provenientes del sur de los Paíse Bajos
afincaron las <<new draperies>> en el norte de los Países Bajos y en Inglaterra. A comienzos del siglo XVII
se produjeron en Leiden 58.627 paños del nuevo tipo. En Inglaterra, donde las <<new draperies>> echaron
raíces en la década del sesenta, representaban en 1606-1614 casi un cuarto de la exportación total de paños
y alrededor de 1640 ya aproximadamente el 42 por ciento. En Alemania, hcia fines del siglo XVI la ciudad de
Calw, en Wurtenberg, se convirtió en el centro de las <<nouvelles draperies>>. En Italia, la manufactura
textil, que a comienzos del siglo XVI estaba aún en primer lugar, no pudo integrarse de ningún modo a esta
evolución; esto contribuyó en gran medida su decadencia del siglo XVII. Resultó de importancia
verdaderamente estratégica el que la colonia comercial italiana de Amberes les preparara el terreno en los
mercados de la región mediterránea. Esta habría de convertirse en su principal zona de ventas".
En efecto, una circunstancia de carácter político iba a motivar el traslado, trascendental, de los
nuevos paños a Inglaterra; nos referimos al saqueo de Amberes en 1570 y la posterior represión
española en Flandes. De ello se favorecieron los holandeses, los franceses y , sobre todo, los
ingleses dado que los fabricantes textiles trasladaron sus talleres, introduciendo la tecnología
para la elaboración de nuevos paños. Su llegada a Inglaterra siguió a las transformaciones que
se estaban operando en la organización laboral a tenor del desarrollo cada vez más activo de la
manufactura agraria. Así, desde principios del siglo XVII, la industria lanera inglesa está ya en
condiciones de fabricar productos de calidad, Si en la agricultura ya se había conseguido
desplazar el rentismo hacia el mercado, en el sector productivo secundario se preparaban para
resultar vencedores en la competitividad industrial.
El componente esencial en la transformación del sector radica en la consolidación del <putting
out system>. Christopher Hill lo define como “sistema de trabajo domiciliario cuyo fin consistía en
el aprovechamiento de la mano de obra rural para la producción industrial 95. En el texto anterior,
Peter Kriedte indicaba que los nuevos paños se producían al unísono en las pequeñas ciudades
y en el campo. En efecto, desde finales del siglo XIV empezó a tomar forma la manufactura
rural96. Con todo, hasta entrado el siglo XVI, a medida que incrementaban los enclosures, no se
puede hablar propiamente de la implantación de la industria en el campo. Diversos factores lo
explican, todos ellos relacionados con la reducción de costes. La industria rural acercaba,
cuando no concentraba, el espació productivo (los prados donde pastaban los rebaños) con los
relacionados con los distintos procesos que suponía su elaboración, desde la misma vivienda del
campesino, donde se hilaba o tejía, hasta el molino donde se abatanaban los tejidos. Se
evitaban, por tanto, importantes gastos de transportes que quedaban reducidos a los que
comportaba su traslado al puerto marítimo o fluvial más cercano. Nuevamente Inglaterra se
ofrece como paradigma de este sistema organizativo dada la proximidad geográfica entre los
95
De la Reforma a … p. 298.
manufactura rural a Flandes. Charles y Louis TILLY .... Miquel J. Deià.
96Sobre
centros de producción y de embarque para su acabado y venta. Las considerables inversiones
en infraestructuras, especialmente en canales, a lo largo del XVIII reflejan el establecimiento de
una perfecta red de articulación entre producción y comercio.
Mayor trascendencia llegaría a adquirir el factor humano, entendiendo como tal el que presupone
un abaratamiento de la mano de obra. En efecto, según antes se exponía, la apertura de las
relaciones agrarias de mercado implica un empobrecimiento gradual del campesinado. Su
apartamiento de las tareas exclusivas agrícolas le conducirán a tener que alternarlas con labores
manufactureras, acabando incluso por significar el soporte principal de su subsistencia. Así, en
un primer momento, pudieron conservar sus pequeñas explotaciones agrarias en régimen de
dependencia de un nuevo señor que prefería producir de cara al mercado en lugar de exprimir al
campesinado a base de impuestos. El desplazamiento de una dedicación adicional a otra
preferencial se observa ya a mediados del siglo XVII. Según Christopher Hill, “"En algún
momento situado entre 1580 y 1617 la palabra <<spinster>> adquirió su moderno significado de
<<solterona>>: porque una mujer soltera, por supuesto, tenía que hilar"97. En otro orden de
cosas, David S. Landes pone de manifiesto las ventajas que el trabajo a domicilio deparaba tanto
a los empresarios-mercaderes como a los campesinos-trabajadores98
"A fin de cuentas, el sistema de <<putting out>> conllevaba grandes ventajas para el comerciantefabricante, entre las que hay que destacar el bajo coste de los insumos y de los gastos generales. En este
régimen, era el trabajador el que aportaba los locales y el equipo y, si el ritmo comercial se estancaba, al
empleador le bastaba con dejar de cursar pedidos. Por otra parte, los grandes talleres o fábricas requerían
una importante inversión de capital: para empezar, solar y edificios, además de las máquinas. Además el
sistema de<< putting out >> era muy popular. Los trabajadores apreciaban la libertad de horarios, el
privilegio de poder detenerse y trabajar a sus anchas. Los ritmos de trabajo reflejaban esta independencia.
Los tejedores solían descansar y solazarse hasta bien entrada la semana para entregar los pedidos y
recoger la paga del sábado. Los viernes no era raro que trabajaran toda la noche. La noche del sábado se
reservaba a la bebida y el domingo traía consigo más cerveza y <<ale>>. e lunes (día sacrosanto) también
era sagrado , y el martes lo dedicaba a recuperarse de tanta santidad".
Se apercibe un extraño maridaje coyuntural entre los intereses del nuevo patrón y los
trabajadores. Christopher Hill describe esta extraña simbiosis: mientras los primeros registraban
en sus libros contables un número de operarios superior al que necesitaban, para poder
movilizarlos ante un inesperado crecimiento de la demanda, los trabajadores apreciaban la
libertad de trabajo sin limitaciones estrictas, pudiendo interrumpir el trabajo en la época de la
cosecha, durante la feria anual, en los velatorios y, en Londres, “cuando era el día de ahorcar” :
"Cuando llegaban los malos tiempos los trabajadores eran arrojados a merced de la parroquia .... De ahí la
tendencia, tan deplorada por los economistas, a trabajar menos cuando los alimentos eran baratos. En 1747
se dijo que un hombre <<que puede subsistir trabajando tres días a la semana estará ocioso y borracho el
resto de la semana>>99
97 De la Reforma … p. 95
98 La riqueza … pp. 199-200
99 De la Reforma … p. 298.
Tal coincidencia de intereses, sin embargo, no duraría mucho pues los salarios bajos se
encargarían de poner las cosas en su lugar. Aun así, es probable que el putting out system
resultase menos inhumano que el sistema de manufactura –utilización de grandes espacios en
los que se explotaba la mano de obra baratísima de los sectores más marginados de la
sociedad- o de las workhouses –talleres en los que los pobres asistidos por la parroquia eran
obligados a trabajar, llegando a penalizarles con el fin de animarlos a prescindir de tales
caridades100- y, naturalmente del Factory System del ya consolidado capitalismo industrial.
Un tercer elemento que facilita la expansión del trabajo a domicilio consiste en la
emancipación de las restricciones productivas impuestas por los gremios o corporaciones de
oficios. David Landes las distingue como sociedades medievales de maestros y operarios,
agrupadas en un principio por motivos sociales o fraternales, rápidamente transformadas en
asociaciones comerciales y monopolios colectivos101. Como era de prever, las nuevas formas de
organización laboral chocarían plenamente con las viejas corporaciones gremiales; éstas irían
perdiendo sus prerrogativas, persistiendo como instituciones cada vez más anacrónicas en el
proceso hacia el capitalismo. Jan de Vries ofrece el panorama tal como sigue102
"Mucho antes del siglo XVII la forma de organización industrial característica de los municipios
medievales había sido obligada a dejar su posición dominante. La producción manual realizada por
artesanos gremiales con venta directa al consumidor persistía en pequeñas ciudades de todas las zonas y
la lucha por su mantenimiento no había sido abandonada en absoluto. La mayoría de las ciudades
intentaban todavía preservar la organización gremial, y su conveniencia como fuente de ingresos por
impuestos y como vehículo de regulación económica llevaba a los monarcas franceses y a muchos
príncipes alemanes a protegerlos”. .
'Pero allí donde los artesanos abastecían a mercados regionales, o lejanos entre el consumidor y el
productor se había insertado el comerciante par adaptar la producción a la demanda del mercado y para
financiar el mayor retraso que surgía entre la compra de las materias primas y la venta del producto
acabado. Los esfuerzos de los comerciantes por expandir o cambiar la producción industrial, para cubrir las
exigencias del mercado e incrementar los beneficios, constituían una seria amenaza para la misma
existencia de los gremios. Tal conducta minó la función reguladora y estabilizadora de estas instituciones
esencialmente precapitalistas. Con ritmos distintos según lugares los gremios dejaron gradualmente de ser
importantes. Donde persistieron, en viejas ciudades como Colonia y Aquisgrán, por ejemplo, las industrias
de exportaciones simplemente se trasladaron a áreas del campo exentas de sus reglamentaciones'.
De nuevo Inglaterra se convierte en el país que encabeza la suplantación del rígido y cerrado
sistema gremial por el más flexible e innovador putting out system. Cabía, no obstante, esperar a
que se produjeran los cambios revolucionarios de la segunda mitad del siglo XVII. Previamente,
el Status of Artificers había impedido, a través de normativas restrictivas, el fluido desarrollo del
100 J. FONTANA, Introducció ... p. 149
101 "Había gremios en todas partes del mundo, en Europa como en los países islámicos, en la India, China o Japón. Sus
objetivos económicos eran el control de la admisión, normalmente mediante la imposición de un proceso de aprendizaje
obligatorio y de limitaciones para acceder a la categoría de maestro, el mantenimiento de normas de calidades elevadas ... y la
restricción de la competencia interior y exterior". La riqueza ... p. 228.
102 La economía de Europa … p. 104.
trabajo a domicilio al manifestar el choque de intereses de la Cámara de los Lores, todavía
predominante, frente a los de la Cámara de los Comunes que acabaría por imponerse103.
Derroteros distintos conocerían las industrias del paño italiana y holandesa. En el primer caso,
como se ha adelantado, y con la excepción del sector de la manufactura de lujo ante la
persistencia de su mercado aristocrático, la industria entraría en una crisis de la que no lograría
salirse hasta finales del siglo XIX. En el caso de los Países Bajos del norte, la pérdida de
competitividad ante la manufactura inglesa, forzaría a sus fabricantes a retornar a los viejos
paños como estrategia para mantener mercados. El cuadro siguiente permite constatar el
retroceso observado en la ciudad de Leiden, importante centro textil que a principios del siglo
XVII todavía ofrecía, prácticamente en su totalidad, una producción de nieve draperie.
Producción textil de Leiden, 1630-1701 (en %)
1630
Tipo de producción
oude draperie:
paños de lana
(laken)
1654-1655*
1701
cantidad
valor
cantidad
valor
cantidad
valor
1,6
2,7
16,3
43,7
34,7
71,1
nieuwe draperie:
camelotes (greinen)
sayal, estambrado
fustán
urdimbre, bayeta
otros
?
2,8
26,8
32,8
33,0
20,3
84,9
13,5
?
62,5
29,5
2,5
36,8
20,1
?
13,6
9,4
0,5
16,2
16,1
?
3,7
4,6
0,3
Total (%)
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
108.156 4.000 113.58 9.160
3
100
100
229
105
74.68
2
5.910
Total (en piezas y en
miles de florines)
Índice (1630 = 100)
148
69
NOTA: * Las cantidades corresponden a 1655, los valores a 1654.
Fuente: P. KRIEDTE, Feudalismo tardío y capital mercantil. Barcedlona, Ed. Crítica, 1982, p. 103.
Resulta interesante analizar las causas del declive manufacturero holandés y observar cómo las
dificultades de transformar la estructura industrial, especialmente por el peso del sistema
gremial-urbano, redunda en la incapacidad de poder competir con sus rivales ingleses. El motivo
por el cual los holandeses no desplazaron su industria al campo estriba en el hecho de que allí
no existía un campesinado necesitado de tareas complementarias ya que vivía moderadamente
103 C HILL, De la Reforma … pp. 105-112 i 192-204.
biern gracias a la dedicación del agro a la agricultura intensiva y especializada en granjas
lecheras. Por consiguiente, la ausencia de una masa campesina fuertemente empobrecida,
actuaría como un freno a su expansión industrial. Todo lo contrario de lo sucedido en Inglaterra;
allí, y en concreto en el condado de Cork, como narraba Daniel Defoe, “cada fabricante mantenía
una vaca y gallinas para su familia”104.
En definitiva, la ruralización de la industria aglutina los elementos precisos de cara a la eclosión
de una producción que fundamentalmente busca un consumo masivo. La desvinculación
institucional y jurídica entre el campesino y el comerciante, al tiempo que introduce una chispa
de libertad en las relaciones de producción, rompe con los condicionantes de los intermediarios –
los siempre molestos gremios- y permite sacar los productos a costos más competitivos. Los
bajos salarios, convenientes para los fabricantes, no motivarán un rechazo por parte de los
campesinos al disponer de este recurso adicional. La llamada Crisis del Siglo XVII afectará
negativamente al sector agrícola especialmente al suponer el descenso de los precios y, por
tanto, el de la propia producción. Sin embargo, esta recesión agraria resultará beneficiosa para la
manufactura, conduciendo a lo que Jan de Vries ha definido como “la reestructuración de la
industria”, al afectar a la totalidad de sus componentes: localización geográfica, tecnología,
organización laboral …. 105. Desde el último cuarto del siglo XVI comienza a percibirse el
desplazamiento del sector primario por el secundario. El proceso es irreversible. Las economías
agrarias penetran en su fase final.
A.B).3 - Los intercambios
Se ha distinguido el período de transición al capitalismo como el del capitalismo mercantil. Según
sostienen los partidarios de la tesis circulacionista, esta fase aporta un modo de producción, la
del capital mercantil, en tanto en cuanto mantiene diferencias con la estructura económica
anterior –el feudalismo- y con el modo de producción posterior- el capitalismo. El capital
mercantil implicaría la canalización hacia el comercio de los beneficios generados por la
producción agraria y manufacturera. Desde la segunda mitad del siglo XV, sino incluso algo
104 Citado por C. HILL, De la Reforma … p. 197.
105 La economía ... pp. 95-120. sobre la repercusión de la crisis agraria en el fomento y desarrollo de la industria, el mismo autor
escribe: "Los efectos de esta baja de precios- pueden dividirse en dos grupos. Por un lado un efecto sobre las rentas que
aumentó la demanda de manufacturas. Esto, a su vez, fomentó la inclusión del trabajador en el sector industrial en expansión.
Las rentas agrícolas en descenso de los agricultores y aldeanos incapaces de reajustar sus sistemas de cultivos o de bajar sus
costos de producción, al encontrarse con la pujanza de los precios industriales dieron lugar a una sustitución del trabajo agrícola
por el industrial. ... La segunda ramificación de la redistribución producida por los precios se deriva de las características del
comportamiento de las familias que dejaron de depender de forma primordial de la agricultura y pasaron a depender del trabajo
asalariado y de la industria .... Este proceso gradual de <<prolerización>>, unido al cese del crecimiento de la población urbana
en muchas áreas, tendió a borrar esa característica de la economía campesina de su marginalidad del mercado. Tanto los
grandes agricultores como el campesino pobre tenían una posibilidad menor de autosuficiencia que sus antepasados. Este
estado de cosas aumentó aún más la demanda de productos manufacturados". La economía ... pp. 96-97.
antes, Europa inicia su expansión colonial y, según vimos, para dichos historiadores, es la
incidencia de su apertura a los nuevos mundos el detonante que al tiempo que quiebra la vieja
estructura feudal va consolidando las nuevas formas capitalistas. La importancia del mercado,
por tanto, es fundamental. Sin ánimos de reincidir en el debate, nos postulamos en la
interpretación del capital comercial como el de una fase, la última, en la descomposición de las
estructuras feudales; dicho de otra manera, la antesala del capitalismo. Por otra parte, aun
reconociendo su importancia en la transición del feudalismo al capitalismo (antes lo definíamos
como el de la evolución de las rentas al mercado), el desarrollo del capital mercantil no reúne
forzosamente y por sí solo la totalidad de elementos que conducen al capitalismo. Como
señalara Maurice Dobb en clara referencia al caso holandés, aunque un país consiga los
primeros estadios en el camino al capitalismo, eso no garantiza que alcanzará finalmente su
destino106.
Las transformaciones llevadas a cabo en la esfera de los intercambios durante estos siglos son
verdaderamente extraordinarias; de hecho, la articulación de las nuevas tierras con los llamados
viejos continentes implica el surgimiento de un primer mercado mundial. Sus consecuencias
serán igualmente transcendentales. Con todo, no parece apropiado hablar de una nueva
revolución comercial desde el momento en que sus estructuras prosiguen su camino iniciado a
comienzos del siglo XII: el tráfico marítimo fluvial absorbe prácticamente el sostenido en el
interior, entre ferias y mercados. Los instrumentos financieros que lo posibilitan se mantienen
dentro de los márgenes establecidos a finales del siglo XIII. Se dan grandes avances a partir de
las mejoras tecnológicas en el ámbito de la navegación: el astrolabio, la brújula … El título del
excelente estudio de Carlo Maria Cipolla Cañones y velas107 recoge magníficamente el espíritu
acelerador de estas innovaciones.
Un hecho insoslayable es el derivado de la expansión ultramarina europea con el que se inicia
este período. Aquí radican los aspectos de su mayor alcance. La forma de vertebrar una primera
economía internacional en la que quedan vinculados los viejos y los nuevos continentes, léase la
carrera colonial, establecerá las claves de fenómenos muy posteriores como es el del
imperialismo económico, desarrollado en pleno auge del capitalismo, constituyendo a más largo
plazo el origen de los que actualmente se conoce como globalización, especialmente en su faz
económica mercantil. Bajo este punto de vista, el desarrollo del capital mercantil –entiéndase, las
inversiones en la financiación y organización del comercio a gran escala- se convierte en un
factor de primer relieve en el proceso que culmina con la eclosión del capitalismo. Otro hecho
crucial, con carácter de irreversibilidad, consiste en el desplazamiento del viejo mundo del
106 Citado por P. KRIEDTE, Feudalismo tardío … p. 123.
107 Guns and Sails in the Early Phase of the European Expansion , 1400-1700. (1965) Traducción castellana, Cañones y velas.
Las bases del predominio europeo en el mundo (1400-1700 Ariel, Barcelona, 1967. Posteriormente, reeditado en Las máquinas
del tiempo y de la guerra. Estudios sobre la génesis del capitalismo. Editorial Crítica, Barcelona, 1999.
Mediterráneo por el del Atlántico como nuevo eje de la economía mundial. El pequeño mar
interior pierde su papel de aglutinador y distribuidor de riquezas que convergían en sus puertos a
través de las caravanas. Le substituye un océano de dimensiones extraordinariamente
superiores el cual concentra los tesoros ajenos a través de las carabelas. Manifestación clara de
tal suplantación se ofrece en la tabla siguiente donde se refleja como, desde principios del siglo
XVI, las exportaciones del cobre centroeuropeo se orientan preferentemente hacia, por vía
fluvial, hacia el puerto de Amberes en detrimento de los puertos mediterráneos de Trieste y
Venecia.
Cuadro 5.
Comercio del cobre húngaro de los Fugger (1497-1539). (Medias
anuales en toneladas y porcentajes)
Año
Exportación total
promedio anual
(toneladas aprox.)
Exportación a Amberes
vía Danzing y Stettin %
del total
Exportación a Venecia
y Trieste
% del total
1497-1503
1.390
—
32
1507-1509
1.476
49
13
1510-1512
2.235
55
3
1513-1515
1.263
63
4
1516-1518
1.358
50
0
1519-1525
1.434
34
5
893
48
3
1527-1532
1.105
61
6
1533-1535
944
48
15
1536-1539
1.207
49
12
1526
Fuente: C.M. CIPOLLA, Las máquinas del tiempo y de la guerra. Barcelona, Ed. Crítica, 1999. p. 99. .
Es el gran triunfo del comercio marítimo sobre el terrestre, el apogeo en la superioridad de las
carabelas sobre las caravanas, alcanzado por los portugueses cuando controlan el comercio de
las especies, conduciéndolas directamente a los mercados europeos pudiendo evitar de esta
forma su encarecimiento impuesto por los intermediarios árabes.
Relacionado con la marginación, progresiva, del Mediterráneo en el tráfico internacional, y en su
relación causa efecto, a lo largo de estos siglos se contemplará la substitución de las primeras
formas de dominio colonial, puestas en práctica por los portugueses y los españoles, por los
nuevos sistemas de explotación, desarrollados desde finales del siglo XVI, mediante sus
poderosas compañías comerciales, por ingleses, holandeses y franceses. A mediados del siglo
XVIII, el panorama era muy distinto del que, tres siglos y media antes, contempló Cristóbal
Colón a su llegada a las islas caribeñas. Se preludiaban transformaciones transcendentales. En
las páginas siguientes planteamos el alcance de este prominente desarrollo mercantil a través
del estudio de la formación de los primeros imperios modernos –el portugués y el español.- y del
surgimiento de las nuevas formas de explotación colonial mediante el desarrollo del imperio
holandés. El caso inglés, paralelo al holandés, se explicará en el capítulo siguiente, al tratar
sobre las causas por las que Inglaterra asumió el protagonismo exclusivo del a Revolución
Industrial.
A.B).3.A. El imperio portugués
"De todos los grandes acontecimientos que han tenido lugar en este mundo en las últimas eras, los que
conciernen a los viajes y descubrimientos de los europeos en los siglos XV y XVI se disputan
merecidamente la preferencia ... Por el mérito y la gloria de sus hazañas, los portugueses, sin réplica
posible, tienen derecho a la parte del león ... Hay que reconocer que fueron los primeros en sentar los
principios de la navegación marítima, dando la idea a las demás naciones de emprender el descubrimiento
de mundos distantes.
Los otros países tenían tanto retraso en proyectos de este tipo con respecto a los portugueses,
que éstos habían realizado sus empresas durante ochenta años antes de que cualquier a de sus vecinos
pensara en descubrimientos extranjeros ... Los hechos probaron que esos planes eran resultado de un
racionamiento sólido, fundamentado con gran racionalidad”108 .
No exagera Thomas Astley al considerar el protagonismo portugués en la configuración de la
economía moderna. En 1415, Portugal, un pequeño país de no más de 90.000 km2 y apenas un
millón y medio de habitantes, iniciaba su expansión ultramarina ocupando el enclave
norteafricano de Ceuta; tres siglos más tarde, se advertía su presencia en casi todo el mundo,
tras abastecer a Europa de oro, especias y azúcar y de organizar el primer tráfico esclavista del
mundo moderno109. Por raro que pueda parecer, este país de la periferia europea, de
campesinos y pescadores, ha poseído colonias durante más de quinientos años. Las primeras
datan de la primera mitad del XV y se ubican en la costa ecuatorial africana, adoptando la forma
de “factorías” o fortalezas bien armadas desde las cuales se negociaba la adquisición de oros y
esclavos; la última, Macao, donde habían llegado en 1520, fue entregada a China al comenzar
este milenio (2000). Ante tal realidad, Carlo María Cipolla nol duda en calificar estos cinco siglos
108 Thomas ASTLEY, Voyages and travels. en Davis LANDES, La riqueza ... p. 85.
109 Pierre VILAR, Oro y moneda en la historia, 1450-1920. Ariel, Barcelona, 1974, p. 65. Sobre elp alcance del imperio
portugués, David LANDES escribe: "Portugal es un pequeño país de moderada fertilidad. En el siglo XV su población ascendía
aproximadamente a un millón de almas y sus principales productos y exportaciones consistían en vino (oporto y, cada vez más,
madeida; bebidas densas, embriagantes) y, en constante crecimiento, caña de azúcar. Si los portugueses de aquella época
hubieran podido anticipar el ya clásico análisis de la ventaja comparativa de David Ricardo, habrían seguido esta senda
razonable, ocupándose de sus propios asuntos e intercambiando sus productos naturales por los manufacturados de otros
países. en lugar de ello, se salieron del camino trillado de la racionalidad y convirtieron a su país en una plataforma del imperio.
La extensa red del poder portugués llegaría a ocupar tres cuartos del perímetro de la tierra, desde Brasil por el oeste hasta las
islas de las especies y el Japón por el lejano oriente". La riqueza ... p. 126.
-1498-1947- como la “era Vasco de Gama”110. Analizaremos seguidamente la características de
este imperio, especialmente el que ocupa los siglos XVI-XVIII, partiendo de la triple correlación
temporal-espacial-económica en su génesis y desarrollo, léase, en sus diferentes ciclos que lo
componen; estos ciclos permiten constatar la presencia portuguesa en un continente
determinado, durante un tiempo desigual, y entregada a la explotación de unos productos muy
concretos.
A.B).3.A.1. El ciclo del oro.
En 1436 los portugueses lograron doblar el cabo Bojador, principal obstáculo para poder dirigir
sus naves a las costas del África subsahariana111. Tres años después aparecen las primeras
carabelas, embarcaciones capacitadas para retornar de África sin tener que acudir a la ruta de
los alisios. Las expediciones lusas tenían un doble objetivo: buscar oro y hacerse con nuevas
almas para el Hacedor. Lo primero lo consiguieron a partir de 1480, tras franquear el cabo Tres
Puntas y construir la fortaleza de San Jorge da Mina, más conocida como “Elmina”. Según Pierre
Vilar112:
"Ahí se halla la verdadera sede del oro portugués. Durante muchos años, y muy a menudo en la
práctica, una carabela mensual efectúa intercambios y se lleva oro (hacia 1505, una cantidad de 170.000
"doblas", aproximadamente, de oro fino por año)". Es la coronación de la <búsqueda de oro> portuguesa ".
110 "Como escribió el profesor Panikkar, << los 450 años que comienzan con la llegada de Vasco de Gama a Calicut (en 1498) y
terminan con la retirada de las fuerzas británicas en la India en 1948 y de las flotas europeas de China en 1949, presentan una
unidad singular en sus aspectos fundamentales. Estos pueden resumirse como el ascendiente del poder marítimo sobre las
gentes de la tierra de Asia y el predominio de los pueblos de Europa que detentaron el señorío de los mares>>. La <<era de
Vasco de Gama>> ha tocado a su fin. Desconocemos qué nos depara el futuro, pero nos hallamos en buena situación para poder
volver la vista atrás y tratar de comprender lo que ha sido la <<era de Vasco de Gama>> y su significado en la historia de la
humanidad". Cañones y velas ... p. 7. i Las máquinas ...p. 87. El libro de k.m. PANIKKAR al que hace referencia es Asia and
Western Dominance, London 1961. Sobre Vasco de Gama, léase la biografía del historiador indio Sanjay SUBRAHMANYAM,
Vasco de Gama . Editorial Crítica, Barcelona, 1998.
111 Ralph DAVIS explica la importancia que supuso franquearlo:" A pesar del apoyo y ánimo del príncipe Enrique, la navegación
costera tardaba en producir resultados. La costa era árida y desalentadora, y los instrumentos de exploración insuficientes.
Aquellos barcos aparejados con vela cuadrada no podían navegar con viento contrario; para avanzar debían tener el viento de
popa del través, y, por consiguiente, los marineros habían considerado durante los siglos el cabo Bojador, a 26 grados norte,
como el límite de los viajes hacia el sur. El barco que seguía la línea cada vez más meridional de la costa allende el cabo Bojador
entraba en la zona de los vientos alisios del nordeste, en la que no podía tomar un rumbo más cercano al puerto de origen que el
O-N-). Esto implicaba un inmenso rodeo en el Atlántico (tal vez por esta causa se descubrieron Madera y las Azores en este
período), maniobrando lentamente hacia el norte para aprovechar los vientos del oeste que llevarían al explorador sano y salvo a
puerto., y cuanto más al sur se aventuraba, más largo tenía que ser el rodeo, y mayor el riesgo de que las provisiones y el agua
no alcanzasen para el viaje de vuelta. El cabo Bojador era, más que otra cosa, un obstáculo psicológico, considerado durante
mucho tiempo como el último punto frontero a lo desconocido y que parecía más aterrador cuanto más se dudaba en doblarlo";
La Europa atlántica desde los descubrimientos hasta la industrialización. Siglo XXI, Madrid, 1988, p. 11. Paul TEYSSIER
sostiene que: "Cuando comenzó, después de 1415, la exploración sistemática de la costa africana, el límite de los mares
navegables era el cabo Bojador (bojador= <saliente, prominente>) ". El cabo que actualmente lleva ese nombre, está situado a
26º 6' de latitud norte. Pero según algunos, el Bojador de los navegantes portugueses era en realidad el actual cabo de Jubí, que
se encuentra en la costa marroquí, doscientos kilómetros más al norte. En cualquier caso, el cabo Bojador era, para los marinos
de aquella época, un lugar terrorífico. rodeado de olas enormes, a menudo sumergido en la bruma, marcaba la entrada en <el
Mar Tenebroso>. El Alisio del noreste sopla allí todo el año, y se pensaba que aquel que se aventurara más allá del Bojador no
podría volver". "Los Cien Gloriosos" en Michel CHANDEIGNE, (Ed.) Lisboa Extramuros, 1415-1580. El descubrimiento del
mundo por los navegantes portugueses (Memoria de las ciudades). Alianza Editorial, Madrid, 1992, pp. 15-16.
112 Oro y moneda … p. 170
Vilar evalúa en 410 kilogramos la media anual de oro procedente de Elmina, cantidad reducida a
210/215 entre 1522 y 1530, aumentando a 300 en la década posterior113. A estas cantidades
deberían añadirse las que conseguían los mismos portugueses de lugares más septentrionales
como Sierra Leona, Gambia, Senegal, Mauritania e incluso Marruecos, calculándose como
media un volumen de 700 kilos anuales durante los primeros veinte años del siglo XVI. En lo que
atañe a su repercusión en la economía europea, Vilar indica114
"... se puede afirmar que el oro portugués, probablemente, desempeñó un papel importante en la transición
del siglo XV, época de <hambre de oro>, al siglo XVI, época de la <revolución de los precios>. Pero este oro
portugués llegó <pronto, progresivamente y no era superabundante>; se obtenía por intercambio, y no fue
jamás el único elemento puesto en juego por la economía portuguesa (había la pimienta y el azúcar).
Finalmente, su importancia decae a partir de 1520, y, sobretodo, a partir de 1540 difícilmente pudo tener un
papel <revolucionario>".
Estas primeras remesas de oro se vieron complementadas con el adquirido en el África astral,
más conocido como el oro de “Monomatepa”115. A diferencia del sistema de resgate- pacto entre
los portugueses y los jefes de las tribus: los primeros entregaban armas de pólvora y pequeñas
manufacturas a cambio del preciado metal- que predominó en la costa ecuatorial, en la región
sureña los europeos se sirvieron de diversas estrategias, desde las evangelizadoras hasta las
más violentas, dada la resistencia de los nativos, léase del propio Monomatepa, de las tribus
cafres y de los reyezuelos árabes116. Su explotación también difiere en su destino. En este caso,
el oro era transformado en moneda y de enviaba principalmente a Goa, colonia portuguesa en el
este de la India, donde estas monedas serían conocidas como Saotomés117
Si el enriquecimiento persistió como motivación de la expansión portuguesa, las finalidades
altruistas pronto se tornaron mera falacia. Las almas rápidamente se tornarían cuerpos a
explotar sin piedad. Marc Ferro señala el año 1444 como el del inicio de los cargamentos de
esclavos por parte de los portugueses118; poco después, en 1448 al establecerse en el
archipiélago de Arguim se constata su dedicación a la caza del hombre. A decir de Pierre Vilar: “
Arguim cambia sobre todo esclavos, de 800 a 1.000 por año, por caballos, trigos , telas,
paños,plata y seda de Granada119 ". Al principio, los esclavos se enviaban a Santo Tomé y las
islas occidentales (Azores, Madeira …) donde se instauraría el sistema de plantación,
desplazando el anterior cultivo cerealícola por el azucarero, más rentable en los mercados
113 Oro y moneda .. p. 74. H.MISMIMIN, La economía europea … pp. 154-155.
114 Oro y moneda .. pp. 74-77.
115 "El Monomotapa es el soberano que reina sobre el arco del Zambeza., El <oro de Monomotapa> es, más ampliamente, el de
las zonas auríferas de hoy: Batua = Transvaal, Mokaranga= Rhodesia [Zembawee], Matabele= zona comprendida entre el
Zambeze y el Limpopo". Pierre VILAR, Oro y moneda ... pp. 124 i 126.
116 P. VILAR, Oro y moneda … p. 126.
117 P.VILAR, Oro y moneda … p. 68.
118 “La trata y la esclavitud”, en M. FERRO, El libro negro del colonialismo. Madrid, 2005 p. 129
119 IBIDEM. Ver, también, H.MISKIMIN, La economía europea … pp. 154-155 (ULTRA nota –SOBRE ESPECIAS)
europeos120. Desde este momento, los litorales africanos
se convirtieron en la principal
procedencia de los esclavos negros enviados al continente americano, durante el siglos XVI a
las colonias españolas y desde inicios del XVII al Brasil. La esclavitud resucitaba como modo de
producción preeminente en la explotación colonial. Los portugueses serían los primeros en
ponerla en práctica. El cuadro siguiente da una idea del extraordinario alcance de este comercio.
Cuadro 6.
Comercio de esclavos, 1451-1870 (importaciones en miles de esclavos)
1451
1600
1601
1700
1701
1810
Norteamérica británica
—
—
490,0
51,0
547,0
América española
75,0
292,5
(623,1)
606,0
(1.596,6)
Caribe británico
—
263,7
(1.513,5)
—
(1.777,2)
Caribe francés
—
155,8
(1.448,9)
96,0
(1.700,7)
Caribe holandés
—
40,0
380,0
—
420,0
Caribe danés
—
4,0
24,0
—
28,0
50,0
560,0
1.909,7
1.145,4
3.665,1
149,9
25,1
—
—
175,0
274,9
1.341,1
6.395,2
1.898,4
9.909,6
58,1
31,6
23,6
País de destino
Brasil
Europa, São Thomé
atlânticas
Total
promedio anual
1811
1870
total
islas
1,8
13,4
Fuente: P. KRIEDTE Feudalismo tardío y capital mercantil Barcelona, Ed. Crítica, 1982, p. 111. J De VRIES, La
economía europea en un período de crisis, 1600-1750. Madrid, Ed. Cátedra, 1979, p. 145.
David Landes acepta la cifra de diez millones de desplazados; sobre la misma, las circunstancias de su
captura y la tragedia de su travesía marítima, escribe121
120 "Cuando los negreros africanos comprendieron que el hombre blanco, llegado en busca de oro y pimienta, también estaba
interesado por este producto humano, se prepararon. Un cuarto de siglo antes de Colón, las islas de Cabo Verde y, en menor
medida, Madeira, se convirtieron en un terreno de ensayo de las plantaciones azucareras trabajadas por esclavos, a las que se
sumó santo Tomé en el siglo XVI. Estos plantadores, bastante resistentes para instruir y explotar a la mano de obra y soportar
penurias y climas extremos, amasaron fortunas; lo mismo ocurrió con la marina mercante italiana. Mientras tanto, la corona
portuguesa se hacía con un tercio o más de los ingresos brutos en forma de derechos de licencia, contratos azucareros e
impuestos. Estas plantaciones sirvieron como modelo para inversiones, aún más rentables, en el Nuevo Mundo". David
LANDES,La riqueza ... pp. 77, 78
121 La riqueza … . p. 120.
"¿Cuántos africanos se importaron al Nuevo Mundo ?. Las estimaciones se han hinchado con los años,
quizás por añadir más circunstancias agravantes a este crimen, pero no parece descaminado hablar de
unos diez millones a lo largo de tres siglos. Y se trata tan sólo de los supervivientes de un tráfico mortífero.
La pista que llevaba al punto de captura o venta en el interior hasta el puerto de embarque estaba jalonada
por los huesos y argollas de quienes morían en camino: prácticamente la mitad ... y aquello no era más que
el principio. En la costa, los cautivos se hacinaban en condiciones que habrían podido con la constitución
más robusta. Luego, debido al largo tiempo que requerían los negreros para seleccionar un cargamento
completo de cuerpos de aspectos sano, muchos de ellos eran mantenidos a bordo y morían antes de zarpar.
El denominado <<tránsito intermedio>> una travesía oceánica de seres humanos empaquetados entre
inmundicias, esputos, vómitos y excrementos diarreicos, era letal. Pero los comerciantes no se decidían a
dejar que su cargamento abandonara las bodegas fétidas y se asomara a cubierta: podían lanzarse al mar.
Perder a uno de cada siete se consideraba normal; u no de cada tres o cuatro, excesivo pero excusable.
Cada travesía se cobraba sus vidas: no había barco negrero sin su escolta de tiburones. Así que los
negreros preferían atracar y vender su mercancía en las islas orientales (cuanto antes mejor) y cargaban
una prima adicional en ls grandes Antillas. Aquellas naves se anunciaban a millas de distancia., cuando el
viento era favorable, por su pestilencia, que nunca les abandonaba, ni siquiera después de descargar a los
esclavos ni de que el barco se dedicara a otros menesteres. Los supervivientes llegaban tan enfermos,
débiles, aterrados y asqueados (<<melancolía obsesiva>> se decía en la época) --los negros estaban con
vencidos de que los hombres blancos se los querían comer--, que muchos sucumbían poco después,
durante el proceso de <<sazonamiento>>”.
En el cuadro anterior no se hace mención de la procedencia del “negrero”. Muy probablemente,
buena parte de la trata anterior al siglo XVII fuera conducida por los portugueses, incluso la que
aportó a estos negros a las colonias hispanas. Su rentabilidad era muy tentadora, tanto que, tan
pronto como pudieron, las demás naciones europeas se entregaron a este tráfico. En 1704,
William Bossman sostenía: “Los portugueses sirvieron de sabuesos para levantar la caza y, en
cuanto la hicieron, otros se la quitaron”122. Efectivamente, como sucedería, posteriormente, con
las especias y el azúcar, los portugueses hicieron de pioneros en la explotación de la trata, un
negocio de transcendentales consecuencias, especialmente en su desemboque final: el
comercio triangular (manufactura británica, esclavos africanos y azúcar y algodón americanos)
fue una de las bases principales de la Revolución Industrial.
A.B).3.A.2. El ciclo de la especias
El segundo ciclo afecta a la expansión por Asia y la obtención de la especias. En 1488 Bartolomé
Días franqueaba el cabo de Buena Esperanza, antes llamado de Tormentas, abriendo el paso al
océano Indico. Tras costear, fundando factorías, los mares Rojo y Pérsico, diez años más tarde,
bajo el mando de Vasco de Gama , los portugueses llegaron a Calicut, puerto de la costa
malabar india. Entre 1510 y 1512, consiguieron anclar sus naves en los litorales de la actual
Indonesia, por entonces llamadas islas de la especies. A pesar de haber alcanzado sus
objetivos, los navegantes lusitanos siguieron hacia el norte estableciendo factorías en los mares
122 A new and accurate description of the coast of Guinea. London, 1705. Citado por H. THOMAS, La trata de esclavos.
Barcelona, 1998, p. 48.
de China y Japón antes de la segunda mitad del siglo XVI. Sobre estas expediciones y su
enfoque a la adquisición de especias, Harry Miskimin escribe123:
"Sokotra, isla en la boca del mar Rojo y Hormuz, en la entrada meridional al Golfo Pérsico, eran
bases que conjuntamente permitían a un poder naval eficaz, como era Portugal, dominar las rutas
comerciales que desde hacía tiempo eran utilizadas por el tráfico europeo de especies. El control de
Goa dio a Portugal el mando sobre el comercio de toda la costa malabar, fuente de la pimienta más
fina, que era la mercancía de mayor importancia por su volumen entre todas las especies. Una vez
logrado, al menos temporalmente, el poder para poder cerrar las antiguas rutas comerciales hacia
Europa, restaba a Portugal la búsqueda de las riquezas del Oriente y la conquista del acceso a los
diversos bienes para los que había demanda en Occidente. La extensión del imperio de las especies fue
rápida.: Malaca, Java, las Molucas y las Célebes habían sido todas ellas alcanzadas en 1512; Cantón,
en la costa continental china, fue visitada en 1513 y hacia 1520, los portugueses tenían una estación
comercial en China: Macao. Hacia 1542, los exploradores habían desembarcado en la isla más
meridional de Japó".
"El éxito comercial sobrevino rápidamente a Portugal, pero resultó ser frágil. De las Islas de
las Especies venía el clavo, un producto de gran valor, y de las Bandas nuez moscada y macis eran
embarcadas hacia Occidente. Gengibre y seda de China, pimienta y tejidos de algodón de la India ,y
,finalmente, rubíes, esmeraldas y zafiros del Tíbet, de la India y de Ceilán, completaron los productos
de las Molucas y enriquecieron a los comerciantes portugueses. Las cantidades implicadas no eran
muy grandes ... En el cenit del control portugués sobre el comercio oriental, entre 1500 y 1520, la ruta
del Cabo suministraba las siguientes cantidades anuales de especias: entre 7.260 y 8.250 toneladas de
pimienta; 330 toneladas de gengibre; 165 toneladas de canela; 126 toneladas de macis; 1540
toneladas de nuez moscada y 1.276 toneladas de clavo".
Dos factores explican el interés de los portugueses por el control del comercio de las especias.
Una radica en su importante uso social como conservante de alimentos en momentos en que
éstos eran claramente insuficientes124. El segundo, obviamente vinculado al anterior, radica en
los enormes réditos obtenidos de su venta en los puertos europeos: un quintal de pimienta se
adquiría en la India por tres ducados; tras su conducción por las caravanas, los intermediarios
árabes los vendían en Venecia por 80 ducados. El clavo incrementaba mucho más su margen de
beneficios: las veintiséis toneladas transportadas por Magallanes se vendieron diez mil veces
más caras de su coste en los puertos de origen125.
123 La economía europea … pp. 160-161.
124 David LANDES expone "La gente de nuestro tiempo quizás se pregunte por qué la pimienta y otros condimentos eran tan
valiosos para los europeos de antaño. El motivo reside en la conservación de los alimentos en un mundo en que los víveres
escaseaban. El suministro de alimentos en forma de cereales apenas bastaba hasta el punto de que había que racionar el forraje
a los animales cuando el invierno se prolongaba, con la lógica excepción de los de la cría, los animales de titro y los caballos. Lo
que explica la tradición de que la matanza se realice en otoño. Para conservar esa carne de un año a otro, hiciera frío o calor, en
un mundo que carecía de refrigeración artificial, se ahumaba, curaba, condimentaba o preservaba de otro modo. Al cocinarla, se
sazonaba generosamente la carne, con objeto de disimular el sabor y el olor a rancio. Lo que también explica la paradoja de que
la cocina de los países cálidos sea más <caliente> (picante) que l de los países fríos: hay más que es conder. Los condimentos
arrojaban otro dividendo. En aquella época se ignoraba, pero las especias más fuertes contribuían a aniquilar o debilitar a las
bacterias y virus que se criaban en la descomposición.... De modo que las especies no eran un mero lujo en la Europa medieval,
sino que también una necesidad, como atestigua su valor comercial". La riqueza ... p. 33. En clave de humor, sin perder un ápice
de rigor científico, véase el excelente estudio de Carlo Maria CIPOLLA "El papel de las especias (y de la pimienta en particular)
en el desarrollo económico de la Edad Media”. En su libro Allegro ma non troppo. Barcelona, 1991, pp. 14-49
125 “El clavo era probablemente, la especia más valiosa en relación con el peso: una pequeña bolsa constituía un botín justo
para cualquier marinero, cmo bonificación a su salario”. D.LANDES, La riqueza … p. 94 y 130.
Los portugueses consiguieron ostentar el control del tráfico de especias prácticamente a lo largo
de la primera mitad del siglo XVI, cuando un 55 % de la producción descargada en Europa
transitaba por la ruta del Cabo. En 1549 se inicia un descenso de su peso al descender
progresivamente al 40 % y al 20 %126. Estas cifras permiten comprender el desplazamiento del
Mediterráneo por el Atlántico al que se apuntaba anteriormente al referir la desviación del
comercio cuprífero centroeuropeo en su canalización preferente hacia Amberes, via Gdansk) en
detrimento de los puertos de Trieste y Venecia.
La pérdida de control portugués del comercio oriental era algo totalmente previsible. Miskimin
señala que Portugal no logró disponer del monopolio del tráfico de especias y que el que logró
ostentar no tardó en resultar amenazado127. Los desequilibrios en el concierto económico
internacional le ocasionaría fuertes rivalidades, especialmente a partir de 1580, situación que se
prolongaría hasta 1640 cuando Portugal renació como estado soberano. Entre 1500 y 1580, el
93 % de los bajeles portugueses llegaron sanos y salvos a los puertos de destino; entre 1580 y
1612, está proporción se redujo al 69%128. Indudablemente, aquella pequeña nación de
pescadores y agricultores, había llegado muy lejos.
A.B).3.A.3. El ciclo del azúcar.
Según David Landes, al perder el control del comercio de las especias, los portugueses “iban de
farol en farol: ya no tenían ningún as en la mano”129. Eso debió ocurrir en el Índico, en donde a
126 David LANDES reduce al 40% el volumen del comercio que transitaba `por el cabo de Buena Esperanza, cifra que motivaba
la indignación de los venecianos. La riqueza ... p. 130. Según este autor, en 1570 la corona portuguesa pierde el monopolio de
este comercio entre Lisboa y Goa. En 1586, la casa Welser obtiene los derechos exclusivos en la compra de la pimiento en “las
Indias”.p. 131
127 La Economía ... p. 161. Según Charles WILSON i Geoffrey PARKER, "Portugal nunca controló más que un a pequeña parte
del comercio de especias. según cálculos recientes, puede que la producción total de especias asiáticas en el siglo XVI alcanzara
la cifra de 1.500.000 toneladas, de las que 150.000 -es decir, el 10 por ciento- se enviaban a Europa por el cabo de Buena
Esperanza". Una introducción a las fuentes de la historia económica europea 1500-1800. Siglo XXI, Madrid, 1985, p. 81. Sobre
les causas del declive portugués, MISKIMIN escribe: " Por una parte, los recursos demográficos y económicos de aquella
pequeña nación reducida al rincón occidental de la Península Ibérica eran obviamente inadecuados para la tarea de dominar
medio mundo. Al avanzar el siglo, resultó imposible para los portugueses incluso mantener la identidad étnica de las tripulaciones
de los barcos mercantes y se emplearon cada vez más marineros de la población indígena de Oriente, cuya lealtad hacia un país
que nunca habían visto era más que dudosa. Por otra parte, en la india, en las Islas de las Especies, y en las otras plazas
comerciales tan dispersas, la rebeldía de los nativos se hizo grave y a menudo dio lugar a violencias, tanto políticas como de
piratería….. La economía ... p. 161
128 “El comercio portugués con oriente continuó pero los sueños de riquezas ilimitadas resultaron ilusorios”. H. MISKIMIN, La
economía europea … p. 162.
129 La riqueza ... p. 131
excepción de algunas colonias (Goa, Macao) su presencia quedó desplazada por los
holandeses, orientando sus miras a otro continente, América, e la explotación de otro producto:
azúcar. En abril del año 1500, Pedro Alvares Cabral descubría la isla de Vera Cruz. En realidad,
era el Brasil. En un principio, sin metales preciosos a primera vista, los “conquistadores” se
entregaron a la explotación de productos agrícolas, muy especialmente del que acabaría por dan
nombre al territorio alcanzado: el palo brasil, un árbol del que obtendrían un tinte a aplicar en la
manufactura textil. Sus troncos, transportados a través de sus abundantes cuencas fluviales, se
convertirían el primer producto que exportaron a Europa de sus tierras americanas130. Se
producía así, una alteración trascendente con respecto al sistema de explotación previo –el del
establecimiento de factorías: por vez primera, los portugueses penetraban en el interior, en el
corazón del continente, dando inicio a un proceso genuinamente colonial. Brasil, en
consecuencia, constituye la concentración de un imperio, hasta entonces diseminado entre
puertos y fortalezas marítimas, algunas de gran importancia como las ya señaladas Goa, Macao
y Cantón. Brasil es, por tanto, lo que los españoles acabarán definiendo al continente americano:
“tierra firme”.
"<Hablar de Brasil es hablar de azúcar y más azúcar> escribían los plantadores de Bahía en
1662 "131. Casi un centenar de años llevaban los portugueses enviando azúcar al continente
europeo132. Antes de descubrir este filón, los portugueses habían comprobado su alto rédito al
substituir los cereales por la caña azucarera en sus islas atlánticas. Ligado a ello, allí habían
constatado el excelente rendimiento de una mano de obra esclava. Charles Wilson y Geoffrey
Parker denotan el interés por emular las plantaciones de Madeira en las nuevas y extensísimas
nuevas tierras colonizadas brasileñas. Sus cifras son suficientemente significativas para no
dudar en hablar de un nuevo ciclo: el del azúcar133:
"... ya en la década de 1560 se exportaban 180.000 arrobas anuales de aquella colonia, cantidad que subió a
350.000 en la década de 1580 y a más de un millón en los primeros años del siglo XVII. en 1650 la
producción alcanzó los 2 millones de arrobas (22.300 toneladas). El número de ingenios -(engenhos)
azucareros pasó de 60 en 1570 a 346 en 1629 y 500 en 1670".
130 "Las divisiones pontificias del mundo y el Tratado de Tordesillas, creados con ignorancia geográfica, al menos parcial,
concedieron a Portugal la costa de Brasil, y puesto que durante este período inicial no se descubrió allí ningún metal precioso, los
portugueses se esforzaron en explotar la riqueza agrícola. de su nuevo territorio. En la primera mitad del siglo, el palo del Brasil
fue la exportación más rentable de la colonia portuguesa, y al irse introduciendo herramientas europeas, e incrementando la
productividad de la mano de obra nativa, se desarrolló un considerable comercio de exportación. la madera que llegaba a Lisboa
era transportada a Amberes o Amsterdam, donde servía para fabricar tientes y éstos se distribuían en las industrias textiles
europeas. el tinte brasileño se complementaba con cochinilla e índigo de México". Harry MISKIMIN, La economía ... p. 164.
131 Ch. WILSON – G. PARKER, Una introducción ... p.81
132 El azúcar era una sustancia muy adictiva, agradable naturalmente al paladar y reconfortante para la psique humana. En
principio era muy costoso y se utilizaba sólo con fines terapéuticos: se comparaba en la farmacia, de modo que la mayor parte de
los europeos obtenían ese sabor de la fruta o de la miel … (luego) empezó a utilizarse como complemento en todo tipo de
alimentos. Como dice un proverbio alemán: no hay comida que pueda echarse a perder con el azúcar. … En los siglos XVI y XVII
el azúcar era un lujo. Las amas de casa encerraban bajo llave los panes de azúcar para que no se los sisaran los sirvientes”. D.
LANDES, La riqueza … p. 76.
133 Ch.WILLSON G. PARQUER, Introducción … p. 81. H. MISKIMIN, La economía … p. 165
Como apuntábamos antes, el desarrollo de la producción azucarera está totalmente vinculado al
tráfico de esclavos iniciado durante el ciclo del oro a mitad del siglo XV. Cabría añadir que el
azúcar consolida y da un sentido verdaderamente económico a tal explotación infrahumana 134. El
cuadro V refleja esta situación, pudiendo observarse cómo el descenso en la introducción de
esclavos en Santo Tomé y en las islas atlánticas coincide con su llegada a Brasil cuya demanda
era ingente. En su otro extremo, leído a la inversa, el incremento en la producción de azúcar es
igualmente extraordinario. Este ciclo se mantendrá hasta la mitad del siglo XVII 135. Las
rivalidades con las potencias nórdicas, especialmente tras la llegada de las flotas holandesas a
las costas brasileñas, diseñarán de nuevo las limitaciones, tangibles, del imperio portugués.
Wilson y Parker describen esta situación136:
"El estallido de la guerra entre la república holandesa y el rey de España provocó el declive del comercio
entre Portugal y Brasil. Posteriormente, en 1630, los holandeses lograron ocupar Pernambuco, donde se
cultivaba y procesaba la mayor parte del azúcar del Brasil. Inmediatamente se produjo una crisis
económica en Portugal, que se vio privado de repente de su más importante fuente de riqueza, por la que el
gobierno se esforzó por desarrollar la economía de otras zonas de la región (Bahía, río). Aunque en 1640
Portugal rompió con España, y aun cuando en 1654 los holandeses fueron expulsados de Brasil, la
situación de los años de la preguerra nunca más volvió. Los holandeses, y también los ingleses y los
franceses, instalados ahora en las antillas, producían azúcar propio que vendían a precios competitivos en
el mercado internacional".
A.B).3.A.4. De nuevo, el oro
El epílogo de su imperio moderno supuso un retorno a los principios. El oro “de Portingale”, como
será conocido en Europa, representa su último capítulo. La pérdida del control del azúcar, ahora
en manos de holandeses y británicos, fuerza a los ibéricos a expandirse por el interior del Brasil
donde se habían percatado que podían hacerse con oro y diamantes. El primero fue encontrado
por los bandeirante, forajidos que masacraban a los indígenas con el fin de arrebatarles su oro.
Eso sucedía en las postrimerías del siglo XVII (1695), en la región de Sabará del estado de
Minas Gerais. Veinte años antes, se habían iniciado las expediciones con fines claros de dar con
el oro. Del 27 de septiembre de 1664 data una carta del rey de Portugal Alfonso VI, dirigida al
bandeirante paulista Fernao Dias Pais a quien exhorta a penetrar en la región para conseguir
oro. Su texto es el siguiente137:
134 “Desde un punto de vista estrictamente económico, sin embargo, el tráfico de esclavos era algo más que un simple medio
de satisfacer las demandas de mano de obra de las despiadadas minorías que estaban explotando las vastas tierras del Nuevo
Mundo. La venta de esclavos proporcionó a Portugal los medos de obtener plata para utilizarla en el comercio de Indias". H.
MISKIMIN, la economía ... p. 166.
135 "Esta industria era exigente: precisaba grandes plantaciones y fuertes inversiones de capital. dio origen a la trat de esclavos,
a las importaciones de plata del Perú españolo, a la cría de ganado en el sertao (el interior del Brasil) y al cultivo de nuevos
productos necesarios para mantener a la creciente población trabajadora: el maíz, la mandioca, las frutas, la verdura y más tarde
el tabaco, que terminaría por cultivarse también para la exportación. toda la economía del Brasil se basó, más o menos
directamente, en el boom del azúcar". Ch. WILSON - G. PARKER, Una Introducción ... pp. 91-92.
136 IBIDEM p. 92.
137Transcrita per Jorge CALDEIRA a Viagem pela Historia do Brasil. Companhia das Letras, Sao Paulo, 1997 p. 72.
<< Eu el-rei vos envio molto saudar. Bem sei que nao é necesssário persuadir-vos a que concorrais da
vossa parte com o que for necessário para o descobrimento das minas, considerando ser natural deste
estado e que, como tal, mostra particular desejo dos aumentos dele, confiando pela experiència que tenho
do bem que até agora me serviu que assim fará em tudo o que lhe encarregar. Porque a notícia que me tem
chegado do vosso zelo, e de com vos houvestes em muitas ocasioes do meu serviço me fez certo que vos
disporeis a me fazer este. Encomendo-lhe para que façais tida a assistença para que se consiga este bom
fim, que há tanto se deseja e que eu quisera ver acontecido no meu tempo e posses de governo destes
meus reinos, entendendo que hei de ter muita particular lembrança de tudo o que obrardes nesta matéria,
para vos fazer a merce as honras que espero me saibais merecer>>
Este último ciclo se extenderá hasta mediados del siglo XVIII. El oro se hallaba em los ríos y en
los yacimientos mineros en las faldas de las montañas. Pierre Vilar ofrece algunas de las
cantidades enviadas a Portugal, cifras que van desde los 725 kilos en 1699 a los 20.000 en
1725138. Su descubrimiento iniciaría la carrera (rush) por el oro americano, como sucedería en el
siglo XIX en los Estados Unidos e, incluso, en las postrimerías del XX, en el mismo Brasil, ahora
en la Amazonía y el estado de Goias. Entre 1703 y 1720, gentes de la metrópoli se desplazarían
a su colonia con esperanzas de enriquecerse. Pierre Vilar transcribe el siguiente testimonio139:
"Cada año se ve mayor número de portugueses y de extranjeros pasar al Brasil hacia las minas ... Mezcla de
personas de todas las condiciones, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, pobres y ricos, nobles y
plebeyos, clérigos seculares y religiosos de todas las órdenes, muchos de los cuales parten hacia el Brasil
sin tener ni convento ni casa que les aguarde" 140.
Estas extracciones de oro, con todo, requieren mano de obra esclava. Vilar indica que
entre 1715 y 1727, el número anual de esclavos africanos trasladados a las minas brasileñas es
de 2.250141. Jan de Vries, sin especificar el contingente que trabajaría en estas actividades,
considera que entre 1701 y 1720 Brasil conoce un total de 292.700 entradas de esclavos,
cantidades superadas en las décadas posteriores: entre 1721 y 1740: 312.400 y entre 1741 y
1760, 345.500142. Recordemos la cifra presentada por Peter Kriedte en el cuadro V, que para el
siglo XVIII, suponía la incorporación a Brasil de 1.909.700; sin duda el período álgido en tales
importaciones.
Es evidente que el oro “de Portingale”, como había pasado dos centurias antes, incrementaría
las ya fastuosas fortunas metropolitanas. La multitud de iglesias, conventos y demás
instituciones erigidas por los conquistadores portugueses en su inmensa colonia brasileña
reflejan a la perfección esta explotación. En otro orden de cosas, el oro también serviría para
equilibrar la balanza comercial con Inglaterra. Gracias al oro, Portugal acuñaría, entre 1694 y
138 Otras cantidades son: en 1701: 1.785 kilos; en 1704: 9.000; y en 1720: 25.000" Oro y moneda ... p. 326.
139 Oro y moneda … p . 324
140 "Esta avalancha de religiosos fue escandalosa. Se intentó prohibirles la región de las minas: el gobernador de Sao Paulo
incluso pidió sancionar esta prohibición con la excomunión. En 1720, Portugal limita estrictamente la emigración". P VILAR, Oro y
moneda … p. 324.
141 “entre 2.200 y 2.300". Oro y moneda ... p. 325
142 La economía … p. 145.
1727, 14.000.000 de libras esterlinas, un millón menos que el acumulado entre 1558 y 1694143.
De nuevo, tal como había sucedido con la plata española durante los siglos XVI y XVII, el metal
precioso colonial extraído por su vecina Portugal durante el siglo XVIII acabará por alimentar el
capitalismo foráneo.
Con ello concluye la aportación portuguesa al mundo occidental tres siglos después de que
iniciara su andadura. Charles Wilson y Geoffrey Parker sintetizan la frágil estructura de este
imperio, así como su inmensa fortuna al saber enderezar sus derroteros los elementos les
recomendasen recoger velas y buscar nuevos horizontes144
"Un país pequeño, de campesinos y pescadores, relativamente poco poblado, fue capaz de desempeñar un
importante papel en el comercio internacional gracias a sus navegantes, sus comerciantes y sus colonos.
Portugal dssempeñó el papel de intermediario, primero en Asia y luego en América, hasta el momento
(diferente en cada continente) en que este papel resultó superfluo o fue usurpado por los competidores del
norte de Europa. El siglo XIX, en que se produjo el colapso definitivo, fue, por tanto, un período de crisis
económica casi permanente para Portugal: sus colonias le habían mantenido durante tanto tiempo que no
habían creado nada que las reemplazara. Por eso, la primera solución que se buscó a su pérdida fue crear
un nuevo imperio colonial en Africa, en lugar de intentar la industrialización. Hoy el segundo imperio
portugués se ha derrumbado también dejando sólo el turismo y la emigración para sostener la economía. El
interrogante es ahora si los lazos comerciales y culturales que aún subsisten entre Portugal y sus antiguas
colonias conservarán el vigor suficiente para mantener activa su economía o si hay que proceder a un
programa masivo de industrialización. A no ser que se produzca otro <<milagro>> como el oro o el azúcar".
A.B).3.B. El imperio español
<”Es negra, negra, totalmente negra, y empezamos a hablar y pensé qué país más aburrido sería éste sino
hubiera existido el padre Las Casas y le dije, Te bendigo cura por haber traído negros del África como
esclavos para aliviar la esclavitud de los indios, que de todas maneras ya están acabando y le dije, Cura te
bendigo, has salvado este país …>
En este texto del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante145 se encuentra una de las claves
por las que acabaría distinguiéndose el imperio español al navegar entre optar por la senda
143 Pierre VILAR, Oro y moneda .... p. 327.
144 Una introducción … pp 92 y 93.
145 Tres tristes tigres. Barcelona, Barral editores, 1998, p.68.
institucional o por la del imperativo de los intereses. Fray Bartolomé de las Casas dedicó su vida
a evitar la esclavización real de los indios, institucionalmente seres libres, de hecho brutalmente
explotados en las encomiendas y las mitas. La tardía importación de esclavos africanos por los
españoles obedecía, en buena medida, a la instrumentalización de la población indígena que, en
gran parte, acabó extinguiéndose al perder su condición de trabajadores del campo y convertirse
en extractores de plata. La metrópolis, sin embargo, ya había consumido su fase de “esplendor”
e iniciaba su período final, tal vez el económicamente más rentable. Durante el mismo, como
había sucedido casi dos siglos antes con los portugueses en Brasil, en las explotaciones de
plantación los negros sustituyeron a los nativos como mano de obra146. Y Cuba fue un
espléndido escenario de esta permuta.
Estudiar el imperio español contempla analizarlo diversas perspectivas de análisis. En nuestro
caso se abordará preferentemente su óptica comercial, léase su contribución a la creación de
grandes mercados internacionales. En tal sentido, de sus casi tres siglos y medio de existencia,
se hará especial hincapié en el período que ocupa el siglo XVI y la primera mitad del XVII.
Durante este tiempo su principal aportación radicó en el transporte de los metales preciosos
americanos. Posteriormente, hasta la emancipación colonial del primer cuarto del siglo XIX,
aquellos se verían desplazados por productos agrícolas y materias primas para su utilización
industrial. Ambas fases poseen igualmente un diferente carácter colonizador: el primero, que se
abre con la llegada de Cristóbal Colón a las islas antillanas, está impregnado por un espíritu de
cruzada eminentemente feudal; el segundo, generado como reacción al declive político y
económico, enlaza con una cierta voluntad reformadora en la que se intuyen rasgos propios de
un capitalismo incipiente.
A.B).3.B.1. Oro y plata.
“En los primeros tiempos de la aventura colonial española en el Nuevo Mundo, el oro del que se apoderaron
los conquistadores fue exclusivamente producto de robos, botines y saqueos. Lo malo de cualquier
actividad parasitaria es que no puede durar eternamente. Más tarde o más temprano, según la consistencia
de los tesoros acumulados por las víctimas y la eficiencia de los depredadores, las víctimas son despojadas
de todos sus bienes y a los ladrones ya no les queda nada que hacer. Este destino fatal hubiera sido
también el de los españoles de no ser por un extraordinario golpe de fortuna que les llevó a descubrir, en
los territorios que habían conquistado, excepcionales yacimientos de oro y, sobre todo, de plata. Teniendo
toda aquella plata a su alrededor, al alcance de la mano, era natural que los españoles se lanzaran, con toda
su pasión y su entusiasmo por el oro y la plata, a la actividad minera. Así empezó la leyenda de la plata
146 “Durante un tiempo se usaron indiferentemente indios o negros para las labores agrícolas y los ingenios, pero los africanos,
por su mayor resistencia, resultaron más productivos. Se decía en el mundo de los negocios que un negro equivalía a cuatro
indios. Muchos de éstos caían muertos en el tajo, tantos que la corona española promulgó decretos en 1569 y 1599 en los que se
prohibía el uso de indios en los ingenios. … en noviembre de 1601, Felipe III prohibió el uso de indios en cualquier actividad
relacionada con las plantaciones. A partir de ese momento, el azúcar mexicano fue una industria esclavista”. D. LANDES, La
riqueza … pp. 125-26.
española, de los tesoros obtenidos gracias a una intensa actividad minera y transportados después a la
patria desafiando enemigos, corsarios y la furia de los elementos”.
Con estas palabras, Carlo Maria Cipolla inicia su estudio sobre los tesoros americanos
Conquistadores,Pirati, Mercantati. La saga dell’argento spagnolo147. En ellas se aborda la
secuencia seguida en la explotación de los metales preciosos, primero el oro y posteriormente,
en dimensiones muy superiores, la plata.
Como sucediera con el doble objetivo que impulsara a los navegantes portugueses en sus
expediciones de ultramar, el ideal evangélico confluía perfectamente con el crematístico en el
reconocimiento de la casuística colonizadora. Bernal Díaz del Castillo, que acompañara a
Hernán Cortés en la conquista de México, refiere que “han llegado a América para servir a Dios y
a su Majestad y también porque hay riquezas”148. Ambos fines se cumplieron y, también, la
obtención de importantes ganancias. La conversión del indígena a “la religión cristiana” fue
condición sine qua non para que los nativos se vieran teóricamente excluídos de una
subyugación esclavista; al soberano se le abonó el quinto real de todo cuanto se conquistase, o
extrajera; y los particulares que invirtieron o se implicaron en la conquista se vieron
compensados con fortunas ingentes.
Como apunta Cipolla, el oro fue objeto de una intensa actividad depredadora que ocupó las
primeras décadas del siglo XVI. Si bien en el viaje del “descubrimiento” apenas se obtuvo algo,
Colón afirmaría que se “había encontrado lo que se buscaba”149. Sospechas fundadas en la
presencia de arenas auríferas y, sobre todo, en los “rescates”, motivaron que para la segunda
expedición se contara con un dispositivo de mucha mayor envergadura: de las 3 carabelas y 87
hombres se pasó a una flota de 17 barcos –de las que 14 eran carabelas- y 1.500 hombres150.
El llamado “ciclo del oro” ocuparía principalmente en período transcurrido entre los años 1494
y1530, y, en gran medida, se circunscribiría al entorno isleño de las Antillas: La Española (Santo
Domingo y Haití), Puerto Rico y Cuba. En sus inicios, su drenaje supuso una incautación del que
poseía la población indígena, robo a decir de Cipolla. Posteriormente, ésta fue utilizada como
mano de obra para obtener el oro de aluvión, es decir, las pepitas que escondían la arena y los
ríos. Pierre Vilar escribe al respecto151:
“Hay que lavar la arena y moverla. Mano de obra forzada, a menudo femenina, está sometida a este trabajo
desde la salida hasta la puesta del sol. Quizás no es agotador, pero destruye el equilibrio del trabajo
147 Traducido al castellano como La odisea de la plata española. Ed. Crítica, Barcelona, 1999, pp. 9-10.
148 Citado por E. GALEANO, Las Venas abiertas de América Latina. Siglo XXI, Barcelonas 2001, p. 18.
149 Citado por P. VILAR, Oro y moneda … p. 87.
150 P. VILAR, Oro y moneda … pp. 87-88. Citando a P. CHAUNU (Seville et l’Atlantique, t.8, vol I, Paris, 1958, p. 104) Vilar
trasscribe: “ Es el oro, o mejor, la promesa de oro, lo que explica la diferencia en el volumen y la elección de los hombres de las
dos expediciones, así como las certidumbres del éxito y la desaparición del peligro”. (p. 88).
151 Oro y moneda .. p. 89.
agrícola anterior y suprime las cosechas de subsistencia: el trabajo continuo está, también, por encima de
las fuerzas de la mano de obra, en las condiciones de alimentación de una economía poco desarrollada. De
ahí un hundimiento de la población cuyos resultados son seguros: la población indígena es reducida a casi
cero, en Santo Domingo, Puerto Rico y Cuba. El “ciclo del oro” en cada una de estas islas es muy corto
porque es destructivo, no de materia, sino de mano de obra”.
Recordemos a Cipolla especialmente en su referencia al carácter parasitario del expolio aurífero
y a su dependencia de una fuerza trabajadoras en declive. Efectivamente, poblaciones indígenas
como los Siboneyes, los Taínos y los Caribes prácticamente dejaron de existir. Algo similar
ocurriría en la población nativa de los virreinatos de nueva España y del Perú cuando éstos
vieron esquilmar sus yacimientos argentíferos de la que más adelante hablaremos. A partir de
1516, los españoles, atraídos por la conquista de México, se desplazan a “Nueva España” donde
también tratarán de hacerse con todo el oro existente152.
Partiendo de las cifras aportadas por el investigador americano Earl J. Hamilton 153,- visibles en la
tablas nº X, XX, y en el cuadro X- durante las tres primeras décadas del siglo XVI los españoles
ingresaron en la Casa de Contratación de Sevilla 18.992 kilos de oro. Dicho oro representaba el
total del metal precioso enviado a España. A partir de entonces, hasta el decenio 1551-1560, las
llegadas se incrementarán hasta alcanzar los 42.800 kilos. Esta cantidad, sin embargo, ya era
ostensiblemente inferior a la aportada por la plata, representando apenas un valor del 15% de los
arribos.
Tabla 1
Importaciones totales decenales de oro y plata finos (en gramos) 1503-1660.
152 “En Jamica no se descubren yacimientos antes de 1518, en que la isla ha sido ya largamente despoblada por la exportación
de la mano de obra hacia las demás islas”. P. VILAR, Oro y moneda … p . 90.
153 El tesoro americano y la revolución de los precios en España, 1501-1650. ed. Ariel. Barcelona, 1975.
Fuente E.J. HAMILTON, El tesoro americano y la revolución de los precios en España. Barcelona Ed. Ariel, 1975, p. 55 (T.3).
Tabla nº 2
Porcentajes, en peso, de las importaciones totales de oro y plata
Fuente: E.J. Hamilton, El tesoro americano y la revolución de precios en España. Barcelona, Ed. Ariel, 1975, p. 53
Cuadro 10
Porcentajes, en peso, de las importaciones totales de oro
Fuente, E.J. Hamilton, El tesoro americano y la revolución de los precios en España. Barcelona, Ed. Ariel, 1975,p. 54.
En las tablas 1 y 2 en el Cuadro 10 se aprecian claramente la desproporción, abismal, en la
correlación oro –plata durante el siglo y medio que siguió al “descubrimiento” de Colón. Es la
plata y no el oro, la base de la extraordinaria riqueza aportada por Castilla que, en gran parte,
iría a parar a los mercados extranjeros, europeos e incluso asiáticos. Antes de entrar en ello
cabe exponer algunos de los aspectos cruciales que caracterizan su transporte. Retomemos las
palabras de Cipolla para enlazar la primera explotación del oro con la extracción de los recursos
argentíferos de sus colonias americanas154.
154 La odisea de la plata … pp. 17-19.
“Ya se ha dicho que la actividad parasitaria que consiste en robos y latrocinios lleva en si misma el germen
de su propio fin, y que cuanto más eficiente sea esta actividad más rápido será forzosamente su fin. Los
españoles se mostraron especialmente eficientes a la hora de robar y saquear a los indios y, por tanto, muy
pronto llegó la hora en que, si querían seguir obteniendo oro y plata para enviar a la plata y para su propio
consumo, tuvieron que dedicarse a un tipo de actividad completamente diferente a la practicada hasta el
momento; en otras palabras, tuvieron que transformarse, de grado o por fuerza, de bandidos en
emprendedores mineros”.
La extracción de la plata está íntimamente vinculada a la presencia española en el continente
americano. Pese a que la conquista de México en 1519 precediese en algo más de una
década a la del Perú, (1531-1535)155, fue en esté Virreinato donde los españoles iniciaron su
aventura minera. En 1545, en un cerro de 4.000 metros de altura, fueron descubiertos unos
filones de palta de extraordinaria riqueza. Un año más tarde, a 760 metros por debajo de dicho
cerro se fundó la ciudad minera de Potosí. Treinta años más tarde está ciudad logró concentrar a
mas de 150.000 personas156. Apenas un año después de su hallazgo, en el Virreinato de Nueva
España se llegaba a un lugar llamado Zacatecas en donde, dos años más tarde, aparecían
nuevos filones de plata157. Debería pasar sin embargo todavía una quincena de años para que
ambos centros incrementaran sus cotas máximas de producción. En 1563, a unos 1.200 kms al
sur de Potosí, en una cumbre andina situada sobre los 4.000 metros de altura, se hallaban las
minas de Huancavelica, de la que los indios extraían el cinabrio que utilizaban como tinte para
pintarse el cuerpo de rojo. Cipolla escribe158:
“De la mina podía extraerse también el mercurio, pero los incas prohibían esta producción considerando,
acertadamente, que la manipulación del mercurio era peligrosa. Pero los españoles no tenían tales
escrúpulos, porque además quienes iban a trabajar en las minas serían los indios y no los españoles”.
En su adaptación al moderno sistema de amalgama, el mercurio de Huancavelica fue enviado
tanto a Zacatecas como a Potosí. Hasta entonces, el mercurio utilizado en la extracción de plata
procedía de las minas españolas de Almadén y de las italianas de Idria. Sin embargo, tales
recursos se habían manifestado abiertamente insuficientes para satisfacer las necesidades de
ambos yacimientos americanos159. Tras el descubrimiento de Huancavelica, la producción de
plata conoció un extraordinario empuje, alcanzándose sus máximos en la última década del siglo
155 Sin embargo, la fundación de ambos virreinatos, de Nueva España y del Perú coinciden en un mismo año, 1535.
156 C.M. CIPOLLA, La odisea … pp. 19-21.
157 “Si el descubrimiento del yacimiento de Potosí había sido un hecho puramente casual, el de Zacatecas feu el
resultado de una actividad de exploración y de investigación, que en el curso de os decenios siguientes dio como
fruto el hallazgo de nuevos yacimientos de plata de enorme riqueza. La producción minera de la zona fue tan
importante que se impuso la construcción de una carretera principal que uniera Zacatecas con ciudad de México, y
que recibió el nombre de <Camino Real de la tierra Adentro>. C.M. CIPOLLA, La odisea … p. 21.
158 C.M. CIPOLLA, La odisea … p. 27. Sobre la introducción del proceso de amalgama de mercurio y sus efectos en la
extracción de la plata, véase, P.VILAR, Oro y moneda … pp. 159-185.
159 “En los momentos de necesidad máxima España podía importar mercurio de la China, como hizo en 1615, y también en
1644 y en 1661, aunque fueron casos aislados”. C.M. CIPOLLA; La odisea … pp. 24-25.
XVI. Sobre su significado en la explotación de la plata, las palabras de Pierre Vilar son muy
explícitas160:
“Las minas de mercurio de Huancavelica no eran un complemento, sino la condición misma de Potosí, ya
que aunque España tenía mercurio -en Almadén, concesión de los Fugger. El envío de este mercurio al Perú
era toda una aventura: había que atravesar dos océanos y un istmo. Huancavelica estaba muy lejos de
Potosí, pero relativamente cerca de Lima. Esto resolvía la cuestión: había que tomar un camino de montaña,
de 1500 kms –es decir, un viaje de dos o tres meses-, pero el mercurio constituía una especie de
cargamento de retorno para la plata enviada de Potosí a la capital. Las recuas de llamas cargadas de
mercurio o de plata se convertían en uno de los aspectos familiares de la meseta de los Andes”.
Por consiguiente, la ventaja en el flete se convertía en un valor añadido. La explotación del
mercurio andino corrió pareja a la de su plata. Pierre Vilar aporta cifras relevantes sobre su
producción y representatividad en el marco de la exportación argentífera: de una media de 2.000
quintales en el quinquenio 1570-1575 se pasa as 8.000 en 1581 y a 13.600 en 1582. Entre 60 y
1660 Huancavelica suministra una media de 215 toneladas de mercurio sobre el total de 363
utilizadas en América -148 llegan de Europa- . La media anual de plata exportada durante ese
mismo período es de 163 toneladas161.
Tanta cifra en lo que afecta a la explotación de la plata americana sugiere, cuanto menos, algún
comentario acerca del sistema de su traslado al continente europeo al tiempo que implica un
detenimiento sobre el uso del indio como mano de obra inmediata en las labores extrativas, tanto
en Potosí –y por tanto, en Zacatecas- como en Huancavelica. En “Tierra firme”, las llamas
fueron, sin duda, el principal sistema de conducción interna, desde los centros productivos del
interior hasta los puertos más cercanos. De ahí, pese a los riesgos inherentes entre vientos y
corsarios, se imponía el transporte marítimo, primero entre puertos del Pacífico para luego,
buscando el istmo panameño, pasar a sus puertos atlánticos de Portobelo y Nombre de Dios. De
ello se encargaba los galeones de Tierra Firme que constituían la flota del mar Pacífico (Mar del
Sur), organizada según el modelo de las flotas de Indias, léase, las que transportaban sus
tesoros a España162 El siguiente croquis permitirá reconstruir estas rutas
160 Oro y moneda … pp. 183-84.
161 “El mercurio es, pues, una producción masiva y su transporte un problema”. Ibidem, pp. 184-85:
162 E.J. HAMILTON, el tesoro americano … PPPPPPPPPPPPPPP
Mapa. 2
Ruta en el transporte de la plata entre el Pacífico y el Atlántico.
Fuente A. Tenenti. La formación del mundo moderno. Ed. Crítica, Barcelona, 1985 p. 257 y
La Edad Moderna. Ed. Crítica, Barcelona, 2000, p. 135
Otros puertos atlánticos a donde llegaban las distintas remesas de plata eran el de Veracruz en
Nueva España, el de Cartagena en Nueva Granada y los de Amarique y Trujillo en Honduras. Al
principio, los barcos navegaban en solitario, confiados en la protección de su artillería;
posteriormente, a medida que los cargamentos incrementaban su valor y ante el peligro de ser
incautados por corsarios de naciones rivales, se consideró necesario su agrupación en
convoyes bajo la protección de navíos de guerra. En 1561 se reglamentaron estas navegaciones
institucionalizándose lo que llegaría a ser conocido como <las flotas de Indias>. Según sus
ordenanzas, los convoyes partirían de España dos veces al año, en enero y en agosto; no se
permitiría la navegación aislada e irían bajo el mando de un capitán general y un almirante. Tres
años más tarde, ante los problemas suscitados por los retrasos, se abolió este sistema
cambiándose por la partida de dos convoyes anuales, uno dirigido a Nueva España, con destino
a Veracruz y otro a Tierra Firme con destino a Portobelo o a Cartagena de Indias. La mercancía
descargada en estos dos puertos se trasladaba a lomos de llamas o de mulos a la costa pacífica
del istmo de Panamá donde era cargada de nuevo en la flota del Pacífico con destino al Callao.
Carlo Maria Cipolla describe su retorno a la metrópolis 163:
“Después, en las mismas naves que habían la mercancía desde Panamá, la plata producida por tanto en
Potosí era transportada por la ruta inversa a Panamá, donde el metal precioso procedente de Potosí era
cargado en las naves que habían invernado en Cartagena Entonces las naves se reunían en Cuba con las
que habían invernado en Veracruz y que estaban cargadas con productos de México, sobre todo plata,
destinados a España. Una vez reunidas las dos flotas formaban un convoy único que partía a mediados de
marzo y, pasando por las Bermudas y las Azores, regresaban a Sevilla. Todas estas operaciones de cargas y
descargas estaban plagadas de contratiempos, pero en conjunto el complicadísimo sistema funcionó y
garantizó a España una extraordinaria cantidad de plata, a pesar de todas las dificultades y hostilidades que
debieron ser superadas”.
.
Dejaremos para más adelante el juicio sobre las diferencias, presumiblemente sustanciales,
entre lo embarcado en el puerto limeño, o en el de Veracruz, y lo desembarcado en el puerto
sevillano así como lo incautado por la vía del corso o lo hundido en los pecios, en los fondos del
Atlántico. Pese a sus dimensiones operativas -podrán reunir entre 35 y 70 embarcaciones- las
flotas de Indias fueron susceptibles de todo intento de captura desde las costas americanas
hasta los mismos litorales andaluces al tiempo que también debían sortear el naufragio ante la
profusión de tormentas, tornados, ciclones y huracanes.
De las cifras expuestas en las diferentes tablas se deduce que a partir del cambio de siglo se
inicia un lento declive en las exportaciones de metales preciosos que se hará especialmente
patente a partir de la segunda mitad de siglo XVII. Earl J. Hamilton ofrece un muestrario de
factores conducentes la reducción de tales remesas164:
“Aumento del tráfico fraudulento; aumento de los costes de producción mientras los precios de los metales
preciosos permanecían fijos; disminución del rendimiento de las minas; aumento de la presión de la
avería165, que algunos años llegó a niveles de confiscación; reducción drástica de la oferta de mano de
obra, diezmada por la dureza del trabajo en las minas; incremento del comercio con Oriente; retrasos
innecesarios en la entrega de los caudales privados a sus propietarios; entrega de estos caudales privados
en vellón tasando a más de su valor en el mercado; reactivación de la práctica del secuestro en los últimos
años del reinado de Felipe IV; y un evidente aumento de la riqueza y la población de las Indias, lo que
ocasionó que un mayor porcentaje de caudales quedase en las colonias”.
Posiblemente, la confluencia de todos estos factores presuponga la referida disminución de la
plata arribada al puerto sevillano. Son, todas, causas que evidencian una situación muy distinta
de la predominante cien años antes, algunas de mayor calado que otras e, incluso, no todas de
igual convicción. La última de ellas, sin ir más lejos, resulta sorprendente en tanto en cuanto la
población india, en su inmensa mayoría, lejos de disfrutarla fue la principal víctima de la
explotación argentífera; sólo los criollos pudieron sacar tajada de la misma. Ello se pone de
relieve al incluir esa “reducción drástica de la oferta de mano de obra, diezmada por la dureza
163 E.J. HAMILTON, El tesoro americano … 30-31 y C.M. CIPOLLA, La odisea … pp. 35-41.
164 El tesoro americano … pp. 49-50.
165 “impuesto especial sobre las mercancías transportadas de España a las Indias y viceversa”, El tesoro americano … p. 31.
del trabajo en las minas”. Efectivamente, Potosí y Huancavelica representan, para los intereses
indígenas, unos verdaderos infiernos de los que pocos salían con vida. Pierre Vilar ha escrito166:
“La mita de Huancavelica es aún más terrible que la de Potosí. La mina de mercurio es más insalubre: se
considera que tres años de mina bastan para agotar las fuerzas de un trabajador. El trabajo es organizado
de manera continua, incluso el trabajo de noche … Se decía la misa de muertos, en los pueblos, por los
mitayos que partían hacia la mina de mercurio. Esto no impedía que el hábito se impusiera y que muchos
mitayos liberados se emplearan como mineros libres., lo cual reforzaba la idea de que no se volvía de
Huancavelica. Las autoridades se esforzaban en remediarlo retornando mitayos contra recibo. Pero esto no
impedía las desapariciones ni el terror de los pueblos. … Las minas fueron calificadas por los religiosos y
por el Protector de los indios como <matadero público> …167
Bajo un punto de vista empresarial, la opción de no esclavizar a los indios, decretada por Isabel
la Católica, presagiaba malos augurios a la hora de emprender una genuina explotación
capitalista en las tierras conquistadas. El mismo Colón, como los empresarios que habían
financiado la empresa castellana, seguramente se vio sorprendido por tan sacra decisión que,
con disgusto, no tuvo otro remedio que acatar. Jordi Nadal en su estudio interpretativo sobre la
España del siglo XVI, describe tal contratiempo168:
“Como muy bien ha visto Elliott, ya en los orígenes de la empresa el fracaso del propio descubridor
simboliza el fracaso de una concepción colonial mediterránea, frente a otra concepción colonial forjada en
la meseta: <mientras el genovés concebía su tarea en términos de establecimientos de bases y factorías
mercantiles, la mayor parte de los castellanos estaba hecha a las ideas de avance militar ininterrumpido, sed
insaciable de nuevas tierras, continuos repartos de botín y conversión de infieles. Inevitablemente, las dos
tradiciones opuestas –la del mercader y la del guerrero- entraron en conflicto violento, siendo su primera
víctima el mismo Cristóbal Colón”.
Claras referencias a la génesis de un imperio que ya en su configuración ofrecía diferencias
cruciales con respecto al caso portugués. <Frente al conquistador portugués piloto y campesino,
el conquistador hispano es un soldado y un jurista> sentencia Nadal169. Efectivamente, el
ideario altruista, sin embargo, difícilmente podría mantenerse buscando eufemismos que
amagaran el uso genuino de los indios como mano de obra para la obtención del ansiado metal:
“Es la tradición castellana trasladada al Atlántico. De esta forma, la aventura indiana se presenta como una
extensión de la Reconquista peninsular, con todas sus glorias pero también con todas sus lacras. Será inútil
que las órdenes mendicantes velen por los indígenas, oponiéndose a los abusos de la encomienda. El
descalabro demográfico y la inhibición del rey se conjugan en el nacimiento de los grandes latifundios
166 Oro y moneda … pp. 184-85.
167 La mita” fue un sistema de trabajo institucionalizado a partir de 1559 según el cual las comunidades indígenas designaban a
los jóvenes para trabajar en las minas. De esta manera, las comunidades pagaban en forma de trabajo los impuestos en especie
que les exigían las autoridades. Según P.VILAR, <La mita esta relacionada, teóricamente, con las costumbres incas de los
deberes del individuo hacia el Estado. No es un deber personal, es un impuesto colectivo de los pueblos de las comunidades>.
(Oro y moneda … p. 174). Obsérvese la utilización interesada de las costumbres indígenas por parte de los conquistadores a la
hora de buscar el medio más rentable en la explotación de sus gentes. El subrayado es nuestro
168 España en su cenit (1516-1598). Barcelona, ed. Crítica, 2001, p. 77. La obra de John ELLIOTT es El imperio español, 14691716, editorial Vicens Vives, Barcelona, 1972.
169 España en su cenit … p. 76.
feudales o semifeudales que hacen pensar demasiado en los grandes latifundios de Extremadura o
Andalucía, regiones de procedencia, por lo demás, de la mayor parte de los conquistadores170
Siglo y medio después del controvertido “descubrimiento”171, las tierras americanas conocieran
un inevitable descenso demográfico en su población nativa, primero en las islas antillanas
(taínos, caribes y siboneyes) y luego en tierras continentales (aztecas e incas). Tal declive, sin
embargo no obedecía tanto a un exterminio consciente por parte de los invasores –no se
entendería que éstos propiciaran voluntariamente la pérdida de una mano de obra liquidándola
sin más172- sino eminentemente a causas estructurales: la imposición de un nuevo sistema de
vida por el cual los campesinos se convirtieron forzosamente en extractores, además de ser
víctimas de la introducción de elementos patógenos desconocidos hasta entonces.
Como sostiene Jordi Nadal, el impacto de civilización española en las antiguas civilizaciones
amerindias constituye un espinoso asunto muy proclive a nutrir los arcanos de la leyenda Negra
o de la Leyenda Áurea173. Su aspecto demográfico es, quizás, el de mayor controversia, tanto en
su motivación como en sus consecuencias. Lamentablemente, no se dispone de cifras precisas
sobre el descenso de la población indígena cien o ciento cincuenta años después de la llegada
de Colón, siendo el tema fácilmente manipulable por quienes interpreten su conquista como un
hito o como un fracaso, como una gesta de la humanidad o como un holocausto. David Landes y
Jordi Nadal citan los resultados de las investigaciones de Carl Sauer y Borah Woodrow Borah
acerca de la población azteca entre 1519 y 1605174. A la llegada de Cortés, el imperio azteca
contaba con unos 25 millones de almas; a principios del XVII, Nueva España cuenta sólo con
1.075.000. La reducción es asombrosa, superando al 90% del monte inicial. Según Landes, a
partir de tales aportaciones “nadie ha podido contemplar este episodio con la misma
satisfacción”. Nadal, sin embargo, va más lejos, especialmente al introducir una explicación
170 “Las encomiendas eran un sistema intermediario entre el feudalismo europeo y el caciquismo indígena. Cuando se hacía el
reparto de las tierras se distribuían con ellas a los indios para su cultivo, los cuales se encomendaban a la custodia del
propietario o encomendero. Teóricamente, la encomienda se basaba en principios que no podían ser más humanos: el
encomendero debía de evangelizar al indio, no podía considerarlo como un vasallo, tenía que respetar sus bienes propios y
jamás podía tratarle como cosa, ni inferirle malos tratos. Ahora bien, eso era lo que sostenía la Corona española. En las Indias se
aplicaban otros procedimientos. De aquí resultó una incompatibilidad entre la teoría y la práctica, hasta tal punto que en 1526 se
decretó una peligrosa desviación hacia la jurisdicción del encomendero, y en 1536, por vía de disimulación, se establecieron
encomiendas hereditarias. De aquí al feudalismo y a la servidumbre de la gleba media un solo paso. No fue dado por la firmeza
moral de la Corona”. J. VICENS VIVES, Historia Económica de España.; ed. Vicens Vives, Barcelona, 1972 p. 291. (la negrilla
es del original).
171 “¿Cómo pudo Colón descubrir el Nuevo Mundo, si siempre había estado allí?. Los nativos conocían su tierra. Fueron ellos
quienes la habían descubierto mucho antes …. Además no hay duda de que Colón no sabía a donde iba. . En 1492, lo que
ocurrió fue que los pueblos indígenas descubrieron a Colón”. D. LANDES, La riqueza … pp. 70-71.
172 Bajo este punto de vista, resulta cuanto menos desproporcionada, la siguiente afirmación de D. S. LANDES “Pulgarcito
dejaba guijarros para marcar su camino; los españoles, cadáveres!”. La riqueza … p. 79.
173 España en su cenit … pp. 79-80.
174 La riqueza … pp. 73-74 y España en su cenit … pp. 79-81. Las obras citadas son las de Carl SAUER, The Early Spanish
Main. University of California Press, 1966. y de Borah WOODROW, New Spains´s Century of Depresión. University of
California, Press 1961.
silenciada en Landes. Por su carácter innovador, al igual que hace el propio historiador catalán,
transcribimos seguidamente sus conclusiones175:
“Antes de la llegada de los españoles, el cultivo con la coa del maíz, frijol y otras plantas fomentó el
desarrollo de una población de notable densidad en el México central. Los indios, que subsistían con 900
gramos aproximadamente de grano por día y varón adulto, se multiplicaron en número sólo comparable al
de los cultivadores del arroz y de la papa. Careciendo de animales domésticos que exigieran el empleo de
tierras, toda la extensión cultivable estaba prácticamente dedicada al sostenimiento de seres humanos.
Parece probable que los habitantes de la Mesa central (sobre todo los residentes en el valle de México, con
sus extraordinarias concentraciones urbanas) se vieran incapacitados de alimentarse y vestirse con sus
propios recursos. La sucesión de imperios centralizados en la meseta, significa que éstos cubrían sus
déficits de alimentos, algodón y otros artículos, imponiéndolos como tributos a las zonas costeñas, muy
pobladas y productivas. Las costas estaban por entonces libres de enfermedades y, con su clima tropical,
podían rendir varias cosechas al año.
“Durante el siglo XV, de acuerdo con el nivel de la técnica agrícola imperante, la población del centro del
país sobrepasó seguramente a la densidad que la tierra a la densidad que la tierra podía sustentar a largo
plazo. Abonan esta opinión una serie de testimonios concordantes: vastas zonas de tierras destruidas o
seriamente erosionadas por los métodos, relativamente benignos, de la coa; abundantes desmontes para
levantar casas y solares, huellas acreditando el paso incesante de pies humanos en los declives del terreno.
A mayor abundamiento puede añadirse la práctica de grandes holocaustos humanos, dentro del ritual
azteca. Al concluir el siglo XX, la población aborigen del México central estaba condenada al desastre,
aunque no hubiera sido por obra de la conquista europea”.
Sin negar en absoluto las consecuencias catastróficas que para aquellas tribus deparara su
imposición a realizar las labores insanas de las minas así como la propagación de enfermedades
europeas entres los conquistados, cabrá incorporar algo previo, meramente estructural, como
las dificultades que conocían aquellas poblaciones no sólo para garantizar la subsistencia de sus
gentes sino para evitar su descalabro natural. En otras palabras, nos situamos en la clásica
sociedad feudal que se ve incapaz de garantizar su reproducción por imperativos inherentes al
funcionamiento del sistema; mutatis mutandis, algo similar a lo que Guy Bois denominaba el
<disfuncionamiento> del sistema en la Europa feudal. En tal sentido, el prorrumpir de nuevas
gentes -aunque no muchas, sí suficientemente devastadoras- actuaría como un elemento
extraño que incrementaría una mortandad irremediable. ¿Acaso no estamos hablando de la
crisis bajo medieval europea o primera crisis del feudalismo?.
A.B).3.B.2. De las Indias de Castilla a Castilla: <las Indias de Europa>.
<A Castilla y León nuevos reinos dio Colón>. Esta cantinela abre paso a la interpretación del
Imperio Español –especialmente en lo referente a la colonización de las Américas- como algo
primordialmente castellano. En su ensayo sobre la España del XVI, Jordi Nadal define el
capítulo americano como “Las Indias de Castilla”. ¿Significa eso que, desde sus orígenes, hubo
una total exclusión de los otros reinos? Confusiones interpretativas de una legislación imprecisa
y sucesivos vaivenes jurídicos dificultan una respuesta contundente.
175 España en su cenit … pp. 80-81
Poco antes de la llegada de Colón, los Reyes Católicos ponían fin a la reconquista del suelo
patrio. La conquista de Granada fue su último eslabón, algo que, sin embargo, afectaría más al
reino castellano que a los otros de Navarra y Aragón. La expansión ultramarina fue patrimonio
castellano; eso sí, contó con un importante papel procedente de otros confines: un marinero
genovés se encargó de pilotar las carabelas y financieros valencianos y florentinos de sufragar la
aventura. El espíritu empresarial, con todo, perdería rápidamente su carácter progresivo al
sucumbir ante los imperativos de la tradición feudal regresiva de sus responsables. En tal
orientación debe entenderse lo señalado por Nadal, al interpretar la ocupación de las Indias
como una prolongación de la reconquista176. La no esclavización de los indios es, por tanto, su
consecuencia más significativa.
Jordi Nadal vincula la derrota colombina con la exclusión de los súbditos no castellanos en el
desarrollo de la aventura colonial. Puede que entre “aventura” y “empresa” radique, por tanto, la
clave de lo que, posteriormente, siglo y medio más tarde, acabaría por tergiversar el término
inicial convirtiendo a Castilla en las <Indias del Extranjero>177. Las palabras del historiador
catalán Jordi Nadal nos ayudan a entender ese pretendido monopolio castellano en explotación
colonial americana, tanto en lo referente a quienes podían ira las Indias como quienes podían
comerciar con ellas178
“La reserva del monopolio inmigratorio a la corona castellana deriva de la soberanía política de los nuevos
territorios179… Excepto después de los primerísimos años del Descubrimiento (1493-1496),, en el que el
desbarajuste de la novedad facilitó los embarques libres y espontáneos, el principio general de la reserva
castellana motivó pocas controversias y fue objeto de escasas transgresiones antes del reinado de Carlos I.
En cambio al subir al trono el joven monarca, los favoritos flamencos y alemanes de la corte no cejaron en
el empeño de obtener libertad para tratar y arraigar en los territorios ultramarino.;al mismo tiempo, la
incipiente administración colonial reclamaba unas medidas liberalizadoras que acelerasen el doblamiento.
Tal convergencia de intereses producía una coyuntura para revisar y cambiarla legislación prohibitiva
vigente: en 1525 y 1526 se reconoció a todos los súbditos del emperador igual capacidad para la entrada en
América. El nuevo régimen se prolongó hasta diciembre de 1538 en que otra vez se prohibió la inmigración
de cualquier persona no española180 que intentara establecerse en el Nuevo Mundo. Nos quedamos en la
duda si el término <extranjero> del documento comprende, o no, a los aragoneses, pero en todo caso un
hecho resulta incontrovertible: de 1526 a 1538, por lo menos, hubo para todas las gentes del imperio entera
libertad de establecimiento. Si en los registros de pasajeros de indias, la España mediterránea aparece
176 Tesis igualmente recogida por J. POLONI-SIMIARD en “La América Española: una Colonización de Antiguo Régimen”, en M.
FERRO , El libro negro … pp. 215-46. P. KRIEDTE puntualiza: “El elemento feudal fue sin embargo determinante desde un
comienzo. Por sus métodos, la conquista de América no fue más que una continuación de la Reconquista. Pierre Vilar se ha
referido no sin razón al <imperialismo español> como <el estado superior del feudalismo>. Feudalismo tardío … p. 61.
177 P.VILAR, “El tiempo del Quijote”, en Crecimiento y desarrollo. Ed. Ariel Barcelona, 1974, pp. 332-46. (reproducido en C.M
CIPOLLA, J.H. ELLIOTT, P. VILAR y OTROS, La decadencia económica de los imperios. Alianza Universidad, Madrid, 1985, pp.
113-127). Tal concepto ha sido utilizado por J. NADAL en la conclusión de su obra España en su cenit … pp. 151-160.
178 España en su cénit … pp. 77-79.
179 “Bajo el arbitraje pontificio, Castilla y Portugal se habían repartido el mundo del Océano. La ausencia de los aragoneses en el
tratado constata simplemente una ausencia real, también los tratados de repartimiento medievales habían dispuesto del África sin
contar con los portugueses” . (p. 78).
180 “La Real Cédula dice <ningún extranjero de estos nuestros reinos>”. (p. 78).
escasamente representada, soñemos en su debilidad demográfica: en gran parte, las restricciones jurídicas,
pero no sólo las restricciones jurídicas, fueron lo que eliminaron la competencia”.
“El monopolio comercial es otra cosa. No deriva de una soberanía política, sino de una concepción –harto
medieval- de un tráfico privilegiado., concentrado con el objeto de asegurar su control. Así, en Burgos, la
contratación de lanas, así en Sevilla, la contratación del comercio colonial. En un momento dado, las
mismas presiones que le hicieron abrir la puerta indujeron a Carlos a permitir que <los extranjeros puedan
contratar en las Indias, no pasando ellos allá> (1524) o a descentralizar el tráfico marítimo a favor de ocho
puertos castellanos (1529). Sin embargo, se trató siempre de medidas provisionales porque el monopolio
bético resultó imprescindible para controlar la corriente de los metales preciosos indianos, tan necesarios a
las finazas del emperador. …. Muy pronto, los hombres de negocios de toda Europa descubren que no es
necesario pasar a las Américas para captar sus tesoros; allá los aventureros con sus intentos de caza a los
galeones y de forzar el contrabando; poner buenos agentes en Medina del Campo, y una buena factoría en
Sevilla, rinde a la larga, casi lo mismo. No es vital para los comerciantes extranjeros establecerse en las
Indias. Por consiguiente, tampoco para los comerciantes aragoneses. La denegación de la solicitud
barcelonesa de 1522 importa poco. Importa bastante más la negativa de Sevilla y Cádiz a aceptar un cónsul
de catalanes en 1537181. El monopolio comercial no impedía a priori la participación catalana. Las raíces del
mal deben buscarse mucho más lejos: <el proceso histórico debilitó las fuerzas del Principado en el preciso
instante en el que el Atlántico se ofrecía con todas sus empresas tentadoras”.
Medidas por tanto, existieron pero éstas no impidieron que gentes no castellanas arribaran a las
costas americanas, driblando así el monopolio impuesto por la Casa de Contratación sevillana
de abarcar todo cuanto afectaba al comercio colonial. Los “reglamentos” no siempre implican su
cumplimiento estricto; muchas veces, los propios intereses aconsejan flexibilizar la rigidez; otras,
los fraudes se encargan de convertir lo ordenado en mero legalismo. La Carrera de Indias
seducía a todos y muy pocos estaban dispuestos a prescindir de sus réditos.
<”No era únicamente el rey de España quien estaba interesado en el volumen de metales preciosos, sino
todos los comerciantes de Sevilla, todos los agentes de los comerciantes extranjeros en Sevilla y todos los
comerciantes de Amberes, Augsburgo, Génova y Rouan, ansiosos por recoger los beneficios de lo que
habían exportado. Desde el momento en que se avisaba la flota … los mensajeros llevaban las buenas o
malas noticias a los cuatro rincones del mundo”182>
Michel Morineau ha sido el artífice en apostar por los otros comercios, los que se desenvuelven
al margen de los conductos más convencionales. En su obra Incroyables gazzettes et fabuleux
metaux183 releva la trascendencia que llegó a tener para la economía los arribos fraudulentos de
plata americana. En este sentido, las cifras de Hamilton, para quien las entradas del metal sin
pasar por la Casa de Contratación de Sevilla no eran sino escasas, pierden validez. De nuevo, lo
oficial frente a lo real. El texto ofrecido pone claramente de manifiesto el evidente interés de todo
negociante por la explotación del “nuevo continente”. Doscientos años después de su
“descubrimiento”, sus principales réditos habrían ido a parar a sus arcas. Efectivamente, el
181 “Y ello menos por la implícita muestra de hostilidad castellana que la negativa entraña, que pñor la impotencia para seducir o
corromper una administración que el fracaso revela. <Renunciemos a la imagen de una Cataluña (de una corona aragonesa)
ahogada por el cdentralismo real castellano. , y la exclusividad colonial en el siglo XVI. No es jurídicamente, sistemáticamente,
como ha sido debilitada su actividad>”. (p. 78).
182 IBIDEM.
183 Les retors des trésors américains d’aprés les gazzettes hollandais (XVIe-XVIIIe siècles). London, 1985. El texto se encuentra
en S.J.STEIN y B.H. STEIN, Plata, comercio y guerra. España y América en la formación de la Europa Moderna. Ed. Crítica,
Barcelona, 2002, p. 15. Sobre este “otro comercio”, de M. MORINEAU véase, <La contrebande, le fraude et l’elaboration des
statistiques> en G. LOPEZ NADAL (ed.), El comerç alternatiu. Corsarisme i contraban (ss. XV-XVIII). Palma de Mallorca, 1990
pp. 13-26.
imperio español apenas había podido sacar tajada de la plata americana, incapaz de ejercer un
verdadero control de su producción y transporte así como, finalmente, desbordado por los altos
costes ocasionados en mantenerlo bajo un dominio estable. Corsarios, mercenarios y, sobre
todo, banqueros, en su inmensa mayoría extranjeros, serían a largo plazo los grandes
beneficiarios del expolio. Es en tal acepción que cabe entender el papel intermediario de
España, de Castilla, al acabar desarrollando un papel intermediario en la conducción definitiva
del tesoro americano a las arcas de europeas. En pocas palabras, Castilla se convierte en las
Indias de Europa.
Muy posiblemente, el contrabando de plata tendría sus orígenes en las remesas iniciadas ya en
la misma Potosí. Tantos cambios de manos propician ocasiones inevitables para no caer en la
tentación del lucro. Hamilton habla de los castigos por fraude o contrabando, aunque
posiblemente sus medidas no representarían suficiente escarmiento ante la posibilidad real de
enriquecimiento.184. Luego vendría la acción de los corsarios, piratas para los españoles. Pierre
Chaunu ha ubicado los lugares donde se solían realizar dichas aprehensiones: mapa 3 pe
Mapa 3
Pérdida de navíos 1550-1650
184 “Desde el principio se castigó el contrabando con la confiscación. En 1593 esta pena fue complementado con cuatro años de
suspensión del cargo para los capitanes u agentes oficiales , y con cuatro años de galeras para los infractores de rango inferior.
En 1634 aún se reforzó más la severidad de estas medidas; las personas de posición elevada podían ser condenadas a exilio
perpetuo de las Indias y6 a la pérdida de los privilegios que les permitían participar en el comercio americano; las de menor
rango, podían sufrir condenas de hasta diez años de galeras”. El tesoro americano … p. 33.
Fuente: P. CHAUNU, Sevilla y el Atlántico. Siglos XVI-XVIII. Universidad de Sevilla, 1983, pp. 294-95
Al capital substraído en las formas descritas, habrá que sumar el que va saliendo de España en
concepto de costos imperiales. Los acreedores reales bien lo sabían. Sagas familiares como los
Fugger y los Welser, así como los Esquete, Centurión y Doria acabarían recabando inmensas
fortunas185. Un imperio puede ser ruinoso, especialmente si sólo sirve para costearlo. En los dos
párrafos siguientes, Pierre Vilar pone el dedo en la llaga al describir finamente lo que realmente
acabaron siendo las Indias: un mero espejismo186:
185 E.J. HAMILTON, El tesoro americano … p. 39. Al respecto, véase la magna obra de Ramón CARANDE, Carlos V y sus
banqueros. XXXXXXXXXXXXXXXXX.
186 >El tiempo del Quijote …” pp. 340 y 341.
“Si el dinero llegado de las Indias a título privado sólo sirve para saldar las importaciones extranjeras, el que
viene para el Soberano se empeña por adelantado en Augsburgo, después en Génova, en manos de los
banqueros. También la gran política desvía del suelo español el flujo que sufraga en Europa la naciente
producción capitalista. Y desde 1570 hay que luchar contra los propios súbditos del rey: abriendo el abismo
de las guerras de Flandes, los <gueux> lanzan el resto de la nación burguesa ya más adelantada al
<imperio> católico y feudal de Felipe II. Así, el imperialismo español ha sido en realidad <la etapa suprema>
de la sociedad que él mismo ha contribuido a destruir. Pero, en su propio solar, en Castilla y hacia 1600, el
feudalismo entra en agonía sin que exista nada para reemplazarlo”
“Desde que la ilusión nacida de las Indias y de la inflación choca con la realidad de la crisis, a la vuelta del
siglo, el juego de las <contradictorias> invade la obra de los escritores. España es rica, y es pobre. España
tiene las Indias, y es <las Indias del extranjero>. España banquetea y muere de hambre. España guarda un
imperio y carece ya de hombres. Se adivinan los peligros de esta antítesis para una retórica nutrida a la vez
de la escolástica y de recuerdos latinos. Pero lo que durante un cierto tiempo, al menos, salva al arbitrista
de la banalidad es su conmovedor amor por la <república>, y su esperanza ingenua por un retorno a lo real”.
El dinero restante servirá para sufragar activos por entonces escasamente especulativos, ya bien
relacionadas con hábitos ostentosos de poder –construcción de castillos, alcázares etc.- ya bien
vinculados al elevado sentimiento religioso –iglesias, catedrales, monasterios … - ya, por qué no,
invertidos en el imperecedero mundo del arte, en todas sus facetas perceptible. El siglo XVI fue
el siglo de oro en todo menos en la economía, donde el oro devino simplemente oropel187. Jordi
Nadal explica la repercusión interna de estos prodigios188:
“Luego, en un momento incómodo de fijar, pero más o menos situable hacia la cuarta parte de la centuria,
llegó lo que no podía dejar de producirse: el encarecimiento de los productos de exportación se extendió a
los productos de consumo interno. Si una parte de la abundante circulación monetaria había podido ser
reinvertida en el circuito productivo, la parte restante fue echada directamente al mercado consumidor,
desbordando con amplitud las posibilidades de la oferta. En estas condiciones, el mercado interno hubo de
llenarse de mercancías importadas, y a la plata americana no le quedó otro camino que el del exilio. A la
postre, Castilla se encontraría situada, con respecto del extranjero, en la misma situación desventajosa en
que unos años antes las Indias se situaran respecto de ella misma. <El fenómeno era previsible a partir del
instante en que los precios se habían alzado en su interior por encima del nivel internacional. De hecho,
Castilla todavía pudo enriquecerse mientras sus propias ventas a las Indias equilibraron en cantidad y
superaron en valor a sus importaciones foráneas, pero cuando el alza de los precios interiores hubo
desaventajado definitivamente la producción española, cuando, de año en año, hubo que importar cada vez
más y pagar siempre una mayor cantidad de dinero por un misma mercancía adquirida, entonces tomó
España conciencia de hallarse convertida en Las Indias del Extranjero>
A.B).3.C. El Imperio Holandés
“Los holandeses son <los carreteros del mundo, los comisionistas, agentes y corredores … compran para
volver a vender, importan para exportar, y la mayor parte de su inmenso comercio consiste en ser
abastecidos desde todas partes del mundo para volver a abastecer al mundo entero>”
187 Titulo libro de E. BELENGUER.
188 La odisea de la plata … pp. 155-56.
En 1728, Daniel Defoe definía con estas palabras a los comerciantes neerlandeses que
competían con los ingleses en su afán por controlar el mar 189. Tiempos antes, un compatriota
suyo, Sir Walter Raleigh había sido muy claro, no tanto con respecto a las gentes del Mar del
Norte sino en la importancia, extrema, de mantener el control del medio marítimo: <Quien
domina el mar, domina el comercio; quien domina el comercio, domina la riqueza del mundo y,
por ende, el propio mundo>190 . Previamente a que Inglaterra se hiciera con los dominios del
mar, éste estaba en manos de los holandeses. En él fabricó su imperio, eso sí, contando con un
país en el que ya se operaban las relaciones agrarias de mercado, la aristocracia apenas tenía
un papel escasamente asfixiante y la manufactura, aunque muy desarrollada, encontraba
dificultades en su exportación dada su mayor concentración urbana y, por tanto, su desventaja a
la hora de competir en los mercados internacionales. La inversión del capital agrario se orientó,
por tanto, en las relaciones mercantiles. Su experiencia como transportistas dio paso a un
intenso papel como responsables de un comercio que, sobre la base de importantes instituciones
financieras, alcanza un enorme desarrollo hasta el punto de propiciar las primeras empresas
comerciales. El Imperio Holandés, difiere enormemente de sus predecesores, más del caso
español que del portugués, al cual logra desplazar en buena parte de sus factorías. Al mismo
tiempo, preludia lo que, desde el primer cuarto del XVIII, constituirá el Imperio Inglés, causa y
efecto al unísono de la Revolución Industrial .
A.B).3.C. 1. El Moeder Commercie y el relevo de Amberes por Ámsterdam.
Según señalan Charles Wilson y Geoffrey. Parker, al principio de la Edad Moderna los Países
Bajos eran famosos tanto por sus campos como por sus ciudades: en ellos se obtenían los
rendimientos más altos de Europa, tanto en la agricultura como en la ganadería. Una de sus
provincias, Holanda, contaba igualmente con una floreciente industria pesquera. Sus barcos
acudían a la costa de Groenlandia para hacerse con la ballena y a las de Islandia donde
pescaban el bacalao; con todo, su principal captura era la del arenque 191 . Tales características
ilustran sobre el marcado carácter empresarial de sus gentes, como ya demostraran en su lucha
contra al mar para ampliar su reducido espacio. Desde la segunda mitad del siglo XV, estas
gentes se ganarían a los terratenientes polacos, prusianos y letones de Danzig, Konigsberg.
Reval y Riga,, desplazando a los mercaderes de las ciudades hanseáticas en su control del
comercio báltico, un mar pequeño y estrecho pero de enorme transcendencia dado la relevancia
de sus productos en su expansión por el Mar del Norte y por el resto del continente europeo. En
efecto, junto a los granos que, ante la creciente demanda externa llegaría a representar el 80 %
del volumen total, también se exportaba sal, madera, brea, lino convertido en lona para las
velas, cáñamo, carbón vegetal a menudo refinado como potasa, sebo, cera, cueros y pieles. El
189 P.KRIEDTE, Capital mercantil … p. 119.
190 Citado por M.MOLLAT DE JOURDIN, Europa y el mar. Barcelona, Ed. Crítica, 1993, p. 132.
191 Una introducción a las fuentes … pp. 101-03.
comercio del Báltico fue adquiriendo progresivamente mayores dimensiones: de los 795 barcos
que cruzaron el Sund en 1497 se pasó a 2.251 entre 1557 y 1558 y a un promedio anual de
5.554 en la última década del siglo XVI. 192 En 1530, de un total de 1.657 buques que zarparon
de Danzig en dirección al Mar del Norte, 954 contaban con pabellón holandés;, (=57,8 %),
cincuenta años más tarde, en 1583, el número había aumentado: 2.534 de un total de 4.044; la
proporción había aumentado de un 57,8% a un 62,6 %- 193 . Por otra parte, es en la zona del
Báltico, la del Mar del Norte, las costas del Atlántico y, en el interior, la Europa Central en donde
el comercio adquiere una estructura moderna al implicar el tráfico de bienes de consumo masivo
(cereales, ganado, cobre, metales, sal, textiles), frente al modelo tradicional que persiste en el
comercio internacional, en el que sobresalen las especies y los metales preciosos 194. De aquí
que, por su repercusión ulterior, su control del Báltico les llevaría a los holandeses a considerarlo
como el “Moeder Commercie”, léase, el germen de sus posteriores expansiones por océanos
lejanos que bañan otros continentes, como Asia y América.
Desde principios del siglo XVI. Con la decisión de los portugueses de convertir Amberes en el
puerto distribuidor de especies, ésta ciudad portuaria flamenca comenzaría una fase de
esplendor que, según Alberto Tenenti, le convertiría en la plaza principal del comercio
internacional, no cesando su prosperidad hasta hacer de ella el centro de los intercambios
trasatlánticos195. En 1496, un acuerdo comercial, el Margnum Intercursus, entre Inglaterra y los
Países Bajos había convertido a Amberes en la aduana continental para la venta de tejidos
ingleses. Su expansión contribuiría al crecimiento del puerto flamenco, desempeñando un papel
importante en la balanza de pagos comerciales del oeste con la región báltica 196. Según
Miskimin, a mitad de siglo Amberes era una ciudad dorada, con las riquezas del mundo entero
surcando el Escalda hasta su puerto, y con un nivel de abundancia que hacía de su población,
en rápida expansión, la envidia de Europa. Sin embargo, tal prosperidad no iba a ser muy
duradera. Desde 1550 los intereses de la nobleza y burguesía local de los Países Bajos, junto
con la rápida penetración del calvinismo por dicha región, iba a chocar frontalmente con los de
sus dominadores españoles197. Amberes fue la principal víctima de la rebelión. En 1568, el
Duque de Alba se encargó de reprimir con especial dureza a los sublevados: en seis meses en
192 P. KRIEDTE, Feudalismo tardío … p. 58.
193 H.MISKIMIN, La Economía … pp. 168-70. R. DAVIS, La Europa Atlántica desde los descubrimientos hasta la
industrialización. Ed. Siglo XXI, Madrid 1988, pp. 194-95.
194 P. KRIEDTE, Feudalismo tardío … p. 60.
195 De las Revueltas a las Revoluciones. Ed. Crítica, Barcelona, 1998, p. 38.
196 H. MISKIMIN; La Economía … p. 171.
197 “El hecho fundamental que tuvo lugar en los Países Bajos en la segunda mitad del siglo XVI fue la progresiva simbiosis entre
el rechazo de la intolerancia católica por parte de las distintas familias protestantes, la aversión al dominio del Rey de España y la
aparición de un sentimiento nacional cada vez más claro. … La población, por su parte, no podía dejar de ver en la actividad de
la Inquisición un atentado al conjunto de sus propios privilegios cívicos. Especialmente los grandes señores y la nobleza urbana
veían con malos ojos cómo se extendía el radio de acción de ese temible tribunal. … en Amberes se temía que sus
intervenciones pudiesen acabar con la tan deseada presencia de os banqueros extranjeros.” A. TENENTI, De las Revueltas …
pp. 43-4.
todas las provincias fueron juzgadas 12.000 personas de las que 1.000 fueron condenadas a
muerte y a otras tantas les fueron confiscados sus bienes. Ocho años después, las tropas
mercenarias de Don Juan de Austria, ante la bancarrota sufrida por el tesoro español, optaron
por rebelarse y saquear la ciudad de Amberes198.
Los luctuosos sucesos acaecidos en Amberes supusieron el punto final a sus años de gloria.
Ante la inestabilidad generada, su comunidad económica conoció una diáspora dispersándose
hacia lugar más seguros. Como señalábamos al tratar del desplazamiento de los manufacturas
sus artífices se dirigieron a ciudades francesas e ingleses donde incorporaron las técnicas de los
nuevos paños. Con todo, fue Ámsterdam quien mejor recogió la antorcha del puerto flamenco. El
relevo entre ambas ciudades de los Países Bajos se refleja en las distintas tendencias que
conocieron ambas ciudades portuarias desde principios del siglo XVI hasta finales del XVIII
según se observa en el cuadro siguiente:
Cuadro 11
Población de Amberes y Ámsterdam, 1520-1797.
Amberes
Amsterdam
c.1520
50.000
13.500
c.1560
89.996
30.900
c.1630
57.000
120.000
c. 1700
65.711
190.000
c.1730
42.568
186.200
c.1795
50.973
217.024
Fuente: Ch.WILSON & G.PARKER Una introducción a las fuentes de la Historia Económica Europea, 1500-1800
Ed. Siglo pXXI, Madrid, 1985 p. 97
.
Peter Kriedte explica este transvase así como la ciudad holandesa, desde las postrimerías del
siglo XVI, se convirtió en el centro de los negocios del mundo occidental199
“Cuando Amberes comenzó a decaer cada vez más como consecuencia de convulsiones políticas y
religiosas a partir de fines de la década del sesenta, varias plazas comerciales sacaron en un primer
momento provecho de la situación. Génova, Livorno, Londres, Ámsterdam y Hamburgo. Finalmente fue
Ámsterdam la que recogió la herencia de Amberes. A diferencia de ésta, que había debido su ascenso a la
mediación del comercio con Inglaterra, Europa central y el mundo de ultramar, la columna vertebral del
comercio de Ámsterdam estaba constituida por los productos de la región báltica y del Atlántico. Se
intercambiaban cereales y madera, de los estados del sur del Báltico y cobre y hierro de Suecia por sal
proveniente de Portugal y del golfo de Vizcaya y arenques del mar del Norte. Desde el momento en que la
Península Ibérica e Italia comenzaron a ser afectadas por fuertes crisis de abastecimiento, Ámsterdam se
convirtió en el principal mercado de cereales de Europa. Al finalizar el siglo XVI Holanda era la mayor
potencia comercial europea. Ejercía un casi monopolio del comercio con la zona del Báltico. La proporción
de barcos holandeses que ingresaban en el Báltico subió del 56 % (1557-1560) al 79 % (1611-1620, respecto
del tonelaje, 85%). Su flota comercial disponía alrededor de 1570 de un desplazamiento de aproximadamente
232.000 toneladas; le seguía la Hansa con aproximadamente 110.00 toneladas. Sólo 100 años antes ambas
flotas estaban al mismo nivel con un tonelaje de alrededor de 60.000 toneladas”.
198 El saqueo data del 2 de noviembre de 1576. A. TENENTI, De las Revoluciones … pp. 65-6. Tales “bárbaros actos de
asesinato, rapiña y saqueo merecieron el apelativo histórico de <furia española>”. H. MISKIMIN, La Economía … p. 173.
199 Feudalismo tardío … pp. 63-4.
La apertura de nuevas rutas y la expansión de la navegación holandesa por los océanos Indico y
Atlántico no implicó su abandono del “moder commercie”. A pesar de la substancial reducción
del comercio de granos procedente del Bático, durante la segunda mitad del siglo XVII los
holandeses siguieron abasteciendo a sus puertos de los productos que transportaban de Asia y
América. Según Jan de Vries, entre 1661 y 1670, introdujeron a través del Sund 6.5 toneladas
de proiductos coloniales (especies, azúcar, té, tabaco …), cantidad que alcanzaría las 14
toneladas y media entre 1730 y 1740200. A pesar de haber perdido parte de su relevancia, los
holandeses no habían logrado olvidar sus orígenes.
AB) 3.C.2. Holanda y el capital mercantil.
Según Alberto Tenenti, los holandeses, tras haber sido la revelación política europea del siglo
XVI, aportaron las mayores innovaciones a la navegación del siglo XVII 201. En su acertada
fijación por reducir costos, desarrollaron un tipo de navío que iba a darles extraordinarios réditos.
Nos referimos al fluyt (filibote); un barco mercante de construcción barata, diseño especial y sin
armas, con una mayor capacidad de carga en relación con sus dimensiones y por ello con costes
de explotación relativamente bajos202. Su puesta en funcionamiento, durante la última década del
siglo XVI, coincidió con la constitución de los Países Bajos septentrionales en estados
independientes; su papel iba a parangonar el que habían desarrollado las carabelas en la
navegación de los países ibéricos203 . Gracias al fluyt, los holandeses lograrían introducir muchas
mercancías que no habrían podido incluirse anteriormente y, en consecuencia, el volumen global
de la navegación europea aumentó considerablemente. Jan de Vries señala que entre 1670 y
1689, la flota mercante holandesa era probablemente superior al de las flotas unidas de
Inglaterra, España, Francia, Portugal y Alemania204.
Con anterioridad al surgimiento del filibote, desde la segunda mitrad del XVII, los holandeses
habían iniciado su navegación comercial en los litorales franceses del Atlántico, llegando
posteriormente a cruzar el estrecho de Gibraltar y adentrarse en todos los confines del
200 La Economía … p. 127.
201 “Sus puntos de referencia consistieron en una dúctil capacidad de iniciativa, en una flota en rápido ascenso y sumamente
competitiva, y en hacerse prácticamente insustituibles como intermediarios comerciales”. La Edad Moderna. Siglos XVI-XVIII.
Editorial Crítica, Barcelona, 2000, p. 173.
202. K. GLAMANN, <El comercio europeo, 1500-1750> en C.M. CIPOLLA, Historia Económica de Europa (2) Siglos XVI y XVII.
Barcelona, ed. Ariel, 1979, p. 353.Según J. de VRIES “Los barcos convencionales del mismo tamaño exigían tripulaciones casi
dos veces mayores, y su coste de construcción era casi un 50% mayor que el de los fluyts. Por la magnitud de su producción se
mantuvieron bajos los costes de producción. Las compras al por mayor de materias primas, el uso de grúas y molinos de viento
de serrar madera, y la baratura de los préstamos, dio a los astilleros holandeses unas ventajas en los costos que sus imitadores
extranjeros no podían igualar”. La Economía de Europa … p. 125. A. TENENTI señala que los astilleros holandeses tenían unos
costos de producción inferiores en cerca de 40-50 por ciento a los de los ingleses. La Edad Moderna … p. 173.
203 “El fluyt resultó una bodega flotante: los palos maestros estaban más distanciados para permitir la presencia de una gran
escotilla central. Este tipo de barco, que oscilaba entre las 200 y las 500 toneladas, dominó durante el siglo XVII el comercio de la
Europa septentrional, entre otras razones porque se podía fletar a unos precios inferiores en un 40 por 100 aproximadamente a
los de los competidores ingleses. Otra embarcación holandesa fue el pinnass, (la pinaza) más armada y más robusta siendo por
consiguiente de profundo calado”. A. TENENTI, La Edad Moderna … pp. 173-74.
204 La Economía de Europa … p. 125.
Mediterráneo. Su papel fue, en principio, fue el de transportista del cereal de la Europa
centrooriental que desde Gdansk se trasladaría hacia el oeste y el sur. Por ello también cabe
conferirles el papel de abastecedores de grano en unas décadas en que en tales destinos se
sufrían fuertes penurias. A finales del siglo XVI, los pabellones de Holanda superaban a las de
otras naciones, nórdicas, e incluso Mediterráneas, anclados en el puerto franco toscano de
Livorno, tal como se constata en el estudio de Fernad Braudel y Ruggiero Romano sobre el
comercio en el puerto de Livorno durante la segunda mitad del siglo XVI cuyo extracto se resume
en el cuadro 12
Cuadro 12
Procedencia de las embarcaciones ancladas en el puerto de Livorno (1590-1593)
Años
Inglaterra
Ámsterdam
Gdansk
Hamburgo
Lübeck
Emden
Otros
Total
1
38
1590-91
6
12
7
12
1591-92
3
37
8
33
9
2
13
105
1592-93
16
29
14
14
2
3
5
83
1590-93
25
78
29
59
11
5
19
226
Fuente: F.BRAUDEL, R. ROMANO, Navires et marchandises à l’entrée du port de Livourne (1547-1611).. PARIS, S.V.E.P.E.N.,
1951. pp. 5’-51)
Los mercaderes de Ámsterdam superan claramente a los de los restantes puertos. A aquellos
habrá que añadirles dos más que los autores registran, entre los de otra procedencia, como
zelandeses. Con ello, el pabellón de las Provincias Unidas representa el 35,3 %, el Hanseático
con 70 entradas el 33,1% y el de Inglaterra el 11,6 %. Sobre la procedencia del entonces puerto
prusiano de Danzig cabrá presuponer que de las 29 entradas, buena parte de ellas podría
haberse realizado a través de marinos holandeses.
La penetración de estos marinos nórdicos en el mar interior iba a perdurar a lo largo de la
centuria siguiente. En sus estrategias, los holandeses –y zelandeses- no dudaron en aliarse con
las regencias berberiscas del norte de África, contribuyendo con sus aportaciones técnicas al
renacimiento del corsarismo desarrollado por estas republicas autónomas del Imperio Otomano.
De hecho, un buen número de sus rais (capitanes) eran holandeses que habían abrazado la fe
islámica205. Por otra parte, al igual que harían posteriormente los ingleses, las gentes de las
Provincias Unidas acabarían adaptándose a las modalidades operativas que a lo largo del siglo
XVII se impondrían en la práctica de la navegación comercial y militar en el Mediterráneo,
especialmente a través de sus operaciones en corso. Durante la guerra de la Liga de Augsburgo
(1688-1697) y en la prolongación hasta 1703 –en el contexto de la Guerra de Sucesión al Trono
205 B. LEWIS, “Corsairs in Iceland”, Revue d’Occident Musulman et de la Mediterranée, 15/16 II (1973), pp. 139-44; C. LLOYD,
English corsairs on the Barbary coasts. Collins, London, 1982. S.BONO, Corsari nel Mediterraneo. Ed. Mondadori, Milano, 1993;
G. LOPEZ NADAL, “El corsarismo mediterráneo”, en Las sociedades ibéricas y el mar a finales del sigo XVI. Madrid, 1999, III pp.
233-259. y M.FONTENAY, A. TENENTI, “Course et Piraterie Méditerranéennees de la fin du Moyen Age au début du XIXème
siècle”, Revue d’Histoire Maritime, (7), 2007, pp. 173-228.
de España-, los Zelandeses de Flessinga y los Holandeses se convertirían en los principales
depredadores nórdicos del cabotaje francés, al capturar 89 embarcaciones de un total de 388
bajas, cantidad ostensiblemente superior a las 70 atribuidas a los ingleses, a las de los temidos
berberiscos, con 47 aprehensiones y, por tanto, sólo superados por los corsarios del Rey
Católico con 161206 . La presencia de las marinas nórdicas en el Mediterráneo se complementa
con su predominio en el comercio levantino. Michel Fontenay destaca la presencia de ingleses y
holandeses en las escalas del Egeo a finales del siglo XVII, muy superiores a los de los puertos
mediterráneos tanto en el número de sus embarcaciones como por el valor de sus mercancías,
tal como se pone de relieve en el cuadro siguiente (12)
Cuadro 12
Valor de las mercancías Importadas por los Occidentales en los puertos de Levante. 1886-87 (en
piastras)
Nación
Francia
Inglaterra
Holanda
Venecia
Livorno
Genova
Total
Constantinopla
494.520
302.743
197.700
366.900
40.500
115.250
1.517.613
Esmirna
95.061
1.104.900
722.480
75.300
126.600
Seyde
21.055
1.495
600
2.124.341
23.150
La Canée
50.000
6.000
6.000
30.000
92.000
Atenas
97.000
97.000
Total
660.636
1.415.138
926.780
569.200
167.100
115.250
3.854.104
Fuente M. FONTENAY, Le comerce des occidentaux dans les échelles du Levant vers le fin de XVIIe siècle.
En B.BENNASSAR , R. SAUZET (eds) Chrétiens et Musulmans à la Rennaissance. Paris, Honoré Champion Editeur, 1998, p.
351.
La supremacía marítima de los holandeses iba a llevarles a los confines más apartados de su
pequeña nación. Desde finales del XVI estudiaban la manera de hacerse con le monopolio de los
productos arribados a Europa por mediación de los portugueses e, incluso, ansiaban
establecerse en América para apropiarse de sus tesoros en legar de tener que confiar en su
consecución a través del fraude u otras estrategias que bordaban la ilegalidad. Para afrontar
tales propósitos se pusieron en marcha nuevas formas de actuar en equipo que a la larga darían
paso a las compañías comerciales que, en poco tiempo, se convertirían en las verdaderas
primeras empresas modernas. Jan de Vries explica este modo de proceder207:
“La propiedad y explotación de los buques holandeses estaba a cargo de cientos de pequeñas y fugaces
empresas llamadas rederijen. Podemos remontar su forma básica a la Italia medieval pero en la República
alcanzaron un grado inédito de flexibilidad. Las acciones, a veces con un interés tan reducido como un 1/64,
eran compradas por inversores o para un solo viaje o para un período mayor. La organización del comercio
marítimo en muchas pequeñas empresas que competían entre sí, formadas y disueltas sin ningún gasto,
206 Entre los corsarios del “Rey Católico” cabe contar con los de Mallorca (54 capturas), de “España” (32), Trapani (15), Finale
(14), Nápoles (14), Ibiza (12), Sicilia (6), Barcelona (4), Cerdeña (3), Menoría (2), Palermo (2), Cagliari (2), Mesina (1) Cataluña
(1), . Entre los Berberiscos figuran los de Argel (22), Trípol 815), Ceuta (6), Túnez (3) y Salé (1). Ver G. LOPEZ NADAL, El
corsarisme mallorquí a la Mediterrània occidental, 1652-1698: un começ forçat. Barcelona, 1986, p., 179.
207 La Economía de Europa … pp. 125-26.
permitiría que el capital proviniese de un conjunto relativamente amplio de sectores (se sabe de agricultores
y artesanos que poseían acciones) y a la vez que el inversor repartiera los riesgos entre otras muchas
empresas208.
Michel Morineau define como “substitución en las Indias Orientales” el proceso por el que los
holandeses fueron progresivamente suplantando a los portugueses en su papel de
transportistas al continente europeo de los productos orientales209. Estudiosos de las rutas del
Cabo y del océano Indico, con la publicación en Ámsterdam de las cartas de navegación del
cartógrafo Plancius en 1592 y, sobre todo, del Itinerario de Linschoten en 1596, los holandeses
pusieron sus miras en las islas de las especias. Entre 1595 y 1602, catorce flotillas de
particulares con un monte total de setenta y cinco barcos, llegaron al archipiélago indonesio. Sus
rencillas internas les ocasionarían serios perjuicios al permitir a los potentados locales elevar
sus precios y los derechos de aduana. Ante ello sólo cabía una solución: su unificación en la
constitución de una empresa fuerte, capaz de superar tales adversidades. El 20 de marzo de
1602 se creaba y recibía su aprobación por los Estados Generales la Veerenidge Oostindische
Compagnie (Compañía de las Indias Orientales) –a partir de ahora, V.O.C.- que absorbía y
reemplazaba todas las precedentes de las Provincias Unidas210
Emblema de la VOC.
Fuente: M. MORINEAU, “La <Sustitución> de las Indias Orientales”. En P.LEON Historia Econbómica y social del
Mundo. Madrid, Encuentro Ediciones, 1978. p. 169
No era la V.O.C., sin embargo, la primera Compañía Comercial a la que un Estado había
conferido el monopolio del comercio de ultramar entre sociedades más o menos privadas que
208 “Se extendió esta misma forma de organización a las empresas industriales que requerían una importanter inversión en
capital fijo, como molinos industriales o refinerías”. IBIDEM. .
209 “La <sustitución en las Indias Orientales”, en P. LEON, Historia Económica y Social del Mundo. Vol III. Ediciones Encuentro
Madrid 1978, pp. 167-80.
210 M. MORINEAU, La sustitución … pp. 167-68. R.DAVIS, La Europa atlántica … p. 202,
trabajaban generalmente con un joint stock (acciones) a las que concedía también derechos de
soberanía. Dos años antes, la corona inglesa había otorgado el charter a la East Indian
Company, entidad que tras hacerse con el control de las costas bengalíes, durante más de un
siglo llegaría a ser soberana de las “colonias indias”. Sobre el carácter empresarial y el sistema
de funcionamiento de estas empresas, Peter Kriedte escribe211:
“Las compañías comerciales tenían en común el hecho de que por sus charters se asemejaban a una
corporación de derecho público, siendo sin embargo su objetivo inmediato la obtención del máximo
beneficio. Con la concesión de estos privilegios el Estado creó las condiciones marginales para la
acumulación de capital comercial. Tenían también en común que no estaban ya organizadas como regulated
companies sino como sociedades por acciones. Estaban provistas de un capital básico suscrito por los
interesados. Al principio éste era emitido para una determinada expedición y reembolsado a través de ella
junto con los beneficios. Mientras que la Compañía Holandesa de las Indias Orientales pagó durante toda la
época de su existencia (1602-1798) un dividendo promedio de un 18,2 por 100, trece veces los suscriptores
recibieron dividendos de 40 por 100 o superiores. Entre 1661 y 1691 la Compañía Inglesa de las Indias
Orientales se elevaron en un promedio de 20,3 por 100; en el siglo XVIII se redujeron al 10 por 100 y menos
aún. Las razones del profundo éxito de las Compañías Comerciales hay que buscarlas sobre todo en el
hecho de que consiguieron de cierto modo <internalizar los costos de producción>. Erigieron para proteger
el comercio un poder propio. De este modo se independizaron de las potencias en cuyas manos había
estado hasta entonces la protección de las caravanas y el comercio marítimo y que además <ofrecían> su
protección a precios que no sólo estaban por encima de los costos sino que además eran en gran medida
incalculables>.
Desde un principio, la VOC orientó sus destinos hacia los confines del sudeste asiático de
encontrando, en algunos lugares, fuerte resistencia por parte de los portugueses previamente
establecidos. Pese a todo, su superioridad artillera acabó por doblegarlos. En 1605, fueron
expulsados de Amboina, en las Molucas; a partir de 1609, acabarían imponiendo su control en
las islas indonesias. En otros lugares, sin embargo, su victorias no fue tan sencilla. Así, tras ser
rechazados en Goa, la V.O.C se vio forzada a asentarse en las costa india de Malabar (Cochin)
y del Coromandel, (Pellicata). Posteriormente, en 1641, expulsarían a los portugueses de
Malaca, dominando desde entonces su estrecho y, con ello, la ruta comercial que une las zonas
occidentales y orientales de Asia. Con todo, sería en el archipiélago indonesio donde
implantarían sus principales asentamientos, muy especialmente en la isla de Java, primero en
Bantam y luego en Batavia, futura Yakarta. Esta se convertiría en el lugar de encuentro de las
flotas en sus viajes de ida y vuelta así como la sede de administración del área comercial bajo
su control. Las expediciones concluirían en estos mares; en la segunda mitad del XVII, en viajes
de exploración los holandeses se adentraron por el sur del Pacífico, llegando a Australia, Nueva
Zelanda y las islas tonga y Fijdi. En direcciones opuesta, los holandeses se establecerían en
Moche, Mar Rojo, donde se harían con el café árabe; llegando a controlar el golfo pérsico
durante el segundo tercio del siglo XVII, Ya en el XVII, siguiendo el ejemplo de otras compañías
comerciales, la VOC abriría una sede en Cantón, en donde adquirirían el te. En su extremo
norte, los holandeses arribarían en 1641 a Deshima y Nagasaki, siendo, hasta 1835, los únicos
europeos admitidos en el Japón de los Tokugawas, El mapa siguiente permite observar los
211 Feudalismo tardío … p. 116.
principales lugares desde los cuales operó la VOC en su control de los mares asiáticos, en
donde contarían con una treintena de asentamientos.
Mapa 3
Principales factorías de la V.O.C en el sudeste asiático.
Fuente: E.M. JACOB, In pursuit of Pepper and Tea. The Story of the Dutch East Indian Company. Netherlands Maritime Museum,
Amsterdam, 1991, p. 81
Se ha hecho mención del te y del café; sin embargo tales productos resultarían complementarios
siendo ampliamente superados por las especies y por los tejidos . Las primeras procedían
fundamentalmente del archipiélago indonesio, los productos textiles del sur de la India. En la
tabla XXX se constata el impresionante volumen de mercancías que la VOC transportó a Europa
en el año 1686, valorado en 2.073.630 florines, 8 stuivers y 8 penningers; su venta al año
siguiente alcanzó los 6.232.876 florines. Partiendo de las investigaciones de Kristof. Glamann,
Peter Kriedte cuantifica los beneficios obtenidos por la compra y venta de los productos
aportados por la VOC en dos períodos trienales212. En un primer período, entre 1648 y 1650, el
beneficio neto es de 2 millones 525 mil florines; en el segundo,1698-1700, de 6 millones y 6
florines. Sobre la misma base, Morineau indica que, entre 1619 y 1621, la pimienta constituía el
56 % de las compras, seguido de las especies finas (17 %) y los tejidos (materia prima y tela:
212 Feudalismo tardío … p. 114. La obra de K. GLAMANN referida es: Dutch asiatic trade, 1620-1740. Copenhague, p. 1958.
16%). Y finalmente las drogas y productos de tinte. Estas proporciones se mantendrían durante
la primera mitad del siglo, incorporándose pequeñas proporciones de salitre (2 %) y de cobre
(0,5 %). Durante este tiempo, los cargamentos de pimienta supusieron un aumento de 2,5
millones de libras a 6 millones; el de canela, de cero a 300.000 y el número de las piezas de tela,
de 7.000 a 60.000, en particular el de las de algodón213.
Tabla 3
IMPORTACIONES TRAÍDAS DE LAS INDIAS ORIENTALES EN 1648
Fuente: M. MORINEAU, “La <Sustitución> de las Indias Orientales. En P. LEON, Historia Económica y social del
mundo. Madrid, Ediciones Encuentro, 1978, p. 177
En la carrera por hacerse con el dominio de los mares asiáticos, los holandeses se impusieron
claramente sobre sus rivales. Sólo quienes la habían iniciado, los portugueses, conocieron un
213 “La sustitución … “ pp. 177-79.
descenso en su número de barcos, pasando de 69 en los primeros años del siglo (entre 1601
1602 y 1610-1611) a 23 sus postrimerías (de 1691-1692 a 1699-1701); los de los demás
partícipes incrementarían su presencia: los barcos holandeses pasaron de 59 a 241; los
ingleses de 20 a 134 y los franceses de 2 a 40. La tabla siguiente se hace eco de estas cifras.
Gráfico 2
Tráfico marítimo de Europa a Asia , 1491-1492- 1700-1701.
(barcos hacia Asia por países y períodos de diez años)
(Barcos hacia Asia por Países y por Decadas)
Fuente: P. KRIEDTE. Feudalismo Tardío.y capital mercantil. Barcedlona, Ed. Crítica ....... P. 117.
La extraordinaria actividad de la VOC no presupone una exclusiva presencia holandesa en el
Indico y el Mar de China; Sus gentes de mar, mercaderes y marineros, también navegaron por el
océano Atlántico anclando en las riberas americanas y africanas. En ambos continentes, sin
embargo, su presencia no alcanzaría las dimensiones de la VOC. La consolidación del imperio
español desvió la arribada holandesa a las costas brasileñas donde, de nuevo, conoció
enfrentamientos con los portugueses. En 1621, con el apoyo gubernamental, se creó una
compañía monopolista, la West-Indische Compagnie que, durante tres décadas logró asentarse
en la costa norte brasileña de donde exportaron diversos productos como el café, el cacao y el
azúcar. Sus principales asentamientos fueron Pernambuco, Recife, Paraiba y San Luis de
Maranhao. Al norte del Amazones, colonizaron la región de Surinam. Igualmente, establecieron
colonias en algunas islas antillanas –Curaçao, St Martin y St. Eustatius- a través de las cuales
lograron comerciar con las colonias más grandes de otras naciones, llegando incluso a
establecerse en las costas de tierra firme, fundando en 1624, en la isla Manhatan junto al río
Hudson, la ciudad de Nueva Ámsterdam, que más adelante se convertiría en Nueva York. La
colonización brasileña requería esclavos por lo que, los holandeses, tras haber traficado en las
costas de Guinea desde 1600, optaron por proseguir su guerra con Portugal, expulsándoles de
sus principales plazas fuertes de África occidental, como Elmina, en 1637 Axim , en 1641. Ese
año ocupaban Luanda, en Angola, lugar que recuperarían los lusitanos en 1649. Como no podía
ser de otro modo, la obtención de esclavos fue su principal objetivo, labor que consiguieron
controlar durante unos treinta años, conduciéndolos no sólo a sus puertos brasileños sino
también a los de tierra firme española y a las antillas francesas e inglesas214. Según Kreidte,
durante la segunda mitad del XVII, los holandeses ocuparían el segundo lugar en el lucrativo
negocio de la trata, siendo superados por los portugueses; el 1675, sin embargo, serían
rebasados por los ingleses y, a principios del XVIII; por los franceses215. En 1652, los
holandeses se establecerían en la Ciudad del Cabo con el propósito de servirse de sus
productos para aprovisionar de vegetales y frutos agrios a las tripulaciones que realizaban la ruta
asiática.
Naturalmente, este gran imperio marítimo precisaría de una sólida infraestructura financiera que
lo mantuviera. Prácticamente, en relación causa-efecto, desde el último cuarto del siglo XVI,
Ámsterdam se había convertido en la plaza comercial, bursátil y financiera más importante de
Europa. Como sostiene Peter Krietde, su bolsa culminó los caminos iniciados por la Amberes al
independizar de la celebración de las ferias el comercio de mercancías y el sistema de
pagos216.Junto al comercio de mercancías apareció el de valores., negociándose las acciones de
sus compañías comerciales, la V.O.C. y la W.I.C. especialmente. Ámsterdam fue también el
mayor mercado monetario europeo; en 1609 se fundó el Wisselbank, o banco de cambio. Su
finalidad era servir a las necesidades comerciales de la ciudad imponiendo orden en la moneda
en circulación haciendo transferencias entre las cuentas de los comerciantes socios 217. Su
número de cuentas de depósito subió de 708 en 1611 a 2.698 en 1701 y la suma de
214 R. DAVIS, La Europa … p. 203. .
215 Feudalismo tardío … pp. 110-11216 “El número de mercancías comercializado allí subió de 205 (1585) a 491 (1675); en la bolsa de Londres se cotizaron en
1675los precios de solo 305 artículos. Desde 1609 se publicó semanalmente una lista en la que se consignaban los precios de
las diferentes mercancías” Feudalismo tardío … p. 119.
217 “No sin dificultad el banco consiguió el primero de estos objetivos, aceptando la enorme variedad de moneda en circulación y
convirtiéndola a una unidad de cuenta estándar a fines de contabilidad”. J de VRIES, La economía … p. 231.
imposiciones de 925.562 florines en 1610 a 16.284.849 en 1.700 218. Con su Willsenbank,
Ámsterdam igualmente logró ser el más importante mercado europeo de metales preciosos.
Sobre las vías de llegadas del metal americano y su repercusión internacional Kriedte escribe al
respecto219:
“Alrededor del 15 al 20 por 100 de la plata americana que llegaba a España seguía camino directamente
hacia holanda; servía de compensación para las balanzas comerciales y de servicios entre España y la
América española y entre España y los Países Bajos. Un porcentaje aproximadamente igual de la plata
americana debe haber llegado a Holanda por otros canales, por lo que el mundo financiero de Ámsterdam
debe haber contado con una parte importante de las importaciones españolas de plata. En la segunda mitad
del siglo XVII todos los otoños llegaba a Ámsterdam una flota de 30 a 50 barcos cargados con plata,
escoltados por barcos de guerra. La posición dominante que tenía Ámsterdam en las finanzas
internacionales se tradujo en una enorme exportación de capital., a las que se unieron inversiones en el
extranjero. Los gobiernos que estaban necesitados de dinero se dirigían al capital financiero de Ámsterdam
y trataban de colocar empréstitos en su mercado”.
Ya señalamos anteriormente la gran importancia de la vía fraudulenta en la entrada de plata en
América. La extraordinaria aportación de Michel Morineau a través de la publicación de los datos
estadísticos aparecidos, precisamente, en las ·”gazetas holandesas” es su mejor reflejo 220. De
las palabras de Kriedte se colige igualmente la considerable arribada de cargamentos de plata se
produce en unos momentos en que éstos habían empezado a retroceder en lo que afecta a la
metrópolis española. En otro orden de cosas cabe añadir que en 1614 se creó en Ámsterdam un
Banco de Préstamo municipal. El éxito de estos bancos hizo que se crearan otros similares en
Middellburg en 1616, en Delft en 1621 y en Rótterdam en 1635 221. Estos, sin embargo, tendría
una corta vida, entrando en quiebra en 1672 cuando los ejércitos franceses invadieron Holanda
durante la tercera guerra anglo-holandesa; estos bancos habían adelantado créditos sobre
títulos, sin ser capaces de superarse ante la avalancha de retiradas222. En el siglo XVIII, señala
Jan de Vries, el Banco de Ámsterdam funcionaba como un gran depósito de metales preciosos,
desarrollando un importante papel como mediador entre los irregulares aflujos de metales
preciosos americanos y la demanda de todo tipo de divisas en Europa223
**********
218 “Los traspasos de una cuenta a otra se realizaban por medio de transferencias. El Banco de Cambio no era un Banco de
Crédito; en general sólo concedía créditos a la ciudad de Ámsterdam y a la Compañía de las Indias Orientales”. IBIDEM p. 120.
219 IBIDEM . p. 120
220 “Incroyables Gazzetttes …. “. Según J de VRIES, “ En su calidad de centro del comercio internacional de mondas de oro y
plata, Ámsterdam atraía hacia sí grandes cantidades de metales preciosos. A partir de 1682 los comerciantes podían depositar
sus existencias, en espera de su venta, en el banco, con unos modestos intereses a su favor. El equivalente en moneda bancaria
era ingresado a continuación en la cuenta del comerciante y el banco daba un recibo que era totalmente negociable”. La
Economía .. p. 232.
221 R. DAVIS La Europa … p. 204.
222 Ch.P.KNDLEBERGER, Historia Financiera de Europa. Barcelona, Ed. Crítica, 1988, pp. 69-70.
223 “La existencia de estas existencias animó a estabilizar lo tipos de cambio en Ámsterdam lo que potenció la circulación de
letras de cambio como instrumentos negociables de crédito. También amortiguaba las fluctuaciones de precios causadas por
cambios súbitos en el volumen de moneda circulante”. La Economía … p. 232.
EPILOGO
EN VÍSPERAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL.
<Si un país alcanza los primeros estadios del camino hacia el capitalismo eso n o es una
garantía de que finalizará el viaje>
Así sentencia Maurice Dobb el fracaso holandés224.. Sus inversiones realizadas sobre la esfera
mercantil no presuponen forzosamente que sus réditos irán a parar a la estructura productiva y,
con ello, darán un paso definitivo en la transformación estructural de su economía Las razones
estriban mayormente en su desventaja a la hora de competir con la manufactura inglesa,
sencillamente por no haber podido alterar sus estrategias especialmente al no haber logrado su
ruralización. De hecho, las granjas lecheras por las que se caracterizó su rico agro a penas
permitían el desglose de las actividades de sus campesinos por lo que éstos, presumiblemente
más acomodados que sus homónimos ingleses, no se verían obligados a buscar en la industria
los beneficios que no les aportaba el trabajo en el campo. Esta, por tanto, permaneció anclada
en las ciudades donde el gremio pañero, -inmortalizado el cuadro Stall-messters de Rembrandt
H. Van Rijn- mantenía con firmeza su poder sin ceder un ápice en su política de precios.
Recordemos el recurso al retorno a los viejos paños (oude draperie) como estrategia holandesa
a la hora de buscar salidas a sus tejidos, probablemente acudiendo a mercados de reducida
capacidad adquisitiva, ubicados seguramente en los lugares donde comerciaba la V.O.C. A
pesar del peso de tales argumentos, éstos por sí solos no bastarían para comprender las
razones por las que los holandeses fueron superados por los ingleses en la carrera final hacia el
capitalismo. En efecto, otros imperativos responden al desarrollo, fundamental, del capital
mercantil inglés así como a las consecuencias de las tres guerras entre ambos países durante
la segunda mitad del siglo XVII.
En páginas anteriores hemos detallado las características que afectan a la estructura productiva
ya en su sector primario agrícola como en el secundario manufacturero. Las que seguirán
abordarán el análisis de los precedentes que conducen a la revolución industrial, dicho sea de
paso, los cambios económicos y sociales que prefiguran la Inglaterra posterior a su revolución
burguesa del siglo XVII. En este “epílogo” tan sólo buscamos hilvanar los destinos de la inversión
ya en el propio comercio, ya finalmente de en el capital industrial. En este sentido, los pasos
dados por los ingleses abarcan los distintos estadios del proceso. De hecho son ellos quienes se
224 La frase aparece citada en P. KRIEDTE,
Feudalismo tardío … p. 123.
adelantan a los holandeses en la configuración, dos años ante de la primera empresa mercantil
moderna tal cual es la East Indian Company. Su papel, sin embargo, al igual que el de otras
grandes empresas marítimas, no correspondería estricto sensu al de sus pares holandesas. El
haber podido contar con otros instrumentos de diferente calibre les propició mayores beneficios a
largo plazo. Este fue el caso de los Merchant Adventurers –mercaderes que se dedicaban al
despacho de expediciones comerciales por mar y el establecimiento de factorías y puestos
comerciales en países extranjeros- y, por encima de todo, de la Navigation Acts. Dictada en
1651, en palabras de Adam Smith representaría <quizás las más sabia de todas las regulaciones
comerciales de Inglaterra> 225. Efectivamente, las leyes de navegación, que perdurarían durante
doscientos años, significarían, según Christopher Hill, la transición de una organización basada
en compañías monopolísticas a una integración total del comercio del país basada en el
monopolio nacional, jugando el estado un destacado papel. Dicho de otra forma, representaron
el triunfo del interés comercial nacional sobre los intereses de los particulares y los privilegios de
las compañías. A diferencia de lo ocurrido en Holanda, en donde el beneficio del comercio con
las indias orientales y occidentales había recaído en los accionistas de ambas compañías, en
Inglaterra el monopolio creado por las Navigation Acts beneficio a sus mercaderes a quienes
permitió participar activamente en las compras y ventas de los productos de ultramar. Por otra
parte, estas leyes supusieron el cierre del comercio británico a la navegación extranjera y
establecieron un área monopolista de privilegios para los mercados británicos226.
Las guerras navales entre Holanda e Inglaterra se convirtieron claramente en enfrentamientos
comerciales; las derrotas holandesas supusieron el fin de su dominio sobre el comercio de las
especies, el tabaco, el azúcar, las pieles y el bacalao. La primera, sostenida entre 1652 y 1654,
abrió el comercio con la India y el Extremo Oriente a los ingleses. La segunda, entre 1665 y
1667, les franqueó la entrada en África Occidental, introduciéndoles en la trata de esclavos.
Antes de estallar la tercera, los holandeses se habían vistos obligados a dejar sus asentamientos
en Nueva Inglaterra: en 1654, presionados por los británicos, habían abandonado las de Brasil;
diez años después, los ingleses tomaron la base comercial de Nueva Ámsterdam y la llamaron
Nueva York227. Las tesis suscitadas por Hugo Grotius del Mare Clausum claudicaban ante la
imposición, a todas luces ambigua, del Mare Liberum . Ante tamaño desplazamiento,
incrementado con logrado en el Mediterráneo desde principios del siglo XVIII, tras ser ocupadas
por los ingleses la plaza de Gibraltar y la isla Menoría y ostentar el control de las aguas
levantinas desde el puerto otomano de Esmirna, debemos preguntarnos a dónde habían
conducido las estrategias del empresariado holandés cuando en la tercera de las contiendas
225 Citado por C. HILL, De la Reforma … p. 176. Estás paginas se basan en buena manera en el citado libro.
226
IBIDEM, pp. 176-81. Previamente (p. 155) HILL destaca su promoción en la “prosperidad de los puertos de
salida como Exeter, Plymouth, Bristol y Liverpool a finales del XVII y principios del XVIII, del mismo modo que su
estímulo a la construcción naval ayudó a los astilleros de Whitby, Scarborough, Hull y Newcastle.”
227 R. DAVIS, La Europa … p. 211.
angloholandesas, 1672-1674, los enemigos ingleses habían asegurado sus embarcaciones en la
misma Ámsterdam228.
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228 Ch. KINDLEBERGER, Historia financiera … p .249.