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Transcript
Curso Ministerio de Música I
Charla No: 1
Nombre de la Charla: El Culto a Dios y el Rol de la Música en el Culto
Charlista:
Duración: 1 hora (45 mins de charla y 15 mins de preguntas y rerspuestas)
Introducción:
A. El significado espiritual de la música para el ser humano
o Discrepo con los que dicen que la música es algo espiritualmente neutro. Creo
(con varios Padres de la Iglesia y Papas) que la música es un don de Dios a los
hombres. Hay música en el corazón de la creación.
 Las imágenes de la creación como canto de Dios o de sus ángeles en El
Silmarillion: La Ainulindalë de J.R.R. Tolkein y en Las Crónicas de
Narnia: El Sobrino del Mago de C.S. Lewis.
o La música brota del alma del ser humano, y tiene un poder extraordinario para
llegar/tocar el corazón del hombre.
o La música es un “universal cultural” – en la vida de todo pueblo, en su culto (cita
de la carta de Pio XII)
o La música ejerce un poder especial en las vidas de los jóvenes. Las ventas
increíbles de la música hoy en día lo manifiesta.
o Como don de Dios, hay que entender su valor y poder, respetarlos, y aprender a
utilizarlos. Al mismo tiempo hay que reconocer que se pueden pervertir y ser
usados para los propósitos del Enemigo. Siempre ha sido un aspecto de su
estrategia.
Desarrollo:
B. La música (especialmente el canto) en las Escrituras
o Cita de Benedicto XVI (cuando Card. Ratzinger)
 “La importancia de la música en la religión bíblica se manifiesta
sencillamente por el hecho de que el verbo “cantar” (con las palabras
relacionadas, como “canto”) es una de las palabras más frecuentemente
utilizadas en la Biblia. Occure 309 veces en el Antiguo Testamento y 36
veces en el Nuevo. Cuando el hombre se encuentra con Dios, el sólo
hablar no basta. Se despiertan áreas de su existencia que brotan
espontaneamente en un canto. De hecho, no basta el ser del hombre
para lo que tiene que expresar, e invita a toda la creación a convertirse
en un canto junto con él: “¡gloria mía, despierta!, ¡despertad, arpa y
cítara!, ¡a la aurora he de despertar! Te alabaré entre los pueblos,
Señor, te salmodiaré entre las gentes; porque tu amor es grande hasta
los cielos, tu verdad hasta las nubes.” (Sal 57:9-11)”
o Exodo 15 (el primer canto de la Biblia)
o Crónicas (cf. 1 Cr 25:1-3: una función profética en el culto. Un don de profecía
en el culto es una descripción y un criterio bíblico para el líder de música)
o Salmos
o Mt 26//Mk 14 (Jesús y sus discípulos cantaron salmos/himnos al final de la
Última Cena)
o Pablo (Ef 5; Col 3; también Hechos 16)
o Apocalipsis, y la música en el cielo (Ap 4, 5, 14, 15)
Espada del Espíritu. Región Iberoamericana. Equipo de Construcción de Comunidades.
M1-1 El Culto a Dios y el Rol de la Música en el Culto
Curso Ministerio de Música I
C. Un (muy breve) resumen histórico de la música en la Iglesia (del esbozo de Benedicto
XVI)
o La iglesia primitiva. San Agustín como representante.
 “Cantare amantis est.”
“Siento que nuestras almas se muevan al ardor de la piedad por las palabras sagradas más
piada y poderosamente cuando se cantan esas palabras que cuando no se cantan, y que todas
las afecciones de nuestra alma en su variedad tienen modos propios en el canto por los cuales
se levantan por una simpatía inefable y secreta.” [Confesiones X, Cap 33] 49.
“Más fuertemente me habían aprisionado y sujetado los deleites tocantes al oído, pero
Vos, Señor, me desatasteis otra vez y disteis libertad. Pero al presente, cuando oigo
en vuestra iglesia aquellos tonos y cánticos animados de vuestras palabras, confieso
que, si se cantan con suavidad, destreza y melodía, algún poco me aficionan; no tanto
que me sujeten y detengan, sino de modo que los pueda dejar fácilmente cuando
quiera. No obstante, aquellos tonos acompañados de las sentencias que les sirven de
alma y les dan vida, para haber de ser admitidos dentro de mi corazón solicitan en él
algún lugar honroso y distinguido, y apenas yo les doy el que les corresponde. Porque
algunas veces me parece que doy más honra a aquellos tonos y voces de la que
debía, por cuanto juzgo que aquellas palabras de la Sagrada Escritura más religiosa y
fervorosamente excitan nuestras almas a piedad y devoción cantándose con aquella
destreza y suavidad, que si se cantaran de otro modo, y que todos los afectos de
nuestra alma tienen respectivamente sus correspondencias con el tono de la voz y
canto, con cuya oculta especie de familiaridad se excitan y despiertan. Pero me
engaña muchas veces el deleite de los sentidos, al cual no debiera entregarse el alma
de modo que se debilite y enflaquezca, cuando el sentido no acompaña a la razón, de
modo que se contenta con irla siguiendo, sino que habiendo sido admitido por amor y
causa de ella, ya quiere adelantarse a la razón y procura ser su guía. Así peco en
estas cosas sin conocerlo, pero después lo conozco.
50. También algunas veces cautelándome demasiadamente de este engaño doy en el
extremo contrario, errando en esto por exceso de severidad; algunas veces llega a ser
tan grande este exceso de mi severidad, que quisiera apartar de mis oídos, y aun de
toda la iglesia, todo género de melodía y suavidad de tonos con que todos los días
cantan los salmos de David, pareciéndome entonces más seguro lo que me acuerdo
haber oído contar de Atanasio, obispo de Alejandría, que tenía mandado al cantor de
los Salmos que los cantase con tan baja y poca voz, que más pareciese rezarlos que
cantarlos.
No obstante, cuando me acuerdo de aquellas lágrimas que derramé oyendo los
cánticos de vuestra Iglesia, muy a los principios de haber recuperado mi fe, y
contemplando que ahora mismo siento moverme, no con los tonos y la canturía, sino
con las palabras y cosas que se cantan, cuando esto se ejecuta con una voz clara, y
con el tono que les sea más propio y conveniente, vuelvo a reconocer que esta
práctica y costumbre de la Iglesia es muy provechosa y de grande utilidad. Así estoy
vacilando entre el daño que del deleite de oír cantar puede seguirse y la utilidad que
por la experiencia sé que puede sacarse; y más me inclino (sin dar en esto sentencia
irrevocable ni definitiva) a aprobar la costumbre de cantar, introducida en la Iglesia,
para que por medio del aquel gusto y placer que reciben los oídos, el ánimo más débil
y flaco se excite y aficione a la piedad. Esto no quita que yo conozca y confiese que
peco y que merezca castigo, cuando me sucede que el tono y canto me mueve más
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Curso Ministerio de Música I
que las cosas que se cantan, y entonces más quisiera no oír cantar. Ve aquí el estado
en que me hallo al presente en cuanto a esto.
Llorad conmigo, y llorad por mí todos los que dentro de vuestros corazones tratáis algo
de espíritu y de virtud, de donde proceden las obras exteriores, porque a los demás
que no tratáis de esto, tampoco os moverá la situación y estado en que me hallo.
Pero Vos, Señor y Dios mío, oídme, miradme, vedme, apiadaos de mí y sanadme Vos,
a cuyos ojos son patentes las dudas y congojas con que lidio, y esto mismo es la
dolencia que padezco. “
o
o
o
Los tiempos medievales
La reforma (Católica y Protestante)
Los tiempos modernos
D. Perspectivas de los Papas recientes sobre la música sagrada. Unas selecciones:
o San Pio X
o Pio XII
o JP II “Belleza y dignidad apropiadas,
o Benedicto XVI “Pre-eminencia del logos, el texto como central
 “Al final, el cantar de la Iglesia brota del amor. De las más hondas
profundidades del amor sale el cantar. Dice San Agustín, “Cantare
amantis est”, “cantar es del amante.” En decir esto, volvemos a la
interpretación trinitaria de la música de la Iglesia. El Espíritu Santo es
amor, y es el Espíritu que produce el cantar. Es el Espíritu de Cristo, el
Espíritu que nos trae al amor a Cristo, y así nos lleva al Padre.”
E. Ciertos criterios para juzgar la música religiosa (Papas; un artículo que encontré)
o Preeminencia del “logos” (el texto como central)
o Belleza (y cita de JPII)
o Resultados , buenos frutos en la vida espiritual
o Dignidad apropiada; que no sea superficial ni frívola
o “Instrumentación, estilo, texto, resultados”

Conclusión
F. La música de la espiritualidad carismática
o Unos fuertes de la música de nuestra espiritualidad carismática:
 Cierto dinamismo, fuerza, y alegría; capaz de tocar el corazón y levantar
el alma hacia Dios
 Los textos suelen ser muy bíblicos, y la música no distrae la gente del
mensaje.
 Sencilla y popular, fácil de aprender y memorizar. Muy accesible a la
gente, especialmente a los jóvenes.
 Refleja el culto del cielo en Apocalipsis 4-5: en voz alta, de alabanza
libre y gozosa, en el espíritu victorioso de la Resurrección
 Cierta espontaneidad que puede dar campo a la guía del Espíritu Santo
en el culto
o Unas debilidades características de cierta música de espiritualidad carismática
que queremos evitar (en el mensaje, en la música, o en los dos):
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Superficial
Emocional
Sentimental
Infantil
De mal gusto
“Feminizada”
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