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La Gestión del Agua en el Cambio Climático
Ramón E. Narpier/atajo
Pese a la política neoliberal que lo quiere privatizar todo y que convierte en mercancía hasta la misma vida,
todavía en el país el agua está declarada como un derecho humano. La Ley 58-52, además de sustentar esa
declaración, define al Estado Dominicano como el rector del agua mediante un organismo creado para tales
fines que es el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI).
Con la Ley 64-00, que para su elaboración se revisó y modifico la Ley 58-52, se creó la Secretaría de Estado
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARENA) que adsorbió al INDRHI como un componente
descentralizado con las funciones de organismo rector de las aguas superficiales. La SEMARENA quedó como
el organismo normativo, responsable de las aguas.
En la actualidad en el Congreso cursan tres anteproyectos de ley sobre el agua, el mejor y más reciente fue
sometido por INDRHI que procura que el agua permanezca como un derecho humano. Plantea que las cuencas
hidrográficas sean vistas como unidades de planificación y propone la participación de usuarios (comunitarios)
en la gestión de las cuencas hidrográficas del país. El anteproyecto de ley Integra a los usuarios en las cuencas
no para privatizarlas, sino para su preservación y gestión en el marco de un Plan Hidrológico Nacional.
El Plan Hidrológico Nacional resulta la acción más importante de lo inmediato, ya que los dominicanos,
como sociedad atrapada en medio de los peligros del Cambio Climático, no pueden darse el lujo de errar en la
toma de decisiones colectivas sobre la catástrofe atmosférica y menos cuando se trata de producir el agua del
ahora y del futuro. Ya toda la estructura social ha percibido, a costa de miles de muertos y damnificados, la
magnitud del problema y todos están de acuerdo en que la solución es colectiva.
La dimensión de la crisis planetaria convierte en inaceptable cualquier planteamiento que persiga impulsar
leyes que puedan abrir la brecha a la privatización, los dominicanos tienen que decir no a los que hablan de
privatizar el agua y hasta de privatizar las mismas cuencas hidrográficas, en ese sentido la clase política debe
dejar fuera de sus agendas la discusión de la privatización de los componentes de la gestión del agua, dejar sin
interlocutores a los cabilderos que buscan, tras bastidores, la privatización de las presas.
A los dominicanos del ahora les toca, como grupo humano y como Estado insular, tomar las decisiones sin
precedentes del momento histórico que vive la humanidad, lo que involucra el cambio de valores tradicionales
y el abandono de formas de vida insostenibles. El cambio climático antropogénico es un acontecimiento sin
precedentes que está empujando hacia atrás la mayoría de los logros alcanzados hasta ahora por la humanidad
y entre otros terribles acontecimientos pondrá en peligro los territorios costeros y los insulares, lo que nos
coloca en la primera línea del problema ya que nuestro país ocupa un poco más de la mitad de una isla.
Es muy importante tomar en cuenta que desde aquí estamos siendo testigos del fin de la Era del Petróleo y del
inicio del Cambio Climático Antropogénico. Dos momentos estelares de la evolución del Homo sapiens.
Hemos visto que el primer mundo para mantener el acceso al petróleo fue a la guerra; veremos que en el
cambio climático para mantener el acceso al agua ocuparan países y harán más guerras.
Lo que nos debe llevar al entendimiento de que los acontecimientos atmosféricos no solo destruyen los
recursos naturales, las plantaciones agrícolas y las ciudades, sino que están generando problemas políticos,
serios problemas que en el futuro próximo se proyectan sobre la gobernabilidad y la democracia de cada país
ya que lo primero que afecta la anomalía climática es la producción de alimentos, fomenta la proliferación de
enfermedades y disminuye las fuentes de agua potable.
Jorge Riechmann, autor-coordinador del libro “Perdurar en un planeta habitable” dice: ¨El modelo
económico está destruyendo a marchas forzadas las perspectivas de que perdure una humanidad libre en un
planeta habitable”, y declara, “Nuestro tiempo no es <<normal>>: hace falta que esa verdad llegue a las
conciencias de nuestras ciudadanas y ciudadanos”.
Un informe de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para
El Medio Ambiente (PNUMA/ORPALC), elaborado en el 2006, afirma que para los estados insulares:
“Además de la agricultura, los cambios en el ciclo del agua afectarían las fuentes de agua potable, la
generación de energía hidroeléctrica y exacerbarían la erosión de laderas”.
El Organismo mundial alerta que: “En los pequeños estados insulares del Caribe y otras regiones
particularmente vulnerables, los desastres siguen siendo un problema importante, resultando en pérdidas de
vidas y de bienes”.
Creemos que en lo inmediato se debe iniciar la discusión del Plan Hidrológico Nacional bajo el liderazgo del
INDRHI/SEMARENA y del Consejo de Cambio Climático, con la participación activa de todos los sectores,
¡de todos los sectores! y si algún sector no entiende el momentum terribilis, explicárselo, informarle la
magnitud de lo que acontece, mostrarle lo que eso significa para una isla.
Actualmente la República Dominicana está entre los países con Problemas Generales de agua, lo que según la
Clasificación de Falkenmark quiere decir que posee una disponibilidad 1,670 a 10,000 metros cúbicos por
habitantes por año (m3/h/año). Y cuando entra en períodos de sequía se suma a las regiones y países con
tensiones hídricas, como Haití, bajando la disponibilidad a 1,000 y a 1,670 m3/h/año, aún así se le quiere abrir
la puerta a la privatización y el país desconoce la urgencia del Plan Hidrológico y las comunidades siguen de
espaldas a la gestión del agua.
El país ya posee una infraestructura que le facilita la gestión del agua en el cambio climático, como hemos
dicho el manejo del agua se reparte entre la SEMARENA, como organismo normativo, el INDRHI, como
institución rectora y una serie de instituciones gubernamentales descentralizadas que la distribuyen y
comercializan sus servicios, entre ellas, el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillado (INAPA), la
Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD).
Además, la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santiago (CORASAN), la Corporación del
Acueductos y Alcantarillados de Moca (CORAMOCA), la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de
Puerto Plata (CORAAPLATA), la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Cotuí
(CORAAAMATRISA) y la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de la Romana (COAROM).
Para que esta infraestructura de gestión del agua no colapse en un futuro donde la gobernabilidad y hasta la
misma democracia son inciertas, tienen que realizarse cambios desde ahora, la SEMARENA debe asumir su
papel como organismo transversal al Estado, como institución normativa, reguladora y fiscalizadora, iniciando
ahora acciones que obliguen la aplicación de la ley (176-07 del Distrito Nacional y los Municipios) para que
los ayuntamientos establezcan en cada una de sus regiones las Unidades de Gestión Ambiental Municipal
(UGAM).
Las UGAM fortalecerán los gobiernos locales lo que se traduce en un fortalecimiento de la democracia lo que
permitirá la gobernanza ambiental, lo que quiere decir que se fortalecerán la participación, la equidad y la
transparencia en el manejo y gestión de los recursos naturales en general y del agua en particular.
Las UGAM, como entidades de los ayuntamientos que son instituciones gubernamentales descentralizadas,
funcionaran en coordinación con las Gerencias Ambientales Regionales de la SEMARENA, lo que hará más
eficiente la gestión ambiental de los gobiernos locales y del gobierno central.
Asimismo las UGAM tendrán que asumir, no solo a las Juntas de Regantes, sino también la gestión de las
cuencas hidrográficas, es decir, la producción de agua y en su momento, tendrán la responsabilidad de la
producción de alimentos. Esto así será una garantía para la democracia dominicana en momentos muy difíciles
y desconocidos, y será una garantía para que los dominicanos de todas las regiones dispongan del preciado
líquido mediante la gobernanza del agua.
Mientras tanto es urgente mejorar la comunicación entre los técnicos, los tomadores de decisión y el público en
general. La falta de comunicación mantiene a la RD sumida en letargo irresponsable, sin ninguna acción hacia
la mitigación o hacia la adaptación, lo que le impide la búsqueda de fondos por falta de un programa nacional
contra el cambio climático, todavía no sea visto ninguna actitud oficial frente a la anomalía del clima, los
“técnicos-políticos” repiten lo mismo y no hacen ninguna propuesta, ¡ninguna!, quizás porque todas las
propuestas deben de incluir a la gente.
Es hora de desarrollar modelos y escenarios para conocer, entre otras cosas, como el Cambio Climático ha
comenzado a afectar la producción de agua en la isla. Para saber qué está pasando y qué hacer. Ahora nos toca
despertar para dejar de caminar dormidos hacia un futuro desconocido y lleno de amenazas.