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Bacterias producen hidrógeno limpio de aguas residuales Thijs Westerbeek van Eerten 21-05-2008 La Universidad holandesa de Wageningen descubrió un nuevo procedimiento, gracias al cual, unas bacterias especiales son capaces de transformar en hidrógeno los desechos orgánicos presentes en las aguas residuales. El soñado modelo de la ‘economía del hidrógeno' está cada vez más cerca de convertirse en una realidad. El hallazgo es tan prometedor que Shell, entre otras empresas, costea los gastos de la prosecución de las investigaciones. Microbios especiales que producen además electrones y protones, es decir electricidad. El hidrógeno limpio demuestra ser el combustible automotor ideal para llegar a un transporte vial libre de dióxido de carbono. Una célula de hidrógeno puede generar energía eléctrica que, a su vez, alimenta el motor del automóvil. Esa corriente propulsa las ruedas y el único producto que expulsa el tubo de escape es un poco de vapor de agua, tan pura que hasta se podría beber. Muy prometedor pero... Es una imagen idílica y futurible. Sin embargo, por el momento, y desgraciadamente, parece estar reservada reservada al género de la ciencia ficción. Y ello se debe a dos motivos. En primer lugar: el hidrógeno sólo puede ser almacenado bajo una presión extremadamente alta lo que dificulta su transporte. En realidad, de hecho, debe producirse siempre in situ. El segundo problema es más fundamental si cabe, más si se tiene en consideración que el hidrógeno está pensado justamente para reducir las emisiones de dióxido de carbono que produce el tráfico y la industria. El profesor Cees Buisman, catedrático de la carrera de Tecnología Medioambiental de la Universidad de Wageningen, describe el dilema: "Si se pretende generar hidrógeno verde no existe, en realidad, una tecnología para concretarlo. Esto significa que si se quiere producir hidrógeno volvemos a caer en los hidrocarburos de origen fósil. Y con ello no resolvemos nada. Si bien es cierto que el hidrógeno es muy limpio, el dióxido de carbono que se emite en la producción es quizás similar o incluso mayor que cuando se carga directamente con ese combustible el coche." Solución Sin embargo todo apunta a que, ahora, ese problema está resuelto. Un colaborador del catedrático Buisman, René Rozendal, ha descubierto una forma de generar hidrógeno a partir de las aguas residuales. Esa tecnología ofrece tan buenas perspectivas que ya está en vías de ser patentada. Es más, empresas como Shell, entre otras, han decidido financiar la continuación del estudio. Gracias a ese impulso se acelera la investigación. La tesis del Dr. René Rozendal, donde desarrolla su hallazgo, obtuvo una calificación de sobresaliente ‘cum laude'. La ciudad de Brisbane, Australia, ya ha ofrecido a Rozendal un trabajo de investigación. La tesis fue realizada bajo la dirección del profesor Buisman, quien recuerda que el descubrimiento fue un auténtico ‘Momento Eureka': "René y yo convinimos que realizaría aquí, en Wageningen, una investigación sobre las bacterias que pueden producir corriente. Se trataba de una investigación que estaba hace tiempo en curso. En ese experimento, unos microbios especiales crecen en un material orgánico- por ejemplo la suciedad del agua residual- y producen además electrones y protones, es decir electricidad. René Rozendal se percató en un momento determinado de que había obtenido electrones y protones y que la combinación de electrones y protones constituye ¡el principio básico de la producción de hidrógeno! A partir de allí tuvo la idea luminosa de invertir el principio; puso un poco de corriente sobre el agua residual y las mismas bacterias comenzaron espontáneamente a producir hidrógeno." Los investigadores parten de la base que una vez que la tecnología esté totalmente desarrollada será muy amistosa con el medio ambiente y, por ende, una manera sostenible de generar hidrógeno. Será cinco veces más limpia que el método actual, porque el 80 por ciento de la energía necesaria saldrá de la materia orgánica del agua residual, es decir de la suciedad del agua. El restante 20 por ciento es la electricidad que ‘estimulará' a las bacterias en el agua a producir hidrógeno. Por si fuera poco... agua limpia Un excelente valor agregado es que las bacterias son tan estimuladas, gracias a la corriente añadida, que devoran todo el material orgánico del agua residual. El resultado que se obtiene es agua mucho más limpia, que sólo precisa un paso más de purificación antes de que pueda ser reincorporada en la naturaleza. Esto es lo que hace que esta técnica sea tan atractiva para ser incorporada en las instalaciones existentes de purificación de aguas que, de ahora en más, no sólo podrán producir agua limpia sino también hidrógeno. Aplicación práctica René Rozendal dedicó gran parte de su tesis a diseñar a gran escala la aplicación práctica de su hallazgo. Las cifras son alentadoras; si ya se utilizara el albañal holandés para la producción de hidrógeno podría proveer de combustible el 20 por ciento de todo nuestro parque automotor. Si también se empleara estiércol como materia prima - que después de todo también es material orgánico- podría alimentarse el total del transporte vial con hidrógeno producido de manera sostenible.