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Lindsay E. Nicolle, MD, Asymptomatic bacteriuria
When to screen and when to treat, Infect Dis Clin N Am 17 (2003) 367–394
BACTERIURIA ASINTOMATICA
¿CUANDO MONITOREARLA Y CUANDO TRATARLA?
La bacteriuria asintomática es común. Poblaciones con anormalidades estructurales y
funcionales del tracto genitourinario podrían tener una alta prevalencia de bacteriuria,
aunque individuos sanos frecuentemente tienen urocultivos positivos. La bacteriuria
asintomática rara vez se asocia con complicaciones graves. Las mujeres embarazadas
e individuos que experimentan un procedimiento traumatico genitourinario tienen
riesgo a complicarse de bacteriuria y son benéficos los programas de monitoreo y
tratamiento.
Aunque el monitoreo es recomendado en pacientes con trasplante renal los beneficios
en estos pacientes aun no son claros. Para otras poblaciones incluyendo personas con
bacteriuria, complicaciones adversas relacionadas con la bacteriuria asintomática no
han sido descritas. El tratamiento de bacteriuria asintomática en estos pacientes no es
benéfico y en efecto, podría estar relacionado con resultados dañinos, tales como
aumento a corto plazo en la frecuencia de infección sintomática, efectos colaterales de
los medicamentos y reinfección con organismos de mayor resistencia a
antimicrobianos. El monitoreo de bacteriuria asintomática y el tratamiento es
recomendado solo para un grupo selecto en los cuales los beneficios han sido
demostrados. Muchos investigadores se siguen cuestionando la necesidad de dar un
tratamiento. Diferentes poblaciones tienen factores de riesgo en común y los
beneficios y riesgos de los diferentes manejos para a bacteriuria asintomática
deberán continuar aplicándose sistemáticamente de acuerdo a estudios clínicos.
BACTERIURIA ASINTOMATICA
¿CUANDO MONITOREARLA Y CUANDO TRATARLA?
La bacteriuria sintomática o infección urinaria asintomática, es la presencia de
bacterias en la orina en ausencia de síntomas y signos clínicos de infección urinaria
en una persona. La definición microbiológica es cuando hay mas que o igual a 105
unidades formadoras de colonias por mililitro del mismo organismo u organismos en
dos muestras consecutivas de orina. La frecuencia y la historia natural de la bacteriuria
asintomática varia en diferentes poblaciones.
La importancia clínica de la bacteriuria asintomática había sido controversial
desde el uso difundido del urocultivo cuantitativo dando un significado de confianza
para su identificación. La principal pregunta es si la bacteriuria en ausencia de
síntomas, conduciría a complicaciones de la infección urinaria. Resultados
desfavorables en cuanto a esto incluían complicaciones a corto plazo de la infección
de vías urinarias bajas o pielonefritis, y complicaciones a largo plazo tales como
urolitiasis, cáncer genitourinario, falla renal, hipertensión y muerte. Alternativamente, la
bacteriuria asintomática podría ser benéfica, la colonización del tracto genitourinario
por organismos poco dañinos podría prevenir de infección de organismos más
dañinos a través de competición de nutrientes o receptores, obteniendo el paciente
una protección inmunológica o respuesta inflamatoria o por otros mecanismos.
En la era antimicrobiana temprana se reconoció que la pielonefritis y el trabajo de
parto prematuro en el embarazo era prevenido por medio de tratamiento
antimicrobiano de la bacteriuria asintomática identificada en etapas tempranas del
embarazo. Esta observación fue reforzada al observar que la bacteriuria asintomática
es dañina y que el monitoreo y el tratamiento de la bacteriuria asintomática era
apropiado. Sin embargo en estudios subsecuentes en otros grupos, no apoyaban la
intervención antimicrobiana. Los riesgos potenciales y los beneficios del tratamiento
deberían ser evaluados en cada población. La recomendación para hacer estudios y
tratar la bacteriuria asintomática por selección de población es la siguiente:
1. Estudios y Tratamiento benéfico:
 Mujeres embarazadas
 Antes de un procedimiento quirúrgico genitourinario
2. Estudios y Tratamiento que podrían ser benéficos:
 Receptor de transplante renal (durante los primeros 6 días
posterior al transplante)
 Mujeres con bacteriuria adquirida por catéter o sonda crónica
pero que fue ya removida.
3. Estudios y Tratamiento no benéfico:
 Niños y Niñas sanos
 Mujeres y Hombres saludables
 Ancianos de ambos sexos extrahospitalarios
 Ancianos de ambos sexos con servicios de cuidados especiales
 Pacientes con catéteres uretrales de permanencia crónica
(podría ser apropiado el escaneo en pacientes con brotes de
infecciones nosocomiales y que se encuentren en vigilancia
controlada)
 Pacientes con catéteres o sondas de permanencia corta
 Pacientes que utilizan sondas o catéteres de forma constante
 Pacientes con daño o deterioro neurológico con incontinencia.
 Pacientes con dispositivos urológicos de permanencia crónica.
Patogénesis de la Bacteriuria.
El tracto genitourinario normal es estéril, hasta la parte distal de la uretra. La
bacteriuria asintomática generalmente ocurre por acenso de las bacterias de la uretra
a la vejiga y que en ocasiones llegan a ascender hasta el riñón. Las bacterias aisladas
de pacientes con bacteriuria asintomática usualmente se originan de flora que se
encuentra en intestino, vagina o área periuretral. Para pacientes expuestos a
instrumentación del tracto urinario, las bacterias son introducidas a través de
instrumentos urológicos contaminados o fluidos que son llevados al tracto urinario del
paciente sin este estar colonizado anteriormente. Estos organismos permanecen en el
tracto urinario sin ser eliminados por el hospedero y sin una respuesta suficiente para
producir síntomas o causar erradicación. Existen factores tales como predisposición
genética, vaciamiento incompleto de la vejiga o presencia de un cuerpo extraño
provocando la persistencia de los organismos.
Escherichia coli es el organismo que con más frecuencia se aísla de sujetos con
bacteriuria asintomática. Sin embargo existe un rango amplio de otras bacterias
aisladas. En pacientes ancianos y pacientes manejados con cateterización
intermitente, E. coli es el agente aislado con menor frecuencia en hombres que en
mujeres. Pacientes con anormalidades estructurales o funcionales del tracto urinario, a
menudo con cuerpos extraños o con manejo repetitivo antimicrobiano, frecuentemente
se aíslan otras enterobacterias y gram-negativos
tales como Pseudomona
aeruginosa. Organismos gram-positivos incluyendo enterococcus spp y
Staphylococcus coagulasa negativo y otros como Staphylococcus saprophyticus
podrían ser aislados mas frecuentemente en pacientes con bacteriuria asintomática
que con los que muestran signos de infección.
A menudo el huésped presenta una respuesta local urinaria aun en ausencia de
síntomas. La piuria se reporta en bacteriuria asintomática en 43% de las niñas en edad
escolar, 32% en mujeres jóvenes sanas, 78% en mujeres diabéticas, 25% a 80% en
mujeres embarazadas y 90% en hombres y mujeres ancianos. Los niveles totales de
leucocitos en orina son variables, pero los pacientes podrían tener altos niveles de
leucocitos en orina (piuria) acompañando constantemente a la bacteriuria asintomática
por años. La bacteriuria debida a gram-positivos esta asociada con bajos niveles de
piuria. Otros marcadores inmunológicos o inflamatorios tales como las citocinas e
inmunoglobulinas urinarias podrían estar presentes. Los resultados y significado
clínico de esta respuesta local aun no esta bien comprendida.
Monitoreo de Bacteriuria.
Indicaciones para hacer estudios.
Los casos encontrados de bacteriuria a través del monitoreo y tratarlos para
reducir riesgo son apropiados si los resultados clínicos adversos obtenidos son
atribuibles a bacteriuria y se pueden prevenir con tratamiento. Si la bacteriuria es
benigna, y el tratamiento no puede prevenir resultados adversos, el monitoreo de
bacteriuria tiene un uso limitado. La identificación de bacteriuria podría conducir a un
tratamiento antimicrobiano innecesario con el consecuente aumento de efectos
colaterales del fármaco e incluso resistencia antimicrobiano. Los riesgos y beneficios
relativos del monitoreo y tratamiento deben ser evaluados, a través de resultados
apropiados de ensayos clínicos aleatorios en poblaciones bien establecidas.
La frecuencia óptima del escaneo deberá ser bien evaluada en diversas
poblaciones. Si la bacteriuria asintomática es un riesgo solo para determinados
periodos, tales como el embarazo o en periodos preoperatorios, definitivamente la
frecuencia de estudios de laboratorio podría ser adecuado. Si existe un riesgo
continuo a corto o largo plazo como en bacteriuria persistente en ancianos o sujetos
manejados con sondas, desarrollar un programa de búsqueda de bacterias es más
problemático. La identificación de todos los episodios de bacteriuria requiere de
estudios continuos y periodos cortos de tratamiento para mantener un tracto urinario
estéril.
Monitoreo con urocultivo.
Una muestra de orina para cultivarse es necesaria para la vigilancia de
bacteriuria. Una cuenta bacteriológica de una muestra simple de orina es segura para
la identificación de bacterias en el hombre. Se ha demostrado que una sola muestra
de orina es específica en un 80% en hombres y en mujeres dos muestras de orina
tienen una sensibilidad de 95%. Dos muestras consecutivas de orina en las que se
aísle el mismo organismo han sido el estándar para identificar bacteriuria en las
mujeres, aunque algunos estudios han designado bacteriuria en la mujer con una sola
muestra. Diagnosticar bacteriuria con una muestra única de orina tiene una alta
prevalencia de bacteriuria en mujeres, pues incluye, malas interpretaciones o muestras
contaminadas de bacterias o mujeres con bacteriuria transitoria. Una segunda muestra
para confirmar bacteriuria, identificando mujeres con bacteriuria persistente podría ser
de mayor interés con respecto a los efectos potencialmente dañinos. El número de
muestras obtenidas para designar bacteriuria es un factor importante en la
interpretación de reportes para la prevalencia de bacteriuria en mujeres jóvenes.
Otras pruebas útiles para la bacteriuria.
Las pruebas de orina para identificar inflamación o bacterias en la orina no tienen
una sensitividad o especificidad suficiente y no remplazan al urocultivo para la
identificación de bacteriuria. La piuria determinada a través del examen general de
orina (EGO)o tiras reactivas esterasa de leucocitos, no son especificas para infección
ya que los sujetos con bacteriuria asintomática no siempre tienen piuria. Las tiras
reactivas en búsqueda de nitritos ocasionan falsos-negativos, ya que se requieren de 4
a 6 horas para que las bacterias conviertan el nitrato en nitritos en la vejiga urinaria y
algunos organismos son nitrato negativo. Cuando la monitorización de bacteriuria es
adecuado, un cultivo cuantitativo de orina es la prueba más optima.
Población Joven y Saludable.
Niños.
La prevalencia de bacteriuria asintomática en niñas preescolares es del 1% o
menor, y posteriormente disminuye con la edad. La prevalencia en niñas escolares es
menor o igual al 2% aunque un estudio reporto una alta prevalencia para un grupo de
bajos recursos. Para los niños la bacteriuria es prácticamente nunca identificada
después del periodo de lactantes. La bacteriuria asintomática en niños podría persistir
por años sin evidencia de consecuencias dañinas. Un estudio aleatorio controlado
reporto no haber diferencias en cuanto a ser tratados o no ser tratados cerca de 2
años. En un segundo estudio en niñas sin anormalidades en el tracto urinario y
bacteriuria persistente después de 6 meses de seguimiento con terapia y sin terapia,
a los 18 meses de seguimiento, solo un episodio de pielonefritis ocurrió en cada grupo.
La terapia antimicrobiana dada a niñas con bacteriuria es seguida de un aumento en la
incidencia de síntomas de infección urinaria posterior al tratamiento. El escaneo y
tratamiento de bacteriuria asintomática en niños sanos no es recomendable.
Mujeres Premenopáusicas y No Embarazadas
La prevalencia de bacteriuria asintomática en mujeres sanas, no embarazadas y
premenopáusicas varía de un 2% a un 5%. La bacteriuria en mujeres se incrementa
con la edad y la actividad sexual teniendo una prevalencia 5 veces más alta que
mujeres sin actividad sexual. El uso de diafragma o espermaticidas utilizados en el
control natal están asociados ala bacteriuria. Los episodios recurrentes, transitorios e
bacteriuria son muy comunes en mujeres jóvenes.
Los estudios prospectivos que evalúen resultado sobre bacteriuria asintomática
en mujeres sanas son muy limitados. Algunos estudios a largo plazo no han
demostrado asociación entre bacteriuria con hipertensión o falla renal. Estudios
aleatorios controlados con placebo y tratamiento antimicrobiano reportaron que el
80% de las mujeres con bacteriuria fueron curadas con nitrofurantoina en un
tratamiento corto. Al año de tratamiento 55% de las mujeres tratadas se mantuvieron
libres de bacteriuria, mientras que el 36% de las pacientes controladas con placebo
curaron espontáneamente. La terapia antimicrobiana dada a mujeres sanas con
bacteriuria esta asociada con un incremento en la frecuencia de infección sintomática
posterior al tratamiento antimicrobiano. El monitoreo y el tratamiento contra la
bacteriuria asintomática en mujeres sanas no es recomendado.
Mujeres Embarazadas
El monitoreo y tratamiento de bacteriuria asintomática en mujeres embarazadas
es benéfico. De un 2% a un 7% de las mujeres embarazadas padecen bacteriuria en el
primer trimestre. Las mujeres embarazadas con una historia anterior de infección
urinaria o bajo nivel socioeconómico son más propensas a tener bacteriuria. Si no
esasi tratada de un 20 a 30% de las mujeres con bacteriuria desarrollan pielonefritis
aguda después del embarazo, generalmente a finales del segundo y comienzos del
tercer trimestre. La pielonefritis aguda a finales del embarazo esta asociado con
prematurez, además la bacteriuria asintomática en el embarazo ha sido asociada con
retardo en el crecimiento intrauterino y muerte neonatal.
El tratamiento de bacteriuria tempranamente en el embarazo disminuye la
incidencia de pielonefritis de un 2% a un 3%, cerca de un 90% del riesgo se reduce,
también disminuyendo los nacimientos prematuros. La eficacia del escaneo y
tratamiento ha sido cuestionado por algunos autores y por lo menos un estudio reporto
que no disminuye la pielonefritis con terapia de tetraciclina. La nitrofurantoina en
cambio no altera la flora vaginal y es efectiva en prevenir pielonefritis en el embarazo.
Resultados más recientes en estudios observacionales describieron la introducción de
un programa de escaneo y tratamiento en mujeres embarazadas confirmando una
reducción de riesgo de pielonefritis en un 90% después del embarazo, asignando un
programa en etapas tempranas del embarazo. Un estudio por lo menos al final del
tercer trimestre es suficiente.
El urocultivo es el método apropiado para bacteriuria en el embarazo.
Actualmente se recomienda que todas las mujeres embarazadas deben tener por lo
menos una muestra de orina obtenida mediante urocultivo al final del segundo
trimestre. Si se identifica bacteriuria asintomática un segundo cultivo deberá ser
obtenido iniciado el tratamiento. Durante el tratamiento, mujeres previamente
identificadas con bacteriuria asintomática deberán tener urocultivos periódicos para
identificar recurrencia de bacteriuria durante el embarazo. La frecuencia optima para
repetir los urocultivos no esta determinada, pero un cultivo mensualmente o en cada
visita regular prenatal es adecuado. Una pequeña proporción (del 1% al 2%) de las
mujeres con urocultivos negativos desarrollan bacteriuria asintomática y experimentan
pielonefritis posterior al embarazo, pero el monitoreo repetido de las mujeres con
urocultivos iniciales negativos no es recomendado dado el bajo riesgo de pielonefritis.
Hombres jóvenes.
La bacteriuria asintomática es poco común en hombres jóvenes y adultos sanos.
Se ha reportado la prevalencia de 1.5% en 405 hombres de edad de 20 a 70 años de
edad. Una historia cuidadosa demuestra que todas las bacteriurias en hombres tienen
síntomas de disuria. La bacteriuria asintomática no es un problema clínico relevante
en hombres jóvenes sanos, y la búsqueda para bacteriuria asintomática no es
recomendada.
Población Anciana.
Comunidades Extrahospitalarias.
La bacteriuria asintomática es común en la población de adultos mayores, la
prevalencia es de 6% a 7% en mujeres entre 50 y 60 años y de 8% a 10% en hombres
de 70 a 80 años de edad. La bacteriuria en mujeres posmenopáusicas es más común
si cuentan con historia de infección bacteriana anterior. Los factores asociados con la
recurrencia de infecciones sintomáticas urinarias son disminución de estrógenos
afectando la mucosa genitourinaria, predisposición genética, eventos urológicos
previos tales como cirugía urológica, anormalidades urológicas como cistoceles,
contribuyendo a la alta incidencia de bacteriuria asintomática con la edad.
En hombres la bacteriuria ocurre de un 4% a un 7% en edades de 70 años, cerca
de la mitad de casos que las mujeres. En ellos la hipertrofia prostática conduce a
obstrucción y flujo de orina turbulenta en la uretra, siendo el principal factor
predisponerte. Los cálculos prostáticos son comunes en ancianos y podrían también
servir como cultivo para la persistencia de bacteriuria recurrente. Organismos Gram-
positivos como staphylococcus negativo fueron los organismos más frecuentemente
asilados. Actualmente el monitoreo y tratamiento de bacteriuria asintomática en
personas ancianas de la comunidad no esta recomendado.
Pacientes con cuidados especiales crónicos.
La bacteriuria asintomática en este tipo de residentes esta asociada con el
estado de deterioro funcional, tales como incontinencia urinaria o intestinal y
demencia. La principal anormalidad causante de bacteriuria es la incontinencia vesical
secundaria a un deterioro neurológico crónico o enfermedad cerebrovascular común
en esta población. Para los hombres la hipertrofia prostática y la infección recurrente
prostática de tipo crónico probablemente contribuyen, además del uso externo de
catéteres o sondas para manejar la incontinencia, a incrementar la prevalencia de
bacteriuria. Estudios comparativos aleatorios sobre el uso o no de terapia
antimicrobiana para el manejo de la bacteriuria asintomática en este tipo de pacientes
ha reportado no tener beneficios el aplicar tratamiento. La terapia antimicrobiana no
disminuye los episodios sintomáticos, no mejora la sobrevida y no mejora los
síntomas crónicos. Existe un rápida reinfección posterior al tratamiento con
antimicrobianos, reinfección con organismos más resistentes y con efectos colaterales
de los fármacos.
El tratamiento de bacteriuria asintomática en pacientes ancianos internados no
esta indicado.
Condiciones Médicas Crónicas
Pacientes con Diabetes
La prevalencia de bacteriuria en mujeres diabéticas es de 7% a 13%, tres veces
más alto que el reportado en no diabéticas. La explicación para el aumento de la
prevalencia de bacteriuria en las mujeres diabéticas no es completa. Los factores de
virulencia del organismo y factores del huésped son similares para diabéticas como
para las que no lo son. Un deficiente control metabólico no esta asociado con el
incremento de bacteriuria, la actividad sexual es un factor de riesgo pero tanto para
mujeres diabéticas y las no diabéticas. La duración de la diabetes y las complicaciones
que aparecen a largo plazo tales como retinopatía, neuropatía y neuropatía si están
asociadas con la bacteriuria. Por lo que el aumento de la prevalencia de bacteriuria en
mujeres diabéticas podría ser atribuido a la neuropatía que conduce a un mal
vaciamiento vesical.
En un estudio de 3 meses de monitoreo, tratamiento y sin tratamiento para
bacteriuria asintomática en 105 mujeres diabéticas se reporto no haber disminución
en los episodios de infección sintomática u hospitalización por infección urinaria en los
sujetos tratados. Se observo también una alta incidencia de bacteriuria sintomática
recurrente posterior a la terapia.
Estos estudios sugieren que la bacteriuria sintomática en mujeres diabéticas no
altera el control de glucosa o promueve el desarrollo de complicaciones crónicas de la
diabetes. Además el tratamiento antimicrobiano no disminuye la frecuencia de
bacteriuria o la severidad de la infección urinaria sintomática. Por lo tanto el
seguimiento y tratamiento de bacteriuria asintomática no deberá ser recomendado en
mujeres diabéticas.
Pacientes con Daño en Medula Espinal
Los pacientes con daño en la medula espinal se asocian a alteraciones
neurológicas en el vaciamiento vesical teniendo una alta prevalencia de bacteriuria.
Actualmente los pacientes tienen medidas con el objetivo de mantener una baja
presión vesical teniendo consecuentemente una disminución en la morbilidad y
mortalidad de urosepsis y falla renal en estos pacientes, pero las infecciones urinarias
sintomáticas se han mantenido como un problema importante. Cuando el vaciamiento
vesical no es posible voluntariamente, entonces el uso intermitente de caterización o
sondeo es frecuentemente usado para vaciar la vejiga son comunes. Por lo que este
método de vaciamiento mantiene la prevalencia de bacteriuria alta. Organismos que
colonizan la uretra, el área peri uretral o que están presentes en las sonda, son
constantemente introducidos dentro de la vejiga y algunos d estos persisten. En un
pequeño estudio se demostró que le tratamiento no disminuye los síntomas de
infección. El monitoreo y tratamiento en estos pacientes no es recomendado.
Pacientes con transplante renal
La bacteriuria asintomática es muy común en pacientes con transplante renal
durante los primeros días posteriores al transplante.
El manejo temprano
postransplante involucra administrar antibióticos preoperatorios de rutina, restricción
en cuanto a la duración de sondas uretrales y uso prolongado de antibióticos, para
prevenir todas las infecciones postransplante. Estas medidas tienden a disminuir la
frecuencia tanto la infección urinaria sintomática como la asintomática en
transplantados. La bacteriuria renal en pacientes pos-operados por transplante renal
actualmente es menos frecuente y recientes estudios continúan reportando que no
existe una asociación de bacteriuria y al sobrevida de los pacientes transplantados.
Los donadores de órganos deberán tener un seguimiento y tratados de bacteriuria
antes de donar el órgano. Urocultivo periódicos de vigilancia durante el periodo postransplante es recomendable., aunque posbeneficios sobre el manejo actual sobre
órganos transplantados aun no han sido evaluados.
Podría ser apropiado el seguimiento de bacteriuria en periodos tempranos del
transplante máximo 6 meses. Continuar el escaneo y tratamiento de bacteriuria
asintomática en pacientes estables posterior a los transplantes y posterior a los 6
meses del mismo no ha mostrado beneficios en la incidencia de bacteriuria.
Otros Pacientes inmunocomprometidos.
Pacientes con bacteriuria sintomática y granulocitopenia inducida por
quimioterapia para el tratamiento de padecimientos hematológicos podría ser un riesgo
de infección urinaria, pero esta observación es predecible con el uso de antibiogramas.
En cuanto a pacientes con VIH, se encontró una relación con la cuenta celular de CD4,
a menor cantidad mayor predispocisión de infección urinaria. El monitoreo y
tratamiento en pacientes con VIH no es actualmente recomendado.
Pacientes con dispositivos urológicos.
Catéter o sondas de permanencias cortas.
De un 2% a un 7% de los pacientes con sondas uretrales a corto plazo adquieren
bacteriuria cada día. La incidencia es alta en mujeres y en individuos quienes no
reciben oportunamente terapia antimicrobiana durante los primeros 4 días con el
catéter o sonda. Sin embargo estudios han reportado que la terapia antimicrobiana no
ofrece beneficios en estos sujetos con catéteres. El monitoreo y tratamiento de
bacteriuria en individuos con sondas a corto plazo es recomendado solo en pacientes
con factores de riesgo, tales como mujeres embarazadas o en quienes experimentan
un procedimiento urológico invasivo.
Otro punto de discusión es si el monitoreo de cultivos para bacteriuria debería
ser obtenido de la inserción del catéter y retirarlo para vigilancia de infección urinaria
adquirida intrahospitalariamente, la infección urinaria es una de las infecciones mas
frecuentemente adquiridas intrahospitalariamente, comúnmente asociado a sondas o
catéteres uretrales. El manejo clínico apropiado para pacientes con urocultivos
positivos no esta del todo claro, y el urocultivo positivo en pacientes asintomáticos
podría promover al uso innecesario de terapia antimicrobiano. En otro aspecto la
vigilancia de infección urinaria nososcominal facilitaría la detección de brotes e
identificar déficit en el cuidado de los pacientes. Actualmente la decisión acerca del
monitoreo sobre infecciones urinarias nosocomiales deberá ser realizada en niveles
personalizados fáciles.
Catéter o sondas de permanencia crónica
Mantener una sonda uretral por más de 30 días se considera de permanencia
crónica. Los dispositivos urológicos llegan a estar cubiertos con biofilm compuesto
con bacterias y material extracelular bacteriano que junto con los componentes
urinarios como proteína de Tamm-Horsfall, magnesio y calcio forman cálculos y podría
resultar en el bloqueo de la sonda. La bacteriuria es universal en pacientes con este
tipo de sondas. Este tipo de pacientes experimentan mayor morbilidad de infección de
vías urinarias que en sujetos con bacteriuria sin sonda. El tratamiento de bacteriuria
en pacientes con sondas de estancia crónica no es benéfico e incluso podría ser
dañina. En situaciones especiales como brotes nosocomiales potenciales podría
ayudar a conocer la extensión del organismo y saber manejarla.
Intervenciones Quirúrgicas.
Cirugías urológicas
Las cirugías urológicas con trauma y sangrado de la mucosa permite a los
organismos en el tracto urinario invadir el sistema circulatorio. Si no se administra
terapia antimicrobiana del 25 al 80% de los pacientes con bacteriuria que han
experimentado un procedimiento urológico traumático podrían tener bacteremia. La
terapia antimicrobiana antes de la intervención podría prevenir bacteremia y sepsis.
Los urocultivos obtenidos antes del tratamiento pueden identificar al organismo
inféctate y permiten una prevención optima para la selección del antimicrobiano. La
terapia deber ser implementada antes de iniciar el procedimiento de otra forma un
tratamiento temprano provocaría reinfección antes del tratamiento tal vez con
organismos más resistentes.
Cuando existe una alta probabilidad de sangrado en el tracto genitourinario se
recomienda anticipar el tratamiento. Recomendaciones recientes sugieren que los
pacientes con urocutivo positivo deberían ser tratados antes de estudios urológicos,
inserción de stens, reseccion transuretral o prostática y eliminación de cálculos. El
tratamiento es también recomendado en cistoscopia solo en hombres.
Otros procedimientos quirúrgicos
La bacteriuria asintomática podría ser el reservorio para la contaminación
bacteriana de una herida, o simplemente aumentar el riesgo del paciente a infectarse
en cualquier sitio sin tener necesariamente una relación directa. Actualmente se
recomienda que cualquier infección remota al sitio de la cirugía deba ser identificada y
tratada antes de la operación, esto incluye la bacteriuria asintomática. El monitoreo de
muestras de orina para bacteriuria antes de cualquier procedimiento quirúrgico no es
recomendable. En la práctica, los antibióticos profilácticos preoperatorios, tales como
cefalosporinas utilizadas para prevenir la infección pos-operatoria para eliminar la
contaminación y seleccionar procedimientos profilácticos, suprimen y erradican la
bacteriuria en muchos pacientes.