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Participación de la mujer en lo "público" Posibilidad de subvertir el orden patriarcal Por: Yudith Peña C. El trabajo doméstico, la crianza de los niños, el bienestar del esposo y otras labores pertenecen al mundo de las mujeres. El problema radica precisamente en trascender, convertir nuestro mundo en algo menos restringido, lo doméstico, lo cotidiano debe construirse en espacios de proyección y generadores de procesos organizativos que sean alternativos en una sociedad donde los espacios de participación son cada vez más cerrados y burocráticos. Planteo en las líneas anteriores el problema de la participación 1 como la superación de lo doméstico, lo natural y lo privado, categorías asignadas a través de la historia exclusivamente a ella. La participación entendida como superación, no excluye ni tampoco niega el papel fundamental de la mujer en estos espacios, por el contrario desde la realidad cotidiana, domestica y familiar la mujer puede identificar la problemática en que se halla inmersa. El intercambio de experiencias con otras mujeres le permite concluir que sus problemas no son exclusivamente consecuencias lógicas de su realidad particular o sufrimientos necesarios para acceder al reino de los cielos. El problema toma dimensiones amplias y sus causas que también son generales subyacen en la misma reflexión. Los problemas alimenticios, de vivienda, servicios públicos, inseguridad barrial, violencia intra y extra familiar se abordan desde perspectivas ya distintas tendientes a generar muchas conciencias femeninas que los piensen y no sólo los padezcan. Superar nuestro mundo quiere decir superar las cuatro paredes que restringen nuestros pensamientos y nuestros actos. Generar instancias organizativas que no necesariamente deben estar adscritas al partido, al sindicato, a la acción comunal, a la iglesia, a las ONG’S espacios que cada vez se fortalecen en su orientación práctico - teórica androcéntrica. La participación de la mujer en espacios caracterizados como políticos, públicos y representativos durante las últimas décadas, no elimina el carácter sexista de la misma, expresado en la poca importancia que tiene ella en la toma de decisiones, las tareas que se asignan que son secundarias que en muchos casos prolongan las tareas domésticas y el doble trabajo que realiza, ser sujeto político, madre-esposa y "ama de casa". La marginación de la mujer, si tenemos en cuenta lo anterior, no sólo se manifiesta en términos de agresión y exclusión física, sino que se convierte en algo mas sofisticado reduciendo a la mujer a una minoría de edad reconociendo su incapacidad histórica en el liderazgo de procesos de transformación. El machismo de fines de siglo parece un fantasma inteligente que se mimetiza y manipula con sutileza, nos sentimos mujeres emancipadas por supuestos espacios que eran masculinos cedidos generosamente a las mujeres. El proceso que muchas mujeres iniciaron y que nosotras continuamos no termina allí. Tenemos que desmontar a ese fantasma machista que no desiste del poder que niega y cosifica. Una reflexión crítica sobre la participación política de la mujer debe partir, a mi juicio, de dos posiciones. La primera hace referencia a la mujer como una categoría universal abstracta, es decir, no considero a las mujeres como una masa deforme con igualdad de problemas, espacios de participación, propuestas y procesos organizativos, es más, no tenemos una solidaridad de género natural que nos identifique y nos articule. Esa solidaridad se construye. La segunda posición tiene que ver con lo político, visto como una perspectiva no tradicional o convencional. No estamos esperando la benevolencia del Estado para que nos ofrezcan puestos en alcaldías, senado, consejos departamentales y municipales u organizaciones gubernamentales. Tampoco esperamos que la gestión socialdemócrata nos involucre en la solución parcial de problemas ya enunciados. La mujer como sujeto político en América Latina está anclada en unas condiciones sociales, culturales y económicas claras y distintas que exigen propuestas organizativas tendientes a romper con la ideología que niega a los sujetos y afirma a los productos de cambio. Cuando se intenta hablar de una propuesta organizativa para la participación política se puede pensar en una participación estructural, es decir, desde la clase. La movilización social entendida desde la clase se fundamenta en las relaciones de propiedad y el sistema de producción. La dualidad Capital vs. Trabajo como motor de la confrontación social no es el único factor que genera la movilización social. La activación de los sujetos sociales se refiere fundamentalmente al mundo de los pobres y desposeídos e incluso en temas amplios (derechos humanos, etnia, género, ecología) se registra la presencia predominante de actores del mundo de los excluidos. Los procesos políticos por construir deben articular los imperativos de una doble lógica 2 : Los que surgen de una situación social crítica y aquellos que se emanan de la dominación de género. El Feminismo es algo más que un partido como es algo más que la sola lucha anticapitalista. Es el paso de las mujeres del ser en sí al ser para sí, es su entrada en la Historia como sujeto de la misma, viene a dar una alternativa a la sociedad patriarcal, es la revolución integral. Victoria Sau Diccionario Ideológico Feminista. 1 "No sólo se trata de una incorporación democrática a los movimientos sociales, sino que tanto su paso de "objeto" a "sujeto" que supone el sentirse realmente protagonista, como la entrega de respuestas concretas y el carácter no burocrático ni autoritario de su participación como mujer, son elementos de la democratización de la vida cotidiana; relaciones hombre-mujer, adulto-niño, etc." Tomado de Acción Crítica. Celats Alaets. Agosoto 1985. 2 "Con su práctica colectiva, las mujeres no desafían únicamente el poder en relación al Estado y sus aparatos represivos; lo enfrentan, a la vez, en otro ámbito -el familiar- transgrediendo desde allí el orden jerárquico tradicional y rompiendo la anestesia de su rutina interna". Tomado de ARTEAGA, Ana María. "Politización de lo privado y subversión de los cotidiano" En: Mundo de Mujer. CEM, Santiago, 1989