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SOCIOANÁLISIS E INTERVENCIÓN SOCIAL
ESTRATEGIAS PARA INVESTIGAR
E
COMUNIDADES E INSTITUCIÓNES.-
INTERVENIR
EN
I.- Metodología de investigación, análisis diagnóstico e intervención social
en instituciones y comunidades.
Eduardo A. Vizer & Helenice Carvalho.-
En este trabajo se presentan categorías para la construcción de un modelo teórico de
análisis, articulado a una metodología empírica de investigación diagnóstica y para la
intervención en comunidades y organizaciones. Los procesos sociales “objetivos”, los
conflictos y los problemas son abordados con una metodología participativa en
comunidades y organizaciones, apoyadas en técnicas sociocomunicacionales. Tomamos en
consideración también hipótesis y conceptos correspondientes a una visión relativamente
crítica sobre la teoría del capital social, así como una propuesta teórica a desarrollar sobre
procesos de acomodación, asimilación y transformación ecológica de las comunidades a las
condiciones materiales, sociales y cultural-simbólicas de la vida social bajo la noción de
“cultivo social”.
Palabras clave: Investigación diagnóstica y participativa; intervención y cultivo social.
Toda sociedad humana asienta su supervivencia en la acción transformadora que
ejercita sobre su ambiente, y en la producción de los recursos para su supervivencia. La
propia complejidad de una sociedad –en tanto cualquier sociedad es compleja- se asienta
en la variedad y la variabilidad (dos conceptos que deben ser claramente separados) de los
recursos que desarrolla una sociedad. Variedad y variabilidad de las relaciones con el
entorno físico; variedad y variabilidad del grupo humano; variedad y variabilidad de los
propios recursos culturales: los conocimientos, la técnica, los lenguajes simbólicos, la
adecuación de los paradigmas institucionalizados, etc. Desde la perspectiva teórica del
capital social, se puede concebir a la naturaleza como un capital “natural” de recursos. Se
puede considerar a la calidad de las organizaciones, a los procesos y a los vínculos sociales
como un capital “social”. Se puede concebir al desarrollo de la potencialidad y las
competencias de las personas como un capital “humano”; a los de la cultura como capital
“simbólico”; y a la técnica –y el acceso a la tecnología- como un recurso o capital tanto
instrumental como “estructural”. El desarrollo de una sociedad, podría ser concebido como
una forma de expresión del capital global de esa sociedad (o bien de una comunidad
particular). Y su “capital propio” como producto de su capacidad para la movilización de
los recursos globales que un grupo humano cultiva en los diferentes dominios.
Podemos desarrollar una propuesta sobre líneas de análisis social que faciliten la
exploración de los diferentes y múltiples recursos de los que dispone cualquier sociedad.
Propongo distinguir entre diferentes entornos -o topologías-, dentro de los cuales un
conjunto, o un colectivo humano, desarrolla capacidades y competencias para transformar
1
elementos del (los) entorno(s) en los objetos y artefactos que le permitan “modelizar” –u
organizar- diferentes estructuras, sistemas, o dominios institucionales necesarios para su
supervivencia, por medio de actividades. Estas actividades cubren y reconstruyen
permanentemente los diversos dominios de realidad de toda sociedad: desde las acciones
instrumentales y técnicas concebidas como trabajo, a las de reproducción de las relaciones
sociales e institucionales; desde la educación a la construcción y mantenimiento de la
vivienda, desde las estructuras vinculares y el sexo, hasta las expresiones de la cultura, el
arte y los procesos comunicativos. La diversidad de dominios pueden concebirse como
ámbitos o dimensiones en la formación de las creencias, de las certidumbres y de los
sentidos sobre lo que una comunidad "construye" su habitat físico, pero también simbólico
e imaginario; sus relaciones con los procesos del trabajo, la producción y la reproducción
social.
Desde la perspectiva de las ciencias sociales, el desarrollo de conocimientos sobre
la realidad, puede concebirse como un pasaje de lo “concreto” a lo mas abstracto (así como
desde la perspectiva de la intervención social, se produce un movimiento recursivo de
vuelta y re-vuelta entre la abstracción y lo concreto, y viceversa). Desde el nivel de los
hechos observables empíricamente, a “hechos” construídos o interpretados por un
observador (observadores que pueden ser los propios actores sociales involucrados, cuando
intentan comprender una situación, un conflicto que requiere capacidad de análisis y cierto
nivel de abstracción). El proceso de comprensión se realiza estableciendo relaciones entre
diferentes niveles de observación y de abstracción, generalmente a partir de lo que
podemos llamar un 1er. nivel de lo simplemente observable, el que aún así depende del
desarrollo adecuado de dispositivos de análisis e interpretación, o sea: creencias,
certidumbres, técnicas, prácticas, hasta hipótesis. A éstos dispositivos podemos
considerarlos como constructos o formaciones provenientes de la cultura –cultura como
proceso colectivo que llamaríamos de 3er. nivel-, así como también dispositivos
estructurantes de un 2° nivel (microsocial, personal e interpersonal, como en las situaciones
de interacción social en la vida cotidiana). Un dispositivo puede considerarse como un
conjunto de competencias, disposiciones y atributos desarrollados a lo largo de
experiencias de vida y el proceso de socialización de los individuos en diferentes contextos
de vida. En este sentido, entiendo por dispositivo un mecanismo de articulación de
“informaciones” sobre el funcionamiento y las actividades intersubjetivas –podríamos decir
transsubjetivas- entre los seres humanos, y como un proceso de 2° nivel, intermedio entre
las abstracciones culturales, los procesos cognitivos y la "realidad cruda" de los hechos.
En la vida cotidiana, los individuos pueden actuar espontáneamente en tanto actores
sociales, generando relaciones intersubjetivas. Estas a su vez se “construyen
comunicativamente” a partir de tres funciones: a) la autorreferenciación, -o sea la representación de sí mismo ante el Otro-; b) la interreferenciación –la mutua actividad de
representación entre los actores, la inter-acción mutua-; y por último, c) la actividad de
referenciación, -aquello de lo que los actores hablan, lo otro. Si nos posicionamos en la
posición de observadores (científicos o no) e intentamos comprender el “sentido” de un
hecho de interacción social, nos vemos obligados a recurrir a conosimientos (para un
científico, a proposiciones e hipótesis) sobre la situación específica, sobre el contexto
2
social, el mundo de la experiencia, etc. En otras palabras: comprender implica un mayor
nivel de abstracción, que trasciende lo observado. Para comprender, nos vemos obligados a
contextualizar (“to frame”, enmarcar) lo observado como información relacionada a
experiencias, vivencias, conocimientos. En este sentido se puede afirmar que comprender
implica procesos de segundo y de tercer nivel de abstracción (secundidad, y terceridad
según la semiótica de Peirce). Los dispositivos de interpretación contextualizan y tipifican
los hechos sociales según categorías de significación ya preestablecidas por la sociedad, la
cultura o los medios de comunicación social: hecho público o privado, hecho político,
económico, policial, etc. Los dispositivos en juego se complejizan y refinan
exponencialmente, en función de la aceleración y complejización de los propios procesos
de transformación social. Para usar la metáfora de las muñecas chinas –o de las babushkas
rusas-, podemos decir que las muñecas se van reproduciendo una dentro de otra, en un
juego dentro del cual nos hallamos implicados y del cual no vemos límites ni escapatoria
posible.
La escuela institucionalista francesa, propuso con R. Lourau y G. Lapassade
(1967,1971:17) el término analizador, y sugiere al análisis no como una actividad
subjetiva, o como trabajo individual del pensamiento, sino en cambio considera "la noción
de analizador como un dispositivo experimental, un intermediario entre el investigador y la
realidad”. Para nuestros propósitos, es válida la observación que hace éste último sobre el
desarrollo del análisis institucional “En la práctica del análisis institucional sólo se puede
avanzar con la condición de ubicar dentro del campo del análisis, dispositivos que deben
catalizar las significaciones y permitir cercar y luego analizar lo que justo hasta entonces
estaba disperso y disimulado en el conjunto del sistema. La ubicación de los analizadores
ya forma parte del análisis. Es el trabajo primero y principal de aquellos a los que en las
ciencias humanas de hoy se llama analistas”. Y “El analizador construido en un campo
institucional con fines de análisis es como un simulador, una institución que imita a la
institución real". Proponemos la investigación-acción como un método de trabajo
privilegiado para la aplicación y el desarrollo de dispositivos empíricos que articulen los
procesos de análisis con la intervención participativa en el seno de la vida institucional,
grupal y comunitaria.
Para articular investigaciones que crucen transversalmente diferentes dominios
sociales e institucionales, la metáfora del holograma que propone E. Morin, es también una
sugerencia que ayuda a superar –o al menos disminuir- el efecto de disociación tajante que
comúnmente se establece entre los niveles de análisis macro y microsociales. En la realidad
de la vida social, es imposible disociar –como átomos- a los individuos de las estructuras, a
la sociedad de la naturaleza; a la tecnología de la cultura. Ya sea que en una investigación
abordemos a los sujetos, a colectivos sociales, a ambientes naturales (recordemos el
ejemplo presentado de la geografía); a los procesos de la técnica; la cultura; los imaginarios
sociales o las representaciones religiosas ...siempre hallaremos –implícita o explícitamentelo macro dentro de lo micro, las formaciones colectivas dentro del sujeto –y viceversa, lo
micro reflejado en lo macro-. También hallaremos tramas y urdimbres profundas, como un
“soporte latente de realidades siempre complejas” que requieren interpretación, y sobre las
3
que inevitablemente se asientan y encuadran los hechos humanos (como una expresión o
una referencia correspondiente a realidades concretas y reconocibles: hechos naturales,
hechos políticos, hechos culturales, etc.). Encuadrados dentro de marcos de interpretación,
cada hecho y cada situación particular cobra un sentido determinado: esto se dá cuando
"entendemos los hechos" como de naturaleza política, económica, de conflicto, etc. Tanto
los individuos como las sociedades viven dentro de las diferentes dimensiones –
fundamentalmente corporizadas como organizaciones e instituciones- en las que se produce
su praxis, sus creencias, sus "universos de sentido", en tanto procesos de 2° y de 3er. nivel.
Permanentemente construímos interpretaciones sobre nuestros "mundos de la vida", como
sujetos actores y observadores en nuestra vida cotidiana (en un 2° nivel) y al mismo tiempo
–conscientemente o nó- vivimos insertos en las formaciones e imaginarios colectivos (3er.
nivel).
En términos sociológicos, podemos decir que cualquier conjunto humano debe
contar con recursos básicos para sobrevivir: asentarse en un espacio natural con ciertos
recursos indispensables, o bien en un medio artificial y tecnológico (como los astronautas
en el espacio exterior). Esto requiere de la sociedad tanto estructuras y acciones
instrumentales, como formas políticas organizadas contractualmente en forma “vertical”
(poder, jerarquías) y en forma “horizontal” (normas y valores de igualdad y diferencia);
vínculos de afectividad; un espacio y un tiempo determinados; y por último, procesos
simbólicos e imaginarios que conforman la construcción de una especie de ecología
sociocultural y comunicacional transsubjetiva. Una ecología simbólica que recrea las
relaciones entre los individuos y los procesos colectivos, en cada uno de los dominios de
realidad.
En los programas de planificación para el desarrollo social, cualquier comunidad
puede ser descripta, analizada y diagnosticada en términos clásicos: en función de la
cantidad y la cualidad de los recursos y las relaciones que ha establecido con su ambiente
natural; la calidad de las relaciones entre sus miembros y sus instituciones; el acceso y el
uso de tecnologías adecuadas; el mundo de las creencias, actitudes y conocimientos de la
comunidad; y las estrategias que usan para desempeñarse en las diferentes escalas de
tiempo y de espacio dentro de las cuales construyen sus prácticas y sus perspectivas de
vida. Los planificadores del siglo XX han pretendido asentar las políticas de desarrollo
social, precisamente valiéndose de teorías y metodologías que transforman los conjuntos
mencionados, en hipótesis para diseños de programas de investigación y desarrollo. Todo
en los términos clásicos de variables e indicadores cuantificables e interrelacionados (tipo
de producción económica, acceso a recursos físicos, disponibilidad y adecuación de la
tecnología, carácter de las instituciones políticas, acceso a servicios de salud, educación y
conocimientos, creencias y actitudes hacia todo lo imaginable en la vida social, etc.).
Podemos pensar -por ejemplo- al trabajo humano a través de una serie de
actividades y de procesos que atraviesan transversalmente a los diversos dominios:
económicos, políticos, culturales, educativos, científicos, etc. Como variables analíticas
vitales y generadoras de sentido y de valor para la generación de redes y de tramas sociales.
4
En principio se pueden proponer seis dominios o topologías sociales: 1) Un dominio o eje
de las prácticas y las acciones instrumentales, entendidas como técnicas asociadas a la
producción y la transformación de los recursos necesarios para el funcionamiento de un
“sistema u organización”; 2) un eje de organización política y normativa, una dimensión
asociada al ejercicio del poder, la propiedad, el control, y las jerarquías internas, en
términos de desigualdad (por ej. la relación clásica entre Estado y sociedad) 3) un eje
valorativo, asociado estrechamente a normas asociativas, a las estructuras y los procesos
simbólicos y paradigmáticos de organización y legitimación, o bien de crítica de un sistema
de convivencia (en tanto modelo social). Corresponde al mundo de las prácticas sociales,
pero –a diferencia del punto anterior- se asocia fundamentalmente a una visión particular
de la igualdad o las diferencias entre los hombres, y no tanto a la desigualdad estructural,
como en la dimensión anterior. 4) La dimensión espacial-temporal. La vida social
construida como “realidad material y simbólica” en el entrecruzamiento –tanto estructural
como histórico- de múltiples procesos temporales que “reproducen y estructuran”
diferentes espacios sociales. Paradigmas institucionalizados sobre las representaciones
sociales que tiene una comunidad sobre la “realidad”, como conjuntos de elementos y
relaciones sociales y simbólicas, que son capaces de dar permanentemente cierto “sentido
espacial al pasado” y una proyección hacia un “futuro” (con lo cual el “presente” se
manifiesta como una sucesión de acontecimientos, como una forma de construcción
inquietantemente "imaginaria"). 5) Una dimensión de vínculos de asociación afectiva,
donde los seres humanos transforman a los objetos y a otros seres humanos en objetos del
deseo (para usar un término psicoanalítico). 6) por último, una dimensión imaginaria y
mítica, donde las narraciones, las ceremonias y los rituales, articulan y certifican la
coherencia –o al menos cierta congruencia- entre el mundo “objetivo” y las percepciones
subjetivas. Esta era la función que la sociología clásicamente atribuyó a las ideologías.
Consideremos ahora una metodología que nos permita acceder a una serie de
temas/problemas y de procesos que atraviesan transversalmente a comunidades e
instituciones. Podemos postular algunas variables analíticas vitales, referidas a diferentes
dimensiones de la vida social. Como generadoras de sentido y de valor en la construcción
de prácticas institucionales, de redes y de los vínculos que constituyen algo similar a un
cultivo (una ecología espacial y temporal en el mundo de la vida social). Un tejido
(invisible?) de interdependencias en las tramas sociales. Del mismo modo que en la
medicina o la psicología, podremos desarrollar investigaciones dentro de encuadres
metodológicos clásicos en las ciencias sociales, pero también podremos intervenir,
realizando análisis críticos de modalidades y procesos de funcionamiento, de situaciones
problemáticas, y de su apoyatura en creencias particulares. Podemos llegar a co-construir
cuadros diagnósticos de situación con la participación de un Otro significativo (una
institución, una comunidad, un grupo). Podremos abordar no sólo los "síntomas" sino
también la modificación en el encuadre de problemas reales, porque contamos con un
instrumento de intervención adecuado. Además se hace posible desarrollar participativa y
colectivamente alternativas de acción democráticas: evaluaciones sobre la existencia de
recursos materiales, humanos, culturales e institucionales; estructuras técnicas disponibles;
relaciones y vínculos sociales; redes institucionales; reorganización espacial y temporal del
ambiente, de los recursos y de las acciones, etc.
5
En principio se pueden mencionar al menos seis dimensiones o ejes de análisis:
1) Un eje de las prácticas y las acciones instrumentales, entendidas como técnicas
asociadas a la producción y la transformación de los recursos necesarios para el
funcionamiento de un sistema, una comunidad u organización social para el logro de
sus objetivos. Debemos considerar las condiciones del medio, los recursos y la
posesión y el acceso a medios de producción, de circulación y de consumo.
Obviamente, la estructura productiva, los procesos económicos y el trabajo pasan a
un primer plano de análisis.
2) Un eje de organización política, o dimensión formal, asociada a las estructuras y el
ejercicio del poder instituído, de la toma de decisiones, el control de los recursos,
las jerarquías y la autoridad –tanto internas como externas a una organización-.
Corresponde a aspectos paradigmáticos de organización y legitimación de un
“sistema”, una estructura de dominio social, que puede ser tanto local, como
regional o bien nacional (por ej. la existencia y vigencia de legislación específica).
Cabría pensar en proposiciones e hipótesis en términos de un eje de análisis
"vertical" sobre estructuras y prácticas institucionalizadas de igualdad-desigualdad;
concepciones y prácticas democráticas versus autoritarias. (por ej. la relación clásica
entre Estado y sociedad, e instituciones como el Derecho, la división de los poderes,
los mecanismos y organismos de control y procesos de legitimación, etc.).
3) Un eje valorativo, asociado estrechamente a las prácticas y normas cotidianas y sus
procesos comunicativos y simbólicos. Corresponde al mundo de las prácticas
sociales (instituyentes), pero –a diferencia del punto anterior- se asocia
fundamentalmente a una visión más informal, espontánea y particular de ejercicio
de la ciudadanía y del derecho (público y privado). Se centra el análisis y la
interpretación en un sentido más "horizontal" de las relaciones sociales, en términos
de igualdad, y de derechos a la diferencia: entre individuos, grupos y sectores
sociales, en las diferencias de género, y culturales. Se diferencia con el eje anterior,
al "oponerse" en forma radical a las prácticas cotidianas de las relaciones verticales
de desigualdad estructural (vistas más bien desde las dos perspectivas de los puntos
anteriores, que están asociadas a la idea de posesión y acceso a recursos:
económicos, de fuerza, de poder de decisión, etc.). Por este motivo, este nivel de
análisis es especialmente rico en el trabajo sobre movimientos sociales, de derechos
humanos, de minorías, de género, etc. En esta línea, se puede tomar en consideración
los trabajos de Holloway, y las concepciones alternativas del zapatismo, así como las
críticas a la concepción clásica del poder hegemónico y el rol del Estado por sobre la
sociedad.
6
4) La dimensión espacial-temporal. La vida social concebida como “realidad material
y simbólica” en el entrecruzamiento –tanto estructural como histórico- de múltiples
procesos temporales que “reproducen y estructuran” diferentes espacios y territorios
sociales, tanto públicos como privados. Paradigmas institucionalizados sobre la
distribución y el uso del tiempo y el espacio en los diferentes "contextos sociales” de
la vida cotidiana. Los procesos de apropiación del espacio natural, transformados en
espacios y tiempos “humanizados”, y culturizados como conjuntos de elementos y
relaciones sociales y simbólicas, (los que son capaces de dar permanentemente
cierto “sentido espacial al pasado” y una proyección hacia un futuro, con lo que el
presente se manifiesta como una secuencia tanto real como imaginaria, una
expresión localizada dentro de un proceso histórico continuo). La construcción
social de los espacios y los tiempos puede a su vez analizarse en tres dimensiones
diferentes: físico-material, simbólico-comunicacional, y por último en una
dimensión imaginaria. Podemos recurrir a la noción de cultivo como una
construcción topológica de espacios regulados por tiempos y actividades
específicas, en las dimensiones anteriormente mencionadas (o sea; espacios y
tiempos físicos, simbólicos e imaginarios). Podemos poner el ejemplo de los
urbanistas, arquitectos, artistas, sociólogos, antropólogos, etc.
5) Una dimensión de vínculos de asociación interpersonal y afectiva, un "cultivo" –un
“nosotros” intersubjetivo, y transubjetivo- donde los seres humanos pueden
transformar y proyectar en los objetos y sobre otros seres humanos, una
identificación como objetos del deseo (para usar un término psicoanalítico). Es
fundamental el análisis tanto de las formas instituídas como de las instituyentes en
la generación y mantenimiento de vínculos, de lazos sociales y de parentesco;
teñidos por el sentimiento, las redes de protección y contención social, etc. Podemos
hablar de una construcción social e imaginaria de una identidad y una identificación
vivida e individual. Una experiencia subjetiva de “comunión”, de una apropiacón del
Otro al mismo tiempo que uno se siente apropiado por un Otro colectivo que lo
trasciende (ceremonias, rituales, acciones sociales colectivas, etc.). Es interesante
observar la gran similitud que tiene con la experiencia del amor como fusión con el
otro.
6) Por último, una dimensión cultural e imaginaria y mítica, donde las narraciones, las
ceremonias y los rituales, articulan una identidad social (de modo similar al
descripto en el punto anterior), y certifican la coherencia –o al menos cierta
congruencia-, entre el mundo “objetivo” y las percepciones subjetivas.
Originalmente, ésta era la función "reproductiva" que la sociología clásica atribuyó
a las ideologías (distorsionando como negativa a la riqueza plural y fructífera de las
manifestaciones de la cultura popular). Podemos considerar a la cultura como una
ecología simbólica e imaginaria, en la que individuos, grupos y colectividades,
“habitan” simbólica e imaginariamente. Cada una acomodando y asimilando los
“artefactos” de la cultura como recursos para construir sus “nidos” y cultivarlos
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como una especie de habitat simbólico: el barrio, el club deportivo, la pertenencia a
un pueblo, o una nación, etc.
Como en un holograma, todas éstas variables (instrumentales, políticas, normativasvalorativas, espaciales y temporales, culturales y afectivas) se hallan presentes en los
diferentes dominios y escalas de la vida social y en el mundo de la vida cotidiana. Están
presentes en cada una de las diversas prácticas sociales, tanto en una escala colectiva, como
a nivel institucional; y pueden cruzarse entre sí a fin de elaborar hipótesis “blandas” de
interpretación y análisis. Por último, podemos volver a insistir en la existencia de tres
niveles de abstracción sobre la vida cotidiana: de lo “concreto” de un 1er. nivel de "realidad
objetal", pasando por contextos sociales del 2° nivel (instituciones, sentido de vecindad,
pertenencia o participación); hasta las formaciones colectivas del 3er. nivel
(identificaciones más universalistas como "patria", "clase social", correligionario, etc.).
Estos permiten analizar cada situación y proceso social, en cualquiera de los seis dominios
mencionados, en términos de las relaciones de lo micro con lo macro, lo subjetivo y lo
concreto con la objetividad, o la relación entre las estructuras culturales y cognitivas mas
abstractas, con los procesos de constitución del mundo de la vida. Con respecto a la noción
de cultivo, podríamos usar una metáfora: sería la actividad humana de construir una especie
de nicho ecológico. Una apropiación sistemática y organizadora del entorno por parte de
los hombres como organismos sociales complejos. Entornos físicos, sociales, simbólicoculturales e imaginarios transformados en habitat humano.
El trabajo humano, así como su pérdida como fuente de sustento y de sentido de la
dignidad ante la familia, ante la sociedad y ante sí mismo, representa para los individuos
una configuración fundamental sobre la que han construido la vida cotidiana. Los métodos
de las ciencias sociales generalmente han abordado el tema del trabajo ya sea a partir de
una perspectiva “objetivista” –y generalmente descriptiva-, o bien a partir de las
percepciones y efectos sobre la subjetividad. Lo que se propone en este trabajo, es un
instrumento que permita a la vez una descripción objetiva y subjetiva del proceso de
“construcción social” de las condiciones de vida y del trabajo humano en nuestras
sociedades. Un instrumento que permita realizar un análisis-diagnóstico, empleando la
metodología de investigación-participativa, que incluye tanto al científico en calidad de
“observador y actor participante”, como a los propios actores sociales: trabajadores,
desocupados, grupos institucionalizados o nó, y hasta a colectivos sociales como una
comunidad barrial. El método propone un proceso que lleva a la posibilidad de realización
de autodiagnósticos realizados en común entre el investigador-coordinador y los actores
sociales. Y a su vez el objetivo central se sustenta en la hipótesis
de que el diagnóstico es una forma de producción de conocimiento que permite evaluar
mejor las posibles alternativas de intervención y modificación de una realidad
problemática.
8
En el Prefacio de “Socioanálisis y Potencial Humano” (Lapassade, 1980), se cita a
Morin, al señalar que “Una nueva epistemología se delinea aquí a través de la aceptación
de una hipercomplejidad...En lugar de querer mutilar nuestra existencia, personal y social,
simplificándola por el Método...hay que resolverse a abarcar toda su riqueza y toda su
complejidad...en el rechazo de la complejidad, reside, hoy mas que nunca, la esencia de
toda tiranía”. Ciertamente, toda tiranía implica un poder de restricción que exige
simplificar, reducir, constreñir posibilidades y alternativas. Hay tiranías políticas y
económicas, y también hay tiranías teóricas y metodológicas.
No solamente los investigadores y los intelectuales desarrollan “dispositivos de
interpretación”. Todo ser humano construye –a su medida- dispositivos y “mapas”que le
permiten desempeñarse en la vida. Son útiles para construir estrategias de supervivencia,
acciones colectivas, instituciones y relatos (sobre la vida, la naturaleza, la sociedad, dios, el
futuro, las ambiciones, los amigos y el amor). En otras palabras, los dispositivos de
interpretación, y las estrategias que construye cada uno, son los que nos permiten construir
la materia de la vida y la “realidad de nuestros sueños”.
Las pautas de observación (el “ que” observar) son orientativas para el
investigador, y se acomodarán a las organizaciones particulares: diferentes para una escuela
rural o una urbana; un centro comunitario dentro de una villa, o un barrio de clase media;
una sección particular dentro de una organización o una organización en su conjunto; una
agrupación barrial o un barrio. Las pautas ayudan a determinar focos de observación:
contextos dentro de otros contextos, encuadres de observación, determinación y expresión
de los problemas/conflictos/fortalezas/amenazas/recursos potenciales, etc.
GUÍA DE PAUTAS DE OBSERVACION SOCIAL.- Vizer. (Cátedras: Promoción y
comunicación comunitaria. Universidad de Buenos Aires).
Descripciones mas “objetivas” (u
“objetivables”).
Registro de datos, información formal, etc.
Percepciones, hipótesis e
interpretaciones sobre procesos
subjetivos (o trans-subjetivos)
1) Datos formales de la institución o
comunidad.
2) Organigrama (dependencia institucional,
jerarquías, áreas o sectores internos.
3) Lo “escrito”:
a) La “historia”; la memoria contada,
escrita (que fue y que “es” la institución o
comunidad).
1) Análisis e interpretación de los datos
formales.
2) Relaciones entre los individuos de la
organización. Agrupamientos. Tipos de
liderazgo.
3) Lo “no escrito”:
a) Mitos fundacionales; contextos
históricos; creencias, imaginarios,
etc.
b) Cumplimiento de las pautas y los
objetivos en relación a las prácticas
b) Visión/ misión/ objetivos (razón de ser
de la org.).
9
c) Las actividades que se realizan (que se
dice y que “se hace”).
d) Registros, estadísticas, documentos,
encuestas, etc.
4) las condiciones espacio-temporales
(descripciones del lugar y los tiempos de la
organización y de las personas en el lugar).
Disposición de “espacios y tiempos para”
actividades específicas: reunión, deporte,
juventud e infancia, etc. Grado de
complejidad organizacional.
5) Los medios de comunicación propios
(folletos, videos, boletines, carteleras, e-mail
página web. La señaléctica; hojas
informativas, etc. La “conectividad”.
6) Los canales formales/establecidos de
circulación interna de la información.
7) Tipología de conversaciones
predominantes: asertivas (verdad), directivas
(órdenes); expresivas (lo emotivo); comisivas
(promesas): declarativas( marcadores de
poder del hablante).Lo kinésico y lo
proxémico (lo gestual/corporal que acompaña
a las palabras).
8) Recursos: materiales, humanos,
financieros, de infraestructura (factibilidad
física concreta).
9) Territorio donde se ubica físicamente, o
lugar donde se “inscribe” la realización de
tareas (el medio en que se realizan las
acciones instrumentales).
10) Características de la población:
beneficiarios directos e indirectos (registro,
caracterización y definición de las
necesidades y problemáticas por parte de los
miembros de la org. o comunidad.
11) vínculos formales interinstitucionales:
redes, convenios,
subsidios (en relación al estado o al sector
privado o bien el “Sector Social”: ONG´s,
Asoc. Vol.)
12) Consideraciones y expectativas
manifiestas (de la org. y/ o de sus miembros)
respecto a la tarea que debe/puede o sabe
declaradas.
c) Observación participante en la vida
cotidiana del “colectivo”.
Investigación-acción-participativa
(IAP).
d) Comentarios, anécdotas, y “detalles”
sobre valores individuales/compartidos,
emociones, etc.
4) Grado de conformidad de los miembros
con las tareas. Niveles y grado de
interés y participación en diferentes
actividades de “bien común” de la
comunidad. Tipos y valorización de
actividades.
5) Primer análisis de contenidos de los
mensajes en las publicaciones, radios o
web (como se “construye” a sí misma
como (id)entidad y en relación al
afuera).
6) Circuitos espontáneos de circulación de
la información (por rumores, en lugares
informales de encuentro, por fuera de la
organización, etc.).
7) La org. es mas “autoritaria o
democrática” y participativa, mas
horizontal o “vertical”, mas
fragmentada o integrada, mas abierta o
mas cerrada, mas inclusiva o exclusiva,
mas “instituída” o mas instituyente?.
8) Los recursos potenciales: capital social
y humano en tanto motivación,
educación, sinergia, redes sociales.
9) Relaciones entre los miembros de una
org. y sus contextos inmediatos.
10) Participación de los “beneficiarios” en
la vida de la organización, y en las
tareas que se desarrollan con “el
afuera”.
11) Vínculos con aspectos y entidades
macrosociales (contextos mediatos:
económicos, políticos, culturales,
medios de comunicación). Cooperación
con otras instituciones.
12) Registrar como son recibidos y
tratados Uds. (los investigadores) en la
10
hacer el investigador.
13) Demandas manifiestas (conocidas
previamente o explicitadas a los
investigadores a lo largo del proceso).
org. o comunidad (y por “quienes”).
Como es valorada la tarea que realizan
(o que se proyecta realizar).
13) Demandas “latentes” (que se
expresan de modos indirectos) y su
relación con las necesidades (percibidas o
no).
Las pautas de observación (el “ que” observar) son orientativas para el investigador, y se
acomodarán a las organizaciones particulares: diferentes para una escuela rural o una
urbana; un centro comunitario dentro de una villa, o un barrio de clase media; una sección
particular dentro de una organización o una organización en su conjunto; una agrupación
barrial o un barrio. Las pautas ayudan a determinar focos de observación: contextos dentro
de otros contextos, encuadres de observación, determinación y expresión de los
problemas/conflictos/fortalezas/amenazas/recursos potenciales, etc.
EL DISPOSITIVO ANALIZADOR EN ACCIÓN: Investigación-acción, diagnóstico e
intervención social.Análisis de situación utilizando el dispositivo a una Asociacion de recuperacion de
poblados.
Categorí
as
Síntesis
Conceptual.
- producción
-Trabajo
-Función
1. Acci
ones económica
instr
ume -Mision
ntale - Visión
s
- Objetivos
- Condiciones
materiales
Descripción
Diagnóstica
Posibilidades de intervención
La Asociación R, Recuperación
Social de Poblados Nacionales
que Desaparecen, es una
Organización No
Gubernamental sin fines de
lucro que se sustenta con el
aporte de sus socios particulares
y el apoyo de algunas empresas
privadas que colaboran
brindándole servicios
necesarios para su
funcionamiento o pequeños
montos de dinero en ocasiones
especiales.
Está integrada por 30
Resulta necesario trabajar en
la búsqueda de recursos
económicos que permitan
rentar a un equipo de trabajo
permanente para darle
continuidad a las tareas de la
organización y evitar la alta
rotación de voluntarios.
Como ese es un proyecto de
largo plazo, mientras tanto
podría cambiarse el método
de selección de voluntarios.
Sería importante que al nuevo
voluntario se le impartieran
reglas claras de
11
- Condiciones de
trabajo.
- Espácio físico.
2. Orga
Lo
niza
“instituído”
ción
polít Lo formal,
voluntarios que colaboran ad
honorem. Todos son
profesionales y colaboran con
la institución aportando su
know-how y expertise para la
implementación de programas
de desarrollo que permitan la
recuperación de los pueblos en
riesgo de desaparición de la
Argentina. En la mayoría de los
casos RESPONDE es una
actividad secundaria en la vida
de los voluntarios. En algunos
casos es primaria pero mientras
buscan un trabajo rentado que
les de sustento económico, con
lo cual, cuando encuentran
trabajo dejan de concurir a la
organización o sus horarios y
posibilidades de asistencia se
ven fuertemente acotados. Esta
situación lleva a que la
interacción y comunicación
entre lo voluntarios sea muy
difícil de concretar y, por lo
tanto, se de muy
esporádicamente.
funcionamiento de la
institución aclarándole cuál es
el grado de compromiso que
se espera de él y cuáles son
sus responsabilidades
específicas y objetivos que
debe lograr para poder medir
su desempeño y aporte. La
organización debería fijar
también los días y horarios de
concurrencia a las oficinas de
cada uno de los grupos de
trabajo para que los
voluntarios a ingresar
conozcan de antemano qué
grado de concurrencia se
espera de ellos.
En cuanto a la información y
comunciación interna, podría,
por ejemplo, establecerse un
sistema de reportes semanales
por sectores para que el resto
de la organización esté al
tanto de las tareas realizadas
por los demás. Estos reportes
podrían ser cargados a una
intranet. Es importante que
los responsables de cada uno
de los grupos exijan la
presentación de los informes a
cada uno de los integrantes
para darle continuidad a la
herramienta.
Como esta, es necesario
implementar otras actividades
que permitan una
comunicación más fluida
entre los voluntarios para
poder lograr de manera
coordinada y conjunta todos
los objetivos y metas de la
ONG.
La organización fue fundada
En este sentido, no habría
por la persona que pensó en el demasiadas acciones a
proyecto de ayudar a los
implementar ya que el poder
pueblos a salir del aislamiento y está repartido y no se generan
12
ica
normas y reglas. el olvido. Por ese motivo, tenía
en sus orígenes un perfil
- Organigrama
unipersonal : « yo quiero hacer
esto, a quién le interesa
- Estructura de
ayudarme ? ». La fundadora es
poder, jerarquías. la Presidenta de la ONG.
Además de la Presidenta, la
- Toma de
organización cuenta con una
decisiones
Comisión Directiva que toma
las decisiones acerca del rumbo
- Modos de
de la asociación. Cada uno de
representación y los miembros de la comisión
delegación
asesora a la Presidenta en una
temática específica.
- Detentación de Los voluntarios son siempre
poder.
escuchados tanto por la
Presidenta como por la
- Regulaciones
Comisión Directiva y muchas
de las acciones emprendidas
- Lo repetitivo
nacen de propuestas de esos
voluntarios.
Al crear la organización, la
Presidenta pensó en formar un
grupo con especialistas en
diversas actividades de manera
que cada uno de ellos pudiera
resolver y tomar decisiones con
respecto a la temática que
dominaban. De todas maneras,
la fundadora cumple el rol de
líder carismático.
Lo“institu La ONG tiene distintas áreas de
trabajo : Emprendimientos,
yente"
Salud, Educación y
Capacitación, Turismo,
3. Dim -Organización
Arquitectura y Urbanismo,
ensi “in”formal
Planificación Estratégica, Redes,
ón
Recursos Humanos y Prensa y
nor - Valores y
Comunicación.
mati normas reales.
Además, en base a los proyectos
va
que se emprenden se conforman
- Lo dinámico.
grupos de trabajo con
integrantes de cada una de las
Disconformidades áreas antes mecionadas.
Todos los integrantes son
-Problemas y
voluntarios ad honorem salvo la
conflictos.
Todos los integrantes de la
asociación son escuchados y
sus sugerencias tenidas en
cuenta.
Tal como mencionado
anteriormente, es importante
que las autoridades de la
ONG reflexionen acerca de
las normas de organización
establecidas, ajusten las
mismas a las necesidades
actuales y tomen conciencia
de la importancia y necesidad
de hacerlas cumplir.
13
conflictos.
-Motivación al
cambio.
Construcción
real, simbólica e
imaginaria de los
espacios y los
tiempos del
“colectivo”.
4. Dim
ensi
ón
espa
cial
y
temp
oral
- Distribuciones
de prácticas y
objetos.
- Qué, cómo,
donde y cuando
se realizan las
actividades.
- Relaciones con
el poder, el
control social y
las decisiones
sobre tiempos y
espacios.
Redes afectivas
de contención5. Dim social: familia,
ensi centros de
ón
atención para
vinc enfermos,
ular menores,
desocupados, etc.
recepcionista que es rentada.
Se trabaja dentro de un clima
cordial, donde prima la
responsabilidad social y el
respeto y voluntad de colaborar
con el prójimo.
Existen normas de organización
y funcionamiento pero, sin
embargo, no siempre son
respetadas y tampoco se hacen
respetar para el correcto
funcionamiento y desarrollo de
los proyectos.
La Asociación tiene sus
oficinas en la Ciudad de Buenos
Aires, en una zona de facil
acceso. El espacio físico es
agradable y está ambientado de
acuerdo con los colores
institucionales de la
organización.
Sin embargo, el lugar es muy
pequeño como para que todos
los voluntarios puedan
encontrarse al mismo tiempo y
se de la interacción necesaria
para llevar adelante los
proyectos.
Asimismo, cuenta con poco
equipamiento informático o
escritorios y lugares suficientes
como para que trabajen muchas
personas a la vez.
Como actualmente no existe
la posibilidad de alquilar
oficinas más grandes, se
recomienda fijar horarios y
días de reuniones de los
distintos grupo como para que
no se superpongan las
personas que necesiten hacer
uso de las instalaciones o de
los equipos.
También podría
implementarse un sistema de
reservas de salas de reunión o
equipos.
La asociación funciona como
un espacio donde los
voluntarios pueden realizarse
personal y profesionalmente ya
que cada uno colabora desde
sus conocimientos
profesionales para ayudar al
prójimo y al país.
A partir de allí, pueden
Continuar la línea de acción y
analizar otras posibilidades de
contención que mejoren la
performance actual.
Ampliar la cantidad de
voluntarios y de pueblos que
se beneficien con las acciones
de la asociación.
14
- Centros
deportivos.
- Actividades
grupales o
colectivas.
- Conductas y
percepciones de
la gente.
- Cultura(s)
6. Ima - Mitos (por ej.
gina fundacionales).
rios
soci - Ceremonias.
ales
- Rituales.
- Identidad.
- Percepciones
del mundo real
vincularse con ese otro rural
que necesita ayuda para quebrar
el aislamiento y el olvido en el
que vive. Uno necesita dar y el
otro recibir. RESPONDE es el
nexo que los vincula en la
posibilidad mutua de interactuar
para que ambos saquen rédito
de esa situación. En general, ese
otro rural solicita ayuda en
cuanto a ideas que le permitan
quebrar su situación actual de
estancamiento y el otro de la
ciudad, justamente quiere
aportar ideas desde su
formación profesional.
Además, la ONG cuenta en su
equipo con un psicólogo y un
sociólogo que brindan
contención a quienes lo
necesiten.
Uno de los mensajes que
siempre se intenta reforzar
desde la organización es que las
personas con las que se
colabora para que puedan salir
adelante no son « pobres » ni
« pobrecitos » como los
denominan en muchos casos,
como por ejemplo, algunos
sectores de la prensa. En la
mayoría de los casos viven más
dignamente que lo que lo
hacemos quienes habitamos en
la ciudad. Tampoco están
muertos de hambre. El
problema que tienen es que han
quedado aislados, están
perdiendo los servicios
necesarios para seguir
quedándose en el pueblo donde
viven y éste va perdiendo
población año tras año.
Es necesario transmitir este
mensaje a los nuevos
voluntarios, a la prensa y a
todos aquellos sectores que
interpreten la situación de otra
manera así como reforzarlo en
los ámbitos que se considere
necesario.
15
Conclusión.-
El análisis de situación de la organización R. utilizando el dispositivo permitió pensar en
algunas problemáticas y posibilidades de intervención que no se habían planteado en un
comienzo del trabajo como. Solo un ejemplo: significativamente, la denominación pobres /
probrecitos que algunos sectores utilizan para referirse a las personas con las que colabora
la organización, revela la actitud asistencialista con la que abordan su misión.
La realización de análisis-diagnóstico de situación sobre organizaciones de barrio (como las
movilizaciones y la participación de vecinos en las Asambleas Barriales de la ciudad de
Buenos Aires en plena crisis del 2001/2003) y sobre comunidades urbanas o rurales
utilizando el dispositivo, permitió abordar y esclarecer tanto las problemáticas “objetivas”,
como las representaciones y el mundo de experiencias subjetivas –o intersubjetivas- que
constituyen la trama del “mundo de la vida” de diferentes tipos de organizaciones y
colectivos sociales. Como analistas y mediadores sociales, este abordaje nos permitió
pensar en algunas problemáticas que son compartidas por una gran cantidad de
comunidades, como otras problemáticas que solo son específicas a cada colectivo social
particular. Y también nos permite conocer sus fortalezas y debilidades, los puntos de
quiebre, los juegos de intereses y de fuerzas que se hallan operando tanto en el interior
como desde el exterior del colectivo. Nos permite diseñar estrategias y programas de acción
sobre diferentes ámbitos, y dispositivos de intervención que no hubieran podido plantearse
en el comienzo de cada trabajo sin una metodología apropiada.
Adendum.- Conclusiones sobre 16 años de Políticas de aplicación del Presupuesto
Participativo por parte de la Prefectura de la ciudad de Porto Alegre bajo el gobierno del
Partido de los Trabajadores.- Helenice Carvalho.
Hasta aquí, la versión original del trabajo tal como ha aparecido en publicaciones
especializadas. Con posterioridad, he tomado conocimiento de un trabajo de tesis realizado
como investigación empírica de las estrategias –de información, comunicación,
conocimiento y participación ciudadanas- implementadas durante 16 años por la Prefectura
de la ciudad de Porto Alegre para aplicar el Presupuesto Participativo. Considero de interés
reproducir un pequeño extracto del trabajo porque presenta un ejemplo concreto sobre
algunas de las ideas ofrecidas por mí consideradas dentro de un nivel de proposiciones
específicamente teóricas. El “extracto” que sigue a continuación corresponde a un trabajo
presentado en el año 2006 para su publicación en la Revista Perspectivas, de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Su autora es la Doctora Helenice
Carvalho y lleva el título de “La experiencia del Presupuesto Participativo de Porto Alegre
como ejemplo de educación para la ciudadanía: análisis de las estrategias comunicativas del
16
Partido de los Trabajadores (PT) en las cuatro gestiones frente a la Prefectura Municipal de
Porto Alegre”.
…“Hoy, la gran cuestión planteada en términos de comunicación es: como construir
procesos de comunicación volcados desde y hacia las preocupaciones de la sociedad y
como tornar esa cuestión social y políticamente estratégica? Otra preocupación es también,
definir como la comunicación puede auxiliar a la construcción de ciudadanía y fomentar la
solidaridad en el conjunto de la sociedad. Fue a partir de esas cuestiones que me he
preocupado en desarrollar una mirada más detallada hacia el estudio de las estrategias de
comunicación del Presupuesto Participativo, en especial, hacia las estrategias de
comunicación formuladas para posibilitar, -mas allá de visibilidad, credibilidad y
legitimidad- la implantación y consolidación de un proyecto político-administrativo
diferente a otros tradicionales”.... “Otra cuestión que merece destacarse es la “red de
relaciones” que se estableció para divulgar el PP. Fueron envueltas asociaciones de barrio,
asociaciones de moradores, movimientos de madres, órganos representativos del municipio,
y organizaciones de la sociedad civil organizada, creando un verdadero tejido a partir de
una red de divulgación horizontal. Con eso, se puede decir que la estrategia de
comunicación del PP fué el resultado de entrecruzamientos de códigos, técnicas, valores,
apelos simbólicos y múltiples lenguajes. No hubo apenas una comunicación política lineal,
sino una comunicación integrada que acompañó la complejidad de la propria sociedad. En
suma, el PP era una propuesta compleja implementada para una sociedad compleja, lo que
hacía necesaria una comunicación global, y por lo tanto, mucho mas compleja que la que
constituía la práctica tradicional en términos de comunicación política gubernamental, o de
la comunicación institucional de gobierno”.
Por último, “Cuando se habla en comunicación política como un proceso, se quiere
decir que para interactuar con la sociedad es necesario mas que la simple publicización de
la política. Antes que nada, es necesario que se haga un ejercicio de comprensión y
concientización sobre aquello que se propone como público. Específicamente, en el caso
del PP, fué preciso establecer un proceso socio-pedagógico-comunicacional, en el sentido
de “equipar” a la población para “vivenciar” la política, pues los años de dictadura se
habían ocupado de alienar algunas generaciones y hecho callar otras tantas. “Equipar” a la
comunidad significó implementar estrategias mediáticas de manera amplia, utilizando a los
medios como elemento pedagógico, con el objetivo de proponer cuestiones para
involucrarla en un proceso reivindicatorio amplio, en el sentido de hacer participar a la
sociedad de las decisiones que de alguna forma les incumbían. Se destaca también aqui el
papel pedagógico de la comunicación, como campo social dotado de competencias
interdisciplinarias capaces de potencializar las dinámicas comunicativas y las relaciones
sociales, preocupadas en estimular la “voz” de los sujetos sociales envueltos en los diversos
procesos colectivos de toma de decisión, en el sentido de promover nuevas posibilidades de
interacción social participativa.
Entretanto, a pesar de los avances traídos por esa nueva forma de comunicar
ofrecida por el PP, hay algunas consideraciones que precisan ser hechas:
17
La primera es sobre la necesidad que existe de hacer a la sociedad comprender
que la “verdadera” comunicación política es un proceso híbrido atravesado por muchas
mediaciones, con un énfasis no excluyente de la dimensión mediática de masas, pero que
no debe reducirse a los medios, y mas recientemente, a la formación de redes virtuales.
La segunda es que deben ser consideradas las estrategias de comunicación
generadas por la propria sociedad, pues la democracia se efectiviza en las interacciones
complejas entre la sociedad civil y el Estado, haciendo que cuando se hable de democracia
participativa se hable también de una comunicación participativa, visto que la política y la
comunicación son areas que se entrelaçan.
La tercera es que, a despecho de todos los avances que pueden ser verificados en
las estrategias de comunicación del Presupuesto Participativo, la construcción de esas
estrategias aun fué elaborada en la esfera del Estado. O sea que no hubo una incorporación
significativa de estrategias de comunicación que puedan haber surgido en el ámbito de la
sociedad y de los grupos sociales que interactuaban a partir de las reuniones del PP. Si estas
estrategias hubiesen sido de alguna manera incorporadas, ciertamente se verificaría un
avance mucho mas significativo en la calidad de la comunicación del PP.
La cuarta es que la estrategia de comunicación, aún siendo definida por el Estado,
reproduce cuestiones comunicacionales presentes en los modelos conservadores. O sea,
aunque el Estado tenga interés en alterar el proceso de comunicación, éste avanzó muy
poco hasta el momento, por la falta de recursos y también por un “conservadorismo”, que
de alguna forma impidió que una comunicación participativa genuina pudiese avanzar.
De una manera general, la sociedad del siglo XXI espera que proyectos avanzados
a nivel político tengan una comunicación también avanzada, en el sentido de que
contemplen la posibilidad de interación e intervención en el proceso comunicacional,
calificando mejor el diálogo entre las instituciones políticas y la sociedad”…
Bibliografía.-
Helenice Carvalho, Helenice. “La experiencia del Presupuesto Participativo de Porto
Alegre como ejemplo de educación para la ciudadanía: análisis de las estrategias
comunicativas del Partido de los Trabajadores (PT) en las cuatro gestiones frente a la
Prefectura Municipal de Porto Alegre”. Tesis doctoral, Unisinos 2004, Brasil.
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18
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tecnologías y la comunicación, en "Diversidades compartidas: Estudios sociales y
culturales en Canada". Bibl. Norte-Sur, Bs.As., 1995.
19
II.- Socioanálisis, acción colectiva e intervención social estratégica.Eduardo Andrés Vizer
Introducción.En nuestras investigaciones sobre comunidades (barriales, urbanas o bien rurales) y sobre
organizaciones y movimientos sociales en Brasil y Argentina, nos hallamos replicando un
marco conceptual de análisis que promueve la construcción y refinamiento de teoría y
práctica sobre las organizaciones sociales y sus diferentes dimensiones socioanalíticas,
asociadas a los procesos de formación y de transformación de colectivos sociales: en las
relaciones formales e informales; en los vínculos primarios (“las redes de contención” de
los individuos); las actividades instrumentales (técnica, trabajo); la apropiación y
distribución tanto pública como privada de los espacios y los tiempos; y finalmente, la
movilización para la apropiación de los recursos simbólicos y culturales que acompañan a
los procesos de resistencia social. Por último, intentamos entender el rol estratégico que
juegan las prácticas expresivas de apropiación social de las tecnologías de información y
comunicación.
Política y acción colectiva en América Latina.-
A partir de los años 70, la gobernabilidad social y los procesos políticos latinoamericanos
se vieron sacudidos por profundos cambios: desde el nivel de la geopolítica mundial (los
acuerdos de la Trilateral), hasta las transformaciones socioeconómicas en las estructuras
sociales y la aparición de diversos movimientos políticos contestatarios. En América
Latina, la ebullición de una conciencia política “radical” tomó predominantemente la forma
de las propuestas de acción directa por parte de "vanguardias emancipadoras” (como la
guerrilla urbana y la rural). La reacción de los sectores dominantes amenazados no se hizo
esperar, y se manifiesta en el auge de las dictaduras militares hasta mediados de los
ochenta. Nacionalistas en el discurso, liberales en lo económico, fascistas en lo político y
reaccionarios en lo social y lo cultural, una vez eliminado el “enemigo interno”, la
incongruencia de posiciones y el conflicto de intereses –y en la Argentina la crisis
económica y el militarismo aventurero de la Guerra de Malvinas- fueron corroyendo las
bases de sustentación de los regímenes militares. La ingobernabilidad ya no era un
resultado de la fragilidad de los “estados de derecho” de los regímenes civiles, sino que
surgía dentro de los propios regímenes de hecho, o sea, en el seno de los gobiernos
militares, incapaces de articular políticas económicas, sociales y culturales que canalizaran
las demandas de una sociedad que había dejado de creer ingenuamente en líderes
providenciales, o en un orden impuesto desde arriba y sin la legitimidad de un mínimo de
consensos compartidos.
20
Con la caída de las dictaduras, en algunos casos en forma abrupta, y en otros dando lugar a
una transición gradual en la forma de una “dictablanda”, fueron surgiendo los procesos de
democratización latinoamericana y las modificaciones consiguientes en las expresiones
políticas, en los movimientos sociales y en los abordajes teóricos de la investigación social
sobre nuestras sociedades. Desde la mirada de los estudiosos –ya sean los clásicos
observadores “neutrales” o los comprometidos intelectuales críticos-, los cambios
repentinos de la realidad política internacional -como el fin de la Guerra Fría- el acceso a
las nuevas tecnologías de la informacón y la comunicación, así como la expansión mundial
y la concentración masiva y homogeneizadora en el consumo de las industrias culturales,
fueron minando en el mundo académico, tanto las concepciones conservadoras de la
escuela funcionalista, como también la vigencia de la escuela alternativista latinoamericana.
Las visiones sobre modelos de desarrollo alternativo al capitalista, fueron cayendo prematuramente- con el Muro de Berlín y el aggiornamiento del régimen de Pekín.
Paralelamente, comenzaba a surgir una nueva derecha, que ya no miraba solamente al
pasado y “a los buenos viejos tiempos”. Se embanderaba con valores y discursos caros a los
sectores progresistas: cambio, libertad, proyecto de futuro, etc. En la década de los noventa,
con el auge de las políticas neoliberales, el paradigma del conflicto social y la oposición
violenta, comenzó abruptamente a ser suplantado o transfigurado en otros imaginarios
sobre la inclusión, la integración social y el pluralismo, los derechos humanos, el
reconocimiento de las minorías, las identidades y el derecho a la diferencia. El conflicto
social se iba despolitizando en el sentido de renegar de las figuras de “sujeto histórico”, al
mismo tiempo que tomaba nuevas formas de expresión militante (militancias sociales que
paradójicamente se declaraban “apolíticas”). El cuerpo social (concebido en términos
colectivos como pueblo, clase social, trabajadores, etc.) se iba fragmentando y
anarquizando en grupos y sectores sociales. Muchos embanderados con el derecho a la
identidad y a la diferencia, pero siempre dentro de un paradigma de integración al sistema.
El derecho a la diferencia dentro de una igualdad formal, y –viceversa- la igualdad de
derechos como sustento legítimo de las diferencias reales. Fueron afirmándose como
valores fundamentales la libertad individual de elección (ya no solo política, sino sexual y
cultural), la igualdad y el reconocimiento de derechos, el acceso a condiciones a recursos
y/o medios de vida que aseguren posibilidades de inclusión social. Todo esto sustentado –y
muchas veces reconocido como “políticamente correcto”, pero asimilado al discurso
público -en especial al lenguaje político electoral-, pero muy lejos de las acciones y las
políticas concretas.
No deja de ser irónico que estos imaginarios se fueran instalando como parte de la nueva
"cultura de la democracia" al mismo tiempo que las políticas neoliberales iban produciendo
precisamente una realidad social que promovía lo contrario: con la apertura y concentración
económicas emergían nuevos procesos de exclusión y desintegración social, así como un
"pensamiento único" y un fundamentalismo economicista que reniega de un pensamiento
plural, a no ser que pueda ser transformado en alguna forma de producto de consumo.
El resurgir de las democracias en la década de los ochenta y noventa, llevó a proseguir con
mayor ímpetu la tendencia de trabajar en y con las comunidades locales en un pié de
igualdad para construír (en muchos casos reconstruír) las bases plurales de las formas
institucionales de un régimen democrático. A la sobrevalorada idea-fuerza de la
21
emancipación social colectiva -que había movilizado violentamente a una generación
anterior fascinada con un idealismo que fué abatido por las armas, pero sobre todo por la
crisis de los regímenes del “socialismo real”- se le han planteado como sucesoras nuevas
ideas-fuerza sustentadas por movimientos sociales variados, con intereses y valores
específicos y particulares, que buscan reconocimiento e integración dentro de espacios
institucionalizados de la propia sociedad. No buscan cambiarla colectivamente, no buscan
adueñarse del Estado por asalto, ni tampoco confían en las estructuras institucionalizadas, o
en los políticos y los funcionarios que pretenden seducirlos con promesas incumplidas.
Estos nuevos movimientos sociales se expresan en una doble dimensión argumental, por un
lado la defensa y la construcción paulatina de un universo de discurso colectivo y
"universalista", asentado sobre valores como Derechos Humanos, Derechos sociales,
Ciudadanía, Género (y derecho reproductivo), Medio Ambiente, derecho a la identidad y a
la diferencia, y alguno que otro término que expresa las ideas-fuerza de una variedad
innumerable de agrupaciones del creciente y pujante Sector Social (o Tercer Sector). Todos
como nuevos movimientos que expresan la diversidad actual de la sociedad civil. La
segunda línea de discurso argumental que construyen aparenta ir en sentido contrario: se
construye sobre las condiciones específicas de cada agrupación ("asociación voluntaria" en
términos de Turner, 1999); según sus intereses, necesidades y percepciones particulares o
locales, ya sean de naturaleza económica, política o cultural. Los discursos y valores
particulares buscan un reconocimiento dentro de los espacios públicos de acción y de
expresión (las calles, las plazas, a veces los medios de comunicación) y el acceso a los
círculos de decisión del Estado (municipios o gobernaciones) mediante una práctica de
expresión y de acción social, la que es evidentemente política, pero -curiosamente- rara vez
reconocida como tal por las propias asociaciones o movimientos.
Consideraciones históricas y teóricas para el análisis de los movimientos sociales.-
Melucci (2001), propone como planteo teórico, descomponer los elementos que conforman
la acción colectiva de los movimientos contemporáneos. Esto exige un cuadro conceptual
diferente del que ha presentado el capitalismo industrial en el mundo desarrollado.
En América Latina las 3 “T” siguen siendo las banderas más dinámicas para las acciones
colectivas de los MS (o sea: tierra, techo y trabajo). Contra toda previsión optimista y
“posindustrialista”, centrada en la tradición del desarrollo económico por etapas (recordar a
Rostow y el desarrollismo de los años 60) la globalización y las políticas de apertura
indiscriminada de los mercados nacionales de los 90, profundizaron en pocos años la
marginación, el desempleo y los conflictos sociales, generando inevitablemente las
condiciones para una fuerte cultura urbana de la protesta y la reorganización de los
movimientos de reivindicación social. Y este fenómeno de organización, protesta y
reivindicación, se ha generalizado a los barrios, a infinidad de temas sociales, políticos y
culturales, y se halla asociado a las representaciones sobre los derechos ciudadanos en un
régimen democrático. Se ha institucionalizado una conciencia “glocal” (tanto local como
global) sobre los derechos y las demandas, tanto por parte de los que se hallan
sobreviviendo en las bordes del sistema como de los que conforman sus bases de
22
sustentación mas integradas y aún privilegiadas (las que componían el amplio espectro de
las clases medias, muchas de las cuales se empobrecieron, o bien conservan aún ingresos
considerables, pero que ya han perdido la sensación de seguridad y la estabilidad laboral,
fenómeno que ya no es solo privativo de las clases medias).
Hasta mediados de los noventa, merced al aporte de fondos públicos o la ayuda
manipulativa de gobiernos, los MS se habían ido transformando de voceros de la protesta
en movimientos asimilados a ONG’s, con programas específicos y “propositivos”,
ajustados a la administración de proyectos en plazos determinados. Las movilizaciones
pasaban a ser acciones sinérgicas de organización social para apoyar y participar en
proyectos y programas de acción localizados y específicos: mujeres, jóvenes, adultos
mayores, infantes, etc. Podemos decir que el militante tradicional se había ido
transformando en un líder organizador de “clientelas” consumidoras de servicios que el
Estado aún podía brindar (como supervivencias del Estado de Bienestar, sostenidas ahora
contrayendo deuda con fondos de organismos internacionales como el Banco Mundial). Sin
embargo, tras el “Tequila” de mediados de los noventa, y en especial con las crisis de la
deuda externa (Argentina 2001), y por otro lado el surgimiento de movimientos sociales
globales (MSG, expresados en los Foros Sociales a partir del año 2000), las movilizaciones
populares resurgen con todo su dinamismo. Apoyados y realimentados desde fines del siglo
XX con las posibilidades que brindan las Tecnologías de Información y Comunicación (el
mismo Foro Social Mundial representa una expresión privilegiada de la asociación entre los
MS y las TIC’s en este nuevo milenio).
En principio se presentan diferentes perspectivas teóricas para abordar el análisis de los
movimientos sociales. Podemos decir que desde una perspectiva sociológica tradicional, la
noción de acción colectiva encuadra a los MS en relación a procesos sociales e históricos
de un nivel macro social (las acciones colectivas tienen un objetivo –o un blanco- exterior,
hacia el cual –o contra el cual- se dirigen las acciones). Sin renegar de la importancia de los
análisis macro, considero que se pueden realizar mayores avances por medio de la
investigación empírica de los MS si optamos por estudiar sus formas organizativas, sus
representaciones sociales y el tipo de relaciones, negociaciones y discursos que establecen
con sus contextos y con los actores sociales a los que interpelan. Se hace necesario
investigar las formas en que plantean las reivindicaciones, sus concepciones sobre el poder,
el Estado, las modalidades de realización de acciones sociales, las prácticas de discusión y
toma de decisiones, etc. Podría objetarse que este abordaje no parece aún suficientemente
macro social, y que es mas apropiado a las organizaciones fuertemente estructuradas de la
era industrial que a las características flexibles y posmodernas de la “sociedad en red”
contemporánea que plantea Castells.
En este sentido, podemos sostener que se plantea la necesidad de un doble abordaje. Por un
lado, la exigencia estratégica de estudiar los MS actuales como formas de acción colectiva
que se construyen en función de las condiciones económicas, políticas y sociales críticas de
este nuevo milenio superglobalizado y supercomunicado gracias a las posibilidades y las
influencias de las TIC’s. Este cuadro global externo, es el que genera el contexto para la
acción social de los MS (por ej. la organización de los Foros mundiales y regionales). Una
segunda perspectiva de análisis, complementaria a la anterior, consiste en comprender la
23
emergencia de nuevas y diferentes formas de organización flexibles, surgidas de las
actuales condiciones de existencia social y de la vida cotidiana. En otras palabras, además
de observar las condiciones políticas y económicas “externas y objetivas”, se ha hecho
indispensable conocer las condiciones “internas” de los mundos de la vida que generan el
contexto psicosocial en que los individuos y los grupos cultivan sus entornos sociales y
culturales, sus habitus y sus modos de apropiación y organización (o cultivo) de los
recursos, del espacio y del medio ambiente, de los “usos del tiempo”, de las redes sociales,
políticas, tecnológicas, simbólicas, culturales. En otras palabras, tomando en cuenta la
propia complejidad del medio social y cultural, de las posibilidades y los recursos
crecientes que permiten a los agentes y a los movimientos sociales apropiarse y cultivar los
capitales sociales, tecnológicos y simbólicos que les permitan acrecentar su capital
político y humano.
Propuesta para una metodología de análisis e intervención estratégica en comunidades e
instituciones de acción colectiva.-
Aunque algo extensa, considero útil extraer la siguiente cita de Movimientos sociales:
nuevas tecnologías para nuevas militancias:
“Se pueden definir seis dimensiones o ejes de análisis comunes y compartidos por todos los
colectivos sociales: 1) sobre las técnicas y los conocimientos y prácticas instrumentales de
acción; 2) las relaciones de poder instituídas (sus prácticas y sus dispositivos); 3) las
acciones de resistencia y transformación (instituyentes?); 4) las formas de apropiación de
tiempos y espacios; 5) la reconstrucción de los vínculos (familia, amor, amistad,
instituciones de contención); y finalmente, 6) el enorme universo de la cultura, la
comunicación y las formas simbólicas.
Metodológicamente, las seis categorías se pueden considerar como variables teóricas, con
dimensiones, indicadores y observables que en nuestros trabajos de campo se describen e
interpretan por medio de un “Dispositivo de análisis” (al que he denominado de
Socioanálisis; Vizer, 2004/2005). La hipótesis original establece que toda forma de
organización social se (re)construye a sí misma como un sistema complejo sujeto a la
(re)producción (cultivo) permanente de sus elementos y de la trama de relaciones de
interdependencia mutua entre los individuos que constituyen la organización. “Los
individuos y las poblaciones reconstruyen, modelan y cultivan sus propias ecologías
(ecologías físicas, sus tiempos y espacios ambientales, sus entornos socioculturales,
afectivos e imaginarios); reconstruyen –por medio del trabajo- su medio ambiente
transformando a la naturaleza, a sus propias culturas, sus estructuras e instituciones
sociales, sus tecnologías, y sus vínculos” (Vizer, 2004).
Los movimientos sociales representan una forma específica e históricamente diferenciada
de organización social surgida hacia fines del siglo XIX, como manifestación de sectores
sociales fundamentalmente urbanos que han cobrado conciencia de hallarse sujetos a
24
condiciones de vida no solo injustas o restrictivas, sino además compartidas por un sector
o grupo social identificable e identificado.
Podemos decir que los MS representan en principio la expresión dialéctica y manifiesta de
la complejidad, la diversidad y la conflictividad social. Una forma de acción social que
pretende justamente transformar las condiciones objetivas de su “ambiente”. Más que
reconstruirlo por medio del trabajo condicionado al “sistema” o a las limitaciones de su
mundo de la vida, busca formas de acción colectiva para modificar a ambos. Como se
puede apreciar, los MS tienen como característica fundamental:
1. Desarrollar (prácticas y dispositivos instrumentales de acción);
2. A fin de transformar (las relaciones y las prácticas de poder instituídas: por ej.
en el gobierno, el sistema legal, las formas de propiedad, etc.);
3. Por medio de la movilización (acciones de resistencia instituyentes);
4. Apropiándose conflictivamente (de tiempos y espacios) públicos (cortes de
rutas, toma de edificios y empresas cerradas, etc.);
5.
Motivados para cultivar (vínculos, instituciones de agrupamiento y
contención);
6. Motivados e inspirados creativamente por (el enorme universo de la cultura, la
comunicación y las formas simbólicas).
Las seis dimensiones que propongo pueden representar tanto a los procesos de
reproducción de comunidades e instituciones tradicionales o “estables”, como a los
movimientos que buscan su transformación. La articulación y la combinación de las
diferentes categorías, organiza y estructura en los actores sociales la percepción, las
creencias y las acciones sobre la realidad en diferentes órdenes: desde el mundo “real”,
pasando por los procesos simbólicos y comunicativos, hasta movilizar los imaginarios de
la vida social. Las luchas de los MS se desarrollan en las mentes y los cuerpos, pero
fundamentalmente buscan intervenir en la formación de los universos de sentido de la
sociedad y la cultura (creencias y mitos sobre la naturaleza, la sociedad, el sujeto, la
cultura, y la técnica). La función del imaginario precisamente consiste en llenar los
espacios y los tiempos de lo real y lo simbólico que aún se hallan vacíos de sentido, o bien
cargados de un sentido negativo (la muerte, el futuro, las enfermedades). Las religiones,
las utopías y los ideales se ocupan precisamente de “construir valor y sentido” (Vizer,
2003), en los espacios donde reina la incertidumbre. El viejo existencialismo sostenía que
ante esos momentos de vacío, la conciencia de los límites nos obligaba a elegir, o sea que
“estamos condenados a la libertad”.
A su vez, los procesos y los agentes sociales se constituyen mediante una doble faz de las
prácticas sociales (a la que Giddens denomina “doble hermenéutica”)(1991). La práctica
en tanto acción social “objetiva”, y en segunda instancia, la práctica en tanto sentido de la
acción, entendida como comunicación humana y social.
Desde la perspectiva de un análisis estrictamente sociocomunicacional, he propuesto tres
funciones diferenciadas en los procesos discursivos y comunicacionales: una función
25
referencial, una inter-referencial, y por último una función autoreferencial (Vizer 1982).
La primera como dispositivo de construcción discursiva de "representaciones objetales"
(de qué se habla); la segunda como construcción de relaciones y vínculos entre actores
sociales que se "referencian" mutuamente (cuando se habla, se habla con alguien, con un
interlocutor que puede o no estar presente en la comunicación). Finalmente la tercera
como proceso de presentación del sí mismo en sociedad, y como marcas de identidad –e
identificación- de una organización y/o un movimiento en tanto sujeto y actor social
(quién es el que habla; ya que el reconocimiento social implica la representación de un
sujeto social). Las prácticas sociales se expresan entonces comunicacionalmente en tres
dimensiones (funciones): a) como referenciación y construcción simbólica del mundo de
los objetos (la dimensión del discurso que se refiere a la “realidad exterior”); b) como
función de interreferenciación entre los agentes sociales. O sea, las modalidades de
establecimiento de relaciones entre actores sociales (generalmente denominada
interacción social). Y por último, c) una dimensión de autorreferencial de los propios
agentes sociales, los modos, estilos y términos que emplean las organizaciones -o bien que
empleamos nosotros mismos como individuos (conciente o inconcientemente)- para
“presentarnos” ante los demás y ante el mundo (como las mujeres y los hombres, los
políticos y los artistas que se “producen” para construir una imagen pública de sí
mismos)”.
Para entender la complejidad de las relaciones que entretejen a los movimientos sociales
con sus contextos políticos, sociales y culturales, hace falta no solo incluir en el análisis de
sus acciones a las palabras y los escritos, sino también la sutileza y la amplitud de los
procesos simbólicos en que desarrollan sus luchas y sus negociaciones internas y externas.
Podemos concebir a la comunicación en tanto proceso de construcción de sentido y de
valor. Partiendo de la hipótesis de que debemos considerar estratégico el estudio de las
relaciones de sentido que se “construyen” como formas de apropiación simbólica del
mundo (como un “cultivo” que promueve la generación de valores sociales). Los procesos
de información y de comunicación se conciben como dispositivos culturales (cualquier
clase de lenguajes, imágenes, símbolos y hasta normas de acción social) a los cuales los
agentes sociales recurren como recursos para “construir y cultivar” contextos y ambientes
con relaciones previsibles y estables. Los procesos de socialización y adaptación ecológica
de la experiencia en nuestras sociedades complejas y plagadas de incertidumbre, requieren
desarrollar las competencias para manejarnos en los diversos dominios instituídos –e
instituyentes- de la realidad (aunque sea una perogrullada, se debe aclarar que en el mundo
real no existe una diferencia entre instituido e instituyente, sin embargo es útil aprehender
el sentido simbólicamente diferenciado que adquieren estos procesos para los actores
sociales). Este “trabajo experiencial” (este “cultivo”) les permite reproducir
permanentemente los “mundos de la vida”. Dominios de realidad que los agentes sociales
vivencian como una auténtica ecología. Una ecología –o bien topología- material del
mundo físico en relación con el propio cuerpo (nuestra experiencia de la percepción del
mundo que nos rodea es holística); una ecología social (sentido de pertenencia e
identificación con colectivos sociales: pueblo, clase, patria, etnía, o aún “multitud”); una
ecología “afectiva” de familia, amigos, grupos, religión y “hermanos en la fé”, etc. Además
26
nuestros mundos de la vida también se configuran en una ecología simbólica de las formas
culturales (arquitectura, expresiones artísticas y culturales, lenguajes y códigos, etc.).
Los procesos de comunicación se presentan como la manifestación “simbólica y cargada de
sentido”, a través de la cual una comunidad construye culturalmente su ecología social. Un
“cultivo” ambiental, un entorno que los propios hombres generan (cultivan) a través de
diferentes formas de aprendizaje, de trabajo o de lucha, produciendo los recursos
necesarios para el colectivo social. Los agentes sociales se ponen en “enacción” por medio
de dispositivos culturales aprendidos y reconstruídos permanentemente. Proceso que
implica a la vez un trabajo de estructuración sobre el espacio y el tiempo: trabajo físico y
también social, cultural-simbólico e imaginario. Las sociedades y sus organizaciones
construyen dispositivos, los que se instituyen como estructuras de un sistema a fin de
ocupar, desarrollar y distribuir “racionalmente” los múltiples espacios y tiempos que les
aseguren el acceso a los recursos para su supervivencia: prácticas instrumentales; normas,
valores y rutinas formales e informales; estilos de vinculación y asociación social;
organización espacial y temporal de sus “ambientes”; dimensiones culturales, simbólicas e
imaginarias.
En conclusión, en nuestras investigaciones sobre comunidades (barriales, urbanas o bien
rurales) y sobre organizaciones y movimientos sociales en Brasil y Argentina, nos hallamos
replicando un marco conceptual de análisis que promueve la construcción y refinamiento de
teoría y práctica sobre diferentes dimensiones asociadas a los procesos de formación y de
transformación de colectivos sociales: en las relaciones formales e informales; en los
vínculos primarios (“las redes de contención” de los individuos); las actividades
instrumentales (técnica, trabajo); la apropiación y distribución tanto pública como privada
de los espacios y los tiempos; y finalmente, la movilización para la apropiación de los
recursos simbólicos y culturales que acompañan a los procesos de resistencia social. Por
último, intentamos entender el rol estratégico que las nuevas tecnologías de información y
comunicación desempeñan en este brave new world que nos toca vivir.
Dispositivo de análisis: Investigación-acción, diagnóstico e intervención social.-
27
EL DISPOSITIVO DE ANÁLISIS-DIAGNÓSTICO EN ACCIÓN: Análisis de situación
utilizando el dispositivo de investigación-acción, diagnóstico e intervención social.El siguiente es un ejemplo reformado de aplicación del dispositivo para el análisisdiagnóstico de una Asamblea de vecinos en el barrio de San Telmo (ciudad de Buenos
Aires), realizado por alumnos de la Cátedra de Promoción Comunitaria de la Carrera de
Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en el segundo
cuatrimestre del año 2002. De Vizer, Eduardo A., “La trama (in)visible de la vida social:
comunicación, sentido y realidad”, cap. IV, 269/274. 2ª. Edic. Bs. As.: La Crujía,
2003/2006.
“ASAMBLEA 20 DE DICIEMBRE”
Organigrama de dimensiones
CATEG
ORÍAS
SÍNTESIS
CONCEPTUAL
DESCRIPCIÓN DIAGNÓSTICA
28
POSIBILIDADES
DE
INTERVENCIÓN
1Acciones
Instrumen
tales
Producción –
trabajo – función
económica.
Dispositivos
instrumentales.
2Organiza
ción
política y
“admi
Nistrativ
a”.
El poder está bastante claramente
delimitado.
Hay
un
líder
“instituído”
acompañado por un número
Lo formal, normas limitado de integrantes que son
y reglas.
los que realmente intervienen en
las decisiones de la asamblea y, al
Dispositivos de
mismo tiempo son los promotores
toma de
de las actividades que allí se
La Asamblea 20 de diciembre es
un movimiento que se sustenta a
través de varias vertientes que
concluyen básicamente en dos, el
desarrollo autogestionado de sus
comisiones
(trueque,
feria,
cooperativa
de
trabajo
y
cooperativa de vivienda) y por
otro lado la asistencia económica
que brinda la Secretaría de
promoción Social del Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires
(bolsones de comida, materia
prima para comedor y merendero)
Lo
29
Encontrar
los
mecanismos
y
herramientas que
posibiliten
una
circulación
de
la
información
pareja, en lo que
respecta a la
comunicación interna.
Esto es, que todos los
concurrentes
a
la
Asamblea
puedan
difundir las
características de las
actividades que
desarrollan y en las
cuales están
involucrados(hora
de
reunión, responsables,
objetivos, novedades) y
que
aquellos
que
quieran
enterarse
de
esa
información
sepan
donde y
cómo encontrarla. Con
relación a la
asistencia
económica
recibida departe del
GCBA,
si bien no esto es algo
que no nos compete
cambiar,
sí sugerir formas de
generar
un debate democrático
acerca de la
administración de esos
fondos.
Fomentar espacios y
tiempos de discusión y
debate que no sean
específicamente los días
de reunión de la
asamblea
general
(sábados) ya
que al colmar la
decisiones, modos
de representación
y delegacióndetentación del
poder.
realizan y de la misión que debe
tener en tanto asamblea. Todo
esto sostenido por un discurso
ideológico muy claro y una
trayectoria militante de la cual la
mayoría carece. Si bien se realiza
una asamblea general semanal en
la que todos los asistentes pueden
tener acceso a la palabra, las
decisiones que finalmente se
toman o los discursos que son
tenidos en cuenta son los
brindados por aquellos que
participan de la manera que aquel
líder interpreta como forma
válida. Por ejemplo: para tener
acceso a la bolsa de comida que
otorga el GCBA se debe tener el
100% de la asistencia a la reunión
de los sábados.
30
capacidad del lugar no
es posible
que todos se escuchen
entre sí. Por ejemplo,
se
podrían armar talleres
con temáticas referidas a
problemas cotidianos en
los que se intercambien
experiencias, temores,
deseos. Esto, además
de ayudar en esas
inquietudes ayudaría a
gestar una conciencia
colectiva y de interés
hacia la organización
como un todo, como una
comunidad en la que,
lentamente, el poder se
conciba como “poder
hacer” entre todos,
“poder elegir entre
todos”, “poder decidir
entre
todos”.
Esta sugerencia viene
de la mano de fomentar
la participación desde
una hacer y no desde
una
presencia física para
“acceder a” un bolsón
de
comida.
3Dimensió
n
valorativa
y
normativa
alternativ
as
Organización de la
Institución.
Valores, normas.
Misión y visión
“alternativos” a la
organización
tradicional
La asamblea está organizada
principalmente por comisiones de
actividades y proyectos en la que
cada una tiene un representante
que formará parte de la dirección
de la asamblea. Todos los
integrantes deben comprometerse
a trabajar en la asamblea con una
asistencia mínima de una vez por
semana. La dirección está
trabajando en un proyecto de
realización de un carnet para
cada uno de los integrantes que
efectivamente se comprometen en
cualquiera de las actividades y
además participen de los actos
que organice o adhiera la
Institución.
Asociado a la dimensión
anterior.
Ayudar
a
crear
conciencia
de
que
pertenecer a
un lugar no es asistir a
ese lugar y que llevar un
carnet colgado como
distintivo, corre el riesgo
de acentuar el sentido de
desigualdad entre los
mismos actores de la
comunidad, sobre todo si
la elección de quienes
pueden llevarlo son
aquellos que detentan el
poder.
4Dimensió
n espacial
y
temporal
Construcción y
“cultivo” real,
simbólica e
imaginaria del
espacio y de los
tiempos.
Con respecto al espacio físico de
reunión, la asamblea se desarrolla
en un bar que no funciona
comercialmente, en el cual vive el
líder de la asamblea. En el lugar
no hay restricciones para el
ingreso. Por otro lado, hay una
posición con respecto al espacio
territorial del barrio, ya que es
una zona muy ambigua, con
clases sociales muy diferenciadas
que pujan por apoderarse del
espacio. Por un lado está la clase
media representada por los
comerciantes tradicionales de la
Plaza Dorrego y sus alrededores
que luchan por conservar el
barrio y su casco histórico en
función del turismo y de una
imagen que en la realidad no
representa a todos los habitantes
del barrio; ya que son muchos los
vecinos que viven en hoteles
familiares, municipales, casas
tomadas, viviendas con orden de
desalojo inminente.
Este último entramado de
Ya que el lugar donde se
desarrolla la asamblea,
funciona
como
merendero y comedor
infantil,
sugerir el cuidado entre
todas las familias de
ese espacio en lo que
respecta a higienización
y
sobre todo, a respetar
ese espacio de los
chicos para que no se
invada con las reuniones
de comisiones, etc.
31
5Dimensió Instituciones y
redes afectivas de
n
vincular contención-social.
El “cultivo”social
familia,
centros de
atención para
enfermos,
menores,
desocupados, etc.
6Imaginar
ios
sociales
Cultura- mitos –
ceremonias
rituales-identidad percepciones del
mundo real.
El “cultivo” de las
esferas simbólicas
e imaginarias.
personas son en su mayoría los
concurrentes a la Asamblea 20 de
diciembre.
La asamblea funciona como una Asociado a lo expresado
fuente de contención de los más sobre “participación”
necesitados del barrio, ya que se
hace cargo de las demandas de las
familias carenciadas ya sea, a lo
que a lo alimenticio respecta,
como de vivienda, o empleo. Con
respecto a la salud está en
contacto con la salita del barrio
con la que colabora repartiendo la
leche que entrega promoción
social. Asimismo se compromete
a conseguir medicación para
quienes no tengan recursos.
Todas
las
demandas
son
satisfechas siempre y cuando los
vecinos tengan la participación
anteriormente mencionada en la
asamblea.
En el acto que realizó la asamblea Aunque pueda parecer
el 18 de octubre con motivo de la ingenuo, reflexionar
seguridad en el barrio, un orador junto a los actuales
hace mención al adjetivo “negro” referentes
de
la
en términos de “nos discriminan organización
porque somos los negros del que por lo general
barrio”. Es decir, hay un actúan como oradores en
imaginario muy fuerte sobre lo los
que la clase media y alta piensan actos realizados por la
sobre las personas de bajos asamblea sobre el rol del
recursos, aunque, expresada comunicador
departe de aquellos que entienden comunitario, en tanto
sobre la connotación negativa de productor
ciertos adjetivos, creo que, la de sentido y formador
insistencia a utilizarlos termina del universo simbólico.
por legitimar ese discurso,
además
de
recargar
el
resentimiento.
E. Barbosa; M. Gatto; C. Gil; C. Guardia; M Rossi. Cátedra Vizer
Conclusiones inconclusas.-
32
El análisis de situación utilizando el dispositivo permite pensar en algunas problemáticas y
posibilidades de intervención estratégica que no se habrían planteado en un comienzo.
La realización de análisis-diagnóstico de situación sobre organizaciones de barrio (como las
movilizaciones y la participación de vecinos en las Asambleas Barriales de la ciudad de
Buenos Aires en plena crisis del 2001/2003) y sobre comunidades urbanas o rurales
utilizando el dispositivo, permitió abordar y esclarecer tanto las problemáticas “objetivas”,
como las representaciones y el mundo de experiencias subjetivas –o intersubjetivas- que
constituyen la trama del “mundo de la vida” de diferentes tipos de organizaciones y
colectivos sociales. Como analistas y mediadores sociales, este abordaje nos permitió
pensar en algunas problemáticas que son compartidas por una gran cantidad de
comunidades, como otras problemáticas que solo son específicas a cada colectivo social
particular. Y también nos permite conocer sus fortalezas y debilidades, los puntos de
quiebre, los juegos de intereses y de fuerzas que se hallan operando tanto en el interior
como desde el exterior del colectivo. Nos permite diseñar estrategias y programas de acción
sobre diferentes ámbitos, y dispositivos de intervención que no hubieran podido plantearse
en el comienzo de cada trabajo sin una metodología apropiada.
...O...
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