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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
C. U. C. S. H.
División de Estudios Históricos y Humanos
Licenciatura en Historia
LA ASTRONOMÍA AZTECA
Alumna: Imelda Gutiérrez Márquez
Grado: séptimo semestre
Guadalajara Jalisco, febrero de 2005
Correo electrónico: [email protected].
RESUMEN
La astronomía, una de las ciencias que mejor desarrollaron no solamente los
aztecas sino todas las culturas que surgieron en Mesoamérica, llegó a tener gran
importancia debido a que toda la región tenía como elemento principal en la
economía la agricultura, de ahí la necesidad de observar los cambios que hay en
la naturaleza, ligados con los movimientos de los astros y estrellas. Su
conocimiento astronómico es representado en dos calendarios, uno civil y otro
religioso, así como en la arquitectura.
Elegí este tema porque siempre me han interesado cuestiones
prehispánicas, lamentablemente muchas de las fuentes que encontré estaban
escritas en otros idiomas.
El objetivo de este trabajo es ver la relación que hay entre la astrología y los
diversos campos de la cultura azteca, tanto social, económica, religiosa y
arquitectónicamente.
INTRODUCCIÓN
La astronomía, una de las ciencias que mejor desarrollaron no solamente los
aztecas sino todas las culturas que surgieron en Mesoamérica, llegó a tener gran
importancia debido a que toda la región tenía como elemento principal en la
economía la agricultura, de ahí la necesidad de observar los cambios que hay en
la naturaleza, ligados con los movimientos de los astros y estrellas. Su
conocimiento astronómico es representado en dos calendarios, uno civil y otro
religioso, así como en la arquitectura.
Elegí
este
tema
porque
siempre
me
han
interesado
cuestiones
prehispánicas, lamentablemente muchas de las fuentes que encontré estaban
escritas en otros idiomas.
El objetivo de este trabajo es ver la relación que hay entre la astrología y los
diversos campos de la cultura azteca, tanto social, económica, religiosa y
arquitectónicamente.
El ensayo lo realicé utilizando bibliografía especializada tanto en el tema de
la astrología mexica como en libros dedicados a la civilización azteca. He hecho
una comparación de autores entre los que destacan Jacques Soustelle, George C.
Vaillant, Johanna Broda, entre otros.
He dividido el ensayo en tres capítulos, el primer capítulo esta divido en tres
temas. En el primero, Los aztecas, explico de manera general la civilización
azteca o mexica. Tomo como punto de partida su periodo de mayor florecimiento,
el lugar donde se establecieron y hasta donde llegaron sus límites, finalmente
hago mención de algunos de los métodos que utilizaron para desarrollarse como
1
civilización en el lago de Texcoco. El segundo apartado se refiere a la
Cosmovisión de los aztecas. La importancia que tiene la astronomía en la
cosmovisión, ya que de la observación de algunos astros y estrellas realizan una
serie de historias que relacionan a los astros con sus dioses más importantes, así
como sus teorías de la conformación y los elementos del mundo. El último
apartado (el más interesante para mí) se refiere a la Relación de la astronomía
en la vida social basada en el calendario, en ella describo la importancia del
calendario en la vida social. Era una especie de código civil en la cual los
pertenecientes a dicha civilización deberían acatar las normas mencionadas por
los que interpretaban o por los portavoces del calendario, los sacerdotesgobernantes. La importancia de observar el día del nacimiento de los mazehuales
(es decir, cualquier persona) es designar su ocupación.
El segundo capítulo está dividido en El calendario y Astros predilectos.
Los aztecas utilizaban dos calendarios, el solar y el sagrado; el solar era de 365
días y el sagrado de 260. La inseparabilidad de los calendarios se debe a que
tienen que ir ligados para completar un ciclo de 52 años, es decir, para celebrar la
fiesta del “Fuego Nuevo”, dedicada a Huehuetéotl. Los astros que fueron de mayor
importancia fueron el Sol, la Luna y Venus (por cierto, el mito de cómo se formaron
la Luna y el Sol1 es muy interesante); se dedicaron a observar también eclipses
(que eran considerados malignos), constelaciones y cometas.
Vid¸ Jacques Soustelle, El Universo de los Aztecas, trad. de Juan José Utrilla, México: FCE, 1979, p. 106113.
1
2
En el capítulo tercero hago mención de las Propiedades Astronómicas de
la Arquitectura, la importancia que se le dio a la ubicación de los astros para así
reflejarlo en las construcciones, principalmente es la ubicación del Sol.
CAPÍTULO I
LOS AZTECAS
En este apartado me ocuparé de describir a grandes rasgos las características
generales de una civilización de gran importancia para América desde los siglos
XIV al XVI, por haber tenido un extenso imperio organizado hasta la llegada de los
españoles. Los aztecas o mexicas de quien he estado haciendo referencia
tuvieron su máximo florecimiento entre los siglos XIV y XVI. Fundaron Tenochtitlán
en 1325. Desarrollaron su civilización sobre el lago de Texcoco utilizando
chinampas, que eran jardines muy fértiles construidos con un armazón de troncos
que sostenían arena, grava y tierra de siembra, atados con cuerdas de ixtle, para
lograr islas artificiales donde se cultivaban verduras y flores, y se criaban aves
domésticas. Nos damos cuenta de que hubo muy buenos ingenieros debido a las
construcciones de calzadas y puentes para conectar la ciudad con tierra firme; se
levantaron acueductos y se excavaron canales por toda la ciudad para el
transporte de mercancías y personas.
3
COSMOVISIÓN
La astronomía azteca está ligada a su cosmología. Creían que habían existido
cuatro mundos antes del universo actual.2 Esos mundos o soles habían sido
destruidos por catástrofes. La humanidad había sido completamente destruida al
acabar cada uno de esos soles. El mundo actual en el que vivían correspondía al
Quinto Sol. Cada uno de estos soles o ciclos fueron destruidos por diferentes
animales. En el Primer Sol la humanidad fue destruida por jaguares; al terminar el
Segundo Sol un huracán transformó a todos las personas en monos provocada
por Quetzalcóatl (la Serpiente Emplumada) que era una de las deidades más
importantes no sólo de los aztecas, sino también de otras regiones de
Mesoamérica; al Tercer Sol puso fin una lluvia de fuego; por último, el Cuarto Sol
terminó con una inundación que duró 52 años y sólo sobrevivieron un hombre y
una mujer, refugiados en un ciprés. Pero fueron transformados por Tezcatlipoca,
cuyas órdenes habían desobedecido.
Aquí podemos observar la semejanza que hay entre las culturas del viejo
mundo y América. Por un lado el diluvio que hubo en la tierra y que el único que
sobrevivió fue Noé con su familia. Con los aztecas varía sólo el número de
sobrevivientes pero es semejante a esta idea. Es interesante ver que civilizaciones
independientes una de otra, que no se conozcan entre sí, desarrolladas cada una
en su medio y que estas no tengan un contacto, tengan en común características
religiosas.
2
Ibidem, p. 51.
4
Jaques Soustelle3 hace una breve y sencilla explicación acerca de la
cosmología azteca. Menciona que el universo tiene la forma general de una cruz
con cada uno de los cuatro puntos cardinales, se relacionan cinco de los 20 signos
de los días, entre ellos un portador de año, por ejemplo, Este, ácatl, caña; Oeste,
calli, casa; Norte, técpatl, cuchillo de pedernal; Sur, tochtli, conejo. Un color se le
asigna también a cada uno de los puntos cardinales, Este, rojo o verde; Oeste,
blanco; Norte, negro; Sur, azul. Ciertos dioses se les asignan a cada uno de los
puntos. El quinto punto cardinal es el centro donde estaba la joya de jade, donde
moraba el dios del fuego, Huehuetéotl, por que el hogar se encuentra dentro de la
casa.
Así como los griegos tenían su concepción de cómo estaba formado el mundo
y sus componentes, los aztecas tenían su propia cosmología. Creían que encima
de la tierra que está rodeada de agua celeste (ilhuicátl) del océano se encuentran
13 cielos, el más elevado de ellos, donde el aire es delicado y frío se encuentra la
morada de la Pareja Suprema. Debajo de la tierra divina (teotlalli) están los nueve
infiernos de Mictlan, con otros ríos que las almas de los muertos deben atravesar.
Tienen una idea de que el número trece era considerado como una cifra favorable,
y el nueve como muy nefasta.
Es ahora cuando llegamos a lo que a mí realmente me interesa. Los cuerpos
celestes y las constelaciones, fueron también divinizadas, por ejemplo, la Osa
Mayor (Tezcatlipoca), Venus (Quetzalcóatl), las estrellas del Norte (Centzon
Mimixco, las “Cuatrocientas Serpientes de Nubes”) y las estrellas del Sur (Centzon
Huitznahua), los Cuatrocientos Meridionales. Se suponía que el disco solar,
3
Ibidem, p. 53.
5
Tonatihu, era llevado en litera del Este al cenit rodeado por las almas de los
guerreros muertos, y del Cenit al Oeste en medio de un cortejo de mujeres
divinizadas, las Cihuateteo. Cuando la noche se extendía sobre la tierra, el día se
levantaba en Mictlan, la morada de los muertos.4
RELACIÓN DE LA ASTRONOMÍA EN LA VIDA SOCIAL BASADA EN EL
CALENDARIO
Los ciclos, como los mencionaré en el capítulo II en el apartado del calendario,
tenían que ver con la influencia de los planetas, de la luna, de las estrellas sobre el
hombre. Por ejemplo, cuando una persona nacía en el 5 Caña, sería mercader; si
nacían en el 7 Águila, sufriría de trastornos cardiacos.5 Todos los días habían sido
estudiados por los sacerdotes y astrónomos con el objetivo de determinar si eran
afortunados o desdichados. Es por eso que observan las estrellas y ponían tanta
atención a que un recién nacido le impusieran el nombre en un día afortunado.
Los objetivos de realizar observaciones hechas por los sacerdotes estaban
íntimamente vinculadas con la economía, ya que cumplían con éxito los ciclos
agrícolas. Al mismo tiempo, el calendario regulaba la vida social y su dominio fue
importante en la legitimación del poder de los sacerdotes-gobernantes.
De su vinculación con las actividades económicas se derivaba el importante
papel que tenía el calendario en la vida diaria, mientras que su sacralización era la
base de su enorme poder religioso. La íntima relación que existía entre economía,
religión y observación de la naturaleza hizo posible que los sacerdotes-
4
5
Idem.
Victor W. Von Hagen, “El libro del destino”, Los aztecas, México: Joaquín Mortiz, S. F. p 100.
6
gobernantes actuaran aparentemente sobre los fenómenos que regulaban el
calendario.
Así, calendario y astronomía proporcionaban elementos esenciales de la
cosmovisión e ideología de esta sociedad. Se basaban en la observación de ciclos
naturales y fenómenos recurrentes, daba a quien los manejaba la apariencia de
controlar estos fenómenos y de poder provocarlos deliberadamente.6
En las fechas significativas, el calendario imponía la celebración de ciertas
ceremonias. Éstas sólo podían realizarlas los sacerdotes-gobernantes, ya que
ellos tenían el monopolio del culto estatal. Aunque íntimamente relacionado con la
agricultura, este culto tenía lugar en las grandes pirámides que formaban el centro
del asentamiento urbano y eran al mismo tiempo símbolo territorial de poder
político. De esta manera la clase dominante aparecía como indispensable para
dirigir el culto, del cual dependía la recurrencia de los fenómenos astronómicos y
climatológicos, que a su vez eran una condición necesaria y real para que
crecieran las plantas y se cumplieran exitosamente los ciclos agrícolas.
El culto como acción social producía una transferencia de asociaciones que
invertía las relaciones de causa y efecto, haciendo parecer los fenómenos
naturales como consecuencia de la ejecución correcta del ritual. Aunque los
conocimientos astronómicos daban a los sacerdotes-gobernantes una firme base
para predecir los fenómenos naturales, estos últimos conservaban siempre un
aspecto inconocible y misterioso.
Johanna Broda, “Arqueoastronomía y desarrollo de las ciencias en el México prehispánico”, en Historia de
la Astronomía en México, Marco Arturo Moreno (comp.), México: FCE, 1986, p. 96.
6
7
Los ciclos nunca fueron simétricos, el ciclo más regular era el solar, que
variaba sólo un día cada cuatro años. Los ciclos de la Luna y de los planetas eran
menos regulares y más difíciles de predecir y de hecho sólo algunos planetas
fueron conocidos en el mundo azteca.7
Si bien es cierto que la legitimación del poder de los sacerdotesgobernantes se vinculaban con el dominio del calendario, al mismo tiempo ellos
fueron víctimas del sistema cosmogónico que habían creado, pues estaban
obsesionados por predecir los fenómenos recurrentes, por enajenarlos dentro de
la armonía perfecta de los ciclos calendáricos y por plasmar estas relaciones en la
arquitectura de sus centros sagrados.
CAPÍTULO II
EL CALENDARIO
¿Por qué observaban los aztecas las estrellas con tanta atención? Los aztecas
tuvieron la necesidad de observar las estrellas con detenimiento porque eras
agricultores. Se dieron cuenta que la luna tenía efectos sobre la marea del mar; si
vivía lejos del mar comprobó los efectos de la luna nueva. Por la noche,
observando las estrellas, se dio cuenta de que la posición donde se encuentran
las estrellas en una estación; no se encuentran en el mismo lugar a la siguiente.
Se dio cuenta de que la naturaleza obedece a un ritmo. Supo que estos cambios
lo afectaban a él. Todo lo transportaron al Calendario. Intentaron descubrir cuál
7
Ibidem, p. 97.
8
era ese ritmo. Creían que si podían controlarlo serían capaces de controlar la
lluvia, así como otros efectos de la naturaleza. De lo contrario, la naturaleza y los
dioses los controlarían a ellos.
Estos son los puntos que se toman para la formación del calendario. Dicho
sistema de calendario se utilizó en toda Mesoamérica desde el preclásico. Tenía
365 días con base en la observación de las estrellas o de los ciclos anuales del
desplazamiento del Sol. El año de 365 días tenía 18 meses de 20 días cada uno,
más un periodo de cinco días considerados nefastos, los nemontemi. Cada mes
tenía una pictografía del signo del día. Este era el calendario solar.8
Agregado a él estaba el calendario sagrado, se llamaba tonalpohualli y cubría
un periodo de 260 días. Empleaba los signos del día, la pictografía de la casa, la
del conejo, la de la serpiente, la del águila. Pero el mes sagrado tenía solamente
13 días.9
Los que colaboraron en la elaboración del calendario fueron grandes artistas,
excelentes escultores junto con pintores que hicieron un minucioso trabajo.
Además trataban de simplificar el contenido. Los dos calendarios iban de la mano:
se unieron los dos calendarios, el de los 365 días que formaban el año solar, los
dieciocho meses de veinte días, junto con el otro que tenía los signos diarios de
los 260 días del año que tenía veinte meses de sólo trece días. Se unieron los dos
calendarios como una rueda dentada. Cuando daba vueltas giraba la otra de modo
que se podía observar la relación entre el calendario sagrado de 260 días con el
Ivan Sprajc, “La astronomía”, Historia Antigua de México, Linda Manzanilla, Leonardo López Luján
(coords.), México: INA, UNAM, Miuel Ángel Porrúa, 1995-2000, p. 279.
9
Cfr, George Vaillant, “El ritual”, La civilización azteca, trad. Samuel Vasconcelos y Margarita Montero,
México: FCE, 1999, p. 166. Lucrecia Maupé, “Reseña de las evidencias de la actividad astronómica en la vida
en la América Antigua”, Historia de la Astronomía en México, Marco Arturo Moreno (comp.), México: FCE,
1986, p. 36
8
9
solar de 365. Al unirse indicaban dos fechas, por ejemplo, 7 Conejo, 2 Cocodrilo,
que eran imposibles de confundir. Esas dos fechas no volverían a repetirse hasta
haber transcurrido cincuenta y dos años. Este era el gran ciclo.
ASTROS PREDILECTOS
EL SOL
El Sol es el astro más luminoso del firmamento, por lo que no es de extrañar que
sea el más importante y que tuvieran considerado como uno de sus deidades. Es
fundamental señalar que la forma circular tenía gran importancia, ya que se
consideraba como un elemento sagrado, precisamente por la relación que hay en
la forma del círculo con el Sol.
Los
aztecas
observaron
el
movimiento
aparente
del
Sol
y
su
desplazamiento anual a lo largo de los horizontes oriente y poniente, entre los
puntos extremos, donde salía y se ponía el Astro Rey en los solsticios de invierno
y de verano.
Otro fenómeno solar que llamó la atención a esta cultura es el que se da en
latitudes tropicales ocurren dos veces al año los llamados tránsitos del Sol por el
cenit: a mediodía local, el Sol pasa exactamente por el punto ubicado a 90º de
altura sobre el plano horizontal10.
LA LUNA
La Luna es el segundo cuerpo más luminosos del cielo. Ivan Sprajc hace
referencia diciendo “Los meses empleados en varios calendarios del mundo
10
Ivan Sprajc, op. cit., p. 281.
10
normalmente derivan de los ciclos sinódicos de la Luna (periodos entre sus dos
mismas fases consecutivas)”.11 Aunque el calendario no parece tener ninguna
relación con el movimiento de la Luna, es probable que los meses de 20 días
fueran instituidos en sustitución de los meses lunares usados anteriormente.
Soustelle, por su parte, hace referencias acerca de las relaciones que tenía
a la Luna con aspectos terrenales. Decía que los aztecas veían en las fases de la
Luna su desaparición y su reaparición como un prototipo de que todo muere y
renace periódicamente. Por ejemplo, la vegetación que se adormece y cobra una
vida nueva según las estaciones; el hombre ebrio duerme pesadamente y se
despierta después de haberlo olvidado todo; la sangre menstrual de las mujeres.
La Luna representa el lado femenino de la naturaleza, la fecundidad, la
vegetación y, también, la embriaguez. Su símbolo es el caracol marino, tecciztli,
que es al mismo tiempo el símbolo del órgano genital femenino.
Cuando se producía un eclipse, creían que la Luna moría; si una mujer
embarazada salía de su casa durante un eclipse de Luna, debía llevar a la cintura
una hoja de obsidiana, sin la cual su hijo nacería con labio leporino, su rostro se
parecería al del conejo lunar.
LOS ECLIPSES
Aunque no se menciona que en el calendario se haya introducido algún elemento
que se relacione con los eclipses, hay varios códices que nos muestran la
importancia que se les dio, así como sus tempranas predicciones. Los eclipses
11
Ibidem, p. 284.
11
fueron considerados como malignos. Cuando se presentaba un eclipse era mal
presagio. Seguramente porque son fenómenos relativamente raros y
Los eclipses, tanto solares como lunares, ocurren cuando el Sol y la Luna
se encuentran de manera simultánea cerca de uno o de ambos nodos de la órbita
de la Luna (i.e. puntos en los que la órbita lunar cruza el plano de la eclíptica).
Para pasar de un nodo a otro, el Sol necesita 173.31 días intervalo llamado medio
año de eclipses.12
VENUS
Los planetas más observados por los aztecas fueron Venus, Marte y Júpiter, que
les llamaron la atención por su brillantez. El que cumple mejor con esta
característica es Venus, su brillo sólo es superado por el Sol y la Luna.
El planeta ocupaba un lugar importante en las creencias de la lluvia y del
maíz, así como en el simbolismo y el ritual de guerra y sacrificio.13
La observación de los movimientos de Venus cobró gran importancia en la
astronomía y cronología de los aztecas. Sesenta y cinco años venusinos equivalen
a 104 años solares, el gran periodo llamado huehuetiliztli, “vejez”;14 al cabo de ese
tiempo, los ciclos solar y venusino volvían a comenzar desde la misma fecha del
calendario adivinatorio.
COMETAS Y ESTRELLAS
12
Ivan Sprajc, op. cit., p. 287
Ibidem, p. 290.
14
Jacques, Soustelle, op. cit., p. 116.
13
12
Según Soustelle,15 los aztecas conocían y distinguían numerosas
constelaciones, como por ejemplo las Pléyades, la Osa Mayor, etcétera.
Observaban especialmente el movimiento de las Pléyades cada fin de siglo, es
decir, cada 52 años; si ese movimiento a media noche continuaba, el mundo podía
estar seguro de no perecer aún durante otro periodo de 52 años.16 En cuanto a la
Osa Mayor, representada por Tezcatlipoca, a quien siempre se le muestra con una
pierna a la que le falta el pie. Se decía que ese pie había sido devorado por el
monstruo terrestre: es la última estrella de la cola de la Osa Mayor, que en latitud
de México desaparece bajo el horizonte devorada por la Tierra durante una parte
del año.
Los cometas se consideran como los más grandiosos de los espectáculos
celestes. Mientras que la mayoría de los eventos celestes inspiran la idea del
perfecto orden y estabilidad, hay otros que ocurren con menor regularidad o
completamente imprevisible, considerados como presagios funestos.
CAPÍTULO III
PROPIEDADES ASTRONÓMICAS DE LA ARQUITECTURA
Los templos que hubo en toda Mesoamérica estaban fuertemente ligados a las
orientaciones astronómicas. Se ha llegado a considerar que la orientación de
edificios, tanto civiles como religiosos, se vincula con diferentes fenómenos
celestes.
15
Ibidem, p. 117.
Cfr., Anthony F. Aveni, “Constelaciones aztecas”, Observadores del cielo en el México Antiguo, México:
FCE, 1991, p.
16
13
La coordinación que existía entre el tiempo y el espacio en la cosmovisión
azteca encontró su expresión en la arquitectura mediante la orientación de
pirámides. Estas orientaciones pueden ser relacionadas, en la mayoría de los
casos, con las fechas de las salidas o puestas del Sol en días específicos del ciclo
solar, mientras que algunas de ellas se conectan también con fenómenos
estelares.
Las estructuras cívico-ceremoniales fueron, en general, orientadas con base en
consideraciones astronómicas. Las orientaciones, por lo regular, se refieren a
fenómenos astronómicos observados en el horizonte, es decir, en los puntos de
salida y de puesta de los grupos celestes.
Considerando que los edificios normalmente tienen plantas casi rectangulares,
sus orientaciones pueden describirse desde las líneas norte-sur o este-oeste que
corresponden a uno u otro par de los lados paralelos del rectángulo. Por lo tanto,
la orientación de un edificio de planta rectangular tiene cuatro direcciones con el
potencial significado astronómico.17
La mayoría de las orientaciones están desviadas predominantemente al sur del
oriente o al norte del poniente; asumiendo que mayormente son solares, estas
orientaciones pueden relacionarse con las salidas del Sol en otoño e invierno y las
puestas del Sol en primavera y verano; ambas clases de fenómenos pudieron ser
importantes.
Las fechas más importantes del ciclo solar, cuya observación quedó plasmada
en la arquitectura, son los días de los solsticios, los equinoccios y los pasos del
17
Ivan Sprajc, op. cit., p. 296
14
Sol por el cenit.18 Johanna Broda señala que hay otros casos en los cuales la
combinación de fenómenos solares y estelares influía en la orientación de los
edificios. Menciona también que hay una particular importancia que tenían las
salidas heliacas de constelaciones o de estrellas cuando anunciaban el primer
paso del Sol por el cenit.19
Algunos o casi la mayoría de los edificios se construyeron para estar
coordinados con el paisaje que tenían a su alrededor, como con cerros y algunos
otros elementos naturales.
CONCLUSIÓN
A manera de conclusión me permito decir que la vinculación entre calendarios y
astronomía no es idéntica. El calendario es creación humana, constituye tanto un
logro científico como un sistema social. El calendario es vida social, y el esfuerzo
de su elaboración consiste en buscar denominadores comunes para ser aplicados
tanto a la observación de la naturaleza como a la sociedad.
Los diferentes autores que consulté son de mi agrado. Me di cuenta de que
la mayoría de los autores que hablan de astronomía mexica se basan el Jacques
Soustelle, esto me indica que es uno de los especialistas en el tema, además su
forma de escribir es muy sencilla, utiliza un vocabulario entendible.
En cuanto a George C. Vaillant, noté que tiene una forma peyorativa al
hablar de las culturas mesoamericanas, ya que hace mención de la importancia de
la religión y de cómo se realizaban los ritos en Tenochtitlán. Basado en escritos de
Johanna Broda, “Arqueoastronomía y desarrollo de las ciencias en el México prehispánico” , Historia de la
Astronomía en México, Marco Arturo Moreno (comp.), México: FCE, 1986, p. 94
19
Ibidem, p. 95
18
15
Sahún, menciona que dichas actividades son horripilantes al describir los
sacrificios en honor a Huehuetéotl; menciona también que gracias a los españoles
los indígenas dejaron de hacer tales atrocidades.
BIBLIOGRAFÍA
Álvarez, Manuel... [et..al], Historia de la Astronomía en México, México: F.C.E.,
S.E.P., CONACYT, 1998, 260 pp. (Colección: LA CIENCIA 4).
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Sprajc, Ivan, “La astronomía”, Historia Antigua de México, Linda Manzanilla,
Leonardo López Luján (coords.), México: INA, UNAM, Miuel Ángel Porrúa,
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Von Hagen, Victor W., “El libro del destino”, Los aztecas, México: Editorial
Joaquín Motriz, S. F. pp. 91-101.
16