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Avda. Arcadio Pardiñas nº 145 Entlo.
27880 Burela
Tfno: 982 58 58 07
Fax: 982 58 63 55
Dra. Celsa Pérez Carral
Especialista en Alergia
http://celsaperezcarral.docvadis.es
Alergia a Anisakis simplex
El anisakis simplex es un gusano (nematodo) que parasita a muchos pescados.
La parasitación del pescado que consumimos es muy frecuente, ya que afecta a
tasas superiores al 50%. El hombre puede ser huésped accidental de la larva del
anisakis, en cuyo caso padecerá la enfermedad (anisakiasis). Esto se ha asociado
directamente con la ingesta de pescado en estado crudo (salazón, ahumado, en
vinagre) o poco cocinado.
En España, el alto índice de consumo de pescado y la frecuencia con que se
consume en esas condiciones justifica que el problema del
anisakis se haya
convertido en un problema importante. En particular, se asocia a la toma de boquerón en vinagre, que
es la forma más frecuente de consumo de pescado crudo en nuestra sociedad.
Los cuadros clínicos asociados al anisakis se dividen en dos grupos:
Los que únicamente cursan con síntomas digestivos por la parasitación (anisakiasis)
Otros en los que se desarrollan manifestaciones cutáneas o síntomas generales de una reacción
alérgica
Parasitación por anisakis (anisakiasis)
La anisakiasis consiste en la parasitación del hombre por la larva del anisakis.
Existen varias formas clínicas de anisakiasis, siendo con mayor frecuencia gastrointestinales:
- La forma luminal es aquella en la que sólo existe adherencia del parásito a la mucosa
digestiva y cursa asintomática, detectándose las larvas en las heces o el vómito.
- La forma gástrica cursa de forma aguda con dolor epigástrico, náuseas y vómitos. Los
síntomas suelen aparecer entre 24-48 horas tras la ingestión del pescado. En nuestro medio es la
más frecuente y la que se asocia habitualmente a síntomas sugerentes de reacción alérgica
(10% de los casos).
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- La forma intestinal habitualmente tiene un curso crónico al desarrollarse abscesos con
restos de anisakis en la pared intestinal. Presenta dolor abdominal y alteraciones del ritmo
intestinal. En ocasiones puede ser causa de apendicitis aguda, diverticulitis, ileítis u obstrucción
intestinal
El uso de la radiografía y ecografía, puede ayudarnos en el diagnóstico de anisakiasis, pero el
diagnóstico de certeza, lo da la visualización de la larva por endoscopia (gastroscopia o más
raramente colonoscopia) que además permite en esos casos la extracción de la misma y la resolución
de los cuadros agudos. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes la anisakiasis es autolimitada,
resolviéndose el proceso al expulsar espontáneamente la larva. En algunos casos con complicaciones
intestinales (obstrucción, peritonitis,...) puede ser precisa una intervención quirúrgica o tratamiento
con corticoesteroides orales.
Alergia a anisakis: clínica y diagnóstico
Existe un grupo de personas que tras la ingestión de pescado refieren reacciones alérgicas agudas,
con manifestación cutánea en forma de urticaria/angioedema o generalizada tipo anafilaxia.
Habitualmente, la ingestión de pescado se produce en las horas previas a la reacción, aunque
excepcionalmente, se puede diferir días complicando el diagnóstico. Este grupo de pacientes, cuando
acuden a la consulta, con frecuencia ya ha tolerado después el mismo pescado, descartándose una
posible alergia al pescado. La sospecha debe dirigirse hacia una posible alergia a anisakis. En muchos
casos los síntomas cutáneos o de anafilaxia se asocian a síntomas digestivos sugerentes de
parasitación, fundamentalmente gástricos.
Existe controversia en relación con la necesidad o no de parasitación por la larva del anisakis
durante la reacción alérgica. Actualmente, la mayor parte de los investigadores consideran que sí
es precisa, aunque podrían existir excepciones. Esto ha dado pie a hablar de una entidad que se
denominaría anisakiasis gastroalérgica, que integra la parasitación y la alergia al anisakis en un mismo
proceso. Esto no debe hacer confundir a muchos pacientes, que cuando son diagnosticados de
sensibilización a anisakis piensan que siguen parasitados. Aunque cuando se produce la reacción es muy
probable que sea necesaria la parasitación, la larva normalmente se elimina espontáneamente en las
heces y lo que se mantiene es sólo la sensibilización alérgica a la misma.
El diagnóstico de sospecha de la reacción alérgica por anisakis es eminentemente
clínico.,Si existiera una sospecha de alergia a anisakis, es imprescindible consultar con el alergólogo
para que realice un estudio alergológico que confirme el diagnóstico de sensibilización. Para ello se
realizan:
Prueba cutánea en prick. En aquellos casos que por historia clínica no se haya descartado una
sensibilización al pescado, deben realizarse también pruebas cutáneas con una batería de extractos
de diferentes pescados que normalmente son negativas.
Determinación de IgE específica contra anisakis (anticuerpos causantes de la reacción alérgica)
Un porcentaje significativo de la población, sin antecedentes claros de reacción alérgica a anisakis,
presenta uno o ambas pruebas diagnósticas positivas. Sin embargo, la trascendencia de una positividad
en estos tests debe ser valorada en cada caso de forma individualizada por el alergólogo.
Alergia a anisakis: tratamiento y prevención
El tratamiento de las manifestaciones cutáneas y/o anafilácticas por alergia a anisakis se basa en la
actuación médica inmediata y la administración de antihistamínicos, corticosteroides y, en
ocasiones, adrenalina intramuscular, de igual modo que si se tratara de una reacción anafiláctica
(reacción alérgica) secundaria a cualquier otra causa.
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Aunque la actitud ante la parasitación por anisakis debe ser conservadora, en algunos casos la
extracción de la larva por endoscopia también puede ser importante en la resolución de la reacción
alérgica. Ante el paciente diagnosticado de alergia a anisakis surge la pregunta de si es absolutamente
necesaria una dieta estricta sin pescado, más aún cuando éste forma parte de la alimentación básica
en otras patologías como la enfermedad coronaria o los tratamientos para la obesidad.
Para algunos investigadores la parasitación repetida, a veces asintomática, desencadenaría
sensibilización al antígeno proteico, desencadenando una respuesta mediada por IgE y, con ello, el
cuadro cutáneo o anafiláctico. En consecuencia, algunos médicos recomiendan evitar el consumo de
todo pescado (sin incluir el exclusivo de río como la trucha), cefalópodo y crustáceo.
Sin embargo, tal como se mencionaba antes, en la actualidad se postula que es necesaria la
parasitación de la larva viva en la mucosa gastrointestinal para desencadenar una respuesta
alérgica.
En consecuencia, a los pacientes con alergia a anisakis debe recomendárseles
las siguientes pautas:
Evitar radicalmente la ingesta de pescado crudo (sobre todo, en nuestra sociedad, el boquerón en
vinagre) o poco cocinado, incluyendo salazones, ahumados, escabeche o cocinados de forma
inadecuada en el microondas o a la plancha.
Someter el pescado a congelación a 20ºC, durante 72 horas. Se recomienda el pescado congelado
en alta mar o ultra congelado, donde se eviscera precozmente y la posibilidad de parasitación de la
carne es menor.
Debe ser cocinado alcanzando temperaturas superiores a 60°. Por tanto, el preparar el pescado "a
la plancha" suele resultar insuficiente. Es preferible la toma de colas de pescados grandes,
procurando evitar áreas ventrales cercanas al aparato digestivo del pescado.
La posibilidad de normas más estrictas, incluyendo la prohibición absoluta de ingerir pescados y
cefalópodos, debe ser valorado por cada alergólogo dependiendo de la historia clínica y el grado de
sensibilización del paciente.
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