Download 4: LA ROMANIZACIÓN EN EXTREMADURA: LA HUELLA DE ROMA
Transcript
4: LA ROMANIZACIÓN EN EXTREMADURA: LA HUELLA DE ROMA. - La conquista romana de Extremadura y su organización administrativa. La conquista de Extremadura por Roma se produce sobre los pueblos prerromanos que la poblaban. Los romanos ocuparon el territorio tras su triunfo en las guerras contra los Lusitanos (154-134 a.C.). En ellas destacó el jefe lusitano Viriato, que mantuvo violentos enfrentamientos contra las legiones romanas hasta su muerte , cuando fue asesinado en el 139 a.C. Durante estas guerras, Roma fundó en Extremadura varios campamentos militares, entre los que destacan Metellium (Medellín), Castra Caecilia (Cáceres) y Vicua Cecilias (Baños de Montemayor). Cuando finalizaron estas guerras, los pueblos prerromanos de Extremadura (lusitanos, vetones…) pasaron a incorporarse a la Hispania Ulterior. Posteriormente, esta provincia se dividió en nuestra región en dos: Bética, al sur del Guadiana y Lusitania al norte, donde se funda el 25 a. C. Augusta Emerita (Mérida) como su capital, con veteranos de las legiones romanas que habían luchado en las campañas contra cántabros y astures. Otros núcleos urbanos importantes fueron Norva Caesarina (Cáceres), Augustóbriga (Talavera la Vieja), Capera (Cáparra), Caurium (Coria) y Turalium (Trujillo) en Lusitania y Nertobriga (Fregenal de la Sierra), Conributa Iulia (Medina de las Torres), Tulipa (Zalamea de la Serena) y Regina (Casas de Reina) en la Bética. - Las vías de comunicación. El control del territorio se hizo efectivo con el establecimiento de la red viaria, que puso en comunicación las poblaciones más importantes. Para ello construyeron calzadas, cuya finalidad era también económica. Pasaban por las zonas más ricas y sirvieron para abastecer a las capital del Imperio, Roma. En Extremadura, la principal vía de comunicación era la Vía de la Plata, que la recorría de Norte a Sur uniendo Artúrica Augusta (Astorga) con Hispalis (Sevilla). De ella se bifurcaban varias vías que ponían a nuestra zona en contacto con otros lugares importantes, como la que pasaba por el puente de Alcántara camino de Portugal, o la que cruzaba por Coria también hacia el Oeste, o la que recorría el Campo Arañuelo en dirección a Toledo y Zaragoza. Las calzadas no sólo servían para movilizar tropas o mercancías, sino que fueron claves para el proceso de romanización. A través de ellas llegaba la lengua, la cultura, la economía, las religiones o las costumbres romanas. - La economía romana en Extremadura. Tras la conquista se inició una etapa de convivencia pacífica. La población autóctona mantuvo su dedicación agrícola y ganadera. Pero fueron llegando colonos romanos, la mayoría veteranos de las legiones, a los que se les entregó grandes lotes de tierra, surgiendo así los primeros latifundios: amplias explotaciones de tierra organizadas desde la residencia señorial o villa de las que hubo muchas como Villa del Olivar del Centeno en Millanes o la Villa de la Cocosa en Badajoz. La ganadería continuó siendo la otra actividad principal con el pastoreo de ganado porcino, ovino y la cría de caballos. La minería fue también importante. Los romanos extraían el oro del Tajo (Tagus) y sus afluentes, el plomo y la plata de los territorios de Sierra Morena. El mármol rojizo se obtenía de Halconera (Badajoz). Toda esta actividad económica permitió la expansión del comercio, que abastecía a los grupos sociales más ricos de las ciudades y de la moneda. - La cultura romana en Extremadura. Los romanos emplearon las riquezas acumuladas en sufragar una serie de obras que servían tanto para mostrar a los pueblos conquistados su grandeza como potencia dominadora, como para satisfacer sus propias necesidades. Es lógico que esas obras no se repartan uniformemente por la región, sino que predominaban en las ciudades o lugares estratégicos (caso de Mérida, Vía de la Plata, etc.). Las obras arquitectónicas: son las que alcanzan una mayor brillantez en nuestra región, no sólo por su variedad, sino también por su grandiosidad y espíritu práctico. - Tmplos: eran edificios dedicados al culto. Los más representativos son los de Diana y Marte en Emerita Augusta y el de Augustóbriga (Talavera la Vieja, “los Mármoles”) - Puentes, embalses y acueductos: Entre los primeros destacan el de Alcántara (sobre el Tajo, en la vía que iba desde Cáceres a Coimbra), el de Mérida (para cruzar el Guadiana), el de Alconétar (en el Tajo, en la Vía de la Plata, recuperado en parte), el de Medellín (también sobre el Guadiana y en esa localidad), el de Cáparra o el del Conde (hoy bajo las aguas del embalse de Valdecañas, entre Berrocalejo y Peraleda de San Román). Los embalses de Proserpina o Cornalvo, cercanos a Mérida abastecían a la capital. Entre los segundos sobresalen el acueducto de los Milagros (Mérida), el de Coria o el de la citada Augustóbriga (que se aprecia cuando desciende el embalse). - Arcos: Tenían una finalidad conmemorativa (no práctica) y abundan en nuestra Comunidad: como el de Trajano de Mérida o el famoso de Cáparra (el único de España que tiene cuatro frentes o arcos). - Termas: Poseían utilidad práctica y servían tanto de lugar de higiene o de reunión. Famosas fueron las de Alange (Badajoz) y Baños de Montemayor (Cáceres), que aún se usan, pero existían en cualquier ciudad (como Augustóbriga) o villa. - Teatros, Anfiteatros y Circos: Edificados como lugares de diversión, destacan sobre todo los de Mérida, que estaban entre los mejores del mundo romano. - Obras escultóricas: en los museos de Mérida o Cáceres se encuentran bellos ejemplares de dioses o emperadores, total o parcialmente conservados. Pero no alcanzaron el esplendor de la arquitectura. - Pinturas: en Mérida han aparecido diversas muestras de pinturas murales realizadas al temple (como en la Casa de Mitreo o en el Anfiteatro). También podemos incluir aquí los hermosos y numerosos Mosaicos, construidos con teselas (pequeñas piedras de distintos colores) y que decoraban los suelos de los principales edificios o villas (en el Campo Arañuelo los hubo muy destacados, como los excavados en Millanes).