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El Grupo Escénico Universidad EAFIT
Presenta
Muertos sin sepultura, de Jean-Paul Sartre
Dirección: Mario Sánchez
“Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.”
Eduardo Galeano.
La obra escrita por Jean-Paul Sartre (1905-1980): Muertos Sin Sepultura (1946), es
nuestro pretexto como grupo de teatro universitario y aficionado, para asomarnos a los
escombros del mundo, a la monstruosidad de lo real tejida con hilos de banalidad,
artificialidad y falsa ostentosidad. Es el pretexto con el que hurgamos las ruinas de una
sociedad, bajo las que está la memoria que aún no se olvida, la que es imposible olvidar, la
que no queremos olvidar; la de todos aquellos que ordenan sus sueños al lado de los
olvidos, la de los que perdieron su sombra haciéndose sombra, la de los que no tienen
certeza si están, porque no hay certeza si ya se han ido.
Hurgamos en la memoria de las posibles últimas palabras que no se dijeron.
“Antígona (a Creonte). – […] De todos modos, ¿cómo podía alcanzar más gloriosa gloria
que enterrando a mi hermano? Todos estos, te dirían que mi acción les agrada, si el miedo
no les tuviera cerrada la boca; pero la tiranía tiene, entre otras muchas ventajas, la de
poder hacer y decir lo que le venga en gana.” (Antígona [442 a. C.] de Sófocles [Atenas
496 a. C. - Atenas, 406 a. C.])
Muertos Sin Sepultura, devela las ruinas, todavía vigentes, en las que se erige un
tribunal en el que se juzgan, se sentencian y se condenan a muerte cinco jóvenes con los
que el público podrá identificarse e identificar, pero no imitar, precisamente por el miedo
que les amordaza.
En esta obra Sartre describe un caso de la Resistencia Francesa que tuvo lugar en
1944. Cinco guerrilleros capturados están encerrados en un desván lleno de trastes y
basura de una escuela pueblerina. En una de las aulas, someten a tortura a cada uno por
separado para conseguir la información sobre el paradero del jefe de su destacamento. A
diferencia de sus compañeros asesinados poco antes, a ellos les dejaron algunas horas
para pensar sobre las próximas torturas e inminente ejecución, para reflexionar sobre sí
mismos a la luz de una muerte inevitable.
Somos absolutamente libres –y esta es la condena– como lo descubriera Orestes
en Las Moscas (Sartre, 1943) y nada puede salvarnos de esa responsabilidad. Estos
jóvenes se juzgan, sentencian y condenan a sí mismos por lo que hicieron con su vida
libremente: ser libres, y entonces entendemos que el ser humano es libre para perder la
libertad.
El Grupo Escénico Universidad EAFIT, pone sobre las tablas con esta propuesta,
insistentemente, que “El hombre nace libre, responsable y sin excusas” (Sartre). Que es
responsable no sólo de su vida, sino también de su muerte, pero sobre todo es
responsable de elegir el motivo al cual le concederá su preferencia, responsable ineludible
de sus actos.
Como grupo de teatro nos interrogamos sobre el mundo en el que des/vivimos,
sobre nuestro compromiso social y político, proponiendo en el aquí y el ahora del
acontecimiento teatral una lectura posible del mundo actual, de éste: el globalizado, el
massmediático, el de los cuerpos todavía insepultos ya sin rostro en un patio de escuela
que es cualquier patio de cualquier escuela del mundo, de este mundo: el de los Muertos
Sin Sepultura, con la esperanza de capturar la atención de aquel público/espectador que
se cuestiona como nosotros por este mundo, porque su corazón, no obstante, sigue
desobediente a ser devorado por la vileza natural del ser humano, a convertirse en Los
Nadies de Eduardo Galeano, “los hijos de los nadies, los dueños de nada”, ni siquiera de su
propia muerte.