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Economía y “paisanos”
Álvaro Bracamonte Sierra*
Poder determinar si nos fue bien o mal en el 2006 es un asunto relativo. Todo depende.
Comparado con el desempeño de las economías sudamericanas a México le fue más o menos: Mientras
aquellos países crecerán por encima del 6%, el nuestro lo hará a una tasa menor al 4.5%.
Si la comparación se hace con las tasas registradas en los primeros años de Gobierno foxista entonces la
economía mexicana tuvo en éste su mejor año del sexenio. En efecto, el 2006 fue el mejor año del
sexenio de Vicente Fox: La creación de empleos alcanzará las 900 mil plazas, cantidad cercana a la
prometida en el proceso electoral.
La inflación, la tasa de interés, las exportaciones, el tipo de cambio, las remesas, el turismo y, en menor
proporción, la inversión extranjera, evolucionaron aceptablemente durante todo el año.
Pero no todo ha sido color de rosa. El buen comportamiento de estos indicadores coincidió con la
interminable salida de mexicanos que no encuentran trabajo aquí o para quienes las exiguas
oportunidades no llenan las expectativas. Alrededor de 400 mil nuevos compatriotas salieron este año.
Cientos murieron en el intento de cruzar la línea fronteriza. Los que lo lograron se sumaron a los
millones de indocumentados que batallan todos los días para ganarse la vida y enviar algunos dólares a
sus familias abandonadas.
Al cierre del año, las remesas enviadas por los “paisanos” ascienden a los 20 mil millones de dólares. Es
una cantidad superior a las divisas recibidas por exportaciones nacionales, exceptuando las de Pemex.
Un porcentaje significativo de migrantes no regresó este año a sus hogares durante las fiestas
decembrinas.
La causa seguramente está en las dificultades que enfrentan cuando intentan cruzar de nuevo la línea. La
política norteamericana en esta materia está imponiendo mayores obstáculos a los indocumentados.
Independientemente de aquellos que posponen indefinidamente el retorno sí pudo observarse un menor
flujo de “paisanos”.
Al preguntar a familiares o amigos que nos visitan del vecino país si el flujo vehicular había estado
fuerte, las respuestas coinciden en que no; que en otros periodos lo han visto más intenso.
De hecho, de acuerdo con cifras preliminares divulgadas por las autoridades, se considera que hubo una
caída cercana al 30%.
Las razones que explican este desplome son hasta ahora desconocidas. Sin embargo, seguramente tiene
algo que ver la ola de inseguridad que azota a México en los años recientes. Los fallecidos en actos
violentos perpetrados por bandas de criminales ligadas al narcotráfico alcanzan niveles inconcebibles lo
que puede representar un factor de duda para los connacionales que tradicionalmente regresan a sus
lugares de origen en estas fechas.
De cualquier forma, Felipe Calderón aprovechó el arribo de los “paisanos” para realizar una visita
relámpago a Nogales y dar el banderazo al programa que brinda facilidades a los paseantes. ¿Qué dijo
Calderón en esa ocasión? Exactamente lo mismo que había dicho el presidente Fox en el 2000 cuando en
la misma ciudad hizo lo propio al arranque de su administración.
El planteamiento de Calderón sugiere que en ese ámbito no tiene un plan bien articulado que pueda
convencer a la sociedad de sus buenas intenciones.
En fin, para qué hablar de cosas ingratas; de ésas estamos hasta la coronilla. Concentrémonos mejor en
el fenómeno social que significa la visita de nuestros parientes y amigos que viven allende la frontera.
Para ellos ésta es la época de mayor identidad con sus seres queridos; pero también para quienes
tenemos la dicha de recibirlos son momentos de felicidad, siempre con la mejor disposición para que se
la pasen bien y vuelvan lo más pronto posible.
Ver a la sobrina, hermana o al cuñado intercalar palabras en inglés con sonidos en español siempre es
divertido y fascinante. Es la mezcla de dos culturas y el nacimiento de otra que seguramente trascenderá
a la anglosajona y a la mexicana. Hay que disfrutar y deleitarnos con estos intercambios; pocas regiones
tienen el privilegio de presenciar y participar en este fenómeno.
Mientras tanto, deseo a ustedes lo mejor en el año que está por empezar y que los buenos propósitos se
hagan realidad. Feliz año.