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4º ESO Historia
Tema 2
La época de las Revoluciones liberales (1789-1871)
1.- ¿Por qué estalló una revolución en Francia?
1.1.- El impacto de la Ilustración y de la Revolución Americana.
La revolución americana recogió o se basó en los principios de la Ilustración:
derechos de los ciudadanos, separación de poderes, igualdad de las personas, derecho a
elegir a los gobernantes. La revolución americana demostró que esos principios se
podían aplicar en la práctica.
1.2.- La crisis social y económica.
Los campesinos franceses estaban cansados de pagar los elevados impuestos y
aguantar la justicia de sus señores feudales. Los burgueses franceses, más cultos y más
ricos que los nobles, deseaban participar en el poder y eliminar los privilegios sociales
de la nobleza y el clero.
A este descontento social se unieron dos crisis de carácter económico:
-una crisis económica, provocada por las malas cosechas, que provocaron la
subida del precio del pan y de los alimentos, lo que provocó el descontento de los
burgueses y obreros de las ciudades.
-una crisis financiera, provocada por los elevados gastos de la Corona en las
guerras.
Para incrementar los ingresos del Estado, se propuso una reforma fiscal, en la
que los privilegiados (nobleza y clero) pagarían impuestos. Los privilegiados se negaron
a pagar impuestos si no se reformaba la monarquía, convocando los Estados Generales,
las antiguas Cortes medievales que no se habían reunido en casi dos siglos de
absolutismo real. El rey de Francia, Luís XVI, tuvo que ceder.
1.3.- 1789: el estallido revolucionario.
Los Estados Generales eran una gran reunión de representantes de los
estamentos: nobleza, clero y pueblo llano o Tercer Estado. Cada estamento contaba con
igual número de representantes (cerca de 300), pero a la hora de discutir, los estamentos
deliberaban por separado. El estamento se reunía, votaba, y entonces volvía a la sala
común, donde sólo había un voto por cada estamento: uno para la nobleza, otro para el
clero, y otro para el Tercer Estado.
Durante la preparación, algunos miembros del Tercer Estado solicitaron al rey
Luís XVI que, dado que su estamento representaba el 85% de Francia, tuvieran el doble
de representantes, tantos como nobleza y clero juntos. El rey, molesto con los
privilegiados, accedió a la demanda. Se efectuaron las votaciones, y los representantes
de cada distrito recogieron las quejas de sus representados en unos documentos (cahiers
de doléances).
Al iniciarse las sesiones en Versalles, los representantes del Tercer Estado
propusieron unos cambios en el procedimiento: los tres estamentos discutirían juntos en
la sala común, y se votaría por cabeza, no por estamento. Nobleza y clero vieron
entonces que podrían perder las votaciones, y presionaron al monarca para que cerrara
los Estados Generales.
El 20 de junio de 1789, los diputados del Tercer Estado se encontraron con las
salas de reuniones cerradas. Se reunieron entonces en un frontón (el “juego de pelota”)
y allí, junto a simpatizantes de la nobleza y del clero, se constituyeron en Asamblea
Nacional, jurando no separarse hasta haber elaborado una Constitución.
El rey tuvo que ceder. Corrieron rumores de que se estaba llamando a las tropas
acantonadas en las fronteras para aplastar el movimiento revolucionario, y entonces el
pueblo de París decidió armarse asaltando la fortaleza de la Bastilla, símbolo del poder
absoluto del rey en el centro de la capital (14 de julio). De esta forma, los parisinos
respaldaron la iniciativa de los representantes del Tercer Estado.
Paralelamente estallaron motines en las zonas rurales. Los campesinos, con el
pretexto de perseguir malhechores, asaltaron los castillos de los nobles y destruyeron los
archivos y documentos feudales (Grande Peur).
Una vez más, Luís XVI cedió. La Asamblea Nacional asumió el poder. Se
abolieron los privilegios feudales (cobro de impuestos, corveas, justicia señorial…), y
se publicó la Declaración de Derechos del Hombre, en la que se establecían los
derechos y libertades básicas de los ciudadanos.
2.- El desarrollo de la Revolución francesa (1789-1799).
2.1.- La monarquía constitucional (1789-1792).
La Asamblea Nacional quería implantar un sistema político basado en el
Liberalismo y en las ideas ilustradas, desmontando el Antiguo Régimen. Transformó el
país en una Monarquía Constitucional y parlamentaria. Se abolieron los privilegios
feudales, se promulgó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano.
En 1791 se promulgó la Constitución, que establecía la división de poderes
(ejecutivo, con el Rey y sus ministros; legislativo, la Asamblea Nacional; judicial, los
jueces y magistrados); la Soberanía Nacional (sufragio censitario: sólo votaban los
poseedores de casas o tierras a partir de un determinado valor, es decir, los ricos); y la
igualdad civil (con lo que quedaban abolidos todos los derechos y privilegios feudales).
Tras la promulgación de la Constitución, la Asamblea Nacional (llamada
“Constituyente”) surgida de los Estados Generales se disolvió, y se convocaron
elecciones. Se votó entonces una nueva Asamblea Nacional (llamada “Legislativa”).
Para solucionar la crisis financiera del Estado, la Asamblea decidió expropiar los
bienes de la Iglesia, y separar la Iglesia del Estado. Sobre el valor de estos bienes
(tierras) se emitió papel moneda (“asignados”).
Luís XVI, deseando recuperar su poder absoluto, decidió huir de París y buscar
el refugio de las tropas austríacas, para con ellas dar un golpe de fuerza. Pero fue
detenido en Varennes (junio de 1791). Los austríacos decidieron invadir Francia para
reimplantar el absolutismo. La Asamblea Nacional llamó a una movilización masiva, y
el ejército francés derrotó a los austríacos en Valmy. Seguidamente, el rey fue depuesto,
y se proclamó la República (1792).
2.2.- La República social (1792-1794)
2.2.1.- La Convención girondina (1792-1793).
La Asamblea Nacional pasó a llamarse Convención Nacional, y estaba
controlada por los moderados girondinos. Los reyes fueron juzgados por traición y
guillotinados. Ante esta noticia, varias potencias europeas formaron una coalición para
atacar a Francia, mientras en la propia Francia estallaban revueltas
contrarrevolucionarias.
2.2.2.- La Convención Jacobina.
En 1793 los Jacobinos, burgueses más radicales, asumieron el poder. Elaboraron
una nueva Constitución (que no se aplicaría) reconociendo el sufragio universal
masculino. El gobierno era ejercido a través del Comité de Salud Pública, dirigido por
Maximilien Robespierre.
Para hacer frente a la guerra contra las potencias europeas se decretó la leva en
masa. Las tierras de los nobles ejecutados o emigrados fueron repartidas entre los
campesinos, se estableció la enseñanza obligatoria, y se intentó controlar la subida de
precios.
Los jacobinos radicalizaron la represión (“El Terror”), suspendiendo las
libertades. Pero los problemas económicos crearon un estado de oposición al Comité,
que llevó a una alianza entre los girondinos, sectores moderados de la política y del
Ejército. Tras un golpe de Estado (“Thermidor”), los jacobinos fueron derribados del
poder y sus principales líderes guillotinados.
2.3.- La República conservadora: el Directorio (1794-1799).
La burguesía conservadora volvió al poder. Se anularon las leyes jacobinas y se
redactó una nueva Constitución (1795), inspirada en la de 1791 (sufragio censitario).
El nuevo gobierno, llamado Directorio, debía luchar contra los monárquicos
(deseosos de restaurar la monarquía absoluta), contra los partidarios del sufragio
universal (jacobinos), contra las potencias europeas contrarrevolucionarias, y contra los
problemas económicos.
Se hizo necesario entonces para el Directorio buscar el apoyo del Ejército, para
mantener el orden interno. El creciente poder de los militares llevaría al general
Napoleón Bonaparte a asumir el poder tras un golpe de Estado (“Brumario”) en 1799,
estableciendo un nuevo Régimen, el Consulado.
3.- Olimpia de Gouges y los derechos de la mujer.
3.1.- El impulso de las mujeres en la revolución.
Muchas mujeres participaron en manifestaciones y actos importantes de la
Revolución. Olimpia de Gouges se indignó porque la Revolución marginó políticamente
a las mujeres y les privaba de su derecho al voto. En consecuencia, redactó una
Declaración de derechos de la mujer.
3.2.- Los clubs de mujeres.
Las mujeres fundaron sus propios clubs políticos para discutir y debatir sobre las
resoluciones de la Asamblea Nacional.
4.- Napoleón domina Europa.
4.1.- El Consulado (1799-1804)
Napoleón asumió la política de consolidar las conquistas sociales moderadas de
la Revolución (libertades, igualdad…), pero impidiendo que los sectores radicales
llegaran al poder. Para instauró un gobierno personalista y autoritario con el apoyo del
Ejército.
Napoleón reconcilió a Francia con la Iglesia, centralizó la administración, y
unificó las leyes en el Código Civil. En 1804 se proclamó Emperador.
4.2.- El Imperio napoleónico (1804-1815)
Napoleón basó su prestigio en sus victorias militares. En 1811 su Imperio estaba
en su apogeo, se extendía desde España a los límites orientales de Alemania. En los
países anexionados u ocupados se implantaron las ideas revolucionarias. Se abolieron
los derechos e impuestos señoriales, se instauró la igualdad civil y la libertad económica
y religiosa.
4.3.- ¿Por qué fue derrotado Napoleón?
Los ejércitos franceses sometieron a los países ocupados a una explotación que
favorecía los intereses de Francia. Esto provocó rechazo, y el afloramiento de
sentimientos nacionales contra los franceses. En España y Rusia aparecieron
levantamientos populares y guerra de guerrillas contra los ocupantes, considerados
invasores. Esta lucha agotó a Francia.
Napoleón fue derrotado y en 1814 abdicó y se exilió en la isla de Elba. En 1815
regresó a Francia, y asumió el poder de nuevo. Pero fue derrotado en Waterloo, y
desterrado a la isla de Santa Elena, donde murió (1821).
5.- ¿Qué herencia nos ha dejado la Revolución francesa?
5.1.- Las bases de la democracia.
La revolución francesa establece los principios de la democracia occidental:
-las personas son ciudadanos, dotados de derechos.
-la Soberanía Nacional implica que los ciudadanos pueden elegir a sus
gobernantes.
-la Constitución establece cómo debe funcionar la convivencia política.
-todos los ciudadanos son iguales ante la Ley; la justicia es independiente del
poder político.
-el Estado se divide, para una mejor administración, en diversas unidades:
departamentos (provincias) y ayuntamientos.
5.2.- La vida política y la prensa.
Para un óptimo desarrollo de la vida política, los ciudadanos se agrupan en
partidos políticos (los primitivos clubs) según sus ideas y propuestas.
La necesidad de informarse y de contrastar opiniones para forjarse un criterio
hizo necesaria la aparición de la prensa.
5.3.- La liberalización de la economía.
La burguesía impulsó su ideario económico a través de la Revolución para
establecer un nuevo sistema, el liberalismo económico:
-se suprimieron los gremios, así como sus reglamentos y prohibiciones de
producción y comercio.
-se eliminaron las aduanas interiores para facilitar y abaratar el tránsito de
mercancías.
-se unificaron los sistemas de pesos y medidas para facilitar los intercambios.
5.4.- La enseñanza y la cultura públicas.
Se abolió la relación Iglesia-Estado, impulsando el estado laico. Se consideró
que la enseñanza no debía estar en manos de la Iglesia, sino controlada por el estado:
que debía ser una enseñanza igual y obligatoria, creándose las escuelas públicas.
Para popularizar la cultura, se establecieron los museos, accesibles a todos los
ciudadanos.
6.- Entre el absolutismo y el liberalismo (1815-1848)
6.1.- La restauración del absolutismo.
Para reconstruir las fronteras y la situación política europea anterior a 1789, se
reunieron en Viena representantes de toda Europa (“Congreso de Viena”). Se remodeló
el mapa europeo, y se restauraron en el trono a los monarcas absolutos depuestos por las
guerras napoleónicas.
Para vigilar el cumplimiento de sus disposiciones y ahogar todo movimiento
revolucionario o liberal, se creó la Santa Alianza: sus miembros se comprometían a
intervenir militarmente en cualquier país donde el Absolutismo real fuera sustituido por
un régimen liberal. Pero las ideas liberales ya estaban demasiado extendidas por el
continente.
6.2.- La revolución de 1830.
En 1820 una serie de levantamientos liberales sacudió varios países europeos,
entre ellos España y Nápoles. Fueron aplastados por tropas de la Santa Alianza. Pero a
partir de 1830 una nueva oleada revolucionaria sacudió Europa. Esta vez, el apoyo
popular hizo triunfar el establecimiento de sistemas liberales dominados por la
burguesía. La monarquía absoluta desapareció de Europa occidental.
6.3.- Las Revoluciones de 1848: ¿La primavera de los pueblos?
En 1848, los ideales democráticos (sufragio universal) impregnaron una nueva
oleada revolucionaria impulsada por los obreros, que aspiraban a participar activamente
en la política. La monarquía absoluta desapareció en Europa oriental (excepto en Rusia).
Las reformas liberales y los nacionalismos se consolidaron a lo largo del siglo
XIX.
7.- ¿Qué nuevos Estados se crearon en Europa?
7.1.- La independencia de Grecia y Bélgica.
Grecia consiguió independizarse del Imperio Turco, con el apoyo de Francia y
Gran Bretaña. Bélgica se separó de Holanda.
Las colonias españolas en América también se independizaron.
7.2.- Las unificaciones de Italia y Alemania.
Italia y Alemania eran territorios divididos en varios Estados, pero que se sentían
unidos por la lengua, la Historia y la cultura. Existía una voluntad de unificación, que
sería dirigida por los territorios más industrializados a través de sangrientas guerras.
7.2.1.- Italia.
Dirigida por el Piamonte, y apoyada por un movimiento popular dirigido por
Garibaldi.
7.2.2.- Alemania.
Dirigida por Prusia, que apartó del proyecto a Austria. Se inició como una
unificación aduanera (Zollverein) y monetaria. Prusia rechazó la vía parlamentaria de
unificación (Parlamento de Francfort, 1848) y se optó por la vía militar (“sangre y
fuego”).