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Texto extraído: Mejorar la competitividad en el Perú.
Ahora es cuando
Macroconsult/Abril 2005
Competitividad
A pesar de que la competitividad es un tema de discusión de política económica recurrentemente en los
últimos años, en le mundo académico aun no se ha llegado a un consenso de definición de este
concepto.
La competitividad es la capacidad de elaborar un producto al menor costo posible y, por ende, venderlo
al precio mas bajo. Es decir, un aumento de competitividad es equivalente a una expansión de la oferta,
la que causa una caída en los precios.
En el largo plazo, la expansión de la oferta depende principalmente de la productividad de los factores
en el proceso de producción. Visto de esta forma, la productividad es una medida indirecta de
competitividad de una empresa en la producción de un bien específico.
Por lo tanto, el nivel de productividad depende de dos grupos de factores: por un lado, están lo que se
encuentran dentro de la empresa, como la tecnología y las prácticas empresariales. Mientras que por
otro, están los que se encuentran fuera de firma, que básicamente son factores macroeconómicos y
microeconómicos (condiciones de mercado).
Así, si bien las empresas deben de ser competitivas, también es cierto que a los gobiernos les
corresponde generar un entorno positivo que favorezca el libre desenvolvimiento de los mercados. Para
ello, se requiere de un conjunto de normas que garantice que los escasos recursos del estado sean
empleados de un modo eficiente.1
Luego, el concepto de competitividad aplicado a un país debe ser entendido como una alusión a su
productividad promedio. Esta última es aproximada por el estimado de la Productividad Total de los
Factores (PTF).
La PTF engloba la productividad de todos los factores de producción, tales como capital físico, trabajo,
recursos naturales, etc., en un solo indicador. Así, la PTF se define como la cantidad de bienes y servicios
que se obtiene, considerando una cierta cantidad de factores de producción. Por ejemplo, un
crecimiento de la PTF implica un mejoramiento de las técnicas de gestión empresarial, lo cual se refleja
en una mayor producción de bienes y servicios, sin un aumento en la cantidad de factores de producción
utilizados. En otras palabras, la economía produce más con los mismos recursos productivos.
Una revisión histórica de los últimos 50 años (ver cuadro 1), nos muestra que el comportamiento la PTF
en el Perú ha sido disparejo. De acuerdo con estimados de Macroconsult, la PTF mostro un crecimiento
sostenido entre 1950 y 1975.
1
Proyecto Andino de Competitividad. Centro de Investigación de la Universidad del Pacifico. Diciembre 2001.
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Cuadro 1:
Contabilidad del crecimiento y la estimación de la PTF
(Variación porcentual promedio real)
1951-1960
1961-1970
1971-1980
1981-1990
1991-2000
2001-2004
gy
6.29
4.53
4.01
1.38
2.72
1.6
agk
2.44
1.85
2.18
0.91
1.26
0.51
bgL
0.83
1.11
1.35
1.26
1.19
1.27
gA
2.95
1.55
0.49
-0.76
0.27
-0.17
gA/gy*
46.94
34.1
12.1
-54.59
10.1
-10.73
1950-2003
3.61
1.63
1.116
0.81
22.52
* Tasa porcentual de participación
gy: crecimiento del producto potencial; gk: crecimiento del factor capital;
gL: crecimiento del factor trabajo; a y b son la participación del factor capital
y trabajo, respectivamente en función de producción de la economía.
Fuente y elaboración: Macroconsult.
Sin embargo. Los problemas empezaron a partir del segundo lustro de los setenta con el estancamiento
de la PTF y su posterior caída entre 1983 y 1994. En todo caso, el comportamiento errático en estos
años ha tenido un impacto directo sobre la capacidad de competir de las empresas peruanas. Asimismo,
en este periodo se evidencian las políticas de carácter proteccionista orientadas a cerrar la economía del
comercio intencional, la que fue una de las principales causas del estancamiento y posterior declive de
la productividad.
Durante la década de los noventa, el Perú avanzo en la dirección correcta, en la medida que emprendió
un doble proceso de reformas estructurales y estabilización macroeconómica. Así, las reformas hicieron
que las señales del mercado primaran para la asignación de los recursos y sus resultados se sintieron en
el segundo lustro de los noventa.
Sin embargo, el crecimiento de la productividad nuevamente se ha estancado desde el 2000, como
resultado de la baja inversión, tanto en capital físico, como humano. Además, las reformas estructurales
fueron insuficientes para inducir un proceso de crecimiento sostenido de la PTF. Así, aunque la
economía mejoro parcialmente la eficiencia de los mercados, también se incremento su vulnerabilidad
frente las a perturbaciones externas. Quedan pendientes las llamadas reformas de segunda generación
para concluir un entorno adecuado y propicio para la inversión. Mientras tanto, se requiere alcanzar un
conjunto de objetivos, algunos de los cuales coinciden con las reformas que faltan poner en marcha.
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Entre esos factores están: la gobernabilidad y la manutención de políticas publicas sanas; el logro de la
estabilidad política; la interacción Estado y mercado en forma adecuada; la reducción de los costos de
transacción: la agilización de los procesos del sistema Judicial y el respeto de los derechos de propiedad.
Otro tipo de enfoque señala que la competitividad es un concepto que puede ser visto en dos niveles:
macroeconómico y microeconómico, lo que genera una ambivalencia del discurso en el que se esta
tratando.
Bajo este contexto, una de las definiciones que ha tenido mas acogida recientemente es la usada por el
foro económico mundial (WEF, por sus siglas en ingles), organismo que elabora anualmente dos listados
de competitividad sobre una muestra representativa de países. El objetivo de estos rankings es mostrar
un conjunto de indicadores que ilustren las principales condiciones para el desarrollo de la
competitividad en los distintos niveles.
El primero de esos indicadores es el de índole macroeconómica y busaca identificar las potencialidades
de crecimiento de una economía; mientras que el segundo, es de naturaleza microeconómica y apunta a
rescatar las practicas empresariales que se desarrollan en los mercados locales de las economías.
Bajo el enfoque macroeconómico, la competitividad de un país pude ser definida como el conjunto de
instituciones y políticas publicas que le permitan alcanzar elevadas tasas de crecimiento económico en
el mediano plazo y mejorar el bienestar de su población. Por tanto, los avances en la competitividad de
un país se fundamentan en mejoras en la productividad de la economía y en el uso sostenible de los
factores.
Por su parte, a nivel microeconómico es definida como el conjunto de condiciones de mercado y
practicas de negocios que hacen que las empresas de un país puedan desarrollarse eficientemente. De
esta forma, el uso sostenible de los recursos y la aplicación de un adecuado nivel de tecnología
permiten obtener productos cada vez más baratos y de mejor calidad. Ello a su vez, logra mejorar los
ingresos y el bienestar de la población e incrementar su participación en los mercados globales.
Competitividad en el sector empresarial
Tal como se señalo, el concepto de competitividad es más fácil entenderlo a nivel de las empresas que a
nivel agregado de una economía. En ese sentido, la ventaja competitiva de una empresa se fundamenta
en dos conceptos complementarios;

Competencia en base a precios y costos mínimos: Usualmente depende de la existencia de
factores de producción baratos y extracción de recursos naturales con escaso valor agregado,
además de la eficiencia de la empresa en el uso de dichos factores.

Competencia en base a calidad: Existe un trade off entre calidad y costo, configurando lo que
podemos denominar “frontera de posibilidades de competitividad” (ver gráfico 1). Mejoras
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simultáneas de calidad y eficiencia elevan la competitividad de una empresa y el progreso
tecnológico determina que la empresa pueda elevarlas al mismo tiempo.
Gráfico 1:
Frontera de las posibilidades de la competitividad
Eficiencia
Mejoras simultáneas de
eficiencia
y
calidad
aumentan la competitividad
de una empresa.
Calidad
Elaboración: Macroconsult
Rol del estado y el sector privado
Ahora bien, la promoción de la competitividad y de la productividad depende crucialmente, tanto de las
políticas públicas como de las actividades que realiza el propio sector privado.
En general, le mercado se encarga de asignar los recursos productivos a los sectores donde tiene un
retorno mayor y lo hace en base a los precios relativos que arrojan los bienes que se ofrecen.
La existencia de fallas de mercado hace necesario que el estado se involucre mediante tres
instrumentos:

Administración de bienes públicos: su naturaleza impide que sean provistos por el sector
privado, porque pertenecen a toda la población, por ejemplo, los parques y las pistas.

Subsanar externalidades; es decir, cuando la actividad económica de un agente económico tiene
efectos indirectos negativos sobre las actividades de otros agentes.
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
Proveer información publica a los agentes económicos.
En la medida que el estado cumpla bien esas tres funciones y la actividad productiva se deje en
manos del sector privado, las empresas tendrán un marco institucional general apropiado para
mejorar su productividad y competitividad.
UNIVERSIDAD DE LIMA
Director del Instituto de Economía Social de Mercado: Víctor García Toma
Teléfono: 437 67 67 Anexo: 30160