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AMIGOS Y SERVIDORES DE LA PALABRA
23 junio 2015, martes. XII semana Tiempo ordinario
DE LA PALABRA DEL DIA
Todo cuanto queráis que los hombres os hagan a vosotros, también vosotros hacedlo a
ellos; en eso consiste la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es
la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. Mt 7,
12-13
¿Cómo vivir esta Palabra?
El Evangelio de hoy nos trae un mandato de Jesús que reproduce la llamada “regla de oro”:
“Todo cuanto queráis que los hombres os hagan a vosotros, también vosotros hacedlo a ellos”.
Se trata de una “regla” bastante conocida, que ha llegado hasta nosotros, sea en la forma
positiva, sea en aquella negativa y difundida en casi todas las culturas y religiones del mundo
antiguo: confucionismo, budismo, hinduismo helenismo, Antiguo Testamento, judaísmo…
hasta los antiguos Padres de la Iglesia (cfr. el texto transcrito al final de la reflexión, citado en
la Didaché). Se trata, pues, de una conquista del pensamiento de la humanidad.
Es interesante que Jesús se refiera a esta doctrina del pensamiento humano y la ponga casi
como fundamento de su sermón de la Montaña. El Maestro de Nazaret nos dice que la “regla de
oro” es aceptable y plausible porque ella representa el intento de desarrollar perspectivas
sensatas y razonadas para llegar al vértice: el mandamiento del amor formulado después por
Jesús de modo más radical.
Por tanto, aceptamos de Jesús esta invitación, clara y sencilla, de hacer siempre el bien a los
demás, como nosotros deseamos que los demás lo hagan con nosotros, y no hacer nunca el mal,
como nosotros no deseamos que los otros nos lo hagan a nosotros. Es una norma muy clara, de
sencilla honestidad natural, que está inscrita en el corazón de todo hombre sobre esta tierra y es
el primer paso que lleva a la vía comprometida del mandamiento nuevo que trajo Jesús.
Concede a tu pueblo, Padre, vivir siempre en la veneración y en el amor por tu santo
Nombre, porque Tú no privas nunca de tu guía a aquellos que has establecido sobre la roca
de tu amor. (Oración colecta).
La voz del documento más antiguo de la patrística
“Hay solo dos vías, una de la vida y una de la muerte, pero entre las dos hay una gran
diferencia. La vía de la vida es esta: primero amarás a Dios que te ha creado; segundo amarás a
tu prójimo como a ti mismo; todo lo que quieras que no te fuese hecho, tampoco tú lo hagas a
los otros”. Didaché 1,1-2
Comentario de Don Ferdinando Bergamelli SDB
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Casa di Preghiera San Biagio www.sanbiagio.org [email protected]