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Los Patriarcas
La
historia
judía
empezó
hace
aproximadamente 4.000 años (c. siglo 17
AEC) con los patriarcas - Abraham, su
hijo Isaac y su nieto Jacob. Documentos
descubiertos en Mesopotamia, que se
remontan a los años 2000-1500 AEC,
corroboran aspectos de su estilo de vida
nómade, descrito en la Biblia. El Libro del
Génesis
relata
cómo
Abraham
fue
llamado desde Ur de los caldeos a
Canaán para formar un nuevo pueblo
con la creencia en Un Dios. Cuando el
hambre azotó Canaán, Jacob (Israel),
sus
doce
hijos
y
sus
familias
se
establecieron en Egipto, donde sus
descendientes fueron sometidos a la
esclavitud y obligados a realizar trabajos
forzados.
Exodo y asentamiento
Después de 400 años de esclavitud, los
israelitas fueron conducidos a la libertad por
Moisés, quien, de acuerdo a la narración
bíblica, fue elegido por Dios para sacar a su
pueblo de Egipto y retornarlo a la Tierra de
Israel prometida a sus antepasados (c. siglos
XIII-XII AEC). Durante 40 años deambularon
por el desierto de Sinaí, donde se forjaron
como nación y recibieron la Torá (Pentateuco),
que incluyó los Diez Mandamientos y dio forma
y contenido a su fe monoteísta. El éxodo de
Egipto
(c.
1300
AEC)
dejó
una
marca
imborrable en la memoria nacional del pueblo
judío y pasó a ser el símbolo de la libertad y la
redención. Año a año los judíos celebran Pésaj
(Pascua), Shavuot (Pentecostés) y Sucot (la
Fiesta de los Tabernáculos), para conmemorar
los eventos ocurridos en ese tiempo.
Durante los siguientes dos siglos, los israelitas
conquistaron gran parte de la Tierra de Israel y
se transformaron en campesinos y artesanos,
lográndose un cierto nivel de consolidación
social y económica. Períodos de relativa paz
fueron interrumpidos por tiempos de guerra en
los que el pueblo se agrupó tras líderes
conocidos como "jueces", elegidos por sus
capacidades políticas y militares, así como por
su
habilidad
de
liderazgo.
La
debilidad
inherente de su organización tribal frente a la
amenaza planteada por los filisteos (un pueblo
marítimo de Asia Menor que se estableció en la
costa
mediterránea
del
país)
generó
la
necesidad de un gobernante que pudiera unir a
las tribus y convirtiera su posición en una
institución permanente, cuya autoridad se
sucediera por herencia.
La Monarquía
El primer rey, Saúl (c. 1020 AEC), cubrió el
período entre la pérdida de la organización tribal
y el establecimiento de una monarquía plena
por parte de su sucesor, David.
El rey David (1004-965 AEC) convirtió su reino
en una importante potencia de la región, por
medio
de
exitosas
expediciones
militares,
infligiendo la derrota final a los filisteos, así
como a través de una red de amistosas alianzas
con los reinos vecinos. Como resultado de esto,
su autoridad fue reconocida desde las fronteras
de Egipto y el Mar Rojo hasta las riberas del
Eufrates. En lo interior, unió a las doce tribus de
Israel en un solo reino, colocando a Jerusalem y
la monarquía en el centro de la vida nacional del
país. La tradición bíblica describe a David como
poeta y músico, y se le atribuyen los versos que
aparecen en el Libro de los Salmos.
David fue sucedido por su hijo Salomón (965930 AEC), quien reforzó aún más el reino. Por
medio de tratados con los reyes vecinos y
matrimonios
con
fines
políticos,
Salomón
aseguró la tranquilidad dentro de las fronteras
del reino y lo igualó a las grandes potencias de
la época. Expandió el comercio exterior y
promovió la prosperidad económica del país,
desarrollando importantes empresas como las
minas de cobre y la fundición de metales, a la
vez que establecía nuevas ciudades y fortificaba
otras, de importancia estratégica y económica.
La coronación de las actividades constructoras
de Salomón en Jerusalem fueron el palacio real
y el Templo, que pasó a ser el centro de la vida
nacional y religiosa del país. La Biblia atribuye a
Salomón el Libro de los Proverbios y el Cantar
de los Cantares.
Monarquía dividida
El reinado de Salomón se deterioró
hacia el final de sus días por el
descontento de parte de la población
que debía pagar fuertes tributos por
sus ambiciosos proyectos. Al mismo
tiempo, el trato preferencial que recibía
su propia tribu produjo la irritación de
las demás, lo que provocó un creciente
antagonismo entre la monarquía y los
separatistas tribales.
Después de la muerte de Salomón
(930 AEC), una insurrección abierta
condujo a la separación de las diez
tribus del norte y a la división del país
en un reino norte: Israel, y un reino sur:
Judea, en el territorio de las tribus de
Judá y Benjamín.
El reino de Israel, con su capital
Samaria, subsistió más de 200 años
bajo 19 reyes, mientras que el reino de
Judea,
fue
gobernado
desde
Jerusalem durante 400 años por un
número igual de reyes de la casa de
David. La expansión de los imperios
asirio y babilonio trajo la conquista
primero de Israel y después de Judea.
El reino de Israel fue vencido por los
asirios (722 AEC) y su pueblo fue
llevado al exilio y al olvido.
Más de cien años después, Babilonia
conquistó el reino de Judea, exilió a la
mayoría de sus habitantes, destruyó
Jerusalem y el Templo (586 AEC).
El Primer exilio
(586-538 AEC)
La conquista babilonia puso término al Primer
Estado Judío (Período del Primer Templo), pero
no cortó la relación del pueblo con la Tierra de
Israel. Sentados junto a los ríos de Babilonia, los
judíos prometieron recordar siempre su patria: "Si
me olvidare de ti, oh Jerusalem, mi diestra sea
olvidada. Mi lengua se pegue a mi paladar, si no
ensalzare a Jerusalem como preferente asunto
de mi alegría." (Salmos 137:5-6).
El exilio a Babilonia que siguió a la destrucción
del Primer Templo (586 AEC) marcó el comienzo
de la diáspora judía. Ahí el judaísmo empezó a
desarrollar un marco religioso y una forma de
vida fuera de la Tierra, asegurando finalmente la
supervivencia nacional y la identidad espiritual
del pueblo y le infundió suficiente vitalidad para
garantizar su futuro como nación.
El Retorno a Síon:
Períodos Persa y Helenístico
(538-142 AEC)
A raíz de un decreto del rey persa Ciro,
conquistador del imperio de Babilonia, (538
AEC),
aproximadamente
50.000
judíos
emprendieron el Primer Retorno a la Tierra
de
Israel,
dirigidos
por
Zorobabel,
descendiente de la Casa de David. Menos de
un siglo después, el Segundo Retorno fue
dirigido por Esdrás el Escriba. Durante los
siguientes
cuatro
siglos,
los
judíos
conocieron diversos grados de autonomía
bajo el dominio persa (538-333 AEC) y
posteriormente el helenístico -ptolomeo y
seléucida- (333-63 AEC).
La repatriación de los judíos bajo el inspirado
liderazgo de Esdrás, la construcción del
Segundo Templo en el sitio del Primero, la
reedificación de los muros de Jerusalem y el
establecimiento de la Knéset Haguedolá
(Gran Asamblea) como ente religioso y
judicial supremo del pueblo judío, marcaron
el comienzo del Segundo Estado Judío
(Período del Segundo Templo). Dentro de los
confines del imperio persa (538-333 AEC),
Judea era una nación cuya dirección estaba
confiada al Sumo Sacerdote y al Consejo de
Ancianos en Jerusalem.
Como parte del mundo antiguo conquistado
por Alejandro Magno (332 AEC) de Grecia, la
Tierra se mantuvo como una teocracia judía
bajo los gobernantes seléucidas con sede en
Siria. Cuando se prohibió a los judíos la
práctica del judaísmo y su Templo fue
desecrado como parte del esfuerzo por
imponer a toda la población la cultura y las
costumbres con orientación hacia Grecia, los
judíos se rebelaron (166 AEC).
Dinastía Hasmonea
(142-63 AEC)
Dirigidos en un comienzo por Matatías, miembro
de la dinastía de sacerdotes hasmoneos y
después por su hijo, Judá el Macabeo, los judíos
entraron en Jerusalem y purificaron el Templo
(164
AEC),
eventos
que
se
conmemoran
anualmente durante la Fiesta de Janucá.
A
raíz
de
otros
triunfos
hasmoneos,
los
seléucidas (147 AEC) restauraron la autonomía
política y religiosa de Judea, como se llamaba
entonces la Tierra de Israel y, con la caída del
reino seléucida (129 AEC), se logró una
completa
independencia.
Bajo
la
dinastía
hasmonea, que duró alrededor de 80 años, el
reino recobró fronteras no lejanas de las del reino
de Salomón, se obtuvo una consolidación política
bajo dominio judío y la vida judía floreció.
Bajo dominio romano
(63 AEC-313 EC)
Cuando
los
romanos
reemplazaron
a
los
seléucidas como principal potencia de la región,
otorgaron al rey hasmoneo Hircano II, una limitada
autoridad dependiente del gobernador romano en
Damasco. Los judíos fueron hostiles al nuevo
régimen y los años siguientes fueron testigos de
frecuentes insurrecciones. El último intento de
restaurar
la
antigua
gloria
de
la
dinastía
hasmonea fue realizado por Matatías Antígono,
cuya derrota y muerte puso término (40 AEC) al
régimen hasmoneo, y la Tierra pasó a ser un
estado vasallo dentro del imperio romano.
En el año 37 AEC, Herodes, yerno del rey Hircano
II, fue designado por los romanos rey de Judea.
Poseedor de una autonomía casi ilimitada en los
asuntos internos del país, pasó a ser uno de los
más poderosos monarcas de la parte oriental del
imperio romano. Gran admirador de la cultura
greco-romana, Herodes inició un programa de
edificaciones masivas que incluyó las ciudades de
Cesárea y Sebastia y las fortalezas de Herodión y
Masada.
Asimismo
refaccionó
el
Templo
convirtiéndolo en uno de los más magníficos
edificios de su tiempo. Pero, a pesar de sus
múltiples logros, Herodes no fue capaz de ganar
la confianza y el apoyo de sus súbditos judíos.
Diez años después de la muerte de Herodes (4 AEC),
Judea quedó bajo la directa administración romana (6
EC). El creciente enojo contra la supresión romana de
la vida judía condujo a violencias esporádicas que
culminaron en una revuelta general en el año 66 EC.
Las superiores fuerzas romanas, dirigidas por Tito
resultaron
finalmente
victoriosas,
destruyendo
totalmente Jerusalem (70 EC) y derrotando la última
posición judía en Masada (73 EC).
La destrucción total de Jerusalem
y
del
Segundo
Templo
fue
catastrófica para el pueblo judío.
De acuerdo al historiador judío de
la época Flavio Josefo, cientos de
miles de judíos perecieron en el
asedio a Jerusalem y en distintas
partes del país, y muchos miles
fueron vendidos como esclavos.
Masada:
Cerca de 1.000 hombres, mujeres y niños que
sobrevivieron la caída de Jerusalem ocuparon
y fortificaron el complejo del palacio de
Herodes en Masada, ubicado en la cumbre de
un monte cerca del Mar Muerto, donde
durante tres años resistieron los repetidos
intentos romanos para desalojarlos. Cuando
los romanos finalmente escalaron Masada e
irrumpieron
dentro
de
sus
muros,
descubrieron que los defensores y sus
familias habían preferido darse muerte con
sus propias manos que someterse a la
esclavitud.
Un último breve período de soberanía siguió a
la revuelta de Shimón Bar Kojbá (132),
durante la cual se recobraron Judea y
Jerusalem. Sin embargo, dado el enorme
poderío de los romanos, el resultado era
inevitable. Al término de tres años, conforme a
la costumbre romana, Jerusalem fue "arada
con una yunta de bueyes"; Judea fue llamada
Palaestina, y Jerusalem, Aelia Capitolina.
Aunque el Templo fue destruido y Jerusalem
quemada hasta los cimientos, los judíos y el
judaísmo sobrevivieron su encuentro con
Roma. El ente judicial y legislativo supremo, el
Sanhedrín (sucesor de la Knéset Haguedolá),
fue reconstituido
en Yavne (70 EC) y posteriormente en
Tiberíades. Sin el marco unificador de
un estado y del Templo, la pequeña
comunidad
judía
se
recobró
gradualmente, siendo reforzada de
vez en cuando por exiliados que
regresaban. La vida institucional y
comunitaria se renovó, los sacerdotes
fueron reemplazados por rabinos y la
sinagoga pasó a ser el centro de las
comunidades
judías,
como
lo
evidencian las ruinas de sinagogas
encontradas en Capernaum, Korazín,
Baram, Gamla y otros lugares. La
Halajá (ley religiosa) pasó a ser el
lazo común entre los judíos y se
transmitió
generación.
de
generación
en
La destrucción de Judea y el que gran parte de la
población judía fue asesinada, esclavizada o exiliada
y la religión judía prohibida, trajo consigo que la
autoridad religiosa pasara del Templo a los rabinos,
que recogieron sus interpretaciones sobre el Tanaj en
el Talmud: los que permanecieron en la recién creada
provincia romana de Palestina lo hicieron en el
Talmud de Jerusalén (Talmud Yerushalmi), y los
exiliados en el Talmud de Babilonia (Talmud Bavli),
que fue redactado en esa ciudad.
Los judíos fueron aceptados en el Imperio Romano e
incluso llegaron a ser ciudadanos, pero con la llegada
del cristianismo las restricciones crecieron. Las
expulsiones y persecuciones forzadas dieron lugar a
cambios substanciales en los centros de la vida judía
a los que las comunidades de lugares alejados
seguían, aunque no se mantuvo la unidad debido a la
dispersión.
Hubo
asentamientos
en
todas
las
provincias romanas de Oriente Medio, Europa y
África.
Dominio Bizantino
(313-636)
Hacia fines del siglo IV, después de la
adopción
del
cristianismo
por
el
emperador Constantino (313) y de la
fundación del Imperio Bizantino, la Tierra
de
Israel
pasó
a
ser
un
país
predominantemente cristiano.
Se construyeron iglesias en los Lugares
Santos cristianos en Jerusalem, Belén y la
Galilea, y se establecieron monasterios en
muchos lugares del país. Los judíos
fueron privados de su relativa autonomía
anterior, así como del derecho de ejercer
cargos públicos, y se les prohibió la
entrada a Jerusalem salvo un día al año
(Tishá
BeAv)
para
destrucción del Templo.
conmemorar
la
Califatos musulmanes
Los judíos siguieron controlando parte
del comercio en Palestina, y prosperaron
bajo la institución del dhimmi. A pesar
de ser ciudadanos de segunda, no
sufrieron ninguna persecución, ya que
los preceptos sobre dieta e higiene eran
parecidos y, no menos importante, nunca
fueron una amenaza política. Los judíos
se adaptaron al mundo árabe,
aprendieron el idioma y se encontraban
en todos los escalones de la escala social,
incluso en la corte. Culturalmente
continuaron evolucionando, por ejemplo
el sistema niqud fue desarrollado en
Tiberíades durante el califato
Los judíos en ese periodo vivieran en
condiciones mejores que en Europa.
Desarrollaran mucha literatura judía
importante, como también desarrollaran
pensamiento científico.
RAMBAM( 1135-1204)
Moshé ben Maimón o Musa ibn Maymun (en
hebreo: ‫בן מימון משה‬, y en árabe, ‫)موسى بن ميمون‬,
también llamado desde el Renacimiento
Maimónides ("hijo de Mamon") o RaMBaM (el
acrónimo de sus iniciales en hebreo, ‫)רמב"ם‬,
conocido entre los cristianos como Rabí Moisés el
Egipcio (1135, Córdoba - 1204, Fustat , Egipto),1
fue el médico, rabino y teólogo judío más célebre
de la Edad Media. Tuvo una enorme importancia,
como filósofo y religioso en el pensamiento
medieval.
Nació en la capital de Al-Andalus, es decir, en Córdoba, el 30 de
marzo de 1135, en el seno de una distinguida familia de jueces
rabínicos, estudiosos y dirigentes comunitarios, documentada desde el
siglo X y que pretendía descender del Rabí Yehudá ha-Nasí, de la
(segunda mitad del siglo II), redactor de la Mishná. Su familia materna,
por el contrario, era de humilde condición; su madre era la hija de un
carnicero que murió al darle a luz, y su padre se volvió a casar. Era este
un erudito formado en Lucena por Rabí Yosef ha-Leví ibn Migas.
Inició ya de pequeño sus estudios bíblicos y talmúdicos en la ciudad de
Córdoba, pero en 1148 una ola de fanatismo almohade hizo que su
familia tuviera que aparentar su conversión al Islam y cambiar a
menudo de residencia por la España musulmana. Vivió en la ciudad de
Almería, donde dio cobijo en su casa a su maestro Averroes, hasta
trasladarse en 1160 con sus hijos a Fez. Allí residió durante sólo cinco
años, debido a la intolerancia almohade que les obligó a exiliarse,
primero durante unos meses, en Palestina y finalmente en Egipto.
Maimónides residió allí el resto de su vida junto a su familia, en la
ciudad de Alejandría y después en Fustat (hoy El Cairo, Egipto),
ganándose la vida ejerciendo la medicina en la corte del visir Saladino
y luego, en la del visir al-Fadl, hijo mayor de Saladino. Con este oficio
obtuvo una gran fama y admiración popular. En 1177 fue nombrado
dirigente de la comunidad judía de Egipto. Murió en Al-Fustat el 13 de
diciembre de 1204. Posteriormente su tumba fue trasladada a
Tiberíades, en Israel.
Los judíos en Europa
Alta Edad Media
(siglo V hasta siglo X)
Se denomina por convención Alta Edad Media al periodo de la
historia de Europa que se extiende desde la caída del Imperio
Romano de Occidente hasta aproximadamente el año 1000
Hay registros de comunidades judías en Francia y Alemania a
partir del siglo IV, y comunidades judías en España desde
épocas anteriores. Generalmente, fueron perseguidos.
Los Judíos llegaran en una Europa que retrocedía en el
comercio, por causa de la Invasión de los bárbaros en el siglo V.
Muchos judíos ya habitaban partes de Europa cuando llegaran a
vivir en el Imperio Romano (antes del siglo V).
No se conoce con precisión el número de judíos que había en
Europa. Inglaterra tenía una población relativamente pequeña,
tal vez entre 2500 y 3000 judíos, lo que representa uno de cada
mil habitantes. Había una mayor cantidad en el sur de Italia,
España, Francia y Alemania. En el sur de Europa los judíos
desempeñaban una importante función como intermediarios
culturales e intelectuales ‘ntre el mundo musulmán y el
cristiano.
Feudalismo(siglo IX-X)
Se denomina feudalismo a la organización social, política y
económica basada en el feudo que predominó en la Europa
occidental entre los siglos IX y XV. Se trataba de propiedades
de terrenos cultivados principalmente por siervos, parte de cuya
producción debía ser entregada en concepto de "censo"
(arriendo) al amo de las tierras, en la mayoría de los casos un
pequeño noble (señor) nominalmente leal a un rey.
Los judíos por no pertenecieren a la Orden Feudal, no
participaban del sistema Feudal.
Cruzadas( Siglo XI)
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas en
cumplimiento de un solemne voto para liberar los Lugares
Santos de la dominación musulmana. El origen de la palabra
se remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en
la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.
Cruzadas y los judios
El entusiasmo religioso de la Alta Edad Media produjo un
brote de intolerancia contra los supuestos enemigos del
cristianismo. Aunque esto fue evidente en las cruzadas
contra los musulmanes (véase el apartado Las cruzadas en
este capítulo), los cristianos también se ocuparon de buscar a
los enemigos en casa, persiguiendo a los judíos en Francia y
en el área del Rin durante la primera cruzada. Los judíos de
Speyer, Worms, Mainz y Colonia fueron atacados por
bandas de cristianos cruzados. Un cronista contemporáneo
describió la forma en que una banda de cruzados ingleses —
que se detuvieron en Lisboa, Portugal, camino de Tierra
Santa— “echaron a los paganos y a los judíos, siervos del
rey, que vivían en la ciudad, saquearon sus propiedades y
sus posesiones, y quemaron sus casas; y después les quitaron
sus viñedos, sin dejarles ni una uva ni un racimo. Incluso los
que trataron de proteger a los judíos corrieron peligro.
Cuando el arzobispo de Mainz proveyó refugio a los judíos,
un populacho enardecido atacó su palacio y lo obligó a huir.
Los papas también salieron en la defensa de los judíos,
expidiendo decretos que recordaban a los cristianos que no
se debía perseguir a los judíos.
Los judíos en la Baja Edad Media
Fue el periodo en que los judíos, por un lado se
desarrollan económicamente por otro lado sufre pogromo
y expulsiones por toda Europa.
Causas como la envidia al poder económico judío, la
peste negra y las cruzadas son algunos de los factores
que pueden explicar el odio a los judíos en la Edad
media.
Peste negra
La peste negra fue una devastadora pandemia que asoló
Europa en el siglo XIV y que, se estima, mató cerca de
un tercio de la población del continente. La mayor parte
de los científicos cree que la peste negra fue un brote de
peste bubónica, una terrible enfermedad que se ha
extendido en forma de pandemia varias veces a lo largo
de la historia. La peste es causada por la bacteria
Yersinia pestis que se contagia por las pulgas con la
ayuda de la rata negra (Rattus rattus), que hoy
conocemos como rata de campo.
Expulsion de los judios de Espana
Condiciones de la expulsión




Se ordenaba salir con carácter definitivo y sin excepción a todos los judíos, no
sólo de los reinos peninsulares, sino de todos aquellos territorios que se
encontraran bajo el poder de los Reyes Católicos.
El plazo era de 4 meses a partir de la firma del edicto, es decir, que el 31 de
julio no debía quedar en el reino ni un solo judío. En un edicto posterior,
Torquemada amplió el plazo 10 días, para compensar el tiempo que
transcurrió entre la promulgación y el conocimiento del decreto.
La desobediencia a este edicto supondría la condena a muerte y la
confiscación de los bienes.
Los Reyes ofrecieron su seguro real para que los judíos negociaran su fortuna
y se la llevaran, si así era su deseo en forma de letras de cambio, puesto que
había una ley que prohibía que se sacaran oro, plata, monedas, armas y
caballos del país.
Aunque en el edicto no se hacía referencia a una posible conversión, esta alternativa
estaba implícita, y muchos individuos pertenecientes a la élite hebrea la escogieron
para evitar ser expulsados.
Causas de la expulsión



La Inquisición española establecida.
Presión de la opinión popular, mayoritariamente antijudía, promovida por la
Inquisición española.
Episodios de luchas clasistas entre los grupos tradicionalmente privilegiados
(nobleza y clero) y la burguesía incipiente judía.
Pero según algunos historiadores, las anteriores (de forma separada o en conjunto) no
serían razones suficientes como para provocar un suceso tan grave como un edicto de
expulsión, tan sólo serían motivo de conflictos sociales, por lo que los expertos suelen
argumentar otras causas como:




Que la iniciativa partiera de los inquisidores que pretendían acabar con “la
herética influencia que conllevaban las relaciones sociales judeo-cristianas”.
La intención de los Reyes de avanzar un paso más en la cohesión social a
partir de la unidad de fe.
Muy importante y no de poca valía eran las riquezas a acumular por la
expropiación y por las cuotas necesarias impuestas a los judíos y conversos
para permitirles o escapar o salvarse.
Como expresa Rodolfo Piuggross en La España que conquistó al Nuevo
Mundo (México, B. Costa-Amic, 1961), otra de las causas sería el profundo
resentimiento surgido en la invasión de la península Ibérica por los árabes en
el año 711, quienes fueron apoyados y financiados por los judíos habitantes de
la península Ibérica, quienes eran perseguidos o esclavizados por los Reyes y
súbditos visigodos, desde la conquista de Iberia por éstos.
Edito de expulsión
«Hemos decidido ordenar que
todos los judíos, hombres y
mujeres, de abandonar nuestro
reino, y de nunca más volver. Con
la excepción de aquellos que
acepten ser bautizados, todos los
demás deberán salir de nuestros
territorios el 31 de julio de 1492
para no ya retornar bajo pena de
muerte y confiscación de sus
bienes (...)»
Judaismo Jasidico
El movimiento surgió en Europa oriental, específicamente en
Bielorrusia y Ucrania, en el siglo XVIII, fundado por el rabino Ba'al
Shem Tov Israel ben Eliezer (1700–1760), también conocido como
el Ba'al Shem Tov (en hebreo, literalmente: "Señor del buen
nombre").
A fines del siglo XVIII, el judaísmo europeo había sufrido crueles
persecuciones con miles de víctimas. Esto volcó al pueblo al estudio
del Talmud y la Halajá. Muchos judíos pensaron que la mayor parte
de las expresiones de la vida judía se habían hecho demasiado
académicas, alejándose así de la espiritualidad y la alegría.
El Ba'al Shem Tov produjo una verdadera revolución espiritual. Ésta
ganó -al principio-, a la mayor parte de sus adeptos entre los judíos
más pobres, porque se oponía a una rígida práctica formal de la
religión judía, y porque la comunidad estaba dirigida por los judíos
más adinerados.
Esto produjo una fuerte oposición por parte varios líderes judíos
contemporáneos (mitnagdim = "opositores"), el más destacado fue el
Gaón de Vilna, en Lituania, que condenó y excomulgó en masa a los
judíos jasídicos. Más tarde -con el advenimiento de la Haskalá
(nombre que se dio en el judaísmo al Iluminismo o Ilustración),
ambas corrientes antagónicas se unieron ante el enemigo común.
En el siglo XIX y principios del siglo XX, el jasidismo llega a ser la
más popular e importante rama de la ortodoxia judía, con varios
millones de seguidores y decenas de grupos diferentes. Los
principales centros jasídicos se encontraban en Polonia, Ucrania y
Hungría. El grupo Agudat Israel fue fundado a fines del siglo XIX
como órgano central del judaísmo jaredí, dirigido principalmente
por los admorim de Gur (nombre hebreo de Polonia).
Algunos judíos jasídicos emigraron a la Tierra Santa formando
grupos como Toldot Aharón, centradas en Jerusalén, y que llegarían
a jugar un papel central dentro del judaísmo jaredí anti-sionista,
incluyendo la Edah Haredit.
BAAL SHEM TOV
Israel ben Eliezer era un místico judío ortodoxo,
conocido por la mayoría de los judíos religiosos
como "el Santo Baal Shem" (der Heiliger Baal
Shem en yídish), o más comúnmente como Baal
Shem Tov (‫)שם טוב בעל‬. Este se traduce como "el
Maestro del Divino Nombre", donde Tov significa
"Bueno", que unido a Shem se traduciría como
"Nombre [Divino]", aunque más correctamente sea
entendido como una combinación de Ba'al Shem, "
el Amo (Maestro) del Nombre [Divino]", siendo
Tov un epíteto honorífico.
El nombre Besht (‫)בעש"ט‬, acrónimo de bet ayin
shin tes, suele usarse en medios escritos pero no de
forma oral. El nombre "Baal Shem" no era
exclusivo para Israel ben Eliezer, pero ha llegado a
identificarse con éste por ser el fundador del
movimiento espiritual del judaísmo jasídico.
HASKALA
La Haskalá (Hebreo: ‫" ;השכלה‬Iluminismo" "educación" de la raíz sekhel
"intelecto", "mente" ), también conocida como el Iluminismo judío, fue
un movimiento que se desarrolló en la comunidad judía europea a fines
del siglo XVIII que tomó los valores del siglo de las luces, buscando una
mejor integración con el entorno, e incrementar la educación del hebreo,
la historia judía y demás conocimientos seculares, fuera del ámbito de la
escuela religiosa o yeshivá.
La haskalá, en este sentido, marca el inicio del intento de integración de
los judíos europeos con el mundo secular, concluyendo, finalmente en el
primer movimiento político judío y la lucha por la emancipación. La
división de la judería askenazí en distintos movimiento religiosos o
denominaciones, especialmente en Estados Unidos y Europa, comenzó
históricamente como una reacción a la haskalá.
El término haskalá también puede ser utilizado en otros sentidos. Designa
el método de estudio usado para el análisis de los libros religiosos
tradicionales como la Torá, la Mishná y el Talmud, basado en el método
histórico crítico moderno, diferenciándose de la forma de estudio
tradicional usada por el judaísmo ortodoxo. También es usado para el
estudio del hebreo bíblico, los textos poéticos, científicos y otros
componentes de la Literatura Hebrea.
Desde el siglo X y XI los judíos de la Europa cristiana vivían en
comunidades segregadas, las relaciones con el medio no judío eran
mínimas, reducidas al comercio, y no existían marcos de convivencia
social. Estaban organizados, normalmente el rabino era el miembro más
influyente, y se solía abonar un tributo anual al obispo o autoridad que
había dado el permiso de residencia. Al igual que los gremios medievales,
tenían su propia estructura de de justicia, administrada por un Bet Din,
(Juzgado rabínico), en los casos que ambas partes eran judías, y se regían
por la halajá, (ley judía).
La idea motivadora de los seguidores de la haskalá era "salir del gueto",
no solo física sino también mental y espiritualmente para lograr integrarse
entre las naciones gentiles.
Moses Mendelssohn (1729-1786)
El éxito logrado por Mendelssohn como filósofo y literato mostró una posibilidad de
integración a la sociedad y la presunta aceptación de los judíos por parte de los
gentiles. Mendelssohn también mostró a los judíos cómo ingresar a la sociedad
alemana. Un buen conocimiento del idioma nacional era necesario para asegurar la
entrada a los círculos culturales alemanes, y una excelente manera de adquirirlo fue
provista por Mendelssohn en su traducción al alemán de la Torá.
Este trabajo se transformó en un puente por el cual muchos jóvenes judíos pudieron
ingresar al mundo del conocimiento secular.
El biur, análisis de la Biblia siguiendo el método histórico-crítico, preparado bajo la
supervisión de Mendelssohn, fue diseñado para contrarrestar la influencia de de los
métodos tradicionales rabínicos de exégesis. Junto con la traducción, este fue la
herramienta básica de la haskalá. El movimiento rápidamente se expandió por toda
Europa, y sus adherentes fueron llamados maskilim.1
El lenguaje jugó un papel clave en el movimiento de la haskalá y Mendelssohn, junto
con otros, llamaron a un resurgimiento del hebreo y una disminución en el uso del
yiddish, con el objetivo final de lograr su extinción. Esto también estaba motivado por
un rechazo de la sociedad alemana al yiddish, que lo veía como un dialecto espurio en
lugar de un idioma con identidad propia.
El resultado fue el surgimiento de una nueva y poderosa literatura secular, y de
nuevos estudios critico-históricos de los libros religiosos tradicionales.
Julius Fürst, junto con otros estudiosos judeo-alemanes compilaron diccionarios y
gramáticas del hebreo y el arameo. Ahora los jóvenes judíos también podían estudiar
y comunicarse en el lenguaje del país donde vivían, lo que les brindaba otros caminos
hacia la integración.
Así como facilitó la integración, la haskalá también dio lugar a un renacimiento de la
identidad secular judía, con un énfasis en la historia judía e identidad judía. El
resultado fue el surgimiento del compromiso de los judíos con la vida política los
países en los cuales residían. Esto se expresó de múltiples maneras, incluyendo la
lucha por la emancipación judía y el nacimiento de nuevos movimientos políticos
judíos, y en última instancia el desarrollo del sionismo frente a las persecuciones a
fines del siglo XIX.
Otra de las consecuencias fue el surgimiento de la corriente reformista, luego dividido
generando el movimiento masortí. También esto tuvo influencias en la ortodoxia
como el movimiento musar en Lituania, o la concepción de Torah im Derech Eretz
del Rabino Samson Raphael Hirsch (1808 – 1888), que marcaba la relación con el
mundo gentil desde el punto de vista ortodoxo (también llamado neo-ortodoxo).
De la población judía al año 2007 en el mundo, estimada en 14.000.000 , más del 70%
vive integrada a la sociedad moderna siguiendo los conceptos de la haskalá, siendo
una minoría el sector ortodoxo y haredí
Renacimiento europeo
Durante el Renacimiento y la Ilustración hubo cambios en la
comunidad judía. La Haskalá fue paralela a la Ilustración, pues los
judíos comenzaron en el 1700 a hacer campaña para integrarse en la
sociedad europea. La educación secular y científica se agregó a la
instrucción religiosa tradicional, y el interés por una identidad judía
nacional, y comenzó un interés por el estudio de la historia judía y
del hebreo. la Haskalá dio a luz tanto a movimientos reformistas
como conservadores, y plantó las semillas del sionismo al mismo
tiempo que animaba a la asimilación cultural dentro de los países en
los cuales residían los judíos.
Al mismo tiempo surgía el Judaísmo jasídico, predicado por el
rabino Israel ben Eliezer, que reclamaba el seguimiento estricto de
los preceptos de la Toráh. Estos dos movimientos, haskalá y
jasidismo, formaron la base de las divisiones modernas dentro de la
sociedad judía.
Mientras cambiaba el mundo exterior a las comunidades judías,
comenzaron las discusiones para aplicarles la igualdad de derechos
civiles. El primer país en hacerlo fue Francia, durante la revolución
de 1789. Incluso así se esperaba que los judíos se integraran,
abandonando sus tradiciones. Esta ambivalencia se demuestra en el
famoso discurso de Clermont-Tonnerre ante la Asamblea Nacional
en 1789:
Debemos rechazar contundentemente a los judíos como nación, y
aceptarlos como individuos. Debemos retirar el reconocimiento de
sus jueces: deben solamente tener nuestros jueces. Debemos
rechazar la protección legal al mantenimiento de unas supuestas
leyes judías; no se debe permitir que formen dentro del Estado un
cuerpo político o una orden aparte. Deben ser ciudadanos
individualmente. Pero, algunos me dirán, ellos no desean ser
ciudadanos. ¡Fuera entonces! Si no desean ser ciudadanos, deben
decirlo así, y entonces los desterraremos. Es repugnante tener dentro
del estado una asociación de no ciudadanos, una nación dentro de la
nación.
Siglo XIX
Aunque todavía había persecuciones esporádicas,
la emancipación se extendió a través de Europa,
por la invitación de Napoleón a abandonar los
guetos amparados en la Ley Napoleónica. Antes de
1871 cada país europeo, excepto Rusia, había
emancipado a sus ciudadanos judíos.
A pesar de la integración surgió una nueva forma
de antisemitismo, basado en las ideas de la raza y
del nacionalismo más que en el odio religioso de la
Edad Media. Esta teoría sostuvo que los judíos eran
una raza separada e inferior de la gente aria de
Europa occidental, y condujo a la aparición de
partidos políticos en Francia, Alemania, y AustriaHungría que hicieron campaña para anular la
emancipación. El episodio más conocido es el caso
Dreyfus, en Francia. Estas persecuciones, junto con
pogroms patrocinados en Rusia por el estado,
llevaron a un gran número de judíos, como a
Theodor Herzl, a creer que solamente estarían
seguros en su propia nación.
Al mismo tiempo, la migración judía a los Estados
Unidos creó a nueva comunidad liberada de las
restricciones existentes en Europa. Alrededor de 2
millones de judíos llegaron a EE UU entre 1890 y
1924, la mayoría desde Rusia y Europa Oriental.