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LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL CONTEXTO POLÍTICO EN
LA UNIVERSIDAD VERACRUZANA
Xalapa, Veracruz, México
1
LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL SISTEMA POLÍTICO EN LA UNIVERSIDAD
VERACRUZANA
Martín Gerardo Aguilar Sánchez*
Introducción
Con este trabajo pretendemos ofrecer un panorama del comportamiento de las
ciencias sociales en algunas universidades públicas de provincia de México en
contextos políticos autoritarios o semiautoritarios, precisar los problemas que
enfrentan y las posibles políticas públicas orientadas a resolverlos.1
Con la caída del muro de Berlín y la desintegración de la
URSS
se habló
mucho de crisis en las ciencias sociales, especialmente por los problemas que el
marxismo ortodoxo tuvo que encarar para abordar estos fenómenos de la
sociedad civil, pues su influencia fue considerable en nuestro continente.
Por otro lado, en América Latina cobró fuerza la postura de que las ciencias
sociales se encontraban influenciadas por una visión eurocéntrica que no permitía
analizar y problematizar las realidades latinoamericanas. La sociología, la
antropología y la ciencia política, entre otras, se encontraban encerradas en sus
propias disciplinas sin poder entender la complejidad de diversos fenómenos.
Los
instrumentos
para
analizar
los
problemas
de
los
países
latinoamericanos, como la teoría de la dependencia, perdieron presencia ante la
inviabilidad de sus propuestas.
Por otra parte, la influencia de las ciencias sociales de Estados Unidos y
Europa producía un sentimiento de frustración al percibir los campos teóricos
como camisas de fuerza para los estudios de nuestra realidad.
* Doctor en ciencias políticas por el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Pierre
Mendes France, en Grenoble, Francia. Actualmente es director del Instituto de Investigaciones
Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana.
1 Es interesante reflexionar en torno de una concepción contrahegemónica de las ciencias sociales,
en la perspectiva en que lo hace el sociólogo Boaventura de Sousa Santos.
2
Esta
crisis,2
llamémosla
de
identidad
de
las
ciencias
sociales
latinoamericanas, se sumaba a las contradicciones de las ciencias sociales a nivel
internacional.
Varios temas se han puesto a debate por los científicos sociales de todo el
mundo; por ejemplo la necesidad de la interdisciplinariedad y lo limitante de
encerrarse en estancos o la incapacidad de las ciencias sociales de abordar la
complejidad de los nuevos problemas sociales.3
En las postrimerías de la década de los 70, el panorama mundial cambió
radicalmente; en una primera etapa el llamado proceso de globalización
desconcertó a los científicos sociales, no sólo como un periodo de desarrollo
tecnológico vertiginoso, con un posicionamiento diferente del mundo empresarial,
sino también como un fenómeno de intercambio de bienes culturales y de
consumo, elementos que según algunos autores caracterizan a la nueva sociedad
compleja y postindustrial (Melucci, 1999; Touraine, 1997). Con este proceso se
agudizan también los problemas sociales y económicos, la exclusión social se
expande y el enriquecimiento de unos pocos se acentúa.
Las ciencias sociales se ven interpeladas por estos fenómenos, por lo que
debemos analizar varios problemas: la complejidad, la interdisciplinariedad, la
diversidad y de nuevo la objetividad de las ciencias sociales.
Estas cuestiones se han ido afrontando y se ha ido ganando terreno, por lo
menos los científicos sociales latinoamericanos han empezado a investigar
situaciones reales de las sociedades contemporáneas y a intentar encarar los
desafíos que hemos mencionado.
García Canclini, Nestor, Sobre objetos sociales sociológicamente poco identificados, IX Congreso
Español de Sociología, 2007, p. 1.
3 Distintos autores han abordado esta problemática, entre otros Pablo González Casanova (2005),
Edgardo Gonder (2000), Jeffrey C. Alexander (2000).
2
3
El sistema político mexicano y las universidades públicas
Es bien sabido que las condiciones que permiten que las ciencias sociales se
desarrollen, dependen mucho de las características del sistema político y
específicamente de las políticas educativas que se apliquen con ese propósito.
En México, si nos remitimos a los últimos gobiernos,4 nos percatamos de
que los problemas se vienen recrudeciendo, como el del financiamiento a las
universidades públicas, que había surgido en anteriores administraciones
gubernamentales.
El financiamiento de las universidades públicas, más que un asunto de
recursos es de concepción, pues la educación pública superior, en particular la
universitaria, se piensa como un gasto (y no como una inversión) que difícilmente
se recupera y que no responde a las dinámicas del mercado.5
De acuerdo con este enfoque, las ciencias sociales no salen bien libradas,
ya que no ocupan un lugar prioritario en la vinculación con el mercado y el sector
productivo.
Esto lo podemos corroborar a través de varios hechos: el bajo número de
becas orientadas a la investigación y a los postgrados en ciencias sociales, y el
permanente cuestionamiento a la enseñanza de la historia y las ciencias sociales
por los responsables de las políticas educativas y por las elites políticas que
intervienen en los ámbitos locales, regionales, estatales y nacionales del gobierno
y del poder económico asociado a él, así como por el nulo o muy escaso apoyo a
la divulgación de la educación y la investigación en ciencias sociales y de sus
resultados.
Sin embargo, uno de los elementos que ha permitido que la universidad
pública por lo menos se sostenga, ha sido la propia iniciativa y el esfuerzo
sostenido durante años por académicos e investigadores en las instituciones de
educación superior, y recientemente la defensa que en las cámaras de Diputados
y Senadores han planteado fuerzas políticas que se identifican con la función
Nos referimos específicamente a los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Esta posición se manifestó al inicio de este gobierno, cuando se planteó un recorte al
presupuesto a la universidad pública.
4
5
4
preponderante que la universidad pública ha tenido en el desarrollo nacional. En
este sentido, el juego democrático en el centro de la República mexicana
(hablamos de los poderes federales), es un espacio en el que ha habido intensos
debates sobre el papel de la universidad pública.
Esta situación es más compleja en las universidades públicas de provincia.
Los niveles de democratización de los sistemas políticos estatales poco tienen que
ver, en la mayoría de los casos, con los ritmos de democratización en los niveles
federales (nos referimos a la competencia y a la pluralidad de debates que
propicien la construcción de espacios públicos).6
Por ejemplo si pensamos en las universidades públicas de Tabasco,
Campeche, Veracruz e Hidalgo, por mencionar algunas de ellas, encontramos que
sus plantas de docentes y de investigadores hacen un esfuerzo por mantener a
flote sus programas académicos, no sólo por la escasez de recursos obtenidos a
través de la federación, sino por los condicionamientos políticos que los
gobernantes estatales le tratan de imponer a la universidad pública.
Un primer aspecto lo referimos, si hablamos del estado de Veracruz, al bajo
nivel de democracia, que genera un contexto poco propicio para que la
universidad pública desarrolle unas actividades académicas de manera autónoma.
Por esta baja calidad democrática, las universidades que se desenvuelven
en este contexto impulsan sus proyectos académicos en situaciones de
permanente negociación para obtener recursos con los gobiernos estatales.
La autonomía universitaria es sistemáticamente cuestionada por los
intentos de intervención de los gobiernos estatales en las decisiones de las
universidades públicas; lo que nos lleva a pensar que este fenómeno es materia
prima para la reflexión de las ciencias sociales, a la vez que la falta de democracia
constituye un auténtico sistema de limitaciones estructurales que afectan el
desarrollo de aquéllas. De modo que puede apreciarse que si las ciencias
naturales y exactas, en particular las que ofrecen productos tecnológicos tangibles
y rentables, obtienen un exiguo apoyo del sector público y privado en los ámbitos
Aguilar Sanchez, Martín, Mouvements sociaux et démocratie au Mexique 1982-1998: Un regard
du point de vue régional, L´Harmattan, Paris, 2005.
6
5
regionales, estatales o nacional, las ciencias sociales son vistas como disciplinas
nada rentables.
Si en el debate nacional e internacional pensamos que las ciencias sociales
en Latinoamérica se han movido en la periferia, por la hegemonía de los enfoques
eurocéntricos, desde las universidades de provincia, con sus excepciones,
parecería que las ciencias sociales se situaran en la periferia de la periferia. No
sólo los científicos sociales tienen que estar en los debates propios de sus
ciencias sociales, sino afrontar los contextos semiautoritarios y autoritarios de
varios regímenes estatales.
Nuevos problemas sociales, nuevas disciplinas
En la actualidad, las universidades públicas, específicamente las áreas de ciencias
sociales ubicadas en la mayoría de los estados del Golfo de México, enfrentan
nuevas demandas educativas, como lo indican distintos procesos que aquí
intentaremos exponer.
Por ejemplo, la transición política en el país generó diversas expectativas
de democratización en los estados, principalmente en la sociedad civil que
emprendió múltiples iniciativas para reformar los sistemas políticos estatales y
consolidar los derechos ciudadanos. En varias entidades federativas, entre ellas la
de Veracruz, la clase política responde a una cultura política presidencialista,
corporativa, clientelar y patrimonial, sin que exista una institución que permita
formar una clase política plural y moderna, así como promover innumerables
investigaciones en el campo de la ciencia política. En el estado se creó El Colegio
de Veracruz, que fue creada durante gobierno de Miguel Alemán con el objetivo de
formar una clase política ligada al Partido Revolucionario Institucional; se ofrecen
estudios de Licenciatura, Maestría y Doctorado en Ciencias Políticas que poco han
funcionado, debido a que dependen y se subordinan a las necesidades y
demandas inmediatas del ejecutivo estatal. Es por eso que es una necesidad crear
un área de investigación y formación en ciencias políticas que satisfagan la
demanda educativa y que forme de manera independiente y autónoma
6
investigadores y docentes que reflexionen sobre distintas problemáticas: las
políticas
públicas,
los
procesos
electorales,
la
participación
ciudadana,
las comparaciones institucionales, etcétera.
Por otra parte, aparecieron dos fenómenos en varios estados del Golfo que
han transformado los espacios social y legal: la migración y el narcotráfico. Así,
Veracruz pasó de ser en los años 70 y 80 el granero de la nación, a un estado
exportador de mano de obra al norte de México y a los Estados Unidos en la
actualidad. Este fenómeno hace, sin lugar a dudas, que el reducido número de
investigadores que abordan este problema necesite fortalecerse y extenderse.
El otro hecho evidente es el del narcotráfico. Durante varios años los
gobiernos de los estados del Golfo de México, se referían al narcotráfico como un
proceso externo o de paso; ahora podemos constatar que las redes de
narcotraficantes consideran a esas entidades como parte de su territorio. El efecto
de este fenómeno es múltiple: por un lado, el espacio como asentamiento de las
redes del narcotráfico, y por otro, la adicción a las drogas promovidas por el
abaratamiento de las mismas, especialmente entre los jóvenes.7 Asimismo, un
fenómeno que se ha estudiado desde enfoques parciales, es la cuestión indígena
y multicultural de Veracruz; como sabemos oficialmente en el estado habita más
de un millón de indígenas en distintas regiones. Es por ello necesario impulsar
proyectos de investigación que den cuenta de esta problemática.
Hay otros procesos que han sido estudiados parcialmente, por ejemplo, los
distintos impactos de la explotación petrolera y petroquímica en el crecimiento de
las ciudades y en los ecosistemas locales y regionales.
Con estos hechos planteamos que las ciencias sociales pueden responder
a estas necesidades desde una perspectiva interdisciplinaria, plural, ética y
científicamente rigurosa, que le permita a cada región hallar soluciones a sus
problemas
ambientales,
económicos
(empleo,
migración,
desarrollo
y
armonización de los desarrollos científico-tecnológicos con los diversos contextos
históricos, sociales y culturales de cada zona, comunidades y culturas indígenas),8
Diagnóstico comunitario realizado en Coatepec y Jilotepec, Veracruz. Espacio Ciudadano. 2004.
De acuerdo con datos que en declaraciones públicas proporcionó recientemente el doctor Carlo
Antonio Castro, uno de los mejores etnolingüistas con que cuenta México y co-fundador de la
7
8
7
de seguridad pública, de salud y, desde luego, de educación en todos sus niveles;
para lograrlo se requiere de una prolongada y sistemática participación en aras de
generar otras condiciones políticas en los estados, más propicias a estos
propósitos.
La Universidad Veracruzana, la investigación y la docencia
En la Universidad Veracruzana las ciencias sociales se situaron en sus inicios en
un mismo espacio, la Unidad de Humanidades concentraba a las facultades de
Historia, Letras, Sociología, Antropología, Idiomas y Pedagogía. El desarrollo y el
movimiento de estas instituciones ocurrió en diferentes momentos y con distintos
intereses académicos y políticos.
La Facultad de Historia se fundó en 1957, durante varios años sus
profesores impartieron una historia tradicional y oficial, vinculada a los intereses de
la clase política del
PRI.
Fue recientemente que este centro educativo inició
proceso de renovación en su planta de profesores y en su programa académico.
La Facultad de Antropología se creó en ese mismo año y siguió una
trayectoria ligada, principalmente, a los estudios de la comunidad indígena,
privilegiando materias etnográficas; es hasta finales de los años 70 que los
antropólogos comienzan a analizar problemas urbanos, rurales en general y la
etnohistoria.
La Facultad de Sociología surgió en 1977, con una clara definición sobre el
estudio de los problemas latinoamericanos y específicamente abriendo tres ejes:
sociología del trabajo, sociología rural y sociología política. De entrada su
definición se vio contextualizada por una visión marxista que compartía por esos
mismos años con la Facultad de Antropología.
En Veracruz se comenzaron a hacer estudios de los trabajadores de la industria
textil, petrolera, ferrocarrilera, etcétera, y del campesinado.
Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana con el doctor Gonzalo Aguirre Beltrán, en
varias décadas sólo han egresado, aproximadamente, 20 lingüistas de la UV, en una entidad que
cuenta con más de un millón de indígenas y 12 lenguas, algunas de ellas en riesgo de extinción, es
decir, nada frente a una realidad social apremiante y urgida de políticas públicas más adecuadas
para el desarrollo de las diversas etnias que viven en nuestra entidad.
8
La Facultad de Letras ha mantenido por un largo periodo el prestigio de la
Universidad Veracruzana, aunque sin lugar a dudas en algunos momentos no ha
renovado ni enriquecido sus programas.
La Facultad de Pedagogía se caracterizó durante muchos años por
vincularse a niveles educativos como los de preparatoria, secundaria y la misma
universidad, pero sin plantear en su desarrollo curricular una perspectiva más
amplia sobre los problemas educativos del país. Su visión se mantiene hasta la
fecha limitada, con una pequeña corriente de profesores que tratan de transformar
el diseño académico, que abarca, desde luego, el ingreso a los centros
educativos, los planes de estudio, la orientación vocacional, los perfiles
profesiográficos, la innovación científica y tecnológica, así como los potenciales
mercados de trabajo.
Estas carreras se sitúan en una perspectiva de las humanidades, por lo que
interactúan entre sí, aunque no de manera sistemática, y comparten los mismos
espacios en el desarrollo de sus actividades académicas.
A partir de los 90 se dio el fenómeno de que los institutos de investigación
se separaron territorialmente de las licenciaturas y sus investigadores no
estuvieron obligados a vincularse con la docencia. En ciencias sociales en la
Universidad Veracruzana tenemos tres institutos: el de Antropología, el de
Investigaciones Histórico-Sociales y el de Educación; y algunas áreas de otros
institutos que abordan temas sociales en materia de ciencias administrativas,
económicas y ecológicas.
Los investigadores formaron un mundo aparte en la vida académica y se
vincularon a la docencia a través de los posgrados. Especialmente el Instituto de
Investigaciones Histórico-Sociales, que tiene 10 años impartiendo el Doctorado en
Historia y Estudios Regionales.
La actividad del instituto ha sido muy importante, pues abrió un campo de
estudios que aborda los problemas históricos-sociales de la entidad. En sus inicios
estaba formado principalmente por historiadores, pero de 1990 a la fecha la planta
académica se diversificó, ha incorporado investigadores de otras disciplinas como
la antropología social, la geografía, la arqueología, la etnoliguística y la ciencia
9
política, pero principalmente en busca de enriquecer la investigación en ciencias
sociales.
Uno de los aspectos centrales para resolver los problemas de vinculación
entre investigación y docencia en la Universidad Veracruzana consiste en entrar a
un proceso de departamentalización con el cual se busque un nuevo
reordenamiento académico administrativo, y promover la vinculación entre
institutos y facultades.
No obstante existen, con anterioridad a este proceso, otras medidas que se
han llevado a cabo: la aplicación de políticas educativas federales para promover
el trabajo colectivo en la investigación por medio de los llamados cuerpos
académicos o las políticas de estímulos como la promoción del perfil deseable, y
los estímulos a la productividad. Unas son políticas federales y otras estatales.
En lo que se refiere a los cuerpos académicos atendidos por una política
federal, encontramos que en la Universidad Veracruzana existen 200 de ellos en
el conjunto de las áreas y 38 en humanidades.9 La figura del cuerpo académico no
existe hasta ahora en la
UNAM,
pero sí en la mayoría de las demás universidades
de la República mexicana.
El problema de la implementación de esta política es que los cuerpos
académicos están siendo la salida para obtener recursos de la federación más que
una política para promover la vinculación entre docencia e investigación. Por ello,
la Universidad Veracruzana se ha enfocado a la reestructuración de los cuerpos
académicos, buscando que éstos respondan prioritariamente a necesidades
académicas.
Por otra parte, una experiencia de política estatal en la Universidad
Veracruzana la podemos observar en el Programa de Estímulos a la
Productividad, cuyo objetivo, a través del desarrollo de la producción, es
incrementar o complementar el salario de los docentes y los investigadores.
Si bien podemos reconocer que para mover estructuras académicas
anquilosadas son necesarios los programas que promueven la calidad de la
investigación y la docencia, el programa mencionado se inscribe en una
9
Diagnóstico sobre los problemas de la Universidad Veracruzana inédito, enero del 2007.
10
perspectiva burocrática y productivista, dejando de lado el objetivo final que es
incentivar la calidad académica.
Estos ejemplos sirven para ilustrar las contradicciones y limitaciones que
tienen las políticas públicas educativas. Es necesario proponer un tipo de políticas
que responda a las necesidades planteadas por el nuevo panorama de las
ciencias sociales.
En conclusión, los científicos sociales y las universidades nos encontramos
ahora frente a varios retos. Uno de ellos es construir reflexiones y
conceptualizaciones en las ciencias sociales, que nos permitan interpretar los
problemas locales y regionales así como conocer mejor las realidades
latinoamericanas, estimulando un diálogo entre estas disciplinas.
Un segundo elemento se refiere a la defensa que los científicos sociales
tenemos que hacer de la universidad pública, y en esta perspectiva hacer más
visible la importancia de las ciencias sociales en el panorama educativo del país.
Un tercer aspecto tiene que ver con las dificultades que las universidades
de provincia enfrentan con sistemas y elites políticas estatales autoritarias, en los
que la intervención de los gobiernos no sólo viola la autonomía, sino que crea
condiciones adversas al desarrollo académico y científico de las disciplinas
sociales.
Un último aspecto es la necesidad de construir, para las ciencias sociales,
políticas federales y estatales que permitan fomentar y mejorar la calidad de la
docencia y la investigación social en Veracruz y en México.
Bilbiografía
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Aguilar Sánchez, Martín. Mouvements sociaux et démocratie au Mexique 19821998: Un regard du point de vue régional. L´Harmattan, Paris, 2005.
Alexander, Jeffrey C. Sociología cultural: formas de clasificación en las sociedades
complejas. Anthropos, Barcelona, 2000.
Diagnóstico comunitario realizado en Coatepec y Jilotepec, Veracruz. Espacio
Ciudadano, 2004.
Diagnóstico sobre los problemas de la Universidad Veracruzana. Enero del 2007
García Canclini, Néstor. Sobre objetos sociológicamente poco identificados,
IX
Congreso Español de Sociología, Barcelona, 2007.
González Casanova, Pablo. Ciencias sociales: algunos conceptos básicos, Siglo
XXI,
México, 1999.
______________________. Las nuevas ciencias y las humanidades: de la
academía a la política, Anthropos, Barcelona, 2004.
Melucci, Alberto. Acción colectiva, vida cotidiana y democracia. El Colegio de
México, México, D. F, 1999.
Touraine, Alain. Pourrons-nous vivre ensemble? Égaux et différents. Fayard,
París, 1997.
Wallerstein, Emmanuel. Impensar las ciencias sociales límites de los paradigmas
decimonónicos. Siglo XXI, México, 1998.
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