Download 1er Informe Comisión Gobierno (CAMARA) rendido con enmiendas

ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO
17ma. Asamblea
Legislativa
6ta. Sesión
Ordinaria
CÁMARA DE REPRESENTANTES
P. del S. 988
INFORME
23 de octubre de 2015
A LA CÁMARA DE REPRESENTANTES DE PUERTO RICO:
La Comisión de Gobierno, de la Cámara de Representantes del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico, recomienda la aprobación con enmiendas del Proyecto del
Senado 988.
ALCANCE Y ANÁLISIS DE LA MEDIDA
El Proyecto del Senado 988 propone declarar el día 30 de marzo de cada año,
como el Día del trastorno bipolar. La medida se gesta a partir del interés legislativo de
propender al mayor conocimiento sobre esta condición mental. Además, encomienda
al Departamento de Salud y a la Administración de Servicios de Salud Mental y
Contra la Adicción (ASSMCA), a darle publicidad a la celebración.
El trastorno bipolar es una enfermedad originada cerebralmente. Los que la
sufren, experimentan cambios de ánimos inusuales. A veces se sienten muy
animados, felices y mucho más activos que de costumbre. A esta etapa se le conoce
como “manía”. En la antípoda conductual y emocional, se halla una tristeza extrema,
merma considerable en sus niveles de actividad y en general, la sintomatología típica
de una depresión. Es menester aclarar que no se trata de meros altibajos anímicos que
el ser humano experimenta día a día. La persona con bipolaridad sufre de síntomas
sumamente potentes cuyos resultados pueden producirse en el ámbito de las
relaciones interpersonales y el quehacer laboral, entre otros. Si la condición no se
encuentra controlada, quien la padece puede tornarse peligroso para la sociedad o
incluso para su persona, en términos de querer hacerse daño o hasta acabar con su
vida.
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Los cambios en el estado de ánimo de una persona con bipolaridad se conocen
como “episodios anímicos”. Pueden extenderse desde una semana hasta varias
semanas y presentan síntomas intensos.
Se desconoce la causa exacta que produce este trastorno mental. No obstante, los
parientes de personas que lo padecen son más propensos a presentar sus síntomas. Y
aunque no hay una causa clara para los episodios, existen factores que pueden
desencadenar incidentes de extrema felicidad y mucha energía; o de depresión y baja
actividad (también pueden producirse episodios mixtos). Entre estos acontecimientos
figuran el parto, medicamentos (como antidepresivos o esteroides), periodos de
insomnio y el consumo de cierto tipo de drogas.
Distraerse con facilidad, poca necesidad de dormir, capacidad de discernimiento
y autocontrol deficientes, imprudencia, irritabilidad extrema, pensamientos y
desempeño apresurado (como hablar mucho, desarrollar creencias falsas acerca de sí
mismo o de sus habilidades), son algunas de las conductas que exhiben los que padecen
de la etapa maníaca de la bipolaridad. Por otro lado, los que se encuentran en el lado
depresivo de la ecuación, se caracterizan por experimentar tristeza a diario, dificultad
para concentrarse o tomar decisiones, dormir o hacerlo de más, problemas de
alimentación (comer en exceso o, por el contrario, muy poco), fatiga o desgano,
sentimientos de minusvalía, desesperanza o culpa, baja autoestima, pérdida de placer
en actividades que solía disfrutar y pensamientos de muerte o suicidio, entre otros
comportamientos y emociones.
Como se desprende de la Exposición de motivos de este proyecto senatorial, resulta
meritorio crear consciencia sobre esta enfermedad, máxime porque puede desarrollarla
cualquier tipo de persona. A menudo comienza durante la adolescencia o al iniciarse la
adultez. No obstante, existen niños que padecen de esta condición que les acompañará
durante toda la vida. Y es que el trastorno bipolar no tiene cura. La clave radica en
diseñar un tratamiento adecuado para el manejo de sus síntomas y sobretodo, darle
continuidad.
Lo expuesto en el párrafo anterior constituye un factor indispensable para la
calidad de vida de quien experimenta la condición. Al mismo tiempo, representa uno
de los retos mayores tanto para el galeno que lo trate, como para el propio paciente.
Nos referimos a que el padecimiento no es de fácil diagnóstico pues posee síntomas
parecidos a los de otras dolencias de cariz mental como la esquizofrenia y la depresión,
por nombrar algunos. Asimismo, un número nutrido los pacientes del trastorno
incurren en abuso de sustancias controladas o sufren de enfermedades de la tiroides o el
corazón. Las estadísticas sobre este particular también han puesto de relieve una
propensión a la obesidad y los trastornos de ansiedad, entre los pacientes de
bipolaridad.
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Un aspecto consustancial al trastorno bipolar es la forma en que incide en la
familia, los amigos, y en general, en aquellos a cuyo cargo se encuentre el cuidado de un
paciente. Los factores estresantes pueden multiplicarse a nivel exponencial y
menoscabar la disposición tanto del paciente en su proceso hacia la recuperación, como
la de los cuidadores o sencillamente, quienes convivan con ellos.
Es por todo lo anterior que esta Asamblea Legislativa ha decidido tomar las
riendas para crear las condiciones propicias que fomenten la concientización acerca de
este desorden mental. Preocupa, particularmente, lo que atañe a las conductas suicidas
vis a vis la posibilidad real de aprender a vivir con la condición, siempre que se cuente
con el tratamiento adecuado. No se puede perder de vista que el trastorno bipolar es
una condición mental severa que debe manejarse, pues supone la existencia de una
estructura anormal en el funcionamiento cerebral. De ahí que conlleve tratarse de modo
eficaz por medio de medicación e incluso con terapias de tipo psiquiátrico o aquellas
que estimulen el diálogo, como la psicoterapia.
Para fines de hacer una recomendación informada acerca de esta medida,
solicitamos memoriales explicativos al Departamento de Estado y al de Salud. Al
momento de este informe, no hemos recibido insumo alguno. Sin embargo, y en vista
de lo aquí discutido, consideramos menester que esta Asamblea Legislativa desempeñe
un papel activo que demuestre su autoridad de divulgación y discusión: como parte
de sus poderes inherentes y su función representativa, en el engranaje constitucional de
gobierno. El ejercicio de su facultad para difundir información que redunde en
beneficio para el interés público, no sólo constituye una acción correcta sino también un
deber. Y ciertamente, toda comunicación relacionada con la salud y el bienestar del
País es prioritaria.
Es forzoso concluir que la ciudadanía debe tener acceso a información certera
sobre las condiciones mentales, entre las que figura el trastorno bipolar. De este modo,
los afectados se encontrarán mejor armados para dar con tratamientos encaminados a la
obtención de mejores condiciones de vida. El Estado debe facilitar la diseminación de
información que permita a esos pacientes diagnosticados y a sus respectivas familias, el
manejo idóneo de la condición. Asimismo, se debe contar con los datos que allanen el
camino hacia un diagnóstico certero.
A partir del estudio del proyecto y del análisis de las funciones de la rama
legislativa encomendadas al palio constitucional, la comisión informante debe concluir
que resulta meritorio un proyecto como éste, cuyo fin es crear consciencia del trastorno
discutido y en esa línea, elegir el 30 de marzo como el Día de Concienciación Sobre el
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Trastorno Bipolar en el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Así las cosas, los términos
del Proyecto del Senado 988 sirven bien a su objetivo.
CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIÓN
Por lo expuesto, la Comisión de Gobierno, de la Cámara de Representantes del
Estado Libre Asociado de Puerto Rico, tiene el honor de recomendar la aprobación del
Proyecto del Senado 988, con las enmiendas contenidas en el entirillado electrónico que
acompaña a este informe.
RESPETUOSAMENTE SOMETIDO,
JOSÉ M. VARELA FERNÁNDEZ
PRESIDENTE
COMISIÓN DE GOBIERNO
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