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Transcript
Arzobispado de Buenos Aires y toda Argentina
Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa de Antioquia
Av. Scalabrini Ortiz 1261 C1414DNM Capital Federal
Teléfono: (11) 4776-0208
[email protected]
www.acoantioquena.com
Boletín dominical correspondiente al domingo 16 de diciembre de 2012
Solemne conmemoración de los Santos antepasados de Nuestro Señor Jesucristo
Mensaje de Monseñor Siluan por el fallecimiento del Patriaca Ignacio IV
Queridos y estimados hijos en nuestro Señor Jesucristo de nuestra Iglesia en Argentina
Escribo estas líneas antes de partir a Beirut para participar del funeral de Su Beatitud Ignacio IV, Patriarca de Antioquía,
y posterior a ello, del proceso electoral acorde al Estatuto del Patriarcado.
No cabe duda que el dolor de la partida de nuestro Patriarca está mezclado con la esperanza que brota de nuestra fe en
la Resurrección. En la Divina Liturgia celebrada ayer (Miércoles 5 de diciembre) por el eterno descanso en paz de su alma,
leímos estas palabras del Señor: “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar” (Mt 11:28), las
cuales sentí que estaban dirigidas en particular a nuestro Patriarca. De hecho, él cargó con la cruz del servicio al Señor y al
pueblo de Dios del Patriarcado de Antioquía, la que a menudo parecía un yugo, sin embargo, por la gracia del episcopado,
se convertía en carga ligera, acorde a la afirmación del Señor: “Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera” (Mt 11:30).
“Padre de los Padres, y Pastor de los Pastores”, es así como lo llamamos oficialmente a nuestro Patriarca. Y lo era realmente.
Pero, por sobre todo, era un hombre de visión para su Iglesia, y un servidor a disposición del prójimo. Desde esta altura, la
de “ver” y “servir”, se volvió en un dirigente prominente en todos los aspectos de la vida eclesial, e inspirador de cambios y
de desarrollo de espacios de crecimiento: a nivel del Patriarcado, de las demás Iglesias ortodoxas, de las Iglesias cristianas; a
nivel del Islam y del diálogo islamico-cristiano; a nivel de la educación y de la organización; a nivel de la vida espiritual y
de la formación del clero; a nivel de la creación de instituciones académicas; a nivel de su homilética tan prolífica; etc.
Así, era este un servidor y hermano para todos nosotros, durante su fecundo episcopado que duró más de 50 años, y de
su patriarcado que duró 33 años. Todo ello fue posible porque siguió al Maestro: “Aprendan de Mí, que Yo soy manso y
humilde de corazón” (Mt 11:29).
Tomando una distancia de lo acontecido, he notado con asombro que todos ustedes han sentido realmente su partida,
porque lo conocieron cuando vino a Argentina, especialmente aquellas ciudades donde tuvo una estadía: Buenos Aires,
Córdoba y Tucumán. Nunca pensó que él iba a recibir de ustedes todo este afecto y que los recuerdos iban a estar
verdaderamente tan presentes en sus oraciones y condolencias. Creo que es una gran bendición poder ser en la Iglesia de
esta manera: una familia, un padre con sus hijos, en torno al Señor.
El tiempo que viene es decisivo para nuestra Iglesia. Quiero pedirles que nos acompañen con sus oraciones para que el
Santo Sínodo pueda elegir un digno sucesor de San Pedro para la sede vacante de Antioquía. Ese tiempo coincide con
nuestra preparación para la Navidad. Así, quiero dejarles estas palabras:
Navidad no es una fiesta, ni una celebración; es una presencia, presencia de Dios entre nosotros. Esta presencia cambia
todo en nuestra vida, nada más porque Él está presente entre nosotros, en nosotros. Por ello, no estamos solos, ni
abandonados. Hemos de estar con Él, prepararle nuestro pesebre, nuestro corazón. Es cierto que la fiesta viene, mezclada
con la alegría y el dolor, tanto aquí en Argentina, como allá, en Siria y el Líbano, por una u otra razón. Sin embargo, si el
Señor se hace presente y se compromete con nuestra verdadera felicidad y perfección, eso implica de nuestra parte,
también, una actitud de estar presentes, por un lado, hacia Él y por otro lado, hacia nuestro prójimo, actitud de diálogo,
respeto, solidaridad, colaboración, construcción, edificación, etc.
¡Que la estrella de Belén que condujo a los reyes, conduzca todos nuestros caminos en todo, especialmente nuestra
Iglesia y sus familias!
Desde ya ¡Feliz Navidad y bendito año nuevo!
+ Metropolita Siluan
Arzobispo de Buenos Aires y Toda Argentina
Tropario de la Resurrección (Tono 3)
Que se alegren los celestiales, y que se regocijen los terrenales, porque el Señor desplegó la fuerza de Su brazo,
pisoteando la muerte con Su muerte y siendo el primogénito de entre los muertos nos salvó de las entrañas del Hades y
concedió al mundo la gran misericordia.
Tropario de los Antepasados (Tono 2)
Por la fe habías justificado a los antiguos Padres y por ellos anticipaste y elegiste por Novia Tuya a la Iglesia, Aquella de
las naciones. Que los santos se enorgullezcan en la gloria; porque de su simiente creció un fruto noble que es Aquella que
sin simiente Te dio a luz. Salva, pues, Oh Cristo Dios, por sus suplicas, a nuestras almas.
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Kontakion de la Preparación (Tono 3)
Hoy, la Virgen viene a la gruta para dar a luz inefablemente al Verbo Eterno. Alégrate pues, al escuchar esto, habitada
tierra, y glorifica con los Ángeles y los pastores a Aquél cuya Voluntad es manifestarse como un Niño Nuevo Quien es el
Eterno Dios.
Carta a los Efesios (5:8-19)
Hermanos, vivan como hijos de la luz, ahora bien, el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir
lo que agrada al Señor, y no participen en las obras estériles de las tinieblas, al contrario, pónganlas en evidencia. Es verdad
que resulta vergonzoso aun mencionar las cosas que esa gente hace ocultamente. Pero cuando se las pone de manifiesto,
aparecen iluminadas por la luz, porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: Despiértate, tú que
duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará. Cuiden mucho su conducta y no procedan como necios, sino
como personas sensatas que saben aprovechar bien el momento presente, porque estos tiempos son malos. No sean
irresponsables, sino traten de saber cuál es la voluntad del Señor. No abusen del vino que lleva al libertinaje; más bien,
llénense del Espíritu Santo. Cuando se reúnan, reciten salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y celebraban al Señor
de todo corazón.
Santo Evangelio según San Lucas (14:16-24)
Dijo el Señor esta parábola: “Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos; a la hora de la cena envió a su siervo a
decir a los invitados: “Vengan, que ya está todo preparado”. Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo:
“He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses”. Y otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes
y voy a probarlos; te ruego me dispenses”. Otro dijo: “Me he casado, y por eso no puedo ir”. Regresó el siervo y se lo contó
a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su siervo: “Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz
entrar aquí a los pobres y lisiados, a los ciegos y cojos”. Dijo el siervo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay
sitios”. Dijo el Señor al siervo: “Sal a los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa. Porque les digo que
ninguno de aquellos invitados probará mi cena”.
¿A quiénes conmemoramos hoy?
A los Santos Antepasados de Cristo
Dos domingos antes de la celebración de la Navidad, la Iglesia Ortodoxa se regocija celebrando la fiesta de los santos
antepasados del Antiguo Testamento, incluyendo a aquellos que vivieron antes que la Ley fuera dada a Moisés. Ellos
preanunciaron la venida del Mesías y fueron redimidos en su salvadora resurrección.
Los himnos del oficio litúrgico del día alaban a Noé, Sansón, Barac, Jefté, Natán, Eleazar, Josías, Job, Samuel, David y su
hijo Salomón, Elías, y todos los profetas incluyendo a Daniel y a los tres jóvenes varones. Los himnos también alaban a las
santas mujeres diciendo: “¡Señor! Por Tu Poder, las jóvenes recibieron fortaleza; es decir: Ana, Judit, Débora, Jael, Ester, Sara, María
la hermana de Moisés, Raquel, Rebeca y Rut de sublime voluntad”. Los himnos alaban, en una palabra, a todos los justos de los
tiempos del Antiguo Testamento, tanto hombres como mujeres, hebreos y no hebreos, quienes hallaron vida en Dios y de
esta manera, como la epístola que leemos en este día proclama y como la Iglesia cree, “aparecerán con Él llenos de gloria”
cuando “Cristo, nuestra vida, se manifieste” (Col 3:4).
La vida de los justos padres y madres de los tiempos antiguos, como la de todos los santos de Dios, es Cristo. Los santos
de Dios viven sólo por Él, por el Dios vivo y por su palabra. La razón de ser que tienen es alabar a Dios, no sólo en palabras
sino también en obras y de esta manera vivir.
Existe una gran diferencia entre el existir y el vivir. Mucha gente existe. Muy pocos son los que realmente viven.
Solamente aquellos que buscan a Dios tienen vida. Solo aquellos que se deleitan en sus mandamientos y se regocijan en
cumplir su voluntad van más allá de la mera existencia y encuentran verdadera vida. “Busca a Dios, y tu alma encontrará la
vida” (Sal 69:32, LXX). Este es el grito del salmista David quien es especialmente honrado en este domingo y en el domingo
que viene. Sus palabras están en perfecta armonía con las palabras de Dios dadas a Moisés en su revelación de la Ley
divina.
Los santos antepasados, padres y madres, junto con todos sus descendientes, han elegido la vida. Ellos la encontraron
en el Mesías de Dios, Jesucristo, quien es la vida misma, el Verbo encarnado de Dios. La celebración de la espléndida
Navidad es una celebración de vida en el Verbo de Dios. Porque “Cristo, que es nuestra vida” se ha manifestado (Col 3:4).
Nosotros hemos “visto su gloria” (Jn 1:14). Ahora que la gloria está escondida en la “forma de un siervo” (Fil 2:7), pero será
revelada al final de los tiempos con poder para aquellos que “han amado su manifestación” y “viven en Él” (II Tim 4:8; Col 2:6).
Nota Biográfica del Patriarca de Antioquía Su Beatitud Ignacio (IV) Hazim
Nació a este mundo como “Habib” Hazim en Mharde (Hama - Siria) el 4 de abril de 1920.
Era el hermano mayor de una familia compuesta por su padre “Said” y su madre “Mariam” y siete hermanos (dos
varones y cinco mujeres).
En 1936, se trasladó a Beirut como servidor del Altar, trabajando en la Arquidiócesis Ortodoxa de Beirut.
En 1937, se incorporó a la sección francesa del “International College” de Beirut donde terminó su educación secundaria
en 1943.
Estudió ciencias filosóficas y de la educación en la Universidad Americana y recibió su licenciatura en 1945.
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Fue ordenado diácono en 1941 recibiendo el nombre de San Ignacio de Antioquía, y desde entonces comenzó a trabajar
fuertemente en el campo pastoral siendo un mentor para los jóvenes.
Entre 1945 y 1949 enseñó matemáticas en el Colegio de los Tres Santos Jerarcas, además de ser el supervisor general de
dicha institución.
En 1949 viajó a París para estudiar en el Instituto Ortodoxo de Teología de San Sergio de la diáspora rusa, donde recibió
su licenciatura en teología y filosofía. Después de regresar a Beirut en 1953, fue ordenado sacerdote y fundó el Colegio de la
Anunciación en Beirut, y llevó a cabo su gestión desde el año 1953 hasta el año 1962.
En ese año fue ordenado obispo y nombrado vicario patriarcal en el tiempo del S.B. Patriarca Teodosio VI (Abu Rjeily),
quien lo delegó ese mismo año en hacerse cargo de la Abadía del Monasterio de Nuestra Señora de Balamand y de su
escuela clerical, a petición de él mismo.
En 1965, fue elegido por el Santo Sínodo de Antioquía, como Arzobispo Metropolita de la Diócesis de Latakia en Siria.
El 2 de julio 1979, fue elegido Patriarca de Antioquía y todo Oriente y es el 117 Patriarca de la sede patriarcal de
Antioquía.
En enero de 1981, presidió la delegación cristiana a la Conferencia Islámica en Taif (Arabia Saudita), por lo que lo
llamaron “el Patriarca de los árabes”.
En 1988, fundó la Universidad de Balamand y preside desde entonces el Consejo Directivo de la misma.
Fue presidente del “Consejo Mundial de Iglesias” desde 1983 a 1991, y vicepresidente de la Asociación Mundial de los
Estudiantes Cristianos (WSCF-World Student Christian Fellowship) y uno de los fundadores del “Consejo de Iglesias de Medio
Oriente” (MECC – Middle East Council of Churches) de 1960 a 1968, y uno de los fundadores de la “Asociación Mundial de la
Juventud Ortodoxa – Syndesmos” de 1974 a 1994.
Títulos académicos:
Licenciado en filosofía y ciencias de la educación (1945), Licenciado en Teología (1953), Doctorado honoris causa de la
Universidad de San Petersburgo (1981), Doctorado honoris causa por el “Instituto de Teología San Sergio” - París (1983),
Doctorado honoris causa del “Saint Vladimir Institute” - Nueva York (1985), Doctorado honoris causa de la Universidad de
Atenas (1991).
Entre sus logros podemos destacar: Fue el primero en hacer un programa religioso ortodoxo radial en Radio Beirut,
transformó los programas escolares de enseñanza en Balamand para ajustarlos a los programas estatales, y así permitir al
estudiante egresar con un bachillerato oficial, fundó el Instituto de teología San Juan Damasceno en Balamand, fundó el
Colegio de nuestra Señora de Balamand, organizó los asuntos eclesiásticos fundando el “Consejo Ortodoxo para el Desarrollo”
y el “Centro de Estudios Antioquenos” además de otras instituciones.
Se le atribuyen mucho logros en la construcción y el renacimiento espiritual en las Diócesis de Lataquia, Damasco y la
sede Patriarcal.
Tradujo al árabe algunos libros, ha publicado numerosos artículos en revistas, publicó algunos libros entre los que
destacamos: “La verdadera educación” (3 volúmenes), “La resurrección y el hombre moderno” (en francés, italiano e inglés), “Yo
creo”, “Sus palabras nos ilumina”, la serie “Dios está con nosotros” (4 partes), “De la cuestión libanesa y del destino de los
cristianos”, “Salvar la creación” y “El silencio”.
Mensaje de la Mesa Ejecutiva Arquidiocesana por el Fallecimiento del Patriarca Ignacio
La Mesa Ejecutiva Arquidiocesana, presidida por S.E.R. Metropolita Siluan, y compuesta por el Sr. Vice Presidente 1º
Jorge Ksairi, el Sr. Vice Presidente 2º Sergio Haddad, la Sra. Tesorera Susana Hillar, la Sra. Secretaría Fernanda Ksairi, el
Pro-Secretario el Sr. Juan José Esper y el Pro-tesorero Sr. César Román, comparten el dolor por el fallecimiento de S.B.
Ignacio IV, y ruegan por el eterno descanso en paz de su alma.
Compartimos la carta que enviaron a las asociaciones que componen la Arquidiócesis:
Queridos hermanos en Cristo:
Hemos recibido con profundo dolor y pesar la noticia de la muerte de nuestro Patriarca Ignacio IV. Su muerte es una
gran pérdida para todos. Le tocó acompañar al pueblo de Antioquía, tanto en Siria como en el Líbano, como así también en
toda la diáspora de la Iglesia Antioquena, en un momento crítico. Sin embargo, su vida, palabra y acciones inspiraron a
todos el coraje y la esperanza, además de la determinación necesaria para llevar a cabo el discipulado de Cristo a los dos
mandamientos mayores: amar a Dios y amar al prójimo.
Como Pastor y Padre, él ha sido fiel al llamado de su juventud, acompañado con una ardiente voluntad de servicio y de
testimonio cristiano. Y a pesar de su edad avanzada, fue un ejemplo magnífico hasta sus últimos días.
Por ello, rogamos por el eterno descanso en paz de su alma, para que nuestro Señor Jesucristo le conceda el reposo del
alma en la morada de los justos.
Esta triste partida es próxima al nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, siendo el mismo siempre motivo de festejo y
alegría. En la gruta de nuestros corazones, recibiremos a nuestro Señor, pero también haremos el espacio suficiente para que
recemos uno por otro, por nuestras parroquias, pastores, nuestra Iglesia… En especial, pediremos para que el Señor, tal
como iluminó el camino de los reyes yendo a Belén por una estrella, que Él ahora ilumine el camino de los miembros de
nuestro Santo Sínodo para la elección de un digno sucesor de S.B. Ignacio IV, para la sede vacante de Antioquía.
Junto a S.E.R. Monseñor Siluan, les deseamos una feliz Navidad.
En el Señor por nacer en Belén.
Funeral de Su Beatitud el Patriarca Ignacio IV
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El día 8 de Diciembre Monseñor Siluan presidió el oficio del Trisagio Fúnebre ante el cuerpo de Su Beatitud Ignacio IV
en la Iglesia San Nicolás en Beirut. Además, Monseñor Siluan recibió las condolencias en las instalaciones de dicha Iglesia.
Participaron del Funeral de Su Beatitud Ignacio IV representantes de:
Patriarcado Ecuménico: Su Santidad Patriarca Ecuménico Bartolomé, S.E.R. Emmanuel, Metropolita de Francia y una
delegación del Patriarcado Ecuménico.
Patriarcado de Jerusalén: S.E.R. Metropolita Benedictos del Jordán, representante del Patriarca, SER Metropolita Isichos,
Metropolita de Kapotiliados y vicario patriarcal.
Patriarcado de Moscú y toda Rusia: S.E.R. Metropolita Hilarion, Metropolita de Volokolamsk, Director del Departamento
de Relaciones Exteriores de la Iglesia, junto a una delegación.
Patriarcado de Serbia: S.E. Obispo Antonije Pantelic, Vicario Patriarcal.
Patriarcado de Rumania: S.E.R. Arzobispo Cassian, Representante del Patriarca de Rumania y delegación.
Patriarcado de Bulgaria: S.E.R. Metropolita Dometiano, Metropolita de Vidin y representante del Santo Sínodo de la
Iglesia Ortodoxa en Bulgaria.
Iglesia Ortodoxa de Chipre: S.E.R. Arzobispo Crisostomos de Chipre y delegación.
Iglesia Ortodoxa de Grecia: S.E.R. Metropolita Ioannis, representante del Arzobispo de Grecia y delegación.
Iglesia Ortodoxa de Albania: Su Beatitud Arzobispo Anastasios, Primado de la Iglesia de Albania y Su Gracia Nicolás,
Obispo de Appolonia.
Iglesia Ortodoxa Copta: Su Gracia Obispo Beniamen, Obispo de Elmonofiya y Girgis Ibrahim Saleh Ibrahim, Secretario
General Honorario del Concilio de Iglesias de Medio Oriente.
Delegación de Monte Athos: Archimandrita Elishaa y delegación.
Concejo Mundial de Iglesias: Rev. Dr. Olaf Fyske Tveit, Secretario General.
Iglesia Católica Romana: S.E.R. Cardenal Paul Poupard, S.E.R. Arzobispo Gabriele Giordano Caccia, y S.E. Monseñor
Andrea Palmier.
Monseñor Siluan acompañó el cortejo fúnebre oficial a Damasco, en donde participó del oficio fúnebre el día lunes 10 y
recibió junto a los demás jerarcas de la sede antioquena las condolencias tanto de las autoridades religiosas y civiles, como
de los numerosos fieles que vinieron a despedirse de su Padre y Pastor.
Se espera que el Santo Sínodo se reúna el próximo lunes 17 (mañana) para la elección de un digno sucesor para la sede
patriarcal. Unámonos en oración por esto.
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