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Otitis externa. Otitis de las piscinas.
La otitis externa es una enfermedad de oído típica del verano.
Llega con el calor y el bañito en la piscina o en el mar. Es una afección
muy frecuente, pero no por ello menos molesta y dolorosa.
La causa es una infección bacteriana (habitualmente Pseudomona
aeruginosa), que anida en una piel de conducto auditivo, que se encuentra
húmeda y macerada. El paciente nota hinchazón de la entrada al oído,
pérdida de audición por taponamiento y, sobre todo, mucho dolor.
Si la infección no se trata convenientemente, la inflamación se
puede extender al pabellón de la oreja o incluso a parte de la mejilla.
El tratamiento se inica con la aspiración de las secreciones
(siempre que se pueda, bajo visión microscópica) y la aplicación de gotas
con antibiótico adecuado, generalmente de ciprofloxacino o polimixina
tópicas. En ocasiones, si el conducto está muy cerrado, conviene colocar
una mecha de gasa, un trozo de espuma biológica, etc, que permita la
retención de la gota.
El paciente necesita un antiinflamatorio y un buen analgésico. Si el
cuadro clínico es severo o no presenta mejoría con la pauta anterior, se
puede añadir un antibiótico oral, que volvería a ser ciprofloxacino en los
mayores y un betalactámico en los niños.
El dolor suele desaparecer durante las primeras 48h. Fundamental,
no mojar ni rascar el oído durante unas semanas.
Dra. Lasso