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Quinto dia - 05 / 10 / 2012 LA HISTORIA DEL UNIVERSO Prólogo del libro Historia del Universo Bian Swimme y Thomas Berry Hace quince billones de años atrás, en un gran destello, el universo comenzó a existir. En cada gota de existencia una energía primordial ardió con una intensidad sin igual. A través de ese poder, el universo se expandió en toda dirección, haciendo que las partículas elementales pudieran estabilizarse. De este proceso, emergió el primer átomo de hidrógeno y helio. Después de este primer comienzo, en el período de un millón de años turbulentos, las partículas frenéticas se estabilizaron suficientemente para disolver la bola de fuego primordial en una gran expansión, con todos los átomos esparcidos en el cosmos oscuro abriendo así los comienzos del tiempo Otro billón de años pasaron; una noche ininterrumpida. Este fue el tiempo del universo para prepararse para su próxima transfiguración microcósmica. En lo profundo de su gran silencio, el universo tembló con una creatividad suficiente como para moldear las galaxias. Y las galaxias fueron formadas – La Galaxia Andrómeda, la agrupación de galaxias Virgo, Pegaso, Fornax, Las Nubes de Magallanes, M33, el Cúmulo de Coma, Escultor, el Cúmulo de Hércules, como también, nuestra galaxia Vía Láctea.- en total, cien billones de galaxias. Estas estructuras gigantes se movieron a través del vacío del espacio, acumularon todo el oxígeno y helio conformando así un sistema organizado, los sistemas de cúmulos, y los cúmulos de los cúmulos de los sistemas. Cada galaxia tuvo su única forma y su único dinamismo interno. Cada una desarrolló sus propios materiales de billones y billones de estrellas primordiales. Las estrellas más brillantes pasaron por numerosas transformaciones hasta que explotaron en una colosal supernova – se convirtieron en estrellas madres que igualaron a un billón de estrellas en luminosidad y arrojaron materiales estelares a través de toda la galaxia. Fuera de este material, nuevas estrellas fueron puestas juntas; de nuevo en un proceso que duró un billón de años. Esta segunda generación de estrellas fueron mayor en su potencia y tuvieron una estructura interna mas compleja, porque las estrellas primordiales habían creado los elementos del carbón, nitrógeno, oxigeno, molibdeno, calcio, magnesio, y todo un centenar de elementos. Aquí nosotros encontramos los materiales de los cuales las todas las demás formas de vida fueron creadas en un proceso incluso mucho más complejo que el anterior. Algunos cinco billones de años después del comienzo del tiempo, la estrella llamada Tiamat surgió en nuestra galaxia espiral. Ella fue la estrella madre de la cual el sol nació. Cuando ella explotó, todos los materiales que se encontraban en su núcleo de fuego se dispersaron en todas las direcciones del cosmos. Ahora, la aventura de la creación se profundizó y pudo entrar en una nueva etapa. Cinco billones de años después de que el Universo se expandió y se desarrolló por diez billones de años, nuestra galaxia Vía Láctea colacionó suavemente a un remanente de la Nube de Tiamat. De esto surgieron diez mil nuevas estrellas. Algunas de ellas se convirtieron en pequeñas estrellas marrones. Otras se convirtieron en estrellas gigantes, azules, que brillaron en resplandecientes nuevas supernovas. Otras se convirtieron en estrellas amarillas siempre encendidas, y otras se convirtieron en estrellas rojas durmientes. De esta nube de estrellas, el Universo produjo nuestra propia estrella, el Sol. Una vez dada la existencia, el Sol mostró su habilidad de organización propia. El Sol casi despegó todas las nubes de elementos que todavía estaban suspendidas alrededor de él. Y del resto de las nubes, se formó el sistema unificado del Sol, Mercurio, Venus, la Tierra, Júpiter, Saturno, Uranio y Neptuno. Los primeros planetas cargados de energía hirvieron como materiales fundidos y gaseosos. En Mercurio, Venus, Marte y Plutón, las combinaciones químicas crecieron lentamente y se convirtieron en rocas y continentes y material planetario que eventualmente tanto dominaron las dinámicas que todo lo significativamente creado finalizó. En éstos planetas la vida nunca se desarrollo más allá de lo mencionado. En Júpiter, Saturno, Neptuno y Uranio la creatividad química nunca avanzó más allá de simples compuestos y ellos continuaron agitándose primariamente como gases por billones de años. Solo sobre un Planeta la vida se desarrolló como nosotros la conocemos, en nuestra casa el planeta tierra. Esto pudo suceder por el equilibrio de las dinámicas internas de la Tierra y por su posición en la estructura del sistema solar. La materia existió sólida, liquida, gaseosa, y fluyó de una forma a otra hasta que proveyó un útero químicamente estable del cual nació Aries, la primera célula viviente. Las primeras células vivientes –los procariotas - tuvieron el poder de auto organizarse, como lo hicieron las estrellas y las galaxias, pero ellas tuvieron un nuevo aporte inimaginable. Las células pudieron recordar información significativa, incluso el diseño necesario para poder tejer juntas otra célula viviente. Las células también poseyeron un nuevo orden de creatividad; la posibilidad de captar los paquetes de energía lanzados por el Sol a la velocidad de la luz y usar esta quanta como alimento. Aries y sus descendientes, los procariotas, a través de unir su hidrógeno de los océanos, liberaron el oxigeno en el sistema de la Tierra; el oxigeno lentamente saturó la tierra y la atmósfera y los mares. Aunque los procariotas alteraron la química de la Tierra y llevaron a la Tierra a una condición extrema de inestabilidad por la capacidad explosiva de oxigeno. Con el tiempo las comunidades de procariotas desaparecieron ya que sus núcleos fueron encendidos por el oxigeno. Vikengla, la primera célula eucariótica, fue capaz no solamente de mantener el oxigeno, sino también de utilizar la energía del oxigeno para sus propios propósitos. Las células eucarióticas inventaron el sexo meiótico. La unión/lazo sexual entró en el universo como dos seres genéticamente diferentes, podrían unir y formar desde su don genético un ser radicalmente nuevo. A través de este hecho la diversidad del universo se expandió un céntuplo. El fundamento de la bio diversidad había comenzado. Los eucarióticas inventaron el habito de comer seres vivos; el ecosistema de predador - presa había comenzado. Finalmente, al final del período de la vida sobre la Tierra en la cual los eucarióticas eran los organismos más avanzados en el Sistema Terrestre, los eucarióticas tomaron el preciado paso de sumergirse en una más grande empresa. Trillones de ellos se juntaron y evocaron a Argos, la primera multicélula animal. Seiscientos millones de años atrás, organismos multicelulares surgieron en grandes variedades de cuerpos cualitativamente distintos; ellos incluyeron corales, gusanos, insectos, almejas, estrellas de mar, esponjas, vertebrados, sanguijuelas y otras formas existentes. La vida en el meso-cosmos comenzó a existir. Los gusanos desarrollaron alas para guiarlos a través de los océanos y desarrollaron dientes cuando otras criaturas desarrollaron caparazones. Los mares oceánicos dejaron abandonadas plantas sobre rocas calientes; imposibilitadas para volver a casa, ellas inventaron la célula de la madera y aprendieron a levantarse como los arboles lycopos que vivieron a lo largo de las costas del océano y ríos y que a cambio de esto, se transformaron en gymnosperms capaces de cubrir todo el continente. Los animales siguieron a las plantas al trasladarse a la tierra y pronto los continentes que habían estado sin vida sobre por cerca de dos billones de años, se poblaron con anfibios y reptiles e insectos y aparecieron grandes dinosaurios. Toda esta actividad creadora sobre la Tierra dependió de diversas estabilidades, incluyendo el continuo arder del hidrogeno del Sol…….. Así también como la rotación de manera estable de la Tierra alrededor del Sol y la estabilidad de numerosas uniones químicas a través del sistema terrestre. Pero la Tierra experimentó desastres también, el más conmovedor fue cuando otros cuerpos celestiales colisionaron con la Tierra y con su delicada fábrica de vida. Sesenta y siete millones de años atrás choques astronómicos cambiaron tanto la atmósfera terrestre y el clima que casi todas las formas de vida animal perecieron o tuvieron que reinventarse para sobrevivir. Extinciones masivas sucedieron y los dinosaurios y muchos otros animales desaparecieron para siempre. De cualquier manera, semejante destrucción abrió nuevas posibilidades; ahora vino el tiempo del desarrollo de los pájaros y los mamíferos. Hace doscientos millones de años que los mamíferos entraron en la vida de la Tierra. Ellos desarrollaron sensibilidad emocional, una nueva capacidad en su sistema nervioso para sentir el universo. Durante los últimos sesenta y siete millones de años del período Cenozoico la Tierra ha cambiado en su sentido más lírico. Belleza y diversidad se desarrollaron como nunca antes lo habían hecho. La profunda madre, el lazo del infante creció entre los mamíferos. La sensibilidad profunda en los mamíferos preparó el terreno para el próximo paso en su capacidad neural; y al atardecer de la humanidad con la conciencia de sí mismo. Cuatro millones de años atrás en África, los humanos se pusieron de pie sobre dos miembros. Y de nuevo, dos millones de años atrás ellos comenzaron a usar sus manos de forma libre para formar los materiales de la Tierra. Un millón y medio de años atrás ellos controlaron el fuego, moldeando la energía del Sol que había sido guardada en palos, para avanzar en sus propios proyectos. Treinta y cinco miles de años atrás, la humanidad comenzó a expresar su asombro acerca de su existencia haciendo pinturas en cuevas y desarrollando rituales y celebraciones. Veinte mil años atrás la Tierra, a través de la humanidad, entró la conciencia de si misma en los modelos de semillas, estaciones y en los ritmos primordiales del universo. La humanidad comenzó a domesticar plantas y animales – trigo y cebada y chivos en el Medio Oriente; arroz y cerdos en Asia; maíz y porotos y alpaca en las Americas. Una alimentación segura facilitó el crecimiento de las poblaciones. Primeras aldeas Neolíticas que sustentaron grupos humanos de más de mil personas comenzaron a surgir. Muy pronto el mundo de las aldeas Neolíticas, pasaron de ser cazadoras y colectoras para convertirse en grupos humanos más estables. Esto fue la transformación social más radical que sucedió en la aventura de la humanidad. Se desarrollò la alfarería, el tejido y la arquitectura; aparecieron los calendarios articulando el ritmo cósmico y los santuarios dedicados a la divinidad Madre Dios quienes reemplazaron a los tótems de animales del período Paleolítico. Este fue el momento en el que los idiomas fueron también desarrollados. Cinco mil años atrás la aventura de la humanidad dio origen a una nueva forma de vida: la civilización urbana. La intensificación de las relaciones sociales daría lugar a un nuevo centro de poder dentro del proceso humano: Babilonia, Paris, Persepolis, Banaras, Roma, Jerusalén, Constantinopla, Sian, Atenas, Bagdad, el Tikal de los Mayas, Cairo, la Meca, Delhi, Tenochtitlan de los Aztecas, Londres, Cuzco, la Ciudad del Sol Inca. La invención del sistema burocrático con sus jerárquicas y autoritarias relaciones, y el énfasis puesto en la especialización, hicieron posible una gama de transformaciones de los procesos humanos y naturales. Los ríos se convirtieron en sistemas de irrigación para la agricultura. Las caravanas se entrecruzaron en el mundo, y las selvas se convirtieron en empresas fluviales. La población y la riqueza acumulada, las pirámides junto con los templos elaborados, los palacios y las catedrales espléndidas. Para proteger todas estas concentraciones de riquezas fue surgiendo el poder militar establecido, y así comenzó un estado de preocupación crónico. En el medio de esta turbulencia, el Tao, el cielo de Brahmán-Amman, el Nirvana marcaron a la humanidad. Allí surgió el universo de las creencias del Budismo, Cristianismo y el Islam, los que prevalecieron en los centros de la civilización desde Europa hasta el Norte de África y la India, y a través del continente Euroasiático hasta la China y Sudeste Asiático. Solamente el sur del desierto del Sahara en África, las Américas, Australia y algunos otros indígenas escaparon totalmente del control y la influencia de estas cuatro complejas civilizaciones: el Medio Oriente, Europa, India y China. Cinco mil años atrás, los Europeos comenzaron la tercera gran busqueda de la humanidad. Los Europeos equipados con mayor tecnología y sistemas burocráticos encontraron humanos adondequiera ellos iban. Colonizaron a la gente en todo el planeta, especialmente en las Américas y Australia. En el siglo diecinueve, India fue añadida como colonia a China y Japón fue forzada para comerciar con Europa con modelos europeos. Fue así como la cultura ya perfilada de la humanidad fue alterada de una manera radical por el contacto de diversos comunidades humanas entre sí, obteniendo así un destino común, que de alguna manera, nunca había existido con anterioridad. La articulación interna europea de su política global dio lugar al estado-nación autogobernado. El movimiento democrático liberal se comenzó a expandir a todo el globo y tuvo su comienzo violento en la Revolución Francesa del 1789 y de la Revolución Americana en el 1776. A través de todo el siglo diecinueve y veinte, la nación-estado proporcionó una comunidad integral, reemplazando los contextos anteriores de grupo, o de aldea, o de la capital con sus alrededores. El misticismo sagrado de la nación-estado pudo ser encontrado en los ideales del nacionalismo y el patriotismo, la libertad y el progreso democrático, los derechos individuales, la propiedad privada y la economía de mercado. Los conflictos entre las naciones-estados fueron considerados como Guerras Santas sobre estos ideales sagrados, culminando en guerras que involucraron a toda la humanidad en el siglo veinte. Fuera de esto, no hubo otra nación en particular que dominara la totalidad sino la corporación multinacional. Al finalizar el siglo veinte, estas nuevas instituciones de la ciencia directa, la tecnología, los poderes financieros y burocráticos, se dirigieron a controlar el proceso de la Tierra buscando el beneficio económico de la humanidad. La destrucción entre las naciones dejada por las guerras empequeñeció ante la importancia de la destrucción del sistema natural por el saqueo industrial. En términos geológicos, las actividades humanas en el siglo veinte terminaron con los sesenta y siete millones de años de aventura llamada la Era Cenozoica. Así como la humanidad se multiplicó en billones y se convirtió en los organismos complejos más numerosos de la Tierra, así también se insertaron decididamente en los sistemas comunitarios a través del planeta, reduciendo drásticamente la diversidad de la Tierra, y encausando el Producto bruto de la Tierra en sistemas humanos sociales, el paso de un cambio en la conciencia humana ya estaba en proceso. La humanidad descubrió que el universo como un todo no era solamente un trasfondo, no era solamente un lugar interesante; el universo en sí mismo es una comunidad de desarrollo de seres vivientes. Los humanos descubrieron por la investigación experiencial que ellos eran parte de esta secuencia de quince billones de años de transformaciones que, eventualmente, había llegado a formar el sistema complejo la Tierra . Un ataque agresivo y sostenido se produjo por la inteligencia occidental sobre el universo, a través de Copérnico, Kepler, Galileo, Newton, Bufón, Lamereck, Hutton, Lyell, Darwin, Spencer, Heschel, Curie, Hubble, Planck, Einstein, y todo lo que el mundo científico de la modernidad había producido con un nuevo entendimiento radical sobre el universo, no simplemente como un cosmos, sino también como una cosmogénesis, una comunidad en desarrollo, una comunidad con un importante rol para la humanidad en medio del proceso. El futuro de la comunidad terrestre descansa en los caminos sobre los cuales la humanidad tomará decisiones, insertados tan profundamente en los códigos genéticos de la Tierra. Este futuro se desarrollará en la tensión entre aquellos que se comprometan con la Tecnozoic, mirando un futuro de mayor explotación de la tierra y sus recursos, todo por el beneficio de la humanidad, y aquellos comprometidos con lo Ecozoico un nuevo modo de relaciones humanas en la Tierra, uno donde el bienestar de toda la comunidad de la Tierra es la primera preocupación. Introducción a la Historia del Universo, Bian Swimme y Thomas Berry: ISBN: 978-0-06250835-5